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INSTITUTO FILOSÓFICO TEOLÓGICO SAN LUCAS

SEMINARIO DE TEOLOGÍA: CAMPUS CHAPINGO

Lucino Gopar Franco


22-11-2022
Cristología
SÍNTESIS DE LA DECLARACIÓN DOMINUS
IESUS
INTRODUCCION
A continuación, abordaremos la declaración Dominus Iesus que trata de la unicidad y la
universalidad salvífica de Jesucristo y de la Iglesia. En esta declaración San Juan Pablo II nos
recuerda la misión profética que los bautizados tenemos. Los cristianos debemos predicar el
Evangelio para que muchos lleguen al conocimiento de la verdad y así alcancen la salvación. El
cristiano cada vez que profesa su fe mediante el credo deberá estar convencido de lo que dice ya
que nuestra fe no solo se reduce a simples palabras sino a una realidad concreta. Así pues, Jesús
se hizo hombre tomando nuestra naturaleza humana para redimir a toda la humanidad, pero aún
hay mucha gente que no cree en él, y por consiguiente es nuestra misión darlo a conocer
mediante la evangelización. En el transcurso de la historia la Iglesia siempre ha dado testimonio
de Cristo en los momentos difíciles que le ha tocado atravesar. Por otro lado, la Iglesia católica
no rechaza aquellas personas que profesan o siguen otras religiones. Como Iglesia estamos
conscientes que la gracia de Dios puede obrar en todos aquellos que desean hacer el bien y
colaborar con la obra redentora de Jesucristo. En este documento el Papa desea exponer la
doctrina de nuestra fe católica para que muchos puedan conocer lo que verdaderamente
profesamos y así evitar posiciones erróneas o ambiguas. Como católicos hemos de evitar teorías
relativistas que distorsionan el mensaje de Dios y la doctrina de la Iglesia. En la actualidad el
relativismo nos lleva a creer que cada persona puede tener su verdad. Existen personas que se
dicen tener la verdad y lo único que hacen es confundir aquellos que no están bien cimentados en
su fe. Muchos relativistas se fundamentan solo en la razón y se les olvida levantar la mirada para
ver la verdad del ser. Esto los lleva a un vaciamiento metafísico del evento de la encarnación del
Logos eterno. Existen individuos que interpretan la Sagrada Escritura fuera de la Tradición y del
Magisterio de la Iglesia llevándolos a cometer graves errores. Así mismo, En esta declaración se
elaboran algunas propuestas teológicas en la cuales la revelación cristiana y el misterio de
Jesucristo y de la Iglesia pierden su carácter de verdad absoluta y de universalidad salvífica.

I. PLENITUD Y DEFINITIVIDAD DE LA REVELACION DE JESUCRISTO


Ante las corrientes filosóficas que existen en la actualidad se nos ha revelado que el único
camino y la única verdad que nos lleva a puerto seguro es Jesús. En él reside la plenitud de la
divinidad corporalmente. En Jesucristo que es la máxima revelación del Padre podemos gozar de
la vida eterna y de las glorias divinas. Dios se da a conocer en Jesús y nos hace participes
enviándonos a predicar su palabra a toda la humanidad para que muchos lo conozcan a él
mediante el anuncio. En Cristo se da la plena y completa revelación del misterio salvífico de
Dios. Asimismo, el evangelista san Juan nos narra que el Verbo se encarnó dándonos vida y
llevándonos a la verdad completa. Como resultado, hemos de ser obedientes a la Iglesia y
principalmente al mismo Dios que nos ama inmensamente. Sin lugar a duda, la fe es un don que
Dios nos otorga y nos adhiere más a él permitiéndonos creer y esperar en sus promesas.

Con respecto a la fe teologal podemos decir que es la acogida de la verdad revelada por Dios que
nos permite penetrar el misterio, favoreciendo su comprensión coherente. Por el contario, la
creencia en otras religiones es una experiencia religiosa en búsqueda de la verdad absoluta y
carente del asentimiento a Dios que se revela. El Concilio Vaticano II remarca que, aunque otras
religiones profesan verdades distintas a la Iglesia católica no dejan de ser destellos que iluminan
a todos los hombres. Habría que decir también que la santa Madre Iglesia enseña firmemente,
con fidelidad y sin error, la verdad que Dios quiso consignar en las sagradas letras de nuestra
salvación. Sin duda que Dios nos ha enriquecido en la persona de su hijo amado Jesucristo quien
contantemente se nos manifiesta de diferentes formas. Dios se hace presente en la Iglesia católica
pero también su amor alcanza a otras religiones que buscan la verdad y la salvación.

