Desarrollo-cognitivo-Tema-2-resu...

SofiaRosas

Desarrollo Cognitivo

2º Grado en Psicología

Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación

Universidad de Jaén

Reservados todos los derechos.

No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
 Tema 2: El desarrollo de la percepción.
Medida de la percepción en niños.
La conducta de los bebés dificulta el proceso, ya que no son capaces de cooperar
voluntariamente (solo comen cagan y duermen). Además, en casos en los que cooperan, se
deben emplear los métodos adecuados para comprender qué es lo que el bebé está sintiendo,
ya que éste no puede dar una respuesta verbal. Por ello debemos fijarnos en otras respuestas
que nos responda a la siguiente pregunta: ¿Los niños son capaces de distinguir entre
estímulos?
Mirada preferencial.
Consiste en presentarle al niño dos estímulos y ver cuánto tiempo emplea a verlos. Si este mira
más uno que al otro, se concluye que es capaz de distinguirlos. Esta técnica es fiable porque
los niños tienen una mirada preferencial espontánea, es decir, prefieren mirar ciertos tipos de
estímulos (como pueden ser los pronunciados antes que los lisos). Generalmente, se utilizan
enrejados contrapuestos a una imagen gris, disminuyendo progresivamente la anchura de los
enrejados hasta que el niño mira por igual ambas imágenes (no las distingue).
Habituación.
En ocasiones se necesitan emplear estímulos por los que los
bebés no tienen preferencia y, por tanto, miran por igual.
Para solucionar esto, los investigadores han hecho uso de la
habituación: los bebes prefieren mirar más tiempo a
estímulos novedosos que a conocidos. Por ello, crean a
propósito una menor preferencia por un estímulo,
mostrándoselo repetidamente al bebe. En cada presentación
lo mirará menos. Tras la habituación, se le muestra el
estímulo nuevo. Si el niño los distingue, ocurrirá una
deshabituación, es decir, mirará por más tiempo el nuevo.
Sino, ocurrirá una habituación continua.
Potenciales evocados visuales.
Se colocan electrodos en la cabeza del bebe para poder
observar las ondas que provocan ciertos estímulos. Se le presentan las imágenes gris y
enrejada. Si cambian los potenciales al cambiar los patrones, el bebé es capaz de distinguirlos.
Otros métodos son: comparación de pares, condicionamiento clásico y operante y la conducta
de alcanzar.
Capacidades perceptivas infantiles: la vista.
Agudeza y contraste.

La agudeza visual (percepción de detalles) al nacer es reducida. A los 6 meses se ha

desarrollado rápidamente y ocurre un periodo estable, hasta el año donde el bebé llega a la
agudeza de un adulto 20/20. La agudeza se calcula con la técnica de mirada preferencial y con
potenciales evocados visuales: el niño mira dos patrones, uno gris homogéneo y otro enrejado.
Si el niño no ve las rayas, no habrá potencial ni mirará más al enrejado, ya que ve los patrones
como grises iguales.

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 Una de las razones por las que el bebé tiene
poca agudeza visual es porque su cortex visual
no está desarrollado completamente. 
Una segunda razón es porque en la retina, a
pesar de que los bastones (periférico,
contorno) se parecen a los de los adultos, los

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conos (fóvea, detalles) son muy acortados. Esto
lleva a que contengan menos pigmentos
visuales y no absorben la luz tan bien. Además,
al ser tan gordos, forman un enrejado muy
separado (como los píxeles, están muy
separados y no son concretos).

Esto es en cuanto la agudeza visual, referida a los detalles. Pero esto no nos
dice nada sobre lo que vemos cuando hay poco contraste o cómo percibimos
las formas.
La percepción del contraste en la infancia se ve limitada a la percepción de
frecuencias bajas (líneas anchas y gordas) No ven frecuencias superiores a 2/3 ciclos por grado.
Además, no se ven nítidas, sino que la sensibilidad es menor a la de un adulto en un factor de
20 a 100. Con un mes, la vista es un poco peor que la nocturna de los adultos.
La percepción de los objetos.
Distinción del rostro de la madre.

A pesar de la baja agudeza visual, los bebés reconocen a su madre a los 2/3 días. Para
demostrar esto, se aplicó la técnica de la mirada preferencial; se dio a elegir a niños de 2 días
entre el rostro de su madre y una desconocida, y estos miraban a la madre un 63% del tiempo
(la distinguían). Sin embargo, esto se puede ver sesgado debido a otros factores como el olor
de la madre. Pero se comprobó que no era así, ya que también ocurría cuando se mostraban
los rostros en vídeo.

