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NUEVO TESTAMENTO I

1.LOS EVANGELIOS SINÓPTICOS

En nuestros estudios anteriores hemos visto que con excepción de los primeros once
capítulos, el Antiguo Testamento se dedica a las relaciones de Dios con su pueblo
escogido, los hijos de Israel. Aprendimos que la nación de Israel fue escogida para ser
depositaria de la Palabra de Dios, y que desde el momento en que la ley fue entregada
desde la cumbre del Sinaí, hubo preocupación general por preservarla aunque no
siempre obedecía sus demandas. La ley constituía toda la legislación al nacional de
Israel, y la historia de la prosperidad o adversidad de este pueblo fue escrita de acuerdo
con su observación o violación y abandono de esta ley. A los gobernantes se les llama
justos en la medida en que hacían cumplie la ley, mientras que los profetas fueron
levantados especialmente para revivirla y restaurarla.

También hemos visto que Israel fue elegida como medio para la introducción del
Redentor del mundo, y hemos trazado las promesas del Mesías comenzando con el
primer anuncio (Ge. 3:15), luego la revelación de la raza (Gen. 11:10). la nación (Gen.
28:14), la tribu (Gen. 49:10), la familia (II. Sam. 7:16), el lugar (Miqu. 5:2), y el tiempo
(Dan. 9:25). Por cuanto Cristo había de nacer en Bethlehem, era necesario que un
remanente de la familia de David volviese del cautiverio babilonio y que se
restableciese la ley civil y ceremonial. Todo esto lo vimos en los libros de Esdras y de
Nehemías; y los de Malaquías, la última voz del antiguo testamento, proclamó la venida
de Juan el Bautista, el heraldo del Mesías.

Pero a la vez que Israel conservó la revelación de Dios y preparó el camino para la
venida del Mesías prometido, fracasó completamente en cuanto al cumplimiento del
propósito de Dios de que testificase de El al mundo. El profeta desobediente, Jonás, era
dela nación que primero se resistía, y luego casi a regañadientes respondió al llamado de
Dios de llevar Su gracia y Su misericordia a otros pueblos.

El Nuevo Testamento nos revela, pues, no solamente cómo "venido el cumplimiento del
tiempo, Dios envió a su Hijos, hecho de mujer, hecho súbdito a la ley", sino también
que, siendo éste rechazado por la nación a la cual fue enviado (Juan 1:11), el reino de
Israel fue puesto a un lado por un tiempo y fue establecida la Iglesia para que testificase
a todas las naciones (Hechos 1:6-8). Debe ser comprendido este hecho importante
antes de que pueda entenderse claramente la relación perfecta del Nuevo Testamento
con el Antiguo. Debe repetirse que el Antiguo Testamento prometía a Israel un reino
terrenal que debía establecerse cuando viniese el Mesías, reino que esperaban siempre
los judíos fieles. Jesús era el Mesías aunque ellos no le reconocieron, y vino a
establecer Su reino. Nada hay más claro que este hecho, de que vino al mundo como
Rey de los Judíos. Era un rey de quien habló el ángel (Lucas 1:32), un rey a quien
buscaban los magos (Mat. 2:1), un rey el que fue rechazado y cruscificado (Juan 19:19-
22). Más aún, desde el principio de Su ministerio público hasta llegar a un cierto punto,
Cristo se ofreció a Su nación como Rey. Al ser finalmente rechazado, cambió el
carácter de Sus enseñanzas y comenzó a hablar de "la iglesia" en lugar del "reino", y a
revelar planes para la formación de un cuerpo completamente nuevo.
Aunque el reino esté ahora en suspenso, esto no significa que la iglesia substituye al
reino prometido en el Antiguo Testamento. Ambos son muy diferentes y no deben
confundirse. El reino será establecido, la iglesia se construye; el reino tiene herederos,
la iglesia tiene siervos; el reino será extendido, la iglesia es edificada; el reino será
universal y futuro, la iglesia se está seleccionando durante la edad actual; el reino será
regido por Cristo, la iglesia reinará con Cristo.

Después del período actual de la iglesia, cuya misión es la de testificar a las naciones
(Mat. 28:19; Hech. 1:8), el Nuevo Testamento enseña claramente que el reino será
establecido (Hech. 15:14-16). Los Evangelios, y especialmente Mateo, tienen mucho
que decir acerca del reino, y cuando llegamos al Apocalipsis pareciera tratar de ese tema
casi exclusivamente. Pero a través de las Epístolas, y especialmente en las de Pablo, se
le da lugar preferente a la iglesia. Conforme se desarrolla el estudio del Nuevo
Testamento, aparecerá la razón de esto.

La palabra "evangelio" viene del griego y significa "Buenas Nuevas". Son las buenas
nuevas de Jesucristo, el Hijo de Dios (Marcos 1:1). Aunque hay un solo evangelio, hay
cuatro escritores de los Evangelios. Según Griffith Thomas:

"Hay cuatro relatos con un solo propósito, y cuatro retratos de una misma Persona, con
cuatro métodos de registrar las impresiones recibidas de aquella Persona. Puede decirse
que Mateo demuestra, Marcos pinta, Lucas declara, Juan describe. Mateo se ocupa de
la venida de un Salvador prometido; Marcos, de la venida de un Salvador poderoso;
Lucas, de la gracia de un Salvador perfecto; y Juan de la posesión de un Salvador
personal. Es probable que un solo evangelio no podría haber manifestado la plenitud y
la gloria de la obra y de la persona de nuestro Señor".

Cada uno de los autores de los Evangelios presenta un aspecto diferente del Mesías.
Uno escribe de su realeza; otro de su ministerio; un tercero de Su humanidad; el cuarto,
de Su deidad. En esto completan el cuadro, usando una caracterización cuádruple de los
profetas del Antiguo Testamento.

Mateo ---- Cristo el Rey --- "He aquí tu Rey" (Zac. 9:9)
Marcos --- Cristo el Siervo - "He aquí mi siervo" (Isa. 42:1)
Lucas ---- Cristo el Hombre -- "He aquí el varón" (Zac. 6:12)
Juan ----- Cristo el Hijo de Dios -- "He aquí nuestro Dios" (Isaías. 40:9).

También hay cuatro pasajes en el Antiguo Testamento que hablan del Mesías venidero
como del "Pimpollo" o el "Renuevo" de una manera tal que sugiere el aspecto cuádruple
de los escritos de los Evangelios.

Mateo: "Renuevo justo, y reinará Rey" (Jer. 23:5)


Marcos: "Mi siervo el Pimpollo" (Zac. 3:8)
Lucas: "El varón cuyo nombre es Pimpollo" (Zac. 6:12)
Juan: "El Renuevo de Jehová" (Isa. 4:2)

Mateo, Marcos y Lucas presentan relatos uniformes o paralelos de la vida y obre de


Jesús, y por esta razón se les designa los Evangelios sinópticos. Con la excepción de los
eventos de la última semana, Juan escribe poco de lo que se halla en los otros
Evangelios. Mientras que los escritores sinópticos dan énfasis a las obras de Cristo,
queda para el autor del cuarto Evangelio hacer hincapié en las palabras de Cristo.
Aunque los primeros tres citan algunos discursos, su especialidad lo son los milagros y
los movimientos de nuestro Señor. Juan menciona solamente ocho de los treinta y seis
milagros conocidos, pero de estos, seis no se hallan en ninguna otra parte y cuatro se
usan como temas de discursos.

