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UNIVERSIDAD DE CHILE

Facultad de Ciencias Sociales


Departamento de Psicología
Programa de Magíster en Psicología Comunitaria

ATENCIÓN PSICOSOCIAL A POBLACIÓN EN


SITUACIÓN DE DESPLAZAMIENTO EN BOGOTÁ

TESIS PARA OBTENER EL GRADO DE MAGÍSTER EN PSICOLOGÍA


MENCIÓN PSICOLOGÍA COMUNITARIA

Autora

JANNETH CRISTINA MESÍAS GARCÍA.

Director de Tesis
Germán Rozas

Asesor Conceptual
Daniel Duhart Smithson

Asesora Metodológica
Francisca Fernándes Droguett

Bogotá- Colombia
Enero 2010

1
Al amor infinito que da luz, fuerza y vida…

2
AGRADECIMIENTOS

A la Universidad de Chile y a los maestros Daniel Duhart, Francisca Fernández


y Germán Rozas, quienes con su constante y oportuna orientación apoyaron el trabajo
de investigación desarrollado.
A la Federación de organizaciones de población víctima de Desplazamiento
Forzado “Colectivo 21 de Junio”, por la participación y total disposición de compartir su
experiencia de lucha y de vida.
A los funcionarios de la Administración Distrital por su tiempo y sus opiniones.

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Resumen

El presente trabajo de investigación está enfocado a describir e


interpretar la percepción de algunos miembros de la Federación de
organizaciones de población víctima de desplazamiento forzado
“Colectivo 21 de Junio”, respecto al programa de atención psicosocial
ofrecido por la Alcaldía Mayor de Bogotá durante la Administración de
“Bogotá Positiva” y teniendo en cuenta de igual manera la experiencia de
las instituciones que brindan dicha atención. El estudio se realizará a
través de una metodología cualitativa, que incluirá la entrevista semi
estructurada como técnica para la recolección de datos e información. El
análisis de los datos se llevará a cabo mediante la Teoría fundamentada.
Se parte de una revisión teórica y de fuentes secundarias institucionales
a cerca de la Atención Psicosocial, e igualmente a cerca del
Desplazamiento Forzado en Colombia, causas, consecuencias y cifras
tanto a nivel nacional como distrital, para luego centrarse en las
realidades de ésta población desde sus propias voces.

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TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN (7)

PRIMERA PARTE

1. Antecedentes (9)

2. Planteamiento del Problema (13)

3. Pregunta de Investigación (16)


4. Objetivos (16)
General (16)
Específicos (16)
5. Relevancia de la Investigación (17)

SEGUNDA PARTE

6. Marco Conceptual (19)


6.1. Acerca de la Atención Psicosocial (19)

6.1.1. Atención Psicosocial desde una perspectiva Humanitaria y


Asistencialista. (22)
6.1.2. Atención Psicosocial desde una Perspectiva Construccionista. (25)
6.2. Desplazamiento Forzado en Colombia: Una perspectiva Histórica. (31)
6.3. Política de atención a Población en situación de Desplazamiento
Forzado. (40)

5
TERCERA PARTE

7. Marco Metodológico (51)


7.1. Enfoque de la Investigación (51)
7.2. Técnicas de Investigación (54)
7.3. Universo y Muestra (54)
7.4. Fases de la investigación (57)
7.5. Consideraciones Éticas (58)

CUARTA PARTE

8. Descripción y Análisis de Resultados (60)


8.1. Integrantes de la Federación de Organizaciones de Población Víctima de
Desplazamiento Forzado “Colectivo 21 de Junio”. (63)
8.1.1. Qué es Atención Psicosocial. (65)
8.1.2. Construcción del Programa de Atención Psicosocial. (68)
8.1.3. Empoderamiento. (72)
8.1.4. Participación. (77)
8.1.5. Integralidad. (83)
8.2. Funcionarios de la Administración Distrital “Bogotá Positiva”. (87)
8.2.1. Construcción del programa de atención psicosocial. (88)
8.2.2. Acerca de cómo ven a la población desplazada. (90)
8.2.3. Participación. (93)
8.2.4. Integralidad. (96)

Discusión y Conclusiones (100)

Referencias (106)

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INTRODUCCIÓN

El conflicto que vive Colombia desde hace más de dos décadas, cada vez se
recrudece más. La población civil es el blanco de los enfrentamientos entre grupos
insurgentes y militares; y es precisamente ella quien tiene que afrontar las
consecuencias de una guerra que no le pertenece.

Entre las más grandes y crudas realidades a las que se ve enfrentada la


población civil, además de masacres, desapariciones, muertes, amenazas, etc., es al
tener que huir de sus hogares con el fin de proteger sus vidas; el desplazamiento
forzado en Colombia, es un fenómeno que ha crecido de manera aterradora, cada día
muchas familias son obligadas a abandonar sus lugares de origen por causa del
conflicto armado, son obligadas a salir y a perderlo todo.

A raíz de esto, Bogotá es ahora el punto de llegada de la mayor parte de la


población que se encuentra actualmente en situación de desplazamiento. Cada día
más personas que abandonan sus lugares y sus tierras con el fin de poner a salvo sus
vidas y las de sus familias ven en la capital una alternativa de vida, una alternativa de
escape y por que no de iniciar nuevamente. De esta manera, Bogotá es para muchos
la posibilidad de acercarse al Gobierno y así de pedir ayuda, protección y restitución de
sus derechos, donde además puedan desarrollar una actividad productiva y generar
recursos para poder acceder a servicios básicos. Sin embargo, desafortunadamente a
Bogotá ha llegado tanta población durante los últimos años, que ha desbordado sus
posibilidades de atención, pues no está preparada para recibir y atender de manera
adecuada y oportuna las múltiples solicitudes de asistencia que reclaman las miles de
familias desplazadas que a ella llegan.

A pesar de los avances en el sistema y las políticas de recepción y atención que


se maneja en Bogotá, no ha sido suficiente para brindar respuestas efectivas en lo que
concierne la atención integral de este creciente grupo de población.

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El presente trabajo de investigación pretende conocer la percepción de la
población en situación de desplazamiento forzado que reside en Bogotá, a cerca de la
atención psicosocial brindada por el gobierno Distrital, bajo el Programa “Bogotá
Positiva” a partir del año 2008. Para esto se trabajará con personas víctimas de este
flagelo que hacen parte de la Federación de Organizaciones de Población Víctima de
Desplazamiento Forzado “Colectivo 21 de Junio”. Dicho trabajo se desarrollará a través
de una metodología cualitativa, la cual empleará la entrevista semi estructurada como
técnica para la recolección de datos; y la Teoría Fundamentada para el análisis de los
mismos.

En primera instancia se realizará una revisión teórica y bibliográfica a


cerca de la Atención Psicosocial, y el Desplazamiento Forzado en Colombia, sus
causas, consecuencias y cifras, tanto a nivel nacional como distrital.

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1. Antecedentes

El desplazamiento forzado es una de las principales formas de violación de los


derechos humanos. Colombia no termina de padecer la crueldad de una guerra interna
cuyos niveles de degradación se manifiestan en múltiples y graves violaciones al
derecho internacional humanitario atribuidos tanto a la Fuerza Pública como a los
grupos armados irregulares y en una grave crisis de derechos humanos que
compromete la responsabilidad del Estado. (Suárez, H. 2001)

En este contexto ocurren hechos tan graves y condenables como el secuestro,


asesinatos de líderes sociales y masacres de comunidades, desapariciones forzadas y
el desplazamiento forzado de un sin número de personas. (Rojas, J. 2007)

El desplazamiento forzado afecta en su gran mayoría a personas de los


estratos socioeconómicos más bajos, estratos 0,1 y 2, el 50% son mujeres, el 42%
niños y el 90% pertenecen a las zonas rurales del país. Esto supone una mayor
vulnerabilidad, pues no cuentan con recursos económicos, personales y laborales
inmediatos para instalarse adecuadamente en otro lugar. (www.red.gov.co).

Colombia se ha transformado en un país urbano, pues aunque a mediados del


siglo pasado mucha de su población rural y que habitaba en ciudades y municipios
pequeños se movilizaba a las grandes ciudades buscando mejores condiciones de
vida, en las últimas tres décadas lo han hecho huyendo de la guerra, una guerra que
no les pertenece, entre el Estado, guerrillas, paramilitares y narcotraficantes.

Colombia ocupa el segundo lugar en el mundo con mayor número de


desplazados, el gobierno registra oficialmente en su sistema de información 2.935.832
personas desplazadas para el período comprendido entre 1997 y febrero de 2009, sin
embargo para la Consultoría de los derechos Humanos y el Desplazamiento –
CODHES- las cifras de las víctimas del desplazamiento forzado en el país se aproxima
a 4.915.579 personas. Esta diferencia de cifras entre el Gobierno y CODHES se debe
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a que éste último ha llevado un sistema de estimación de la población año por año a
partir de comienzos de la década de 1980, pero al contrario el Gobierno Nacional
implementó un sistema de registro específico en personerías, defensorías,
procuradurías a través de formato único de declaración a partir de 1997 con la
expedición de la ley 387 de este mismo año. (www.codhes.org). Gracias a dicha ley “se
adoptan medidas para la prevención del desplazamiento forzado; la atención,
protección, consolidación y estabilización socio- económica de los desplazados
internos por la violencia en la República de Colombia”. (Ley 387 de 1997).

Por lo anterior no es equivocado afirmar que el país enfrenta una grave crisis
humanitaria, social y política, pues el desplazamiento en Colombia no es simplemente
una consecuencia del conflicto interno, sino también una estrategia de guerra. Los
grupos armados, independientemente cual fuere, paramilitares, guerrillas, fuerzas
armadas o policía, someten y obligan a la población civil a que den información del
“otro enemigo”, esto genera una sensación de inseguridad personal que deja como
alternativa el salir de las tierras donde se vive. De igual manera es posible observar
que las zonas en las que mayor expulsión de personas se produce, se caracterizan por
tener una gran riqueza natural por lo que en muchas de ellas se desarrollan proyectos
hidroeléctricos o viales de gran cobertura, pueden ubicarse en lugares estratégicos que
permiten en muchos casos dominio económico o ser zonas de cultivos ilícitos. (Forero,
E. 2003).

Ante el significativo aumento de las cifras de personas afectadas por el


desplazamiento forzado, el gobierno cambió su política inicial de atención de desastres
a un enfoque de asistencia humanitaria en que se tienen en cuenta múltiples variables.
Este cambio tuvo como objetivo principal proporcionar una recuperación integral de
estas personas. (Forero, E. 2003)

Bajo los lineamientos de la ley 387, se crea el Plan de atención Integral a la


Población Desplazada, el cual consta de tres niveles de atención:

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a) La prevención del desplazamiento forzado, mediante la intervención del
Estado para neutralizar los factores que lo generan.

b) La atención humanitaria de emergencia, tiene como objetivo fundamental


ofrecer los servicios básicos durante tres meses. Durante esta etapa se provee a la
Población Desplazada de alimentos, utensilios, alojamiento, salud básica, atención
psicosocial y educación para los niños.

c) La estabilización socioeconómica, tiene como objetivo brindar soluciones que


generen ingresos como empleo o plantes para desarrollar proyectos productivos; de
igual manera contribuir en la adquisición de vivienda, inclusión escolar, salud e
integración social.
De igual manera la estabilización socioeconómica puede tener lugar en tres
modalidades: mediante el retorno al sitio de origen, mediante la estabilización en el
sitio de recepción, o mediante la relocalización en un sitio diferente al de origen y al de
recepción. (ACNUR, 2002)

A pesar del cambio de enfoque de las políticas estatales, los objetivos trazados
por éstas siguen quedándose cortos ante la magnitud y características de esta
problemática. Según el Balance de la Política de Atención al Desplazamiento Interno
Forzado en Colombia, realizado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Refugiados –ACNUR- 1999- 2002, en términos generales es posible concluir que a
pesar de las normas jurídicas que reconocen los derechos y el carácter humanitario de
la respuesta a la problemática; la gran mayoría de los desarrollos instrumentales de la
política, como son los decretos y normas reglamentarias de la Ley 387, todavía están
concebidos y diseñados bajo un paradigma de asistencia social, sin ir más allá de una
ayuda inmediata cubriendo solamente y no cabalmente, las necesidades básicas de la
población. (ACNUR, 2002)

Para Edgar Forero (2003), en torno a la política pública de atención a la


población desplazada, existe una tensión entre un enfoque de derechos que tienda a

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garantizar la reparación integral de los derechos de la población, o un enfoque de
asistencia social que busca únicamente la satisfacción de sus necesidades básicas.
Esta tensión se ha generado por los insuficientes recursos presupuestales estatales
que conlleva a este mismo –al Estado- a “supeditar el reconocimiento de los derechos
a la disponibilidad fiscal y/o a las capacidades técnicas o administrativas”.

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2. Planteamiento del Problema

En las ciudades es muy difícil ignorar el desplazamiento forzado y el


empobrecimiento lento de miles de familias expropiadas y perseguidas en las zonas
rurales y lanzadas a la ciudad, a esa “cultura moderna”, donde todos luchan por su
propio bienestar sin importar el otro, donde reina el individualismo, es decir donde
encontrarán hostilidad y exclusión

De acuerdo con la información de CODHES y la Arquidiócesis de Bogotá, de los


casi tres millones de colombianos y colombianas en situación de desplazamiento, más
de doscientas mil personas están ubicados en el Distrito Capital, destacándose como
principales localidades receptoras Ciudad Bolívar, Usme, San Cristóbal, Bosa, Suba,
Engativá y Kennedy, localidades en su mayoría históricamente segregadas y donde los
índices de pobreza son muy altos. Esas fuentes confirman que, en esas localidades, el
50% de las personas en situación de desplazamiento se encuentran bajo la línea de
pobreza y cerca del 20% en condiciones de miseria. (www.codhes.org).

El crecimiento de la ciudad y por ende de la pobreza se hace visible en las


localidades receptoras, por un lado el impacto que el desplazamiento genera en
términos de una mayor ocupación desordenada del espacio público. Así mismo, se
registra un incremento en el déficit de vivienda de interés social y de los índices de
hacinamiento, lo que trae disputas por la oferta pública entre pobladores históricos y
desplazados. Además, las actitudes de segregación y estigmatización hacia la
población desplazada, se ven reforzadas por la percepción equivocada del incremento
de la inseguridad en la ciudad (Villa, 2006).

Bogotá es una ciudad muy desigual y sobre todo una ciudad históricamente
segregada, aunque existen localidades en que se encuentran ricos y pobres, estos no
se mezclan entre sí en espacios comunes, pero al mismo tiempo hay localidades que
fueron construidas poco a poco por sus habitantes mediante toma de terrenos y por
tanto es aquí donde la pobreza y la falta de oportunidades se hacen visibles. Estas

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localidades son las que han sufrido el aumento desbordado de la población con la
llegada de las personas en situación de desplazamiento a la ciudad, y han ido
alimentando una ciudad informal que ofrece muy poco a quienes allí llegan.

De esta manera, la población en situación de desplazamiento, es doblemente


estigmatizada, por una parte como el pobre de la ciudad, como el que habita los
sectores peligrosos, y por otra, como los “desplazados” que describe una situación
límite por la que atraviesan, habla de su expulsión y de los diferentes abusos a los que
se han visto sometidos, esto les otorga una identidad para el trámite de sus demandas
para poder sobrevivir. En otras palabras su identidad se constituye desde esta
categoría, el ser desplazado y no como hombre, mujer, joven, negro, o indígena (Bello,
M. 2001).

Es preocupante que en Colombia identificarse como desplazado puede


“garantizar” el acceso a una serie de recursos institucionales o movilización de la
solidaridad de los colombianos, sin embargo, es paradójico que la mayoría de las
veces sea necesario ocultar esta condición, por temor, que aún estando en la ciudad,
sigan siendo perseguidos por los grupos armados que produjeron su expulsión. (Bello,
M. 2001)

Por su parte y ante la crisis que soporta este tipo de población y el impacto que
genera en la ciudad, la Alcaldía de Bogotá diseña programas de atención desde la
Secretaría de Gobierno, de Educación y de Salud, que se ciñen al programa de
atención nacional, intentando dar respuesta en lo local, a la creciente problemática,
especialmente en seguridad alimentaria, educación y vivienda.

Varios analistas coinciden en afirmar que falta mucho por hacer, tanto en la
política nacional como en los programas distritales de atención. No es posible
desconocer que el eje fundamental debe ser el procurar que a las personas
desplazadas se les permita un acceso efectivo a los derechos civiles y políticos como a
los económicos y sociales y culturales; pues ha sido víctima por una falla en el deber

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de protección del Estado, lo que debería generar una reparación de los derechos
vulnerados.

Desafortunadamente el fenómeno del desplazamiento forzado está


desbordando la capacidad de atención del distrito, y por este motivo por razones de
emergencia humanitaria se está dando prioridad al cubrimiento únicamente de
necesidades básicas y se está dejando de lado aspectos que son importantes en el
proceso de recuperación y restablecimiento de la población. La construcción de un
programa integral de atención psicosocial deberá tener en cuenta cada uno de los
aspectos anteriormente mencionados, pues son aspectos que hacen parte de la
realidad de las víctimas y que por el vertiginoso crecimiento de este fenómeno se están
pasando de largo.

El objetivo principal al realizar este trabajo es describir la percepción de algunos


integrantes de la Federación de organizaciones de población víctima de
desplazamiento forzado “Colectivo 21 de Junio” la población acerca de la atención
psicosocial brindada por el Gobierno de “Bogotá Positiva”.

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3. Pregunta de Investigación

Cuál es la percepción de algunos miembros de la Federación de organizaciones


de población víctima de desplazamiento forzado “Colectivo 21 de Junio”, respecto al
programa de atención psicosocial ofrecido por la Alcaldía Mayor de Bogotá durante la
Administración de “Bogotá Positiva”?

4. Objetivos.

Objetivo General:

Describir e interpretar la percepción de algunos miembros de la Federación de


organizaciones de población víctima de desplazamiento forzado “Colectivo 21 de
Junio”, respecto al programa de atención psicosocial ofrecido por la Alcaldía Mayor de
Bogotá durante la Administración de “Bogotá Positiva”

Objetivos Específicos:

 Identificar las características de la atención psicosocial brindada a la


población en situación de desplazamiento, a partir de la experiencia de
algunos miembros de la Federación de organizaciones de desplazados
“Colectivo 21 de Junio”.

 Describir y relacionar, a partir de las voces de algunos funcionarios la


percepción que tienen sobre población desplazada y del programa de
atención psicosocial brindado.

 Analizar las características que asemejan y/o diferencian ambas


percepciones.
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5. Relevancia de la Investigación

El desplazamiento forzado en Colombia se ha desarrollado de una manera


variable, pero con una muy clara tendencia a la exacerbación. Además por la situación
de conflicto por el que atraviesa el país, es muy difícil pensar que terminará
prontamente.
Distintas investigaciones, como la realizada por ACNUR en el año 2002, o la
desarrollada por la Universidad Javeriana “Atención a los desplazados, experiencias
institucionales en Colombia” (2001), coinciden en que aún falta mucho por hacer a nivel
de atención e intervención con la población desplazada, esto rescatando los aciertos y
avances logrados hasta el momento.
Por lo anterior es relevante desarrollar un trabajo de investigación y análisis de
la atención psicosocial brindada a la población desplazada, para que a partir de ahí sea
posible contribuir en el mejoramiento de las políticas y por ende de la misma atención.
Es entonces donde la práctica del psicólogo comunitario debe apuntar a una relación
que deba establecerse con la población, con las concepciones que tengan sobre lo que
es problemático o sobre qué esferas su trabajo debería incidir. Pues ésta –la población
en situación de desplazamiento- , realmente es una población sobre- intervenida en la
que se ha trabajado y se ha brindado diferentes ayudas y apoyos, en su mayoría de
carácter económico, pero en muy pocas ocasiones se ha trabajado con ella
construyendo una “intervención” de lo que realmente es necesario e importante desde
su propio sentir y saber.
De esta manera la Psicología Comunitaria juega un rol significativo en la
investigación e intervención, no sólo a nivel de ejecución de proyectos sociales, sino de
organización comunitaria y empoderamiento, que prevengan la aparición o
exacerbación de problemáticas sociales asociadas, pero sobretodo, el fortalecimiento
de la base social para que comunidades vulnerables como éstas, logren insertarse en
la dinámica metropolitana. Es decir, el psicólogo comunitario debe situarse en un nivel
de análisis y de intervención que vaya más allá del individuo, que se interese por los
sistemas sociales, que comprenda desde factores microsociales como la familia, los
sistemas de apoyo informal o los grupos de ayuda mutua, hasta factores macrosociales

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como la ideología dominante o el tipo de política social desarrollada, que inhibe o
promueve una red institucional (Alfaro, 2005).
Además el psicólogo comunitario debe comprender los actores, interrelaciones
y factores que intervienen en la efectividad de las políticas sociales para que la
psicología comunitaria tenga un peso importante y se pueda vincular con la acción del
Estado en Política Social, con el fin de que las acciones no sólo busquen satisfacer las
necesidades de subsistencia y de grupos específicos como los que se encuentran en
extrema pobreza. Es importante esta visión para entrar en un “diálogo” con el Estado
para que se considere relevante la participación y el desarrollo integral de las
personas.
Igualmente y para finalizar es relevante enmarcar la ejecución de los proyectos
sociales en el contexto complejo en que está inserto lo local pues si se observa a la
comunidad como microsistema e interrelacionado con un sistema mayor, es posible
situar la labor de la psicología comunitaria como promotora de cambios en lo
microsocial o lo local, para generar impactos en lo macrosocial.

