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PEC–Saulo Fernández–V1 Documento 2

DOCUMENTO EXPLICATIVO DE LAS ACTIVIDADES 1 Y 2.


INSTRUCCIONES PARA REALIZAR A LAS ACTIVIDADES 2 Y 3.

Saulo Fernández Arregui y Elena Gaviria Stewart


Facultad de Psicología, UNED
Dpto. de Psicología Social y de las Organizaciones

Por favor, se ruega no distribuir este documento entre otros compañeros, ya que
algunos aún no habrán participado en la Actividad 1 y, si leyesen este escrito, su
participación quedaría anulada.
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CURSO

El presente escrito va dirigido a los estudiantes que ya han participado en el estudio


titulado Proyecto de investigación básica en psicología social -- Estudio “Evaluadores y
evaluados”, Actividad 1 de esta línea de PEC. Este documento contiene:

• Una explicación detallada del estudio de la Actividad 1, que debe leer con
cuidado y asimilar una vez ha participado en la Actividad 1 (p. 2)
• Las instrucciones para realizar la Actividad 2 así como una explicación detallada
del estudio de esta actividad, que también debe leer con cuidado y asimilar (p. 8).
• Las instrucciones para realizar la Actividad 3 (p. 14).
• Nota: las instrucciones y la plantilla para realizar el informe final de PEC
(Actividad 4) se las descargará cuando finalice la Actividad 3 (la
autoevaluación).

Si tiene cualquier duda, contacte por favor con saulo@psi.uned.es

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ACTIVIDAD 1
Objetivo del estudio
El objetivo del estudio en el que acaba de participar, titulado “Evaluadores y evaluados”,
es investigar la humillación como emoción distintiva, diferenciándola de otras
emociones próximas, como la vergüenza o la ira. En concreto, queremos identificar qué
factores son clave para que una persona sienta humillación. También queremos
identificar qué conductas están más fuertemente asociadas a la emoción de la
humillación.
Antecedentes teóricos
La humillación se considera una emoción de las denominadas autoconscientes
(Fernández, 2014; Fernández, Saguy, y Halperin, 2015; Fernández, Halperin, Gaviria,
Agudo, y Saguy, 2018). Estas emociones se caracterizan por ser especialmente
complejas desde el punto de vista cognitivo ya que requieren consciencia de uno mismo
y capacidad de auto-representación (Tracy y Robins, 2007). Frente a las llamadas
emociones básicas (como la ira, la alegría, la sorpresa, el miedo, y la tristeza), las
autoconscientes surgen más tardíamente en el desarrollo, no tienen una expresión facial
discreta y universalmente reconocible, y mantienen un mayor grado de variabilidad
intercultural (Goetz y Keltner, 2007; Tracy y Robins, 2007). La investigación de las
emociones autoconscientes se ha centrado normalmente en el estudio de la vergüenza, el
bochorno, la culpa, y el orgullo (véase Tracy, Robins, y Tangney, 2007, para una
revisión sobre estas emociones). Sólo recientemente se está empezando a considerar la
humillación como una emoción autoconsciente distintiva en trabajos que tratan de
identificar qué valoraciones, experiencias y circunstancias son clave para evocar la
humillación frente a otro tipo de emociones estrechamente relacionadas, como la
vergüenza, por ejemplo. El número de trabajos publicados al respecto es, sin embargo,
todavía muy escaso (Elison y Harter, 2007).
Antecedentes de investigación
El experimento en el que ha participado se enmarca en un proyecto de investigación
más amplio que llevamos desarrollando en los últimos cursos. En fases anteriores del
proyecto hemos realizado varios experimentos similares a este, y algunos con una
metodología más indirecta (Fernández et al., 2015). En los primeros estudios no
intentábamos evocar la emoción en los participantes, sino que les pedíamos que se
imaginasen que, o bien ellos mismos, o bien una tercera persona, vivían una situación
muy parecida a la que ha experimentado usted en el presente estudio. Esas primeras
investigaciones han resultado útiles para mejorar nuestra comprensión sobre la
humillación. Sin embargo, presentaban una limitación derivada precisamente de la
metodología más indirecta empleada, ya que se basaban en lo que se denomina “lay
theories of emotions” (teorías legas sobre las emociones), es decir, las ideas que las
personas tenemos sobre las emociones. Para profundizar en la naturaleza y en las
consecuencias de la humillación era necesario conseguir desarrollar estudios en los que
los participantes sintieran la emoción de forma controlada en el laboratorio, para así