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 ¿Cuál es la información visual que usan para esto? No son capaces de percibir detalles finos de
la cara; lo que distinguen es el contraste entre la línea del pelo y la frente clara, por lo que
cuando les ponían un pañuelo a ambas mujeres, el bebé ya no las distinguía.
Ahora, ¿Pueden los niños reconocer los bebés rostros? No realmente, pero puede ser que se
vean atraídos a los rostros y cosas que se parecen a caras debido a que tienen tendencia a
prestar atención a las cosas que tienen mucho contraste en la parte superior. A los 3 meses

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distinguen características sutiles (la línea del pelo) a los cinco meses distinguen las
características invariantes de cada rostro, la configuración de sus rasgos incluso cambiando de
contexto. A los 7 meses ya reconocen la expresión facial.
Distinción de primates y humanos: Los bebes a los 6 meses en el estudio de Pascalis de
diferenciación de rostros humanos y de monos distinguen igual de bien los de monos que los
de personas. Distinguen a los monos entre sí mejor que los primatólogos. A partir de los 9
meses ya no distinguen bien los monos. Es un proceso de desaprendizaje, ya que no es algo útil
para nosotros en el día a día.
Discriminación figura fondo.
Para percibir los objetos no vale solo con detectar los estímulos visuales, sino que se debe
aplicar una organización perceptiva; la segregación de figura-fondo. Los niños de 5 meses
pueden separar la figura del fondo basándose en el movimiento. Para
demostrarlo, se empleó la habituación; en la figura de la foto, se
llenaron ambas partes de puntos que se movían, dando la ilusión de
que una estaba cubierta por otra. Los adultos veían la izquierda como
figura y la derecha como fondo. Tras esto, se les mostró a los niños las
figuras A (derecha) y B (izquierda), Los bebes solo se deshabituaban con
el A, lo que quiere decir que antes lo percibían como fondo.
Agrupamiento por semejanza de claridad.
Los niños de 3 meses son capaces de agrupar figuras por semejanza de claridad
(ley de similitud, Gestalt). Para demostrarlo, se habituó a un niño al patrón de la
izquierda y después se le mostraron los de la derecha. Solo se deshabituó a las
líneas horizontales. Relacionado con esto, ¿los niños perciben patrones o solo los
elementos? Para comprobarlo se presenta un patrón de una cruz construido por
rombos y después una cruz normal. En las primeras semanas los bebes solo
responden solo a los rombos y se deshabitúan con la segunda figura. A los 2 o 3
meses integran los elementos en patrones simples.
Percepción de objetos continuos detrás de los obstáculos.
Los niños de dos meses son capaces de percibir los objetos como
continuos tras un obstáculo, pero únicamente ayudándose del
movimiento: se habituó al niño a la vara moviéndose detrás del
ladrillo, y cuando se le presentó la vara separada o junta, el niño solo
se deshabituó con la separada. Sin embargo, eso no ocurría cuando la
vara permanecía quieta.
Percepción de objetos contiguos como separados.

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 Los niños de 10 meses no son capaces de diferenciar entre dos
objetos que aparecen pegados solo mediante el color y la
forma, pero se ayudan del movimiento para conseguirlo.
Demostración: se habitúa al niño a un pato amarillo y un
cambión rojo. Después se le muestra una mano levantando el
pato o una mano que levanta ambos como si estuvieran
pegados. La deshabituación solo sucedía en el primero. Sin
embargo, cuando en la habituación el pato se mueve de un lado
a otro, en la prueba los niños presentan deshabituación cuando se levantan juntos.
La percepción del color.
Esta depende de los conos. A pesar de que los neonatos no los tienen desarrollados si tienen
una percepción bastante buena del color. Sin embargo, la dificultad que presenta probar esto,
es que existen dos dimensiones: color y brillo, lo que hace que el niño igual no diferencia los
patrones por el color sino por el segundo.
Percepción categórica del color.
Los niños de 4 meses categorizan los colores como los adultos tricrómatas, pero no son
capaces de ponerlo en palabras hasta los tres años o más. Para demostrarlo se le presento al
niño una luz de 510 nm (verde) y después una de 480 (azul) o 540 (verde pero al límite). Solo
ocurrió deshabituación con la azul.
Discriminación entre luces de onda larga.
Se usó la mirada preferencial en tres imágenes de igual color y distinta intensidad. La
mitad de niños de un año distinguían el del centro en todas las intensidades y ya a los 3
meses podían hacerlo todos.
La percepción de la profundidad.

