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Descarga tu mochila emocional para

avanzar
Cada uno de nosotros soporta en su espalda el peso de las situaciones
vividas en forma de mochila emocional. Su contenido son recuerdos y
experiencias de diferentes tamaños que de alguna manera no hemos soltado y
quedan reflejados en nuestra piel.

Si no aprendemos a vaciar nuestra mochila de las experiencias tóxicas y


negativas, cuanto más tiempo pase más cargada estará y mayor peso tendremos
que soportar, repercutiendo en nuestro estado de ánimo y relaciones.

Llevar a cuestas nuestra mochila emocional sin sacar de vez en cuando lo


que llevamos dentro genera heridas emocionales que son importantes sanar.

El peso de nuestra mochila


En el mundo actual tendemos a sobrecargarnos, no solo a nivel laboral sino
también emocional. Cada experiencia que vivimos deja huella de una u otra
manera. Lo importante es que esta huella nos sirva para impulsarnos y crecer en
lugar de generar cadenas que nos aten al pasado por su peso emocional.

No es lo mismo avanzar con heridas emocionales que se abren y duelen que


con heridas que han sido sanadas y nos han proporcionado una oportunidad
de aprendizaje.
El fantasma de la culpa, la sensación de traición o abandono, las voces críticas,
los vacíos de las ausencias o la carga de la frustración conforman entre otras ese
peso que nos hace caminar despacio y nos impide disfrutar. Experiencias que nos
tiñen y transforman, y que configuran parte de nuestra historia. Pero, ¿cómo
vaciarnos de ello si llega un momento en el que forma parte de nosotros?
Revisa tu mochila y reflexiona sobre lo que llevas dentro, tanto lo que hayas
incorporado tú como lo que hayan depositado otras personas. Tómate tu tiempo.
Aunque no puedas verlo, está presente en tu día a día. Ten en cuenta
que muchas de tus reacciones tienen que ver con el peso que soportas: para
aliviarlo tendrás que aprender a diferenciar entre lo que te ayuda y lo que
no. Llevar tu mochila a rebosar es un lastre para cualquier avance que pretendas
hacer.

Descargar tu mochila emocional para avanzar


No dejes que tu mochila se sobrecargue hasta llegar al punto de que no
puedas casi moverte y la vida en general te pese. No pierdas las ganas de
seguir adelante ni dejes tu presente a manos del pasado. Tampoco te obsesiones
con olvidar, porque el olvido no es amigo de la intención.
Por incómodo y complicado que resulte tienes que sacar lo que llevas dentro, para
aprender a crecer con ello en lugar de anclarte. El primer paso consiste en
reconocer que provoca nuestro peso y aceptarlo.
Puede que incluso, te inunde un sentimiento de identidad y de apego que te
impida, en un principio, deshacerte del peso que conforma tu mochila
emocional. Ese vértigo es el miedo enmascarado fruto de la rutina, te has
acostumbrado tanto a esas heridas que si faltan parece que no eres nadie y se
origina un vacío. Pero créeme, solo es el temor a la incertidumbre y a lo
desconocido: el temor a soltar.
Aprende a vaciarla soltando todo aquello que te tiene preso del pasado y te
agota. Acepta tus errores, identifica y conoce tus emociones, dale alas a tus
sueños, descubre tus fortalezas, valórate y sobre todo, aprende que crecer
es aceptar lo que te pasa y no luchar contra ello, sino encontrarle una enseñanza.
Recuerda que a veces soltar no es un un simple adiós sino un agradecimiento por
lo aprendido para seguir avanzando.

Dejar ir el peso que nos paraliza de nuestra mochila emocional es un gran paso
para permitir que entren otro sentimiento y experiencias nuevas, algunos nos
ayudarán a seguir creciendo y otras tendremos que sanar de nuevo, pero así es la
vida. Despréndete del peso que te paraliza por tu bien y por el de tu espalda.

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