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CONTRATOS CIVILES Y COMERCIALES

CONCEPTO
DEFINICIÓN
ARTICULO 957.- Definición. Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan su consentimiento para
crear, regular, modificar, transferir o extinguir (causa) relaciones jurídicas patrimoniales (objeto).
Se excluyen a los actos jurídicos unilaterales, ya que el concepto habla de dos o más partes, y cada parte puede estar compuesta por
varias personas. También se excluye a los cuasicontratos (gestión de negocios, empleo útil) y relaciones contractuales de hecho.
El asentimiento implica la voluntad de una sola persona. Es decir, cuando el asentimiento es coincidente entre la oferta y la
aceptación, se produce el consentimiento que es un acuerdo de voluntades.
La definición dada por el Código Civil y Comercial hace hincapié en dos aspectos importantes:

1. El acuerdo de voluntades manifestado en el consentimiento tiende a reglar relaciones jurídicas con contenido patrimonial.
2. Recepta un contenido amplio del contrato, desde que abarca no sólo la creación de tal relación jurídica, sino también las diferentes
vicisitudes que ella puede tener, tales como las modificaciones que las partes puedan introducir con posterioridad a la celebración
1 del contrato, la transferencia a terceros de las obligaciones y derechos que nacen del contrato y hasta la extinción misma del
contrato por acuerdo de voluntades.
CONTRATO Y CONVENCIÓN
Convención
La convención es el acuerdo de voluntades sobre relaciones ajenas al campo del derecho, como puede ser un acuerdo para jugar un
partido de fútbol o para formar un conjunto de música entre aficionados, etcétera.
Convención jurídica
La convención jurídica se refiere a todo acuerdo de voluntades de carácter no patrimonial, pero que goza de coacción jurídica, como
puede ser, por ejemplo, el acuerdo sobre la forma de ejercer la denominada responsabilidad parental respecto de los hijos, convenido
por sus padres divorciados.
Contrato El contrato es un acuerdo de voluntades destinado a reglar los derechos patrimoniales.
LOS DERECHOS RESULTANTES DEL CONTRATO Y EL DERECHO DE PROPIEDAD
ARTICULO 965.- Derecho de propiedad. Los derechos resultantes de los contratos integran el derecho de propiedad del
contratante.
La obligación que cada una de las partes asuma, importa un derecho en cabeza de la otra. Así, en una compraventa, la obligación que
asume el comprador de pagar el precio estipulado, importa el derecho del vendedor a cobrarlo, o la obligación que este último ha
asumido de entregar la cosa vendida, importa el derecho del comprador a recibirla. Estos derechos que nacen del contrato forman parte
del patrimonio de las personas involucradas.
LA CONCEPCIÓN LIBERAL DEL CONTRATO
El siglo XIX fue testigo de la máxima exaltación de la voluntad como poder jurígeno. El nuevo orden instaurado por la Revolución
Francesa hizo concebir a sus teóricos la ilusión de una sociedad compuesta por hombres libres, fuertes y justos. El ideal era que esos
hombres regularan espontáneamente sus relaciones recíprocas. Toda intervención del Estado que no fuere para salvaguardar los
principios esenciales del orden público, aparecía altamente dañosa, tanto desde el punto de vista individual como del social. Los
contratos valían porque eran queridos; lo que es libremente querido es justo, decía FOUILLÉ.
Las convenciones hechas en los contratos forman para las partes una regla a la cual deben someterse como a la ley misma.
ARTICULO 959.- Efecto vinculante. Todo contrato válidamente celebrado es obligatorio para las partes. Su contenido sólo puede
ser modificado o extinguido por acuerdo de partes o en los supuestos en que la ley lo prevé.
Se basa en el principio pacta sunt servanda, este principio clásico implica que un contrato, válidamente celebrado, es obligatorio para
las partes. Es el reconocimiento pleno del principio de la autonomía de la voluntad: el contrato es obligatorio porque es querido; la
voluntad es la fuente de las obligaciones contractuales.
No hay otras limitaciones que aquellas fundadas en la defensa de un interés de orden público.
ARTICULO 12.- Orden público. Las convenciones particulares no pueden dejar sin efecto las leyes en cuya observancia está
interesado el orden público.
ARTICULO 279.- Objeto. El objeto del acto jurídico no debe ser un hecho imposible o prohibido por la ley, contrario a la moral, a
las buenas costumbres, al orden público o lesivo de los derechos ajenos o de la dignidad humana. Tampoco puede ser un bien que
por un motivo especial se haya prohibido que lo sea.
Salvando este interés de orden público, la voluntad contractual impera sin restricciones. Sin embargo, la experiencia social ha puesto
de manifiesto que no es posible dejar librados ciertos contratos al libre juego de la voluntad de las partes sin perturbar la pacífica
convivencia social. Este motivo de interés público ha motivado al Estado a dictar leyes que reglamentan minuciosamente el contrato
de trabajo, los arrendamientos urbanos y rurales, y el contrato de consumo, entre otros. Esas leyes fijan plazos mínimos y máximos de
las locaciones, otorgan derechos particulares a quienes ostenten trato familiar con el locatario, dan derechos particulares de los
consumidores, y consideran ciertas cláusulas como abusivas.
En el marco del derecho laboral, las leyes regulan la jornada de trabajo, el horario en que éste ha de cumplirse, las condiciones de
salubridad que deben llenar los locales donde se trabaja, las indemnizaciones de despido y preaviso. Esta legislación está completada
con los convenios colectivos de trabajo, a los cuales la ley confiere fuerza obligatoria para todos los obreros pertenecientes al mismo
gremio y para todos los industriales de ese ramo.
Libertad de contratación
ARTICULO 958.- Libertad de contratación. Las partes son libres para celebrar un contrato y determinar su contenido, dentro de los
límites impuestos por la ley, el orden público, la moral y las buenas costumbres.
Tanto la oferta como la aceptación deben ser hechas con intención, discernimiento y voluntad. La libertad de contratación se
desprende del artículo 19 de la constitución nacional.
FACULTADES DE LOS JUECES
ARTICULO 960.- Facultades de los jueces. Los jueces no tienen facultades para modificar las estipulaciones de los contratos,
excepto que sea a pedido de una de las partes cuando lo autoriza la ley, o de oficio cuando se afecta, de modo manifiesto, el orden
público.
Antiguamente nadie podía intervenir en un contrato. Los jueces no pueden intervenir en la formación de los contratos, pero solo ante
el incumplimiento o para la corrección ante abuso del derecho, orden público o cuestiones similares.
BUENA FE
ARTICULO 961.- Buena fe. Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe. Obligan no sólo a lo que está
formalmente expresado, sino a todas las consecuencias que puedan considerarse comprendidas en ellos, con los alcances en que
razonablemente se habría obligado un contratante cuidadoso y previsor.
2 CARÁCTER DE LAS NORMAS LEGALES
ARTICULO 962.- Carácter de las normas legales. Las normas legales relativas a los contratos son supletorias de la voluntad de las
partes, a menos que de su modo de expresión, de su contenido, o de su contexto, resulte su carácter indisponible.
PRELACIÓN NORMATIVA
ARTICULO 963.- Prelación normativa. Cuando concurren disposiciones de este Código y de alguna ley especial, las normas se
aplican con el siguiente orden de prelación:
a) normas indisponibles de la ley especial y de este Código;
b) normas particulares del contrato;
c) normas supletorias de la ley especial;
d) normas supletorias de este Código.
INTEGRACIÓN DEL CONTRATO
ARTICULO 964.- Integración del contrato. El contenido del contrato se integra con:
a) las normas indisponibles, que se aplican en sustitución de las cláusulas incompatibles con ellas;
b) las normas supletorias;
c) los usos y prácticas del lugar de celebración, en cuanto sean aplicables porque hayan sido declarados obligatorios por las partes o
porque sean ampliamente conocidos y regularmente observados en el ámbito en que se celebra el contrato, excepto que su aplicación
sea irrazonable.
NATURALEZA JURÍDICA
ARTICULO 259.- Acto jurídico. El acto jurídico es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisición, modificación
o extinción de relaciones o situaciones jurídicas.
Acto jurídico es el género, contrato la especie. El contrato es, entonces, un acto jurídico, que tiene las siguientes características
específicas:

1. Bilateral;
2. Acto entre vivos;
3. Tiene naturaleza patrimonial.
Para precisar la naturaleza del contrato, veamos sus puntos de contacto y sus diferencias con la ley, el acto administrativo y la
sentencia.

1. Con la ley: Ley y contrato tienen un punto de contacto: ambos constituyen una regla jurídica a la cual deben someterse las
personas. Pero las diferencias son profundas y netas: la ley es una regla general a la cual están sometidas todas las personas; ella se
establece teniendo en mira un interés general o colectivo; el contrato en cambio, es una regla sólo obligatoria para las partes que lo
han firmado y sus sucesores; se contrae teniendo en mira un interés individual. De ahí que los contratos estén subordinados a la
ley; las normas imperativas (también llamadas indisponibles) no pueden ser dejadas de lado por los contratantes, quienes están
sometidos a ellas, no importa lo que hayan convenido en sus contratos. Además, la ley no requiere de prueba, y difiere del contrato
en sus efectos y vigencia.
2. Con el acto administrativo: Normalmente, los actos administrativos tienen efectos análogos a la ley, siempre que se dicten
ajustándose a ella y a la Constitución. Si se trata de actos administrativos de naturaleza contractual, hay que distinguir entre
aquéllos en los cuales el Estado actúa como poder público, esto es, como poder concedente (por ej., la concesión a un particular de
la prestación de un servicio público), y aquellos otros en los que actúa como persona de derecho privado. En el primer caso,
Estado y concesionario no se encuentran en un plano de igualdad: el Estado, como poder concedente, mantiene la totalidad de sus
prerrogativas inalienables; y en cualquier momento, sin que se haya extinguido el término contractual, puede ejercitar su derecho
de intervención, exigir la mejora del servicio, su ampliación o modificación. En el segundo caso, o sea, cuando el Estado actúa en
su calidad de persona de derecho privado, los contratos que celebra están regidos supletoriamente por el derecho civil, es decir que
en aquello que no está específicamente regulado, se aplicarán las normas de derecho común. Así ocurre, por ejemplo, cuando el
Estado toma en alquiler la casa de un particular con destino a sus oficinas, escuelas, etcétera, en cuyo caso el contrato se rige por
las normas administrativas y, en subsidio, por las de la locación establecidas en el Código Civil y Comercial.
3. Con la sentencia: Tanto la sentencia como el contrato definen y precisan los derechos de las partes. Pero hay entre ellos profundas
diferencias: la sentencia es la decisión del órgano judicial y, por lo tanto, un acto unilateral.
ELEMENTOS DEL CONTRATO
La doctrina clásica distingue tres clases de elementos de los contratos:
Esenciales; Naturales; Accidentales.
ELEMENTOS ESENCIALES
Son aquellos sin los cuales el contrato no puede existir. Ellos son:

1. Consentimiento: es la conformidad o el acuerdo que resulta de manifestaciones intercambiadas por las partes.
2. Causa: es la finalidad perseguida por las partes y que ha sido determinante de su voluntad.
3. Objeto: es la prestación (bien o hecho) prometido por las partes.
4. Forma: Solo en algunos casos, por ejemplo, la donación de inmueble que debe ser hecha por escritura pública.
3 ELEMENTOS NATURALES
Son aquellas consecuencias que se siguen del negocio, aun ante el silencio de las partes; así, la gratuidad es un elemento natural de la
donación; las garantías por evicción y por vicios redhibitorios, un elemento natural de los contratos a título oneroso.
ELEMENTOS ACCIDENTALES
Son las consecuencias nacidas de la voluntad de las partes, no previstas por el legislador, por ejemplo, la condición, el plazo, el cargo.

CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS

CONTRATOS UNILATERALES Y BILATERALES


ARTICULO 966.- Contratos unilaterales y bilaterales. Los contratos son unilaterales cuando una de las partes se obliga hacia la
otra sin que ésta quede obligada. Son bilaterales cuando las partes se obligan recíprocamente la una hacia la otra. Las normas de los
contratos bilaterales se aplican supletoriamente a los contratos plurilaterales.
Un contrato siempre es bilateral o plurilateral, pero si genera obligaciones para una sola parte es unilateral, si genera obligaciones para
dos partes es bilateral, si genera obligaciones para tres o más partes es plurilateral. La diferenciación se da en la cantidad de partes que
quedan obligadas a brindar una prestación.
Contratos unilaterales
Una sola de las partes resulta obligada hacia la otra, sin que ésta quede obligada, como ocurre en la donación, que sólo significa
obligaciones para el donante.
Contratos bilaterales
Engendran obligaciones recíprocas entre las partes, como ocurre en la compraventa, la permuta, la locación.
Consecuencias jurídicas
La doctrina clásica atribuye a esta clasificación las siguientes consecuencias jurídicas:

1. Los contratos bilaterales deben ser redactados en tantos ejemplares como partes hubiera con un interés distinto;
2. En los contratos bilaterales una de las partes no puede exigir el cumplimiento de las obligaciones contraídas por la otra si ella
misma no probara haber cumplido las suyas u ofreciera cumplirlas. En los contratos unilaterales esta excepción no se concibe, ya
que una de las partes nada debe.
3. La cláusula resolutoria, es decir, la resolución del contrato por efecto del incumplimiento de las obligaciones en que ha incurrido la
otra parte, sólo funciona en los contratos bilaterales.

CONTRATOS A TÍTULO ONEROSO Y A TÍTULO GRATUITO


ARTICULO 967.- Contratos a título oneroso y a título gratuito. Los contratos son a título oneroso cuando las ventajas que procuran
a una de las partes les son concedidas por una prestación que ella ha hecho o se obliga a hacer a la otra. Son a título gratuito
cuando aseguran a uno o a otro de los contratantes alguna ventaja, independiente de toda prestación a su cargo.
Contratos a título oneroso
Los contratos a título oneroso son aquellos en los cuales las partes asumen obligaciones recíprocas de modo que se promete una
prestación para recibir otra; tales son la compraventa (cosa por dinero), la permuta (cosa por cosa), la prestación de servicios (servicio
por dinero), la locación (goce de la cosa por dinero).
Contratos a título gratuito
Los contratos a título gratuito son aquellos en que una sola de las partes se ha obligado, en los que una sola asegura a la otra una
ventaja, con independencia de toda prestación a su cargo: donación, comodato, depósito gratuito, etcétera. No deja de ser gratuito el
contrato por la circunstancia de que eventualmente puedan surgir obligaciones a cargo de la parte que nada prometió; así, por ejemplo,
el donatario está obligado a no incurrir en ingratitud. Pero esta obligación no tiene el carácter de contraprestación; no es, en el espíritu
de las partes, una compensación más o menos aproximada de lo que prometió el donante ni la razón por la cual éste se obligó.
Consecuencias jurídicas
1. Los adquirentes por título oneroso están mejor protegidos por la ley que los adquirentes por título gratuito; por consiguiente:
 La acción de reivindicación tiene mayores exigencias cuando se dirige contra quien adquirió la cosa por título oneroso.
 La acción revocatoria no exige la prueba del consilium fraudis (que es el conocimiento que el tercero tiene del fraude, o, al
menos, la posibilidad de conocerlo) cuando el tercero adquirió la cosa por título gratuito; pero es indispensable si la hubo por
título oneroso.
 La acción de reducción (tendiente a proteger la legítima de los herederos forzosos) procede contra las enajenaciones hechas
por el causante a título gratuito pero no contra las onerosas.
 La garantía de evicción y contra los vicios redhibitorios, sólo procede en principio, en los contratos onerosos.
2. La acción de colación (tendiente a que se consideren las transmisiones de dominio hechas por el causante en favor de uno de sus
futuros herederos como un adelanto de herencia) sólo funciona respecto de los actos gratuitos.
3. La aplicación de la lesión no se concibe en los contratos gratuitos.
4. Las cláusulas dudosas en los contratos onerosos deben ser interpretadas en el sentido que produzcan un ajuste equitativo de los
intereses de las partes; en los contratos gratuitos, en el sentido más favorable al deudor.
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CONTRATOS CONMUTATIVOS Y ALEATORIOS
Los contratos conmutativos y aleatorios son una subespecie de los onerosos.
ARTICULO 968.- Contratos conmutativos y aleatorios. Los contratos a título oneroso son conmutativos cuando las ventajas para
todos los contratantes son ciertas. Son aleatorios, cuando las ventajas o las pérdidas, para uno de ellos o para todos, dependen de un
acontecimiento incierto.
Contratos conmutativos
Son contratos conmutativos aquellos en los cuales las obligaciones mutuas están determinadas de una manera precisa; de alguna
manera, estas contraprestaciones se suponen equivalentes desde el punto de vista económico. De ahí la calificación de conmutativos
con la que se quiere expresar que las partes truecan o conmutan valores análogos. Ejemplos: la compraventa, la permuta, la prestación
de servicios, la locación de obra, etcétera.
Contratos aleatorios.
Son aleatorios los contratos en los que las ventajas o las pérdidas para al menos una de las partes, dependen de un acontecimiento
incierto. Tal es el caso de una renta vitalicia, en la cual una de las partes entrega un capital a cambio de una renta que durará mientras
viva la persona cuya vida se ha tenido en cuenta. El alcance económico de la promesa hecha por el deudor de la renta es impreciso;
depende de la duración de la vida contemplada. Y el contrato será más o menos ventajoso, según esta persona viva poco o mucho
tiempo.

CONTRATOS FORMALES Y NO FORMALES


ARTICULO 969.- Contratos formales. Los contratos para los cuales la ley exige una forma para su validez, son nulos si la
solemnidad no ha sido satisfecha. Cuando la forma requerida para los contratos, lo es sólo para que éstos produzcan sus efectos
propios, sin sanción de nulidad, no quedan concluidos como tales mientras no se ha otorgado el instrumento previsto, pero valen
como contratos en los que las partes se obligaron a cumplir con la expresada formalidad. Cuando la ley o las partes no imponen una
forma determinada, ésta debe constituir sólo un medio de prueba de la celebración del contrato.
Contratos formales
Son formales los contratos cuya validez depende de la observancia de la forma establecida por la ley. Dentro de la categoría de
contratos formales, hay que hacer una distinción de la mayor importancia:

1. Contratos cuya forma es requerida a los fines probatorios: Cuando se trata de una forma probatoria, ella solo tiene importancia
a los efectos de la prueba del acto jurídico; por ejemplo, el contrato de locación, sus prórrogas y modificaciones debe ser hecho por
escrito.
2. Contratos cuya forma tiene carácter constitutivo o solemne:
1. Forma solemne absoluta: El incumplimiento de la forma solemne absoluta trae aparejado la nulidad del acto celebrado; así, la
donación de un inmueble debe hacerse por escritura pública inexorablemente
2. Forma solemne relativa: El incumplimiento de la forma solemne relativa, no acarreará la nulidad del acto sino que permitirá
exigir el cumplimiento de la forma establecida por la ley; v. g., la omisión de celebrar una compraventa inmobiliaria por
escritura pública, permite a cualquiera de las partes exigir la escrituración.
Contratos no formales
Se llaman contratos no formales, aquellos cuya validez no depende de la observancia de una forma establecida en la ley; basta el
acuerdo de voluntades, cualquiera sea su expresión: escrita, verbal y aun tácita.
El carácter excepcional de la forma
Las formas tienen carácter excepcional en nuestro derecho. Salvo disposición expresa en contrario, los contratos no requieren forma
alguna para su validez. En efecto, solo son formales los contratos a los cuales la ley les impone una forma determinada.

CONTRATOS NOMINADOS E INNOMINADOS


ARTICULO 970.- Contratos nominados e innominados. Los contratos son nominados e innominados según que la ley los regule
especialmente o no. Los contratos innominados están regidos, en el siguiente orden, por:
a) la voluntad de las partes;
b) las normas generales sobre contratos y obligaciones;
c) los usos y prácticas del lugar de celebración;
d) las disposiciones correspondientes a los contratos nominados afines que son compatibles y se adecuan a su finalidad.
Contratos nominados
Son contratos nominados los que están previstos y regulados especialmente en la ley. Son los contratos más importantes y frecuentes y
por ello han merecido una atención especial del legislador. Su regulación legal, salvo disposiciones excepcionales, sólo tiene carácter
supletorio; esto es, se aplica en caso de silencio del contrato, pero las partes tienen libertad para prescindir de la solución legal y
regular de una manera distinta las relaciones. Por lo tanto, el propósito del legislador no es sustituir la voluntad de las partes por la de
la ley; simplemente desea evitar conflictos para el caso de que las partes no hayan previsto cierto evento, lo que es muy frecuente.
Para ello dicta normas inspiradas en lo que es costumbre convenir, o que están fundadas en una larga experiencia, o en una detenida
consideración acerca de cómo puede ser hallado un equilibrio tolerable entre ambas partes y exigible en justicia a cada una de ellas.
Contratos innominados
Los contratos innominados no están legislados y resultan de la libre creación de las partes. No pierden su carácter de innominados por
5 la circunstancia de que en la vida de los negocios se los llame de alguna manera, tal como ocurre, por ejemplo, con el contrato de
garaje, el de espectáculo público, de excursión turística, etcétera; lo que los configura jurídicamente como nominados es la
circunstancia de que estén legislados. Muchas veces ocurre que nuevas necesidades van creando formas contractuales que tienden a
tipificarse espontáneamente y a llevar una denominación común; cuando esa forma contractual adquiere importancia suficiente como
para merecer la atención del legislador, éste la reglamenta: el contrato queda transformado en nominado.
Interés de la distinción
La importancia de la distinción reside hoy en que, si el acuerdo celebrado entre las partes configura una de las variedades previstas en
la ley, puede aplicarse el conjunto de normas que lo regulan; en tanto que no hay leyes supletorias para los contratos atípicos.
CONTRATOS: Formación del Consentimiento
CONSENTIMIENTO
Es la conformidad o el acuerdo que resulta de manifestaciones intercambiadas por las partes.
ARTICULO 971.- Formación del consentimiento. Los contratos se concluyen con la recepción de la aceptación de una oferta o por
una conducta de las partes que sea suficiente para demostrar la existencia de un acuerdo.
Si bien lo normal en un acto jurídico es que la intención coincida con la declaración de la voluntad, suelen presentarse algunas
hipótesis de desencuentro entre ambas:

1. Cuando por error se manifiesta una cosa distinta de la que en realidad se desea ;
2. En el caso de reserva mental, o sea cuando deliberadamente se hace una manifestación que no coincide con la intención, haciendo
reserva interior de que no se desea lo que se manifiesta desear;
3. Cuando se hace una declaración con espíritu de broma o sin entender obligarse, como, por ejemplo, las palabras pronunciadas en
una representación teatral;
4. Cuando se simula un acto jurídico;
5. Cuando la declaración ha sido causada por violencia o ha resultado de un engaño.
Teoría de la voluntad
La teoría clásica sostenía el imperio absoluto de la voluntad interna. Según ella, el origen íntimo y verdadero de toda vinculación
contractual, es la voluntad de las partes.
Teoría de la declaración de la voluntad
No es exacto que la declaración sea un despreciable vestigio de la voluntad interna; por el contrario, forma con ésta un todo
indisoluble, a tal punto que no puede concebirse una sin la otra. Para que la intención se transforme de fenómeno de conciencia en
fenómeno volitivo es indispensable la exteriorización; de ahí que ésta sea necesaria para la existencia misma de la voluntad y que, por
consiguiente, es falso e impropio hablar de voluntad interna.
Medios de manifestación del consentimiento
La voluntad puede manifestarse de manera expresa o tácita; es expresa cuando se exterioriza de manera oral, o por escrito, o por
signos inequívocos, o por la ejecución de un hecho material; es tácita cuando resulta de actos que permitan conocer la voluntad con
certidumbre, y siempre que la ley no exija una manifestación expresa. Incluso, en limitados casos, el silencio puede importar una
manifestación de la voluntad. Ello ocurre cuando se opone el silencio a un acto o una interrogación y existe un deber de expedirse que
resulta de la ley, de la voluntad de las partes, de los usos y prácticas, o de una relación entre el silencio actual y las declaraciones
precedentes.
OFERTA
ARTICULO 972.- Oferta. La oferta es la manifestación dirigida a persona determinada o determinable, con la intención de
obligarse y con las precisiones necesarias para establecer los efectos que debe producir de ser aceptada.
Es una proposición unilateral que una de las partes dirige a otra para celebrar un contrato. No es un acto preparatorio del contrato, sino
una de las declaraciones contractuales. Así, pues, sólo hay oferta cuando el contrato puede quedar cerrado con la sola aceptación de la
otra parte, sin necesidad de una nueva manifestación del que hizo la primera proposición.
Requisitos de la oferta
Para que haya oferta válida es necesario:
1. Que se dirija a persona o personas determinadas o determinables.
2. Que tenga por objeto un contrato determinado.
3. Que exista intención de obligarse.
ARTICULO 973.- Invitación a ofertar. La oferta dirigida a personas indeterminadas es considerada como invitación para que
hagan ofertas, excepto que de sus términos o de las circunstancias de su emisión resulte la intención de contratar del oferente. En
este caso, se la entiende emitida por el tiempo y en las condiciones admitidas por los usos.
ARTICULO 974.- Fuerza obligatoria de la oferta. La oferta obliga al proponente, a no ser que lo contrario resulte de sus términos,
de la naturaleza del negocio o de las circunstancias del caso.
La oferta hecha a una persona presente o la formulada por un medio de comunicación instantáneo, sin fijación de plazo, sólo puede
ser aceptada inmediatamente.
Cuando se hace a una persona que no está presente, sin fijación de plazo para la aceptación, el proponente queda obligado hasta el
momento en que puede razonablemente esperarse la recepción de la respuesta, expedida por los medios usuales de comunicación.
Los plazos de vigencia de la oferta comienzan a correr desde la fecha de su recepción, excepto que contenga una previsión diferente.
Duración de la oferta
6 Quien emite una oferta se está obligando a cumplir con las prestaciones prometidas si la destinataria de ella, la acepta . El Código Civil
y Comercial distingue entre la oferta con y sin plazo de vigencia. A su vez, en este último caso, diferencia entre ofertas hechas a
persona presente o formulada por un medio de comunicación instantáneo, y a personas que no están presentes:

1. Si en la oferta se establece un plazo de vigencia, la oferta valdrá solo por ese plazo, el que comenzará a correr desde la fecha de su
recepción, excepto que contenga una previsión diferente.
2. Si en la oferta no se establece un plazo de vigencia y ella es hecha a persona presente o se la formula por un medio de
comunicación instantáneo, sólo puede ser aceptada de inmediato. Si ello no ocurre, la oferta caduca.
3. Si la oferta se hace a una persona que no está presente, sin que se haya fijado un plazo para su aceptación, el oferente queda
obligado hasta el momento en que puede razonablemente esperarse la recepción de la respuesta, expedida por el aceptante por los
medios usuales de comunicación.
Oferta hecha a persona presente o por un medio de comunicación instantáneo
La oferta hecha a persona presente o por un medio de comunicación instantáneo, como puede ser el teléfono o un sistema informático
on line, no se juzgará aceptada si no lo fuese inmediatamente. Es un supuesto en que el receptor de la oferta no goza de plazo, a menos
que se le concediera expresamente.
Contratos por teléfono
En lo relativo al momento de la conclusión del contrato, se reputa celebrado entre presentes. Por consiguiente, la aceptación debe
seguir inmediatamente a la oferta. En lo relativo al lugar de la conclusión se lo reputa entre ausentes. Por consiguiente, la forma del
contrato se regirá por las leyes y usos vigentes en el lugar de la aceptación, que es el lugar en que quedó perfeccionado el contrato.
Contratos celebrados por fax y a través de sistemas informáticos
Tales contratos deben reputarse hechos entre ausentes, tanto en lo relativo al momento como al lugar de la celebración.
Retractación de la oferta
ARTICULO 975.- Retractación de la oferta. La oferta dirigida a una persona determinada puede ser retractada si la comunicación
de su retiro es recibida por el destinatario antes o al mismo tiempo que la oferta.
Si la oferta es dirigida a una persona determinada, ella puede ser retractada. Para ello, es necesario que la comunicación del retiro de la
oferta sea recibida por el destinatario antes o al mismo tiempo que la propia oferta.
Caducidad de la oferta
ARTICULO 976.- Muerte o incapacidad de las partes. La oferta caduca cuando el proponente o el destinatario de ella fallecen o se
incapacitan, antes de la recepción de su aceptación.
El que aceptó la oferta ignorando la muerte o incapacidad del oferente, y que a consecuencia de su aceptación ha hecho gastos o
sufrido pérdidas, tiene derecho a reclamar su reparación.
Existen supuestos de caducidad de la oferta; esto es, que pierde su fuerza obligatoria. Ello acaece cuando el proponente o el
destinatario de la oferta fallecen o se incapacitan, antes de la recepción de su aceptación . Con todo, se le reconoce un derecho a quien
aceptó la oferta ignorando la muerte o incapacidad del oferente: si a consecuencia de su aceptación ha hecho gastos o sufrido pérdidas,
tiene derecho a reclamar su reparación. La indemnización se limita al daño emergente y no comprende el llamado lucro cesante o sea
lo que el aceptante hubiera podido ganar de haberse concluido válidamente el contrato. Es claro que, si la caducidad se produce por la
muerte del oferente, la acción deberá ser dirigida contra sus herederos.
Contrato plurilateral
ARTICULO 977.- Contrato plurilateral. Si el contrato ha de ser celebrado por varias partes, y la oferta emana de distintas personas,
o es dirigida a varios destinatarios, no hay contrato sin el consentimiento de todos los interesados, excepto que la convención o la ley
autoricen a la mayoría de ellos para celebrarlo en nombre de todos o permitan su conclusión sólo entre quienes lo han consentido.
Cuando la oferta emana de diferentes personas y es dirigida a varios destinatarios, es necesario como regla el consentimiento de todos
para que exista contrato.
ACEPTACIÓN DE LA OFERTA
ARTICULO 978.- Aceptación. Para que el contrato se concluya, la aceptación debe expresar la plena conformidad con la oferta.
Cualquier modificación a la oferta que su destinatario hace al manifestar su aceptación, no vale como tal, sino que importa la
propuesta de un nuevo contrato, pero las modificaciones pueden ser admitidas por el oferente si lo comunica de inmediato al
aceptante.
Concepto
La aceptación de la oferta consuma el acuerdo de voluntades. Para que se produzca la conclusión del contrato es preciso:

1. que sea lisa y llana, es decir, que no esté condicionada ni contenga modificaciones de la oferta;
2. que sea oportuna; no lo será si ha vencido ya el plazo de la oferta, que puede ser expreso o resultar de los usos y costumbres o de
un tiempo que pueda considerarse razonable para recibir la respuesta.
3. Referirse a todos los puntos de la propuesta.
Modos de aceptación
ARTICULO 979.- Modos de aceptación. Toda declaración o acto del destinatario que revela conformidad con la oferta constituye
aceptación. El silencio importa aceptación sólo cuando existe el deber de expedirse, el que puede resultar de la voluntad de las
partes, de los usos o de las prácticas que las partes hayan establecido entre ellas, o de una relación entre el silencio actual y las
declaraciones precedentes.
7 La aceptación debe referirse a todos los puntos de la propuesta; basta el desacuerdo con uno solo de ellos, aunque sea secundario, para
que el contrato quede frustrado. Hay aceptación cuando existe una declaración o acto del destinatario que revela conformidad con la
oferta. Incluso, el silencio, si bien como regla no puede ser tenido como una aceptación, sí lo será si existe el deber de expedirse, el
que puede resultar de la voluntad de las partes, de los usos o de las prácticas que las partes hayan establecido entre ellas, o de una
relación entre el silencio actual y las declaraciones precedentes.
Perfeccionamiento del contrato
ARTICULO 980.- Perfeccionamiento. La aceptación perfecciona el contrato:
a) entre presentes, cuando es manifestada;
b) entre ausentes, si es recibida por el proponente durante el plazo de vigencia de la oferta.
La aceptación perfecciona el contrato. Pero debe diferenciarse según se trate de un contrato entre presente o entre ausentes. En el
primer caso, la aceptación perfecciona el contrato cuando ella es manifestada; en el segundo caso, la aceptación perfecciona el
contrato cuando ella es recibida por el proponente, siempre que ello ocurra dentro del plazo de vigencia de la oferta.
Retractación de la aceptación
ARTICULO 981.- Retractación de la aceptación. La aceptación puede ser retractada si la comunicación de su retiro es recibida por
el destinatario antes o al mismo tiempo que ella.
Acuerdos parciales
ARTICULO 982.- Acuerdo parcial. Los acuerdos parciales de las partes concluyen el contrato si todas ellas, con la formalidad que
en su caso corresponda, expresan su consentimiento sobre los elementos esenciales particulares. En tal situación, el contrato queda
integrado conforme a las reglas del Capítulo 1. En la duda, el contrato se tiene por no concluido. No se considera acuerdo parcial la
extensión de una minuta o de un borrador respecto de alguno de los elementos o de todos ellos.
La disposición debe ser leída junto con el artículo 964, ubicado en el mencionado capítulo 1, que regula la integración del contrato y
establece que el contenido del contrato se integra con:

1. Las normas indisponibles, que se aplican en sustitución de las cláusulas incompatibles con ellas;
2. Las normas supletorias;
3. Los usos y prácticas del lugar de celebración, en cuanto sean aplicables porque hayan sido declarados obligatorios por las partes o
porque sean ampliamente conocidos y regularmente observados en el ámbito en que se celebra el contrato, excepto que su
aplicación sea irrazonable.
Contratos entre ausentes
ARTICULO 983.- Recepción de la manifestación de la voluntad. A los fines de este Capítulo se considera que la manifestación de
voluntad de una parte es recibida por la otra cuando ésta la conoce o debió conocerla, trátese de comunicación verbal, de recepción
en su domicilio de un instrumento pertinente, o de otro modo útil.
Según el sistema de la recepción, sería necesario que el oferente haya recibido la aceptación. El Código Civil y Comercial,
apartándose del precedente Código Civil, ha consagrado la teoría de la recepción.

VICIOS DE LOS ACTOS JURÍDICOS

SIMULACIÓN
Para celebrar un acto simulado se necesitan dos personas. Estas personas se ponen de acuerdo para celebrar un acto jurídico que nada
tiene de real o que oculta otro acto real diferente al celebrado.
La simulación tiene lugar cuando se encubre el carácter jurídico de un acto bajo la apariencia de otro, o cuando el acto contiene
cláusulas que no son sinceras, o fechas que no son verdaderas, o cuando por él se constituyen o transmiten derechos a personas
interpuestas, que no son aquellas para quienes en realidad se constituyen o transmiten.

CLASIFICACIÓN DE LA SIMULACIÓN
La simulación puede ser:

1. Lícita o ilícita: cuando perjudica a un tercero, o defrauda la ley es ilícita, en este caso puede iniciar la acción de simulación el
tercero damnificado. Cuando es lícita es aconsejable hacer un contradocumento (a fin de evitar un juicio de simulación) que diga
que el acto es simulado. La simulación ilícita o que perjudica a un tercero provoca la nulidad del acto ostensible. Si el acto
simulado encubre otro real, éste es plenamente eficaz si concurren los requisitos propios de su categoría y no es ilícito ni perjudica
a un tercero. Las mismas disposiciones rigen en el caso de cláusulas simuladas.
2. Total o parcial: es parcial cuando hay un dato que no sea cierto como una suma que no es real o una fecha irreal.
3. Absoluta o relativa: cuando no hay ningún acto real la simulación es absoluta. En la relativa hay un acto simulado que oculta un
acto real. También puede ser licita o ilícita según perjudique o no a un tercero.

ACCIÓN ENTRE LAS PARTES


Los que otorgan un acto simulado ilícito o que perjudica a terceros no pueden ejercer acción alguna el uno contra el otro sobre la
simulación, excepto que las partes no puedan obtener beneficio alguno de las resultas del ejercicio de la acción de simulación.
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La simulación alegada por las partes debe probarse mediante el respectivo contradocumento. Puede prescindirse de él, cuando la parte
justifica las razones por las cuales no existe o no puede ser presentado y median circunstancias que hacen inequívoca la simulación.

ACCIÓN DE TERCEROS
Los terceros cuyos derechos o intereses legítimos son afectados por el acto simulado pueden demandar su nulidad. Pueden acreditar la
simulación por cualquier medio de prueba.

EFECTOS FRENTE A TERCEROS


La simulación no puede oponerse a los acreedores del adquirente simulado que de buena fe hayan ejecutado los bienes comprendidos
en el acto.
La acción del acreedor contra el subadquirente de los derechos obtenidos por el acto impugnado sólo procede si adquirió por título
gratuito, o si es cómplice en la simulación.
El subadquirente de mala fe y quien contrató de mala fe con el deudor responden solidariamente por los daños causados al acreedor
que ejerció la acción, si los derechos se transmitieron a un adquirente de buena fe y a título oneroso, o de otro modo se perdieron para
el acreedor. El que contrató de buena fe y a título gratuito con el deudor, responde en la medida de su enriquecimiento.

FRAUDE
El fraude es un acto que logra un efecto contrario al ordenamiento jurídico.
El fraude a la ley incluye una sucesión de actos lícitos pero que al final producen un resultado ilegal.
El fraude a los acreedores es aquel acto que se lleva a cabo a los fines de tornarse insolvente para con los acreedores.
Todo acreedor puede solicitar la declaración de inoponibilidad de los actos celebrados por su deudor en fraude de sus derechos, y de
las renuncias al ejercicio de derechos o facultades con los que hubiese podido mejorar o evitado empeorar su estado de fortuna.
Por fraude la acción que corresponde es una “ACCIÓN REVOCATORIA” o “ACCIÓN PAULIANA”. La sentencia del juez es la
ineficacia.

REQUISITOS
Son requisitos de procedencia de la acción de declaración de inoponibilidad:

1. Que el crédito sea de causa anterior al acto impugnado, excepto que el deudor haya actuado con el propósito de defraudar a futuros
acreedores;
2. Que el acto haya causado o agravado la insolvencia del deudor;
3. Que quien contrató con el deudor a título oneroso haya conocido o debido conocer que el acto provocaba o agravaba la
insolvencia.

EFECTOS FRENTE A TERCEROS


Queda exento aquel adquirente que obró de buena fe a titulo oneroso.
El fraude no puede oponerse a los acreedores del adquirente que de buena fe hayan ejecutado los bienes comprendidos en el acto.
La acción del acreedor contra el subadquirente de los derechos obtenidos por el acto impugnado sólo procede si adquirió por título
gratuito, o si es cómplice en el fraude; la complicidad se presume si, al momento de contratar, conocía el estado de insolvencia.
El subadquirente de mala fe y quien contrató de mala fe con el deudor responden solidariamente por los daños causados al acreedor
que ejerció la acción, si los derechos se transmitieron a un adquirente de buena fe y a título oneroso, o de otro modo se perdieron para
el acreedor. El que contrató de buena fe y a título gratuito con el deudor, responde en la medida de su enriquecimiento.

EXTINCIÓN DE LA ACCIÓN REVOCATORIA


Cesa la acción de los acreedores si el adquirente de los bienes transmitidos por el deudor los desinteresa o da garantía suficiente.
EXTINCIÓN DE LA INOPONIBILIDAD
La declaración de inoponibilidad se pronuncia exclusivamente en interés de los acreedores que la promueven, y hasta el importe de
sus respectivos créditos.
Solidariamente: se le puede cobrar la totalidad a cualquiera de los deudores. La solidaridad proviene de la ley o de un contrato.
Simplemente mancomunada: se le cobra a cada uno lo que debe.

PRESCRIPCIÓN
Para el fraude art 2562 inc f
Plazo dos años desde que se conocio o pudo conocerse el vicio, o sea el fraude.

LESIÓN
Consiste en aprovecharse de alguien y obtener una ventaja desproporcionada. Ejemplo la necesidad urgente de conseguir dinero para
una intervención quirúrgica y comprar una casa por un precio menor al que vale.
Puede demandarse la nulidad o la modificación de los actos jurídicos cuando una de las partes explotando la: necesidad, debilidad
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síquica o inexperiencia de la otra,
Obtuviera por medio de ellos una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación.
Se presume, excepto prueba en contrario, que existe tal explotación en caso de notable desproporción de las prestaciones. Los cálculos
deben hacerse según valores al tiempo del acto y la desproporción debe subsistir en el momento de la demanda.
El afectado tiene opción para demandar la nulidad o un reajuste equitativo del convenio, pero la primera de estas acciones se debe
transformar en acción de reajuste si éste es ofrecido por el demandado al contestar la demanda.

LEGITIMACION ACTIVA
Sólo el lesionado o sus herederos pueden ejercer la acción.

ELEMENTOS
3 elementos: dos subjetivos y uno objetivo
Subjetivos:

1. un sujeto en estado de necesidad, debilidad psíquica o inexperiencia…


2. un sujeto con obrar doloso
Objetivos:

1. ventaja desproporcionada
Para que proceda la acción de lesión debe darse el requisito de que esa ventaja desproporcionada exista aun al momento de hacer el
juicio para iniciar la acción de lesión.

PRESCRIPCION
Dos años desde que es exigible la obligación, es decir hasta que se haga efectivo el pago en el último vencimiento.
Inoponibilidad es el grado mínimo de ineficacia.
Nulidad es el grado máximo de ineficacia.

VICIOS DEL CONSENTIMIENTO


VICIOS DEL CONSENTIMIENTO
Según la doctrina de la voluntad íntima o psicológica, el consentimiento, para tener efectos jurídicos, debe ser expresado con
discernimiento, intención y libertad. Ahora bien, como la seguridad de los negocios exige conferir valor, en principio, a las situaciones
aparentes, el consentimiento se presume válido en tanto el que lo prestó no demuestre que ha estado viciado por error, dolo o
violencia.
ERROR
Error esencial y error accidental La falibilidad humana es tal que si cualquier error diera lugar a la nulidad de los contratos, las
nulidades serían frecuentísimas. Se ha hecho necesario, por consiguiente, introducir una distinción entre el error esencial y el
accidental. El primero es aquel que se refiere al elemento del contrato que se ha tenido especialmente en mira al celebrarlo ; sólo él da
lugar a la nulidad del acto. En cambio, el error que recae sobre circunstancias secundarias o accidentales no es suficiente para
provocar la ineficacia. El criterio que permite distinguir si el elemento del negocio ha sido esencial es eminentemente objetivo;
dependerá de lo que ordinariamente, en la práctica de los negocios, se tenga por tal; y nadie puede pretender que una cualidad o
persona ha sido determinante de su consentimiento si, objetivamente considerada, no es esencial.
DOLO Acción dolosa es toda aserción de lo falso o disimulación de lo verdadero, cualquier artificio, astucia o maquinación que se
emplee para la celebración de un acto. El dolo supone siempre un engaño: es inducir deliberadamente en error a una persona con el
propósito de hacerla celebrar un acto jurídico. Generalmente, el dolo consiste en un acto positivo; tal ocurre cuando se vende la copia
de un cuadro célebre afirmando engañosamente que es el auténtico. El dolo vicia el contrato y quien lo ha sufrido tiene derecho a pedir
su nulidad. La sanción de la nulidad no se funda en el error provocado en el otro contratante, como lo sostiene la teoría de los vicios
del consentimiento, sino en el hecho ilícito.
Dolo esencial Solo el dolo esencial causa la nulidad del acto. Las condiciones que debe reunir ese dolo son:

1. Debe ser grave. No cualquier dolo es suficiente para decretar la nulidad del contrato.
2. Debe ser determinante del consentimiento. Si el negocio se hubiera celebrado igualmente, sabiendo el engañado la verdad, el acto
no debe anularse.
3. Debe ocasionar un daño importante. Si, en efecto, el perjuicio sufrido por el engañado es insignificante, no parece lógico decretar
una sanción tan grave como es la nulidad del contrato.
4. Es necesario que el dolo no haya sido recíproco. Quien juega sucio no tiene derecho a exigir juego limpio.
Dolo incidental El dolo incidental es aquel que no fue determinante del consentimiento prestado por la víctima. No afecta la validez
del acto, ni da derecho, por consiguiente, a reclamar su nulidad; pero el que lo ha cometido debe indemnizar los daños causados.
VIOLENCIA Cuando el consentimiento ha sido arrancado bajo la presión de violencias físicas o morales, el acto, a pedido de la
víctima, debe ser anulado.
10 Elementos constitutivos de la violencia
No toda fuerza o violencia o amenaza, hecha por uno de los contratantes sobre el otro, autoriza a pedir la nulidad del contrato. Se
exigen ciertos requisitos sin los cuales esta sanción no tiene lugar:

1. Es necesario que se trate de una injusta amenaza.


2. Las amenazas deben ser suficientes para generar el temor de sufrir a un mal inminente y grave.
Efectos
La violencia produce los siguientes efectos:

1. Puede decretarse la nulidad del contrato a pedido de parte interesada; nulidad que es saneable;
2. La víctima puede pedir la indemnización de los daños sufridos

CONTRATOS DE ADHESIÓN
CONTRATOS POR ADHESIÓN (estas normas protegen al adherente)
ARTICULO 984.- Definición. El contrato por adhesión es aquel mediante el cual uno de los contratantes adhiere (no discute) a
cláusulas generales (generalidad de personas) predispuestas unilateralmente (redactadas de manera previa y sin intervención de la
otra parte), por la otra parte o por un tercero, sin que el adherente haya participado en su redacción.
El contenido predispuesto puede ser utilizado para la celebración de cualquier contrato, y no es un indicio de debilidad de una de las
partes; en cambio la adhesión no es una calidad del contenido, sino que el contrato de adhesión es aquél en el cual una de las partes
fija todas las condiciones, mientras que la otra sólo tiene la alternativa de rechazar o consentir . Es el caso del contrato de
transporte celebrado con una empresa de servicio público, que fija el precio del pasaje, el horario, las comodidades que se brindan al
pasajero, etcétera; éste sólo puede adquirir o no el boleto.
Los contratos por adhesión a cláusulas predispuestas, también llamados contratos prerredactados, son aquellos contratos en los que
uno de los contratantes presta su conformidad o, con fuerza expresiva, adhiere a cláusulas generales predispuestas unilateralmente por
la otra parte o por un tercero, sin que el adherente haya participado en su redacción.
REQUISITOS
ARTICULO 985.- Requisitos. Las cláusulas generales predispuestas deben ser comprensibles (entendibles) y autosuficientes
(contener toda la info que permita su entendimiento y conocimiento) .
La redacción debe ser clara, completa y fácilmente legible.
Se tienen por no convenidas aquellas que efectúan un reenvío a textos o documentos que no se facilitan a la contraparte del
predisponente, previa o simultáneamente a la conclusión del contrato.
La presente disposición es aplicable a la contratación telefónica, electrónica o similares.
CLÁUSULAS PARTICULARES
ARTICULO 986.- Cláusulas particulares. Las cláusulas particulares son aquellas que, negociadas individualmente, amplían,
limitan, suprimen o interpretan una cláusula general. En caso de incompatibilidad entre cláusulas generales y particulares,
prevalecen estas últimas.
La cláusula particular debe prevalecer sobre la gener al, pues cabe inferir que la cláusula particular ha sido negociada por las
partes y no ha sido impuesta por una de ellas. Sin embargo, hay casos en que esta disposición resulta inaplicable. Así ocurre cuando la
condición general resulta más beneficiosa para el adherente que la particular. La debilidad en que generalmente se encuentra el
adherente, justifica la solución.
También debe señalarse que las cláusulas manuscritas o mecanografiadas prevalecen sobre las impresas, que las cláusulas
incorporadas prevalecen sobre las preexistentes, y que los usos y costumbres no pueden ser valorados como en los contratos paritarios,
pues pueden responder a prácticas abusivas del predisponerte o pueden modificar la economía del negocio.
INTERPRETACIÓN
ARTICULO 987.- Interpretación. Las cláusulas ambiguas predispuestas por una de las partes se interpretan en sentido contrario a
la parte predisponente.
Esta regla protege al adherente, quien no tiene otra opción que adherir a la propuesta redactada por la otra parte o no contratar, y por
ello es lógico que quien redactó el contrato, si lo hizo sin claridad, con ambigüedad o términos abusivos, se haga cargo de las
consecuencias indeseables de tal tipo de redacción.
CLÁUSULAS ABUSIVAS
ARTICULO 988.- Cláusulas abusivas. En los contratos previstos en esta sección, se deben tener por no escritas:

1. las cláusulas que desnaturalizan las obligaciones del predisponente (excluyen la obligacion esencial caracterizante del contrato);
2. las que importan renuncia o restricción a los derechos del adherente, o amplían derechos del predisponente que resultan de
normas supletorias (no son abusivas si renuncia o ampliación tiene una adecuada contraprestación);
3. las que, por su contenido, redacción o presentación, no son razonablemente previsibles (no si se acepta expresamente).
Las clausulas sorpresivas (inciso c) son aquellas que por su contenido o redacción no son razonablemente previsibles por el adherente.
Son una especie dentro del género de las cláusulas abusivas.
11 CONTROL JUDICIAL
ARTICULO 989.- Control judicial de las cláusulas abusivas. La aprobación administrativa de las cláusulas generales no obsta a su
control judicial. Cuando el juez declara la nulidad parcial del contrato, simultáneamente lo debe integrar, si no puede subsistir sin
comprometer su finalidad. (se anula la cláusula, no el contrato).
La aprobación administrativa de las cláusulas generales no obsta a su control judicial. Así, por ejemplo, la aprobación de ciertas
cláusulas en un contrato pre-redactado de seguros por la Superintendencia Nacional de Seguros, no obsta a la posibilidad de su control
judicial.

