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Psicopatología. Cursada 2020.

Lecturas sobre la esquizofrenia en la década del ´50 y ´60.

Lic. Paula Pioletti.

Introducción.

En esta clase abordaremos la lectura de algunos autores que presentan una mirada sobre
este constructo teórico, llamado esquizofrenia, diverso a las perspectivas más
organicistas. Cuando decimos “perspectivas organicistas”, estamos pensando en autores
que postulan la causa de la enfermedad en una tesis orgánica, funcional, no traumática,
pero relativa a algo que le ocurre al funcionamiento del cerebro, o del sistema nervioso
central. En contraposición, a partir del siglo XX se presentarán, en el campo
psicopatológico, debates sobre las causas de los padecimientos mentales que producirán
un reordenamiento muy importante de la semiología. Un señalamiento acerca de estos
debates ya lo encuentran en el primer teórico de apertura de la asignatura.

A modo de ejemplo, tomemos a Bleuler, un autor que ya están conociendo por la lectura
de la materia. Aquél médico que acuñó el nombre de esquizofrenia. Encontramos en este
médico a alguien bastante cercano a las ideas del psicoanálisis en boga, con colaboradores
en su clínica como Jung y Abraham, personas del círculo más cercano de Freud. Bleuler,
influenciado por las ideas del psicoanálisis, pensaba que la alocución esquizofrénica se
asemejaba bastante a lo que Freud mencionaba respecto al trabajo del sueño en sus
pacientes. Es decir: tanto en el relato de los sueños como en el hablar esquizofrénico, se
trataría para Bleuler de que los pacientes utilizarían vías de asociación de ideas
desusadas, razón por lo cual resulta para el soñante tan incomprensible el sentido de sus
sueños. De la misma manera, el habla del esquizofrénico sería sin sentido, en tanto usa
vías asociativas desusadas, fuera de las vías principales que utilizan las personas en el
estado normal. Pero, a diferencia de Freud, quien supone que el trabajo del sueño está
sujeto a mecanismos de formación de carácter enteramente psicológicos, Bleuler sostenía
que ese lenguaje del esquizofrénico era producto de una alteración en el cerebro y, por lo
tanto, carente de sentido. En el cuadernillo Las Psicosis, van a encontrar un desarrollo
más pormenorizado de estas ideas en el apartado “Explicación teórica del proceso
esquizofrénico” para Bleuler.

Tomemos otro ejemplo. Para el DSM -un manual de clasificación de las enfermedades
mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría-, el estudio de los padecimientos
mentales debería ser un agrupamiento de síntomas y signos de enfermedades lo más
despojado posible de una teoría de la causa. El manual supone que de esta manera se evita
el conflicto teórico que hay dentro del campo de la psicopatología, ganando además en
neutralidad. Si algo es ateórico y ahistórico, entonces, se pensaría que hay una neutralidad
científica. A su vez, el manual va creciendo exponencialmente tras cada revisión, no
parece ganar en claridad diagnóstica ni acotar la dispersión teórica. Contra esta posición
ateórica del DSM se levantan, en los distintos estados y asociaciones científicas, protestas
cada vez más fuertes, que buscan limitar el poder del médico y el tratamiento
deshumanizado en los grandes nosocomios.

Un hito en nuestro país es la promulgación de la ley de Salud Mental sancionada en 2010,


pero antes de ella ya hubo movimientos contestatarios que ustedes encontrarán detallados
en el texto de la Lic. Alonso, denominado Abordajes institucionales de la enfermedad
mental. Estos cambios en nuestro país se inscriben en una lógica mundial que cuestionó
el campo de la psiquiatría desde dentro, y se los reconoció como movimiento
antipsiquiátrico.

En síntesis, a lo largo del siglo XX los debates más actuales pondrán el eje de la discusión
en los modos de producción de las enfermedades mentales y, a su vez, cuestionarán las
prácticas asilares de atención a los pacientes. Todo el siglo XX está signado por estos
debates. Ahora ingresaremos a uno de ellos que se gesta promediando los años ‘50.

