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TEMA 8: El reinado de Alfonso XIII (1902- 1931)

8.1 LA CRISIS DE LA RESTAURACIÓN: INTENTOS REGENERADORES Y


OPOSICIÓN AL RÉGIMEN

1. Introducción bloque 9. Situación político-social en la España de comienzos del XX

Desde los primeros años del reinado de Alfonso XIII asistimos a un lento pero inexorable
proceso de descomposición política. Un proceso que culmina en 1923 con el golpe de estado
del general Primo de Rivera, cuya dictadura puso fin al sistema político de la Restauración, y
cuyo fracaso arrastró, en 1931, tanto al Rey como a la propia Monarquía.

Paralelamente a la crisis política, se produce una evolución lenta pero profunda en la economía
y en la estructura social, que transforma el modo de vida de las gentes y que hace de la España
de 1930 un país distinto del que vio iniciarse el siglo, aunque todavía con evidente retrasos
respecto a la Europa más avanzada

En 1900 España era todavía un país agrario, con dos tercios de la población trabajando en una
agricultura atrasada que hacía que esta población campesina viviese en la miseria. Esta
situación hizo ver a los españoles, tras el desastre de 1898, que la distancia que nos separaba
de Europa era mayor que en cualquier otro momento de nuestra historia. A este atraso hay que
sumar el injusto reparto de la riqueza, especialmente de la principal fuente de riqueza de ese
momento: la tierra. Esto propició el desarrollo de un movimiento obrero y campesino muy
reivindicativo en una sociedad cada vez más radicalizada y dividida.

Este atraso era también cultural, con tasas de analfabetismo desconocidas desde hacía
muchos años en la Europa más desarrollada: en 1900 el 56% de los hombres y el 72% de las
mujeres era analfabeta. Por otra parte la incultura de esta sociedad, que además estaba poco
politizada, permitía la existencia de un régimen político corrupto dominado por el caciquismo en
el que las instituciones no representaban al pueblo ni en ellas se discutían los problemas de los
ciudadanos. A pesar de que nominalmente era un sistema democrático, en la práctica solo
representaba los intereses de la oligarquía.

Por otra parte, la España de principios del siglo XX tenía un grave problema militar, con un
ejército humillado por la derrota de 1898, mal dotado en armamento y con un exceso de jefes y
oficiales. Este ejército además pronto va a chocar con los nacionalismos periféricos que
cuestionan en su opinión la unidad de España. Todo ello provocará el retorno del
intervencionismo del ejército en la política española.

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En el ámbito internacional, el reinado de Alfonso XIII se inicia durante la etapa de la que se ha


llamado paz armada, periodo crítico que desembocó en el estallido de la Primera Guerra
Mundial, la cual tuvo, como ya veremos, repercusiones profundas en la economía y en la vida
política de España. La profunda crisis que va de 1918 a 1923 está, a su vez, conectada con la
depresión económica de posguerra y con las consecuencias del triunfo de la revolución
comunista en Rusia en 1917. En 1923 el establecimiento de la Dictadura del general Primo de
Rivera se enmarca en el ascenso de los totalitarismos de la Europa de entreguerras.

2. Rasgos generales del periodo. Causas de la inestabilidad

El primer tercio del siglo XX en España coincidió con la mayoría de edad del rey Alfonso XIII
(1902-1931) y estuvo marcado por la crisis definitiva del sistema de la Restauración, ideado por
Cánovas hacía 25 años. Al igual que en otros países europeos, en España hubo intentos por
parte del gobierno de modernizar el país y establecer un sistema político más democrático y
representativo.
Los proyectos reformistas, cuya necesidad se hizo más evidente tras la crisis de 1898,
acabaron fracasando por las resistencias internas del propio sistema y porque no cuestionaban
a fondo el régimen de la Restauración.
En conjunto, el primer tercio del siglo XX en España estuvo dominado por la inestabilidad y la
incapacidad de los sucesivos gobiernos para superarla. La situación de permanente crisis
política se caracterizó por los siguientes aspectos:

a- Intervencionismo del rey. Alfonso XIII (1886-1941)


comenzó a reinar a los 16 años (1902). Se le había educado
para comportarse como un rey-soldado, en una rígida
disciplina católica y una conciencia liberal. Lejos del prudente
alejamiento de los avatares políticos que había caracterizado
la actuación de su padre, Alfonso XIII jugó desde el principio
un papel activo: se implicó en los cambios de gobierno,
participó en la acción política, y se rodeó del sector más
conservador del generalato, por cuyas opiniones se dejó
influir de forma decisiva.

