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DERECHO PRIVADO

Situación Problemática:

Gonzalo Nikson, un profesional en el campo de la consultoría ambiental, decide dar

un paso adelante y constituir una sociedad en Argentina junto con dos colegas para

expandir su negocio de consultoría ambiental, a la que denominaron “Eco Dream

S.R.L”. La actividad de la sociedad presentó un crecimiento a escala, cada vez son

más las visitas que los consultores deben realizar, tornándose imperioso para los

socios contar con un automóvil cada uno. Por tal motivo Gonzalo Nikson compró un

automóvil al Sr. Carlos Fiure, quien le manifestó que el rodado se encontraba en

perfectas condiciones mecánicas, descripción que Gonzalo aceptó confiado tras

revisarlo. Pero el Sr. Fiure conocía que el vehículo era inutilizable, ya que “tapó” los

problemas mecánicos con el propósito de venderlo. A la semana Gonzalo comenzó a

notar que el vehículo no funcionaba correctamente debido a que perdía aceite y

decidió hacerlo revisar por un mecánico, quien desarmó el motor y observó que el

vehículo tenía el motor en condiciones extremadamente malas, le informo que fue

preparado para que pudiera ser utilizado por algún tiempo más pero el estado del

motor era evidentemente malo, incluso poseía piezas pegadas con un simple

pegamento. Pero esta situación no es la única que inquieta a Gonzalo, su hermano

Juan de 26 años, diagnosticado con trastorno generalizado del desarrollo, tuvo un

accidente doméstico al encontrarse solo en su hogar. Juan posee dificultades para

dirigir su persona en cuestiones que trascienden lo simple de la vida cotidiana,

realizar actos jurídicos y disponer de bienes, necesitando la asistencia de terceros.

A partir del presente caso, te pedimos que te posiciones en el rol de abogada/o y

analices la situación problemática teniendo en cuenta los contenidos estudiados.


CONTRATOS

Concepto

Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan su consentimiento
para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales (artículo
957). El acto jurídico que da nacimiento a un contrato siempre se producirá por la reunión de,
al menos, dos voluntades que participan de la formación del consentimiento, cuestión que no
debe ser confundida con los efectos generados a partir de la formación del contrato, que, como
tal, podrá ser unilateral, bilateral o plurilateral.

Son requisitos para que exista un contrato de acuerdo con lo indicado en el artículo 957:

 La existencia de dos o más partes: si bien el contrato es una especie de acto

jurídico, siempre será bilateral ya que en él participan dos partes.

 Consentimiento.
 Es necesario que ese acuerdo de voluntades se encuentre encaminado a

establecer una reglamentación la cual deberán respetar. Las partes son libres para

contratar, pero una vez que lo hacen deben cumplir con la palabra empeñada.

 Se celebra entre vivos.


 Contenido patrimonial.

Naturaleza jurídica

El Código define al contrato como una especie desprendida del acto jurídico, voluntario y lícito
que tiene la particularidad de que se establece por el consentimiento de dos o más partes.

Ubicación metodológica

Nuestro Código regula el contrato en el Libro III (“Derechos personales”), Título II (“Contratos
en general”). Además, establece otros dos títulos: Título III (“Contratos de consumos”) y Título
IV (“Contratos en particular”).

Elementos esenciales, naturales y accidentales

a) Esenciales

Son los elementos sin los cuales el contrato en general o una variedad específica de contratos
no puede existir. Si se hace referencia a los contratos en general, los elementos esenciales
coinciden con los elementos constitutivos o de existencia del contrato a que se ha hecho
mención. Si se piensa en singulares figuras contractuales, estos elementos varían en cada tipo
diferente de ellas.

b) Naturales

Son aquellas consecuencias que se derivan de la naturaleza jurídica de un determinado


contrato, de modo que se dan de pleno derecho, sin necesidad de una manifestación expresa
de las partes, siendo necesaria tal voluntad, exclusivamente, para excluirlas o modificarlas. Tal
es lo que ocurre con la obligación de saneamiento en los contratos a título oneroso.
c) Accidentales

Son aquellos que naturalmente no se encuentran en el contrato, pero que pueden ser
incorporados por disposición expresa de los contratantes; por ejemplo: las modalidades de un
acto jurídico, tales como el plazo, el cargo o la condición. Incorporar este tipo de cláusulas
depende de la decisión de las partes. Entonces existen si son incorporados por las partes.

Autonomía de la voluntad y fuerza obligatoria del contrato

a. Autonomía de voluntad – Libertad de contratación

La autonomía en el ámbito contractual se traduce en una libertad que compete a las partes
para regir sus intereses. Ante todo, significa que las partes son libres para contratar; pueden
hacerlo cuando quieran y con quien quieran. En principio, nadie puede ser constreñido a
concluir un contrato determinado o a celebrarlo con una determinada persona. En este
sentido, el art. 958 del CCCN prescribe en su comienzo que las partes son libres para celebrar
un contrato.

Se sostiene que la autonomía negocial es la facultad de los particulares de regir y gobernar sus
intereses mediante manifestaciones de voluntad adecuadamente expresadas. Se manifiesta en
el ámbito contractual de forma amplia pues a las partes no solo se les permite crear esos
vínculos recíprocos que el contrato supone, sino que también se les reconoce la facultad de
reglas su contenido. Esta potestad se denomina autonomía de voluntad.

Artículo 958.- Libertad de contratación. Las partes son libres para celebrar un contrato y
determinar su contenido, dentro de los límites impuestos por la ley, el orden público, la moral y
las buenas costumbres.

La libertad de contratar es presupuesto de la autonomía. En el caso del contrato pueden


celebrarlo y determinar su contenido libremente, aunque existen ciertas limitaciones: como no
ser perjudicial de los derechos de terceros ajenos al contrato y estar dentro los límites
impuestos por la ley, el orden público, la moral y las buenas costumbres.

 Orden público: normas no disponibles por las partes, son principios básicos que
sustentan la organización social, se asemeja además a una norma imperativa.
 Buenas costumbres y moral: se pretende que los contratos no sean inmorales,
entendiendo por moral las valoraciones éticas predominantes en una sociedad y
momento determinado.
b. Fuerza obligatoria

Es el principio por el que el contrato válidamente celebrado es obligatorio para las partes y solo
puede ser modificado o extinguido conforme lo que en él se disponga por acuerdo de partes o
en los supuestos previstos por la ley, según surge del art. 959 CCC.

Las personas son libres para contratar, pero cuando han hecho uso de esa libertad, deben
atenerse a lo estipulado. Nace una regla que las vincula de una manera independiente de la
voluntad, por obra del ordenamiento jurídico que sanciona el principio básico del pacta sunt
servanda, el deber de cumplir la palabra empeñada.

De la fuerza obligatoria de las convenciones o estipulaciones que tienen entre las partes resulta
el denominado efecto vinculante: en virtud de las proyecciones de orden social y económicas
que conlleva, exige que se repare en él y se justiprecie en toda su dimensión: “todo el mundo
sabe que la vida es imposible si los hombres no cumplen sus promesas”, toda vez que el deber
de mantener la propia palabra es una de las conquistas más lentas y serias de la civilización. Es
que el respeto por la palabra dada no es solo factor de orden en la convivencia social, sino
también pauta de conducta, de continencia moral, y esta, como el orden jurídico, es recaudo
imprescindible para la armonía en sociedad.

Contrato entre particulares, celebrado por vía de adhesión y de consumo

En el Código encontramos contratos paritarios donde rige plenamente la voluntad de las partes
que acuerdan las disposiciones en el contrato dentro de las restricciones legales marcadas en la
ley.

Después están los contratos de adhesión donde el contrato está redactado por una de las
partes previamente y en forma genérica a la que la otra parte contratante solo puede adherir o
no, no puede haber disposición. En tercer lugar, están los contratos de consumo.

Contrato de adhesión

El contrato por adhesión es aquel mediante el cual uno de los contratantes adhiere a cláusulas
generales predispuestas unilateralmente, por la otra parte o por un tercero, sin que el
adherente haya participado en su redacción. (artículo 984)

Este contrato es aquel en que la configuración interna del mismo es dispuesta anticipadamente
solo por una de las partes (predisponente, proveedor, profesional, etc.) de modo que si la otra
decide contratar debe hacerlo sobre la base de aquel contenido.

Se trata de una restricción al principio de libertad de contratación en perjuicio de quien


contrata con una empresa creadora del contrato. Una de las notas salientes de los contratos
por adhesión está referida a su formación porque el esquema predispuesto tiene un
destinatario genérico, sirve a una pluralidad indeterminada de personas y se individualiza con
el perfeccionamiento de cada contrato.

A. Requisitos (artículo 985)


 Las cláusulas generales predispuestas deben ser comprensibles y autosuficientes.
 La redacción debe ser clara, completa y fácilmente legible.

Además, se tienen por no convenidas aquellas cláusulas que efectúan un reenvío a textos o
documentos que no se facilitan a la contraparte del predisponente, previa o simultáneamente
a la conclusión del contrato. Las disposiciones del contrato de adhesión son aplicables a la
contratación telefónica, electrónica o similares.

B. Caracteres

La contratación predispuesta porta los siguientes caracteres: unilateralidad, rigidez, poder de


negociación a favor del predisponente y el riesgo de aprovecharse de tal circunstancia para
consolidarlo a través de cláusulas inequitativas contrarias al adherente.

C. Cláusulas particulares

Las cláusulas particulares son aquellas que, negociadas individualmente, amplían, limitan,
suprimen o interpretan una cláusula general. En caso de incompatibilidad entre cláusulas
generales y particulares, prevalecen estas últimas. ART. 987. Las cláusulas ambiguas
predispuestas por una de las partes se interpretan en sentido contrario a la parte
predisponente.
D. Cláusulas abusivas: se tienen por no escritas (artículo 988)
 las cláusulas que desnaturalizan las obligaciones del predisponente;
 las que importan renuncia o restricción a los derechos del adherente, o amplían
derechos del predisponente que resultan de normas supletorias;
 las que, por su contenido, redacción o presentación, no son razonablemente
previsibles.

La aprobación administrativa de las cláusulas generales no obsta a su control judicial.


Cuando el juez declara la nulidad parcial del contrato, simultáneamente lo debe integrar, si
no puede subsistir sin comprometer su finalidad (artículo 989).

Contrato de consumo y relación de consumo

Contratos de consumo

Es el celebrado entre un consumidor o usuario final con una persona humana o jurídica
que actúe profesional u ocasionalmente o con una empresa productora de bienes o
prestadora de servicios, pública o privada, que tenga por objeto la adquisición, uso o goce
de los bienes o servicios por parte de los consumidores o usuarios, para su uso privado,
familiar o social. (artículo 1093)

Entre ese consumidor y la PF o PJ que actúa como prestador o productor de bienes/


servicios se forma una relación de consumo.

Relación de consumo

Es el vínculo jurídico entre un proveedor y un consumidor. Se considera consumidor a la


persona humana o jurídica que adquiere o utiliza, en forma gratuita u onerosa, bienes o
servicios como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social.
(artículo 1092)

 Consumidor

Queda equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relación de consumo como
consecuencia o en ocasión de ella, adquiere o utiliza bienes o servicios, en forma gratuita u
onerosa, como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social. (artículo
1092 segundo párrafo).

El consumidor individual o persona jurídica que requiere protección es aquella que carece de
intenciones que apunten a que el bien o el servicio continúen su vida económica en actividades
de fabricación, producción, distribución o prestación.

En cambio, es consumidor la persona jurídica (por ejemplo, una empresa) que celebra
contratos de seguro que amparen bienes como destinatario final, en beneficio de la empresa; o
que protejan los riesgos a los que se hallan expuestos bienes con los que agotará el proceso
económico.

También que, equiparado al consumidor, es quien sin ser parte de una relación de consumo
como consecuencia o en ocasión de ella, adquiere o utiliza bienes o servicios en forma gratuita
u onerosa como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social, siempre
que no tenga vínculo con su actividad comercial, industrial, artesanal o profesional.

Los consumidores equiparados son sujetos que no tienen un vínculo contractual o de derecho
público con el proveedor, pero como consecuencia o en ocasión de ello adquieren o utilizan
bienes o servicios que fueron adquiridos por un consumidor efectivo con el que los une un
vínculo familiar o social. Se encuadra en esta categoría, por ejemplo, quien recibe como regalo
o presente de estilo un producto defectuoso.

La cuestión para determinar cuándo un contrato es contrato de consumo es de gran


trascendencia práctica por las consecuencias que acarrea: la prescripción, deberes de
protección instituidos en el CCyC, como, por ejemplo, lo relativo al deber de información, lo
relacionado con la prestación de los servicios; las cláusulas abusivas, etc.

1. Interpretación normativa

Las normas que regulan las relaciones de consumo deben ser aplicadas e interpretadas
conforme con el principio de protección del consumidor y el de acceso al consumo sustentable.
En caso de duda sobre la interpretación de este Código o las leyes especiales, prevalece la más
favorable al consumidor (artículo 1094).

La norma despliega un principio de alcance general para todo el sistema normativo, según el
cual toda norma que regule relaciones de consumo debe ser aplicada e interpretada conforme
con el principio de protección del consumidor y el acceso al consumo sustentable. Se trata de
una disposición de orden público protectorio, imperativa en su aplicación e indisponible para
las partes.

 Principio pro- consumidor

El contrato se interpreta en el sentido más favorable para el consumidor. Cuando existen dudas
sobre los alcances de su obligación, se adopta la que sea menos gravosa (artículo 1095).

Lo que el precepto exige es que, en caso de contarse con más de una posibilidad interpretativa
para una determinada disposición contractual en un contrato de consumo, debe el intérprete
siempre adoptar la alternativa que resulte más favorable para el consumidor. La situación
favorable puede vincularse con una menor onerosidad de la prestación a su cargo o con la
ampliación del contenido prestacional al que tiene derecho en razón de las obligaciones
asumidas por el proveedor, entre otros supuestos.

 Acceso al consumo sustentable

La protección de los más altos intereses de la comunidad determina que sea hoy insoslayable
exigir que toda actividad productiva o de comercialización de bienes y servicios respete las
exigencias propias de la preservación de un medio ambiente sustentable, lo que exige que en
la comercialización de productos de consumo se prevean los mecanismos necesarios para el
reciclado o la disposición adecuada de los residuos que puedan generarse.