Contexto

En el año académico 1955/56 Lacan dedicará su seminario del hospital de Sainte-Anne


al tema de la psicosis. Un tiempo después, entre diciembre de 1956 y enero de 1958,
redactará un resumen bajo el título De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible
de la psicosis, que se publicará inicialmente en la revista La Psychanalyse (Vol. 4, 1959)
y será retomado posteriormente en sus Escritos (1966). Todos estos textos forman parte
de la bibliografía de la materia de este año, y la revisaremos en detalle cuando pongamos
el foco en la explicación lacaniana de las psicosis.

Para la época de la redacción del resumen, Lacan se encuentra dictando su quinto


seminario en Sainte-Anne, titulado Las formaciones del inconsciente. En la clase del
8/1/58 Lacan hará un extenso comentario acerca de la presentación que realizó el día
anterior la Sra. Pankow. “Resulta que en Norteamérica”, dirá, “la gente se preocupa por
lo mismo que yo les explico aquí. Tratan de introducir en la determinación económica de
los trastornos psíquicos el hecho de la comunicación y de lo que en algún caso llaman
el mensaje. Pudieron oír a la Sra. Pankow hablándoles de alguien que no nació ayer (...),
el Sr. Bateson, antropólogo y etnógrafo, quien planteó algo que nos ha hecho reflexionar
un poco más allá de la punta de nuestra nariz en lo referente a la acción terapéutica”
(Lacan 1957/58, p. 148).

El “doble vínculo”.

Bateson llevará a cabo, entre los años 1952 y 1956, un proyecto de investigación en el
Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de Stanford, en el cual “se
ha formulado y puesto a prueba una concepción amplia y sistemática de la naturaleza,
etiología y tratamiento de la esquizofrenia” (Bateson 1956, p. 21). El punto de vista de
esta investigación no es eminentemente médico, ni mucho menos únicamente
psiquiátrico, sino que en el grupo de investigación conviven diversas miradas
provenientes de campos de saber disímiles: la antropología, el análisis de la
comunicación, la psicoterapia de EEUU con exponentes como Haley –creador de la
terapia familiar estratégica-, Jackson –creador de la terapia sistémica-, y Weakland –
fundador de la terapia breve y familiar.

La hipótesis que da origen al proyecto de investigación sostiene que, a partir del análisis
de la comunicación humana sobre el modelo de los “tipos lógicos” postulado por B.
Russell en su Principia Mathemática de 1910, se puede definir una modalidad particular
de comunicación, a la que denomina “doble vínculo”, “(...) en la cual una persona, haga
lo que haga, ‘no puede ganar’. Postulamos que una persona atrapada en una situación de
doble vínculo puede desarrollar síntomas de esquizofrenia” (p. 21).

La tesis de la que parte Bateson, que a su vez toma de Russell, sostiene que “existe
discontinuidad entre la clase y sus miembros”. Este postulado es propuesto por Russell
para hallar un modo de poder decidir acerca del valor de verdad o falsedad de un
enunciado, en los casos en los que nos encontramos con enunciados del tipo “Estoy
mintiendo”. Russell parte de definir a la “clase” como una “ficción lógica” (Russell 1956,
p. 159), y plantea que “el error está en formar las que podrían designarse como ‘clases
impuras’, esto es, clases que no son puras en cuanto al tipo” (p. 121).

Para evitar este error Russell propone la siguiente condición: “Debe ser un sinsentido (no
una falsedad) suponer, bajo cualquier circunstancia, que una clase es miembro de sí
misma o no es miembro de sí misma” (p. 162). Un ejemplo de enunciado sin sentido sería
el siguiente: “Si existe algo que podemos considerar como todo, entonces todo es algo y
debe ser un miembro de la clase todo” (p. 121).

De estas premisas Bateson arriba a la siguiente conclusión: “Aunque en la lógica formal


se procura mantener la discontinuidad entre una clase y sus miembros, opinamos que en
la psicología de las comunicaciones reales esta discontinuidad se infringe permanente e
inevitablemente, y que debemos esperar a priori que en el organismo humano se
desarrolle una patología cuando determinados patrones formales de esa infracción estén
presentes en la comunicación entre madre e hijo” (Bateson 1956, p. 22).

Así, la comunicación humana reclama la posibilidad de la existencia de niveles


comunicacionales que permitan despejar el sentido y reducir el malentendido. Esto abre
la dimensión del “metalenguaje”: un código por encima del código que garantice la
significación.