TRATATIVAS CONTRACTUALES
TRATATIVAS PRECONTRACTUALES
ARTICULO 990.- Libertad de negociación10. Las partes son libres para promover tratativas dirigidas a la formación del contrato, y
para abandonarlas en cualquier momento.
TRATATIVAS PRELIMINARES O POUR PARLERS
Cuando se trata de estudiar el contrato existen básicamente dos etapas:

1. Tratativas preliminares: abarca todos los actos que pueden realizarse durante el período previo a la celebración del contrato;
2. Celebración del contrato: comienza con la celebración del contrato y llega hasta su plena ejecución.
Durante la primera etapa pueden darse conversaciones sobre aspectos circunstanciales o secundarios, sin que ellas, todavía, tengan
verdadera esencia contractual. Durante todo este período las partes deben:

 Obrar de buena fe;


 Mantener el secreto de todo lo que sea confidencial;
 Dar la información necesaria;
 Mantener y conservar los elementos materiales que resulten el substrato del futuro acuerdo.
 Además, no pueden abandonar los tratos de manera abrupta y sin causa.
Es posible diferenciar entre tratativas preliminares y tratativas preliminares avanzadas. En las primeras, ambas partes deben cumplir
con los deberes de información, seguridad, confidencialidad y custodia; y si los violan, deberán reparar el daño causado. Pero cuando
se habla de tratativas preliminares avanzadas se hace hincapié, no solamente en esos deberes sino también en la necesidad de no
romper intempestivamente, sin justificación alguna y de manera incausada la negociación que, por su desarrollo, ha permitido generar
en las partes una confianza cierta de que el negocio se formalizará.
ARTICULO 991.- Deber de buena fe. Durante las tratativas preliminares, y aunque no se haya formulado una oferta, las partes
deben obrar de buena fe para no frustrarlas injustificadamente. El incumplimiento de este deber genera la responsabilidad de
resarcir el daño que sufra el afectado por haber confiado, sin su culpa, en la celebración del contrato.
ARTICULO 992.- Deber de confidencialidad. Si durante las negociaciones, una de las partes facilita a la otra una información con
carácter confidencial, el que la recibió tiene el deber de no revelarla y de no usarla inapropiadamente en su propio interés. La parte
que incumple este deber queda obligada a reparar el daño sufrido por la otra y, si ha obtenido una ventaja indebida de la
información confidencial, queda obligada a indemnizar a la otra parte en la medida de su propio enriquecimiento.
Artículo 1067. Protección de la confianza. La interpretación debe proteger la confianza y la lealtad que las partes se deben
recíprocamente, siendo inadmisible la contradicción con una conducta jurídicamente relevante, previa y propia del mismo sujeto.
Cartas de intención
Durante la etapa precontractual, en el curso de las tratativas preliminares, las partes suelen celebrar ciertos acuerdos, que, sin llegar a
constituir un contrato, generan ciertas consecuencias. Uno de estos acuerdos es la denominada carta de intención, que es el
instrumento mediante el cual una parte, o todas ellas, expresan su consentimiento para negociar sobre ciertas bases, limitado a
cuestiones relativas a un futuro contrato.
ARTICULO 993.- Cartas de intención. Los instrumentos mediante los cuales una parte, o todas ellas, expresan un consentimiento
para negociar sobre ciertas bases, limitado a cuestiones relativas a un futuro contrato, son de interpretación restrictiva. Sólo tienen
la fuerza obligatoria de la oferta si cumplen sus requisitos.
Acuerdos de confidencialidad Uno de los acuerdos que suelen celebrarse durante las tratativas preliminares es el llamado convenio
de confidencialidad, mediante el cual las partes se obligan a no revelar la información confidencial o reservada que se reciba durante
la negociación y a no usarla inapropiadamente en su propio interés.
La minuta La minuta es el convenio mediante el cual las partes revelan que han acordado determinadas cuestiones, pero han diferido
para más adelante el tratamiento de otras, en el marco de un proceso negocial aún no culminado. Como puede verse, la minuta es un
proyecto que puntualiza el resultado de las tratativas, pero que carece de eficacia vinculante, justamente porque no se ha alcanzado un
consentimiento pleno, en tanto existen temas pendientes que deben ser acordados.
CONTRATOS PRELIMINARES
ARTICULO 994.- Disposiciones generales. Los contratos preliminares deben contener el acuerdo sobre los elementos esenciales
particulares que identifiquen el contrato futuro definitivo.
El plazo de vigencia de las promesas previstas en esta Sección es de un año, o el menor que convengan las partes, quienes pueden
12 renovarlo a su vencimiento.
El contrato preliminar es el que contiene un acuerdo sobre los elementos esenciales particulares que identifiquen el contrato futuro
definitivo. Si las partes han celebrado un contrato preliminar, es claro que ya han dejado atrás las tratativas preliminares y han
avanzado sobre la etapa contractual. Esto produce un cambio respecto del derecho a abandonar la negociación. Si hay un contrato
preliminar, desaparece tal derecho, porque se ha ingresado en el campo contractual.

PROMESA DE CELEBRAR UN CONTRATO


ARTICULO 995.- Promesa de celebrar un contrato. Las partes pueden pactar la obligación de celebrar un contrato futuro.
El futuro contrato no puede ser de aquellos para los cuales se exige una forma bajo sanción de nulidad. Es aplicable el régimen de
las obligaciones de hacer.
La idea es que la promesa de celebrar un contrato importa, un acuerdo definitivo sobre todos los puntos del contrato que, empero,
carece de uno de los requisitos básicos exigidos por la ley, y siempre que su incumplimiento no provoque la nulidad del contrato.
La norma diferencia dos supuestos. Si la ley exige una forma determinada bajo pena de nulidad, la promesa de contrato carece de
valor. Es el caso de la promesa de celebrar un contrato de donación inmobiliaria. En cambio, si no hay tal sanción por el
incumplimiento de la forma, la promesa es válida, y genera en cabeza de las partes una obligación de hacer. Es el caso del llamado
boleto de compraventa inmobiliaria, que no debe instrumentarse por escritura pública, aunque tenga como objeto la adquisición de
derechos reales sobre inmuebles

CONTRATO DE OPCIÓN
ARTICULO 996.- Contrato de opción. El contrato que contiene una opción de concluir un contrato definitivo, otorga al beneficiario
el derecho irrevocable de aceptarlo. Puede ser gratuito u oneroso, y debe observar la forma exigida para el contrato definitivo. No es
transmisible a un tercero, excepto que así se lo estipule.
Una persona ofrece a otra un contrato y se compromete a mantener latente el ofrecimiento durante un cierto tiempo; la otra parte
acepta ese ofrecimiento como tal, es decir, como compromiso de mantenerlo durante el tiempo estipulado y sin pronunciarse todavía si
acepta o no la proposición de fondo. Las consecuencias son las siguientes:

1. el ofertante no puede retractar su oferta durante el plazo fijado;


2. la otra parte puede aceptarlo durante todo ese tiempo y el contrato quedará definitivamente concluido con su solo asentimiento sin
necesidad de una nueva manifestación de voluntad del oferente.

PACTO DE PREFERENCIA
ARTÍCULO 997.- Pacto de preferencia. El pacto de preferencia genera una obligación de hacer a cargo de una de las partes, quien,
si decide celebrar un futuro contrato, debe hacerlo con la otra o las otras partes. Si se trata de participaciones sociales de cualquier
naturaleza, de condominio, de partes en contratos asociativos o similares, el pacto puede ser recíproco. Los derechos y obligaciones
derivados de este pacto son transmisibles a terceros con las modalidades que se estipulen.
El sentido básico del pacto de preferencia es el de posibilitar que determinados negocios se mantengan bajo el ámbito de control de
quienes en un determinado momento participan de ellos, otorgándoles la posibilidad de adquirir los derechos de los que sean titulares
otras partes, antes de dar ingreso a terceros.
El Código establece que el pacto de preferencia da nacimiento a una obligación de hacer a cargo de una de las partes por la que, de
decidir ella celebrar un contrato con relación a la operación jurídica considerada, deberá concluirlo con quien o quienes sean
acreedoras de tal obligación.
El contenido de la cláusula que establece el pacto está librado a la decisión de las partes; para ser tal, simplemente debe prever que la o
las obligadas otorguen prelación a la o a las otras partes en la adquisición de los derechos.

EFECTOS
ARTÍCULO 998.- Efectos. El otorgante de la preferencia debe dirigir a su o sus beneficiarios una declaración, con los requisitos de
la oferta, comunicándole su decisión de celebrar el nuevo contrato, en su caso de conformidad con las estipulaciones del pacto. El
contrato queda concluido con la aceptación del o de los beneficiarios.
Si la parte que se encuentra obligada por un pacto de preferencia, el otorgante, decide llevar adelante una operación comprendida en
los términos de este, debe comunicar tal circunstancia a quien o quienes sean beneficiarios de la estipulación, dando cuenta de los
requisitos de la oferta, entre los que deberá determinarse el precio; la aceptación de dicha oferta concluye el nuevo contrato cuyo
contenido se ve integrado por la vinculación con el que contiene el pacto de preferencia.
Si el beneficiario no acepta la oferta o vence el plazo en ella estipulado, el oferente queda liberado de su obligación de asignación
preferencial y puede contratar con terceros.
En caso de incumplimiento del pacto, la operación podrá ser válida, lo que deberá ser valorado en cada caso concreto; pero el obligado
deberá indemnizar al beneficiario del pacto por los daños que su incumplimiento pudo haberle generado.

EJEMPLO
ARTICULO 1165.- Pacto de preferencia. Pacto de preferencia es aquel por el cual el vendedor tiene derecho a recuperar la cosa
13 con prelación a cualquier otro adquirente si el comprador decide enajenarla. El derecho que otorga es personal y no puede cederse
ni pasa a los herederos.
El comprador debe comunicar oportunamente al vendedor su decisión de enajenar la cosa y todas las particularidades de la
operación proyectada o, en su caso, el lugar y tiempo en que debe celebrarse la subasta.
Excepto que otro plazo resulte de la convención, los usos o las circunstancias del caso, el vendedor debe ejercer su derecho de
preferencia dentro de los diez días de recibida dicha comunicación.
Se aplican las reglas de la compraventa bajo condición resolutoria.

CONTRATO SUJETO A CONFORMIDAD


ARTÍCULO 999.- Contrato sujeto a conformidad. El contrato cuyo perfeccionamiento depende de una conformidad o de una
autorización queda sujeto a las reglas de la condición suspensiva.
Este tipo de contrato no constituye un contrato definitivo, ya que falta, para su perfeccionamiento, que se obtenga la conformidad o
autorización. El contrato sujeto a conformidad, habitualmente denominado contrato ad referendum, es un negocio en el que la
declaración de voluntad de una de las partes, o de ambos, debe ser integrada por la declaración de voluntad del titular de un derecho en
cuyo interés se actúa o de la decisión de un juez, para que el acto jurídico pueda considerarse concluido.
Es el caso del contrato de alquiler de un inmueble, en el que se quiere instalar determinado negocio que requiere de la autorización
administrativa correspondiente. También es el caso de la intermediación en la compraventa inmobiliaria, donde se suelen alcanzar
acuerdos sujetos a la conformidad del titular del derecho sobre el que trata la operación jurídica a celebrar. Ello puede ocurrir,
también, cuando se contrata con relación a intereses de niños u otros incapaces, cuando se requiere autorización judicial. La regulación
contenida en este artículo se aplica en tales supuestos.
Lo establecido en este artículo se refiere a un contrato ya diseñado, cuya eficacia depende de la aprobación de lo hecho por un tercero
ajeno a quienes lo elaboraron. La vida de estos contratos está sujeta a la condición suspensiva de que se obtenga tal autorización o
conformidad, por lo que:

1. Si la condición suspensiva está pendiente, el titular del derecho sujeto a condición puede solicitar medidas conservatorias,
recayendo sobre el transmitente el deber de actuar según las reglas de la buena fe, de modo de no perjudicar a la contraparte;
2. Ante el cumplimiento de la condición, las partes deben cumplir recíprocamente las obligaciones convenidas, de acuerdo con la
naturaleza, fines y objeto del acto jurídico concertado;
3. En caso de que no se cumpla la condición suspensiva, las partes quedan liberadas de obligaciones entre sí, debiendo restituirse lo
que se hubieran entregado, con sus accesorios, de haberse ejecutado alguna prestación antes de la verificación del cumplimiento de
la obligación, a excepción de los frutos percibidos.
INCAPACIDAD E INHABILIDAD PARA CONTRATAR
ARTICULO 22.- Capacidad de derecho. Toda persona humana goza de la aptitud para ser titular de derechos y deberes jurídicos.
La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples actos, o actos jurídicos determinados.
ARTICULO 23.- Capacidad de ejercicio. Toda persona humana puede ejercer por sí misma sus derechos, excepto las limitaciones
expresamente previstas en este Código y en una sentencia judicial.
PERSONAS INCAPACES DE EJERCICIO
ARTICULO 24.- Personas incapaces de ejercicio. Son incapaces de ejercicio:
1. la persona por nacer;
2. la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente;
3. la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la extensión dispuesta en esa decisión.
MENORES DE EDAD Menor de edad es la persona que no ha cumplido dieciocho años. Dentro de las personas menores de edad,
llama adolescente a quien ha cumplido trece años. La regla general es que la persona menor de edad ejerce sus derechos a través de
sus representantes legales, es decir, sus padres o tutores, todo lo cual importa presumir su incapacidad de hecho o ejercicio. Sin
embargo, el propio Código establece que si cuenta con edad y grado de madurez suficiente, puede ejercer por sí los actos que le son
permitidos por el ordenamiento jurídico.
 La persona menor de edad, aunque tenga menos de trece años, pueden celebrar contratos de menguado valor o escasa
cuantía. Se presume que estos contratos han sido realizados con la conformidad de los padres.
 A partir de que se es adolescente, a los trece años, se presume que tiene aptitud para decidir por sí respecto de aquellos
tratamientos que no resulten invasivos, ni comprometan su estado de salud o provoquen un riesgo grave en su vida o
integridad física.
 Antes de cumplir dieciséis años, la persona no puede ejercer oficio, profesión o industria, ni obligarse de otra manera, sin
autorización de sus padres. En cambio, a partir de los dieciséis años, se presume que, si ejerce algún empleo, profesión o
industria, está autorizado por sus padres para todos los actos concernientes al empleo, profesión o industria, y siempre que se
cumpla con la normativa referida al trabajo infantil
 Todo menor de edad puede ejercer libremente la profesión si hubiera obtenido el título habilitante para ejercerla, sin
necesidad de tener la autorización de sus padres.
CAPACIDAD RESTRINGIDA El Código Civil y Comercial dispone que el juez puede restringir la capacidad para determinados
14 actos de una persona mayor de trece años que padezca una adicción o una alteración mental permanente o prolongada, de suficiente
gravedad, siempre que estime que del ejercicio de su plena capacidad pueda resultar un daño a su persona o a sus bienes . Junto con la
restricción decretada, debe designar una o más personas de apoyo, y señalar la modalidad de su actuación y las condiciones de validez
de los actos específicos sujetos a la restricción.
La persona con capacidad restringida es capaz de hecho, puede ejercer por sí misma sus derechos, con las limitaciones que la
sentencia judicial le impone.
INCAPACES Sólo por excepción, cuando la persona se encuentre absolutamente imposibilitada de interaccionar con su entorno y
expresar su voluntad por cualquier modo, medio o formato adecuado y el sistema de apoyos resulte ineficaz, el juez puede declarar la
incapacidad y designar un curador. Es el caso de la persona que se encuentra en estado vegetativo.
La persona declarada incapaz por sentencia judicial, es una incapaz de hecho, pero siempre en la extensión dispuesta en esa decisión
judicial.
Si el incapaz celebrara el acto jurídico que le está prohibido, o la persona con capacidad restringida actuara sin contar con el apoyo, el
acto será nulo pues el vicio es manifiesto y de nulidad relativa, toda vez que su sanción es en exclusivo interés de la parte protegida, y
es saneable.
INHABILITADOS Pueden ser inhabilitados quienes, por la prodigalidad en la gestión de sus bienes, expongan a su cónyuge,
conviviente, o a sus hijos menores de edad o con discapacidad a la pérdida del patrimonio. La prodigalidad importa la realización de
gastos inútiles, sin sentido, fuera de toda proporción con las necesidades de la persona y la magnitud de su fortuna. El inhabilitado
puede administrar libremente sus bienes (salvo que la sentencia de inhabilitación limite determinados actos teniendo en cuenta las
circunstancias del caso) y disponer por sí de ellos, pero en este último caso necesita la conformidad del apoyo.
PENADOS A MÁS DE TRES AÑOS El Código Penal dispone que la pena de prisión o reclusión por más de tres años llevan como
inherente la inhabilitación absoluta e importa, entre otras cosas, la privación de la administración de sus bienes y la disposición de
ellos por actos entre vivos, mientras dure la pena. El penado quedará sujeto a la curatela establecida por el Código Civil para los
incapaces.
NULIDAD DEL CONTRATO
ARTICULO 1000.- Efectos de la nulidad del contrato. Declarada la nulidad del contrato celebrado por la persona incapaz o con
capacidad restringida, la parte capaz no tiene derecho para exigir la restitución o el reembolso de lo que ha pagado o gastado,
excepto si el contrato enriqueció a la parte incapaz o con capacidad restringida y en cuanto se haya enriquecido.
Se trata de un verdadero privilegio establecido en favor de la persona incapaz o con capacidad restringida, pues el efecto normal de la
nulidad es que las partes contratantes deben restituirse todo lo que hubieran recibido como consecuencia del acto anulado.
El privilegio reconocido a las personas con incapacidad o capacidad restringida no funciona cuando el acto se ha originado en dolo o
violencia ejercida por ella sobre la otra parte.
Están legitimados para pedir la nulidad de los contratos que adolecen de nulidad relativa, la persona en cuyo beneficio se establece.
Está claro que, si se trata de un contrato celebrado por un incapaz o por una persona que tiene su capacidad restringida, la legitimación
la tiene la persona protegida y sus representantes legales y apoyos.
Si el contrato adoleciese de nulidad absoluta, la puede alegar, además de los mencionados precedentemente, el Ministerio Público y
cualquier interesado, siempre y cuando no invoque la propia torpeza para obtener un provecho. Incluso, el juez debe decretarla de
oficio, si la nulidad es manifiesta.
INHABILIDADES PARA CONTRATAR
ARTICULO 1001.- Inhabilidades para contratar. No pueden contratar, en interés propio o ajeno, según sea el caso, los que están
impedidos para hacerlo conforme a disposiciones especiales. Los contratos cuya celebración está prohibida a determinados sujetos
tampoco pueden ser otorgados por interpósita persona.
ARTICULO 1002.- Inhabilidades especiales. No pueden contratar en interés propio:
1. los funcionarios públicos, respecto de bienes de cuya administración o enajenación están o han estado encargados;
2. los jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia, los árbitros y mediadores, y sus auxiliares, respecto de bienes
relacionados con procesos en los que intervienen o han intervenido;
3. los abogados y procuradores, respecto de bienes litigiosos en procesos en los que intervienen o han intervenido;
4. los cónyuges, bajo el régimen de comunidad, entre sí.
Los albaceas que no son herederos no pueden celebrar contrato de compraventa sobre los bienes de las testamentarias que estén a su
cargo
CÓNYUGES BAJO EL RÉGIMEN DE COMUNIDAD
Los cónyuges que estén bajo el régimen de comunidad no pueden contratar en interés propio, entre sí. La prohibición legal alcanza a
los contratos de compraventa, cesión de derechos, permuta, o donación. Pero, no se ven obstáculos en que puedan celebrar, por
ejemplo, contratos de mandato o depósito. Incluso, de manera expresa, se prevé que pueden integrar entre sí sociedades de cualquier
tipo, con limitación o no de responsabilidad.
También pueden darse recíprocamente los denominados “presentes de uso” y celebrar contrato de seguro de vida en el que el
beneficiario sea el cónyuge. Puede advertirse que los contratos prohibidos son aquellos que traen aparejado un cambio de la titularidad
de dominio; y esto es particularmente riesgoso para los terceros que podrían ver desaparecer con suma facilidad, mediante actos
simulatorios o fraudulentos, los bienes que garanticen su crédito.
PADRES CON SUS HIJOS MENORES Los padres no pueden contratar con sus hijos menores, a menos que se trate de una
donación pura y simple hecha por el padre a favor del hijo menor.
15 TUTORES Y CURADORES CON SUS PUPILOS No pueden celebrar con ellos, ni con autorización judicial, los actos prohibidos a
los padres respecto de sus hijos menores de edad.
JUECES, FUNCIONARIOS Y AUXILIARES DE LA JUSTICIA Respecto de bienes relacionados con procesos en los que
intervienen o han intervenido. Quedan incluidos en la prohibición, los fiscales, defensores de menores y peritos. La prohibición abarca
la imposibilidad de ser cesionarios de acciones judiciales que fuesen de la competencia del tribunal que integre . La prohibición obliga
a declarar la nulidad del acto celebrado violando la norma, y esa nulidad es absoluta, imposible de sanearse, pues existe un evidente
fundamento de orden público.

OBJETO DE LOS CONTRATOS


El consentimiento recae sobre el objeto y la causa
EL OBJETO DE LOS CONTRATOS ES LA PRESTACIÓN PROMETIDA POR LAS PARTES, EL BIEN O EL HECHO
SOBRE LOS QUE RECAE LA OBLIGACIÓN CONTRAÍDA.

ARTICULO 1003.- Disposiciones generales. Se aplican al objeto del contrato las disposiciones de la Sección 1a, Capítulo 5, Título
IV del Libro Primero de este Código. Debe ser lícito, posible, determinado o determinable, susceptible de valoración económica y
corresponder a un interés de las partes, aun cuando éste no sea patrimonial.

PRESTACIONES

No pueden ser objeto del contrato:

1. El hecho imposible o prohibido por la ley, o que sea contrario a la moral y al orden público, o que sea lesivo de los derechos
ajenos o de la dignidad de la persona humana.
2. Un bien que por un motivo especial se haya prohibido que lo sea.
3. El hecho contrario a las buenas costumbres.

El objeto debe ser determinado o determinable, posible, lícito, susceptible de valoración económica y corresponder a un interés de
las partes, aun cuando éste no sea patrimonial.

CARACTERES

OBJETO DETERMINADO O DETERMINABLE

ARTICULO 1005.- Determinación. Cuando el objeto se refiere a bienes, éstos deben estar determinados en su especie o género
según sea el caso, aunque no lo estén en su cantidad, si ésta puede ser determinada. Es determinable cuando se establecen los
criterios suficientes para su individualización.

El objeto debe ser determinado o determinable. Muchas veces, el objeto es precisado en su individualidad, identificando —por
ejemplo— un cuerpo cierto (así, la casa de la calle Solís 944, piso 1º, C.A.B.A.). El objeto es, en estos casos, determinado. El objeto
también es determinado, cuando sólo se precisa su especie o género, según sea el caso, aunque no lo esté en su cantidad, si ésta puede
ser determinada. En efecto, puede ser suficiente limitarse a indicar la cosa, si ella es fungible, siempre que exista la posibilidad de
determinar la cantidad por otra vía.

El objeto es determinable cuando se establecen los criterios suficientes para su individualización, para su determinación.
OBJETO POSIBLE

La imposibilidad que anula el contrato debe ser absoluta. No basta que lo sea sólo para un deudor determinado, por falta de aptitudes o
capacidad personales o por otras razones circunstanciales. Es necesaria una total imposibilidad, física (por ej., tocar el cielo con la
mano) o jurídica (por ej., prendar una cosa inmueble).

OBJETO LÍCITO

ARTICULO 1004.- Objetos prohibidos. No pueden ser objeto de los contratos los hechos que son imposibles o están prohibidos por
las leyes, son contrarios a la moral, al orden público, a la dignidad de la persona humana, o lesivos de los derechos ajenos; ni los
bienes que por un motivo especial se prohíbe que lo sean. Cuando tengan por objeto derechos sobre el cuerpo humano se aplican los
artículos 17 y 56.

16 El objeto debe ser lícito y conforme al orden público. Todo objeto contrario a la ley anula la obligación. La ilicitud puede nacer de que
el hecho previsto esté prohibido o que se trate de un bien que, por un motivo especial, la ley también lo prohíbe. Ejemplos de ellos
son, respectivamente, el contrato celebrado entre padres e hijo menor de edad, y la constitución de una hipoteca sobre una cosa
mueble.

OBJETO SUSCEPTIBLE DE VALORACIÓN ECONÓMICA Todo interés es digno de protección jurídica, sin importar que
tenga o no contenido patrimonial. La educación de los hijos, el sostenimiento de hospitales, escuelas, bibliotecas, etcétera, constituyen
el fundamento de contratos frecuentísimos. No se exige, pues, que el acreedor tenga un interés pecuniario. Pero ello no quiere decir
que las obligaciones puedan ser ajenas al patrimonio. La cuestión se aclara distinguiendo entre la prestación u objeto de la obligación,
que siempre debe tener contenido patrimonial, y el interés protegido, que puede ser humano, cultural, científico, moral; basta que sea
digno de tutela. Pero la prestación en sí misma debe ser siempre susceptible de valoración económica porque de lo contrario no sería
posible la ejecución del patrimonio del deudor.

BIENES ESPECIALES

ENERGÍA Y FUERZAS NATURALES

Las disposiciones referentes a las cosas son aplicables a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de apropiación. Tales energías
pueden ser objeto de los contratos, lo que es natural, porque ellas tienen un contenido económico que las asimila a las cosas.

BIENES FUTUROS

ARTICULO 1007.- Bienes existentes y futuros. Los bienes futuros pueden ser objeto de los contratos. La promesa de transmitirlos
está subordinada a la condición de que lleguen a existir, excepto que se trate de contratos aleatorios.

Los supuestos contemplados en la ley son dos:

1. Se contrata sobre una cosa que no existe, pero se espera que existirá (ejemplo, la compra de una cosecha antes de que esté en
estado de recogerse). Si más tarde la cosa no llega a existir el contrato es nulo.
2. Se contrata sobre una cosa que todavía no existe, asumiendo el comprador el riesgo de que no llegue a existir nunca: el
contrato tiene carácter aleatorio y es por tanto válido, aunque la cosa no llegue a existir.

BIENES LITIGIOSOS

ARTICULO 1009.- Bienes litigiosos, gravados, o sujetos a medidas cautelares. Los bienes litigiosos, gravados, o sujetos a medidas
cautelares, pueden ser objeto de los contratos, sin perjuicio de los derechos de terceros. Quien de mala fe contrata sobre esos bienes
como si estuviesen libres debe reparar los daños causados a la otra parte si ésta ha obrado de buena fe.

BIENES AJENOS

ARTICULO 1008.- Bienes ajenos. Los bienes ajenos pueden ser objeto de los contratos. Si el que promete transmitirlos no ha
garantizado el éxito de la promesa, sólo está obligado a emplear los medios necesarios para que la prestación se realice y, si por su
culpa, el bien no se transmite, debe reparar los daños causados. Debe también indemnizarlos cuando ha garantizado la promesa y
ésta no se cumple.
El que ha contratado sobre bienes ajenos como propios es responsable de los daños si no hace entrega de ellos.

