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EL CONTRATO
Concepto amplio: Convención o acto jurídico bilateral dirigido a crear relaciones de obligación para
la modificar o extinguir las relaciones de obligación ya existentes, también para crear relaciones de
derecho real o familiar.
Autonomía de la voluntad: Es el ámbito que el derecho deja librado a la voluntad de los sujetos. Es
aquel poder reconocido a la persona para el ejercicio de sus facultades.
Consiste en el poder de crear, modificar, transferir o extinguir derechos y obligaciones.
El límite a la autonomía de la voluntad está dado por el orden público, la ley y las buenas costumbres.
En los arts. 958 y 959 se consagra, respectivamente, el principio de la libertad contractual y el de la
fuerza vinculante del contrato que integran, a su vez, el principio básico de la autonomía sobre el que se
asienta la materia contractual, con el límite impuesto por la ley, el orden público, la moral y buenas
costumbres. Como corolario de este principio, establece que las normas legales relativas a los contratos
son supletorias de la voluntad de las partes, a menos que de su modo de expresión, de su contenido o de
su contexto, resulte su carácter indisponible (art. 962). Asimismo, el art. 960 prescribe que los jueces no
tienen facultad para modificar las estipulaciones de los contratos, excepto que sea a pedido de una de las
partes cuando lo autoriza la ley, o de oficio cuando se afecta, de modo manifiesto, el orden público.
El orden público, junto con las buenas costumbres y las normas imperativas, como se ha indicado,
constituyen un límite de la autonomía. Cuando se quebrantan tales límites, el contenido disconforme con
el ordenamiento jurídico, aunque se corresponda con la voluntad de las partes, debe ser considerado
ilícito y provoca sea la invalidez del contrato o el aniquilamiento parcial de la cláusula que lo padeciere.
El principio de buena fe. El art. 960 consagra el principio de buena fe, que preside la vida del contrato
desde su gestación hasta la extinción definitiva. La fórmula utilizada es análoga a la que emplea el primer
párrafo del art.1198 del Código Civil con una modificación del texto, que no altera su significado
sustancial: “Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe. Obligan no sólo a lo
que está formalmente expresado, sino a todas las consecuencias que pueden considerase comprendidas
en ellos, con los alcances en que razonablemente se habría obligado un contratante cuidadoso y
previsor”.
Artículo 966. Contratos unilaterales y bilaterales Los contratos son unilaterales cuando una de las
partes se obliga hacia la otra sin que ésta quede obligada. Son bilaterales cuando las partes se obligan
recíprocamente la una hacia la otra. Las normas de los contratos bilaterales se aplican supletoriamente a
los contratos plurilaterales.
Artículo 967. Contratos a título oneroso y a título gratuito. Los contratos son a título oneroso cuando
las ventajas que procuran a una de las partes les son concedidas por una prestación que ella ha hecho o
se obliga a hacer a la otra. Son a título gratuito cuando aseguran a uno o a otro de los contratantes
alguna ventaja, independiente de toda prestación a su cargo.
Artículo 968. Contratos conmutativos y aleatorios. Los contratos a título oneroso son conmutativos
cuando las ventajas para todos los contratantes son ciertas. Son aleatorios, cuando las ventajas o las
pérdidas, para uno de ellos o para todos, dependen de un acontecimiento incierto.
Artículo 969. Contratos formales. Los contratos para los cuales la ley exige una forma para su validez,
son nulos si la solemnidad no ha sido satisfecha. Cuando la forma requerida para los contratos, lo es sólo
para que éstos produzcan sus efectos propios, sin sanción de nulidad, no quedan concluidos como tales
mientras no se ha otorgado el instrumento previsto, pero valen como contratos en los que las partes se
obligaron a cumplir con la expresada formalidad. Cuando la ley o las partes no imponen una forma
determinada, ésta debe constituir sólo un medio de prueba de la celebración del contrato.
Artículo 970. Contratos nominados e innominados Los contratos son nominados e innominados según
que la ley los regule especialmente o no. Los contratos innominados están regidos, en el siguiente orden,
por:
a) la voluntad de las partes;
b) las normas generales sobre contratos y obligaciones;
Consentimiento de los contratantes: Concordancia de dos o más voluntades declaradas de las partes
que celebren el contrato.
Capacidad: La regla establece el principio general de capacidad, y se establece en cambio dos grandes
categorías de personas en función de la extensión de la limitación de la capacidad:
1) personas con incapacidad y
2) personas con capacidad restringida.
El juez puede declarar a una persona como incapaz cuando por causa de una “discapacidad mental” ella
presentara una falta de aptitud suficiente para dirigir su persona o administrar sus bienes.
El régimen de capacidad restringida procede en cambio cuando las circunstancias de hecho no justifiquen
una declaración de incapacidad, pero que se hubiera detectado la existencia de “una adicción o una
alteración mental permanente o prolongada, de suficiente gravedad, siempre que el juez estime que del
ejercicio de su plena capacidad puede resultar un daño a su persona o a sus bienes” Las personas
sujetas a este régimen sólo estarán limitadas para ejercer por si mismos, sin requerir representación o
asistencia, aquellos actos que se determinen en forma expresa en la sentencia.
Objeto: Pueden ser objeto de contrato todas las cosas que no están fuera del comercio, aun las futuras;
al igual que todos los servicios que no sean contrario a la ley, a la moral y al orden público. Además, hay
que tener en cuenta que no podrán ser objeto de contrato las cosas o servicios imposibles.
Finalmente, el objeto tiene que ser lícito, y determinado o susceptible de poder determinarse.
ARTICULO 1003.- Disposiciones generales. Se aplican al objeto del contrato las disposiciones de la
Sección 1ª, Capítulo 5, Título IV del
Libro Primero de este Código. Debe ser lícito, posible, determinado o determinable, susceptible de
valoración económica y corresponder a un interés de las partes, aun cuando éste no sea patrimonial.
ARTICULO 1004.- Objetos prohibidos. No pueden ser objeto de los contratos los hechos que son
imposibles o están prohibidos por las leyes, son contrarios a la moral, al orden público, a la dignidad de la
persona humana, o lesivos de los derechos ajenos; ni los bienes que por un motivo especial se prohíbe
que lo sean. Cuando tengan por objeto derechos sobre el cuerpo humano se aplican los artículos 17 y 56.
Causa: Es el fin próximo que persiguen las partes con independencia de los motivos particulares que
ésta ha determinado al contratar. Los contratos sin causa o con causa ilícita, no producen efecto alguno.
Además, la expresión de una causa falsa en los contratos dará lugar a la nulidad, si no se probase que
estaban fundados en otra verdadera y lícita. Y aunque la causa no se exprese en el contrato, se presume
que existe y que es lícita mientras el deudor no pruebe lo contrario.
ARTICULO 1013.- Necesidad. La causa debe existir en la formación del contrato y durante su celebración
y subsistir durante su ejecución. La falta de causa da lugar, según los casos, a la nulidad, adecuación o
extinción del contrato.
La forma: El modo con que, o bien por voluntad de las partes, o bien por imperativo legal se debe llevar a
cabo un contrato; por lo que en función del tipo de contrato, la forma en se debe llevar será diferente.
Son las prescripciones de la ley de la manera en como debe celebrarse el contrato.
a) Formales - Solemnes
- No solemnes
b) No Formales
ARTICULO 1015.- Libertad de formas. Sólo son formales los contratos a los cuales la ley les impone una
forma determinada.
ARTICULO 1016.- Modificaciones al contrato. La formalidad exigida para la celebración del contrato rige
también para las modificaciones ulteriores que le sean introducidas, excepto que ellas versen solamente
sobre estipulaciones accesorias o secundarias, o que exista disposición legal en contrario.
ARTICULO 1017.- Escritura pública. Deben ser otorgados por escritura pública:
a) los contratos que tienen por objeto la adquisición, modificación o extinción de derechos reales sobre
inmuebles. Quedan exceptuados los casos en que el acto es realizado mediante subasta proveniente de
ejecución judicial o administrativa;
b) los contratos que tienen por objeto derechos dudosos o litigiosos sobre inmuebles;
c) todos los actos que sean accesorios de otros contratos otorgados en escritura pública;
d) los demás contratos que, por acuerdo de partes o disposición de la ley, deben ser otorgados en
escritura pública.