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poder manipular los factores que consideramos clave en la evocación de las distintas
emociones y para también poder observar la conducta real (y no imaginada) a la que
predisponen las distintas emociones.
Eso es lo que hicimos en dos estudios (Fernández et al., 2018) en los que intentamos
ahondar en uno de los elementos situacionales esenciales para que se produzca
humillación: el papel del perpetrador. Partíamos de la idea de que, para que una persona
asimile o acepte una devaluación del yo que al mismo tiempo valora como injusta, que
es como nosotros definimos los antecedentes del sentimiento de humillación (ver más
adelante), el perpetrador (el humillador) tiene que tener cierta capacidad de influencia
sobre el yo de la víctima. Esa influencia se puede ejercer de diversas formas. En
concreto, nuestras predicciones eran que el estatus del perpetrador y su hostilidad hacia
la víctima podían ser factores importantes que facilitaran la aceptación de la
devaluación. Pensábamos además que el papel que la hostilidad juega en la humillación
dependería de la relación de estatus que exista entre el perpetrador y la víctima, de tal
manera que la hostilidad sería más determinante para humillar cuando el perpetrador
tuviera bajo estatus. Los resultados obtenidos al respecto nos indican que, efectivamente,
la hostilidad es un factor fundamental para humillar. En contra de lo que pensábamos en
un principio, el efecto de la hostilidad en la humillación parece que se produce
independientemente del estatus del perpetrador. El estatus tiene a su vez un efecto
simple en la humillación, de tal manera que humilla más quien más estatus tiene,
independientemente de la hostilidad (Fernández et al., 2018). El efecto del estatus en la
humillación que hemos observado hasta la fecha en nuestros trabajos es bastante débil,
lo que nos ha llevado a pensar que el papel del estatus en la humillación es seguramente
más complejo de lo que pensábamos inicialmente. Por ello, continuamos estudiando la
relación entre estatus y humillación.
Además de las características y el comportamiento del perpetrador, estamos estudiando
el papel de otros factores situacionales, como el que la acción humillante se produzca en
público o en privado, o que sea realizada en grupo o por un solo individuo.
En cualquier caso, lo que estos estudios demuestran es que la combinación de
interiorización de la devaluación y percepción de injusticia parece ser necesaria y
característica del sentimiento de humillación, distinguiéndola de otras emociones muy
próximas, como la vergüenza y la ira. La primera de ellas implica también una
interiorización de la devaluación, pero ésta no se percibe como injusta, mientras que en
el caso de la ira sucede lo contrario.
Pero también nos interesa conocer qué factores personales intervienen en el proceso
entre ser víctima de una acción humillante y sentirse efectivamente humillado. En
estudios anteriores (Fernández et al., 2015) encontramos que la forma de interpretar la
situación por parte de la víctima (lo que se conoce en psicología como “appraisal”)
desempeña un papel mediador fundamental entre el acto humillante y la emoción de
humillación. En concreto hemos podido identificar la intervención de dos appraisals: la
interiorización de la devaluación recibida del perpetrador y la percepción de que esa
devaluación es injusta. De hecho, la combinación de estos dos appraisals es lo que

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distingue la humillación de otras emociones muy próximas, como la vergüenza y la ira.


