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MÓDULO 1

LECTURA 1 – CONTRATOS

Regulación: Libro III “Derechos personales”

 Título II “Contratos en general"


 Título III “Contratos de consumo”
 Título IV “Contratos en particular”

Naturaleza jurídica

El contrato es un acto jurídico, siento este último el género y el contrato la especie. El contrato tiene las siguientes
características:

 Bilateral
 Es un acto entre vivos
 Tiene naturaleza patrimonial

Es una fuente de obligaciones.

Es una especie de acto jurídico – acto lícito voluntario - y regla EXCLUSIVAMENTE de un modo directo o inmediato las
relaciones jurídicas patrimoniales, propias del derecho creditorio.

Definición

ARTÍCULO 957.- DEFINICIÓN. CONTRATO ES EL ACTO JURÍDICO MEDIANTE EL CUAL DOS O MÁS PARTES MANIFIESTAN SU
CONSENTIMIENTO PARA CREAR, REGULAR, MODIFICAR, TRANSFERIR O EXTINGUIR RELACIONES JURÍDICAS PATRIMONIALES.

Entonces, deben existir por lo menos 2 centros de intereses, 1 acuerdo sobre una declaración de voluntad común,
que se exteriorice a través de la manifestación del consentimiento. Tiene doble función: social e individual.

Distinción entre:

 Convención: género aplicable a todo acto jurídico o negocio bilateral.


 Contrato: actúa en el campo de las relaciones jurídicas creditorias u obligacionales.
 Pacto: cláusulas accesorias que modifican los efectos naturales del contrato.

Requisitos de existencia y validez

Tradicionalmente se distinguen elementos esenciales, naturales y accidentales.

Concepción moderna se distinguen entre presupuestos, elementos y circunstancias.

Presupuestos: requisitos extrínsecos al mismo, pero que determinan su eficacia y son valorados antes de él

 Voluntad jurídica
 Capacidad
 Aptitud del objeto
 Legitimación

Elementos: requisitos intrínsecos, constitutivos del contrato:


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 Cláusulas (corresponden con el contenido de la contratación)

Circunstancias

Factores externos trascendentes durante la formación del contrato y durante su ejecución.

Elementos

Esenciales: son los necesarios para que exista un contrato. Son:

 Sujeto
 Objeto
 Causa
 Forma

Cada contrato en particular tiene elementos esenciales y especiales, los últimos varían según el tipo de contrato (ej:
en la compraventa son necesarias clausulas referidas a la cosa y al precio).

Naturales: ya se encuentran en el contrato por disposición de la ley, pero pueden ser dejados de lado por
disposición expresa de los contratantes. Dependen del tipo de contrato. (ej: en los contratos onerosos quien enajena
está obligado por garantía de evicción y vicios rehibiditorios, pero las partes pueden disponer expresamente la
liberación del enajenante).

Accidentales: naturalmente no se encuentran en el contrato pero pueden ser incorporados por disposición
expresa de los contratantes. Dependen de la dedcision de las partes (ej: modalidades de un acto jurídico –plazo,
cargo, condición-).

Principios jurídicos aplicables

Libertad de contratación y efecto vinculante

Libertad de contratar: posibilidad ofrecida a cada persona de contratar o no contratar, y de elegir con quién hacerlo.

ARTÍCULO 958.- LIBERTAD DE CONTRATACIÓN. LAS PARTES SON LIBRES PARA CELEBRAR UN CONTRATO Y DETERMINAR SU
CONTENIDO, DENTRO DE LOS LÍMITES IMPUESTOS POR LA LEY, EL ORDEN PÚBLICO, LA MORAL Y LAS BUENAS COSTUMBRES.-

Ello consagra el principio de la autonomía de la voluntad de las partes - AUTONOMÍA PRIVADA ES EL PODER QUE COMPETE A LOS
PARTICULARES PARA CREAR NORMAS JURÍDICAS.- (pero con límites).

Efecto vinculante: la fuerza obligatoria mediante la cual el contrato válidamente celebrado es obligatorio para las
partes. Con el contrato, las partes tienen libertad para disciplinar sus relaciones jurídicas patrimoniales, de un modo
vinculante.

Lo último refiere a que luego de su libertad para contratar deben atenerse a lo estipulado. Así nace una regla que las
vincula de manera independiente de la voluntad.

ARTÍCULO 959.- EFECTO VINCULANTE. TODO CONTRATO VÁLIDAMENTE CELEBRADO ES OBLIGATORIO PARA LAS PARTES. SU
CONTENIDO SÓLO PUEDE SER MODIFICADO O EXTINGUIDO POR ACUERDO DE PARTES O EN LOS SUPUESTOS EN QUE LA LEY LO
PREVÉ.-

Límites

De acuerdo al art. 958, estos son: LA LEY, EL ORDEN PÚBLICO, LA MORAL Y LAS BUENAS COSTUMBRES

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ORDEN PÚBLICO: conjunto de principios fundamentales en la sociedad, responde al interés general. Medio del que se
vale el orden jurídico para garantizar la vigencia de aquellos principios o intereses por encima del interés particular.
Hay un orden público económico y social ya que, históricamente, y a partir de la segunda guerra mundial, el Estado
interviene para tutelar las políticas económicas. Las leyes de Locaciones urbanas y de Defensa del consumidor se
presentan como ejemplos del orden público social o de protección.

BUENA FE: en la celebración, interpretación y ejecución de los contratos, es:

ARTÍCULO 961.- BUENA FE. LOS CONTRATOS DEBEN CELEBRARSE, INTERPRETARSE Y EJECUTARSE DE BUENA FE. OBLIGAN NO SÓLO A
LO QUE ESTÁ FORMALMENTE EXPRESADO, SINO A TODAS LAS CONSECUENCIAS QUE PUEDAN CONSIDERARSE COMPRENDIDAS EN
ELLOS, CON LOS ALCANCES EN QUE RAZONABLEMENTE SE HABRÍA OBLIGADO UN CONTRATANTE CUIDADOSO Y PREVISOR.-

La amplitud que se le reconoce a este principio es consistente con la que le ha dado la doctrina y jurisprudencia
argentinas. En cuanto a la extensión temporal, se incluye la ejecución, con lo cual resulta innecesario crear una
nueva figura denominada “poscontrato”.

Estos principios implican la ponderación de la libertad y la fuerza obligatoria de la autonomía de la voluntad, por un
lado, y del orden público, permitiendo un balance entre principios competitivos adecuado en el caso concreto.

Facultades de los jueces

 Regla: los jueces no pueden modificar un contrato porque deben respetar la autonomía privada
 Excepción:
1. Si la ley autoriza a las partes a solicitar la modificación (A PEDIDO DE PARTE)
2. De oficio si se afecta de modo manifiesto el orden público (DE OFICIO)

ARTÍCULO 960.- FACULTADES DE LOS JUECES. LOS JUECES NO TIENEN FACULTADES PARA MODIFICAR LAS ESTIPULACIONES DE LOS
CONTRATOS, EXCEPTO QUE SEA A PEDIDO DE UNA DE LAS PARTES CUANDO LO AUTORIZA LA LEY, O DE OFICIO CUANDO SE AFECTA,
DE MODO MANIFIESTO, EL ORDEN PÚBLICO.

ARTÍCULO 964.- INTEGRACIÓN DEL CONTRATO. EL CONTENIDO DEL CONTRATO SE INTEGRA CON:

A) LAS NORMAS INDISPONIBLES, QUE SE APLICAN EN SUSTITUCIÓN DE LAS CLÁUSULAS INCOMPATIBLES CON ELLAS;
B) LAS NORMAS SUPLETORIAS;
C) LOS USOS Y PRÁCTICAS DEL LUGAR DE CELEBRACIÓN, EN CUANTO SEAN APLICABLES PORQUE HAYAN SIDO DECLARADOS
OBLIGATORIOS POR LAS PARTES O PORQUE SEAN AMPLIAMENTE CONOCIDOS Y REGULARMENTE OBSERVADOS EN EL ÁMBITO EN
QUE SE CELEBRA EL CONTRATO, EXCEPTO QUE SU APLICACIÓN SEA IRRAZONABLE.-

Criterios para resolver la relación entre la autonomía de la voluntad y las normas legales

Concurrencia de normas

ARTÍCULO 962.- CARÁCTER DE LAS NORMAS LEGALES. LAS NORMAS LEGALES RELATIVAS A LOS CONTRATOS SON SUPLETORIAS DE LA
VOLUNTAD DE LAS PARTES, A MENOS QUE DE SU MODO DE EXPRESIÓN, DE SU CONTENIDO, O DE SU CONTEXTO, RESULTE SU
CARÁCTER INDISPONIBLE.-

ARTICULO 963.- PRELACIÓN NORM ATIVA. CUANDO CONCURREN DISPOSICIONES DE ESTE CÓDIGO Y DE ALGUNA LEY ESPECIAL, LAS
NORMAS SE APLICAN CON EL SIGUIENTE ORDEN DE PRELACIÓN:

A) NORMAS INDISPONIBLES DE LA LEY ESPECIAL Y DE ESTE CÓDIGO;


B) NORMAS PARTICULARES DEL CONTRATO;
C) NORMAS SUPLETORIAS DE LA LEY ESPECIAL;
D) NORMAS SUPLETORIAS DE ESTE CÓDIGO.-

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El derecho de propiedad

ARTÍCULO 965.- DERECHO DE PROPIEDAD. LOS DERECHOS RESULTANTES DE LOS CONTRATOS INTEGRAN EL DERECHO DE PROPIEDAD
DEL CONTRATANTE.-

Fundamento de la fuerza obligatoria de los contratos

El efecto vinculante de los contratos, es decir, la fuerza obligatoria mediante la cual el contrato válidamente
celebrado es obligatorio para las partes, sólo puede ser modificado o extinguido conforme con lo que en él se
disponga, por acuerdo de partes o en los supuestos que estén previstos por la ley (art. 959). La fuerza obligatoria del
contrato viene a completar el significado de la autonomía contractual. Así, con el contrato, las partes tienen libertad
para disciplinar sus relaciones jurídicas patrimoniales de un modo vinculante. Las personas son libres de contratar, y
cuando han hecho uso de esa libertad deben atenerse a lo estipulado.

Nace, de ese modo, una regla que las vincula de una manera independiente de la voluntad por obra del
ordenamiento jurídico.

En este sentido, el propio Código se encarga de establecer que las normas previstas expresamente en relación a los
contratos son supletorias a la voluntad de las partes, es decir que tiene prevalencia lo dispuesto por las partes,
excepto que ellas asuman el carácter de imperativas, en cuyo caso son indisponibles. El art. 962 del Código lo dice
expresamente cuando establece esta preeminencia: “A menos que de su modo de expresión, o de su contexto,
resulte su carácter indisponible”

A los efectos de zanjar esta discusión, el art. 963 prevé expresamente un orden de prelación normativa, asignando la
siguiente preeminencia: “a) normas indisponibles de la ley especial y de este Código; b) normas particulares del
contrato; c) normas supletorias de la ley especial; d) normas supletorias de este Código”

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LECTURA 2 – CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS

UNIDAD 2 (ESCRITO)

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LECTURA 3 – FORMAS DEL CONSENTIMIENTO

La voluntad, a la cual la ley le reconoce la virtualidad de configurar relaciones jurídicas, debe ser manifestada para
producir efectos, porque la voluntad considerada en abstracto, como suceso psicológico interno, carece de tal
potencialidad al no ser susceptible de ser conocida.

En el Libro Primero, Parte General, Título IV “Hechos y actos jurídicos), Capítulo 1, se dispone que el acto jurídico es
un acto voluntario y se establecen los requisitos del acto voluntario.

ARTÍCULO 259.- Acto jurídico. El acto jurídico es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la
adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas.-

ARTÍCULO 260.- Acto voluntario. El acto voluntario es el ejecutado con discernimiento, intención y libertad,
que se manifiesta por un hecho exterior.-

MANIFESTACIÓN DE LA VOLUNTAD

La voluntad debe exteriorizarse para que la otra parte reciba y acepte la propuesta, pues es una voluntad destinada
a otro, de carácter recepticia.

En relación a los modos en que una de las partes puede manifestar su voluntad, la que una vez que se conjuga con la
del otro configura el consentimiento contractual.

Las partes quedan obligadas conforme al consentimiento, es decir, si demuestran la intención de obligarse sobre la
base de términos suficientemente específicos. La definición contrato, establecida en el Código, contiene la noción de
manifestación del consentimiento, al definir al contrato como “el acto jurídico mediante el cual dos o más partes
manifiestan su consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas
patrimoniales”.

El legislador ha previsto distintas maneras de exteriorizar ese querer interno, que, en el caso analizado, consiste en
la manifestación de la voluntad negocial de dos centros de intereses contrapuestos, destinada a la formación del
contrato.

En efecto, al referirse a la formación del consentimiento, el Código dispone que “los contratos se concluyen con la
recepción de la aceptación de una oferta o por una conducta de las partes que sea suficiente para demostrar la
existencia de un acuerdo”.

Al ser el contrato un acto jurídico, bilateral, son plenamente aplicables las disposiciones contenidas en los arts. 259 y
siguientes del Código (disposiciones generales para los actos jurídicos), en concordancia con las específicamente
dispuestas en el capítulo tercero, del Título II, del Libro Tercero (artículos 971 y siguientes)

Son múltiples las formas que pueden utilizar las partes para dar a conocer sus intenciones: “formal o no formal,
positiva o tácita, o inducida por una presunción de la ley”, siempre y cuando “la eficacia del acto no dependa de la
observancia de formalidades previstas previa y específicamente por la ley o por las partes”.

Manifestación expresa y tácita de la voluntad

 Es expresa cuando cuando está destinada a poner en conocimiento la voluntad interna en forma específica y
determinada. Puede exteriorizarse (art. 262):
 oralmente;
 por escrito;
 por signos inequívocos; o

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 por la ejecución de un hecho material.

 Es tácita cuando se infiere de ciertas conductas que no tienen por fin directo la exteriorización de la
voluntad, pero resultan incompatibles con una voluntad diversa. Se da cuando “la voluntad resulta de los
actos por los cuales se la puede conocer con certidumbre”, si esa certidumbre no surge de manifestaciones
directas. Carece de eficacia cuando la ley o la convención exigen una manifestación expresa.

En consecuencia, la manifestación tácita de la voluntad requiere, para su admisión, que no se verifiquen las
condiciones establecidas en el art. 264:

1. Que la ley no exija una manifestación expresa de la voluntad. Ejemplo: contrato de franquicia
2. Cuando hay una convención que exige una manifestación expresa, es decir, cuando son las partes las que
disponen que debe producirse una declaración o manifestación expresa de voluntad.

Declaración de voluntad directa o indirecta

 Es directa cuando la intención negocial se infiere inmediatamente de un comportamiento, porque las reglas
de la experiencia atribuyen esa interpretación a ese/os acto/s. El carácter directo de esa voluntad surge
mediante el análisis de lo que la otra parte interpretó, ya que estamos en presencia de una voluntad de
carácter recepticio y el estándar aplicable es la recognocibilidad del acto, sobre la base de la expectativa o
confianza que el autor del acto creó en la otra parte.
 Es indirecta cuando dicha intención no se infiere sino mediatamente de una conducta que no tiene
considerada en sí misma virtualidad para traducir ese querer, pero una ilación necesaria y unívoca permite
su conocimiento. Es el caso, por ejemplo, de la transmisión de la cosa legada, que revoca el legado.

CONSENTIMIENTO

Noción y naturaleza

Dado que el contrato es un acto jurídico bilateral, el consentimiento se impone como condición para su existencia,
aunque el contrato en cuestión sea unilateral o real. Porque el hecho de que sólo una de las partes quede obligada o
que se perfeccione con la entrega de su objeto no excluyen la necesidad del acuerdo.

Etimológicamente, la expresión consentimiento deriva del latín consensus, que proviene, a su vez, de cum y sentire,
es decir, sentir, pensar, opinar en común, lo cual supone el acuerdo de dos o más voluntades sobre un mismo punto.
Técnicamente, el consentimiento supone una declaración de voluntad común, en la que por lo menos dos partes
manifiestan su voluntad.

El consentimiento resulta del encuentro, o conjunción, de las voluntades unilaterales de quien oferta y de quien
acepta, pero sólo cuando se produce el encuentro o conjunción unánime de ambas hay consentimiento, pues la
voluntad de una persona no es suficiente a ese efecto.

 Finalidad: cualquiera sea la acepción de consentimiento que se considere, éste siempre ha tenido la
virtualidad de dar existencia a un acuerdo de partes, es decir, a la formación del contrato.

EL CONSENTIMIENTO EN EL CCC

Regla general, los contratos se perfeccionan con la “recepción de la aceptación de una oferta, o por una conducta
de las partes que sea suficiente para demostrar la existencia de un acuerdo”. La aceptación supone una
conformidad con la oferta.

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En el caso de contratos celebrados luego de negociaciones extendidas en el tiempo, la conducta de las partes es
esencial para demostrar la existencia del acuerdo, ya que, por las características particulares de estas
contrataciones, la oferta y aceptación no pueden identificarse claramente en el tiempo, y, en consecuencia, no se
puede determinar con precisión cuándo se ha perfeccionado el consentimiento. En su lugar, la conducta de las
partes intervinientes constituye el elemento para identificar si se ha arribado a un acuerdo, aun cuando no pueda
precisarse el momento de su conclusión.

Contratos celebrados por adhesión a cláusulas generales predispuestas


Sección 2, Capítulo 3 “Formación del consentimiento”.

Son aquellos mediante los cuales “uno de los contratantes adhiere a cláusulas generales predispuestas
unilateralmente, por la otra parte o por un tercero, sin que el adherente haya participado en su redacción”.

Para la protección de la parte que no interviene en la redacción de las clausulas, el CCC establece normas de carácter
tuitivo:

 Las clausulas deben ser comprensibles y autosuficientes, y la redacción debe ser clara, completa y fácilmente
legible (art 985).
 Se tienen por no convenidas las cláusulas que efectúan reenvíos a textos o documentos que no son
facilitados a la otra parte de manera previa o simultánea a la celebración del contrato (art 985).
 Se brinda preeminencia a las cláusulas particulares, entendidas como aquellas que son negociadas
individualmente, y, por ello, amplían, limitan, suprimen o interpretan una cláusula general (art 986).
 Establece, como principio, la interpretación contra preferentem. Esto es, que en caso de que existan
cláusulas ambiguas predispuestas por una de las partes, se deben interpretar en sentido contrario a la parte
predisponente, que fue quien la redactó y debería haberlo hecho de manera clara y sin ambigüedades (987).

El Código establece una regulación expresa para los casos de cláusulas abusivas, recoge principios tomados de la Ley
de Defensa del consumidor. Considera que se tienen por no escritas, y, por lo tanto, no tienen efecto las cláusulas
(art. 988):

 Que desnaturalizan las obligaciones del predisponente (es decir, que quitan el carácter de “natural” o
“normal” y limitan o restringen las obligaciones de quien redacta la cláusula, en su propio beneficio).
 Que implican una renuncia o restricción a los derechos del adherente (en tanto suponen un menoscabo para
la parte que no intervino en la redacción de la cláusula).
 Sorpresivas, es decir, aquellas que, por su contenido, redacción o por la manera en que están presentadas,
no son razonablemente previsibles.

Control judicial de las cláusulas abusivas:

El art. 989 dispone expresamente que el control administrativo de este tipo de cláusulas no impide su control
judicial. Esto es relevante, pues existen contratos que, inclusive contando con dicha conformidad, pueden ser
sometidos a control judicial en relación al carácter abusivo de sus cláusulas. Si el juez declara la nulidad parcial del
contrato, simultáneamente debe integrarlo de conformidad con las reglas previstas en el art. 964.

OFERTA

El consentimiento en los contratos está conformado a través de conceptos tales como la oferta y la aceptación.

ARTICULO 972.- Oferta. La oferta es la manifestación dirigida a persona determinada o determinable, con la
intención de obligarse y con las precisiones necesarias para establecer los efectos que debe producir de ser
aceptada.
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La oferta es una manifestación unilateral de voluntad, comprende aquellos casos en que es expresa o tácita,
recepticia o no, dirigida a persona determinada o indeterminada.

Naturaleza jurídica

Según el CCC, la oferta es un acto jurídico unilateral (art. 259) porque se configura con la sola voluntad del oferente.
Es recepticia, en tanto tiene un destinatario, pues no puede pensarse a la oferta sino dirigida a otros, para que esos
terceros la conozcan y, en su caso, la acepten. Y, por último, tiene una finalidad esencial, que la diferencia de las
meras tratativas contractuales, y que implica la intención de obligarse por parte del oferente.

Requisitos

La oferta debe estar dirigida a una persona determinada o determinable, debe ser completa y contener la intención
de obligarse. Según el art. 972 del Código, son requisitos de la oferta:

 Direccionalidad: con respecto al elemento "sujeto", la oferta debe ser recepticia. Esto implica decir que
tenga destinatario, o sea, una o más personas determinadas o determinables que, en su caso, asumirán la
condición de aceptante.
 Completitividad: supone la autosuficiencia o plenitud de la declaración contractual emitida, que debe
contener las precisiones necesarias vinculadas a los efectos que van a derivarse del contrato, en caso que
ella sea aceptada. El 972 sólo exige que contenga las precisiones necesarias para establecer los efectos que
debe producir de ser aceptada, aunque no contenga todos los elementos constitutivos del contrato. Esto
implica que la oferta es completa aun cuando carezca de cuestiones accesorias, lo que puede variar de
acuerdo con las circunstancias particulares del caso. En aquel sentido, en los principios UNIDROIT se
establece que: “una propuesta para celebrar un contrato constituye una oferta, si es suficientemente precisa
e indica la intención del oferente de quedar obligado en caso de aceptación”
 Vinculante: la oferta debe ser hecha por el oferente con la intención de obligarse, es decir, de quedar
obligado cuando el destinatario la acepte. Esto se relaciona directamente con la finalidad de la oferta. La
oferta se hace con la intención de producir efectos jurídicos, ya sea crear, modificar o extinguir un contrato.
Si no cuenta con la intención de obligarse carece de trascendencia jurídica.

Invitación a ofertar

El tema de la direccionalidad de la oferta está relacionado con las ofertas hechas al público, es decir, a personas
indeterminadas. El Código diferencia la invitación a ofertar de la oferta en sí misma.

La invitación a ofertar es una declaración unilateral de voluntad por la que se propone a personas determinadas, o
indeterminadas, a que realicen ofertas (con todas las características propias de ellas) en relación a un posible
negocio. El CCC contempla la invitación a ofertar, y dispone:

ARTÍCULO 973.- Invitación a ofertar. La oferta dirigida a personas indeterminadas es considerada como
invitación para que hagan ofertas, excepto que de sus términos o de las circunstancias de su emisión resulte
la intención de contratar del oferente. En este caso, se la entiende emitida por el tiempo y en las condiciones
admitidas por los usos.-

Es decir, la oferta al público es efectiva cuando de ella surge la clara intención de obligarse. De lo contrario, se la
considera una invitación a ofertar.

Esta declaración no supone en sí misma una oferta, al faltarle la completitividad y la voluntad conclusiva del
oferente, de modo que no puede ser aceptada sin más por las personas a las que se dirige, quienes, de interesarse
en la invitación, deberán elaborar sus propias ofertas de contrato en los términos del art. 972.

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La manera de instrumentación de esta figura puede ser diversa, desde las comunicaciones públicas y generales
hasta las notificaciones particulares y privadas. El llamado a licitación privada participa de estas características.

Asimismo, el Código contiene una regulación especial para las ofertas emitidas en el marco de contratos de
consumo, específicamente, las ofertas por medios electrónicos previstas en el art. 1.108.

Fuerza obligatoria de la oferta

ARTÍCULO 974.- Fuerza obligatoria de la oferta. La oferta obliga al proponente, a no ser que lo contrario
resulte de sus términos, de la naturaleza del negocio o de las circunstancias del caso.

La oferta hecha a una persona presente o la formulada por un medio de comunicación instantáneo, sin
fijación de plazo, sólo puede ser aceptada inmediatamente.

Cuando se hace a una persona que no está presente, sin fijación de plazo para la aceptación, el proponente
queda obligado hasta el momento en que puede razonablemente esperarse la recepción de la respuesta,
expedida por los medios usuales de comunicación.

Los plazos de vigencia de la oferta comienzan a correr desde la fecha de su recepción, excepto que contenga
una previsión diferente.-

La regla es que la oferta tiene carácter vinculante para quien la propone o emite. Excepciones:

a) Que lo contrario resulte de los propios términos de la oferta.


b) Que ello resulte de la naturaleza del negocio. c) Que resulte de las circunstancias del caso.

Aquello significa admitir que la oferta tiene autonomía y fuerza vinculante antes de la aceptación por el destinatario,
independientemente de que puedan existir vicisitudes como la retractación o la caducidad de la misma.

