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Antiguo Testamento
-II-
f a Casa de la Biblia
© La C a s a de la Biblia 1997
© Coeditan:
ATENAS
Mayor, 8 1 . 2 8 0 1 3 Madrid
Tomo II. ISBN 8 4 7 0 2 0 4 3 7 8
Obra completa. ISBN 8 4 7 0 2 0 4 2 7 0
PPC
E. J . Poncela, 4. 2 8 0 1 6 Madrid
Tomo II. ISBN 8 4 2 8 8 1438 4
Obra completa. ISBN 8 4 2 8 8 1378 7
SIGÚEME
García Tejado, 2 3 - 2 7 . 3 7 0 0 7 S a l a m a n c a
Tomo II. ISBN 8 4 3 0 1 1346 0
Obra completa. ISBN 84 301 1345 2
VERBO DIVINO
Avda. de Pamplona, 4 1 . 3 1 2 0 0 Estella (Navarra)
Tomo II. ISBN 84 8 1 6 9 2 1 3 1
Obra completa. ISBN 8 4 8 1 6 9 183 6
PRESENTACIÓN 5
CARACTERÍSTICAS 6
SIGLAS 8
ESCRITOS PROFETICOS
Antonio González Lamadrid
Introducción general 13
ISAÍAS
Horacio Simian Yofre
Introducción 23
Comentario 35
JEREMÍAS
José María Ábrego de Lacy
Introducción 105
Comentario 116
BARUC
José Héctor Lüdy
Introducción 159
Comentario 161
CARTA DE JEREMÍAS
José Héctor Lüdy
Introducción 175
Comentario 177
9
ESCRITOS PROFETICOS
INTRODUCCIÓN
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PROFETICOS
lamente "a posteriori", el paso del tiempo, el del viaje de Wen Amón a Fenicia, la estela de
refrendo de la comunidad y el veredicto de las Zakir, rey de Jamat. El adivino Balaán (Nm
obras, colocan a cada uno en su sitio. 22-24) y los profetas de Baal (1 Re 18) se
El tiempo es el juez supremo que da y qui- mueven asimismo en u n contexto similar.
ta razones. Mientras viven, los profetas, los de Al lado de los paralelismos y coinciden-
ayer, los de hoy y los de mañana, precisa- cias estructurales, e incluso literarias, que
mente por serlo, están sometidos a debate y existen entre los videntes y mensajeros ex-
discusión. ¡Ay de mí, madre mía, que me en- trabíblicos y los profetas israelitas, se dan a
gendraste hombre de pleitos y contiendas con su vez diferencias esenciales. La fe en u n
todo el mundo!, clamaba Jeremías (15,10). Si- Dios único y personal, creador del cosmos
meón le anuncia a la Virgen que el Hijo será y Señor de la historia, junto con la referen-
signo de contradicción (Le 2,34). cia a la alianza como base de las relaciones
J u n t o con el veredicto del tiempo, la que especiales entre el Señor y su pueblo, colo-
acredita a unos profetas y reprueba a otros can al profetismo bíblico en u n a categoría
es la comunidad creyente, presidida por sus aparte.
pastores. La comunidad ha sido la que ha
conservado las predicaciones y los escritos Orígenes del profetismo en Israel.
de unos y h a desechado y olvidado los de Aunque algunos textos tardíos pretenden
otros. La coexistencia de verdaderos y falsos remontar a Moisés el origen del profetismo
profetas fue muy numerosa en el AT, sobre (véase Dt 18,15-20), en realidad el fenóme-
todo en tiempo de Miqueas y Jeremías. Pe- no profético hace acto de presencia en Israel
ro solamente los verdaderos fueron recono- de la mano de Samuel, coincidiendo con el
cidos como auténticos y sólo sus escritos en- nacimiento de la monarquía (finales del s. XI
traron en el catálogo de los libros canónicos. a. C ) . Se podría decir que la monarquía y el
Jesús de Nazaret, el profeta por excelencia, profetismo nacen juntos y mueren juntos.