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6. MARCO CONCEPTUAL

En el presente aparte se pretende desarrollar tres puntos específicos: en


primera instancia una revisión teórica a cerca de la Atención Psicosocial, aquí se
muestra dos vertientes de la atención, una atención psicosocial desde una perspectiva
humanitaria asistencialista, y otra, desde una perspectiva construccionista, desde la
cual se apoyará el presente trabajo. A partir de la conceptualización de la intervención
psicosocial desde una perspectiva construccionista, será posible construir una visión
de pobreza, concepto que necesariamente debe estar presente en esta investigación,
pues la mayor parte de la población desplazada se encuentra en los límites de pobreza
y de indigencia. En segundo lugar se presentará una contextualización socio histórica
del Desplazamiento Forzado en Colombia, en esta parte también se presentan algunas
de las consecuencias que este fenómeno trae consigo en Bogotá a nivel social y
comunitario.
Para finalizar, en un tercer momento se mostrará la atención brindada a la
población desplazada en Colombia, tanto por el Gobierno Nacional como por el
Distrital.

6.1. Acerca de la Atención Psicosocial.

Según Montenegro, M. (2001) la intervención social se compone tanto de


prácticas como acciones de profesionales que se interesan por brindar soluciones a
problemas sociales que han sido identificados o a demandas que provienen de alguna
parte de la sociedad. Esta autora propone que el objetivo principal de una intervención
social es, “que frente a una demanda social, la acción de ciertas personas preparadas
profesionalmente, producirá como consecuencia bienestar en las personas que son
afectadas por dichas intervenciones”.

Para la psicología comunitaria es necesario e importante que las personas con


las que se trabaja sean partícipes de todo el proceso de intervención, es decir, estar
presentes a partir de la indagación del problema, la construcción del programa de

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intervención, como de su desarrollo y posterior evaluación. Lo anterior recae por un
lado como crítica a las posibilidades de participación, distribución de recursos y
relaciones de poder existentes y, por otro, como un llamado de atención a los ámbitos
académicos e institucionales en donde la participación de las personas afectadas no es
considerada como importante. (Montenegro, M. Montenegro, K y Íñiguez, L. 2006)

Según lo anterior, es posible afirmar que una intervención social a partir de una
visión comunitaria hace mayor énfasis en la participación de las personas afectadas
por los problemas sociales, con el fin de que sean ellas también parte de la solución y
no simplemente beneficiarios de las acciones que otros planean y desarrollan en pro
de un cambio social. Es decir, que este tipo de intervenciones promueven un trabajo en
el que los profesionales no impongan su saber técnico o académico- científico, sino
que a partir de la participación y de un diálogo constante entre todos los actores
involucrados sean construidos los programas de intervención.

Para diferentes autores, la conceptualización de Atención Psicosocial, no es tan


sencilla como pareciese, sin embargo, se ha encontrado algunas de ellas, haciendo
referencia a la interacción entre lo psíquico y lo social (Berinstain, 1999. Cit. en
Galindo, L y Tovar, C, 2006). Para autoras como Luisa Galindo y Claudia Tovar (2006)
siguiendo a Berinstain, “lo psíquico hace referencia a los sentimientos, la forma de
comprender la experiencia, las disposiciones y las acciones; y lo social alude a las
relaciones entre personas, desde el encuentro con el Otro hasta las dinámicas de
organización colectiva”. Sin embargo, aclaran las autoras, que su posición amplía el
anterior planteamiento, en cuanto afirman que lo psicológico se construye en la medida
en que nos relacionamos e interactuamos con los otros y por tanto es resultado de la
historia y la cultura.

Para otros, como para la Procuraduría General de la Nación (2009) la atención


psicosocial a un proceso de acompañamiento, individual, familiar o comunitario;
dirigido a enfrentar las consecuencias de un impacto traumático y a proporcionar
bienestar, apoyo emocional y social a las personas. Al hablar de bienestar se hace

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referencia a relaciones que existen entre los aspectos psicológicos y el entorno social
en el que se vive. Entonces uno de los principales objetivos de un programa de
atención psicosocial para la Procuraduría es la recuperación de la salud mental. El
concepto de salud mental, para estos autores, incluye el bienestar que pueda sentir la
propia persona, la percepción que ésta tiene de su autonomía, así como las relaciones
interpersonales y los aspectos económicos y de seguridad básica.

Un programa de atención psicosocial debe partir también del reconocimiento de


la relación entre el impacto que recibe y vive la persona, y su entorno. Por esto su
trabajo no debe estar dirigido únicamente al individuo, sino de igual manera a las
esferas familiares y redes sociales.

Beristain, M. (2009), afirma que la intervención psicosocial debe ser manejada


como una metodología que se desarrolla junto con las personas, por lo tanto se hace
completamente necesario contextualizar el programa, es decir, se debe construir un
programa de atención para cada población con la que se trabajará. Según este autor,
es posible mencionar algunos aspectos importantes a tener en cuenta en un programa
de intervención psicosocial.

 Es importante brindar a las personas herramientas que les permita enfrentar


los duelos e impactos de los hechos traumáticos. Sin embargo, no se puede
limitar la atención únicamente a lo anterior, pues es necesario proporcionar a
las personas la seguridad y protección necesarias que les permita el
reconocimiento y garantía de sus derechos.

 Entre los puntos más importantes de la atención psicosocial, es el no


considerarla como un conjunto de acciones preestablecidas que puede ser
aplicada ante cualquier situación y sin tener en cuenta la población con la que
se va a trabajar. Es necesario indagar acerca tanto de las condiciones, como de
las posibilidades y demandas de las personas.

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 La atención psicosocial también debe dirigirse a desarrollar recursos personales
y colectivos con el fin de lograr cambios en las condiciones de vida. Esto
significa conocer y tener en cuenta las redes que existen entre las personas y
entre los grupos o comunidades, el tener en cuenta hace referencia a que al
fortalecer las redes sociales, religiosas o culturales se obtendrá logros que
pueden mantenerse, porque son precisamente estas redes quienes
proporcionan el soporte a las comunidades.

 Además de considerar las necesidades de las personas, es importante situarse


en el contexto social donde se desarrollan. Por ejemplo el trabajo con población
campesina, afrodescendiente o indígena, demanda enfoques que permitan a la
población, desde sus costumbres manejar y procesar sus experiencias.

Por otra parte, cabe mencionar que en la mayoría de los textos revisados se
hacen propuestas de intervención, y más específicamente se orienta a cerca de
técnicas específicas para intervenir en el caso del desplazamiento forzado.

A continuación se describe la Atención Psicosocial a partir de dos


perspectivas distintas.

6.1.1. Atención Psicosocial desde una perspectiva Humanitaria y


Asistencialista.
Los orígenes de la atención humanitaria pueden ubicarse en las diferentes
formas o acciones que algunos grupos de personas han llevado a cabo con el fin de
mitigar el sufrimiento humano, como por ejemplo la caridad, la beneficencia o el
asistencialismo. Este tipo de atención es definida como un conjunto de acciones que
permiten aminorar las necesidades fundamentales de las víctimas; busca velar por la
protección, promoción y defensa de sus derechos y de su dignidad; y pretende
contribuir a recuperar y a fortalecer las capacidades que tienen las víctimas para
reconstruirse a sí mismas, al tejido familiar, social, político y organizativo. (AVRE,
2005)

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La atención humanitaria, tiene como principal sentido ético brindar ayuda y un
trato respetuoso a las víctimas, aliviar su sufrimiento y forjar procesos de
restablecimiento para la generación y consolidación de la paz, como un aspecto
fundamental para la protección de sus derechos. Además, rebasa la idea de una
atención a corto plazo y de un auxilio parcial o delimitado. Inclusive, permite definir
procesos, proyectos y acciones conjuntas de atención, para que las víctimas enfrenten,
en el futuro, los desastres. (AVRE, 2005)
Dentro de los principios éticos que orientan a la atención humanitaria, se
encuentran:
 Humanidad: implica proporcionar un trato respetuoso por la dignidad humana,
orientado a aliviar el sufrimiento. Toda persona víctima de conflictos o desastres
naturales tiene el derecho a recibir protección y asistencia. (AVRE, 2005)
 Neutralidad: un Estado decide mantenerse alejado de la guerra o conflictos
entre otros Estados. No toma partido en las hostilidades, ni se hace partícipe en
controversias políticas, raciales, religiosas o ideológicas. (AVRE, 2005)
 Imparcialidad: la atención humanitaria debe proporcionarse a las víctimas en
función de sus necesidades y no en función de otro criterio que conlleve a
discriminaciones raciales, de sexo o ideológicas. (AVRE, 2005)
 Independencia: las organizaciones humanitarias desempeñan su trabajo al
margen de condicionamientos políticos, tanto en sus países de origen, como
donde actúan. (AVRE, 2005)
 Universalidad: cualquier víctima debe ser atendida independientemente de
diferencias políticas, étnicas u otro tipo, por cuanto todos formamos parte de la
humanidad. (AVRE, 2005)

Teniendo en cuenta lo anterior, Rey (2005) afirma que “la atención humanitaria no
es sólo suministrar cuidados, socorrer, sino hacerlo de manera imparcial, que no sea
discriminatoria, independiente de cualquier ideología, religión, etc., y dirigido a salvar
vidas, mantenerlas con dignidad, suministrar protección y resolver necesidades
humanas básicas de las víctimas. Prevenir y aliviar el sufrimiento humano sin ninguna
distinción, así es definida la Atención Humanitaria en los códigos de conducta de las
23
ONG”. Sin embargo, la formulación de estos principios no ha estado libre de
cuestionamientos y debates, pues pueden presentarse dificultades a la hora de
enfrentar situaciones concretas en contextos particulares.

Además de los principios éticos expuestos anteriormente, la Atención Humanitaria


tiene unos contenidos y objetivos específicos, los cuales al ponerlos en práctica éstos
son planteados según el tipo de intervención que desarrolle la organización o
institución. A nivel general éstos son:

 Proveer de bienes y servicios básicos como el agua potable, alimentos,


atención sanitaria, entre otros, que aseguren y garanticen la subsistencia de las
personas afectadas por un desastre o conflicto.
 Detener y/o disminuir la vulnerabilidad y desestructuración socioeconómica de
las comunidades, esto evitando entre otras cosas el desplazamiento forzoso de
la población y generar espacios que contribuyan a la recuperación y desarrollo
de las mismas.
 Protección de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario.

Cabe mencionar que la acción de la Atención Humanitaria debe estar sujeta a las
características del conflicto armado interno y a la visión y misión política de los
Estados, de los organismos de cooperación y demás organizaciones que la llevan a
cabo. (Rey, 2005)

En las últimas décadas diferentes organizaciones intentan hacer que la Atención


Humanitaria supere el carácter asistencialista y filantrópico para hacer énfasis en una
perspectiva de derechos, que hace que los Estados y los grupos armados se
responsabilicen por los hechos ocurridos, es decir, se trabaja para que la Atención
Humanitaria se oriente hacia la prevención y protección, y se promueva la
reconstrucción de las poblaciones afectadas, con el riesgo de caer en ser herramientas
o instrumentos de sanación de heridas y satisfacción de algunas necesidades.
(Gómez, L. 2004)

24
La atención psicosocial desde la atención humanitaria trabaja en pro de la
construcción de condiciones personales, grupales, organizativas, institucionales y
políticas favorables con el fin de que las personas afectadas puedan pasar del estado
de emergencia a lograr una rehabilitación y estabilización en todos los niveles, y ya no
se dirige únicamente como en sus orígenes, a cubrir o satisfacer las necesidades
básicas. (Gómez, L. 2004)

Es importante señalar que la atención psicosocial desde la atención humanitaria, le


brinda un mayor énfasis a la recuperación de trastornos psicológicos o emocionales,
desencadenados por eventos traumáticos, tales como depresión, ansiedad, estrés
postraumático, consumo excesivo o adicción al alcohol y otras drogas. (Gómez, L.
2004)

6.1.2. Atención Psicosocial desde una Perspectiva Construccionista.

Antes de hablar acerca de la atención psicosocial, se hará un breve


acercamiento a la perspectiva construccionista.

El construccionismo se presenta como un enfoque que genera ruptura frente a


los supuestos aceptados en la tradición positivista respecto al conocimiento del mundo.
El positivismo afirma que la naturaleza y la realidad son conceptos pre-existentes al
hombre, regidos por reglas y leyes a los cuales se puede acceder mediante el
conocimiento producido por la ciencia. Es decir, es por medio del método científico
que los seres humanos tienen acceso a la realidad, gracias al proceso de investigación
el mundo exterior es conocido por el hombre.

El construccionismo, por su parte, señala que no existe una realidad anterior al


hombre, la realidad es una construcción socio-histórica y simbólica. Es decir, la
realidad no es una entidad ajena al hombre. Es en las relaciones humanas que ésta se
construye mediante el lenguaje y a partir de las condiciones históricas, sociales y
culturales particulares. De manera que no existe una realidad única, sino muchas

25
realidades. “Lo social no aparece hasta el momento en que se constituye un mundo de
significados compartidos entre varias personas” (Ibáñez, 1994 en Fernández, 2006).
Además, puesto que las comunidades y por tanto también sus miembros participan de
múltiples relaciones - cada cual construyendo su propia identidad y su propia realidad –
la noción de una realidad univoca estará siempre desajustada. Esto conlleva a que no
hay independencia entre las relaciones sociales y el conocimiento de los seres
humanos.

Esta propuesta del construccionismo evidencia un “alejamiento del individuo


como centro explicativo de los fenómenos de la realidad” (Fernández, 2006) ya que la
realidad sería el resultado de un proceso de construcción social a través el lenguaje, y
no un proceso cognitivo individual. El significado no está ubicado dentro de la mente
del individuo sino que emerge continuamente del proceso relacional (Gergen, 1994) en
el contexto de la co-construcción.

El que la realidad sea una construcción simbólica, implica un papel relevante


para el lenguaje, pero no como transmisor del conocimiento verdadero. El
construccionismo cuestiona un lenguaje de tipo esencialista, análogo a una imagen o
mapa que pueda independizarse de quien lo interpreta. La realidad se presenta
constituida por significados compartidos que la definen en un contexto socio-histórico
determinado, pero no homogéneo. La realidad social está constituida en una
multiplicidad de sentidos que se entremezclan y se tensionan, generando un campo
complejo caracterizado por la variabilidad discursiva. La construcción de la realidad se
da en una trama de puntos de vista, de interpretaciones que se cruzan y se relacionan
creando un campo de sentido de un contexto social. (Fernández, 2006).

Asumir la perspectiva construccionista supone para la psicología comunitaria que el


investigador/interventor deber tomar en cuenta una serie de condiciones que hagan su
trabajo consistente con los fundamentos antes enunciados. Se considera que los más
relevantes son:

26
 Necesidad de “Situarse”:

Afirmar que la realidad es una construcción social no supone que “nada existe” o
que “no se puede conocer la realidad”; sino más bien que la realidad es contingente a
las relaciones, lugar y momento en que ésta se expresa. Es decir la realidad existe en
tanto mundo de significados generados socialmente. En el marco de la labor de la
psicología comunitaria esto se expresa como la necesidad de “situarse” respecto a las
relaciones espacio temporales contingentes tanto al investigador/interventor como a la
comunidad que se investiga y con la cual interactúa. Es importante considerar aquí que
al desarrollarse el trabajo con la comunidad directamente se establecen nuevas
relaciones que producen y/o reconstruyen nuevas articulaciones de significado que
actuarán como marco de sentido del proceso.

 Necesidad de horizontalizar el lenguaje:

Asumir una perspectiva construccionista en el trabajo del psicólogo comunitario


supone para el investigador/interventor cuestionarse el uso del lenguaje vertical, del
lenguaje del conocimiento con pretensión de verdad; e intencionar horizontalizarlo. Es
decir, el saber que expresa el lenguaje del investigador/interventor no debiera asumirse
como superior sino como distinto. En este sentido se podría sostener que el interventor
sabe cómo (dialogar, negociar significados, generar aperturas), pero no sabe qué.

 Concepción de Realidad/Verdad:
Una perspectiva construccionista reconoce la existencia de verdad/realidad en su
contexto en tanto en una comunidad o grupo de interlocutores el lenguaje tiende a
estabilizarse en un discurso común que a su vez sostiene la pertenecía de los sujetos a
la comunidad (sujetos por el lenguaje).

 Respecto al rol del investigador // Interventor

27
Afirmar que la realidad de la comunidad es una construcción plantea para el
interventor dos caminos: 1) Provocar distorsión/cuestionamiento, 2) Deconstruir en
ambos casos mediante al diálogo para posibilitar una reconstrucción.

 Respecto a la intervención:
La intervención clásica pone el énfasis en los problemas y las carencias de los
individuos, y los define como comunitarios en tanto representen a una cantidad
significativa de miembros, por lo tanto sitúa el lugar del cambio en el individuo. Cuando
hacemos la transición de pasar de un énfasis en el individuo a la relación discursiva
entre individuos, la intervención social clásica muestra sus límites. En cuanto desde
una perspectiva construccionista el centro de observación y trabajo debiera estar en la
articulación de la comunidad, no por una opción metodológica que desplaza el objeto
de estudio, sino por una concepción epistémica que asume que aquella realidad
expresada en los individuos ha sido construida simbólicamente por la relación entre
ellos, y su transformación implica intervenir/ articular nuevas construcciones simbólicas
desde esta relación.

Por otra parte la perspectiva construccionista, cuestiona la visión „optimista‟


de la intervención clásica respecto a la permanencia en el tiempo de los efectos de la
intervención, dado que propone que el proceso de generación de significados es
permanente, y que con frecuencia su forma y contenido cambian de una relación a
otra; por lo que resulta muy improbable acertar en su predicción.

Al hablar de la atención psicosocial desde una perspectiva construccionista


es inevitable hacer referencia a la Psicología Social y a las grandes dificultades de
consenso que ha tenido para ser definida. Ésta ha sido en muchas ocasiones y por
diferentes autores, reducida a ser simplemente una parte de la psicología, cuando se
cree que lo único o más relevante para la investigación e intervención son los procesos
subjetivos de aquel objeto de estudio, que inevitablemente está inserto en una realidad
social. O por otro lado hacer énfasis únicamente en los aspectos sociales del objeto de
estudio, es decir, como parte de la sociología. (Abad, J. 2005)

28
Según Abad la psicología social busca responder a las circunstancias
relacionadas con las transformaciones y cambios sociales, de esta manera afirma que
es una ciencia histórica, ideológica y cultural, y que se encarga de estudiar los
fenómenos que se observan en la sociedad.

Para autores como Barriga, León y Martínez, cit. en Abad (2005), la


atención psicosocial es vista como el opuesto del asistencialismo tradicional, y para
Sánchez Vidal (1988) promueve procesos de intervención social y comunitaria. Para
Barriga, León y Martínez, cit. en Abad (2006) la atención psicosocial con las acciones
que desarrolla, trabaja como mediadora entre los individuos y las instituciones como
Servicios sociales, de salud, de educación, entre otros. Además plantean que es
necesario y de vital importancia la participación activa de la población para que influya
directamente en el triángulo de trabajo, por un lado las instituciones, el interventor
psicosocial y la población con su propia realidad.

Para estos autores es muy relevante, desde esta perspectiva, tener en


cuenta todos aquellos elementos de contexto que identifican a la comunidad en la que
se está desarrollando el proceso de intervención y resaltar todas aquellas
características que se visualizan como posibles potenciadoras de cambio. De esta
manera se hace necesario que el profesional se involucre y haga parte de dicha
comunidad.

Es así como Abad (2006) propone que la atención psicosocial es un


proceso integral y permanente, que se basa en relaciones bidireccionales entre
procesos psicológicos y sociales, promoviendo y proporcionando a individuos, familias
y comunidades herramientas que estimulen su desarrollo. Busca promover acciones y
relaciones que se dirijan a identificar factores que influyen en la situación por la cual
atraviesan las personas, contemplando la interdependencia entre lo individual, familiar,
grupal y comunitario, donde además se deben tener en cuenta elementos culturales,
económicos y sociales, que les permita desarrollar y fortalecer el control de su propio

29
ambiente con el fin de afrontar y solucionar problemas que les atañen y puedan
alcanzar cambios en su entorno. Esto debe trascender necesariamente un enfoque o
perspectiva asistencialista o de emergencia, con el fin de permitir a los individuos y a
las comunidades recuperar su propia capacidad de desarrollo tanto individual como
colectivo.

El pensar en una atención psicosocial desde una perspectiva


construccionista para población en situación de desplazamiento, hace que se tengan
en cuenta una serie de miradas analíticas y de metodologías a desarrollar con el fin de
dar respuesta a situaciones que han generado intenso sufrimiento y gran desconcierto.

Realmente uno de los grandes problemas por los que atraviesa la población
desplazada, es su grave situación de pobreza, y desafortunadamente este es un
problema tan complejo que no se puede afrontar parcialmente. Por lo cual es necesario
empezar por construir una conceptualización completa que abarque las dimensiones
que verdaderamente hacen que una persona sea llamada y se sienta pobre, tal vez así
sea posible acercarse un poco más a la solución de dicha problemática, de lo contrario
el problema se agudiza, generando nuevos problemas

La pobreza no es sólo la falta de dinero; aunque éste sea necesario no es


suficiente. Amartya Sen cit. en Corredor, C. (1999), recuerda que la pobreza no sólo
está en la falta de dinero o bienes, sino que está en la ausencia de capacidades. Estas
capacidades son del orden de capacidades técnicas, profesionales, directivas, y
especialmente son capacidades morales.