La primera de ellas implica también una interiorización de la devaluación, pero ésta no
se percibe como injusta, mientras que en el caso de la ira sucede lo contrario.
Otro factor personal de la víctima que nos interesa estudiar es el empoderamiento,
entendido como la percepción de control sobre la situación. Los episodios humillantes
muchas veces provocan una sensación de impotencia en las víctimas, pero no sabemos
si esa sensación es un elemento esencial en la experiencia de sentirse humillado ni si la
percepción de control podría mitigar o incluso impedir la emoción de humillación.
Para profundizar en el papel del empoderamiento en la experiencia de humillación
diseñamos el experimento en el que acaba de participar, cuyos detalles se describen a
continuación.
El presente estudio
El término empoderamiento puede entenderse en dos sentidos (Conger y Kanungo,
1988): como el proceso por el que alguien que tiene poder lo comparte con otros que no
lo tienen (por ejemplo, un mando de una empresa que delega su autoridad en otros los
está empoderando; un gobierno que permite o incluso anima a los ciudadanos a expresar
sus demandas, también los está empoderando); y también puede contemplarse desde el
punto de vista de la persona que lo experimenta. Esta segunda perspectiva relaciona el
empoderamiento con la necesidad de control y afrontamiento de los sucesos vitales, es
decir, se centra en los aspectos motivacionales. En este estudio hemos empleado el
término en los dos sentidos.
Como se explica en el manual de la asignatura, la necesidad de control sobre nuestro
ambiente social es uno de los motivos sociales básicos propuestos por Fiske (2010) y
también por Williams (2007). Este motivo se ve satisfecho cuando creemos que
podemos hacer frente a las situaciones, sucesos o personas con los que nos encontramos.
Cuando alguien nos impone su visión de las cosas sin darnos opción a manifestarnos, o
cuando se nos niega la posibilidad de reaccionar ante lo que percibimos como un trato
injusto, por poner dos ejemplos, nuestra necesidad de control se ve frustrada y
experimentamos emociones negativas. Esto es lo que ocurre en muchos episodios
humillantes, en los que la víctima se encuentra impotente ante el ataque del perpetrador.
Ahora bien, ¿hasta qué punto la percepción de control, o de capacidad de reacción,
podría contrarrestar el efecto de alguno de los appraisals asociados a la experiencia de
humillación? ¿Puede la percepción de control hacer que una acción humillante
provoque en la víctima ira en lugar de humillación?
Para profundizar en esta cuestión hemos diseñado el estudio en el que acaba de
participar. En él hemos manipulado la capacidad de reacción de la víctima, de tal
manera que en una condición experimental se ha forzado a los participantes a responder
al evaluador inmediatamente después de recibir la evaluación (condición
empoderamiento), en otra se ha forzado a los participantes a no responder (condición
impotencia), y en una condición control se ha dejado elección al participante para
responder o no (condición control). Además de la respuesta ante la evaluación, en el

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estudio hemos vuelto a incluir la hostilidad del perpetrador como variable de interés,
para comprobar cómo interactúa con el empoderamiento de la víctima, con dos
condiciones: evaluación hostil versus no-hostil.
Nuestra hipótesis es que el sentimiento de humillación será más fuerte en la condición
de impotencia que en la de empoderamiento, y también será mayor en la condición
hostil que en la no hostil. Por consiguiente, la combinación impotencia + hostilidad alta
será la que provocará unas mayores puntuaciones en humillación. En cambio, la
combinación empoderamiento + hostilidad alta elicitará más probablemente la emoción
de ira. Por su parte, la combinación impotencia + hostilidad baja provocará la emoción
de vergüenza.
Desde el punto de vista de las consecuencias conductuales de la humillación, nuestra
predicción es que este sentimiento dará lugar tanto a reacciones típicas de la vergüenza,
de huida o pasividad (p.e., falta de motivación, pasividad y sensación de indefensión),
como a reacciones de afrontamiento activo e incluso violento típicamente asociadas a la
cólera (p.e., hostilidad, confrontación del agresor), si bien pensamos que las primeras
serán predominantes.
Método
Para poner a prueba nuestras hipótesis diseñamos un experimento en el que hemos
intentado evocar de forma controlada en el laboratorio la emoción de la humillación.
Para ello era necesario enmascarar el objetivo real del estudio. En concreto, hemos
hecho pensar a los participantes, todos ellos estudiantes del Grado de Psicología de la
UNED, que el estudio en el que estaban participando era sobre aspectos psicológicos de
la evaluación.
Procedimiento
El estudio consta de dos fases. En la FASE 1 se pide a los participantes que contesten de
forma anónima unas preguntas básicas sobre Psicología que serán corregidas y
calificadas por un estudiante de máster de psicología. En esta fase se incluía también
algunas preguntas sobre autoconcepto como estudiante y estado de ánimo actual, que
pueden moderar el efecto de las variables independientes en la humillación.
A continuación, el participante era introducido en la FASE 2 del estudio. En esta fase
todos los participantes recibieron lo que se suponía era la evaluación al trabajo realizado
en la FASE 1. En realidad, dicho trabajo no había sido corregido, sino que todos los
participantes recibían la misma evaluación negativa (un 3,8) acompañada de un
comentario por parte del supuesto evaluador que menospreciaba el trabajo realizado. En
la FASE 2 se procedía a manipular las dos variables independientes incluidas en este
estudio. En primer lugar, la hostilidad del evaluador (hostil vs. no-hostil). Para
manipular esta variable, en la condición hostil el mensaje del evaluador incluía términos
insultantes, mientras que en la condición no-hostil el mensaje era negativo en cuanto a
la evaluación del trabajo, pero no era insultante. Una vez conocida la calificación y
leído el mensaje del evaluador, se introducía la segunda variable independiente: el
empoderamiento de la víctima (empoderamiento vs. impotencia vs. control). En la