apela a las obras. "Yo tengo a mi favor un tes- Son dos instituciones estrechamente rela-
timonio de mayor valor que el de J u a n . Una cionadas entre sí. De hecho, la edad de oro
prueba evidente de que el Padre me ha en- del profetismo coincide con los tres últimos
viado es que realizo la obra que él me en- siglos de la monarquía (VIII-VI a. C), que a
cargó" (Jn 5,36). E l veredicto de las obras es su vez corresponden a los llamados profetas
el que Jesús propone como criterio universal clásicos, canónicos o escritores.
en el Sermón del Monte: Cuidado con ¡os fal- De los profetas anteriores al siglo VIII, que
sos profetas que vienen a vosotros disfraza- constituyen el llamado profetismo preclásico
dos de ovejas, pero por dentro son los lobos o precanónico, la Biblia (especialmente los li-
rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Aca- bros 1-2 Sm y 1-2 Re) ha conservado algu-
so se cosechan uvas de ¡os espinos o higos de nos relatos sueltos o agrupados en ciclos. El
las zarzas? (Mt 7,15-20). conjunto de datos nos permite diferenciar
tres modelos proféticos:
3. Historia del profetismo bíblico - Profetas individuales, vinculados a la
corte y muy cercanos al rey (incluso adscri-
Tradicionalmente se creía que el fenóme- tos a su servicio). Es el caso de Natán (2 Sm
no profético era u n producto propio y pecu- 7; 12; 1 Re 1), Gad (1 Sm 22,5; 2 Sm 24,11)
liar de la religión yahvista. Sin embargo, los o Miqueas hijo de Yimlá (1 Re 22), que sólo
recientes hallazgos arqueológicos y literarios intervienen en asuntos relacionados con la
han sacado a la luz, aquí y allá, por todo el política y las intrigas cortesanas.
antiguo Oriente Medio indicios y ejemplos de - Grupos o fraternidades de profetas, que
manifestaciones proféticas más o menos afi- aparecen como discípulos en torno a u n gran
nes al profetismo israelita. Se pueden citar, maestro, como Samuel, Elias y Elíseo (1 Sm
entre otros, los videntes y mensajeros no pro- 10,10; 19,20; 1 Re 22,10; 2 Re 2,3.5; 4,38).
fesionales de los archivos de Mari, el relato Actúan poseídos por el espíritu de Dios (1 Sm
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PROFETICOS
19,20-24; 1 Re 22,24) y llegan a estados de respectivamente. De estos ocho profetas, só-
éxtasis contagiosos, provocados por ritmos lo Oseas procede del reino del Norte, donde
musicales, danzas y gesticulaciones (1 Sm ejerce su ministerio, junto con Amos (oriun-
10,5; 19,20-24; 1 Re 22,10-11). do del reino del Sur). Los seis restantes pro-
- Profetas independientes, que viven entre ceden del reino de J u d á y allí ejercen el mi-
el pueblo, alejados de la corte, aunque oca- nisterio.
sionalmente intervengan ante los reyes. En- Con Ezequiel, el primer profeta del exilio,
tre estos podemos citar a Ajías de Silo (1 Re se produce u n cambio de tono: menos fuego
11,29-39; 14,1-18), u n profeta anónimo de y espontaneidad, predominio de grandiosas
Judá (1 Re 13), a Elias (1 Re 17-2 Re 2), y fre- y complicadas visiones, preocupación cada
cuentemente a Elíseo (2 Re 2-8). Este será se- vez mayor por los últimos tiempos. Se trata,
guramente el modelo que más influirá en los en u n a palabra, de u n a serie de rasgos que
profetas escritores. anuncian la literatura apocalíptica. Sin em-
bargo, en el Segundo Isaías (Is 40-55) rea-
El profetismo clásico. A mediados del s. parece enriquecida la corriente profética re-
VIII a. C. se produce u n fenómeno nuevo en presentada por el Isaías del s. VIII a. C.