Así pues, según esta autora la solución no está sólo en entregar dinero a las
regiones y municipios, sino también fortalecer sus competencias y su capacidad de
gestión. Por tanto se requiere de una política de efectiva descentralización, de la
reforma del Estado, de agilizar la realización de los proyectos a nivel regional y
municipal, de convocar a personas realmente preparadas técnicamente para poder
atender la agenda actual: mejorar desde la infraestructura, carreteras –redes de

30
comunicación–, sistemas de salubridad pública, etc. , hasta la calidad de educación y
capacitación. (Corredor, C. 1999)

Por otro lado, la inserción social del desplazado en los centros urbanos se hace
realmente difícil por el temor a ser descubiertos como víctimas de la violencia política,
pues el campesino desplazado generalmente es considerado por el ejército como base
social de la guerrilla que se desplaza atendiendo a sus orientaciones. Estas
condiciones de marginalidad se extienden a la negación del mercado laboral, no sólo
por los índices de desempleo, sino por la ausencia de preparación para trabajos
distintos a las labores del campo. Además el hacinamiento en las viviendas, las
condiciones infrahumanas de vida y la endeble unidad familiar, determinan que la
situación de todas estas personas sea de pobreza absoluta.

6.2. Desplazamiento Forzado en Colombia: Una perspectiva Histórica.

“Ser desplazado significa haber


perdido “su lugar”, dejar de ser y
estar en el lugar que se ha sido;
ser desplazado es sinónimo de
incertidumbre, desarraigo,
anonimato, dolor, rabia, presencia
terca y obstinada del recuerdo y
esfuerzo de olvido”. (Martha Bello,
2001)

El continuo traslado de población rural a centros urbanos tiene una primera


explicación en la decisión de buscar mejor calidad de vida, es decir, tiene relación con
los derechos económicos, sociales, culturales que consagran los derechos humanos.
El espejismo según el cual “en la ciudad todo se consigue” marcó la generalidad de un
fuerte proceso migratorio a partir de los años 60 que finalmente provocó la
urbanización del país; todo esto con el fin de elevar en la ciudad las precarias
condiciones de vida que tienen los campesinos de nuestro país, obedeciendo en buena

31
parte a la crisis del sector agropecuario y a la poca o nula intervención del Estado en
los sectores rurales (Bello, 2001).

La característica de esta “migración tradicional” es la salida voluntaria de sus


protagonistas del campo a la ciudad, individual y familiarmente (Rojas, 1993).

El desplazamiento forzoso de población civil por causa del conflicto armado


interno o violación de derechos humanos, adquiere relevancia en la agenda
gubernamental, dado su creciente y vertiginoso aumento en las últimas dos décadas
(Rojas, 1993).

La ley 387 del 18 de julio de 1997 define a la persona desplazada como:

“Toda persona que se ha visto forzada a migrar dentro del territorio


nacional abandonando su localidad de residencia o actividades
económicas habituales, porque su vida, su integridad física, su
seguridad o libertad personales han sido vulneradas o se encuentran
directamente amenazadas, con ocasión de cualquiera de las
siguientes situaciones: conflicto armado interno, disturbios y tensiones
interiores, violencia generalizada, violaciones masivas de los
derechos humanos, infracciones al Derecho Internacional Humanitario
y otras circunstancias emanadas de las situaciones que puedan
alterar o alteren drásticamente el orden público”.

Algunos investigadores remontan los orígenes del desplazamiento hacia la


época del descubrimiento y la conquista, cuando debido a los innumerables atropellos
cometidos contra los aborígenes, provocaban desplazamientos masivos hacia zonas
adentradas en la selva, con el fin de salvaguardar sus vidas y sus costumbres.

Durante la Guerra de los Mil Días, se registra un desalojo de los campos y un


traslado de campesinos pobres, hacia las montañas, reclutados por los terratenientes
para que actuaran como soldados. Este desplazamiento de campesinos, además de la
connotación política que tenía, también encubría intereses económicos que se
evidenciaban en la apropiación de tierras en las manos de unos cuantos. Myriam

32
Jimeno (cit en Rojas, J. 1993), afirma que más de diez millones de hectáreas de
baldíos fueron concedidas por el gobierno a familias privilegiadas de la sociedad
colombiana, durante los años posteriores a la Guerra de los Mil Días (1899-1902).

Gonzalo Sánchez y Alejandro Valencia (cit en Rojas, J. 1993), diferencian dos


etapas en la conceptualización del desplazamiento forzado que se dio a partir del siglo
XX. La primera está comprendida entre 1946 y 1965, época conocida como “la
violencia”, que no sólo dejó un saldo de doscientos mil muertos, sino que también
obligó a más de dos millones de personas a emigrar de sus lugares de origen hacia la
ciudad y hacia las zonas selváticas del Magdalena Medio, de Urabá, de los Llanos
orientales y de la Amazonía colombiana.

Pecaut (cit en Rojas, J. 1993), define “la violencia” como “una mezcla de luchas
por el poder entre los partidos liberal y conservador, de la intervención masiva de la
clase dirigente para destruir las organizaciones populares, de enfrentamientos por la
apropiación de excedentes producidos por la economía del café, del bandidismo social
y de delincuencia común”. Durante estos años se empieza a ver personas desterradas
por las amenazas que les hacía la policía a través del partido conservador, los
asesinos a sueldo llamados “pájaros” y posteriormente de grupos organizados como “la
mano negra”. En los años comprendidos entre 1948 a 1950 se produjo una gran
movilización de campesinos armados debido a la violencia partidista después de la
muerte del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán.

Durante los primeros cinco años de la década de los 60‟, la violencia aumentó
en todo el país a causa de la represión ejercida por el ejército. Los campesinos
también se veían continuamente vulnerados por las fuerzas militares, situación que dio
lugar al surgimiento de los primeros grupos de autodefensa campesina, que hacia 1964
se convirtieron en las FARC. En el Magdalena medio surgió el ELN. (Rojas, 1993)

La segunda etapa del desplazamiento forzado se presenta desde principios de


los 80‟, como consecuencia del aumento de violaciones de los derechos humanos y del

33
agravamiento del conflicto armado. Según Uprimny y Vargas (cit en Rojas, J. 1993),
esta nueva violencia surge de la combinación de variados factores: crisis de la
capacidad de regulación del Estado; conflictos sociales no resueltos; crisis de
legitimidad en la esfera política, social y económica; agotamiento de los mecanismos
tradicionales de dominación del narcotráfico, la cual conlleva a la implementación de
otras estrategias de coacción, fortaleciendo la guerrilla y aumentando la autonomía de
las fuerzas armadas.

Durante las dos últimas décadas Colombia se enmarca en un escenario


político donde sus características principales son la intolerancia, rigidez y
dogmatismo que impide a organizaciones y/o movimientos, diversas formas de
mediación con el Estado, cualquier tipo de movilización son señaladas como
subversivas, dando como resultado enfrentamientos con movimientos sociales como
sindicatos, estudiantes, entre otros, y ni qué decir con los supuestos acuerdos que se
quiere llegar con los grupos al margen de la ley, todo esto ha propiciado un
desplazamiento forzado de la población campesina puesto que es su única
posibilidad de supervivencia, ante la permanencia de fuegos cruzados, de episodios
persecutorios, de grandes masacres, bombardeos y terrorismo (Rojas, 1993).

En la actualidad se puede observar que las zonas en las que mayor expulsión
de personas se produce, se caracterizan por tener una gran riqueza natural por lo
que en muchas de ellas se desarrollan proyectos hidroeléctricos o viales de gran
cobertura, pueden ubicarse en lugares estratégicos que permiten en muchos casos
dominio económico o ser zonas de cultivos ilícitos.

Los desplazamientos campesinos se presentan bajo la forma de éxodos


masivos o de migraciones familiares o individuales. En los éxodos masivos las gentes
salen de sus tierras y se dirigen a los centros urbanos a esperar que cesen los
combates y que los operativos militares trasladen su escenario a otras zonas para
regresar a sus parcelas; estos éxodos que en muchos casos constituyen una protesta
organizada, provocan una reacción más rápida por parte de las autoridades y de las

34
organizaciones humanitarias. En los desplazamientos familiares o individuales,
llamados gota a gota, realizados en forma discreta, los campesinos generalmente no
regresan a sus tierras porque son jornaleros o pequeños propietarios que consideran
que no vale la pena el riesgo que corren en sus fincas; este desplazamiento es el que
mayores problemas genera, pues su inapariencia hace que sea menos atendido. (cit.
en Rojas, 1993).

Las diferentes investigaciones que se han realizado sobre desplazamiento


forzado distinguen algunas fases por las que atraviesa una persona que se enfrenta
ante esta problemática social. Se pueden identificar cinco periodos, a saber, el periodo
anterior a la salida, la salida, el asentamiento provisional, el reasentamiento y los
procesos de retorno, cada uno de los cuales representan desafíos y necesidades
diferentes y específicas por parte de las poblaciones desplazadas.

1. Tiempo anterior a la salida: en este periodo pueden predominar los problemas


económicos, la disrupción social y familiar, la violencia física o la situación de
opresión política. Muchas familias antes de salir sufren dificultades como
resultado de las pérdidas económicas o falta de alimento. Aunque la mayor
parte de las veces la violencia ha podido ser la causa directa de la salida, esto
no puede hacer olvidar que otros factores como el cierre de las escuelas o la
movilidad restringida pueden constituir una parte importante de la experiencia
de la gente. (Ager, 1995, cit en Beristain, 2001).
2. En la fase de salida, la separación y el peligro del trayecto pueden constituir las
experiencias centrales. La población se encuentra más vulnerable frente a la
violencia y las condiciones precarias de la huida, que pueden producir
sufrimiento extremo, incluso muertes por hambre o enfermedad, especialmente
en la población infantil y anciana. (Ager, 1995, cit en Beristain, 2001).
3. En la fase de recepción predominan los problemas relativos a las primeras
llegadas, acogida y asentamiento provisional. El miedo a ser identificados o las
amenazas de persecución, obtener alguna forma de reconocimiento -o el
ocultamiento de su condición- y resolver las necesidades de alimentación,

35
abrigo y apoyo, son problemas que los refugiados y desplazados encuentran
frecuentemente. La mayor parte de los desplazados son acogidos en zonas
vecinas o ciudades de forma dispersa. En esos casos, los problemas
principales pueden ser el aislamiento y las dificultades económicas. En la
experiencia de los campamentos donde en muchas ocasiones se desarrolla la
ayuda humanitaria, a los efectos de las experiencias vividas se añaden los
problemas como la dependencia organizativa o la dureza del régimen de vida.
Los desplazados son frecuentemente tratados como un problema de orden
público más que como poblaciones que han sufrido la injusticia y la violencia.
La ayuda humanitaria tiene que partir del reconocimiento de ese hecho y no
utilizarse como un elemento más de una política de control. (Ager, 1995, cit en
Beristain, 2001).
4. Posteriormente, en la fase de reasentamiento, pueden añadirse problemas
como las diferencias culturales, dificultades de trabajo o conflicto entre
generaciones. Eso supone que el hecho de haber pasado la experiencia más
extrema, no conlleva necesariamente la estabilidad personal o familiar, dada la
frecuencia de problemas como la separación de las familias, el aislamiento
social o los problemas económicos. (Ager, 1995, cit en Beristain, 2001).
5. En el caso en que se dan procesos de retorno los desplazados se enfrentan a
desafíos y problemas en parte similares a los que tuvieron que enfrentar en su
salida. Por una parte, el miedo y las amenazas, dado que no suelen volver a
lugares seguros, pero también se dan frecuentes separaciones familiares, entre
los partidarios de retornar y los que no quieren hacerlo, y conflictos políticos o
comunitarios entre diferentes grupos. La negociación de las condiciones de
retorno y acuerdos humanitarios en cuanto a seguridad, producción,
reconocimiento como población damnificada, etc. forman parte de las
condiciones políticas necesarias. Del logro de estos acuerdos, y del
seguimiento adecuado de los problemas y dificultades, depende en gran
medida el proceso que pueda seguir (Ager, 1995, cit en Beristain, 2001).

36
La ciudad, sitio de llegada para la población desplazada es identificada como la
“cultura moderna”, donde un día están ahí pero al siguiente están en otro lugar, donde
todos luchan por su propio bienestar, es decir donde reina el individualismo. En
consecuencia las comunidades campesinas que ingresan a la ciudad enfrentarán
conflictos, choques, destrucciones y reconstrucciones de su historia, tanto a nivel
individual como colectivo, pues sus rutinas, sus pertenencias, sus señales distintivas y
sus relaciones deben modificarse en virtud de su nueva situación, alterándose
significativamente la realidad objetiva y por tanto la subjetiva del individuo; es decir, su
identidad, esa identidad que cada individuo construye con el paso del tiempo y con el
contacto con su entorno, su gente, su cultura. (Bello, 2001)

Debido al desplazamiento, la identidad cultural se ve muy afectada, ya que


precisamente los cambios más grandes ocurren con relación al entorno; y en el entorno
todo es nuevo, todo es desconocido, y para ese entorno el sujeto es „un desconocido‟
(Grinberg, 1984).

Este enfrentarse a un ambiente desconocido y diferente al natural puede


producir en las personas inseguridad, incertidumbre, confusión y, por lo tanto, el
deterioro del sentimiento de identidad, o por el contrario, generar un deseo intenso de
volver a su territorio sin importar los peligros a los que tiene que hacer frente.

En su comunidad actual debe elaborar una nueva biografía que le permita


desvincularse y olvidarse de su pasado, de sus amigos, de sus tierras, abandonando
su lugar, sumando a sus pérdidas económicas y afectivas la pérdida del relato
construido acerca de sí mismo, pues estas personas dejan tras de sí una identidad
personal; el desplazado convertido ahora en un desconocido, pierde el reconocimiento
que por años logró construir, todo esto para evitar señalamientos y problemas de
seguridad, (Bello, M. 2001).

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Es claro que existe una relación entre desplazamiento forzado y cambios en el
bienestar psicológico, ya que, como se mencionó anteriormente la pérdida y el
desarraigo derriban toda una construcción cultural, labrada durante una vida entera.

El impacto y las consecuencias del desplazamiento no sólo se ven en las


personas que han sido directamente afectados por este flagelo. No es posible ocultar,
disimular o ser indiferente al desbordado crecimiento que tienen las ciudades, y en
especial Bogotá, que por ser la capital del país y por ende ser centro de desarrollo y
modernización, es la ciudad que mayor número de población desplazada recibe
diariamente.

El principal impacto que las personas registran, según un estudio llevado a cabo
por la Alcaldía Distrital en las localidades receptoras, tiene que ver con las crecientes
demandas sociales que el desplazamiento trae consigo, y que el gobierno tanto
nacional como distrital se muestran incapaces de atender oportuna y adecuadamente.
Esto ha generado gran competencia por lograr obtener los servicios sociales básicos
entre los denominados “pobres históricos” y la población que se registra como
desplazada. Igualmente, se identifica una creciente demanda de empleo, trabajos mal
remunerados y el incremento del trabajo informal. Esto trae como consecuencia
problemas de registro de la población desplazada, pues en un lugar donde los recursos
son pocos para cubrir las grandes demandas sociales, muchas personas se hacen
pasar por desplazados para acceder más fácilmente a los beneficios ofrecidos. Por su
parte, la población desplazada quienes por su condición de vulnerabilidad como
consecuencia del conflicto armado vivido en el país, porque además de esto no tienen
acceso a la información correcta y certera, o porque los requisitos a nivel institucional
son muchos y porque temen que al entregar información podrán ser ubicados por
quienes los desplazaron, estas personas no accede a dichos beneficios.
(Departamento de Planeación Distrital, 2004)

Por otra parte, el desplazamiento tiene gran impacto en la ciudad en cuanto


genera una mayor ocupación desordenada del espacio público y los conflictos en las

38
calles entre vendedores ambulantes establecidos y recién llegados. De la misma
manera, se registra un incremento en el déficit de vivienda de interés social y en los
índices de hacinamiento, lo que trae más disputas por la oferta pública entre
pobladores históricos y desplazados. De igual manera, las actitudes de segregación y
estigmatización hacia la población desplazada, se ven reforzadas por la percepción
equivocada del incremento de la inseguridad en la ciudad. Como diría Beck, cit. en
Penchaszadeh, A. (2000) “el „extraño‟ se define por las fronteras internas de un grupo
determinado: siendo del grupo se encuentra excluido de sus categorías. El extraño se
caracteriza por resistirse a la categorización social, atentando contra el conjunto de
construcciones sociales que establece las diferencias y las distancias: «el extraño es
una refutación viviente de los perfiles aparentemente claros y de los principios
naturales por los que se definen las pertenencias e identidades en los Estados
Nacionales»”.

Otro impacto reconocido tiene que ver con la situación de seguridad personal y
familiar de la población desplazada. A pesar del anonimato que la ciudad ofrece, existe
un permanente miedo a la persecución de los actores armados o se presentan estados
frecuentes de paranoia. Esto, sumado a la inseguridad derivada de la inestabilidad,
provisionalidad y precariedad material, genera nuevos procesos de desplazamiento
intraurbanos o intraregionales. Así mismo, se identifica como impacto sobre esta
población el cambio súbito de roles al interior de la familia, caracterizado por un ingreso
intempestivo de las mujeres y los niños a actividades productivas o de rebusque, ante
la insuficiencia de ofertas de empleo para los hombres desplazados o en virtud de la
pérdida del cabeza de hogar al momento del desplazamiento. (Departamento de
Planeación Distrital, 2004)

Para finalizar, es importante señalar que se evidencia en la población


desplazada gran dependencia por las ayudas del Estado, la Iglesia o las ONG‟s. Son
muchos los que se introducen en las organizaciones de desplazados para llevar a
cabo prácticas clientelistas disfrazadas de dádivas y ayudas asistencialistas.
(Departamento de Planeación Distrital, 2004)

39
6.3. Política de atención a Población en situación de Desplazamiento
Forzado.

La historia de la violencia en nuestro país se remonta, como ya se mencionó


anteriormente, a la guerra de los mil días a principios del siglo XX, hacia los años 50
durante la época de La Violencia, o quizá mucho tiempo atrás. Durante esta historia
muchos colombianos se han visto afectados de muchas maneras a causa de la
violencia colombiana, teniendo que dejar su tierra y/o su gente, entre otras.

Sin embargo, sólo hasta 1993 cuando se decretó Estado de Conmoción interior,
el gobierno, a través del decreto 444, definió como víctimas de la violencia a las
personas afectadas directamente por atentados terroristas cometidos mediante
bombas o artefactos explosivos. Este decreto se expidió teniendo en cuenta la
necesidad de adoptar medidas de protección a las víctimas de la violencia. La entidad
estatal a la cual se le delegó esta labor fue al Fondo de Solidaridad y Emergencia
Social, hoy Acción Social; entre sus funciones estaban: adelantar programas
tendientes a satisfacer las necesidades de las personas y grupos vulnerables por la
violencia, proporcionar asistencia humanitaria, médica, quirúrgica y hospitalaria, así
como brindarles apoyo económico para la reparación de los daños causados por tales
acciones (Red de Solidaridad Social, 2001).

Al terminar el Estado de Conmoción Interior, las leyes 104 de 1993 y 241 de


1995 incluyeron dentro del concepto de víctimas de violencia a las personas afectadas
por tomas guerrilleras, por combates en los que la población civil es atacada
indiscriminadamente y por masacres discriminadas contra civiles, hechos ocasionados
por motivos ideológicos y políticos dentro del conflicto armado interno. Basado en los
lineamientos de las leyes 104 y 241, se crea el programa de Atención Integral a
Municipios Afectados por la Violencia Política en Colombia. (Red de Solidaridad Social,
2001).

