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Benemérita Universidad Autónoma

de Puebla
Facultad de Medicina

Materia:
Pediatría

Profesor:

Dra. Patricia Beltrán Martínez

Generalidades de las urgencias


Pediátricas y Reanimación Cardio
Pulmonar Pediátrica

Alumno:
José Abraham Franco Rosas
202124622

Tercer Semestre
Profesional Asociado en Urgencias Medicas
Fecha de Realización
02/10/2023
Contents
1. Generalidades de las urgencias pediátricas médicas............................................................................ 3
1.1 Epidemiología de los accidentes. .................................................................................................. 3
1.2 Prevención de accidentes y lesiones............................................................................................. 3
2. Reanimación cardiopulmonar pediátrica.................................................................................................. 4
2.1 Visión en Materia de Prevención y Mitigación del Riesgo de Desastres. ........................................... 4
2.2 Soporte Vital Básico en pacientes pediátricos y lactantes.................................................................. 7
a. Pasos iniciales del RCP .................................................................................................................. 7
b. Compresiones Torácicas. .................................................................................................................. 9
c. Vía aérea. ......................................................................................................................................... 10
d. Uso del DEA. .................................................................................................................................... 10
E. Farmacoterapia ............................................................................................................................... 11
2.3 Manejo post-PCR .............................................................................................................................. 11
References .................................................................................................................................................. 12
1. Generalidades de las urgencias pediátricas médicas.
1.1 Epidemiología de los accidentes.
Los avances científicos en la Medicina, los modernos sistemas de salud y las
mejores condiciones de vida de la población, así como las campañas de
prevención de enfermedades, han modificado el patrón epidemiológico en casi
todo el mundo. Mientras algunos países han logrado una gran disminución en las
tasas de morbilidad y mortalidad por desnutrición y enfermedades infecciosas, en
los países más pobres este grupo de enfermedades continúan ejerciendo un
terrible impacto en sus poblaciones. México es considerado un país de ingresos
económicos intermedios, y vive actualmente un patrón epidemiológico mixto
donde las llamadas "enfermedades de la pobreza" siguen siendo importantes,
mientras las enfermedades crónico-degenerativas aumentan progresivamente su
proporción. Rara vez se piensa en las lesiones como enfermedades de la
pobreza, pero es interesante que afectan más a países menos favorecidos
económicamente. Según un reporte de la OMS, las tasas de lesiones no
intencionales son mucho mayores en la mayoría de los países de África y el sur
de Asia mientras la Unión Europea, Canadá, Estados Unidos y Australia muestran
las tasas más bajas. Un estudio reciente mostró que en México existen, incluso,
diferencias regionales en la mortalidad por lesiones. Las causas de estas
diferencias probablemente se deben, también, a una menor eficacia de los
sistemas de atención prehospitalaria y los servicios de Urgencia en los países en
desarrollo, así como a campañas de prevención insuficientes y una infraestructura
vial y doméstica mal diseñada para la prevención de accidentes.