ARTICULO 1018.- Otorgamiento pendiente del instrumento. El otorgamiento pendiente de un instrumento
previsto constituye una obligación de hacer si el futuro contrato no requiere una forma bajo sanción de
nulidad. Si la parte condenada a otorgarlo es remisa, el juez lo hace en su representación, siempre que
las contraprestaciones estén cumplidas, o sea asegurado su cumplimiento
El art. 982 trata de los acuerdos parciales, prescribe: “Acuerdo parcial. Los acuerdos parciales de las
partes concluyen el contrato si todas ellas, con la formalidad que en su caso corresponda, expresan su
consentimiento sobre los elementos esenciales particulares. En tal situación, el contrato queda integrado
conforme a las reglas del Capítulo 1. En la duda, el contrato se tiene por no concluido. No se considera
acuerdo parcial la extensión de una minuta o de un borrador respecto de alguno de los elementos o de
todos ellos”. Ante todo, conviene recordar que el tema de los acuerdos parciales se vincula con la
formación progresiva del contrato. Las partes se proponen tratar ciertos puntos que deben formar el
contenido del contrato y, de ese modo, el acuerdo se va gestando paulatinamente, a través de la
concordancia sobre cada uno de ellos. También puede darse el caso que las partes decidan ir
documentando por escrito el resultado de las tratativas y, en consecuencia, dejan constancia de los
puntos de coincidencia a que se va arribando.
Tales documentos reciben el nombre de minuta o puntualización. El contrato se reputa celebrado cuando
todos los puntos sobre los que debe versar y que se han propuesto discutir las partes, son aprobados por
los interesados. Inclusive, se ha planteado la hipótesis que las partes inicien tratativas respecto a la
posibilidad de convenir un determinado proyecto de contrato, cuyas cláusulas deben ser objeto de
análisis y discusión. Para que se perfeccione el contrato en estos casos, por vía de regla, el acuerdo de
los contratantes debe extenderse a todos los puntos materia de discusión. En principio, los acuerdos
fragmentarios o parciales que dejen cuestiones futuras a resolver, no constituyen oferta ni aceptación, en
sentido técnico, sino meras tratativas inconclusas.
La oferta. El art. 972 caracteriza la oferta: “La oferta es la manifestación dirigida a persona determinada o
determinable, con la intención de obligarse y con las precisiones necesarias para establecer los efectos
que debe producir de ser aceptada”.
La fuerza obligatoria de la oferta.- Atribuye fuerza obligatoria a la oferta, en el art. 974: “La oferta obliga al
proponente, a no ser que lo contrario resulte de sus términos, de la naturaleza del negocio o de las
circunstancias del caso”.
Autonomía de la oferta.- Nuestro Código Civil ha admitido la tesis tradicional que la oferta caduca por la
muerte o pérdida de capacidad del oferente, antes de haber sabido la aceptación o por la muerte o
pérdida de la capacidad del destinatario, antes de haber aceptado. El segundo párrafo del art.973 dice: “
El que aceptó una oferta ignorando la muerte o la incapacidad del oferente, y que a consecuencia de su
aceptación ha hecho gastos o sufrido pérdidas, tiene derechoa reclamar su reparación”.-
La retractación de la oferta.- Si se adopta el sistema de asignar fuerza obligatoria a la oferta, la única
retractación o revocación de la oferta que cabe, siguiendo la regla, es aquélla en que se comunica su
retiro de manera tal, que dicha comunicación sea recibida por el destinatario, antes o al mismo tiempo
que la oferta. Así lo dispone el art. 975.-
La aceptación, conformidad con la oferta.- En el art. 978 del Código Civil y Comercial trata la
aceptación, que es la manifestación de voluntad con la cual el destinatario presta su adhesión a la oferta.
