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C.1.M.E.Ps. = ast TSE) Roberto Esposito 2 Communitas Origen y destino dé la comunidad C.LELE.PS. eae de gens in din Pe Amorrortu/editores Nada en comiin 1. Pengar la eomunidad: nada parece mis ala or endl dia, nada as requerido, reelaraado,anuncia- ‘do por una cayuntura gor, en una misma época, an Adal Seaeaso de tds los comuiseos ala misevin de Jos nuevos individualiamos.' Y sin embargo, na ‘upas la vista, Nada tan ramoto, deep tenzido para gn tempo por voair, Bara us Tejano « indescifrale, No ee que hayan falta falven— flosofians espresaenta diriidas ala come nidad, Fur el contrari, esas flosaias tendon a cons: Ltnir na de [as tonalidades dominantes del debate ‘etarnacional.¥, sin embargn ellas aos se inser ben en esta impensabilidad, sino que consttuyen i tlso ou expres eats singomitien, Mas alls de las tredalidadas especens —comoriles,cxmunitarns, comunicativas— que alternadamente asuce la fo ‘ofla politica contemperses, hay algo que stave mas bien a su misma forma: Ia comunkiad to puede ts lucite a lesicofloasBeo-polition mas que a costa de ‘ana insoscenible distosion —o incluso erversisn— Ae la que nunsto siglo bavn na experioscia muy trie ‘aon oper ie "ont ns Chusen Suhr emp tases dr omens Sie ‘arts and mec Pars, Bury 100 Seami Brantrs (comp Goma and Ceti, rt ea, 1, ica, Bsto puode parecer en contradisisn con la ten- ddencia de ciorta Glosofia politica a identfiar on la uestidn dela comunidad su objeto propio. Pero jus- tamente esta reduceiia a cabjetor del discurso filo- sifco-plitico es la que distorsiona ala comunidad, esvirtudndola en el momento mismo en que intenta ‘ombrara, al lenguaje conceptual del individioy la totalidad, de la identidad y la particularidad, del srigeny el fn, 0, ms simplemente, del aujeto con to- das sus mas iereaunciables eonnotaciones metal seas de unidad, aboluto, nterioridad.? No os casual ‘que, a partir de semejantes premisas, a flosaia pol ‘tea tienda s considerar también a la eomunided oo: mo una ssubjotividad mis vastay como termina ror hacer gran parce dela flesefia neoeorunitara, acen- trapelo desu pretendida oposcin al paradgma indi- ‘vdualista, cuando sinflav ala endsima potencia al in. ividuo an la figura hipertéfca de a -unidad de uni. adesn® Y como tambien les sucedea esas culturss de Ia intersubjotvidad procives siempre a busear la al- ‘teridad en un alter ego semejants en todo y para tao ‘alipee que quorvian refotar,yque an eambio reprodu- cen doplieado, ‘Logue en verdad une a tadas estas concepcioneses el prasupuesta no meditada de que ls comunidad es luna wpropiedad de los aujetos que une: un atribula, tuna determinacién, uz predicado que los califica ‘come pertenecientas al msm conjunta. O inclusive ‘una ustancia-producida por su unis. Ba todo esa0 2 vets ois we Re de Sends rtm and i cami 06 nin tls tra etna sec eg a tsa Clomid han Petar Hons ug 35. 2 se concibo& la comunidad como una eualidad que so ‘agrega a su naturaloza de sujetas, hacidndolos tar Didn sujetos de comunidad. Mis sujets. Sujetos de tuna entdad mayor, superiro inclusive mejor, que la simple identidad individual, pero que tiene origen en stay an dfintiva, oes especalar. Desde este ponto de vista —a pesar de las evidentes deformacioneshis- trices, coneeptuales, de au lxico—, la seologia or- sgniista de la Gemeinsohaf, el neacomunitarismo famericanoy as diversas étieas dela comunicaién (@ inluso en algunos sspectas, a pesar de su muy dite rente reparto categoria a tradicién communist) e- tne ettalado dela nea, la misma que ls relega al catdeter impeneado dela comunidad, Bn ofc, para tedas eatae Blogofas la comunidad es un splenos oun ‘todo (ustamente el signified original del lexema aut que en varios dialects indoeuropece designa lo cinchagée, a opoteneia-, por end, la »plentads del euergo socal en cuanto etines, Volk, pueblol® O, por otra pars con una terminologia distnta silo en aparieoela, la comunidad es un bien, un valor, una fesencia que —sogtn les easos— se pode perder y reencontres como algo que nos pertanecié en otro tiempe y que por eso pod volver a pertenecarnos Comp un erigen a aorar,o un destino a prefigurar, sepia la perfectasimetria que Viacula arche ytelos Bi todos los easos, como lo que nos es ms «propio. “Ya sea que woo deba apropiarse de lo que goes nues tro comin (para comanisinos ¥ comznitarismos), 0 ‘poner en comin lo que noses propio (para las éicas ‘comunieativa) el producto no eambia: la comunidad |e bn sen tein err ‘ioargae Raat pp