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Principios de neurociencias para psicólogos – Miguel Ángel Álvarez González y Miriam

Trápaga Ortega.

Sistemas de memoria.
El procesos “memoria” describe la información que hemos adquirido por deferentes vías y
que sirve de base para la regulación de la conducta presente y la planificación de la futura. La
memoria es la manifestación más evidente de la plasticidad del cerebro. La información derivada
del aprendizaje formal e informal y de la experiencia social común constituye su contenido.
La psicología clásica consideraba a la memoria como un proceso de impresión de los trazos
en al conciencia o de impresión de las conexiones. La existencia de una “huella” cerebral de la
memoria fue el centro de las investigaciones de la primera mitad del siglo.
La memoria es el proceso neurocognitivos que permite registrar, codificar, consolidar,
almacenar, acceder, y recuperar la información y, al igual que la atención, constituye un proceso
básico para la adaptación del ser humano al mundo que lo rodea. Sin información del pasado es
imposible vivir el presente y proyectarse al futuro. Las quejas acerca del déficit de memoria son
muy frecuentes.
Los primeros estudios con rigor científico acerca de la memoria datan de 1885 con los
trabajos de EBBINGHAUS.
La memoria fue considerada como un proceso único del cerebro hasta los años treinta. Ya
durante los años cincuenta se comprendió que la memoria es un proceso complejo compuesto por
diversas etapas que difieren en su estructura psicológica, capacidad y duración de almacenamiento y
formas de acceder y recuperar la información almacenada y que, por tanto, sus bases
neurofisiológicas y neuroanatómicas implican diversas estructuras y complejos procesos de
interacción mutua.
Algunos trabajos sugirieron que en realidad se trataba de un conjunto de procesos
interrelacionados. En 1950 de demostró que os daños en el hipocampo afectaban el aprendizaje y la
memoria.
Diversas estructuras están involucradas en los sistemas de memoria. Por ejemplo, en la
memoria a corto plazo juega un papel fundamental la zona dorsolateral frontal y se involucran otras
estructuras según la modalidad (visual, auditiva, etc.) de la información que se debe recordar, así
como de los atributos de la misma, o sea, si es material verbal, no verba, fonológico, visoespacial,
etc. en la memoria a largo plazo están involucradas estructuras límbico-diencefálicas y corticales
que incluyen estructuras temporales mediales (hipocampo, giro dentado, subículum y córtex
entorrinal), zona prefrontal y zonas corticales asociativas posteriores del neocórtex. Es así como se
llega a la concepción de que la memoria no es una función única sino un complejo sistema formado
por diversos subtipos que pueden ser analizados sobre la base de tres parámetros básicos: el
temporal, que permite ver la memoria en función del tiempo que persista la información
almacenada; el secuencial, que divide el procesos mnéstico en fases sucesivas desde la entrada de la
información hasta la fase de recuerdo o evocación del material; y el tercer parámetro, que se refiere
al dominio de la memoria, o sea, el contenido que distingue cómo puede ser recuperada y evocada
la información. De acuerdo con el parámetro temporal la memoria se divide básicamente en
memoria sensorial, memoria a corto plazo y memoria a largo plazo.
La memoria a corto plazo permite mantener y manejar información por períodos de
segundos y también se denomina “memoria inmediata”. El proceso neurocognitivo que subyace en
la memoria a corto plazo es el conocido como “memoria de trabajo” o “memoria funcional”, el cual
no debe ser identificado como un subtipo ni como un sinónimo de memoria a corto plazo. La
memoria de trabajo se considera como el modo de operar o de trabajar de la memoria a corto plazo,
se asume como un sistema ejecutivo con subsistemas que permiten mantener y manejar la
información temporalmente con el objeto de comprender el lenguaje, hacer cálculos, razonar,
solucionar problemas, etc.
La memoria a largo plazo mantiene información por minutos, meses, años e incluso toda la
vida. Algunos autores la subdividen en dos subtipos: la memoria reciente o de mediano plazo,

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también llamada secundaria, que permite mantener información al menos de minutos a días, y la
memoria remota o terciaria, que almacena información durante meses y años. La memoria reciente
constituye la memoria de los actos cotidiano y engloba a su vez dos tipos de memoria que permiten
vivir en sociedad: la retrospectiva y la prospectiva.
La memoria retrospectiva es para las tareas cotidianas recientes (qué se ha hecho, cuándo,
dónde, etc.) y la prospectiva para las tareas que se deben hacer en el futuro (pagar las cuentas, tomar
un medicamento cada cuatro horas, etc.). La primera puede ser subdividida, por su contenido, en
memoria semántica o cultural y memoria episódica o autobiográfica.
De acuerdo con el parámetro secuencial se considera a la memoria como un proceso que se
produce en fases sucesivas: fase de recepción y registro de la información (memoria sensorial), fase
de codificación de la misma para reforzar la adquisición, fase de modificación gradual o
consolidación para posibilitar el almacenamiento, fase de recuperación de la información y fase de
evocación o recuerdo, bien en forma de recuerdo libre o guiado o en forma de reconocimiento.
Con respecto al parámetro del dominio o contenido, se plantea que si la recuperación de la
información es declarada o explicada intencionalmente (por ejemplo, responde a una pregunta de
examen) se denomina memoria explícita o declarativa o intencional. Si la recuperación ha de ser
demostrada mediante una habilidad o procedimientos se denomina memoria implícita o no
declarativa. Dentro de la memoria explicita hay dos tipos: la memoria episódica o autobiográfica,
para eventos específicos personalmente experimentados, y la memoria semántica o cultural, para
principios generales, asociaciones, reglas, etc. La semántica o cultural es la memoria establecida de
los conocimientos sobre el mundo.