Modalidades especiales

Las técnicas de mercadeo no esperan que el consumidor concurra al local del proveedor: salen
a buscarlo por eso el CCyC distingue estos casos:

a. Contratos celebrados a distancia: son aquellos concluidos entre un proveedor y un


consumidor con el uso exclusivo de medios de comunicación a distancia, entendiéndose por
tales los que pueden ser utilizados sin la presencia física simultánea de las partes contratantes.
En especial, se consideran los medios postales, electrónicos, telecomunicaciones, así como
servicios de radio, televisión o prensa. (artículo 1105)
b. Contratos celebrados fuera de establecimientos comerciales: Está comprendido en la
categoría de contrato celebrado fuera de los establecimientos comerciales del proveedor el
que resulta de una oferta o propuesta sobre un bien o servicio concluido en el domicilio o lugar
de trabajo del consumidor, en la vía pública, o por medio de correspondencia, los que resultan
de una convocatoria al consumidor o usuario al establecimiento del proveedor o a otro sitio,
cuando el objetivo de dicha convocatoria sea total o parcialmente distinto al de la contratación,
o se trate de un premio u obsequio (artículo 1104).

c. Ofertas por medios electrónicos. Las ofertas de contratación por medios electrónicos o
similares deben tener vigencia durante el período que fije el oferente o, en su defecto, durante
todo el tiempo que permanezcan accesibles al destinatario. El oferente debe confirmar por vía
electrónica y sin demora la llegada de la aceptación. (artículo 1108).

Contratos bilaterales y unilaterales, onerosos y gratuitos, conmutativos y aleatorios

1. Bilaterales y unilaterales (artículo 966)


 Los contratos son unilaterales cuando una de las partes se obliga hacia la otra sin
que ésta quede obligada. Por ej.: mandato gratuito, fianza, donación, comodato
 Son bilaterales cuando las partes se obligan recíprocamente la una hacia la otra.
Ejemplo: locación, contrato de obra, compraventa.
 Las normas de los contratos bilaterales se aplican supletoriamente a los contratos
plurilaterales. Los contratos plurilaterales son los que nacen por la concurrencia de
la manifestación negocial de tres o más partes, cuyas prestaciones van dirigidas a
la consecución de un fin común. Ejemplo: consorcio de propiedad horizontal.

2. Onerosos y gratuitos (artículo 967)


 Los contratos son a título oneroso cuando las ventajas que procuran a una de las partes
les son concedidas por una prestación que ella ha hecho o se obliga a hacer a la otra.
 Son a título gratuito cuando aseguran a uno o a otro de los contratantes alguna
ventaja, independiente de toda prestación a su cargo.

En este caso no se tienen en cuenta el número y reciprocidad de las obligaciones, sino


exclusivamente las ventajas comparadas con los sacrificios. No obstante, es claro que todo
contrato bilateral es oneroso, porque cada una de las partes se obliga para que el otro dé o
haga algo y en esa perspectiva de valor de intercambio radica la onerosidad, criterio
adoptado para la diferenciación.

La caracterización de un contrato como oneroso o gratuito es relevante porque:

a. La persona emancipada no puede, ni con autorización judicial, hacer donación de bienes


que hubiese recibido a título gratuito y requiere autorización judicial para disponer de
ellos.

b. En los contratos a título gratuito constituye error esencial el que recae sobre la persona,
si ella fue determinante para su celebración.

c. Los actos a título gratuito se encuentran más expuestos a la acción por fraude, pues para
que proceda con relación a actos a título oneroso se exige que quien contrató con el
deudor haya conocido o debido conocer que el acto provocaba o agravaba la insolvencia
del otorgante.
d. La aplicación del instituto de la lesión exige realizar una evaluación concreta sobre la
onerosidad de las contraprestaciones en juego, pues para su procedencia se requiere la
existencia de una notoria desproporción (factor objetivo), verificable al tiempo del
otorgamiento del acto y subsistente al de la demanda; la que debe concurrir con el
elemento subjetivo, imprescindible para la procedencia del instituto en un caso concreto.

e. El transmitente a título oneroso está obligado al saneamiento, que garantiza por evicción
y por vicios ocultos. El adquirente a título gratuito puede, empero, ejercer en su provecho
las acciones de responsabilidad por saneamiento correspondientes a sus antecesores.

f. Suele haber mayores recaudos formales para el otorgamiento de actos a título gratuito.

g. La imprevisión (art. 1091 CCyC) resulta aplicable a los vínculos contractuales con
componente de onerosidad.

h. La frustración de la finalidad, definitiva o temporánea tiene a los contratos a título


oneroso como su principal territorio de aplicación.

i. Quien resulta subadquirente de buena fe y a título oneroso de un derecho real sobre una
cosa mueble, goza de protección frente a la acción reivindicatoria.

j. Son válidos los actos de disposición a título oneroso realizados por el heredero aparente
a favor de terceros que ignoraban la existencia de herederos de mejor o igual derecho que
aquel con quien contratan, o que los derechos de este se encontraban judicialmente
controvertidos.

3. Conmutativos y aleatorios (artículo 968)

Los contratos a título oneroso son:

 conmutativos cuando las ventajas para todos los contratantes son ciertas.
 Son aleatorios, cuando las ventajas o las pérdidas, para uno de ellos o para todos,
dependen de un acontecimiento incierto.

La distinción entre ambas categorías se debe efectuar teniendo en consideración la


incertidumbre acerca de la exigibilidad futura de la obligación asumida por una de las partes,
cuya existencia, determinación y exigibilidad depende de la verificación de un acontecimiento
incierto, de naturaleza básicamente aleatoria. El contrato podrá ser clasificado como
conmutativo cuando el cumplimiento de las obligaciones a cargo de cada una de las partes se
encuentre determinado desde la celebración y aleatorio cuando ello se encuentre sujeto a un
acontecimiento futuro, ajeno a la voluntad de las partes.

Es posible definir la aleatoriedad como la cualidad del vínculo que se verifica cuando, al tiempo
de la celebración, no es posible establecer con certeza cuál habrá de ser el contenido
prestacional a cargo de los contratantes. No es igual al riesgo propio de cada contrato o con los
factores de incertidumbre que pueden provenir de las circunstancias económicas o sociales en
las que debe desplegar sus efectos el vínculo. La imprevisión (art. 1091 CCyC), se aplica
principalmente a los contratos conmutativos de naturaleza fluyente y a los contratos aleatorios
“…si la prestación se torna excesivamente onerosa por causas extrañas a su alea propia”.

3. Nominados o innominados (artículo 970)

Los contratos son nominados e innominados según que la ley los regule especialmente o no.
Los contratos innominados están regidos, en el siguiente orden, por:
a) la voluntad de las partes;

b) las normas generales sobre contratos y obligaciones;

c) los usos y prácticas del lugar de celebración;

d) las disposiciones correspondientes a los contratos nominados afines que son compatibles y
se adecuan a su finalidad.

Oferta. Concepto. Requisitos. Retractación.

La oferta es la manifestación dirigida a persona determinada o determinable, con la intención


de obligarse y con las precisiones necesarias para establecer los efectos que debe producir de
ser aceptada. (artículo 972).

La oferta es un acto jurídico unilateral y recepticio que exterioriza la voluntad de quien la


formula, y está destinada a la celebración de un contrato. Por eso el artículo 971 dice que se
tiene por formado el consentimiento en esta circunstancia: Los contratos se concluyen con la
recepción de la aceptación de una oferta o por una conducta de las partes que sea suficiente
para demostrar la existencia de un acuerdo.

Requisitos

1. Que sea dirigida a persona determinada o determinable. Se refiere a la direccionalidad.


La oferta debe ser recepticia, esto implica decir que tenga destinatario, o sea, una o
más personas determinadas o determinables que, en su caso, asumirán la condición de
aceptante. 2. Es determinada cuando va dirigida a una persona identificada o
particularizada, y determinable, cuando la oferta tenga un procedimiento claro para la
determinación de la persona a la cual se dirige, en cuyo caso es obligatoria para el
oferente, tal como ocurre con la promesa de recompensa a quien encuentre y
devuelva un objeto. ¿Qué pasa si la oferta es a persona indeterminada? El artículo 973
dice que se trata de una invitación a ofertar.

La oferta dirigida a personas indeterminadas es considerada como invitación para que


hagan sus ofertas, excepto que de sus términos o de las circunstancias de su emisión
resulte la intención de contratar del oferente. En este caso se la entiende emitida por el
tiempo y las condiciones admitidas por los usos; ejemplo: quien publica un aviso
ofreciendo vender un auto, está dispuesto a escuchar ofertas, pero no por ello aceptarlas.

3. Que contenga las precisiones necesarias sobre los efectos que debe producir de ser
aceptada. Se refiere a la completitividad. El art. 972 sólo exige que contenga las precisiones
necesarias para establecer los efectos que debe producir de ser aceptada, aunque no
contenga todos los elementos constitutivos del contrato. Esto implica que la oferta es
completa aún cuando carezca de cuestiones accesorias, lo que puede variar, lógicamente,
de acuerdo con las circunstancias particulares del caso.

4. Que sea con intención de obligarse. Se refiere a un requisito vinculante. La oferta debe ser
hecha por el oferente con la intención de obligarse, es decir, de quedar obligado cuando el
destinatario la acepte. Esto se relaciona directamente con la finalidad de la oferta. La oferta se
hace con la intención de producir efectos jurídicos, ya sea crear, modificar o extinguir un
contrato.
Fuerza obligatoria de la oferta (artículo 974)

Principio: La oferta obliga al proponente, a no ser que lo contrario resulte de sus términos, de
la naturaleza del negocio o de las circunstancias del caso. El CCyC regula la obligatoriedad de la
oferta, distinguiendo entre la planteada a persona presente de la enunciada a quien no lo está
y se prevén alternativas de régimen según el medio de comunicación empleado.

1. Oferta hecha a persona presente.

La oferta hecha a una persona presente o la formulada por un medio de comunicación


instantáneo, sin fijación de plazo, sólo puede ser aceptada inmediatamente.

2. Oferta a persona que no está presente.

Cuando se hace a una persona que no está presente, sin fijación de plazo para la aceptación, el
proponente queda obligado hasta el momento en que puede razonablemente esperarse la
recepción de la respuesta, expedida por los medios usuales de comunicación.

La fuerza obligatoria de la oferta está asociada al plazo de su duración, la oferta siempre tiene
una vigencia temporalmente limitada. El último párrafo del artículo 974 dice: “Los plazos de
vigencia de la oferta comienzan a correr desde la fecha de su recepción, excepto que contenga
una previsión diferente”.

Retractación de la oferta (artículo 975)

La oferta dirigida a una persona determinada puede ser retractada si la comunicación de su


retiro es recibida por el destinatario antes o al mismo tiempo que la oferta.

La retractación es una manifestación de voluntad unilateral, enunciada por su autor con la


finalidad de privar de efectos a una oferta por él emitida con anterioridad. Para resultar
jurídicamente eficaz, la retractación debe ser recibida por el destinatario en tiempo anterior o
contemporáneo a la recepción de la oferta. Se considera que la recepción, sea de la oferta o de
la retractación, opera cuando su destinatario la conoce o debería conocerla. La retractación
puede ser formulada por el emisor de la oferta o sus sucesores.

Aceptación

Concepto

Para que el contrato se concluya, la aceptación debe expresar la plena conformidad con la
oferta. Cualquier modificación a la oferta que su destinatario hace al manifestar su aceptación,
no vale como tal, sino que importa la propuesta de un nuevo contrato, pero las modificaciones
pueden ser admitidas por el oferente si lo comunica de inmediato al aceptante (artículo 978)

La aceptación es la contracara de la oferta, de ella depende la generación de un


consentimiento válido. Para que tenga eficacia debe expresar plena conformidad con la oferta,
en grado tal que cualquier modificación introducida a la propuesta original por el destinatario
importa la formulación de la oferta de un nuevo contrato.

Quien recibe una oferta dispone entonces de varias posibilidades: guardar silencio, rechazarla,
proponer una reformulación de sus términos o aceptarla. Si acepta, su manifestación debe ser:
lisa y llana; oportuna y formulada durante el lapso de vigencia de la oferta.
Modos de aceptación

Toda declaración o acto del destinatario que revela conformidad con la oferta constituye
aceptación. (artículo 979 primera parte)

a. Aceptación expresa

Se produce por manifestación verbal, por escrito o por signos inequívocos que dan cuenta de
una declaración afirmativa.

b. Aceptación tácita

Se da cuando el destinatario lleva adelante una conducta que no desarrollaría de no haber


aceptado la oferta, incompatible con su rechazo. Ejemplo cuando una parte ejecuta y la otra
recibe la prestación ofrecida o pedida.

c. Aceptación por silencio (artículo 979 segunda parte)

El silencio importa aceptación sólo cuando existe el deber de expedirse. El que (ese deber)
puede resultar de la voluntad de las partes, de los usos o de las prácticas que las partes hayan
establecido entre ellas, o de una relación entre el silencio actual y las declaraciones
precedentes.

Formación del contrato entre ausentes y entre presentes

La aceptación perfecciona el contrato: (artículo 980)

a. Entre presentes cuando es manifestada (Se consideran celebrados entre presentes los
contratos en los que no hay solución de continuidad entre la oferta y la respuesta a ella)

En los contratos celebrados entre presentes, la oferta y la aceptación se producen en forma


inmediata, por lo que la formación del contrato es instantánea. Se recepta el principio de la
tempestividad de la aceptación. Esto comprende la noción de contratos entre presentes como
así también aquellos en los que la oferta y aceptación se formulan a través de medios de
comunicación instantáneos.

c. Entre ausentes si es recibida por el proponente durante el plazo de vigencia de la


oferta. (son entre ausentes los contratos en los que media un plazo entre la realización
de la oferta y su respuesta, sin importar en razón de las posibilidades que ofrecen las
TIC la localización física de los sujetos involucrados).

¿Cuándo se considera recibida la manifestación de la voluntad? El art. 983 del Código se ocupa
de aclararlo, despejando dudas al respecto. Así, dispone que la recepción se produce cuando la
parte, a quien iba dirigida, la conoce o debió conocerla, ya sea por comunicación verbal, por la
recepción en su domicilio de un instrumento pertinente o por cualquier otro modo útil.

Retractación de la aceptación

La retractación de la aceptación es una manifestación unilateral de voluntad cuya intención es


la de privar de efectos jurídicos a otra manifestación de voluntad anterior, formulada por la
misma parte —el sujeto o sus herederos—, por la que se comunicó la aceptación de una oferta.

La retractación de la aceptación será eficaz si llega a conocimiento del oferente antes o al


mismo tiempo que la aceptación que procura dejar sin efecto.
La aceptación puede ser retractada si la comunicación de su retiro es recibida por el
destinatario antes o al mismo tiempo que ella (artículo 981).