STG) errs ange Seine mencramates Shane Sn eS sigue atadaala semantica del proprium. No hace fal- ta siquiora Llegar al manierismo posroménticn de la Gomeinschaft de Tonaies, opuestn ala Gesllechaft justamente sobre a base dela apropiacion origina dela propia esenci. Basta recordar a mis sobria, ylampliamentssecalavizada comunidad weberiana, Dara ver destacarse, si bien de una manera desna- talizada, la figura misma dela pertenencia: -Uoa telacion social se debe dofinir «comunidad (Vor Bemeinechapung) 3,9 ela medida en. que,la disposi fn le accion repos |.) sobre una comin porte rene subjtivamentesentide afectiva tradicional) por los indiveuos que partcipan en lla.” El hecho ‘de que esa posesin se refiera agi sone todo a tere tori no eambia de lugar las casas, dndo que ol err tori se dofine precisamente mediante la categoria de ‘propiaein, como matriz oiginarin de toda propie- ad postorior® Si nos detenemos par un instante a 2 Wade Mirch und ont, Tings, sin i 8.0¢ F Pura emit plain es Wel ‘nr ei rom Poy ot Tate ce, 110 uh 1 Se. fin are Bal ana Be tn an en aaa ‘ru npn $8 oe Se cela rare ‘stmt Seiten mana cream ‘rerun 9 da dev ur gif es ae ‘ier Sune api, 1 radon Maasai ‘Sian compe testo el ole, 97a 183, 4 reflexionar por fuera de Tos esquemas habitus, ‘veremos que el dato mis parsdjio de Ia cuestiin es ‘que To scoadn se identifica eon su mds evidente ‘puesta es comin lo que une en una Unie dentidad fla propiedad —élniea, teritorial, eapieitual— de ‘aida uno de sus miombre. Elles tienen en comin lo ‘que les es propio, son propictarios de lo que les es 2. Bate trabajo se propane ant todo tomar distan- cin de tal dialectics, Pero si, enmo acabamos de ver. ella es constitutivamente jnherente al lenguaje ean ‘eptual dala flsofi plitien malar, el aiea malo ‘de evitarlo reside on la busqueda de un punto de par- fia —un punta heemensutico—externo indepen iente. Ese punto de partda lo he buseade, por ast decir, en clorigen de It easa misma. sto es, ema ct _logia del término latino communis. Para hacerlo ‘ave que avanzar por una senda nada fel, plagada dle tramps lexienay difeultades interpretativas, pe roque pads contucir—a quien tenga la pace seguir durante algunas paginns. sin perder Ia direc ‘dn de fa maresa nila Bnalidad de la baisquods— a ‘una nocd de comunidad radiealmente dstinta de las esbozadas hasta ahora 5! primer vigaificado que los die del sustantivecommunitas,y dol eorespondientead- jetivo communis, es, dehedho,¢l que adquiere sentido por aposicion a spropioe. En todas las lenguas no0- latinas, yao ssloen ells, comin- (contr comune, common, oramun)es lo que noes propio, que empie~ tl Pf Ee Lage Lace Satin Comper, 8, pag eb 12 alli dande lo propio termina: Quod commune cum lio est desinit esse proprium (Quint Inst, 7, 8, 2). Es lo queeanciamne a més de uno,a muchos 0 todos, {¥ que por lo tanto es epdblicos en eontraposicin sprivado, 0 -general» (pero también veoletivo») en Contraste eon sparticuar. ese primer significado canénico, que ya encontramos onl hoinoe giago —¥ tambien tansterido al gemein gitico y a sus deriva dos Gemeinde, Gemeinschafe,Vergemeinschaftung— se agrega otro menes pacifico, porque trasiada a su interior la complejdad seméntica mayor del Lérmi- ro del que proviene: munus (are. moinus, moenus), ‘compuesto pot la rafe “mel el suo -nes, que ines tuna earactrisacién wsoial.!0 Bn efeto, este térmi no oscila a su vez entre tres signilicadas no del todo hhomogeneos entre sf, que parecen expulsar dl eam o,oal menos quitarie énfasis, la yustaposiién ini cial »piblicor/-privada- —munus dictur tum de pri vats, tum de publiis—, en pro de otra area concep- tual que puede remitirse en conjunta ala idea de wde- ber ## Bsos son onus offcium y donum (Paul, Dig. 50.16.18) Be verdad, si paras dos primeros a acep- tia de -deber- resulta ser inmediatamente evidente de ali devivan sobligaeisn»,sfuncidn, seargor, emploo», -pucston, para et terse parece a prime: ra vista mis problematiea. Bn qué sentido un don Jhabria de ser un deber? {No se configura, por a con- trario, como algo espontineo, y por tanto eminente- sient facultativa? "Pero la especiicidad del don que expresa el voesblo ‘munus —con respect al uso del término més geoeral don tiene justamente el efeta de reduc a dis- tancia iniial,y realinear también esta signifleackin Ge Wide aiman,Leusicher tole Wortrbuch, ier, 58 page ty, top et VI 38 eo tal 25 con Ia gemntica del deber, De hecho, el munus es al donum lo que la sespecie al género> (Ulp., Dig 50.16.194), puesto