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condición empoderamiento se les instaba a responder al comentario del evaluador para


poder seguir con el cuestionario; en la condición impotencia no se les daba la
posibilidad de responder; y en la condición control se les daba la posibilidad de
responder pero se dejaba a su elección hacerlo o no. En todos los casos se garantizaba el
anonimato de las respuestas.
Los participantes fueron asignados aleatoriamente a cada uno de los valores de las dos
VI. Por lo tanto, el experimento en el que ha participado tiene un diseño factorial inter-
sujeto 2x3, es decir, un diseño con dos variables independientes, una de las cuales tiene
dos valores y la otra tres: hostilidad del evaluador (hostil vs. no-hostil) x
empoderamiento de la víctima (empoderamiento vs. impotencia vs. control) a las que
los participantes eran asignados aleatoriamente, de forma que cada uno sólo pasaba por
una de las condiciones.
Medidas
Una vez recibida la supuesta evaluación y escrita (o no, según la condición) la respuesta
a dicha evaluación, los participantes respondían una serie de preguntas a través de las
cuales se medían las siguientes variables. Algunas de estas variables están pensadas
como variables dependientes; otras serán utilizadas como variables mediadoras; otras
como controles de manipulación:
- Grado en que la evaluación recibida se percibe como justa.
- Grado en el que la evaluación recibida afecta negativamente al autoconcepto del
participante como estudiante de Psicología. Esta medida y la anterior hacen referencia a
los dos appraisals antecedentes del sentimiento de humillación.
- Grado en el que el participante siente distintas emociones, incluyendo la humillación,
la vergüenza y la ira.
- Hostilidad del participante hacia el perpetrador (el evaluador).
- Grado de control percibido sobre la situación (como control de la manipulación de la
VI empoderamiento).
- Evaluación del evaluador (con respecto a la VI hostilidad, como control de la
manipulación; también calificación numérica).
- Reacción del participante, que podía ser más de confrontación (protestar, pedir
revisión, pedir entrevista) o de evitación (querer olvidarse del asunto cuanto antes).
Análisis de resultados
Una vez obtenido un número suficientemente elevado de participantes se procederá a
analizar los datos. Un número alto de participantes (N) es fundamental para diluir el
efecto de las posibles diferencias individuales y de otras variables que puedan influir en
las respuestas y que no son las dos VI manipuladas. La anulación del efecto de las
variables exógenas se consigue a través de la asignación aleatoria de los participantes a
las distintas condiciones, pero para que sea efectiva se debe disponer de una N
suficientemente alta.

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Básicamente la estrategia de análisis consiste en comparar las medias en las distintas


medidas entre las cuatro condiciones que surgen de la combinación de las dos VI, que
quedan resumidas en el siguiente cuadrante:
VÍCTIMA VÍCTIMA
CONTROL
IMPOTENTE EMPODERADA
EVALUADOR
I II III
HOSTIL
EVALUADOR
IV V VI
NO-HOSTIL

El resultado fundamental que esperamos es una interacción entre los dos factores, de tal
manera que la hostilidad facilite la humillación especialmente cuando la víctima es
impotente, pero no tanto cuando la víctima esté empoderada. En este último caso,
esperamos que la hostilidad aumente la intensidad de la ira que se puede sentir cuando
un evaluador nos devalúa injustamente. En cambio, cuando la hostilidad sea baja, la
víctima impotente no sentirá humillación, sino vergüenza. En cuanto a la condición
control, esperamos que los participantes elijan responder al mensaje del evaluador
cuando haya sido hostil (como una forma de satisfacer su necesidad de control) y no
hacerlo en caso contrario. Además, esperamos que el efecto de las dos variables
independientes (empoderamiento y hostilidad) se traslade a las variables dependientes
(las emociones) a través de las valoraciones cognitivas clave de nuestro modelo
(apreciación de injusticia y devaluación del yo) de forma congruente con lo que dicho
modelo predice: la humillación vendrá precedida de un aceptación de la devaluación del
yo que es simultáneamente valorada como injusta, mientras que la vergüenza y la ira
serán precedidas únicamente por la valoración cognitiva correspondiente que las
caracteriza (la devaluación del yo en el caso de la vergüenza y la injusticia en el caso de
la ira).

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ACTIVIDAD 2
Instrucciones para realizar la Actividad 2
La Actividad 2 de la PEC consiste en participar en una investigación diferente a la
Actividad 1, pero esta vez desde la perspectiva de los investigadores. En concreto, va a
colaborar con una investigación sobre los estereotipos sociales de un grupo social
minoritario fuertemente estigmatizado: las personas con acondroplasia o enanismo óseo.
Esta es una investigación que están desarrollando los profesores Saulo Fernández y
Elena Gaviria.

