Está en la página 1de 15

BLOQUE 3.

DE LA CRISIS DEL 98 AL FIN


DE LA DICTADURA FRANQUISTA
TEMA 8. EL REINADO DE ALFONSO XIII (1902-1931):
8.1. La crisis de la Restauración: intentos regeneradores y oposición al régimen.
Características generales del reinado. Crisis del sistema de la Restauración:

El 17 de mayo de 1902, Alfonso XIII asumió el poder efectivo, a los 16 años de edad, finalizando así la
regencia de su madre, María Cristina de Habsburgo, y dando comienzo a un período político que se
caracterizó por una permanente crisis política que afectó a los fundamento del sistema de la Restauración.
Diversos factores explican esta situación:

 Notable protagonismo político del monarca, que en todo momento ejerció, con voluntad y
decisión, las prerrogativas que la Constitución de 1876 le otorgaban, en especial la de designar
Gobierno y, llegado el caso, la de retirarle su confianza obligando a dimitir al presidente de turno
(32 gobiernos en 21 años por las constantes injerencias del monarca). Todo culminó con el apoyo
del rey a la Dictadura de Primo de Rivera, en 1923, elemento clave en el desprestigio de la
monarquía.
 Crisis de los dos partidos dinásticos, con la desaparición de sus dos grandes líderes: Cánovas
(asesinado en 1897) y Sagasta (muerto en 1903). Estos dos políticos, con su indiscutible
autoridad en sus respectivos partidos y la buena relación entre ellos, habían dirigido la vida
política del país. Tras su desaparición, tanto el Partido Liberal como el Conservador entraron en
una dinámica de luchas internas entre diferentes líderes y facciones que propiciaron una mayor
implicación del rey en las decisiones políticas.
 Debilitamiento del caciquismo, paralelo al desarrollo urbano del país. Las denuncias de los
regeneracionistas obligaron a limitar las manipulaciones electorales a las zonas agrarias, ya que
en los núcleos urbanos, las clases medias y el creciente proletariado se decantaron por partidos
próximos a sus intereses.
 Desarrollo de la oposición política y social al régimen de la Restauración (especialmente en
las ciudades), como republicanos, nacionalistas, socialistas y anarquistas, por falta de integración
en el sistema de la Restauración. Este hecho generará una fuerte conflictividad social y política
durante todo el reinado de Alfonso XIII.
 Intromisión del Ejército en asuntos políticos, favorecido por el acentuado espíritu castrense
del monarca, que tendió siempre a favorecer al Ejército siempre que había un conflicto entre este
y el poder civil (todo lo contrario que consiguió en su momento Cánovas del Castillo). Un
temprano ejemplo de este hecho fue la promulgación de la Ley de Jurisdicciones de 1906.
 Desastres militares en la guerra de Marruecos (1909 y 1921).

Por todo ello, el reinado de Alfonso XII fue un periodo muy problemático y conflictivo, en el que se pueden
distinguir cinco etapas:

1ª de 1902 1 914, una etapa inicial de revisionismo¸en la que desde el poder se intentó sin éxito
regenerar el sistema político, abriéndolo a la España real para evitar su descrédito.

1
2ª de 1914 a 1918, años marcados por el efectos de la Primera Guerra Mundial sobre España,
que se mantuvo neutral en la contienda.

3ª de 1919 a 1923, en que el sistema entró en quiebra y se intensificó la agitación social.

4ª de 1923 a 1930, los años de la dictadura del general Primo de Rivera¸que con el beneplácito
del rey pretendió salvar, esta vez por la vía autoritaria, el viejo y corrupto sistema.

5ª de 1930 a 1931¸en que el sistema se hundió definitivamente, arrastrando en su caída a rey y a


la propia monarquía, que fue sustituida por la Segunda República.

Así desde 1917 se sucedieron los gobiernos de coalición, sujetos a alianzas y continuos cambios (muchos de
ellos propiciados por el propio rey). Ni liberales ni conservadores consiguieron mayorías suficientes para
conformar gabinetes sólidos. En este contexto de inestabilidad política, el país tuvo que enfrentarse a graves
problemas sociales:

 Agudización de las luchas sociales. Las posiciones de patrones y trabajadores se fueron


enfrentando cada vez más. Los obreros y campesinos tomaron mayor conciencia de su papel y
capacidad de movilización.
 La "cuestión religiosa" se reavivó con las crecientes protestas contra el poder de la Iglesia,
especialmente en la enseñanza. El anticlericalismo se extendió por buena parte de la población
urbana y las clases populares.
 La "cuestión militar" volvió a resurgir ante el desconcierto de un ejército humillado en 1898 que
recibía críticas crecientes de los sectores opositores (republicanos, socialistas, nacionalistas).
 Consolidación del movimiento nacionalista en Cataluña y el País Vasco, sin ningún cauce de
negociación por parte de los partidos de turno. Para los políticos conservadores y para los
militares, sin embargo, nacionalismo equivalía a separatismo y a riesgo de degradación de la
Patria.
 El "problema de Marruecos". En la Conferencia de Algeciras (1906) se acordó el reparto entre
Francia y España del territorio marroquí. A España le correspondió la franja norte. Desde 1909 se
inició un conflicto bélico, la guerra de Marruecos, muy impopular en el país, que ensanchó el
foso que separaba al Ejército y la opinión pública-sociedad civil, esencialmente las clases
populares.

En 1905 estalló una grave crisis en Cataluña. La victoria de Lliga Regionalista de Françes Cambó y Prat
de la Riba (partido nacionalista apoyado por las clases medias y altas) en las elecciones locales de 1905,
alarmó al ejército que veía en peligro la unidad del país. Los comentarios y caricaturas satíricas
anticastrenses en alguna publicación barcelonesa (Revista Cu Cut), llevaron a que trescientos oficiales
asaltaran e incendiaran las imprentas de estos periódicos. La reacción del gobierno fue ceder ante el Ejército:
en 1906 se aprobó la Ley de Jurisdicciones que identificaba las críticas al Ejército como críticas a la Patria
y pasaban a ser juzgadas por la jurisdicción militar. La derogación de esta ley se convirtió en la
reivindicación clave de los partidos nacionalistas, republicanos y del movimiento obrero. La reacción pública
fue inmediata. Una nueva coalición, Solidaritat Catalana, donde se unieron las principales fuerzas
nacionalistas catalanas, consiguió una clara victoria electoral en 1907, reduciendo drásticamente la
representación de los conservadores y liberales en Cataluña.