que significa «don, pero uno pas- ‘eulag «que se distingue por su carder cbligatoio, ‘mplicita en la rai *mei- que denote “inteream” Dia"? Sobre la relacidneirular don-ntereambio no 38 puade sino omit a las conacda investigaionas de Benveniste al respect, incluso antes del oe- ‘bre ensayo de Mauss" Paro detengsimanoe en el ele- ‘menta de obligatariedad: una vez que alguien ha sceptado el munus, esti obligado onus) retribuirl, ‘ya'sea en Urminos de biones, o en téminos de ser. ‘cio (offcium, Naevamente se superponen posi- ‘iva? {Un bien, uns sustanca, an ion’? Los dieio- aris proveen una respuesta bastante precisa al reapoeto. Aunque adviortan de que no se trata de un ‘ignited deeumentads, nes infaman queel seatido “antigo, y presumiblomente orginaro, de eoramuis, ddebia ser -quion eomparte uns carga (un cargo. wh ‘ncargol. Por lo tanto, conamuaias es el conjunto de personas a las que une, no una propiedad, sina jar {tamente un debero una deuda. Conjunto de personas ‘unas ne porn mas sno por un menos: una ig a8 So stmea M Redl ona ot -Oeaaah Cnc, x0. Brann Won 9 B. Rove, emp Orie Gana iurhe Lacon or plc no Sores ‘eaten, Stage, 18a pig eS ‘un limite que se configura como un gravamen, 0 incluso un modalided carencial, para quien ext vafectado, a diferencia de aquel que esta sexentor 0 seximido. Aqui toma euerpocel timo, y mas earacte- ‘istio, par de oposiciin que flanquea o reemplaza la alvernativa publico/privado: el que contrapone com: rmunitas @ immunitas, Si communis es quien debe desempediar una funciéa —v olorgar una gracia—, por el contrario, mmunis dcitur qui mull fungitur officio PF, 127-7), y puede por ello permanecer in _gratus. Puole conservar integra sa propia sustancia a través de una oacatio muneris.® La communitas feat ligada al sacifcio dela compensati, eientras ‘que la immunitas implica el benefici de a aspen sate 43 No puede pasar inadvertide que este periplo stimolégico os ha eondueidea un resultado polémica can respecto alas diversas Glosofias dela comunidad. Como india Ia otimologia comple, pero ala ves uni. woca, a la que hemos apelado, el munus que la com: rmunitas comparte no es una propiedad o pertenen: a.% No es una posesin, sino, porelcantraro, una deuda, una prenda, un dona-dar Yes por end lo que vva‘a determina, lo que esté por convertise, lo que virtualmente yaes, una alta, Un wleber- une aloes {ots de la comunidad —en el sentido de ot debo al 0», pero no we debes algo-—, que hace que no sean. fenteramente dueios de af miames. En téeminos mis precios, les expropia,en parte oenteramente, sa pro- "9 a ws sina 2 Renan dr Clashes Aa feet ded Poly 7 Wo, Sa 'DNaeregu et przwe sss de cma ve, er e teint Or a ita. at pen been, partion, aru sing sm cane ha SNe Sinan 90 0 Piedad inicial, su propiedad ms propa, es decir, su ‘ubjetividad. fepenemoa as un giro de cientoockon- ta grades 4 la sinonia comin- propio, inconscien- ‘twmente presupuesta por la filosfias comunitarias, ¥y restablocemas Ia oposicdn fundamental: noes lo propio, sno fo impropio ~o, més drésticamente, lo ‘170 lo que earacerien alo comin. Un vaciamiento, parcial o integra, de In propiedad en su contrario. Una despropiacidn que invite y deseantra al sujeto propietari, y lo fuerza a salir desi mismo. A alte- arse. nla comunidad, los sujetosnohallan un prin pio de identifiacién, ni tampoco un recinto asépti- 9 eh cuyo interior se establezca una eomunicacién ‘ransparente o cuando mens el contenide& comuni- car. No encuentran sino exe vaeio, esa distancia, exe ‘extrafiamiento que los hace ausontes de si mismos: sdonantes a, er tanto ellos mistas wlanades port un eireito de donacién roriproce euya peculiaeidad reside justamente en su oblicuidad respecto de la frontalidad da la rlaci sujeto-abeto,y por compa ‘acion eon la plenitui ontoldgiea dela persona (si no ‘en la formidable duplicidad semdntica dl término Francés porsonn persona y nadie) ‘No sujetos. sujelas de su propia ausencia, de la ausencia de propio. Da una impropiedad radial que coincide eon via absoluta eontingencia, «sim Jct. Wao on Be date el fone psa deadt ‘an, Pari 196, ay 38-98, Veep re ge ‘Semin ot ent Dard, Dennen bn eee monet, ‘reads tana Car tmp a ent fe {lr 86, pr aun a, Der resend ‘he Dileep a don, Paiy 2 Hedin {inl nue cnstustra caborda dae face ep on {Err qu te evs de SLA USS, eamente A Cle "Tate en Espa Donna ecg, Le Reus BAUS ato pigs ae a plemente soineide eae conjuntamente Suietos fai tos —recortados por un ite que no puede interio. rzurce porque constituye preeisamente st =afve- ras La exteriaridad a In que se azoman, y ae los enefra en su comin no-pertenecerse. Por ell ln - ‘unidad no puede pansarse como un cuerpo, una cor poracién, unt fusin de individiuos que dé como res- tno un individao mis grande. Pero no debe enten- derse tampoco como el reciproco -agradeeimiento: intersubjetivo on ol que ellos se refljan conirmado su idontidad inicial: un lazo eoleet*vo que lags on cierto momento a cancear a inviduos previamente Separadas. La comunidad no ov mod do set —ny ‘menos min, de shacer-— del sueta individual. No es su prolferacién o multiplieasién. Pero af #9 expo cima queinterromape su clausura yo vee Baca tl extvir, un verge, nn sinorpa, wn espana La continoidad dal stato, La -rosa» enmian de su sor ningtin sujet: Niemandsrace, o mejor atin rose de personne." como hubiera dicho de la eomunidad, Aleseansandojustamente on el vim mus, el mat trande poeta contemporaine Naturalmenta, esa exposicion —o consagracia: ‘munus de si—no es indalora para el jet que Ine periments. Epujindolo a tomar eontacto con lo que ‘oe enn su sala, esta constiture la més extrema «de gus posiildades, poo tambien la mas ressoea de Tas amenszas, nme por olra parte estaba ya ample ‘mente impliita en la semsntie siompre arieseads, {ncluso poémica, del donumtdamnuim expreseda con extraoninaria pertineneia en elvinglianetimeo Da ea dy el srg tan pomnncen raincoat Ds mane lo one {chy sir aon Dn rmes e pomone Par S, al 2 nave et dona ferentes (Aen, 1, $8) 0 augue, sino ‘porque, taen regalos. Lo qve se teme, en ol munus ‘hosptalaro: yalaves-hestil.—aogii le inguietan- te contighidad lsica hospesshostio— es la pérdida ‘iolenta de os limites que, confiriendofdentidad,ase- quran Ia subsistenca. Hay que tener siempre presen- fe esta dable eara de la cammunitas: es al mismo Hempola me adeeusla, sino la Gnisa, dimensin del animal -hombre, pero tambien su deriva, que poten tlalmentelconduce ala dsclucin, Desde este panto {evista entonces, a eomunidat no s6lo nose identif- ‘eacnalarespublice,la-eota- comin, sno quccs ms bien el poo al que esta corre eontinwamente el riesgo de reabalar, el desmoronamiento que se produce asus ‘ostados y en su interion Esta falla que circunda y perfora lo socials fue siempre perebida como el pe- Tigro eonstiutivo a, y no silo en, nuostea eanviven: cia: peligro del queestadabe protogerse. pero sin lvi- ‘dar que ella mismo lo termina; el urabrel que no podemes dejar a nuestras espaldas porque desde Sempre se nos adolanta coma auostz0 propio oxigen {voriginasio. Come el Objeto inaleancable en el gue Ta subjtividad core el riesgo do prociptarsey extra viarse. He aquilacegadora verdad que guarda el plie~ {gue etimogice de a commnizas: Ta eo publica e= inseparable de la nada. ¥ nuestro fondo comin es, justamente, la nada de la ensa.Todoslos relatos sobre tl delitofundscional —erimon colectivo, sesinata ri tual, serio vetimal-—que eomapafsa como un os cero contrapsnto la historia do a ivilzaeién, no. en otra eosa que etar do waa manera metaférica€l dlinguere —2n el sentido téenico de altar, -care- 2 at conte lpn de pra pra tin ie de Dien Car rea ilo 197, anna preety, ‘Gu fan aarp Mn 198s woe ‘Sse nn eid cen que nos mantiene juntos. La greta el rau ‘ms, laguna dela que provenimos: noel Origen ino su ausentia, su retirada. El munus originario que n03 ‘constituye, ys destituye, en nuestra fnitud moral 4. La gran tradicién flosifica siempre intuys que Ia euestin dele comunidad linda en lade la muerte, ‘tal punta que se padefa leer a Patén y a Maquiave Jo, aunque diversamente, a partir dela hendidura ‘que abre esta ecvacién Pero sélo en los tiempos mo- ‘deraos —digemor al final dela rex publica christ ‘na lo que se consideraba un hecho asume earcter de problema, Mae adn, so constituye enol problema frdamental para la Glosofia politica, Antes de eon ‘iderar cémo esta ae aboea a interpretarlo yewsol- verle, ebemos, con todo, drigir una rapida mirada Justameate hacia la concepeién eristiana, para com- pletar el euadra cabegorialy semantico que funge de _presupuesto dela gonealogia comunitaria que espec- ficamente indagamos. La cuestén se torna compl debido al doe trdnsito —histérieo-instituional y - loséco-teoigico— que sure communitas eoando se ‘entrelaza con koinonia término sobre todo neotes- tamentario. El primer veetor parcceria recorer un iinerarioqueborra de manera progresiva eleardeter originariamente ancpite del munus, en direesién a esa deriva «apropativa-e la cual ain se sacrifca la leetio dificiliordecommunitas. Bn