Tal situación puede darse si el emisor emplea un medio de mayor celeridad de comunicación
que el utilizado para la transmisión de la aceptación. Quien pone en conocimiento una
retractación debe adoptar los recaudos que le permitan luego acreditar la comunicación y el
momento en la que se produjo.

CONTENIDO DEL CONTRATO

Se entiende por capacidad jurídica o de derecho la aptitud que tiene una persona para ser
titular de derechos y deberes. Es un atributo inseparable de la noción de persona, sea física o
jurídica, pues configura el rasgo esencial que sirve para definirla.

La capacidad jurídica representa la posición que ocupa el sujeto de derecho para ser
destinatario de efectos jurídicos.

Artículo 23. La capacidad es la regla y la incapacidad es la excepción. Toda persona humana


puede ejercer por sí misma sus derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas en
este Código y en una sentencia judicial.

En definitiva, la capacidad se desdobla en dos categorías diferentes: de derecho y de ejercicio.

1. Capacidad de derecho

Toda persona humana goza de la aptitud para ser titular de derechos y deberes jurídicos.

La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples actos, o actos jurídicos
determinados. (artículo 22)

La falta absoluta de capacidad importa, necesariamente, la negación de la calidad de persona.

2. Capacidad de ejercicio

La capacidad de ejercicio es la aptitud de las personas humanas para actuar por sí mismas en la
vida civil. Tal aptitud supone la existencia de la persona, es decir, de la capacidad de derecho, a
la que se le suma un grado de madurez suficiente y un estado físico-mental que permita dicho
obrar.

Incapacidad e inhabilidad para contratar

Incapacidad de ejercicio (ARTÍCULO 24)

a.- La persona por nacer: sus representantes son los padres.

b.- Menor de edad que no cuenta con edad y grado de madurez suficiente.

C- La persona declarada incapaz por sentencia judicial.

Inhabilidad para contratar

1. Regla general (artículo 1001)

No pueden contratar, en interés propio o ajeno, según sea el caso, los que están impedidos
para hacerlo conforme a disposiciones especiales.
Los contratos cuya celebración está prohibida a determinados sujetos tampoco pueden ser
otorgados por interpósita persona.

2. Inhabilidades especiales (artículo 1002 es una enumeración ejemplificativa)

Este supuesto presupone la posibilidad de aprovechamiento de una determinada posición de


ventaja o de poder por eso se los inhabilita para contratar. No pueden contratar en interés
propio:

a) los funcionarios públicos, respecto de bienes de cuya administración o enajenación están o


han estado encargados;

b) los jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia, los árbitros y mediadores, y sus auxiliares,
respecto de bienes relacionados con procesos en los que intervienen o han intervenido;

c) los abogados y procuradores, respecto de bienes litigiosos en procesos en los que


intervienen o han intervenido;

d) los cónyuges, bajo el régimen de comunidad, entre sí. Los albaceas que no son herederos no
pueden celebrar contrato de compraventa sobre los bienes de las testamentarias que estén a
su cargo.

Efectos de la invalidez

El efecto es la nulidad del contrato, el artículo 1000 regula los efectos que se siguen de esta
declaración por haber sido otorgado por un incapaz de ejercicio o con capacidad restringida.

Artículo 1000. Declarada la nulidad del contrato celebrado por la persona incapaz o con
capacidad restringida, la parte capaz no tiene derecho para exigir la restitución o el reembolso
de lo que ha pagado o gastado, excepto si el contrato enriqueció a la parte incapaz o con
capacidad restringida y en cuanto se haya enriquecido.

Las nulidades en materia de contratos están previstas con la finalidad de privar de eficacia a los
actos realizados contra el orden público, moral, buenas costumbres o con afectación de los
intereses de una persona incapaz.

Con relación a la declaración de nulidad a la que se alude, dispuesta en protección de los


intereses del incapaz, deben distinguirse dos supuestos, según que la celebración del contrato
sea:

1. Anterior a la inscripción en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas de la


sentencia que declara la incapacidad, caso en el que pueden ser declarados nulos los
actos en los que a la existencia de perjuicio al incapaz se sume alguno de los siguientes
factores:

a. enfermedad mental ostensible al tiempo del otorgamiento;

b. mala fe del otro contratante; o

c. acto a título gratuito (art. 45 CCyC); y

2. posterior a la inscripción de la sentencia en ese registro: el acto es nulo sin necesidad

de verificar la concurrencia de los factores mencionados arriba. Son nulos si contrarían lo

dispuesto en la sentencia que declara la incapacidad de ejercicio. (artículo 44).


Representación. Concepto. Representación legal y convencional. Efectos. Poder:

Concepto. Inexistencia o exceso de representación. Abuso de poder.

Los incapaces son las personas por nacer, las que no cuentan con edad y grado de

madurez suficiente y las declaradas incapaces por sentencia judicial.

Esta es la regla general que fija el CCyC en el artículo 100: Las personas incapaces ejercen

por medio de sus representantes los derechos que no pueden ejercer por sí.

Los incapaces de ejercicio están sujetos al sistema de protección llamado representación.

Existe representación cuando una persona (representante) declara su voluntad en

nombre y por cuenta de otra persona (representado), en virtud de una facultad apropiada

y suficiente, de tal modo que los efectos se producen directa e inmediatamente en el

representado, como si él mismo hubiera ejecutado el acto.

Las decisiones sobre los derechos personalísimos o de la personalidad del representado

quedan fuera de la órbita de las funciones del representante, por tratarse de derechos

de carácter estrictamente personales y que, por tanto, no pueden ser suplidos por su

representante.

Principio: (artículo 358 primer párrafo) Los actos jurídicos entre vivos pueden ser

celebrados por medio de representante, excepto en los casos en que la ley exige que sean

otorgados por el titular del derecho.

Clases

1. Voluntaria

La representación voluntaria comprende sólo los actos que el representado puede otorgar por
sí mismo. Los límites de la representación, su extinción, y las instrucciones que el representado
dio a su representante, son oponibles a terceros si éstos han tomado conocimiento de tales
circunstancias, o debieron conocerlas obrando con cuidado y previsión (artículo 362).

Lleva esa denominación porque depende de la voluntad del interesado no solo nombrar al
representante sino también elegir quién habrá de serlo.

2. Legal

Es aquella que se impone necesariamente en los casos que la ley determina. Es lo que ocurre
con los padres, tutores y curadores. En sentido estricto el representante legal sustituye la
persona del representado. No es la voluntad de este, sino la de aquel, la que cuenta. Sin
embargo, el Código flexibiliza esta regla en numerosas disposiciones.

3. Orgánica

La representación orgánica es la que se verifica respecto de personas jurídicas y surge de los


instrumentos que les dieron origen.
Efectos

Los actos celebrados por el representante en nombre del representado y en los límites de las
facultades conferidas por la ley o por el acto de apoderamiento, producen efecto directamente
para el representado (artículo 359). Este principio es aplicable a todos los tipos de
representación (voluntaria, legal, orgánica).

Para que haya representación basta la actuación del representante en nombre del
representado, pero para que lo obrado por el representante sea eficaz —esto es, para que
pueda ser atribuido al representado—, son necesarias dos cosas:

 el otorgamiento de un poder de representación, o bien la posterior ratificación por


parte del representado de lo obrado por el representante (arts. 369, 370, 371);
 que el acto haya sido efectuado dentro de los límites de la ley o el acto de
apoderamiento.

Poder

Otro requisito de la representación es el poder, es decir, la autorización que faculta al


representante para actuar en nombre del representado y a producir efectos en la esfera
jurídica de éste.

El poder representa la investidura, el título que legitima al representante para imponer un


orden vinculante a los intereses del representado.

El apoderamiento es un acto jurídico unilateral por el cual el poderdante confiere el poder al


representante. Se trata de un acto jurídico, puesto que entraña una manifestación de voluntad
dirigida a crear la facultad de referencia. Es un acto unilateral, en cuanto requiere para su
perfeccionamiento la declaración de voluntad del poderdante, sin que sea necesaria la
aceptación del apoderado.

Cuando el que actúa en nombre de otro no está autorizado a hacerlo, esto es, no está investido
de poder, carece de legitimación para producir efectos en la esfera jurídica de la persona en
cuyo nombre despliega dicha actividad.

Artículo 375. Poder conferido en términos generales y facultades expresas

Las facultades contenidas en el poder son de interpretación restrictiva. El poder conferido en


términos generales sólo incluye los actos propios de administración ordinaria y los necesarios
para su ejecución.

Son necesarias facultades expresas para:

a) peticionar el divorcio, la nulidad de matrimonio, la modificación, disolución o liquidación del


régimen patrimonial del matrimonio;

b) otorgar el asentimiento conyugal si el acto lo requiere, caso en el que deben identificarse los
bienes a que se refiere;

c) reconocer hijos, caso en el que debe individualizarse a la persona que se reconoce;

d) aceptar herencias;

e) constituir, modificar, transferir o extinguir derechos reales sobre inmuebles u otros bienes
registrables;
f) crear obligaciones por una declaración unilateral de voluntad;

g) reconocer o novar obligaciones anteriores al otorgamiento del poder;

h) hacer pagos que no sean los ordinarios de la administración;

i) renunciar, transar, someter a juicio arbitral derechos u obligaciones, sin perjuicio de las reglas
aplicables en materia de concursos y quiebras;

j) formar uniones transitorias de empresas, agrupamientos de colaboración empresaria,


sociedades, asociaciones, o fundaciones;

k) dar o tomar en locación inmuebles por más de tres años, o cobrar alquileres anticipados por
más de un año;

l) realizar donaciones, u otras liberalidades, excepto pequeñas gratificaciones habituales;

m) dar fianzas, comprometer servicios personales, recibir cosas en depósito si no se trata del
necesario, y dar o tomar dinero en préstamo, excepto cuando estos actos correspondan al
objeto para el que se otorgó un poder en términos generales.

Inexistencia o exceso de representación

ARTÍCULO 376. Responsabilidad por inexistencia o exceso en la representación.

Si alguien actúa como representante de otro sin serlo, o en exceso de las facultades conferidas
por el representado, es responsable del daño que la otra parte sufra por haber confiado, sin
culpa suya, en la validez del acto; si hace saber al tercero la falta o deficiencia de su poder, está
exento de dicha responsabilidad.

En este artículo se regula un supuesto especial de responsabilidad por actuación en exceso o


falta de representación, siempre que se reúnan los presupuestos de la responsabilidad.

En cuanto a la validez o no de la contratación en esta hipótesis, el artículo 1025 dice:

“Quien contrata a nombre de un tercero sólo lo obliga si ejerce su representación. A falta de


representación suficiente el contrato es ineficaz. La ratificación expresa o tácita del tercero
suple la falta de representación; la ejecución implica ratificación tácita”.

Abuso de poder

El “abuso del poder de representación”, se da cuando el apoderado contraría sustancialmente


la finalidad de la representación, que es la tutela del interés del representado y que se vulnera
cuando surge un conflicto de intereses entre representante y representado.

En esa situación el representante emplea su poder en sentido opuesto a los motivos por los
que se ha concedido. Es decir: existe cuando realiza en nombre del representado “X” negocios
que benefician directamente a sí mismo (representante) o a un tercero, paralizando la
legitimación para el representante, al procurarle a él u otras personas ajenas al poderdante,
ventajas económicas o jurídicas. Entonces se reduce a dos figuras:

A. Negocio celebrado por el representante para regular relaciones entre él mismo y el


representado: contrato consigo mismo o autocontrato.

B. Negocio celebrado por quien ostenta la representación común de dos distintas personas
para regular las relaciones que discurren entre aquellas partes; o bien
realizado en confabulación o inteligencia con otra parte a la cual el conflicto de intereses era
conocido o reconocible.

El abuso de representación desaparece cuando las situaciones de conflictos que se detallan


precedentemente han sido previstas y aceptadas anticipadamente por el representado,
mediante específica autorización.

No existe tampoco abuso cuando el contenido del negocio ha sido predeterminado por el
interesado en forma que evite la posibilidad de un conflicto.

En definitiva, el abuso de representación es vicio de la legitimación; no implica ausencia de


este presupuesto de validez, como sucede con el defecto de representación. De ahí surge que
el abuso de representación nunca puede dar lugar más que a una simple anulabilidad del
negocio.

Artículo 368: “Nadie puede, en representación de otro, efectuar consigo mismo un acto
jurídico, sea por cuenta propia o de un tercero, sin la autorización del representado. Tampoco
puede el representante, sin la conformidad del representado, aplicar fondos o rentas obtenidas
en ejercicio de la representación a sus propios negocios, o a los ajenos confiados a su gestión”.

Objeto del contrato. Concepto. Requisitos (análisis pormenorizado).

El objeto de los contratos puede consistir en una prestación, un bien o un objeto y es lo que se
prometen las partes o sobre las que recae la obligación comprometida.

Entonces son los hechos —positivos o negativos— y los bienes (comprende los derechos,
productos y cosas) sobre los que recae el contrato. Es decir, la noción de objeto del negocio
jurídico queda reducida a su materia.

El CCyC dice en el artículo 279:

El objeto del acto jurídico no debe ser un hecho imposible o prohibido por la ley, contrario a la
moral, a las buenas costumbres, al orden público o lesivo de los derechos ajenos o de la
dignidad humana. Tampoco puede ser un bien que por un motivo especial se haya prohibido
que lo sea.

1. Hechos imposibles

La imposibilidad material se configura respecto a las cosas que jamás han existido, o que han
dejado de existir, o que no pueden existir. El clásico ejemplo es la venta de un caballo que
murió antes de la celebración del acto, sin conocimiento de las partes.

Los hechos que son objeto del acto jurídico deben ser determinados o determinables. Se dice
que son determinados cuando al momento de la celebración del acto se encuentra precisado la
materia sobre la que versa el derecho; en cambio es determinable cuando legal o
convencionalmente se establecen los mecanismos tendientes a su determinación en el
momento de cumplirse el acto.

La imposibilidad a la que hace referencia el artículo tiene que ser absoluta, el cumplimiento no
debe ser susceptible de realización para ninguna persona y no solamente para una de las
partes o para ambas.

2. Prohibido por las leyes, contrario a la moral, buenas costumbres y orden público
Los hechos ilícitos no pueden ser objeto de los actos jurídicos, no puede contravenir una
norma de orden público que son indisponible por la voluntad de las partes tampoco ni deben
contravenir la moral o buenas costumbres.

