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Desde los primeros años del reinado de Alfonso XIII asistimos a un lento pero inexorable
proceso de descomposición política. Un proceso que culmina en 1923 con el golpe de estado
del general Primo de Rivera, cuya dictadura puso fin al sistema político de la Restauración, y
cuyo fracaso arrastró, en 1931, tanto al Rey como a la propia Monarquía.
Paralelamente a la crisis política, se produce una evolución lenta pero profunda en la economía
y en la estructura social, que transforma el modo de vida de las gentes y que hace de la España
de 1930 un país distinto del que vio iniciarse el siglo, aunque todavía con evidente retrasos
respecto a la Europa más avanzada
En 1900 España era todavía un país agrario, con dos tercios de la población trabajando en una
agricultura atrasada que hacía que esta población campesina viviese en la miseria. Esta
situación hizo ver a los españoles, tras el desastre de 1898, que la distancia que nos separaba
de Europa era mayor que en cualquier otro momento de nuestra historia. A este atraso hay que
sumar el injusto reparto de la riqueza, especialmente de la principal fuente de riqueza de ese
momento: la tierra. Esto propició el desarrollo de un movimiento obrero y campesino muy
reivindicativo en una sociedad cada vez más radicalizada y dividida.
Este atraso era también cultural, con tasas de analfabetismo desconocidas desde hacía
muchos años en la Europa más desarrollada: en 1900 el 56% de los hombres y el 72% de las
mujeres era analfabeta. Por otra parte la incultura de esta sociedad, que además estaba poco
politizada, permitía la existencia de un régimen político corrupto dominado por el caciquismo en
el que las instituciones no representaban al pueblo ni en ellas se discutían los problemas de los
ciudadanos. A pesar de que nominalmente era un sistema democrático, en la práctica solo
representaba los intereses de la oligarquía.
Por otra parte, la España de principios del siglo XX tenía un grave problema militar, con un
ejército humillado por la derrota de 1898, mal dotado en armamento y con un exceso de jefes y
oficiales. Este ejército además pronto va a chocar con los nacionalismos periféricos que
cuestionan en su opinión la unidad de España. Todo ello provocará el retorno del
intervencionismo del ejército en la política española.
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TEMA 8: El reinado de Alfonso XIII (1902- 1931)
El primer tercio del siglo XX en España coincidió con la mayoría de edad del rey Alfonso XIII
(1902-1931) y estuvo marcado por la crisis definitiva del sistema de la Restauración, ideado por
Cánovas hacía 25 años. Al igual que en otros países europeos, en España hubo intentos por
parte del gobierno de modernizar el país y establecer un sistema político más democrático y
representativo.
Los proyectos reformistas, cuya necesidad se hizo más evidente tras la crisis de 1898,
acabaron fracasando por las resistencias internas del propio sistema y porque no cuestionaban
a fondo el régimen de la Restauración.
En conjunto, el primer tercio del siglo XX en España estuvo dominado por la inestabilidad y la
incapacidad de los sucesivos gobiernos para superarla. La situación de permanente crisis
política se caracterizó por los siguientes aspectos:
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TEMA 8: El reinado de Alfonso XIII (1902- 1931)
d- La reaparición también del problema militar que había permanecido latente durante el
último tercio de siglo y que afloró tras el desastre. El ejército responsabilizaba a los políticos de
la derrota y reivindicaba su protagonismo en la vida política generando reacciones hostiles en
los sectores menos conservadores de la sociedad.
f- La división de los partidos del turno: tras la desaparición de los líderes históricos (Cánovas
y Sagasta), las luchas entre los nuevos jefes conservadores (Maura, Dato) y liberales
(Canalejas, Romanones) por el control de sus grupos impidieron que surgieran liderazgos
fuertes, capaces de dar estabilidad interna a ambos partidos y por extensión al régimen.
El desastre del 98 creó desencanto y dejó un claro sentimiento de pesimismo en todo el país.