efecto, en todos os lesions medievales, el términe communitas ests 0 nema pra ny dB Lard ir WAts Paige smote Ps ES pe 610, sean "2 Tecate ala apis rain sts inns» cmd sas set Goma Rela fr da nd Cate ‘macro, Kaun Staten 190 0 yg 1987. ‘arsunpncrms dona y iso iat eae ‘iar a emule lade Cre Br et 4 iado al concepto de spartenonciae,en su significado a aver subjetivoy objetivo: la comunidad eso que per- tenece aun colectivoy aqualea lo que este pertencce ‘comp al propio génerosustancial eommunizas enti Cone! tiempo, el earécterparticularst,loealista, de ‘se conjunto adquiere coda ver mis el perfil de un te- ‘itoro determinado, como lo muestra a contigtidad de uso ent ef eoncepta de communitas y ls deci: {as y eastrum este timo eon una evidente inflexién, nnilitar de defensa ce ls propos confines. Es verdad que esta acopeicn asume iniialmente una valencia ‘oinstitucional —a diferencia dela exprasign parale- lauversias—28 pero poco a poco, sobre todo en Tka- lia yen Francia, esos communia que antes indieaban tun simple conglomerado rural, ourbano,comienzan a aadquiir los racgos cada vee mia formales de una ver- davdera institcign juridieo-poitica. A partir del siglo XT, Uegan a expresar la designacin de a personali- dad que, de hecho o de derecho, possen laa ciudades utdnomas: es decir, propietarias de sf mismas. 'No obstanto, sobre todo en los primeros siglo, avonapasia a esta dristica simplifadién de po ju: tic, contradinséndola eutilment a compleiidad oo ‘ntica del trmino teoigico kainonia. En realidad ‘este no equivale por completo ala communites (tam ‘eco ala commuia} a a eual sin embargo se lo asi- mila con freouencia en las traduciones; pero ne cin- ‘ide tampoco con la eblesia término ea el cual, fe- ‘eventemente To sucleconfundie Bs ms, se podria sestoner que justamente la dificil rolaci entre la Joinoniayla forma originaria del munus la aparta de tuna cignificeci estrechamente eclesiolégica. (Ea 55 Vase Pea Qari, Unsere Rape du mae. Sear tlie ae ee 38 qué sentido? Sabemos que al menos a partir de Ae. 2.42 —pero sobre todo a partir de a entera primera epistola paulina a los Corintioe—, y lo largo de la {otalidad dela iteratura patitic, el hogar comin de la hoinonia lo constitu In patiipecion eucars tiea en el Corpus Christ representa por la Iglesia, «Pero el problema que se plantea residejustamente en estas dos figuras vineuladas,y sn embargo distin: la areproscntacisnsy a sparsieipaciéns. Ba ewanto & festa ultima nocign, los comentaristas més alentoe siempre senalaron que ae debe toner presente la dimension vertical” que eatablece Ia unin ~¥ ala vyeela separacisn, por It infinitaheterogeneidad de sustancia— de hose y Dios. O mejor, Dias y hom bre, dado que slo al primero correspond la subjetivi lad —la inieiativa— del vineulo, rspacto del eal el ‘segundo silo puede lener una setitud reeepliva, EL racibe el den—y aqui reapareesl muris—qve Dios, retlinte el sscrfcio de Crist, le hace de manera gratuita y aobreabundanta Ja. 318; Jn, 787-38) En eontra de una lectura antropolégiea chata ex: tusivaments horizontal de la -paticipacisns, de bbemas recalear eon frmezs que silo ese primer mu ‘nue desde lo alto acomuna a los hombres. Preiss rents esto «dados—Jo que ans esdado: nosotr mi ‘mos como -dadoss, ~denados-, nacidos del don— impide cuslquier apresurada traduccicn dela ono ria como simple philia —amistad-, fellowship, ‘maraderio.,-Froundichaf—. Somas hermaao oi rnonoi, pero en Crist, es decir en una alteridad que nog sustrae nusstra subjotvidad, nuestra propiedad tos precedente que Agustin no vaclla en denominar comunidad de la culpa - ‘nunidad humana (Cin: Dei, XV, 1,2) Bs ms: a eon primera violencia fatricida remite inevitablemente toda fundacién sucosiva eomo lo muestra con régica ‘puntualidad la de Romulo (Cie, Dei, XV, 45). Ello n0 ‘quiere decir quo la comunidad humana esgen esto: co contaeto con la moerte a partir de los muertos ¥ ‘00 los muertos Este segundo origen —por gene ‘acién— queda inerustado como una espina, oun don envenenado, ene origen por eres: testimonio de tua oalsedad—la dupliidad del origen— dela que ‘yao sera posible deslgarse ei siquiera cuando los Tombres sean lamadas ale senctorum communio. Yello porque el pasado —se pusado— no puede bo- rare mediants una cars que, es mis, procede 1- ticamente de é Pero Agustin dice algo mas algo que ‘os introduce dreetamenteen la pereepeién moderna hobbesiana— de la comunidad: of amor al prijizmo 5 directamente proporcanal al recuerdo del peligro comin communis