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Educación líquida: continuidad o cambio en planes y programas


Laura Frade Rubio (https://educacion.nexos.com.mx/author/laura-frade-rubio/)
Abril 10, 2024

En lo que va del siglo XXI se han impulsado varias reformas curriculares en la educación básica de México. Así, durante la administración del
presidente Vicente Fox se publicó el plan y programa para la educación preescolar obligatoria en 2004
(https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=664317&fecha=27/10/2004); posteriormente se emitió la Reforma de la Educación
Secundaria en 2006 (https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=4915713&fecha=26/05/2006#gsc.tab=0). En el sexenio de Felipe Calderón
se trabajó en la vinculación de todos los niveles educativos en un solo plan y programa de estudios; inicialmente con la Reforma Integral de la
Educación Básica (https://www.sep.gob.mx/work/models/sep1/Resource/2998/1/images/rieb.pdf ) en 2009, que terminó con la publicación
del Acuerdo 592 por el que se establece la Articulación de la Educación Básica (https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?
codigo=5205518&fecha=19/08/2011#gsc.tab=0) en 2011. En este caso —y como se había hecho con anterioridad— el proceso de aplicación
estaba considerado de manera gradual: los primeros grados de cada nivel educativo iniciarían en 2012 con la idea de avanzar a los subsiguientes
en los próximos ciclos escolares.

Ilustración: Sergio Bordón

No obstante, durante el año que inició la administración de Enrique Peña Nieto, se dijo que la última reforma sería modificada mediante el
diseño de un nuevo modelo educativo que apareció hasta 2017 con el nombre “Aprendizajes clave para la educación integral”
(https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5500966&fecha=11/10/2017#gsc.tab=0), y cuya aplicación también se daría por grados
escolares diferenciados en forma escalonada. Al inicio de la administración del presidente López Obrador en 2018, en cumplimiento a sus
promesas al magisterio, eliminó las reformas laborales impulsadas por Peña Nieto, señalando también que se establecería un nuevo plan y
programa de estudios que se publicó en agosto de 2022 (https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?
codigo=5661845&fecha=19/08/2022#gsc.tab=0), y que se llamaría posteriormente “Nueva escuela mexicana” (NEM).

En este contexto, la generación que comenzó sus estudios en primer año de preescolar en 2012, y que actualmente termina la secundaria, ha
estudiado con los planes y programas de 2011, 2017 y 2022 en diferentes grados, con distintas propuestas, ideologías, enfoques, propósitos,
metodologías, libros de texto y prácticas docentes. Este continuo cambio curricular podría caracterizarse como una expresión fehaciente de
la “modernidad líquida” descrita por Zygmunt Bauman, (https://www.planetadelibros.com.mx/libro-vida-liquida/200978) quien señalaba que
en este momento de la historia no ha terminado de asentarse un cambio cuando ya llegó el siguiente. Todo fluye, nada es sólido. En otras
palabras: no ha bajado totalmente una reforma educativa con todo lo que implica, cuando ya está bajando otra que, además, desconoce todo el
trabajo anterior, lo tira a la basura y lo desdeña: existe una obsolescencia programada por sexenio.

La razón de tanto cambio curricular no sólo se encuentra en la necesidad de responder a una explosión del conocimiento que se produce a la
velocidad de la luz en el siglo XXI, y con ello al requerimiento de actualizar la educación, sino también al mercado electoral en cada elección
presidencial vía la oferta de propuestas que prometen el sol y las estrellas a la población. Por ejemplo, la modificación de planes y programas de
2011 a 2017 muy probablemente surgió como concesión y compensación a las fuerzas magisteriales de oposición en el contexto de las reformas
laborales que serían impulsadas en esa administración. Esto se identifica en que retoma algunas de las críticas a los modelos educativos basados
en competencias por ser neoliberales y por ende darwinianos, porque según este argumento, al enseñar a competir se produce desigualdad y la
explotación, interpretación que obviamente es errónea. Por ello, en el modelo educativo 2017 se desdibujaron las competencias, de tal forma
que se adopta “un enfoque competencial”, es decir, que se busca desarrollarlas sin decir cuáles son, convirtiéndolas en “las innombrables”.

