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Introducción

La Dictadura de Primo de Rivera fue un régimen autoritario y militar que pretendió


fomentar el desarrollo económico y mantener la paz social, mediante la prohibición
de la actividad política, la suspensión de la Constitución y la represión sobre la
oposición.

2. Causas que llevaron a la Dictadura. La crisis de la


Restauración

Muchas son las causas que llevaron a la imposición de la dictadura y la mayoría


relacionadas con la desintegración del sistema de la Restauración establecido
cincuenta años antes por Cánovas:

La incapacidad de los partidos dinásticos, para resolver los problemas que se


estaban desarrollando desde 1898, fue por ello que desde el propio sistema se
intentó dar respuesta con Maura, Canalejas… pero todos fracasaron.
El cambio de actitud por parte de Alfonso XIII respecto a sus antecesores (Alfonso
XII y Mª Cristina) al intervenir en los asuntos políticos y rodearse del sector más
conservador de la jerarquía militar.
La oposición de la oligarquía a unas medidas cada vez más democráticas que la
apartaban del poder, y por su temor ante el ascenso de republicanos y socialistas.
El temor de los más conservadores a que los nacionalismos periféricos terminaran
con la unidad de España, el aumento de la conflictividad social, el avance en Europa
de los gobiernos autoritarios frente al retroceso de las democracias, provocado por
la influencia del fascismo italiano de Mussolini.
La crisis de Marruecos debida a la defensa que tuvo que hacer España, que
provocó grandes pérdidas humanas, materiales…
Luego también por la apertura de una instrucción (expediente Picasso) que
amenazaba con involucrar tanto al Rey como a los altos mandos del Ejército en la
búsqueda de responsabilidades por su intervención en la derrota.
La aparición en parte del Ejército de un regeneracionismo militar, que también
criticaba el atraso de España.
La opinión pública, ya que se encontraba desengañada con el régimen por su
corrupción política, tanto la prensa de izquierdas como la de derechas coincidían en
una crítica permanente al Gobierno y a los partidos del “turno”.
Tras el fracaso de transformar el Régimen desde dentro, se produjo la triple crisis de
1917, estas crisis dejaron seriamente dañado al sistema y sin posibilidad de salida.
La monarquía pudo mantenerse gracias a que la oposición no actuó de manera
conjunta ni sincronizada.
Ante semejante panorama, entre 1922 y 1923 la monarquía de Alfonso XIII tenía
sólo dos alternativas: una democratización real del sistema o el establecimiento de
un régimen autoritario. En estas circunstancias, el rey aceptó el golpe de Estado.

3. El Golpe de Estado

El 13 de septiembre de 1923, el Capitán General de Cataluña, Miguel Primo de


Rivera, declaró el estado de guerra y pidió el poder para los militares en un
manifiesto a la nación, en el que confirmaba una ideología mezcla del fascismo
italiano, algo del regeneracionismo (el “cirujano de hierro” que necesitaba el país) y
cierto personalismo; además declaraba la transitoriedad del nuevo régimen.
El rey, ni se opuso ni exigió la dimisión del general, al contrario, le encomendó la
formación de un nuevo gobierno, poniendo fin así al turnismo de la Restauración y
ligando su destino al de la Dictadura al aprobar un hecho anticonstitucional.
Este golpe fue apoyado por gran parte del país, al considerarlo como único remedio
a la crisis institucional. Los principales grupos de apoyo fueron, además del rey y
Ejército, la tradicional oligarquía española, la burguesía catalana e incluso al
comienzo la UGT y un sector del PSOE.
En la posición de los republicanos, estaban los anarquistas y los comunistas y gran
parte de los intelectuales.
4.1 Directorio Militar (septiembre de 1923 a
diciembre de 1925)

El gobierno formado por generales y el propio Primo de Rivera como presidente,


declaró el estado de guerra, suspendió la Constitución de 1876, disolvió las Cortes,
prohibió las actividades de los partidos políticos, censuró a la prensa, cerró ateneos
y universidades y reprimió con dureza a la oposición.
Para terminar con el caciquismo se disolvieron los Ayuntamientos y fueron
sustituidos por juntas de vocales asociados.
La regeneración prometida quedó en una gran farsa, ya que se suspendieron todos
los mecanismos electorales y la renovación política se limitó a sustituir unos
caciques por otros. Se creó un partido único (la Unión Patriótica, en 1924), que
careció de contenido ideológico que en realidad, daba cobertura social a la
dictadura.
Durante esta etapa el conflicto de Marruecos centró el interés de Primo de Rivera.
El expediente “Picasso” concluyó con la separación del servicio activo del general
Silvestre, responsable más directo del desastre de Annual.
La decisión del líder rifeño Abd-el-Krim de atacar la zona del Protectorado francés
en Marruecos en 1925 posibilitó el acuerdo franco-español.
En 1925, gracias a dicho acuerdo se produjo el desembarco de Alhucemas que
supuso la derrota definitiva de Abd el-Krim y el establecimiento de la paz en
Marruecos a partir de 1926. La victoria supuso el fin a la pesadilla marroquí y un
triunfo político para Primo de Rivera que le permitió mantener su régimen.
4.2 Directorio Civil (diciembre de 1925 a enero de
1930)

