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PERÚ
INDICE
I. INTRODUCCIÓN
En el contexto actual del país, el incremento de los índices de violencia en el
entorno familiar es motivo de gran preocupación. Este fenómeno se manifiesta en
su forma más alarmante en los feminicidios, revelando un aumento significativo en
actos de violencia perpetrados en el seno de las familias (Urbano y Rosales,
2014). Estos actos de violencia, ya sea de naturaleza física o psicológica, infligen
un daño profundo tanto a nivel físico como mental en las víctimas.
Así mismo, la violencia familiar implica un complejo entorno social y afecta a todos
los miembros involucrados, tanto a los agredidos como a los agresores. Según la
Organización Panamericana de la Salud (2015), la violencia se define como un
acto de fuerza o agresión contra una persona o un grupo indefenso, con
consecuencias que van desde perjuicios psicológicos hasta lesiones físicas e
incluso la muerte. Este tipo de violencia se manifiesta en varios ámbitos, donde
también está incluido el ámbito familiar, la escuela y la comunidad. Muchas veces,
las familias de bajos recursos se ven totalmente afectadas, ya que luchan por
obtener recursos básicos, y las familias disfuncionales también son propensas a la
violencia. Sin embargo, la violencia no discrimina y también afecta a familias con
mejores condiciones económicas, aunque en menor medida (Moreno &
Marphiorith, 2017). La violencia en el ámbito familiar es un problema sociocultural
global que atenta contra los derechos humanos, la salud y la comodidad tanto de
manera física como psicosocial. A menudo, las consecuencias son más graves
para las féminas y los menores de edad, quienes se encuentran en una situación
de mayor riesgo para su salud mental y física (López y Lozano, 2017).
La violencia contra las mujeres y los familiares representa uno de los desafíos más
apremiantes en la sociedad peruana. A pesar de la introducción de nuevas leyes y
regulaciones destinadas a abordar este problema, la violencia persiste en parte
debido a la falta de aplicación efectiva y sanciones adecuadas (Pumarica, 2020).
Es imperativo que las instituciones tomen medidas estrictas para garantizar el
cumplimiento de las normativas y combatir este problema de manera efectiva.
Según Zerpa Espinoza (2017), los casos de violencia contra mujeres y niños son
desafortunadamente comunes en la sociedad peruana y se han convertido en un
problema que trasciende connotaciones de género, con un Estado que a menudo
no cumple con su deber de proteger a la sociedad civil. En 2017, Perú reportó
28,790 casos de víctimas de violencia. Las regiones de Lima, Cusco y Junín son
las que registran más casos de violencia familiar presentada hasta ahora en 2017.
Igualmente por parte el Diario del bicentenario (El Peruano) (2023) reveló que, de
acuerdo con Según la Encuesta de Población y Salud Familiar (finales de 2022), el
35,6% de las mujeres de entre 15 y 49 años habían sufrido violencia doméstica en
los últimos 12 meses antes de la prórroga. el 34,8% informó haber experimentado
abuso emocional o verbal en los últimos 12 meses; 8,1%, fuerza física; y el 2,2%,
violencia contra la mujer.
JUSTIFICACION: