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LA LINGÜÍSTICA DEL
SIGLO XX
VERSIÓN ESPAÑOLA DE
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LA LINGÜÍSTICA DEL SIGLO XX
BIBLIOTECA ROMÁNICA HISPÁNICA
Dirigida por DÁMASO ALONSO
III. MANUALES. 40
GEORGES MOUNIN
LA LINGÜISTICA DEL
SIGLO XX
VERSIÓN ESPAÑOLA DE
jfe
BIBLIOTECA ROMÁNICA HISPÁNICA
EDITORIAL GREDOS
MADRID
© 1972, Presses Universitaires de France, Paris.
ZSTálQ
8 Lingüística del siglo XX
determinadas lagunas. Me ha parecido que, más o menos,
su mismo método conducía a hacer el inventario de las doc¬
trinas, incluso el catálogo de autores, más que a otra cosa.
Eso seguramente fuera necesario en un principio, pero ello
entr-añaba dar crónicas en vez de historias de la lingüística,
salvo, tal vez, Robins, quien intenta describir, brevemente
pero de modo significativo, el panorama de las determina¬
ciones propiamente históricas, en su más amplio sentido,
que han debido o podido condicionar tal o cual corriente
lingüística. El riesgo, palpable en Milka Ivic, menos aparen¬
te pero perceptible en los demás, consiste en una especie de
desmenuzamiento de la historia, incluso, en una siembra de
nombres propios.
Además, y temo ser tachado de contradictorio al con¬
fesarlo, la búsqueda obstinada de objetividad descriptiva en
la exposición de las doctrinas, dejando una parte muy exigua
para la discusión o crítica de las mismas, conduce proba¬
blemente, al menos a mi entender, a una especie de neutrali¬
dad que raya con el eclecticismo, con el sincretismo casi, en
determinados momentos.
Movido, indudablemente, menos por un afán de historia¬
dor que por un temperamento de docente —y cuya docencia
obliga a seleccionar las doctrinas y, por tanto, a discutir¬
las— he tomado una dirección opuesta (sin ningún propósito
de contradicción frente a mis predecesores). He sacrificado
un poco la detallada descripción de las técnicas, ya realizada
en otras partes, para intentar esbozar, al menos, la organiza¬
ción epistemológica de las teorías. Evidentemente, no he pre¬
tendido lograr en este terreno tanto como un Alexandre Koyré
o un Althusser, en cuyo caso cada uno de los lingüistas es¬
tudiados exigiría, por sí solo, un volumen de seiscientas pá¬
ginas. La palabra epistemología nos resulta aquí de excesivo
tonelaje. En cuanto lingüista, he procurado mostrar cómo
Introducción 9
*
Historia de la lingüística..., cit.
14 Lingüística del siglo XX
BIBLIOGRAFIA COMPLEMENTARIA
(V. L., pág. 1; también L. S., pág. 32). «Los signos articula¬
dos están lejos de ser idénticos a la idea. No lo son más que
en el grado en que los signos matemáticos son idénticos a
los conceptos, a las cantidades, a las relaciones numéricas»
[que ellos representan] (V. L., pág. 24). El lenguaje humano
se distingue específicamente de la comunicación animal en
que sus signos son arbitrarios (V. L., pág. 15), convenciona¬
les (V. L., pág. 2) (ver también págs. 70, 117, 162; L. S., pá¬
gina 14). «En este hecho fundamental de que el signo ar¬
ticulado es convencional y no está unido al concepto más
que por el vínculo de una asociación mental, radica la razón
que hace posibles sus cambios de forma y sus cambios de
sentido [independientes unos de otros]. Si este vínculo fuese
natural, interno, necesario, implicaría que todo cambio en
el concepto produjera un cambio análogo en el signo» (V. L.,
pág. 41; cfr. también pág. 65).