Las distintas claves empleadas para la profundidad se comienzan a usar en edades diferentes.

Uso de la disparidad binocular.

Para esto los ojos deben tener una fijación binocular, es decir, que la fóvea se fije en el mismo
sitio. Esta aparece firmemente a los 3 meses, lo cual se demuestra filmando los ojos de los
niños mientras se acerca y aleja un objeto (los ojos deben divergir cuando se aleja y converger
cuando se acerca).
Tras desarrollar la fijación binocular, los niños de 3 a 6 meses son capaces de emplear la
disparidad binocular para percibir profundidad (dos imágenes ligeramente diferentes, una en
cada ojo). La prueba es un experimento en el que se le muestra a los niños dos estereogramas
de puntos aleatorios con pequeños cambios, los cuales, al presentarse con unas gafas
especiales que mostraban uno en cada ojo, crean la ilusión de un rectángulo que se movía. Los
bebés de 3 a 6 meses seguían con la mirada el rectángulo, lo que significaba que eran sensibles
a la disparidad.
Más concretamente, esta sensibilidad aparece a los 3 meses y medio, donde los niños detectan
disparidades de un grado de ángulo visual, y aumenta rápidamente a los 4 meses y medio,
donde las detectan a un minuto de ángulo. Este desarrollo se debe a los mecanismos
fisiológicos de la fijación binocular.
Claves pictóricas.

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 Aparecen después de la disparidad ya que dependen del desarrollo cognitivo y la experiencia
con el entorno.
- Profundidad por superposición: aparece entre los 5 y 7 meses. Prueba: se les mostró a
los niños las imágenes de debajo en un solo ojo (para no revelar que las imágenes eran
planas), donde solo A tiene la clave. Los niños tienden a inclinarse a los objetos cercanos,
por lo que deberían tender más hacia A, y así lo hacían los niños de 7 meses.

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- Profundidad por tamaño familiar: Aparece en algún momento
entre los 5 y 7 meses. Prueba: en un periodo de familiarización los
niños jugaron con un objeto grande y otro pequeño. Después se les
presentaron los objetos con el tamaño invertido, pero a la misma
distancia. Los de 7 meses interpretaron que el objeto c estaba más cerca (se acercaban
más a él) porque recordaban la diferencia del tamaño y la empleaban como información
de profundidad.

La percepción del movimiento.

Percepción de objetos móviles.
Los neonatos dirigen siempre su mirada a estímulos móviles antes que a otros fijos. La
capacidad de percibir movimiento se adquiere muy pronto ya que este aporta mucha
información (por ejemplo, organización perceptiva en el ejemplo del pato y el camión o el
movimiento biológico), pero los bebes no lo perciben igual que los adultos. Por ejemplo, hasta
las 8 semanas emplean movimientos sacádicos para seguir un objeto en movimiento en vez de
movimientos oculares uniformes.
Percepción del movimiento biológico.
Se empleó la mirada preferencial para ver si los niños detectaban este movimiento. Se
mostraron dos vídeos: uno de luces moviéndose al azar y otro en el que las luces
representaban una persona corriendo. A partir de los 4 meses, los niños preferían mirar a la
segunda.
¿Pero lo perciben igual que los adultos? No. En las representaciones de una persona andando,
las luces de las rodillas se ven ocultadas con el movimiento una y otra vez, lo que da una
sensación tridimensional para los adultos. Cuando lo existen estas obstrucciones, los adultos
no lo interpretan como un modelo tridimensional. Cuando se mostraron dos videos, uno con
obstrucciones y otros sin ellas, se vio que los niños de 8 meses si los distinguían mientras que
los de 5 no. Esto significa que, si bien los bebes de 5 meses pueden distinguir el movimiento
biológico, no perciben la tridimensionalidad. Para ello deben volverse sensibles a la
superposición.
Capacidades perceptivas infantiles: el oído.
Reconocimiento de la voz de la madre.