Intentos regeneradores o revisionistas del sistema:

Conscientes de la crisis del sistema canovista, los partidos dinásticos se propusieron reformarlo si bien
manteniendo el turnismo. Esta nueva línea de actuación seguida desde el poder se denominó revisionismo,

2
ya que los gobiernos, tanto liberales como conservadores, se propusieron realizar una revisión del sistema
modificando lo imprescindible para rectificar sus mayores defectos y adaptarlo a algunas de las demandas de
la sociedad española. Sin embargo, las reformas fueron claramente insuficientes y en esta etapa se produjo
ya el primer gran conflicto social del siglo: la Semana Trágica de Barcelona.

El revisionismo conservador de Antonio Maura (1907-1909). La Semana Trágica de Barcelona.

Antonio Maura, líder del Partido Conservador, llegó al poder en 1907 con un programa reformista:
emprendió un ambicioso programa de inversión pública (Ley de Protección de la Industria Nacional, plan de
reconstrucción naval…); estableció el Instituto Nacional de Previsión (antecedente de la Seguridad Social).
Su cometido era promover y facilitar los seguros sociales colectivos, para resolver la lamentable situación en
que se hallaban los trabajadores cuando, al llegar a la vejez, tenían que dejar de trabajar y carecían de medios
de subsistencia. En lo sucesivo, mediante un seguro conocido como retiro obrero, el trabajador, a cambio de
una cotización durante su vida laboral activa, podía jubilarse con derecho a una pequeña pensión.

Otra medida de hondo calado social fue la aprobación de la Ley de Huelga (1909), aunque estaba más
orientada a controlar las huelgas que a garantizar el derecho a ejercerlas, razón por la cual su incumplimiento
fue frecuente.

En el terreno político Maura apostaba por una reforma que atrajera a la “masa neutra” del país hacia la
política, rompiendo la indiferencia que denunciaron los regeneracionistas y acabando con el caciquismo. De
este modo se aprobó una nueva Ley Electoral, en 1907, cuya intención era aumentar la participación
ciudadana y garantizar unas elecciones limpias. Pero, dicha reforma fue en realidad una operación de
maquillaje que mantuvo inalterado el carácter caciquil del sistema y el dominio de los dos partidos del
turnistas.

Su medida más ambiciosa fue la Ley de Administración Local, por la que se creaban las mancomunidades,
primer paso para el autogobierno regional, pero la resistencia de los representantes de la oligarquía impidió
su aprobación. En el fondo, ni conservadores ni liberales estaban dispuestos a renunciar a los privilegios del
sistema caciquil y centralista.

El acontecimiento que acabó con el denominado Gobierno Largo de Maura (1907-1909) fue la denominada
como Semana Trágica de Barcelona (del 26 al 31 de julio de 1909). Barcelona, corazón en aquella época
de la industrialización española, había vivido desde principios de siglo un gran auge de las movilizaciones
obreras que había culminado en 1907 con la creación de Solidaridad Obrera, organización anarquista que
nació como respuesta a la burguesa y nacionalista Solidaritat Catalana. Alejandro Lerroux y su Partido
Republicano Radical también se desarrollaron en la Ciudad Condal con un programa demagógico y
anticlerical. La Ley de Jurisdicciones de 1906 trajo un reforzamiento del anticlericalismo y antimilitarismo
en la ciudad. La política autoritaria del gobierno de Maura no ayudó a calmar los ánimos. Sin embargo, fue
la guerra de Marruecos, la que determinó el estallido de la Semana Trágica.

Perdido el imperio ultramarino y cada vez más aislada de Europa, España trató de participar en el reparto de
África, del que se estaban beneficiando las grandes potencias europeas, como el Reino Unido, Francia,
Alemania o Bélgica. Marruecos se convirtió en el nuevo objetivo colonial de España, lo que exigía llegar
a acuerdos con Francia, pues la zona pertenecía a su área de influencia. En 1904, tanto Francia como Reino
Unido reconocieron ciertos derechos de España sobre el norte de Marruecos, lo que llevó a que se firmara en
1906, el Tratado de Algeciras, por el que España se anexionaba la costa mediterránea del norte de
Marruecos. La ocupación militar efectiva empezó en 1909, con el gobierno de Maura, pero esta provocó el
descontento popular a causa de los reclutamientos forzosos de tropas para una guerra que solo interesaba
a dos grupos minoritarios muy concretos: un sector del ejército, que veía en ella la oportunidad de

3
recuperar el prestigio profesional perdido tras el desastre de 1898 y un medio de ascenso en el escalafón y de
protagonismo político; y a los capitalistas interesados en la explotación de las minas de hierro del Rif.

Los ataques de los habitantes del Rif contra los trabajadores españoles de una compañía minera llevaron
al Gobierno de Maura a la movilización de reservistas forzosos entre las clases trabajadoras (quienes tenían
dinero podían librarse de ir al servicio de armas), especialmente de Madrid y Barcelona. Las protestas
obreras estallaron enseguida en ambas ciudades, con especial gravedad en Barcelona, ciudad controlada por
el anarquismo antimilitarista. En Barcelona, puerto donde debían embarcar las tropas, comenzaron la huelga
y las manifestaciones, que se extendieron a otras localidades catalanas. La autoridad militar proclamó el
estado de guerra y se desató una oleada de violencia callejera durante casi una semana (26 al 31 de julio de
1909), en la que la población reaccionó levantando barricadas en las calles e incendiando iglesias y
conventos. La represión fue muy dura y arbitraria, con más de mil detenciones, casi doscientas penas de
destierro, más de cincuenta cadenas perpetuas y diecisiete penas de muerte, de las cuales se ejecutaron cinco.
Uno de los cinco ejecutados fue el anarquista y fundador de la prestigiosa Escuela Moderna Ferrer i
Guardia. El proceso de este prestigioso intelectual estuvo plagado de irregularidades y falsas acusaciones
sin pruebas. Por ello, su condena levantó una oleada de protestas internacionales. como cabeza de turco).
Además, motivó fuertes críticas y una intensa protesta internacional.

La Semana Trágica de Barcelona tuvo dos importantes consecuencias:

 La dimisión de Maura, forzado por el rey, y solo políticamente, ya que ni siquiera el otro partido
turnista, el Partido Liberal, le apoyó, sumándose al resto de partidos para forzar su caída.
 La reorganización del movimiento obrero, con la creación en 1910 de la CNT (Conferencia
Nacional de los Trabajadores), sindicato anarquista muy potente que propugnaba la acción directa y
de la huelga general como principales medios de lucha, a diferencia de la UGT (Unión General de
los Trabajadores), dominado por el PSOE. La formación de una Conjunción republicano-socialista
posibilitó que en 1910, por primera vez en su historia, el PSOE consiguiera un escaño de diputado
que ocupó su fundador, Pablo Iglesias.

El revisionismo liberal de José Canalejas (1910-1912).