La ilicitud de los negocios puede provenir de la actividad encaminada a disponer de esos


bienes, por lo tanto, del contenido, la intención o la causa. Ahora por ejemplo si alguien quiere
realizar la venta de droga, si es ilícito porque son bienes que están fuera del comercio. Las leyes
no pueden aceptar contratos u obligaciones cuyo objeto sea ilícito, es decir, contrario a la ley, a
la moral o a las buenas costumbres.

3. Hechos lesivos de los derechos ajenos o a la dignidad humana

Este concepto se relaciona con el artículo 56 que se refiere a los actos de disposición sobre el
propio cuerpo. Se prohíbe la disposición cuando causan una disminución permanente de su
integridad, atentan contra la ley, moral o buenas costumbres. No comprende los casos de
ablación de órganos, ni si esas disposiciones propenden al mejoramiento de la persona que
dispone o de una tercera persona.

Con esta norma se procura proteger el derecho a la integridad, estableciendo que cede ante los
límites legales y morales que se imponen por el respeto a la dignidad humana. En otras
palabras, como toda disposición de un derecho personalísimo, el límite de autodeterminación,
en lo que respecta a la disposición sobre el propio cuerpo, está constituido porque no afecte la
dignidad de la persona humana.

4. No puede ser un bien que haya sido prohibido por la ley

El término “bienes” comprende tanto las cosas materiales como las inmateriales. Esta exigencia
se refiere a las disposiciones que prevén que determinadas cosas no pueden ser objeto de
algunos actos por razones de política legislativa. Por ejemplo: las cosas muebles no pueden ser
objeto de las hipotecas.

Si un bien a pesar de estar prohibido por la ley es empleado como objeto del contrato o acto
jurídico la sanción será la nulidad absoluta.

Causa. Concepto. Sistema del Código Civil y Comercial. Necesidad de causa.

El CCyC adhiere a las teorías causalistas y conceptualiza la causa fin como aquella que ha sido
determinante de la voluntad, sin la cual no se hubiera realizado el acto.

El artículo 1012 dice que se aplican a la causa del contrato las disposiciones de los actos
jurídicos fijadas en el artículo 281 que habla de la causa fin:

“La causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que ha sido determinante
de la voluntad. También integran la causa los motivos exteriorizados cuando sean lícitos y
hayan sido incorporados al acto en forma expresa, o tácitamente si son esenciales para ambas
partes”.

Los motivos también pueden considerarse como causa de los actos jurídicos / contratos. Se
considera a los motivos como móviles subjetivos que se consideran causas mientras sean lícitos
y hubieran sido incorporados en forma expresa al acto. También pueden serlo de forma tácita,
pero solo serán una causa si fueron esenciales para la celebración del negocio.
1. Presunción de causa en el artículo 282: “aunque la causa no esté expresada en el acto
se presume que existe mientras no se pruebe lo contrario. El acto es válido, aunque la
causa expresada sea falsa si se funda en otra causa verdadera”. Así que todos los actos
se presumen celebrados con causa fin.

2. Causa ilícita: El contrato se considera nulo si contraría la moral, orden público o buenas
costumbres; si las partes concluyeron el acto / contrato por un motivo ilícito o inmoral. Si
solo fue por parte de una no tiene derecho a invocar el contrato frente a la otra, pero ésta
puede reclamar lo que ha dado, sin obligación de cumplir lo que ha ofrecido (artículo
1014).

La regulación de la ilicitud de la causa pone en evidencia el deber de las partes en los


contratos de ajustar su conducta a la regla moral y a la legislación vigente. Por ende, la
ilicitud que da lugar a la nulidad del acto por causa ilícita puede provenir de la
contradicción con las normas legales, con el orden público o por alguna otra razón que
importe vulnerar el principio de licitud propio del acto jurídico.

Sistema del CCyC

La disposición en análisis —como reiteradamente se dijo— no se refiere a la causa fuente, sino


que se trata de la causa fin.

a. Causa fuente: es el hecho generador del acto, obligaciones o presupuestos de


hechos de los cuales se derivan las obligaciones legales.

b. Causa fin: se vincula con la dirección de la voluntad en la obtención de los efectos

jurídicos. Es el fin que las partes se propusieron lograr al momento de contratar.

d. Causa móvil: son los motivos o el querer individual de cada parte.

Necesidad de la causa

El principio de necesidad de la causa en un acto jurídico o contrato está fijado en el artículo


1013 y se pauta que ella debe existir en el momento de la formación y durante la celebración y
subsistir durante la ejecución.

La existencia de causa lícita en la formación del vínculo contractual es imprescindible, por


tratarse de un elemento necesario para la existencia misma del contrato. Su afectación o
desaparición en la etapa fundacional puede dar lugar a la ineficacia contractual por frustrarse
la finalidad.

Artículo 1013: La causa debe existir en la formación del contrato y durante su celebración y
subsistir durante su ejecución. La falta de causa da lugar, según los casos, a la nulidad,
adecuación o extinción del contrato.

Forma. Concepto. Clasificación: Contratos formales y no formales. Otorgamiento pendiente del


instrumento. Prueba. Nociones generales. Prueba de los contratos formales. Principio de
prueba por escrito.

La forma de los actos jurídicos es el conjunto de prescripciones de la ley, respecto de las


solemnidades que deben observarse al tiempo de la formación del acto jurídico, por ejemplo,
la escritura pública que se exige en ciertos contratos.
El CCyC establece el principio de libertad de formas en el artículo 1015 que dice que solo son
formales los contratos a los cuales la ley les impone una forma determinada.

La imposición de las formas es excepcional y la ley la establece por alguna de las finalidades
que prescribe la ley y se vinculan con el orden público. En a la relación entre las formas y las
modificaciones al contrato, el artículo 1016 indica que la formalidad exigida para este acto
jurídico rige también para las modificaciones ulteriores que le sean introducidas, excepto que
ellas versen solamente sobre las estipulaciones accesorias o secundarias, o que exista una
disposición legal en contrario.

Clasificación: contratos formales y no formales

Contratos formales (artículo 969)

Los contratos para los cuales la ley exige una forma para su validez son nulos si la solemnidad
no ha sido satisfecha.

Cuando la forma requerida para los contratos, lo es sólo para que éstos produzcan sus efectos
propios, sin sanción de nulidad, no quedan concluidos como tales mientras no se ha otorgado
el instrumento previsto, pero valen como contratos en los que las partes se obligaron a cumplir
con la expresada formalidad. Cuando la ley o las partes no imponen una forma determinada,
ésta debe constituir sólo un medio de prueba de la celebración del contrato.

La regla general es la de la libertad de formas, pero la ley puede designar una y se distinguen:

a. Formas absolutas. Son las que acarrean la ineficacia absoluta del acto en caso de
inobservancia (art. 285, última parte CCyC). Si no se cumple la forma impuesta, el acto se ve
privado de todo efecto, resultando absolutamente ineficaz. Ejemplo: donación de inmueble o
muebles registrables.

b. Formas relativas. Decimos que los contratos están sujetos a una formalidad relativa
cuando el cumplimiento de la formalidad no es exigido bajo sanción de nulidad; si bien no
quedan concluidos hasta que no se dé cumplimiento a la solemnidad prevista, valen como
contratos en los que las partes se obligan a cumplir la formalidad pendiente.

Ejemplo: cesión de derechos hereditarios.

c. Formas dispuestas con fines probatorios. El legislador también establece formas en


previsión de necesidades probatorias; en cuyo caso, la inobservancia del recaudo formal no
afecta al contrato ni a su existencia, que podrá ser acreditada por otros medios.

Ejemplo: cesión de derechos cuando no son actos que deben otorgarse por escritura pública,
locación de cosa inmueble.

Otorgamiento pendiente del instrumento

Es habitual que las partes en contratos que tienen impuesto algún recaudo formal específico,
obrando de buena fe, los celebren sin satisfacerlo, como con la compraventa inmobiliaria, en la
que suele firmarse un boleto de compraventa y luego la escrituración.

Dejar pendiente una formalidad exigida por la ley por las partes que contratan constituye una
obligación de hacer a la cual se sujetan.

De lo que se trata en este artículo es de una forma de conversión del negocio jurídico, vía por la
que se procura preservar su utilidad práctica y conservar su finalidad jurídico- económica.
Existe una comunidad de fines entre el acto convertido y el nuevo, que satisface las exigencias
formales enunciadas por las partes o por la ley.

El artículo tiene en cuenta dos tipos de conversión:

1. Primer párrafo: conversión instrumental

El otorgamiento pendiente de un instrumento previsto constituye una obligación de hacer si el


futuro contrato no requiere una forma bajo sanción de nulidad.

Exige de la colaboración de las partes contratantes que deberán aportar la información y


documentación que se les requieran para lograr la finalidad indicada en la ley.

2. Segundo párrafo: conversión instrumental coactiva

Si la parte condenada a otorgarlo es remisa, el juez lo hace en su representación, siempre que


las contraprestaciones estén cumplidas, o sea asegurado su cumplimiento.

Así se prevé que, si la parte condenada a otorgar el instrumento es remisa en el desarrollo de


las conductas necesarias para concretar el acto debido, el juez puede sustituirla en su
representación, siempre que las contraprestaciones estén cumplidas o se asegure su
cumplimiento.

No se trata de una consecuencia que se vaya a dar automáticamente ante cualquier caso en el
que una de las partes no otorgue el acto. Lo establecido por la norma requiere de un proceso
judicial en el que se dé oportunidad al obligado a ser oído y de ejercer plenamente su derecho
de defensa, de dar las razones por las que entiende que no están dadas las condiciones para el
otorgamiento del acto, o de dejar expuesta su reticencia.

Prueba. Nociones generales.

La producción de efectos jurídicos se encuentra condicionada a la existencia de hechos aptos


para provocarlos; si el presupuesto fáctico se encuentra controvertido, la prueba resulta
necesaria.

La prueba del contrato será necesaria solo en caso de darse controversia con relación a su
existencia. El régimen general impone que las pruebas sean suministradas por la parte que
invoca la existencia de un determinado hecho; pero en materia contractual debe tenerse en
consideración quién se encuentra en mejores condiciones de aportar elementos que permitan
al juez evaluar el conjunto de circunstancias en las que se pudo haber celebrado o no un
contrato.

Artículo 1019. Medios de prueba. Los contratos pueden ser probados por todos los medios
aptos para llegar a una razonable convicción según las reglas de la sana crítica, y con arreglo a
lo que disponen las leyes procesales, excepto disposición legal que establezca un medio
especial. Los contratos que sea de uso instrumentar no pueden ser probados exclusivamente
por testigos.

Cuando se refiere a todos los medios de prueba se hace una referencia especial: La eficacia de
la prueba testimonial se encuentra restringida, pero no suprimida, en los casos en los que
existe costumbre social de celebrar contrato por escrito. En estos casos puede ser
complementada la testimonial con otro tipo de pruebas, no es una prohibición.
Prueba de los contratos formales. Principio de prueba por escrito.

En el caso de los contratos formales en los que se exige una determinada forma para su validez,
es claro que la forma es esencial y debe respetarse. Sin embargo, en otros casos, cuando la
forma se aconseja a los efectos de la prueba del contrato, entonces también se puede lograr
ese cometido (probar el contrato) por otros medios.

Artículo 1020. Los contratos en los cuales la formalidad es requerida a los fines probatorios
pueden ser probados por otros medios, inclusive por testigos, si hay imposibilidad de obtener
la prueba de haber sido cumplida la formalidad o si existe principio de prueba instrumental, o
comienzo de ejecución. Se considera principio de prueba instrumental cualquier instrumento
que emane de la otra parte, de su causante o de parte interesada en el asunto, que haga
verosímil la existencia del contrato.

Los contratos a los que la ley les asigna una formalidad específica (a los efectos de su prueba)
pueden ser probados por otros medios de prueba.

El artículo se refiere a la imposibilidad de obtener la prueba designada por ley justamente por
no haber cumplido con la forma requerida o por la imposibilidad de presentarla a los efectos
requeridos. Esto se relaciona con el principio de prueba por escrito, entendido como la
existencia de cualquier instrumento que emana de la otra parte, de su causante o de parte
interesada en el asunto, que haga verosímil la existencia del contrato.

Alterini (2012), “el principio de prueba por escrito constituye un indicio, resultante de un
instrumento no firmado por la otra parte que, teniendo relación directa con el contrato, resulta
elemento de juicio útil para tenerlo por probado” (2012, p. 449). El artículo se refiere a un
supuesto específico de prueba sobre la existencia y alcances de un contrato, el referido a
aquellos en los que la formalidad es requerida a los fines probatorios.

La prueba principal y básica será siempre el propio instrumento; pero la norma admite que la
existencia del acto jurídico se pruebe por otros medios en tres supuestos distintos y que dan
lugar a indicios probatorios que pueden ser complementados. El objetivo es posibilitar que el
juez se forme la convicción de la existencia del contrato, según las reglas de la sana crítica.

Esos supuestos son:

a) Cuando existe imposibilidad de obtener la prueba de haber sido cumplida la


formalidad: lo que puede darse en caso de mediar destrucción, sustracción o extravío del
instrumento, o también, de darse algún supuesto invencible de acceso al documento.

b) Si existe principio de prueba instrumental: lo que ocurre, por ejemplo, si quien


sostiene la existencia del contrato presenta facturas, recibos, remitos, cartas de porte,
constancias de transferencias bancarias o cualquier otro tipo de instrumento que tendría su
origen en la existencia del vínculo contractual invocado, sin perjuicio de que ellos permitan
tener por corroborado también el comienzo de ejecución. Puede tratarse de instrumentos
públicos, privados o particulares no firmados y constar en soporte papel o tratarse de
documentos electrónicos (art. 287 CCyC).

c) Si existe comienzo de ejecución: se verifica cuando se corrobora la realización de


determinadas prestaciones que pueden considerarse comprendidas en las obligaciones
generadas por el vínculo contractual invocado y no en otro existente entre las partes; de modo
tal que no habrían tenido lugar de no haber mediado la celebración del contrato que se quiere
probar.

Es importante que, aun cuando las partes cuenten con el instrumento en el que consta la
existencia del contrato, el que puede ser sometido a reconocimiento por aquel a quien se
atribuye su autoría, en caso de no haber sido este celebrado por medio de escritura pública o
de no contar con firmas certificadas por escribano, prevean el ofrecimiento de prueba de
respaldo (por ejemplo, pericia caligráfica) para el caso que este sea negado por la contraria en
el juicio.