40
Según el Balance de la Política de atención al Desplazamiento Interno Forzado
en Colombia, realizado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados- ACNUR- 1999- 2002, en términos generales es posible concluir que a
pesar de las normas jurídicas que reconocen los derechos y el carácter humanitario de
la respuesta a la problemática; la gran mayoría de los desarrollos instrumentales de la
política, como son los decretos y normas reglamentarias de la Ley 387, todavía están
concebidos y diseñados bajo un paradigma de asistencia social, sin ir más allá de una
ayuda inmediata cubriendo solamente y no cabalmente, las necesidades básicas de la
población. (ACNUR, 2002)

La política consta básicamente de tres elementos principales:

 Atención Humanitaria de Emergencia: este nivel de atención tiene como


objetivo fundamental ofrecer los servicios básicos durante tres meses.
Dependiendo de la etapa en la que se encuentra el desplazamiento, la atención
humanitaria se caracteriza por:
o Atención Humanitaria de Urgencia: se da durante las 72 horas
siguientes a la ocurrencia del desplazamiento. Requiere intervención de
crisis, acciones de socorro, asistencia de apoyo a la población para
satisfacer las necesidades básicas de alimentación, salud, alojamiento y
salubridad pública. (www.accionsocial.org)
o Atención Humanitaria de Emergencia: durante esta etapa se continúa
brindando atención humanitaria mientras se ubica a la persona o a las
personas en un lugar temporal. (www.accionsocial.org)
o Atención Humanitaria de Transición: se proporciona a partir de la
ubicación de la población en un lugar temporal, que incluye además de
la asistencia humanitaria el fortalecimiento de las capacidades de la
población desplazada para el desarrollo social y económico que faciliten
el retorno o la reubicación; igualmente se proporciona rehabilitación
psicológica y promoción de la convivencia pacífica.
(www.accionsocial.org)

41
 Restablecimiento y Estabilización socio- económica: el desarrollo de este plan
de atención se basa en cinco estrategias que se complementan y se articulan
entre sí, estas son:
o Promover el retorno voluntario de la población desplazada a su sitio de
origen, modificando las condiciones que ocasionaron el desplazamiento
por medio de la realización de acciones en las zonas de expulsión
encaminadas a el restablecimiento del orden público, la generación de
transformaciones locales mediante la organización de las comunidades.
(www.accionsocial.org)
o Reubicación de las comunidades y familias desplazadas en lugares
diferentes al de su origen, tratando de garantizar una atención integral y
unas soluciones sostenibles y duraderas, así como también
promoviendo su integración a la vida social, económica y cultural de su
nuevo ambiente bajo los principios de dignidad y no discriminación.
(www.accionsocial.org)
o Estabilización socio- económica de la población desplazada, a través de
proyectos concretados con las comunidades o familias afectadas y
apoyados con recursos de la Red de Solidaridad Social, del Plan
Colombia, del Plan Nacional de Desarrollo, aportes de las entidades
nacionales y territoriales, y de entidades no gubernamentales o privadas
nacionales o internacionales. (www.accionsocial.org)
o Acceso a tierras y seguridad de tenencia, movilizar recursos para la
adquisición de tierras, para nuevos asentamientos, para asegurar los
derechos de propiedad en los sitios de origen y regular la tenencia en
los lugares de reubicación. (www.accionsocial.org)
o Vivienda rural y urbana y promoción del saneamiento básico, los
proyectos de retorno o reubicación se complementan con proyectos de
vivienda. (www.accionsocial.org)

42
 Prevención y Protección: para la prevención del desplazamiento y la protección
de los derechos de la población es necesario tener en cuenta cuatro
componentes:
o Seguridad, incluye mecanismos de coordinación para actuar ante las
alertas tempranas, así como también la conformación de un grupo élite
humanitario a cargo de la Policía Nacional. (www.accionsocial.org)
o Fortalecimiento local en municipios receptores y expulsores para que
lleven a cabo una función preventiva. (www.accionsocial.org)
o Promoción de la paz cotidiana y la seguridad: se pretende fortalecer y
promover las organizaciones regionales y locales para prevenir factores
de riesgo mediante la educación, la participación ciudadana, los
mecanismos alternativos de justicia y las comunicaciones. Para lograr
estos objetivos se deben organizar observatorios locales adjuntos al
Sistema de Alerta Temprana, programas demostrativos apoyados en
medios de comunicación popular, fomento de las redes comunitarias de
mediación y justicia y la promoción de modelos de control social en las
comunidades. (www.accionsocial.org)
o Comunicaciones para la prevención: mediante estrategias de
comunicación se pretende difundir el conocimiento y respeto de los
derechos humanos, el Derecho Internacional Humanitario y los
principios rectores con el fin de alertar y concientizar a las comunidades
sobre los efectos del desplazamiento y las posibilidades de organización
comunitaria para su prevención y afrontamiento, así como también la
difusión de modelos exitosos de sensibilización y control social de la
problemática y la articulación de las denuncias al sistema de Atención
Temprana. (www.accionsocial.org)

A nivel Distrital se han creado programas que se ciñen a este programa integral
de atención a la población desplazada. Estos programas han sido adoptados y
desarrollados desde las Secretarías de Gobierno y de Salud. En este momento se
viene trabajando en la creación de la Política Distrital de salud para la Población

43
Desplazada. Esta Política tiene dos ejes estratégicos: uno de objetivos y acciones
sectoriales que incluye los componentes de aseguramiento, servicios integrales de
salud, modelo de atención y participación social y comunitaria, y otro intersectorial que
incluye la promoción de las acciones para garantizar los derechos al reconocimiento y
la ayuda humanitaria de emergencia, a la vivienda, a la tierra, a la educación y etno-
educación, a la soberanía y seguridad alimentaria y al trabajo y productividad.
(Proyecto Formulación Participativa de la Política distrital de salud para la población
desplazada, 2008)
Una de las razones que se esgrimen para argumentar la ausencia de una
política activa en el tema del desplazamiento desde el Distrito es el “efecto perverso”
que se podría generar al atraer un mayor volumen de esta población hacia la ciudad si
existe una fuerte oferta de atención. Sin embargo, los resultados indican que la ayuda
estatal no es la razón que prima al momento de tomar la decisión de ubicarse en
Bogotá. Como se puede constatar, la ciudad se encuentra ante la inminencia de
atender e incorporar adecuadamente al grueso de la población desplazada. Sin
embargo, construir con las autoridades nacionales, regionales y locales una estrategia
de reubicación en la región de una parte de esta población, puede significar una
alternativa de descongestión de la ciudad y una opción atractiva. (Departamento de
Planeación Distrital, 2004).

6.4. Participación

Siguiendo a Montero (2004) las palabras de uso común pueden tener las
definiciones más complejas. Esto puede deberse precisamente por el uso habitual en
la vida cotidiana, lo cual las enriquece día a día con múltiples significados que las
personas les conceden, es decir, que además de los significados o definiciones que los
diccionarios nos brindan, se unen muchos otros construidos por la cultura.

Esto pasa con el concepto de participación, su denotación no es fácil, pues se


le ha definido desde diferentes perspectivas, y se trata de un concepto que para
Montero (2004) es clave para la Psicología Comunitaria, es así como esta autora

44
define la participación como el compartir con otras personas ciertas circunstancias y
emociones, lo cual implica decisiones, acciones, derechos, deberes y logros. La
participación política, forma ciudadanía, desarrolla y fortalece a la sociedad civil,
aumenta la responsabilidad social, permite a los ciudadanos construir condiciones de
vida.

De otra parte y con el fin de proseguir con la conceptualización, es importante


señalar lo que Alejo Vargas (1994) propone con respecto a la participación. Él hace
una diferenciación entre participación individual y social. Ante la primera plantea que en
su forma más elemental la participación es "un acto de la voluntad, de tomar posición
en relación con aquellos procesos de los cuales se es protagonista". Claude Lefort,
señala al respecto: "La participación implica el sentimiento de los ciudadanos de estar
involucrados en el juego político, de ser tomados en cuenta en el debate político, y no
el sentimiento de tener que esperar pasivamente las medidas favorables a su destino"
(Lefort, 1992).

Desde una concepción social: "podemos entenderla como la acción colectiva de


interacción social a través de la cual un actor social busca incidir en el proceso vivido
por una actividad pública, intentando transformarla para que ésta responda a sus
intereses colectivos" (Vargas, A. 1994). La participación entendida como movilización
de fuerzas sociales debería ser el proceso que persiga: “Un verdadero análisis
estructural de la realidad, alcanzar un nivel organizativo en la comunidad, tal que el
reconocimiento de esa realidad, de sus intereses colectivos y potencialidades generen
la cohesión” (Bernal, M. y Rodríguez, Y. cit. en Vargas, A. 1994)
.
En esta misma orientación, la constitución Colombiana de 1991 permite separar
la participación política de la social. La participación política se deduce como el vínculo
de relación entre Estado y Sociedad Civil, permitiéndole a esta última injerencia sobre
el accionar del primero. De esta forma están los mecanismos de participación tales
como: a nivel consultivo, los consejos de planeación y el plebiscito; en los mecanismos
de iniciativa popular, el referendo, el cabildo abierto, las demandas de

45
inconstitucionalidad, los proyectos de desarrollo; en cuanto a fiscalización, la figura de
veeduría en todos los espacios de participación; y entre los de decisión está, el voto, el
referendo, la consulta popular y la participación en la elaboración de los planes de
desarrollo, en cada ente territorial.

La participación social se infiere como la que permite, niveles de organización


en la comunidad, fortalecidos en torno a la exigencia de sus derechos y la gestión de
alternativas, inducidas al mejoramiento de sus niveles de vida. En la constitución se
plantean los derechos a la libre asociación y a la participación en todos los ámbitos de
la vida social: servicios públicos, educación, salud, cultura, vivienda, entre otros,
(Velázquez, 1991).

Por otra parte, Velázquez (1991) plantea que la participación, está en estrecha
relación con lo comunitario. Así se define que la participación comunitaria es un
proceso mediante el cual, las comunidades, organizaciones y las entidades del Estado
intervienen la realidad de un lugar para transformarla, diseñando proyectos colectivos
de desarrollo integral. Desde esta perspectiva la participación supone, la movilización
de la comunidad debidamente organizada.

A partir de una visión, ligada a la materialización de la participación en su


relación con el Estado, tenemos la participación tutelada y la participación abierta o
auténtica. En la primera, “la sociedad aparece como un ente pasivo, que necesita ser
promovido y construido por y desde el Estado en los ámbitos demarcados por la
constitución y la ley, y no en el espacio público”. La participación abierta significa una
participación en la que el Estado es el escucha de las demandas sociales y en la que la
sociedad construye su propio proyecto de vida. Esta última, así definida, se asemeja a
lo que se propone acerca de la participación auténtica y que se describe como: “el
rompimiento de la relación tradicional de dependencia, explotación, opresión o
sumisión a todo nivel, individual y colectivamente: de sujeto/objeto a una relación
simétrica o de equivalencia” (Fals Borda: 1987).

46
Vista la participación desde una posición del individuo y la cultura, se puede
tomar de dos maneras; una, la participación intencionada políticamente y dos, la
participación rutinaria o por costumbre. Es posible argumentar que la participación
intencionada políticamente, es aquella en la que el sujeto de manera consiente se
vincula a los procesos de transformación de su comunidad, participa de convocatorias
políticas y hace parte de organizaciones establecidas formalmente (ejemplo:
pertenencia a Juntas de Acción Comunal, asistencia en reuniones electorales, entre
otras). La participación rutinaria o por costumbre tiene que ver con las formas
espontáneas de movilización social, frente a hechos erigidos culturalmente y que por
fuerza de la tradición se encarnan en el modus vivendi de una comunidad, motivándola
en momentos concretos, a la solidaridad, al acompañamiento y a la búsqueda de la
mutua ayuda (ejemplo: acompañamiento en el duelo de un ser querido, solidaridad
frente a la enfermedad, etc.).

En muchas ocasiones estos modos de participación se hibridizan, así podemos


encontrar formas participativas constituidas culturalmente pero intencionadas
políticamente, muestra de ello son las mingas comunitarias organizadas en algunas
comunidades campesinas con fines conscientemente políticos, pero que fueron
heredadas de las formas organizativas de la cultura indígena (ejemplo: la convocatoria
a una minga comunitaria, a través de la junta de acción comunal con el fin de construir
una escuela).

Ahora bien, luego de proponer diferentes análisis respecto del concepto de


participación, es pertinente caracterizar aquel que servirá de fundamento en el estudio
que aquí se propone, de esta manera la participación se puede entender como: la
movilización de fuerzas intencionalmente motivadas, más no impuestas, sean estas
individuales o sociales, con fines políticos o socio culturales, dirigidas a la
transformación, empoderamiento, fortalecimiento, legitimación y gestión de
alternativas que permitan escarbar en las relaciones de poder y los valores culturales,
las debilidades y fortalezas de una comunidad y cuyo fin último se amarre a la

47
búsqueda de sentido de pertenencia, autonomía, identidad, organización, cohesión y
consenso.

Es importante señalar que a pesar de que en esencia, la participación nace de


la firme creencia de que somos seres capaces de vivir en sociedad, dada nuestra
situación de precariedad; existen limitaciones en el discurso participativo, puesto que el
aceptar nuestra forma social, no desconoce nuestra esencia individual, la cual señala
diversidad de intereses y por tanto es necesario la consideración del conflicto. Y si
además se tiene en cuenta la problemática del contexto actual de nuestro país, donde
existe un espacio para la participación caracterizado por la desigualdad social en todas
las esferas de la vida, tanto nivel doméstico (en las relaciones de género), como
sectorial (sectores desprotegidos como la población desplazada), económico (la
pauperización y la miseria), educativo y político (la tradición clientelista y corrupta);
entonces hablar de participación parecería ser una simple ilusión.

Para finalizar, es importante señalar que en el trabajo con la población en


situación de desplazamiento, la participación es una herramienta que reta dichas
condiciones, siendo necesaria e indispensable para el proceso de fortalecimiento de la
población en torno a su autonomía y capacidad de autogestión.

6.5. Empoderamiento

Según Rappaport (cit. en Musito, G. 2004), el empoderamiento hace referencia


al proceso por medio del cual las personas, organizaciones y comunidades toman
control y dominio de sus vidas. Para Powell (cit. en Musito, G. 2004), es el proceso por
cual los individuos, grupos y comunidades logran la capacidad de controlar sus vidas y
alcanzar sus propios objetivos, buscando el mejoramiento de la calidad de vida.

Musito afirma que el empoderamiento tiene que ver con la íntima relación que
existe entre los individuos y su ambiente; es de esta manera como se movilizan

48
recursos que les permita a las personas o comunidades adquirir control sobre sus
vidas. Es así como este autor habla de que para muchas personas tiene mejores
resultados luchar por sus derechos participando de manera activa con los otros de su
grupo o comunidad que esperar a que las instituciones del Estado tomen la iniciativa
de hacer algo por ellos. Para gran parte de la sociedad, el trabajo mutuo es más
importante y beneficioso para el mejoramiento de su situación o de su bienestar, que la
intervención profesional.

Romano, J. (cit. en ASOCAM, 2007) analiza el concepto empoderamiento


tomando como base la noción de poder. Acuña, C. (cit. en ASOCAM 2007) afirma: “Si
hablamos de producir poder, de contribuir a la construcción de un poder para un actor
que hoy no lo tiene, estamos hablando de la inclusión de ese actor con autonomía en
un proceso de toma de decisiones del que hoy está excluido”.

Al respecto del concepto de poder, Duhart, D. (2006) realiza una descripción de


lo que algunos autores como Max Weber, Karl Marx y Foucault han definido como
poder y que dicha conceptualización permanece hasta hoy en día. Es así como Duhart,
D. (2006) afirma que al respecto de este concepto lo que predomina es un discurso
académico y público, es decir que está definido como “la capacidad de controlar e
influenciar a otros e imponerles la propia voluntad”. Dicha imposición según este autor
puede darse a nivel personal, grupal o social.

Para Karlberg (cit. en Duhart, D. 2006), el concepto de poder debe considerarse


dependiendo del contexto social y cultural en el que está inmerso. Sin embargo, este
autor afirma que existe una construcción acerca del concepto de poder que ha sido
establecida como general y que es asumida como “normal”, por lo cual no se reflexiona
sobre este y se considera que es y siempre ha sido así, el controlar y dominar al otro.

Según Duhart, D. (2006) es importante ampliar esta noción de poder, en el que


se tenga en cuenta los múltiples tipos de relaciones sociales, pues si nos centramos en
lo conflictivo seguramente se generará relaciones de este tipo. Es así como Duhart

49
hace mención a la propuesta de Michael Karlberg en la que hace referencia a la
importancia de construir una noción alternativa de poder, y es la de poder „para‟. Dicha
noción es visiblemente diferente a la noción anteriormente mencionada en la que el
poder es visto como un poder de dominación, sino más bien este poder „para‟ hace
referencia a la posibilidad de ser capaz de hacer algo, es decir, es un poder que
permite construir otro tipo de relaciones entre las personas, relaciones cooperativas y
no excluyentes.

Haciendo referencia nuevamente a Rappaport (cit. en ASOCAM 2007), afirma


que lo que aparece en el trasfondo del concepto de empoderamiento es la desigualdad
y lo inequitativo, lo cual hace que un grupo de la sociedad tenga más poder y dominio
sobre los recursos, de esta manera el empoderamiento trabaja en pro de ese grupo de
personas excluidas y “dominadas” por otros para que sean capaces de dirigir sus
vidas. En este mismo sentido Iturralde (2005) habla de que el trabajo de
empoderamiento está enfocado a la transformación de las relaciones de poder
desiguales. Al respecto afirma: “El empoderamiento es el proceso de construirse como
sujeto individual y/o colectivo (…) con el propósito de conducir a la sociedad en función
de sus propios intereses. El empoderamiento se relaciona con el concepto de poder,
que representa una realidad propia del ámbito de las relaciones humanas que (…)
siempre son sociales y políticas.”

Siguiendo a los anteriores autores, es posible afirmar que el empoderamiento


puede verse como una manera de hacer que las personas puedan ejercer su
ciudadanía conociendo y exigiendo sus derechos, y siendo partícipes de su propio
desarrollo.

50
7. MARCO METODOLÓGICO

7.1. Enfoque de la Investigación

La presente investigación es de tipo interpretativo y pretende analizar la


atención psicosocial brindada a la población desplazada en Bogotá a partir de la
mirada de la misma población. Se trabaja desde un enfoque cualitativo porque se
estudian las actividades, relaciones, medios, materiales o instrumentos utilizados en
esta situación determinada. Se procura una descripción holística, de la atención
psicosocial brindada a esta población, esto indagando en las dinámicas y procesos de
dicha atención.

La investigación cualitativa surge de la necesidad de entender al Otro, por ende


su análisis es inherentemente multicultural y debe poner al investigador en un lugar
particular dentro del mundo social. Adicionalmente, permite diseños abiertos y flexibles,
que permite plantear cada hallazgo como el punto de partida posible para un nuevo
ciclo investigativo dentro del mismo proceso. Además porque sus averiguaciones se
validan por medio del consenso y la interpretación de las evidencias y porque destacan
la subjetividad tanto de los investigadores como de los "investigados", como espacio de
construcción de la experiencia humana, la vida cotidiana como escenario básico para
comprender la realidad sociocultural, y la intersubjetividad.

Para Valles, M. (1997), cit. en Arias, G. (2009) una práctica investigativa,


cualquiera que ella sea, se encuentra dentro de un contexto socio histórico, en el que
el investigador social toma decisiones de manera implícita o explícita, que como se dijo
anteriormente, darán cuenta de sus preceptos ideológicos. Dentro de estas decisiones
se incluye la elección del tema de estudio, el enfoque teórico a partir del cual se
trabajará, así como la implementación de estrategias y técnicas metodológicas. Las
decisiones sobre el diseño de la investigación, finalmente mostrarán o estarán
asociadas a una postura ideológica o sociopolítica determinada. El problema de
investigación que se aborda en el presente trabajo, evidentemente tiene unas

51
implicaciones sociales y políticas, pues el fenómeno del desplazamiento forzado crece
y se intensifica por las condiciones sociopolíticas que atraviesa el país y que
inevitablemente afecta a la población.

El análisis de datos de la investigación estará estructurado a partir de la Teoría


Fundamentada, ésta permite identificar y analizar desde la perspectiva de los actores o
sujetos de la investigación cómo se construye y se significa la realidad social. Este
método permite descubrir teorías, construir conceptos y categorías en la medida que
va avanzando el proceso de la investigación. (Arias, G. 2009). Para Strauss y Corbin
(1994), cit. en Cuñat, R. (2008) “La teoría fundamentada es una metodología general
para desarrollar teoría que está fundamentada en una recogida y análisis sistemático
de datos. La teoría se desarrolla durante la investigación, y esto se realiza a través de
una continua interpelación entre el análisis y la recogida de datos.” Este tipo de
investigación cualitativa “busca llenar el espacio existente entre la teoría y la
investigación empírica… La idea básica de esta teoría es leer (y releer) una base de
datos textual (como una recopilación de notas) "y descubrir" o etiquetar variables
(llamadas categorías, conceptos y propiedades) y sus interrelaciones. La capacidad de
percibir variables y relaciones es llamada "sensibilidad teórica" y está afectada por
varias cosas incluyendo la lectura de la literatura por uno mismo y el uso de técnicas
diseñadas para realzar la sensibilidad.” (Cuñat, R. 2008)

Para el trabajo con la teoría fundamentada, la muestra se selecciona, para este


caso, mediante un muestreo estratégico o intencional. Se trabaja con los sujetos y se
analizan los datos obtenidos. Con el análisis de estos datos se desarrollan conceptos o
categorías conceptuales que se utilizan para generar criterios que permita seleccionar
los siguientes sujetos que harán parte de la investigación. A lo anterior se le denomina
“muestreo teórico”, teórico porque hace referencia a las “teorías emergentes”, es decir,
aquellas que se generan a partir de la investigación y no de elementos teóricos
establecidos con anterioridad.

52
La saturación teórica se logra cuando los datos que se analizan no arrojan
nuevos conceptos o nueva información a las categorías generadas a través del
análisis. Sin embargo, esta saturación teórica se logra no sólo cuando se trabaja con
las categorías por separado, sino también cuando se las relaciona entre sí. (Strauss, y
Corbin. 1994. cit en Cuñat, R. 2008).

En el análisis de los datos, el proceso de codificación hace referencia a las


acciones mediante las cuales la información que se ha obtenido y que aún está “en
bruto” debe ser tratada, separada, de manera que sea abarcable y manejable para el
investigador. En esa medida, el primer ejercicio de codificación permite separar y
agrupar la información en una nueva forma, que ha sido definida por la investigadora
de acuerdo a los intereses que guiaron el estudio.

En este sentido, es posible mencionar tres procedimientos, que apoyan el


proceso de análisis, estos son: la codificación abierta, codificación axial y codificación
selectiva.