Alterini “En el derecho moderno, el oferente y, en su caso, sus sucesores, están obligados a mantener la oferta
durante el tiempo de su vigencia, a menos que la retracten útilmente”

El oferente queda obligado a cumplir o a indemnizar, y, en ese caso, no se trataría de responsabilidad


precontractual, sino de responsabilidad contractual. Este es el sistema que sigue nuestro actual Código, al establecer
su carácter vinculante (art. 974), la posibilidad de retractación (art. 975), su caducidad por muerte e incapacidad y el
deber de reparar cuando su extinción perjudica al destinatario (art. 976).

La oferta no obliga indefinidamente a quien la emite, siempre tiene un plazo de vigencia. Puede que el oferente lo
haya fijado específicamente o no lo haya hecho. El Código sólo regula los casos en los que no se ha fijado un plazo
para la aceptación de la oferta. Distingue, teniendo en cuenta la no existencia de plazo fijado, entre dos modalidades
de contratación: entre presentes o entre ausentes. (974).

 En el caso de contratos entre presentes, la oferta se efectúa a una persona presente, o bien se formula por
un medio de comunicación instantáneo, sin la fijación de un plazo para la aceptación. La oferta sólo puede
ser aceptada inmediatamente; de lo contrario, pierde su fuerza obligatoria.
 En los contratos entre ausentes, en los que no se haya fijado un plazo para la aceptación, es decir, los casos
en los que hay un lapso de tiempo entre la oferta y la aceptación, el oferente no queda vinculado a su oferta
indefinidamente. La oferta tiene carácter vinculante hasta el momento en que puede razonablemente
esperarse la recepción de una respuesta, expedida por los medios usuales de comunicación.

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ARTÍCULO 980.- Perfeccionamiento. La aceptación perfecciona el contrato:

a) entre presentes, cuando es manifestada;


b) entre ausentes, si es recibida por el proponente durante el plazo de vigencia de la oferta.-

Si el oferente ha fijado un plazo de vigencia de la oferta, la aceptación solo puede realizarse en ese plazo para que se
produzca el perfeccionamiento del contrato.

En relación al momento desde el cual comienza a correr el plazo de vigencia de la oferta, excepto se disponga algo
diferente, el plazo corre desde la fecha de su recepción por el destinatario.

Retractación de la oferta

Una vez emitida la declaración contractual de oferta, puede acaecer una serie de circunstancias que modifiquen su
eficacia jurídica, en la medida en que la aceptación no se produzca en forma inmediata.

Retractación

ARTÍCULO 975.- Retractación de la oferta. La oferta dirigida a una persona determinada puede ser retractada
si la comunicación de su retiro es recibida por el destinatario antes o al mismo tiempo que la oferta.-

Es una manifestación de voluntad del oferente que tiene por efecto retirar la oferta. El Código permite que el
oferente retire libremente su oferta, en tanto el destinatario tome conocimiento de la retractación antes de haber
conocido la oferta, o en el mismo momento de conocerla.

Este sistema difiere del seguido por el Código Civil Alemán, en el cual la oferta es irrevocable (salvo reserva en
contrario). Y no pierde vigor en caso de muerte o incapacidad del oferente.

En los principios de UNIDROIT se establece que “cualquier oferta, aun cuando sea irrevocable, puede ser retirada si
la notificación de su retiro llega al destinatario antes o al mismo tiempo que la oferta”.

La retractación no sólo debe haber sido hecha, sino también remitida en tiempo útil, de manera que sea recibida por
el destinatario por lo menos hasta el mismo momento en que llegue la oferta.

En esos casos, la retractación de la oferta no acarreará ninguna consecuencia jurídica para el oferente.

 Caducidad: supone la pérdida de eficacia de la declaración por el acaecimiento de determinados hechos


objetivos, tales como el fallecimiento o incapacitación del proponente o destinatario.

ARTÍCULO 976.- Muerte o incapacidad de las partes. La oferta caduca cuando el proponente o el destinatario
de ella fallecen o se incapacitan, antes de la recepción de su aceptación.
El que aceptó la oferta ignorando la muerte o incapacidad del oferente, y que a consecuencia de su
aceptación ha hecho gastos o sufrido pérdidas, tiene derecho a reclamar su reparación.-

En los casos en que el tiempo es indeterminado, y se ha renunciado pura y simplemente a la facultad de revocar, es
de aplicación el párrafo tercero del art. 974, según el cual “el proponente queda obligado hasta el momento en que
puede razonablemente esperarse la recepción de la respuesta, expedida por los medios usuales de comunicación”.

La caducidad de la oferta se produce por muerte o incapacidad de cualquiera de las partes (proponente o
destinatario de la oferta), ocurrida antes de la recepción de la aceptación, es decir, antes del perfeccionamiento del
contrato. Si el destinatario aceptó la oferta ignorando la muerte o la incapacidad del oferente, y, a consecuencia de
la aceptación, hizo gastos o sufrió pérdidas, tiene derecho a reclamar su reparación.

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CONTRATO PLURILATERAL

ARTÍCULO 977.- Contrato plurilateral. Si el contrato ha de ser celebrado por varias partes, y la oferta emana
de distintas personas, o es dirigida a varios destinatarios, no hay contrato sin el consentimiento de todos los
interesados, excepto que la convención o la ley autoricen a la mayoría de ellos para celebrarlo en nombre de
todos o permitan su conclusión sólo entre quienes lo han consentido.-

Oferta hecha por una pluralidad de sujetos o a una pluralidad de sujetos

La oferta puede ser efectuada por varias personas y estar dirigida a uno o varios destinatarios. Estamos ante casos
de contratos plurilaterales, es decir, casos en que la oferta emana de diferentes personas o tiene varios
destinatarios.

En esos casos, no hay contrato sin el consentimiento de todos los interesados. Es decir, para que se perfeccione el
contrato se requiere la aceptación de todas las personas que intervinieron en la oferta (en caso de varios ofertantes)
y de todos los destinatarios (en caso de que la oferta esté dirigida a varias personas). Ello es así porque se infiere que
existe la intención de que todos los interesados sean las partes contratantes.

La norma contempla la posibilidad de que, por disposición legal, o de las partes, se autorice a la mayoría a concluirlo
en nombre de todos (el contrato sería concluido por todos los ofertantes y/o destinatarios originales), o bien que se
permita su celebración entre todos los que lo consintieran (caso en el que el contrato se perfeccionaría entre los
oferentes y/o destinatarios que aceptaran la celebración en esos términos).

ACEPTACIÓN

ARTÍCULO 978.- Aceptación. Para que el contrato se concluya, la aceptación debe expresar la plena
conformidad con la oferta. Cualquier modificación a la oferta que su destinatario hace al manifestar su
aceptación, no vale como tal, sino que importa la propuesta de un nuevo contrato, pero las modificaciones
pueden ser admitidas por el oferente si lo comunica de inmediato al aceptante.-

En la doctrina hay coincidencia en cuanto a considerar a la aceptación como una manifestación unilateral de la
voluntad, recepticia, de contenido coincidente con el de la oferta, que está dirigida al oferente y destinada a la
formación del contrato.

 Direccionalidad: debe estar dirigida al ofertante o proponente de la oferta. Esto marca su carácter de
recepticia; el destinatario no puede ser otro que aquel que le propuso la oferta en cuestión.
Se evidencia aún más en la actual redacción del Código, en donde es clave el hecho de la recepción por el
proponente de la aceptación, lo que delimita el momento en que el contrato queda perfeccionado, en los
contratos entre ausentes (art. 971 y 980).

 La plena conformidad con la oferta: la oferta supone una declaración unilateral de voluntad realmente
encauzada a concluir el negocio, por lo que debe ser eficaz a tal fin. Para que el contrato se concluya, la
aceptación debe expresar la plena conformidad con la oferta. La regulación en nuestro Código, mediante el
principio de identidad, establece que “para que el contrato se concluya, la aceptación debe expresar plena
conformidad con la oferta”.

La norma no discrimina entre elementos esenciales y secundarios del contrato, por lo que el acuerdo debe ser
absoluto. Para ello, debe existir una total coincidencia con la proposición enviada, tanto en los puntos esenciales,
como en los accidentales. A tenor de ello, cualquier modificación que el destinatario hace a la oferta, al manifestar
su aceptación, se reputa como una propuesta de un nuevo contrato que requiere de aceptación por parte de quien
era el oferente original, para su formalización. Esta es la postura receptada por el art. 978 del Código, que además

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contempla la posibilidad de que las modificaciones sean admitidas por el oferente, si lo comunica de inmediato al
aceptante. Es decir, en este caso, el tiempo es relevante a los efectos de determinar si el contrato queda concluido
con las modificaciones formuladas.

Es necesario distinguir el problema tratado de la falta de previsión de determinados aspectos del contrato por las
partes. Una cosa es que las partes contraten, dejando sin resolver diversos aspectos de la convención (plazo,
determinación exacta del objeto, precio, etc.), pero manifestando pleno acuerdo sobre los que sí han tratado. Y otra
muy distinta es que mantengan diferencias sobre el contenido del contrato, plasmadas en la aceptación (que supone
una propuesta de nuevo contrato de conformidad). Es este segundo caso, al que se refiere el artículo citado, en el
que nunca habrá contrato, produciéndose una contrapropuesta que deberá ser considerada por el oferente original.

La aceptación, entonces, debe consistir en una adhesión lisa y llana a la propuesta efectuada y debe ser oportuna.

Modos de aceptación

ARTÍCULO 979.- Modos de aceptación. Toda declaración o acto del destinatario que revela conformidad con
la oferta constituye aceptación. El silencio importa aceptación sólo cuando existe el deber de expedirse, el
que puede resultar de la voluntad de las partes, de los usos o de las prácticas que las partes hayan
establecido entre ellas, o de una relación entre el silencio actual y las declaraciones precedentes.

Retractación de la aceptación

Respecto de las vicisitudes de la aceptación, una de estas es la retractación.

ARTÍCULO 981.- Retractación de la aceptación. La aceptación puede ser retractada si la comunicación de su


retiro es recibida por el destinatario antes o al mismo tiempo que ella.-

Es decir que, formándose el consentimiento con la recepción de la aceptación de la oferta, se permite el retiro de la
aceptación antes de que quede perfeccionado el contrato. De hecho, no ocasiona ningún perjuicio al ofertante por el
retiro de una manifestación de voluntad que aún no ha llegado a conocer.

En definitiva, la retractación es posible hasta el perfeccionamiento del contrato


(recepción de la aceptación de la oferta).

 Caducidad: El CCC prevé el caso genérico de muerte o incapacidad de cualquiera de las partes (proponente o
destinatario).

Aun cuando el Código se refiere a la muerte o incapacidad del destinatario de la oferta, como un supuesto de
caducidad de la oferta y no de la aceptación, brinda una solución al caso. Concretamente, dispone la caducidad de la
oferta para el caso de muerte o incapacidad del destinatario de la oferta, producido antes de la recepción de su
aceptación. Es decir, no habiéndose perfeccionado el contrato antes de la recepción de la aceptación, la muerte o
incapacidad del aceptante anterior a ese momento, suponen su caducidad, sin más consecuencias jurídicas.

Las dudas presentes en la codificación anterior, para el mismo caso, quedan disipadas en el nuevo Código al
acogerse la teoría de la recepción y no la de la expedición como relevante para el perfeccionamiento del contrato.

ACUERDO PARCIAL

ARTÍCULO 982.- Acuerdo parcial. Los acuerdos parciales de las partes concluyen el contrato si todas ellas,
con la formalidad que en su caso corresponda, expresan su consentimiento sobre los elementos esenciales
particulares. En tal situación, el contrato queda integrado conforme a las reglas del Capítulo 1. En la duda, el
contrato se tiene por no concluido. No se considera acuerdo parcial la extensión de una minuta o de un
borrador respecto de alguno de los elementos o de todos ellos.-
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La noción de acuerdos parciales está relacionada con la etapa de formación del contrato. Las partes comienzan
tratando determinados aspectos del contrato, que van a ser parte de su contenido, y arriban a acuerdos o pactos
parciales. De esta manera, el contenido del contrato se va conformando de manera progresiva, en función de los
graduales acuerdos respecto de determinados puntos del contrato. En el marco de esas negociaciones, es posible
que las partes documenten por escrito esos avances, a través de lo que comúnmente se denomina minutas o
puntualización, donde sirven de prueba los puntos en los que han manifestado su acuerdo, o inclusive su
desacuerdo.

Se considera celebrado el contrato cuando la totalidad de los aspectos sobre los que debía referirse, y que las partes
sometieron a discusión, fueron aprobados por los involucrados. Es por ello que el artículo requiere:

 Expresión del consentimiento de todas las partes


 Acuerdo sobre los elementos esenciales particulares.

Inclusive, se ha planteado la hipótesis de que las partes inicien tratativas respecto a la posibilidad de convenir un
determinado proyecto de contrato, cuyas cláusulas deben ser objeto de análisis y discusión.

Para que se perfeccione el contrato en estos casos, por vía de regla, el acuerdo de los contratantes debe extenderse
a todos los puntos materia de discusión. En principio, los acuerdos fragmentarios o parciales que dejen cuestiones
futuras a resolver no constituyen oferta ni aceptación en sentido técnico, sino meras tratativas inconclusas.

Recepción de la manifestación de la voluntad

ARTICULO 983.- Recepción de la manifestación de la voluntad. A los fines de este Capítulo se considera que
la manifestación de voluntad de una parte es recibida por la otra cuando ésta la conoce o debió conocerla,
trátese de comunicación verbal, de recepción en su domicilio de un instrumento pertinente, o de otro modo
útil.-

FORMACION DEL CONTRATO ENTRE PRESENTES Y AUSENTES

CONTRATOS ENTRE PRESENTES

En los contratos celebrados entre presentes, la oferta y la aceptación se producen en forma inmediata, por lo que la
formación del contrato es instantánea. Se recepta el principio de la tempestividad de la aceptación. Esto
comprende la noción de contratos entre presentes como así también aquellos en los que la oferta y aceptación se
formulan a través de medios de comunicación instantáneos.

El segundo párrafo del art. 974 del Código prevé que: “la oferta hecha a una persona presente o la formulada por un
medio de comunicación instantáneo, sin fijación de plazo, solo puede ser aceptada inmediatamente”. Asimismo, el
art. 980 del

Se perfecciona el contrato cuando la aceptación es manifestada.

Al no existir espacio temporal entre la manifestación de la aceptación y la recepción de la misma (teoría receptada
en el Código para la formación del consentimiento), la primera es suficiente para lograr el perfeccionamiento del
contrato. Se aplica en los casos de contratos entre presentes, o en aquellos en los que estén involucrados medios de
comunicación instantáneos.

CONTRATOS ENTRE AUSENTES

Son contratos entre ausentes aquellos celebrados por sujetos que se encuentran en distinto lugar geográfico.

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Los efectos de calificar una convención como contrato entre ausentes recaen en el momento de perfeccionamiento
del contrato.

No obstante, aunque el contrato sea entre ausentes, deberá ser juzgado en cuanto al momento de
perfeccionamiento por las reglas relativas a los contratos entre presentes cuando existe inmediatez en la emisión de
las respectivas declaraciones contractuales y, correlativamente, instantaneidad en la formación del consentimiento.

La aceptación perfecciona el contrato “si es recibida por el proponente durante el plazo de vigencia de la oferta”.

Es posible que la oferta contenga un plazo de vigencia. Cumplido el plazo, si la aceptación no fue recibida por el
proponente, no hay contrato perfeccionado. Ahora bien, la mayoría de las ofertas no incluyen un plazo de duración.
El Código resuelve esta situación y dispone que, “el proponente quede obligado en relación a su oferta hasta el
momento en que pueda razonablemente esperarse la recepción de la respuesta, mediante medios usuales de
comunicación”. La aceptación, entonces, debe ser oportuna.

Teorías extremas y teorías intermedias: diferentes sistemas de conformidad según el momento de


perfeccionamiento de los contratos celebrados entre ausentes.

 Sistema de la declaración o de la manifestación: es una teoría extrema que considera concluido el contrato
en el momento en que el aceptante manifiesta aceptar la oferta de cualquier manera. Es rechazada por ser
altamente riesgosa, al no determinar con precisión el momento de la formación contractual y presentar
graves problemas en cuanto a la prueba.
 Sistema de la expedición o del envío: para que haya contrato exige que la aceptación haya sido enviada al
oferente por parte del aceptante. Es una tesis intermedia, regla aceptada durante la vigencia del Código Civil
reformado. Sistema que, por regla general, adoptaba el Código Civil reformado a partir de lo establecido en
su art. 1154. El contrato se entendía perfeccionado desde que el aceptante enviaba su declaración al
oferente. Por excepción, regía la teoría del conocimiento dos situaciones: 1. La caducidad de la oferta (art.
1.149), y 2. La retractación de la aceptación (art. 1.156).
 Sistema de la recepción: es otro sistema intermedio, que juzga perfeccionado el contrato en el momento en
que la aceptación es recibida por el oferente, no requiriendo que llegue a conocimiento efectivo de este.
Dicho sistema es el que adopta nuestro CCC (art. 971).
 Sistema de la información o del conocimiento: es otra posición extrema y rigurosa, que requiere para el
perfeccionamiento del contrato que la aceptación haya llegado efectivamente a conocimiento del oferente.

Solución del Código Civil y Comercial y del derecho comparado: Nuestro CCC, de conformidad con la regla
establecida en el art. 971 del Código, adopta el sistema de la recepción. ¿Cuándo se considera recibida la
manifestación de la voluntad? El art. 983 del Código dispone que la recepción se produce cuando la parte, a quien
iba dirigida, la conoce o debió conocerla, ya sea por comunicación verbal, por la recepción en su domicilio de un
instrumento pertinente o por cualquier otro modo útil (art. 983).

TRATATIVAS CONTRACTUALES

Corresponden al primer estadio de la negociación, en el cual ninguna de las partes queda obligada respecto a la otra
en función de sus declaraciones de voluntad.

En esta instancia, las partes entran en contacto y negocian el contenido del contrato, tanto en sus aspectos centrales
como en las cuestiones accesorias.

Tienen dos características distintivas: “No son idóneas para concluir el contrato, pero tienen por fin llegar a él”
(Alterini).

LIBERTAD DE NEGOCIACIÓN
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El Código otorga amplias libertades a las partes para realizar tratativas tendientes a la celebración del contrato.
Concretamente, el art. 990 consagra el principio de libertad de negociación y dispone:

ARTÍCULO 990.- Libertad de negociación. Las partes son libres para promover tratativas dirigidas a la
formación del contrato, y para abandonarlas en cualquier momento.-

Este artículo se corresponde con el principio UNIDROIT que establece: “Las partes tienen plena libertad para
negociar los términos de un contrato y no son responsables por el fracaso en alcanzar un acuerdo”. Y es coherente
con el principio de libertad de contratación asentado en el art. 958 CCC.

La etapa precontractual se inicia con los acercamientos serios y direccionados de los tratantes, quienes comienzan a
dialogar con miras a celebrar uno o más contratos.

Las partes inician los contactos, precisan los puntos de discusión, fijan elementos y cláusulas que podrían formar
parte del futuro contrato, sin originar por ello vínculo alguno, ya que durante esta etapa el contrato constituye un
esquema meramente hipotético.

Este momento debe evaluarse con amplitud, dadas las dificultades de hecho que importa la prueba de iniciación de
tratativas. Si bien, como dijimos, no son idóneas para concluir el contrato, creemos necesaria la seriedad de los
acercamientos, que deben realizarse con una razonable voluntad de contratar eventualmente (en caso de arribar a
un acuerdo), no siendo suficientes las propuestas ambiguas o consideraciones ligeras.

Puede ocurrir que la etapa precontractual se inicie por la manifestación unilateral de una de las partes de su
voluntad de contratar, o por voluntad de ambos tratantes que se someten al proceso de negociaciones. Pero esas
manifestaciones no constituyen una oferta, pues no llegan a cumplir con las características exigidas por el art. 972.

Existen básicamente dos formas de conclusión de la etapa precontractual:

 La celebración del contrato: aquí se agota la precontractualidad, pues la formalización del contrato da inicio
a la etapa contractual. Por ello, es relevante conocer en qué momento se encuentra formado el contrato,
esta instancia es la que marca el inicio de la etapa contractual y el fin de la precontractual (art. 971 y 980).
Una vez formado el contrato, las vicisitudes que puedan afectarlo en el futuro deben encuadrarse en la
instancia contractual, y queda al margen de la precontractualidad.
 La frustración de las tratativas: esto ocurre cuando, por cualquier circunstancia, finaliza el proceso de
formación del contrato, y se decide su no celebración. Puede ocurrir que los tratantes de común acuerdo
decidan cerrar la etapa de negociaciones o que una de ellas abandone las negociaciones, aun cuando la otra
esté interesada en seguir con las tratativas. Este caso presenta interés cuando tal abandono resulta
intempestivo y vulnera legítimas expectativas del otro tratante.

DEBER DE BUENA FE

Principio general

ARTÍCULO 991.- Deber de buena fe. Durante las tratativas preliminares, y aunque no se haya formulado una
oferta, las partes deben obrar de buena fe para no frustrarlas injustificadamente. El incumplimiento de este
deber genera la responsabilidad de resarcir el daño que sufra el afectado por haber confiado, sin su culpa, en
la celebración del contrato.-

El art. 991 del Código consagra el deber de buena fe que debe seguirse en el marco específico de las tratativas
contractuales. El análisis de esta norma debe realizarse en concordancia con el principio de buena fe en la

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celebración del contrato, establecido por el art. 961. Este último supone el cumplimiento de lo estrictamente
pactado, pero también de una serie de deberes secundarios que amplían el espectro de valoración de la conducta de
las partes intervinientes en la contratación. En términos del Código:

ARTÍCULO 961.- Buena Fe: Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe, obligando
no solo a lo que está formalmente expresado sino a todas las consecuencias que puedan considerarse
comprendidas en ellos, con los alcances de lo que razonablemente se habría obligado un contratante
cuidadoso y previsor.-

El principio de buena fe está orientado a que las partes actúen en el curso de las negociaciones de manera tal que no
las frustren injustificadamente. Si bien no se impone a las partes la conclusión del contrato, sí debe protegerse la
confianza de la otra parte a través de conductas leales y correctas.

En esta etapa, el deber de buena fe obliga a quienes participan de las tratativas a llevarlas adelante, continuando
lealmente con la negociación, no abandonándola intempestiva o arbitrariamente. No significa que una parte no
pueda apartarse de las tratativas y quede ligado a ellas si lo hace de mala fe, pero en tal caso deberá afrontar las
consecuencias derivadas de tal conducta reñida con la buena fe.

Los principios de UNIDROIT, bajo la denominación “Negociaciones de mala fe: “En particular, se considera mala fe
que una parte entre en o continúe negociaciones cuando al mismo tiempo tiene la intención de no llegar a un
acuerdo”.

El deber de buena fe, en el contexto de las tratativas contractuales, supone conductas tales como:

 Negociar lealmente.
 No realizar negociaciones sin un interés real de llegar a un acuerdo.
 Confianza razonable en la celebración del contrato.
 No abandonar intempestiva o arbitrariamente las negociaciones (interrupción de mala fe). En cuanto a este
punto, la determinación de cuándo el abandono es intempestivo o arbitrario, es una cuestión de hecho, que
dependerá de las circunstancias del caso (el grado de avance en las negociaciones, los puntos sobre los que
habían llegado a un acuerdo, la confianza generada en la otra parte, etc.)
 No generar condiciones imposibles o abusivas para lograr la contratación, que, en definitiva, terminen
frustrándola.

Consecuencias de la celebración de mala fe:

El Código establece, en la misma norma que regula la buena fe en las tratativas contractuales, las consecuencias que
acarrean las conductas de las partes que, en el marco de la etapa precontractual, se apartan de este principio.

En los Fundamentos del Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación (2012) se planteó que en la
ponderación de la libertad de negociación y de la buena fe, se encontraban las soluciones para la responsabilidad en
los casos típicos de negociación entre iguales (se aclara esto dado que la temática de los períodos previos, en las
relaciones de consumo, tiene una regulación especial).

Así, el Código regula las consecuencias del apartamiento del principio de buena fe, determinando la responsabilidad
precontractual y estableciendo la obligación de indemnizar, a cargo del incumplidor.

Indemnización: si durante las tratativas preliminares se obrara de mala fe, y esa conducta generara daños a quien
confió en la celebración del contrato, esos daños deberán ser resarcidos. De manera similar, los Principios de
UNIDROIT plantean que “la parte que negocia o interrumpe las negociaciones de mala fe es responsable por los
daños y perjuicios causados a la otra parte”.
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El art. 991 del Código exige:

 Que una de las partes haya incumplido con el deber de buena fe, en el contexto de las tratativas.
 Que la otra haya sufrido un daño como consecuencia de esa conducta, por haber confiado en la celebración
del contrato, sin que exista culpa de su parte.

La consecuencia del incumplimiento genera el deber de reparar. Esto significa que la parte perjudicada puede
recuperar los gastos en que incurrió por las negociaciones, y también podrá ser compensada por cualquier otro daño
derivado de la frustración de mala fe de las negociaciones (de conformidad con el art. 1.740 que prevé el principio
de la reparación plena).