Cuando el contrato sobre bien ajeno envuelve una promesa de entregarlo, incluso transmitiendo la propiedad, hay que distinguir varios
supuestos:

1. El que ha prometido la entrega del bien no ha garantizado el éxito de su promesa : sólo está obligado a emplear los
medios necesarios para que la prestación se realice; y deberá satisfacer todos los daños que cause, si el bien no se entrega por
su culpa. Se trata de una obligación de medios: el contratante debe poner su mayor esfuerzo en lograr el éxito, pero no lo ha
garantizado. (Obligación que impone al deudor el deber de mantener una determinada conducta o de poner al servicio del
acreedor determinados medios, pero sin garantizar un concreto resultado).
2. El que ha prometido la entrega del bien ajeno, ha garantizado también su entrega efectiva; en tal caso, debe reparar los
daños causados si la cosa no se entrega, aunque no mediara culpa de su parte . Ésta es una obligación de resultado: basta no
alcanzarlo para que deba responder. (el deudor se compromete a alcanzar inexorablemente el interés final esperado por el
17 acreedor).

HERENCIA FUTURA

ARTICULO 1010.- Herencia futura. La herencia futura no puede ser objeto de los contratos ni tampoco pueden serlo los derechos
hereditarios eventuales sobre objetos particulares, excepto lo dispuesto en el párrafo siguiente u otra disposición legal expresa.

Los pactos relativos a una explotación productiva o a participaciones societarias de cualquier tipo, con miras a la conservación de la
unidad de la gestión empresaria o a la prevención o solución de conflictos, pueden incluir disposiciones referidas a futuros derechos
hereditarios y establecer compensaciones en favor de otros legitimarios. Estos pactos son válidos, sean o no parte el futuro causante
y su cónyuge, si no afectan la legítima hereditaria, los derechos del cónyuge, ni los derechos de terceros.

La regla general es que la herencia futura no puede ser objeto de los contratos ni tampoco pueden serlo los derechos hereditarios
eventuales sobre objetos particulares.

La prohibición de realizar contratos que tengan en mira una herencia futura, sin embargo, no es absoluta; el Código admite algunas
excepciones:

1. Son válidas las donaciones hechas con la condición de que las cosas donadas se restituyan al donante si éste sobrevive al
donatario o al donatario, su cónyuge y sus descendientes.
2. Es legítima la partición hecha en vida por los ascendientes.
3. Son válidos los contratos de seguro con cláusula de que a la muerte del asegurado se pagará la indemnización a la persona
designada en el contrato.

CONTRATOS DE LARGA DURACIÓN

ARTICULO 1011.- Contratos de larga duración. En los contratos de larga duración el tiempo es esencial para el cumplimiento del
objeto, de modo que se produzcan los efectos queridos por las partes o se satisfaga la necesidad que las indujo a contratar.

Las partes deben ejercitar sus derechos conforme con un deber de colaboración, respetando la reciprocidad de las obligaciones del
contrato, considerada en relación a la duración total.

La parte que decide la rescisión debe dar a la otra la oportunidad razonable de renegociar de buena fe, sin incurrir en ejercicio
abusivo de los derechos.

En un contrato de larga duración el tiempo es esencial. El tiempo se vincula con el objeto del contrato. La duración es querida por las
partes.

CAUSA DE LOS CONTRATOS

La palabra causa tiene en el Derecho dos acepciones diferentes:

1. Causa fuente de las obligaciones;


2. Causa final que significa el fin que las partes se propusieron al contratar
LA DOCTRINA CLÁSICA La causa es definitivamente objetiva: la causa es el fin del acto jurídico; cuando se habla del fin, no debe
creerse que se trata de los móviles personales y psicológicos de cada contratante, sino de los elementos materiales que existen en todo
contrato. Por consiguiente, en los contratos sinalagmáticos o bilaterales, la causa de la obligación de cada una de las partes es la
obligación de la otra. Así, por ejemplo, en la compraventa, la causa de la obligación contraída por el vendedor, es el precio que
recibirá; mientras que para el comprador, la causa es la cosa que adquiere.

LA DOCTRINA MODERNA El acto volitivo, para ser fuente de derechos y obligaciones, debe estar orientado a una finalidad útil
desde el punto de vista social; en otras palabras, debe tener una causa o razón de ser suficiente. La idea de justicia toma así el lugar
que le corresponde en las relaciones contractuales. Y precisamente, donde más fecunda se ha mostrado la noción de causa, es
sirviendo al ideal de justicia y moralidad en el Derecho.

Tampoco puede confundirse la causa con el objeto. El objeto designa la materia de la obligación, la prestación debida, que es algo
exterior a la personalidad de las partes; la causa forma parte del fenómeno de volición. Un ejemplo pone en claro estas ideas. He aquí
un contrato de donación. El objeto de este acto es la cosa donada; la causa es el ánimo de hacer una liberalidad y, más aún, la voluntad
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de beneficiar a determinada persona porque es el amigo íntimo o el pariente predilecto del donante.

En síntesis, puede afirmarse que causa es el fin inmediato y determinante que han tenido en mira las partes al contratar, es la razón
directa y concreta de la celebración del acto, y precisamente por ello se destaca para la contraparte, quien no puede ignorarla. Sin
embargo, resulta necesario añadir que considerar exclusivamente la función económica y social que el negocio es idóneo a realizar por
sí, como concepto de causa, no es suficiente pues se prescinde de los aspectos moralizadores del contrato. Por ello también habrá que
tenerse en cuenta los fines mediatos, subjetivos, siempre que integren la declaración, o sean conocidos por la otra parte, a los que
haremos mención en el número siguiente.

MÓVIL DETERMINANTE Y SIMPLES MOTIVOS

Es necesario no confundir la causa con los simples motivos que han impulsado a contratar. La primera es el fin inmediato, concreto y
directo que ha determinado la celebración del acto; los simples motivos son los móviles indirectos o remotos, que no se vinculan
necesariamente con el acto. Así, por ejemplo, en un contrato de compraventa de un inmueble, la causa para el vendedor es el precio
que ha de recibir, lo que constituye una de las finalidades típicas que rigen la circulación de los bienes; si ha realizado la operación
con el ánimo de costearse un viaje a Europa, éste sería un simple motivo, que no afecta en nada el acto. Estos motivos, por ser
subjetivos e internos, contingentes, variables y múltiples, son imponderables y, por lo tanto, resultan jurídicamente intrascendentes.
Sin embargo, un motivo puede ser elevado a la categoría de causa, si expresamente se le da tal jerarquía en el acto o si la otra parte
sabía que el acto no tenía otro fundamento que él. Ejemplo: se compra un revólver con el fin de ser propietario de un arma. La causa,
en principio, es lícita, incluso aunque el móvil sea matar a un tercero, pues ese móvil no tiene por qué ser conocido por el vendedor.
Pero si el vendedor sabía que el revólver se compraba con el fin de cometer el crimen, debe estimarse que la causa misma del contrato
es inmoral, y, por tanto, ilícita.

CAUSA EN EL CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACIÓN

ARTÍCULO 281.- Causa. La causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que ha sido determinante de la
voluntad. También integran la causa los motivos exteriorizados cuando sean lícitos y hayan sido incorporados al acto en forma
expresa, o tácitamente si son esenciales para ambas partes.

El Código ha adherido a la concepción de causa dualista. Por un lado afirma que la causa es el fin inmediato, determinante de la
voluntad de las partes y que está autorizado por el ordenamiento jurídico. Es, entonces, la razón directa y concreta de la celebración
del acto, cuya evidencia es tan nítida que la contraparte no puede ignorarla. Pero a esta función económica y social que el negocio es
idóneo a realizar por sí, es necesario añadir un sentido moralizador. Y ello se logra afirmando que integran la causa los motivos o fines
mediatos y subjetivos, que hayan sido exteriorizados siempre que sean lícitos y estén incorporados al contrato de manera expresa, o
implícita si son esenciales para ambas partes.

PRESUNCIÓN DE LA EXISTENCIA DE CAUSA

ARTÍCULO 282.- Presunción de causa. Aunque la causa no esté expresada en el acto se presume que existe mientras no se pruebe
lo contrario. El acto es válido aunque la causa expresada sea falsa si se funda en otra causa verdadera.

Una razón de buena fe y de seguridad en los negocios obliga a reconocer efectos jurídicos a las declaraciones de voluntad, mientras no
se pruebe que adolecen de algún defecto legal que las invalide. Por ello se presume la existencia y licitud de la causa.
ARTICULO 1013.- Necesidad. La causa debe existir en la formación del contrato y durante su celebración y subsistir durante su
ejecución. La falta de causa da lugar, según los casos, a la nulidad, adecuación o extinción del contrato.

Nuestra ley exige que la causa exista no sólo durante la formación del contrato y cuando se lo celebra; ordena también que subsista
durante su ejecución. Como se ve, se trata de un elemento vital del contrato, que debe subsistir durante todo el período contractual y
hasta el cumplimiento de las obligaciones asumidas. Es que la finalidad perseguida puede desaparecer durante la vida del contrato,
frustrándose así lo pretendido por las partes. A esta cuestión nos hemos de referir más adelante.

FALTA DE CAUSA Y CAUSA FALSA

Importando la causa un requisito esencial de los actos jurídicos, la falta de ella implica, como regla, la nulidad del acto. Sin embargo,
nuestro Código prevé dos opciones más que pueden darse:

19 1. La adecuación del contrato: en la medida en que se pueda salvar el contrato, habrá que procurar conservarlo
2. La extinción del contrato: apunta a la causa que desaparece durante la vida del contrato

Puede ocurrir que la causa expresada en el acto jurídico sea falsa; ello no obsta a que el acto sea válido si se funda en otra causa
verdadera. Lo que interesa, en definitiva, es la causa real, no la aparente.

CAUSA ILÍCITA

ARTICULO 1014.- Causa ilícita. El contrato es nulo cuando:

1. su causa es contraria a la moral, al orden público o a las buenas costumbres;


2. ambas partes lo han concluido por un motivo ilícito o inmoral común. Si sólo una de ellas ha obrado por un motivo ilícito o
inmoral, no tiene derecho a invocar el contrato frente a la otra, pero ésta puede reclamar lo que ha dado, sin obligación de
cumplir lo que ha ofrecido.

La causa, en este caso, debe ser entendida como el fin inmediato y determinante que han tenido en mira las partes al contratar, la razón
directa y concreta de la celebración del acto. También se dispone la nulidad del contrato cuando ambas partes lo han concluido por un
motivo ilícito o inmoral común.

ACTOS ABSTRACTOS

ARTÍCULO 283.- Acto abstracto. La inexistencia, falsedad o ilicitud de la causa no son discutibles en el acto abstracto mientras no
se haya cumplido, excepto que la ley lo autorice.

En ciertos casos, por razones de seguridad jurídica, las partes tienen interés en que una declaración de voluntad tenga validez por sí ,
con independencia de la existencia de la causa. Tal es el caso de los títulos al portador. Para que éstos puedan desempeñar eficazmente
su función económica, es necesario reconocerles validez por sí mismos; de ahí que el firmante de un cheque o un pagaré no pueda
oponer a los terceros que han venido a entrar en posesión del documento una excepción fundada en la falta de causa.

Por voluntad de los otorgantes, esas obligaciones quedan desvinculadas de su causa; sólo así pueden servir como medio de pago, en
cierta manera asimilable al dinero, que tienen en la práctica de los negocios.

Estos actos se llaman abstractos, desde que tienen un valor por sí mismos y con independencia de su causa; se los opone a los
causados o causales que constituyen el supuesto normal de actos dependientes de su causa. Pero no ha de creerse que estos actos
abstractos carezcan de causa, por el contrario, la tienen, como debe tenerla necesariamente todo acto jurídico, sólo que la excepción de
falta de causa no puede ser opuesta a terceros, aunque sí puede serlo entre los otorgantes originales.

Si, por ejemplo, una persona otorga un pagaré a un tercero, creyéndose deudor de él, cuando en realidad no lo es, la obligación carece
de causa y el firmante puede negarse a pagarla; y si el documento hubiera sido negociado y hubiera tenido que pagarlo el firmante a un
tercero (contra quien no tiene excepciones) podría repetir su importe del acreedor originario. Por este motivo ha podido decirse que la
abstracción es relativa o limitada, en el sentido de que no excluye del todo la relevancia de la causa.

FORMA DE LOS CONTRATOS


La voluntad puede manifestarse de dos maneras:

1. Expresa: se exterioriza de manera oral, o por escrito, o por signos inequívocos, o por la ejecución de un hecho material.
2. Tácita: cuando resulta de actos que permitan conocer la voluntad con certidumbre, y siempre que la ley no exija una
manifestación expresa.

CONCEPTO

La forma de los actos jurídicos es el conjunto de prescripciones de la ley, respecto de las solemnidades que deben observarse al
tiempo de la formación del acto jurídico.

Actualmente impera como principio el de la libertad de las formas; basta el consentimiento para que el contrato tenga plena
fuerza obligatoria. Sólo por excepción la ley exige en algunos casos el cumplimiento de requisitos formales.
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ARTÍCULO 284.- Libertad de formas. Si la ley no designa una forma determinada para la exteriorización de la voluntad, las partes
pueden utilizar la que estimen conveniente. Las partes pueden convenir una forma más exigente que la impuesta por la ley.

ARTICULO 1015.- Libertad de formas. Sólo son formales los contratos a los cuales la ley les impone una forma determinada.

CONTRATOS FORMALES

Dentro de la categoría de contratos formales, hay que diferenciar los contratos cuya forma es requerida a los fines probatorios, de
aquellos otros en los cuales la formalidad tiene carácter constitutivo o solemne. Incluso, las formas solemnes se dividen en absolutas y
relativas.

FORMA CON CARÁCTER CONSTITUTIVO O SOLEMNE

1. Forma solemne absoluta: Su incumplimiento trae aparejado la nulidad del acto celebrado. La forma solemne absoluta es
esencial a la validez del acto, pues su omisión lo priva de todos sus efectos. Ejemplo: la donación de un inmueble, que debe
hacerse por escritura pública inexorablemente.
2. Forma solemne relativa: Su incumplimiento, no acarreará la nulidad del acto sino que permitirá exigir el cumplimiento de
la forma establecida por la ley.

FORMA PROBATORIA

Cuando se trata de una forma probatoria, ella solo tiene importancia a los efectos de la prueba del acto jurídico; por ejemplo, el
contrato de locación, sus prórrogas y modificaciones debe ser hecho por escrito, pero si se hubiera incumplido con esta forma, el
contrato valdrá de todos modos si existe principio de ejecución o principio de prueba instrumental.

TIPOS DE INSTRUMENTOS

La expresión escrita puede tener lugar a través de instrumentos públicos, o de instrumentos particulares firmados o no firmados.
Incluso, puede hacerse constar tal expresión en cualquier soporte, siempre que su contenido sea representado con texto inteligible,
aunque su lectura exija medios técnicos, como ocurre con los documentos informáticos.

INSTRUMENTO PÚBLICO Es aquel en el que interviene un oficial público, quien debe actuar en los límites de sus atribuciones y
de su competencia territorial. Es requisito de validez que el instrumento esté firmado por el oficial público, las partes y, en su caso, sus
representantes.

INSTRUMENTOS PARTICULARES Los instrumentos particulares pueden estar firmados o no. Si lo están, se llaman instrumentos
privados; ellos deben estar firmados por las partes contratantes. Si no lo están, se los denomina instrumentos particulares no firmados;
son instrumentos particulares no firmados los impresos, los registros visuales o auditivos de cosas o hechos y, cualquiera que sea el
medio empleado, los registros de la palabra y de información.

FIRMA La firma, que puede ser gráfica pero también digital, es un recaudo ineludible en los instrumentos públicos y en los
instrumentos privados, y prueba la autoría de la declaración de voluntad expresada en el texto al cual corresponde.
FORMA COMO RECAUDO DE PUBLICIDAD La inscripción en los Registros hace que el acto sea oponible a terceros . El
contrato no registrado (cuando la ley exige ese registro, como ocurre por ejemplo con la compraventa de inmuebles) tiene plena
validez entre las partes, pero no es oponible a terceros. Pero hay veces que la ley impone la forma como un requisito esencial de
validez, no ya tan sólo respecto de terceros, sino respecto de las mismas partes: mientras el acto no se ha registrado se lo tiene por no
existente. En este caso, la registración del acto tiene valor constitutivo, tal como ocurre con el contrato de compraventa de
automotores.

FORMA PACTADA La forma de los contratos puede resultar de la ley o de la voluntad de las partes. Las partes contratantes están
facultadas para convenir formas más exigentes que las establecidas por la propia ley. Tal sería el caso de un contrato no formal,
cuando, por voluntad de las partes, se acuerda que sea hecho por escritura pública.

FORMA EN LAS MODIFICACIONES CONTRACTUALES Si el contrato debe ser celebrado respetando una forma determinada,
sea porque la ley la exige, sea porque las partes la acordaron, las posteriores modificaciones que las partes convengan deben ser
hechas con la misma formalidad.
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Esta regla admite algunas excepciones:

1. Si las modificaciones versan sobre estipulaciones accesorias o secundarias;


2. Si existe una disposición legal que expresamente admita que no se cumpla en la modificación con la formalidad fijada para el
contrato original.

LA ESCRITURA PÚBLICA

ARTÍCULO 299.- Escritura pública. La escritura pública es el instrumento matriz extendido en el protocolo de un escribano público
o de otro funcionario autorizado para ejercer las mismas funciones, que contienen uno o más actos jurídicos. La copia o testimonio
de las escrituras públicas que expiden los escribanos es instrumento público y hace plena fe como la escritura matriz. Si hay alguna
variación entre ésta y la copia o testimonio, se debe estar al contenido de la escritura matriz.

En algunos casos la exigencia de la escritura importa una solemnidad absoluta (vg., la donación de inmuebles); en otros, una
solemnidad relativa (ej., la compraventa inmobiliaria).

CONTRATOS QUE DEBEN CELEBRARSE EN ESCRITURA PÚBLICA

ARTICULO 1017.- Escritura pública. Deben ser otorgados por escritura pública:

1. los contratos que tienen por objeto la adquisición, modificación o extinción de derechos reales sobre inmuebles. Quedan
exceptuados los casos en que el acto es realizado mediante subasta proveniente de ejecución judicial o administrativa;
2. los contratos que tienen por objeto derechos dudosos o litigiosos sobre inmuebles;
3. todos los actos que sean accesorios de otros contratos otorgados en escritura pública;
4. los demás contratos que, por acuerdo de partes o disposición de la ley, deben ser otorgados en escritura pública.

EFECTOS DE LA OMISIÓN DE LA ESCRITURA PÚBLICA

Las consecuencias de la omisión de la forma solemne dependen de que ella sea exigida como solemnidad absoluta o relativa: en el
primer caso, el acto carecerá de todo efecto; en el segundo, la parte interesada, tendrá derecho a exigir el otorgamiento del acto
jurídico conforme la forma legal.

Cuando la escritura pública sea exigida como una solemnidad relativa, mientras no esté suscripta, las partes que han celebrado un
contrato por instrumento privado (ej., el boleto de compraventa) no pueden reclamarse el cumplimiento de las obligaciones derivadas
del contrato definitivo, pero pueden exigir el otorgamiento de la escrituración, cumplido lo cual el contrato producirá todos sus
efectos.

Si una de las partes se niega a escriturar, la otra podrá iniciar la llamada demanda por escrituración. Si a pesar de ello, el vencido en
juicio, continúa negándose a hacerla, se ha reconocido que el juez puede otorgar la escritura por el obligado.
PRUEBA DE LOS CONTRATOS
La prueba no constituye un elemento de los contratos. La prueba se vincula con los medios de demostrar la existencia del contrato ,
cualquiera que haya sido su forma.
Hay dos sistemas probatorios:

1. Prueba legal: sólo puede admitirse como prueba suficiente la que indica la ley.
2. Libre convicción: el juez puede admitir todo género de pruebas y tendrá como suficientes aquellas que, según su ciencia y
conciencia, sean suficientes para tener por acreditados los hechos.
En el derecho moderno, el sistema imperante es el de la libre convicción; las limitaciones al libre arbitrio judicial para la apreciación
de la prueba tienen carácter excepcional.

CARGA DE LA PRUEBA
La carga de la prueba (onus probandi) incumbe a quien alega el hecho en el cual funda su acción o su excepción . Así, por ejemplo,
quien alega un derecho en base a un contrato, debe probar la existencia de éste; a su vez, el demandado que alega como defensa un
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hecho modificativo o extintivo (un contrato ulterior, una renuncia, etc.), debe también probarlo.
La carga de la prueba se invierte en caso de que el demandado esté en mejor condición para ofrecer la prueba , como por ejemplo en el
caso de una mala praxis.

MEDIOS DE PRUEBA

ARTICULO 1019.- Medios de prueba. Los contratos pueden ser probados por todos los medios aptos para llegar a una razonable
convicción según las reglas de la sana crítica, y con arreglo a lo que disponen las leyes procesales, excepto disposición legal que
establezca un medio especial.
Los contratos que sea de uso instrumentar no pueden ser probados exclusivamente por testigos.
La regla es clara: los contratos pueden probarse por todos los medios aptos, a menos que una ley disponga un medio especial . En
general, los contratos pueden probarse por:

1. Instrumentos públicos: gozan de autenticidad, porque ha actuado el oficial público en los límites de sus atribuciones y de su
competencia territorial y porque está firmado por ese oficial público, las partes, y en su caso, sus representantes. Este instrumento
no hace fe de las simples enunciaciones indirectas, como, por ejemplo, cuando el escribano dice que no se adeudan impuestos.
2. Instrumentos privados: son los instrumentos particulares firmados por las partes contratantes. Pueden estar firmados por la firma
hológrafa del autor o por la firma digital. La firma prueba la autoría de la declaración de voluntad expresada en el texto, debe
consistir en un símbolo o texto, normalmente acompañada por la aclaración, la firma es la condición para que un instrumento
particular sea considerado privado. Los instrumentos privados se rigen por las siguientes reglas generales:
1. Carga de afirmar o negar la firma;
2. La autoría de la firma puede probarse por cualquier medio;
3. El reconocimiento de la firma importa el reconocimiento del contenido del documento;
4. El reconocimiento otorga valor probatorio.
5. La eficacia probatoria se extiende a terceros desde que el instrumento adquiere fecha cierta.
3. Instrumentos particulares no firmados: Si los instrumentos no están firmados, se los denomina instrumentos particulares no
firmados; son instrumentos particulares no firmados los impresos, los registros visuales o auditivos de cosas o hechos y, cualquiera
que sea el medio empleado, los registros de la palabra y de información.
4. Libros y demás registros contables: Las personas jurídicas privadas y quienes realizan una actividad económica organizada o
son titulares de una empresa o establecimiento comercial, industrial, agropecuario o de servicios deben llevar determinados libros
y registros contables.
5. Correspondencia: cualquiera sea el medio empleado para crearla o transmitirla. Puede presentarse como prueba por el
destinatario, pero la que es confidencial no puede ser utilizada sin consentimiento del remitente.

PRUEBA DE LOS CONTRATOS FORMALES


ARTICULO 1020.- Prueba de los contratos formales. Los contratos en los cuales la formalidad es requerida a los fines probatorios
pueden ser probados por otros medios, inclusive por testigos, si hay imposibilidad de obtener la prueba de haber sido cumplida la
formalidad o si existe principio de prueba instrumental, o comienzo de ejecución.
Si la formalidad establecida por la ley es meramente requerida a los fines probatorios, el contrato puede ser probado por otros medios.
Así:

1. No será necesaria la prueba por la forma legal cuando hubiese imposibilidad de obtenerla.
2. Ni cuando ha existido comienzo de ejecución.
3. Ni cuando la cuestión versare sobre los vicios de error, dolo, violencia, fraude, simulación o falsedad de los instrumentos en que
constaren.
PRINCIPIO DE PRUEBA INSTRUMENTAL
ARTICULO 1020.- Prueba de los contratos formales. Se considera principio de prueba instrumental cualquier instrumento que
emane de la otra parte, de su causante o de parte interesada en el asunto, que haga verosímil la existencia del contrato.
Para que haya principio de prueba instrumental es necesario:

1. que el instrumento emane de la otra parte, su causante, o parte interesada; no es necesario que esté firmado por él;
2. que haga verosímil el contrato.
Basta con que confluyan estos requisitos para hacer viable cualquier clase de prueba, inclusive testigos.

MODOS DE PRUEBA

PRUEBA DOCUMENTAL Esta prueba abarca todos los instrumentos.

23 PRUEBA CONFESIONAL La confesión es la prueba decisiva y plena; de ahí el adagio a confesión de parte relevo de prueba. Esta
prueba abarca diferentes tipos de confesión. La confesión judicial es la forma típica; por lo general se la provoca, llamando a la parte
contraria a absolver posiciones bajo juramento de decir verdad; pero puede también ser espontánea. La confesión extrajudicial tiene el
mismo valor que la judicial siempre que se la acredite fehacientemente.

PRUEBA TESTIMONIAL Se nota una marcada desconfianza por esta prueba. Los testigos suelen recordar mal los hechos, o pueden
ser complacientes o falsos. Las personas que quieren vincularse entre sí por un contrato, tienen a su disposición un medio de prueba
cómodo y excelente que es el instrumento privado. Constituida en juicio por los testimonios dados en juicio por personas de
reconocidas idóneas a ello por el derecho.

PRESUNCIONES LEGALES O JUDICIALES Las presunciones son indicios que permiten inferir con un cierto grado de certeza,
la verdad de un hecho o un contrato.

1. Presunciones legales: consisten en que la ley, dados ciertos hechos, infiere consecuencias también determinadas. Así, por
ejemplo, se presume que, si se otorga un recibo por saldo de precio, quedan canceladas todas las deudas correspondientes a la
obligación por la cual fue otorgado.
2. Presunciones judiciales: constituyen indicios que, apreciados libremente por el juez, forman su convencimiento de la verdad de
un hecho o acto jurídico. Por lo general, no basta un solo indicio; deben ser varios y coincidentes.

