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ABORTOS

Las siguientes frases dichas con centramiento, amor y firmeza, al mismo tiempo q
se visualiza en cada caso a quien corresponda, pueden ayudar a liberar tal
intrincación:

-A los abortos: “No sois mis hijos, vuestro lugar está con vuestras madres. Ahora
me despido de vosotros”

-A las madres de los abortos: “Ahora os devuelvo vuestro lugar, al lado d vuestros
hijos. Yo soy la más pequeña”

-A la propia madre biológica: “Mamá, ahora te veo como a mi madre”. “Tú eres la
grande y yo soy la pequeña”. “Gracias por la Vida que me has dado. Ya he crecido
y me abro a dar vida”.

En el caso del aborto natural, se trabaja con un diálogo en el que el hijo le dice al
progenitor:

“Mejor yo que tú; muero yo por ti o muero yo en tu lugar”.

En el caso del aborto provocado, el reconociM provendrá de la frase pronunciada


por la madre o el padre (o ambos) hacia su hijo:

“Mejor tú que yo; muere tú por mí”.

Estas frases conducen hacia el reconocimiento dl hecho: el hijo no ha podido vivir,


por una razón o por otra ha dado la vida. Una vez más, este acto d reconocer, por
duro que pueda resultar, libera. El feto toma la muerte por amor incondicional y
necesita ser agradecido:

“Tú has muerto para que yo viva”.


A continuación, proponemos una serie de frases de inclusión para trabajar con un
aborto provocado. De nuevo, la colocación y el centraM del terapeuta sistémico
transpersonal será aquí fundamental. En ausencia de juicio, desde un estar en
presencia amorosa y honrando por igual la vida tanto de los padres como la del
feto no nacido, nos ponemos al servicio del sistema dl paciente/s para q pueda/n:

En primer lugar, reconocer el daño y las consecuencias:


-Reconocer el daño causado para con uno mismo y para con la pareja por la
decisión de abortar: “Contigo muere la parte de mí que hay en ti, y la parte de tu
padre/madre que hay en ti”.

-Reconocer el daño y los sentimientos del feto: Veo tu miedo, tu sufrimiento, tu


enfado...: “Asumo las consecuencias de lo que he hecho, no pudo ser de otra
manera. Renuncio a mi sentimiento de culpa”.

En segundo lugar, reparar:


-“Ahora te veo y te tomo como mi hijo, te tomo en mi corazón, junto con tus otros
hermanos vivos (si los hay). Gracias por haber muerto en nuestro lugar. Que
descanses en paz”.

-Yo como madre, o como padre, hice lo mejor que supe hacer”.

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