El rey intervino de manera creciente e imprudente en asuntos de gobierno reservados hasta


entonces a otras instituciones. Este protagonismo motivó que la oposición al sistema (tnto
partidos como población) identificase a su persona con los males del régimen.
A pesar de sus buenas intenciones y de la confianza que tenía en el respaldo de su pueblo
(siempre creyó interpretar la voluntad de la España real frente a las opiniones de los Políticos),
su actuación, finalmente, sería decisiva para el descrédito final en que cayó la Monarquía.

b- La progresiva pérdida de influencia del caciquismo restó eficacia a la maquinaria electoral


de los partidos. El mayor peso de las ciudades impedía una manipulación tan descarada como
la de las zonas agrarias, y la crítica regeneracionista obligaba poco a poco a suavizar el fraude.

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c- El resurgir de la “cuestión religiosa” al agudizarse la presencia de la iglesia en la


enseñanza y por un numero de religiosos en aumento que provocaba numerosas quejas y que
el anticlericalismo se extendiese a la opinión pública.

d- La reaparición también del problema militar que había permanecido latente durante el
último tercio de siglo y que afloró tras el desastre. El ejército responsabilizaba a los políticos de
la derrota y reivindicaba su protagonismo en la vida política generando reacciones hostiles en
los sectores menos conservadores de la sociedad.

e- El problema de Marruecos: Tras el desastre del 98, la posibilidad de reconstruir allí el


imperio suscitó las esperanzas de los colonialistas españoles. En la Conferencia de Algeciras
España obtuvo un protectorado sobre la zona norte del sultanato que iba a ser una fuente
continua de problemas y foco central de las historia de nuestro país durante mucho tiempo.

f- La división de los partidos del turno: tras la desaparición de los líderes históricos (Cánovas
y Sagasta), las luchas entre los nuevos jefes conservadores (Maura, Dato) y liberales
(Canalejas, Romanones) por el control de sus grupos impidieron que surgieran liderazgos
fuertes, capaces de dar estabilidad interna a ambos partidos y por extensión al régimen.

3. La evolución política. Los intentos regeneracionistas de los partidos dinásticos

El desastre del 98 creó desencanto y dejó un claro sentimiento de pesimismo en todo el país.
En 1902 Alfonso XIII llegó a la mayoría de edad y los políticos, influidos por las corrientes
regeneracionistas (recordar final de tema anterior), van a intentar solucionar los problemas
pendientes. Una buena parte de la sociedad exigía una "regeneración" del país basada en la
moralización de la gestión pública, en la reforma del Estado, el fomento de la riqueza y el
impulso a la enseñanza pública. (Despensa, escuela... de Costa).

En el Partido Conservador, a la muerte de Cánovas del Castillo, su sucesor Francisco Silvela


intentó unir las corrientes regeneracionistas surgidas tras el ¨desastre¨. Para ello creó los minis-
terios de Instrucción Pública y de Agricultura y retomó parte de la legislación social iniciada en
la I República.

En 1903 llegó al poder el Partido Liberal, cuyo


liderazgo se disputaban en estos momentos
Montero Ríos y Moret y fue el primero en
enfrentarse a una seria crisis. El desastre del 98
había favorecido el desarrollo del catalanismo
político. La Lliga Regionalista consiguió
importantes éxitos electorales en Barcelona y
aparecía como una fuerza política que luchaba
por la autonomía de Cataluña y la reforma del
estado español. La victoria dela Lliga
Regionalista de Cambó en las elecciones locales
de 1906 alarmó al ejército que veía en peligro la
unidad del país.

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Los comentarios satíricos anticastrenses en una publicación barcelonesa (¡Cu-Cut!), llevaron a


que más de cien oficiales asaltaran e incendiaran la imprenta de la publicación. La reacción del
gobierno fue ceder ante el ejército: en 1906 se aprobó la Ley de Jurisdicciones que identificaba
las críticas al ejército como críticas a la patria y pasaban a ser juzgadas por la jurisdicción
militar.
La reacción pública en Cataluña fue inmediata. Una nueva coalición que aunaba a todas las
fuerzas nacionalistas, Solidaritat Catalana, consiguió una clara victoria electoral en 1907,
reduciendo drásticamente la representación de los conservadores y liberales en Cataluña.