1.2 Prevención de accidentes y lesiones.


Existen factores que favorecen que el paciente pediátrico sea víctima de lesiones
accidentales. La inmadurez del niño lo hace vulnerable a presentar lesiones
accidentales, dada su falta de experiencia, la imprudencia propia de su edad y, en
el caso del paciente lactante y preescolar, su espíritu explorador. Ciertos factores
influyen para que una misma situación afecte de forma diferente a un paciente
pediátrico que a un adulto. En el caso de accidentes viales por atropellamiento, si
el menor accede el arroyo vial entre dos vehículos, la menor estatura dificulta la
visión de los vehículos que circulan; así mismo, cuanto menor es el cuerpo del
individuo, es menos visible para un conductor. Ante situaciones de desastre, el
niño es más vulnerable ya que cuenta una menor capacidad de reacción para
escapar del sitio de impacto ante una situación de peligro, y mayor dificultad para
seguir instrucciones de quienes pretenden auxiliar a las víctimas. Por otro lado, el
paciente pediátrico reacciona de manera particular ante los traumatismos, dadas
sus diferencias anatómicas y fisiológicas. Con respecto a los vectores mecánicos
a los que es expuesto, su menor tamaño lo hace víctima de lesiones graves con
mayor facilidad, ya que las fuerzas mecánicas se distribuyen menos cuanto más
pequeño es un cuerpo; además, aumenta la probabilidad de que varias regiones
del cuerpo sean involucradas, por lo que un politraumatismo es más probable. A
nivel del cráneo, las estructuras óseas son más blandas y delgadas,
proporcionando una menor protección al encéfalo: áreas como las fontanelas y
las suturas realmente ofrecen poca resistencia al impacto. A nivel abdominal, el
paciente pediátrico presenta una pared menos rígida y más delgada que el
paciente adulto, motivo de una menor protección para los órganos internos. El
menor grosor del panículo adiposo disminuye la capacidad de la pared abdominal
de absorber las fuerzas mecánicas y amortiguarlas. El mayor tamaño proporcional
de hígado y bazo durante los primeros meses de vida, que parcialmente pueden
sobrepasar los bordes de la parrilla costal, ocasiona que estos órganos queden
exentos de la protección del esqueleto óseo, como sucede a edades mayores;
aun para estructuras retro-costales, la parrilla costal está incompletamente
osificada en los primeros años, por lo que resulta un material menos protector. Un
menor volumen y fuerza de los músculos también confieren una menor protección.
Lesiones como la fractura en "rama verde" y las lesiones del disco de crecimiento
son exclusivas del paciente pediátrico por sus peculiares características
histológicas y anatómicas.

2. Reanimación cardiopulmonar pediátrica.


2.1 Visión en Materia de Prevención y Mitigación del Riesgo de Desastres.
Las causas de paro cardíaco en lactantes y niños son distintas de las de paro cardíaco
en adultos, y un conjunto de datos cada vez mayor de evidencia pediátrica específica
respalda estas recomendaciones,
Se recomienda usar tubos endotraqueales con balón para reducir la fuga de aire y la
necesidad de intercambiar tubos en pacientes de cualquier edad que requieran
intubación.
• Ya no se recomienda el uso rutinario de presión cricoidea durante la intubación.
• Para lograr los mejores resultados en una reanimación, se debe administrar
adrenalina tan pronto como sea posible, idealmente en un plazo de 5 minutos a
partir del inicio del paro cardíaco con un ritmo no desfibrilable (asistolia y actividad
eléctrica sin pulso).
• En el caso de los pacientes con vías arteriales, el uso de retroalimentación
proveniente de la medición continua de la presión arterial puede mejorar la calidad
de la RCP.
• Después del RCE, se debe evaluar a los pacientes para descartar convulsiones.
Un estado epiléptico y cualquier ataque convulsivo se deben tratar.
• Debido a que la recuperación de un paro cardíaco continúa mucho después de la
hospitalización inicial, los pacientes deben contar con una evaluación y un apoyo
formales para abordar sus necesidades físicas, cognitivas y psicosociales.
• El tratamiento de sobredosis de opiáceos incluye RCP y la administración
oportuna de naloxona tanto por parte de reanimadores legos como de aquellos
entrenados.
• Los niños con miocarditis aguda que presentan arritmias, bloqueo cardíaco,
cambios en el segmento ST o bajo gasto cardíaco presentan un alto riesgo de
paro cardíaco. El traslado rápido a una unidad de cuidados intensivos es
importante, y algunos pacientes pueden requerir soporte circulatorio mecánico o
soporte vital extracorpóreo (SVEC).
• Los lactantes y los niños con enfermedades cardiacas congénitas y fisiología de
ventrículo único que se encuentran en el proceso de reconstrucción por etapas
requieren consideraciones especiales en el manejo del soporte vital avanzado
pediátrico (SVAP).
Causas reversibles
a. Hipovolemia
b. Hipoxia
c. Hidrogenión (acidosis)
d. Hipoglucemia Hipo-/hiperpotasemia
e. Hipotermia
f. Tensión, neumotórax (a tensión)
g. Taponamiento cardiaco
h. Toxinas
i. Trombosis pulmonar
j. Trombosis coronaria
Aunque en adultos el paro cardíaco suele ser súbito y se debe a una causa cardíaca, en
niños suele ser secundario a una insuficiencia respiratoria y shock. Resulta esencial
identificar a los niños que presentan estos problemas para reducir la probabilidad de paro
cardíaco pediátrico y ampliar al máximo los índices de supervivencia y recuperación. Por
consiguiente, la cadena de supervivencia pediátrica cuenta con un eslabón más de
prevención.