MEMORIA SEMÁNTICA MEMORIA EPISÓDICA


- Organización conceptual. - Organización espacial y temporal.
- Referencia cognitiva. - Referencia autobiográfica.
- Escasa interferencia. - Gran interferencia y olvido.
-Recupera información no necesariamente - Retiene información aprendida.
aprendida.
- Con capacidad inferencial. - Sin capacidad inferencial.
- Retiene conocimientos. - Retiene eventos.

La memoria está íntimamente ligada al proceso de aprendizaje, porque el hombre, en el


constante proceso de identificar, detectar y procesar información, se enfrenta a estímulos una y otra
vez, y la base de su adaptación al medio es su capacidad de aprovechar experiencias pasadas y de
incorporar otras nuevas. En este sentido, se distinguen dos procesos de aprendizaje ligados a la
memoria implícita o declarativa: el llamado primming y los procesos reconocidos como hábitos y
habilidades.
El primming, proceso que facilita la identificación y la detección de información, es el
reconocimiento sin ningún esfuerzo particular y es una forma de memoria implícita.
Hay una clasificación más simple que es la establecida sobre la base del tipo de material a
retener: memoria visual, auditiva, táctil, verbal, no verbal, visoespacial, lógica, musical, hedónica o
emocional, etc. Es infinita esta clasificación y por tanto de poca utilidad. Igualmente, resulta de
gran valor metodológico tanto para el diagnóstico como para la rehabilitación de los trastornos de
memoria, por cuanto no se presenta nunca un paciente con ausencia total de memoria, sino con
déficit en determinado tipo o fase del proceso mnésico.
Sin embargo, las investigaciones sobre los déficit de memoria se concentran básicamente en
la dimensión temporal.
La memoria a largo plazo es particularmente importante por cuanto su patología es la que
clásicamente los especialistas denominan amnesia. Con “amnesia” no nos referimos únicamente a
trastornos mnésicos graves y duraderos, sino también a los debidos por enfermedades médicas. Los
criterios diagnósticos para el síndrome amnésico debido a enfermedad médica son los siguientes:

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1) El deterioro de la memoria se manifiesta por un déficit de la capacidad para aprender
nueva información o por la incapacidad para recordar información ya existente.
2) El disturbio de memoria cause deterioro significativo en el funcionamiento social o
laboral y representa una declinación significativa del nivel de funcionamiento previo.
3) La alteración de la memoria no ocurre en el transcurso de un delirio o de un síndrome
confusional, ni cumple con los criterios de una demencia.
4) Hay evidencias desde la anamnesis, examen físico o test de laboratorio de que la
alteración es un efecto directo de la enfermedad médica especificada en el diagnóstico.
Cuando un trastorno no cumple con ninguno de los trastornos descritos antes, se los
denomina síndromes amnésicos no específicos.
Las amnesias pueden ser anterógradas, cuando el paciente es incapaz de aprender nueva
información desde el comienzo de le enfermedad, y retrógadas, cuando el paciente tiene dificultad
para recordar eventos que ocurrieron antes de su enfermedad.
La amnesia puede aparecer de forma brusca, subaguda y lenta y progresiva. Las alteraciones
de la memoria declarativa, las amnesias, pueden clasificarse en seis categorías:
- Amnesia del envejecimiento: se altera la memoria a corto plazo por deterioro de la
memoria de trabajo y se afecta también la memoria cotidiana de tipo primming y la memoria
retrospectiva.
- Amnesia en la enfermedad de Alzheimer: se producen fallos severos de la memoria
episódica y semántica, así como de la memoria a corto plazo y la memoria implícita de tipo
primming. La memoria implícita se conserva hasta fases avanzadas.
- Amnesia global: grave incapacidad para registrar nuevas memorias (amnesia anterograda)
además de la pérdida de recuerdos pasados (amnesia retrógrada) con memoria a corto plazo y el
resto de las capacidades intelectuales conservadas. Este tipo aparece en pacientes con lesiones en
los lóbulos temporales.
- Amnesia global transitoria: aparecen déficit en la memoria a corto plazo y se altera la
memoria declarativa reciente y remota.
- Amnesia diencefálica: es la típica del síndrome de Korsakoff y se caracteriza por una
amnesia anterograda masiva y una amnesia retrógrada limitada a varios años previos al comienzo de
la enfermedad.
- Amnesia frontal: aparece en pacientes con lesiones en los lóbulos frontales. Se caracteriza
por severos trastornos de la evocación tanto en la memoria declarativa como en la memoria a corto
plazo y severo deterioro de la memoria de trabajo.
La alteración de la memoria asociada al envejecimiento posee una elevada incidencia. Así se
introduce en el DSM IV la categoría Deterioro Cognoscitivo Relacionado con la Edad.
El diagnóstico de los trastornos de memoria requiere un cuidadoso examen. Primero, es muy
útil tener alguna fuente de información alternativa para verificar la precisión de la información
brindada. En segundo lugar, debe conocerse el nivel educacional e intelectual premórbido del
paciente para poder evaluar justamente las preguntas de conocimiento general e histórico. También
es importante saber si existen alteraciones de la conciencia, de la atención o en el lenguaje.
Las alteraciones de la memoria de la enfermedad más frecuentes son el Alzheimer, el
síndrome de Korsakoff y el Parkinson o Huntington.
La neuropsicología cognitiva, con sus modelos de procesamiento de la información,
establece que el defecto radica básicamente en un déficit en los procesos de recuerdo y
reconocimiento por la alteración específica de alguna de la destapad que median entre la recepción
de los estímulos y la recuperación de la información, lo cual ha jugado un papel fundamental no
sólo en e diagnóstico, sino en las mediad de rehabilitación de las pérdidas de memoria.