La crisis catalana propició el retorno de los conservadores al


poder. Antonio Maura será el principal representante del
revisionismo en su versión más conservadora ("la
regeneración desde arriba"), reformando sólo lo
estrictamente imprescindible para aseguran la continuidad
del sistema.
A partir de 1907 (gobierno largo 1907-1909) inició un
programa ambicioso: leyes en apoyo de la industria y la
agricultura, plan de rearme naval y nueva ley electoral para
evitar el caciquismo. Para atender las demandas sociales se
creó el Instituto Nacional de Previsión, antecedente de la
Seguridad Social, y se reguló el descanso dominical y el
trabajo infantil. Su proyecto más ambicioso fue la Ley de
Administración Local que pretendía ser un primer paso hacia
el autogobierno regional con la creación de
mancomunidades pero no fue finalmente aprobada.

El proyecto reformista de Maura se derrumbaría definitivamente con la grave crisis de 1909, que
desembocaría en la Semana Trágica de Barcelona, una rebelión urbana consecuencia de las
peculiaridades de la sociedad barcelonesa en la que el republicanismo radical, el movimiento
obrero, el anticlericalismo y el antimilitarismo tenían un cada vez mayor peso.

Son varios los factores que pueden contribuir a explicar el estallido y la trascendencia de los
hechos:

1--El anticlericalismo: En Barcelona habían crecido los sentimientos anticlericales


debido a que el número y la influencia del clero no dejaban de crecer. Con la repatriación de
frailes y monjas de las colonias perdidas en el 98 el estado tenía que hacerse cargo de su
mantenimiento y además ocupaban puestos de trabajo en la enseñanza, hospitales…etc. A ello
había que añadir su talante abiertamente antiliberal, más cercano a las clases oligárquicas que
al pueblo. Todo ello motivó una de las imágenes más tópicas que ha quedado de la Semana
Trágica, la del asalto de los conventos y la exhumación de las tumbas situadas en los sótanos y
patios de las casas religiosas.
2-Movimiento Obrero numeroso aunque escasamente organizado: En 1907 se creó
Solidaridad Obrera, una alternativa a Solidaridad Catalana, con el objetivo de aunar a las
diferentes organizaciones de todas las tendencias aunque el componente anarquista era muy
superior al marxista

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3-Radicalismo republicano: Será crucial la aparición de una fuerza nueva, el Partido


Republicano Radical, dirigida por Alejandro Lerroux, un personaje de clase media, gran orador,
de planteamientos españolistas, anticlericales y aparentemente revolucionarios, pero que en la
práctica no proponía un cambio social auténtico. El mensaje contundente de sus frases, su
constante actitud crítica, hicieron que una buena parte de las clases medias y, lo que es más
significativo, de los trabajadores catalanes, pasaran a apoyarle, sobre todo entre los numerosos
inmigrantes que llegaban a Barcelona y su cinturón industrial. Este radicalismo restó fuerza al
movimiento obrero barcelonés, al desviar votos y militancia con su propaganda populista y
demagógica.
4-El antimilitarismo se había incrementado desde la Ley de Jurisdicciones. El talante
de muchos militares, en actitud defensiva y arrogándose el monopolio del patriotismo, contribuía
a exacerbar los ánimos.

A todo ello hay que sumar la situación en Marruecos. La presencia española había provocado la
reacción de la población autóctona, especialmente en la zona del Rif (provincia del
protectorado) donde las cabilas (tribus locales) eran cada vez más beligerantes. El interés
español respondía no sólo a la protección de Ceuta y Melilla, sino también a diversos intereses:
* Algunos sectores del ejército pretendían rehacer su prestigio tras el desastre de 1898.
* Los políticos dinásticos pretendían hacer jugar de nuevo a España el papel de "potencia
colonial".
* Algunas compañías como por ejemplo la Sociedad de Minas del Rif aspiran a explotar ricos
yacimientos (hierro).

Las obras del ferrocarril en la zona de Melilla provocaron numerosos ataques de los rifeños; el
más grave causó 6 muertes y provocó la reacción del gobierno de Maura que movilizó tres
levas de reservistas en Madrid y Barcelona, provocando la hostil reacción popular por el
recuerdo del desastre de Cuba y por la injusticia del sistema de reclutamiento.

Los choques militares en Marruecos se saldaron


con el Desastre del Barranco del Lobo con más
de 150 muertos y 600 heridos españoles. Un día
antes, el 26 de julio, había estallado una huelga
general en Barcelona, convocada por Solidaridad
Obrera y la UGT como reacción a la leva forzosa
del gobierno.

