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PROGRAMA DE INVESTIGACION FORMATIVA

La violencia familiar en los residentes del distrito de


Chimbote-Perú, 2024

AUTORES:

Toledo Tomas Heysen Everth (orcid.org/)


(orcid.org/)

ASESOR:

Mg. Quezada Berru Soledad Mercedes


(orcid.org/ 0000-0001-7594-4995)

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:

Salud Integral Humano

LÍNEA DE RESPONSABILIDAD SOCIAL


UNIVERSITARIA:

Promoción de la Salud, nutrición y salud alimentaria

CIUDAD FILIAL:

Chimbote

PERÚ
INDICE
I. INTRODUCCIÓN
En el contexto actual del país, el incremento de los índices de violencia en el
entorno familiar es motivo de gran preocupación. Este fenómeno se manifiesta en
su forma más alarmante en los feminicidios, revelando un aumento significativo en
actos de violencia perpetrados en el seno de las familias (Urbano y Rosales,
2014). Estos actos de violencia, ya sea de naturaleza física o psicológica, infligen
un daño profundo tanto a nivel físico como mental en las víctimas.

Así mismo, la violencia familiar implica un complejo entorno social y afecta a todos
los miembros involucrados, tanto a los agredidos como a los agresores. Según la
Organización Panamericana de la Salud (2015), la violencia se define como un
acto de fuerza o agresión contra una persona o un grupo indefenso, con
consecuencias que van desde perjuicios psicológicos hasta lesiones físicas e
incluso la muerte. Este tipo de violencia se manifiesta en varios ámbitos, donde
también está incluido el ámbito familiar, la escuela y la comunidad. Muchas veces,
las familias de bajos recursos se ven totalmente afectadas, ya que luchan por
obtener recursos básicos, y las familias disfuncionales también son propensas a la
violencia. Sin embargo, la violencia no discrimina y también afecta a familias con
mejores condiciones económicas, aunque en menor medida (Moreno &
Marphiorith, 2017). La violencia en el ámbito familiar es un problema sociocultural
global que atenta contra los derechos humanos, la salud y la comodidad tanto de
manera física como psicosocial. A menudo, las consecuencias son más graves
para las féminas y los menores de edad, quienes se encuentran en una situación
de mayor riesgo para su salud mental y física (López y Lozano, 2017).

De igual manera, el problema también se manifiesta en diferentes formas de


abuso, ya sea emocional, físico, sexual, financiero o socioambiental, y afecta a
familias de diversos niveles económicos y culturales (Sánchez, 2013). Como
destacan Mayor y Salazar en su artículo de 2019, la violencia se percibe como una
manifestación de poder que implica dominio, opresión y la creación de un estado
de sometimiento hacia las víctimas de este abuso. Se ha convertido en un
problema de salud pública con profundas implicaciones a nivel mundial, y aunque
no se considera una enfermedad en el sentido tradicional, sin duda es un
problema de salud en un sentido social.

Por otra parte, la información disponible sobre la incidencia de la violencia y sus


efectos es relativa debido a la falta de denuncias y a la insuficiencia de
investigaciones, lo que se debe, en parte, a la diversidad de conceptos y métodos
utilizados (Mayor y Salazar, 2019). La violencia familiar es especialmente
perjudicial porque se manifiesta en síntomas que afectan más a menudo a los
miembros de una misma familia, lo que la convierte en una de las formas más
lamentables de violencia humana. Esto es particularmente preocupante dado que
los perpetradores de esta violencia son personas relacionadas por lazos de
sangre, en quienes se esperaría afecto, amor y respeto en lugar de dolor y
sufrimiento. Además, la familia desempeña un papel fundamental en la
socialización inicial de los individuos. La violencia puede convertirse en un
obstáculo para la transmisión de valores humanos relacionados con aspectos
emocionales y espirituales de una generación a otra. Como resultado, la violencia
familiar causa un daño significativo a la salud física, mental y social. La violencia
es un comportamiento ampliamente arraigado en la sociedad y la familia es un
entorno propicio para su reproducción. Esto se debe a que la familia es un agente
clave de socialización y un contexto continuo en el cual las personas exploran las
normas de interacción social. Reconocer la legitimidad de la violencia como
estructura en la vida familiar requiere un profundo proceso de reflexión sobre las
prácticas de socialización que tienen lugar en este entorno.

En las literaturas se utilizan varias terminaciones para describir la agresividad en el


ámbito doméstico, y estos términos conllevan distintas perspectivas teóricas y
epistemológicas respecto a la familia, la violencia social y las conexiones entre
estos conceptos (Mayor y Salazar, 2019). La abolición completa de la violencia
puede ser un ideal inalcanzable, pero se deben implementar medidas concretas
para reducir la incidencia y la gravedad de todas las formas de violencia
(Garmendia, 2016). Entre estas medidas se incluye la promoción de la educación
moral basada en el cuidado hacia los demás y el entorno, la implementación de un
sistema de justicia justo y eficiente para evitar la impunidad, y la inculcación de
valores morales desde temprana edad.

La violencia contra las mujeres y los familiares representa uno de los desafíos más
apremiantes en la sociedad peruana. A pesar de la introducción de nuevas leyes y
regulaciones destinadas a abordar este problema, la violencia persiste en parte
debido a la falta de aplicación efectiva y sanciones adecuadas (Pumarica, 2020).
Es imperativo que las instituciones tomen medidas estrictas para garantizar el
cumplimiento de las normativas y combatir este problema de manera efectiva.
Según Zerpa Espinoza (2017), los casos de violencia contra mujeres y niños son
desafortunadamente comunes en la sociedad peruana y se han convertido en un
problema que trasciende connotaciones de género, con un Estado que a menudo
no cumple con su deber de proteger a la sociedad civil. En 2017, Perú reportó
28,790 casos de víctimas de violencia. Las regiones de Lima, Cusco y Junín son
las que registran más casos de violencia familiar presentada hasta ahora en 2017.