Ilustración 1 La cadena de supervivencia pediátrica (American Heart Association, 2011)


Ilustración 2 La cadena de supervivencia pediátrica (American Heart Association, 2011)

1. Prevención del paro


2. RCP precoz de calidad realizada por un testigo presencial
3. Activación rápida del sistema de respuesta a emergencias
4. Soporte vital avanzado eficaz (incluida la estabilización y el traslado rápido para
conseguir una atención estable y una rehabilitación definitiva.
5. Cuidados integrados posparo cardíaco
2.2 Soporte Vital Básico en pacientes pediátricos y lactantes.

a. Pasos iniciales del RCP


PASO 1: Compruebe si el niño/lactante responde y respira. Si no hay respuesta y no
respira, o sólo jadea/boquea, grite pidiendo ayuda.
PASO 2: Si alguien responde, envíe a esa persona a activar el sistema de respuesta a
emergencias y localice un DEA.
Nota: Si el niño sufrió el colapso de forma súbita y se encuentra solo, deje al niño para activar el
sistema de respuesta a emergencias y obtener el DEA y, después, regrese con el niño.
PASO 3: Compruebe el pulso del niño (entre 5 segundos como mínimo y 10 como
máximo). Puede intentar detectar el pulso femoral o carotideo del niño.
PASO 4: Si al cabo de 10 segundos no detecta pulso, o si a pesar de aplicar una
oxigenación y ventilación efectivas, la frecuencia cardiaca es inferior a 60 latidos por
minuto con signos de perfusión débil, realice ciclos de compresión-ventilación (relación
30:2) comenzando por las compresiones.
Siga estos pasos para realizar compresiones torácicas en un lactante utilizando la
técnica de dos dedos:
PASO 5: Coloque al lactante en una superficie firme y plana
PASO 6: Coloque dos dedos en el centre del tórax del lactante justo por debajo de la
línea de los pezones. No presione en la
parte inferior del esternón
PASO 7: Comprima fuerte y rápido. Para
realizar compresiones torácicas, presione el
esternón del lactante al menos un tercio de
la profundidad del tórax (aproximadamente
4 cm [1½ pulgadas]). Aplique las
compresiones de manera ininterrumpida
con una frecuencia mínima de 100
compresiones por minuto.
Ilustración 3 Técnica de compresión torácica con dedos en
PASO 8: AI término de cada compresión, lactantes. (American Heart Association, 2011)
asegúrese de permitir que el tórax se
expanda completamente. La expansión del tórax permite que la sangre vuelva a fluir
hacia el corazón y es necesaria para que las compresiones torácicas generen circulación
sanguínea. Una expansión incompleta del tórax reducirá el flujo sanguíneo que se crea
con las compresiones torácicas. Los tiempos de compresión y expansión torácicas
deberían ser aproximadamente iguales
PASO 9: Reduzca al mínimo las interrupciones de las compresiones torácicas.
Cuando activar el sistema de respuesta a emergencias: Si no ha presenciado el paro cardiaco y se
encuentra solo, realice la RCP durante 2 minutes antes de dejar al niño para activar el sistema de
respuesta a emergencias y buscar el DEA (o desfibrilador). o Si el paro es súbito y hay testigos,
deje al niño para activar el sistema de respuesta a emergencias y buscar el DEA (o desfibrilador) y,
después, regrese con el niño.