OTROS MODOS DE PRUEBA


Entre ellos, el reconocimiento judicial o inspección ocular, es decir, el examen directo hecho por el juez de ciertos hechos o del lugar
en que se desarrollaron; la prueba pericial, consistente en el dictamen de peritos o expertos en diferentes áreas (contable, agronómica,
caligráfica, médica, ingenieril, informática, etcétera); o la prueba de informes, que pueden dar instituciones públicas y privadas sobre
cuestiones atinentes su actividad o funciones.

EFECTOS DEL CONTRATO

CONSECUENCIAS DEL CONTRATO


Las consecuencias propias del contrato apuntan a dos temas centrales: la autonomía de la voluntad y la fuerza obligatoria del
contrato. Si bien gozamos de la libertad de contratar o no contratar, de elegir con quién contratar, y de configurar el contenido del
contrato, es claro que una vez que lo hemos celebrado, quedamos obligados en sus términos, respetando, desde luego, los límites que
la propia legislación puede imponer.

FUERZA OBLIGATORIA
ARTICULO 959.- Efecto vinculante. Todo contrato válidamente celebrado es obligatorio para las partes. Su contenido sólo puede
ser modificado o extinguido por acuerdo de partes o en los supuestos en que la ley lo prevé.
La obligatoriedad del contrato surge del hecho de que las partes han aceptado libremente su contenido, suscribiendo también la
limitación de las respectivas voluntades que de él derivan, y surge además de la confianza suscitada por cada contratante en que el otro
cumplirá con la promesa que ha hecho.

EFECTO RELATIVO
ARTICULO 1021.- Regla general. El contrato sólo tiene efecto entre las partes contratantes; no lo tiene con respecto a terceros,
excepto en los casos previstos por la ley.

LAS PARTES CONTRATANTES


Las partes son aquellos sujetos que, por sí o por representante, se han puesto de acuerdo sobre una declaración de voluntad común,
concurriendo a la formación y consentimiento del contrato; son quienes se han obligado a cumplir determinadas prestaciones y han
adquirido ciertos derechos.
ARTICULO 1023.- Parte del contrato. Se considera parte del contrato a quien:

1. lo otorga a nombre propio, aunque lo haga en interés ajeno;


2. es representado por un otorgante que actúa en su nombre e interés;
3. manifiesta la voluntad contractual, aunque ésta sea transmitida por un corredor o por un agente sin representación.

LOS SUCESORES UNIVERSALES


El heredero o sucesor universal es aquel a quien pasa todo o una parte indivisa del patrimonio de otra persona a raíz de la muerte de
esta última.
La herencia comprende todos los derechos y obligaciones del causante que no se extinguen por su fallecimiento , lo que implica que
los efectos de los contratos que han tenido al causante como parte, se transmiten a los sucesores universales.
24
ARTICULO 1024.- Sucesores universales. Los efectos del contrato se extienden, activa y pasivamente, a los sucesores universales, a
no ser que las obligaciones que de él nacen sean inherentes a la persona, o que la transmisión sea incompatible con la naturaleza de
la obligación, o esté prohibida por una cláusula del contrato o la ley.
El sucesor universal es dueño de las cosas que pertenecían al causante, carga con las obligaciones que pesan sobre las cosas recibidas
y se constituye en parte de los negocios jurídicos celebrados por el causante.
Son obligaciones inherentes a la persona aquéllas en donde se tienen particularmente en cuenta habilidades propias del deudor , como
es el caso de la pintura encargada a un artista.

TERCEROS Tercero es toda persona que no es parte en el acto.


ARTICULO 1022.- Situación de los terceros. El contrato no hace surgir obligaciones a cargo de terceros, ni los terceros tienen
derecho a invocarlo para hacer recaer sobre las partes obligaciones que éstas no han convenido, excepto disposición legal.
El tercero interesado, incluye a los herederos de cuota, los sucesores a título singular y los acreedores quirografarios.

INCORPORACIÓN DE TERCEROS

EL CONTRATO A NOMBRE DE UN TERCERO

ARTÍCULO 1025.- Contratación a nombre de tercero. Quien contrata a nombre de un tercero sólo lo obliga si ejerce su
representación. A falta de representación suficiente el contrato es ineficaz. La ratificación expresa o tácita del tercero suple la falta
de representación; la ejecución implica ratificación tácita.

El contenido de esta norma menciona una regla general que establece que nadie puede contratar a nombre de un tercero sin tener su
representación. Ahora bien, como toda regla general, esta también tiene su excepción: que el tercero ratifique el contrato
expresamente, o de manera tácita, ejecutando la obligación.

Esta norma establece también, que los contratos suscriptos sin representación legal o contractual son ineficaces, y por ende no obligan,
ni siquiera, a quien invocó una representación que no tenía. Ello, sin perjuicio de la obligación de indemnizar el daño causado al
tercero con quien contrató, si éste ignoraba, sin su culpa, que no existían poderes suficientes.

PROMESA DEL HECHO DE TERCERO

ARTÍCULO 1026.- Promesa del hecho de tercero. Quien promete el hecho de un tercero queda obligado a hacer lo razonablemente
necesario para que el tercero acepte la promesa. Si ha garantizado que la promesa sea aceptada, queda obligado a obtenerla y
responde personalmente en caso de negativa.

Esta norma otorga la posibilidad de que se celebre un contrato en donde el cumplimiento quede a cargo de un tercero . A partir de este
postulado se prevén dos supuestos:

1. Que quien promete el hecho de un tercero no garantiza la aceptación: el promitente queda obligado a hacer lo razonablemente
necesario para que el tercero acepte la promesa.
2. Que quien promete el hecho de un tercero garantiza la aceptación: queda obligado a obtener la aceptación, y en caso de que el
tercero no acepte deberá responder personalmente por el daño causado.
En ningún caso es posible exigir al tercero el cumplimiento de una obligación que no asumió, pero, si cumple, el cumplimiento será
válido y tendrá todos los efectos que tiene el cumplimiento de una obligación contractual.

ESTIPULACIÓN A FAVOR DE UN TERCERO

ARTÍCULO 1027.- Estipulación a favor de tercero. Si el contrato contiene una estipulación a favor de un tercero beneficiario,
determinado o determinable, el promitente le confiere los derechos o facultades resultantes de lo que ha convenido con el estipulante.
El estipulante puede revocar la estipulación mientras no reciba la aceptación del tercero beneficiario; pero no puede hacerlo sin la
conformidad del promitente si éste tiene interés en que sea mantenida. El tercero aceptante obtiene directamente los derechos y las
facultades resultantes de la estipulación a su favor. Las facultades del tercero beneficiario de aceptar la estipulación, y de prevalerse
de ella luego de haberla aceptado, no se transmiten a sus herederos, excepto que haya cláusula expresa que lo autorice. La
estipulación es de interpretación restrictiva.

25 El contrato a favor de un tercero importa la existencia de un acuerdo mediante el cual una de las partes contratantes (llamada
estipulante), conviene con la otra (denominada promitente) que la obligación asumida por esta última no sea cumplida con aquél sino
con un tercero (el beneficiario). El ejemplo más común de esta figura es el contrato de seguro de vida, en donde la indemnización no
es pagada por la aseguradora a quien ha celebrado el contrato (y abonado las consiguientes primas) ni a sus herederos, sino a la
persona indicada como beneficiario por el tomador del seguro.

Es importante destacar que el estipulante debe actuar en nombre propio. Es que si actuara en nombre del tercero estaría obrando como
su representante y, consiguientemente, la parte contratante sería el propio tercero representado.

CONTRATO PARA PERSONA A DESIGNAR

ARTÍCULO 1029.- Contrato para persona a designar. Cualquier parte puede reservarse la facultad de designar ulteriormente a un
tercero para que asuma su posición contractual, excepto si el contrato no puede ser celebrado por medio de representante, o la
determinación de los sujetos es indispensable.

La asunción de la posición contractual se produce con efectos retroactivos a la fecha del contrato, cuando el tercero acepta la
nominación y su aceptación es comunicada a la parte que no hizo la reserva. Esta comunicación debe revestir la misma forma que el
contrato, y ser efectuada dentro del plazo estipulado o, en su defecto, dentro de los quince días desde su celebración.

Mientras no haya una aceptación del tercero, el contrato produce efectos entre las partes.

Esta norma regula el contrato para persona a designar, también llamado contrato en comisión. Este es un contrato por el cual una de
las partes manifiesta que, si bien celebra el contrato a nombre propio, se propone transferir a un tercero los derechos y obligaciones
derivadas del contrato.

Esta práctica es habitual cuando se quiere dejar oculto el nombre del verdadero comprador de un bien, que por cualquier motivo no
quiere aparecer como tal. Nuestra ley no obliga a la parte contratante a revelar el nombre de la persona finalmente designada para
ocupar su lugar.

Para que esta cláusula pueda hacerse valer y produzca todos sus efectos es preciso que:

1. Haya sido pactada en el contrato;


2. La transferencia se haya hecho antes del plazo fijado en el contrato o, si nada se ha establecido, en el plazo de quince días,
contados desde la fecha de la celebración del contrato;
3. La comunicación que debe hacerse al contratante que no se ha reservado la facultad de designar otra persona sea hecha con la
misma formalidad que la exigida en el contrato celebrado;
4. No se trate de un contrato que no pueda ser celebrado por medio de representante;
5. No se trate de un contrato en el que la determinación de los sujetos sea indispensable.

CONTRATO POR CUENTA DE QUIEN CORRESPONDA

ARTÍCULO 1030.- Contrato por cuenta de quien corresponda. El contrato celebrado por cuenta de quien corresponda queda sujeto
a las reglas de la condición suspensiva. El tercero asume la posición contractual cuando se produce el hecho que lo determina como
beneficiario del contrato.
Este es el caso de ciertos concursos musicales, en los que el premio que se da al ganador son contratos que ya han sido celebrados por
el organizador del concurso y alguna empresa discográfica. En tales contratos, la empresa discográfica asume la obligación de grabar,
producir y comercializar discos compactos con canciones de quien resulte ganador del concurso.

Se trata de un contrato sujeto a la condición de que efectivamente exista un concursante ganador, de allí que la ley prevea que está
sujeto a una condición suspensiva.

SUSPENSIÓN DEL CUMPLIMIENTO Y FUERZA MAYOR

SUSPENSIÓN DEL CUMPLIMIENTO Y FUERZA MAYOR

EXCEPCIÓN DE INCUMPLIMIENTO

26 ARTICULO 1031.- Suspensión del cumplimiento. En los contratos bilaterales, cuando las partes deben cumplir simultáneamente,
una de ellas puede suspender el cumplimiento de la prestación, hasta que la otra cumpla u ofrezca cumplir. La suspensión puede ser
deducida judicialmente como acción o como excepción. Si la prestación es a favor de varios interesados, puede suspenderse la parte
debida a cada uno hasta la ejecución completa de la contraprestación.

DEMANDADO

Un contratante tiene derecho a abstenerse de cumplir su prestación si no adviene el cumplimiento simultáneo de la prestación
correlativa.

La excepción de incumplimiento contractual es la facultad que tiene un contratante de diferir legítimamente el cumplimiento de su
propia obligación, hasta tanto la otra no cumpla la suya u ofrezca cumplirla simultáneamente, a menos que esta última sea a plazo.

La excepción no cabe cuando las obligaciones de quien reclama están sujetas a plazo. Así, por ejemplo, si el comprador cuenta con el
plazo de un año, a partir del momento de la entrega de la cosa, para pagar el saldo de precio, puede demandar esa entrega sin
necesidad de pagar el saldo.

Naturaleza jurídica

La exceptio non adimpleti contractus funciona como excepción dilatoria: demandado el cumplimiento, la otra parte puede oponerse al
progreso de la acción, en tanto el actor no pruebe haber cumplido sus obligaciones.

Carga de la prueba

En el caso que se pretenda suspender el contrato con base en la suspensión de cumplimiento contractual si acciona debe probar.

Pero si se plantea como defensa, ante su invocación por el demandado, es el actor quien debe probar que ha cumplido ; alterándose la
regla de que quien invoca un hecho debe probarlos, pero por una buena razón, le resulta más simple al contratante que reclama el
cumplimiento probar que ha cumplido (hecho positivo) que al contratante reclamado probar que el primero no ha cumplido (hecho
negativo). Sin perjuicio de ello, no podemos dejar de señalar que la carga dinámica de la prueba determina que aquel quien se
encuentre en mejores condiciones de probar debe hacerlo. Así por ejemplo, resultara más sencillo y accesible probar la solvencia que
la insolvencia.

Condiciones de ejercicio

1. Que se trate de un contrato bilateral;


2. Que las obligaciones deban cumplirse simultáneamente;
3. Que el que opone la excepción suspenda el cumplimiento de sus obligaciones, de manera total o parcial.
4. El que, sin haber cumplido, demanda por cumplimiento, tiene dos posibilidades : o bien cumple en el momento de demandar o
bien ofrece cumplir simultáneamente con la otra parte.
5. Que la exceptio haya sido hecha valer de buena fe, lo que implica que no puede oponerse la exceptio en base a un
incumplimiento poco importante, pues importaría un ejercicio abusivo del derecho.

LA TUTELA PREVENTIVA
ARTICULO 1032.- Tutela preventiva. Una parte puede suspender su propio cumplimiento si sus derechos sufriesen una grave
amenaza de daño porque la otra parte ha sufrido un menoscabo significativo en su aptitud para cumplir, o en su solvencia. La
suspensión queda sin efecto cuando la otra parte cumple o da seguridades suficientes de que el cumplimiento será realizado.

ACTOR

Esta norma amplía los alcances de la excepción de incumplimiento contractual. Se refiere al supuesto de que quien debe cumplir su
obligación, por haberlo así pactado, sufre una grave amenaza de daño, el cual se configura por el hecho de que su contraparte, quien
tiene un mayor plazo para cumplir, ha visto menoscabada significativamente su aptitud para ejecutar su obligación o ha quedado
afectada su solvencia.

Quien invoque la tutela preventiva será quien debe acreditar el estado de insolvencia de la contraparte o el grave riesgo de no percibir
lo que se le debe.
27
OBLIGACIÓN DE SANEAMIENTO

DISPOSICIONES GENERALES

La obligación de saneamiento es un elemento natural de los contratos a título oneroso, y las cláusulas de reducción o restricción de las
cláusulas de saneamiento se deben interpretar restrictivamente.

SUJETOS RESPONSABLES
ARTICULO 1033.- Sujetos responsables. Están obligados al saneamiento:
a) el transmitente de bienes a título oneroso (transmisión de D reales, personales, intelectuales);
b) quien ha dividido bienes con otros (copropietario);
c) sus respectivos antecesores, si han efectuado la correspondiente transferencia a título oneroso (no reclamo al que me donó, sino al
que donó antes, al que se lo transfirió, cobró).

DISPONIBILIDAD

ARTICULO 1036.- Disponibilidad. La responsabilidad por saneamiento existe, aunque no haya sido estipulada por las partes. Estas
pueden aumentarla, disminuirla o suprimirla, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo siguiente.

No hay inconveniente alguno en aumentar la garantía; en definitiva, se le están dando más derechos al adquirente. Ejemplo de este
supuesto es el contrato de donación cuando el donante se obliga por saneamiento; en efecto, el donante, como regla, no debe esta
garantía, pues ella presupone una transmisión de dominio a título oneroso, pero nada obsta a que la asuma de manera expresa.

ARTICULO 1037.- Interpretación de la supresión y de la disminución de la responsabilidad por saneamiento. Las cláusulas de
supresión y disminución de la responsabilidad por saneamiento son de interpretación restrictiva.
ARTICULO 1038.- Casos en los que se las tiene por no convenidas. La supresión y la disminución de la responsabilidad por
saneamiento se tienen por no convenidas en los siguientes casos:
1. si el enajenante conoció, o debió conocer el peligro de evicción, o la existencia de vicios;
2. si el enajenante actúa profesionalmente en la actividad a la que corresponde la enajenación, a menos que el adquirente
también se desempeñe profesionalmente en esa actividad.}

INEFICACIA

RESPONSABILIDAD POR SANEAMIENTO


ARTICULO 1039.- Responsabilidad por saneamiento. El acreedor de la obligación de saneamiento tiene derecho a optar entre:
1. reclamar el saneamiento del título o la subsanación de los vicios;
2. reclamar un bien equivalente, si es fungible;
3. declarar la resolución del contrato, excepto en los casos previstos por los artículos 1050 y 1057.

La primera opción procura que el bien transmitido se ajuste exactamente a lo prometido, lo que permitirá tener por debidamente
cumplidas las obligaciones contractuales pactadas.

La segunda opción apunta a los bienes fungibles; esto es, aquellos bienes que reconocen la existencia de otro igual, con su misma
calidad y especie, lo que los hace intercambiables. En tal caso, si el enajenante no tenía el derecho para transmitir su propiedad a otro,
o si la cosa tuviera defectos que la hacen impropia para su destino, deberá, a pedido del acreedor, entregarle otra idéntica, sin defectos
materiales y con un título existente y legítimo.

La tercera opción es la más drástica. El acreedor puede llegar a resolver el contrato. Sin embargo, se prevén dos excepciones. La
primera, para el supuesto de evicción, la cual impide invocar esta garantía si ha transcurrido el tiempo suficiente para que el derecho
quede saneado por el transcurso del plazo de prescripción adquisitiva; la excepción se justifica en el hecho de que al tornarse
inatacable el título, desaparece todo perjuicio. La segunda, si el defecto oculto es subsanable, pues la resolución importaría un
verdadero abuso del derecho y conspiraría contra el principio de conservación del contrato.

RESPONSABILIDAD POR DAÑOS


ARTICULO 1040.- Responsabilidad por daños. El acreedor de la obligación de saneamiento también tiene derecho a la reparación
de los daños en los casos previstos en el artículo 1039, excepto:
1. si el adquirente conoció, o pudo conocer el peligro de la evicción o la existencia de vicios;
2. si el enajenante no conoció, ni pudo conocer el peligro de la evicción o la existencia de vicios;
28
3. si la transmisión fue hecha a riesgo del adquirente;
4. si la adquisición resulta de una subasta judicial o administrativa.
La exención de responsabilidad por daños prevista en los incisos a) y b) no puede invocarse por el enajenante que actúa
profesionalmente en la actividad a la que corresponde la enajenación, a menos que el adquirente también se desempeñe
profesionalmente en esa actividad.

PLURALIDAD DE BIENES
ARTICULO 1041.- Pluralidad de bienes. En los casos en que la responsabilidad por saneamiento resulta de la enajenación de
varios bienes se aplican las siguientes reglas:
1. si fueron enajenados como conjunto, es indivisible;
2. si fueron enajenados separadamente, es divisible, aunque haya habido una contraprestación única.
En su caso, rigen las disposiciones aplicables a las cosas accesorias.

ARTICULO 1042.- Pluralidad de sujetos. Quienes tienen responsabilidad por saneamiento en virtud de enajenaciones sucesivas son
obligados concurrentes. Si el bien ha sido enajenado simultáneamente por varios copropietarios, éstos sólo responden en proporción
a su cuota parte indivisa, excepto que se haya pactado su solidaridad.

"Obligaciones concurrentes son aquellas en las que varios deudores deben el mismo objeto en razón de causas diferentes"

ARTICULO 1043.- Ignorancia o error. El obligado al saneamiento no puede invocar su ignorancia o error, excepto estipulación en
contrario.

RESPONSABILIDAD POR EVICCIÓN

RESPONSABILIDAD POR EVICCIÓN

La garantía de evicción se utiliza ante una turbación del derecho.

Las obligaciones del enajenante no terminan con la entrega del bien. Quien transmite una cosa por título oneroso, está obligado a
garantizar la legitimidad del derecho que transmite; debe asegurar al adquirente que su título es bueno y que nadie podrá perturbarlo
alegando un mejor derecho. Es una consecuencia de la buena fe y de la lealtad que debe exigirse siempre a los contratantes.
ARTICULO 1044.- Contenido de la responsabilidad por evicción. La responsabilidad por evicción asegura la existencia y la
legitimidad del derecho transmitido, y se extiende a:
1. toda turbación de derecho, total o parcial, que recae sobre el bien, por causa anterior o contemporánea a la adquisición;
2. los reclamos de terceros fundados en derechos resultantes de la propiedad intelectual o industrial, excepto si el enajenante
se ajustó a especificaciones suministradas por el adquirente;
3. las turbaciones de hecho causadas por el transmitente.
ARTICULO 1045.- Exclusiones. La responsabilidad por evicción no comprende:
1. las turbaciones de hecho causadas por terceros ajenos al transmitente;
2. las turbaciones de derecho provenientes de una disposición legal;
3. la evicción resultante de un derecho de origen anterior a la transferencia, y consolidado posteriormente. Sin embargo, el
tribunal puede apartarse de esta disposición si hay un desequilibrio económico desproporcionado.
Requisitos
1. Acto a título oneroso;
2. Privación o turbación de un derecho;
3. Causa anterior o contemporánea a la adquisición del derecho.

Citación por evicción

ARTICULO 1046.- Citación por evicción. Si un tercero demanda al adquirente en un proceso del que pueda resultar la evicción de
la cosa, el garante citado a juicio debe comparecer en los términos de la ley de procedimientos. El adquirente puede seguir actuando
en el proceso.

El enajenante, citado por el adquirente, debe comparecer a juicio, en los términos de la ley de procedimientos. La intervención del
enajenante en el juicio se dirige a amparar a él mismo, a quien le interesa de manera primordial el triunfo en el pleito, cuyo resultado
desfavorable vendría a pesar sobre él.
29
Cesación de la responsabilidad
ARTICULO 1048.- Cesación de la responsabilidad. En los casos en que se promueve el proceso judicial, la responsabilidad por
evicción cesa:
1. si el adquirente no cita al garante, o lo hace después de vencido el plazo que establece la ley procesal;
2. si el garante no comparece al proceso judicial, y el adquirente, actuando de mala fe, no opone las defensas pertinentes, no
las sostiene, o no interpone o no prosigue los recursos ordinarios de que dispone contra el fallo desfavorable;
3. si el adquirente se allana a la demanda sin la conformidad del garante; o somete la cuestión a arbitraje y el laudo le es
desfavorable.
Sin embargo, la responsabilidad subsiste si el adquirente prueba que, por no haber existido oposición justa que hacer al derecho del
vencedor, la citación oportuna del garante por evicción, o la interposición o sustanciación de los recursos, eran inútiles; o que el
allanamiento o el laudo desfavorable son ajustados a derecho.

El enajenante debe ser citado a juicio por el adquirente, bajo pena de eximir de responsabilidad al primero, si no lo hiciere, o lo hiciere
vencido el plazo que establece la ley procesal. Esta citación importa una verdadera excepción dilatoria y, por tanto, se aplican las
normas procesales relativas a tales defensas. Si el enajenante no se presenta a juicio, no puede ser compelido a ello ni tampoco a
manifestar si intervendrá o no; el tercero deberá en tal caso intimar al adquirente a que conteste derechamente la demanda.

La garantía por evicción se extingue:

1. Por la omisión de la citación a juicio del enajenante;


2. Por el allanamiento a la demanda;
3. Por la omisión por parte del adquirente de defensas o recursos en el juicio que le ha promovido el tercero;
4. Por haber sometido el adquirente el pleito a árbitros.

Gastos de defensa
ARTICULO 1047.- Gastos de defensa. El garante debe pagar al adquirente los gastos que éste ha afrontado para la defensa de sus
derechos. Sin embargo, el adquirente no puede cobrarlos, ni efectuar ningún otro reclamo si:
a) no citó al garante al proceso;
b) citó al garante, y aunque éste se allanó, continuó con la defensa y fue vencido.

Consecuencias de la falta de citación

La intervención del enajenante en juicio es la única garantía de que sus derechos están bien defendidos y de que no habrá una colusión
entre actor y demandado para hacer recaer sobre él la responsabilidad.

Régimen de las acciones


ARTICULO 1049.- Régimen de las acciones. El acreedor de la responsabilidad dispone del derecho a declarar la resolución:
1. si los defectos en el título afectan el valor del bien a tal extremo que, de haberlos conocido, el adquirente no lo habría
adquirido, o su contraprestación habría sido significativamente menor;
2. si una sentencia o un laudo produce la evicción.

Prescripción adquisitiva
ARTICULO 1050.- Prescripción adquisitiva. Cuando el derecho del adquirente se sanea por el transcurso del plazo de prescripción
adquisitiva, se extingue la responsabilidad por evicción.
Supuesto de saneamiento del título que resulta de la prescripción adquisitiva operada a favor del adquirente. La misma produce la
liberación de la responsabilidad del enajenante.

VICIOS REDHIBITORIOS

RESPONSABILIDAD POR VICIOS OCULTOS Se llaman vicios redhibitorios los defectos ocultos de la cosa que existen al
tiempo de la adquisición y cuya importancia es tal que de haberlos conocido el adquirente no la habría adquirido o habría dado menos
por ella. Todo el que transfiere el dominio de una cosa a otra persona por título oneroso debe garantía por ellos. Es lógico que así sea,
pues cuando dos personas contratan sobre una cosa, debe entenderse que lo hacen teniendo en consideración su estado aparente y las
cualidades que normalmente tienen las cosas de esa especie y calidad. Si luego resulta que tenían un vicio o defecto oculto, la lealtad
que debe presidir las relaciones contractuales obliga al enajenante a apresurarse a ofrecer al adquirente la rescisión del contrato o la
indemnización del perjuicio. Y si no lo hace, la ley le da al adquirente las acciones tendientes a lograr ese resultado. No se trata de un
recurso contra la mala fe del enajenante, que conocía los defectos ocultos de la cosa y los calló al adquirente; contra ese evento está ya
amparado éste por la acción de nulidad y daños derivados del dolo. Se trata de una garantía que la ley reconoce a todo adquirente a
30
título oneroso para ponerlo a cubierto de sorpresas desagradables y para brindar una mayor seguridad en los negocios jurídicos. Por
ello esa garantía es debida inclusive por el enajenante de buena fe, que desconocía los vicios. Es un caso de responsabilidad objetiva.
Mientras la evicción compromete el derecho mismo que se ha transmitido, aquí sólo está en juego la integridad económica y práctica
de la cosa.