Gracias al éxito en Marruecos, Primo consideró que su régimen podía tener


continuidad y abandonar ese carácter provisional con el que había nacido. Sustituyó
en el gobierno a los militares por civiles especializados en sus cargos respectivos
(tecnócratas), pero permanecían suspendidas la Constitución y las libertades.
En un intento de institucionalizar el régimen, se creó una Asamblea Nacional
Consultiva sustituyendo al Parlamento constitucional, sin embargo dicha asamblea
no tuvo poder real y fracasó en su intento de redactar una nueva constitución. Bajo
la acusación de romper la unidad de España, se atacaron las instituciones
catalanas, se prohibió el uso del catalán en actos oficiales y se llegó a clausurar el
Fútbol Club Barcelona y el Orfeo Catalá, por lo que el catalanismo se fue
radicalizando hacia la izquierda. Destacó en este periodo la política económica
dirigida por el derechista Calvo Sotelo.

5. Economía y sociedad

En lo económico hubo un gran crecimiento y una intensa actividad, debido, sobre


todo, a la buena coyuntura internacional (los llamados “felices 20” una época de
paz) y al intervencionismo del Estado.
Se desarrolló el ferrocarril, se modernizaron carreteras y en una ambiciosa política
hidráulica, se construyeron pantanos y se fundaron las confederaciones
hidrográficas para regularizar las aguas y producir electricidad.
Además, se crearon monopolios del Estado como Tabacalera…
En lo social, se prohibieron las huelgas y los sindicatos que no apoyaban a la
dictadura. El aumento de la inversión pública posibilitó la disminución del paro. Se
crearon, por influencia del fascismo italiano, los llamados sindicatos verticales
(Organización Corporativa del Trabajo).
La UGT colaboró con ellos y llegó a ser así el principal sindicato obrero gracias a su
ayuda para extender la Seguridad Social y para crear el seguro de maternidad o el
subsidio a familias numerosas, pero los otros sindicatos de comunistas y
anarquistas se enfrentaron a la dictadura.
A pesar de la aparente bonanza económica, la crisis financiera internacional de
1929 y de la moneda nacional, la peseta, aumentó la deuda del Estado y el paro.
6. Fin de la Dictadura

El fracaso de los proyectos por falta de dinero y la gran envergadura de la crisis


económica produjeron una situación similar a la de años precedentes. Los grupos
sociales comenzaron a apartarse del régimen y el endeudamiento del Estado por la
política de obras públicas creció espectacularmente.
La falta de libertad para publicar las críticas aumentó el descontento (aumentaron
los conflictos sociales y las huelgas; finalmente, la pérdida de apoyo entre el Ejército
y del propio rey llevaron al general Primo de Rivera a dimitir el 30 de enero de 1930.
Alfonso XIII encargó un nuevo gobierno al general Berenguer para que encontrase
una salida de transición hacia el régimen constitucional y así volver a la situación
anterior a 1923 (“Dictablanda”). Primo de Rivera, dos meses después, murió exiliado
en Francia.
Representantes de todas las fuerzas de oposición se pusieron de acuerdo en el
llamado Pacto de San Sebastián en agosto de 1930 llevando adelante una gran
campaña antimonárquica.
Se constituyó, presidido por Niceto Alcalá Zamora, un “Gobierno provisional”
republicano, paralelo y enfrentado al Gobierno monárquico, pero sus miembros
acabaron detenidos.
Los intelectuales acudieron a la llamada de una “Agrupación de Intelectuales al
Servicio de la República” inspirada por Ortega y Gasset.
Berenguer tuvo que presentar su dimisión ante su fracaso de convocar elecciones
generales, fue sustituido por el Almirante Aznar y fueron convocadas unas
elecciones municipales para el 12 de abril de 1931 que debían servir como
plebiscito (referéndum) para refrendar (apoyar a) la monarquía. Sin embargo, la
victoria de las candidaturas republicanas dio paso a la proclamación de la República
en muchas ciudades del país.
Como diría el entonces jefe del Gobierno, el Almirante Aznar, “España se había
acostado monárquica y se levantaba republicana”.

7. Balance de la Dictadura de Primo de Rivera

El golpe de estado puso fin definitivamente al turnismo y por consiguiente al


sistema canovista.
La dictadura no resolvió ninguno de los graves problemas de España, exceptuando
la cuestión de Marruecos.
El apoyo de la monarquía, la identificación de ésta con la Dictadura, determinó su
fin.
Sirvió de precedente y modelo a seguir para los posteriores intentos golpistas y, en
especial para la dictadura de Franco.

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