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TEMA 8: El reinado de Alfonso XIII (1902- 1931)

La respuesta del gobierno fue declarar el estado de guerra en Barcelona, mientras la huelga se
extendía a las ciudades industriales vecinas. Poco a poco el comité de huelga perdía el dominio
de la situación, lo cual derivó en el asalto y quema de conventos por parte de la población. Los
enfrentamientos entre huelguistas, policía y ejército se recrudecían. Durante tres días
menudearon los incendios y las luchas callejeras en Barcelona, aislada del exterior, hasta que
el 29 la tensión comenzó a remitir, volviéndose a una cierta normalidad paulatinamente.

El balance fue de 116 muertos, unos 300 heridos y más de ochenta edificios destruidos. A ello
hay que añadir múltiples destrozos y heridos no cuantificados oficialmente. Pero la represión
posterior fue aún mayor: registros y cerca de 1.500 detenciones. Hubo 17 condenas a muerte,
de las que se ejecutaron 5. La brutalidad de la represión llegó al límite con el procesamiento
irregular, condena y ejecución del pedagogo y anarquista Francisco Ferrer i Guardia, fundador
de la Escuela Moderna, ante el clamor popular tanto en España como en otros países.

En octubre de 1909 Moret y Canalejas anunciaban que el Partido Liberal rompía relaciones con
el Conservador e iniciaba una campaña de boicot total al gobierno (campaña "Maura no"): el rey
retiraba la confianza a Maura y encargaba a Moret la formación de un nuevo gobierno: el turno
había dejado de ser pacífico y el sistema de la Restauración comenzaba a resquebrajarse.

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Entre 1910 y 1912 dirigió el gobierno José de Canalejas, principal líder del partido Liberal y
artífice del regeneracionismo desde dicho punto de vista. El reformismo liberal recuperó buena
parte del programa de los revolucionarios del 68: democratización del Senado, fomento de la
enseñanza pública…….
Cabe destacar la Ley de Reclutamiento que suponía la instauración de un servicio militar
obligatorio en tiempo de guerra suprimiendo el sistema de quintas (no es posible la exención).
Es muy interesante también el proyecto de reforma del Concordato basado en el reforzamiento
del poder civil sin lesionar los intereses de la Iglesia; la negativa del papado le llevó a aprobar
unilateralmente la conocida como " Ley del candado", que establece que no se podrán instalar
en España nuevas órdenes religiosas aunque se respete a las que hay (separación iglesia-
estado).
El problema regionalista se encara con concesiones descentralizadoras; Canalejas logró en el
congreso la aprobación de una Ley de Mancomunidades que otorgaba cierta autonomía a las
regiones históricas
El asesinato de Canalejas en 1912 abrió una lucha por la dirección del partido que lo dividió en
grupos rivales (partidarios de Romanones, y de García Prieto). Un proceso parecido se produjo
en el Partido Conservador entre partidarios de Dato y De La Cierva a partir de 1913.

Los dos partidos sufrían una fuerte crisis de liderazgo y de relación entre ellos que se plasmó
en un enfrentamiento real entre los dos partidos; la alternancia dejaba de ser pacífica y a partir
de ahora se producía por mandato real. Con la muerte de Canalejas se inicia una etapa
convulsa de crisis permanente en el régimen.

4. La oposición política al sistema

Otro de los rasgos característicos de este periodo es el crecimiento de las fuerzas políticas
marginadas por el sistema que intentarán llevar a cabo una oposición que acabe con los
males de éste.

Muy vinculado a lo anterior está el aumento de las luchas sociales. La mayor conciencia de
clase de obreros y campesinos, la fuerza creciente de los sindicatos socialistas y anarquistas y
el éxito de las primeras grandes huelgas, trajeron como consecuencia una gran polarización
social (“lucha de clases”).

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Ambos factores contribuirán a la desestabilización permanentemente de la vida política y a que


desde 1917, ningún partido fuera capaz de formar gobierno por sí sólo, lo que llevó a recurrir a
los gobiernos de concentración.