A su vez, este conjunto de reformas percibidas como “neoliberales” también era criticado por la disidencia magisterial por su naturaleza
heterónoma, es decir, no daban autonomía al magisterio para adaptarlas a los contextos locales y a las necesidades de aprendizaje de sus
comunidades. Por ello, en los “Aprendizajes clave (https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5500966&fecha=11/10/2017#gsc.tab=0)” se
adopta una autonomía curricular que implicaba que cada escuela tendría “… más tiempo disponible para definir una oferta de contenidos más
rica en el marco de dicho componente”. De esta forma, se inicia con una atención a las necesidades locales.

En esa misma lógica de respuesta al mercado electoral, durante la administración de AMLO se genera una propuesta más acorde a las
demandas del sector magisterial disidente que forman parte de sus votantes. Esta propuesta se fundamenta en la Teoría crítica de la Escuela de
Fráncfort y sus pedagogías, las aportaciones de la Universidad de la Ciudad de México, la CNTE de los estados de Guerrero, Chiapas, Oaxaca
(https://www.cencos22oaxaca.org/wp-content/uploads/2023/08/El_PTEO_frentealaspoliticaseducativasglobales2023.pdf ) y los movimientos
sociales de América Latina en su conjunto, generando un modelo educativo que cuenta con un paradigma filosófico, epistemológico, pedagógico
y didáctico muy distinto y que, además, retoma la autonomía magisterial de una manera más predominante y que de hecho deja muchos
aprendizajes a su deliberación.

De acuerdo con ello, el fin principal de la NEM es la transformación de la sociedad mediante un proceso reflexivo de análisis de la realidad que
lleve a las y los educandos a ser conscientes, haciendo uso del conocimiento y saberes intuitivos, populares y pertenecientes a los pueblos
originarios que se requieren para ello, en un diálogo entre educandos y educadores en igualdad de condiciones de derecho y participación. En
otras palabras, no busca explícitamente la transmisión cultural de una generación mayor a una menor mediante su enseñanza-aprendizaje sino,
más bien, un trabajo reflexivo sobre aquellas situaciones-problema que se viven cotidianamente y que muchas veces causan daño a la gente, a la
sociedad y generan opresión. De ahí que se requiera un proceso de concientización que permita ubicar otras posibilidades que, al ser diseñadas
y aplicadas por la acción de las y los estudiantes desde el aula en sus comunidades, posibiliten su modificación, superación y eventual
transformación.
Un proyecto de preescolar de la supervisora Alma Gloria González de Sonora, por citar un ejemplo, parte de analizar que en la escuela la niñez
mata a las abejas porque les tiene miedo. A partir de observar esto, se problematiza; es decir, se hacen preguntas y se dialoga, se determina
gradualmente el conocimiento que permite identificar el papel que las abejas juegan en el medioambiente, se arman modelos en tres
dimensiones que identifican el aguijón y su función. De esta manera, y con ayuda de materiales como videos, fotografías o lecturas adecuados a
la edad y a su comprensión, se llegará poco a poco la conclusión de que, al matarlas, se contribuye a su extinción y con ello a un daño
permanente en la polinización que es la base de la vida vegetal y animal, incluida la nuestra. Por esto, es necesario transformar esa realidad
aprendiendo a convivir con ellas sin dañarlas. Al final se hace una campaña en pósteres con dibujos y grafías que busca hacer consciente de esto
a toda la escuela y a la comunidad, invitando a hacer un jardín polinizador al sembrar flores diversas.
(https://www.gob.mx/semarnat%7Cpolinizadores/articulos/que-es-y-como-realizar-tu-jardin-de-
polinizadores#:~:text=Los%20jardines%20de%20polinizadores%20son,colibr%C3%ADes%2C%20abejas%20entre%20otros%20organismos.)

Podríamos decir que esta es la aportación que hace la NEM a la educación en México: la de hacer conscientes a las infancias de las situaciones-
problema que ellos y sus familias desconocen. Y, al hacerlo, les da conciencia de la necesidad de su transformación, porque nadie puede negar
que en cualquier clase social existen contextos y eventos que, al no identificarse como conflictivos, traen impactos negativos, perturbaciones,
daños a la sociedad y al medioambiente en su conjunto. Algunos ejemplos son las relaciones de género que provocan la violencia y los
feminicidios, así como la contaminación ambiental, el uso indiscriminado de agua en eventos no necesarios, la basura regada por doquier, los
embarazos no deseados, entre otros.