En 1902 Alfonso XIII llegó a la mayoría de edad y los políticos, influidos por las corrientes
regeneracionistas (recordar final de tema anterior), van a intentar solucionar los problemas
pendientes. Una buena parte de la sociedad exigía una "regeneración" del país basada en la
moralización de la gestión pública, en la reforma del Estado, el fomento de la riqueza y el
impulso a la enseñanza pública. (Despensa, escuela... de Costa).
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TEMA 8: El reinado de Alfonso XIII (1902- 1931)
El proyecto reformista de Maura se derrumbaría definitivamente con la grave crisis de 1909, que
desembocaría en la Semana Trágica de Barcelona, una rebelión urbana consecuencia de las
peculiaridades de la sociedad barcelonesa en la que el republicanismo radical, el movimiento
obrero, el anticlericalismo y el antimilitarismo tenían un cada vez mayor peso.
Son varios los factores que pueden contribuir a explicar el estallido y la trascendencia de los
hechos:
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TEMA 8: El reinado de Alfonso XIII (1902- 1931)
A todo ello hay que sumar la situación en Marruecos. La presencia española había provocado la
reacción de la población autóctona, especialmente en la zona del Rif (provincia del
protectorado) donde las cabilas (tribus locales) eran cada vez más beligerantes. El interés
español respondía no sólo a la protección de Ceuta y Melilla, sino también a diversos intereses:
* Algunos sectores del ejército pretendían rehacer su prestigio tras el desastre de 1898.
* Los políticos dinásticos pretendían hacer jugar de nuevo a España el papel de "potencia
colonial".
* Algunas compañías como por ejemplo la Sociedad de Minas del Rif aspiran a explotar ricos
yacimientos (hierro).
Las obras del ferrocarril en la zona de Melilla provocaron numerosos ataques de los rifeños; el
más grave causó 6 muertes y provocó la reacción del gobierno de Maura que movilizó tres
levas de reservistas en Madrid y Barcelona, provocando la hostil reacción popular por el
recuerdo del desastre de Cuba y por la injusticia del sistema de reclutamiento.
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TEMA 8: El reinado de Alfonso XIII (1902- 1931)
La respuesta del gobierno fue declarar el estado de guerra en Barcelona, mientras la huelga se
extendía a las ciudades industriales vecinas. Poco a poco el comité de huelga perdía el dominio
de la situación, lo cual derivó en el asalto y quema de conventos por parte de la población. Los
enfrentamientos entre huelguistas, policía y ejército se recrudecían. Durante tres días
menudearon los incendios y las luchas callejeras en Barcelona, aislada del exterior, hasta que
el 29 la tensión comenzó a remitir, volviéndose a una cierta normalidad paulatinamente.
El balance fue de 116 muertos, unos 300 heridos y más de ochenta edificios destruidos. A ello
hay que añadir múltiples destrozos y heridos no cuantificados oficialmente. Pero la represión
posterior fue aún mayor: registros y cerca de 1.500 detenciones. Hubo 17 condenas a muerte,
de las que se ejecutaron 5. La brutalidad de la represión llegó al límite con el procesamiento
irregular, condena y ejecución del pedagogo y anarquista Francisco Ferrer i Guardia, fundador
de la Escuela Moderna, ante el clamor popular tanto en España como en otros países.
En octubre de 1909 Moret y Canalejas anunciaban que el Partido Liberal rompía relaciones con
el Conservador e iniciaba una campaña de boicot total al gobierno (campaña "Maura no"): el rey
retiraba la confianza a Maura y encargaba a Moret la formación de un nuevo gobierno: el turno
había dejado de ser pacífico y el sistema de la Restauración comenzaba a resquebrajarse.
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TEMA 8: El reinado de Alfonso XIII (1902- 1931)
Entre 1910 y 1912 dirigió el gobierno José de Canalejas, principal líder del partido Liberal y
artífice del regeneracionismo desde dicho punto de vista. El reformismo liberal recuperó buena
parte del programa de los revolucionarios del 68: democratización del Senado, fomento de la
enseñanza pública…….