Los bebés de 2 días ya reconocen la voz de su madre. Se comprobó mediante la forma en la

que succionaban el chupete: por lo general estos lo hacen intermitentemente. Se les puso
unos audífonos, y según cuanto durasen las pausas de succión, activarían la voz de su madre o

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 la de un desconocido. La mitad de bebés recibían la voz de su madre en pausas largas y la otra
mitad, al contrario. Los bebés regulaban su succión para oír a su madre. Lo mismo ocurre con
los audios del idioma materno vs idioma extranjero.
¿Por qué prefieren la voz e idioma de su madre con tan poco tiempo de vida? Porque lo
escuchaban mientras crecían en su vientre. Esto está respaldado con otro experimento que
muestra que, al leer dos versiones de un mismo cuento, los bebés de 2 días regulaban su

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succión para escuchar el cuento que leían las madres durante la gestación.
Umbrales para escuchar un tono.
Para saber si los niños oyen un tono, podemos fijarnos en si se orientan hacia él. Los neonatos
pueden oír y ubicar la localización sonora, ya que al acercarles un sonajero (80 db) a 20cm de
la oreja, estos se giraban hacia él.
Para determinar las curvas de audibilidad de los
bebés se les colocaron audífonos en los que en
ocasiones se presentaba un sonido y en otras nada.
Un observador no visible para el niño debe valorar
si el niño escucha el tono o no mediante la
conducta del bebé. A los 3 meses, el umbral de
audición está en los 2000 Hz.
Localización de los sonidos.
Se calculó con procedimientos similares el ángulo mínimo audible de los niños, que es el
ángulo mínimo que se puede percibir entre dos sonidos. En las 8 primeras semanas el ángulo
es de 27 grados, pero al año y medio disminuye a 5 grados. En los adultos es de un grado.
La percepción del habla.
Los adultos tienen una percepción categórica del habla. Esto se comprueba cuando se presenta
el sonido “ba” modificando el tiempo de inicio de la sonoridad (TIS, retraso entre el comienzo
del sonido y el momento en que empiezan a vibrar las cuerdas vocales). Aunque el TIS cambie
en un intervalo amplio, los sujetos solo escuchan dos categorías: “ba” con tiempos cortos y
“pa” con tiempos largos. Hay un punto llamado límite fonético en el que una pequeña
modificación marca la diferencia entre ba y pa. Que en un intervalo amplio solo percibamos
dos sonidos, indica que percibimos el habla en un número limitado de categorías.
Los bebés de un mes lo hacen de la misma manera.
Esto se demuestra en el siguiente experimento de
habituación: el bebé succionaba para oir un conjunto
de sonidos. Cuando se habituaba, succionaba cada vez
menos. En este momento, se cambiaba de conjunto
para ver si aumentaba la succión. La gráfica muestra
los resultados. El punto B indica el núm. de succiones
que había sin sonidos. Cuando el TIS es de 20ms (“ba”)
y el bebé se habitúa, al subir a 40 ms (“pa”) aumenta
la succión. Sin embargo, cuando se cambia de 60 ms a
80 (ambos “pa”) no se observa deshabituación.
Percepción de vocales pronunciadas por varios
hablantes como pertenecientes a la misma clase.

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 Los bebés de 6 meses, al igual que los adultos, poseen la destreza de clasificación de
equivalencias, la cual consiste en la capacidad para clasificar los sonidos vocálicos, aunque los
pronuncien hablantes distintos (la a va a ser una a la diga un hombre o una mujer). Se
descubrió mediante un experimento de condicionamiento; primero se le presenta al bebé el
sonido a repetidamente. Cuando cambia a otra vocal, se activa un juguete en otra parte de la
habitación que llama su atención. Así pues, cada vez que suena algo diferente a la a, el bebé
gira su cabeza antes de que se active el juguete. Probaron a hacer esto, pero cambiando el
estímulo sonoro, de manera que en ocasiones no dijera un hombre y en otras una mujer.
Independientemente de quién lo pronunciase, el bebé solo giraba la cabeza cuando la vocal
era diferente a una a.
Efecto de la experiencia en la percepción del habla.
Hay ciertos estímulos del habla que los niños distinguen, pero no los adultos. Por ejemplo, los
niños japoneses si son capaces de distinguir entre la r y la l, cosa que los adultos consideran en
la misma categoría. Al cumplir un año, los niños pierden esta capacidad, ya que se vuelven
sensibles únicamente a los sentidos importantes para su propio idioma.
Medida de la percepción en el adulto maduro y el anciano.
Una de las dificultades más importantes consiste en encontrar una población joven idéntico al
grupo de mayores excepto por la edad, ya que hay muchas variables extrañas como la
educación o la medicación, que provoca deterioro cognitivo.
La visión en el adulto maduro y el anciano.
Capacidades visuales.