Los autores sinópticos se ocupan del ministerio de nuestro Señor en Galilea y nos
hablan poco de Su presencia en Jerusalén, salvo durante la última sena. Por otra parte,
los viajes de nuestro Señor a las fiestas en Jerusalén, y Sus mensajes allí, son el tema
principal de Juan. En el conjunto de las cuatro narraciones, los autores coinciden en
sólo dos lugares. Todos hablan de la milagrosa multiplicación de los panes para
alimentar a los cinco mil, y de las experiencias de la última semana. Esto parece indicar
que estaban de acuerdo en considerar la crucifixión y la resurrección de Cristo como los
hechos más importantes y significativos de Su ministerio.

Lecturas escogidas: Lucas 1,2; Marcos 1-3; Mateo 13; Marcos 6,6; Mateo 16,17; Lucas
10-17; Marcos 10-12; mateo 24,25; Lucas 22-24.

1.1.MATEO

Contenido: Cristo el Rey


Escrito a: Los Judíos
Fecha: Cerca de 60 D.C.
Autor: Mateo
Bosquejo:

I. Preparación, 1:1 - 4:11


1. Genealogía y Nacimiento, 1,2
2. Bautismo, 3
3. Tentación, 4:1 - 16:20

II. Predicación, 4:12 - 16:20


1. Los Discípulos son escogidos, 4:17-25
2. El Sermón del Monte, 5,7
3. Milagros de Sanidad, 8,9
4. Los Discípulos son Comisionados, 10
5. Advertencias y Reprensiones, 11,12
6. Las Parábolas del Reino, 13
7. Alimentando a 5000, 14
8. Discurso sobre las Tradiciones, 15:1-20
9. Alimentando a 4000, 15:29-39

III. La Pasión, 16:21 - 28:20


1. Predicaciones, 16:21; 17:22, 20:17; 26:1,2
2. La Transfiguración, 17.
3. Enseñanzas, 18:10
4. La Entrada Triunfal, 21
5. Los Enemigos Desenmascarados, 22, 23
6. Descripción de la Segunda Venida, 24,25
7. La Ultima Noche, 26
8. La Crucifixión, 27
9. La Resurrección, 28

Mateo, el autor del primer evangelio, es uno de los menos conocidos de los doce,
mencionándosele sólo ocho veces, en tres de las cuales se le llama Leví. Era Judío, y
bien versado en la historia, doctrina, poesía y profecía de su pueblo. Su hogar era en
Capernaum, y su trabajo el de publicano, la ocupación más deshonrosa entre los judíos.
A estos cobradores inescrupulosos de impuestos deles mencionaba en asocio de los
pecadores más degradados, y estaban casi excomulgados de la sociedad respetable. Sin
embargo, a este hombre no sólo se le llamó para que fuese uno de los discípulos de
Cristo, sino que también fue usado de Dios como autor de uno de los libros más
notables que jamás se hayan escrito. Como publicano estaba acostumbrado a llevar
cuentas; por lo tanto, escribe desde el punto de vista de un hombre de negocios, y
también como testigo ocular. Presenta su material de una manera sencilla y ordenada, y
en lenguaje claro y llano.

como ya se ha hecho notar, el propósito de este primer Evangelio es el de dar énfasis a


la realeza de Jesús. Y porque había sido predicho que sería Rey de los Judíos y que se
sentaría sobre el trono de David (Isa. 9:7; Jer. 33:17; Lucas 1:32), Mateo comienza su
narración con una genealogía para demostrar que como hijo de Abraham era el hijo de
la promesa en quien serían benditas todas las gentes de la tierra. De las 118 veces en
que aparece la palabra "reino" en los cuatro evangelios, Mateo lo usa 50 veces.
Atestigua el hecho de que este Evangelio fue escrito primordialmente para los judíos, el
hecho de que contiene unas sesenta referencias a profecías judías y unas cuarenta citas
del Antiguo Testamento. La expresión característica, "Para que se cumpliese lo que fué
dicho por el profeta, que dijo", indicarían que el propósito supremo de Mateo era el de
convencer a los judíos de que Cristo era el cumplimiento de la profecía.

El Evangelio de Mateo abarca lo que podría llamarse el período de transición durante el


cual nuestro Señor se presentó a los judíos como su Rey, y fue rechazado. Este período
de transición entre el reino y la iglesia se ve claramente en el capítulo 12, después de Su
rechazo oficial de parte de los judíos. Anterior a e esto oímos Su proclamación así
como la de Juan el Bautista y de los discípulos, "Arrepentías, que el reino de los cielos
se ha acercado" (3:2; 4:17;10:7). Empero ahora describe el reino en parábolas (cap. 13),
y se refiere a su venida como de un futuro remoto (25:14,19). Cristo prevé Su
rechazamiento, y con él, la postergación del reino. También ve a la iglesia que se
adelanta y ocupa el escenario durante el período que transcurre entre Su resurrección y
regreso. En verdad, es en relación con Su primera profecía se Su rechazamiento,
crucifixión y resurrección que hallamos la primera mención de la iglesia en el Nuevo
Testamento (16:15-21). Y en aquel momento de desilusión y de desaliento tres de Sus
discípulos tuvieron el gran privilegio de acompañarle al monte de la Transfiguración y
de mirar a través dela perspectiva del tiempo hasta ver "al Hijo del Hombre viniendo en
su reino" (16:28; 17:1,2; II Pedro 1:16-18).

1.2.MARCOS

Contenido: Cristo el Siervo


Escrito a: Los Romanos
Fecha: Cerca de 62 D.C.
Autor: Marcos con Pedro
Bosquejo:
I. Preparación, 1:1-13
1. Juan el Bautista, 1:1-8
2. La Transfiguración, 9:1-10
3. Enseñanzas, 9:35-10:45
4. La Entrada Triunfal, 11
5. Los Enemigos Desenmascarados, 12
6. La Segunda Venida Descrita, 13
7. La Ultima Noche, 14
8. La Crucifixión, 15
9. La Resurrección, 16

Juan Marcos no era uno de los doce discípulos, sino que probablemente fue convertido
por Pedro, pues este último habla de él como de "Marcos, mi hijo". No se le nombra en
los Evangelios, pero se hace referencia a él ocho veces en los Hechos y en las Epístolas.
Fue miembro del primer grupo misionero de Pablo, y estuvo en Roma durante el primer
encarcelamiento de Pablo (Col. 4:10; Filemón 24). Más tarde estuvo con Pedro en
Babilonia (IPedro 5:13). En su último encarcelamiento, Pablo escribió a Timoteo que
trajera a Marcos nuevamente a Roma, "porque me es útil en el ministerio" (II Tim.
4:11). Paso sus últimos años en Alejandría, en Egipto, donde fundó una iglesia y sirvió
como obispo hasta morir como mártir.