La Semana Trágica se llevó por delante el programa reformista de Maura. Tras su caída, comenzó una nueva
etapa de gobierno del Partido Liberal. El primero de ellos, de algo más de tres meses, estuvo presidido por
Segismundo Moret, que había encabezado el enfrentamiento contra Maura. Pero, desde 1910 la presidencia
del Gobierno la asumió Canalejas, hasta su asesinato en la Puerta del Sol, el 12 de noviembre de 1912.

José Canalejas emprendió una política de regeneración democrática, con reformas que abarcaban un
amplio abanico de cuestiones:

 Descentralización administrativa: proyecto de creación de la Mancomunidad de Cataluña


(aprobado posteriormente por Eduardo Dato).
 Prohibición a la creación de nuevas órdenes religiosas en España sin autorización expresa del
Gobierno, mediante la Ley del Candado.
 Restablecimiento del matrimonio civil.
 Establecimiento de la jornada laboral de nueve horas en las minas y la regulación del trabajo
en las mujeres.
 Supresión del impuesto de consumos, impopular tributo sobre determinados artículos, algunos de
primera necesidad, que suponía una carga añadida a la precaria situación económica de las clases
trabajadoras.

4
 Ley de Reclutamiento, por el cual se establecía el servicio militar obligatorio en tiempos de
guerra y acababa con la práctica clasista de la cuota (pago de una elevada cantidad de dinero para
quedar exento del servicio militar). Además creó el cuero de regulares para reducir el envío de
españoles a Marruecos.

Durante los gobiernos de Canalejas, el movimiento obrero desarrolló una gran actividad (creación de la
CNT) y se produjo un recrudecimiento de la agitación social y laboral. En este ámbito, la política de
Canalejas fue ambivalente; por un lado, respondió con contundencia a las alteraciones del orden público; y,
por otro, buscó el apoyo popular mediante algunas medidas de contenido social, como ya se ha visto. Por
tanto, el revisionismo del Partido Liberal tuvo una proyección más social y popular que el de los
conservadores, aunque tampoco llegaba muy lejos.

A partir del asesinato de Canalejas, podemos hablar de una crisis permanente de los partidos del turno. A
partir de 1912, Maura proclamó la imposibilidad de mantener el turnismo con un Partido Liberal al que
consideraba demasiado inclinado hacia la izquierda, por su entendimiento con republicanos y socialistas a
raíz de la Semana Trágica. Así pues, rota la confianza entre los dos partidos, comenzaba el enfrentamiento
real, y la alternancia en el poder ya no se produciría por acuerdo entre sus líderes sino por mandato del rey.

La oposición al régimen turnista:

La incapacidad de los Gobiernos para integrar a nacionalistas, republicanos y obreristas en el sistema de la


Restauración aceleró la descomposición del régimen (crisis de 1909-1917).

Republicanismo. Los republicanos representaban la principal fuerza de oposición política al régimen, dentro
de las Cortes y en el ámbito extraparlamentario. Su ideario, algo confuso, defendía el progreso y la justicia
social. Sus posiciones, menos radicales que las de los socialistas o anarquistas, les permitieron ganarse el
apoyo de ciertos sectores de un amplio abanico social: desde la pequeña burguesía hasta trabajadores, así
como algunos intelectuales de prestigio (Pérez Galdós, Ortega y Gasset, Ramón y Cajal, Gregorio Marañón,
etc).

Durante el reinado de Alfonso XIII, el viejo republicanismo del siglo anterior se extinguió y surgieron dos
nuevos partidos republicanos:

 El Partido Radical, fundado por Alejandro Lerroux en 1908, más izquierdista y anticlerical.
Este partido se definía en lo político como autonomista y socialista en lo social, y ello unido a su
discurso populista, le permitió ampliar sus apoyos sociales. Tras la Semana Trágica de Barcelona
el partido fue derivando, poco a poco, hacia posturas más moderadas.
 El Partido Reformista, creado en 1912 por Melquiades Álvarez y Gumersindo de Azcárate,
representaba un republicanismo más moderado, dispuesto incluso a admitir la monarquía, siempre
que fuera verdaderamente democrática y mantuviera una política de marcado tinte social.

Nacionalismos periféricos.

Los nacionalismos periféricos adquirieron mayor protagonismo político y social tras el desastre del 98, re
reflejó la debilidad del nacionalismo español.

El que tenía mayor implantación social era el catalán. La principal fuerza política del catalanismo desde
1901 fue la Lliga Regionalista, de ideología conservadora y cuyo principal objetivo era conseguir la
autonomía para Cataluña. En 1906 se funda Solidaritat Catalana, una agrupación interclasista, no un
partido, que integraba a todas las fuerzas políticas catalanas (excepto los partidos dinásticos y los
republicanos de Lerroux), con el fin de defender los derechos de Cataluña. En cambio, a izquierda catalanista

5
no tuvo un papel destacado hasta que en 1922, y bajo se creó el Estat Català, que se convirtió en la
expresión del nacionalismo radical no conservador Francèsc Macià.

El nacionalismo vasco, muy distinto en planteamiento y arraigo social continuó un carácter arcaizante y
esencialmente vizcaíno. Su única expresión seguía siendo el PNV, apoyado por una pequeña burguesía
bilbaína ultraconservadora y recelosa del progreso y la industrialización. Sin embargo, con la paulatina
incorporación al PNV de nuevos elementos menos radicales respecto al independentismo y de espíritu algo
más moderno, se ensanchó su base social. En 1903, año de la muerte de su fundador Sabino Arana, consiguió
su primer escaño en el parlamento.

El nacionalismo gallego experimentó un notable desarrollo cultural, pero estaba todavía lejos de consolidarse
como fuerza política. Hubo varios intentos de aglutinar en formaciones políticas el independentismo gallego,
pero todos fracasaron, como la creación en 1907 de Solidaridad Gallega, y en 1910 Acción Gallega.

En cuanto al nacionalismo andaluz, estuvo localizado inicialmente en Sevilla, en torno al Ateneo de esta
ciudad. Su más apasionado impulsor y principal ideólogo fue Blas Infante, considerado el padre de la patria
andaluza. Pero todos sus intentos por conseguir una mayor autonomía y reconocimiento de la singularidad
andaluza fracasaron, incluso en tiempos de la Segunda República.

El movimiento obrero.

La clase obrera española estuvo fuertemente dividida entre socialistas y anarquistas, enfrentados por liderar
el movimiento. Solamente en contadas ocasiones unieron sus fuerzas para luchas juntos y conseguir
objetivos.