Al llegar a este punto, Whitney, siempre tan original, se
plantea una nueva pregunta: ¿Cómo funcionan los signos
del lenguaje? Su respuesta, con vestigios de aquel biologis-
mo que reprocha en los demás, marca el punto de partida
de toda la lingüística del siglo xx: «El lenguaje, como cuerpo
orgánico, no es un agregado de partículas semejantes, es
un conjunto de partes unidas unas a otras y que unas a
otras se ayudan» (L. S., pág. 46). Inmediatamente aparecen
las palabras capitales: por ejemplo, «un alfabeto hablado
[los sonidos mínimos de una lengua] [...] no es un caos,
sino un ordenado sistema de articulaciones, con relaciones
que las cruzan en todas direcciones» (L. S., pág. 91). Más
claramente aún: «En el lenguaje [...], lo material es, no ya
el sonido articulado aislado, que en cierto sentido podía ser
considerado como un producto físico, sino el sonido con¬
vertido en significador del pensamiento; y el producto [...]
un sistema de sonidos con un contenido inteligible» (L. S.,
William Dwight Whitney 23
pág. 49). Y también: «Una lengua es, en verdad, un gran
sistema, de estructura sumamente complicada y simétrica; es
plenamente comparable a un cuerpo organizado» (L. S.,
pág. 50; ver también V. L., págs. 57, 58 y 52, donde la misión
del lingüista es definida como la de «convertir la masa de
sonidos articulados en un sistema ordenado»). Como acaba¬
mos de observar, la palabra estructura aparece inmediata¬
mente (véase V. L, págs. 148, 175, 189, 201, 215; y L. S„ pá¬
ginas 49, 50, 87).
La riqueza del pensamiento whitneyano no se agota con
este análisis de sus rasgos fundamentales. Todo el capí¬
tulo II de V. L. (págs. 6-25), que es muy rico, está dedicado al
aprendizaje infantil. ¿Cómo adquiere cada hombre su len¬
gua? «No se podría hacer a propósito del lenguaje, dice, una
pregunta más elemental y al mismo tiempo más importante
que ésta» (pág. 6). Ve muy bien la función de la situación
en el proceso de comunicación (pág. 15). En él están ya pre¬
sentes todas las formulaciones neo-humboldtianas de Sapir
o de Whorf sobre el hecho de que la lengua es un prisma a
través del cual está condicionada la visión del mundo: «Nues¬
tros predecesores, escribe, generación tras generación, han
dedicado sus fuerzas intelectuales a observar, a deducir, a
clasificar [vida~muerte, animal~vegetal, pez ~reptil, pája¬
ro ~ insecto...]: nosotros heredamos, en el lenguaje y me¬
diante el lenguaje, los resultados de sus trabajos [...]. Por
tanto, cada lengua tiene su cuadro particular de distinciones
establecidas, sus fórmulas y sus moldes en los que están
vaciadas las ideas del hombre y que componen su lengua
materna» (V. L., págs. 16-18; véase también págs. 18-19).
Sigue siendo un modelo por su actitud epistemológica.
Para él, en 1874, la lingüística debe llegar a ser una ciencia,
pero todavía no lo es: «La ciencia del lenguaje propiamente
dicha está en su infancia» (V. L., pág. 260). Deberá consti-
24 Lingüística del siglo XX
BIBLIOGRAFIA COMPLEMENTARIA
logie (ed. franc., 1949, págs. 4 n., 5, 10, 37 n., 41-42). Los mis¬
mos soviéticos, para quienes la obra de Baudouin era de muy
fácil acceso, comenzaron a interesarse por un Baudouin de
Courtenay, convertido en el precursor ruso de ideas más
tarde florecientes en Occidente, sólo después de la condena
de Marr, liberada la fonología de Trubetzkoy de toda traba
lingüística, si no ideológica. Como siempre que se trata de
subsanar un retraso, la ciencia soviética trabajó entonces
rápida y sistemáticamente, publicando, uno tras otro, los
siguientes trabajos: L. V. Shcherba, principal discípulo
de Baudouin, J. A. Boduen de Kurtene i ego Znachenie v
nauke o iazyke [B. de C. y su importancia para la ciencia
del lenguaje'], en Izbrannye po raboty po russkomu iazyk
[Selección de trabajos sobre lengua rusa], Moscú, 1957; J. A.
