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RESUMEN

CONTRATOS PARTE GENERAL


UNIDAD 2

Libertad de contratación y efecto vinculante.


Las partes tienen la libertad de celebrar y configurar el contenido del contrato dentro
de los límites impuestos por la ley, la moral, las buenas costumbres, el orden público y
la buena fe. La terminología “autonomía” deviene de auto que debe entenderse por sí
mismo y de nomos que significa norma o ley. Esta autonomía de la voluntad cabe
entenderla como la aptitud que tiene una persona de regularse u obligarse. También
se la concibe como el poder o facultad de crear, modificar, transferir o extinguir
relaciones jurídicas y la libertad para determinar su contenido.
El efecto vinculante o la fuerza obligatoria está previsto en el art. 959 del CCC donde se
establece el principio por el cual todo contrato válidamente celebrado es obligatorio
para las partes. Sólo puede ser modificado o extinguido conforme lo que en él se
disponga, por acuerdo de partes o en los supuestos que, sobre adecuación del
contrato, están previstos por la ley. En la redacción del art. 1197 del CC se establecía
que las convenciones hechas en los contratos formaban una regla a la cual las partes
deben someterse como a la ley misma.
ARTICULO 958.- Libertad de contratación. Las partes son libres para celebrar un
contrato y determinar su contenido, dentro de los límites impuestos por la ley, el
orden público, la moral y las buenas costumbres.
Límites generales y específicos.
Existen limitaciones a la fuerza obligatoria de los contratos:
 La ley: entendida como aquella regla o norma jurídica emanada de una
autoridad competente, obligatoria, que ha de regir respecto de personas en un
territorio determinado. Estas constituyen límites precisos del libre albedrío. Por
ejemplo, el art. 1552 del CCC establece la forma de la escritura pública para las
donaciones de bienes inmuebles, muebles registrables y de prestaciones
periódicas o vitalicias, bajo pena de nulidad.
 El orden público: comprende a un conjunto de principios que una sociedad
considera de orden superior, que abarcan ámbitos económicos, morales,
religiosos y políticos.
 La buena fe: es la pauta ordinaria de conducta en la vida jurídica. Conforme al
art. 961 del CCC, la buena fe ha de primar en la celebración, interpretación y
ejecución del negocio.
ARTICULO 961.- Buena fe. Los contratos deben celebrarse, interpretarse y
ejecutarse de buena fe. Obligan no sólo a lo que está formalmente expresado,
sino a todas las consecuencias que puedan considerarse comprendidas en ellos,
con los alcances en que razonablemente se habría obligado un contratante
cuidadoso y previsor.
La buena fe admite la distinción entre:
 Buena fe subjetiva (buena fe creencia): consiste en la conciencia de
estar obrando conforme a Derecho;

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 Buena fe objetiva (buena fe probidad): apunta a la confianza entre los
contratantes de que la regla de conducta será acatada. Involucra un
criterio de recíproca lealtad conducta entre las partes o al
comportamiento leal y honesto de la gente de bien.
 La moral y las buenas costumbres: constituyen pautas que permiten regir la
vida humana en sociedad.
Los límites específicos, la lesión, la imprevisión, el abuso del derecho.
 La lesión: regulado en el art. 332 del CCC que establece: “Puede demandarse la
nulidad o la modificación de los actos jurídicos cuando una de las partes
explotando la necesidad, debilidad síquica o inexperiencia de la otra, obtuviera
por medio de ellos una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y
sin justificación.”
Debilidad psíquica: la persona tiene su discernimiento restringido por alguna
razón. EJEMPLO: una persona compra un Porsche ebrio.
Los cálculos deben hacerse según valores al tiempo del acto y la desproporción
debe subsistir en el momento de la demanda.
El afectado tiene opción para demandar la nulidad o un reajuste equitativo del
convenio, pero la primera de estas acciones se debe transformar en acción de
reajuste si éste es ofrecido por el demandado al contestar la demanda.
Sólo el lesionado o sus herederos pueden ejercer la acción.”
EJEMPLO: una persona tasa un anillo de 1 millón de pesos, sin saber que vale
eso, y le pagan 10mil.
 La imprevisión: también conocido como la teoría de la mayor onerosidad
sobreviniente, tiene fundamentación en la buena fe contractual y el principio
de equidad. Permite que, en la medida que la prestación a cargo de una de las
partes se torne excesivamente onerosa por causas extraordinarias e
imprevisibles, que el afectado pueda desligarse de su obligación planteando la
resolución (total o parcial) o un reajuste o adecuación del negocio.
EJEMPLO: la pandemia, pagar MEGATLON durante 1 año y que llegue la
pandemia y te sigan cobrando como si fuera que seguís yendo).
 Abuso del derecho: en el art. 10 del CCC se establece que: “El ejercicio regular
de un derecho propio o el cumplimiento de una obligación legal no puede
constituir como ilícito ningún acto.
La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos. Se considera tal el que
contraría los fines del ordenamiento jurídico o el que excede los límites
impuestos por la buena fe, la moral y las buenas costumbres.
El juez debe ordenar lo necesario para evitar los efectos del ejercicio abusivo o
de la situación jurídica abusiva y, si correspondiere, procurar la reposición al
estado de hecho anterior y fijar una indemnización.”
Todo aquel que alegue un acto de esta naturaleza le incumbe la carga de
demostrar su existencia. Para ello se debe contar con:

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 Ejercicio de una conducta permitida dentro del Derecho positivo y que
contraríe la finalidad de una norma, la buena fe, la moral o buenas
costumbres.
 El daño.
Otras disposiciones generales en materia contractual. Voluntad y normas legales.
Se plasma en el art. 962 que en todo negocio ha de primar la voluntad de las partes
como principio general. De este modo, las normas legales relativas a los contratos
serán entendidas como “supletorias” de la intención común. Sin embargo, existirán
desde luego excepciones toda vez que dichas normas podrían resultar de carácter
indisponible y, por tanto, no podría la voluntad de las partes sobreponerse a ellas.
ARTICULO 962.- Las normas legales relativas a los contratos son supletorias de la
voluntad de las partes, a menos que de su modo de expresión, de su contenido, o de
su contexto, resulte su carácter indisponible.
La prelación normativa en caso de contraposición entre el CCC y las leyes especiales se
establecerá de conformidad con lo establecido en el art. 963 en el siguiente orden:
1. Normas indisponibles de la ley especial y del CCC;
2. Normas particulares del contrato;
3. Normas supletorias de la ley especial;
4. Normas supletorias del CCC.
Integración contractual.
Como pauta, serán las partes quienes establezcan el contenido y alcance de los
negocios.
El art. 960 prevé: “Los jueces no tienen facultades para modificar las estipulaciones de
los contratos, excepto que sea a pedido de una de las partes cuando lo autoriza la ley,
o de oficio cuando se afecta, de modo manifiesto, el orden público.”
No pueden hacerlo porque deben respetar la autonomía privada. En el caso de la
excepción, la consecuencia habitual es la nulidad, pero la doctrina y la jurisprudencia
han admitido, excepcionalmente, la conservación del vínculo.
Noción de integración.
Integrar significa formar parte de un todo, completarlo. Supone colmar el contenido
del contrato, o añadirle efectos que no están en él, pero que surgen en virtud de lo
dispuesto por la ley. Su función tiende a subsanar las lagunas existentes.
La interpretación busca la intención común de las partes.
Conceptualización y extensión del término.
Entendemos por integración contractual al atributo excepcional y de interpretación
restrictiva que, por disposición legal o convencional, tienen los terceros, de completar
el contenido del contrato o añadirle efectos que no estén previstos en el acuerdo.
La interpretación integradora es una subespecie de la labor interpretativa que
pretende desentrañar lo que hipotéticamente las partes hubieran querido, a diferencia
de la integración, que recurre a un criterio puramente objetivo.
La integración no implica crear obligaciones, sino que la fuente de estas está en la ley.
Labor interpretativa e integración.
Las notas características y distintivas entre la labor interpretativa y la integración
serían: la vocación de futuro de integración contractual frente a la mirada hacia el
pasado que implica la interpretación contractual y la presencia ineludible de la

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interpretación frente a la actuación sólo en caso de insuficiencia de la autonomía
privada que distingue a la integración.
Los terceros en la integración.
La labor integradora que podría llevar a cabo el juez (o incluso un árbitro) debe
presentantes en el marco de un caso y en el contexto de un proceso en el que hubiere
sido puesto en cuestión el contrato objeto de la hipotética integración.
En el caso de que la interpretación la haga un verdadero tercero, su labor no
presupone la previa discrepancia de las partes ni conflicto formal alguno, su
participación funciona como definición de uno de los elementos esenciales del
acuerdo.
La operación de integración consiste en añadir a lo que las partes dijeron, otras reglas
que no explicitaron pero que resultan necesarias para la dilucidación del conflicto.
Interpretación integradora.
Se ubica en el medio, entre la interpretación y la integración.
Procura desentrañar las consecuencias que implícitamente están en él, conforme un
criterio objetivo del ordenamiento jurídico.
La calificación como labor previa de la interpretación e integración.
Calificar significa determinar la importancia o mérito de algo. Consiste en la
determinación de la naturaleza de una relación jurídica a efecto de clasificarla entre las
categorías existentes.
El fin de esta operación consiste en precisas las consecuencias jurídicas de la relación
existente.
Si bien la interpretación finaliza al fijar el alcance y sentido de un negocio jurídico, en
muchos casos esto no resulta suficiente para determinar las consecuencias del mismo,
siendo necesario integrar sustituyendo con normas supletorias las omisiones de los
sujetos parte.

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