Hipocampo, circuitos cerebrales y memoria.


La experimentación son humanos y animales demuestra que los sistemas de memoria están
íntimamente vinculados con diferentes estructuras corticales y subcorticales, aunque una de las

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estructuras más estudiadas en cuanto a su vinculación con los procesos de memoria es el
hipocampo.
El hipocampo es una estructura subcortical bilateral ubicada a lo largo del lóbulo temporal y
forma parte de un complejo sistema, el límbico. El hipocampo constituye un depósito temporal o
estación intermedia de la memoria a largo plazo o bien un sistema de facilitación esencial para el
almacenamiento de los recuerdo en otras zonas del encéfalo. Esta estación intermedia transfiere
información aprendida hacia otras áreas de la corteza para su almacenamiento duradero. Esto es,
cada proceso de memoria tiene en su base estructuras anatómicas específicas pero interconectadas.
El hipocampo es una región de convergencia para la información proveniente de todos los
centros de la corteza cerebral, así como de los núcleos del tallo cerebral. Todas las modalidades
sensoriales se proyectan hacia él y la mayoría tiene proyecciones recíprocas.
La amígdala viene a ser la base neural de la memoria y los núcleos diencefálicos reciben
tractos del hipotálamo y la amígdala, por lo que forman parte de los complejos sistemas que
sustentan el adecuado funcionamiento del almacenamiento y recuperación de la información. Los
núcleos amigdalinos actúan como un cruce de múltiples caminos en el cerebro y poseen conexiones
extensas con todos los sistemas sensoriales de la corteza. Los núcleos talámicos se comunican con
estructuras límbicas y envían fibras de regreso a la corteza prefrontal.
Este complejo de estructuras funcionan como un circuito de enlaces múltiples: después que
el estímulo sensorial activa la amígdala y el hipocampo, los circuitos de memoria recorren un
intrincado camino de retroalimentación para regresar al área sensorial, activando en su recorrido
diferentes estructuras diencefálicos (tálamo, hipotálamo, subtálamo y epitálamo), del cerebro basal
anterior y de la corteza superior, modulándose así una compleja red de sinapsis neurales que
cooperan a preservar el patrón de la conexión y la transforman en una memoria duradera. Esta
retroalimentación posiblemente fortalece y almacena la representación neural del evento sensorial
que acaba de ocurrir.
Todas estas estructuras interaccionan entre ellas. Su funcionamiento constituye la base
neural para la formación de la memoria.
La memoria y el aprendizaje están muy vinculados con los procesos de plasticidad del SN,
en los cuales juegan un papel rector los neurotransmisores que intervienen en la sinapsis. Durante
las complejas interacciones entre las estructuras que participan en el funcionamiento de la memoria
de producen modificaciones en la efectividad de la transmisión nerviosa.
Diferentes vías de neurotransmisores están implicadas en este proceso, por ejemplo, la
serotonina presináptica.
El conocimiento acerca de qué aspectos específicos de la memoria son facilitados por
determinados neurotransmisores hormonas u otro tipo de sustancia química y cuáles podrían
interferirlos constituye la base para el desarrollo de nuevos fármacos para el tratamiento de los
déficits de tratamiento. En particular existen evidencias de que la acetilcolina juega un importante
papel en el adecuado funcionamiento de la memoria.

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