la historia del profetismo: Entran en escena Entre los profetas postexílicos sólo son
toda u n a pléyade de profetas, cuyas predi- identificables Ageo y Zacarías (el autor de
caciones serán consignadas por escrito (a ini- Zac 1-8), cuya actuación se mueve dentro de
ciativa propia o de los discípulos) en los lla- u n horizonte limitado: la restauración del
mados libros proféticos. Por eso reciben el templo. El Tercer Isaías (Is 56-66), Malaquías
nombre de profetas escritores, aunque tam- y el Segundo Zacarías (Zac 9-14) son colec-
bién se los conoce como profetas clásicos o ciones de oráculos de tono cultual, apologé-
canónicos. Cronológicamente hablando se tico y apocalíptico, detrás de los cuales no se
pueden agrupar en tres momentos: descubre ninguna personalidad histórica
concreta. Abdías y Joel no se sabe si son es-
1) Profetas preexílicos: critos proféticos o más bien textos litúrgicos.
J o n á s no es u n a profecía, sino u n a parábo-
a) Periodo asirio (s. VIII): la de carácter didáctico y de autor descono-
Amos, Oseas, Isaías 1-39 y Miqueas. cido. Baruc es u n a antología de fragmentos
b) Periodo babilónico (ss. VII-VI): de distintas procedencias, reunidos por u n
Sofonías, Nahún, Jeremías y Habacuc. autor-redactor, que poco o nada tiene de
profeta. Finalmente, Daniel entra de lleno en
2) Profetas exilíeos (586-538 a. C): el género apocalíptico (véase la introducción
especial a este libro).
Ezequiel e Isaías 40-55. En resumidas cuentas, podemos decir
que el movimiento profético en el sentido es-
3) Profetas postexílicos (ss. VI-II a. C ) : tricto de la palabra termina con el destierro.
Los llamados profetas postexílicos carecen
Ageo, Zacarías 1-8, Isaías 56-66, Ab- de la fuerza, la creatividad y las inquietudes
días, Malaquías, Jonás, Joel, Zacarías características del profetismo clásico (ss.
9-14, Baruc y Daniel. VIII-VI a. C). En los libros proféticos poste-
xílicos, incluidos Ageo y Zacarías, se hacen
Los ocho profetas preexílicos, especial- presentes temas y preocupaciones ajenos al
mente Isaías y Jeremías, señalan el mo- profetismo canónico, como son el culto y la
mento de mayor esplendor del profetismo ca- liturgia, la moral legalista, la apología y la
nónico. Coinciden con momentos críticos de apocalíptica. Este último dato confirma la
la historia de Israel, como son la caída de Sa- convicción antes apuntada de que el profe-
maría (722 a. C.) y la caída de Jerusalén tismo nace con la monarquía y muere con
(587 a. C.) en poder de Asiria y Babilonia ella.
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PROFET1COS
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PROFETTICOS
ciales, etc.), la corte y la diplomacia (edictos, enriquecieron a costa del pueblo (1 Sm 8,10-
cartas, tratados, etc.), el ámbito judicial (dis- 18). Por su parte, las clases dirigentes en-
curso acusatorio, fórmulas casuísticas, etc.) cargadas de elaborar las leyes y presidir las
o la vida diaria (cantos de amor y de traba- instituciones no siempre se condujeron con la
jo, lamentaciones, etc.). Mención aparte me- equidad y justicia que exigían sus responsa-
rece el género apocalíptico que, sin ser es- bilidades. Por éstas y otras muchas razones
pecíficamente profético, adquiere especial la sociedad del tiempo de los profetas llegó a
importancia en el período postexílico. sufrir escandalosos desajustes sociales. De
ahí que una buena parte de la predicación
6. £1 mensaje de los profetas profética vaya encaminada a denunciar estas
situaciones de injusticia y a defender los de-
El mensaje de los profetas viene determi- rechos de los pobres y desvalidos frente a los
nado por los rasgos que configuran su per- abusos de las clases dominantes.