Juan era su nombre judío, y Marcos su nombre romano, y este último poco a poco tomó
el lugar del primero, así como el nombre de Pedro reemplazó al de Simón. A Marcos se
le llama el intérprete de Pedro, y probablemente escribió lo que dictaba o predicaba el
apóstol, uno de los padres de la iglesia, dice así de Marcos:

"Mateo también publicó un Evangelio entre los hebreos en el dialecto de ellos mientras
Pedro y Pablo estaban predicando en Roma y poniendo los fundamentos de la iglesia.
Después de la partida de éstos Marcos, el discípulo e intérprete de Pedro, nos entregó
las cosas que habían sido predicadas por Pedro".

Aunque el Evangelio de Marcos tiene gran parecido con el de Mateo, la forma


específica en que usó el material de acuerdo con su plan, es muy aparente. Este
Evangelio, fue escrito en Roma y a los Romanos, cosa que evidencia el uso frecuente de
términos latinos tales como "legión" y "centurión". Se da la división romana de la
noche en lugar de la judía, y para estos hombres de acción se escribió un libro de hechos
antes que de palabras. No se da ninguna genealogía, pues los romanos no esperaban a
ningún Mesías, ni les interesaba la ley judaica, que no menciona ni una vez. Marcos
omitió las profecías del Antiguo Testamento, del cual los romanos sabían muy poco, y
halló necesario explicar que el Jordán es "un río" (1:5); que los Fariseos "solían ayunar"
(2:18); que el Monte de las Olivas quedaba enfrente del Templo (13:3), y muchos otros
detalles que los judíos hubieran entendido sin explicación.

Pedro era hombre de acción, y Roma una nación de hechos: de aquí que todo el libro
refleja la naturaleza impulsiva y enérgica de Pedro y el anhelo romano por la acción. La
palabra que se ha traducido por "luego" cuyo original significa "inmediatamente" o "en
seguida", que se usa 35 veces, agradaría mucho a los activos romanos.
Marcos retrata a Jesucristo como el Siervo del Señor, y como conviene al relato de un
siervo, nos narra Su servicio antes que Sus palabras. Halla espacio para veinte milagros,
y hace referencia a muchos más, pero solamente menciona cuatro parábolas, ya que
estas últimas fueron usadas principalmente por Nuestro Señor para reprender a los
judíos y no habrían tenido significado para los romanos. Quita de la mente romana la
ofensa de la cruz, mostrándola como el punto culminante de los padecimientos de Cristo
por la humanidad. Señala el hecho de que el centurión romana encargado de la
crucifixión testificó de Jesucristo como "verdaderamente el Hijo de Dios".

1.3.LUCAS

Contenido: Cristo el Hombre


Escrito a: Los Griegos
Fecha: Cerca de 63 D.C.
Autor: Lucas con Pablo
Bosquejo:

I. Preparación, 1:1 - 4:13


1. Juan el Bautista,1
2. Nacimiento e Infancia,2
3. Bautismo y Genealogía, 3
4. Tentación, 4:1-13
II. Predicación, 4:14 - 18:30
1. Los Discípulos Escogidos, 5:1-11
2. Milagros de Santidad, 5:12 - 6:11
3. El Sermón del Monte, 6:20-49
4. Milagros y Parábolas, 7:1 - 8:18
5. El Endemoniado y la Doncella, 8:26-56
6. Los Discípulos Comisionados, 9:1-10
7. Alimentando a los 5000, 9:11-17
8. El Ministerio entre los Samaritanos, 9:51-18:30
III. La Pasión, 18:31 - 24:53
1. Predicaciones, 9:22,44;18:31
2. La Transfiguración, 9:28-36
3. Los Publicanos, y las Minas, 19:1-28
4. La Entrada Triunfal, 19:29-48
5. Los Enemigos Desenmascarados, 20
6. Descripción de la Segunda Venida, 21
7. La Ultima Noche, 22
8. La Crucifixión, 23
9. La Resurrección, 24

A Lucas se le menciona sólo tres veces en el Nuevo Testamento, pero el empleo del
pronombre "nosotros" le señala como acompañante de Pablo, y le asocia con gran parte
del libro de los Hechos. Aunque no era uno de los doce discípulos originales, fue
grandemente influenciado por las enseñanzas tocantes a la vida y muerte de Cristo, que
oía constantemente de labios del gran apóstol a los gentiles. Así como Marcos era
compañero inseparable de Pedro, Lucas era compañero inseparable de Pablo (Col.
4:14), y su Evangelio podría ser llamado el Evangelio según San Pablo. Acompañó al
apóstol misionero diecisiete años después de que éste vino a Macedonia, y permaneció
con él hasta su muerte (II. Tim. 4:11). Lucas era nativo de Antioquia, y griego, y es por
lo tanto justo que redacte su mensaje para su propio pueblo, los representantes
principales del mundo gentil.

Lucas dirigió su epístola a Teófilo, un compatriota de alto rango y cultura, que había
llegado a estar bajo su influencia, y habiéndose convertido a la fe cristiana, quería
conocer mejor su historia y doctrina. Este propósito lo establece Lucas en la frase
introductoria, "Para que conozcas la verdad de las cosas en las cuales has sido
enseñado". (Lucas 1:4)

Lucas apela no sólo a la cultura sino también a los ideales de los griegos. Ellos
concebían a un hombre que fuera perfecto, reuniendo en si todas las cualidades del
hombre y de la mujer en plenitud y armonía perfectas. Por lo tanto Lucas presenta a
Cristo como el Hombre perfecto, "con toda la fuerza del varón y toda la dulzura de la
mujer, con sabiduría infinita, amor insondable, fuerza de voluntad subyugaste, fidelidad
concienzuda, y sacrificio fiel a un hasta la muerte". De énfasis a la humanidad de
Cristo, presentándole como el Hijo del Hombre (Lucas 19:10).

El Evangelio según Lucas es el más largo y el más comprensivo de los cuatro. El autor
presenta muchas cosas que no menciona ni Mateo ni Marcos. Es mucho más cuidadoso
en la exactitud cronológica de su relato, y presta atención a los detalles, especialmente a
los de ciertas enfermedades que le sugerirían sus conocimientos médicos. En su
genealogía de Cristo, Lucas no se detiene ni en David ni en Abrahám, como lo hizo
Mateo, sino que se remonta al primer hombre, padre de judíos y de gentiles por igual.
Mientras que Mateo nos da la genealogía de Cristo a través de la línea real y legal
(José), Lucas presenta la línea natural y literal a través de María, la virgen madre. Es
interesante notar que ambas genealogías están dispuestas en series de siete. Si se
intercala el nombre faltante del Espíritu Santo entre José y Jesús, tenemos seis veces
siete o sean cuarenta y dos nombres presentados por Mateo, y once sietes o sean setenta
y siete nombres presentados por Lucas, que comienza y termina con la deidad, aunque
presenta la genealogía humana del Señor Jesús. Lucas fija con notable precisión el
tiempo y el lugar del nacimiento de Jesús (2:1-20).

El tercer evangelio es el único que relata el ministerio samaritano, o gentil, de nuestro


Señor (9:51-18:30), y en relación con ésto presente muchas parábolas que no mencionan
los otros autores. Estas son - la Gran Cena (14:16-24); La Oveja Perdida (15:3-7); la
Moneda Perdida (15:8-10); el Hijo Perdido (15:11-32); el Rico y Lázaro (16:19-31), y
el Fariseo y el Publicano (18:9-14). Las parábolas de Lucas comienzan con las palabras
"cierto hombre", constrastando así con las parábolas similares de Mateo que comienza
con las palabras "el reino de los cielos".