El socialismo se agrupaba en torno al PSOE (Partido Socialista Obrero Español, fundado en 1879)) y su
sindicato UGT (Unión General de Trabajadores, fundado en 1888). Su implantación fue modesta excepto en
Madrid, Asturias (cuenca minera) y Vizcaya, debido tanto a su radicalismo inicial, que lo alejaba de las
clases medias, como a la fuerza del anarquismo. Tras la Semana Trágica de Barcelona, el partido fue
abandonando sus iniciales posturas intransigentes, cada vez más dispuesto a participar en el juego político
parlamentario, sin renunciar por ello a la revolución social. En las elecciones de 1910 se presentó dentro
de la llamada Conjunción Republicano-Socialista, que permitió por primera vez el acceso a las Cortes de
un socialista: Pablo Iglesias. Desde entonces, el PSOE aumentó su peso político. El fracaso de la huelga de
1917 hizo girar al PSOE hacia posiciones reformistas. En 1921 se produjo la escisión de una minoría que
fundó el Partido Comunista de España, PCE, de escaso arraigo hasta la Guerra Civil.

El anarquismo contó con una gran fuerza en Cataluña y Andalucía, pese a su división interna, que lo
debilitó:

- Partidarios de la acción violenta, mantuvieron la estrategia de la violencia contra las élites políticas,
lo que provocó el rechazo social e incluso dentro de la clase trabajadora: atentado contra el Liceo de
Barcelona (7 noviembre 1893), con veinte muertos; atentado contra Alfonso XIII el día de su boda
(31 de mayo de 1906), con veintitrés muertos y un centenar de heridos graves; asesinato del
presidente Canalejas en la Puerta del Sol (12 de noviembre de 1912); y asesinato del presidente
Eduardo Dato en la Puerta de Alcalá, plaza de la Independencia (8 de marzo de 1921).
- El anarcosindicalismo, facción mayoritaria que tras la disolución de la FTRE se reorganizó en
sindicatos regionales como la barcelonesa Solidaridad Obrera, hasta que en 1910 se fundó la CNT,
sindicato que pronto se alzó con el liderazgo del movimiento obrero español. El anarcosindicalismo
fue duramente perseguido por su participación en las huelgas generales de 1909 y 1917, y el

6
aumento de la conflictividad de postguerra en Barcelona (pistolerismo) y Andalucía (Trienio
Bolchevique).

8.2. El impacto de los acontecimientos internacionales: Marruecos, la Primera


Guerra Mundial y la Revolución rusa y sus efectos (Trienio bolchevique).
El impacto de los acontecimientos internacionales: la colonización de Marruecos:
Las potencias europeas, reunidas en 1906 en la Conferencia de Algeciras, acordaron dividir Marruecos en
dos áreas de influencia: el protectorado español, al norte; el protectorado francés, al sur. Este tratado sería,
posteriormente, ratificado en el Tratado de Madrid de 1912, en el que el sultán marroquí aceptó repartir la
influencia en el territorio entre las dos potencias ante el caos que vivía la región.

La parte del protectorado español, comprendía una zona mucho más pequeña y pobre que la del protectorado
francés, y presentaba más inconvenientes que ventajas:

- Era un territorio muy montañoso (cadena del Rif), con vías de comunicaciones escasas y difíciles.
- La riqueza económica se limitaba a las minas de hierro de las montañas.
- La población local era muy belicosa y estaba dividida en tribus reacias a renunciar a su
independencia para someterse a un mando extranjero.

España perseguía dos objetivos con la colonización de Marruecos: primero, asegurar la posesión de Ceuta y
Melilla, para lo cual el territorio fue dividido en dos comandancias militares (Ceuta y Melilla), separadas
entre sí por la bahía de Alhucemas, por lo que era de vital importancia controlar ese territorio intermedio; el
otro objetivo pasaba por recuperar el prestigio de la Corona y el Ejército tras el desastre del 98.

Pero el escaso interés del territorio explica la política vacilante de los gobiernos, que alternaron fases de
intervención militar con otras de paralización de movimientos. A ello se debe añadir que dicha guerra era
muy impopular entre la población y estaba provocando una gran división dentro del ejército español,
entre un sector que se empezó a denominar africanista¸que aspiraba a beneficiarse de los ascensos por
méritos de guerra, y un sector denominado juntista, que coincidía con las Juntas Militares de Defensa en el
rechazo a ese sistema de promoción.

Muy pronto aparecieron los conflictos con los indígenas. Las cabilas del Rif se agruparon bajo el liderazgo
de Abd-el-Krim. El ejército español, mal pertrechado y dirigido, sufrió importantes reveses desde un
principio. La primera insurrección, conocida como guerra de Melilla¸se produjo en 1909, tras el ataque de
cabileños rebeldes a las explotaciones mineras españolas, que se saldó con más de mil doscientas bajas
españolas, en el conocido como desastre del barranco del Lobo. La dolorosa y humillante derrota obligó al
Gobierno de Maura a reclutar reservistas, cuyo embarque provocó los acontecimientos de la Semana Trágica
de Barcelona. Al acabar la I Guerra Mundial, se reiniciaron las operaciones contra los rebeldes dirigidos por
Abd-el-Krim.

En julio de 1921, el general Fernández Silvestre, comandante de Melilla, cometió un error militar cuyo
trágico desenlace provocó consecuencias imprevistas. Al frente de un ejército mal preparado y equipado,
desde Melilla emprendió una campaña para alcanzar Alhucemas y someter a las peligrosas tribus rifeñas. En
este ejército destacaban los Regulares, tropas indígenas, y la Legión, fundada por Franco y Millán Astray a
imagen de la Legión extranjera francesa. La acción estuvo muy mal planificada y preparada desde el
principio, con mucha imprudencia y errores tácticos muy groseros, en contraste con la eficaz actuación del
dirigente rifeño Abd-el-Krim. Tras el choque de las dos fuerzas, el ejército español emprendió una retirada
desordenada y sin mando alguno que la dirigiera, lo que hizo posible la derrota de Annual: la práctica

7
destrucción de todas las fuerzas de la comandancia (más de 13.000 bajas, incluyendo al general Silvestre),
prisioneros y deserciones, además de poner en grave peligro incluso la plaza de Melilla.

El desastre de Annual (como se le denominó al asunto), provocó una terrible impresión en una opinión
pública contraria a la guerra. Hubo grandes protestas en el país y los republicanos y socialistas no
desaprovecharon la ocasión de atacar al régimen apuntando directamente a la figura del rey como
responsable directo por su conocimiento y aprobación de los hechos, además de reclamar el abandono de
Marruecos. La presión de la opinión pública llevó a la formación de una comisión militar que
investigara sobre los acontecimientos. Su resultado fue el Expediente Picasso, informe redactado por el
General de División Juan Picasso. Pese a las trabas que le pusieron las compañías mineras interesadas en el
dominio de Marruecos y altos cargos del gobierno y el ejército, el expediente ponía en evidencia enormes
irregularidades, corrupción e ineficacia en el ejército español destinado en África.