El precepto citado, enuncia el primer requisito que debe observar la aceptación para que sea idónea a los
fines del perfeccionamiento del contrato, consistente en su plena conformidad con la oferta. En este
orden de ideas, prescribe que cualquier modificación a la oferta que su destinatario hace al manifestar su
aceptación, no vale como tal, sino que importa la propuesta de un nuevo contrato. En su parte final el de
la aceptación recibida con posterioridad, salvo que lo contrario resulte de la ley, de la naturaleza de la
obligación o de las circunstancias del caso artículo enuncia, como excepción a esta regla, que tales
modificaciones pueden ser admitidas por el oferente si lo comunica de inmediato al aceptante.
ARTICULO 1020.-Prueba de los contratos formales. Los contratos en los cuales la formalidad es
requerida a los fines probatorios pueden ser probados por otros medios, inclusive por testigos, si hay
imposibilidad de obtener la prueba de haber sido cumplida la formalidad o si existe principio de prueba
instrumental, o comienzo de ejecución.
Se considera principio de prueba instrumental cualquier instrumento que emane de la otra parte, de su
causante o de parte interesada en el asunto, que haga verosímil la existencia del contrato.
Fuerza probatoria:
- Instrumentos públicos: hacen plena prueba de los hechos cumplidos por el oficial público y los pasados
en su presencia, tanto entre partes como frente a terceros.
- Instrumentos privados: su eficacia probatoria está condicionada al reconocimiento de la firma, y frente a
terceros al logro de fecha cierta.
Partes: Son quienes han celebrado el contrato. Hay contratos en los que la persona del contratante es
esencial (contratos intuitu personae) y otros no
Hay que distinguir entre partes substanciales: son las que celebran el contrato; y las partes formales: son
a las que se le imputan los efectos del contrato (sucesores universales)
Terceros: Interesados: Acreedores de las partes (porque los bienes del deudor son garantía de los
acreedores) y sucesores a título particular.
No interesados: Son extraños. No los alcanzan los efectos del contrato, no se les puede exigir su
cumplimiento ni pueden quedar obligados a cumplir una prestación.
ARTICULO 1021.- Regla general. El contrato sólo tiene efecto entre las partes contratantes; no lo tiene
con respecto a terceros, excepto en los casos previstos por la ley.
ARTICULO 1022.- Situación de los terceros. El contrato no hace surgir obligaciones a cargo de terceros,
ni los terceros tienen derecho a invocarlo para hacer recaer sobre las partes obligaciones que éstas no
han convenido, excepto disposición legal.
ARTICULO 1023.- Parte del contrato. Se considera parte del contrato a quien:
a) lo otorga a nombre propio, aunque lo haga en interés ajeno;
b) es representado por un otorgante que actúa en su nombre e interés;
c) manifiesta la voluntad contractual, aunque ésta sea transmitida por un corredor o por un agente sin
representación.
ARTICULO 1024.- Sucesores universales. Los efectos del contrato se extienden, activa y pasivamente, a
los sucesores universales, a no ser que las obligaciones que de él nacen sean inherentes a la persona, o
que la transmisión sea incompatible con la naturaleza de la obligación, o esté prohibida por una cláusula
del contrato o la ley.
ARTICULO 1076.- Rescisión bilateral. El contrato puede ser extinguido por rescisión bilateral. Esta
extinción, excepto estipulación en contrario, sólo produce efectos para el futuro y no afecta derechos de
terceros.
ARTICULO 1077.- Extinción por declaración de una de las partes. El contrato puede ser extinguido total o
parcialmente por la declaración de una de las partes, mediante rescisión unilateral, revocación o
resolución, en los casos en que el mismo contrato, o la ley, le atribuyen esa facultad.
ARTICULO 1083.- Resolución total o parcial. Una parte tiene la facultad de resolver total o parcialmente
el contrato si la otra parte lo incumple. Pero los derechos de declarar la resolución total o la resolución
parcial son excluyentes, por lo cual, habiendo optado por uno de ellos, no puede ejercer luego el otro. Si
el deudor ha ejecutado una prestación parcial, el acreedor sólo puede resolver íntegramente el contrato si
no tiene ningún interés en la prestación parcial.