VICISITUDES (cambios a la contratación original)

Suspensión (excepción) de incumplimiento. Concepto.

La suspensión se adopta ante la posibilidad sería de un incumplimiento parcial sustancial o


total de las obligaciones a cargo de la contraparte.

Artículo 1031 primera parte: En los contratos bilaterales, cuando las partes deben cumplir
simultáneamente, una de ellas puede suspender el cumplimiento de la prestación, hasta que la
otra cumpla u ofrezca cumplir.

Para que proceda se requiere:

a. Que se trate de un contrato bilateral porque genera obligaciones para las dos partes.

b. Que el cumplimiento de las prestaciones a cargo de cada una de las partes deba
producirse en forma simultánea; por lo que la previsión no resulta de aplicación en los casos de
contraprestaciones sucesivas.

Artículo 1031 segunda parte: a suspensión puede ser deducida judicialmente como acción o
como excepción.

El planteo dice el código que puede deducirse judicialmente, pero no necesariamente debe
hacérselo así de acuerdo con el planteo de la doctrina, por lo que sería válido intentar la vía
extrajudicial también.

En el caso de ser judicial se admite que se presente como acción o una excepción dilatoria, en
todo caso se mantendrá la suspensión hasta que la parte eventualmente renuente a cumplir
decida hacerlo u ofrezca hacerlo.

Artículo 1031 tercera parte: Si la prestación es a favor de varios interesados, puede


suspenderse la parte debida a cada uno hasta la ejecución completa de la contraprestación.

En el supuesto de existir una pluralidad de interesados, puede suspenderse el cumplimiento de


la parte debida a cada uno hasta tanto se haya ejecutado completamente la contraprestación
cuando se trate de obligaciones de prestación divisible.

En caso de ser la prestación indivisible, la suspensión operará por entero contra cualquiera de
los acreedores, en razón de la naturaleza de la obligación.

Tutela preventiva. Concepto.


Este concepto prevé la autoprotección de uno de los contratantes ante situaciones
objetivamente verificables que hacen peligrar la posibilidad de cumplimiento de la

contraria y que podrían determinar que, en caso de cumplir con la prestación a su cargo, quien
invoca la tutela podría sufrir un perjuicio patrimonial.

Artículo 1032 primera parte: Una parte puede suspender su propio cumplimiento si sus
derechos sufriesen una grave amenaza de daño porque la otra parte ha sufrido un menoscabo
significativo en su aptitud para cumplir, o en su solvencia.

A diferencia de la suspensión de incumplimiento, en la tutela preventiva no se requiere


simultaneidad en las contraprestaciones; basta que una parte declare la intención de no
cumplir, que actué de forma tal que alguien razonable pueda establecer que no cumplirá su
obligación; que se vea afectada la aptitud para cumplir o que evidencia una situación de
insolvencia. Eso le habilita a la contraparte el planteo de esta tutela preventiva.

Artículo 1032 segunda parte: La suspensión queda sin efecto cuando la otra parte cumple o da
seguridades suficientes de que el cumplimiento será realizado.

No se trata de la resolución del vínculo contractual, por eso el artículo dice que perdura la
tutela preventiva mientras subsista la situación de riesgo por déficit de aptitud patrimonial de
la contraparte o su actitud reticente al cumplimiento, la que cesará cuando cumpla o la
destinataria de la medida dé seguridades suficientes de su concreción. Tampoco puede
perdurar indefinidamente, si en un tiempo razonable no ofreciera esas seguridades, la
situación puede derivar en la ineficacia definitiva dando lugar a las acciones resarcitorias por
haberse agotado la tutela preventiva.

Obligación de saneamiento. Concepto. Ámbito de aplicación. Sujetos responsables. Régimen


legal.

Concepto

El saneamiento es la obligación que tiene el vendedor de responder ante el comprador cuando


se le prive total o parcialmente de la posesión legal, pacífica y útil de la cosa objeto del
contrato. Tiene como fin amparar al adquirente de los defectos que tenga la cosa o la turbación
que sufra por terceros (artículo 1033).

Sujetos responsables

Están obligados al saneamiento: (artículo 1034)

a) El transmitente de bienes a título oneroso

La garantía se dará en todos los supuestos en los que medien transmisiones a título oneroso y
comprende las donaciones con cargo o remuneratorias que se consideran como actos a título
oneroso en la medida en que se limiten a una equitativa retribución de los servicios recibidos o
en que exista equivalencia de valores entre la cosa donada y los cargos impuestos. No
obstante, cabe señalar que, en la donación sin componente de onerosidad, el donante puede
responder por saneamiento en los supuestos de garantía por evicción y vicios ocultos.

b) Quien ha dividido bienes con otros

Cuando varias personas son cotitulares de los mismos bienes, no poseen una parte
determinada de ellos, sino una parte indivisa, una porción ideal. La división de bienes produce
la determinación material de lo que a cada uno corresponde y se procura mantener la equidad
en la distribución, la que se vería afectada si quien recibe un determinado bien se ve luego
vencido por un tercero en juicio sobre su titularidad o sufre un detrimento patrimonial en
razón de un vicio oculto de la cosa.

c) Sus respectivos antecesores, si efectuaron la transferencia a título oneroso

En razón de lo establecido en este inciso, si el adquirente de un bien es a título gratuito y


carece de acción contra su transmitente inmediato, podrá accionar contra cualquiera de los
antecesores de este, avanzando en la cadena de transmisiones hasta llegar a quién era el titular
del derecho al tiempo de la aparición del vicio en el derecho o en la materialidad de la cosa.

Ámbito de aplicación

Si bien el campo normal de ejercicio de la garantía de saneamiento es el de los actos jurídicos


en los que se verifican transmisiones a título oneroso, por excepción puede aplicarse en el de
las efectuadas a título gratuito.

No obstante, el artículo 1035 se refiere a los casos excepcionales donde el adquirente a título
gratuito puede ejercer en su provecho las acciones de responsabilidad por saneamiento
correspondientes a sus antecesores.

Si bien el adquirente a título gratuito no puede reclamar a quien le transmitió el derecho


viciado, sí puede ejercer en su provecho las acciones de responsabilidad por saneamiento
correspondientes a sus antecesores.

Además, responde en los casos previstos en el título de la donación (evicción y vicios ocultos):
cuando expresamente asumió esa obligación; si la donación se hizo de mala fe, lo que ocurre
cuando el donante sabía que la cosa donada no era suya, ignorándolo el donatario; si la
evicción se produce por causa del donante y si se trata de una donación mutua, remuneratoria
o con cargo.

En estos supuestos el donante deberá indemnizar al donatario los gastos en los que este
hubiera incurrido con motivo de la donación, más los daños, si se trata de una evicción por
hecho sobreviniente imputable al donante. En el caso de los vicios ocultos, el donante solo
responde si de su parte hubo dolo, debiendo también resarcir los daños que hubiere causado
al donatario.

Régimen legal

La obligación de saneamiento, que es la que tiene el transmitente, de reparar el daño que sufre
el adquirente si es vencido en el derecho por un tercero (evicción) o si la cosa transmitida tiene
un vicio en su materialidad (vicio oculto o redhibitorio). Se trata, pues, de una garantía referida
a los aspectos jurídicos y de otra relativa a la faz material de la operación realizada entre las
partes.

La fuente de la obligación de sanear los vicios jurídicos o materiales ocultos, existentes en la


cosa al tiempo de la entrega, es la transmisión. Es, a partir de ella, que nace la obligación de
sanear. Se la considera a la obligación de saneamiento una garantía general de la cual se
desprenden dos especies como son la evicción y vicios ocultos. (artículo 1034)
 Pluralidad de bienes: si los bienes fueron enajenados en conjunto es indivisible, pero si
fueron enajenados separadamente es divisible, aunque haya habido contraprestación
única.
 Pluralidad de sujetos: quienes tienen responsabilidad por saneamiento en virtud de
enajenaciones sucesivas son obligados concurrentes. Si el bien ha sido enajenado
simultáneamente por varios copropietarios, éstos solo responden en proporción a su
cuota parte indivisa, excepto que se haya pactado su solidaridad.

Responsabilidad por saneamiento

La responsabilidad por saneamiento existe, aunque no haya sido estipulada por las partes.
Resulta ser así un elemento natural de los contratos a los que se aplica, en los que rige
supletoriamente, aun cuando no hubiera sido establecida.

En principio es disponible por lo que también puede ser alterada en sus alcances básicos y
suprimida, según los casos y con las limitaciones que el ordenamiento jurídico dispone. Éstas
pueden aumentarla, disminuirla o suprimirla (artículo 1036), sin embargo, las cláusulas de
supresión y disminución son de interpretación restrictiva (artículo 1037).

El artículo 1038 dice que las cláusulas de supresión y la disminución de responsabilidad por
saneamiento se tienen por no convenidas:

 si el enajenante conoció o debió conocer el peligro de evicción, o la existencia de


vicios.
 Si el enajenante actúa profesionalmente en la actividad a la que le corresponde la
enajenación, a menos que el adquirente también se desempeñe profesionalmente en
esa actividad.

Esta disposición da cuenta que no se trata de una materia en la que, en principio, esté
interesado el orden público, por lo que el Código autoriza a las partes a variar los alcances de la
responsabilidad, ya sea aumentándola, disminuyéndola en algún grado o para algún supuesto
específico, o suprimiéndola.

El artículo 1039 indica que el acreedor de la obligación de saneamiento tiene derecho a optar
entre:

 Reclamar el saneamiento del título o la subsanación de los vicios

La subsanación puede darse en caso de evicción por la adquisición que el transmitente haga
del bien de quien sea su dueño tras haberlo entregado como si fuera propio al acreedor en
garantía. Si es vicio redhibitorio puede producirse por vía de la reparación a costa del
transmitente.

 Reclamar un bien equivalente si es fungible

Se refiere a la sustitución por el transmitente de cosa fungible por otra de igual especie que no
esté afectada por reclamos de terceros o defectos ocultos en su materialidad.

 Declarar la resolución del contrato

Puede pedirse si no se produjo la prescripción adquisitiva o el vicio oculto fuera subsanable y


tal subsanación fuera ofrecida por el transmitente.

Responsabilidad por daños


El acreedor de la obligación de saneamiento también tiene derecho a la reparación de los
daños que pudo haber sufrido como derivación del negocio alterado por la existencia de vicios
(artículo 1040).

Se prevén una serie de excepciones a este caso:

a. si el adquirente conoció, o pudo conocer el peligro de la evicción o la existencia de vicios;

b. si el enajenante no conoció, ni pudo conocer el peligro de la evicción o la existencia de


vicios;

c. si la transmisión fue hecha a riesgo del adquirente;

d. si la adquisición resulta de una subasta judicial o administrativa.

La exención de responsabilidad por daños prevista en los incisos a) y b) no puede invocarse por
el enajenante que actúa profesionalmente en la actividad a la que corresponde la enajenación,
a menos que el adquirente también se desempeñe profesionalmente en esa actividad.

Responsabilidad por evicción

Es una situación jurídica que se caracteriza por la privación total o parcial de una cosa, sufrida
por su adquirente, en virtud de una sentencia judicial o administrativa.

Constituye la obligación de quien transmitió un derecho a título oneroso, de asistir o sustituir


en un proceso judicial al adquirente frente a una causa anterior o contemporánea al acto de
transmisión, que podría conducir a que se lo privara total o parcialmente del derecho
adquirido. Comprende, asimismo, la obligación subsidiaria de indemnizarlo en caso de
incumplimiento o de intervención infructuosa.

Régimen legal

La responsabilidad por evicción asegura la existencia y la legitimidad del derecho transmitido, y


se extiende a: (artículo 1044)

a) toda turbación de derecho, total o parcial, que recae sobre el bien, por causa anterior o
contemporánea a la adquisición;

b) los reclamos de terceros fundados en derechos resultantes de la propiedad intelectual o


industrial, excepto si el enajenante se ajustó a especificaciones suministradas por el
adquirente;

c) las turbaciones de hecho causadas por el transmitente

Citación por evicción (artículo 1046)

Si un tercero demanda al adquirente en un proceso del que pueda resultar la evicción de la


cosa, el garante citado a juicio debe comparecer en los términos de la ley de procedimientos. El
adquirente puede seguir actuando en el proceso (artículo 1046).

El ámbito donde habitualmente se hace efectiva la garantía de evicción es el del proceso


judicial. Pero también podría ser formulada la citación como un reclamo extrajudicial serio por
un tercero.

Quien transmitió la cosa debe por imperativo del propio interés y el principio de buena fe,
socorrer a la persona a la que le transmitió la cosa aportando su conocimiento para las
defensas que necesite oponer ante el reclamo formulado por un tercero. Se trata de un deber
jurídico de comparecer al proceso que podrá seguir actuando en el proceso más allá de la
intervención del transmitente.

El garante debe pagar al adquirente los gastos que éste ha afrontado para la defensa de sus
derechos. Sin embargo, el adquirente no puede cobrarlos, ni efectuar ningún otro reclamo si
no citó al garante al proceso; si citó al garante, y aunque éste se allanó, continuó con la defensa
y fue vencido.

Cese de la responsabilidad (artículo 1048)

Es el caso de un adquirente que gozaba de la garantía y la pierde por una conducta que le es
jurídicamente atribuible. Procede cuando se promovió un proceso judicial:

a) si el adquirente no cita al garante, o lo hace cuando ya venció el plazo procesal;

b) si el garante no comparece al proceso judicial, y el adquirente, actuando de mala fe,


no opone las defensas pertinentes, no las sostiene, o no interpone o no prosigue los recursos
ordinarios de que dispone contra el fallo desfavorable;

c) si el adquirente se allana a la demanda sin la conformidad del garante; o somete la


cuestión a arbitraje y el laudo le es desfavorable.

Sin embargo, la responsabilidad subsiste si el adquirente prueba que, por no haber existido
oposición justa que hacer al derecho del vencedor, la citación oportuna del garante por
evicción, o la interposición o sustanciación de los recursos, eran inútiles; o que el allanamiento
o el laudo desfavorable son ajustados a derecho. También hay que tener en cuenta el artículo
1050 sobre la prescripción adquisitiva. Cuando el derecho del adquirente se sanea por el
transcurso del plazo de prescripción adquisitiva, se extingue la responsabilidad por evicción.

Responsabilidad por vicios ocultos Caducidad.

