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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

Violencia hacia la mujer en la familia peruana: Un Enfoque Psicosocial

AUTORES:
Arias Evangelista, Noria Nayely (0000-0002-7506-6843)
Henostroza Aranda, Enoc Nun Ner (000-002-9210-1110)
Huerta Machco Lizet Yuliana (0000-0002-5909-9186)
Infantes Oyola, Cristofer Yordy (0000-0002-0975-0882)

ASESOR:
Mgtr. Garrido Loayza, Edson Jesus (0000-0002-4665-4611)

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:
Salud integral humana: violencia

LÍNEA DE RESPONSABILIDAD SOCIAL UNIVERSITARIA:


Promoción de la salud, nutrición y salud alimentaria

HUARAZ - PERÚ
2023

ÍNDICE
I. Introducción ………………………………………………………………………….3
II. Argumentación ………………………………………………………………………6
III. Conclusiones ……………………………………………………………………….11
Referencias…………………………………………………………………………………12

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I. INTRODUCCIÓN
¿De qué manera podemos enfrentar el serio asunto de la agresión hacia las
mujeres dentro de las familias peruanas, analizándolo desde un enfoque
psicosocial?
La agresión enfocada hacia las mujeres dentro de sus hogares es una
preocupación que va más allá de las fronteras, impactando a millones de
individuos a nivel global. El MIMP (2016) nos dice que es importante entender
que esta violencia engloba cualquier comportamiento que resulte en perjuicio
de la salud física o el bienestar de la mujer, abarcando actos de negligencia,
falta de atención y la negación de necesidades esenciales, los cuales podrían
provocar perjuicios físicos. En el contexto peruano, la agresión contra las
mujeres dentro del entorno familiar representa un problema alarmante que se
manifiesta en numerosos casos de agresiones físicas, sexuales, psicológicas
y verbales. Estas situaciones reflejan una crisis profunda en la sociedad
peruana e influyen no solo en el bienestar físico y psicológico de las mujeres,
sino también en las relaciones familiares y sociales. Pese a los progresos
logrados en materia de derechos femeninos en el Perú, la violencia persiste
como una amenaza latente en muchas familias, arraigada en el machismo
histórico de la sociedad.

El portal estadístico Aurora (2021) informa que desde enero hasta diciembre
de 2021, en los CEM se gestionaron 163,797 incidentes de violencia hacia
mujeres y familiares. De esa cifra, 140,833 (el 86,0%) pertenecen a mujeres y
22,964 (el 14,0%) a hombres. En el 2022, han gestionado 154,202 incidentes,
133,436 (el 86,5%) son casos relacionados con mujeres y 20,766 (el 13,5%)
con hombres. En el presente año 2023 de enero a agosto se han registrado
111 281 casos, 95 218 (85,6%) son mujeres y 16 063 (14,4%) son hombres.
Esta problemática se remonta muchos años atrás, prueba de esto es el reporte
del año 2017, en los CEM se gestionaron 95,317 incidentes de violencia
dirigidos hacia la mujer y miembros de la familia. De este número, 81,009 (el
85%) son situaciones relacionadas con mujeres y 14,308 (el 15%) con
hombres. Asimismo, el MIMP (2017) informa que entre 2002 y 2016, se nota
un aumento en la cantidad de casos gestionados en los CEM a nivel nacional.
Esta subida en los números se asocia con la fundación de más CEM cada año.

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El Ministerio de Salud (2012) en lo que concierne a los casos de feminicidio o
intentos de este, el 68.4% de las víctimas se sitúan dentro del grupo de edades
18 a 35 años, un 23% están entre los 36 y 59 años, mientras que un 7.5% son
jóvenes de entre 12 y 17 años, y finalmente, un 1.1% son mujeres de 60 años
o más. Por otra parte, el Gobierno Regional de Ancash (2022) informa que las
situaciones documentadas de agresión familiar han mostrado un crecimiento
continuo, culminando en el año 2020 con un total de 6926 casos registrados. y
en feminicidios Ancash ocupa el lugar 20 y en tentativa 15. Del mismo modo,
INEI (2022) el 54,9% de las mujeres peruanas entre los 15 y 49 años, han
sufrido agresiones físicas o sexuales, infligidas por su actual pareja o expareja.
Adicionalmente, un 26.7% ha experimentado violencia física, 50,8%
psicologica o verbal y 1,8% violencia sexual. (Endes, 2021).