DEBER DE CONFIDENCIALIDAD

ARTÍCULO 992.- Deber de confidencialidad. Si durante las negociaciones, una de las partes facilita a la otra
una información con carácter confidencial, el que la recibió tiene el deber de no revelarla y de no usarla
inapropiadamente en su propio interés. La parte que incumple este deber queda obligada a reparar el daño
sufrido por la otra y, si ha obtenido una ventaja indebida de la información confidencial, queda obligada a
indemnizar a la otra parte en la medida de su propio enriquecimiento.-

Principio general

Al comenzar una negociación, las partes intercambian diferente tipo de información vinculada con el contrato que
pretenden celebrar a futuro (relacionada con características de la operación o de las partes involucradas, etc.). No
existe una regla que impida a las partes revelar esa información, o utilizarla para sus propios fines si el contrato
luego no se perfecciona, teniendo libertad en ese sentido, excepto que se trate de información de tipo confidencial.

Una de las partes puede pretender que la información que suministra no sea difundida ni utilizada para otros fines
que la evaluación respecto al perfeccionamiento del contrato. Si se declara que a la información se le da el carácter
de confidencial, quien la recibe debe cumplir con la reserva que se deriva de tal condición.

El art. 992 dispone que, cuando en el marco de las negociaciones una de las partes le proporciona a la otra
información asignándole el carácter de confidencial(es decir, que no se trataría de cualquier información sino de
aquella a la que se le otorga esta particularidad), quien la recibió debe respetar esta condición. Implica que:

 No debe divulgar a terceros la información suministrada;


 No debe utilizar esa información en su propio interés; no debe “usarla inapropiadamente en su propio
interés”. Entendemos que ese “uso” se configuraría cuando la parte que recibe la información la utiliza para
otros fines que son ajenos a la evaluación respecto a la celebración del contrato.

En definitiva, la violación de la confidencialidad podría interpretarse, también, como un incumplimiento del deber de
buena fe que debe existir en el marco de las tratativas contractuales, aunque el Código elige darle una regulación
específica.

Consecuencias del incumplimiento del deber de confidencialidad

992: La parte que incumple queda obligada a reparar el daño sufrido por la otra como consecuencia de la revelación
o uso inapropiado de la información confidencial. Asimismo, nos da una pauta adicional: si de la utilización de la
información adicional, la parte incumplidora obtuvo una ventaja (la que es indebida), entonces el parámetro para
evaluar el resarcimiento consistirá en la consideración de la ventaja obtenida. Es que la ley dispone que, en ese caso,
quede obligada a indemnizar a la otra parte en la medida de su propio enriquecimiento. Serán de aplicación,
entonces, las normas vinculadas con el enriquecimiento sin causa (art. 1.794).

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CARTAS DE INTENCION

ARTÍCULO 993.- Cartas de intención. Los instrumentos mediante los cuales una parte, o todas ellas, expresan
un consentimiento para negociar sobre ciertas bases, limitado a cuestiones relativas a un futuro contrato,
son de interpretación restrictiva. Sólo tienen la fuerza obligatoria de la oferta si cumplen sus requisitos.-

El Código define a las cartas de intención como aquellos instrumentos a través de los cuales las partes se ponen de
acuerdo para iniciar la negociación, en función de una futura contratación:

Para Alterini, las cartas de intención constituyen “una amplia gama de manifestaciones que las partes, individual o
conjuntamente, realizan por escrito en el curso de las tratativas contractuales”

En principio, las cartas de intención no generan obligaciones ni responsabilidad para las partes involucradas; no
constituye el instrumento de un acuerdo ni obliga a quien la emite, siendo sus efectos similares a los de la invitación
a ofertar. El art. 993 dispone que las cartas de intención sólo tienen fuerza obligatoria en caso de contener todos los
elementos de la oferta (direccional, completa y con intención de obligarse. Por último, se aclara expresamente la
interpretación restrictiva que debe hacerse de estos instrumentos.

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LECTURA 4 - PRESUPUESTOS Y ELEMENTOS DE LOS CONTRATOS

4 - Presupuestos y elementos de los contratos

El Código reconoce a la capacidad de derecho como la aptitud de la que goza toda persona humana para ser “titular
de derechos y deberes jurídicos” y establece que “la ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos,
simples actos, o actos jurídicos determinados”.

Presupuestos y elementos. Clasificación clásica y Contemporánea

1. CAPACIDAD. REGLAS GENERALES DE LA CAPACIDAD RESTRINGIDA

El régimen de la capacidad está regulado en el Capítulo 2, Título Primero, del Libro Primero.

ARTÍCULO 22.- Capacidad de derecho. Toda persona humana goza de la aptitud para ser titular de derechos
y deberes jurídicos. La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples actos, o actos
jurídicos determinados.-

ARTICULO 23. Capacidad de ejercicio. Toda persona humana puede ejercer por sí misma sus derechos,
excepto las limitaciones expresamente previstas en este Código y en una sentencia judicial.-

ARTICULO 24. Personas incapaces de ejercicio. Son incapaces de ejercicio: a) la persona por nacer; b) la
persona que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, con el alcance dispuesto en la Sección 2ª
de este Capítulo; c) la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la extensión dispuesta en esa
decisión.-

El Código reconoce a la capacidad de derecho como la aptitud de la que goza toda persona humana para ser “titular
de derechos y deberes jurídicos” (art. 22) , y establece que “la ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de
hechos, simples actos, o actos jurídicos determinados”

Distingue a la capacidad de ejercicio como la posibilidad de que “toda persona humana pueda ejercer por sí misma
sus derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas en el Código y en una sentencia judicial”. Establece
casos específicos de incapacidad de ejercicio, a saber:

 la persona por nacer;


 la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, con el alcance dispuesto en la sección
2ª del capítulo 2 [es decir, todas las reglas establecidas para la persona menor de edad];
 la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la extensión dispuesta en esa decisión.

Asimismo, el Código se refiere a la restricción de la capacidad. Nos referimos concretamente a la restricción de la


capacidad jurídica, dispone ciertas reglas (art. 31)

 la capacidad general de ejercicio de la persona humana se presume aun cuando se encuentre internada en
un establecimiento asistencial;
 las limitaciones a la capacidad son de carácter excepcional, y se imponen siempre en beneficio de la persona;
 la intervención estatal tiene siempre carácter interdisciplinario, tanto en el tratamiento como en el proceso
judicial;
 la persona tiene derecho a recibir información a través de medios y tecnologías adecuadas para su
comprensión;
 la persona tiene derecho a participar en el proceso judicial con asistencia letrada, la cual debe ser
proporcionada por el Estado si carece de medios;

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 deben priorizarse las alternativas terapéuticas menos restrictivas de los derechos y libertades.

Actos realizados por persona incapaz o con capacidad restringida

ARTÍCULO 44.- Actos posteriores a la inscripción de la sentencia. Son nulos los actos de la persona incapaz y con
capacidad restringida que contrarían lo dispuesto en la sentencia realizados con posterioridad a su inscripción en el
Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas.-

ARTÍCULO 45.- Actos anteriores a la inscripción. Los actos anteriores a la inscripción de la sentencia pueden ser
declarados nulos, si perjudican a la persona incapaz o con capacidad restringida, y se cumple alguno de los siguientes
extremos:

a) la enfermedad mental era ostensible a la época de la celebración del acto;


b) quien contrató con él era de mala fe;
c) el acto es a título gratuito.-

ARTÍCULO 46.- Persona fallecida. Luego de su fallecimiento, los actos entre vivos anteriores a la inscripción de la
sentencia no pueden impugnarse, excepto que la enfermedad mental resulte del acto mismo, que la muerte haya
acontecido después de promovida la acción para la declaración de incapacidad o capacidad restringida, que el acto
sea a título gratuito, o que se pruebe que quien contrató con ella actuó de mala fe.-

INCAPACIDAD E INHABILIDAD PARA CONTRATAR

ARTICULO 1000.- Efectos de la nulidad del contrato. Declarada la nulidad del contrato celebrado por la persona
incapaz o con capacidad restringida, la parte capaz no tiene derecho para exigir la restitución o el reembolso de lo
que ha pagado o gastado, excepto si el contrato enriqueció a la parte incapaz o con capacidad restringida y en
cuanto se haya enriquecido.-

ARTICULO 1001.- Inhabilidades para contratar. No pueden contratar, en interés propio o ajeno, según sea el caso, los
que están impedidos para hacerlo conforme a disposiciones especiales. Los contratos cuya celebración está
prohibida a determinados sujetos tampoco pueden ser otorgados por interpósita persona.-

ARTICULO 1002.- Inhabilidades especiales. No pueden contratar en interés propio:

 los funcionarios públicos, respecto de bienes de cuya administración o enajenación están o han
estado encargados;
 los jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia, los árbitros y mediadores, y sus auxiliares, respecto
de bienes relacionados con procesos en los que intervienen o han intervenido;
 los abogados y procuradores, respecto de bienes litigiosos en procesos en los que intervienen o han
intervenido;
 los cónyuges, bajo el régimen de comunidad, entre sí.

Los albaceas que no son herederos no pueden celebrar contrato de compraventa sobre los bienes de las
testamentarias que estén a su cargo.-

Efectos de la invalidez del contrato: “Declarada la nulidad del contrato celebrado por la persona incapaz o con
capacidad restringida, la parte capaz no tiene derecho para exigir la restitución o reembolso de lo que ha pagado o
gastado”. Esto se realiza a los efectos de no perjudicar a la parte contraria. Ahora bien, si el contrato ha enriquecido
a la parte incapaz o con capacidad restringida, entonces la parte capaz (una vez declarada la nulidad del contrato)
tiene derecho a reclamarle a aquella en la medida de ese enriquecimiento.

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Inhabilidades para contratar. Inhabilidades especiales. Casos:
Regla general: “no pueden contratar, en interés propio o ajeno, las personas que están impedidas de hacerlo de
acuerdo a disposiciones especiales; tampoco podrían hacerlo por interpósita persona”.
Casos especiales de inhabilidades para contratar (art. 1002)

OBJETO DE LOS CONTRATOS

Regulación: se aplican al objeto de los contratos las disposiciones de la Sección 1ª, Capítulo 5, Título IV, del Libro
Primero.

El objeto de los contratos y la prestación

Alterini “con el sustantivo objeto del contrato se designa a la prestación a propósito de la cual se produce el
acuerdo de voluntades y en torno a la cual se ordena la economía del contrato”.

Él distingue entre el objeto inmediato del contrato, que consiste en la obligación que se genera a raíz del contrato, y
el objeto mediato: que a su vez es el objeto de la obligación, vale decir, la cosa o el hecho, positivo o negativo, que
constituye el interés del acreedor. El objeto de la obligación consiste en el bien apetecible para el acreedor sobre el
cual recae su interés implicado en la relación jurídica. Así el objeto de la obligación de entregar la cosa vendida que
tiene a su cargo el vendedor es la cosa misma; esta cosa, precisamente, es lo que pretende el comprador, acreedor
de aquella obligación. El contenido de la obligación es cierta conducta humana, a la que se designa técnicamente
como prestación; se trata del comportamiento del deudor destinado a satisfacer el interés del acreedor respecto de
ese objeto. En el ejemplo dado, el contenido de la obligación del vendedor consiste en su comportamiento tendiente
a entregar al comprador la cosa vendida, que –como vimos- es el objeto, centro de su interés.

Caracteres. Posibilidad, determinación, licitud y valor Patrimonial

ARTICULO 1003.- Disposiciones generales. Se aplican al objeto del contrato las disposiciones de la Sección 1a,
Capítulo 5, Título IV del Libro Primero de este Código. Debe ser lícito, posible, determinado o determinable,
susceptible de valoración económica y corresponder a un interés de las partes, aun cuando éste no sea
patrimonial.-

Objetos prohibidos

ARTICULO 1004.- Objetos prohibidos. No pueden ser objeto de los contratos los hechos que son imposibles o están
prohibidos por las leyes, son contrarios a la moral, al orden público, a la dignidad de la persona humana, o lesivos de
los derechos ajenos; ni los bienes que por un motivo especial se prohíbe que lo sean. Cuando tengan por objeto
derechos sobre el cuerpo humano se aplican los artículos 17 y 56.-

Esta norma se corresponde con el art. 279 que refiere al objeto de los actos jurídicos.

Determinación y determinación por un tercero

El objeto de los contratos debe ser determinado o determinable.

ARTICULO 1005.- Determinación. Cuando el objeto se refiere a bienes, éstos deben estar determinados en su especie
o género según sea el caso, aunque no lo estén en su cantidad, si ésta puede ser determinada. Es determinable
cuando se establecen los criterios suficientes para su individualización.-

ARTICULO 1006.- Determinación por un tercero. Las partes pueden pactar que la determinación del objeto sea
efectuada por un tercero. En caso de que el tercero no realice la elección, sea imposible o no haya observado los

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criterios expresamente establecidos por las partes o por los usos y costumbres, puede recurrirse a la determinación
judicial, petición que debe tramitar por el procedimiento más breve que prevea la legislación procesal.-

Bienes existentes y futuros


ARTICULO 1007.- Bienes existentes y futuros. Los bienes futuros pueden ser objeto de los contratos. La promesa de
transmitirlos está subordinada a la condición de que lleguen a existir, excepto que se trate de contratos aleatorios.-

Bienes ajenos, bienes litigiosos, gravados o sujetos a medidas cautelares

Respecto de los bienes ajenos, el Código dispone:

ARTICULO 1008.- Bienes ajenos. Los bienes ajenos pueden ser objeto de los contratos. Si el que promete
transmitirlos no ha garantizado el éxito de la promesa, sólo está obligado a emplear los medios necesarios para que
la prestación se realice y, si por su culpa, el bien no se transmite, debe reparar los daños causados. Debe también
indemnizarlos cuando ha garantizado la promesa y ésta no se cumple.
El que ha contratado sobre bienes ajenos como propios es responsable de los daños si no hace entrega de ellos.-

En relación a los bienes litigiosos, gravados, o sujetos a medidas cautelares, el Código dispone:

ARTÍCULO 1009.- Bienes litigiosos, gravados, o sujetos a medidas cautelares. Los bienes litigiosos, gravados, o sujetos
a medidas cautelares, pueden ser objeto de los contratos, sin perjuicio de los derechos de terceros.

Quien de mala fe contrata sobre esos bienes como si estuviesen libres debe reparar los daños causados a la otra
parte si ésta ha obrado de buena fe.-

Herencia futura

ARTICULO 1010.- Herencia futura. La herencia futura no puede ser objeto de los contratos ni tampoco pueden serlo
los derechos hereditarios eventuales sobre objetos particulares, excepto lo dispuesto en el párrafo siguiente u otra
disposición legal expresa.

Los pactos relativos a una explotación productiva o a participaciones societarias de cualquier tipo, con miras a la
conservación de la unidad de la gestión empresaria o a la prevención o solución de conflictos, pueden incluir
disposiciones referidas a futuros derechos hereditarios y establecer compensaciones en favor de otros legitimarios.
Estos pactos son válidos, sean o no parte el futuro causante y su cónyuge, si no afectan la legítima hereditaria, los
derechos del cónyuge, ni los derechos de terceros.-

Como regla, la herencia futura no puede ser objeto de los contratos ni tampoco pueden serlo los derechos
hereditarios eventuales sobre objetos particulares, a excepción de lo que la propia ley pueda contemplar. El art.
1.010 establece excepciones.

Contratos de larga duración

En estos contratos el tiempo es trascendente para el cumplimiento del objeto.

ARTICULO 1011.- Contratos de larga duración. En los contratos de larga duración el tiempo es esencial para el
cumplimiento del objeto, de modo que se produzcan los efectos queridos por las partes o se satisfaga la necesidad
que las indujo a contratar.

Las partes deben ejercitar sus derechos conforme con un deber de colaboración, respetando la reciprocidad de las
obligaciones del contrato, considerada en relación a la duración total.

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La parte que decide la rescisión debe dar a la otra la oportunidad razonable de renegociar de buena fe, sin incurrir en
ejercicio abusivo de los derechos.-

5 - Causa, forma y prueba. - MODULO 1


CAUSA FORMA Y PRUEBA
CAUSA

Regulación: a la causa de los contratos se aplican las disposiciones de la Sección 2ª, Capítulo5, Título IV, del Libro
Primero. Son disposiciones vinculadas a la causa de los actos jurídicos.

ARTICULO 1012.- Disposiciones generales. Se aplican a la causa de los contratos las disposiciones de la Sección 2ª,
Capítulo 5, Título IV, Libro Primero de este Código.-

Noción

Se ha debatido doctrinariamente el tema de la causa de los contratos, las cuestiones controvertidas se refieren a la
causa fin y no a la causa fuente. La causa fuente alude al hecho, acto o relación jurídica que engendra la obligación.

Lorenzetti refiere a las diferentes posiciones doctrinarias en torno al tema de causa.

 causalismo clásico; principal exponente Domat, quien la entendía como una razón que se manifestaba en
tres tipos de contratos (los onerosos, los reales y los gratuitos), concluyendo que la causa era un elemento
esencial de la obligación. Concepción objetiva, la causa es el fin del acto jurídico, siendo el fin no los móviles
personales de cada contratante, sino los elementos materiales que existen en todo contrato.
 anticausalistas, quienes niegan la autonomía de la noción de causa como elemento integrante de los
requisitos del acto jurídico. Para esta postura, los elementos esenciales son sólo el consentimiento, la
capacidad y el objeto. Ernst Planiol y Bibironi, Salvat, Galli, Llambías y Spota.
 neocausalistas, son autores modernos que defienden la noción de causa, en coincidencia con los clásicos,
pero advierten que esta última es un elemento del acto jurídico, no de la obligación. Esta corriente importa
toda una renovación en el tema de la causa, al reconocer los motivos como incorporados a la noción de la
misma. Se configura la noción de causa en un plano objetivo- subjetivo (tomando en cuenta los móviles
determinantes del acto, que inciden en la finalidad; los motivos adquieren relevancia jurídica al tiempo de
regular los efectos de la convención). Esta posición es la que adopta nuestra legislación al definir la causa
del acto jurídico en el art. 281 del Código.

Remisión

De conformidad a lo dispuesto por el art. 1.012 del Código, nos remitimos a dicha sección en la que se establecen
algunas nociones relevantes. A saber:

ARTICULO 281.- Causa. La causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que ha sido
determinante de la voluntad. También integran la causa los motivos exteriorizados cuando sean lícitos y hayan sido
incorporados al acto en forma expresa, o tácitamente si son esenciales para ambas partes.-

El Código opta por receptar la noción de causa fin, como determinante de la voluntad de celebración del contrato.
Además, incorpora la noción de presunción de causa y de acto abstracto.

ARTÍCULO 282.- Presunción de causa. Aunque la causa no esté expresada en el acto se presume que existe mientras
no se pruebe lo contrario. El acto es válido aunque la causa expresada sea falsa si se funda en otra causa verdadera.

ARTÍCULO 283.- Acto abstracto. La inexistencia, falsedad o ilicitud de la causa no son discutibles en el acto abstracto
mientras no se haya cumplido, excepto que la ley lo autorice.-

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Lo cierto es que las partes en un contrato se obligan por un motivo, por eso se presume la existencia de causa, ya
que difícilmente lo hagan sin un motivo. Ello da validez a las declaraciones y seguridad jurídica

“El acto es válido, aunque la causa expresada sea falsa si se funda en otra causa verdadera”. Ello alude a la
simulación de la causa manifestada en el acto, la que no es verdadera, y, por lo tanto, es simulada, pero que es
válida en tanto la causa real exista, aunque esté solapada.

Necesidad

ARTICULO 1013.- Necesidad. La causa debe existir en la formación del contrato y durante su celebración y subsistir
durante su ejecución. La falta de causa da lugar, según los casos, a la nulidad, adecuación o extinción del contrato.-

El Código recepta el principio de la necesidad de causa. Esto es coherente respecto a la presunción de la existencia
de causa en los actos jurídicos.

Causa ilícita. Frustración del fin

ARTÍCULO 1014.- Causa ilícita. El contrato es nulo cuando:


a) su causa es contraria a la moral, al orden público o a las buenas costumbres;
b) ambas partes lo han concluido por un motivo ilícito o inmoral común. Si sólo una de ellas ha obrado por un motivo
ilícito o inmoral, no tiene derecho a invocar el contrato frente a la otra, pero ésta puede reclamar lo que ha dado, sin
obligación de cumplir lo que ha ofrecido.-

Según Lorenzetti, esta norma es necesaria para el control de la ilicitud de los motivos, ya que se puede invalidar el
acto probando la ilicitud de los motivos.

La frustración del fin, caso de resolución del contrato, por la frustración definitiva de la finalidad del contrato (art.
1090). Esto está vinculado con la causa de los contratos, pues la frustración del fin es un capítulo inherente a la
causa, entendida esta como móvil determinante, razón de ser o fin individual o subjetivo que las partes han tenido
en vista al momento formativo del negocio.

FORMAS DE LOS CONTRATOS

Todo contrato requiere una forma, entendida como un hecho exterior por el que la voluntad se manifiesta.

Nociones generales. Sistema de la ley argentina

La forma es el modo de ser del acto, la manera en que se hace reconocible en el medio social. En nuestro derecho
rige el principio de libertad de formas. Cuando la forma es exigida con mayor rigorismo y con carácter absoluto, es
decir, de manera constitutiva, visceral, si la misma no es observada, acarreará la nulidad del acto.

ARTÍCULO 1015.- Libertad de formas. Sólo son formales los contratos a los cuales la ley les impone una forma
determinada.-

Contratos formales y no formales

ARTÍCULO 969.- Contratos formales. Los contratos para los cuales la ley exige una forma para su validez, son nulos si
la solemnidad no ha sido satisfecha. Cuando la forma requerida para los contratos, lo es sólo para que éstos
produzcan sus efectos propios, sin sanción de nulidad, no quedan concluidos como tales mientras no se ha otorgado
el instrumento previsto, pero valen como contratos en los que las partes se obligaron a cumplir con la expresada
formalidad. Cuando la ley o las partes no imponen una forma determinada, ésta debe constituir sólo un medio de
prueba de la celebración del contrato.-

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Referirnos a la clasificación de los contratos, estos pueden ser formales o no formales. El art. 969 del Código define a
los contratos formales como “aquellos para los cuales la ley exige una forma para su validez, por lo tanto son nulos si
la solemnidad no ha sido satisfecha”.

Cuando la forma requerida para los contratos lo es sólo para que estos produzcan sus efectos propios, sin sanción de
nulidad, no quedan concluidos como tales mientras no se haya otorgado el instrumento previsto, pero valen como
contratos en los que las partes se obligaron a cumplir con la expresada formalidad.

Si, por el contrario, la ley o las partes no imponen una forma determinada, esta debe constituir sólo un medio de
prueba de la celebración del contrato.

Libertad de formas

Como regla, se consagra el principio de libertad de formas, de conformidad con el cual sólo son formales los
contratos a los cuales la ley les impone una forma determinada.

En este sentido, los contratos, en principio, son no formales. Pueden ser celebrados verbalmente, por escrito,
mediante manifestaciones indirectas de la voluntad, siempre que pueda inducirse que ésta existe.

Mosset Iturraspe “La regla es la libertad de formas; la libre elección por las partes de los modos de exteriorizar la
voluntad”.

Modificaciones al contrato

ARTICULO 1016.- Modificaciones al contrato. La formalidad exigida para la celebración del contrato rige también
para las modificaciones ulteriores que le sean introducidas, excepto que ellas versen solamente sobre estipulaciones
accesorias o secundarias, o que exista disposición legal en contrario.-

En principio, si se impone que un contrato lleve una forma determinada, parece lógico que las modificaciones
subsiguientes también respeten la forma dispuesta para el contrato original.

La escritura pública

Son definidas por el Código como:

ARTÍCULO 299.- Escritura pública. Definición. La escritura pública es el instrumento matriz extendido en el protocolo
de un escribano público o de otro funcionario autorizado para ejercer las mismas funciones, que contienen uno o
más actos jurídicos. La copia o testimonio de las escrituras públicas que expiden los escribanos es instrumento
público y hace plena fe como la escritura matriz. Si hay alguna variación entre ésta y la copia o testimonio, se debe
estar al contenido de la escritura matriz.-

La escritura pública funciona como un medio de prueba, en tanto es un instrumento en el que interviene un oficial
público en el otorgamiento, quien tiene facultades otorgadas para la intervención en ese acto, y que se caracteriza
por su autenticidad.

Sobre el valor probatorio de la escritura pública, en tanto instrumento público:

 Hace plena fe sobre la realización del acto, la fecha, el lugar y los hechos que el oficial público anuncia como
cumplidos ante él o por él, en tanto esto no sea declarado falso en juicio civil o criminal;
 Hace plena fe sobre el contenido de las declaraciones sobre convenciones, disposiciones, pagos, etc.,
vinculados con el acto instrumentado, excepto que se produzca prueba en contrario.