Cuando los humanos crecen, ocurren cambios estructurales, como la disminución de la pupila
o el engrosamiento del cristalino (se añade capa tras capa). Estos cambios hacen disminuya la
entrada de la luz; la retina de una persona de 60 años recibe un tercio de la luz que recibe
alguien de 20 años. Además, el engrosamiento del cristalino hace que:
- Se distorsione la percepción del color: las capas del cristalino están pigmentadas por lo
que cuando aumentan absorben luz en la proporción del espectro azul, por lo que la
percepción del azul disminuye (confundiéndolo con el verde). También se hace difícil la
discriminación entre el amarillo y el blanco.
- Se haga menos elástico, haciendo que los músculos oculares no puedan cambiar
fácilmente su forma a la hora de enfocar y los objetos cercanos son puedan verse,
presentando presbiopía.
- Ocurran problemas de resplandor en ancianos. Al aumentar el grosor, la pigmentación
y la opacidad, el cristalino dispersa la luz.

También disminuye la agudeza visual. Puede deberse a la pérdida de los pigmentos en los
fotorreceptores. Se realizó un estudio en el que se comparaba la agudeza visual de jóvenes y
ancianos conduciendo de noche. La distancia a la cual los jóvenes descifraban una señal era de
200m mientras que los ancianos necesitaban estar a 140m (los ancianos tienen menos tiempo
para reaccionar de noche).
Glaucoma.
Esta es una de las alteraciones visuales más graves. Consiste en u exceso de líquido en el globo
ocular que provoca mucha presión y puede dañar el nervio óptico. El asociado a la vejez se
produce gradualmente y aparece sobre los 65 años con una prevalencia de 1/20.

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 Percepción visual.
¿El deterioro en la visión afecta a niveles superiores (no solo sensación, sino también
percepción)?
a. Profundidad: estudios sugieren que la percepción de profundidad disminuye en
ancianos. Parece que, para personas mayores de 50, la disparidad binocular es menos

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útil.
b. Sensibilidad al contraste: serán capaces de ver objetos pequeños solo cuando el
contraste entre estos y el fondo sea muy pronunciado.
c. Velocidad de procesamiento visual: disminuye notablemente debido en parte a la
pérdida de neuronas en la corteza visual.
d. Organización y flexibilidad perceptiva: tienen mayor dificultad para construir una
imagen a partir de sus elementos, leer escritura manuscrita y modificar imágenes como
la de la muchacha-anciana, en las que convergen dos figuras en una.
e. Procesamiento visual: quienes apoyan que el procesamiento es bottom-up (de los
sentidos al cortex) dicen que los ancianos tendrán más dificultades en el procesamiento.
Sin embargo, quienes abogan por el top-down defienden que el conocimiento y las
expectativas guían la percepción, aun cuando la información es ambigua. Esto se
observa en estudios en los que se muestra cómo el contenido de las oraciones facilitaba
el reconocimiento de palabras individuales. Además, al dividir un grupo de jóvenes de
uno de ancianos, se observó que en frases en las que se dejaba una palabra sin
completar, les resultaba más fácil a los ancianos completarla correctamente.

La audición en el adulto maduro y el anciano.

Estructura del sistema auditivo.

a. Oído externo: se da un aumento del pabellón auditivo y se produce mayor secreción de

cera. Pero esto no tiene grandes consecuencias.
b. Oído medio: se acumulan líquidos y los huesecillos sufren de artritis (no afecta mucho).
c. Oído interno: ocurre presbiacusia, con una prevalencia del 1/10 en mayores de 65 años.

Problemas.
El problema más común es la presbiacusia, que es una pérdida progresiva de la audición en
ambos oídos para los tonos de alta frecuencia (agudos). El término también engloba otras
disfunciones auditivas. La incidencia de presbiacusia es menor en países con menos exposición
al ruido, como en África. Esto indica que podría ser causada por el ruido en el medio.
Lo más pronunciado de la presbiacusia es su interferencia en el habla, ya que los ancianos
presentan problemas reconociendo fonemas de altas frecuencias, como la Z, CH o J. Esto
puede llevar a problemas para distinguir palabras como sesenta o setenta, o para distinguir los
plurales de las palabras al ser difícil escuchar los fonemas /z/ y /s/. También pueden verse
afectados cuando el habla se emite en contextos con ruidos fuertes o voz distorsionada.
Problemas derivados de la pérdida de visión y audición.
1. Menor comunicación.
2. Depresión.
3. Aislamiento social.
4. Pérdida de autoestima.
5. Pérdida de autonomía.
6. Preocupación por la seguridad.

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