La codificación abierta desglosa los datos en distintas unidades de significados.


Se debe iniciar el proceso con la transcripción de las entrevistas, para continuar con el
análisis del texto línea por línea, con el fin de identificar las palabras clave o frases que
hagan alusión al tema de investigación.

La codificación axial es el proceso de relacionar códigos unos con otros. Se


reagrupan los datos que se había separado en la codificación abierta y se relacionan
las categorías con sus subcategorías para lograr así explicaciones más puntuales y
completas sobre el fenómeno que se está trabajando.

La codificación selectiva se elabora una categoría para ser el núcleo en torno a


la cual se relacionarán las otras categorías.

53
7.2. Técnicas de Investigación

Para elegir las técnicas de recolección de datos en una investigación, se


requiere indagar a cerca de las técnicas que pueden estar en concordancia con lo que
se pretende estudiar, es decir, será necesario considerar una serie de diferentes
posibilidades –técnicas- que la investigación social ofrece para lograr los objetivos
trazados.

La técnica que se empleará para la recolección de datos será la de entrevista


semi estructurada, ésta se diseñará teniendo en cuenta las características propias de
la comunidad, por lo tanto este instrumento sólo aplica para la presente investigación y
no es generalizable. Según lo anterior las técnicas y diseño de los instrumentos son
construcciones originales de los investigadores, los cuales pueden soportarse en una
técnica para adecuarla a su propio trabajo.

La entrevista semi estructurada permite al entrevistador mayor flexibilidad al


realizar las preguntas, pues puede explorar áreas que surgen espontáneamente
durante la misma entrevista. Además puede resaltar detalles o brindar información
sobre aspectos que se pensaron no era importante. Para la presente investigación, la
entrevista se enfocará en la concepción de atención psicosocial y en lo que la
población considera necesario para su recuperación dada su situación de
desplazamiento forzado.

Dentro de las áreas temáticas a trabajar tanto con la población como con las
instituciones, se considera relevante indagar sobre:

 Necesidades que la población considera no han sido cubiertas a nivel


psicosocial.
 Atención psicosocial que el Distrito ha brindado a la población.
 Cómo se construyó la atención psicosocial para la población en situación
de desplazamiento.
54
 Aspectos a tener en cuenta para la construcción de una atención
psicosocial para la población en situación de desplazamiento.

7.3. Universo y Muestra:

El universo de la presente investigación lo conforma toda la población que ha


sido desplazada al interior del país a causa del conflicto armado, entre grupos al
margen de la ley y el Estado.

En la investigación cualitativa, la decisión sobre el mejor modo de obtener los


datos y de quién o quiénes obtenerlos se toman en el campo, ya que los participantes
del estudio resultan desconocidos cuando se inicia y es la propia información obtenida
la que va guiando el muestreo. La muestra con la cual se trabajó responde a un criterio
de muestreo estratégico o intencional, no obedece a ningún criterio de azar y de
acuerdo con los objetivos de la investigación la investigadora eligió las unidades de
muestra. Se realizaron cinco entrevistas a cinco líderes de las organizaciones que
integran la Federación de Organizaciones de población víctima de desplazamiento
forzado “Colombia 21 de Junio”. Se decidió entrevistar a cinco líderes, porque estos
podían dar cuenta de su experiencia como desplazados, además de las personas con
las que ellos trabajan al interior de cada organización que representan.

A nivel institucional se entrevistó a dos funcionarios de la Administración


Distrital “Bogotá Positiva”. Uno de ellos es el Coordinador temático de atención a la
población desplazada de la Secretaría de Gobierno de Bogotá, y la otra persona es
Asesor de uno de los Concejales del Gobierno Distrital. Este último es uno de los
Concejales que más ha trabajado el tema de desplazamiento forzado en la ciudad.

55
Federación de Organizaciones de Población Víctima de Desplazamiento
Forzado “Colectivo 21 de Junio”

La Federación “Colectivo 21 de Junio” se constituyó legalmente en Junio del


2008, su organización se da como una iniciativa que pretende reclamar atención y
restablecimiento de derechos para la población que ha sido víctima del conflicto
armado en el país. Es una federación que se encuentra constituida por 17
organizaciones comunitarias de población desplazada que se encuentran en Bogotá.

Es una federación que ha participado en diferentes escenarios a nivel político


con el fin de posicionar y reclamar sus derechos, de igual manera ha participado en
escenarios académicos en la construcción de la política pública Distrital de Atención a
población en situación de Desplazamiento.

Las organizaciones que la integran son:

1-CORPORACION VIDA Y TIERRA S.O.S


2- ASOCIACION NUEVA VIDA ( ASONUEVAVIDA)
3- GERMINAR
4- ASPODEGUA
5- LIBERTAD Y PAZ ( LIBERPAZ)
6-TODOS POR LO MISMO
7- FUNDACION TEJIENDO AMOR Y PAZ
8- FUNCOLFADES
9- ASOCIACION JUVENIL NUEVO IMPACTO
10-CAMINOS DE FE
11-ASODESSANT
12-COODECOL
13-ASOMUT
14-CASA DEL REFUGIADO
15-ADUVIDI

56
16-AVEFENIS
17-SURCOS DE ESPERANZA

7.4. Fases de Investigación

El procedimiento de investigación involucra tres fases:

Fase uno o Fase Preparatoria: Durante esta fase se trabajó en la formulación de la


pregunta de investigación y planteamiento del problema, construcción del diseño de
investigación y el proceso para compilar o recolectar información bibliográfica.

Fase dos o Fase de trabajo de Campo: En esta fase se llevó a cabo reuniones con
actores clave receptores del proyecto, y se llevarán a cabo las entrevistas.

Fase tres o Fase de análisis y evaluación: En esta fase se realizó un análisis de


resultados y se llevó a cabo una teorización, se socializarán los resultados y se
elaborará el documento final.

57
7.6. Consideraciones Éticas

La investigación cualitativa reconoce la individualidad de los sujetos como parte


constitutiva de su proceso indagador. Ello implica que las ideologías, las identidades,
los juicios y prejuicios y todos los elementos de la cultura, impregnan los propósitos, el
problema, el objeto de estudio, los métodos y los instrumentos. Forman parte incluso
de la selección de los recursos y de los mecanismos empleados para hacer la
presentación y divulgación de los resultados y de las interpretaciones del estudio. Las
implicaciones de esta condición tienen grandes consecuencias. Aparte de las
dificultades presentes en las investigaciones de otros tipos, la cualitativa tiene desafíos
adicionales ante sí. La investigación cualitativa en las ciencias humanas indaga en la
condición humana.

Para el desarrollo de esta investigación se tendrán en cuenta los siguientes


aspectos éticos: veracidad de la información que se obtiene, los métodos que emplea
(intrusivos, no intrusivos), revelar o no la identidad de los sujetos.

 Veracidad de la información: Es importante mencionar que la falsificación de


datos es una de las conductas más graves en la labor investigativa. No sólo por
la falta de sinceridad del investigador que recurre a este tipo de prácticas, sino
también por las consecuencias que esto puede acarrear, por ejemplo cuando
los resultados de dicha investigación son empleados para otros procesos
investigativos, tal situación conduciría a un sin número de confusiones
perjudiciales para cualquier empresa científica.
 Métodos utilizados: Los métodos para obtener la información deben ser
convenidos y pactados inicialmente con las personas que participarán del
proyecto de investigación. Al respecto la APA plantea lo siguiente: "Previamente
a la realización de una investigación (excepto en investigación que implica sólo
encuestas anónimas, observación naturalística, o investigación similar), el
psicólogo llega a un acuerdo con los participantes que clarifica la naturaleza de
la investigación y las responsabilidades de cada parte. ... Usando un lenguaje

58
que sea razonablemente comprensible por los participantes, los psicólogos
informan a los participantes de la naturaleza de la investigación; informan a los
participantes de que son libres de participar, rechazar su participación, o
retirarse de la investigación; explican las consecuencias previsibles del rechazo
o la retirada; informan a los participantes de factores significativos que puede
esperarse que tengan influencia en su disposición a participar (tales como
riesgos, incomodidades, efectos adversos, o limitaciones sobre la
confidencialidad, excepto en lo que se prevé en el Estándar 6.15, Engaño en la
investigación); y explican otros aspectos sobre lo que los futuros participantes
pregunten."
De otro lado, los mecanismos para registrar como grabaciones, videos, entre
otros también deberán ser pactados con los participantes: "Los psicólogos
obtendrán un acuerdo con conocimiento de causa de los participantes en la
investigación antes de filmarlos, grabarlos o registrarlos en cualquier forma, a
menos que la investigación implique simples observaciones naturalísticas en
lugares públicos y no esté previsto que el registro o grabación se usará de tal
modo que pudiera causar la identificación o daño personal.”

Sobre el engaño, la APA ha dispuesto lo siguiente: "Los psicólogos no llevarán


a cabo estudios que impliquen engaño a menos que hayan determinado que el
uso de técnicas engañosas está justificado por el valor prospectivo, científico,
educativo o aplicado del estudio y cuando no sean factibles procedimientos
alternativos igualmente efectivos que no hagan uso del engaño. Los psicólogos
nunca engañarán a los participantes en la investigación sobre aspectos
significativos que pudieran afectar su disposición a participar, tales como
riesgos físicos, incomodidad, o experiencias emocionales desagradables.
Cualquier otro engaño que sea un rasgo esencial del diseño y realización de un
experimento, debe ser explicado a los participantes tan pronto como sea
posible, preferiblemente a la conclusión de su participación, pero nunca
después de la conclusión de la investigación”.

59
Sobre la identidad de los sujetos: al respecto, diferentes países han
mencionado disposiciones legales sobre los datos personales de los sujetos, se
considera que revelarlos o no también debe ser el producto de los acuerdos a los que
se han llegado con los mismos sujetos.

8. Descripción y Análisis de Resultados

Teniendo en cuenta el objetivo principal del presente trabajo de investigación, el


cual pretende: Describir e interpretar la percepción de algunos miembros de la
Federación de organizaciones de población víctima de desplazamiento forzado
“Colectivo 21 de Junio”, respecto al apoyo recibido por parte del programa de atención
psicosocial ofrecido por la Alcaldía Mayor de Bogotá a partir del año 2008 hasta la
fecha. A continuación se mostrará el esquema de preguntas con el cual se trabajó en
las entrevistas tanto con la población como con algunos funcionarios de la institución
encargada a nivel de la Alcaldía Distrital de Bogotá, de desarrollar el Plan de Atención
a la población en situación de desplazamiento:

60
Población Perciben *Cómo se construyó la atención psicosocial para *Qué aspectos consideran indispensables para
la población en situación de desplazamiento. lograr una atención psicosocial integral?
*De qué manera consideran fue construida la
*Aspectos a tener en cuenta para la construcción atención psicosocial para PD por la actual
de una atención psicosocial para la población en administración?
situación de desplazamiento.

Reciben *Atención psicosocial que el Distrito ha brindado *Qué tipo de atención psicosocial les ha
a la población. brindado la actual administración?
*Qué aspectos creen que la administración ha
*Necesidades que la población considera no han tenido en cuenta a la hora de brindar la
sido cubiertas a nivel psicosocial atención psicosocial?
*Qué aspectos consideran no se han tenido en
cuenta o no se han trabajado a nivel
psicosocial?
*De qué manera la administración ha trabajado
a nivel psicosocial?
*Se ha trabajado en la creación y apertura de
nuevos espacios y de contactos con otras
organizaciones?
*Cómo se ha trabajado con la comunidad?

Institución Construcción *Cómo se construyó la atención psicosocial para *Existe un programa de atención psicosocial
la población en situación de desplazamiento. para PD?

*Aspectos a tener en cuenta para la construcción *De qué manera se construyó?


de una atención psicosocial para la población en
situación de desplazamiento. *Quién intervino en dicha construcción?

61
Brindado *Atención psicosocial que el Distrito ha brindado *De qué manera se trabaja a nivel psicosocial
a la población. con la población?
*Se ha abierto espacios de evaluación de la
*Necesidades que la población considera no han atención psicosocial? Qué resultados ha
sido cubiertas a nivel psicosocial arrojado?
*De qué manera se ha trabajado en la
creación y fortalecimiento de redes?
*Cómo se ha trabajado en el fortalecimiento
comunitario?

62
Siguiendo el esquema anterior se iniciará haciendo un análisis acerca de lo que
algunos de los integrantes de la Federación “Colectivo 21 de Junio” consideran qué es
la atención psicosocial, los aspectos importantes a tener en cuenta para la
construcción del programa psicosocial y de qué manera fue construido a nivel distrital.

El trabajo de campo se desarrolló teniendo en cuenta dos actores importantes:

 Integrantes de la Federación de Organizaciones de Población Víctima de


Desplazamiento Forzado “Colectivo 21 de Junio”.
 Algunos funcionarios de la Alcaldía Mayor de Bogotá.

A continuación, se mostrará las respuestas de cada uno de estos grupos con


citas textuales que permiten evidenciar los argumentos expuestos por éstos. De esta
manera, se irán cruzando los planteamientos de los actores con la perspectiva teórica
propuesta.

8.1 Integrantes de la Federación de Organizaciones de Población Víctima de


Desplazamiento Forzado “Colectivo 21 de Junio”. Se llevó a cabo 5
entrevistas semi estructuradas a tres mujeres y dos hombres, víctimas de
desplazamiento forzado y representantes de 5 organizaciones diferentes que
hacen parte de la Federación.
Siguiendo los parámetros del Análisis de Contenido, con la información
obtenida de la población, se procedió a la transcripción de las entrevistas, una
vez transcritas se enumeraron los párrafos de cada una de estas y según las
respuestas se les asignó un código, para finalmente agruparlas en diferentes
categorías.

8.1.1 Qué es Atención Psicosocial


Diferentes autores, como es el caso de la corporación AVRE (2002), coinciden
en que la atención psicosocial hace referencia a un proceso de “intervención integral,
interdisciplinaria, interinstitucional e intersectorial”; que proporciona herramientas a las

63
personas, la familia y la comunidad con el fin de restablecer su capacidad de
afrontamiento tanto a nivel individual como social, para que les sea posible retomar o
reconstruir su proyecto de vida.

Las respuestas de la población desplazada con respecto a qué es atención


psicosocial son claramente distintas, algunas de ellas se acercan más a una visión de
atención integral, es decir, se acercan de manera clara a conceptos que hacen parte
de una perspectiva construccionista, sin embargo otras, hacen más referencia a una
atención tradicional asistencialista. A lo largo del texto será posible evidenciar lo
anteriormente expuesto.

A continuación se presenta algunos discursos que hacen alusión a qué es un


programa de atención psicosocial para la población desplazada:

“…la atención psicosocial aparentemente debería ser no solamente


eh, prestarle una asesoría, una ayuda a la persona sino darle una
atención real, que el gobierno destinara muchos de los recursos para
atender la parte psicológica por ejemplo… ahí hay unos aspectos muy
claves, la primera el primer aspecto es la restitución de los
derechos…” (E 5, P 8)

…esa parte de de este componente nosotros participamos en


fundación social y vimos que es muy necesario, porque las mamás al
estar acá pues los hijos ya se le quieren salir de las manos y los
muchachos dieron buena muy buena expectativa al programa
psicosocial que nos dio fundación social… (E 2, P 6)

En el primer discurso, es posible evidenciar una idea abarcadora e integral de lo


qué es una atención psicosocial, a pesar de que no hace explícito los elementos que
se deben tener en cuenta, sí hace alusión de que una intervención de este tipo no se
puede limitar únicamente a algo momentáneo y pasajero, que es necesario en términos

64
institucionales de una gran inversión económica para lograr en la población un proceso
de reparación. En este sentido el concepto de reparación integral se fundamenta en un
proceso de reconocimiento y confianza de las personas con el Estado, a partir de las
acciones que éste lleve a cabo para la admisión y la superación de los daños
ocasionados por el conflicto armado y por haber fallado en su labor de garante de los
derechos. Es un concepto amplio que indudablemente debe tener en cuenta los
efectos tanto morales como sociales de tal situación, de la misma manera, se debe
trabajar con las víctimas en la recuperación de la confianza en cuanto es posible
ejercer los derechos sin ser victimizado, así como la confianza en la justicia (Cátedra
Desplazamiento Forzado, Universidad Nacional de Colombia).

En la segunda respuesta se ve como a pesar de que no es muy claro el


concepto de atención psicosocial, si se tiene la certeza de que hay aspectos del
programa que es importante llevarlos a cabo con las diferentes personas, ess decir, se
ve la necesidad de desarrollar acciones que se encaminen al mejoramiento de las
condiciones de vida de la población, en este caso las relaciones familiares y el manejo
de adolescentes.

Siguiendo a la corporación AVRE (2002) el proceso debe partir de un


diagnóstico, el cual deberá llevarse a cabo de manera participativa y ser diseñado de
acuerdo a las particularidades de la población. Este –el proceso de atención
psicosocial-, según AVRE (2002), deberá estar compuesto por acciones terapéuticas,
tanto a nivel individual como social dirigidas a la recuperación emocional, familiar y del
tejido social de las comunidades. Si bien es cierto, es reiterativo que dentro de las
exigencias y reclamos de sus derechos, la población hace énfasis en la estabilización
económica, y aunque en ocasiones sus necesidades básicas hagan que “olviden” sus
pérdidas, sí reconocen la necesidad de contar con un apoyo que les ayude a superar
dichas pérdidas. Al respecto afirman:

…nosotros por ejemplo por el hecho de ser desplazados desde el


primer momento que hacemos una declaración tuviéramos atención

65
psicosocial como que llevar esta vida que nos toca llevar seria más
llevadera,… si en ese momento hubiera un acompañamiento
psicosocial porque el duelo, para borrar esas secuelas, el duelo de
que uno haya dejado todo botado… es muy triste y nosotros siempre
vamos a llevar o sea, siempre llevamos ese duelo ahí… (E3, P 9)

Para la Procuraduría General de la Nación uno de los principales objetivos de la


atención psicosocial es la recuperación de la salud mental. Este concepto abarca tanto
el bienestar subjetivo y la percepción que la población pueda tener de su eficacia y
autonomía, como en la resolución de problemas y toma de decisiones. De igual
manera incluye los aspectos económicos y de seguridad básica. Es claro que las
situaciones vividas dentro de un contexto de conflicto armado provocan sufrimiento y
malestar emocional. Es por esto que el acompañamiento psicosocial debe contribuir
mecanismos que disminuyan dicha angustia, por medio de la identificación y el
desarrollo de recursos tanto individuales y colectivos, internos y externos. Al afirmar y
asumir que el desplazamiento forzado causa daños y sufrimientos, es importante e
indispensable tomar distancia de aquellos enfoques que determinan que el problema
está en los individuos asimilando y asociando los daños y sufrimientos a “enfermedad
mental”, discapacidad o disfuncionalidad de las personas y sus familias. Siguiendo a
Martín- Baró, un enfoque que reconoce las bases históricas y sociales en las cuales se
desarrolla un conflicto, no puede, ni debe patologizar a sus víctimas ni mucho menos
medicalizar su sufrimiento (Cátedra Desplazamiento Forzado, Universidad Nacional de
Colombia).

Un programa integral de atención psicosocial, no puede, ni debe concebirse


como un listado de actividades o de acciones que se han preestablecido para cualquier
situación y que por tanto puede desarrollarse o implementarse como una receta, sin
tener en cuenta la persona o comunidad con la que se va a trabajar, y más aún
dejando de lado el lugar de donde llegan. Más bien se trata de entender y encontrar
junto con las víctimas, las dinámicas que impiden o paralizan a las personas -individual
y colectivamente- a vivir la vida que desean vivir.

66
Con el fin de identificar, comprender y ayudar a aminorar los impactos que
genera el desplazamiento, es importante saber y reconocer que tanto las
interpretaciones como los significados a nivel individual y colectivo, generadas para
enfrentar la violencia, se construyen de manera particular, dando paso a maneras
específicas de percibir el mundo. En este sentido, debe asumirse que los daños y las
maneras de afrontarlos no pueden construirse de una manera a priori, ni tampoco
deducirse acciones siguiendo hechos ocurridos en otros lugares o con otras personas.

La siguiente afirmación de uno de los entrevistados se opone al anterior


planteamiento:

Yo pienso que el programa de atención psicosocial es como un


paquete que viniera acompañado primero con la parte profesional, que
la persona sea muy conocedora del problema… (E4, P 5)

Quizás por desconocimiento se menciona la necesidad de que el programa de


atención psicosocial sea un “paquete”, en este sentido, la atención psicosocial es vista
como un programa preestablecido, y por ende asistencialista, en el que todo es
entregado como si fuera un favor o una ayuda, y no precisamente como parte de un
proceso de reparación, esto contradice lo que en esencia se busca, construirlo
contando con la participación de la misma población. Con respecto a este punto, cabe
aclarar que no se pretende evaluar las respuestas de las personas, más si evidenciar
aspectos que de alguna u otra manera pueden afectar o influir en la toma de
decisiones o en la demanda de restitución de sus derechos.

Al respecto del poco conocimiento a cerca de lo que es Atención psicosocial por


parte de la población, la persona encargada a nivel distrital del manejo de la
problemática en la ciudad afirma, que desafortunadamente existe tal desconocimiento
y que esto puede afectar la percepción que de ésta tengan las personas, pues a pesar
de que la Administración esté desarrollando diferentes procesos, estos no satisfacen

67
sus expectativas. Es importante señalar esto, y como se verá más adelante, porque se
hace indispensable que la población conozca no solo sus derechos, o cuáles de ellos
han sido vulnerados, si no también que sepan a qué hacen referencia cada uno de
ellos.