Chillitupa (2023),reveló cifras preocupantes: en los primeros dos meses de


este año, se registraron 24,695 incidentes de agresión, de acuerdo con el CEM.
De estos, 10,636 fueron casos de violencia psicológica, 9,930 de violencia
física, 4,015 de agresiones sexuales y 114 relacionados con asuntos
económicos. Así mismo, el Ministerio de Salud (2012) respecto a feminicidios
o tentativas el 68.4% de víctimas oscilan entre los 18 y 35 años de edad, el
23% entre 36 y 59 años de edad y un 7.5% entre los 12, 17 años de edad y un
1.1% entre 60 a más años de edad. Es cierto que, según la evidencia de
diversos informes, en el mejor de los casos, los casos de violencia se están
manteniendo gracias al aumento de instituciones de ayuda y las denuncias que
se realizan. En 2004, se promulgó la Ley N° 28236, que establece la creación
de Hogares de Refugio Temporal para personas afectadas por violencia
familiar, asi mismo, en el año 2015 se aprobó la Ley N.° 30364 Ley para
prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes
del grupo familiar. En este sentido,en el año 2001, se establece el Programa
Nacional para la Prevención y Eliminación de la Violencia contra las Mujeres e
Integrantes del Grupo Familiar - AURORA. El propósito de este programa es
desarrollar y aplicar una variedad de tácticas y medidas enfocadas en la
gestión y prevención de la violencia. Además, tiene como meta realizar
estudios científicos que buscan entender mejor las dinámicas de agresión
familiar y sexual. Con toda la información recopilada se puede decir que en el

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mejor escenario, los casos de violencia se están manteniendo gracias al
aumento de instituciones de ayuda y las denuncias que se realizan y en el peor
escenario y según las estadísticas disponibles, los incidentes de agresión
hacia las mujeres podrían mostrar una tendencia al aumento. La evidencia
respalda la necesidad de este ensayo para concienciar sobre la persistente
agresión hacia las mujeres en Perú. A pesar de los esfuerzos para aumentar
la visibilidad, la violencia persiste. Este ensayo busca destacar la urgencia de
implementar medidas efectivas para abordar este problema.
Objetivo General:
● Comprender y abordar la violencia doméstica hacia las mujeres en el
Perú, desde una perspectiva psicosocial, analizando por qué ocurre,
qué efectos tiene y cómo se puede prevenir.

Objetivos Específicos:
● Analizar las estadísticas recientes sobre la agresión contra las mujeres
peruanas dentro del ámbito familiar, para conocer la magnitud del
problema.
● Identificar los factores personales, sociales y culturales que contribuyen
a la violencia dentro de los hogares peruanos.
● Proponer soluciones basadas en la investigación para reducir la
violencia en el hogar, incluyendo aspectos legales, sociales y
psicológicos.

En este ensayo, se analizarán las estadísticas recientes, se identificarán las


causas personales, sociales y culturales de la agresión dentro del hogar y se
propondrán soluciones basadas en investigaciones. La relevancia de este
estudio se encuentra en la urgencia de entender y manejar de manera efectiva
la agresión hacia las mujeres en Perú. Mediante este ensayo, se pretende
sensibilizar a la sociedad en contribuir a evitar la agresión hacia las mujeres
en sus hogares.