Sus labores fundamentales en esta segunda actividad serán:

1. Conseguir 4 participantes invitados de su círculo personal de familiares o


amigos (no sirven estudiantes del Grado de Psicología de la UNED) para que
participen en el estudio.

2. Dar a sus participantes invitados las instrucciones pertinentes para participar


SIN desvelar los objetivos del estudio. Es muy importante que cuando invite a
esas personas les diga simplemente que se trata de un estudio sobre “percepción
social de distintos grupos sociales”, sin darles más detalles sobre la investigación.

3. Explicar a sus participantes, una vez estos han concluido su participación, los
objetivos del estudio, la razón por la que lo hacemos y algunas cuestiones
metodológicas básicas sobre el mismo. Para poder dar estas explicaciones finales
es necesario que usted lea la explicación del estudio que se incluye más adelante
en este documento.

Antes de proceder debe responder usted mismo el cuestionario para así hacerse una
mejor idea sobre dicha investigación. Para responder el cuestionario pinche en el enlace
que se muestra a continuación (o cópielo y péguelo en el navegador). Una vez haya
completado usted el cuestionario, continúe leyendo este documento.

https://eu.qualtrics.com/jfe/form/SV_1FwEmzgnICdkUN7

NOTA IMPORTANTE: Este enlace es sólo para los estudiantes. El enlace que da
acceso a los invitados es diferente y se muestra debajo.

Una vez usted haya respondido al cuestionario (NO ANTES), debe hacer lo siguiente
para conseguir los participantes:

1. Consiga cuatro personas de su entorno personal (no sirven estudiantes del Grado de
la UNED) que quieran participar como voluntarios en este estudio. Dígales que se
trata de una investigación del Departamento de Psicología Social y de las
Organizaciones de la UNED relacionada con la percepción de distintos grupos

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sociales, que su participación consistirá en responder un cuestionario completamente


anónimo, y que para responder deberán estar frente a un ordenador con conexión a
Internet (NO SIRVEN TELÉFONOS MÓVILES) en un sitio tranquilo sin ser
molestados durante unos 20 minutos. No dé más detalles hasta que hayan finalizado,
pero sí infórmeles de que, concluida su participación, deben ponerse en contacto con
usted para recibir una explicación detallada de los objetivos y para que usted esté
seguro de que han respondido (ver debajo el correo electrónico tipo que debe enviar
a sus participantes).
2. Muy importante: en el cuestionario que sus participantes responderán habrá una
pregunta en la que se les pedirá que introduzcan el "código individualizado de
participación”. Dicho código es un número que nos permite identificar a los
participantes que usted consiga como "suyos" y así sabremos que usted ha
completado la Actividad 2 de cara a la evaluación de la PEC. Este código lo debe
calcular usted mismo multiplicando su DNI por ocho y facilitárselo a sus
participantes cuando les dé las instrucciones. Por ejemplo, si su DNI fuera
50729164, el código que debe facilitar a sus participantes sería 405833312, que es el
resultado de multiplicar 50729164 x 8.
3. Envíe a las personas seleccionadas el siguiente correo electrónico, que incluye
debajo el enlace que da acceso a la versión del cuestionario para invitados. Sustituya
las partes en rojo de este mensaje tipo con sus datos particulares:

Estimado (nombre contacto):


Estoy haciendo una práctica para la asignatura de Psicología Social del Grado en Psicología.
Necesito que amigos y familiares respondan de forma anónima un cuestionario para que yo
pueda continuar con mi práctica. Si dispones de unos 20 minutos, te agradecería mucho que
participaras en un breve cuestionario que te aparecerá cuando pinches en el enlace que
aparece debajo. Para responder hay que estar frente a un ordenador con conexión a Internet
(no sirven tablets ni teléfonos móviles) y es preciso hacerlo en un sitio tranquilo donde no seas
molestado/a ni interrumpido/a durante unos 20 minutos.
IMPORTANTE: Para que tu participación se registre en mi cuenta, es muy importante que
incluyas el siguiente número (sin errores) cuando te pregunten por tu “código de participación”:
(insertar código del participante). Lo mejor será que copies y pegues en el cuestionario este
número para evitar errores. Una vez hayas terminado, debes avisarme para que yo pueda
darte información detallada sobre la investigación. Además, así sabré cuántas personas han
respondido en mi nombre, puesto que necesito un mínimo de 4. Muchas gracias por tu
colaboración.
Para participar, pincha aquí, por favor:
https://eu.qualtrics.com/jfe/form/SV_ex77n7Ggy5DonUV
Saludos,

https://eu.qualtrics.com/jfe/form/SV_ex77n7Ggy5DonUV
NOTA IMPORTANTE: Este es el enlace para los invitados. El enlace que da
acceso a los estudiantes es diferente y se muestra arriba.