También hay varios milagros que son propios del Evangelio de Lucas, tales como la
pesca milagrosa (5:4-11), la resurrección del hijo de la viuda (7:11-15) y la curación de
los diez leprosos (17:11-19). Este evangelio da énfasis a la simpatía humana de Cristo,
que se manifiesta llorando sobre Jerusalén, sanando la oreja a Malco, y
compadeciéndose del ladrón moribundo.

El Evangelio de Lucas es un evangelio de oración. Ningún otro autor presta tanta


atención a la vida devocional de nuestro Señor, ni menciona tanto Sus enseñanzas sobre
la oración. Solamente Lucas llama la atención al hecho de que nuestro Señor oró
cuando fue bautizado, cuando eligió a los doce discípulos, en Su transfiguración, por
Sus asesinos y con Su postrer aliento. Las parábolas del amigo a la media noche (11:5-
10) y del Juez Injusto (18:1-8), acerca de la oración, son también propios de este
Evangelio.

PREGUNTAS

1. Cuál es la diferencia entre el reino y la iglesia?


2. En qué porciones del Nuevo Testamento se da mayor importancia a la iglesia?
3. Cuál es el significado dela palabra "evangelio".?
4. Qué aspectos distintos de Cristo dan los cuatro autores de los Evangelios?
5. a. Qué significa "Evangelios Sinópticos"
b. Qué parte del ministerio de nuestro Señor describen?
6. Cuáles son las peculiaridades del Evangelio de Mateo?
7. En qué sentido abarca el período de transición?
8. Por qué da Mateo tantas citas del Antiguo Testamento?
9. Dá las razones por las cuales se atribuye a Marcos el segundo Evangelio.
10. Señale cinco evidencias de que Marcos escribió para los romanos.
11. En qué respecto difiere de los otros Evangelios el de Lucas?
12. Por qué presta tanta atención Lucas al ministerio gentil de nuestro Señor Jesucristo?

2.EL CUARTO EVANGELIO

Contenido: Cristo el Hijo de Dios


Escrito a: La Iglesia
Fecha: Más o menos 97 d.C.
Autor: Juan
Bosquejo:

I. Preparación, 1:1-34
1. Testimonio del autor, 1:1-14
2. Testimonio de Juan el Bautista, 1:15-28
3. El Bautismo, 1:29-34
II. Predicación, 1:35 - 11:57
1. Los Discípulos son Escogidos, 1:35-51
2. El Primer Milagro y la Primera Pascua, 2
3. Discurso sobre el Nuevo Nacimiento, 3
4. Discurso sobre el agua Viva, 4
5. Discurso sobre la Autoridad, 5
6. Alimentación a los 5000, 6
7. Controversias en el Templo, 7,8
8. Curación del Ciego, 9
9. Discurso sobre el Buen Pastor, 10
10. Resurrección de Lázaro, 11
III. La Pasión, 12-21
1. Predicciones, 12:1-8, 20-36
2. La Entrada Triunfal, 12:12-16
3. Lavando los Pies de los Discípulos, 13
4. El Ultimo Discurso, 14-16
5. La oración Intercesora, 17
6. Arresto y Juicio, 18
7. Crucifixión, 19
8. La Resurrección, 20
9. La Restauración de Pedro, 21

Lecturas Escogidas: Juan 1-21

Los tres primeros Evangelios fueron escritos unos treinta años después de la ascensión,
y pasaron otros treinta años antes de la aparición del cuarto Evangelio. Difiere de los
Evangelios Sinópticos en tantos aspectos, que merece atención especial. Hemos visto
que Mateo, Marcos y Lucas fuero escritos respectivamente a judíos, a romanos y a
griegos, y de entre estas gentes los que aceptaron el testimonio de los apóstoles en
cuanto a Cristo Jesús formaron la iglesia cristiana. Fue a este grupo que se dirigió el
último Evangelio.

Después de que fueron escritos los Sinópticos se habían suscitado en la iglesia muchos
problemas que este tratado posterior proponía resolver. Estos se relacionaban con la
persona y obre de Jesús como el Mesías, Su naturaleza, y el significado de Su muerte.
Por eso, al responder a estas preguntas el escritor revela las verdades más profundas que
se hallan en los Evangelios.

¿Y quién era este autor? Desde la última mitad del siglo segundo hasta principios del
decimonono, se atribuyó sin sombras de duda a Juan el Apóstol, pero durante los
últimos cien años su paternidad literaria ha sido violentamente atacada por la crítica
destructiva. Se admite que esta es "la pregunta de preguntas" en la ciencia bíblica. si
pudiera desecharse la autoridad apostólica y la historicidad del cuarto Evangelio, con
sus enseñanzas sobre el nuevo nacimiento, la vida llena de Espíritu, el Pan del cielo y la
luz del mundo, el conflicto de la fe y de la incredulidad en cuanto a lo milagroso en
cuanto a lo milagroso, la deidad de Cristo, y otros temas semejantes, y si pudiera
atribuirse el escrito a algún genio religioso desconocido del siglo II; habría ganado una
gran ventaja el modernista que niega estas cosas. Es difícil para quienes no aceptan la
deidad de la persona de Cristo y la posibilidad de los milagros, comprender cómo pudo
haber escrito este libro uno que era compañero constante de Cristo y que conocía los
hechos.

De aquí la conclusión de que Juan no es el autor, y los esfuerzos desesperados para


probarlo. Pero los opositores de la autoridad Juanista, aunque audaces y persistentes en
sus asaltos, carecen lamentablemente de pruebas fidedignas que respalden sus asertos.
Por otra parte, testimonio unánime de la iglesia, especialmente el de los padres de la
iglesia, que vivieron muchos siglos más cerca del problema que nosotros, no puede
desecharse tan fácilmente. Además hay abundante evidencia interna, que para
cualquiera que no sea totalmente incrédulo de la Palabra de Dios, resulta concluyente.
Juan es uno de los discípulos más conocidos. Mientras que a Mateo se le menciona sólo
ocho veces en el Nuevo Testamento, a Marcos ocho y a Lucas sólo tres, Juan aparece 35
veces. Pertenecía a la misma familia de Cristo, siendo su madre hermana de María,
madre de Jesús. Era hermano de Santiago, y primo de Jesús y de Sus dos hermanos,
Judas y Santiago. Fue uno de los primeros cuatro a quienes llamó Jesús, siendo
entonces discípulo de Juan el Bautista. Aunque recibe el apodo de "el discípulo amado"
a causa de su carácter afectuoso (13:23; 19:26; 20:2; 21:7), no era de ninguna manera
afeminado, y aunque la extraordinaria actividad directiva de Pedro le hacía sombra,
poseía notable habilidad ejecutiva. Era hombre de coraje, energía y entusiasmo (Marcos
3:17). Su celo ardiente se manifestó cuando quiso destruir a los samaritanos por fuego
(Lucas 9:54), e impedir que lanzaran demonios en el nombre de Cristo aquellos que no
seguían a Jesús (Marcos 9:38). Fue uno de los tres discípulos que tuvieron el privilegio
especial de estar presente en la resurrección de la hija de Jairo, en la transfiguración
sobre el Monte Hermón, y en la agonía del Gethsemaní. Sus muchas relaciones le
permitieron estar presente en el proceso y juicio de nuestro Señor (18:16), y
probablemente fue también el único discípulo presente de la crucifixión (19:26).
Dejando atrás a Pedro, fue el primer discípulo que llegara a la tumba vacía después de
la resurrección, y el primero en reconocer al Señor resucitado en Galilea (Juan 21:7).