El expediente no llegó a suponer responsabilidades políticas ni criminales. Antes de que la comisión del
Congreso encargada de su estudio fuera a emitir su dictamen el 1 de octubre de 1923, el 13 de septiembre el
general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado en Cataluña y estableció una dictadura militar,
con el consentimiento del rey.

El impacto de los acontecimientos internacionales: la Primera Guerra Mundial:

Con el comienzo de la Primera Guerra Mundial se inició una nueva etapa del reinado de Alfonso XIII, que
alcanzó su punto más crítico en 1917. A partir de entonces, el sistema político experimentó un declive
progresivo del que salió transitoriamente mediante la solución autoritaria de la dictadura.

España se declaró neutral nada más estallar el conflicto (1914-1918), en sintonía con su política de
aislacionismo internacional adoptada desde 1898, en lo que coincidían prácticamente todas las fuerzas
políticas, con alguna excepción aislada.

No obstante, partidos políticos, intelectuales y la opinión pública se dividieron entre germanófilos


(conservadores, representantes de valores como el orden y la autoridad) y aliadófilos (liberales e izquierdas,
aunque los anarquistas calificaron el conflicto de imperialista y se declararon neutrales). Las posiciones de
ambos bandos se reflejaron en duros enfrentamientos en la prensa de la época.

Efectos económicos y sociales de la Gran Guerra.

La Primera Guerra Mundial, con sus efectos sobre la economía de los países beligerantes, convirtió a casi
todos ellos, tradicionalmente productores y exportadores, en países importadores (todos practicaron una
economía de guerra). Por ello, la neutralidad le supuso a España un crecimiento espectacular de la
demanda exterior de sus productos, pero el aumento de las exportaciones provocó un proceso inflacionista
e incluso la escasez de algunos productos en el interior, muchos de ellos básicos, ya que se exportaban por
salir más rentables.

Sin embargo, los grandes beneficios de las empresas no repercutieron en aumentos salariales equivalente.
Es más, por paradójico que parezca, el espectacular enriquecimiento empresarial comportó el
empobrecimiento general de los trabajadores, cuyos salarios perdieron gran parte de su poder adquisitivo,
debido a la subida de los precios, en particular los de ciertos bienes de primera necesidad. Este contraste
resultaba muy difícil de aceptar para las clases trabajadoras, más aún cuando se producía en un momento de
euforia de la economía española. El malestar popular fue inevitable y acentuó la crisis social que vivía el
país en 1917. El descontento se mantuvo al finalizar la guerra, pues el fin de las exportaciones agrarias e
industriales provocó el cierre de fábricas y minas, aumentando el paro y la conflictividad.

8
El impacto de los acontecimientos internacionales: la crisis de 1917, la revolución rusa y el trienio
bolchevique (1918-1920).

La crisis de 1917.

La decadencia de los partidos dinásticos se acentuó tras el asesinato de Canalejas 1912), pues ni
conservadores (Eduardo Dato), ni liberales (conde de Romanones) acometieron las reformas necesarias para
frenar la descomposición del sistema. La situación se hizo insostenible en el año 1917, cuando se
desencadenó un triple conflicto que podría haber liquidado el régimen político de la Restauración de haber
coincidido en sus objetivos, ya que dicho conflicto provenía del malestar del Ejército, de la clase obrera y de
un gran número de políticos.

 Crisis militar. El descontento entre los oficiales "peninsulares" ante los rápidos y, a veces,
inmerecidos, ascensos de los "africanistas" culminó con la creación en 1916 de las Juntas de
Defensa, creadas por oficiales de graduación media. Cuando el gobierno decidió disolverlas, las
Juntas respondieron con un “Manifiesto” donde daba un ultimátum al gobierno para aceptar sus
reivindicaciones económicas y profesionales. El gobierno dimitió por presiones del rey Alfonso
XIII, y el nuevo gabinete conservador de Eduardo Dato se plegó a la imposición de los militares
aceptando unas juntas que iban contra la disciplina militar y la subordinación del ejército al poder
civil. La crisis evidenció la intromisión de la Corona en los Gobiernos, la capacidad de coacción
del estamento militar sobre el civil y las disensiones internas entre militares africanistas y
peninsulares.
 Crisis parlamentaria o política. Para denunciar la falta de representatividad del turnismo,
Françes Cambó (Lliga Regionalista), en nombre de un grupo de setenta parlamentarios catalanes,
constituyó en Barcelona una Asamblea Nacional de parlamentarios, la cual solicitó al Gobierno la
convocatoria de Cortes Constituyentes para reformar la Constitución de 1876 y que se
reconocería la autonomía de Cataluña (como rezaba el slogan de Cambó Una Cataluña libre en
una España grande). Aunque sus solicitudes no fueron atendidas y la Asamblea de
parlamentarios fue disuelta por la Guardia Civil, su convocatoria reflejó la profunda crisis del
sistema.
 Crisis social: la huelga general de 1917. Durante los primeros meses del año 1917, la UGT y la
CNT habían mantenido contactos para preparar una huelga general contra el régimen político y
contra el deterioro del nivel de vida de los trabajadores. Finalmente, fue convocada el 13 de
agosto, antes de lo previsto y sin estar suficientemente preparada, ya que ese día estalló en
Valencia una huelga de ferroviarios que precipitó los acontecimientos. El seguimiento fue total en
Madrid, Barcelona, Asturias, Vizcaya, Zaragoza y otras provincias; en cambio, en Andalucía se
limitó a los trabajadores urbanos, pues los campesinos no la secundaron. Ante la amenaza de
revolución obrera, las Juntas de Defensa abandonaron sus peticiones y apoyaron la represión
contra los huelguistas (encarcelamiento de Largo Caballero y otros líderes sindicales). Por otro
lado, la dimisión de Eduardo Dato y la formación de un gobierno de coalición con la participación
de la Lliga Regionalista trajo la inmediata desactivación de la Asamblea de Parlamentarios. La
lucha social de clases se había convertido en el gran problema del país.

La revolución rusa y el trienio bolchevique (1918-1920).

El fin de la I Guerra Mundial trajo consigo una nueva configuración de Europa. Sin embargo, España seguía
anclada en el pasado, a pesar de que cada vez eran más numerosas las voces en demanda de un cambio que
adaptara la realidad política de país a las nuevas circunstancias sociales y económicas. El deterioro del
sistema era evidente y se complicó todavía más por la crisis económica que siguió a la Primera Guerra

9
Mundial y las expectativas revolucionarias creadas por la Revolución bolchevique, que insufló un
notable entusiasmo en las organizaciones obreras, que imaginaron inicialmente la Unión Soviética como un
paraíso de los trabajadores. No en vano, se produjo un crecimiento espectacular de la afiliación a los
sindicatos.