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4. Cuando sus participantes le comuniquen que ya han completado el cuestionario,


debe explicarles los objetivos del estudio. Para ello debe leer primero las siguientes
explicaciones:
Objetivo del estudio
El objetivo de la investigación que conforma la Actividad 2 de esta línea de PEC es
estudiar el estereotipo hacia las personas con acondroplasia y otras displasias
esqueléticas que causan talla baja desproporcionada o enanismo. También queremos
analizar si el uso de etiquetas lingüísticas más o menos respetuosas (por ejemplo, usar
“personas con acondroplasia” o “personas con enanismo” en vez de “enanos”, o
“personas con paraplejia” en vez de “paralíticos” determina el estereotipo y sus
consecuencias.
Antecedentes
Desde hace más de diez años algunos profesores del Departamento de Psicología Social
y de las Organizaciones de la UNED venimos colaborando con la Fundación ALPE-
Acondroplasia en el estudio de la estigmatización social de las personas con
acondroplasia (la forma más común de enanismo óseo) y con otras displasias
esqueléticas que causan talla baja. Fruto de esta colaboración hemos publicado algunos
trabajos sobre el afrontamiento psicológico del estigma social del enanismo en España y
Estados Unidos (Fernández, Branscombe, Gómez, y Morales, 2012) y sobre las mayores
expectativas morales sobre miembros de minorías estigmatizadas (Fernández,
Branscombe, Saguy, Gómez y Morales, 2014). Además, en 2009 se defendió en el
departamento una tesis doctoral sobre esta cuestión (Fernández, 2009) y se grabó un
programa divulgativo en Tele UNED, que puede verse a través de este enlace:
https://canal.uned.es/video/5a6f69a6b1111f96408b45a5
El presente estudio se enmarca en esta línea de trabajo.
Marco teórico e hipótesis
Como se explica en el manual de la asignatura (ver el Capítulo 12), los estereotipos
constituyen el componente cognitivo del prejuicio, mientras que los sentimientos y las
emociones suscitadas por un grupo serían el componente afectivo. Lo que pretendemos
explorar en el presente estudio es el contenido de esos dos componentes, para
posteriormente relacionarlo con el componente conductual, en concreto el
comportamiento humillante.
Quizá el modelo que más influencia tiene actualmente en Psicología Social a la hora de
abordar el funcionamiento de los estereotipos sea el modelo del contenido de los
estereotipos, propuesto por Fiske, Cuddy, Glick y Xu (2002) (ver el Capítulo 11 del
manual de la asignatura). Dicho modelo establece dos dimensiones básicas subyacentes
en todos los juicios que hacemos sobre otras personas, otros grupos e, incluso, sobre
nosotros mismos: cordialidad y competencia. La importancia de estas dos dimensiones
reside en que corresponden a dos cuestiones fundamentales para la supervivencia en el
medio social (Fiske, Cuddy y Glick, 2007). La primera es la necesidad de anticipar las

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intenciones de los demás, si son beneficiosas o perjudiciales para nosotros. La