Con el conocimiento íntimo que tenía de la vida y las palabras de Cristo, unido a la
madurez de pensamiento y el entendimiento espiritual que viene con el correr de los
años, el apóstol Juan, bajo la inspiración del Espíritu Santo; estaba bien equipado para
escribir esta biografía espiritual de nuestro Señor. Sin duda tenía por delante las
narraciones de los autores anteriores, y notó que aparte de los hechos de la última sena,
se habían ocupado casi exclusivamente del ministerio Galileo, que era tanto más
armonioso y feliz que las controversias de Jerusalén. Por esta razón completo el relato
de los ministerios en Judea, haciendo hincapié en sus profundos mensajes espirituales, e
incluyó el sublime discurso de despedida a los discípulos y la oración intercesora, que
los escritores sinópticos habían omitido.

Además del cuarto Evangelio, Juan fué autor de tres epístolas y del libro del
Apocalipsis, lo que le constituye el principal escritor del Nuevo Testamento después de
Pablo. Tomó parte activa en la fundación de la iglesia, y fue el compañero íntimo de
Pedro durante su ministerio inicial, Estuvo presente en el concilio de Jerusalén, pero
más tarde fue arrestado y desterrado a la isla de Patmos, en donde escribió el libro del
Apocalipsis. Al recobrar su libertad fue obispo de Efeso, donde escribió su Evangelio y
las tres epístolas. Fue el único de los doce discípulos que no sufrió martirio.

El gran propósito de este compañero íntimo del Señor en preparar otro Evangelio años
después de haber sido escrito los sinópticos, se expresa claramente en lo que
pudiéramos llamar el verso clave:

"Estas empero son escritas, para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y
para que creyendo tengáis vida en su nombre" (20:31).

Su gran premisa es que la deidad de Cristo es absolutamente esencial para la salvación.


Expresa esta proposición con mucho énfasis en el Prólogo (1:1-18). No traza la
genealogía de Jesús hasta Abraham, como Mateo, ni hasta Adán, como Lucas, sino
hasta el principio cuando "el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios". Con ésto como
punto de partida el escritor pasa a probar la deidad de Cristo, recorriendo el mismo
terreno que la narración de los sinópticos, pero con escenas seleccionadas para que
respondan a su propósito. Aunque no relata la escena de la transfiguración, ya descrita
por los otros autores, en el primer capítulo se refiere a ella: "Vimos su gloris, gloria
como del Unigénito del Padre" (1:14) y los capítulos siguientes son un desarrollo de
este tema: Su gloria en el servicio, en el sufrimiento y en el triunfo de Su resurrección.

En solamente el segundo capítulo presenta tres pruebas de la deidad de Cristo. Su poder


divino lo atestigua el primero de Sus milagros (vs. 1-11); Su autoridad divina se
manifiesta al echar a los cambiadores de monedas del Templo (vs. 13-17); Su
conocimiento divino lo evidencia Su primera predicción de Su resurrección. (vs. 19-22).

Para cumplir el propósito del cuarto Evangelio solamente se relatan los más grandes de
los milagros, y éstos porque fueron hechos para probar la deidad de Cristo. Uno de
Estos milagros, el de dar de comer a los 5000, lo relata cada uno de los cuatro
evangelios, y otro, el de Jesús caminando sobre el agua, se menciona en tres; aparte de
éstos, todos los milagros relatados aparecen exclusivamente en este Evangelio. Es autor
los llama "señales" más bien que milagros, demostrando así el propósito que tenía en
mente. Todos ellos atestiguan claramente su carácter sobrenatural. Al agua se le
cambia en vino sin que se haya hablado una sola palabra; al hijo del nombre se le sana a
distancia; el hombre paralítico había estado enfermo treinta y ocho años; al hombre sin
vista había nacido ciego; Lázaro había estado muerto cuatro días. En la provisión
maravillosa de pan y de peces participó mayor número de personas que los que
presenciaron todos los otros milagros juntos, y causó tal impresión que hubo un
movimiento popular para tomar a Cristo por la fuerza y elegirle Rey.

Pero no sólo atestiguan la deidad de Cristo los milagros, sino también los discursos. De
hecho, este Evangelio consiste en su mayor parte de discursos que no hallamos en otra
parte, escritos en forma de diálogos. La conversación con Nicodemo presenta Cristo
como el Unigénito Hijo de Dios; levantado sobre la cruz para que los hombres pudieran
ser salvos del pecado (Cap. 3). El discurso con la mujer samaritana (cap. 4) presenta a
Cristo como el Agua de Vida. La curación del hombre impotente (cap. 5) llevó a la
primera controversia con los judíos, quienes disputaban su afirmación de ser igual a
Dios. El dar de comer a los cinco mil fue el punto de contacto para la introducción del
discurso sobre el Pan de Vida, y de la segunda controversia con los judíos (cap. 6). La
fiesta de las Cabañas dió lugar al tercer encuentro con los judíos. Su proclama en el
último día de la fiesta, de que El era el Agua de Vida (cap. 7), seguido luego por Su
manifestación pública de que era la Luz del Mundo, provocó esta tercera controversia
con ellos (cap. 8). La curación del hombre nacido ciego trajo otro debate acalorado,
aunque esta vez entre el joven, sus padres, y los Fariseos "ciegos" (cap. 9). El discurso
sobre el Buen Pastor resultó en la cuarta conversación controversial con los judíos y en
otro intento de parte de ellos para quitarle la vida (cap. 10). La resurrección de un
hombre tan prominente como Lázaro, y la confesión de Marta de que era "El Hijo de
Dios" (11:27), no solamente presentó a los judíos una nueva prueba irrefutable de la
deidad de Cristo, sino que también preparó a los discípulos vacilantes para Su propia
resurrección. Puede decirse que este milagro notable forzó el resultado no sólo al traer a
una decisión de fe a muchos de los que lo vieron (11:45), sino también al precipitar el
acto final de los judíos, de conspirar para matarle (11:53).

Que el gran propósito de la venida de Cristo al mundo fue la expiación, lo prueba el


hecho de que Juan, después de relatar incidentes y conversaciones omitidos por otros, se
une a Mateo, Marcos y Lucas en dar gran importancia a la última semana dela vida de
nuestro Señor en Jerusalén. Por cierto, la mayor parte del relato del cuarto Evangelio
gira alrededor de las fiestas religiosas en Jerusalén, a las cuales Cristo cuidadosamente
asistió y guardó. Mientras que los otros escritores describen sólo el último viaje a
Jerusalén, Juan relata cinco:

La Primera Pascua (2:13-4:3)


La Segunda Pascua (5:1-47)
La Fiesta de Tabernáculos (7:2-10:21)
La Fiesta de la Dedicación (10:22-40)
La Ultima Pascua (12:1 - 20:310.