Son los defectos ocultos de la cosa (adquirida a título oneroso), existentes al tiempo de la
adquisición, que la hacen impropia para su destino y que de haberlos conocido el adquirente
no habría adquirido la cosa o hubiera dado menos por ella. Se dan en el origen de acto. La
garantía por vicios redhibitorios se debe solo en los contratos onerosos. Funciona entre las
partes del contrato y sus herederos, se extiende también a los sucesores particulares del
adquirente, siendo materia discutible si la pueden o no ejercen los sub adquirentes.

La responsabilidad por vicios ocultos de la cosa es inherente a los contratos onerosos y está
destinada a proteger los intereses del adquirente, permitiéndole exigir una disminución del
precio o dejar sin efecto la operación en caso de presentar el bien defectos que lo hagan
impropio para su destino.

Se considera como vicio oculto el defecto en la materialidad de la cosa, de una entidad


suficiente como para cercenar gravemente su utilidad o hacerla impropia para su destino.

Fuera de esta regulación se encuentra la establecida en la Ley de Defensa del Consumidor para
la regulación de la responsabilidad por vicios de toda índole cuando afecten la identidad entre
lo ofrecido y lo entregado o su correcto funcionamiento.

Régimen legal
La responsabilidad por vicios ocultos proporciona una vía de solución para cuando se
transmiten cosas que no tienen en la realidad la calidad material o funcionalidad que se les
atribuye. Posibilita que quien recibió un bien lo conserve, con disminución del precio que pagó
por él o que deje la operación sin efecto.

La responsabilidad por defectos ocultos se extiende a:

a. Los defectos no comprendidos en las exclusiones del artículo 1053;

b. Los vicios redhibitorios, considerándose tales los defectos que hacen a la cosa impropia para
su destino por razones estructurales o funcionales, o disminuyen su utilidad a tal extremo que,
de haberlos conocido, el adquirente no la habría adquirido, o su contraprestación hubiese sido
significativamente menor.

Vicios ocultos y redhibitorios

Los vicios ocultos incluyen a los redhibitorios que son los que hacen a la cosa impropia para su
destino por razones estructurales o funcionales o bien que disminuyen su utilidad a tal extremo
que de haberlos conocido el adquirente no lo hubiera adquirido o hubiera pagado menos.

El artículo 1052 habla de la ampliación convencional de la garantía donde se considera que un


defecto es vicio redhibitorio:

a. Si lo estipulan las partes con referencia a ciertos defectos específicos, aunque el adquirente
debiera haberlos conocido;

b. Si el enajenante garantiza la inexistencia de defectos, o cierta calidad de la cosa transmitida,


aunque el adquirente debiera haber conocido el defecto o la falta de calidad;

c. Si el que interviene en la fabricación o en la comercialización de la cosa otorga garantías


especiales. Sin embargo, excepto estipulación en contrario, el adquirente puede optar por
ejercer los derechos resultantes de la garantía conforme a los términos en que fue otorgada.

No se consideran defectos ocultos: (artículo 1053 – exclusiones)

a. los defectos del bien que el adquirente conoció, o debió haber conocido mediante un
examen adecuado a las circunstancias del caso al momento de la adquisición, excepto que haya
hecho reserva expresa respecto de aquéllos. Si reviste características de complejidad, y la
posibilidad de conocer el defecto requiere una pericia científica o técnica, para determinar esa
posibilidad se aplican los usos del lugar de entrega;

b. los defectos del bien que no existían al tiempo de la adquisición. La prueba de su existencia
incumbe al adquirente, excepto si el transmitente actúa profesionalmente en la actividad a la
que corresponde la transmisión.

Caducidad

En algún momento el defecto oculto aparece y debe ser denunciado. Ejercicio de la


responsabilidad por defectos ocultos (artículo 1054) es una carga para el adquirente que debe
hacerlo dentro de los 60 días de haberse manifestado.

Si el defecto se manifiesta gradualmente, el plazo se cuenta desde que el adquirente pudo


advertirlo.
El incumplimiento de esta carga extingue la responsabilidad por defectos ocultos, excepto que
el enajenante haya conocido o debido conocer, la existencia de los defectos.

La responsabilidad por defectos ocultos caduca:

a. si la cosa es inmueble, cuando transcurren tres años desde que la recibió;

b. si la cosa es mueble, cuando transcurren seis meses desde que la recibió o puso en
funcionamiento.

Estos plazos pueden ser aumentados convencionalmente. En cuanto al plazo de prescripción de


la acción de responsabilidad será de un año.

 Régimen de las acciones. (artículo 1056) El acreedor de la garantía dispone del

derecho a declarar la resolución del contrato:

a. si se trata de un vicio redhibitorio;

b. si medió una ampliación convencional de la garantía.

 Defecto subsanable: El adquirente no tiene derecho a resolver el contrato si el defecto


es subsanable, el garante ofrece subsanarlo y él no lo acepta. Queda a salvo la
reparación de daños (artículo 1057)
 Pérdida o deterioro de la cosa. Si la cosa perece total o parcialmente a causa de sus
defectos, el garante soporta su pérdida (artículo 1058)

EXTINCIÓN

Frustración del contrato

La frustración del fin del contrato tiene lugar cuando de un contrato bilateral válido, de
ejecución diferida o continuada, la finalidad relevante y conocida por las partes no puede
lograrse, ya que se ve frustrada, por razones sobrevinientes ajenas a su voluntad y sin que
medie culpa.

El Código incorpora este instituto como un supuesto de ineficacia contractual. Autoriza la


resolución del contrato cuando se ve frustrada la posibilidad de concretar la finalidad
considerada por las partes, no se encontraba regulado solo receptada por jurisprudencia.

La causa fin no solo debe existir al tiempo de la formación del contrato, sino perdurar durante
su ejecución.

En la frustración desaparece la razón del contrato, lo que se verifica es la imposibilidad


absoluta de alcanzar la finalidad buscada, aun cuando pueda ejecutarse la prestación.

Régimen legal (artículo 1090)

La frustración definitiva de la finalidad del contrato autoriza a la parte perjudicada a declarar su


resolución, si tiene su causa en una alteración de carácter extraordinario de las circunstancias
existentes al tiempo de su celebración, ajena a las partes y que supera el riesgo asumido por la
que es afectada.

La resolución importará:
1. que las prestaciones cumplidas por una de las partes, antes de producido el acontecimiento
frustrante, serán repetibles, con excepción de los gastos realizados por la otra, en la medida de
su relación causal con la prestación a su cargo;

2. que las prestaciones cumplidas y equivalentes en los contratos de ejecución continuada o


periódica, de carácter divisible, se tendrán por firmes.

3. Si la frustración de la finalidad es temporaria, hay derecho a resolución sólo si se impide el


cumplimiento oportuno de una obligación cuyo tiempo de ejecución es esencial.

4. No procede el resarcimiento por daños.

Requisitos para la resolución por frustración de la finalidad

1. Contrato válido subsistente al tiempo del planteo;

2. Existencia de una causa, típica o motivacional, que pueda considerarse objetivada;

3. Incidencia de un hecho sobreviniente, inesperado, grave, ajeno a las partes, que afecte la
posibilidad de concreción de esa causa de modo permanente;

4. Inexistencia de mora relevante o de culpa o dolo vinculados con la generación de la


frustración causal, de la parte que efectúa el planteo;

5. Planteo de parte: la resolución es operativa cuando esta parte comunica su declaración


extintiva a la otra.

Teoría de la imprevisión

La teoría de la imprevisión es un instituto de justicia contractual destinado a abordar


situaciones en las que el cumplimiento de una prestación convenida en un contrato se ha
hecho excesivamente oneroso para alguna de sus partes, o para todas ellas, por razones ajenas
a los contratantes.

Régimen legal (artículo 1091)

 Sobre qué contratos procede: contratos conmutativos de ejecución diferida o


permanente y al contrato aleatorio si la prestación se torna excesivamente onerosa por
causas extrañas a su área propia.
 El presupuesto para que proceda es que la prestación a cargo de una de las partes: se
torna excesivamente onerosa, por una alteración extraordinaria de las circunstancias
existentes al tiempo de su celebración, sobrevenida por causas ajenas a las partes y al
riesgo asumido por la que es afectada.
 Efecto: la parte afectada tiene derecho a plantear la resolución total o parcial del
contrato, o su adecuación. Esto puede ser solicitado extrajudicialmente, o ante un juez
por vía de acción o excepción.

En el caso de pedir la readecuación de los términos del contrato no debe ser una mera
operación aritmética, sino que debe estar orientada a reconfigurar justamente las obligaciones
alteradas por el hecho externo al vínculo.

Lesión en materia contractual

Concepto
“El vicio de lesión queda configurado cuando una de las partes, explotando la necesidad,
debilidad síquica o inexperiencia de la otra, obtuviere por medio de un acto jurídico una
ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación”.

Régimen legal

Para que se configure la figura de la “lesión subjetiva-objetiva”, es necesario que concurran:

a) la grave desproporción en las prestaciones que debe existir al momento de la celebración del
negocio jurídico –elemento objetivo–

b) el elemento subjetivo, que es la explotación por parte del beneficiario de la “necesidad”,


“debilidad síquica” o “inexperiencia” del lesionado.

Efectos

El vicio de lesión subjetiva origina en cabeza del lesionado o sus herederos dos acciones.
Ninguna otra persona puede ejercer esta acción; es decir que los sucesores singulares no
pueden accionar por acto entre vivos, porque la acción es de carácter personalísima. La
intransmisibilidad se funda en que la parte lesionada es la única que puede saber si se dan las
circunstancias subjetivas necesarias para la configuración del vicio de lesión. Así, los
legitimados activos tendrán la posibilidad de entablar, tanto por vía de acción como de
excepción, la nulidad, como la modificación del acto lesivo, es decir, un reajuste equitativo del
convenio. Si el lesionado opta por esta segunda opción, el litigio queda “trabado” en ese
aspecto y el demandado no puede reconvenir por nulidad.

Ahora bien, en el caso de que el lesionante demande por nulidad, el demandado puede, al
contestar la demanda, modificar dicho reclamo en acción de reajuste, si ofrece suprimir la
desproporción de las prestaciones.

En la imprevisión, el perjuicio se produce en otro momento, al tiempo del cumplimiento del


contrato, es decir que hay una lesión que es sobreviniente, pero por circunstancias extrañas al
comportamiento de las partes.

Por otro lado, en la lesión el perjuicio sucede en otro momento diferente, cuando se celebra el
acto jurídico y como consecuencia del aprovechamiento de una de las partes. Asimismo, la
imprevisión no incide sobre los efectos ya cumplidos del contrato, a diferencia de la lesión
cuando el afectado requiere la nulidad del contrato.

Rescisión bilateral y rescisión unilateral. Concepto. Régimen legal. Revocación. Concepto.


Resolución. Concepto. Efectos. Régimen extrajudicial y judicial.

ARTÍCULO 1077.- Extinción por declaración de una de las partes.

El contrato puede ser extinguido total o parcialmente por la declaración de una de las partes,
mediante rescisión unilateral, revocación o resolución, en los casos en que el mismo contrato,
o la ley, le atribuyen esa facultad.

El cumplimiento de las obligaciones asumidas por las partes es la vía natural de extinción de un
contrato eficaz.

Las vías a las que se refieren los distintos artículos de este Capítulo corresponden a supuestos
de ineficacia. La ineficacia existe toda vez que un contrato válido no alcanza los objetivos
previstos por las partes al tiempo de su celebración, lo que puede ocurrir por factores
atribuibles a alguna de ellas por la incidencia de circunstancias ajenas que alteran lo previsto.

Rescisión bilateral

El contrato puede ser extinguido por rescisión bilateral. Esta extinción, excepto estipulación en
contrario, solo produce efectos para el futuro y no afecta derechos de terceros. (artículo 1076).

La rescisión bilateral es un contrato sujeto a las reglas de los actos jurídicos bilaterales, aun
cuando se lo emplee para dejar sin efecto contratos unilaterales, pues la bilateralidad alude
aquí a las voluntades que concurren a la formación del consentimiento para el acto extintivo y
no a la existencia o no de contraprestaciones.

La voluntad por la que se expresa la rescisión bilateral debe exteriorizarse por los medios
previstos para la celebración del contrato que las partes procuran extinguir, ajustándose a los
recaudos formales necesarios para ello.

En caso de no requerirse, o haberse válidamente estipulado por las partes una forma
determinada para la celebración del contrato que se intenta rescindir, habrá libertad de formas
para la formulación de la rescisión.

Se aplica para la extinción de todo tipo de contratos, aun de los que tienen eficacia real, por lo
que si por la rescisión bilateral se deja sin efecto el título por el que se constituyó un derecho
real, se extinguirá también este.

Si la naturaleza de las prestaciones debidas en un determinado contrato lo amerita, nada obsta


a que la rescisión pueda ser parcial.

La rescisión produce efectos desde el momento en que es convenida por los contratantes (ex
nunc) y por lo que las partes estipulen en ella, en tanto no afecte a terceros. Siempre que no se
incurra en tal afectación, se extinguen las obligaciones y los derechos reales a los que se
hubiera dado lugar en la relación entre las partes, sin modificación de lo ya ejecutado.

No tiene efecto respecto de terceros que hayan adquirido derechos en virtud de la existencia
del contrato de que se trate. Si la naturaleza de las obligaciones lo autoriza, las partes pueden
acordar conceder a la rescisión efectos retroactivos con relación a algunos aspectos del vínculo,
efectuando intercambios de prestaciones ya cumplidas.

La carga de la prueba sobre la existencia de la rescisión recae sobre quien la invoca.

Rescisión unilateral

La rescisión unilateral es un medio de extinción de un contrato que depende de la


exteriorización de voluntad de una de las partes contratantes y puede ser ejercida cuando ello
se encuentra habilitado por una norma legal o convencional, incorporada por las partes en
previsión de tal posibilidad. Lo que se produce por lo general es un cambio en el interés de la
parte que la formula o un agotamiento por desgaste de la relación entre las partes, aun cuando
no medie incumplimiento alguno.

Cabe señalar que la cláusula resolutoria unilateral puede ser considerada abusiva cuando
favorece al predisponente en contratos de adhesión, o al proveedor en los de consumo, y está
vedada para el empresario en el contrato de medicina prepaga.
La extinción —que, en principio, se produce de pleno derecho desde que una parte perfecciona
una comunicación a la otra parte, dando cuenta de su voluntad en tal sentido— produce
efectos diversos según el supuesto del que se trate.

Efectos de la extinción unilateral. Excepto disposición en contrario (artículo 1079):

a) la rescisión unilateral y la revocación producen efectos solo para el futuro;

b) la resolución produce efectos retroactivos entre las partes, y no afecta el derecho adquirido
a título oneroso por terceros de buena fe.