sonalidad, especialmente por su condición de La mayoría de los profetas desempeñaron,
hombres de Dios, por la dimensión pública además, u n papel relevante en el ámbito po-
de su ministerio y por las dos direcciones lítico de su tiempo. Se hicieron presentes en
predominantes de su palabra: denuncia y momentos críticos de la vida del pueblo y su
utopía. Como "hombres de Dios", han pro- actuación fue decisiva para los destinos de
fundizado en el conocimiento de la divinidad, la nación. En general, el profetismo signifi-
han interiorizado y personalizado la vida cul- caba el elemento carismático que recordaba
tual y han contribuido al avance cualitativo a los reyes y dirigentes que toda la vida del
de la religiosidad de Israel. Su "ministerio pú- pueblo elegido y todas sus instituciones, in-
blico" los ha puesto, además, en contacto con cluida la monarquía, debían estar atentos a
la historia de su pueblo y con los problemas los designios y a la voluntad de Dios, mani-
de su tiempo, sobre todo en las esferas social, festada a través de la voz de los profetas.
política, económica y jurídica, a través de vi- Finalmente, los profetas fueron auténticos
gorosas denuncias y lúcidas reflexiones. Co- forjadores de esperanzas, que abrieron la his-
mo "mensajeros de salvación", han abierto la toria y los horizontes de su pueblo hacia u n
historia hacia el futuro, contribuyendo deci- futuro de salvación y plenitud. Basados en
sivamente a la doctrina escatológica. las grandes verdades y experiencias del éxo-
Desde el punto de vista religioso, el profe- do, de la alianza, de la elección de Jerusalén
tismo se sitúa en el corazón del Antiguo Tes- como ciudad santa y de la elección de la ca-
tamento. Los profetas son los centinelas de la sa de David como dinastía eterna, los profe-
alianza (Ez 3,16-21), los paladines del yah- tas anuncian y esperan u n nuevo éxodo, una
vismo frente a los dioses extranjeros, a las nueva alianza, u n a nueva Jerusalén, y u n
creencias y a las prácticas politeístas cana- nuevo David que instaure sobre la tierra el
neas. Son los creyentes y teólogos que han reino de Dios (mesianismo). Estas son las es-
profundizado en el conocimiento del Dios peranzas que, junto con las promesas de u n
único y han expresado con mayor claridad y nuevo pueblo e incluso de u n a nueva crea-
perfección verdades tan importantes como el ción, constituyen los grandes ejes de la uto-
monoteísmo, la creación, la elección, la alian- pía o escatología profética.
za, el mesianismo, el culto auténtico, etc. Aunque, como hemos visto, el profetismo
Pero esta profunda experiencia religiosa en cuanto fenómeno histórico concreto se
nunca alejó a los profetas de los problemas de extingue tras el exilio, sin embargo en Israel
su tiempo, ni los aisló al margen de la histo- nunca se extinguiría del todo la esperanza de
ria de Israel. El asentamiento en la tierra pro- nuevos profetas. El mismo J e s ú s de Nazaret
metida y, sobre todo, la monarquía habían in- será considerado como profeta por muchos
troducido en el antiguo Israel u n progresivo de sus contemporáneos (véase Mt 21,11; Me
desequilibrio económico y social Con ello, la 8,28; J n 4,19; 6,14; 9,17). Igualmente, entre
corona y las familias allegadas a la corte se las primeras comunidades cristianas se le
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PROFETICOS
consideró como el profeta escatológico (Hch L. Monloubou, Los profetas del AT. Estella
3,22; 7,37), y en su vida y obra vieron el cum- 1983.
plimiento definitivo de las antiguas profecías L. Alonso-J. L. Sicre, Profetas. Madrid
(Le 24,25). 1985.
J. L. Sicre, Los profetas de Israel y su men-
7. Bibliografía saje. Madrid 1986.
J. Crenshaw, Los falsos profetas. Conflicto en
L. Monloubou, Profetismo y profetas. Profeta la religión de Israel. Bilbao 1986.
¿quién eres tú? Madrid 1971. E. Beaucamp, Los profetas de Israel Estella
A. J. Heschel, Los profetas. Buenos Aires 1988.
1973. J. L. Sicre, Profetismo en Israel Estella 1992.
A. Neher, La esencia del profetismo. Sala- AA.W., Los profetas (Reseña Bíblica.l). Es-
manca 1975. tella 1994.
A. Gelin-L. Monloubou-Chary, Los libros pro- J. M3. Ábrego, Los libros proféticos. 2- edic.
féticos posteriores. Barcelona 1981. Estella 1997.
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