Baudouin de Courtenay, 1845-1929, ed. de la Academia de
Ciencias, Moscú, 1960, que es una colección de artículos
debidos a siete lingüistas; y, en fin, Boduen de Kurtene, Iz-
brannye trudy po obschemu iazykoznaniu [B. de C. Selección
de trabajos sobre lingüística general], 2 vols., Moscú, 1963-
1964, que contiene actualmente lo esencial de lo accesible,
y necesario, para la comprensión del pensamiento de Bau¬
douin (esta última obra será designada en lo sucesivo por
la referencia Izbrannye). Por las mismas fechas, W. Doros-
zewski, veterano polaco de la primera escuela fonológica,
en la que su participación fue principalmente crítica, publi¬
caba su artículo J. B. de C., en Slavia Orientalis (vol. XI, 1962,
págs. 437-446). El mismo Vasmer había escrito en 1947, con
motivo del centenario del nacimiento de Baudouin, un pro¬
vechoso artículo publicado en Zeitschrift für Phonetik und
allgemeine Sprachwissenschaft (vol. I, págs. 71-77).
Todo el interés que hoy día se concede a su pensamiento
va unido a la verificación de lo que Trubetzkoy afirmaba en
1933, al escribir: «Los dos únicos lingüistas de preguerra
Jan Ignacy Baudouin de Courtenay 31
de /k/ /t/, de /z/ /s/, etc., del radical de los verbos regula¬
res, en /zh/, /ch/ y /sh/ ante /iu/, /ie/ y /io/), Baudouin se
deja llevar constantemente a incluirlas todas en su psicofo-
nética, incluso cuando la alternancia no está condicionada
fonológicamente, sino solamente impuesta por la morfolo¬
gía (vgr.: /k + ie/ y /k -f iu/ son perfectamente posibles en
otras palabras rusas además de los verbos en que /k/ se
convierte en /ch/). Como hace notar Schogt, este procedi¬
miento nos obligaría a considerar que, en francés, el sonido
[ie] de donniez es una alternancia del fonema /e/ de donnez,
puesto que esta oposición de los dos sonidos sirve para in¬
dicar una oposición morfológica. Lo más destacable consiste
en que Baudouin es siempre consciente de las diferencias
que observa en los comportamientos fónicos y que él des¬
cribe a menudo como lo haría la fonología actual. Capta
perfectamente el fenómeno de neutralización de las oclusi¬
vas sonoras finales de la lengua rusa, pero no puede decidirse
a aislar los condicionamientos morfológicos puros. Por esta
razón, nos sentimos inclinados a achacarle cierta respon¬
sabilidad en el origen de las dificultades inextricables en que
se encuentra atrapada la fonología, a consecuencia de la
creación por Trubetzkoy de una morfonología (o morf o fono¬
logía), que éste define como «el intento de aplicar en mor¬
fología los recursos fonológicos de una lengua» (Principes,
pág. 337). Pero también Schogt tiene razón al decir a este
respecto que no hay que exagerar esta responsabilidad, pues
«cada generación de lingüistas cae casi en los mismos errores
que su jefe». De hecho, Trubetzkoy no menciona a Bau¬
douin en el citado artículo dedicado a la morfonología. Sin
duda, los avatares de la morfonología representan principal¬
mente un buen ejemplo de la presión que el sistema de la
lengua materna puede ejercer sobre los análisis científicos
de un lingüista, sin que éste se dé cuenta, aunque sea lingüista
Jan Ignacy Baudouin de Courtenay 39
BIBLIOGRAFIA COMPLEMENTARIA
BIBLIOGRAFIA COMPLEMENTARIA
BIBLIOGRAFIA COMPLEMENTARIA
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
hablante es infalible —lo que está lejos de ser así, sobre todo,
muy paradójicamente, en las civilizaciones de cultura litera¬
ria, donde la confusión entre letra y sonido ha implicado
líos tremendos, incluso entre los fonetistas más eminentes,
hasta la aparición de la fonología. Esta oscilante referencia
unas veces a la conciencia, otras a la inconsciencia lingüís¬
tica del hablante y/o del descriptor es lo que hoy expondría
a despistar a más de un lector freudiano o lévi-straussiano
de Sapir. Pero el punto realmente endeble en él, además del
laxismo terminológico, rasgo bastante americano excepto en
Bloomfield, sería más bien su tendencia a confundir el aná¬
lisis fonológico con la utilización que puede hacerse de cier¬
tas oposiciones o variantes en morfología (es la morfonolo-
gía cuyas fragilidades se evocaron a propósito de Baudouin
de Courtenay).