ARTICULO 1090.- Frustración de la finalidad. La frustración definitiva de la finalidad del contrato autoriza
a la parte perjudicada a declarar su resolución, si tiene su causa en una alteración de carácter
extraordinario de las circunstancias existentes al tiempo de su celebración, ajena a las partes y que
supera el riesgo asumido por la que es afectada. La resolución es operativa cuando esta parte comunica
su declaración extintiva a la otra. Si la frustración de la finalidad es temporaria, hay derecho a resolución
sólo si se impide el cumplimiento oportuno de una obligación cuyo tiempo de ejecución es esencial.
Concepto: Es un contrato consensual celebrado entre cedente y cesionario, impone al primero la tarea de
transmitir al segundo el crédito que tiene contra su deudor, siendo esta acción sólo imponible a terceros si mediara
notificación.
Es un contrato por el cual un acreedor enajena su crédito u otro derecho legalmente cesible, a favor de una
persona que lo adquiere para ejercerlo en su propio nombre. Es decir, el cesionario pasa a ocupar el lugar del
cedente y pude pretender el cumplimiento en su favor de la prestación pactada, debiendo resaltarse que no siendo
el deudor parte en el contrato, no podrá oponerse a la celebración del mismo, aunque sí pueda hacer valer las
legítimas defensas que tenia contra el cedente.
La cesión de derechos tiene las mismas normas y reglas que la compraventa, la donación o la permuta. Cualquier
derecho puede ser cedido siempre y cuando no lo prohíba la ley, o alguna convención. Los derechos que nunca
pueden ser cedidos son todos aquellos que son inherentes a la persona (artículo 1616 del nuevo código) estos son
el derecho a la vida, derecho a la integridad física, derecho a la libertad, etc.
La cesión de derecho es un contrato que en casos muy específicos debe hacerse por escritura pública, por ejemplo
para la cesión de derechos hereditarios, la cesión de derechos litigiosos y alguna otra cesión de derechos que esté
realizada por escritura pública. La regla es que la cesión siempre debe hacerse por escrito (artículo 1618 código civil
y comercial)
Los efectos de la cesión de derecho operan desde el momento de la notificación y la obligación que tiene el
cedente es de otorgarle todos los documentos probatorios del derecho cedido.
ARTICULO 1614.- Definición. Hay contrato de cesión cuando una de las partes transfiere a la otra un derecho. Se
aplican a la cesión de derechos las reglas de la compraventa, de la permuta o de la donación, según que se haya
realizado con la contraprestación de un precio en dinero, de la transmisión de la propiedad de un bien, o sin
contraprestación, respectivamente, en tanto no estén modificadas por las de este Capítulo.
ARTICULO 1615.- Cesión en garantía. Si la cesión es en garantía, las normas de la prenda de créditos se aplican a las
relaciones entre cedente y cesionario.
ARTICULO 1616.- Derechos que pueden ser cedidos. Todo derecho puede ser cedido, excepto que lo contrario resulte
de la ley, de la convención que lo origina, o de la naturaleza del derecho.
ARTICULO 1617.- Prohibición. No pueden cederse los derechos inherentes a la persona humana.
ARTICULO 1618.- Forma. La cesión debe hacerse por escrito, sin perjuicio de los casos en que se admite la
transmisión del título por endoso o por entrega manual.
Deben otorgarse por escritura pública:
a) la cesión de derechos hereditarios;
b) la cesión de derechos litigiosos. Si no involucran derechos reales sobre inmuebles, también puede hacerse por
acta judicial, siempre que el sistema informático asegure la inalterabilidad del instrumento;
c) la cesión de derechos derivados de un acto instrumentado por escritura pública.
ARTICULO 1619.- Obligaciones del cedente. El cedente debe entregar al cesionario los documentos probatorios del
derecho cedido que se encuentren en su poder. Si la cesión es parcial, el cedente debe entregar al cesionario una
copia certificada de dichos documentos.
ARTICULO 1620.- Efectos respecto de terceros. La cesión tiene efectos respecto de terceros desde su notificación al
cedido por instrumento público o privado de fecha cierta, sin perjuicio de las reglas especiales relativas a los bienes
registrables.