percul? que compartimes (Expos. Ep. ad Gal, 50 St la comunidad del pecado del que ‘roveniatos est signada por el miedo, nadie puede 2 2a ature ania cape Ag ae ssn ca prt er Ea hae |Pomar Again, 982 ge 1248 La nt Ssh Ctrl nda AD Ly ‘Sinton Send Toe eo mind Nae ‘Sig dt mvs, Bolt ig, 1 on) “Sisal unas blared Doses Sorstarum Communi se dogma Untrmchune sr Song der Rea, ich. {Sab(ytmoie le a Ahnu, Communi nti Be Conan ares Kesergaton, Net, 38 ‘star soguro on esta vialliteralmente asediada por la ‘muerte; pero tambign la communis fide, ordenada al esarcimiento salvo de aquella, seri inovitable- ‘mente presa del temor, no menos egudo, de otra ‘muerte ain més definitiva, Apresada en Ia morsa de ‘este dob peligro, la communitas reconoeo, también ‘en el crstaniemo, su constitutivaalianaa con la na- dda, Devoranstempora y devoratatemporibus, ella pa- rece suspender el don de Ia vida, del ehentaje insos- tenible dl temor ala muerte, 5. Aaquello —a ese insceptable muus— intonta responder la flosofia politica modem. {C6m0? Aqut reaparece la eatgoria de inmunizacién=™ que, como hemos vist, constitaye el mas ineisvo contrapunto sménticn de In communttas, Al respecto quisiera ‘proponer la tasis de que ora exiogoria adquiers tanta relevancia quest la puede tomar como clave explica- tiva de todo el paredigmsa modern, tanto o més que otros models hermenéuticos, como los expresados en Toe términos «scularizacinr,slegitmmacidn,oraco- nalizacin, los cuales opaean,oatenvan, su pregnan- ia léxica. ¥ esto porque resuena en ello lz separ ‘ién con rspecioal pasado premodern, pero nol in- ‘versién de perspectva y la potencia de negacion que ontrapone direclameate inmunitae a communitas, Et-inmune» noes simplemente distinto del scamine; ‘= su contrario, que lo vaca hasta le extinciéa com Lam asta, my putamen, sr stars sr ak re sn iad Bien Ean B hernnenCavgin nut Roma 8p Ye {name or on 6K il ‘SSS noses reac ted aie {iota ncrnpetepemcre: as qe feet fbsercamais tal nn tmusco eere o ‘nb Harlin 8 ius proprio, i 9 10 pleta no slo de sus efectos, sino de su presupuesto ‘mismo, De igual manera, el proyecto sinmanitario: de la modernidad nose dirge slo contra los speci fons munora —abligaciones de case, vineulos elesin- Jes, prstaciones gratuitas— que pesaban sobre los hombres en la fase procsiont, sind contra la ley mis: sma de su convivencia asociatva, El individo mo- omio, que asigna un presi oxpoifice a exes preta- fn, yu no puede sostenor In graitnd que raquiers 1 don? Bt términesabsolutieo-contiene tambien este sigifiendo ce decisis violent de fs prop raiees, No es necesarie hipotetizar ningtn iio e- ‘unitaro previo, ninguna primitiva -scidad orga nicar —que existe alo en la inagerie romantica de ‘Gimonéniea—, para panor en evidencia que la moder hidad se afirma separindose vilentamente de un or ‘don eujos benefcios no parezen ya compensa: los lesgos que enmpartan, como las dos earas indisol blemente unidas en el soneapto bivalente de mun don y obligncin, benetcio y prestacién, eonjuncién y famenaza, Las individooe modernos lgan se ver- aderamente tals —es deci, perectamente in-dvi- duos, individuos saboluens,1# redeados por wos I ‘nites que lave? Toe nislan gos protagen silo bn biendasehberad preventivamente de a -detdas sue Jog vineola mutuamente. En cuanto exants, xine ado, dispensadis de ese contaety que amens2a 38 identidad exponisndalos al posible eoilieto eon 8 vecino. Al contagio dela relacion # ‘ra, 083 radu alana Slo, argo de A Cal, MSE ele Sne uations nd Abas conser este apes ee 8 ac 40 Como veremos en las paginas siguientes, fue Hobbes quien por primera vea, x mis radiealmente que ofr, evs esta Togea a sts consecuenctas te as extremas, Su extimondinario golpe hersnenéutico ts haber referido magistralmente le eampejidad se- inxnties del deinguere comin a sa muda Vieralidad fe seit coletivn: Ia sociedad eainita, en terminos ‘teolgicos que Hobbes inemsscientemente incoxpors & {53 ssi, ene mismo momento en que trata de abat- onarlos. Lo que Ins homes tienen en comin que Jas ace semejantes mas que cualquier ofra propie: Adages el hecho de que evalquieva pueda dar maer- tea cualquiera. ¥ aqui est le que Hobbes lee en el fondo oscuro dela comunidad. Cémo interpreta sun: escieable ley: la commaunitas Neve dentro de si un ‘don de more, Inevitable entonens la consacvencia ppreseriptiva: si ella amensza en cuanto tal la inte fidad individual dels suetos que relaciona, atin fe alterativa es sinmtunizarse- por antieipado raf tando sus propios fandamenias. La