Se verá por esta lista que este Evangelio se presta más atención a la última visita a
Jerusalén que a todas las otras juntas, y que casi la mitad del libro de dedica a los
últimos días de la vida terrenal de Cristo.

Juan omite las parábolas de la última semana que relatan los otros autores, y tampoco
hace mención del discurso del Olivet (mato 24, 25; Marcos 13; Lucas 21) en el cual
nuestro Señor descorrió el velo para que Sus discípulos pudieran ver la destrucción que
amenazaba a Jerusalén y aun más allá hasta el templo de Su segunda vendía en juicio.
Esta omisión lo explica el hecho de que al tiempo de escribir Juan, Tito ya había
saqueado la ciudad sagrada y había vendido y esparcido a sus habitantes, y no era
necesario referirse a lo que ya era historia. Además, Juan escribió a la iglesia, la cual no
su ocupaba primariamente del regreso del Rey y la restauración del reino. Más bien
alude al arrebato de la iglesia en las nubes, cuando el Esposo venga a tomar a Su esposa:

"Voy pues a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os aparejare lugar, volveré
otra vez y os tomaré a Mi mismo, para que donde yo estoy vosotros también estéis"
(14:2,3).

Más aún, el derramamiento del Espíritu Santo, había de ser la dispensación especial de
la iglesia, y por lo tanto, el apóstol cuenta cómo en Su discurso de despedida a Sus
discípulos, Cristo alegró sus corazones entristecidos anunciando la venida de un
Consolador que no sólo estaría con ellos para siempre y les guiaría a toda verdad, sino
que también "redarguirá al mundo de pecado y de justicia y de juicio".

Nada hay de valor más práctico en esta sublime despedida que Su enseñanza en cuanto
a la oración (14:13,14; 15:16; 16:23-27). El pedir al Padre en el nombre de Cristo va
más allá de pedirle por los méritos de Cristo. El pedir en su nombre es como si El
mismo lo pidiera, con toda la seguridad de una respuesta que tal cosa implica. Y esta
conversación íntima y espiritual (caps. 14-16) con la cual Cristo concluyó Su ministerio
con Sus discípulos, culmina en una oración intercesora (cap. 17). En esta, la única
oración larga de Cristo que tenemos relatada, está incluida la intercesión por Su obra y
gloria (vs. 1-5); por sus discípulos (vs. 6-19), y por todos los creyentes (vs. 20-22).

Es apropiado que después de las controversias tormentosas y crueles que confrontaron


constantemente a nuestro Señor en Jerusalén, Juan nos haya narrado después de la
resurrección una escena sobre las playas apacibles del Mar de Galilea. Este último
capítulo no solamente relata la pesca milagrosa, la sexta señal que solamente Juan
presenta en demostración de la divinidad del Verbo encarnado, sino que también nos
revela la restauración y recomisión de Pedro, a quien los otros autores habían dejado en
un estado triste y desconsolado.

PREGUNTAS

1. Cuál es el gran propósito del cuarto evangelio?


2. Por qué son importantes su paternidad literaria y su historicidad?
3. Dé un breve bosquejo de su autor.
4. En qué sentidos estaba bien preparado para escribir la biografía espiritual del Señor?
5. Cuáles tres pruebas de la deidad de Cristo presenta el segundo capítulo?
6. Por qué menciona Juan solamente los más grandes de los milagros de Cristo?
7. Muestre cómo los milagros siguientes atestiguan su carácter sobrenatural:
a. El agua cambiada en vino
b. El hijo del noble
c. El hombre ciego
8. Muestre cómo dos de los discursos de este Evangelio atestiguan la deidad de Cristo.
9. Cómo se relacionan estos discursos con las fiestas judías en Jerusalén?
10. Qué porción del cuarto Evangelio se destina a los hechos de la última semana?
11. Por qué omite Juan el discurso del Olivet incorporado en los otros Evangelios?
12. Qué enseña el discurso de despedida de Cristo acerca de la oración?

2.LOS HECHOS

Contenido: Historia de la Iglesia Primitiva


Autor: Lucas
Fecha: Cerca de 63 d.C.
Bosquejo:
I. La Iglesia en Jerusalén, 1-7
1. Oración y Pentecostés, 1,2
2. El primer Milagro, 3
3. Crecimiento y Persecución, 4,5
4. Elección de los Diáconos, 6
5. Discurso de Esteban, 7

II. La Iglesia en Palestina, 8 - 12


1. Felipe en Samaria, 8
2. Conversión del Saulo, 9
3. Pedro y los Gentiles, 10, 11
4. Liberación de Pedro, 12

III. La iglesia de los Gentiles, 13 - 28


1. Primer Viaje Misionero, 13, 14
Antioquía, Chipre, Pafos, Perga, Iconio, Listra, Derbe, Antioquía.
2. Concilio en Jerusalén, 15:1-29
3. Segundo viaje Misionero, 15:30 - 18:22
Antioquía (Asia), Troas, Filipos, Tesalónica, Berea, Atenas, Corinto, Efeso,
Antioquía.
4. Tercer Viaje Misionero, 18:23 - 21:17
Antioquía, Galacia, Frigia, Macedonia, Grecia, Mileto, Jerusalén.
5. Últimos días de Pablo, 21:18 - 28:31
a. Arresto y juicio, 21-26
b. Naufragio, 27
c. Ministerio en Roma, 28

Lecturas Escogidas: Hechos 1-3, 6-9, 13-21, 27,28.

El Libro de los Hechos es un eslabón importante en la cadena de los libros del Nuevo
Testamento. Es el eslabón de continuidad que hace una unidad de los anales históricos
de la vida de nuestro Señor y los escritos didácticos y devocionales del período
apostólico. Habiendo escrito el Evangelio para que su amigo, el muy buen Teófilo,
tuviera la certidumbre de "todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta
el día en que fue recibido arriba", Lucas ahora continua desde donde suspendió el relato.
Los Hechos es la continuación de la narración del Evangelio. Nos muestra cómo Cristo
obraba todavía, por medio del Espíritu Santo, estableciendo, edificando y extendiendo la
iglesia.

Pero el libro de los Hechos es también una explicación. En las Epístolas se hacen
referencias frecuentes a la iglesia que no tienen explicación plena y final de los
Evangelios. Además, trece delas epístolas que siguen fueron escritas por un hombre a
quien jamás mencionan los Evangelios. Para que comprendamos claramente la
continuidad dela historia iniciada en los Evangelios, necesitamos este importante
eslabón. El propósito de este complemento de los Evangelios es demostrar que el
programa de nuestro Señor Jesucristo no concluyó con Su muerte, resurrección y
ascensión, sino que fue continuado y completado por medio de Sus discípulos. Los
evangelistas cuentan de Sus promesas en cuanto a la iglesia (Mat. 16:15-20), el don del
Espíritu Santo (Jn. 14:16-17), y la predicación del Evangelio a los gentiles (Luc. 24:46-
47); los Hechos relata el cumplimiento de estas promesas. Las grandes actividades
misioneras de la iglesia, registradas en este libro, completan el programa triple para el
cual Dios llamó primeramente a la nación hebrea.