En Colombia se debe reconocer y aceptar que la situación que atraviesa el país


es paradójica en la que, aunque se cuente con un conjunto de normas, políticas y
programas desarrollados de manera amplia en términos de la protección de los
derechos de la población desplazada, se carece de la capacidad para convertir en
realidad los objetivos e instrumentos plasmados en ellos. En el país,
desafortunadamente las leyes y decretos que promueven la protección y el
resarcimiento de los derechos de la población, no han logrado convertirse en una
materialización y realización de dichos derechos.

8.1.2 Construcción del programa de atención psicosocial

Las acciones e iniciativas que se llevan a cabo a nivel local están dirigidas a
consolidarse como proyectos comunitarios de vida, como una alternativa a la ayuda
externa y al asistencialismo entregado por parte de las instituciones. Al interior de los
programas y acciones desarrollados a nivel institucional se vislumbra una posible
tensión entre un enfoque de derechos que promueve la reparación integral de los
derechos de la Población Desplazada, y un enfoque de asistencia social que busca
satisfacer las necesidades básicas de esta población. Esta tensión puede estar
generada por los pocos recursos disponibles, lo que conduce a las entidades a
someter la atención de la población y por ende el reconocimiento de sus derechos a la
disponibilidad de los recursos económicos.

Desafortunadamente la falta de recursos para la implementación de una política


pública no es el único inconveniente que se presenta. El crecimiento vertiginoso del
fenómeno ha hecho que los programas y acciones que se desarrollan no se construyan
de manera concertada y participativa con la población.

68
Es reiterativo en las voces de los desplazados, aunque no es la única manera
de verlo, el hecho que el programa se diseña de forma unilateral, veamos como lo
discursan los mismos actores:

Es conforme a lo que ellos creen, se imaginan, han hablado con dos o


tres personas que pueda que sean víctimas pero no han hablado de
pronto cosas concretas básicas de lo que es realmente la victimización
entonces ellos con base en lo poco que hayan escuchado se imaginan
las cosas y así mismo las divulgan… (E1, P 11)

El programa de atención psicosocial se lo han construido no teniendo


en cuenta las bases de la comunidad ya, se a siempre construido
desde las instituciones la mayoría… (E4, P 7)

Dos respuestas distintas que se entrelazan en un mismo escenario; el de la


invisibilización y la insatisfacción por no ser partícipes en la construcción de sus
propios programas, y de continuar sintiendo que les sigue haciendo falta mucho a
pesar de los esfuerzos, pues si bien es cierto y como lo afirma la Procuraduría General
de la Nación en su investigación “Valoración de los programas oficiales de atención
psicosocial a las víctimas del conflicto armado en Colombia” (2009) en términos
generales, la atención psicosocial puede definirse como un proceso de
acompañamiento, tanto a nivel individual, como familiar o comunitario; que se orienta a
enfrentar las consecuencias y secuelas de hechos traumáticos, a la vez que promueva
bienestar, apoyo emocional y social de las víctimas, estimulando así el desarrollo y
fortalecimiento de capacidades y habilidades, también se hace necesario llevar a cabo
un reconocimiento a las personas como sujetos de derechos, sujetos que son capaces
y más aún que tienen el derecho de trabajar y construir sus programas a partir de sus
propias vivencias.

69
De igual manera es muy importante llevar a cabo dicha atención teniendo en
cuenta las necesidades y demandas concretas de la población. Pues si no se reconoce
que la situación por la que atraviesa la población desplazada es una situación especial,
no será posible identificar sus carencias o sus capacidades, y por tanto las políticas y
programas que se diseñen pueden mantener las condiciones de vulnerabilidad, y es
precisamente ese el riesgo que se corre al ubicar dentro de una misma respuesta
Estatal a toda la población vulnerable que por diferentes razones existe en el país.

Para autores como Abad (2006) es de vital importancia la participación activa


de la población en la construcción de los programas y no sólo en el desarrollo de los
mismos, por tanto es necesario que el equipo profesional se involucre con la
comunidad y se logre hacer un trabajo conjunto. Sin embargo, al parecer la realidad es
otra, la población expresa que no se ha llevado trabajo conjunto, y que no ha habido
involucramiento con las personas, al respecto afirman:

Siempre lo ha hecho detrás de un escritorio o siempre lo ha hecho en


los foros o en las políticas que ellos mencionan, pero siempre lo han
hecho detrás de de una venda como quien dice, terreno no huy mejor
dicho se mueren del miedo… (E2, P 33)

Cada una de estas personas hace referencia a necesidades específicas, a


acciones concretas que se debería y que esperan que se trabajen; necesidades que se
complementan y que deben ser consideradas dentro de la formulación del programa.

A pesar de que tanto a nivel nacional como distrital se ha trabajado en la


implementación de una atención psicosocial que no propenda únicamente por la
recuperación de las personas como individuos aislados, sino por sanar a una
comunidad, a una sociedad, la lucha de las víctimas, se encamina, junto a las
decisiones que han tomado la Corte Constitucional como la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, a exigir al Estado y al Gobierno medidas que definan una política
pública, un programa nacional y la sostenibilidad de dicha decisión para avanzar en los

70
procesos de reparación integral, en la que se cuente con una atención psicosocial para
la población desplazada (Moro, B. 2009). La población también hace énfasis que para
la construcción del programa de atención es necesario conocer los fallos y decretos
que a nivel nacional la rama judicial ha promulgado:

Teniendo en cuenta los parámetros que los auto de la corte


constitucional, teniendo en cuenta los decretos porque para uno poder
construir algo bien tiene que estar regido a los parámetros que tiene
las leyes… (E2, P 40)

Al parecer es posible afirmar que es gracias a la formulación de decretos y


fallos judiciales por la insistencia de los gobiernos a resarcir los daños, que la
población ha recibido atención con el fin de tratar de superar su situación, sin embargo
y como se mencionó anteriormente esta ha sido una atención que se enfoca en
atender de manera asistencial aspectos básicos como la atención en salud, educación,
vivienda, generación de ingresos, entre otros, condicionándolos a la disponibilidad de
recursos. (Forero, E. 2003).

Es interesante ver que hay aspectos legales que la población desplazada


maneja, como por ejemplo, los autos y decretos que la corte constitucional ha
declarado con respecto a la falta de protección por parte del gobierno en cuanto a
vivienda, salud o educación, sin embargo, se evidencia poco interés en conocer
aspectos que tienen que ver con una atención psicosocial integral, si bien es cierto
cada uno de ellos hace referencia a puntos importantes a tener en cuenta, no se
percibe como algo necesario e importante profundizar en este tema. Es claro, que la
precariedad por la que atraviesan no les permite prestar atención a cuestiones que en
su opinión tal vez pueden “esperar”, pues el alimentar a sus hijos o tener un techo
donde vivir supera la necesidad de pensar en una recuperación emocional.

El poco interés por conocer más a cerca de la atención psicosocial, evidenciado


en la población, por considerar que esta hace referencia únicamente a un

71
fortalecimiento emocional, deja entrever el trabajo desarticulado que tanto el gobierno
Nacional como Distrital ha llevado a cabo, pues cada acción que se desarrolle en pro
de la reparación de la población, hace parte de un programa integral de atención
psicosocial.

Deberían hacerlo los profesionales, que estén ya digamos capacitados


para hacer esto y que sepan cómo van a llegar a las personas, porque
es muy bueno cuando uno recibe el apoyo de otra persona… (E2, P
14)

De igual manera se evidencia en la población, además de desinterés, una


especie de desesperanza y poca confianza en sí mismos, al encargarle a un grupo de
profesionales la construcción del programa de atención psicosocial, si bien es cierto
que la participación del “profesional” es necesaria, desde una perspectiva
construccionista el trabajo del investigador/interventor supone cuestionarse el uso del
lenguaje vertical, del lenguaje del conocimiento con pretensión de verdad; e intencionar
horizontalizarlo. Es decir, el saber que expresa el lenguaje del investigador/interventor
no debiera asumirse como superior sino como distinto. En este sentido se podría
sostener que el interventor sabe cómo dialogar, negociar significados y generar
aperturas.

8.1.3. Empoderamiento

El empoderamiento tiene como objetivo no únicamente abrir el acceso a la toma


de decisiones; sino también conducir a las personas a percibirse con la capacidad y el
derecho a ocupar esos espacios decisorios. Para esto es importante, la autogestión, la
organización, la valorización de los recursos del entorno y el fortalecimiento de las
redes interpersonales existentes (Sánchez, A. 2002). En los discursos de la personas
en situación de desplazamiento es posible evidenciar respuestas empoderadoras de
diferente tipo, en ellas hay prácticas de empoderamiento, y posiciones
emporederadoras como tal.

72
Yo por ejemplo, yo le he dicho a muchos funcionarios “yo no pedí que
me sacaran de mi territorio de mi terruño yo no pedí eso, es que si yo
doy la autorización sáqueme háganlo yo asumo, pero yo no pedí eso,
yo no tuve la protección del estado para protegerme en el sitio de
donde soy, donde estaba, trabajando entonces ahora el Estado debe
protegerme. (E3, P 11)

Nosotros no sabíamos que era un apoyo que era nada, pero con el
paso de estos años ya hemos aprendido nuestros deberes, nuestros
derechos y a esigirlos, no solamente a pedirlos porque es un derecho
que el gobierno tiene con nosotros… (E2, P 18)

Es claro en los anteriores discursos la existencia de una posición empoderada


de su situación y de quienes deben trabajar por la protección de sus derechos. Estas
dos mujeres muestran la gran necesidad que tiene la población de asumir una actitud
de estas para el reclamo de sus derechos, este es un gran ejemplo de que es
imprescindible el trabajo en equipo, la autogestión y la constancia para el reclamo de
protección. De igual manera se evidencia que desafortunadamente el trabajo con la
población no ha sido bueno, pues así como estas mujeres, existen muchas más
personas que aún no han recibido ningún tipo de ayuda de los entes públicos, por lo
cual la misma población ve la necesidad de organizarse.

Estas personas expresan que sólo organizados van a ser tenidos en cuenta y
para ello generan mecanismos de reunión, actividades de financiación, se documentan
sobre las temáticas que les conciernen, sobre la exigibilidad de los derechos y
generan la legalización de la organización porque esta es la manera de hacer efectivo
el reconocimiento como organización de desplazados. El siguiente es un claro ejemplo
de una práctica de empoderamiento.

“Pues eso es una necesidad, porque existen muchos problemas y


muchas dificultades, uno de los problemas es que la población viene

73
individualmente y no le paran como se dice bolas, no nos atienden…
entonces de una u otra manera le oyen más a las organizaciones que
que que a las partes individuales, o sea es mejor estar organizado y
no individual...” (E5, P 1)

De igual manera a nivel organizativo, es importante resaltar el compromiso con


el que se asumen las tareas de la organización, se distribuyen roles, tareas y
funciones, las estrategias para lograr la efectividad de la organización y las maneras
como se toman las decisiones. En esa medida, se exponen los logros obtenidos y el
interés de poder ayudar a los otros que están en igual o en peores condiciones. Esto
es un claro ejemplo de procesos potenciadores por los cuales atraviesa la Federación.

La capacidad de analizar y comprender las situaciones políticas y sociales en


términos de poder social, de relaciones de poder entre los grupos, de influencia y
estrategias para lograr el cambio social, también da cuenta de acciones
empoderadoras.

“…esto no es de hoy esto es de décadas anteriores que siempre que


hay guerras entonces el gobierno distrital, debe canalizar con el
gobierno nacional unas políticas para darle solución a este conflicto
que hay, y poder reubicar la gente… eso es falta de protección y es
del mismo estado el que debe darle la protección a uno, queremos
una reparación eso es un perjuicio moral inalcanzable…” (E4, P 17)

En este sentido el empoderamiento es un proceso intencional y continuo de


transformación de las personas en sujetos conscientes de sí mismos, de la situación y
del entorno social en el cual se desarrollan, esto a través de una acción comprensiva y
crítica. (Sánchez, A. 2002). Las personas entrevistadas son líderes o lideresas lo cual
los ha llevado a ser conocedores de las problemáticas de esta población y a asumir
una postura crítica frente a los funcionarios públicos, los actores del estado y
representantes de las organizaciones no gubernamentales.

74
“…la población vulnerable se ha peleado conmigo, lo que expresan es
que ellos se sienten desplazados por los desplazados y es un
problema que no lo genera el desplazado, ni el vulnerable, sino que es
un problema del gobierno por que el gobierno tiene que tener tanto
para la población desplazada como para la población vulnerable,
programas para poder evacuar los problemas y los conflictos que
vivimos…” (E2, P 22)

Como se mencionó anteriormente, es fundamental la creación de programas y


políticas que estén dirigidas específicamente para la población en situación de
desplazamiento, pues en la medida que la población internamente desplazada está
constituida en parte por niños, niñas, adultos mayores, mujeres y miembros de
minorías étnicas, es preciso tomar en cuenta que sobre ellos existe una doble o
múltiple vulnerabilidad, lo cual genera más obligaciones para el Estado, que se deben
reflejar en la política pública, y así evitar desacuerdos entre la población.

Las personas entrevistadas tienen muy claro los aspectos que son importantes
dentro de un programa de restitución de derechos, ellos hacen propuestas claras y
concisas que permiten evidenciar un alto nivel de empoderamiento, siguiendo a
Gonzalo Musito se puede afirmar que las organizaciones que hacen parte de la
Federación “Colectivo 21 de Junio” son organizaciones potenciadoras y potenciadas a
la vez, pues proporcionan oportunidades a sus miembros para que éstos adquieran
control en sus vidas, a la vez que como Federación están logrando incidir poco a poco
en la respuesta institucional.

…creo que uno de los aspectos que hay que trabajar con la misma
población desplazada es decirle cuáles son sus derechos, como se
deben de reclamar y montar como unos aparatos de control interno
dentro de la misma institucionalidad… entonces que haya un ente de
control interno especializado para atender a la población desplazada y

75
para que se hagan cumplir las leyes de lo contrario esto va a seguir
igual... (E5, P 31)

Musito (2004) afirma que uno de los indicadores de una organización


potenciadora es el compartir responsabilidades, es decir, participar en los procesos de
toma de decisiones de la misma organización apoyando los acuerdos o medidas que
se han aprobado, también implica lograr resultados concretos basados en las fuerzas
internas de la organización. Este autor asevera que una organización potenciada tiene
la capacidad de influir en las dinámicas sociales y que la unión con otras
organizaciones representa un signo de fortalecimiento organizacional.

“…ya nos han ido conociendo, es mas cuando se hizo hace mes, mes
y medio la elección de la mesa distrital de desplazados son seis
cupos… ganamos cuatro… Hemos hecho incidencia, y algunas
personas están un poquito asustados porque nunca se imaginaron que
un bebe de un año ee estuviera haciendo tanto como lo que esta
haciendo la federación y que lograra cuatro cupos de seis en la mesa
distrital y que lograra contratos con PNUD y que lograra contratos con
embajada suiza…” (E1, P 28)

El anterior discurso es un claro ejemplo de una práctica empoderadora, en el


que el apoyo mutuo, donde además se comparte recursos, no sólo amplía las
probabilidades de lograr muy buenos resultados de la red organizacional en relación
con los objetivos que se propone, sino que también representa un proceso por el cual
se otorga poder a la comunidad. (Musito, G. 2004)

Según Foucault (cit. en Sánchez, A. 2002), el espacio y momento justo para


construir empoderamiento es la vida cotidiana, cuando las personas sobre las cuales
se ejercerse poder como abuso, lo reconocen como inadmisible, pueden iniciar una
lucha desde su lugar y desde su accionar. Dado que la realidad se construye
socialmente, los individuos y las mismas comunidades tienen la opción de poner
76
resistencia y de cambiar los discursos a los que están sujetos, por el camino del
empoderamiento. (Sánchez, A. 2002).

8.1.4. Participación

Mediante procesos participativos se fomenta el desarrollo de capacidades, se


exige responsabilidades y aporta beneficios, facilita la toma de conciencia sobre la
realidad y favorece procesos de organización. Los mecanismos y espacios para la
participación deben de contextualizarse a la cultura y prácticas propias de la
comunidad, es decir, en un proceso de restitución de derechos y de reparación integral
a la población en situación de desplazamiento, donde se hace indispensable la
participación de la población para la construcción de los programas, el avance del
proceso y el logro de los objetivos, es necesario conocer de manera clara con quienes
estamos trabajando, las posibilidades de participación con las que cuentan y los
mecanismos que debemos implementar para fortalecer dichos procesos participativos.

Dentro de las respuestas de las personas entrevistadas, existen algunas que


dan cuenta tanto de los espacios en los cuales han participado como los procesos de
participación que han promovido, de igual manera se evidencia la forma en que lo han
hecho, es decir, de manera activa o pasiva, y lo que ellos piensan de los procesos
participativos que ha promovido el Distrito, al respecto afirman:

“…es conforme a lo que ellos creen, se imaginan, han hablado con


dos o tres personas que pueda que sean víctimas pero no han
hablado de pronto cosas concretas básicas de lo que es realmente la
victimización …” (E1, P11)

Es interesante ver cómo al hablar sobre participación existen puntos que


llaman la atención a la hora de ser analizados. En el anterior discurso se habla de que
para la construcción del programa se ha contado con la participación de la población,
en cuanto “se habla con dos o tres personas”, para lo cual cabe preguntarse si es en

77
términos cuantitativos como es posible evidenciar que se lleve a cabo una efectiva
participación? O si existe un tope ideal de participación?

En este mismo sentido, entonces cabría pensar en la manera cómo desde


nuestro quehacer logramos una participación efectiva de esta población, pues para
algunos de los entrevistados el problema de la baja participación está en la manera de
convocar y al respecto dicen:

“Que la convocatoria sea más extendida, porque solo se llaman unas


personas a unos líderes y la gente toda no se entere… a mi si me
gustaría que fuera una convocatoria totalmente abierta, que se
entere todo toda, toda la población, toda la gente, la gente que de
verdad lo necesita” (E2, P 19).

La población en situación de desplazamiento entrevistada, reconoce la


necesidad e importancia de que se abran espacios de participación, construcción y
evaluación conjunta con las instituciones, sin embargo, como se afirma en el discurso
anterior es supremamente indispensable utilizar estrategias que reúnan a la población
y la mantengan firmes en sus intervenciones, al respecto las personas también sienten
que no solo no se llevan a cabo las convocatorias, sino que también existe
discriminación para con algunos líderes.

“…eso no es tan cierto en esas convocatorias tan amplias, o sea eso


es muy limitado, y va muy poca gente, cuando ven que los líderes
empiezan a molestar mucho, o a proponer muchas cosas que el
gobierno no puede, o no quiere cumplir…, entonces sencillo va
aislando a esos líderes y entonces nunca más los vuelven a invitar”
(E5, P 35)

Es importante señalar, que si bien es cierto el trabajo en conjunto con la


población se hace indispensable desde una perspectiva construccionista, es necesario

78
planear la manera de hacerlo, es decir, debemos ser conscientes de la población con
la cual estamos trabajando y tener en cuenta todos los aspectos que posibilitan u
obstaculizan dicho trabajo, esto también hace parte del análisis que debemos hacer
desde nuestro quehacer, pues además de lo anteriormente expuesto respecto a la
participación y su convocatoria, no es posible dejar de lado que para muchos en
algunas ocasiones la falta de recursos impide el desplazamiento al interior de la ciudad
y por tanto asistir a escenarios de participación.

“nosotros la población desplazada tenemos unos inconvenientes de


recursos, no podemos asistir a muchas reuniones entonces fallamos
en eso y a veces no quedan las propuestas de nosotros” (E4, P 9).

La situación de precariedad y pobreza por la que atraviesa esta población es


bastante alta, el haberlo perdido todo, sumado a la desorientación vivida al llegar a la
ciudad, pues para muchos es la primera vez que llegan a ella, y porque quizás, no
tienen a donde llegar, y muy seguramente no tienen familiares o personas cercanas a
quienes acudir, deterioran cada día más tanto su situación emocional como económica.
Desafortunadamente y adicional a lo anterior, las personas se tienen que enfrentar a
un sin número de papeleos y colas para poder acceder a la ayuda de emergencia,
ayuda que aunque llega, llega mucho después de su arribo a la ciudad. Entonces la
desestabilización que viven estas personas, interfiere inevitablemente en todo el
proceso de participación y continuidad de las etapas de construcción e implementación
de sus programas de atención.

La participación de la población no solo depende de su disposición o empuje a


hacerlo, también depende y en gran medida, de los espacios que se brinden y de la
credibilidad y confianza que las instituciones les brinden para que ellos decidan llevarlo
a cabo.

“…hemos debatido en los encuentros, en los encuentros de las


políticas públicas, que se dice que se va a sacar, realmente hemos

79
trabajado 5 veces las políticas públicas, y ninguna de esas se ve
reflejada, yo siento que hemos perdido el tiempo y la instancia…” (E2,
P 26)

“Nosotros si confiamos de la buena fe de los mandatarios de que nos


tengan en cuenta, pues si nos han tenido en cuenta a nivel distrital no
con un plan integral, pero nosotros reconocemos que es muy difícil un
plan integral para toda la cantidad de personas que vivimos en
situación de desplazamiento…” (E4, P 11)

Tanto los espacios como las acciones participativas, no deben ser mostrados
como favores a la población, ésta debe entender que es un derecho y que por tanto es
exigible; no puede mostrárseles como actos de buena fe tenerlos en cuenta. Por otra
parte y como se refleja en el primer discurso la participación de la población tiene que
ser una participación que permita ver tanto la realidad por la que atraviesan las
personas como sus propuestas para superarla o mejorarla, es decir, sus voces
deberán quedar plasmadas en cada proceso que se lleve a cabo, porque es de esta
manera como los objetivos y metas de las intervenciones podrán ser logrados, y
además porque es una manera de recuperar la confianza en las instituciones.