Innovador por su toma de conciencia respecto al concep¬
to de fonema, tal vez no lo sea menos, paralelamente a
Saussure que en 1921 todavía no es leído en América, por el
lugar central que concede al concepto de forma en Le langa¬
ge, hasta el punto de que se le podría considerar como padre
de una lingüística formalista. Los capítulos IV y V de su
tratado se titulan: «La forma en el lenguaje», pero el con¬
cepto de forma está ahí definido exclusivamente en relación
con las estructuras gramaticales: el orden de las palabras,
la afijación en todas sus formas, la composición, la alter¬
nancia vocálica o consonántica, la reduplicación, el acento
tónico.
Dos cosas llaman la atención en este largo análisis de
Sapir. En primer lugar, es muy consciente del intrincamien¬
to de los dos conceptos lingüísticos fundamentales, la forma
y la función. Observa que prácticamente no hay nunca co¬
rrelación unívoca entre una función y una forma. «El sis¬
tema [de las formas] es una cosa y la utilización de este
Edward Sapir 93
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
BIBLIOGRAFIA COMPLEMENTARIA
BIBLIOGRAFIA COMPLEMENTARIA
BIBLIOGRAFIA COMPLEMENTARIA
de 475 títulos, de los que 374 son libros o artículos y 101 textos
diversos, artículos de periódicos, prefacios, introducciones
y poemas (Ibidpágs. XI-XXXIII). El simple análisis de esta
bibliografía es, por otra parte, sumamente instructivo para
adquirir una visión exacta de sus centros de actividad domi¬
nantes. Se ve, por ejemplo, que hasta 1939 más de los tres
cuartos de sus trabajos atañen a la literatura y la poesía,
entre los que sus escasos trabajos de lingüística, mucho más
conocidos, parecen aislados. Esta proporción, sin ser inver¬
tida, se encuentra sensiblemente modificada a partir de los
años americanos. En su producción propiamente lingüística
sus libros son siempre breves y poco numerosos. Las Re¬
marques sur l’évolution phonologique du russe comparée
à celle des autres langues slaves son quizá su obra propia¬
mente lingüística más larga (T.C.L.P., II, 1929, 118 págs.).
Kindersprache, Aphasie und allgemeine Lautgesetze (Lengua¬
je infantil, afasia y leyes fonéticas generales) apareció en
Upsala en 1941 (83 págs.), hay traducción inglesa de esta
obra: Child Language, Aphasia and Phonological Universals
(La Haya, Mouton, 1968), y también francesa: Langage en¬
fantin et aphasie (Paris, Ed. de Minuit, 1969), con una inte¬
resante evolución de los títulos. En 1952, publica Prelimina-
ries to Speech Analysis, con Fant y Halle (Cambridge, Mass.,
M.I.T. Press, 64 págs.); en 1956, con Halle, Fundamentáis of
Language (La Haya, Mouton, 87 págs.).