Contenido de la responsabilidad por vicios ocultos


ARTICULO 1051.- Contenido de la responsabilidad por vicios ocultos. La responsabilidad por defectos ocultos se extiende a:
1. los defectos no comprendidos en las exclusiones del artículo 1053;
2. los vicios redhibitorios, considerándose tales los defectos que hacen a la cosa impropia para su destino por razones
estructurales o funcionales, o disminuyen su utilidad a tal extremo que, de haberlos conocido, el adquirente no la habría
adquirido, o su contraprestación hubiese sido significativamente menor.

Para que exista vicio redhibitorio capaz de dar origen a la responsabilidad del enajenante es necesario que el vicio sea oculto,
importante y anterior a la enajenación.

1. Vicio oculto: Los vicios aparentes no dan origen a ninguna responsabilidad del enajenante. Como principio puede afirmarse
que no son ocultos aquellos defectos que podrían descubrirse mediante un examen atento y cuidadoso de la cosa, practicado
en la forma usual para ese negocio y para esa mercadería, sin que sea necesario que el adquirente se haga asesorar por un
experto.
2. Debe ser importante: Debe tratarse de defectos que hagan que la cosa resulte impropia para su destino. La gravedad del
vicio se vincula, sobre todo, con las acciones que la ley pone a disposición del adquirente: si fuera tan importante que la
cosa resultare impropia para su destino o indudable que el adquirente de haberlo conocido no la habría adquirido,
tiene a su disposición la acción redhibitoria, por la cual puede obtener la resolución del contrato (art. 1056). En cambio,
si el defecto es subsanable, en principio sólo puede exigir la subsanación y la reparación de los daños sufridos ; sin
embargo, si el enajenante no lo subsana, renace el derecho del adquirente a resolver el contrato (art. 1057).
3. Debe existir al tiempo de la adquisición: Sólo los vicios que existían al tiempo de la adquisición de la cosa —al momento
de la tradición— pueden dar fundamento a una queja del adquirente (art. 1053, inc. b); los posteriores al momento de la
tradición no son imputables al enajenante y deben atribuirse a la acción del tiempo o a culpa del adquirente. Bien entendido
que basta que ellos se encuentren en germen en aquel momento, aunque todavía no se hayan manifestado. Así por ejemplo, la
aparición de una mancha de humedad con posterioridad a la entrega de la cosa da lugar a la acción redhibitoria si ella es
ocasionada por un defecto de la cañería existente al tiempo de la entrega.

Exclusiones
ARTICULO 1053.- Exclusiones. La responsabilidad por defectos ocultos no comprende:
1. los defectos del bien que el adquirente conoció, o debió haber conocido mediante un examen adecuado a las circunstancias
del caso al momento de la adquisición, excepto que haya hecho reserva expresa respecto de aquéllos. Si reviste
características especiales de complejidad, y la posibilidad de conocer el defecto requiere cierta preparación científica o
técnica, para determinar esa posibilidad se aplican los usos del lugar de entrega;
2. los defectos del bien que no existían al tiempo de la adquisición. La prueba de su existencia incumbe al adquirente, excepto
si el transmitente actúa profesionalmente en la actividad a la que corresponde la transmisión.

Incumbe al adquirente, como regla, probar que el vicio existía al tiempo de la adquisición y, no probándolo, se juzga que sobrevino
después. Pero debe recordarse que en materia de prueba también puede recurrirse a las presunciones e indicios. Por ello, bastará con
que de las circunstancias del caso y de la naturaleza del defecto resulte indudable o muy probable que el vicio ya existía en ese
momento. La prueba pericial tendrá ordinariamente un valor decisivo cuando la fecha de aparición del defecto no ha podido ser
categóricamente establecida por otros medios como pueden ser testigos, informes de las oficinas técnicas estatales, etcétera.

La norma citada prevé una excepción: la prueba de que el vicio es posterior a la tradición incumbirá al enajenante cuando éste actúe
profesionalmente en la actividad a la que corresponde la enajenación. Con razón, se hace recaer en el experto la carga de la prueba.

Acción redhibitoria; efectos entre las partes y respecto de terceros Esta acción está destinada a dejar sin efecto el contrato. El
adquirente pondrá a disposición del enajenante el bien y reclamará la restitución de la contraprestación dada.

Acción por subsanación del defecto Se trata de una acción por cumplimiento de contrato, consecuencia inevitable del principio
general según el cual el acreedor tiene siempre el derecho a reclamar del deudor el exacto cumplimiento de su obligación . Dentro de
esta posibilidad debe incluirse no sólo la subsanación, sino también el derecho del adquirente a exigir una prestación sustitutiva si se
trata de un bien fungible (art. 1039, inc. b)
31
Venta en subasta El dueño de la cosa vendida en remate judicial o administrativo no responde por los vicios redhibitorios . Desde
luego, debe tratarse de ventas forzosas, emanadas de una decisión judicial o administrativa.

Causales de cesación de la garantía


No deberá el enajenante la garantía por vicios redhibitorios:
1. Si así se hubiera estipulado en el contrato, aunque dicha estipulación deberá ser interpretada con carácter restrictivo;
2. Si el adquirente conocía el vicio o si debía conocerlo mediante un examen adecuado a las circunstancias del caso al momento
de la adquisición. Especial valor tendrá la profesión u oficio del adquirente.

La cuestión de si el vicio era de tal naturaleza que debía ser conocido por el adquirente es materia que queda sometida a la libre
apreciación judicial.

Supuesto de ampliación convencional de la garantía

Se considera que un defecto es vicio redhibitorio:

1. Si lo estipulan las partes con referencia a ciertos defectos específicos, aunque el adquirente debiera haberlos conocido ;
2. Si el enajenante garantiza la inexistencia de defectos, o cierta calidad de la cosa transmitida (por ejemplo, el cumplimiento de
las normas ISO), aunque el adquirente debiera haber conocido el defecto o la falta de calidad;
3. Si el que interviene en la fabricación o en la comercialización de la cosa otorga garantías especiales .

Caducidad y prescripción de las acciones


ARTICULO 1054.- Ejercicio de la responsabilidad por defectos ocultos. El adquirente tiene la carga de denunciar expresamente la
existencia del defecto oculto al garante dentro de los sesenta días de haberse manifestado. Si el defecto se manifiesta gradualmente,
el plazo se cuenta desde que el adquirente pudo advertirlo. El incumplimiento de esta carga extingue la responsabilidad por defectos
ocultos, excepto que el enajenante haya conocido o debido conocer, la existencia de los defectos.
ARTICULO 1055.- Caducidad de la garantía por defectos ocultos. La responsabilidad por defectos ocultos caduca:
1. si la cosa es inmueble, cuando transcurren tres años desde que la recibió;
2. si la cosa es mueble, cuando transcurren seis meses desde que la recibió o puso en funcionamiento.
Estos plazos pueden ser aumentados convencionalmente.
La prescripción de la acción está sujeta a lo dispuesto en el Libro Sexto.

A partir de la entrega del bien, o de su puesta en funcionamiento cuando ello corresponda, comienza a correr el plazo de caducidad . Si
durante ese tiempo se revela el defecto oculto (debemos insistir en que si transcurre el plazo de tres años o de seis meses ya vistos se
extingue la posibilidad de reclamar por tales vicios ocultos), el adquirente tiene un reducido plazo de sesenta días (excepto que el
enajenante haya conocido o debido conocer la existencia del defecto) para poder denunciar al enajenante el vicio oculto que ha
aparecido, y vencido ese plazo sin haber hecho la comunicación, también se extingue el derecho.

ARTICULO 2564.- Plazo de prescripción de un año. Prescriben al año: a) el reclamo por vicios redhibitorios;

Hecha la denuncia, comienza a correr el plazo de prescripción de un año para iniciar la acción judicial, redhibitoria o por subsanación
del defecto oculto.

Pérdida de la cosa
ARTICULO 1058.- Pérdida o deterioro de la cosa. Si la cosa perece total o parcialmente a causa de sus defectos, el garante soporta
su pérdida.

Puede ocurrir que la cosa defectuosa se pierda en poder del adquirente; los efectos de tal evento varían según las siguientes hipótesis:

1. Si la cosa se pierde, total o parcialmente, como consecuencia del vicio, el enajenante soporta su pérdida (art. 1058), lo que
implica que deberá restituir lo recibido, conservando el derecho a reclamar la cosa por él dada, en el estado en que se
encuentra, si se ha perdido de manera parcial.
2. Si la cosa se pierde por caso fortuito o por culpa del adquirente, se aplican las normas generales de que las cosas perecen para
su dueño, sin importar la existencia del vicio redhibitorio, que, en definitiva, no incidió en la pérdida.

SEÑAL

32 Art. 1059 Disposiciones generales. La entrega de señal o arras se interpreta como confirmatoria del acto, excepto que las partes
convengan la facultad de arrepentirse; en tal caso, quien entregó la señal la pierde en beneficio de la otra, y quien la recibió, debe
restituirla doblada.

Art. 1060 Modalidad. Como señal o arras pueden entregarse dinero o cosas muebles. Si es de la misma especie que lo que debe darse
por el contrato, la señal se tiene como parte de la prestación si el contrato se cumple; pero no si ella es de diferente especie o si la
obligación es de hacer o no hacer.

INTERPRETACIÓN DE LOS CONTRATOS

INTERPRETACIÓN DEL CONTRATO Lo que se interpreta es la voluntad de los contratantes, al tiempo de celebrar el contrato.
Pero, para conocer cuál es la voluntad de los contratantes, se han desarrollado diferentes teorías.
TEORÍA DE LA VOLUNTAD REAL Se afirma que en la interpretación de los contratos debe procurarse desentrañar o determinar
lo verdaderamente querido por las partes, esto es, aquello que cada uno entendió que eran los derechos y obligaciones nacidos del
vínculo contractual.
Lo primero que debe señalarse es que aquello “verdaderamente” querido por los contratantes, en la medida que no sea expresado,
resulta inaccesible a terceros, con la consiguiente inseguridad jurídica que se provoca.

TEORÍA DE LA DECLARACIÓN DE LA VOLUNTAD Lo importante es lo que las partes han expresado al momento de
contratar. La voluntad y su expresión conforman un todo inescindible, de tal manera que no puede concebirse una sin la otra. A su vez,
en los supuestos de dolo y violencia, la voluntad está viciada, ya sea por el engaño sufrido, ya sea por la compulsión padecida.

TEORÍAS ECLÉCTICAS Se han desarrollado otras teorías, llamada eclécticas o intermedias, en tanto toman elementos de las
desarrolladas en los puntos anteriores, procurando combinar la necesidad de respetar la real intención de las partes creadoras del acto,
con la seguridad y confianza que deben prevalecer en las relaciones humanas para que pueda hablarse de un verdadero orden jurídico.

LA SITUACIÓN EN LA LEGISLACIÓN ARGENTINA Siempre se exige que la voluntad sea declarada y que, en definitiva, sea
reconocible por la contraparte. En nuestra legislación existe una preponderancia de la teoría de la voluntad declarada.

El acto jurídico debe ser interpretado de acuerdo con lo que se haya expresado en él y según el principio de la buena fe . En otras
palabras, respetar lo manifestado en concordancia con la buena fe que cabe exigir a ambos contratantes.

REGLAS DE INTERPRETACIÓN

Las reglas tienen particular importancia para los jueces quienes tendrán la responsabilidad de resolver el conflicto planteado, conforme
a ellas. Pero también, estas reglas tienen como destinatario a las mismas partes contratantes, y a los terceros que puedan ser
beneficiados por el contrato y a aquéllos otros a los cuales el contrato les impone una obligación.

La intención común

ARTICULO 1061.- Intención común. El contrato debe interpretarse conforme a la intención común de las partes y al principio de la
buena fe.
La intención común de las partes presume la libertad contractual, es decir, la facultad que ellas tienen de determinar el contenido del
contrato. La norma pone de relieve la importancia de desentrañar esa intención común, que es más que la intención individual de cada
contratante.

La interpretación restrictiva

ARTICULO 1062.- Interpretación restrictiva. Cuando por disposición legal o convencional se establece expresamente una
interpretación restrictiva, debe estarse a la literalidad de los términos utilizados al manifestar la voluntad. Este artículo no es
aplicable a las obligaciones del predisponente y del proveedor en los contratos por adhesión y en los de consumo, respectivamente.

Normalmente, esta interpretación se fija en el propio contrato; sin embargo, no existe problema en que ella se asiente en uno nuevo.
Pero, en este caso, el nuevo contrato, éste no puede afectar los derechos adquiridos por los terceros como consecuencia del primero.

33 Esta disposición no es aplicable a las obligaciones del predisponente y del proveedor en los contratos por adhesión y en los de
consumo, respectivamente; ello en consideración a la protección que debe darse a adherentes y consumidores.

La interpretación gramatical
ARTICULO 1063.- Significado de las palabras. Las palabras empleadas en el contrato deben entenderse en el sentido que les da el
uso general, excepto que tengan un significado específico que surja de la ley, del acuerdo de las partes o de los usos y prácticas del
lugar de celebración conforme con los criterios dispuestos para la integración del contrato.
Se aplican iguales reglas a las conductas, signos y expresiones no verbales con los que el consentimiento se manifiesta.

Este punto hace una aplicación expresa de la lealtad, que es un concepto integrante del principio general de la buena fe. Es esencial
hablar claro; quien no lo hace debe cargar con las consecuencias.

Por el valor que tienen las palabras usadas, es que cuando el convenio es claro y preciso no puede ser modificado por interpretaciones
sobre la base del espíritu de las cláusulas, intención presunta de las partes o las finalidades perseguidas, pues las palabras se
corresponden en sí mismas con la realidad que designan y, además, por regla general, traducen con fidelidad el pensamiento.

Pero, desde luego, si el contrato se refiriera a un tema técnico y ambas partes fueran idóneas en él, deberá entenderse que las palabras
usadas han sido tomadas en el sentido propio con que se las utiliza en esa especialidad; lo mismo sucede cuando la propia ley, el
acuerdo de las partes o los usos y prácticas del lugar de celebración, atribuyen a las palabras un significado específico

La interpretación contextual o sistemática

ARTICULO 1064.- Interpretación contextual. Las cláusulas del contrato se interpretan las unas por medio de las otras, y
atribuyéndoles el sentido apropiado al conjunto del acto.

El contrato es un todo inescindible e indivisible. La pretensión de hacer prevalecer una palabra o frase aislada, que no guarda
coherencia con el resto del contrato, altera su sentido y espíritu que es uno solo, y constituiría una clara arbitrariedad, violatoria a su
vez del principio general de la buena fe. Las partes no pueden ampararse en cláusulas que las favorecen y desechar las perjudiciales.

Debe señalarse, sin embargo, que esta interpretación sistemática no es aplicable a los contratos con cláusulas predispuestas, porque el
grueso de contrato, al estar pre-redactado, responde al querer de uno solo de los contratantes. Por ello, estos casos, prevalece la
cláusula especial sobre lo predispuesto.

Fuentes de interpretación
ARTICULO 1065.- Fuentes de interpretación. Cuando el significado de las palabras interpretado contextualmente no es suficiente,
se deben tomar en consideración:
1. las circunstancias en que se celebró, incluyendo las negociaciones preliminares;
2. la conducta de las partes, incluso la posterior a su celebración;
3. la naturaleza y finalidad del contrato.

Las circunstancias del caso Para interpretar un contrato es necesario considerar los hechos producidos al tiempo de la celebración, la
situación existente en ese momento, que en definitiva denotan la intención de las partes a la época de contratar.

La conducta de las partes Si las partes se han comportado de determinada manera es porque así creyeron que cumplían sus
obligaciones y ejercían sus derechos conforme lo convenido. Esa conducta, muchas veces revela lo querido de manera más clara que
lo escrito en el contrato, pues traduce en hechos lo que puede resultar dudoso en la palabra. Pretender lo contrario a lo que se
interpreta del comportamiento efectuado es contrario al principio general de la buena fe que debe gobernar la relación contractual.

La conducta que verdaderamente importa y debe considerarse es aquella que perjudica al que la ha realizado . En efecto, si se
considerara la conducta que beneficia a quien la alega, las partes encontrarían una vía sencilla para torcer la recta interpretación del
contrato.

La naturaleza y finalidad del contrato Es fundamental determinar qué contrato se ha querido celebrar, calificarlo, más allá del nombre
que se le haya dado, pues la interpretación deberá ser acorde con eso querido, esto es con la finalidad tenida en cuenta por las partes.
El nombre que las partes le den al contrato es de escasa importancia. Lo que importa que el juez lo califique jurídicamente, lo que le
permitirá desentrañar su naturaleza, clasificarlo entre las categorías jurídicas existentes, determinar las normas jurídicas que han de
aplicarse, e interpretarlo correctamente.

34 El principio de la conservación del negocio


ARTICULO 1066.- Principio de conservación. Si hay duda sobre la eficacia del contrato, o de alguna de sus cláusulas, debe
interpretarse en el sentido de darles efecto. Si esto resulta de varias interpretaciones posibles, corresponde entenderlos con el
alcance más adecuado al objeto del contrato.

Resulta absurdo pensar que las partes han celebrado un negocio jurídico tendiente a que no produzca efectos, como resultaría de la
nulidad posible. Lo razonable es que han querido producir efectos jurídicos, y de allí la validez que debe presumirse. Lo mismo cabe
decir de ciertas cláusulas convenidas; sería un sinsentido pensar que han sido pactadas para no darle valor alguno.

La norma avanza también en otra dirección: si hay varias interpretaciones posibles, deberá preferirse aquélla que se adecue mejor al
objeto contractual.

El principio de coherencia o confianza, o teoría de los actos propios

ARTICULO 1067.- Protección de la confianza. La interpretación debe proteger la confianza y la lealtad que las partes se deben
recíprocamente, siendo inadmisible la contradicción con una conducta jurídicamente relevante, previa y propia del mismo sujeto.

Se trata de que la interpretación contractual tenga en cuenta la confianza que ha despertado una de las partes en la otra, con su
comportamiento, rechazando su contradicción.

La teoría de los actos propios exige no sólo que la conducta vinculante sea jurídicamente relevante; exige que ella sea eficaz . La teoría
de los actos propios no es sólo aplicable a los contratos; por el contrario, es aplicable a toda situación o relación jurídica, aunque no
sea un contrato.

Expresiones oscuras

ARTICULO 1068.- Expresiones oscuras. Cuando a pesar de las reglas contenidas en los artículos anteriores persisten las dudas, si
el contrato es a título gratuito se debe interpretar en el sentido menos gravoso para el obligado y, si es a título oneroso, en el sentido
que produzca un ajuste equitativo de los intereses de las partes.

En caso de duda, no siempre es justo favorecer al deudor. A quien debe favorecerse, en todo caso, es al débil jurídico. Muchas veces el
deudor es el contratante fuerte, como por ejemplo el locatario que no devuelve el inmueble alquilado.

Sólo en los contratos gratuitos corresponde interpretarlos a favor del deudor, esto es, a favor de su liberación o, al menos, a favor de la
menor transmisión de derechos, justamente porque nada ha recibido a cambio; en tanto en los contratos onerosos, debe prevalecer la
idea de mantener la equivalencia o reciprocidad de las prestaciones.

EXTINCIÓN DE LOS CONTRATOS

MODOS DE EXTINCIÓN DEL CONTRATO

1. Cumplimiento
2. Imposibilidad de cumplimiento
3. Nulidad
4. Caducidad y prescripción
5. Confusión
6. Transacción
7. Renuncia
8. Muerte de las partes
9. Rescisión
10. Resolución
11. Revocación

RESCISIÓN

Rescisión bilateral
35
ARTICULO 1076.- Rescisión bilateral. El contrato puede ser extinguido por rescisión bilateral. Esta extinción, excepto estipulación
en contrario, sólo produce efectos para el futuro y no afecta derechos de terceros.

La rescisión bilateral es un acuerdo de voluntades por el cual se deja sin efecto un contrato. Los efectos de la rescisión bilateral
dependen de la voluntad de las partes, aunque si nada se conviene, solamente produce efectos para el futuro.

Rescisión unilateral

ARTICULO 1077.- Extinción por declaración de una de las partes. El contrato puede ser extinguido total o parcialmente por la
declaración de una de las partes, mediante rescisión unilateral, revocación o resolución, en los casos en que el mismo contrato, o la
ley, le atribuyen esa facultad.

Esta facultad excepcional es reconocida por la ley en ciertos contratos; así, por ejemplo, en el contrato de trabajo, que puede ser
rescindido por voluntad unilateral del obrero o del patrón; en el contrato de obra el dueño puede desistir por su sola voluntad.

Esta rescisión unilateral pone término a las relaciones contractuales a partir del momento en que la voluntad se ha manifestado ; pero
no afecta los efectos anteriores del contrato, es decir, no tiene retroactividad, salvo pacto en contrario.

Rescisión unilateral y sin causa del contrato

En los contratos de duración se puede rescindir unilateralmente y sin causa el contrato.

ARTICULO 1011.- Contratos de larga duración. La parte que decide la rescisión debe dar a la otra la oportunidad razonable de
renegociar de buena fe, sin incurrir en ejercicio abusivo de los derechos.

En la medida en que la facultad de rescindir el contrato esté prevista en el contrato, eso puede suceder. Este tipo de cláusulas son
válidas. En los contratos de larga duración, aunque no se haya estipulado esa cláusula, también se considera que la facultad de
rescindir el contrato es una clausula implícita aun si no estuviera prevista.

La facultad de rescindir un contrato de larga duración se tiene que ejercer de manera regular, es decir no abusiva. El preaviso de
rescindir debe darse con un plazo razonable, normalmente un mes de antelación por cada año de relación con el límite máximo de 6
meses. Si no se otorga el preaviso nace el deber de indemnizar los daños y perjuicios que surgen como consecuencia de terminar el
contrato. La indemnización consiste en un reparación plena o integral.

REVOCACIÓN

ARTICULO 1077.- Extinción por declaración de una de las partes. El contrato puede ser extinguido total o parcialmente por la
declaración de una de las partes, mediante rescisión unilateral, revocación o resolución, en los casos en que el mismo contrato, o la
ley, le atribuyen esa facultad.

En su significado estricto, la idea de revocación está unida a la de liberalidad: se revoca una donación, un testamento. Importa un acto
de voluntad por el cual se deja sin efecto la liberalidad. La revocación exige una causa jurídica que la justifique; así, por ejemplo, será
necesario que medie ingratitud del donatario o incumplimiento por éste de los cargos que le fueron impuestos.
La revocación produce efectos solo para el futuro.

RESOLUCIÓN

Supone la extinción del contrato por virtud de un hecho posterior a la celebración, hecho que a veces es imputable a la otra parte
(como es, por ejemplo, el incumplimiento) o que puede ser extraño a la voluntad de ambos (como ocurre en ciertos supuestos de
condiciones resolutorias).

La resolución deja sin efecto el contrato entre las partes, de manera retroactiva; su consecuencia es volver las cosas al estado en que se
encontraban antes de la celebración del contrato. En este punto, sus efectos son semejantes a los de nulidad; pero se diferencia
claramente de ésta en que el hecho que provoca la resolución es siempre posterior al contrato, en tanto que el que da lugar a la nulidad,
debe ser anterior o concomitante con la celebración.

36 Respecto de los terceros, deberá diferenciarse según si se trata de adquirentes a título oneroso o gratuito, y si son de buena o mala fe.
La norma protege solo el derecho adquirido a título oneroso por terceros de buena fe.

PACTO COMISORIO

El pacto comisorio es la facultad de una de las partes de un contrato para resolverlo cuando la otra no cumpla con las obligaciones a su
cargo; es la cláusula expresamente pactada, o implícita en todo contrato bilateral, en virtud del cual el cumplidor tiene opción para
extinguirlo por medio de una declaración unilateral de voluntad.

ARTICULO 1083.- Resolución total o parcial. Una parte tiene la facultad de resolver total o parcialmente el contrato si la otra
parte lo incumple. Pero los derechos de declarar la resolución total o la resolución parcial son excluyentes, por lo cual, habiendo
optado por uno de ellos, no puede ejercer luego el otro. Si el deudor ha ejecutado una prestación parcial, el acreedor sólo puede
resolver íntegramente el contrato si no tiene ningún interés en la prestación parcial.

Configuración del incumplimiento

No cualquier incumplimiento da la posibilidad de resolver el contrato, sino que el incumplimiento debe ser grave. El incumplimiento
debe ser esencial en atención a la finalidad del contrato. Se considera que es esencial cuando:

1. El cumplimiento estricto de la prestación es fundamental dentro del contexto del contrato;


2. El cumplimiento en tiempo de la prestación es condición del mantenimiento del interés del acreedor;
3. El incumplimiento priva a la parte perjudicada de lo que sustancialmente tiene derecho a esperar;
4. El incumplimiento es intencional;
5. El incumplimiento ha sido anunciado por una manifestación seria y definitiva del deudor al acreedor.