El art. 1.017 del Código enumera los contratos que necesariamente deben ser otorgados por escritura Pública.

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ARTÍCULO 1017.- Escritura pública. Deben ser otorgados por escritura pública:

a) los contratos que tienen por objeto la adquisición, modificación o extinción de derechos reales sobre inmuebles.
Quedan exceptuados los casos en que el acto es realizado mediante subasta proveniente de ejecución judicial o
administrativa;
b) los contratos que tienen por objeto derechos dudosos o litigiosos sobre inmuebles;
c) todos los actos que sean accesorios de otros contratos otorgados en escritura pública;
d) los demás contratos que, por acuerdo de partes o disposición de la ley, deben ser otorgados en escritura pública.-

Otorgamiento pendiente del instrumento

ARTICULO 1018.- Otorgamiento pendiente del instrumento. El otorgamiento pendiente de un instrumento previsto
constituye una obligación de hacer si el futuro contrato no requiere una forma bajo sanción de nulidad. Si la parte
condenada a otorgarlo es remisa, el juez lo hace en su representación, siempre que las contraprestaciones estén
cumplidas, o sea asegurado su cumplimiento.-

Es decir que el incumplimiento del otorgamiento del instrumento previsto trae aparejado la conversión del negocio
jurídico en una obligación de hacer. Son aplicables las reglas previstas para estas obligaciones, excepto que se prevea
como sanción la nulidad por la falta de la forma.

Instrumentos privados y la obligación de escriturar

Son instrumentos bajo forma privada para los cuales no hay forma alguna especial.

Regulación: sección 6 del título 4, del Libro I

En cuanto al valor probatorio de los instrumentos particulares, este debe ser apreciado por el Juez, quien deberá
tener en cuenta la coherencia entre lo sucedido y lo relatado, la precisión y claridad técnica del texto, los usos y
prácticas, las relaciones precedentes, la confiabilidad de los soportes y de los procedimientos técnicos usados.

Cuando un instrumento privado se presenta en un juicio, la persona contra quien se presenta ese instrumento (cuya
firma se le atribuye) deberá declarar si la firma le pertenece. Si así lo declara, entonces ello implica un
reconocimiento de firma. Esto es sumamente relevante, ya que el reconocimiento de la firma implica el
reconocimiento del cuerpo del instrumento privado, y no puede ser luego impugnado por quien lo reconoció
(excepto que hayan existido vicios en el acto del reconocimiento).

Frente a terceros (no contratantes), los instrumentos privados tienen eficacia probatoria solo desde su fecha cierta,
la que se logra a través de hechos que crean una certeza absoluta respecto a ella. El Código manifiesta: “adquieren
fecha cierta el día que acontece un hecho del que resulta como consecuencia ineludible que el documento ya estaba
firmado o no pudo ser firmado después”. Un ejemplo de adquisición de fecha cierta de un instrumento privado es el
otorgamiento de certificación notarial de las firmas.

“El otorgamiento pendiente de un instrumento previsto constituye una obligación de hacer si el futuro contrato no
requiere una forma bajo sanción de nulidad. Si la parte condenada a otorgarlo es remisa, el juez lo hace en su
representación, siempre que las contraprestaciones estén cumplidas, o sea asegurado su cumplimiento.”

Este caso implica una conversión del acto, bajo apercibimiento de que el juez lo haga a pedido de la parte
interesada. Esta solución no se aplica en los casos en que la forma está impuesta bajo sanción de nulidad, ya que, en
ese caso, se trataría de contratos solemnes absolutos en los que la conversión no es posible.

Evolución jurisprudencial e interpretaciones doctrinarias

El boleto de compraventa. Generalidades


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El Código no define cuál es la naturaleza jurídica del boleto de compraventa, ya sea que se trate de un contrato
preliminar de venta, de un contrato definitivo y perfecto o de otro tipo de contrato. Esto tiene suma relevancia a
partir de la regulación establecida en nuestro CCC. La cuestión será determinar si se considera al boleto de
compraventa como un contrato preliminar, y si, en consecuencia, le es aplicable el régimen previsto expresamente
en el Código para los contratos preliminares (ver arts. 994 a 996), con todas sus consecuencias (particularmente el
plazo de vigencia de un año o menos, el que puede renovarse a su vencimiento), con lo exiguo que constituye este
plazo en función de la realidad negocial actual en materia de inmuebles. El asunto no tiene incidencia en el caso del
asentimiento conyugal, cuando se trata de bienes inmuebles gananciales, ya que independientemente de que se
considere al boleto de compraventa como un contrato preliminar o como uno definitivo, siempre se exige el
asentimiento conyugal conforme al art. 470.

Oponibilidad del boleto a la quiebra o concurso del vendedor

El art. 1.171 regula concretamente el caso de la oponibilidad del boleto en el concurso o quiebra, dispone:

ARTICULO 1171.- Oponibilidad del boleto en el concurso o quiebra. Los boletos de compraventa de inmuebles de
fecha cierta otorgados a favor de adquirentes de buena fe son oponibles al concurso o quiebra del vendedor si se
hubiera abonado como mínimo el veinticinco por ciento del precio. El juez debe disponer que se otorgue la respectiva
escritura pública. El comprador puede cumplir sus obligaciones en el plazo convenido. En caso de que la prestación a
cargo del comprador sea a plazo, debe constituirse hipoteca en primer grado sobre el bien, en garantía del saldo de
precio.-

PRUEBA DE LOS CONTRATOS

Regulación: Capítulo 8, del Título II, del Libro III (arts. 1.019 y 1.020).

Nociones generales

“La forma es el elemento externo del contrato; la prueba es el medio para demostrar que fue celebrado”.
Acreditar un acto del cual se funda el derecho pretendido.

Al Código Civil le incumbe precisar qué medio de prueba es idóneo para cada acto, pues muchas veces la prueba está
íntimamente ligada a la naturaleza del acto; Incumbe a las Provincias regular, a través de sus leyes de forma, la
manera en que se llevará a cabo la prueba, esto es, la regulación pormenorizada de la producción, y en su caso de la
apreciación de la prueba. (medios Nación; modo Provincia)

Carga de la prueba

La expresión onus probandi alude a quien tiene la carga procesal de demostrar un hecho; en este caso, la existencia
de un contrato y el resto de las vicisitudes que puedan derivarse de una relación contractual. Es un principio propio
del derecho procesal. La carga corresponde a quien alega el hecho en el cual funda su acción o su acción.

Medios de prueba

ARTICULO 1019.- Medios de prueba. Los contratos pueden ser probados por todos los medios aptos para llegar a una
razonable convicción según las reglas de la sana crítica, y con arreglo a lo que disponen las leyes procesales, excepto
disposición legal que establezca un medio especial.

Los contratos que sea de uso instrumentar no pueden ser probados exclusivamente por testigos.-

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Regla general: la amplitud de medios de prueba. No hay una descripción concreta de los medios de prueba, por lo
que todos serán aptos en la medida en que formen una razonable convicción según las reglas de la sana crítica. La
excepción constituye el caso de los contratos que tengan un medio de prueba específico.

En relación a la sana crítica, como sistema de apreciación judicial de las pruebas, este funciona de manera que: el
juez tiene libertad para formar un criterio sobre el caso según su convicción, pero requiere que el juzgador exhiba el
proceso de razonamiento que lo ha llevado a su conclusión, que diga por qué tiene probado un hecho, lo que
constituye una garantía para el sujeto de derechos, ya que le permite saber la razón que motivó el pronunciamiento
judicial.

Prueba de los contratos formales

ARTICULO 1020.- Prueba de los contratos formales. Los contratos en los cuales la formalidad es requerida a los fines
probatorios pueden ser probados por otros medios, inclusive por testigos, si hay imposibilidad de obtener la prueba
de haber sido cumplida la formalidad o si existe principio de prueba instrumental, o comienzo de ejecución.

Se considera principio de prueba instrumental cualquier instrumento que emane de la otra parte, de su causante o
de parte interesada en el asunto, que haga verosímil la existencia del contrato.-

En el caso de los contratos formales en los que se exige una determinada forma para su validez la forma es esencial y
debe respetarse.

Sin embargo, en otros casos, cuando la forma se aconseja a los efectos de la prueba del contrato, entonces también
se puede lograr ese cometido (probar el contrato) por otros medios.

De conformidad con ese artículo, los contratos a los que la ley les asigna una formalidad específica (a los efectos de
su prueba) pueden ser probados por otros medios de prueba. El artículo se refiere a la imposibilidad de obtener la
prueba designada por ley justamente por no haber cumplido con la forma requerida o por la imposibilidad de
presentarla a los efectos requeridos.

Cobra, en estos casos, especial relevancia la noción de principio de prueba por escrito, entendida como la existencia
de cualquier instrumento que emane de la otra parte, de su causante o de parte interesada en el asunto, que haga
verosímil la existencia del contrato. El principio de prueba por escrito constituye un indicio, resultante de un
instrumento no firmado por la otra parte que, teniendo relación directa con el contrato, resulta elemento de juicio
útil para tenerlo por probado.

Utilización de los medios electrónicos y el derecho a la información

La utilización cada vez más difundida de estos medios en la contratación no puede ser negada. Entendemos que su
falta de mención no significa que no se le atribuya valor probatorio. Por lo contrario, las diferentes modalidades que
supone el uso de la tecnología para la celebración de los contratos constituyen medios de prueba en los términos del
art. 1.019.

Esto está estrictamente vinculado con el valor que se le atribuye a la información en materia de contratos y cobra
mayor relevancia en materia de contratos de consumo. En contratación con consumidores, el Código impone una
obligación muy fuerte a cargo del proveedor en relación a la información (contenido y modo) brindada al
consumidor respecto de todos los elementos y condiciones de la contratación. Lo sumamente novedoso es que esta
obligación comprende el suministro de información respecto del uso de la tecnología para concretar la contratación.
Esto está regulado en la sección 2a del capítulo 2, del título III, del Libro III del Código.

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MÓDULO 2

LECTURA 1 – CONTRATOS. EFECTOS. INTERPRETACIÓN

6. Efectos e interpretación del contrato

Los efectos que se derivan de la celebración de un contrato son las consecuencias jurídicas que trae aparejado el
perfeccionamiento de los contratos.

Efectos de los contratos: Capítulo 9, del Título 2, del Libro Tercero

Efectos relativos

Este es uno de los principios claves en el derecho de contratos.

ARTICULO 1021.- Regla general. El contrato sólo tiene efecto entre las partes contratantes; no lo tiene con
respecto a terceros, excepto en los casos previstos por la ley.-

Los efectos de los contratos se extienden activa y pasivamente a los herederos y sucesores universales, a no ser que
las obligaciones que nacieren de ellos fuesen inherentes a la persona, o que resultase lo contrario de una disposición
expresa de la ley, de una cláusula del contrato, o de su naturaleza misma. Los contratos no pueden perjudicar a
terceros. (Código Civil)

Regla general:

El contrato solo tiene efectos, es decir, produce las consecuencias jurídicas propias de cada tipo de contrato, para las
partes contratantes, pero no así para los terceros (entendemos a los terceros como aquellos que no son parte del
contrato). Pueden existir excepciones previstas por la Ley.

Situación de los terceros

ARTICULO 1022.- Situación de los terceros. El contrato no hace surgir obligaciones a cargo de terceros, ni los terceros
tienen derecho a invocarlo para hacer recaer sobre las partes obligaciones que éstas no han convenido, excepto
disposición legal.-

La regla del efecto relativo de los contratos no sólo define la situación de las partes contratantes, sino también la de
los terceros. Que el contrato, como regla, solo tenga consecuencias jurídicas para las partes, supone (excepto
disposición legal expresa).

a) Que el contrato no genera obligaciones para los terceros, no pueden las partes oponer los contratos a
terceros;
b) que los terceros no pueden invocar un contrato del que no son parte (art. 1022).

Partes del contrato

ARTICULO 1023.- Parte del contrato. Se considera parte del contrato a quien:

a) lo otorga a nombre propio, aunque lo haga en interés ajeno;


b) es representado por un otorgante que actúa en su nombre e interés;
c) manifiesta la voluntad contractual, aunque ésta sea transmitida por un corredor o por un agente sin
representación.-

El contrato solo produce efectos entre las partes que lo celebran, ¿quiénes son consideradas partes del contrato?

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 Es parte quien celebra el contrato a nombre propio, es decir, lo hace por sí, y en consecuencia ese contrato
tiene efectos jurídicos para él. Inclusive, aunque celebre el contrato en interés ajeno, es considerado parte
con las consecuencias que ello implica. Por ejemplo, el caso del mandato sin representación:
Mandato sin representación. Si el mandante no otorga poder de representación, el mandatario actúa en
nombre propio pero en interés del mandante, quien no queda obligado directamente respecto del tercero,
ni éste respecto del mandante. El mandante puede subrogarse en las acciones que tiene el mandatario
contra el tercero, e igualmente el tercero en las acciones que pueda ejercer el mandatario contra el
mandante.
 Quien es representado por otra parte que actúa en su nombre e interés; por ejemplo, en el caso del
mandato con representación:
Actuación en ejercicio del poder. Cuando un representante actúa dentro del marco de su poder, sus actos
obligan directamente al representado y a los terceros. El representante no queda obligado para con los
terceros, excepto que haya garantizado de algún modo el negocio. (art. 366)
 Quien, de alguna manera, manifiesta la voluntad contractual. El Código incluye el ejemplo de la
manifestación efectuada por un corredor o un agente sin representación. Conforme el Código, hay contrato
de corretaje cuando el corredor se obliga ante otra, a mediar en la negociación y conclusión de uno o varios
negocios, sin tener relación de dependencia o representación con ninguna de las partes (art. 1.345).

Sucesores universales

ARTÍCULO 1024.- Sucesores universales. Los efectos del contrato se extienden, activa y pasivamente, a los
sucesores universales, a no ser que las obligaciones que de él nacen sean inherentes a la persona, o que la
transmisión sea incompatible con la naturaleza de la obligación, o esté prohibida por una cláusula del contrato o la
ley.-

Los contratos, así como generan consecuencias jurídicas para las partes, también lo hacen respecto de sus sucesores
universales (el sucesor universal es quien “recibe todo o una parte indivisa del patrimonio de otro”4). Esto se
corresponde con la regulación establecida por el Código en el Título I del Libro Quinto (transmisión de los derechos
por causa de muerte).

La muerte de una persona causa la apertura de la sucesión y la transmisión de su herencia a quienes la sucedan por
testamento o ley. Y “la herencia comprende todos los derechos y obligaciones del causante que no se extingan por
su fallecimiento”. Desde la muerte del causante, los herederos tienen todos los derechos y acciones de aquél de
manera indivisa, excepto los que no sean transmisibles por sucesión (art. 2.280).

De conformidad con estos principios en materia de sucesiones, el Código prevé que los efectos de los contratos se
extiendan activa y pasivamente, es decir, en cuanto a sus derechos y obligaciones, a los sucesores universales.

Esta extensión de los efectos tiene algunas limitaciones, a saber:

 Que las obligaciones que surgen del contrato sean inherentes a la persona. Casos en que hubo entre las
partes una elección especial de la persona contratante (elección que se presume en los contratos en los que
hubo una confianza especial, art. 776), o bien la transmisión de los derechos y obligaciones no sea
compatible con la naturaleza de la obligación;
 que la transmisión esté prohibida por el contrato (en ejercicio de la libertad de contratación de las partes,
art. 958) o por disposición legal. Un ejemplo, en nuestro Código según el cual los efectos no son
transmisibles, es el caso del derecho de preferencia estipulado en un contrato de compraventa, conforme al
art. 1.165. La ley específicamente dispone que este derecho es personal, y, por lo tanto, no puede ser cedido
ni pasa a los sucesores. Lo mismo ocurre para el caso de los derechos del tercero beneficiario de una
estipulación a favor de terceros (art. 1.027).
31
Incorporación de terceros al contrato
La sección segunda, del Capítulo 9 del Código se denomina “Incorporación de terceros al contrato”. Puede
configurarse a través de diferentes mecanismos.

Contratación a nombre de tercero

ARTICULO 1025.- Contratación a nombre de tercero. Quien contrata a nombre de un tercero sólo lo obliga si ejerce
su representación. A falta de representación suficiente el contrato es ineficaz. La ratificación expresa o tácita del
tercero suple la falta de representación; la ejecución implica ratificación tácita.-

Esta figura supone una contratación efectuada a nombre de un tercero, es decir, contratado por otro. En el Código
Civil reformado, la regla se encontraba establecida en el art. 1.161, de conformidad con el cual nadie podía contratar
a nombre de un tercero sin estar autorizado por él o tener su representación: Ninguno puede contratar a nombre de
un tercero, sin estar autorizado por él, o sin tener por la ley su representación. El contrato celebrado a nombre de
otro, de quien no se tenga autorización o representación legal, es de ningún valor, y no obliga ni al que lo hizo. El
contrato valdrá si el tercero lo ratificase expresamente o ejecutase el contrato.

Las reglas sobre la representación están establecidas en el Capítulo 8, del Libro Primero del Código (arts. 358 ss.).

La representación, en virtud de la cual se celebra el contrato a nombre del tercero, debe ser suficiente. De lo
contrario, el contrato es ineficaz, es decir, no produce sus efectos jurídicos propios.

Esta ineficacia puede revertirse a través de un mecanismo denominado ratificación. “La ratificación es el acto por el
cual una persona aprueba los actos que otra ha hecho a su nombre, sin haber recibido el correspondiente
apoderamiento”.

La ratificación puede ser expresa o tácita (la ejecución del contrato por el tercero implica una ratificación tácita del
mismo), y en ambos casos subsana la falta de representación. Con lo cual, tiene el mismo efecto que la autorización
previa para celebrar el contrato.

Promesa del hecho de tercero

ARTICULO 1026.- Promesa del hecho de tercero. Quien promete el hecho de un tercero queda obligado a hacer lo
razonablemente necesario para que el tercero acepte la promesa. Si ha garantizado que la promesa sea aceptada,
queda obligado a obtenerla y responde personalmente en caso de negativa.-

Otro de los casos de incorporación de terceros al contrato es la promesa del hecho de tercero. A través de esta
promesa del hecho de un tercero, el promitente promete poner toda su diligencia para que el tercero acepte la
promesa. Si no logra la aceptación del tercero (que es el objetivo), pero en su lugar pone todo su esfuerzo en lograr
esa aceptación, cumple con lo comprometido. Sin embargo, también puede garantizar que la promesa sea aceptada
por el tercero, en cuyo caso, si esto no es logrado, y se ha comprometido esa aceptación, está obligado a obtenerla.
Y no alcanzándola, responde personalmente por la falta de aceptación, lo que significa que debe indemnizar al
aceptante de la promesa.

En cuanto al tercero, en tanto no acepte la promesa hecha por el promitente, en nada queda vinculado a un
contrato del que no ha sido parte, y que, por lo tanto, no puede obligarlo. Pero aceptada esa promesa, queda
obligado frente a la otra parte en los términos acordados por el promitente.

Estipulación a favor de tercero

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ARTICULO 1027.- Estipulación a favor de tercero. Si el contrato contiene una estipulación a favor de un tercero
beneficiario, determinado o determinable, el promitente le confiere los derechos o facultades resultantes de lo que
ha convenido con el estipulante. El estipulante puede revocar la estipulación mientras no reciba la aceptación del
tercero beneficiario; pero no puede hacerlo sin la conformidad del promitente si éste tiene interés en que sea
mantenida. El tercero aceptante obtiene directamente los derechos y las facultades resultantes de la estipulación a
su favor. Las facultades del tercero beneficiario de aceptar la estipulación, y de prevalerse de ella luego de haberla
aceptado, no se transmiten a sus herederos, excepto que haya cláusula expresa que lo autorice. La estipulación es de
interpretación restrictiva.-

En esta figura, que puede estar incluida en un contrato, tenemos tres sujetos:

 El estipulante: es quien formula la estipulación y quien puede revocarla. Puede ejercer la revocación de la
estipulación en tanto no haya recibido la aceptación del tercero beneficiario. Se aplica también, en este caso,
la regla prevista por el Código sobre la teoría de la recepción.
 El promitente: es quien va a cumplir con la estipulación en beneficio del tercero, o en palabras del Código,
quien “le confiere al tercero los derechos o facultades resultantes de lo que ha convenido con el
estipulante”.
 El tercero beneficiario: es quien se beneficia con la estipulación convenida, y obtiene directamente los
derechos y facultades que surgen de la estipulación a su favor. El tercero puede estar determinado o ser
determinable, lo que significa que puede no existir al momento del perfeccionamiento del contrato.

Al referirnos a las excepciones de la extensión del efecto de los contratos a los sucesores universales prevista en el
art. 1.024, en el caso de la estipulación a favor de terceros la Ley expresamente dispone que las facultades del
tercero de aceptar la estipulación y de beneficiarse de ella una vez aceptada, no se transmiten como principio a sus
herederos, excepto que se haya autorizado lo contrario.

La estipulación es interpretada restrictivamente.

En cuanto a los casos de estipulaciones a favor de terceros, Alterini se refiere al caso del seguro de vida. Al respecto,
expresa:

Conforme lo dispuesto por el art. 143 de la ley 17.418, el seguro de vida es contratado por el asegurado a favor de
un tercero, beneficiario de la póliza, quien adquiere un derecho propio al tiempo de producirse un evento.

El caso de los contratos que vinculan a los establecimientos de salud con los profesionales médicos que prestan
servicios en ellas. Este mismo sentido había sido sostenido por Bueres (1981), quien ha entendido que esa figura
sirve para explicar la relación entre los médicos y los establecimientos médicos, entre los que existe un contrato en
beneficio del paciente que se atiende en la institución.

Relaciones entre las partes

ARTICULO 1028.- Relaciones entre las partes. El promitente puede oponer al tercero las defensas derivadas del
contrato básico y las fundadas en otras relaciones con él.

El estipulante puede:

a) exigir al promitente el cumplimiento de la prestación, sea a favor del tercer beneficiario aceptante, sea a su favor
si el tercero no la aceptó o el estipulante la revocó;
b) resolver el contrato en caso de incumplimiento, sin perjuicio de los derechos del tercero beneficiario.-

Entonces:

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 El promitente puede oponer al tercero beneficiario todas las defensas derivadas del contrato celebrado con
el estipulante, y otras defensas fundadas en otras relaciones con él.

1
 El estipulante, por su parte, puede exigirle al promitente que cumpla con la prestación comprometida.
Puede exigir esta prestación a favor del tercero beneficiario si la aceptó, o bien en su favor si es que el
tercero no aceptó la estipulación, o bien el estipulante la revocó.
Puede revocarla hasta tanto no reciba la aceptación del tercero. Es decir que el promitente queda obligado
frente al estipulante, aun ante la falta de aceptación del tercero.

Ley le otorga la facultad de resolver el contrato por incumplimiento del promitente.

Contrato para persona a designar

ARTICULO 1029.- Contrato para persona a designar. Cualquier parte puede reservarse la facultad de designar
ulteriormente a un tercero para que asuma su posición contractual, excepto si el contrato no puede ser celebrado
por medio de representante, o la determinación de los sujetos es indispensable.

La asunción de la posición contractual se produce con efectos retroactivos a la fecha del contrato, cuando el tercero
acepta la nominación y su aceptación es comunicada a la parte que no hizo la reserva. Esta comunicación debe
revestir la misma forma que el contrato, y ser efectuada dentro del plazo estipulado o, en su defecto, dentro de los
quince días desde su celebración.

Mientras no haya una aceptación del tercero, el contrato produce efectos entre las partes.-

El art. contempla expresamente la posibilidad que, en el marco de un contrato, cualquiera de las partes se reserve el
derecho de nombrar a un tercero para que asuma su posición contractual. El Código anterior no contemplaba una
regulación para esta figura, aunque fuera ejercida en la práctica en virtud del principio de autonomía de la voluntad
contractual.

El CCC siguiendo los lineamientos de la doctrina y legislación moderna, incorpora la figura del contrato para persona
a designar, que permite una transferencia global del contrato a un tercero, lo que se justifica en el mundo real de
los contratos actuales: En el mundo real de los negocios actuales, que suele pertenecer a los megacontratos, es
frecuente que por diversas causas uno de los contratantes quiera separarse del contrato en curso y colocar a un
tercero en su misma situación contractual.

Esto es posible excepto que:

 el contrato no pueda ser celebrado por un representante; o


 que la determinación de los sujetos sea indispensable.

Asumir la posición contractual del otro significa sustituir al contratante original, y ubicarse en idéntica situación
jurídica de quien transfiere la posición contractual. A diferencia del subcontrato (en el que se crea un nuevo contrato
entre subcontratante y subcontratado, donde éste último no interviene en el contrato principal), en el caso del
contrato para persona a designar, el tercero ocupa la posición de la otra en el contrato. Tal efecto requiere la
aceptación del tercero que debe necesariamente ser comunicada a la parte que no ejerció la reserva.

Aceptada la nominación y comunicada de la manera prevista, entonces la asunción de la posición contractual se


produce con efectos retroactivos a la fecha de la celebración del contrato.