II. EL LOGOS ENCARNADO Y EL ESPIRITU SANTO EN LA OBRA DE LA


SALVACION
El siguiente punto trata principalmente del Logos que se manifiesta en Jesús de Nazaret. El amor
de Dios no pudo contenerse por la humanidad a tal punto que nos envió a su hijo quien nos amó
hasta el extremo haciéndose uno de nosotros menos en el pecado como lo dice la Sagrada
Escritura. Jesús verdadero Dios y verdadero hombre vino a libéranos de la esclavitud del pecado
y de la muerte eterna haciéndose una ofrenda por nosotros. En Jesús el hombre alcanza la
salvación y recobra la vida que avía perdido por el pecado original. San Juan Pablo nos aclara
que no debe haber una separación entre el Verbo y Jesucristo. De igual manera, no debe haber
separación entre el Logos y el Verbo hecho carne. En otras palabras, el único sujeto que obra en
las dos naturalezas, divina y humana, es la única persona del Verbo. Por lo tanto, Jesucristo es el
mediador y redentor universal. El Magisterio de la Iglesia con firmeza y claridad nos dice que la
economía de la salvación se da gracias a la actividad del espíritu santo que obra en los
individuos, la sociedad, la historia, pueblos, culturas y religiones de todos los tiempos. Es
también el Espíritu quien esparce las semillas de la Palabra que hace posible que muchos
alcancen la salvación gracias a la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

III. UNICIDAD Y UNIVERSALIDAD DEL MISTERIO SALVIFICO DE


JESUCRISTO
Existen individuos que niegan la unicidad y la universalidad salvífica del misterio de Jesucristo
la cual no tienen ningún fundamento bíblico. Para el cristiano no hay más que un solo Dios en
tres personas que nos puede salvar. Aunque el hombre rechaza a Dios en su libre voluntad lo
único que Dios desea es su salvación que lo lleve a gozar de las moradas eternas. Por
consiguiente, hemos de creer firmemente como verdad de fe católica que la salvación le es
otorgada al hombre gracias a la encarnación, muerte y resurrección del Hijo de Dios. Para
concluir este apartado no debemos olvidad que Dios es el Alfa y el Omega que nos da la
salvación en su hijo amado Jesucristo.

IV. UNICIDAD Y UNIDAD DE LA IGLESIA


Jesús desde un inicio eligió a doce apóstoles sobre los cuales fundo las bases de lo que hoy
conocemos como Iglesia. Es mediante la Iglesia que el hombre alcanza la salvación y no en un
grupo específico de personas. El Espíritu Santo es el principal protagonista que dirige la Iglesia
y que nos invita a formar parte del cuerpo místico de Cristo. No podemos separar a Cristo de la
Iglesia ya que ambos son un solo cuerpo que nos unen a ejemplo de la santísima Trinidad. De ahí
que la Iglesia es gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con Cristo.
Gracias al sacramento del Bautismo entramos a formar parte del rebaño de Cristo que nos lleva
gozar de plena comunión con la Iglesia. La división que existe en los cristianos es una herida que
impide la realización plena de su universalidad en la historia. Hemos de pedir a Dios la gracia de
poder unificarnos como hermanos para seguir el modelo de la primera comunidad de cristianos
que se amaban y hacían visible el rostro de Cristo en cada uno de sus miembros.
V. IGLESIA, REINO DE DIOS Y REINO DE CRISTO
La principal misión de la Iglesia es anunciar y extender el Reino de Cristo por todos los confines
de la tierra. Hoy más que nunca necesitamos esmerarnos como cristianos por dar a conocer a
Jesús para que este reino se haga realidad en cada lugar donde llegue la palabra de Dios.
Construir el Reino significa trabajar por la liberación del mal en todas sus formas. Sabemos que
el mal avanza cada día y somos testigos de los estragos que deja a su paso, pero no hemos de
resignarnos ya que Jesús con su muerte y resurrección ha vencido el mal. La misión de la Iglesia
es testimoniar y servir al Reino ya que este se hace presente cuando una persona conoce a Dios y
se convierte a él.

VI. LA IGLESIA Y LAS RELIGIONES EN RELACION CON LA SALVACIÓN


No hay duda que Cristo es el único mediador entre Dios Padre y el hombre. Cristo es el camino
para que el hombre alcance la salvación. Dicho de otro modo, la Iglesia es sacramento universal
de salvación. Es en la Iglesia donde el hombre se encuentra con Dios y recibe la salvación como
gracia especial de Dios. Dios instituyo una Iglesia para que todos los hombres alcancen la
salvación, pero esto se hace difícil por la confusión que existe entre las demás religiones. La
salvación es para todos, pero solo la reciben aquellos que aceptan a Cristo en su corazón y
colaboran con su plan de salvación.

CONCLUSIÓN
Esta declaración ha de servir para aclarar aquellas preguntas o dudas que solemos tener en
ocasiones en relación a nuestra fe y lo que profesamos. Hemos de dar gracias a Dios por formar
parte de la Iglesia en la cual Dios eligió para quedarse y revelarnos la verdad que hoy
profesamos. Para concluir, no debemos obstaculizar el camino con nuestro mal testimonio sino
tener una apertura para que otros puedan conocer la verdad que se nos ha manifestado es Cristo
quien es el camino, la verdad y la vida que nos conduce al Padre.

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