En el primer capítulo se nos revela la diferencia entre el reino y la iglesia. Cuando en


vísperas de Su ascensión los discípulos hicieron la pregunta pertinente, "Señor,
¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?" (1:6), el Rey de los Judíos tuvo una
excelente oportunidad de revelarles si el programa del Antiguo Testamento, de un reino
terrenal, sería puesto a un lado a causa de Su rechazamiento y crucifixión. Pero Su
contestación no niega la venida del reino esperado, ni da ninguna explicación de un
cambio en Sus planes. En lugar de ésto, solamente posterga el período del reino hasta
que haya pasado el día de la iglesia. Los Hechos de los Apóstoles y las epístolas que
siguen se ocupan principalmente de la iglesia y no del reino.

Esta distinción se revela aún más claramente en el capítulo quince. En medio del gran
esfuerzo misionero dela iglesia, se reunió un importante concilio en Jerusalén a fin de
acallar la pretensión de los miembros judíos de la iglesia, de que los cristianos gentiles
guardaran las leyes ceremoniales. La decisión de este concilio es importante, no sólo
porque libró a los gentiles de la esclavitud de la ley ceremonial durante el tiempo
presente y reconoció la vuelta futura del Rey de los judíos para restaurar el reino a
Israel (15:16).
Aunque este libro se denomina los Hechos de los Apóstoles, estos 28 capítulos de
ninguna manera registran todas las actividades de los apóstoles. Nada dice de la estadía
de Pablo en Arabia, la cual él menciona en su Epístola a los Gálatas (1:17), ni nos relata
la presencia de los evangelistas en Egipto o en Babilonia, de la cual habla Pedro en una
de sus epístolas (IPedro 1:1; 5:13). No menciona la organización de la iglesia en Roma,
aunque la epístola de los Romanos nos indica claramente que ésta existía antes que
Pablo llegara a la metrópoli. Muchos de los detalles de las privaciones y persecuciones
de Pablo no se dan en los Hechos, sino en 2 Corintios.

En el primer capítulo de los Hechos tenemos una lista de los apóstoles que estuvieron
presentes en la reunión de oración de la cual nación la iglesia. A algunos de ellos no se
les menciona más y a otros de les presta poca atención. A Matías, elegido para llenar el
lugar de Judas, no se le nombra más, y dos de los diáconos elegidos más tarde, reciben
más atención que algunos de los doce apóstoles. Es por lo tanto, evidente que este libro
no contiene los hechos de todos los apóstoles. Los dos personajes principales son Pedro
y Pablo, siendo el primero el dirigente de la iglesia en Jerusalén y Samaria, y el segundo
el gran misionero al imperio romano.

al fijarnos en estas discriminaciones, especialmente en la sustitución de Pablo, elegido


de Dios, por Matías, elegido por los apóstoles, a pesar de que aparentemente Matías
estaba mejor preparado para la tarea (1:21,22), no podemos menos que reconocer que
este libro es en realidad los Hechos del Espíritu Santo. Luchas hace en los 28 capítulos
71 referencias al Espíritu Santo, y era sin duda su propósito relatar el maravilloso
derramamiento del Espíritu Santo en el Día de Pentecostés, para que la iglesia
aprendiese de una vez para siempre la lección de que sin el Espíritu de Dios todas las
demás cualidades son impotentes. Cada capítulo contiene o una oración , o una
referencia a una reunión de oración, y cada empresa delos apóstoles terminaba o en una
refriega o en un avivamiento. Y así Lucas nos presenta algunas muestras de la
predicación apostólica. (hay cuatro sermones de Pedro, cuatro de Pablo, uno de Esteban
y uno de Felipe), relata algunos de los principales milagros por los cuales se confirmó el
testimonio del evangelio (hay 20 en total), y finalmente, las circunstancias que llevaron
a la admisión del mundo gentil a la iglesia cristiana.

El capítulo dieciséis revela el carácter sobrenatural del libro y de la obra maravillosa


que describe. Aquí Lucas nos relata como el Espíritu Santo prohibió dos veces a los
misioneros que predicaran en Asia, y al mismo tiempo los dirigió sobrenaturalmente al
gran continente europeo como su campo futuro de acción (16:6-10). Seguros de que el
Señor los llamaba a Europa, en el puerto de Troas cuatro hombres toman pasaje para
Macedonia: Pablo, Silas, Timoteo y Lucas. "Los vientos los llevan sobre las aguas que
quinientos años atrás habían transportado la magnífica armada de Jerjes. Estos cuatro
hombres en el barco que sale de Troas han de lograr lo que los millones de Jerjes no
pudieron hacer; conquistar, no sólo Grecia, sino toda Europa".

Desde que el libro de los Hechos trata del origen de la iglesia, y ésta debía encontrar su
mayor crecimiento entre los gentiles, es apropiado que un griego, el único gentil entre
los treinta y seis escritores de la Biblia, haya escrito sus páginas. Además, conocía
personalmente muchos de los hechos y personajes de la historia que relata, como lo
demuestra la notable vividez y exactitud de su descripción, especialmente cuando las
escenas se sitúan en tierras o mares griegos. Demuestran su admiración y devoción
hacia Pablo, lo mismo que su conocimiento personal de los hechos que describe, usando
el término "nosotros" . Un estudio de aquellas porciones del relato escritas en primera
persona sugieren que Lucas se unió a Pablo en Troas (16:10), pero que se quedó en
Filipos (17:1), donde lo encontraron después de un período de siete años (20:5). Se
unió de nuevo a la compañía y compartió las trágicas experiencias de Pablo en Jerusalén
y en Roma.

El versículo clave de Los Hechos es el programa de la iglesia, expuesto brevemente por


nuestro Señor en Su mensaje de despedida:

"Y recibiréis la virtud del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros; y me seréis testigos
en Jerusalén y en toda Judea, y en Samaria, y hasta lo último de la tierra". (1:8)

Los discípulos debían permanecer en Jerusalén hasta Pentecostés, y entonces, llenos del
poder del Espíritu Santo, debían testificar en círculos concéntricos hasta que alcanzasen
lo último de la tierra. Este programa se cumplió dentro de los treinta años cubiertos por
el libro de los Hechos. Los primeros siete capítulos describen los sucesos relacionados
con la fundación de la iglesia en Jerusalén; en los siguientes cuatro capítulos vemos a
los evangelistas en Judea y en Samaria. Después se nos relata la extensión de la iglesia
hasta Asia Menor (capítulos 13 - 15); luego sigue el llamamiento a Europa y el
establecimiento de iglesias en Grecia y Macedonia. En los últimos capítulos (21-28)
vemos el evangelio llevado a Roma, el centro mismo del mundo civilizado.

El día de Pentecostés fue el natalicio de la iglesia. Esta fiesta, que ocurría cincuenta
días después de la Pascua, conmemoraba la cosecha de trigo (Lev. 23:16), y era la
ocasión de una gran concurrencia en Jerusalén. Se citan como presentes a dieciséis
nacionalidades (2:9-11), y todos oyeron a los apóstoles hablar en su propia lengua, lo
que anunciaba aun entonces, aquel día lejano en que este mismo mensaje de los
apóstoles sería impreso en más de mil idiomas y dialectos.