Mientras no haya aceptación, el contrato produce sus efectos entre los contratantes originales.

34
Contrato por cuenta de quien corresponda

ARTICULO 1030.- Contrato por cuenta de quien corresponda. El contrato celebrado por cuenta de quien corresponda
queda sujeto a las reglas de la condición suspensiva. El tercero asume la posición contractual cuando se produce el
hecho que lo determina como beneficiario del contrato.-

La condición suspensiva, en este caso, funciona como una modalidad del acto jurídico (contrato) que subordina la
eficacia del mismo a un hecho futuro e incierto. Dicho hecho es el que lo determina como beneficiario del contrato.

A diferencia del contrato para persona a designar, en el contrato por cuenta de quien corresponda el contratante,
por diferentes circunstancias, desconoce quién será el tercero que pueda asumir la posición contractual, es decir que
hay una indeterminación de ese tercero.

La propia norma nos remite a las reglas de la condición suspensiva, las que están previstas a partir del art. 343.

EXCEPCION DE INCUMPLIMIENTO

La posibilidad, contemplada en el art. 1.031 del Código, de deducir como excepción procesal la excepción de
incumplimiento planteada ante la acción de cumplimiento deducida por la parte que incumple, lo que permite que la
parte cumplidora se abstenga de cumplir la prestación si el otro no cumple o no ofrece cumplir simultáneamente la
propia.

Suspensión del cumplimiento y fuerza mayor


Suspensión del cumplimiento

ARTICULO 1031.- Suspensión del cumplimiento. En los contratos bilaterales, cuando las partes deben cumplir
simultáneamente, una de ellas puede suspender el cumplimiento de la prestación, hasta que la otra cumpla u
ofrezca cumplir. La suspensión puede ser deducida judicialmente como acción o como excepción. Si la prestación es
a favor de varios interesados, puede suspenderse la parte debida a cada uno hasta la ejecución completa de la
contraprestación.-

Si las convenciones forman para las partes una regla a la cual deben someterse como a la ley misma, frente al
incumplimiento emerge el derecho a favor de la parte cumplidora de exigirle a aquélla, judicialmente, la satisfacción
de las prestaciones objeto del contrato. Existen diversas alternativas frente al incumplimiento. Una de las
posibilidades es la suspensión del cumplimiento. En el caso de los contratos bilaterales (partes se obligan
recíprocamente cada una con una prestación), donde existen prestaciones que deben cumplirse simultáneamente
por las partes, ante el incumplimiento de una de las partes, la otra puede suspender el cumplimiento de las
prestaciones que le correspondan. Ello, hasta tanto la contraria cumpla u ofrezca cumplir.

Los principios de UNIDROIT sobre los contratos comerciales internacionales regulan de manera similar la suspensión
del cumplimiento:

 Cuando las partes han de cumplir simultáneamente, cada parte puede suspender el cumplimiento de su
prestación hasta que la otra ofrezca su prestación.
 Cuando las partes han de cumplir de modo sucesivo, la parte que ha de cumplir después puede suspender su
cumplimiento hasta que la parte que ha de hacerlo primero haya cumplido.

El Código establece que la suspensión pueda ser decidida judicialmente, ya sea como acción (en la que se pretende
que se habilite la suspensión del cumplimiento de las prestaciones), o como excepción (es decir, como medio de
enervar la acción de cumplimiento deducida por la parte incumplidora, lo cual posibilita que un contratante se
abstenga de cumplir la prestación si el otro no cumple o no ofrece cumplir simultáneamente la propia).
35
Tutela preventiva

ARTICULO 1032.- Tutela preventiva. Una parte puede suspender su propio cumplimiento si sus derechos sufriesen
una grave amenaza de daño porque la otra parte ha sufrido un menoscabo significativo en su aptitud para cumplir, o
en su solvencia. La suspensión queda sin efecto cuando la otra parte cumple o da seguridades suficientes de que el
cumplimiento será realizado.-

El Código contempla una suerte de tutela preventiva en los casos en los que (aun sin existir incumplimiento todavía
de la otra parte), una de ellas sufre “un menoscabo importante en su capacidad para cumplir, o en su solvencia”. Esa
situación provoca que la otra parte tenga incertidumbre respecto a la posibilidad de que la otra cumpla, lo que
supone una amenaza de daños en sus derechos.

Entonces, la Ley le permite que, de manera preventiva, suspenda el cumplimiento de sus prestaciones, esta
suspensión queda justificada por la situación de incertidumbre de la contraria. Asimismo, dispone que la suspensión
sea dejada sin efecto, en tanto la otra parte otorgue garantías suficientes de que cumplirá con sus prestaciones.

OTROS EFECTOS: LA SEÑA

Sección 5ª del Título II del Código Civil y Comercial, regula esta figura bajo la denominación Señal, en dos artículos.

La señal o arras constituye una figura contractual de antigua data y puede cumplir variadas funciones. Decimos que
puede cumplir varias funciones porque puede ser confirmatoria o penitencial.

ARTICULO 1059.- Disposiciones generales. La entrega de señal o arras se interpreta como confirmatoria del acto,
excepto que las partes convengan la facultad de arrepentirse; en tal caso, quien entregó la señal la pierde en
beneficio de la otra, y quien la recibió, debe restituirla doblada.-

Regla: la regla es que la entrega de la señal o arras se interprete como confirmatoria del acto.

 Excepción: Sin embargo, las partes, en ejercicio de su autonomía de voluntad, pueden pactar la posibilidad
de arrepentirse del contrato. Entonces, en ese caso, quien entregó la seña o arras la pierde, y esta queda en
beneficio de la otra. Si, por el contrario, quien se arrepiente es quien recibió la seña o arras, entonces debe
restituirla duplicada. Pero, como dijimos, este efecto no es natural de esta figura, que en principio se
interpreta como una confirmación del acto. Para que tenga este efecto penitencial, debe haber sido
expresamente previsto.

ARTICULO 1060.- Modalidad. Como señal o arras pueden entregarse dinero o cosas muebles. Si es de la misma
especie que lo que debe darse por el contrato, la señal se tiene como parte de la prestación si el contrato se cumple;
pero no si ella es de diferente especie o si la obligación es de hacer o no hacer.-

La seña o arras puede consistir en dinero o cosas muebles que son entregadas a la otra parte. Como, en principio, es
confirmatoria del acto, si la señal es de la misma especie de aquello que debe entregarse en virtud del contrato,
entonces se tiene como parte de la prestación. Por ejemplo, si en un contrato de compraventa el comprador entrega
como señal al vendedor un porcentaje del precio de venta, este será tomado como parte del precio total pactado en
virtud del contrato. No será así en el caso en que la señal o arras sea de diferente especie o consista en una
obligación de hacer o no hacer.

INTERPRETACION DE LOS CONTRATOS

Capítulo 10, Título II, del Libro Tercero, está destinado íntegramente a establecer los principios generales de
interpretación de los contratos.
36
Carácter de las normas legales y prelación normativa

Buena fe e intención común

El principio de buena fe es un principio rector en materia de interpretación de los contratos. De manera


concomitante con el principio de buena fe, los contratos deben interpretarse de acuerdo con la intención común de
las partes, esto es, considerando lo que ambas partes tuvieron en miras al momento de contratar:

ARTICULO 1061.- Intención común. El contrato debe interpretarse conforme a la intención común de las partes y al
principio de la buena fe.-

Principio de conservación

ARTICULO 1066.- Principio de conservación. Si hay duda sobre la eficacia del contrato, o de alguna de sus cláusulas,
debe interpretarse en el sentido de darles efecto. Si esto resulta de varias interpretaciones posibles, corresponde
entenderlos con el alcance más adecuado al objeto del contrato.-

Reglas y sistemas clásicos de interpretación contractual. La importancia del título preliminar y los principios de la
Ley de Defensa del Consumidor

Fuentes de interpretación

ARTICULO 1065.- Fuentes de interpretación. Cuando el significado de las palabras interpretado contextualmente no
es suficiente, se deben tomar en consideración:
a) las circunstancias en que se celebró, incluyendo las negociaciones preliminares;
b) la conducta de las partes, incluso la posterior a su celebración;
c) la naturaleza y finalidad del contrato.- (ya que la interpretación que pueda hacerse varía de un contrato a otro).

El art. establece una valiosa enumeración de las fuentes que deben considerarse a los efectos de la interpretación de
los contratos, en los casos en que otras reglas de interpretación (significado de las palabras y contexto del
contrato) son insuficientes.

Interpretación restrictiva

ARTICULO 1062.- Interpretación restrictiva. Cuando por disposición legal o convencional se establece expresamente
una interpretación restrictiva, debe estarse a la literalidad de los términos utilizados al manifestar la voluntad. Este
artículo no es aplicable a las obligaciones del predisponente y del proveedor en los contratos por adhesión y en los
de consumo, respectivamente.-

En los casos en que la ley o bien las partes establecen una interpretación restrictiva, entonces debe protegerse dicha
interpretación y estarse a los términos literales de lo que las partes manifestaron en ejercicio de su libertad de
contratación. Con sentido común, esta interpretación restrictiva no es aplicable a las obligaciones del predisponente
y del proveedor en los contratos por adhesión y en los de consumo, pues en estos casos el equilibrio contractual está
debilitado.

Significado de las palabras

ARTÍCULO 1063.- Significado de las palabras. Las palabras empleadas en el contrato deben entenderse en el sentido
que les da el uso general, excepto que tengan un significado específico que surja de la ley, del acuerdo de las partes
o de los usos y prácticas del lugar de celebración conforme con los criterios dispuestos para la integración del
contrato.

37
Se aplican iguales reglas a las conductas, signos y expresiones no verbales con los que el consentimiento se
manifiesta.-

El Código dispone que las palabras que las partes utilizan en el contrato deben interpretarse de acuerdo con el
significado que el uso general les da, es decir, de la manera en que son comprendidas cotidianamente.

Ello, excepto que las partes le hayan atribuido un significado especial, o así lo determine la ley o los usos y
costumbres de lugar donde se celebró el contrato (es claro que la interpretación puede ser diversa, en algunos casos,
según el sentido que se la atribuye en diferentes lugares a las palabras). El mismo criterio que se aplica para la
interpretación del significado de las palabras se aplica a todas aquellas maneras en las que puede manifestarse el
consentimiento.

Interpretación contextual

ARTICULO 1064.- Interpretación contextual. Las cláusulas del contrato se interpretan las unas por medio de las
otras, y atribuyéndoles el sentido apropiado al conjunto del acto.-

Se refiere al modo de interpretar las cláusulas del contrato, como se infiere de su nombre, dentro del propio
contexto del contrato.

Principio de conservación

ARTICULO 1066.- Principio de conservación. Si hay duda sobre la eficacia del contrato, o de alguna de sus cláusulas,
debe interpretarse en el sentido de darles efecto. Si esto resulta de varias interpretaciones posibles, corresponde
entenderlos con el alcance más adecuado al objeto del contrato.-

Este principio, con amplio desarrollo jurisprudencial, supone que, en caso de duda sobre la eficacia del contrato o de
alguna de sus cláusulas, debe interpretarse en sentido favorable a su validez. Este principio es sumamente
importante y constituye una pauta de interpretación sumamente valiosa y de aplicación práctica. Al respecto, Iván G.

El principio de conservación del contrato deriva de su propia fuerza obligatoria e impide, en los casos dudosos,
interpretar en contra de su validez, pues los contratos se hacen para ser cumplidos.

Protección de la confianza

ARTICULO 1067.- Protección de la confianza. La interpretación debe proteger la confianza y la lealtad que las partes
se deben recíprocamente, siendo inadmisible la contradicción con una conducta jurídicamente relevante, previa y
propia del mismo sujeto.-

Esto está sumamente vinculado con la conducta contradictoria y los actos propios. De modo tal que, si las partes, en
pleno ejercicio de su autonomía de la voluntad deciden regular con un consentimiento válido (no viciado) el contrato
de manera distinta a lo legalmente previsto, de la forma que estimen más conveniente y eficiente a sus intereses
privados, sin que se encuentre comprometido el orden público, la moral, ni las buenas costumbres, cualquier
comportamiento posterior en contradicción con ese previo acuerdo redundará en una clara e inequívoca conducta
antijurídica por afectación de la confianza y lealtad que las partes se deben mutuamente.

Expresiones oscuras

ARTICULO 1068.- Expresiones oscuras. Cuando a pesar de las reglas contenidas en los artículos anteriores persisten
las dudas, si el contrato es a título gratuito se debe interpretar en el sentido menos gravoso para el obligado y, si es
a título oneroso, en el sentido que produzca un ajuste equitativo de los intereses de las partes.-

Si aún existen dudas, pese a las reglas establecidas en materia de interpretación, entonces:

38
 para los contratos a título gratuito, la interpretación debe ser en el sentido menos gravoso para el obligado;
 para los contratos a título oneroso, la interpretación debe hacerse en el sentido que produzca un ajuste
equitativo de los intereses de las partes.

39
LECTURA 2 – OBLIGACIONES DE SANEAMIENTO

Regulación: Sección 4 del Título II, Libro Tercero. Se contempla una serie de disposiciones generales y seguidamente
se regula la responsabilidad por evicción y por vicios ocultos.

en consideraciones generales
(las regulaciones específicas para los contratos en particular son desarrollados en la parte especial).

Parágrafo 1: Disposiciones generales

Sujetos responsables

ARTÍCULO 1033.- Sujetos responsables. Están obligados al saneamiento:

 el transmitente de bienes a título oneroso;


 quien ha dividido bienes con otros;
 sus respectivos antecesores, si han efectuado la correspondiente transferencia a título oneroso.-

Garantías comprendidas en la obligación de saneamiento

ARTICULO 1034.- Garantías comprendidas en la obligación de saneamiento. El obligado al saneamiento garantiza por
evicción y por vicios ocultos conforme a lo dispuesto en esta Sección, sin perjuicio de las normas especiales.-

El saneamiento abarca las garantías de evicción (parágrafo 2) y de vicios ocultos (parágrafo 3). Estas garantías son
cláusulas naturales en los contratos a título oneroso.

La diferencia entre estas dos instituciones, en términos generales, es que:

 la evicción tiende a defender al adquirente frente a la turbación de derecho y se concreta por la actividad
del enajenante, en el juicio, para proteger el derecho del adquirente.
 la garantía por vicios ocultos no está fundada en un cuestionamiento del derecho a la cosa o de la existencia
de un derecho sobre la misma sino, en cambio, en que la cosa enajenada tiene vicios ocultos, que, al
manifestarse, la destruyen o la tornan inadecuada para el fin determinable de su adquisición, por lo cual el
vendedor es deudor de esta garantía.

Adquisición a título gratuito

ARTICULO 1035.- Adquisición a título gratuito. El adquirente a título gratuito puede ejercer en su provecho las
acciones de responsabilidad por saneamiento correspondientes a sus antecesores.-

En términos generales, estas garantías se corresponden con contratos a título oneroso. Ahora bien, el adquirente de
bienes a título gratuito puede ejercer, en su beneficio, las acciones de responsabilidad por saneamiento
correspondientes a sus antecesores, en contra de quien/es le/s transfirieron la cosa a título oneroso.

Disponibilidad. Excepciones legales

ARTICULO 1036.- Disponibilidad. La responsabilidad por saneamiento existe aunque no haya sido estipulada por las
partes. Estas pueden aumentarla, disminuirla o suprimirla, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo siguiente.-

En los contratos a título oneroso, estas garantías son cláusulas naturales. Por lo tanto, esta responsabilidad por
saneamiento existe, aunque no haya sido dispuesta por las partes. Sin embargo, en ejercicio de su libertad de
contratación, las partes pueden ampliar estas garantías, disminuirlas e incluso suprimirlas.
40
Interpretación restrictiva de la disminución de la responsabilidad por saneamiento

ARTICULO 1037.- Interpretación de la supresión y de la disminución de la responsabilidad por saneamiento. Las


cláusulas de supresión y disminución de la responsabilidad por saneamiento son de interpretación restrictiva.-

A pesar de la libertad que el art. 1.036 les da a las partes para fijar los alcances de la responsabilidad por
saneamiento, se dispone expresamente una regla: la interpretación restrictiva que debe hacerse de aquellas
cláusulas que suprimen y/o disminuyen la responsabilidad por saneamiento.

Esta norma se incluye a los efectos de evitar abusos a través de cláusulas que limiten esta responsabilidad y
perjudiquen al co- contratante.

Casos en los que se las tiene por no convenidas

ARTICULO 1038.- Casos en los que se las tiene por no convenidas. La supresión y la disminución de la responsabilidad
por saneamiento se tienen por no convenidas en los siguientes casos:

a) si el enajenante conoció, o debió conocer el peligro de evicción, o la existencia de vicios;


b) si el enajenante actúa profesionalmente en la actividad a la que corresponde la enajenación, a menos que el
adquirente también se desempeñe profesionalmente en esa actividad.-

Hay circunstanciasen que las cláusulas de limitación y disminución de la responsabilidad se tienen, directamente, por
no convenidas. Es decir, dichas cláusulas no producen efectos. A saber:

 En los casos en que el enajenante conocía o debía conocer el peligro de evicción o la existencia de vicios. Es
decir, cuando actuó con dolo o mala fe;
 Cuando el enajenante fuere un profesional en la actividad a la que se refiere la enajenación. Se entiende
que, en ese caso, no puede desconocer la existencia de vicios o evicción. Esto es aplicable, excepto cuando el
adquirente también sea un profesional de esa actividad, y desaparece el desequilibrio al que la norma se
orienta a contrarrestar.

Responsabilidad por saneamiento

ARTICULO 1039.- Responsabilidad por saneamiento. El acreedor de la obligación de saneamiento tiene derecho a
optar entre:
a) reclamar el saneamiento del título o la subsanación de los vicios;
b) reclamar un bien equivalente, si es fungible;
c) declarar la resolución del contrato, excepto en los casos previstos por los artículos 1050 y 1057.-

La Ley le da la posibilidad, a quien sea acreedor de la obligación de saneamiento, de optar por;

 reclamar el saneamiento del título o la subsanación de los vicios, es decir, una acción por cumplimiento del
contrato;
 reclamar un bien equivalente, si este es fungible (232) SON COSAS FUNGIBLES AQUELLAS EN QUE TODO INDIVIDUO DE LA ESPECIE
EQUIVALE A OTRO INDIVIDUO DE LA MISMA ESPECIE, Y PUEDEN SUSTITUIRSE POR OTRAS DE LA MISMA CALIDAD Y EN IGUAL CANTIDAD.
 declarar la resolución del contrato. Excepto en los casos de extinción de la responsabilidad por evicción por
prescripción (art. 1.050), o cuando el defecto sea subsanable y el garante ofrezca subsanarlo (art. 1.057).

Responsabilidad por daños

ARTICULO 1040.- Responsabilidad por daños. El acreedor de la obligación de saneamiento también tiene derecho a
la reparación de los daños en los casos previstos en el artículo 1039, excepto:

41
a) si el adquirente conoció, o pudo conocer el peligro de la evicción o la existencia de vicios;
b) si el enajenante no conoció, ni pudo conocer el peligro de la evicción o la existencia de vicios;
c) si la transmisión fue hecha a riesgo del adquirente;
d) si la adquisición resulta de una subasta judicial o administrativa.

La exención de responsabilidad por daños prevista en los incisos a) y b) no puede invocarse por el enajenante que
actúa profesionalmente en la actividad a la que corresponde la enajenación, a menos que el adquirente también se
desempeñe profesionalmente en esa actividad.-

Independientemente del ejercicio de esas posibilidades (por saneamiento), la Ley permite el reclamo por la
reparación de los daños y perjuicios ocasionados en los casos de responsabilidad por saneamiento. Es decir, que la
reparación por daños y perjuicios puede ejercitarse conjuntamente con cualquiera de las opciones mencionadas.
También se prevén ciertas excepciones para solicitar la reparación de los daños. A saber:

 que el adquirente haya conocido o podido conocer el peligro de la evicción o la existencia de los vicios;
 si el enajenante no conoció ni pudo conocer el peligro de la evicción o la existencia de los vicios (ya que en
ese caso no hubo mala fe de su parte).

EN ESTOS DOS CASOS A) Y B), LA EXENCIÓN DE LA RESPONSABILIDAD POR DAÑOS Y PERJUICIOS NO FUNCIONA CUANDO EL ENAJENANTE ACTÚA
PROFESIONALMENTE EN LA ACTIVIDAD VINCULADA CON LA ENAJENACIÓN, PUES JUSTAMENTE POR ESO NO PUEDE DESCONOCER LA EXISTENCIA DE LOS VICIOS
O EVICCIÓN. EXCEPTO QUE AL ADQUIRENTE TAMBIÉN SEA PROFESIONAL.

 que la transmisión fuere hecha a riesgo del adquirente (en cuyo caso esto debería estar estipulado en el
contrato);
 que la adquisición se haya efectuado por subasta judicial o administrativa.

Pluralidad de bienes

ARTICULO 1041.- Pluralidad de bienes. En los casos en que la responsabilidad por saneamiento resulta de la
enajenación de varios bienes se aplican las siguientes reglas:

a) si fueron enajenados como conjunto, es indivisible;


b) si fueron enajenados separadamente, es divisible, aunque haya habido una contraprestación única.

En su caso, rigen las disposiciones aplicables a las cosas accesorias.-

Pluralidad de sujetos

ARTICULO 1042.- Pluralidad de sujetos. Quienes tienen responsabilidad por saneamiento en virtud de enajenaciones
sucesivas son obligados concurrentes. Si el bien ha sido enajenado simultáneamente por varios copropietarios, éstos
sólo responden en proporción a su cuota parte indivisa, excepto que se haya pactado su solidaridad.-

La obligación por saneamiento puede estar a cargo de diferentes personas:

 los enajenantes sucesivos son obligados concurrentes. Esto significa que el acreedor de la obligación de
saneamiento puede reclamarla a cualquiera de ellos;
 cuando se trata de un bien enajenado por varios copropietarios de manera simultánea, los copropietarios
responden sólo en relación a su cuota indivisa sobre el bien. Es decir que, en principio, no tienen solidaridad,
excepto que esta se haya pactado expresamente.

Ignorancia o error

42
ARTICULO 1043.- Ignorancia o error. El obligado al saneamiento no puede invocar su ignorancia o error, excepto
estipulación en contrario.-

La ignorancia o error del enajenante no lo eximen de responsabilidad como principio. A lo sumo, si el enajenante no
conoció ni pudo conocer la existencia de evicción o vicios (conf. art. 1.040, inc. b), no será responsable por los daños
y perjuicios, pero sí por la garantía de saneamiento.

RESPONSABILIDAD POR EVICCIÓN Y GASTOS.

La responsabilidad por vicios ocultos es otra de las garantías comprendidas en la obligación de saneamiento.

Contenido de la responsabilidad por vicios ocultos

ARTICULO 1051.- Contenido de la responsabilidad por vicios ocultos. La responsabilidad por defectos ocultos se
extiende a:
a) los defectos no comprendidos en las exclusiones del artículo 1053;
b) los vicios redhibitorios, considerándose tales los defectos que hacen a la cosa impropia para su destino por
razones estructurales o funcionales, o disminuyen su utilidad a tal extremo que, de haberlos conocido, el adquirente
no la habría adquirido, o su contraprestación hubiese sido significativamente menor.-

EN GENERAL, SE HA DICHO QUE LOS VICIOS TIENEN LOS SIGUIENTES REQUISITOS: SON DE HECHO (NO DE DERECHO), OCULTOS, IGNORADOS, GRAVES Y
EXISTENTES AL TIEMPO DE LA ADQUISICIÓN.

Ampliación convencional de la garantía

ARTICULO 1052.- Ampliación convencional de la garantía. Se considera que un defecto es vicio redhibitorio:

a) si lo estipulan las partes con referencia a ciertos defectos específicos, aunque el adquirente debiera haberlos
conocido;
b) si el enajenante garantiza la inexistencia de defectos, o cierta calidad de la cosa transmitida, aunque el adquirente
debiera haber conocido el defecto o la falta de calidad;
c) si el que interviene en la fabricación o en la comercialización de la cosa otorga garantías especiales. Sin embargo,
excepto estipulación en contrario, el adquirente puede optar por ejercer los derechos resultantes de la garantía
conforme a los términos en que fue otorgada.-

Las partes pueden ampliar la garantía por vicios ocultos, de conformidad con la disponibilidad que les confiere el art.
1.036 (disponibilidad). Todas estas constituyen ampliaciones de la garantía legal por vicio. En ese sentido, es que se
puede establecer que:

 Un defecto en particular sea vicio redhibitorio, aunque el adquirente debiera haberlos conocido.
 Un defecto sea vicio redhibitorio cuando el enajenante garantizare “la inexistencia de defectos o cierta
calidad de la cosa transmitida, aunque el adquirente debiera haber conocido el defecto o la falta de calidad”.
 Un defecto sea vicio redhibitorio: si el que interviene en la fabricación o en la comercialización dela cosa
otorga garantías especiales. Sin embargo, excepto estipulación en contrario, el adquirente puede optar por
ejercer los derechos resultantes de la garantía conforme a los términos en que fue otorgada.