La participación comunitaria lleva consigo acciones personales y colectivas que


buscan enfrentar una situación, con el fin de mejorarla o cambiarla. Mediante la
participación e incidencia en espacios colectivos y de decisión, se busca mejorar el
bienestar de los miembros de la comunidad teniendo en cuenta costumbres y valores
que le son propios, para que dichos cambios o mejoras sean sostenibles en el tiempo.

“Los integrantes de la mesa distrital pueden y deben participar en


muchas consultas si? Tienen reunión con mucha gente influyente ¿si?
Eso no nos haría socializar al colectivo y cada uno de sus 18
organizaciones sino socializar las victimas en general…” (E1, P 31)

80
“…nosotros tenemos que interactuar con otras, o sea, hacer un
conjunto como una red y trabajar en conjunto por que a veces lo que
nos dicen los funcionarios “ah, pero ustedes todo el tiempo pidiendo”,
pero todo el tiempo hay un asistencialismo que el mismo gobierno lo
está haciendo y yo nunca he sido partidaria de ese asistencialismo…”
(E3, P 22)

El trabajo que se debe llevar a cabo entre la población y las instituciones de


construcción y desarrollo de los programas, tiene que llevarse a cabo buscando la
sostenibilidad de los mismos y la superación de la situación de las personas, es decir,
las acciones que se implementan con corte asistencialista puede aliviar la
desorientación y las necesidades de la llegada, sin embargo, es claro que la atención
no puede estar enmarcada en acciones asistencialistas, pues a largo plazo no logra
resarcir los daños causados por el desplazamiento, ni mucho menos superar dicha
situación.

Dentro de las respuestas que estas personas emitieron, hubo una que llama
mucho la atención por su beligerancia, seguridad, deseo de participación y necesidad
de reconocimiento, reconocimiento como persona víctima y como profesional capaz de
asumir un trabajo de este tipo, ella afirma:

“…mientras las personas que tengan que tomar esa decisión sean
personas que nunca han tenido que sufrir una victimización de
cualquier índole… No van a saber cómo manejar las cosas (pausa)
no estoy queriendo decir de que a ellos haya que victimizarlos, no?
Pero si de pronto para el manejo de víctimas debieran emplear
profesionales víctimas que saben que ha sucedido saben todo lo que
se ha vivido y profesionalmente están en la capacidad de ejercer esa
función”. (E1, P 8)

81
No es muy común encontrar personas profesionales dentro de la población
desplazada, sin embargo, aunque sea en un bajo porcentaje hay personas con niveles
académicos altos y al parecer a este respecto hace referencia el anterior discurso,
pues desafortunadamente el hecho de que las personas desplazadas profesionales no
participen en el trabajo con la misma población, se debe en gran parte a la necesidad
de superar su situación de desplazamiento y dejar atrás lo vivido, esto es a dejar de ser
llamadas víctimas, o por temor a ser señaladas y excluidas; pues no puede olvidarse
que para muchos el ser desplazado es sinónimo de ser ex guerrillero, informante o
paramilitar. A pesar de esto y como otra manera de superar su situación o lo vivido,
trabajar con la población y para la población en situación de desplazamiento, significa
sentirse “útil”, sentirse capaz de, pues al saber lo que las otras personas sienten o por
las circunstancias por las cuales atraviesan, es posible empoderarse de su situación y
así poco a poco dejar de sentirse víctimas.

Según Galindo, L. y Tovar, C. (2006), una perspectiva psicosocial permite


reconocer la posibilidad de reflexionar y de actuar de las personas, capaces de
transformarse y transformar lo que los rodea. Es por esto que no se debe olvidar que
quienes acompañan los procesos simplemente están de paso en cada proyecto, y
realmente los miembros de la comunidad son quienes continúan afrontando su
realidad, por lo cual es de vital importancia construir mancomunadamente herramientas
sólidas que generen permanencia y estabilidad de las personas en los programas.

“…al gobierno distrital o a cualquiera de nuestros gobiernos le falta


mas diálogo y socialización con las víctimas… lleva a las víctimas a
un punto de encuentro, y allí el uno habla cháchara… nada
innovado… ese es todo el acercamiento que tiene el gobierno con el
pueblo… cuando llega el momento de que la víctima hable… prefieren
pararse del panel… y no prestan atención a lo que las víctimas les
estén diciendo…” (E1, P 9)

82
Es una constante en las respuestas de la población, el reclamo de una
participación activa; mucho de su trabajo son conducidos a exigir su derecho a la
participación, sin embargo, también se encuentran con espacios en los que su
participación es limitada, coartada y hasta ignorada.

“…algo que siempre hacen las instituciones, a nosotros nos dicen,


“hay un seminario, hay un foro” ellos vienen con su, sus, altos, las
personas que siempre, que son los del gobierno… vienen y presentan
sus, lo que han hecho de papel… y muestran sus estadísticas y todo,
pero a nosotros nos dan 5 minutos o no nos dejan hablar…” (E2, P 28)

Desafortunadamente hay afirmar que a pesar de los esfuerzos de la población


por visibilizarse ante el resto de la sociedad y de las instituciones, con el fin de
reclamar sus derechos, no se les han proporcionado la posibilidad de establecer
espacios donde sean escuchados y donde sus propuestas puedan quedar plasmadas.

8.1.5 Integralidad

La población desplazada en Colombia, es población que se ha visto excluida y


muy poco atendida por parte del Estado, desde mucho tiempo antes a su
desplazamiento. Esta situación hace que el momento por el que atraviesan sea más
complicado mayores desventajas a la hora de ser desterrados de su lugar. Además de
los daños y violaciones recibidas, todo lo anterior obliga al Estado a proteger a la
población terminando con las causas de las violaciones a las que fueron expuestos, y a
promover condiciones mediante las cuales les sea posible restablecer el ejercicio de
los derechos. Como se ha mencionado anteriormente y por las condiciones en las que
se ven desplazados, la población carece tanto de recursos económicos como
personales y sociales para enfrentar esta situación y debe ser trabajo de las
instituciones ofrecerle todas las condiciones para lograr dar soluciones sólidas a su
situación, con el fin de recuperar su proyecto de vida. (Balance de la política pública de

83
prevención, protección y atención al desplazamiento interno forzado en Colombia
agosto 2002 - agosto 2004)

“…implementar un diagnóstico integral en la parte psicológica y


humana de las personas, otro aspecto es la parte empresarial, generar
empresas o generar ayudas de tal manera que los desplazados se
sientan dueños de sus propias cosas, como eran en el pasado” (E5, P
29)

Una atención psicosocial integral, como se ha mencionado a lo largo del texto,


busca promover y fortalecer la autonomía, además de las capacidades de las personas
que han sido víctimas de violaciones, esto con el fin de que sean partícipes activos de
su propia reparación. Entonces se procura brindar la confianza necesaria para que
tomen nuevamente las riendas de su vida, tomen decisiones sobre ella y exijan les sea
devuelto lo que perdieron, como sujetos de derecho y no como sujetos de compasión o
solidaridad. (Balance de la política pública de prevención, protección y atención al
desplazamiento interno forzado en Colombia agosto 2002 - agosto 2004)

“…lo que hace es un poquito ahora, un poquito mañana y tienen a la


gente ahí controlado… para mi eso es triste… poner a las personas
como limosneras… con asistencialismo… y eso es lo que el gobierno
dice: pero si siempre les damos, pero que les damos? que nos dan?
de a poquito, de a limosnas…” (E3, P 23)

Cuando se habla de sujetos de derechos, se hace referencia, a sujetos que


tienen voz y voto para incidir en lo que los afecta o los puede afectar; la población
desplazada cada día está más empoderada y siente que es necesario trabajar
arduamente para conseguir les sean reconocidos sus derechos, pero no buscan un
reconocimiento que quede plasmado en el papel únicamente, sino un reconocimiento
en acciones. Desafortunadamente en muchas ocasiones han tenido que llevar a cabo
acciones de hecho para lograrlo, ha sido un camino largo y no muy fácil de atravesar.

84
Ellos afirman que aún les hace falta mucho por hacer y ante todo mucho trabajo con
las instituciones, porque lo que han recibido ha sido, según la población, poco oportuno
e incompleto.

“La atención psicosocial que se ha brindado a las personas en


situación de desplazamiento es regular, por lo que de pronto las
mismas profesionales que dan la capacitación no están bien, bien, no
tienen harto conocimiento en el problema de una familia en
desplazamiento…” (E4, P4)

“…es mediocre… es absurdo que una persona tenga que llegar a una
UAO y decirle mire es que necesito que me den comida que mis hijos
están con hambre cuando eso no es un favorcito que le están
haciendo a uno…” (E1, P36)

Es claro en los anteriores discursos el reclamo de sus derechos, como


derechos y no como dádivas, es igualmente entendible la posición de descalificación y
rechazo ante el trabajo desarrollado por el Gobierno Distrital, pues el desarraigo no es
una situación fácil de llevar; sin embargo, cabe reconocer los grandes o pequeños
esfuerzos que éste ha hecho en su momento, si bien es cierto algunos de los
entrevistados aceptan y reconocen que la anterior administración avanzó en
estrategias de atención, y que la actual administración ha continuado con algunas, y se
ha iniciado otras que aunque con ciertas dificultades se las ha llevado a cabo, tal vez
son estas dificultades las que han hecho que la población sienta rechazo y realice
duras críticas. Lo anterior sumado a la ausencia de garantías en la protección de los
derechos, los vínculos de la comunidad y el Estado o las instituciones se debilita, pues
como se muestra en el segundo discurso, hay decepción, incredulidad y descalificación
de las instituciones, de sus funcionarios y proyectos. Estas percepciones de la
población para con lo institucional dificultan la interacción entre las instancias oficiales
y las personas víctimas.

85
Por otra parte, se debe mencionar que las secuelas en las personas víctimas de
desplazamiento no pueden, ni deben generalizarse, pues dependen del suceso
ocurrido, de la manera como se lo haya vivido, de la edad, género, entre otras. De la
misma manera, se deberá tener en cuenta las características específicas de las
personas como las habilidades emocionales, los recursos sociales como condiciones
socioeconómicas, redes familiares y sociales, y magnitud del hecho violento, es decir si
fueron actos que afectaron a una comunidad entera, si hubo violencia sexual, torturas
y/o muertes. (Procuraduría General de la Nación en su investigación, 2009). Un
programa de atención integral para la población en situación de desplazamiento, debe
considerar diferentes aspectos además de los ya mencionados, pues hay que tener en
cuenta que Colombia es un país con gran diversidad cultural, lo cual también influye en
el proceso de recuperación y restablecimiento de la población y así lo discursa la
población:

“…identificar aquí el problema del desplazado no es darle un millón de


pesos o dos millones, porque al otro día se lo hecha en ron, porque
son campesinos, que están enseñados a echar ron, a parrandear, es
enseñarle, es ahí esa frase bíblica que dice “no des un pez, enséñalo
a pescar”… el gobierno está enfrentado a un problema muy grave pero
es necesario hacerlo…” (E5, P 37)

Muchas de las respuestas de las personas entrevistadas hacen énfasis en


aspectos que consideran importantes a la hora de construir un programa integral de
atención psicosocial, aunque muchos de ellos no hacen explícito que es un programa
integral, si mencionan diferentes puntos importantes que contribuirían a su
recuperación y estabilización.

“Lo que las víctimas quieren es trabajar, la parte psicosocial se debe


manejar desde la base del problema… aquí en Bogotá no es tanto en
si el desplazamiento sino la falta de empleo acorde a las facultades de
cada persona…” (E1, P 16)

86
“… que haya también atención digamos de necesidades básicas,
porque a mí me pueden atender en lo psicosocial todos los días, pero
si yo llego a mi casa hay una persona cuando me va a pagar el
arriendo, los niños llorando, porque no tienen alimento, entonces yo
vuelvo a decaer, no por lo mismo pero si por otras necesidades es allí
donde hay que mirar, enfocarnos, mirar como trabajamos en conjunto,
desplazados, comunidades, gobierno, para superar esto” (E3, P 21)

La atención psicosocial debe constituirse como un eje transversal a las otras


áreas de intervención siendo así la base de la intervención en general. De esta manera
se logrará dar solidez y continuidad a los programas que se desarrollen, pues dejará de
ser una atención limitada a la atención individual, y a brindar o cubrir necesidades
básicas, permitiendo que la comunidad junto con las instituciones u organizaciones,
trabaje y busque su recuperación en todos los aspectos y espacios de la persona.

8.2 Funcionarios de la Administración Distrital “Bogotá Positiva”. Se llevó a


cabo 2 entrevistas semi estructuradas a dos hombres funcionarios de la
Administración Distrital. El primero es el coordinador temático de atención a la
población desplazada de la Secretaría de Gobierno de Bogotá, y el segundo es
Asesor de uno de los concejales de Bogotá, cabe aclarar que el concejal con el
cual trabaja esta persona, es uno de los cuales más ha trabajado el tema de
desplazamiento en Bogotá.
Siguiendo los parámetros del Análisis de Contenido, con la información
obtenida de los funcionarios, se procedió a la transcripción de las entrevistas,
una vez transcritas se enumeraron los párrafos de cada una de estas y según
las respuestas se les asignó un código, para finalmente agruparlas en
diferentes categorías.

87
8.2.1. Construcción del Programa de Atención Psicosocial

La construcción de un programa de atención psicosocial, como se mencionó en


párrafos anteriores, debe contar con la participación tanto de la institución u
organización que la llevará a cabo, como de la población o comunidad a la cual va
dirigida. Es labor de las instituciones realizar un trabajo conjunto para el buen
desarrollo y logro de los objetivos de las intervenciones. En las respuestas de los dos
funcionarios, se evidencia intentos por hacer que la población haya sido partícipe del
proceso de construcción, sin embargo, en sus respuestas se entrevé que estos
intentos no han sido suficientes, ellos lo discursan de la siguiente manera:

“…nosotros tenemos en las UAO una interlocución, atendemos más o


menos… unas cinco o seis mil personas mensuales…. se van
interlocutando en diferentes programas y eso lleva a que tengamos,
digamos que desarrollar unas políticas coherentes con lo que ellos
están pidiendo o señalando en esas oficinas, entonces recogemos
como la opinión de ellos…” (E1, P 7)

“… yo me imagino que fue producto del proceso de construcción del


PIU y de la política que se hizo unas mesas de trabajo por
componente, pero realmente no sé como fue el proceso y quienes
intervinieron ni quien es el responsable directo del componente” (E2, P
31)

Un programa de atención psicosocial no puede ser una construcción estática,


ni generalizable, es decir, por la magnitud del fenómeno y por la gran diversidad
cultural que existe en el país, es claro que su construcción debe ser constante, con el
fin de procurar mejoras al programa, sin embargo, sí debe existir una base que rija o
module el programa, y en esta base la comunidad también debe ser partícipe, pues
son ellos quienes conocen lo que realmente necesitan. Si bien es cierto, en los
discursos anteriores puede notarse que ha habido intención de brindar a la población

88
espacios de participación para la construcción de sus programas, al parecer estos no
han sido planeados buscando un fin común, el de diseñar un programa de atención,
sino mas bien lo que se ha hecho es recibir sugerencias a partir de lo que las personas
han recibido.

Para la administración de “Bogotá Positiva”, uno de los puntos que más le


preocupa y por lo cual ve la necesidad de brindar atención a la población desplazada,
es el gran número de personas que día a día llegan a la ciudad buscando ayuda, esto
ha hecho que tanto la construcción de los programa, como su implementación haya
sido lenta y haya tenido algunas dificultades y como se mencionó anteriormente, esto
ha hecho que la relación entre población e instituciones se debilite, creando una brecha
de desconfianza y rechazo.

“… Bogotá es el principal centro de recepción y obviamente uno no


puede negar que los desplazados llegan a la ciudad llamados un poco
por la oferta que les ofrece el distrito en ese tema… nosotros creemos
que una ciudad de derechos, es una ciudad para todos los
ciudadanos…” (E2, P 20)

Además de las dificultades que la Administración ha tenido por la cantidad de


población desplazada que llega a la ciudad, se suma los reclamos de la población
vulnerable que ya habita Bogotá, los pobres históricos demandan al gobierno distrital
atención y protección, lo cual ha generado graves enfrentamientos entre las dos
poblaciones, pues como lo afirmaba una persona desplazada “ellos se sienten
desplazados por los desplazados”, y a este respecto, si bien es cierto y como lo afirma
en el anterior discurso, se procura que Bogotá sea una ciudad de derechos, es
indispensable que la atención a la población desplazada sea orientada a esta
población específicamente, pues de lo contrario se incurriría a vulnerar aún más sus
derechos, ya que por sus experiencias de violencia y abuso se requiere especificidad
en los proyectos.

89
Uno de los grandes inconvenientes que ha tenido la Administración ha sido el
tener que sortear con bajos recursos, es decir, la atención a la población desplazada
también se ha visto limitada por esta razón. A pesar de que el gobierno distrital tiene
autonomía en sus proyectos e inversiones, no puede desligarse totalmente del Plan
Nacional, lo cual ha afectado la implementación de programas y de presupuestos para
el desarrollo de los mismos.

“…deje que solo esa carga administrativa la tenga el distrito a través


de la UAO, que esos recursos sean al 100 % recursos de inversión
para el problema de la satisfacción de los derechos de la población en
situación de desplazamiento, digamos que hay discusiones, pero
realmente ahí, es muy poco lo que yo he visto que se ha podido
lograr…” (E2, P22)

La situación de violencia por la que atraviesa el país ha afectado sin distinción


alguna a todos los ciudadanos, es una guerra que se ha mantenido por varias
décadas, y lamentablemente hay que admitir que los gobiernos tanto nacionales,
como distritales no han restituido a la población sus derechos, se han discutido
aspectos importante de programas de intervención, se han propuesto programas,
promulgado decretos, pero no se ha devuelto a la población el ejercicio y goce de sus
derechos.

8.2.2. A cerca de cómo ven a la población desplazada

Desde una perspectiva construccionista, un programa de atención psicosocial


debe contar con el apoyo de un grupo de profesionales quienes son los facilitadores
del proceso, sin embargo, y como se lo ha mencionado ya en repetidas veces, el
trabajo a desarrollar será un trabajo de constante dialogo y retroalimentación con la
población, es decir, las relaciones que se construyan con la comunidad deberán ser
relaciones horizontales.

90
En las respuestas de los funcionarios se denota que no existe horizontalidad en
las relaciones, se evidencia, al igual que en las respuestas de la población desplazada
que hay una relación tensa entre población e institución, al respecto afirman:

“…nosotros vemos con mucha limitación a la población, con falta de


comprensión y con una distorsión en su actividad que no le permite
entender que la parte organizativa es para mejorar, para avanzar, sino
que ellos ven que la parte organizativa es para agredir o distorsionar la
atención de sus derechos…” (E1, P 11)

La percepción que los funcionarios de las instituciones tengan de la población


es importante tenerla en cuenta, pues claramente esto se verá reflejado en las
relaciones y hasta en el desarrollo de los programas. Es importante construir lazos de
confianza y apoyo mutuo entre las dos partes, si bien es cierto que la problemática del
desplazamiento es muy difícil de superar por las personas víctimas, también lo ha sido
para la Administración distrital, pues el cambio y el crecimiento que ha tenido la ciudad
ha desbordado la capacidad de atención por parte de este gobierno. Además de las
relaciones tensas que puede existir entre las dos partes, cabe anotar que a pesar de
los esfuerzos que ha hecho la Administración porque la población haga parte de los
procesos de construcción de los programas de atención, éstos no han sido suficientes,
ni efectivos, lo cual ha influido no solo en la implementación de los programas sino
también, según los funcionarios, en lo que la población considera hace parte de un
programa de atención psicosocial.

“digamos que la percepción que tienen las familias sobre el tema


humanitario y sobre el tema psicosocial, yo pienso que hay un
desconocimiento por parte de la población desplazada que confieren
que la atención psicosocial es meramente atención psicológica,
médica, y no de atender de manera social y de manera integral sus
necesidades” (E1, P 2)

91
Según las respuestas que dieron las personas desplazadas que fueron
entrevistadas, la anterior afirmación no es tan certera, pues ellas si hacían énfasis en
que una atención psicosocial integral debería considerar muchos más aspectos que la
simple atención individual, hicieron referencia a aspectos como salud, educación,
trabajo y necesidades básicas, lo cual haría parte de un programa de este tipo,
entonces, cabe suponer que el trabajo con la población no ha sido lo suficientemente
efectivo, pues por una parte sí hay personas que conocen cómo debe constituirse la
atención psicosocial, aunque muchas veces no lo hagan explícito, y por otra parte si se
encuentra personas que no lo saben, también es labor del gobierno informarlas al
respecto.