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II. ARGUMENTACIÓN
La violencia hacia la mujer en el contexto familiar peruano presenta
consecuencias profundamente arraigadas, no sólo en el plano económico, sino
también en el psicosocial y laboral. Según Díaz y Miranda (2010), la violencia
tiene un impacto económico directo, manifestado en una disminución de los
ingresos laborales de entre 1,150 y 1,523 soles anuales. Este detrimento es
más pronunciado en mujeres no pobres, con pérdidas que varían entre 1,400
y 1,700 soles, mientras que en las extremadamente pobres, la cifra desciende
entre 319 y 505 soles al año. Adicionalmente, se observa que las mujeres en
situaciones de violencia generan un 80% de los ingresos de aquellas con
menor riesgo de sufrirla, lo que evidencia la magnitud del impacto de la
violencia en la capacidad de generación de ingresos. (Programa Nacional
Aurora, 2017)

Por otro lado la revista Médica Herediana (2017) menciona que la presencia
de violencia no solo perjudica directamente el bienestar de la mujer, sino que
también afecta negativamente a su familia y seres cercanos. Asimismo, tiene
consecuencias en la integridad física, emocional y social, así como en la salud,
la calidad de vida y las oportunidades de desarrollo tanto dentro de la familia
como en la sociedad en general. A largo plazo, esta violencia puede contribuir
a la aparición de trastornos o problemas de salud mental, como trastornos
depresivos, estrés postraumático, disminución de la autoestima, conductas
suicidas, abuso de sustancias y trastornos de la personalidad.

Los programas de transferencias condicionadas, como el Programa Juntos en


Perú, han mostrado efectividad en la reducción de la violencia, logrando
disminuciones de 9% en cuanto a violencia física y 11% en violencia
psicológica. Este dato resalta la importancia de las políticas públicas en la
mitigación de la violencia de género. Sin embargo, el estudio de Díaz y Miranda
(2010) también revela que las mujeres con mayor probabilidad de sufrir
violencia laboran entre 5 y 10 horas más que aquellas con menor riesgo, lo que
pone de relieve la intersección entre la violencia de género y las desigualdades
laborales. Estos hallazgos subrayan la necesidad imperativa de abordar la
violencia contra la mujer en Perú como un problema multidimensional que

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afecta no solo la economía y el bienestar personal, sino también la estructura
social y laboral del país. (Programa Nacional Aurora, 2017)

Asimismo, el impacto de la violencia contra la mujer en Perú trasciende más


allá del ámbito económico, incidiendo profundamente en la salud física y
mental. Los estudios de Díaz y Miranda (2010) muestran variaciones en los
efectos sobre la salud física, es evidente que la violencia incrementa
significativamente el riesgo de complicaciones durante el parto y de contraer
enfermedades de transmisión sexual. A nivel mental, la relación entre violencia
y salud mental es alarmantemente directa. Más de la mitad de las mujeres en
situación de violencia reportan niveles de ansiedad o angustia tan graves que
les impiden completar su trabajo o cumplir con otras obligaciones. El efecto de
la violencia sobre la depresión es particularmente fuerte, duplicando casi la
probabilidad de depresión en mujeres, una situación que se agrava en
condiciones especiales como el embarazo. (Programa Nacional Aurora, 2017)

Asimismo, Díaz y Miranda (2010) hallaron que la violencia hacia la mujer


influye significativamente en la salud y el bienestar de sus hijos e hijas. Esta
transmisión intergeneracional de la violencia se manifiesta tanto en la salud
física como en la educación y el desarrollo psicosocial de los menores. Por
ejemplo, Mora (2013) encontró que las mujeres expuestas a la violencia en sus
hogares de origen tienen una probabilidad significativamente mayor de ser
maltratadas por sus parejas. Estos hallazgos subrayan la importancia de
abordar la violencia contra la mujer no solo como un problema individual, sino
como un ciclo pernicioso que afecta a las generaciones futuras. La violencia
en el hogar crea un ambiente que puede afectar negativamente el desarrollo
emocional, educativo y de salud de los niños y niñas, perpetuando así un ciclo
de violencia y trauma. (Programa Nacional Aurora, 2017)

De la misma forma, la página web Aldeas Infantiles SOS Peru (2020) pública
que la violencia contra la mujer en Perú no solo afecta a las víctimas directas,
sino que también tiene consecuencias devastadoras para sus hijos e hijas.
Según el MIMP, en 2019, 205 menores quedaron sin cuidado familiar a causa
de feminicidios, evidenciando una vulneración grave del interés superior del

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niño. Los impactos incluyen estrés crónico, ansiedad, depresión y problemas
de conducta, así como bajo rendimiento y mayor deserción escolar. Además,
esta exposición a la violencia fomenta la normalización de comportamientos
violentos y desiguales, contribuyendo a la transferencia intergeneracional de la
violencia.