En lingüística siempre, sus grandes artículos son los que
publicó durante el período trubetzkoyano. Sobre fonología
Principes de phonologie historique, T.C.L.P., IV, 1931, en ale¬
mán; trad. franc, en los Principes de Trubetzkoy, págs. 315-
336); Sur la théorie des affinités phonologiques entre les
langues (Actes du IVe C.I.L., Copenhague, 1938, reproducido
en apéndice en los Principes, págs. 351-365); Le développe¬
ment phonologique du langage enfantin et les cohérences
Roman Jakobson 147
BIBLIOGRAFIA COMPLEMENTARIA
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
este sentido, desde hace tiempo, todos los lingüistas han sido
distribucionalistas, cuando era necesario: para determinar
las neutralizaciones y las variantes combinatorias en fono¬
logía, en los casos de homonimia y sinominia en lexicogra¬
fía, etc. La tentativa de Harris, por su mismo carácter ex¬
tremo, permitirá, sin duda, situar correctamente hoy el lugar
teórico exacto del criterio distribucional en el arsenal de los
criterios de la descripción lingüística, lejos de todo totalita¬
rismo distribucionalista.
Tocante a la significación, Harris ha sabido siempre, por
otra parte, que está indisolublemente vinculada a las estruc¬
turas formales de los enunciados que la comunican. Por más
que quiera desentenderse de ella, el análisis mismo le obliga
a volver a cada instante sobre el tema que querría proscribir,
y a volver para decir poco más o menos lo mismo que todos
los lingüistas contemporáneos. En su artículo de Word (1954)
combate la hipótesis de que exista una relación o paralelismo
entre distribución y significación (Ibid., pág. 151), exactamen¬
te con los mismos argumentos que empleaba Charles Serrus
en 1933 en Le parallélisme logico-grammatical para combatir
la idea de que haya una relación inmediata isomorfa entre
la estructura del lenguaje y la del pensamiento. «Todo esto,
continúa Harris, no quiere decir que no haya una amplia
interconexión entre lenguaje y significación en todos los sen¬
tidos posibles de esta última palabra, pero no es una relación
unívoca entre estructura morfológica y alguna otra cosa.
No es siquiera una relación unívoca entre el vocabulario y
una clasificación de las significaciones independiente de él,
cualquiera que fuese» (Ibid., pág. 152).
Ya había dicho lo mismo, en términos idénticos, en 1951:
«Esto no quiere decir que las diferencias de significación
no puedan ser utilizadas en el curso de la investigación de
las divisiones del enunciado en elementos más largos que el
190 Lingüística del siglo XX
BIBLIOGRAFIA COMPLEMENTARIA
Oí = Z + Y + W
02 = Z + X + W
Oj = Z + Y yX + W (Structures syntaxiques, pág. 40).
BIBLIOGRAFIA COMPLEMENTARIA
24; 1966, núm. 1, págs. 31-101. Hemos citado algunas críticas de Choms¬
ky; se encontrarán otras, y especialmente la de Uhlenbeck, a las que
responde Chomsky en su libro Aspects of the Theory of Syntax; y
en el opúsculo de Hockett, The State of the Art (La Haya, Mouton,
1966). Una de las más curiosas epistemológicamente es la de C. S.
Dik: para resolver el problema teórico de la coordinación, este gene-
rativista convencido ha llegado a renunciar al concepto de transfor¬
mación y a reconsiderar radicalmente el concepto de simplicidad; des¬
pués a redescubrir el concepto de función que ignoraba totalmente (aun¬
que cite a Trubetzkoy y a Martinet, una vez a cada uno, de segunda
mano) y que pone en el centro de su trabajo —algo así como Chomsky
redescubre, bajo el nombre de competencia, la langue saussuriana
(Coordination, Amsterdam, North Holland Publishing Co., 1968).