Existen diferencias entre los dos entrevistados al referirse a la población en


términos organizativos, habría que preguntarse por qué difieren al respecto, pues los
dos trabajan en el mismo gobierno, aunque desde distintas instancias. Este punto es
interesante analizarlo, ya que como se mencionó anteriormente la percepción que los
funcionarios tengan de la población influye positiva o negativamente en las relaciones
y en el desarrollo y culminación de los programas.

“… yo creo que lo que no hace que la política sea más efectiva es


el desorden en que ellos se encuentran y que las políticas no
pueden llegar de manera dirigida...” (E1, P 14)

“Yo creo que la población se ha dado cuenta que si no son ellos los
que pelean porque se les garantice sus derechos y se les resuelva
sus necesidades no lo van a lograr” (E2, P 46)

En el primer discurso se evidencia descontento por el trabajo con las víctimas,


y se señala que es por causa de ellas que los programas no estén dando los
resultados esperados, esta es una afirmación que carga de responsabilidad a la
población, de una responsabilidad que no le corresponde, pues el directamente
encargado de que los procesos logren los objetivos es el gobierno, ya que es quien

92
tiene que brindar a las personas la posibilidad de recuperar sus proyectos de vida, por
lo tanto no puede asumir que si la población no se organiza por cuenta propia, los
programas no serán efectivos en el proceso de recuperación y estabilización de las
víctimas. Cabe señalar que tanto procesos organizativos, como de generación de
redes y fortalecimiento comunitario hacen parte de un programa de atención
psicosocial, por lo cual la afirmación anterior también es errada.

En el segundo discurso, esta persona se refiere a una población empoderada,


que ha tomado la labor de reclamar sus derechos de manera consistente, y como se
veía en las respuestas de las personas desplazadas, efectivamente su decisión de
organizarse tiene como objetivo principal trabajar en la exigibilidad de sus derechos.
Son dos posturas muy distintas ante la misma población, esto también hace pensar
que al interior de la administración no se lleva a cabo un trabajo articulado entre las
distintas instancias que la integran.

8.2.3. Participación

Dentro de las respuestas de los funcionarios entrevistados a cerca de la


participación de la población desplazada, se encontró diferentes aseveraciones al
respecto. Ellos hacen mención de la manera de convocar, de los espacios que se
brindan y de formas que estas personas consideran que la población debería participar
para lograr sus objetivos.

La participación comunitaria es uno de los puntos centrales a tener en cuenta


en el proceso de construcción y desarrollo de un programa de atención psicosocial.
Por las condiciones en las que llega la población a la ciudad en la que muchos arriban
de manera individual y no tienen un lugar específico de residencia, y por ser Bogotá
una ciudad tan grande, la convocatoria a participar puede dificultarse y así lo afirman
los entrevistados:

93
“…es gente que no tiene un lugar claro de residencia, es muy difícil a
veces contactarse con la población, o sea nosotros con los lideres que
trabajamos realmente ellos lo llaman a uno muchas veces, a veces
uno los llama y son celulares prestados o sea el teléfono de la vecina,
entonces es difícil comunicarse con ellos...” (E 2, P 37)

La creación de estrategias que convoquen a la población a trabajar se hace


urgente, no es posible asumir que en las condiciones en las que se encuentran la
población desplazada, esta sea la única interesada y preocupada por participar, debe
ser interés de las instituciones también llegar a acuerdos y hacer negociaciones, y
para ello se requiere de la participación, y es deber del gobierno idear maneras de
llegar a toda la población.

“…la convocatoria digamos que es abierta entre comillas, nosotros


vemos avisos en la prensa, pero la pregunta es cuántos de ellos leen
la prensa es muy difícil… además que ellos también por las misma
necesidades que ellos viven no le dan importancia al tema… sacan
ese día para la asamblea pero ellos no pueden estar reunidos toda la
semana, tienen que estar en su día a día… logrando como sobrevivir
en esta ciudad…” (E2, P 38)

Según lo anterior y contraponiéndolo al discurso de la población, la cual


también mencionaba que las convocatorias a participar no eran totalmente abiertas
porque no se enteraban todos, o porque se dejaba de lado a los líderes que proponían
o discutían lo planteado, en este caso se menciona que la convocatoria no es abierta
totalmente por la manera de convocar, es decir que no se han desarrollado las
mejores estrategias para que la población conozca de los espacios de participación.

Los espacios creados para que la población participe, son espacios que tienen
sus objetivos claros, lo cual permite afirmar que están diseñados para que haya una
participación activa de la población, donde puedan ser escuchados y donde pueden

94
plantear sus inquietudes y sugerencias, esto es lo que los funcionarios al respecto
afirman:

“…el consejo distrital, donde los consejeros permanentemente están


gestionando y eso hace que hagamos actividades, digamos
especiales, convocatorias especificas y seguimiento a cada una de las
políticas en cada uno de los entes que ellos requieran, aclaramos la
circunstancias que nos llevaron a plantear estas medidas en cada una
de las cosas…” (E1, P 17)

Sin embargo, según la población en estos espacios existen momentos en los


que no se sienten escuchados, son dos perspectivas contradictorias que deberían
entrar a examinar, porque tanto instituciones como población se están enfrentando a
una situación en la cual no se sienten satisfechos generando así cada vez mayor
controversia al respecto. Otro espacio de participación que estas personas mencionan
son las UAO, ellos afirman que por la cantidad de personas que confluyen a ellas en
búsqueda de ayuda, éstas han creado mecanismos que permiten a la población
generar propuestas de mejoramiento de los programas y acciones brindadas.

“…desde las UAO se maneja… estos comités distritales de atención a


la población en situación de desplazamiento, por ejemplo localidades
con alto porcentaje de población… han buscado y tienen mesas de
trabajo sobre diferentes temas…” (E2, P 40)

En algunas respuestas de los funcionarios se evidencia interés porque la


población participe, y podría afirmarse que se preocupan porque esta encuentre la
mejor manera de hacerlo, es decir, ellos mencionan maneras en que la población
podría participar, siendo esta –la participación- activa y altamente efectiva. Es cierto
que la población debe asumir su papel de víctima para la exigencia de sus derechos,
es decir, se debe empoderar de su situación y buscar el apoyo necesario para lograr

95
superar su situación de víctimas. Estas personas entrevistadas hacen propuestas para
que la población logre sus objetivos

“… el organizarse es para que el estado de cosas institucional pueda


ser superado con ellos, y con el ente territorial y con el ente nacional,
de común acuerdo para buscar soluciones de fondo y no
transitorias...” (E1, P 15)

“…la administración tiene el interés de que ellos se organicen ha


hecho estas convocatorias amplias como te digo, las asambleas, y ha
tratado de generar espacios alternativos que no solo sea el consejo
distrital…” (E2, P 41)

El tema organizativo para los funcionarios entrevistados, es tal vez el tema más
importante a trabajar con la población desplazada, afirman en repetidas ocasiones que
la organización de la población es el paso fundamental para que esta se visibilice, y al
respecto están de acuerdo las dos partes, sin embargo, cabe aclarar y como se
mencionó anteriormente, esta no puede verse como responsabilidad única de la
población, sino que también hace parte de la atención que se le brinde a las personas
desplazadas, ya que a su llegada, además de perder su territorio, sus bienes, su
cultura, también han perdido sus amigos, vecinos y familiares que hacían parte de su
red social, por lo tanto se les debe apoyar en todo el proceso organizativo.

8.2.4 Integralidad

En cuanto a integralidad del programa de atención psicosocial que la


Administración le brinda a la población desplazada, es posible rescatar aspectos que
lo conforman. Interesante es ver como en las respuestas de los funcionarios, estos
describen las acciones desarrolladas, pero también hablan de las mejoras que se
debería llevar a cabo a dicho programa. Las acciones desarrolladas mencionadas por
ellos son las siguientes:

96
“… nosotros damos atención psicosocial desde la secretaria de salud,
por intermedio de los hospitales de prestarles la atención primaria, en
segundo lugar brindamos atención psicosocial desde la secretaría de
integración social cuando quiera que presta atención a las madres
gestantes, a las madres lactantes, los niños y los adultos mayores…”
(E1, P 5)

La coordinación de la atención a la población en situación de desplazamiento


no es tarea sencilla, y menos cuando el fenómeno del desplazamiento continúa
creciendo y no se vislumbra un final cercano. La integralidad del programa no solo
debe hacer referencia a los diferentes beneficios que se brindan, sino también a partir
de dónde se los brinda, es decir, la política nacional de desplazamiento forzado está
construida desde un enfoque de derechos, lo cual ha sido ampliamente discutido, pues
lo que se ha concluido es que desafortunadamente dicha política se ha basado en un
enfoque asistencialista que no ha permitido a la población superar su situación.

A nivel Distrital, se han dado diferentes discusiones para no caer en dicho


asistencialismo y para tener en cuenta y tratar de cubrir necesidades que a través de
los años no han sido satisfechas. Al parecer así como el fenómeno del desplazamiento
no tiene límite, el trabajo de la administración tampoco tiene el suyo y es obvio, pues la
llegada de personas a la ciudad cada vez hace que se atraviese por una tragedia
humanitaria.

“…tenemos que coordinar todo el sistema y el sistema tiene que ver


con el tema de tierras, tema de vivienda, de salud, de educación, el
tema de la seguridad, el tema de la ayuda humanitaria de urgencia o
sea la ayuda primaria cuando llega el desplazado por primera vez…”
(E1, P 18)

97
Así como los funcionarios mencionan las acciones desarrolladas para la
población desplazada, también reconocen que hay aspectos por mejorar o incluir en el
programa, y por esto la política distrital de atención aún se encuentra en proceso de
construcción. Ellos hacen algunas propuestas al programa, o mencionan los aspectos
que se están trabajando al interior de la Administración.

“…tenemos ahora dos proyectos de acuerdo, un proyecto… sobre los


lineamientos de la política para la atención de víctimas de delitos de lesa
humanidad y violaciones de derechos humanos… el gran grupo que se
ve beneficiado por este acuerdo, pues es la gente en situación de
desplazamiento estamos con otra iniciativa que tiene que ver con la
adecuación del consejo distrital de atención a la población…” (E 2, P 2)

El interior es un claro ejemplo de las diferentes propuestas que se están


desarrollando al interior de la Administración, de igual manera estas personas hablan
de los propósitos que tienen para futuro. Son propuestas que de ser llevadas a cabo
ayudarán al proceso restablecimiento de la población. Es claro que a nivel de atención
psicosocial, debe ser considerado como importante el que la población tenga claro a
qué hace referencia un programa de atención integral, pues esto contribuiría en doble
vía, por un lado porque para aquellas personas que no lo saben, el conocerlo significa
reconocer que las acciones desarrolladas por el gobierno, sí hacen parte de un
programa integral y por ende que éste sí está promoviendo el ejercicio de sus
derechos; y por otro, porque de esta manera la Administración puede tener relaciones
de comunicación más fluida y constructiva con la población.

“…nosotros creemos que tenemos que hacer un esfuerzo mayor y


estamos haciendo un nuevo planteamiento para la próxima, próximo año
con el fin de que la población entienda, que lo psicosocial va ligado a la
atención social y a la superación del estado de cosas inconstitucional…”
(E 1, P 4)

98
“Vamos a crear unas jornadas de capacitación continua en el 2010 en
las unidades con la población para que ellos tengan un mayor
conocimiento, no solamente de sus derechos sino, como hacer valer
sus derechos pero también, esos derechos dentro del marco de las
prioridades de las condiciones presupuestales…” (E1, P 19)

En los anteriores discursos se evidencia planeación de acciones que procurarán


el mejoramiento del proceso de reformulación del programa de atención para población
en situación de desplazamiento, es importante señalar que dichas acciones son
imprescindibles para el mejoramiento de los programas, ya que de esta manera se les
está brindando a las víctimas la posibilidad de apropiarse de sus procesos. Dicho
trabajo es necesario según la Procuraduría General de la Nación (2009), pues afirma
que todo proceso judiciales o de reparación deben apoyarse o complementarse con
enfoques psicosociales, esto con el fin de dar un tratamiento adecuado a las
necesidades de las víctimas y no generar procesos de revictimización o victimización
secundaria.

99
Discusión y Conclusiones

La “intervención social” con fundamentos en el construccionismo social, pone


de manifiesto el establecimiento de intereses en la acción, prácticas y discursos para
con la comunidad, asumiendo que la posición del interventor responde a una estructura
que limita, incluyendo o excluyendo discursos y prácticas, en función de una
localización o conocimiento situado. Pero, la intervención social, no es una
construcción caprichosa, se caracteriza por líneas de pensamientos, posiciones
políticas, objetivos económicos, recorridos personales, es decir, la intervención social,
se da en un contexto socio-histórico determinado, influido por distintas dinámicas que
confluyen y permiten un producto situado, que es temporal, dinámico y, contextual.

Desde la perspectiva situada, el interventor no tiene una teoría acabada sobre


la intervención, o una programación sistemática de las actividades a realizar, más bien,
lo que se considera como primordial es “la tarea de producir efectos de conexión,
crítica, conversación, desacuerdo, acciones compartidas, alianzas temporales y/o
provocación con la comunidad con el fin de abrir caminos para articulaciones con
movimientos y reflexiones”. (Montenegro, 2001).

El trabajo con la población en situación de desplazamiento en Bogotá, desde


una perspectiva situada con fundamentos en el construccionismo, debe considerar
como primer acercamiento y punto de partida de la intervención, la investigación del
contexto socio-histórico de la población, el conocimiento de su historia, sus
características, las influencias culturales, que facilite la comprensión de sus prácticas,
actividades, juegos de poder, antagonías, etc., que abra la posibilidad de conexiones
flexibles con la comunidad. Además del desplazamiento de la comunidad y la situación
traumática de los hechos ocurridos, se hace necesario desde una perspectiva situada,
la profundización de su tejido histórico, social, político y cultural que permita dar cuenta
de ciertas características de la población.

100
Es importante preguntarnos cómo surge lo problemático, o lo digno de
transformar, tanto para la población, como para los interventores o instituciones; las
acciones de reconocimiento social y cultural, y de trabajo directo con las personas
permiten o posibilitan que haya puntos de acuerdo con la comunidad, que se asemejan
o diferencian con otras posiciones. Estas articulaciones emergen como antagónicas a
otros espacios sociales y adquieren su significado en contextos específicos, esto es
problemático, aquí y ahora para la población en situación de desplazamiento, pero tal
vez para los otros ciudadanos no sea así. En este sentido, la definición de aquello
digno de transformación se da en las alianzas, negociaciones, posiciones contrarias,
etc. de diferentes agentes sociales tales como los equipos de intervención de
diferentes organizaciones comunitarias, las instituciones Distritales o Estatales y la
población desplazada.

Cabe destacar, que la intervención social, desde la perspectiva situada, se


transforma en articulación, dejando la posición de sujeto, o sea, interventor e
intervenido, por lo cual, se trabaja con las posiciones que se construyen a través de los
procesos de trabajo conjunto. Ante lo cual, específicamente, con la población
desplazada, se debe buscar en las articulaciones, una discusión en torno a acuerdos y
fijaciones momentáneas, más que un descubrimiento de la realidad o a una
concientización, sino que a través del encuentro de acuerdos, transformar lo
socialmente problemático.

El trabajo que se ha llevado a cabo con la comunidad, desde la Administración


“Bogotá Positiva”, en la construcción, desarrollo y evaluación de los programas de
atención psicosocial, es un trabajo que se ha visto limitado, en primera instancia por el
déficit económico o la no eficiencia de los recursos destinados a la política de
desplazamiento, y el creciente número de población desplazada que llega a la ciudad.
Se evidencia que aún existe desorganización y poca articulación entre las entidades
que hacen parte de la Administración y que desarrollan dichos programas. Esto ha
influido en la percepción que la población tiene de la atención psicosocial recibida,
pues para muchos efectivamente hay acciones que no son vistas como aspectos que

101
hacen parte de dicho programa; y que además puede ocasionar la repetición de
acciones, el gasto poco eficiente de los recursos, diagnósticos repetidos, entre otros.

La situación de conflicto interno por la que atraviesa el país se intensifica y la


población víctima de este enfrentamiento crece cada día más, sin embargo, no es
posible, ni tampoco suficiente brindar ayuda humanitaria de emergencia a dichas
víctimas, se hace necesario e indispensable la construcción y puesta en marcha de
políticas de atención que proporcionen protección, bienestar y ayuden al
restablecimiento y consolidación de su proyecto de vida. La población desplazada no
se siente protegida, ni tampoco siente que se le esté restituyendo sus derechos.
Hablan de que están en una constante lucha por la demanda de sus derechos, lo cual
lo consideran injusto porque como lo afirman ellos, nunca pidieron que les fueran
sacados de sus tierras por un conflicto que no les pertenece.

La intervención social llevada a cabo con esta población por el Gobierno


Distrital, a partir de la percepción de las personas entrevistadas, dista mucho de ser
una intervención desde una perspectiva construccionista, afirman que en los espacios
de participación, no pueden tener una participación activa, ni una comunicación
horizontal con los funcionarios de las instituciones. Hace referencia constantemente
que la relación entre población y funcionarios es distante y que se muestra poco interés
y disposición de escucha. El trabajo con esta población, conduce a pensar, no
solamente en el desplazamiento de la comunidad y en la situación traumática de los
hechos ocurridos; sino también se debe pensar en su tejido histórico, social, político y
cultural que permita dar cuenta de ciertas características de la población, es decir, y
como se mencionó anteriormente llevar a cabo un trabajo desde una perspectiva
situada.

Por otra parte, se evidencia que los funcionarios tienen una percepción de la
población que poco favorece la construcción constante de la problemática y de las
realidades. Son visiones que en ocasiones no se vuelven flexibles a las demandas que
tienen los actores, restando incluso eficiencia a los resultados de la política. Se asume

102
que una de las grandes dificultades de los procesos y de que los programas no
proporcionen los resultados esperados, es que la población no esté organizada; si bien
es cierto, la organización de la población facilita y mejora tanto la visibilización de la
misma, como la implementación de las políticas, no se puede responsabilizar a ésta
por no hacerlo, pues el fortalecimiento comunitario, la generación de redes y la
organización comunitaria también deben hacer parte de un programa integral de
atención psicosocial.

La percepción que los funcionarios tienen de la población y viceversa afecta


inevitablemente el desarrollo de los programas. Es posible afirmar que en este
momento existe una tensa relación entre las dos partes, por un lado porque la
población considera que hay negligencia en la atención a su problemática, y por otro
porque a nivel administrativo se piensan que a pesar de que a los programas les hace
falta incluir aspectos que son importantes para brindar una atención integral, sí se
están llevando a cabo acciones que van en procura del mejoramiento de la situación de
las personas.

A lo largo de la investigación fue posible evidenciar que pueden encontrarse


caminos que faciliten la colaboración y sinergia entre ambos actores. Espacios de
participación como las mesas de desplazamiento o los concejos locales de
desplazamiento, son espacios que día a día cobran mayor importancia tanto para la
población, como para la Administración, pues brindan la posibilidad de realizar un
trabajo conjunto y de esta manera mejorar los programas y la política pública de
atención, considerando las necesidades de la población y sus propuestas, como la
protección que el Gobierno debe ofrecer. Entonces la articulación entre las dos partes
es posible siempre y cuando se trascienda los espacios para talleres o conferencias y
se logre un trabajo más participativo y activo.

Siguiendo con lo anterior, es importante señalar que el trabajo a desarrollarse


entre Gobierno y población, deberá seguir un proceso, en el que se debe iniciar por
acciones pequeñas, para poco a poco aumentar en responsabilidad y complejidad, con

103
esto se construirá y fortalecerá capacidades en ambos actores que posibiliten y
permitan la participación conjunta, pues el trabajar de esta manera hace que vayan
aprendiendo juntos sobre la acción, reflexionando y modificando acciones que
promuevan un programa de atención psicosocial integral y específico para la población
desplazada.

Superar la brecha existente entre los imaginarios institucionales y los


comunitarios, reporta sin duda acciones urgentes, en virtud de tres aspectos
fundamentales: 1. La restitución de los derechos de la población desplazada, 2. El
reconocimiento de la política como un accionar fundamental en procesos de
reconciliación y atención a víctimas, y, 3. El protagónico papel de los profesionales que
intervienen en el área psicosocial ocasiona un impacto que puede ser irreversible, por
lo cual se hace indispensable que se lleve a cabo un trabajo responsable.

A partir de la presente investigación es posible señalar como importante y


necesario plantear un programa piloto con un grupo de personas desplazadas, a partir
de una perspectiva situada, con el fin de indagar los resultados acerca del proceso de
construcción, puesta en marcha y posterior evaluación del mismo.

El proceso de recuperación y estabilización de la población desplazada no


puede homogeneizarse, es por este motivo que resulta interesante indagar acerca del
desarrollo de capacidades que pueden ir adquiriendo estas personas en la forma de
tramitar sus demandas, relacionarse con el Gobierno, en la creación de redes, entre
otras.

Para finalizar, es importante señalar que para la población desplazada es difícil


manejar su proceso de recuperación, al mismo tiempo que se lleva a cabo el de las
personas que perpetraron los hechos por los cuales fueron desplazados; si bien es
cierto, son dos políticas de atención distintas, los desplazados consideran que se
entregan mejores beneficios a la población desmovilizada de los grupos al margen de
la ley y reinsertada a la vida civil, que a ellos quienes son las víctimas. Entonces,

104
realizar una investigación donde sea posible ver de manera comparativa los beneficios
que a nivel psicosocial recibe estos dos grupos poblacionales, puede contribuir al
proceso de reconciliación y restablecimiento de las víctimas.

105
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