Las fuerzas políticas de oposición más relevantes son las siguientes:

 El republicanismo era la principal fuerza de oposición pero se hallaba muy fragmentada


tal y como se venía produciendo desde el sexenio democrático. Representaba la aspira-
ción de los intelectuales y de sectores de las clases medias a una democratización políti -
ca, que identificaban con el régimen republicano. Lo cierto es que el progresivo descrédi-
to de la monarquía en el primer tercio de siglo haría aumentar sus apoyos aunque la ma-
yoría del republicanismo acabaría por optar por los partidos de izquierdas.
En el reinado de Alfonso XIII surgieron dos nuevos partidos republicanos: el Partido Re-
formista (1912) fundado por Melquiades Álvarez, con una postura moderada que llegaba
incluso a admitir la monarquía democrática y social.
Mucho más relevante fue la creación en 190 del Partido Republicano Radical, una nueva
fuerza política presidida por Alejandro Lerroux que en los primeros momentos optó por
un discurso anticlerical, anticatalanista,españolista y revolucionario que logró captar
muchos adeptos convirtiéndose en una de las fuerzas políticas con mayor trascendencia
en el futuro próximo.

 El PSOE y su vertiente sindical, UGT, mantuvieron un lento pero constante crecimiento


(El PSOE pasó de 3000 afiliados en 1899 pasó a 30000 en 1920, y la UGT en 1914 tenía
120000 afiliados y en 1921 240000 ) en las zonas donde siempre fueron fuertes (Madrid,
Asturias y País Vasco). Pese a mantener su vocación revolucionaria, su presencia
política en el parlamento moderó algunas de sus propuestas (recordar que Pablo
Iglesias obtuvo su acta de diputado en 1910) e hizo que se alejase de las posturas más
revolucionarias
* El estallido de la Revolución Rusa creó disidencias en la línea del PSOE, ya que algunos estaban a
favor de llevar a cabo la línea bolchevique y se escindieron en 1921 creándose el Partido Comunista
en España.

 El anarcosindicalismo logró una amplia implantación entre el proletariado. Entre las


diferentes facciones, desde 1910 sobresale la CNT (Confederación Nacional del
Trabajo), con un índice altísimo de afiliaciones (de 15000 a 700000 afiliados) . Se definía
como agrupación revolucionaria y defendía la huelga como principal instrumento para al-
canzar sus objetivos.
También dentro del anarquismo existieron facciones más violentas, defensoras de la
doctrina conocida como “la propagada por el hecho”, o, “acción directa”, que fueron las
responsables de los atentados contra Canalejas o contra el Rey (el día de su boda).

Por otra parte, es imprescindible mencionar el espectacular crecimiento de los movimientos


nacionalistas, sobre todo en Cataluña, que introdujeron un factor nuevo que alteró por
completo la relación de fuerzas políticas, no sólo en la periferia, sino también en las Cortes.
Este factor generó numerosas tensiones entre el gobierno central y los grupos nacionalistas.

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TEMA 8: El reinado de Alfonso XIII (1902- 1931)

 El partido nacionalista más arraigado dentro de Cataluña era la LLiga Regionalista, crea-
da en 1901 y liderada por Francesc Cambó. Esta formación política conservadora
consideraba que se debía compatibilizar la regeneración política y la modernización
económica con su reivindicación de la autonomía de Cataluña. Este era el partido de la
burguesía catalana y no contó con el apoyo de la clase obrera, ya que no atendía a las
reformas sociales. Practicó una política pactista colaborando en ocasiones con los
partidos del turno.
Paralelamente se fue consolidando un catalanismo de adscripción republicana: 1905 se
creó el Centre Nacionalista República y en 1910 la Unió Federal Nacionalista Republica-
na. Sin embargo, a pesar de estos y otros partidos, el republicanismo catalán fracasará
hasta que Esquerra Republicana de Catalunya gane las elecciones de 1931.
Por otra parte, tras la primera Guerra Mundial, la declaración de Wilson, que reconocía el
derecho de autodeterminación, estimuló la radicalización de algunos grupos catalanistas
y la creación de Acció Catalana, en desacuerdo con la posición moderada de la Lliga.

 Tras la muerte de Sabino Arana en 1903, fundador y líder del PNV (Partido Nacionalista
Vasco), se inició un duro y largo enfrentamiento entre el sector independentista y
defensor de las ideas aranistas, y otro más moderado, liberal y posibilista que optaba por
la autonomía vasca dentro de España. Con la nueva estrategia del sector autonomista, el
nacionalismo vasco, se extendió desde Vizcaya al resto de las provincias vascas, se
aproximó a la burguesía industrial, amplió sus bases sociales y se consolidó como la
fuerza mayoritaria en el País Vasco. En 1911 el PNV creó su propio sindicato,
Solidaridad de Trabajadores Vascos (ELA-STV)para apartar a los sindicatos socialistas
de los obreros nacionalistas.

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