El pacto comisorio puede ser:

1. Pacto comisorio expreso: Las partes pueden pactar expresamente que la resolución se produzca en caso de incumplimientos
genéricos o específicos debidamente identificados. En este supuesto, la resolución surte efectos a partir que la parte
interesada comunica a la incumplidora en forma fehaciente su voluntad de resolver.
2. Pacto comisorio tácito: La resolución por cláusula resolutoria implícita exige:
1. un incumplimiento esencial;
2. que el deudor esté en mora;
3. que el acreedor emplace al deudor, bajo apercibimiento expreso de la resolución total o parcial del contrato, a que
cumpla en un plazo no menor de quince días, excepto que de los usos, o de la índole de la prestación, resulte la
procedencia de uno menor. La resolución se produce de pleno derecho al vencimiento de dicho plazo. Dicho
requerimiento no es necesario si ha vencido un plazo esencial para el cumplimiento, si la parte incumplidora ha
manifestado su decisión de no cumplir, o si el cumplimiento resulta imposible. En tales casos, la resolución total o
parcial del contrato se produce cuando el acreedor la declara y la comunicación es recibida por la otra parte.

CUESTIONES COMUNES A LA EXTINCIÓN DEL CONTRATO POR DECLARACIÓN DE UNA DE LAS PARTES

1. Para extinguir de manera unilateral el contrato es necesario comunicar la decisión a la otra parte.
2. La extinción del contrato puede declararse extrajudicialmente o demandarse ante un juez.
3. La otra parte puede oponerse a la extinción del contrato si, al tiempo de la declaración, el declarante no ha cumplido, o no
está en situación de cumplir, la prestación que debía realizar para poder ejercer la facultad de extinguir el contrato.
4. La extinción del contrato no queda afectada por la imposibilidad de restituir que tenga la parte que no la declaró.
5. La parte que tiene derecho a extinguir el contrato puede optar por requerir su cumplimiento y la reparación de daños. Esta
demanda no impide deducir ulteriormente una pretensión extintiva. Esta facultad de modificar la pretensión, llamada ius
variandi, no puede ser usada en sentido inverso; esto es, quien requirió la extinción del contrato, no puede luego pretender su
cumplimiento.
6. La comunicación de la declaración extintiva del contrato produce su extinción de pleno derecho, y posteriormente no puede
exigirse el cumplimiento ni subsiste el derecho de cumplir.
7. La demanda ante un tribunal por extinción del contrato impide deducir ulteriormente una pretensión de cumplimiento.
8. La extinción del contrato deja subsistentes las estipulaciones referidas a las restituciones, a la reparación de daños, a la
solución de las controversias y a cualquiera otra que regule los derechos y obligaciones de las partes tras la extinción.

FRUSTRACIÓN DE LA FINALIDAD
37
ARTICULO 1090.- Frustración de la finalidad. La frustración definitiva de la finalidad del contrato autoriza a la parte perjudicada
a declarar su resolución, si tiene su causa en una alteración de carácter extraordinario de las circunstancias existentes al tiempo de
su celebración, ajena a las partes y que supera el riesgo asumido por la que es afectada. La resolución es operativa cuando esta
parte comunica su declaración extintiva a la otra. Si la frustración de la finalidad es temporaria, hay derecho a resolución sólo si se
impide el cumplimiento oportuno de una obligación cuyo tiempo de ejecución es esencial.

Cuando la finalidad tenida en cuenta por los contratantes se ha frustrado parece razonable admitir la resolución del contrato. Claro está
que para que ello ocurra es imprescindible que la finalidad, como ya se ha dicho, haya sido expresada, o haya sido conocida por la otra
parte, pues el motivo determinante que cada parte tuvo al celebrar el contrato recién se vuelve común cuando se lo expresa.

El punto central es que se trate de un contrato de ejecución diferida, que el tiempo influya en la ejecución del contrato. A partir de esta
premisa, la finalidad de cualquier contrato puede quedar frustrada, incluso uno gratuito. Es el caso, por ejemplo, del contrato de renta
vitalicia gratuita contratada para beneficiar a quien padece una situación de indigencia; pues bien, si con posterioridad a la celebración
del contrato y por razones ajenas a la voluntad de las partes, cesa tal estado de indigencia, parece lógico admitir que puede ser resuelto
el contrato, toda vez que ha desaparecido el motivo impulsor del beneficio otorgado.

TEORÍA DE LA IMPREVISIÓN

ARTICULO 1091.- Imprevisión. Si en un contrato conmutativo de ejecución diferida o permanente, la prestación a cargo de una de
las partes se torna excesivamente onerosa, por una alteración extraordinaria de las circunstancias existentes al tiempo de su
celebración, sobrevenida por causas ajenas a las partes y al riesgo asumido por la que es afectada, ésta tiene derecho a plantear
extrajudicialmente, o pedir ante un juez, por acción o como excepción, la resolución total o parcial del contrato, o su adecuación.
Igual regla se aplica al tercero a quien le han sido conferidos derechos, o asignadas obligaciones, resultantes del contrato; y al
contrato aleatorio si la prestación se torna excesivamente onerosa por causas extrañas a su álea propia.

Muchas veces, después de celebrado un contrato se produce una alteración profunda en las circunstancias (principalmente las de orden
económico) existentes en el momento de la celebración. Como ejemplos notables pueden citarse una guerra, una profunda e
imprevisible crisis, etcétera. Los precios de las mercaderías prometidas varían sustancialmente, la crisis de la mano de obra
subsecuente a una movilización hace dificultosísima la producción o fabricación, etcétera. No es totalmente imposible cumplir, pero el
cumplimiento se hace sumamente gravoso y quizás origine la ruina del deudor. Es de toda evidencia la justicia de reajustar las
cláusulas del contrato y, en ciertos casos, de considerarlo insubsistente. Es esto lo que en derecho moderno se llama teoría de la
imprevisión.

En el derecho moderno, la teoría de la imprevisión tiene una aceptación cada vez más amplia. Las profundas alteraciones provocadas
en la economía mundial por las grandes guerras del siglo XX y el fenómeno de la inflación, que en algunos países ha tenido caracteres
agudísimos, no podían dejar impasibles a legisladores y jueces. Así, por ejemplo, en Alemania, después de la crisis sobreviniente a la
derrota en la segunda guerra mundial, los jueces fueron autorizados a revisar todos los contratos de tracto sucesivo y reducir las
obligaciones del deudor al límite indicado por la buena fe. Los jueces quedaron así convertidos en árbitros de las obligaciones
contractuales. Naturalmente, esta solución sólo es admisible en épocas de un verdadero derrumbe de la economía; pero sin llegar a
tales extremos, pueden producirse cambios profundos que hagan justa la intervención judicial para reducir las prestaciones que, en
razón de las nuevas circunstancias, resulten a todas luces excesivas. La teoría de la imprevisión ha sido acogida expresamente por el
Código italiano (arts. 1467 y sigs.), el Código peruano (arts. 1440 y sigs.), el Código brasileño (art. 478), por la jurisprudencia
alemana, etcétera.
Es necesario, además, tener presente que no basta un cambio de las circunstancias, sino que ese cambio sea, en su existencia misma o
en su intensidad, imprevisible. Así, por ejemplo, si durante un período de inflación, uno de los contratantes asume obligaciones que en
el momento de cumplir le resultan más onerosas de lo que eran cuando contrató, no podrá eximirse de sus compromisos si la inflación
siguió su curso normal y previsible.

CONTRATOS CONEXOS

Los “contratos conexos” surgen en el marco de una diversidad de acuerdos contractuales que se encuentran unidos por un propósito
compartido y previamente definido hacia el cual convergen todos los lazos. Esto implica que existe una conexión indivisible, mediante
la cual, aunque cada contrato parece tener independencia en apariencia, en realidad, se origina o se establece teniendo en mente otro
contrato generalmente realizado al mismo tiempo, con el objetivo de simplificar su realización. En los contratos conexos o redes
38 contractuales no hay contrato principal y contrato accesorio.

ARTÍCULO 1073.- Definición. Hay conexidad cuando dos o más contratos autónomos se hallan vinculados entre sí por una
finalidad económica común previamente establecida, de modo que uno de ellos ha sido determinante del otro para el logro del
resultado perseguido. Esta finalidad puede ser establecida por la ley, expresamente pactada, o derivada de la interpretación,
conforme con lo que se dispone en el artículo 1074.

Un ejemplo ilustrativo de esta situación es cuando se celebra un contrato de compraventa que se ve favorecido por un préstamo de
dinero o mutuo que posibilita la realización de dicha adquisición. Esta situación es también muy común en el marco del derecho del
consumidor, y se aprecia en distintas situaciones cotidianas, como por ejemplo en el caso de la medicina prepaga o en los contratos de
turismo.

ELEMENTOS

Para que existan contratos conexos se requiera la presencia de los siguientes elementos:

1. Pluralidad de contratos autónomos: la instrumentación es sucesiva o casi simultánea, así, por ejemplo, se firma el contrato
de compraventa e inmediatamente después el mutuo.
2. Finalidad económica común: cada uno de los contratos presenta un objetivo concretamente identificable y hasta
aparentemente autónomo, sin embargo, existe un motivo diferente al de cada negocio individual, que lleva a las partes a
buscar una interrelación o establecer un sistema o red para alcanzar un único y diferente objetivo al de cada negocio
individual.

INTERPRETACIÓN

ARTÍCULO 1074.- Interpretación. Los contratos conexos deben ser interpretados los unos por medio de los otros, atribuyéndoles el
sentido apropiado que surge del grupo de contratos, su función económica y el resultado perseguido.

Los contratos conexos deben ser interpretados considerando la relación existente entre unos y otros. Para llevar a cabo esta
interpretación, se debe considerar el conjunto de contratos involucrados, así como su función económica y el objetivo final que se
busca alcanzar mediante estos acuerdos interrelacionados. En otras palabras, se debe analizar cómo los contratos interactúan entre sí,
cuál es su rol económico conjunto y cuál es el resultado global que se intenta lograr.

La idea detrás de este artículo es asegurar que los contratos conexos se interpreten de manera coherente y en consonancia con su
propósito conjunto, evitando interpretaciones aisladas que podrían no reflejar adecuadamente la relación y la finalidad global de estos
acuerdos interrelacionados.

Así, por ejemplo, en el caso de la compraventa y el mutuo, no se puede prescindir de la interpretación de uno respecto del otro. Porque
el fin del mutuo es permitir la compraventa, y la fuente de la compraventa deriva del mutuo.

EFECTOS

ARTÍCULO 1075.- Efectos. Según las circunstancias, probada la conexidad, un contratante puede oponer las excepciones de
incumplimiento total, parcial o defectuoso, aún frente a la inejecución de obligaciones ajenas a su contrato. Atendiendo al principio
de la conservación, la misma regla se aplica cuando la extinción de uno de los contratos produce la frustración de la finalidad
económica común.

La conexidad entre contratos se refiere a la relación entre dos o más contratos que están vinculados por una finalidad económica
común o por otras circunstancias que los hacen interdependientes, tal como se explicó anteriormente. Entonces, probada que fuere la
conexidad, esta norma establece que, si una de las partes ha incumplido total, parcial o defectuosamente sus obligaciones en uno de los
contratos, esa parte puede oponer excepciones similares en otro contrato conectado, incluso si las obligaciones incumplidas son ajenas
al contrato en el que se alega el incumplimiento.

El artículo también hace referencia al “principio de la conservación”, lo que significa que se busca preservar y mantener la finalidad
económica común que está en la base de la conexión entre los contratos. Si la extinción de uno de los contratos conduce a la
frustración de la finalidad económica común de los contratos conexos, este artículo permite que se tomen medidas para abordar esta
situación.
39
Por ejemplo, supongamos que Ana está comprando una casa con la ayuda de un préstamo hipotecario proporcionado por un banco. En
este caso, hay un contrato relevante que es el contrato de préstamo hipotecario entre Ana y el banco. Sin embargo, la compra de la
casa también involucra un contrato separado entre Ana y el vendedor de la casa, en el que se acuerdan los términos de la venta,
incluido el precio de compra y la fecha de cierre. En este escenario, el artículo 1075 podría aplicarse si:

 Incumplimiento del vendedor: El vendedor incumple su parte del contrato de venta de la casa, por ejemplo, al no entregar la
propiedad en la fecha acordada.
 Impacto en el préstamo hipotecario: Este incumplimiento del vendedor puede afectar directamente el contrato de préstamo
hipotecario de Ana. El banco ha aprobado el préstamo basándose en la compra de la casa.

En este caso, el artículo 1075 podría aplicarse para permitir que Ana, la compradora, oponga una excepción de incumplimiento del
vendedor en el contrato de préstamo hipotecario. Esto sería relevante si la extinción (frustración) del contrato de compra de la casa
conduce a la imposibilidad de cumplir con el contrato de préstamo hipotecario.

SUBCONTRATO

CONCEPTO

ARTÍCULO 1069.- Definición. El subcontrato es un nuevo contrato mediante el cual el subcontratante crea a favor del
subcontratado una nueva posición contractual derivada de la que aquél tiene en el contrato principal.

El subcontrato es un nuevo contrato derivado de otro principal. El subcontrato es derivación de un contrato principal, del que resulta
accesorio; por lo que el subcontrato subsiste y es eficaz en tanto lo sea el contrato base.

La subcontratación se encuentra expresamente tratada en:

 La locación de cosas: el locatario puede subalquilar.


 El leasing: el tomador puede arrendar el bien.
 El contrato de obra y servicios: el contratista o prestador de servicios pueda valerse de terceros para ejecutar el servicio, salvo
que hubiera sido elegido por sus cualidades personales.
 La franquicia: el franquiciado con autorización del franquiciante y el franquiciado mayorista, puedan otorgar subfranquicias.
 El contrato de agencia: se prevé la institución de subagentes por el agente que cuenta con consentimiento del empresario.
 El contrato de concesión: el concesionario puede, de contar con la autorización del concedente, designar subconcesionarios,
agentes o intermediarios de venta.

PARTES

Sus partes son:

1. El subcontratante.
2. El subcontratado.
A partir del consentimiento entre ellos alcanzado, el subcontratante crea a favor del subcontratado una nueva posición contractual.

Dado que el subcontrato es derivación de un contrato principal a partir del que se genera la relación jurídica entre subcontratante y
subcontratado, se denomina “contratante” y “subcontratante” a las partes en la relación jurídica base, y “subcontratante” y
“subcontratado” a quienes lo son en el vínculo elaborado a partir del primero.

LÍMITES A LA SUBCONTRATACIÓN

ARTÍCULO 1070.- Disposición general. En los contratos con prestaciones pendientes éstas pueden ser subcontratadas, en el todo o
en parte, a menos que se trate de obligaciones que requieren prestaciones personales.

La subcontratación puede darse siempre que existan prestaciones pendientes de cumplimiento en el contrato principal o base , las que
pueden ser objeto de un contrato derivado que comprenda la totalidad o parte de ellas . Pero tal subcontratación no podrá tener lugar
40 cuando las obligaciones a cargo de quien sería subcontratante en el contrato derivado requirieran de prestaciones personales.

Dicho carácter personal puede surgir de la naturaleza de la prestación debida, pero puede ser también estipulado por las partes, aun
cuando pudiera considerarse que se está ante una obligación en la que la persona del deudor no resulta esencial. Así deben
considerarse los casos en los que se prohíbe la subcontratación.

ACCIONES DEL SUBCONTRATADO

ARTÍCULO 1071.- Acciones del subcontratado. El subcontratado dispone:

1. de las acciones emergentes del subcontrato, contra el subcontratante;


2. de las acciones que corresponden al subcontratante, contra la otra parte del contrato principal, en la extensión en que esté
pendiente el cumplimiento de las obligaciones de éste respecto del subcontratante. Estas acciones directas se rigen por lo
dispuesto en los artículos 736, 737 y 738.

ACCIONES EMERGENTES DEL SUBCONTRATO

El subcontratado puede ejercer contra el subcontratante las acciones surgidas del subcontrato.

ACCIONES DEL SUBCONTRATANTE CONTRA EL CONTRATANTE EN EL CONTRATO PRINCIPAL

El subcontratado tiene la posibilidad de demandar al contratante en el contrato original por vía de acción directa. La acción directa es
de carácter excepcional, y es por ello por lo que en el artículo se la enuncia expresamente; ella se puede dar en tanto exista una suerte
de encadenamiento de deudas; pues se requiere un crédito exigible del subcontratado contra el subcontratante, al que debe sumarse
una deuda correlativa exigible del tercero demandado a favor del deudor (subcontratante) de quien demanda (subcontratado), debiendo
tratarse de créditos homogéneos. Se requiere citación a juicio del deudor. El subcontratado, quien acciona contra el deudor de su
deudor por vía de la acción directa, demanda por derecho propio y en su exclusivo beneficio, por lo que no habrá de ejecutar la
integridad del crédito que el subcontratante pueda tener contra el contratante, sino en la medida de su propio crédito, que queda
embargado por la mera notificación de la demanda; el monto percibido ingresará luego directamente a su patrimonio. El contratante
original demandado podrá oponer al subcontratado tanto las defensas que tenga contra él como las que podría ejercer contra el
subcontratante. El contratante quedará liberado frente al subcontratante por el pago que dentro de este marco de acción realice al
subcontratado.

ACCIONES DEL CONTRATANTE

ARTÍCULO 1072.- Acciones de la parte que no ha celebrado el subcontrato. La parte que no ha celebrado el subcontrato mantiene
contra el subcontratante las acciones emergentes del contrato principal.

Dispone también de las que corresponden al subcontratante contra el subcontratado, y puede ejercerlas en nombre e interés propio.

El contratante en el contrato principal, quien no ha sido parte en el subcontrato, conserva las acciones emergentes del contrato del que
es parte contra el subcontratante; pero también puede accionar contra el subcontratado por lo que este adeude al subcontratante y en la
medida del crédito que ese contratante pueda invocar, dándose una situación similar a la expuesta con relación a lo regulado en el art.
1071, inc. b, CCyC lo que se desprende del enunciado de la parte final del segundo párrafo del artículo, donde se aclara que esas
acciones pueden ser ejercidas por el contratante en nombre e interés propio.

CONTRATOS DE CONSUMO

ARTÍCULO 1093.- Contrato de consumo. Contrato de consumo es el celebrado entre un consumidor o usuario final con una
persona humana o jurídica que actúe profesional u ocasionalmente o con una empresa productora de bienes o prestadora de
servicios, pública o privada, que tenga por objeto la adquisición, uso o goce de los bienes o servicios por parte de los consumidores o
usuarios, para su uso privado, familiar o social.

INTEGRADO POR DOS PARTES:

1- CONSUMIDOR
41
ARTICULO 1º —Objeto. Consumidor. Equiparación. La presente ley tiene por objeto la defensa del consumidor o usuario. Se
considera consumidor a la persona física o jurídica que adquiere o utiliza, en forma gratuita u onerosa, bienes o servicios como
destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social.

Queda equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relación de consumo como consecuencia o en ocasión de ella, adquiere
o utiliza bienes o servicios, en forma gratuita u onerosa, como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social.

PERSONAS FISICAS: que adquiere o utiliza, en forma gratuita u onerosa, bienes o servicios como destinatario final, en beneficio
propio o de su grupo familiar o social. EJEMPLO: hombre que compra comida en el super para preparar la cena de su comida. Parte
vulnerable, especial protección.

PERSONAS JURIDICAS: que adquiere o utiliza, en forma gratuita u onerosa, bienes o servicios como destinatario final, en beneficio
propio. EJEMPLO: empresa que compra artículos de librería para uso interno.

CONSUMIDOR EQUIPARADO: sujeto sin ser parte de una relación de consumo como consecuencia o en ocasión de ella, adquiere o
utiliza bienes o servicios, en forma gratuita u onerosa, como destinatario final. Tercero que esta fuera de una relación de consumo
directa. EJEMPLO: adolescente que pasea por un centro comercial sin realizar compras.

2- PROVEEDOR

ARTICULO 2º — PROVEEDOR. Es la persona física o jurídica de naturaleza pública o privada, que desarrolla de manera
profesional, aun ocasionalmente, actividades de producción, montaje, creación, construcción, transformación, importación,
concesión de marca, distribución y comercialización de bienes y servicios, destinados a consumidores o usuarios. Todo proveedor
está obligado al cumplimiento de la presente ley.

La legislación actual establece la existencia de una cadena de proveedores (sujetos) en el ámbito comercial, en la que todos asumen
una responsabilidad idéntica ante el consumidor. Actúa de manera profesional. Responsabilidad solidaria entre todos los integrantes de
esta cadena.

Existe una vinculación jurídica entre sujetos no contratantes entre sí. Determina la ruptura de uno de los principios tradicionales de la
teoría contractual clásica, “todo contrato celebrado es obligatorio para las partes y se complementa con el hecho de que el contrato
solo tiene efecto entre las partes contratantes y no lo tiene respecto a terceros”.

Abarca a todos los sujetos que ofrecen bienes y servicios en el mercado.

TODOS ESTAN IGUALMENTE OBLIGADOS FRENTE AL CONSUMIDOR, SIN PERJUICIO DE LAS ACCIONES DE
REGRESO QUE ENTRE ELLOS MANTIENEN. Los integrantes de esta cadena que quedan vinculados al consumidor son:
fabricante, importador, distribuidor, vendedor y concesionario.

SUJETOS EXCLUIDOS.

ARTICULO 2°. - No están comprendidos en esta ley los servicios de profesionales liberales que requieran para su ejercicio título
universitario y matrícula otorgada por colegios profesionales reconocidos oficialmente o autoridad facultada para ello, pero sí la
publicidad que se haga de su ofrecimiento. Ante la presentación de denuncias, que no se vincularen con la publicidad de los
servicios, presentadas por los usuarios y consumidores, la autoridad de aplicación de esta ley informará al denunciante sobre el ente
que controle la respectiva matrícula a los efectos de su tramitación.
Excluidos los profesionales liberales que requieran para su ejercicio título universitario y matricula otorgada por colegios
profesionales. Ejemplo, los abogados.

En nuestro ordenamiento jurídico la regulación legal no es única para todos los tipos de contratos, sino que se divide en un “tipo
general de contrato” que contiene disposiciones generales que aplican a muchos tipos de contratos, y “tipos especiales” que se aplican
a situaciones particulares.

El contrato de consumo es un TIPO ESPECIAL DE CONTRATO, SE DA EN EL MARCO DE UNA RELACION DE CONSUMO.


Ejemplo, el contrato de compraventa podría regirse por las disposiciones generales, pero también podría tener regulaciones específicas
según el contexto de las relaciones de consumo.

Puede ser un contrato paritario o un contrato de adhesión, pero en tanto y en cuanto en este contrato exista una parte que es
consumidora y otra que es proveedora, estamos en el marco de una relación de consumo y por ende en los contratos de consumo.

42 ARTICULO 3º — Relación de consumo. Integración normativa. Preeminencia. Relación de consumo es el vínculo jurídico entre el
proveedor y el consumidor o usuario.

Las disposiciones de esta ley se integran con las normas generales y especiales aplicables a las relaciones de consumo, en particular
la Ley Nº 25.156 de Defensa de la Competencia y la Ley Nº 22.802 de Lealtad Comercial o las que en el futuro las reemplacen. En
caso de duda sobre la interpretación de los principios que establece esta ley prevalecerá la más favorable al consumidor.

Las relaciones de consumo se rigen por el régimen establecido en esta ley y sus reglamentaciones sin perjuicio de que el proveedor,
por la actividad que desarrolle, esté alcanzado asimismo por otra normativa específica.

RELACION DE CONSUMO: vinculo jurídico entre los consumidores y los proveedores de bienes y servicios. Esta relación jurídica
no está necesariamente sostenida por un contrato.

ARTÍCULO 1094.- Interpretación y prelación normativa. Las normas que regulan las relaciones de consumo deben ser aplicadas e
interpretadas conforme con el principio de protección del consumidor y el de acceso al consumo sustentable.

En caso de duda sobre la interpretación de este Código o las leyes especiales, prevalece la más favorable al consumidor.

Principio de prelación normativa que establece un orden jerárquico de integración permitiendo que las leyes que regulan relaciones de
consumo sean integradas y subordinadas a los principios establecidos en la ley de defensa del consumidor. Reafirma el principio “in
dubio pro consumidor “, que es una regla legal que establece que, en caso de duda o ambigüedad en la interpretación de una norma,
se debe favorecer al consumidor.

ARTÍCULO 1095.- Interpretación del contrato de consumo. El contrato se interpreta en el sentido más favorable para el
consumidor. Cuando existen dudas sobre los alcances de su obligación, se adopta la que sea menos gravosa.

Cuando existe incertidumbre sobre cómo aplicar una ley o una cláusula en un contrato, se deberá optar por la interpretación que sea
más beneficiosa para el consumidor.

El principio “In dubio pro consumidor” es una regla legal que establece que, en caso de duda o ambigüedad en la interpretación de una
norma o una situación legal, se debe favorecer al consumidor. Esto significa que cuando existe incertidumbre sobre cómo aplicar una
ley o una cláusula en un contrato, se deberá optar por la interpretación que sea más beneficiosa para el consumidor.

PRACTICAS ABUSIVAS

ARTÍCULO 1096.- Ámbito de aplicación. Las normas de esta Sección y de la Sección 2a del presente Capítulo son aplicables a
todas las personas expuestas a las prácticas comerciales, determinables o no, sean consumidores o sujetos equiparados conforme a
lo dispuesto en el artículo 1092.

Esta norma establece el alcance de aplicación de las normas contenidas en el Código Civil y Comercial de la Nación relacionadas con
el Derecho del Consumidor. Estas normas alcanzan a todas las personas que se ven expuestas a prácticas comerciales, sin importar si
pueden ser determinadas o no, ya sean consideradas consumidores o sujetos equiparados según lo establecido en el Artículo 1092.

Esto implica que este artículo establece que las regulaciones y protecciones relacionadas con las prácticas comerciales se aplican a una
amplia gama de personas, tanto a aquellas que se consideran consumidores en términos tradicionales como a aquellos que, aunque no
sean técnicamente consumidores, están involucrados en prácticas comerciales y merecen cierta protección legal.