agudeza de La ‘mirada y lo dristio del remedio son txdo uno. Desde l memento en que el erigen emia amenaza trapar ‘eomo un vértie a tdos aquellos los que trae, la ‘nica posibilidad de salyacén os romper con Bale garlo oun antes» no equiparable cone} despues: [Establecer entre emabos un limite que no pueda ran ‘quearse hacia atris sin caer catastrofcaments en la condieién dela que se quiere huie. Debe comperse el. vineulo con la dimension riginaria —Hobbes la Va ‘ma natural-—del vivir en comin, instibayendo oso corigen artificial, que caincide con la figura, jordica mente »prvatista-yligieaments -privativa’,del con rato, Hobbes muestra que eomprende perfectamenta ‘el 161, pas 7. Optus oma l ea Has. a tt l poder inmunizanta del contrat front ala situa- ‘én previa euando define su status exactamente me diante a contraposieién eon el del don: contrato es an te todolo que noes don, auseneia de munus,neutrali- ‘acin de ss rates enverenados Naturalmente la opein inmunitaria hobbesiana 4 en general, madera, no se realiza gratuitamente Es ind, tiene un precio, un terrible precio. La que se cotta y so expulsa en la wecisin soberana ese con- tenido mismo de la oueva form, como resulta por otra parte inevitable, dado el eardcter homeopation del remedio empleade: lena el vacio del musts —Ia frieta ociginaria— eon un véefo ain mas radical! ‘Vaciar ol peligro daleum elcuindndela defiitivamen- te. ¥, en efecto, el Bstado-Laviatin enincde con ladi- sodaeién de toda atadura,® cos la abalicién de toda relaciin social extra al itoreamio vertisl protec: dn obediencia, Nuda soni de sn rlacién. Sila comunidad conlleva delta, la nies posiilidad de su- pervivencia individual eel delito contra la comuni= ad, Aqui se delinea por primera ver, y de la manera twericamente mis cumplida, esa -pirimide del sacri- fico que, en cierto sentido, eorstituye el rasgo do- minante dela historia moderna. Lo que sesacriicae& precisamente el eum que esa relaciba entre loshom- bres, ¥ por lo tanta, en eierto med, a los propios 3 Prana enacts alec ctr 4 ply ef © Call Geel lt, T9T oae ‘og Cae fe pale ‘Si ie or on em ne ae pe, eri nonan scl us de ana dP Bax, Prom of aif, New ‘ark 17 trades ntana Pr el mcf, one 1SWH Sve prs dl paigna social ae an ‘Psat basco eat, Ba 1 2 ‘hombres. Paradéjicamonte, se los sacifica a su pro- pia supervivencia. Viven ev y de la renuncia convi- ir. Toposile no reconocer el residun de irraconali- ddad ques insinsa en les pliegues del ms racional do Jos sistemas: a vida es conservada presuponiendo su saerifcio; a summa derenunciamientos deque co com pone Ta autorizacién soberana. La vd es saerficada ‘eu conservaciin. En esta coinsidoncia do conser’ 6 ysaerfcablidad dela vida lainmunizacion mo- dema alcanea el pice de su propia potancia destruc tive, 6. La modernidad, no obstante, no coincide total- smenieeon el mecanisino saerifiial al que, sin embar- fo, da lugar. Bla se avtolegitima, por cierto, weei> tidndoses[desligandose] de todo lazo social, de todo vineulo natural, de toda ley comin, Pero on au inte- ror se abre tambidn la concienca trigiea del eardcter ibilita dean cise. Fl corte boblbesiano de as races ce vive entonees como separ ante una eomu- nidad caya ausencia se comprueba ala par que su necesidad. Este vector de autopreblematizacién, que recor la Blosofla moderna come ua rp edrsien, os el ‘bjoto de las piginas que siguon, En elas be inten: tado reconstruir la linea de raflesén que, de Rows eau a Bataille, pasando por Kant y Heidegger, r= plantea con fuera la euestion dela eamunidad, que la ‘ovderidad parecia haber cerrado definitivamente; pero tarabién la radical trasformacin que esa ce ‘ion experimenta en este pasaje dela semnticn cous seauniane de a vculpa- ala kantiana dela ley, has- tala apertura sextatica de Heidegger y le experi cia weoberanae de Bataille, Sebalemos ensequida que se trata de un espacio extromadamente delgado de ‘pensamiento —una -eenda interrampidae, un mar ‘fen siempre a punto deestrecharse— Noséle porque se trata de un eepacioobjetivamente restringkdo por 8 # 4a voeacidn cinmunizantor de la soeciéa ms coats {enie del proyecto moderne, sino sobre todo por La asechanzn inarir de uns deriva mice que lo eam ‘pala como un riesgo ineipienta,o corso un fondo ros alaso, alo lango de tra su extension ‘Bae mito se genera cuando, a ln individuacién del ‘ariter constitutivamentecéneavo dela commun ta, sued so entificsciinafrmativs. Todas las con sguraciones basadasen lt iduntidad, on a fas, en la endogamia, que asume la