PASO 10: Después de 5 ciclos, si nadie lo ha hecho antes, active el sistema de respuesta
a emergencias y busque el DEA (o desfibrilador). Utilice el DEA tan pronto como esté
disponible.
Para comprobar el pulso en un niño, palpe sobre la arteria carótida o femoral. Si
no detecta pulso al cabo de 10 segundos, inicie las compresiones torácicas. Siga
estos pasos para localizar el pulso en la arteria femoral:
PASO 11: Coloque los 2 dedos en la cara interna del muslo, entre el hueso de la cadera
y el hueso púbico y justo debajo de la ingle, donde la pierna se une con el abdomen.
PASO 12: Sienta el pulso durante 5 segundos como mínimo, pero no más de 10. Si no
detecta ningún pulso, inicie la RCP comenzando por las compresiones torácicas
(secuencia C-A-B)

PASO 11-1: Ponga 2 ó 3 dedos en la cara interna de


la parte superior del brazo, entre el codo y el nombro
del lactante.
PASO 12-1: Presione suavemente con los dedos
índice y medio en la cara interna de la parte superior
del brazo durante al menos 5 segundos y no más de
10 segundos mientras busca el pulso.
Ilustración 4 Detección del pulso central en un
lactante, localización de la arteria braquial.
(American Heart Association, 2011)

DOS REANIMADORES
PASO 13: Compruebe si el niño responde y respira. Si no hay respuesta y no respira o
sólo jadea/baquea, el segundo reanimador active el sistema de respuesta a
emergencias.
PASO 14: Compruebe el pulse del niño (entre 5 segundos como mínimo y 10 como
máximo). Puede intentar detectar el pulse femoral o carotideo del niño.
PASO 15: Si al cabo de 10 segundos no detecta pulso, o si a pesar de aplicar una
oxigenación y ventilación efectivas, la frecuencia cardiaca es inferior a 60 latidos por
minuto con signos de perfusión débil, realice ciclos de compresión-ventilación (relación
30:2). Cuando llegue el segundo reanimador, utilice una relación de compresiones
ventilaciones de 15:2.
b. Compresiones Torácicas.

Relación compresión-ventilación para RCP con 2 reanimadores: 15:2 para la RCP en


niños con 2 reanimadores
La profundidad de las compresiones: en el caso de los niños, comprima como mínimo
una tercera parte de la profundidad del tórax, aproximadamente 5 cm (2 pulgadas).
La técnica de compresión: puede realizar compresiones torácicas con una sola mano en
el caso de niños muy pequeños o con dos manos
Frecuencia de la RCP
Si el reanimador está solo, debe usar la relación universal de compresión ventilación de
30 compresiones y 2 ventilaciones cuando realice la RCP a víctimas de cualquier edad
(excepto los recién nacidos). EI término universal representa una relación recomendada
uniforme para todos los reanimadores de víctimas de cualquier edad que se encuentren
solos.
• Comprima fuerte (23 del diámetro anteroposterior del tórax) y rápido (de 100 a
120/min) y permita una expansión torácica completa.
• Reduzca al mínimo las interrupciones entre compresiones.
• Cambie al compresor cada 2 minutos o antes, si está cansado. Si no se cuenta
con una vía aérea avanzada, la relación compresión- ventilación debe ser de 15:2.
Si se cuenta con una vía aérea avanzada, realice compresiones continuas y
suministre una ventilación cada 2 a 3 segundos.
Calidad de la RCP
Niños AL MENOS un tercio de la profundidad anteroposterior del tórax aproximadamente
5 cm (2 pulgadas)
Al memos un tercio de la profundidad del tórax, aproximativamente 4 cm (1½ pulgadas).
c. Vía aérea.
Utilice dispositivos de barrera del mismo modo que en los pacientes adultos. Para realizar
una ventilación con bolsa mascarilla, seleccione una bolsa y una mascarilla de un tamaño
apropiado. La mascarilla debe abarcar por completo la boca y la nariz de la víctima sin
cubrir los ojos ni superponerse al mentón. Cuando haya seleccionado la bolsa y la
mascarilla, realice una maniobra de extensión de la cabeza y elevación del mentón para
abrir la vía aérea de la víctima. Presione la mascarilla contra el rostro del niño mientras
levanta la mandíbula de este, formando un sello hermético entre el rostro del niño y la
mascarilla. Cuando sea posible, conecte el suministro de oxígeno suplementarlo a la
mascarilla. Cuando se produce un paro cardiaco súbito (es decir, el tipo de paro cardiaco
habitual en un adulto), el contenido de oxígeno de la sangre suele ser normal, por Io que
las compresiones por si solas pueden mantener un aporte de oxígeno adecuado para el
corazón y el cerebro durante los primeros minutos posteriores al paro.
En cambio, los lactantes y niños que desarrollan un paro cardiaco a menudo presentan
una insuficiencia o paro respiratorio que reduce el contenido de oxígeno en la sangre
antes incluso de que se produzca el paro. Así, en la mayoría de los lactantes y niños que
experimentan un paro cardiaco, las compresiones torácicas por si solas no resultan tan
eficaces para administrar oxígeno al corazón y al cerebro como la combinación de
compresiones más ventilaciones. Por este motivo, es sumamente importante realizar
tanto compresiones como respiraciones en lactantes y niños durante la RCP.