El triunfo de la Revolución rusa supuso un estímulo para el movimiento obrero, pero también una nueva
división ideológica dentro de las filas del socialismo. En 1919 se fundó en Moscú la Tercera Internacional
o Internacional comunista, que pretendía agrupar a todas las organizaciones obreras para extender por
todo el mundo la experiencia revolucionaria rusa. La Internacional comunista imponía una estricta serie
de condiciones para poder adherirse a ella, como una organización disciplinaria del partido, el rechazo del
socialismo reformista y parlamentario, o la subordinación de los partidos obreros de cada país a los intereses
prioritarios de la Revolución rusa, para permitir su consolidación como primera potencia del proletariado.

Ante estas condiciones, la CNT optó por no adherirse. Asimismo, el PSOE, tras analizar en un congreso
los informes de sus analistas políticos, también renunció por mayoría a la adhesión, pero un grupo
minoritario se escindió y fundó el Partido Comunista Obrero Español, que a su vez se unificó con el
Partido Comunista de España. Sin embargo, el carácter minoritario de esta nueva formación política en el
momento de la escisión en 1921, quedaba reflejado en su número de afiliados: 1.200 frente a los 58.000 del
PSOE.

En este contexto de presión de un movimiento obrero cada vez más fuerte, el Gobierno se vio obligado a
adoptar algunas medidas de carácter social, como la tradicional reivindicación de la jornada de ocho horas
en la industria (1919) o la creación del Ministerio de Trabajo (1920).

Las mayores tensiones se produjeron durante el periodo denominado como Trienio Bolchevique (1918-
1920):
 En el campo andaluz se vivió una fase de actividad revolucionaria provocada por la situación de
miseria de los jornaleros agrícolas, la carestía de la vida y la influencia de la Revolución rusa. Bajo
la dirección de los dos grandes sindicatos, UGT y CNT, se sucedieron las huelgas, se ocuparon
campos, se repartieron tierras y se tomaron ayuntamientos. Pero la declaración del estado de guerra
y una dura represión pusieron fin a la revuelta social en 1920.
 En Barcelona la crisis económica y social desencadenó en una gran conflictividad social (1919-
1921). Las huelgas y protestas alentadas por los anarquistas se encontraron con una dura represión
del nuevo gobierno de Maura, que contaba con el pleno apoyo de la burguesía catalana. Para
contrarrestar la "acción directa" de los anarquistas, el sector más duro de la patronal creó el
denominado Sindicato Libre, grupo de pistoleros que actuó con el apoyo policial para asesinar a
dirigentes obreros y sindicales. La aplicación de la Ley de Fugas (que autorizaba a los cuerpos
armados a disparar contra un detenido que intentara fugarse), pura y simple ejecución sin juicio de
los detenidos exacerbó aún más el conflicto. Así, se asesinó por la espalda a numerosos
sindicalistas y activistas obreros con el pretexto legal de que habían pretendido huir tras ser
detenidos. La respuesta anarquista llegó en 1921, con el asesinato de Eduardo Dato, presidente del
gobierno. Dos años después, el líder anarquista Salvador Seguí murió asesinado.

Finalmente, el general Miguel Primo de Rivera, a la sazón gobernador militar de Cataluña, aprovechó el
descrédito de los partidos del sistema, la inestabilidad social, el temor al auge del catalanismo y la
indignación por el papel del Ejército y la Corona en las derrotas militares en Marruecos (desastre de Annual)
para justificar el golpe de Estado de septiembre de 1923, con el consentimiento del rey, que liquidó
definitivamente el sistema político de la Restauración.

10
8.3. La Dictadura de Primo de Rivera y el final del reinado de Alfonso XIII.
(1923-1930).
El 13 de septiembre de 1923, el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera dio un golpe de
Estado, que justificó en un Manifiesto como un intento regeneracionista de solucionar los problemas del
país mediante una dictadura temporal. Dos días después, Alfonso XIII, que estaba de vacaciones en San
Sebastián, regresó a Madrid. El Gobierno le propuso destituir a los sublevados, pero el rey finalmente mandó
formar Gobierno a Primo de Rivera, aunque para dar apariencia de constitucionalidad a lo que realmente era
una dictadura militar, lo nombró Jefe de Gobierno y ministro único¸asistido por un directorio militar.
En cuanto al grado de complicidad del rey, los historiadores no se ponen de acuerdo, ya que no se conocen
pruebas fehacientes de su implicación directa, aunque sorprendió su pasividad inicial y su escaso apoyo al
Gobierno legítimo. De cualquier forma, se trataría de un caso más de la propensión de Alfonso XIII a
inclinarse a favor de los militares en su enfrentamiento al poder civil. De lo que no cabe duda alguna es que
el destino de Alfonso XIII quedó ligado al de la dictadura, al aceptar el golpe y encargar a Primo de
Rivera la formación de un nuevo Gobierno.
Causas y apoyos de la Dictadura.
La dictadura fue la solución autoritaria a una situación insostenible, cuyas causas principales eran:
 El ejército pedía medios para vengar la humillación, y varios jefes militares se
sumaron al golpe por la negativa del gobierno de aumentar los presupuestos de guerra.
Además, para los propios militares era también la única manera de parar el Expediente
Picasso.
 Triunfo del Fascismo en Italia tras la Marcha sobre Roma en 1922.
 Prolongada inestabilidad política, con fallidos gobiernos de Concentración, división
interna de los partidos, auge del Nacionalismo en Cataluña y País Vasco, y ascenso
de socialistas y republicanos (1921 se fundó el PCE: Partido comunista de España).
Visto con recelo por el ejército y la derecha española, consideraban que un gobierno
autoritario podía ser el freno definitivo al crecimiento del movimiento obrero. Una
dictadura militar era, para la derecha, una posible solución a la permanente
inestabilidad.
 Las clases medias, desengañadas del régimen y exasperadas por la corrupción
política, el alza de precios y la cuestión marroquí, presionaban en el mismo sentido.
 También fue importante la pasividad de socialistas y anarquistas, indiferentes en
principio ante la caída de un Gobierno constitucional que no los representaba. Solo los
minoritarios comunistas, fuertes en Bilbao, se opusieron abiertamente.
 El empresariado catalán que igualmente anhelaba restaurar el orden público y acabar
con la amenaza anarquista.