Cabe destacar la Ley de Reclutamiento que suponía la instauración de un servicio militar
obligatorio en tiempo de guerra suprimiendo el sistema de quintas (no es posible la exención).
Es muy interesante también el proyecto de reforma del Concordato basado en el reforzamiento
del poder civil sin lesionar los intereses de la Iglesia; la negativa del papado le llevó a aprobar
unilateralmente la conocida como " Ley del candado", que establece que no se podrán instalar
en España nuevas órdenes religiosas aunque se respete a las que hay (separación iglesia-
estado).
El problema regionalista se encara con concesiones descentralizadoras; Canalejas logró en el
congreso la aprobación de una Ley de Mancomunidades que otorgaba cierta autonomía a las
regiones históricas
El asesinato de Canalejas en 1912 abrió una lucha por la dirección del partido que lo dividió en
grupos rivales (partidarios de Romanones, y de García Prieto). Un proceso parecido se produjo
en el Partido Conservador entre partidarios de Dato y De La Cierva a partir de 1913.
Los dos partidos sufrían una fuerte crisis de liderazgo y de relación entre ellos que se plasmó
en un enfrentamiento real entre los dos partidos; la alternancia dejaba de ser pacífica y a partir
de ahora se producía por mandato real. Con la muerte de Canalejas se inicia una etapa
convulsa de crisis permanente en el régimen.
Otro de los rasgos característicos de este periodo es el crecimiento de las fuerzas políticas
marginadas por el sistema que intentarán llevar a cabo una oposición que acabe con los
males de éste.
Muy vinculado a lo anterior está el aumento de las luchas sociales. La mayor conciencia de
clase de obreros y campesinos, la fuerza creciente de los sindicatos socialistas y anarquistas y
el éxito de las primeras grandes huelgas, trajeron como consecuencia una gran polarización
social (“lucha de clases”).
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TEMA 8: El reinado de Alfonso XIII (1902- 1931)
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TEMA 8: El reinado de Alfonso XIII (1902- 1931)
El partido nacionalista más arraigado dentro de Cataluña era la LLiga Regionalista, crea-
da en 1901 y liderada por Francesc Cambó. Esta formación política conservadora
consideraba que se debía compatibilizar la regeneración política y la modernización
económica con su reivindicación de la autonomía de Cataluña. Este era el partido de la
burguesía catalana y no contó con el apoyo de la clase obrera, ya que no atendía a las
reformas sociales. Practicó una política pactista colaborando en ocasiones con los
partidos del turno.
Paralelamente se fue consolidando un catalanismo de adscripción republicana: 1905 se
creó el Centre Nacionalista República y en 1910 la Unió Federal Nacionalista Republica-
na. Sin embargo, a pesar de estos y otros partidos, el republicanismo catalán fracasará
hasta que Esquerra Republicana de Catalunya gane las elecciones de 1931.
Por otra parte, tras la primera Guerra Mundial, la declaración de Wilson, que reconocía el
derecho de autodeterminación, estimuló la radicalización de algunos grupos catalanistas
y la creación de Acció Catalana, en desacuerdo con la posición moderada de la Lliga.
Tras la muerte de Sabino Arana en 1903, fundador y líder del PNV (Partido Nacionalista
Vasco), se inició un duro y largo enfrentamiento entre el sector independentista y
defensor de las ideas aranistas, y otro más moderado, liberal y posibilista que optaba por
la autonomía vasca dentro de España. Con la nueva estrategia del sector autonomista, el
nacionalismo vasco, se extendió desde Vizcaya al resto de las provincias vascas, se
aproximó a la burguesía industrial, amplió sus bases sociales y se consolidó como la
fuerza mayoritaria en el País Vasco. En 1911 el PNV creó su propio sindicato,
Solidaridad de Trabajadores Vascos (ELA-STV)para apartar a los sindicatos socialistas
de los obreros nacionalistas.