dimensión de cordialidad, que incluye rasgos referentes a honestidad y amabilidad, hace
referencia a ese aspecto. La segunda es la necesidad de saber hasta qué punto los otros
son capaces de llevar a la práctica sus intenciones, y a esto se refiere la dimensión de
competencia. En años posteriores, otros autores han ido desarrollando el modelo del
contenido de los estereotipos y han demostrado la utilidad de distinguir dos aspectos
dentro de la dimensión de cordialidad: sociabilidad y moralidad, la primera referida a la
cooperación y la formación de vínculos con otras personas, y la segunda relativa a la
percepción de que los otros se comportan de forma socialmente correcta (Brambilla,
Rusconi, Sacchi y Cherubini, 2011; Leach, Ellemers y Barreto, 2007). Según estos
autores, es útil diferenciar entre estos dos componentes por el papel que cada uno
desempeña en la evaluación de otras personas. En concreto, el componente de
moralidad contribuiría más que el de sociabilidad a satisfacer la necesidad básica de
anticipar las intenciones beneficiosas o perjudiciales del otro.
Según la literatura, los estereotipos culturales, o consensuados por un grupo mayoritario,
se forman y funcionan sobre todo en el caso de categorías sociales visiblemente
distintas y aparentemente inmutables, como el género o la etnia, que se consideran
naturales (lo que se denomina “esencialismo”, un sesgo que se explica en el Capítulo 11
del manual de la asignatura) (Schneider, 2004; Yzerbyt, Rocher y Schadron, 1997).
Estudios realizados con muestras de personas no discapacitadas han encontrado que la
discapacidad se considera un elemento esencial de la persona que la padece, que es
relativamente incontrolable e inmutable (Yuker, 1988). La discapacidad funcionaría
como una clave a partir de la cual los perceptores infieren información sobre la persona,
sobre su personalidad, su motivación y su comportamiento (Wright, 1983).
Conocer el contenido de los estereotipos es importante porque dicho contenido
determina su uso, y si es compartido por la mayoría puede tener consecuencias positivas
o negativas, en función de la valencia de dicho contenido, para el grupo al que se
refieren. Dentro del modelo del contenido de los estereotipos, Fiske y sus colegas
(2002) clasifican al grupo general de personas con discapacidad, en el que se incluiría a
las personas con enanismo, en el cuadrante correspondiente a alta cordialidad y baja
competencia, dado que se les supone poco competitivos y con bajo estatus. Según esa
clasificación, este colectivo inspiraría sentimientos de compasión y simpatía. Estas
creencias y sentimientos estarían en la base de un tipo de prejuicio paternalista. No
obstante, la investigación sobre creencias y sentimientos hacia las personas con
enanismo es prácticamente inexistente. Tan sólo hemos encontrado un estudio realizado
en Estados Unidos (Heider, Scherer y Edlund, 2013) y, dado el carácter culturalmente
compartido de los estereotipos, los resultados obtenidos en otras sociedades no
necesariamente son válidos para la nuestra.
Un segundo objetivo de este estudio es ir más allá de la clasificación general de Fiske y
sus colaboradores (2002) y comparar los estereotipos y las emociones hacia las personas
con enanismo con los referentes a personas que tienen otro tipo de discapacidades
físicas. Aunque hay muy pocos estudios sobre esta cuestión, la escasa evidencia parece
sugerir que puede haber similitudes en la percepción que la gente tiene de estos grupos,

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por ejemplo, en cuanto a las creencias sobre su incapacidad para realizar determinadas
tareas y por tanto sobre la dependencia que tienen de otras personas, o sobre la baja
probabilidad de que se les contrate para un puesto de trabajo (McCarthy, 1988; Nario-
Redmond, 2010). Nos interesa averiguar lo que, según la visión de la población no
discapacitada, las personas con enanismo tienen en común con estos otros grupos y lo
que los diferencia de ellos, si es que existen diferencias. Respecto a estos dos objetivos,
al tratarse de un estudio exploratorio, no partimos de ninguna hipótesis.
Método
Participantes
Estudiantes del Grado de Psicología de la UNED y población general.

Material
Utilizamos una de las medidas de estereotipos que se mencionan en el manual de la
asignatura: la lista de adjetivos. Se recopilaron adjetivos incluidos en diversos estudios
sobre estereotipos de personas con enanismo y otros tipos de discapacidad. Además, se
recogieron términos referentes a emociones y sentimientos hacia este tipo de grupos.
Asimismo, se empleó la Escala Multidimensional de Actitudes hacia Personas con
Discapacidad, de Vilchinsky, Werner y Findler (2010), en la que se presentaba una
situación de encuentro con una persona discapacitada y se preguntaba por los
sentimientos, los pensamientos y la reacción conductual del personaje que vive esa
situación. Por otra parte, para poner a prueba el modelo del contenido de los
estereotipos, se incluyó la versión ampliada del modelo que recoge tres dimensiones de
estereotipos (moralidad, sociabilidad y competencia) en lugar de las dos originales, el
listado de sentimientos correspondientes a las cuatro dimensiones emocionales del
modelo (admiración, desprecio, paternalismo y envidia) y tres ítems que medían la
percepción de estatus del grupo, otro de los elementos del modelo. Por último, se
incluyó una medida de distancia social y otra de deshumanización.