ARTICULO 1621.- Actos anteriores a la notificación de la cesión. Los pagos hechos por el cedido al cedente antes de
serle notificada la cesión, así como las demás causas de extinción de la obligación, tienen efecto liberatorio para él.
ARTICULO 1628.- Garantía por evicción. Si la cesión es onerosa, el cedente garantiza la existencia y legitimidad del
derecho al tiempo de la cesión, excepto que se trate de un derecho litigioso o que se lo ceda como dudoso; pero no
garantiza la solvencia del deudor cedido ni de sus fiadores, excepto pacto en contrario o mala fe.
ARTICULO 1629.- Cesión de derecho inexistente. Si el derecho no existe al tiempo de la cesión, el cedente debe
restituir al cesionario el precio recibido, con sus intereses.
Si es de mala fe, debe además la diferencia entre el valor real del derecho cedido y el precio de la cesión.
ARTICULO 1632.- Cesión de deuda. Hay cesión de deuda si el acreedor, el deudor y un tercero, acuerdan que éste
debe pagar la deuda, sin que haya novación.
Si el acreedor no presta conformidad para la liberación del deudor, el tercero queda como codeudor subsidiario.
ARTICULO 1633.- Asunción de deuda. Hay asunción de deuda si un tercero acuerda con el acreedor pagar la deuda
de su deudor, sin que haya novación.
ARTICULO 1634.- Conformidad para la liberación del deudor. En los casos de los dos artículos anteriores el deudor
sólo queda liberado si el acreedor lo admite expresamente. Esta conformidad puede ser anterior, simultánea, o
posterior a la cesión; pero es ineficaz si ha sido prestada en un contrato celebrado por adhesión.
LOCACION DE SERVICIOS Y CONTRATO DE OBRA
Regulación normativa
El Código Civil y Comercial, incluye las disposiciones dentro del Capítulo 6 nominado “Obra y servicios”, inserto en el
Título IV “Contratos en particular” del Libro Tercero “Derechos personales”.
El referido Capítulo consta de tres secciones: “Disposiciones comunes a las obras y a los servicios”, “Disposiciones
especiales para las obras” y “Normas especiales para los servicios”.
Calificación del contrato. Si hay duda sobre la calificación del contrato, se entiende que hay contrato de servicios
cuando la obligación de hacer consiste en realizar cierta actividad independiente de su eficacia. Se considera que el
contrato es de obra cuando se promete un resultado eficaz, reproducible o susceptible de entrega.
Los servicios prestados en relación de dependencia se rigen por las normas del derecho laboral.
Las disposiciones de este Capítulo se integran con las reglas específicas que resulten aplicables a servicios u obras
especialmente regulados.
Cooperación de terceros. El contratista o prestador de servicios puede valerse de terceros para ejecutar el servicio,
excepto que de lo estipulado o de la índole de la obligación resulte que fue elegido por sus cualidades para realizarlo
personalmente en todo o en parte. En cualquier caso, conserva la dirección y la responsabilidad de la ejecución.
Precio. El precio se determina por el contrato, la ley, los usos o, en su defecto, por decisión judicial.
Las leyes arancelarias no pueden cercenar la facultad de las partes de determinar el precio de las obras o de los
servicios. Cuando dicho precio debe ser establecido judicialmente sobre la base de la aplicación de dichas leyes, su
determinación debe adecuarse a la labor cumplida por el prestador. Si la aplicación estricta de los aranceles locales
conduce a una evidente e injustificada desproporción entre la retribución resultante y la importancia de la labor
cumplida, el juez puede fijar equitativamente la retribución.
Si la obra o el servicio se ha contratado por un precio global o por una unidad de medida, ninguna de las partes puede
pretender la modificación del precio total o de la unidad de medida, respectivamente, con fundamento en que la obra,
el servicio o la unidad exige menos o más trabajo o que su costo es menor o mayor al previsto, excepto lo dispuesto
en el artículo 1091.