Desde estas premisas Bateson postulará que la “función yoica” es el “proceso de


distinguir los modos comunicacionales” (p. 24), siendo esto el resultado de un
aprendizaje. En este contexto, el doble vínculo es presentado como una secuencia de
aprendizaje en la cual el sujeto no puede distinguir los modos comunicacionales de su
interlocutor, y esto en virtud de la existencia, en ese contexto comunicativo, de mensajes
contradictorios, sumado a ello la imposibilidad de escapar del campo de comunicación
(es decir, la imposibilidad de metacomunicarse).

Resumiendo:
GREGORY BATESON. (1904 REINO UNIDO - 1980 EEUU)
1939 migra a EEUU.
Biólogo, antropólogo y etnógrafo.

“SI UN HOMBRE DICE ESTOY MINTIENDO, ¿DICE LA VERDAD?”

¿CÓMO RESOLVER ESTA PARADOJA? LOS TIPOS LÓGICOS

ESTE PROYECTO SOBRE LA COMUNICACIÓN HUMANA FUE EL PUNTAPIÉ


DE UN FRUCTÍFERO GRUPO DE INVESTIGACIÓN EN LA UNIVERSIDAD DE
STANFORD CONOCIDO COMO “EL GRUPO DE PALO ALTO”.

Elementos del doble vínculo:

• 1) DOS O MAS PERSONAS: UNA ES LA VÍCTIMA


• 2) EXPERIENCIA REPETIDA: NO SE TRATA DE UNA VIVENCIA
TRAUMATICA ÚNICA, SINO DE UNA VIVENCIA TAN REPETIDA QUE
LA EXPERIENCIA DEL DOBLE VÍNCULO SE TORNA UNA
EXPECTATIVA HABITUAL.
• 3) MANDATO PRIMARIO
• 4) MANDATO SECUNDARIO EN CONFLICTO CON EL ANTERIOR, PERO
A UN NIVEL MAS ABSTRACTO (AMENAZA PARA LA SUPERVIVENCIA)
• 5) MANDATO TERCIARIO: NO HAY NINGUN TERCERO QUE
INTERCEPTE EL MANDATO Y POR LO TANTO NO HAY ESCAPATORIA.

En conclusión:

Las distintas formas de la esquizofrenia descriptas por Bleuler, serían los modos de
defenderse del paciente ante la presencia del otro que es juzgado como peligroso. El
esquizofrénico tendría una función yoica débil, no por efecto del nacimiento o por una
causa innata u orgánica, sino adquirida por la experiencia del doble vínculo. Esta función
yoica débil lo hace incapaz de distinguir los modos comunicacionales, sea dentro del
sujeto o entre éste y los demás.

Comparación entre Bateson y el psicoanálisis francés.

Para estimar cuál era la postura del grupo francés, con Lacan y sus teorizaciones como
eje central, ustedes van a tener, durante la cursada, la lectura de la bibliografía específica
de este autor, pero también la presentación, que estuviese a cargo de Maud Mannoni, al
Coloquio que se llevó a cabo en París en Octubre de 1967, sobre la psicosis infantil. Por
los documentos y la publicación realizada de tal acontecimiento, nos enteramos que este
coloquio contó con una importantísima producción tanto de autores radicados en el Reino
Unido como de diversos psicoanalistas franceses. En él se confrontaron dos vertientes
sobre la explicación teórica de las psicosis, una estructuralista -la francesa- y otra más
existencialista -la inglesa-, aunque también fue leído un texto de Winnicott que no lo
podríamos ubicar como existencialista.

Lo que todos podemos colegir es que hay un intento enorme de producir conocimientos
no estigmatizantes del enfermo y su padecimiento, y también pensar la enfermedad como
algo inherente a una experiencia vivida. A través de las palabras de Mannoni nos
encontramos con sus afirmaciones respecto a los derechos del individuo que padece, y a
la pregunta acerca de si la sociedad debe protegerse de la locura o si la debe dejar hablar,
es decir cuestionamientos a la sociedad en su conjunto. Una vez más les recomendamos
leer el texto de la Lic. Alonso, sobre abordajes institucionales de la enfermedad mental,
para visualizar la perspectiva teórica de la época y algunas de las producciones que en
dicho coloquio circularon.