Sin embargo, la naturaleza y carga ideológica de la NEM ha tenido como consecuencia la eliminación de aprendizajes fundamentales en el
ámbito internacional con la excusa de que son neoliberales, o bien, no necesarios. Algunos ejemplos: la reducción del estudio de las matemáticas
a fondo, el empobrecimiento de algunos contenidos científicos por considerarlos colonizadores, la disminución de contenidos cívicos
relacionados con el conocimiento de las leyes y las instituciones, la baja significativa de los aprendizajes en educación física en un país que
ocupa el primer lugar en sobrepeso y obesidad infantil en el mundo (https://www.gob.mx/issste/articulos/obesidad-
infantil#:~:text=M%C3%A9xico%20ocupa%20el%20primer%20lugar%20mundial%20en%20obesidad%20infantil%20y,la%20poblaci%C3%B3n%2
la desvalorización de los contenidos de educación socioemocional cuando los trastornos de esta naturaleza y los suicidios aumentan
diariamente, entre otros. Más aún: los libros de texto tienen deficiencias y errores conceptuales y metodológicos que no se han corregido a la
fecha.

La ambivalencia de la NEM ha generado una gran polarización en su aceptación, tanto en la sociedad en su conjunto como en el sector
magisterial: mientras que algunos están a su favor y señalan su innovación apoyando los reclamos docentes sobre las necesidades de aprendizaje
comunitario y local en actividades interesantes a las infancias, otros están totalmente en contra y claman por su desaparición. Como escuché
decir a un maestro: “Todos los días le pido a Dios que desaparezca esta nueva propuesta”.

En este sentido, la gran pregunta es si la NEM debería continuar o no el próximo sexenio. Mientras que por un lado hace aportaciones
significativas, por el otro cuenta con grandes debilidades, y en el contexto de que su aplicación no fue escalonada por grados y niveles, sino total
y nacional, otra contribución a la educación líquida de esta generación.

En el primer debate presidencial, Xóchitl Gálvez no señaló si la NEM continuaría o no. Sí mencionó que promoverá una educación integral de
calidad en la que las escuelas de tiempo completo jugarán un papel relevante, así como con las estancias infantiles. También impulsó la
participación de los padres, madres y tutores en el diseño y elaboración de los libros de texto. Propuso aumentar las becas otorgadas a los y las
estudiantes de educación básica y volverlas universales para la escuela pública y privada. También planteó otorgar más recursos a la
capacitación y formación docente —que en este sexenio prácticamente desaparecieron— y, finalmente, mencionó un aumento a los salarios de
las maestras y los maestros cuando participen en las escuelas de tiempo completo, y la distribución tabletas con recursos adicionales para pagar
los datos que se utilicen.
Por su parte, Claudia Sheinbaum mencionó que la NEM continuará y mejorará, tanto la propuesta del modelo pedagógico como los libros de
texto. Propuso además múltiples tipos de becas en todos los niveles educativos para la escuela pública, atendiendo en programas específicos a la
educación inicial. Sin embargo, dado que en otros espacios ha hecho mucho énfasis en la vinculación de la ciencia en ámbitos prioritarios, y que
existe un fuerte descontento en un sector de sus bases electorales magisteriales con respecto a la NEM, debería ser congruente y ajustarla.

Finalmente, el candidato Jorge Álvarez Máynez dijo que impulsará un modelo educativo más incluyente de todas las personas. También dijo que
los libros de texto no deben ser adoctrinadores como lo han sido tanto en este sexenio como en anteriores y, en consecuencia, los modificará.

En los tres casos, nuevamente habría cambios. Frente a esto, es indispensable discutir una reforma educativa que tome como fundamento los
mínimos consensos posibles entre las partes y que como política de Estado perdure a largo plazo. Para ello, debe haber acuerdos entre partidos
e interlocutores de diversas ideologías, porque tal y como avanza la educación desde el paradigma de la modernidad clásica, racional y científica
—llamada “neoliberal” por la izquierda— también lo hacen —como reacción dialéctica— las propuestas, como la NEM, que tienen largo tiempo
gestándose desde algunos sectores de la izquierda de la sociedad mexicana que siempre se han sentido excluidos de la construcción de las
reformas que consideran arbitrarias y hasta colonizadoras.

Vale decir que ambas visiones sobre la educación en México coexisten: si bien cada una de ellas excluye a la otra por su postura ideológica,
ninguna desaparecerá por dominación. Es indispensable tomar acuerdos que lleven a un proceso más sólido que no sacrifique a las infancias.

Laura Frade Rubio


Presidenta de Calidad Educativa Consultores S. C.

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