Exclusiones

ARTICULO 1053.- Exclusiones. La responsabilidad por defectos ocultos no comprende:

a) los defectos del bien que el adquirente conoció, o debió haber conocido mediante un examen adecuado a las
circunstancias del caso al momento de la adquisición, excepto que haya hecho reserva expresa respecto de aquéllos.

43
Si reviste características especiales de complejidad, y la posibilidad de conocer el defecto requiere cierta preparación
científica o técnica, para determinar esa posibilidad se aplican los usos del lugar de entrega;

b) los defectos del bien que no existían al tiempo de la adquisición. La prueba de su existencia incumbe al
adquirente, excepto si el transmitente actúa profesionalmente en la actividad a la que corresponde la transmisión.-

Entonces:

 Los defectos conocidos por el adquirente, o que debiera haber conocido

EL TEMA DEL DESCONOCIMIENTO DE LOS VICIOS ES SUMAMENTE RELEVANTE A LOS EFECTOS DE DETERMINAR LA EXISTENCIA O NO DE RESPONSABILIDAD.

 Los defectos inexistentes al momento de la adquisición.

ES QUE UNA DE LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS VICIOS REDHIBITORIOS ES QUE EXISTAN AL MOMENTO DE LA ADQUISICIÓN.

Ejercicio de la responsabilidad por defectos ocultos

ARTICULO 1054.- Ejercicio de la responsabilidad por defectos ocultos. El adquirente tiene la carga de denunciar
expresamente la existencia del defecto oculto al garante dentro de los sesenta días de haberse manifestado. Si el
defecto se manifiesta gradualmente, el plazo se cuenta desde que el adquirente pudo advertirlo. El incumplimiento
de esta carga extingue la responsabilidad por defectos ocultos, excepto que el enajenante haya conocido o debido
conocer, la existencia de los defectos.-

La Ley le impone una carga al adquirente ante la existencia de defectos ocultos: denunciar al garante la existencia de
los mismos, en un plazo determinado. El plazo para el ejercicio de esta carga es de 60 días de la manifestación del
vicio. En algunos casos, el vicio no se manifiesta en un solo instante, sino que aparece gradualmente. En ese caso, el
plazo de 60 días se cuenta desde que el adquirente estuvo en condiciones de advertirlo.

La consecuencia del incumplimiento de la carga de denunciar el defecto en el plazo establecido trae aparejada la
extinción de la responsabilidad por defectos ocultos. Ahora bien, esta responsabilidad no se extingue si el
enajenante conocía o debía conocer la existencia de los vicios, es decir, cuando existe mala fe del enajenante.

Caducidad de la garantía por defectos ocultos

ARTICULO 1055.- Caducidad de la garantía por defectos ocultos. La responsabilidad por defectos ocultos caduca:

a) si la cosa es inmueble, cuando transcurren tres años desde que la recibió;


b) si la cosa es mueble, cuando transcurren seis meses desde que la recibió o puso en funcionamiento.

Estos plazos pueden ser aumentados convencionalmente.


La prescripción de la acción está sujeta a lo dispuesto en el Libro Sexto.-

La caducidad de esta garantía caduca de pleno derecho por el transcurso del tiempo, según si se trata de:

 cosas inmuebles (tres años desde la recepción de la cosa),


 mueble (seis meses desde la recepción o puesta en funcionamiento, lo que sea posterior).

Régimen de las acciones

ARTICULO 1056.- Régimen de las acciones. El acreedor de la garantía dispone del derecho a declarar la resolución del
contrato:
a) si se trata de un vicio redhibitorio; (CON TODAS LAS CARACTERISTICAS ENUMERADAS EN EL 1051)

44
b) si medió una ampliación convencional de la garantía.- (SI LAS PARTES AMPLIARON LAS GARANTÍAS Y ESTABLECIERON ESTA POSIBILIDAD
DE RESOLUSIÓN DEL CONTRATO).

Defecto subsanable

ARTICULO 1057.- Defecto subsanable. El adquirente no tiene derecho a resolver el contrato si el defecto es
subsanable, el garante ofrece subsanarlo y él no lo acepta. Queda a salvo la reparación de daños.-

Ello se corresponde con la norma del art. 1039, inc. c. (DECLARAR LA RESOLUCIÓN DEL CONTRATO, EXCEPTO EN LOS CASOS PREVISTOS POR
LOS ARTÍCULOS 1050 Y 1057.) Esto se vincula con la prioridad que la Ley le da a la conservación del contrato y la reserva de la
resolución para casos de gravedad.

Pérdida o deterioro de la cosa

ARTICULO 1058.- Pérdida o deterioro de la cosa. Si la cosa perece total o parcialmente a causa de sus defectos, el
garante soporta su pérdida.-

ARTICULO 1046.- Citación por evicción. Si un tercero demanda al adquirente en un proceso del que pueda resultar la
evicción de la cosa, el garante citado a juicio debe comparecer en los términos de la ley de procedimientos. El
adquirente puede seguir actuando en el proceso.-

ARTICULO 1047.- Gastos de defensa. El garante debe pagar al adquirente los gastos que éste ha afrontado para la
defensa de sus derechos. Sin embargo, el adquirente no puede cobrarlos, ni efectuar ningún otro reclamo si:

a) no citó al garante al proceso;


b) citó al garante, y aunque éste se allanó, continuó con la defensa y fue vencido.-

Regulación en la ley de defensa del consumidor y sus modificatorias

El art. 11 de la Ley N 24.240 de Defensa del consumidor (reformado por Ley N 26.361) impone una garantía legal
para la comercialización de cosas muebles no consumibles.

Lógicamente, el régimen establecido por esta Ley es más tuitivo para quien está en condiciones de reclamar la
garantía (legitimados activos): tanto el consumidor (contratante) como sus sucesivos adquirentes. La garantía
alcanza a los vicios o defectos aun en los casos en que estos hayan sido ostensibles o manifiestos al momento de la
contratación, “cuando afecten la identidad entre lo ofrecido y lo entregado, o su correcto funcionamiento”.

ARTICULO 11. — Garantías. Cuando se comercialicen cosas muebles no consumibles conforme lo establece el
artículo 2325 del Código Civil, el consumidor y los sucesivos adquirentes gozarán de garantía legal por los defectos o
vicios de cualquier índole, aunque hayan sido ostensibles o manifiestos al tiempo del contrato, cuando afecten la
identidad entre lo ofrecido y lo entregado, o su correcto funcionamiento.

La garantía legal tendrá vigencia por TRES (3) meses cuando se trate de bienes muebles usados y por SEIS (6) meses
en los demás casos a partir de la entrega, pudiendo las partes convenir un plazo mayor. En caso de que la cosa deba
trasladarse a fábrica o taller habilitado el transporte será realizado por el responsable de la garantía, y serán a su
cargo los gastos de flete y seguros y cualquier otro que deba realizarse para la ejecución del mismo.-

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LECTURA 3 – EXTINCION. MODIFICACION. ADECUACION

Capítulo 13, del Título II, del Libro Tercero, establece una regulación general para la “Extinción, modificación y
adecuación del contrato” en los arts. 1.076 al 1.091.

El Código regula el instituto de la rescisión bilateral, como una forma de extinción de los contratos.

ART. 1076.- Rescisión bilateral. El contrato puede ser extinguido por rescisión bilateral. Esta extinción, excepto
estipulación en contrario, sólo produce efectos para el futuro y no afecta derechos de terceros.-

Es aplicable a todo tipo de contrato, bilateral o unilateral, sin que importe que las prestaciones estén a cargo de una
o de ambas partes, mientras no se hayan ejecutado y estén pendientes. La bilateralidad de la rescisión es requerida
no porque hay correspondencia bilateral de prestaciones sino porque fueron necesarias dos voluntades para crear el
contrato. Es bilateral, entonces, no en razón de las prestaciones debidas — concepto de bilateralidad aplicable a la
clasificación de los contratos— sino en razón de las voluntades que los gestaron, concepto de bilateralidad aplicable
a la clasificación de los actos jurídicos.

La rescisión implica dejar sin efecto el contrato (rescindir un contrato significa dejarlo sin efecto, por medio de lo
que en la ciencia jurídica se conoce como distracto). Y ello sólo opera ex nunc, es decir que la rescisión, excepto se
pacte lo contrario, sólo tiene efectos para el futuro y no afecta derechos de terceros.

La extinción por declaración de una de las partes

ART. 1077.- Extinción por declaración de una de las partes. El contrato puede ser extinguido total o parcialmente por
la declaración de una de las partes, mediante rescisión unilateral, revocación o resolución, en los casos en que el
mismo contrato, o la ley, le atribuyen esa facultad.-

El contrato también puede ser extinguido por la declaración de una de las partes. Esta declaración puede ejercitarse
a través de diferentes mecanismos: rescisión unilateral, revocación o resolución, dependiendo de los casos en los
que el propio contrato o la ley permitan tal facultad.

La revocación es la facultad de una de las partes de dejar sin efecto un acto en las circunstancias previstas y
sancionadas por el legislador. No es exclusiva del ámbito contractual, pues aparece en materia de testamentos y
legados.) Tanto la revocación como la rescisión dejan subsistentes los efectos ocurridos en el período transcurrido
desde la existencia del contrato hasta su cesación como consecuencia de la revocación o rescisión.

La revocación como instituto extintivo de los actos jurídicos tuvo su origen en los actos unilaterales. Es, en definitiva,
un acto jurídico unilateral e incausado que a partir de la previsión legal o contractual que lo autoriza, produce
efectos extintivos ex nunc sobre actos jurídicos unilaterales o bilaterales gratuitos.

La resolución es un acto jurídico unilateral y extintivo. Supone la extinción del contrato “como consecuencia de
causas sobrevinientes y que extinguiría, en principio retroactivamente los efectos del contrato.

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El hecho resolutorio pudo haber sido previsto por las partes o por la ley (art. 1089), ser expreso (art. 1086), o surgir
tácitamente (arts. 1087 y 1088), y ser la resolución total o parcial (art. 1083).

Los institutos resolutorios operan ex tunc, es decir, con efecto retroactivo, art. 1079, inc. b), y solo en casos muy
especiales sus efectos son ex nunc (para lo futuro), supuesto de los contratos de ejecución o cumplimiento
continuado o de condición resolutoria (art. 346) y plazo resolutorio o por la naturaleza de la prestación.

Con relación a la resolución del contrato, el Código contiene normas aplicables al pacto comisorio expreso y tácito
(arts. 1.083 a 1.085). Luego, de manera específica el art. 1.086 regula el pacto comisorio expreso y, los arts. 1.087 a
1.089, el tácito.

Al respecto del pacto comisorio se ha dicho: “Cuando la condición a la que se subordina la resolución de un contrato
bilateral es el incumplimiento de la prestación, estamos frente a un pacto comisorio, que puede ser convencional o
legal”

La rescisión unilateral debe tener como base una cláusula en el propio contrato o una disposición legal que la
autorice. Se sostiene, entonces, que:

La rescisión es la consecuencia del acuerdo de las partes que han celebrado el contrato, y únicamente podemos
hablar de rescisión unilateral cuando la ley específicamente así lo ha establecido o si por el contrato se ha facultado
en una cláusula a tal fin.

Encontramos supuestos previstos con la utilización de este término en los contratos de locación de cosas, art. 1203,
art. 1383, contratos bancarios, art. 1432, inc. b) y art. 1441, inc. b), contrato de cuenta corriente, art. 1508,
concesión.

En cuanto a los efectos, produce efectos ex nunc, es decir, desde el momento en que ella es acordada por los
contratantes y como se rige por los principios generales que informa la autonomía, las partes pueden establecer los
efectos que la rescisión tendrá entre ellas, aunque deberán respetar los derechos que en el interin pudieran haber
obtenido terceros.

Respecto a los casos en que la ley autoriza la rescisión, podrían enumerarse algunos artículos. A saber:

a) y 1.218 para la locación;


 1.522 para el caso de la franquicia;
 1.091 para los casos en los que se aplica la teoría de la imprevisión, etc.

ARTICULO 1078.- Disposiciones generales para la extinción por declaración de una de las partes. Excepto disposición
legal o convencional en contrario, se aplican a la rescisión unilateral, a la revocación y a la resolución las siguientes
reglas generales:
a) el derecho se ejerce mediante comunicación a la otra parte. La comunicación debe ser dirigida por todos los
sujetos que integran una parte contra todos los sujetos que integran la otra;
b) la extinción del contrato puede declararse extrajudicialmente o demandarse ante un juez. La demanda puede
iniciarse aunque no se haya cursado el requerimiento previo que pudo corresponder; en tal situación se aplica el
inciso f);
c) la otra parte puede oponerse a la extinción si, al tiempo de la declaración, el declarante no ha cumplido, o no está
en situación de cumplir, la prestación que debía realizar para poder ejercer la facultad de extinguir el contrato;
d) la extinción del contrato no queda afectada por la imposibilidad de restituir que tenga la parte que no la declaró;
e) la parte que tiene derecho a extinguir el contrato puede optar por requerir su cumplimiento y la reparación de
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daños. Esta demanda no impide deducir ulteriormente una pretensión extintiva;
f) la comunicación de la declaración extintiva del contrato produce su extinción de pleno derecho, y posteriormente
no puede exigirse el cumplimiento ni subsiste el derecho de cumplir. Pero, en los casos en que es menester un
requerimiento previo, si se promueve la demanda por extinción sin haber intimado, el demandado tiene derecho
de cumplir hasta el vencimiento del plazo de emplazamiento;
g) la demanda ante un tribunal por extinción del contrato impide deducir ulteriormente una pretensión de
cumplimiento;
h) la extinción del contrato deja subsistentes las estipulaciones referidas a las restituciones, a la reparación de daños,
a la solución de las controversias y a cualquiera otra que regule los derechos y obligaciones de las partes tras la
extinción.-

Operatividad de los efectos de la extinción por declaración de una de las partes

ARTICULO 1079.- Operatividad de los efectos de la extinción por declaración de una de las partes. Excepto
disposición legal en contrario:

a) la rescisión unilateral y la revocación producen efectos solo para el futuro;


b) la resolución produce efectos retroactivos entre las partes, y no afecta el derecho adquirido a título oneroso por
terceros de buena fe.-

Restitución en los casos de extinción por declaración de una de las partes

ARTICULO 1080.- Restitución en los casos de extinción por declaración de una de las partes. Si el contrato es
extinguido total o parcialmente por rescisión unilateral, por revocación o por resolución, las partes deben restituirse,
en la medida que corresponda, lo que han recibido en razón del contrato, o su valor, conforme a las reglas de las
obligaciones de dar para restituir, y a lo previsto en el artículo siguiente.-

Operada la extinción del contrato (ya sea por rescisión, revocación o resolución), las partes deben darse lo que han
recibido como consecuencia del contrato, o su valor. Se aplican las normas de las obligaciones de dar para restituir
(759 a 761).

El Código, además, establece algunas reglas adicionales para el caso de los contratos bilaterales:

ARTICULO 1081.- Contrato bilateral. Si se trata de la extinción de un contrato bilateral:

a) la restitución debe ser recíproca y simultánea;


b) las prestaciones cumplidas quedan firmes y producen sus efectos en cuanto resulten equivalentes, si son
divisibles y han sido recibidas sin reserva respecto del efecto cancelatorio de la obligación;
c) para estimar el valor de las restituciones del acreedor se toman en cuenta las ventajas que resulten o puedan
resultar de no haber efectuado la propia prestación, su utilidad frustrada y, en su caso, otros daños.-

Reparación de daños

ARTICULO 1082.- Reparación del daño. La reparación del daño, cuando procede, queda sujeta a estas disposiciones:

a) el daño debe ser reparado en los casos y con los alcances establecidos en este Capítulo, en el Título V de este
Libro, y en las disposiciones especiales para cada contrato;
b) la reparación incluye el reembolso total o parcial, según corresponda, de los gastos generados por la
celebración del contrato y de los tributos que lo hayan gravado;
c) de haberse pactado la cláusula penal, se aplica con los alcances establecidos en los artículos 790 y
siguientes.-

48
El Código regula la reparación del daño cuando procede. Ello es así porque la extinción del contrato por su
resolución o rescisión no necesariamente ocasiona, por sí misma, daños a la otra parte. Ahora bien, cuando
efectivamente se producen daños, entonces se contemplan pautas para su reparación. A saber:

 El daño debe ser reparado en los casos y con los alcances establecidos en el Capítulo 13 sobre “Extinción,
modificación y adecuación del contrato”, de acuerdo con las reglas propias de cada contrato, y de
conformidad con las disposiciones atinentes al Título "Otras Fuentes de las obligaciones", en particular al
Capítulo 1, "Responsabilidad civil".
 La reparación incluye el reembolso total o parcial, según corresponda, de los gastos generados por la
celebración del contrato y de los tributos que lo hayan gravado.
 Si se pactó una cláusula penal, se aplican las disposiciones previstas para ellas

Resolución total o parcial

ARTICULO 1083.- Resolución total o parcial. Una parte tiene la facultad de resolver total o parcialmente el contrato si
la otra parte lo incumple. Pero los derechos de declarar la resolución total o la resolución parcial son excluyentes,
por lo cual, habiendo optado por uno de ellos, no puede ejercer luego el otro. Si el deudor ha ejecutado una
prestación parcial, el acreedor sólo puede resolver íntegramente el contrato si no tiene ningún interés en la
prestación parcial.-

La resolución es un modo de extinción del contrato por incumplimiento. "La resolución es la extinción del contrato,
en la etapa de cumplimiento, como consecuencia de causas sobrevinientes y que extinguiría, en principio,
retroactivamente los efectos del contrato" Garrido Cordobera

El Código, en el artículo 1.083, le otorga la facultad a quien incumple el contrato, de resolverlo total o
parcialmente. Si bien se otorga esta opción a quien está en condiciones de resolver el contrato, la facultad de
hacerlo total o parcialmente es excluyente. Esto significa que quien optó por la resolución parcial, luego no puede
solicitar la resolución total como consecuencia del incumplimiento que motivó la resolución original, y viceversa.

En los casos en que hubo ejecuciones parciales del contrato, por parte de quien ha incumplido (entendido como
parte deudora), entonces el acreedor (cumplidor) solo puede resolver íntegramente el contrato en tanto y en cuanto
la prestación parcial, ejecutada de esa manera, no le produzca ningún beneficio o interés.

Configuración del incumplimiento

Es sumamente relevante que se comprendan los casos en los que el incumplimiento puede motivar la resolución de
los contratos bilaterales con prestaciones recíprocas. Es que no cualquier incumplimiento puede justificar este
mecanismo de extinción. El incumplimiento debe ser esencial, evaluando este carácter con relación a la finalidad
del contrato. El cumplimiento es esencial, en consideración a los términos del Código, cuando:

ARTICULO 1084.- Configuración del incumplimiento. A los fines de la resolución, el incumplimiento debe ser esencial
en atención a la finalidad del contrato. Se considera que es esencial cuando:

a) el cumplimiento estricto de la prestación es fundamental dentro del contexto del contrato;


b) el cumplimiento tempestivo de la prestación es condición del mantenimiento del interés del acreedor; (ESTO
DE ALGUNA MANERA NOS DIRIGE AL INSTITUTO DE LA FRUSTRACIÓN DE LA FINALIDAD DEL CONTRATO, REGULADA EN EL ART. 1.090)
c) el incumplimiento priva a la parte perjudicada de lo que sustancialmente tiene derecho a esperar;
d) el incumplimiento es intencional; (HAY DOLO O MALA FE DE LA CONTRARIA)
e) el incumplimiento ha sido anunciado por una manifestación seria y definitiva del deudor al acreedor.-

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Conversión de la demanda por cumplimiento

ARTICULO 1085.- Conversión de la demanda por cumplimiento. La sentencia que condena al cumplimiento lleva
implícito el apercibimiento de que, ante el incumplimiento, en el trámite de ejecución, el acreedor tiene derecho a
optar por la resolución del contrato, con los efectos previstos en el artículo 1081.-

Cuando en el marco de un proceso judicial de cumplimiento de contrato se dicta una sentencia que ordena el
cumplimiento, condenando al deudor, la ley prevé que esta resolución lleva implícita el apercibimiento de que, si
no se cumple la condena en la etapa de ejecución de sentencia, entonces el acreedor puede optar por la
resolución del contrato.

Rivera: en el presente artículo se autoriza el uso del jus variandi ya dentro del proceso judicial y se establece que
ante el incumplimiento de la sentencia que condena a efectuar la prestación, es decir, a cumplir, el acreedor puede
optar por dirigir el procedimiento hacia la resolución e indemnización de daños y perjuicios sin necesidad de inciar
otro proceso.

Algunos incumplimientos de por sí justifican el ejercicio de la facultad resolutoria. Ejemplo, en el caso de una
compraventa en la que, quien debe pagar un precio en dinero, no lo hace.

Pero hay otro tipo de incumplimientos que son más dudosos, pues pueden tratarse de deberes secundarios de
conducta que no están ligados con las obligaciones principales del contrato. Por ello, el art. 1.086 le da a las partes
la posibilidad de que definan qué incumplimientos justificarían el ejercicio del pacto comisorio.

Cláusula resolutoria expresa

ARTICULO 1086.- Cláusula resolutoria expresa. Las partes pueden pactar expresamente que la resolución se
produzca en caso de incumplimientos genéricos o específicos debidamente identificados. En este supuesto, la
resolución surte efectos a partir que la parte interesada comunica a la incumplidora en forma fehaciente su
voluntad de resolver.-

El art. 1.086 del Código viene a incorporar la regulación del pacto comisorio expreso. Así es que permite que las
partes puedan establecer que la resolución del contrato se produzca ante determinados incumplimientos. Pueden
pactar que el pacto comisorio se ejerza ante incumplimientos de carácter general o ante otros más específicos, ya
que en ejercicio de su autonomía de la voluntad pueden decidir la relevancia que los incumplimientos puedan tener
en el marco específico del contrato celebrado.

El pacto comisorio expreso “es una cláusula accidental del contrato en virtud de la cual la parte cumplidora tiene
derecho a resolver el contrato ante el incumplimiento de la otra” Para que produzca efectos, la parte que ejerce el
pacto comisorio debe comunicarle a la incumplidora, de manera fehaciente, su intención de resolver el contrato.

Cláusula resolutoria implícita.

ARTICULO 1087.- Cláusula resolutoria implícita. En los contratos bilaterales la cláusula resolutoria es implícita y
queda sujeta a lo dispuesto en los artículos 1088 y 1089.

El pacto comisorio tácito “es una cláusula natural de los contratos con prestaciones recíprocas en virtud de la cual la
parte cumplidora puede, mediante ciertos trámites extrajudiciales, resolver el contrato ante el incumplimiento de la
otra parte” Es una cláusula natural porque está inserta en los contratos bilaterales, aun cuando las partes no lo
hayan previsto expresamente. Es que es lógico que quien cumplió, ante el incumplimiento de la otra parte, tenga

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derecho a extinguir el contrato que las vinculara. No opera de pleno derecho, sino que debe ser requerida por la
parte que pretenda la resolución.

Presupuestos de la resolución por cláusula resolutoria implícita

Ahora bien, el ejercicio de la cláusula resolutoria implícita tiene ciertas reglas que deben respetarse. Esas reglas
están contempladas en el art. 1.088 del Código.

ARTICULO 1088.- Presupuestos de la resolución por cláusula resolutoria implícita. La resolución por cláusula
resolutoria implícita exige:

a) un incumplimiento en los términos del artículo 1084. Si es parcial, debe privar sustancialmente de lo que
razonablemente la parte tenía derecho a esperar en razón del contrato;
b) que el deudor esté en mora;
c) que el acreedor emplace al deudor, bajo apercibimiento expreso de la resolución total o parcial del contrato,
a que cumpla en un plazo no menor de quince días, excepto que de los usos, o de la índole de la prestación,
resulte la procedencia de uno menor. La resolución se produce de pleno derecho al vencimiento de dicho
plazo. Dicho requerimiento no es necesario si ha vencido un plazo esencial para el cumplimiento, si la
parte incumplidora ha manifestado su decisión de no cumplir, o si el cumplimiento resulta imposible. En
tales casos, la resolución total o parcial del contrato se produce cuando el acreedor la declara y la
comunicación es recibida por la otra parte.-

Entonces:

 Debe existir un incumplimiento esencial en atención a la finalidad del contrato, de conformidad con el art.
1.084 del Código. Es decir, no puede tratarse de cualquier incumplimiento;
 el incumplidor, deudor, debe estar en mora;
 el acreedor no debe estar en mora;
 debe haber un requerimiento del acreedor al deudor, para que cumpla el contrato en un plazo no inferior a
15 días, bajo apercibimiento de resolución. Este requisito está vinculado con el principio de conservación de
los actos jurídicos. El acreedor debe, de manera previa, solicitar al deudor que cumpla con su prestación bajo
apercibimiento de resolver el contrato. Vencido el plazo otorgado para el cumplimiento, si éste no se
verifica, entonces en ese momento se produce la resolución del contrato de pleno derecho.