De la obra de Chomsky se puede leer en español: Lingüística car¬
tesiana, Madrid, Gredos, 1968; Aspectos de la teoría de la sintaxis,
Madrid, Aguilar, 1971; El lenguaje y el entendimiento, Barcelona, Seix
Barrai, 1971; y los artículos Observaciones sobre la nominalización;
Estructura profunda, estructura superficial e interpretación semántica,
y Algunos problemas empíricos de la teoría de la gramática transfor-
matoria, recogidos en la compilación de V. Sánchez de Zavala, Semán¬
tica y sintaxis en la lingüística transformatoria, Madrid, Alianza, 1974.
CONCLUSIÓN
MARXISMO Y LINGÜÍSTICA
tantas o más cosas que las que los unen, incluso los dos
primeros. ¿Por qué Trubetzkoy y Jakobson tienen trayecto¬
rias a última hora tan divergentes, a pesar de los años capi¬
tales de aprendizaje en que todo entre ellos parece haber
sido compartido? ¿Por qué es en París donde ha sido más
plenamente explotada la herencia de Trubetzkoy?
La noción de «ruptura epistemológica», puesta a punto
por Bachelard y popularizada por Balibar y Macherey, puede
ayudarnos aquí. Los tres filósofos entienden por ello «el mo¬
mento en que una ciencia se separa de su prehistoria y de
su entorno ideológico», y adquiere conciencia de su objeto, de
sus principios y de sus métodos por una serie de negaciones
radicales, frecuentemente contra la época y el medio.
Por lo que a nosotros se refiere, es evidente que el común
denominador de cierto número de doctrinas de principios
del siglo xx (Bréal-Meillet, Saussure, Jespersen, Trubetzkoy)
es el conflicto con la ideología lingüística historicista domi¬
nante, la de los neogramáticos. Pero se ve en seguida lo
delicado que es el manejo del concepto de ruptura episte¬
mológica: cada uno de ellos ha reaccionado con una orienta¬
ción lingüística diferente, sociologismo, semiología, psicolo-
gismo o logicismo, etc. En el caso de Baudouin de Courtenay
se tiene la impresión de que no hay conflicto propiamente
dicho con los neogramáticos, sino una vuelta o detención
en Steinthal, anterior a éstos y ya superado: lo que no im¬
pide a Baudouin, como se ha visto, sugerir problemas y so¬
luciones revolucionarios. En el caso de Saussure, la oposición
a los neogramáticos no lo explica todo tampoco; lejos de
eso: la valorización del momento sincrónico deriva de ahí,
sin duda, pero toda la reflexión profunda viene de otra parte,
de una meditación sobre la arbitrariedad del signo proba¬
blemente, problema sumamente inactual entonces, y que tal
vez no había sobrevivido al siglo xvin más que en Bréal y
238 Lingüística del siglo XX
BIBLIOGRAFIA COMPLEMENTARIA
Págs.
Introducción. 7
Antoine Meillet. 41
Ferdinand de Saussure. 51
Otto Jespersen. 72
Edward Sapir. 86
... ....
fa: ;
BIBLIOTECA ROMÁNICA HISPÁNICA
Dirigida por: Dámaso Alonso
I. TRATADOS Y MONOGRAFIAS
III. MANUALES
IV. TEXTOS
V. DICCIONARIOS
l gi
mr
32. Manuel Mantero: Los derechos del hombre en la poesía hispánica
contemporánea. 536 págs.
33. Germán Arciniegas: Páginas escogidas (1932-1973). 318 págs.
VIII. DOCUMENTOS
IX. FACSIMILES
. 470 págs.
o TRENT
163 56 4
UNIVERSITY en R- RaP^a- Vol. I: 622 págs. Vol. II:
pags. voi. m. 04/ págs. 16 láminas.
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contemporánea. 2.a edición. 268 págs.
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tico). 154 págs.
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gía lingüística. 252 págs.
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tantes filosóficas del lenguaje). 334 págs.
(Viene de la solapa anterior)