Procedimiento
El estudio se realizó on-line. Los participantes fueron distribuidos aleatoriamente en
varias condiciones independientes, una por cada una de las discapacidades que
incluimos en el estudio utilizando, para cada grupo, una doble etiqueta lingüística
alternativamente, una más correcta y la otra más común o vulgar: personas con
enanismo – enanos/as, personas con ceguera – ciegos/as, personas con paraplejia –
paralíticos/as, y personas típicamente españolas – españoles típicos como condición
control o de comparación. Es decir, tenemos un diseño factorial con dos variables
independientes, una el grupo en cuestión, que pueden ser personas con enanismo,
personas con paraplejia, personas con ceguera total, o personas típicamente españolas, y,
la otra, la etiqueta lingüística, que puede ser respetuosa (“persona con…”) o vulgar
(“enano”, “paralítico”, “ciego”, “español típico”). Esto es un diseño 4(Grupo: Enanismo
vs. Paraplejia vs. Ceguera vs. Control) x 2(Etiqueta: Respetuosa vs. Vulgar).

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PEC–Saulo Fernández–V1 Documento 2

[NOTA: Al final del cuestionario que responderán sus invitados se ha incluido la


siguiente nota aclaratoria con respecto al uso de etiquetas lingüísticas no respetuosas:

Ha concluido el cuestionario. Por favor, contacte con la persona que le ha


invitado, ya que esta, como parte de su tarea académica, debe darle un
explicación sobre los fines del estudio.

IMPORTANTE: Como le explicará la persona que le ha invitado, uno de los


objetivos del estudio es analizar hasta qué punto la forma en que nos referimos
a personas con discapacidad tiene consecuencias en los estereotipos que de
ellas nos formamos. Por esa razón, algunos de los participantes en este estudio
han respondido preguntas referidas a grupos de personas con discapacidad a
quienes nos hemos referido como "enanos/as", "ciegos/as" o "paralíticos/as", en
lugar de como personas con acondroplasia o enanismo óseo, personas con
ceguera total o personas con paraplejia, que sería la forma correcta de hacerlo.

Los responsables de esta investigación creemos en la importancia de utilizar


etiquetas lingüísticas respetuosas cuando nos referimos a estos grupos y, si ha
leído etiquetas diferentes, se debe únicamente a los objetivos de la investigación.

Análisis de resultados
Una vez obtenido un número suficientemente elevado de participantes se procederá a
analizar los datos. Un número alto de participantes (N) es fundamental para diluir el
efecto de las posibles diferencias individuales así como de otras variables que no
estamos controlando.
Dado que se trata de un estudio exploratorio, básicamente, la estrategia de análisis
consistirá en averiguar qué atributos son más estereotípicos del grupo de personas con
enanismo y qué emociones evocan en comparación con otros grupos de discapacidad y
con el grupo mayoritario sin discapacidad. Para ello llevaremos a cabo un análisis de
frecuencias comparando los distintos grupos y determinando qué atributos tienen una
máxima saliencia transversal para las personas con enanismo (ver Capítulo 11 del
manual). También calcularemos correlaciones entre las distintas medidas: estereotipos,
emociones, distancia social y deshumanización. A la vez, queremos comprobar si el
estereotipo y las actitudes negativas hacia el grupo cambian cuando se utiliza una
etiqueta más respetuosa para referirnos a él.

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PEC–Saulo Fernández–V1 Documento 2

ACTIVIDAD 3
Instrucciones para realizar la Actividad 3
Una vez completadas las Actividades 1 y 2, debe realizar la Actividad 3, que consiste en
responder a un cuestionario de autoevaluación sobre las investigaciones de las
Actividades 1 y 2.

Muy importante: Para realizar la Actividad 3 será necesario haber leído y asimilado las
explicaciones que se dan en el presente documento sobre las Actividades 1 y 2. Además
será necesario haber completado correctamente las Actividades 1 y 2.
Antes de comenzar la autoevaluación, asegúrese de que sus 4 participantes
invitados han completado el cuestionario de la Actividad 2. Si ellos no se ponen en
contacto con usted en un tiempo prudencial avisándole de que han terminado,
deberá contactarles usted de nuevo para comprobar si lo han realizado y, en caso
afirmativo, darles la explicación correspondiente del estudio.
Cuando haya completado la autoevaluación, tendrá acceso a la plantilla y las
instrucciones para elaborar el Informe final de PEC, cuya realización y entrega en aLF
constituyen el último paso de la PEC. Las instrucciones y la plantilla para realizar el
Informe final deberá descargárselas al finalizar el cuestionario de autoevaluación.
Asegúrese de que descarga y guarda dichas instrucciones al completar la
Autoevaluación.

Cuando esté listo para realizar la Autoevaluación, pinche en este link y siga las
instrucciones:

https://eu.qualtrics.com/jfe/form/SV_7P4byCEcqXNlhg9

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PEC–Saulo Fernández–V1 Documento 2

Referencias bibliográficas
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