Así, por ejemplo, estas normas protegen a aquellos sujetos que adquieren bienes o servicios como consumidores, como a aquellos que
pueden ser considerados consumidores equiparados.
TRATO DIGNO

ARTÍCULO 1097.- Trato digno. Los proveedores deben garantizar condiciones de atención y trato digno a los consumidores y
usuarios. La dignidad de la persona debe ser respetada conforme a los criterios generales que surgen de los tratados de derechos
humanos. Los proveedores deben abstenerse de desplegar conductas que coloquen a los consumidores en situaciones vergonzantes,
vejatorias o intimidatorias.

Esta norma establece la obligación de los proveedores de asegurar un trato digno y respetuoso hacia los consumidores y usuarios. Esto
significa que los proveedores deben brindar condiciones de atención que respeten la dignidad de las personas, siguiendo los principios
establecidos en los tratados de derechos humanos. Además, los proveedores tienen la obligación de evitar comportamientos que
coloquen a los consumidores en situaciones humillantes, degradantes o intimidatorias.

Por ejemplo, imaginemos que María va a una tienda de ropa para comprar un vestido. El personal de la tienda la recibe con una
sonrisa y le ofrece ayuda para encontrar lo que busca. Le proporcionan información clara sobre los productos y están dispuestos a
43 responder sus preguntas. María se siente valorada y respetada como cliente, lo que refleja un trato digno por parte del proveedor.
Ahora supongamos que Juan visita un concesionario de automóviles para ver un coche en particular. El vendedor empieza a burlarse
de las preguntas de Juan y le hace comentarios despectivos sobre su capacidad de pago. Esta actitud es irrespetuosa y humillante para
Juan como consumidor, lo cual contradice el principio de trato digno establecido en el Artículo 1097.

Esta norma garantiza que los consumidores y usuarios sean tratados con respeto y dignidad por parte de los proveedores, prohibiendo
comportamientos que puedan causar vergüenza, humillación o intimidación. Esta disposición se alinea con los valores fundamentales
de los derechos humanos en las relaciones de consumo.

TRATO EQUITATIVO Y NO DISCRIMINATORIO

ARTÍCULO 1098.- Trato equitativo y no discriminatorio. Los proveedores deben dar a los consumidores un trato equitativo y no
discriminatorio. No pueden establecer diferencias basadas en pautas contrarias a la garantía constitucional de igualdad, en especial,
la de la nacionalidad de los consumidores.

Esta norma establece la obligación de los proveedores de brindar a los consumidores un trato justo y sin discriminación. Esto significa
que los proveedores no pueden tratar a los consumidores de manera desigual ni establecer diferencias injustificadas basadas en
características que vayan en contra del principio de igualdad garantizado por la Constitución.

Este artículo enfatiza que los proveedores no pueden establecer diferencias discriminatorias basadas en pautas que contradigan la
garantía de igualdad constitucional. Uno de los aspectos específicamente mencionados es la nacionalidad de los consumidores. Esto
significa que los proveedores no pueden discriminar a los consumidores en función de su nacionalidad, ya que eso sería contrario al
principio de igualdad. Esto se aplica a cualquier diferencia que se base en características que contradigan el principio de igualdad,
como la nacionalidad, raza, religión, orientación sexual u otras características protegidas.

Así, por ejemplo, imaginemos que una cadena de restaurantes ofrece un descuento del 10% en sus comidas a los ciudadanos de
Argentina, pero no ofrece el mismo descuento a los ciudadanos de países limítrofes. Esto sería una discriminación basada en la
nacionalidad de los consumidores y estaría prohibida según el Artículo 1098, ya que va en contra del principio de igualdad.

LIBERTAD DE CONTRATAR

ARTÍCULO 1099.- Libertad de contratar. Están prohibidas las prácticas que limitan la libertad de contratar del consumidor, en
especial, las que subordinan la provisión de productos o servicios a la adquisición simultánea de otros, y otras similares que
persigan el mismo objetivo.

Esta norma se refiere a la libertad de contratar del consumidor y prohíbe ciertas prácticas que restringen esta libertad.
Específicamente, prohíbe las prácticas que condicionan la provisión de productos o servicios a la compra forzada de otros productos o
servicios, así como otras prácticas similares que tengan el mismo propósito.

Esto implica que este artículo busca prevenir que los proveedores limiten la libertad de elección de los consumidores al condicionar la
compra de un producto o servicio a la adquisición de otros productos o servicios adicionales.

Por ejemplo, imagina que un consumidor está interesado en comprar un teléfono celular de última generación. El vendedor le dice que
solo podrá adquirir el teléfono si también compra un seguro de garantía extendida y accesorios adicionales. Esta práctica sería una
violación del Artículo 1099, ya que limita la libertad del consumidor al exigir la compra de productos adicionales para obtener el
producto deseado.
Otro ejemplo, que lamentablemente es bastante común, se relaciona con los “paquetes obligatorios”. Imaginemos que una empresa de
telecomunicaciones ofrece un servicio de televisión por cable solo si el cliente también adquiere su servicio de Internet. Aunque el
cliente solo esté interesado en el servicio de televisión, se le obliga a comprar ambos servicios juntos.

Ocurre algo similar con los “productos condicionados”. Supongamos que una tienda de electrodomésticos ofrece un descuento
significativo en una lavadora solo si el cliente también compra un refrigerador. Aunque el cliente solo necesita una lavadora, se ve
obligado a adquirir un producto adicional para obtener el descuento.

En definitiva, el Artículo 1099 tiene como objetivo asegurar que los consumidores tengan la libertad de contratar sin restricciones
injustas, impidiendo prácticas que condicionen la compra de un producto o servicio a la adquisición de otros productos o servicios no
deseados.

INFORMACION Y PUBLICIDAD DIRIGIDA A LOS CONSUMIDORES

44 ARTÍCULO 1100. El proveedor está obligado a suministrar información al consumidor en forma cierta y detallada, respecto de todo
lo relacionado con las características esenciales de los bienes y servicios que provee, las condiciones de su comercialización y toda
otra circunstancia relevante para el contrato.

ARTÍCULO 1101.- Publicidad. Está prohibida toda publicidad que:

a) contenga indicaciones falsas o de tal naturaleza que induzcan o puedan inducir a error al consumidor, cuando recaigan sobre
elementos esenciales del producto o servicio;

b) efectúe comparaciones de bienes o servicios cuando sean de naturaleza tal que conduzcan a error al consumidor;

c) sea abusiva, discriminatoria o induzca al consumidor a comportarse de forma perjudicial o peligrosa para su salud o seguridad.

En el Código Civil y Comercial de la Nación encontramos normas que complementan las previsiones de la Ley de Defensa del
Consumidor, tal es el caso del artículo 1101. En virtud de lo establecido por esta norma se encuentran prohibidas las siguientes
prácticas publicitarias:

1. Publicidad Engañosa: La publicidad no debe contener información falsa ni inducir a error a los consumidores,
especialmente en lo que respecta a aspectos fundamentales del producto o servicio. Esto significa que no se puede engañar a
los consumidores sobre lo que están comprando. Por ejemplo, una empresa lanza un anuncio en el que afirma que su
suplemento dietético garantiza la pérdida de 10 kilogramos en una semana sin necesidad de ejercicio ni dieta. Sin embargo,
no existe evidencia científica que respalde esta afirmación.

2. Comparaciones Engañosas: Si se hacen comparaciones entre productos o servicios en la publicidad, estas comparaciones no
deben ser de naturaleza tal que induzcan a error a los consumidores. En otras palabras, las comparaciones no deben ser
engañosas y deben reflejar de manera precisa las diferencias entre los productos o servicios. Por ejemplo, una empresa que se
dedica a la fabricación de bebidas gaseosas hace una publicidad diciendo que, a diferencia de la competencia, su producto es
saludable, cuando en realidad ninguno de los dos productos es saludable.

3. Publicidad Abusiva o Peligrosa: La publicidad no debe ser abusiva ni discriminatoria. Además, no debe inducir a los
consumidores a tomar acciones perjudiciales o peligrosas para su salud o seguridad. Esto incluye cualquier tipo de publicidad
que pueda alentar comportamientos riesgosos. Por ejemplo, una empresa de bebidas alcohólicas lanza una campaña
publicitaria que muestra a jóvenes bebiendo en exceso y divirtiéndose. Esto podría ser considerado como publicidad
peligrosa, ya que podría alentar a los consumidores, especialmente a los jóvenes, a un comportamiento peligroso para su
salud y seguridad.

ACCIONES

ARTÍCULO 1102.- Acciones. Los consumidores afectados o quienes resulten legalmente legitimados pueden solicitar al juez:
la cesación de la publicidad ilícita, la publicación, a cargo del demandado, de anuncios rectificatorios y, en su caso, de la sentencia
condenatoria.

Esta norma se refiere a las acciones que pueden tomar los consumidores afectados o las personas legalmente legitimadas en caso de
publicidad ilícita. En este sentido, debemos tener en cuenta que cualquier potencial consumidor puede iniciar una acción de cese de
publicidad, sin que sea necesaria la previa adquisición de algún producto o servicio.

A continuación, se describen las acciones que pueden solicitarse al juez:


 Cesación de la Publicidad Ilícita: Los consumidores afectados pueden pedir al juez que ordene la cesación de la publicidad
ilícita. Esto significa que pueden solicitar que se detenga la difusión de la publicidad que se considera ilegal o engañosa.

 Publicación de Anuncios Rectificatorios: Si la publicidad ha causado daño o confusión a los consumidores debido a su
carácter ilícito, el juez puede ordenar al demandado (quien realizó la publicidad) que publique anuncios rectificatorios. Estos
anuncios tienen el propósito de corregir la información incorrecta o engañosa proporcionada en la publicidad original.

 Publicación de la Sentencia Condenatoria: En casos graves de publicidad ilícita, el juez puede ordenar que la sentencia
condenatoria sea publicada por el demandado. Esto sirve como una forma de hacer pública la decisión del tribunal y puede
servir como disuasión adicional para futuras conductas ilícitas similares.

MODALIDADES ESPECIALES

ARTÍCULO 1104.- Contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales. Está comprendido en la categoría de contrato
45 celebrado fuera de los establecimientos comerciales del proveedor
A- el que resulta de una oferta o propuesta sobre un bien o servicio concluido en el domicilio o lugar de trabajo del
consumidor, en la vía pública, o por medio de correspondencia,
B- los que resultan de una convocatoria al consumidor o usuario al establecimiento del proveedor o a otro sitio, cuando el
objetivo de dicha convocatoria sea total o parcialmente distinto al de la contratación, o se trate de un premio u obsequio
(EJ, invitación a cena y le venden tiempo compartido).

Hay una acción directa del proveedor para motivar al consumidor a celebrarlo.

ARTÍCULO 1105.- Contratos celebrados a distancia. Contratos celebrados a distancia son aquellos concluidos entre un proveedor
y un consumidor con el uso exclusivo de medios de comunicación a distancia, entendiéndose por tales los que pueden ser utilizados
sin la presencia física simultánea de las partes contratantes. En especial, se consideran los medios postales, electrónicos,
telecomunicaciones, así como servicios de radio, televisión o prensa.

Medios de comunicación a distancia los que pueden ser utilizados sin la presencia física simultánea de las partes contratantes, los
medios postales, electrónicos, telecomunicaciones, servicios de radio, televisión o prensa. Menor información, sin contacto con la
cosa.

ARTÍCULO 1106.- Utilización de medios electrónicos. Siempre que en este Código o en leyes especiales se exija que el contrato
conste por escrito, este requisito se debe entender satisfecho si el contrato con el consumidor o usuario contiene un soporte
electrónico u otra tecnología similar.

Es una alternativa para el consumidor. Si pretende doc escrito, puede requerirlo. Debe tener lo requerido en el ARTICULO 10. —
Contenido del documento de venta. En el documento que se extienda por la venta de cosas muebles o inmuebles, sin perjuicio de la
información exigida por otras leyes o normas, deberá constar: a) La descripción y especificación del bien. b) Nombre y domicilio del
vendedor. c) Nombre y domicilio del fabricante, distribuidor o importador cuando correspondiere. d) La mención de las
características de la garantía conforme a lo establecido en esta ley. e) Plazos y condiciones de entrega. f) El precio y condiciones de
pago. g) Los costos adicionales, especificando precio final a pagar por el adquirente. LDF.

ARTÍCULO 1107.- Información sobre los medios electrónicos. Si las partes se valen de técnicas de comunicación electrónica o
similares para la celebración de un contrato de consumo a distancia, el proveedor debe informar al consumidor, además del
contenido mínimo del contrato y la facultad de revocar, todos los datos necesarios para utilizar correctamente el medio elegido, para
comprender los riesgos derivados de su empleo, y para tener absolutamente claro quién asume esos riesgos.

ARTÍCULO 1108.- Ofertas por medios electrónicos. Las ofertas de contratación por medios electrónicos o similares deben tener
vigencia durante el período que fije el oferente o, en su defecto, durante todo el tiempo que permanezcan accesibles al destinatario.
El oferente debe confirmar por vía electrónica y sin demora la llegada de la aceptación.

Contrato queda perfeccionado por la recepción de la aceptación por el oferente. Si el proveedor no confirma el contrato está
perfeccionado y se demora el plazo para revocación. Persona que ofrece o se muestra en actitud de ofrecer.

ARTÍCULO 1109.- Lugar de cumplimiento. En los contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales, a distancia, y
con utilización de medios electrónicos o similares, se considera lugar de cumplimiento aquel en el que el consumidor recibió o debió
recibir la prestación. Ese lugar fija la jurisdicción aplicable a los conflictos derivados del contrato. La cláusula de prórroga de
jurisdicción se tiene por no escrita.
Competencia contratos fuera local comercial: lugar de recepción de la prestación fija competencia (orden público). Ventas a distancia
son normalmente con envió al domicilio del consumidor.

ARTÍCULO 1110.- Revocación. En los contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales y a distancia, el consumidor
tiene el derecho irrenunciable de revocar la aceptación dentro de los diez días computados a partir de la celebración del contrato.

Si la aceptación es posterior a la entrega del bien, el plazo debe comenzar a correr desde que esta última se produce.

Si el plazo vence en día inhábil, se prorroga hasta el primer día hábil siguiente.

Las cláusulas, pactos o cualquier modalidad aceptada por el consumidor durante este período que tengan por resultado la
imposibilidad de ejercer el derecho de revocación se tienen por no escritos.

ARTÍCULO 1111.- Deber de informar el derecho a la revocación. El proveedor debe informar al consumidor sobre la facultad de
revocación mediante su inclusión en caracteres destacados en todo documento que presenta al consumidor en la etapa de
46 negociaciones o en el documento que instrumenta el contrato concluido, ubicada como disposición inmediatamente anterior a la
firma del consumidor o usuario. El derecho de revocación no se extingue si el consumidor no ha sido informado debidamente sobre
su derecho  pero se prueba.

ARTÍCULO 1112.- Forma y plazo para notificar la revocación. La revocación debe ser notificada al proveedor por escrito o
medios electrónicos o similares, o mediante la devolución de la cosa dentro del plazo de diez días computados conforme a lo
previsto en el artículo 1110.

ARTÍCULO 1113.- Efectos del ejercicio del derecho de revocación. Si el derecho de revocar es ejercido en tiempo y forma por el
consumidor, las partes quedan liberadas de sus obligaciones correspectivas y deben restituirse recíproca y simultáneamente las
prestaciones que han cumplido. es gratuito.

ARTÍCULO 1114.- Imposibilidad de devolución. La imposibilidad de devolver la prestación objeto del contrato no priva al
consumidor de su derecho a revocar. Si la imposibilidad le es imputable, debe pagar al proveedor el valor de mercado que la
prestación tiene al momento del ejercicio del derecho a revocar, excepto que dicho valor sea superior al precio de adquisición, en
cuyo caso la obligación queda limitada a este último.

ARTÍCULO 1115.- Gastos. El ejercicio del derecho de revocación no debe implicar gasto alguno para el consumidor. En
particular, el consumidor no tiene que reembolsar cantidad alguna por la disminución del valor de la cosa que sea consecuencia de
su uso conforme a lo pactado o a su propia naturaleza, y tiene derecho al reembolso de los gastos necesarios y útiles que realizó en
ella.

ARTÍCULO 1116.- Excepciones al derecho de revocar. Excepto pacto en contrario, el derecho de revocar no es aplicable a los
siguientes contratos:

a) los referidos a productos confeccionados conforme a las especificaciones suministradas por el consumidor o claramente
personalizados o que, por su naturaleza, no pueden ser devueltos o puedan deteriorarse con rapidez;

b) los de suministro de grabaciones sonoras o de video, de discos y de programas informáticos que han sido decodificados por el
consumidor, así como de ficheros informáticos, suministrados por vía electrónica, susceptibles de ser descargados o reproducidos
con carácter inmediato para su uso permanente;

c) los de suministro de prensa diaria, publicaciones periódicas y revistas.

CLAUSULAS ABUSIVAS

ARTÍCULO 1118.- Control de incorporación. Las cláusulas incorporadas a un contrato de consumo pueden ser declaradas
abusivas aun cuando sean negociadas individualmente o aprobadas expresamente por el consumidor.

ARTÍCULO 1119.- Regla general. Sin perjuicio de lo dispuesto en las leyes especiales, es abusiva la cláusula que, habiendo sido o
no negociada individualmente, tiene por objeto o por efecto provocar un desequilibrio significativo entre los derechos y las
obligaciones de las partes, en perjuicio del consumidor.

Las cláusulas abusivas en el derecho del consumidor son disposiciones o términos incluidos en contratos o acuerdos celebrados entre
un consumidor y un proveedor de bienes o servicios que, debido a su contenido o forma, crean un desequilibrio significativo entre los
derechos y obligaciones de las partes en detrimento del consumidor. Estas cláusulas son consideradas injustas, desleales o
perjudiciales para el consumidor y, por lo tanto, se consideran nulas o no vinculantes. Estas cláusulas pueden aparecer en una variedad
de acuerdos, como contratos de compra.

Juez debe evaluar qué derechos y obligaciones que hubiera aceptado el contratante razonable y de buena fe en un contrato negociado
libremente y con reciprocidad.

ARTÍCULO 37. — Interpretación. Sin perjuicio de la validez del contrato, se tendrán por no convenidas:

a) Las cláusulas que desnaturalicen las obligaciones o limiten la responsabilidad por daños;

b) Las cláusulas que importen renuncia o restricción de los derechos del consumidor o amplíen los derechos de la otra parte;

c) Las cláusulas que contengan cualquier precepto que imponga la inversión de la carga de la prueba en perjuicio del consumidor.

La interpretación del contrato se hará en el sentido más favorable para el consumidor. Cuando existan dudas sobre los alcances de
47 su obligación, se estará a la que sea menos gravosa.
En caso en que el oferente viole el deber de buena fe en la etapa previa a la conclusión del contrato o en su celebración o transgreda
el deber de información o la legislación de defensa de la competencia o de lealtad comercial, el consumidor tendrá derecho a
demandar la nulidad del contrato o la de una o más cláusulas. Cuando el juez declare la nulidad parcial, simultáneamente integrará
el contrato, si ello fuera necesario. LDC.

Este artículo establece una lista de cláusulas abusivas que no es taxativa, sino que es una lista meramente enunciativa. En este sentido
se menciona como cláusulas abusivas a las siguientes:

1. Cláusulas que desnaturalicen las obligaciones o limiten la responsabilidad por daños: Este punto se refiere a las
cláusulas en un contrato que, de alguna manera, alteran o cambian fundamentalmente las obligaciones acordadas entre las
partes o que limitan excesivamente la responsabilidad del proveedor en caso de que ocurran daños. Por ejemplo, supongamos
que una empresa de reparación de automóviles incluye en su contrato una cláusula que establece que, en caso de que el
cliente experimente un problema adicional con su automóvil después de la reparación, la empresa no será responsable de
ningún daño o costo adicional, sin importar la causa del problema. Esta cláusula desnaturaliza la obligación de la empresa de
garantizar una reparación adecuada y limita en exceso su responsabilidad por daños, lo que la hace inválida según el artículo.

2. Cláusulas que importen renuncia o restricción de los derechos del consumidor o amplíen los derechos de la otra parte:
Este punto se refiere a las cláusulas que intentan que el consumidor renuncie o limite sus derechos legales como consumidor,
o que amplíen de manera desproporcionada los derechos de la otra parte. Por ejemplo, imagina que un contrato de locación
de vivienda incluye una cláusula que establece que el inquilino renuncia a su derecho de presentar reclamaciones por
problemas de mantenimiento o condiciones insalubres en la propiedad. Esta cláusula restringe los derechos legales del
inquilino como consumidor y, por lo tanto, no sería válida según el artículo.

3. Cláusulas que contengan cualquier precepto que imponga la inversión de la carga de la prueba en perjuicio del
consumidor: Este punto se refiere a cláusulas que cambian la responsabilidad de probar ciertos hechos en una disputa legal,
colocando una carga injusta sobre el consumidor para demostrar algo que normalmente no sería su responsabilidad
demostrar. Por ejemplo, supongamos que un contrato de compraventa de un producto electrónico incluye una cláusula que
establece que, en caso de que el producto presente un defecto, el consumidor debe proporcionar pruebas detalladas de que el
defecto existía en el momento de la compra. Esto invertiría la carga de la prueba en perjuicio del consumidor, ya que
normalmente sería responsabilidad del vendedor demostrar que el producto estaba en buen estado. Esta cláusula no sería
válida según el artículo.

Nuestro sistema de cláusulas abusivas es un sistema abierto, y el artículo anterior sólo da una lista ejemplificativa, por lo que además
de las cuestiones mencionadas en esa lista es posible agregar otras como por ejemplo las siguientes:

 Renuncia a derechos;
 Limitaciones excesivas de responsabilidad;
 Inversión de la carga de la prueba;
 Cláusulas de arbitraje forzoso;
 Información poco clara o engañosa;
 Condiciones unilaterales de modificación;
 Duración indefinida del contrato.
La cláusula abusiva genera un desequilibrio de partes o un traslado de riesgos. Se genera un perjuicio para el usuario o una ventaja
desproporcionada para el proveedor. La existencia de cláusulas abusivas en un contrato puede llevar a la anulación de esas cláusulas
específicas o, en algunos casos, a la invalidez de todo el contrato. El objetivo principal de prohibir estas cláusulas es garantizar que los
consumidores tengan un trato justo y equitativo en sus relaciones comerciales y que sus derechos legales estén protegidos.

Nuestro sistema permite inferir si una cláusula es abusiva a través de indicios. Asimismo, es necesario destacar que una cláusula
abusiva es abusiva desde el mismo momento en que es introducida al contrato y no es necesario que se produzca el daño derivado de
esas cláusulas.

ARTÍCULO 38. — Contrato de Adhesión. Contratos en Formularios. La autoridad de aplicación vigilará que los contratos de
adhesión o similares, no contengan cláusulas de las previstas en el artículo anterior. La misma atribución se ejercerá respecto de las
cláusulas uniformes, generales o estandarizadas de los contratos hechos en formularios, reproducidos en serie y en general, cuando
dichas cláusulas hayan sido redactadas unilateralmente por el proveedor de la cosa o servicio, sin que la contraparte tuviere
posibilidades de discutir su contenido.

ARTÍCULO 39. — Modificación Contratos Tipo. Cuando los contratos a los que se refiere el artículo anterior requieran la
48 aprobación de otra autoridad nacional o provincial, ésta tomará las medidas necesarias para la modificación del contrato tipo a
pedido de la autoridad de aplicación.

Hay tres tipos de controles de cláusulas abusivas:

1. Control Administrativo: la superintendencia de seguros es el órgano de contralor de los contratos de seguros. En los
contratos de medicina prepaga el órgano de contralor es la secretaría de salud. La IGJ es el órgano de contralor de los planes
de ahorro. La existencia de este tipo de controles no obsta a que uno de estos contratos pueda tener cláusulas abusivas. El
argumento del control administrativo no impide el reclamo por cláusulas abusivas.

2. Control Judicial: es el control individual, salvo en el caso de los procesos colectivos. Cuando un contrato contiene una
cláusula abusiva el juez puede declarar la abusividad de la cláusula y consecuentemente la nulidad de la misma, e integrar el
contrato.

3. Control Legislativo: con el conocimiento de la cantidad de denuncias por cláusulas abusivas debería tomar la iniciativa de,
por ejemplo, modificar la Ley de Seguros.

ARTÍCULO 1120.- Situación jurídica abusiva. Se considera que existe una situación jurídica abusiva cuando el mismo resultado se
alcanza a través de la predisposición de una pluralidad de actos jurídicos conexos.

Se aplican los contratos conexos por finalidad. Puede ocurrir que el análisis aislado de cada contrato en cuestión los muestre como
perfectamente lícitos y no abusivos, pero que en su combinación surja un desequilibrio.

CCCN – ARTÍCULO 1121.- Límites. No pueden ser declaradas abusivas:

a) las cláusulas relativas a la relación entre el precio y el bien o el servicio procurado;

b) las que reflejan disposiciones vigentes en tratados internacionales o en normas legales imperativas.

Estos límites son importantes para evitar que ciertas cláusulas que son esenciales o que están en conformidad con la ley se consideren
abusivas.

1. Cláusulas relativas a la relación entre el precio y el bien o el servicio procurado : Este límite significa que las cláusulas
que establecen el precio de un bien o servicio en relación con lo que se ofrece no pueden considerarse abusivas. Por ejemplo,
si un contrato establece claramente el precio de un producto o servicio esa cláusula no se considerará abusiva, aún cuando el
precio fuere excesivo.

2. Cláusulas que reflejan disposiciones vigentes en tratados internacionales o en normas legales imperativas: Este límite
se refiere a las cláusulas que están en conformidad con tratados internacionales o leyes nacionales que son de cumplimiento
obligatorio. Por ejemplo, si un contrato incluye una cláusula que cumple con una ley nacional que protege los derechos del
consumidor, esa cláusula no se considerará abusiva.

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