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CENTRO DESPERTAR
HOLISTICO
MANUAL DE
SANACION DEL NIÑO
INTERIOR
JACQUELINE ROJAS F.
IMPARTIDO POR
TERAPEUTA COMPLEMENTARIA
Introducción
Recordar puede ser difícil. Abrir heridas puede doler. Pero hay
heridas que siguen doliendo y que no hemos hecho mucho por
sanarlas, heridas que se siguen manifestando en nuestro presente.
Por ejemplo, si te sientes abandonado por tu pareja o con miedo al
rechazo de tus compañeros de trabajo, si te sientes inseguro de
salir al mundo o si esperas que llegue alguien a resolverte todos los
problemas; si en general te cuesta trabajo asumirte como adulto y
cuidar de ti mismo… entonces es muy probable que esas heridas de
tu infancia siguen abiertas y controlando aspectos de tu vida.
Genera mucha frustración querer llevar una vida plena al mismo
tiempo que sientes una fuerza interna que te jala hacia abajo,
¿cierto? Esta es una fuerza que viene acompañada de creencias y
pensamientos, de un estilo de comportamientos que al final te
llevan a comprobar realidades que no te gustan. A la par
probablemente escuchas que puedes crear tu realidad como
quieres, pero hay algo que te lo impide. Bueno, pues a veces eso
que nos impide generar la vida que queremos es que no hemos
sanado nuestras heridas de la infancia que dejaron
comportamientos y creencias que no nos funcionan y nos siguen
repitiendo lo que no queremos. Existen ciertas heridas principales,
identificadas por Lise Bourbeau, las cuales son el rechazo,
abandono, humillación, traición e injusticia. Además, hemos
agregado la herida del abuso físico y sexual como una herida
importante a lo largo del desarrollo de la infancia en muchas
personas. Es así que al haber vivido experiencias difíciles o
traumáticas que nos llevaron a sentirnos de esta forma, generamos
una barrera al sentir; lógicamente, para protegernos. Junto con eso,
llegamos a conclusiones sobre nosotros y sobre la vida. Si alguien te
lastimó o ser burló de ti entonces pudiste haber concluido que no
eres una persona bella, esto te lleva a comportarte con timidez y
escondiendo tus atributos físicos, confirmando la idea “no soy
bello, si los demás me ven se burlarán de mí”. Entonces, hay que
sanar la herida al igual que modificar la creencia y la conducta. Sí es
importante reconocer que sigue doliendo, que ahí está la herida,
que hay una marca emocional y mental que necesitamos sanar. Ten
en cuenta que como seres humanos tendemos a experimentar
muchas de estas heridas. A veces un poco de cada una, aunque
normalmente tendemos a fijarnos más en una. Así es que vuelve a
leerlas y nada más crea consciencia de cuál será la herida principal
que sigue generándote una vida que no anhelas hoy.
• Rechazo
• Abandono
• Humillación
• Traición
• Injusticia
3. LA FOTO
Busca una foto tuya de cuando eras pequeña/o, puede ser
una que te guste mucho o una que no te guste nada, la que
te sientas, y métela en tu cartera, en uno de esos
apartados para fotos. O como fondo de pantalla en el
móvil.
Lo importante es que cada vez que abras la cartera y veas
la foto, dirijas algún pensamiento cariñoso a esa niñita/o
necesitada de amor.
Es más, dale algún capricho de vez en cuando. Algo así
como: “Mira que mona eres, que niña más extraordinaria y
nadie se daba cuenta. Yo sí sé lo maravillosa que eres y por
eso me voy a comer un helado conti go” Y te comes un
helado, o una tarta o lo que sea en su honor y lo disfrutas.
4. EL DIARIO DE PENSAMIENTOS
“Los hombres no dejan de jugar porque envejecen; envejecen porque dejan de jugar.”
-Oliver Wendell Holmes Jr.-
Lo cierto es que no hay nada más saludable que dejar que
tu niño interior sea espontáneo. No lo reprimas, la edad
adulta tambié n necesita de vez en cuando sacar esa parte
divertida.
Conclusión.