Otra posibilidad es que el deudor cumpla en el plazo exigido. Ese cumplimiento, purga la mora, pero sigue siendo
responsable por los daños y perjuicios que pudiera haber causado como consecuencia del retardo en el
cumplimiento.

Resolución por ministerio de la Ley

ARTICULO 1089.- Resolución por ministerio de la ley. El requerimiento dispuesto en el artículo 1088 no es necesario
en los casos en que la ley faculta a la parte para declarar unilateralmente la extinción del contrato, sin perjuicio de
disposiciones especiales.-

El requerimiento para que el deudor cumpla en un plazo no inferior a 15 días, no es necesario cuando es la Ley la
que faculta a la parte a declarar unilateralmente la extinción del contrato.

Algunos casos previstos por la Ley: en el contrato de cuenta corriente bancaria (art. 1.404 inc. a del Código); en el
caso de la revocación del mandato (art. 1.331 del Código), el desistimiento unilateral de la obra por el locatario de
obra (art. 1.261 del Código) y en el contrato de comodato (arts. 1.539 y 1.541 del Código).

51
Frustración de la finalidad

ARTICULO 1090.- Frustración de la finalidad. La frustración definitiva de la finalidad del contrato autoriza a la parte
perjudicada a declarar su resolución, si tiene su causa en una alteración de carácter extraordinario de las
circunstancias existentes al tiempo de su celebración, ajena a las partes y que supera el riesgo asumido por la que es
afectada. La resolución es operativa cuando esta parte comunica su declaración extintiva a la otra. Si la frustración
de la finalidad es temporaria, hay derecho a resolución sólo si se impide el cumplimiento oportuno de una obligación
cuyo tiempo de ejecución es esencial.-

La Ley contempla un caso particular de resolución del contrato, entendida como la extinción por la frustración
definitiva de la finalidad del contrato. En este caso, se quiebra la causa del contrato. Esta teoría no había tenido
recepción legislativa antes de la reforma introducida por Ley N° 26.994. Sin embargo, su uso se había extendido
jurisprudencialmente y ha tenido mucho desarrollo doctrinario.

ORIGEN DE LA TEORÍA DE LA FRUSTRACIÓN DEL FIN DEL CONTRATO

En cuanto a su origen es casi unánime la doctrina en señalar al derecho anglosajón. El instituto de la frustración del
fin del contrato vino a morigerar el principio fundamental en el derecho contractual inglés, que establecía que
quien había asumido contractualmente una determinada obligación debía estrictamente cumplirla y, salvo que se
hubiese previsto expresamente una exoneración o limitación de su responsabilidad contractual, este debía hacer
frente a las consecuencias de la imposibilidad de cumplimiento frente al cambio de las circunstancias que pudiera
haber sobrevenido con posterioridad al contrato. Este principio había sido consagrado en el clásico precedente
Paradine V. Jane del año 1647, en el que a un locatario se le hizo responder por el pago del alquiler, a pesar de que
había sido privado del uso y goce del bien por un enemigo del rey. Dicho precedente fue modificado en 1863 con el
caso Taylor V. Caldwell, que determinó que habiéndose destruido materialmente el objeto de la prestación, se
frustraba el contrato y el obligado no era responsable del incumplimiento, consagrándose en el derecho inglés lo
que en el derecho continental podría asimilarse al caso fortuito o fuerza mayor. Donde mayormente se desarrolló el
instituto de la frustración fue en el derecho marítimo, tomándose como base para la aplicación del instituto de
marras la frustración de la aventura comercial que las partes habían tenido al contratar; en estos supuestos es donde
la teoría de la frustración tuvo aplicaciones más amplias, alcanzando situaciones donde no se había producido la
destrucción de la cosa ni la imposibilidad material de incumplimiento de la obligación.

Tradicionalmente, para referirnos a la teoría de la frustración de la finalidad del contrato, se invocan los casos de la
coronación, ya que es allí donde la teoría se perfeccionó:

A la muerte de la Reina Victoria en 1901 hubo gran interés en presenciar el desfile de la coronación de Eduardo VII
ya que hacía 64 años que no se presenciaba una ceremonia de coronación. Con tal motivo, un Sr. Henry arrendó a un
Sr. Krell una casa situada en una calle donde pasaría el desfile de la coronación. A su vez, éste había subarrendado
balcones y ventanas. El futuro rey enfermó y el desfile no se realizó. Los arrendatarios reclamaron la devolución de
lo pagado por no haberse cumplido con la finalidad del contrato. La Corte entendió que había una frustración del fin
del contrato y correspondía acoger los reclamos.

Para ello se fundó en que, si las partes habían partido de la base de la existencia de un determinado estado de
cosas que después desaparece sin su responsabilidad, había lugar a excepcionarse de cumplir. (Guarnieri).

A través del art. 1.090 del Código se autoriza a la parte perjudicada por la frustración de la finalidad del contrato a
declarar su resolución. Ello en tanto se den ciertas condiciones. A saber:

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 que la frustración de la finalidad tenga causa en una alteración de carácter extraordinario de las
circunstancias existentes al tiempo de su celebración,
 que esa situación sea ajena a las partes;
 que la alteración de las circunstancias supere el riesgo asumido por la perjudicada.

Para que la resolución surta efectos, quien la solicita debe comunicar su declaración extintiva a la otra parte.

Si la frustración de la finalidad es temporaria, hay derecho a resolución sólo si se impide el cumplimiento oportuno
de una obligación cuyo tiempo de ejecución es esencial.

ARTICULO 1091.- Imprevisión. Si en un contrato conmutativo de ejecución diferida o permanente, la prestación a


cargo de una de las partes se torna excesivamente onerosa, por una alteración extraordinaria de las circunstancias
existentes al tiempo de su celebración, sobrevenida por causas ajenas a las partes y al riesgo asumido por la que es
afectada, ésta tiene derecho a plantear extrajudicialmente, o pedir ante un juez, por acción o como excepción, la
resolución total o parcial del contrato, o su adecuación. Igual regla se aplica al tercero a quien le han sido conferidos
derechos, o asignadas obligaciones, resultantes del contrato; y al contrato aleatorio si la prestación se torna
excesivamente onerosa por causas extrañas a su álea propia.-

Las condiciones de aplicación son: contratos bilaterales conmutativos de ejecución diferida o permanente, y los
aleatorios en la medida en que la excesiva onerosidad exceda dicha alea.

A diferencia de la frustración de la finalidad del contrato, en la que existe un quiebre en la causa de este, en la
imprevisión lo que se afecta es la cuantía de las prestaciones comprometidas. No se trata de casos que
necesariamente impidan el cumplimiento de las prestaciones comprometidas, pero las tornan excesivamente
onerosas para el deudor.

Acontecimientos que habilitan su aplicación. “La posibilidad de desligarse de un contrato que por causas
sobrevinientes a su constitución resulta ruinosa o bien a adecuar los términos del contrato, tiene fundamento en las
bases del negocio jurídico”. La teoría de las bases del negocio jurídico estima que, para la celebración de un
contrato, las partes tienen en cuenta ciertas circunstancias básicas que son propias del negocio jurídico en cuestión.
De tal manera, si esas circunstancias básicas no se dan (como si se arrienda un balcón para presenciar un desfile que
no se lleva a cabo, hipótesis contemplada por la jurisprudencia inglesa en los denominados Casos de la Coronación
de Eduardo VII) o si ulteriormente resultan modificadas (como cuando se encarece súbitamente el valor de
mercaderías vendidas a un precio fijo), el acto deviene ineficaz por insubsistencia de las bases que lo sustentaron.

Uno de los supuestos que frecuentemente nos lleva a considerar la teoría de la imprevisión, es la inflación, la que no
siempre puede tornar aplicable esta teoría, en tanto en épocas de inflación, al celebrar contratos, las partes deben
contemplar las consecuencias que tendrá la inflación sobre sus obligaciones.

Entre los hechos o circunstancias que lo habilitan, se ha dicho: “Damos por supuesto que la imprevisión no ha sido
instituida para rectificar ‘malos negocios’ ni para subsanar errores comerciales o financieros de los mismos”. En
conclusión, la mayoría de la doctrina sostiene que la devaluación monetaria brusca y no prevista abre el camino para
invocar imprevisión.

El campo de acción de la doctrina de la imprevisión se encuentra delimitado por varios supuestos contemplados por
el art. 1.091, tales como:

 el grado de onerosidad,
 características de los acontecimientos,

53
 ausencia de mora o culpa.

Como requisitos de aplicación, enumeramos:

 que existan acontecimientos extraordinarios e imprevisibles con posterioridad a la celebración del


contrato, entendidos como aquellos que están fuera del curso normal y estadístico, no habiendo sido
posible su previsión por las partes,
 que esos acontecimientos ajenos a los celebrantes conviertan en excesivamente onerosa la prestación de
alguna de ellas;
 quien invoque la aplicación de la teoría no se encuentre en mora ni haya obrado con culpa.

Luego, tanto la "onerosidad excesiva" como el hecho desencadenante que debe ser "extraordinario en atención a las
circunstancias existentes al tiempo de la celebración", quedan librados al arbitrio judicial.

Respecto de los efectos dados por los extremos del instituto, es decir, a requerir (extrajudicial o judicialmente) ya
sea la vía de la resolución total o parcial del contrato o la de su adecuación.

ANTECEDENTES, DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA. EN NUESTRO PAÍS, LA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL DEL AÑO 1968, PRODUCIDA POR LEY
N° 17.7114, INCORPORÓ EL ART. 1.198 DEL CÓDIGO CIVIL, LO QUE HASTA ESE ENTONCES ERA UNA TEORÍA SOBRE IMPREVISIÓN Y,
ESPECIALMENTE LAS CONCLUSIONES ELABORADAS EN EL TERCER CONGRESO NACIONAL DE DERECHO CIVIL (1961), FUERON LA FUENTE DE LA
CONSAGRACIÓN LEGISLATIVA DE DICHA TEORÍA, ABONADA POR LA OPINIÓN DOCTRINARIA DE AUTORES TALES COMO: BUSSO, LLAMBÍAS,
BORDA, MOSSET ITURRASPE, BUERES (QUIEN PRESENTÓ LA PONENCIA SOBRE INCORPORACIÓN DE LA IMPREVISIÓN AL CÓDIGO CIVIL, EN
CASO DE UNA EVENTUAL REFORMA) Y LÓPEZ DE ZAVALÍA.

. EVOLUCIÓN

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Derecho romano: la lesión enorme existía en el Derecho Romano y en la antigua legislación española. El principio
de la lesión no era una causa de nulidad de los actos jurídicos. Por excepción, la lesión enorme o enormísima podía
dar lugar a la rescisión de las convenciones.
El Derecho Romano postclásico: consagró un modo de rescisión del contrato de compraventa: la lesión
enorme o de más de la media (laesio enormis), que tenía lugar cuando una persona hubiere enajenado una
cosa por un precio inferior a la mitad de su valor real. Esta forma de rescindir el contrato no tenía como
consecuencia dejarlo sin efecto de pleno derecho, sino que solamente autorizaba al vendedor, cuando el
contrato no habría sido ejecutado, a obtener una excepción en caso de que el comprador persiguiera la
entrega de la cosa y también valerse de la actio venditi, cuando hubiera cumplido el contrato, para volver las
cosas a su anterior estado. Tal causa de rescisión nació por motivos de equidad desde que era presumible
que la persona que vendía un objeto de su propiedad, por un precio muy inferior a su verdadero valor, sólo lo
hacía impulsado por un estado de necesidad que la ley no podía dejar de contemplar, a fin de hacer
desaparecer los efectos de tales ventas. La acción rescisoria, que en un principio se aplicaba solo a los
inmuebles, luego se extendió a toda clase de cosas; no alcanzaban las ventas aleatorias.
Edad media: en la Edad Media, el Código Teodosiano no previó el instituto de la lesión, pero tuvo un gran
desarrollo tanto en la glosa, como en el derecho escrito y en el consuetudinario. La glosa introduce la idea
subjetiva, sosteniendo que una venta por menos de la mitad del justo precio lleva a pensar que ha existido
fraude por alguna de las partes. Durante este período, la lesión se aplicó a otros contratos como el arriendo,
la transacción, el cambio o permuta, y aun la donación.
Derecho Canónico: en la doctrina de los canonistas, la lesión adquiere gran relevancia como medio contra la
usura.
La codificación del siglo XIX: el proceso de liberalización económica que se consagra con la Revolución
Francesa abolió la lesión, de carácter restringido, aplicable a ciertos negocios jurídicos, como la
compraventa inmobiliaria y la partición. La lesión aparece como un remedio excepcional y luego se
reconocieron otros ámbitos en los que es posible invocarla, como en materia de locaciones, asistencia
marítima, préstamos de dinero, etc.
Los códigos contemporáneos: luego del Código de Napoleón, los códigos posteriores lo siguieron,
adoptando una fórmula objetiva y reducida a ciertos contratos. Sin embargo, otros códigos repudiaron el
instituto en cualquiera de sus manifestaciones. Lo más destacable durante el siglo XX fue la adopción de
algunos códigos como el suizo y el alemán, de fórmulas "objetivosubjetivas" que encuentran sus

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antecedentes en las legislaciones penales de estos países.
Naturaleza jurídica: la lesión es un vicio propio de los actos jurídicos. La diferencia básica entre lesión e
imprevisión radica en que ésta se aplica a los actos que originariamente contenían prestaciones
equivalentes. Pero circunstancias sobrevinientes, imprevisibles y extraordinarias convierten en
excesivamente oneroso para una de las partes el cumplimiento de las prestaciones. En la lesión, el defecto
está presente desde el mismo momento de la celebración y debe subsistir al tiempo de la demanda.
Además, la lesión contiene elementos subjetivos; estado de inferioridad y explotación, que no aparecen en la
imprevisión.
Evolución: la lesión no era admitida en el Código Civil de Vélez Sarsfield, quien rechazó categóricamente la
lesión como vicio en los contratos.
La reforma introducida por la Ley N° 17.711 del año 1968, incorporó al Código Civil (hoy derogado por Ley N°
26.994) en su art. 954, la lesión mediante una fórmula objetivo-subjetiva, donde aparecen invariablemente
ambos elementos; la desproporción entre las prestaciones, que debe derivar de la explotación por una de las
partes de un estado de inferioridad típico de la otra.
La Ley N° 26.994 que sanciona el Código Civil y Comercial de la Nación, regula a la lesión en el art. 332
(Capítulo 6, “Vicios de los actos jurídicos”, Título IV, Libro Primero del Código) como un vicio de los actos
jurídicos, junto con la simulación y el fraude:
Puede demandarse la nulidad o la modificación de los actos jurídicos cuando una de las
partes explotando la necesidad, debilidad síquica o inexperiencia de la otra, obtuviera por
medio de ellos una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación.
Se presume, excepto prueba en contrario, que existe tal explotación en caso de notable
desproporción de las prestaciones. Los cálculos deben hacerse según valores al tiempo
del acto y la desproporción debe subsistir en el momento de la demanda. El afectado tiene
opción para demandar la nulidad o un reajuste equitativo del convenio, pero la primera de
estas acciones se debe transformar en acción de reajuste si éste es ofrecido por el
demandado al contestar la demanda. Sólo el lesionado o sus herederos pueden ejercer la
acción.8
8 Art. 332 – Ley N° 24.996 (2014). Op. cit.
Elementos del acto lesivo
El elemento objetivo es la existencia de una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación.
El elemento objetivo supone que haya desproporción entre las contraprestaciones y que sea evidente su justificación.
El hecho en cuestión, para que entre en juego la teoría de la imprevisión, ha de provocar una excesiva onerosidad en
el cumplimiento de la prestación debida, de manera tal que el mantenimiento de la obligación importe la consumación
de una flagrante injusticia. Va de suyo que el desbarajuste en la situación económica debe perjudicar al deudor para
que la teoría de la imprevisión sea aplicable; el que beneficiare al acreedor, sin perjudicar al deudor, sería irrelevante.
(Alterini, 2012, p. 407).
Se presume que existe el aprovechamiento o explotación cuando medie notable desproporción de las prestaciones;
los cálculos deberán hacerse según valores al tiempo del acto y la desproporción deberá subsistir en el momento de
la demanda. Debe tratarse de una ventaja patrimonial que excede lo que habitualmente ocurre en los negocios. La
notable desproporción debe ser un grosero desequilibrio entre las
prestaciones. También se exige que esa ventaja patrimonial no tenga justificación. La desproporción debe
existir en el momento de la celebración del acto y subsistir al tiempo de la demanda.
Se requiere el elemento subjetivo de
El elemento subjetivo del lesionante o beneficiado es el aprovechamiento de la situación de inferioridad en
que se halla la víctima del acto lesivo. No es suficiente el solo conocimiento de la existencia de la
necesidad, debilidad psíquica o inexperiencia, sino que es necesario que, a partir del conocimiento de ese
estado, se pretenda obtener un beneficio desproporcionado, tomando posesión psicológica de ellos para
explotarlos e instrumentarlos para sus fines. la víctima, de necesidad, debilidad psíquica o inexperiencia de
una de las partes.
Tal como sostiene Alterini (2012), para diferenciar la lesión de la figura antes vista de la imprevisión, en los
dos casos el deudor sufre un perjuicio patrimonial exorbitante e inicuo. Sin embargo, en la imprevisión, el
perjuicio se produce en otro momento, al tiempo del cumplimiento del contrato. Es decir, que en la
imprevisión hay una lesión que es sobreviniente, pero por circunstancias extrañas al comportamiento de las
partes.
Por otro lado, en la lesión el perjuicio sucede en otro momento diferente, cuando se celebra el acto jurídico y
como consecuencia del aprovechamiento de una de las partes de las características de la otra. Asimismo, la
imprevisión no incide sobre los efectos ya cumplidos del contrato, a diferencia de la lesión cuando el
afectado requiere la nulidad del contrato.

ART 332

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LECTURA 4 – CONTRATOS DE CONSUMO

Regulación: Título III del Libro Tercero (“Derechos Personales”) está destinado a establecer el marco de regulación
de los contratos de consumo. Concretamente, el capítulo 1 regula la “Relación de consumo”, el capítulo 2 la
“Formación del consentimiento”, el capítulo 3 las “Modalidades especiales” y el capítulo 4 las “Cláusulas abusivas”.

INCORPORACIÓN AL CCC: Antes sólo estaban contemplados en la Ley de Defensa del Consumidor (Ley 24240), temas
discutido en la sanción de la Ley N˚ 26.994.

Argumentos manifestados en los Fundamentos del Anteproyecto de CCC (2012), en el que se:

En el derecho comparado hay distintos modelos. Una opción es mantener separadas ambas regulaciones. Es el
criterio del Códice del Consumo, del texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y
Usuarios y otras leyes complementarias y del Anteproyecto de Reforma al Código Civil francés en el Derecho de
obligaciones y el Derecho de la prescripción, que tampoco la incorpora al Código Civil. Todos los Estados Partes del
Mercosur, así como todos los Estados Asociados, tienen leyes del consumidor separadas del Código Civil. El
comentario 2 al Preámbulo de los Principios de Unidroit señala el “propósito de excluir del ámbito de los Principios
las llamadas operaciones de consumo”.

Con otro criterio, la reforma del año 2002 el Código Civil alemán incorporó algunas normas aplicables
específicamente al Derecho del Consumidor (definición de consumidores y profesionales, contratos celebrados fuera
de los establecimientos mercantiles y a distancia, garantías en la venta de bienes de consumo) junto con otras
propias del Código (condiciones generales de la contratación, morosidad en las operaciones comerciales, comercio
electrónico).

El Código Civil quebequés de 1991 incluyó disposiciones atinentes a los contratos de consumo y a los celebrados por
adhesión (arts. 1432, 1437, 1438) así como a la responsabilidad de los intervinientes en el proceso de fabricación y
comercialización de cosas muebles (arts. 1468 y 1469). El Código Civil holandés de 1992 reguló las condiciones
generales de contratación (Libro 6, arts. 231 a 247), la responsabilidad por productos (Libro 6, arts. 185 a 193) y las
exigencias en cuanto a la publicidad (Libro 6, arts. 194 a 196). En el ordenamiento jurídico argentino hay que
considerar el rango constitucional de los derechos del consumidor, la amplia aplicación de estas normas en los casos
judiciales y la opinión de la mayoría de la doctrina. Siguiendo estos lineamientos, es necesario no sólo avanzar en
cuanto a la unificación de los contratos civiles y comerciales, sino también incorporar a los contratos de consumo.

Se llegó a la conclusión de que correspondía regular los contratos de consumo y tener en cuenta que no son un
tipo especial más (por ejemplo: la compraventa), sino una fragmentación del tipo general de contratos, que influye
sobre los tipos especiales (ejemplo: compraventa de consumo). Por eso la importancia de incorporar su regulación
en la parte general, entendiendo que esta solución es consistente con la CN que considera al consumidor como un
sujeto de derechos fundamentales, así como con la legislación especial y la jurisprudencia y doctrina en la materia.

Se distingue así el tipo general del contrato, de consumo. Podemos hablar, entonces, de un sistema que queda
ordenado de la siguiente manera:

 CONTRATOS DISCRECIONALES: en ellos hay plena autonomía privada.


 CONTRATOS CELEBRADOS POR ADHESIÓN: cuando se demuestra que hay una adhesión a cláusulas generales
redactadas previamente por una de las partes, hay una tutela basada en la aplicación de este régimen.
 CONTRATOS DE CONSUMO: cuando se prueba que hay un contrato de consumo, se aplica el título III, sea o no
celebrado por adhesión, ya que éste último es un elemento no tipificante.
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Consumidor. Contrato de consumo CN – Ley –. Procedimientos judiciales y administrativos

Capítulo 1 – Relación de consumo

DEFINICIONES DEL CÓDIGO

ARTICULO 1092.- RELACIÓN DE CONSUMO. CONSUMIDOR. RELACIÓN DE CONSUMO ES EL VÍNCULO JURÍDICO ENTRE UN
PROVEEDOR Y UN CONSUMIDOR. SE CONSIDERA CONSUMIDOR A LA PERSONA HUMANA O JURÍDICA QUE ADQUIERE O UTILIZA,
EN FORMA GRATUITA U ONEROSA, BIENES O SERVICIOS COMO DESTINATARIO FINAL, EN BENEFICIO PROPIO O DE SU GRUPO
FAMILIAR O SOCIAL.

QUEDA EQUIPARADO AL CONSUMIDOR QUIEN, SIN SER PARTE DE UNA RELACIÓN DE CONSUMO COMO CONSECUENCIA O EN
OCASIÓN DE ELLA, ADQUIERE O UTILIZA BIENES O SERVICIOS, EN FORMA GRATUITA U ONEROSA, COMO DESTINATARIO FINAL,
EN BENEFICIO PROPIO O DE SU GRUPO FAMILIAR O SOCIAL.-

ARTICULO 1093.- Contrato de consumo. Contrato de consumo es el celebrado entre un consumidor o usuario final
con una persona humana o jurídica que actúe profesional u ocasionalmente o con una empresa productora de
bienes o prestadora de servicios, pública o privada, que tenga por objeto la adquisición, uso o goce de los bienes o
servicios por parte de los consumidores o usuarios, para su uso privado, familiar o social.-

 Relación de consumo es el vínculo jurídico entre un proveedor y un consumidor (art. 1.092).}

 Consumidor: entendido como la persona humana o jurídica que adquiere o utiliza bienes o servicios como
destinatario final, en forma gratuita u onerosa, en beneficio propio o de su grupo familiar o social (art. 1.092).
También que, equiparado al consumidor, es quien sin ser parte de una relación de consumo como consecuencia
o en ocasión de ella, adquiere o utiliza bienes o servicios en forma gratuita u onerosa como destinatario final, en
beneficio propio o de su grupo familiar o social, siempre que no tenga vínculo con su actividad comercial,
industrial, artesanal o profesional.

Los consumidores equiparados son sujetos que no tienen un vínculo contractual o de derecho público con el
proveedor, pero como consecuencia o en ocasión de ello adquieren o utilizan bienes o servicios que fueron
adquiridos por un consumidor efectivo con el que los une un vínculo familiar o social. Se encuadra en esta categoría,
por ejemplo, quien recibe como regalo o presente de estilo un producto defectuoso o quien es invitado a una
comida en la que se sirven productos contaminados o adulterados, el acompañante en un automóvil que circula por
una ruta con peaje, entre otros.

Se elimina la mención establecida en el artículo 1 de la Ley N˚ 24.240 en relación a considerar consumidor a quien se
encuentra “expuesto a una relación de consumo”. La justificación de esa eliminación, es que: la figura del
consumidor expuesto, incluido en la ley especial dentro de la definición general de consumidor, ha sido una
traslación inadecuada del Código de DC de Brasil, que contempla esta noción en relación a las prácticas comerciales
pero no como noción general.