Revocación

Es un acto jurídico unilateral e incausado, que a partir de la previsión legal o contractual que lo
autoriza, produce efectos extintivos ex nunc sobre actos jurídicos unilaterales o bilaterales
gratuitos.

La revocación es un medio de extinción de los actos jurídicos que, en el caso de los contratos,
se presenta como la facultad de una de las partes de dejar sin efecto el vínculo en los casos
previstos por el legislador. Opera por medio de una declaración unilateral de voluntad que
tiene por fin inmediato extinguir la relación jurídica.

La revocación es un medio de extinción de un contrato en que se concluyó el proceso de


formación del consentimiento, a diferencia de la retractación, por la que se deja sin efecto una
oferta en el proceso de formación del consentimiento contractual.

Al igual que la rescisión, la revocación opera a partir de su ejercicio, para el futuro y deja
subsistentes los efectos producidos en el período transcurrido desde la existencia del contrato
y hasta su extinción. Sin embargo, el art. 1967 dispone que " la revocación del dominio de cosa
registrable tiene efecto retroactivo, excepto que lo contrario surja del título de adquisición o de
la ley".

Son casos de revocación previstos en este Código en materia de contratos:

 El de la donación en tres situaciones: (1) cuando es planteada por incumplimiento del


cargo o por ingratitud (2) La donación que deja sin efecto el contrato por verificarse
supernascencia de hijos (3) La donación derivada del cambio de objeto de una
fundación, cuando se estableció la revocación de la donación de los bienes aportados
en caso de producirse dicho cambio;
 El supuesto de extinción del mandato por revocación del mandante
 En el fideicomiso, la revocación por el fiduciante que se reservó expresamente esa
facultad, en tanto no se trate de un fideicomiso financiero en el que se inició la oferta
pública de los certificados de participación o de los títulos.

La revocación no es aplicable a la emancipación, a la donación constitutiva de una fundación, al


reconocimiento de filiación, a la adopción plena, a los títulos valores.

Pero el poder (art. 380) y el mandato (art. 1330) irrevocables pueden revocarse si media justa
causa.

Resolución
La resolución es un acto jurídico unilateral que genera la extinción del vínculo contractual en
etapa de cumplimiento, por causas sobrevinientes. Opera retroactivamente, aunque con
excepciones, y puede ser total o parcial

El hecho resolutorio pudo ser previsto por las partes o por la ley; ser expreso o surgir
tácitamente.

La resolución depende de la previsión legal o del acuerdo de las partes, formulado en el


momento de su celebración; ellas pueden estipular la cláusula resolutoria que consideren
conveniente. Ella puede darse por:

 cumplimiento de una condición resolutoria


 por cumplimiento de un plazo resolutorio o por alguno de los supuestos de ineficacia
previstos como resolutorios en este Capítulo del Código, en los que opera con efecto
retroactivo quedando a salvo los derechos constituidos a favor de terceros de buena fe
a título oneroso.

ARTÍCULO 1083.- Resolución total o parcial. Una parte tiene la facultad de resolver total o
parcialmente el contrato si la otra parte lo incumple. Pero los derechos de declarar la
resolución total o la resolución parcial son excluyentes, por lo cual, habiendo optado por uno
de ellos, no puede ejercer luego el otro. Si el deudor ha ejecutado una prestación parcial, el
acreedor sólo puede resolver íntegramente el contrato si no tiene ningún interés en la
prestación parcial.

El acreedor afectado por el incumplimiento de la contraria puede plantear la resolución total, o


parcial del contrato, según la medida de su interés y el carácter del incumplimiento. Planteada
una no puede luego solicitarse el encuadre en la otra. Pero si hubo ejecución parcial solo
puede plantearse la total en caso de ya carecer el acreedor de interés en aquella, lo que puede
darse de no haber sido cumplida una prestación sustantiva, pues la prestación insignificante no
autoriza al deudor a esperar que el contrato no vaya a ser totalmente resuelto por la contraria
ante la falta de ejecución de prestaciones medulares. En contraposición, la ejecución de una
prestación parcial relevante autoriza al deudor a discutir la procedencia de una resolución
total.

Para que proceda la resolución en forma total, se requiere que el incumplimiento sea esencial
en relación a la finalidad del contrato. La naturaleza esencial del incumplimiento es cuestión
que debe ser valorada caso por caso, teniendo en cuenta la finalidad del contrato, pues se trata
de un concepto de determinación funcional.

No obstante, el Código enuncia diversos supuestos en los que el legislador ha considerado que
media incumplimiento en una prestación esencial: (artículo 1084)

a) el cumplimiento estricto de la prestación es fundamental dentro del contexto del contrato;

b) el cumplimiento tempestivo de la prestación es condición del mantenimiento del interés del


acreedor;

c) el incumplimiento priva a la parte perjudicada de lo que sustancialmente tiene derecho a


esperar;

d) el incumplimiento es intencional;
e) el incumplimiento ha sido anunciado por una manifestación seria y definitiva del deudor al
acreedor.

Efectos

1- Efecto retroactivo al día de la celebración del contrato, salvo disposición en contrario por las
partes o la ley.

2- Las partes deben restituirse lo recibido.

3- La parte incumplidora debe los daños y perjuicios, si hay cláusula penal ésta reemplaza la
indemnización.

4- No se afecta a los terceros adquirentes de buena fe.

CLÁUSULA RESOLUTORIA EXPRESA

La cláusula resolutoria es una estipulación de las partes en un contrato por las que ellas
establecen el procedimiento que deberá observarse para concretar la extinción del vínculo
jurídico, por incumplimiento de obligaciones a cargo de una de ellas.

ARTÍCULO 1086.- Las partes pueden pactar expresamente que la resolución se produzca en
caso de incumplimientos genéricos o específicos debidamente identificados. En este supuesto,
la resolución surte efectos a partir que la parte interesada comunica a la incumplidora en
forma fehaciente su voluntad de resolver.

En este artículo se regula lo que la doctrina denomina pacto comisorio expreso. El pacto
expreso conserva funcionalidad en todos los casos en los que a la dinámica del contrato no le
resulta conveniente o suficiente estar a los términos operativos del pacto implícito.

La aplicación del instituto es amplia, solo limitada por las exclusiones propias de los contratos
por adhesión a cláusulas predispuestas y de consumo, en caso de configurarse un supuesto de
ejercicio abusivo.

La cláusula resolutoria expresa debe ser clara. Puede ser de carácter general, o bien puede
identificar las prestaciones que pueden dar lugar al ejercicio de la facultad resolutoria, a las
que corresponde, en principio, considerar esenciales.

En este caso es necesario que quien la invoque haya cumplido u ofrezca cumplir la prestación a
su cargo y que el incumplimiento de la parte contraria sea importante. Si esto existe su efecto
es que el contrato queda sin efectos retroactivamente y las partes deben devolverse
recíprocamente lo que hubieran recibido como consecuencia de él. Las partes pueden convenir
libremente en la cláusula resolutoria expresa los efectos que atribuirán a la resolución total o
parcial del contrato.

De no haberla se sigue lo indicado en los artículos 1081 a 1084.

- Restitución en la medida que corresponda lo que recibieron en razón del contrato o su valor.
En el contrato bilateral la restitución debe ser recíproca y simultánea. (artículos 1081)

-Reparación del daño (artículo 1082)

- Opera la resolución (total o parcial) teniendo en cuenta la configuración del incumplimiento


(artículo 1084).
CLÁUSULA RESOLUTORIA IMPLÍCITA

ARTÍCULO 1087.- Cláusula resolutoria implícita (o pacto comisorio tácito). En los contratos
bilaterales la cláusula resolutoria es implícita y queda sujeta a:

1. Que operen los presupuestos de la resolución por cláusula resolutoria implícita (artículo
1088)

a. Un incumplimiento esencial en atención a la finalidad del contrato. Si es parcial el


incumplimiento debe privar sustancialmente de lo que razonablemente la parte tenía derecho
a esperar en razón del contrato.

b. Que el deudor esté en mora. Si ambas partes están en mora en principio no procede la
resolución salvo que la mora de una de ellas sea irrelevante.

c. Que el acreedor emplace al deudor bajo apercibimiento expreso de la resolución total o


parcial del contrato, a que cumpla en un plazo no menor de 15 días, excepto que de los usos o
de la índole de la prestación, resulte la procedencia de uno menor. La resolución se produce de
pleno derecho al vencimiento de dicho plazo (efecto).

El requerimiento no es necesario si ha vencido un plazo esencial para el cumplimiento, si la


parte incumplidora ha manifestado su decisión de no cumplir, o si el cumplimiento resulta
imposible. En tales casos, la resolución total o parcial el contrato se produce cuando el
acreedor la declara y la comunicación es recibida por la otra parte.

2. Que no sea un supuesto donde opere la resolución por ministerio de la ley (art.

1089)

El requerimiento anterior sobre los presupuestos de la resolución por cláusula resolutoria


implícita no es necesario en los casos que la ley faculta a la parte para declarar unilateralmente
la extinción del contrato, sin perjuicio de las disposiciones especiales.

Por vía de una cláusula expresa las partes pueden modificar los efectos de la cláusula
resolutoria implícita, de carácter supletorio.

En caso de que las partes en un contrato bilateral no hayan previsto una cláusula resolutoria
expresa, redactada a su medida, con sujeción a sus concretos intereses en el caso y previsión
de los efectos queridos, se aplica la opción estándar y supletoria, que es la de la cláusula
resolutoria implícita.

De tal modo, en el contenido normativo de un mismo contrato pueden convivir una

cláusula resolutoria expresa con una implícita que habrá de aplicarse a lo no previsto por

aquella.

Procedimiento

1. La parte interesada debe comunicar a la incumplidora su voluntad resolutoria en forma


fehaciente.

2. Tiene que ser un requerimiento que contenga el apercibimiento de dar por resuelto el
vínculo contractual en caso de no mediar cumplimiento en un plazo no menor a quince días,
que podrá ser menor si ello resulta de los usos o de la índole de la prestación. En caso de
intimarse por un plazo menor al de 15 días sin que exista fundamento razonable para ello, el
emplazamiento debe considerarse formulado por ese lapso.

- Debe individualizar la relación jurídica de que se trate y sus partes,

- interponer una clara intimación con enunciado coactivo, - otorgar plazo previsto en la norma
o el adecuado según la naturaleza de la obligación o usos y costumbres del lugar,

- enunciar el apercibimiento de resolución, - indicar la existencia de daños y perjuicios por los


que se demandará de ser necesario.

No es necesaria la intimación si venció el plazo esencial para el cumplimiento, si el deudor hizo


saber que no cumpliría deliberadamente, si el cumplimiento resulta imposible

cuando el deudor recibe la comunicación que el acreedor la declara.

Efectos

La resolución opera de pleno derecho y sus efectos se retrotraen al momento de la


constitución en mora. El deudor tiene derecho a cumplir hasta el término del plazo. Durante el
plazo de gracia, el deudor está en mora, por lo que debe el resarcimiento del daño moratorio,
según la naturaleza de la prestación de la que se trate.

No es necesaria la intervención judicial; pero en caso de promoverse acción, ella puede


iniciarse, aunque no se haya cursado el requerimiento. De mediar emplazamiento previo, la
sentencia retrotraerá sus efectos a la fecha de la recepción de la comunicación por el deudor.
De no haberse seguido ese trámite extrajudicial, la fecha a considerar será la de la notificación
de la demanda al obligado.

Contratos que, por su importancia, se aplican analógicamente a otros

Compraventa. Concepto

ARTÍCULO 1123.- Definición. Hay compraventa si una de las partes se obliga a transferir la
propiedad de una cosa y la otra a pagar un precio en dinero.

La definición propuesta resulta adecuada, pues identifica los elementos esenciales del
contrato: cosa y precio; y la finalidad económica: obligarse a transferir la propiedad.

Este contrato no supone transferencia de la propiedad, ni la entrega específica del precio


pactado, sino la obligación de hacerlo.

Por otro lado, hay que tener en cuenta el ARTÍCULO 1127: El contrato no debe ser juzgado
como de compraventa, aunque las partes así lo estipulen, si para ser tal le falta algún requisito
esencial.

Caracteres

Bilateral; oneroso; conmutativo porque es de su naturaleza que los valores intercambiados


(cosa y precio) sean aproximadamente equivalentes.; consensual: produce todos sus efectos
por el sólo hecho del consentimiento y sin necesidad de la entrega de la cosa o del precio; no
formal: Aún en el caso de que tenga por objeto la transmisión de inmuebles, la escritura
pública exigida, es un requisito de la transferencia del dominio, pero no del contrato en sí, que
puede ser válidamente celebrado en instrumento privado y nominado.
Diferencias con otros contratos

Las normas de este Capítulo de la compraventa se aplican supletoriamente a los contratos por
los cuales una parte se obliga a: (artículo 1125)

a) transferir a la otra, derechos reales de condominio, propiedad horizontal, superficie,


usufructo o uso, o a constituir los derechos reales de condominio, superficie, usufructo, uso,
habitación, conjuntos inmobiliarios o servidumbre, y dicha parte, a pagar un precio en dinero;

b) transferir la titularidad de títulos valores por un precio en dinero.

Compraventa y contrato de obra ARTÍCULO 1125.

Cuando una de las partes se compromete a entregar cosas por un precio, aunque éstas hayan
de ser manufacturadas o producidas, se aplican las reglas de la compraventa, a menos que de
las circunstancias resulte que la principal de las obligaciones consiste en suministrar mano de
obra o prestar otros servicios.

Si la parte que encarga la manufactura o producción de las cosas asume la obligación de


proporcionar una porción substancial de los materiales necesarios, se aplican las reglas del
contrato de obra.

Compraventa y permuta

ARTICULO 1126.-Compraventa y permuta. Si el precio consiste parte en dinero y parte en otra


cosa, el contrato es de permuta si es mayor el valor de la cosa y de compraventa en los demás
casos.

Mientras que la compraventa es el contrato por el cual una de las partes promete transferir el
dominio de una cosa a cambio de que la otra pague por ella un precio en dinero; en la
permuta, en cambio, ambas partes se obligan a transferirse recíprocamente la propiedad de
dos cosas.

 Compraventa y cesión de derechos

La compraventa, se tipifica como promesa de transferir la propiedad de una cosa, contra el


pago de un precio cierto en dinero.

En la cesión, en cambio, una de las partes se obliga a transferir el derecho que le compete
contra su deudor y cuando se realice por un precio en dinero será juzgada por las disposiciones
sobre el contrato de compraventa.