En la presentación al coloquio, encontramos un subtítulo que introduce Mannoni que nos


sirve para comparar a Bateson con el psicoanálisis de Lacan. Ella habla de la locura y el
campo del lenguaje. Nos dice:

“El centro de la interrogación de Lacan son las relaciones del sujeto con el lenguaje.
Plantea que el lenguaje preexiste a la aparición del sujeto, y puede decirse lo engendra.
Por ejemplo, el niño ocupa su lugar en el discurso de los padres antes de su nacimiento,
tiene ya un nombre, será “hablado…” (…) Esta atención dedicada a la palabra de los
padres está en el centro de los principales trabajos americanos; pero a falta de
competencia lingüística, las investigaciones son llevadas a cabo según datos empíricos,
lo que limita su alcance” (Mannoni 1978, p. 14).

Vamos a detenernos en esta observación de la analista. Según Mannoni, en ambas


escuelas, tanto en los trabajos del grupo de Palo Alto, California, como en los de Lacan,
sostienen que una explicación de las psicosis debería teorizar sobre el campo del lenguaje
y la relación del sujeto con el discurso. Pero la diferencia entre ambas posturas teóricas
estaría en la distinta concepción de “lenguaje” de la que parten.

Para el grupo de Palo Alto, y Bateson pertenece y dirige esas investigaciones, el lenguaje
es un dato objetivo, como dice Mannoni: empírico, de tal manera que puedo registrarlo
como un comportamiento comunicacional sin necesidad de teorizar sobre un inconsciente
con estructura de lenguaje. De allí que para Bateson, existe en teoría la comunicación sin
malentendidos, o por lo menos está en el horizonte como ideal. Si tengo un yo fuerte, si
puedo discriminar entre niveles de la comunicación –gestos, ironía, dobles sentidos, etc.-
puedo entonces adjudicar el sentido comunicacional correcto y sortear el malentendido,
es decir, asignar el tipo lógico.

En cambio para Lacan, el lenguaje que nos habita no es un código, no está cerrado, en
todo caso son cadenas de significantes que están a la espera de un punto de capitoné en
el cual abrochar un sentido, momentáneo, siempre puntual, y por lo tanto inestable. El
malentendido para Lacan es propio del lenguaje, razón por la que no hay ninguna función
psíquica que nos prevenga de él, ni que nos garantice el sentido. Les recomendamos que
repasen esas clases de la Instancia de la letra en el inconsciente… donde Lacan toma los
aportes de Saussure y rompe el signo lingüístico, para encontrar con más claridad esta
diferencia tan marcada sobre la concepción del lenguaje.

Resumiendo.

PARA LACAN, no hay garantías sobre el sentido, es decir, EL METALENGUAJE ES


IMPOSIBLE. Lo que él formula como NO HAY OTRO DEL OTRO.

El OTRO es un lugar, es decir, tesoro de los significantes y también es un momento


puntual, de sanción y de producción de significación. Lacan en estos años hará hincapié
en la presencia o ausencia de un significante fundamental, llamado NOMBRE DEL
PADRE, para pensar la diferencia de estructura entre neurosis y psicosis.

Bibliografía.

BATESON Gregory: (1956) Hacia una teoría de la esquizofrenia. (En: “Mas allá del
doble vínculo”, Paidós, Barcelona, 1993).
LACAN Jacques: (1955/56) El Seminario, libro 3 “Las psicosis”. (Paidós, Barcelona,
1984).
(1957/58) El Seminario, libro 5 “Las formaciones del inconsciente”. (Paidós, Bs. As.,
2003).
MARTINEZ, Horacio: (2007) El papel del lenguaje en la etiología de las psicosis. (En
VIII Encuentro de Historia de la Psiquiatría, la Psicología y el Psicoanálisis, Mar del
Plata).

MANNONI, Maud: (1968) La infancia alienada, El niño la psicosis y la institución,


Coloquio de Paris.

SUJETO O ENTRE ÉSTE Y LOS DEMÁS, ES UNA FUNCIÓN


ADQUIRIDA.

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