Por otra parte, Alavedra (2020) resalta que la violencia contra la mujer acarrea
graves consecuencias en su salud física, mental, sexual y reproductiva, tanto
a corto como a largo plazo. Entre las consecuencias más severas se
encuentran el asesinato, homicidio y suicidio, así como lesiones físicas
causadas por la pareja, embarazos no deseados que pueden llevar a abortos
provocados, problemas ginecológicos e infecciones de transmisión sexual,
incluyendo el VIH. A nivel emocional, las mujeres enfrentan depresión,
ansiedad, insomnio, trastornos alimentarios, abuso de sustancias y tentativas
de suicidio. Además, la violencia sexual, particularmente si ocurre en la
infancia, puede incrementar el consumo de alcohol y drogas, llevando a un
aislamiento social y a una incapacidad para trabajar. De tal modo, que los niños
se ven afectados por la violencia familiar, Ocampo (2021) da a conocer que en
un ambiente de violencia de progenitores o incluso hacia los niños, donde se
dan gritos, insultos, menosprecio y violencia física. Todo ello es un ambiente
negativo y nocivo para un adecuado desarrollo de los hijos. Esto influye en
todas las áreas del desarrollo de los niños como emocional, social y cognitivo.
Donde lamentablemente ellos se ven vulnerables les genera inseguridad,
angustia emocional, miedos, la falta de apetito, ansiedad depresión, puede
generar patrones de conducta violentos, por qué los niños aprenden lo que ven
en casa y creen que es un modelo de conducta correcta. Esta consecuencia
no sólo se da en la infancia, por lo general se dan a largo plazo de la
adolescencia y también en la vida adulta, a medida de una violencia en el hogar
esto muestran actitudes y conductas agresivas en el colegio, que no son más
que el reflejo que visualizan en la casa. Asimismo, Vargas (2021) manifiesta
que, la identificación de la relación entre la violencia, ya sea física, psicológica,
sexual o por abandono, dirigida a la mujer y la influencia ejercida por la pareja
tiene repercusiones en la salud mental de los adolescentes. Se observa que
aquellos adolescentes cuyas madres han experimentado violencia presentan

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puntuaciones más bajas en áreas como la satisfacción con la vida, la
autoestima, la satisfacción personal, la autoeficacia y la resiliencia. Además,
muestran una mayor prevalencia de conductas suicidas, episodios depresivos
y fobia social. Este impacto es más pronunciado en las adolescentes mujeres
que residen en zonas urbanas y costeras. Es importante señalar que la
violencia contra la mujer, cuando es infligida por su pareja, no solo afecta a la
mujer maltratada, sino que también trasciende al núcleo familiar, generando un
efecto transgeneracional.

Consecuentemente si nos vamos centrando en la afección psicológica que


producen estas violencia son amplias las cuales en gran medida producen
trastornos mentales e incluso de la personalidad, a ello Fernandez (2020),
menciona que en el año 2017, el Ministerio de Salud informó que en Perú se
brindó atención ambulatoria a 52,611 personas en el ámbito de la salud mental,
abarcando a víctimas de violencia familiar y pacientes con diversos trastornos
mentales. Una Encuesta Demográfica y de Salud Familiar revela la relación
entre la violencia dirigida hacia mujeres y niñas como un indicador significativo
del problema de salud mental en el país. En respuesta a esto, el Congreso de
la República promulgó la Ley N°30947 el 23 de mayo de 2019, la cual no solo
destaca la importancia del diagnóstico y tratamiento de trastornos mentales,
sino que también garantiza la accesibilidad, calidad, cobertura sanitaria
universal y confidencialidad en la atención de la salud mental, haciendo
hincapié en intervenciones de promoción, prevención y detección en
instituciones educativas. Desde 2008, se reconoce que el maltrato hacia las
mujeres está asociado a factores como trastornos psiquiátricos, problemas
económicos, familiares, estilos de crianza, baja calidad del sueño e indicadores
suicidas desde la perspectiva de la salud mental. Dada la cifra elevada de
víctimas de violencia en el país, se enfatiza la importancia de llevar a cabo
campañas de salud mental que incluyan evaluaciones psicológicas para
acelerar la detección temprana de enfermedades y trastornos mentales,
permitiendo así un inicio de tratamiento oportuno.