Obligaciones del contratista y del prestador. El contratista o prestador de servicios está obligado a:
a) ejecutar el contrato conforme a las previsiones contractuales y a los conocimientos razonablemente requeridos al
tiempo de su realización por el arte, la ciencia y la técnica correspondientes a la actividad desarrollada;
b) informar al comitente sobre los aspectos esenciales del cumplimiento de la obligación comprometida;
c) proveer los materiales adecuados que son necesarios para la ejecución de la obra o del servicio, excepto que algo
distinto se haya pactado o resulte de los usos;
d) usar diligentemente los materiales provistos por el comitente e informarle inmediatamente en caso de que esos
materiales sean impropios o tengan vicios que el contratista o prestador debiese conocer;
e) ejecutar la obra o el servicio en el tiempo convenido o, en su defecto, en el que razonablemente corresponda según
su índole.
Riesgos de la contratación. Si los bienes necesarios para la ejecución de la obra o del servicio perecen por fuerza
mayor, la pérdida la soporta la parte que debía proveerlos.
El artículo 1256 agrupa las obligaciones de la contratista: a) ejecutar el contrato conforme a las previsiones
contractuales y a los conocimientos razonablemente requeridos al tiempo de su realización por el arte, la ciencia y la
técnica correspondientes a la actividad desarrollada; b) informar al comitente sobre los aspectos esenciales del
cumplimiento de la obligación comprometida; c) proveer los materiales adecuados que son necesarios para la
ejecución de la obra o del servicio, excepto que algo distinto se haya pactado o resulte de los usos; d) usar
diligentemente los materiales provistos por el comitente e informarle inmediatamente en caso de que esos materiales
sean impropios o tengan vicios que el contratista o prestador debiese conocer; e) ejecutar la obra o el servicio en el
tiempo convenido o, en su defecto, en el que razonablemente corresponda según su índole.
Por su parte, el artículo 1257 enumera las obligaciones del comitente: a) pagar la retribución; b) proporcionar al
contratista o al prestador la colaboración necesaria, conforme a las características de la obra o del servicio; c) recibir la
obra si fue ejecutada conforme a lo dispuesto en el artículo anterior.
Del mismo modo, son enumerados sistemáticamente los sistemas de contratación (ajuste alzado, coste y costas,
unidad de medida), fijando una presunción iuris tantum ausente en el régimen actual: “Si nada se convino ni surge de
los usos, se presume, excepto prueba en contrario, que la obra fue contratada por ajuste alzado y que es el contratista
quien provee los materiales” (artículo 1262).
Ante la falta de ajuste sobre el modo de hacer la obra, el Proyecto en su artículo 1253 se aparta del actual artículo
1632 del Código Civil (que exige adherir a la costumbre del lugar o llegar a un acuerdo de partes), otorgando facultad a
la constructora “para elegir libremente los medios de ejecución del contrato”.
Destrucción por caso fortuito: Notoria y plausible es la modificación a la legislación vigente en materia de caso
fortuito. Mientras el artículo 1630 del Código Civil hace cargar al constructor con el caso fortuito si la obra se destruye
antes de haber sido entregada, a pesar de ser el terreno del comitente (excepto mora de este último); el nuevo Código
en su artículo 1268 adhiere al principio res perit domino, dando derecho al constructor, si este provee los materiales y
realiza la obra en inmueble del comitente, a reclamar su valor y una compensación equitativa por la tarea efectuada.
Destrucción por mala calidad de los materiales: En el régimen actual la advertencia previa acerca de la mala calidad de
los materiales provistos por el comitente, exime de responsabilidad a la contratista frente a éste por posterior
destrucción de la obra causada por la referida mala calidad advertida. Contrariamente, en el nuevo Código no se debe
la remuneración pactada aun cuando la contratista ha advertido oportunamente esa circunstancia al comitente.
Responsabilidad pos entrega por ruina de la obra: Siendo el contrato de locación de obra un acuerdo por el cual el
locador se compromete a un opus, una vez finalizada la construcción no queda liberado sino que sigue constreñido al
aseguramiento del resultado alcanzado durante determinados plazos legales y, eventualmente, contractuales.
La responsabilidad por ruina de la obra, tanto en el régimen actual como en el nuevo, es la más gravosa que prevé el
ordenamiento jurídico, es por ello que resulta fundamental la delimitación precisa de su contenido.