Asimismo Arévalo y Solís, ( 2021) mencionan que la violencia al ser un problema


social de muchos años de antigüedad repercute día a día en la sociedad, pues día
a día vemos incrementos del grado de esta acción que se da mayormente hacia
los niños , mujeres y personas adultas , ello trae graves consecuencias tantos en
el entorno como en la sociedad, problemas como muerte, golpes graves, traumas,
rechazos, entre otros.

Ademas la ONU (2022) informó en su revisión de la situación en Perú que el país


continúa sufriendo niveles muy altos de violencia contra las mujeres, que se han
intensificado durante la pandemia de COVID-19. El comité también advirtió sobre
la discriminación que enfrentan las mujeres peruanas en el acceso a la justicia, por
ejemplo, un sesgo de género "en casos de muerte de mujeres, persecución o
publicación de imágenes y videos de contenido sexual".
Es más, la PNUD (2020) alude que trabaja en unos 170 países y territorios,
ayudando a erradicar la pobreza, reducir la desigualdad y la desigualdad y
desarrollar capacidades para que los países sean saludables. Por ende menciona
que en el tiempo de la pandemia las llamadas a la línea 100 son exclusivas de
13.000 llamadas en febrero de 2020 a 26.000 respuestas sólo en julio de ese año.
El 43% de estas llamadas implican violencia inmediata. Ahora, el 35% de los
casos de padres, madres, padres o progenitores tienen hijos menores de 11 años,
lo que dificulta aún más las llamadas por la cuarentena en ese tiempo.

No obstante, el Ministerio de Salud (Minsa) (2023) refiere que se alcanzaron


23.657 causas de problemas humanos en niñas, niños y jóvenes, lo que la sitúa
como la tercera más alta en esta categoría en el mundo. “Actualmente vemos
cada vez más casos atendidos por trastornos del espectro autista, maltrato infantil,
trastornos de conducta y trastornos emocionales. Estos problemas están
relacionados por muchas razones porque son personas biológicas”, afirmó la
psicóloga de la Unidad de niñas, niños y adolescentes.

Igualmente por parte el Diario del bicentenario (El Peruano) (2023) reveló que, de
acuerdo con Según la Encuesta de Población y Salud Familiar (finales de 2022), el
35,6% de las mujeres de entre 15 y 49 años habían sufrido violencia doméstica en
los últimos 12 meses antes de la prórroga. el 34,8% informó haber experimentado
abuso emocional o verbal en los últimos 12 meses; 8,1%, fuerza física; y el 2,2%,
violencia contra la mujer.
JUSTIFICACION:

¿Cómo ha sido la violencia familiar de los residentes del distrito de Chimbote en


2024?
Se podría decir que la realidad problemática se caracteriza por Feminicidios
Alarmantes como: Los índices de feminicidios en el país han alcanzado cifras
alarmantes en los últimos años. Las mujeres peruanas enfrentan un riesgo
significativo de violencia y, en algunos casos, de muerte dentro de sus propias
familias. Asimismo, consideramos las siguientes problemáticas específicas
conforme a las dimensiones: En primer lugar, tenemos ¿Cómo ha sido el nivel de
violencia física en los residentes de Chimbote 2024? Asimismo, también tenemos
¿Cómo ha sido el nivel de violencia psicológica en los residentes de Chimbote
2024? y finalmente tenemos ¿Cómo ha sido el nivel de violencia emocional en los
residentes de Chimbote 2024?

La violencia familiar tiene efectos físicos y mentales devastadores en las víctimas.


La violencia familiar afecta a todos los miembros de la familia, creando un entorno
perjudicial para su desarrollo. Las secuelas de esta violencia a menudo son
irreparables y dejan cicatrices profundas. Las familias de bajos ingresos enfrentan
dificultades adicionales para obtener recursos básicos, mientras que las familias
disfuncionales son más propensas a la violencia, lo que también afecta a las
familias con mejores condiciones económicas y culturales. Esta cuestión no
discrimina.

A partir de ello, tenemos como objetivo general determinar cómo ha sido la


violencia familiar en el distrito de Chimbote en el año 2024, continuando con los
objetivos específicos tenemos como primer objetivo determinar cómo ha sido el
nivel de violencia física en los residentes de Chimbote-Perú 2024, seguido del
siguiente objetivo el cuál es determinar cómo ha sido la violencia Psicológica en
los residentes del distrito de Chimbote-Perú 2024 y como último objetivo requerido
buscamos determinar cómo ha sido el nivel de violencia emocional en los
residentes del distrito de Chimbote-Perú 2024, asimismo también se consideró
una serie de hipótesis, como primera hipótesis general es el nivel de violencia
familiar en los residentes en el distrito de Chimbote ha sido alta, asimismo también
se obtuvo las siguientes hipótesis específicas, la primera es el nivel de violencia
física en los residente del distrito de Chimbote-Perú 2024, la siguiente hipótesis
consta del nivel de violencia psicológica en los residentes de Chimbote-Perú 2024
ha sido alta y como última hipótesis general planteada tenemos el nivel de
violencia emocional en los residentes del distrito de Chimbote- Perú 2024 ha sido
alto.

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