 Contrato de consumo. Es el celebrado entre un consumidor o usuario final con una persona humana o
jurídica que actúe profesional u ocasionalmente o con una empresa productora de bienes o prestadora de
servicios, pública o privada, que tenga por objeto la adquisición, uso o goce de los bienes o servicios por
parte de los consumidores o usuarios, para su uso privado, familiar o social (art. 1.093).

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INTERPRETACIÓN Y PRELACIÓN NORMATIVA

ARTICULO 1094.- Interpretación y prelación normativa. Las normas que regulan las relaciones de consumo deben ser
aplicadas e interpretadas conforme con el principio de protección del consumidor y el de acceso al consumo
sustentable.
En caso de duda sobre la interpretación de este Código o las leyes especiales, prevalece la más favorable al
consumidor.-

ARTICULO 1095.- Interpretación del contrato de consumo. El contrato se interpreta en el sentido más favorable para
el consumidor. Cuando existen dudas sobre los alcances de su obligación, se adopta la que sea menos gravosa.-

Sobre la interpretación: El Código establece que ante duda sobre la interpretación del Código y las leyes especiales,
prevalece la más favorable al consumidor (1094) En cuanto a la interpretación de los contratos de consumo en
particular (1.095), también, en caso de duda, se interpreta en el sentido más favorable al consumidor. Cuando la
duda reposa sobre los alcances de la obligación del consumidor, se adopta la que sea menos gravosa. Esto es
coherente con la regla de interpretación contemplada en el art. 3 de la Ley N˚ 24.240.

El código incorpora una serie de principios generales de protección del consumidor que actúan como una protección
mínima, no habiendo obstáculos para que una ley especial establezca condiciones superiores. El estudio de los
contratos de consumo no puede hacerse desvinculado de la Ley N˚ 24.240.

En los Fundamentos del Anteproyecto de CCC (2012), encontramos una descripción del sistema legal a raíz de la
regulación del Código

De conformidad con esta perspectiva, se produce una integración del sistema legal en una escala de graduación
compuesta por:

A. Los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional;


B. Los principios y reglas generales de protección mínima y el lenguaje común del Código;
C. la reglamentación detallada existente en la legislación especial.

Los dos primeros niveles son estables, mientras que el tercero es flexible y adaptable a las circunstancias cambiantes
de los usos y prácticas.

Capítulo 2 - Formación del consentimiento

SECCIÓN 1 - PRÁCTICAS ABUSIVAS

Prácticas abusivas. Trato digno. Trato equitativo y no discriminatorio. Libertad de contratar

Se establece una regulación para las prácticas abusivas (sección 1 del capítulo 2 del Código). Esto incluye una serie
de principios que deben respetarse, especialmente en materia de contratos de consumo: trato digno, equitativo, no
discriminatorio y libertad de contratar.

ARTICULO 1096.- Ámbito de aplicación. Las normas de esta Sección y de la Sección 2a del presente Capítulo son
aplicables a todas las personas expuestas a las prácticas comerciales, determinables o no, sean consumidores o
sujetos equiparados conforme a lo dispuesto en el artículo 1092.-

TRATO DIGNO

ARTICULO 1097.- Trato digno. Los proveedores deben garantizar condiciones de atención y trato digno a los
consumidores y usuarios. La dignidad de la persona debe ser respetada conforme a los criterios generales que

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surgen de los tratados de derechos humanos. Los proveedores deben abstenerse de desplegar conductas que
coloquen a los consumidores en situaciones vergonzantes, vejatorias o intimidatorias.

De acuerdo con los Fundamentos del Anteproyecto: el ‘’trato digno’’, de manera que el Código es una
implementación de esa norma, efectuada con conceptos jurídicos indeterminados y dejando lugar a la ley especial
para que desarrolle reglas precisas y adaptables a un sector muy cambiante. En este aspecto se incorpora la
equiparación de consumidores a personas expuestas y se establecen normas generales.

TRATO EQUITATIVO Y NO DISCRIMINATORIO

ARTICULO 1098.- Trato equitativo y no discriminatorio. Los proveedores deben dar a los consumidores un trato
equitativo y no discriminatorio. No pueden establecer diferencias basadas en pautas contrarias a la garantía
constitucional de igualdad, en especial, la de la nacionalidad de los consumidores.-

LIBERTAD DE CONTRATAR

ARTICULO 1099.- Libertad de contratar. Están prohibidas las prácticas que limitan la libertad de contratar del
consumidor, en especial, las que subordinan la provisión de productos o servicios a la adquisición simultánea de
otros, y otras similares que persigan el mismo objetivo.-

De conformidad con los arts. 1.097, 1.098 y 1.099 del Código, se exige que los proveedores respeten una serie de
deberes en relación a los consumidores, específicamente un trato digno, equitativo y no discriminatorio, y les
garanticen la libertad de contratar. Así, podemos resumir estos deberes y enumerar las siguientes conductas:

 Garanticen condiciones de atención y trato digno a los consumidores y usuarios. En ese sentido, remite a
tratados de derechos humanos a los efectos de garantizar la dignidad de la persona.
 Se abstengan de desarrollar conductas que coloquen a los consumidores en situaciones vergonzantes,
vejatorias o intimidatorias.
 Otorguen un trato equitativo y no discriminatorio.
 No establezcan diferencias basadas en pautas contrarias a la garantía constitucional de igualdad, en especial,
la de la nacionalidad de los consumidores; la libertad de contratar del consumidor.
 No realicen prácticas que subordinen la provisión de productos o servicios a la adquisición simultánea de
otros, y otras con el mismo fin.

SECCIÓN 2 – INFORMACIÓN Y PUBLICIDAD DIRIGIDA A LOS CONSUMIDORES

INFORMACIÓN

ARTICULO 1100.- Información. El proveedor está obligado a suministrar información al, consumidor en forma cierta y
detallada, respecto de todo lo relacionado con las características esenciales de los bienes y servicios que provee, las
condiciones de su comercialización y toda otra circunstancia relevante para el contrato. La información debe ser
siempre gratuita para el consumidor y proporcionada con la claridad necesaria que permita su comprensión.-

 Información: el Código consagra una obligación general de información, que hace a la transparencia
informativa en los contratos de consumo. Los proveedores deben poner en conocimiento del consumidor,
en forma cierta y detallada, las características esenciales del bien o del servicio, las condiciones de la
comercialización y toda otra circunstancia relevante para la celebración del contrato. Esta regla difiere de la
existente en los contratos en general, donde la parte que obtiene información a su costo no tiene, como
principio, que compartirla. Además de lo que se suministra, es importante cómo se lo hace: la información
proporcionada debe ser clara y gratuita.

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PUBLICIDAD

ARTICULO 1101.- Publicidad. Está prohibida toda publicidad que:


a) contenga indicaciones falsas o de tal naturaleza que induzcan o puedan inducir a error al consumidor, cuando
recaigan sobre elementos esenciales del producto o servicio;
b) efectúe comparaciones de bienes o servicios cuando sean de naturaleza tal que conduzcan a error al consumidor;
c) sea abusiva, discriminatoria o induzca al consumidor a comportarse de forma perjudicial o peligrosa para su salud
o seguridad.-

ARTICULO 1102.- Acciones. Los consumidores afectados o quienes resulten legalmente legitimados pueden solicitar
al juez: la cesación de la publicidad ilícita, la publicación, a cargo del demandado, de anuncios rectificatorios y, en su
caso, de la sentencia condenatoria.-

ARTICULO 1103.- Efectos de la publicidad. Las precisiones formuladas en la publicidad o en anuncios, prospectos,
circulares u otros medios de difusión se tienen por incluidas en el contrato con el consumidor y obligan al oferente.-

Publicidad: en los arts. 1.101 a 1.103, el Código regula el marco de la publicidad efectuada por los proveedores.

La regulación es más amplia que la prevista en la Ley N˚ 24.240. Se define la publicidad ilícita, y las categorías de
publicidad engañosa, comparativa, inductiva, discriminatoria en situaciones especiales y se especifican las acciones
que disponen los consumidores y los legitimados según las leyes especiales y procesales. También prevé que la
publicidad integre el contrato.

Establece las siguientes prohibiciones en relación a las publicidades dirigidas a los consumidores:

 Contenga indicaciones falsas o de tal naturaleza que induzcan o puedan inducir a error al consumidor,
cuando recaigan sobre elementos esenciales del producto o servicio.
 Efectúe comparaciones de bienes o servicios cuando sean de naturaleza tal que conduzcan a error al
consumidor.
 Sea abusiva, discriminatoria o induzca al consumidor a comportarse de forma perjudicial o peligrosa para su
salud o seguridad.

El Código otorga acciones a los perjudicados (legitimados activos: consumidores afectados) para lograr el cese de la
publicidad ilícita y/o la publicación, a cargo del demandado, de anuncios rectificatorios o de la sentencia
condenatoria.

En cuanto a los efectos de la publicidad, el Código a través del art. 1.103 sustituye el art. 8 de la Ley N˚ 24.240. La
publicidad (a manera de anuncios, prospectos, circulares u otros medios de difusión) integra el contrato y obligan al
oferente.

Capítulo 3

MODALIDADES ESPECIALS DE CONTRATACIÓN

El capítulo 3 del Título III regula modalidades especiales en la contratación de consumo:

 contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales,


 celebrados a distancia y
 celebrados por medios electrónicos.

Al respecto, en los Fundamentos del Anteproyecto se menciona:

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Se los define, se fijan las reglas generales aplicables y se establecen algunas específicas derivadas del control del
medio que, habitualmente, ejerce el proveedor, y que son las siguientes:

a) El deber de información enfocado en la vulnerabilidad técnica derivada del medio utilizado,

b) La oferta que se expone en estos medios está vigente durante el tiempo en que permanezca accesible, y el
oferente debe comunicar la recepción de la aceptación,

c) El derecho a la revocación.

El lugar de cumplimiento es aquél en que el consumidor hubiera recibido la prestación y fija la jurisdicción. Estas
normas completan las existentes en los arts. 32, 33, 34 de la ley especial (26.361) y proveen soluciones a problemas
muy concretos señalados por la doctrina. Se sigue la técnica de reglas generales que pueden ser complementadas
por la legislación posterior específica.

Contratos celebrados fuera de los establecimientos Comerciales

ARTÍCULO 1104.- CONTRATOS CELEBRADOS FUERA DE LOS ESTABLECIMIENTOS COMERCIALES. ESTÁ COMPRENDIDO EN LA
CATEGORÍA DE CONTRATO CELEBRADO FUERA DE LOS ESTABLECIMIENTOS COMERCIALES DEL PROVEEDOR EL QUE RESULTA DE
UNA OFERTA O PROPUESTA SOBRE UN BIEN O SERVICIO CONCLUIDO EN EL DOMICILIO O LUGAR DE TRABAJO DEL
CONSUMIDOR, EN LA VÍA PÚBLICA, O POR MEDIO DE CORRESPONDENCIA, LOS QUE RESULTAN DE UNA CONVOCATORIA AL
CONSUMIDOR O USUARIO AL ESTABLECIMIENTO DEL PROVEEDOR O A OTRO SITIO, CUANDO EL OBJETIVO DE DICHA
CONVOCATORIA SEA TOTAL O PARCIALMENTE DISTINTO AL DE LA CONTRATACIÓN, O SE TRATE DE UN PREMIO U OBSEQUIO.-

Entendido como aquel contrato de consumo que se perfecciona en el domicilio o lugar de trabajo del consumidor,
en la vía pública, o por medio de correspondencia, los que resultan de una convocatoria al consumidor o usuario al
establecimiento del proveedor o a otro sitio, cuando el objetivo de dicha convocatoria sea total o parcialmente
distinto al de la contratación, o se trate de un premio u obsequio.

Contratos celebrados a distancia

ARTICULO 1105.- CONTRATOS CELEBRADOS A DISTANCIA. CONTRATOS CELEBRADOS A DISTANCIA SON AQUELLOS CONCLUIDOS
ENTRE UN PROVEEDOR Y UN CONSUMIDOR CON EL USO EXCLUSIVO DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN A DISTANCIA,
ENTENDIÉNDOSE POR TALES LOS QUE PUEDEN SER UTILIZADOS SIN LA PRESENCIA FÍSICA SIMULTÁNEA DE LAS PARTES
CONTRATANTES. EN ESPECIAL, SE CONSIDERAN LOS MEDIOS POSTALES, ELECTRÓNICOS, TELECOMUNICACIONES, ASÍ COMO
SERVICIOS DE RADIO, TELEVISIÓN O PRENSA.-

Son aquellos contratos de consumo que se perfeccionan con el uso exclusivo de medios de comunicación a distancia
(o sea, aquellos que pueden ser utilizados sin la presencia física simultánea de las partes contratantes: medios
postales, electrónicos, telecomunicaciones, así como servicios de radio, televisión o prensa).

Utilización de medios electrónicos.

ARTICULO 1106.- UTILIZACIÓN DE MEDIOS ELECTRÓNICOS. SIEMPRE QUE EN ESTE CÓDIGO O EN LEYES ESPECIALES SE EXIJA QUE
EL CONTRATO CONSTE POR ESCRITO, ESTE REQUISITO SE DEBE ENTENDER SATISFECHO SI EL CONTRATO CON EL CONSUMIDOR
O USUARIO CONTIENE UN SOPORTE ELECTRÓNICO U OTRA TECNOLOGÍA SIMILAR.-

Información sobre los medios electrónicos.

ARTICULO 1107.- INFORMACIÓN SOBRE LOS MEDIOS ELECTRÓNICOS. SI LAS PARTES SE VALEN DE TÉCNICAS DE COMUNICACIÓN
ELECTRÓNICA O SIMILARES PARA LA CELEBRACIÓN DE UN CONTRATO DE CONSUMO A DISTANCIA, EL PROVEEDOR DEBE
INFORMAR AL CONSUMIDOR, ADEMÁS DEL CONTENIDO MÍNIMO DEL CONTRATO Y LA FACULTAD DE REVOCAR, TODOS LOS
DATOS NECESARIOS PARA UTILIZAR CORRECTAMENTE EL MEDIO ELEGIDO, PARA COMPRENDER LOS RIESGOS DERIVADOS DE SU
EMPLEO, Y PARA TENER ABSOLUTAMENTE CLARO QUIÉN ASUME ESOS RIESGOS.-

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Ofertas por medios electrónicos.

ARTICULO 1108.- OFERTAS POR MEDIOS ELECTRÓNICOS. LAS OFERTAS DE CONTRATACIÓN POR MEDIOS ELECTRÓNICOS O
SIMILARES DEBEN TENER VIGENCIA DURANTE EL PERÍODO QUE FIJE EL OFERENTE O, EN SU DEFECTO, DURANTE TODO EL
TIEMPO QUE PERMANEZCAN ACCESIBLES AL DESTINATARIO. EL OFERENTE DEBE CONFIRMAR POR VÍA ELECTRÓNICA Y SIN
DEMORA LA LLEGADA DE LA ACEPTACIÓN.-

Sobre la vigencia de las ofertas de contratación por medios electrónicos: tienen vigencia durante el período que fije
el oferente o, si no hubiere un período de tiempo, durante todo el tiempo que permanezcan accesibles al
destinatario. El oferente debe confirmar por vía electrónica y sin demora la llegada de la aceptación.

Modalidades especiales. Remisión

Cuando el contrato es concluido a través del uso de medios electrónicos, y el Código exija para un contrato en
particular que éste sea celebrado por escrito, esto se cumple si el contrato con el consumidor o usuario contiene un
soporte electrónico u otra tecnología similar (art. 1.106). Esto es lógico, ya que de lo contrario no podrían aceptarse
contratos que hoy en día es vital que se perfeccionen por estos medios.

En estos casos, el deber de información del proveedor se agrava, ya que no sólo debe proporcionar la información
necesaria en los términos del artículo 1.100 del Código y la facultad de revocar el contrato, sino también todos los
datos necesarios para utilizar correctamente el medio elegido, para comprender los riesgos derivados de su empleo,
y para tener absolutamente claro quién asume esos riesgos (art. 1.100).

Lugar de cumplimiento

ARTICULO 1109.- LUGAR DE CUMPLIMIENTO. EN LOS CONTRATOS CELEBRADOS FUERA DE LOS ESTABLECIMIENTOS
COMERCIALES, A DISTANCIA, Y CON UTILIZACIÓN DE MEDIOS ELECTRÓNICOS O SIMILARES, SE CONSIDERA LUGAR DE
CUMPLIMIENTO AQUEL EN EL QUE EL CONSUMIDOR RECIBIÓ O DEBIÓ RECIBIR LA PRESTACIÓN. ESE LUGAR FIJA LA
JURISDICCIÓN APLICABLE A LOS CONFLICTOS DERIVADOS DEL CONTRATO. LA CLÁUSULA DE PRÓRROGA DE JURISDICCIÓN SE
TIENE POR NO ESCRITA.-

En todos estos contratos, se considera como lugar de cumplimiento aquel en el que el consumidor recibió o debió
recibir la prestación. Ese lugar fija la jurisdicción aplicable a los conflictos derivados del contrato. La cláusula de
prórroga de jurisdicción se tiene por no escrita.

Revocación

ARTICULO 1110.- REVOCACIÓN. EN LOS CONTRATOS CELEBRADOS FUERA DE LOS ESTABLECIMIENTOS COMERCIALES Y A
DISTANCIA, EL CONSUMIDOR TIENE EL DERECHO IRRENUNCIABLE DE REVOCAR LA ACEPTACIÓN DENTRO DE LOS DIEZ DÍAS
COMPUTADOS A PARTIR DE LA CELEBRACIÓN DEL CONTRATO.

SI LA ACEPTACIÓN ES POSTERIOR A LA ENTREGA DEL BIEN, EL PLAZO DEBE COMENZAR A CORRER DESDE QUE ESTA ÚLTIMA SE
PRODUCE.

SI EL PLAZO VENCE EN DÍA INHÁBIL, SE PRORROGA HASTA EL PRIMER DÍA HÁBIL SIGUIENTE.

LAS CLÁUSULAS, PACTOS O CUALQUIER MODALIDAD ACEPTADA POR EL CONSUMIDOR DURANTE ESTE PERÍODO QUE TENGAN
POR RESULTADO LA IMPOSIBILIDAD DE EJERCER EL DERECHO DE REVOCACIÓN SE TIENEN POR NO ESCRITOS.-

Una cláusula muy importante que se incorpora para todos estos contratos (celebrados fuera de los establecimientos
comerciales y a distancia) es la posibilidad del consumidor de revocar la aceptación del contrato. Consagra el
derecho al arrepentimiento. Esta revocación debe ejercerse dentro de los diez días computados a partir de la

62
celebración del contrato a través de una notificación al proveedor por escrito o medios electrónicos o similares, o
mediante la devolución de la cosa.

Producida la revocación, las partes quedan liberadas de sus obligaciones corespectivas y deben restituirse recíproca
y simultáneamente las prestaciones que han cumplido.

No tiene validez ninguna cláusula que restrinja o suprima este derecho.

El proveedor debe informar al consumidor sobre la posibilidad de revocar la aceptación. Esta información debe ser
suministrada con claridad y con caracteres destacados en todo documento en la etapa de negociaciones o en el
documento que instrumenta el contrato concluido, antes de la firma del consumidor o usuario.

El derecho de revocación no se extingue si el consumidor no ha sido informado debidamente sobre su derecho.

Deber de informar el derecho a la revocación


ARTICULO 1111.- Deber de informar el derecho a la revocación. El proveedor debe informar al consumidor sobre la
facultad de revocación mediante su inclusión en caracteres destacados en todo documento que presenta al
consumidor en la etapa de negociaciones o en el documento que instrumenta el contrato concluido, ubicada como
disposición inmediatamente anterior a la firma del consumidor o usuario. El derecho de revocación no se extingue si
el consumidor no ha sido informado debidamente sobre su derecho.-

ARTICULO 1112.- Forma y plazo para notificar la revocación. La revocación debe ser notificada al proveedor por
escrito o medios electrónicos o similares, o mediante la devolución de la cosa dentro del plazo de diez días
computados conforme a lo previsto en el artículo 1110.-

ARTICULO 1113.- Efectos del ejercicio del derecho de revocación. Si el derecho de revocar es ejercido en tiempo y
forma por el consumidor, las partes quedan liberadas de sus obligaciones correspectivas y deben restituirse
recíproca y simultáneamente las prestaciones que han cumplido.-

ARTICULO 1114.- Imposibilidad de devolución. La imposibilidad de devolver la prestación objeto del contrato no
priva al consumidor de su derecho a revocar. Si la imposibilidad le es imputable, debe pagar al proveedor el valor de
mercado que la prestación tiene al momento del ejercicio del derecho a revocar, excepto que dicho valor sea
superior al precio de adquisición, en cuyo caso la obligación queda limitada a este último.-

ARTICULO 1115.- Gastos. El ejercicio del derecho de revocación no debe implicar gasto alguno para el consumidor.
En particular, el consumidor no tiene que reembolsar cantidad alguna por la disminución del valor de la cosa que sea
consecuencia de su uso conforme a lo pactado o a su propia naturaleza, y tiene derecho al reembolso de los gastos
necesarios y útiles que realizó en ella.-

ARTICULO 1116.- Excepciones al derecho de revocar. Excepto pacto en contrario, el derecho de revocar no es
aplicable a los siguientes contratos:

a) los referidos a productos confeccionados conforme a las especificaciones suministradas por el consumidor o
claramente personalizados o que, por su naturaleza, no pueden ser devueltos o puedan deteriorarse con rapidez;
b) los de suministro de grabaciones sonoras o de video, de discos y de programas informáticos que han sido
decodificados por el consumidor, así como de ficheros informáticos, suministrados por vía electrónica, susceptibles
de ser descargados o reproducidos con carácter inmediato para su uso permanente;
c) los de suministro de prensa diaria, publicaciones periódicas y revistas.-

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Capítulo 4

CLÁUSULAS ABUSIVAS

Regulación: capítulo 4, del Título III, de Libro Tercero del Código está destinado a regular el régimen de las cláusulas
abusivas en materia de contratos de consumo.

Normas aplicables

Debe recurrirse a las del capítulo, a las de las leyes especiales y a las de los contratos celebrados por adhesión. En
todos los casos resulta aplicable siempre la tutela más favorable al consumidor. Pueden ser declaradas abusivas
aun cuando sean aprobadas expresamente por el consumidor.

ARTICULO 1117.- NORMAS APLICABLES. SE APLICAN EN ESTE CAPÍTULO LO DISPUESTO POR LAS LEYES ESPECIALES Y LOS
ARTÍCULOS 985, 986, 987 Y 988, EXISTAN O NO CLÁUSULAS GENERALES PREDISPUESTAS POR UNA DE LAS PARTES.-

ARTICULO 1118.- CONTROL DE INCORPORACIÓN. LAS CLÁUSULAS INCORPORADAS A UN CONTRATO DE CONSUMO PUEDEN SER
DECLARADAS ABUSIVAS AUN CUANDO SEAN NEGOCIADAS INDIVIDUALMENTE O APROBADAS EXPRESAMENTE POR EL
CONSUMIDOR.-

Regla general

ARTICULO 1119.- REGLA GENERAL. SIN PERJUICIO DE LO DISPUESTO EN LAS LEYES ESPECIALES, ES ABUSIVA LA CLÁUSULA QUE,
HABIENDO SIDO O NO NEGOCIADA INDIVIDUALMENTE, TIENE POR OBJETO O POR EFECTO PROVOCAR UN DESEQUILIBRIO
SIGNIFICATIVO ENTRE LOS DERECHOS Y LAS OBLIGACIONES DE LAS PARTES, EN PERJUICIO DEL CONSUMIDOR.-

Ello se complementa con los listados existentes en las leyes especiales.

Situación jurídica abusiva

ARTICULO 1120.- Situación jurídica abusiva. Se considera que existe una situación jurídica abusiva cuando el mismo
resultado se alcanza a través de la predisposición de una pluralidad de actos jurídicos conexos.-

Situación jurídica abusiva: la que existe cuando el mismo resultado (provocar un desequilibrio significativo entre los
derechos y las obligaciones de las partes, en perjuicio del consumidor) se alcanza, no ya por medio de una cláusula,
sino mediante la predisposición de una pluralidad de actos jurídicos conexos. Ello tiene relación con las normas de
ejercicio abusivo y de contratos conexos.

Límites y control judicial

ARTICULO 1121.- Límites. No pueden ser declaradas abusivas:


a) las cláusulas relativas a la relación entre el precio y el bien o el servicio procurado;
b) las que reflejan disposiciones vigentes en tratados internacionales o en normas legales imperativas.-

ARTICULO 1122.- Control judicial. El control judicial de las cláusulas abusivas se rige, sin perjuicio de lo dispuesto en
la ley especial, por las siguientes reglas:

a) la aprobación administrativa de los contratos o de sus cláusulas no obsta al control;


b) las cláusulas abusivas se tienen por no convenidas;
c) si el juez declara la nulidad parcial del contrato, simultáneamente lo debe integrar, si no puede subsistir sin
comprometer su finalidad;-
d) cuando se prueba una situación jurídica abusiva derivada de contratos conexos, el juez debe aplicar lo dispuesto
en el artículo 1075.-

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