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La psicología cognitiva se ocupa de saber cómo obtenemos información sobre el mundo que nos
rodea, cómo procesamos y almacenamos esa información, cómo la recuperamos y cómo la usamos.
Las intervenciones cognitivas tienen como objetivo mantener y estimular las capacidades y frenar el
deterioro de las funciones autónomas como los programas de entrenamiento de la función cognitiva
que tiene como finalidad conservar habilidades que permitan mantener la autonomía el mayor tiempo
posible, enriquecer los estímulos ambientales, fortalecer las relaciones sociales para reducir la
soledad y evitar el aislamiento.
El principal objetivo de la psicología, entendida desde el enfoque cognitivo, es conocer cómo las
personas obtienen información sobre su entorno, cómo la representan, la transforman y la
almacenan, y cómo la recuperan tras su almacenamiento. La psicología se ocupa del descubrimiento
de la naturaleza de la mente humana y las leyes que la gobiernan.
La capacidad cognitiva tiene una base orgánica pero también se ve influenciada por el ambiente y el
entrenamiento. Esto implica que se puede mejorar a través del ejercicio y un entorno adecuado. Las
capacidades cognitivas abarcan el procesamiento de la información, incluyendo la atención, la
percepción, la memoria, las habilidades de pensamiento y el lenguaje.
Las técnicas más utilizadas para el entrenamiento de funciones cognitivas en general son:
Funcionamiento de los órganos de los sentidos. Las patologías que afectan a los sentidos
impiden la percepción plena de la realidad y provocan distorsiones cognitivas.
Intensidad estimular. El umbral sensorial es el punto de intensidad que un estímulo debe tener para
ser percibido. Es necesario que un estímulo tenga la suficiente intensidad para poder ser detectado
por los sentidos.
Estado psicológico. Los estados emocionales como el estrés, la depresión y la ansiedad pueden
afectar la forma en que percibimos las cosas, ya que nuestra atención puede estar dispersa o
enfocada en realidades distintas.
2.3. ATENCIÓN.
● Intereses personales. La atención es más fácil de mantener en cosas que nos interesan.
● Objetivos personales. Los sueños, metas y aspiraciones personales son estímulos
significativos para enfocar nuestra atención.
● Hábitos. La atención es una capacidad y un proceso que se puede entrenar.
● Necesidad. El refrán "la necesidad agudiza el ingenio" también se aplica a la atención.
● Estado de salud. La salud de una persona puede afectar sus capacidades cognitivas, como
la atención. Se plantea si es posible leer y comprender textos complejos cuando se tiene
fiebre.
● Estado de ánimo. Los trastornos del estado de ánimo, como la depresión o la ansiedad,
afectan nuestra capacidad de prestar atención a los estímulos y cómo los interpretamos. Por
ejemplo, las personas deprimidas suelen enfocarse en estímulos negativos.
● Cogniciones. Sólo nos centramos en las cosas que creemos que son esenciales. Por
ejemplo, si leemos un libro en el metro, no podemos escuchar las conversaciones de las
personas que tenemos al lado ni los anuncios de la estación continua. Pero cuando
escuchamos el nombre de nuestra estación, escuchamos el mensaje.
● Emociones. Algunos estímulos, como el llanto de un bebé o un grito de auxilio, tienen el
poder de despertar una emoción intensa en nosotros y captar nuestra atención de manera
más probable.
La atención es limitada, por lo que una concentración intensa solo dura unos 45-50 minutos. Por lo
tanto, una sesión de estudio no debe exceder una hora seguida.
● Fatiga. Se recomienda que las sesiones de estudio no superen una hora, ya que una
concentración intensa rara vez dura más de cincuenta minutos. Estudiar durante cuatro horas
seguidas antes de un examen no es beneficioso, ya que resulta en un esfuerzo agotador e
inútil. En cambio, es mucho más productivo dividir el estudio en dos sesiones separadas de
cuarenta y cinco minutos que tener una sola sesión de tres horas.
● Distracción. Se produce cuando otro estímulo capta nuestros sentidos, desplazando nuestra
atención hacia ese nuevo objeto que aparece en nuestro campo de interés.
2.4. MEMORIA.
La memoria es la capacidad de retener y recuperar información de forma voluntaria o involuntaria.
Esta capacidad varía entre las personas y está influenciada por factores genéticos, la maduración
cerebral y el entrenamiento. Desde el nacimiento hasta la edad adulta, nuestra capacidad de
memoria aumenta, y las experiencias y aprendizajes previos son fundamentales para establecer una
base sólida para futuros aprendizajes. Además, un entorno enriquecedor contribuye a mejorar la
capacidad memorística.