La solución a este problema endémico requiere una estrategia holística que


contemple la educación, la sensibilización y un cambio en las normativas

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sociales. Es imperativo que el Perú promueva una cultura de igualdad y respeto
que desafíe las normas que han tolerado la violencia de género. Solo a través
de una transformación cultural y educativa podremos esperar ver una
disminución en las cifras que hoy nos alarman. Este ensayo no solo busca
exponer la gravedad del problema, sino también impulsar una reflexión crítica
que lleve a la acción. La tarea es ardua, pero es un deber moral y social
ineludible para el Perú.
Es importante el apoyo de organizaciones para poder afrontar esta cuestión de
la agresión a la mujer en el ámbito familiar.

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III. CONCLUSIONES
La violencia doméstica en el Perú refleja consecuencias económicas,
psicológicas y sociales profundas.

Las cifras alarmantes revelan la persistencia del problema, subrayando la


necesidad de estrategias efectivas y atención continua.

La cultura patriarcal, desigualdades económicas y sociales son elementos


clave que perpetúan la violencia, exigiendo intervenciones multidimensionales.

Se necesita un cambio cultural, políticas públicas efectivas y programas


educativos para abordar las dimensiones económicas, psicológicas y sociales
del problema.

Programas efectivos, como el Programa Juntos, sugieren que políticas


públicas integrales son esenciales, abordando también desigualdades
laborales y salud mental.

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REFERENCIAS
● Chillitupa R. (2023). Aumentan casos de extrema violencia contra la mujer en
Perú ¿Qué está fallando?.
https://www.google.com/amp/s/www.vozdeamerica.com/amp/aumenta
n-casos-de-extrema-violencia-contra-la-mujer-en-peru-/7063934.html
● Portal estadístico Programa Aurora (2023).
https://portalestadistico.aurora.gob.pe/casos-atendidos-por-los-cem-nacional-
ano-2023/
● Programa Nacional Aurora. (2017). Impacto y consecuencias de la violencia

contra las mujeres. Aurora.gob.pe. https://hdl.handle.net/20.500.12702/10

● Aldeas Infantiles SOS Perú. (2020). Consecuencias de la violencia contra la

mujer en las familias. SOS Children’s Villages.

https://www.aldeasinfantiles.org.pe/noticias/consecuencias-de-la-violencia-

contra-la-mujer-en-l

● Alavedra, C. (2020). Causas y consecuencias de la violencia de género.

Psicologia-Online.com; Psicologia-online.com. https://www.psicologia-

online.com/causas-y-consecuencias-de-la-violencia-de-genero-5162.html

● Fernández, (2020), La violencia: ¿Un problema de salud mental en el Perú?


http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2308-
05312020000300530
● Vargas, H. (2021), VIOLENCIA CONTRA LA MUJER INFLIGIDA POR SU PAREJA

Y SU RELACIÓN CON LA SALUD MENTAL DEL ADOLESCENTE EN EL PERÚ

https://repositorio.upch.edu.pe/bitstream/handle/20.500.12866/9302/Violencia_Varga

sMurga_Horacio.pdf?sequence=1&isAllowed=y

● Revista Médica Herediana. (2017). Violencia contra la mujer infligida por su

pareja y su relación con la salud mental de los hijos adolescentes.

http://dx.doi.org/10.20453/rmh.v28i1.3074

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