Es bueno que notemos los característicos de los primeros miembros de la iglesia. Sin
excepción eran sinceros, resueltos, sociables, compasivos y sistemáticos (2:41-47), lo
cual sin duda explica el notable éxito de la primitiva iglesia. El abandono voluntario de
sus negocios y de sus propiedades a fin de tener ellos el tiempo y los apóstoles los
medios, para el esfuerzo mundial misionera, no era comunismo en ningún sentido de la
palabra. La iglesia primitiva fue movida no por el egoísmo, sino por el sacrificio. El
comunista pregunta: "¿Cuánto puedo sacar?", no "¿Cuánto puedo dar?".

En relación con el establecimiento de la iglesia, los apóstoles se vieron en conflicto


constante con las autoridades judías. La primera discusión se originó en el milagro del
hombre cojo a la Puerta Hermosa del Templo, que condujo al arresto de Pedro y Juan
(capítulos 3,4). El segundo conflicto nación de su persistencia en predicar la Palabra a
pesar de las amenazas y las prohibiciones. Esto llevó a un segundo encarcelamiento y a
una liberación milagrosa (cap. 5). El tercer conflicto lo provocó el sermón magistral de
Estaban, que ocupa el capítulo más largo del libro (cap. 7). Su vehemente denunciación
de la incredulidad judía enojó tanto a las autoridades que, bajo la dirección de un joven
y brillante fariseo, Saulo de Tarso, Esteban fue apedreado, y se comenzó una gran
persecución. Esto llevó al esparcimiento de los miembros de la iglesia en todas
direcciones, y marcó el principio de un movimiento hacia el exterior para evangelizar el
mundo.
Los cuatro capítulos siguientes (8 - 12) se dedican al ministerio palestino. Felipe, uno
de los seis diáconos elegidos junto con Esteban (6:5), empieza su ministerio samaritana.
En relación con ésto Felipe entra en contacto con un importante oficial etíope, y como
resultado de la conversión de éste, el evangelio es llevado al Africa (cap. 8). Mientras
tanto, Pedro predica y hace milagros en Lydda y Joppe. En este último lugar tiene una
visión especial de los derechos de los gentiles al evangelio, que le conduce a su
ministerio especial al centurión romano Cornelio, quien puede haber sido responsable
por el establecimiento de la iglesia en Roma. (cap. 10).

Pero Dios tenía para los gentiles mayores planes que estos. Saulo "respirando aún
amenazas y muerte contra los discípulos del Señor" llevó su persecución vigorosa a
ciudades más allá de Jerusalén; pero es repentina y milagrosamente detenido, cegado y
convertido (9:1-9). Su conversión fue uno de los hechos más grandes de la historia de
la iglesia cristiana. Después de ésto ya no es Saulo el fariseo, sino Pablo el cristiano, y
quizá el misionero más concienzudo, mas consagrado y más influyente de toda la
historia. Fue el vaso escogido por Dios para llevar el evangelio a los gentiles. El resto
del libro de Los Hechos se dedica a los tres viajes misioneros de Pablo.

El centro del ministerio gentil no fue Jerusalén sino Antioquía. Partiendo de esta ciudad
en su primer viaje misionero, Pablo trabajó en Salamina y Pafos en la Isla de Chipre,
Perge de Panfilia, Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra y Derbe de Licaonia (capítulos
13,14). El éxito acompañó en todas partes a su ministerio, pero de igual manera le
siguieron las persecuciones. Los judíos incrédulos incitaron al pueblo, parte del cual
apoyaba a los judíos mientras que el resto apoyaba a los apóstoles. Como resultado, no
le fue posible a Pablo permanecer mucho tiempo en ninguna ciudad.

Saliendo de Antioquía en su segundo viaje misionero, Pablo pasó algo de tiempo en


Siria, Cilicia y Galicia antes que viniera el llamamiento a cruzar el Hellesponto y a
trabajar en Grecia y Macedonia (16:1-10). La primera ciudad importante que visitó en
Macedonia fue Filipos, en donde sufrió la cárcel y fue milagrosamente rescatado
(16:11-40). Luego recibió su visita Tesalónica, desde donde la persecución acérrima le
obligó a ir a Berea hasta donde le siguieron los judíos incrédulos a hicieron necesaria su
ida a Atenas (17:1-15). Aquí dió a las mentes más eruditas de la época un discurso
magistral, como resultado del cual algunos se mofaron de él, pero otros manifestaron el
deseo de volver a oírle (17:16-34). Después de esto visitó a Corinto, y en este gran
centro comercial el apóstol tuvo el privilegio de trabajar durante dieciocho meses (18:1-
18). Al salir de Corinto permaneció por breves días en Efeso y de allí se dirigió a
Jerusalén para asistir a alguna fiesta religiosa (18:19-21).

El tercer viaje misionero también partió de Antioquía, pero concluyó con el arresto y el
encarcelamiento de Pablo en Jerusalén. De Antioquía el apóstol se dirigió a Efeso,
donde se levantó un gran furor debido al hecho que disminuía el negocio de los plateros
fabricantes de templecillos de Diana cuando los conversos de Pablo abandonando a
aquella diosa por Cristo (cap. 19). De Efeso Pablo fué a Macedonia y a Gracia,
visitando las iglesias que había fundado en su segundo viaje (20:1-5). De regreso se
detuvo en Mileto, donde mandó llamar a los ancianos de la iglesia a Efeso y les dió un
afectuoso discurso de despedida (20:17-38). De Mileto Pablo se dirigió a Cesarea, en
donde el evangelista Felipe trató de disuadirle de ir a Jerusalén a causa de la actitud
hostil de los judíos (21:1-14). Pero sin conmoverse por estas advertencias siguió hasta
Jerusalén, donde fue amenazada su vida y fue rescatado sólo por la intervención de los
soldados romanos (21:18-40).

De ahí en adelante Pablo era prisionero de los romanos, y tan acerba era la enemistad de
los judíos y tan desesperados sus esfuerzos para destruirle, que fue conducido por
fuerzas armadas a Cesarea para su seguridad personal. Allí estuvo preso durante dos
años, durante los cuales se le permitió hacer su defensa, primeramente ante Félix (cap.
24), luego ante esto (cap. 25), y luego delante de (cap. 26). Estos discursos forenses de
un prisionero delante del tribunal son sin paralelo, y hubieran ganado la libertad de
Pablo si él, para salvarse de los judíos, no hubiese hecho uso de su prerrogativa de
ciudadano romano de apelar a la corte suprema del Cesar en Roma (25:12, 26:32). No
quedaba pues sino enviar al prisionero a Roma.

El relato de su viaje y del desastroso naufragio (cap. 27) es de sumo interés a causa de
los detalles que se dan, y que son plenamente apoyados por las investigaciones
modernas. Mientras que la nave se perdió, todos los de a bordo se salvaron,
información que había sido dada de antemano a Pablo por Dios (27:22-24). Fueron
arrojados a la isla de Melita (hoy Malta), donde permanecieron por espacio de tres
meses antes de que una nave que pasaba les permitiera completar su viaje a Roma.
Durante dos años Pablo estuvo prisionero, aunque no tan estrechamente que no pudiera
predicar algo y escribir mucho, pues fue durante este tiempo que dirigió sus epístolas a
los Efesios, a los Filipenses, a los Colosenses y a Filemón.
je misionero?

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