Aunque se presentó como un proyecto de “regeneración” del país, lo primero que hizo fue imponer una
férrea dictadura militar. Se declaró el Estado de guerra y los mandos militares se hicieron cargo de los
gobiernos civiles. Se suspendieron las garantías constitucionales y se disolvieron las Cortes; rígida
cesura de prensa y prohibida cualquier crítica a la Dictadura. El régimen Constitucional había sido eliminado
ante la indiferencia popular y sin apenas resistencia. Así, los primeros meses la Dictadura tuvo bastante
respaldo popular, y los sindicatos y partidos de izquierda se mantuvieron a la expectativa.

El Directorio Militar (1923-1925).

11
Primo de Rivera pasó a gobernar el país como ministro único asesorado por un directorio compuesto por
militares. Se acabó con los viejos partidos y el Parlamento, pero no se tocó la base real del sistema: la
oligarquía de terratenientes e industriales que siguió dominando la vida económica y social.

Respecto a Cataluña, se prohibió el uso del himno y la bandera catalana, y el uso de la lengua catalana
se circunscribió al ámbito de lo privado, además de suprimirse la Mancomunidad. Se reprimieron las
manifestaciones culturales y políticas del catalanismo.

Para unificar los apoyos que había recibido (sobre todo de católicos y conservadores), surgió un partido
único a semejanza del italiano, la Unión Patriótica, que fue puesto bajo la dirección de un militar.

Una de las mayores obsesiones de Primo fue mantener el orden público, ya que para él movimiento obrero
y delincuencia era lo mismo. La política de represión se concretó en la limitación de las libertades y
derechos, en especial los de reunión y asociación, una estricta censura de la prensa y la militarización del
orden público. Este se restableció y el número de atentados, que tan frecuentes habían sido desde 1917,
disminuyó de forma notable. Los sindicatos fueron ilegalizados vigilados. En este sentido, la actuación de la
dictadura con los anarquistas no fue igual que con los socialistas.

 Anarquistas: la persecución fue dura y constante y sus locales y órganos de prensa fueron
clausurados en 1924, tras el asesinato del verdugo de Barcelona en un atentado. Desde entonces, se
vieron obligados a moverse en la clandestinidad y su organización quedó prácticamente
desarticulada.
 Socialistas: se aplicó una política de tolerancia, lo que provocó en las filas socialistas una división
interna entre los opuestos a la dictadura y los partidarios de colaborar con ella, que al final se
impusieron.

Pero su gran éxito fue poner fin a la Guerra de Marruecos. Aunque en un principio tenía pensado
retirarse, los militares le convencieron de mantenerse firmes. En 1925, Abd-El-Krim invadió la zona del
Protectorado Francés, pero una operación conjunta franco-española, el llamado desembarco de Alhucemas,
desmoronó la resistencia de las cabilas y Abd-El-Krim terminaría entregándose. Con esta operación militar
España recuperó el control de su protectorado, cuya defensa encargó a los legionarios y regulares, evitando
así el desgaste social del envío de tropas de reemplazo. Primo de Rivera se encontraba en la cima de su
carrera política.

El Directorio Civil (1925-1930).

En 1925 Primo de Rivera sustituye el directorio Militar por un Gobierno Civil. Para institucionalizar el
régimen se convocó en 1927 una Asamblea Nacional Consultiva, formada en su mayoría por miembros de
la Unión Patriótica, siguiendo el modelo del Gran Consejo Fascista Italiano, elegidos por sufragio
restringido, cuyo objetivo era preparar y presentar una legislación general y completa que habría de ser
sometida a aprobación popular. Así, organizaron un Estado sin soberanía nacional, ni división de poderes y
muy autoritario. No obtuvo el respaldo popular. También fracasó en su intento de redactar una ley
fundamental, una especie de Carta Otorgada.

También imitó al modelo italiano en la política social, creando el Consejo Nacional del Trabajo, aprobando
leyes sobre contratos de trabajo, accidentes o subsidios para familias numerosas. También puso en marcha
la Organización Corporativa del Trabajo, sindicato oficial que pretendía regular los convenios, y trataba
de arbitrar entre patronos y obreros.

Su política económica fue intervencionista y proteccionista, caracterizándose por la diversidad de


actuaciones y su amplitud en un corto intervalo de tiempo: se construyeron nuevas y modernas carreteras, se

12
inició un ambicioso plan de construcción de embalses para aumentar la generación de electricidad y la
capacidad de regadío de los ríos, además de crear las Confederaciones hidráulicas, aumentó las líneas
ferroviarias. También realizó monopolios en los que mantenía la dirección del Estado: Compañía Telefónica
Nacional de España (1924), Iberia y CAMPSA (1927).

Pero la posición al régimen cada vez era mayor desde los siguientes sectores:

 Liberales y conservadores se negaron a colaborar con el dictador, y pidieron al rey el


restablecimiento de la Constitución y la convocatoria de elecciones.
 Republicanos, la Izquierda Obrera e intelectuales (Valle-Inclán, Ortega y Gasset, Blasco Ibáñez,
Unamuno) empezaron a organizarse.
 También dentro del ejército creció el descontento con el sistema, debido a las arbitrariedades del
dictador.
 En el año 29 hubo manifestaciones masivas de estudiantes, pese al cierre por parte del gobierno
de las Universidades.
 Influencia negativa en la economía del Crack del 29: oleada de huelgas en todo el país, al tiempo
que la peseta se derrumbaba.

Cada vez más aislado políticamente, Primo de Rivera decidió hacer una consulta a los capitanes generales
para saber si contaba con su respaldo. Pero sus tibias respuestas le demostraron que estaba completamente
solo, por lo que el 28 de enero de 1930 presentó su dimisión al rey, quien la aceptó consciente del rechazo
que suscitaba el Dictador. A los dos meses moría en el exilio de París.

De la Monarquía Alfonsina a la II República.

Alfonso XIII nombró jefe de gobierno al general Dámaso Berenguer (implicado en el Desastre de Annual),
para volver al régimen constitucional anterior a 1923 como si nada hubiera pasado. Pero los políticos
conservadores y liberales no se fiaban del rey, y se negaron a participar en el gobierno (sólo gentes muy
desprestigiadas como el conde de Romanones o De La Cierva, se avinieron a colaborar con Berenguer).
Incluso algunos destacados monárquicos rechazaban la conducta del propio rey. La lentitud con que se
restablecieron las garantías constitucionales, hizo que la prensa calificara al gobierno como la
“Dictablanda”. Además, no supieron afrontar la crisis económica mundial, hundiéndose la producción y
subiendo el paro.

A mediados de 1930 la oposición al rey fue creciendo, sobre todo entre los republicanos, con políticos
procedentes incluso del turno, como Niceto Alcalá-Zamora o Alejandro Lerroux. En agosto de 1930,
republicanos, socialistas y otros grupos de oposición firmaron el denominado Pacto de San Sebastián, por
el que se comprometían a derrocar la monarquía e instaurar un régimen democrático. Para coordinar la labor
de oposición crearon un Comité Revolucionario presidido por Niceto Alcalá-Zamora, republicano bastante
conservador, y se preparó una posible actuación militar.