d. Uso del DEA.


Energía de descarga para desfibrilación:
• Primera descarga 2 Joules/kg
• Segunda descarga 4 Joules/kg
• Descargas posteriores 24 Joules/kg. con un máximo de 10 Joules/kg o la dosis
para adultos
En el caso de los lactantes, se prefiere el uso de un desfibrilador manual en lugar
de un DEA.
Si no se dispone de un desfibrilador manual, se prefiere el uso de un DEA equipado con
un sistema de atenuación de la descarga para dosis pediátricas.
Si utiliza un DEA en un lactante o en niño de menos de 8 años y el equipo no dispone de
parches pediátricos ni de un interruptor o adaptador pediátrico, puede usar los parches
de desfibrilación para adulto y administrar la energía para adulto. Coloque los parches
de forma que no se toquen entre sí.

E. Farmacoterapia
• Dosis IV/IO de adrenalina: 0,01 mg/kg (0,1 ml/kg de concentración de 0,1 mg/ml).
Dosis máxima de 1 mg. Repita cada 3 a 5 minutos. Si no hay acceso vía IV/ IO,
puede administrar una dosis endotraqueal: 0,1 mg/kg (0,1 ml/kg de concentración
de 1 mg/ml).
• Dosis IV/IO de amiodarona: bolo de 5 mg/kg durante el paro cardíaco. Se puede
repetir hasta 3 dosis totales para la FV refractaria o TV sin pulso. o bien Dosis
IV/IO de lidocaína: Inicial: dosis de carga de 1 mg/kg.

2.3 Manejo post-PCR


Manejo avanzado de la vía aérea
• Intubación endotraqueal o dispositivo supraglótico para el manejo avanzado de la
vía aérea.
• Capnometría o capnografía para confirmar y monitorizar la colocación del tubo ET.
References
American Heart Association. (2011). Libro del estudiante de SVB/BLS para Profesionales de la Salud.
Estados Unidos de América.

Comisión Nacional de Arbitraje Médico . (Septiembre de 2002). Obtenido de RECOMENDACIONES


ESPECÍFICAS PARA MEJORAR LA PRÁCTICA MÉDICA EN URGENCIAS PEDIÁTRICAS:
http://codamedy.ssy.gob.mx/wp-content/uploads/monografia-urgpencias-pediatricas.pdf

Instituto Nacional de Salud, Hospital Infantil de México Federico Gómez. (Marzo/Abril de 2014).
Epidemiología de lesiones no intencionales en niños: revisión de estadísticas internacionales y
nacionales. Obtenido de SCIELO:
https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-
11462014000200002#:~:text=Seg%C3%BAn%20la%20OMS%2C%20cada%20a%C3%B1o,sexo%2
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