representari da a cous nidad en I ilosoia politica mederna, som el resul- do novitable de este primar cortoxreuito conceal ‘Sila commuritas os la salda al exterior n partir del ‘Sujet individual cu mito es preeisamente la inte- "orizacin de asa exterior, la duplicacin repre sentativa de eu presencia, la esencializacion de 3 existenca, Pero no has que considerar esta indabila ‘soperposicin sil eomo un secon subjtive del intér- Prete. Ella no expresa mas que el deseart abjotiva ‘mente inherent dble fonda semnticn del concep fo de mums, ala ambigvedad estructural de sa for ‘a constittivaments anepite, El plique mitaligico ‘nue tvs fos flsofs dela comonidad experimentan ‘como inredtible punto cegode la propia perspectiva onsiste en la difeultad de tomar —y sestoner— el ‘vaio del munuseomo objeto de reflex Co pen sar el puro ténoulo sia lenarlo de sustancia subjet ‘va? ,¥ em mirar sin bara mirnda la adage ce- ‘cond y atraviesala rs comin? Pese a todas las pre- canciones tesrcastendientes a garantizarlo, exe va so tiende iresistiblemente 4 proponerse como un leno, a reduer lo general del -eneominn alo por ‘ioular de wn sujeto comin. Una vex que se la iden- ‘fea —eon un pooblo, una terra, una eencio—, la comunidad queda amurallada dentro de si misma y ot ncn G. Agee, oman she ens a 10 “ separada de su extario,y In inversién mitien queda perieetamente eumplida. Esta reconversign Ksino- {éatrien atormente Ia tadiekin oseidental, mse que como un simple reso, easi como una contra-ten- dena peviddiea, que leimprime ¢ contrario au ere tiente impulso iomunitario, Floy amo ayer, y mas ‘que ayer ella se prosenta conselada,saturada, de oo ‘manilarismos, patrotsmos, patieularismos que no so difieren de la communitas, sino que consttayen, su inda evidente negacion. La forma paroxistiea, ala ver parca, que se produce cada vex queen fa ‘mpropiedad de To comin vuelve a asomar el ile- sad de lo «propio, la voz de lo sauténtica, la pre suneindelo -paro- No std de mde seBalar que com ‘munis, en su scepeién primitiva,signifieaba no s6lo vulas, popular, sino también impure ord ‘da munera, Pureceria que justamente este elemento mixio, mestize, es lo que to sélo el sentide comin, sino famabien el dgeursofilosio-plitico no logra tor leras cuando vuelve abecarse ala bisqueda del pro: pio fundamento esencial. Entaness lo que ests sist- plemente expuesto —el eum— asume el earetor de presupuesto destinado ala realisasin, Se trata do la Ailéetica de perdida y reeneventz,alienacicn y oa propiacidn, fuga y retorno, ue vincula a todas las ‘losofias dela comunidad a una mitelogia dl origen: Sila comunidad nos pertenecié come nuestra mis propia raz, pademos —es mis, deberos— reoncon- frarla, o eproducirla, segin su esencia orginaria, 17. Noes easual que el gran pensamiento de la co- smunidad coincida con la deconstruccién do exta dia Weta. Lo que ya Rousseau discate es Ta idea de wn origon plano repreduciblo como tl alo largo de ln his: teria. Elesel primero que percibela open quedivide Jos inkio ea la diferencia irvemediable entre comers ‘10 gio y génesis histirca. Brita asi la entfiacion 6 ‘afirmativa del concepts de comunidad: slo se la unde definirbasdndase en la falta que la earactar- 2a, No es ada mds que lo que la historia ha negado, fl telén de fondo no histrien desde ol eual Ia histo: ria irrumpe en forma de necesariatraicién. Si bien estedescubrimientorousseauniano dea fracturaori- sinaria esté siempre a punto de recaer en el mito dl tna dimonsisn natoral sneorrapt, con todas las consecuncins aporsticas que eso conlleva, conserva fgualmente au potencial critica frente la inmuni- 2acién moterna ‘Kant mas que ningtin oto, capta su aleance y ala ve suliite, al desplazarel dmbito de detarminacién de la comunidad del plano antropolgico de la volun- tad al plano, trascendente, dela ley. Bl resultado de este pasaje es una ulterlor, y mas poderosa, deses- tructaraciin de la Slosofia del orgen. Suapendido de 1a conjuncidn antinémica de la libertad con el mal, cl origen se tora literalmente impenetrable, en el sentido preciso de que silo se lo peede definir a par- fir de la alterdad que Io separn de si mismo. Desde este punto de vista se excluye, ademas del mitema del estado de naturelezs, toda diléetis de resarei- tmiento entre origen y cumplimiento, Kast vuelve a cucstionar esta elase de dialéetica no silo por e ‘ster iremediablemente inexiable de la naturaleza humana, sino sobre todo porque a ley de Ta comuni-

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