Dentro del Pacto de San Sebastián había:


 Representantes de partidos republicanos de izquierdas y derechas, como Lerroux, Azaña o
Marcelino Domingo.
 Socialistas, como Indalecio Prieto o Fernando de los Ríos.
 Nacionalistas gallegos y catalanes como Casares Quiroga o Formiguera.

13
Alfonso XIII se vio cada vez más aislado. Muchos militares empiezan a ver con buenos ojos la posibilidad
republicana. Incluso la CNT apoyo a la conspiración para traer la República.

El 15 de diciembre de 1930, fracasó una sublevación militar republicana en Jaca, mal preparada y
realizada 3 días antes de lo previsto. Sus líderes, los capitanes Galán y García Hernández, fueron juzgados y
ejecutados. La mayor parte del Comité Revolucionario fue detenido, en medio de un creciente descontento
antimonárquico.

Berenguer dimitió el 14 de febrero de 1931 dando paso a un nuevo gobierno presidido por el almirante
Aznar. El nuevo gabinete convocó elecciones municipales para el 12 de abril; se trataba de ir volviendo
poco a poco a la legalidad constitucional. Sin embargo, las elecciones locales se convirtieron en un
plebiscito sobre la monarquía. Pese a que en el campo, donde dominaban todavía los caciques, ganaron los
concejales monárquicos, el triunfo aplastante en las zonas urbanas de las candidaturas republicanas y
socialistas precipitó la abdicación del rey, que se marchó al exilio, y la proclamación de la República, el
14 de abril de 1931.

GLOSARIO TEMA 8.
CNT: Confederación Nacional del Trabajo. Formación sindical de ideología anarquista que fue, hasta el
estallido de la Guerra Civil, la más influyente dentro del movimiento obrero. Máximo exponente del
anarcosindicalismo, la CNT apostó por las huelgas y la acción directa como vías de actuación frente al
carácter más moderado y conciliador de la socialista UGT.

Conferencia Internacional de Algeciras: Convocada por el Reino Unido y Alemania para frenar el
expansionismo francés en el norte de África, el resultado final favoreció a Francia, que obtuvo el sur de
Marruecos y al Reino Unido, que evitó el control francés de la orilla sur del estrecho de Gibraltar al
encomendarse a España la colonización del norte de Marruecos.

Cuota (soldados de cuota): Soldados que, previo pago de una cuota al Estado, eran licenciados tras
completar el período de instrucción.

Françes Ferrer i Guardia (1859-1909): Pedagogo libertario (fundó la Escuela Moderna) acusado
arbitrariamente de instigar los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona. Condenado a pena de muerte, su
ejecución despertó una oleada de protestas tanto en España como en el extranjero, que provocó la caída de
Antonio Maura y su sustitución por un gobierno del Partido Liberal.

Fugas (ley de): Ejecución extrajudicial que consiste en simular la evasión de un detenido o preso, y encubrir
su asesinato amparados en el precepto legal que permite hacer fuego sobre un fugitivo que no obedece al
“alto” pronunciado por una autoridad armada. En Barcelona fue ampliamente utilizado en el período en el
cual fue gobernador civil y militar el general Martínez Anido.

Instituto Nacional de Previsión: Creado en 1908, es el antecedente de la Seguridad Social. Su cometido fue
el de promover y facilitar los seguros sociales colectivos, para resolver la lamentable situación en que se
hallaban los trabajadores cuando, al llegar la vejez, tenían que dejar de trabajar y carecían de medios de
subsistencia. En lo sucesivo, mediante un seguro conocido como retiro obrero el trabajador, a cambio de
una cotización durante su vida laboral activa, podía jubilarse con derecho a una pequeña pensión. La
verdadera eficacia de este seguro no se alcanzó hasta 1919, cuando se hizo obligatorio y a las cuotas de los
obreros se añadieron las de sus patrones y un suplemento estatal.

14
Ley de Jurisdicciones: Ley aprobaba por el Gobierno en el año 1906. El origen de esta ley fue un chiste
antimilitarista, publicado por un semanario satírico catalán (Cu Cut), que provocó que un grupo de militares
de Barcelona reaccionaran asaltando la sede de este semanario y la de otro diario catalán. Los militares no
fueron sancionados y, según lo establecido en dicha ley, cualquier delito de ofensa al honor del Ejército y a
los símbolos de la patria se juzgaría en tribunales militares. La Ley de Jurisdicciones estuvo vigente hasta la
caída de la monarquía.

Legión: Cuerpo militar profesional fundado en 1920 por Millán Astray, en colaboración con Francisco
Franco, a imitación de la Legión Extranjera francesa. Constituían las tropas más efectivas del ejército
español en Marruecos.

Alejandro Lerroux (1864-1949): Fundador del Partido Radical (republicano y anticatalanista), Lerroux fue
el primer líder en convertir un partido político en una formación de masas. Principal figura del
republicanismo durante el reinado de Alfonso XIII, evolucionó desde el populismo radical hacia el
conservadurismo, llegando a ser presidente del Gobierno de diversos gabinetes entre 1933-1935, durante la
Segunda República.

Mancomunidad de Cataluña: Órgano de descentralización adoptado por el conservador Eduardo Dato, que
concedía cierta autonomía de gobierno a las cuatro provincias catalanas.

Pistolerismo: Nombre con que se conoce a la situación de gran violencia callejera producida en Cataluña,
especialmente en Barcelona, por la decisión de la patronal de contratar pistoleros para responder a las
reivindicaciones laborales organizadas por los sindicatos anarquistas.

Protectorado: Modalidad de colonia en la que la metrópoli asume las relaciones exteriores, la defensa y el
orden público, dejando el resto de funciones en manos de las autoridades propias de la nación sometida.

Regulares: Cuerpo militar profesional formado por indígenas marroquíes.

Reservistas: Soldados cuyo servicio militar activo había concluido, pero que podían ser movilizados en
casos de urgencia.

Sanjuanada: Fallido golpe de Estado abortado en 1926 por Alfonso XIII, que debía llevarse a cabo el 24 de
junio (día de San Juan). Fue impulsado por militares como los generales Aguilera y Batet, molestos por las
arbitrariedades que se producían en los ascensos.

Sindicatos amarillos: Sindicatos organizados por la patronal y el Gobierno que actuaron como fuerza de
choque contra el sindicalismo revolucionario de la CNT en Barcelona. El más importante fue la agrupación
Sindicatos Libres.

15

También podría gustarte