La cosa y el precio. Modalidades especiales

Los elementos propios de la compraventa son la cosa y el precio, tal como surge de la
definición establecida por el art. 1123.

COSA

Debe ser una cosa en sentido propio, es decir debe tratarse de un objeto material susceptible
de apreciación económica; debe tratarse de una cosa cuya venta no esté prohibida por la ley o
que sea contraria a la moral o las buenas costumbres. La cosa debe ser determinada o
determinable y debe tener existencia real o posible.

ARTÍCULO 1129 Pueden venderse todas las cosas que pueden ser objeto de los

contratos.

a) Cosa cierta que dejó de existir (artículo 1130)

Si la venta es de cosa cierta que ha dejado de existir al tiempo de perfeccionarse el contrato,


éste no produce efecto alguno. Si ha dejado de existir parcialmente, el comprador puede
demandar la parte existente con reducción del precio. Puede pactarse que el comprador asuma
el riesgo de que la cosa cierta haya perecido o esté dañada al celebrarse el contrato. El
vendedor no puede exigir el cumplimiento del contrato si al celebrarlo sabía que la cosa había
perecido o estaba dañada.

b) Cosa futura (artículo 1131)

Si se vende cosa futura, se entiende sujeta a la condición suspensiva de que la cosa llegue a
existir. El vendedor debe realizar las tareas, y esfuerzos que resulten del contrato, o de las
circunstancias, para que ésta llegue a existir en las condiciones y tiempo convenidos. El
comprador puede asumir, por cláusula expresa, el riesgo de que la cosa no llegue a existir sin
culpa del vendedor.

El principio general es que se trata de una compraventa sujeta a la condición suspensiva: si la


cosa no llega a existir sin culpa del deudor, el contrato no surtirá sus efectos por carecer de un
elemento esencial. El vendedor está obligado a poner la diligencia necesaria para lograr que la
cosa llegue a existir en las condiciones y tiempo convenidos.

c) Cosa ajena (artículo 1132)

La venta de la cosa total o parcialmente ajena es válida, en los términos del artículo 1008 que
permite que los bienes ajenos pueden ser objeto de los contratos. Si el que promete
transmitirlos no ha garantizado el éxito de la promesa, sólo está obligado a emplear los medios
necesarios para que la prestación se realice y, si por su culpa, el bien no se transmite, debe
reparar los daños causados. Debe también indemnizarlos cuando ha garantizado la promesa y
ésta no se cumple. El que ha contratado sobre bienes ajenos como propios es responsable de
los daños si no hace entrega de ellos.

PRECIO (artículo 1133)

El precio es determinado cuando las partes lo fijan en una suma que el comprador debe pagar,
cuando se deja su indicación al arbitrio de un tercero designado o cuando lo sea con referencia
a otra cosa cierta.

En cualquier otro caso, se entiende que hay precio válido si las partes previeron el
procedimiento para determinarlo.

Es decir que el precio en dinero debe estar determinado o, al menos, ser determinable.

El precio es determinado cuando: lo fijan las partes; se deja su indicación al arbitrio de un


tercero que designan las partes en el contrato mismo o con posterioridad a su celebración; se
determine con relación a otra cosa cierta; o las partes fijen un procedimiento para
determinarlo.
ARTÍCULO 1143. Silencio sobre el precio. Cuando el contrato ha sido válidamente celebrado,
pero el precio no se ha señalado ni expresa ni tácitamente, ni se ha estipulado un medio para
determinarlo, se considera, excepto indicación en contrario, que las partes han hecho
referencia al precio generalmente cobrado en el momento de la celebración del contrato para
tales mercaderías, vendidas en circunstancias semejantes, en el tráfico mercantil de que se
trate.

a) Precio determinado por un tercero

El precio puede ser determinado por un tercero designado en el contrato o después de su


celebración. Si las partes no llegan a un acuerdo sobre su designación o sustitución, o si el
tercero no quiere o no puede realizar la determinación, el precio lo fija el juez por el
procedimiento más breve que prevea la ley local.

b) Precio no convenido por unidad de medida de superficie

Si el objeto principal de la venta es una fracción de tierra, aunque esté edificada, no habiendo
sido convenido el precio por unidad de medida de superficie y la superficie de terreno tiene
una diferencia mayor del cinco por ciento con la acordada, el vendedor o el comprador, según
los casos, tiene derecho de pedir el ajuste de la diferencia. El comprador que por aplicación de
esta regla debe pagar un mayor precio puede resolver la compra.

c) Precio convenido por unidad de medida de superficie

Si el precio es convenido por unidad de medida de superficie, el precio total es el que resulta
en función de la superficie real del inmueble. Si lo vendido es una extensión determinada, y la
superficie total excede en más de un cinco por ciento a la expresada en el contrato, el
comprador tiene derecho a resolver.

Cláusulas especiales de compraventa

Los pactos regulados a continuación pueden ser convenidos por un plazo que no exceda de
cinco años si se trata de cosas inmuebles, y de dos años si se trata de cosas muebles, contados
desde la celebración del contrato.

Si las partes convienen un plazo mayor se reduce al máximo legal. El plazo establecido por la
ley es perentorio e improrrogable.

a) PACTO DE RETROVENTA

ARTÍCULO 1163 Pacto de retroventa es aquel por el cual el vendedor se reserva el derecho de
recuperar la cosa vendida y entregada al comprador contra restitución del precio, con el exceso
o disminución convenidos. El contrato sujeto a este pacto se rige por las reglas de la
compraventa sometida a condición resolutoria.

El pacto de retroventa es la facultad que tiene el vendedor de recuperar la cosa vendida y


entregada al comprador, restituyendo a este el precio con el exceso o disminución que se
hubiera pactado.

b) PACTO DE REVENTA

ARTÍCULO 1164 Pacto de reventa es aquel por el cual el comprador se reserva el derecho de
devolver la cosa comprada. Ejercido el derecho, el vendedor debe restituir el precio, con el
exceso o disminución convenidos. Se aplican las reglas de la compraventa bajo condición
resolutoria.

El pacto de reventa le permite al comprador devolver la cosa comprada, debiendo restituir, en


caso de ejercer la facultad, el precio con el exceso o disminución que se hubiera convenido.

El pacto de retroventa es la facultad que tiene el vendedor de recuperar la cosa vendida y


entregada al comprador, restituyendo a este el precio con el exceso o disminución que se
hubiera pactado.

c) PACTO DE PREFERENCIA

ARTÍCULO 1165 Pacto de preferencia es aquel por el cual el vendedor tiene derecho a
recuperar la cosa con prelación a cualquier otro adquirente si el comprador decide enajenarla.
El derecho que otorga es personal y no puede cederse ni pasa a los herederos.

El comprador debe comunicar oportunamente al vendedor su decisión de enajenar la cosa y


todas las particularidades de la operación proyectada o, en su caso, el lugar y tiempo en que
debe celebrarse la subasta.

Excepto que otro plazo resulte de la convención, los usos o las circunstancias del caso, el
vendedor debe ejercer su derecho de preferencia dentro de los diez días de recibida dicha
comunicación. Se aplican las reglas de la compraventa bajo condición resolutoria.

El pacto de preferencia le permite al vendedor recuperar la cosa vendida con prelación a


cualquier otro adquirente, si el comprador decide enajenarla. A diferencia del pacto de
retroventa, en el de preferencia la facultad del vendedor solo aparece si el vendedor decide
enajenar.

Boleto de compraventa (artículo 1170)

 Medidas cautelares (embargo) que un acreedor del vendedor trabe sobre el inmueble
vendido con posterioridad a la celebración del boleto de compraventa. En este caso, el
CCC otorga prioridad al comprador de buena fe sobre el de terceros que hayan trabado
cautelares sobre el inmueble vendido si:

a) el comprador contrató con el titular registral, o puede subrogarse en la posición jurídica de


quien lo hizo mediante un perfecto eslabonamiento con los adquirentes sucesivos;

b) el comprador pagó como mínimo el veinticinco por ciento del precio con anterioridad a la
traba de la cautelar;

c) el boleto tiene fecha cierta;

d) la adquisición tiene publicidad suficiente, sea registral, sea posesoria.

 Oponibilidad del boleto en el concurso o quiebra (artículo 1171)

Para que el boleto de compraventa de inmuebles resulte oponible en concurso o quiebra se


requiere:

a) Debe tener fecha cierta

b) Ser otorgado a favor de adquirentes de buena fe


c) Haberse abonado como mínimo el veinticinco por ciento del precio. Si fuera oponible al
concurso o quiebra los efectos del boleto de compraventa serán:

a) El juez debe disponer que se otorgue la respectiva escritura pública.

b) El comprador puede cumplir sus obligaciones en el plazo convenido. En caso de que la


prestación a cargo del comprador sea a plazo, debe constituirse hipoteca en primer grado
sobre el bien, en garantía del saldo de precio.

Locación de cosas. Concepto

ARTÍCULO 1187. Hay contrato de locación si una parte se obliga a otorgar a otra el uso y goce
temporario de una cosa, a cambio del pago de un precio en dinero.

El contrato se configura con:

a) La obligación del locador de conceder el uso y goce de una cosa.

b) La temporalidad en la concesión del uso y goce de la cosa dada en locación.

c) La existencia de un precio en dinero.

Caracteres

Bilateral; oneroso; consensual; conmutativo; de tracto sucesivo; Forma (El contrato de locación
de cosa inmueble o mueble registrable, de una universalidad que incluya a alguna de ellas, o de
parte material de un inmueble, debe ser hecho por escrito. Esta regla se aplica también a sus
prórrogas y modificaciones. - artículo 1188)-

Plazos máximos y mínimos

1) Plazo mínimo:

El contrato de locación de inmueble, cualquiera sea su destino, si carece de plazo expreso y


determinado mayor, se considera celebrado por el plazo mínimo legal de 3 años, excepto los
casos del artículo 1199. El locatario puede renunciar a este plazo si está en la tenencia de la
cosa (artículo 1198).

Excepciones al plazo mínimo legal.

a) Sede de embajada, consulado u organismo internacional, y el destinado a

b) Habitación de su personal extranjero diplomático o consular;

c) Habitación con muebles que se arriende con fines de turismo, descanso o similares.

Si el plazo del contrato o de los contratos consecutivos supera los tres (3) meses, se presume
que no fue hecho con esos fines;

d) Guarda de cosas;

e) Exposición u oferta de cosas o servicios en un predio ferial.

Tampoco se aplica el plazo mínimo legal a los contratos que tengan por objeto el cumplimiento
de una finalidad determinada expresada en el contrato y que debe normalmente cumplirse en
el plazo menor pactado.

2. Plazo máximo:
Cualquiera sea el objeto de la locación no puede exceder de 20 años para el destino
habitacional y 50 años para los otros destinos.

El contrato es renovable expresamente por un lapso que no exceda de los máximos previstos
contados desde su inicio (artículo 1197).

Derechos y obligaciones de las partes

 DEL LOCADOR

1) La entrega de la cosa (ARTÍCULO 1200)

“El locador debe entregar la cosa conforme a lo acordado. A falta de previsión contractual debe
entregarla en estado apropiado para su destino, excepto los defectos que el locatario conoció o
pudo haber conocido”.

2) Conservación de la cosa (ARTÍCULO 1201)

El locador debe conservar la cosa locada en estado de servir al uso y goce convenido y efectuar
a su cargo la reparación que exija el deterioro originado en su calidad o defecto, en su propia
culpa, o en la de sus dependientes o en hechos de terceros o caso fortuito.

Si al efectuar la reparación o innovación se interrumpe o turba el uso y goce convenido, el


locatario tiene derecho a que se reduzca el canon temporariamente en proporción a la
gravedad de la turbación o, según las circunstancias, a resolver el contrato.

3) Pago de las mejoras (ARTÍCULO 1202)

“El locador debe pagar las mejoras necesarias hechas por el locatario a la cosa locada, aunque
no lo haya convenido, si el contrato se resuelve sin culpa del locatario, excepto que sea por
destrucción de la cosa”.

DEL LOCATARIO

1) Prohibición de variar el destino (artículo 1205)

El locatario puede usar y gozar de la cosa conforme a derecho y exclusivamente para el destino
correspondiente. No puede variarlo, aunque ello no cause perjuicio al locador.

2) Conservar la cosa en buen estado. Destrucción (artículo 1206)

El locatario debe mantener la cosa y conservarla en el estado en que la recibió. No cumple con
esta obligación si la abandona sin dejar quien haga sus veces. Responde por cualquier
deterioro causado a la cosa, incluso por visitantes ocasionales, pero no por acción del locador o
sus dependientes; asimismo responde por la destrucción de la cosa por incendio no originado
en caso fortuito.

3) Mantener la cosa en buen estado. Reparaciones (artículo 1207)

Si la cosa es mueble, el locatario tiene a su cargo el gasto de su conservación y las mejoras de


mero mantenimiento; y sólo éstas si es inmueble. Si es urgente realizar reparaciones necesarias
puede efectuarlas a costa del locador dándole aviso previo.

4) Pagar el canon convenido (artículo 1208)


La prestación dineraria a cargo del locatario se integra con el precio de la locación y toda otra
prestación de pago periódico asumida convencionalmente por el locatario. Para su cobro se
concede vía ejecutiva. A falta de convención, el pago debe ser hecho por anticipado: si la cosa
es mueble, de contado; y si es inmueble, por período mensual.

5) Pagar cargas y contribuciones por la actividad (artículo 1209)

El locatario tiene a su cargo el pago de las cargas y contribuciones que se originen en el destino
que dé a la cosa locada. No tiene a su cargo el pago de las que graven la cosa ni las expensas
comunes extraordinarias.

Solo puede establecerse que estén a cargo del locatario aquellas expensas que deriven de
gastos habituales, entendiéndose por tales aquellos que se vinculan a los servicios normales y
permanentes a disposición del locatario, independientemente de que sean considerados como
expensas comunes ordinarias o extraordinarias.

6) Restituir la cosa (artículo 1210)

El locatario, al concluir el contrato, debe restituir al locador la cosa en el estado en que la


recibió, excepto los deterioros provenientes del mero transcurso del tiempo y el uso regular.
También debe entregarle las constancias de los pagos que efectuó en razón de la relación
locativa y que resulten atinentes a la cosa o a los servicios que tenga.

Régimen de mejoras y reparaciones

La regla general del primer párrafo del artículo 1211 es que el locatario puede realizar mejoras
en la cosa locada, excepto que: esté prohibido en el contrato, alteren la substancia o forma de
la cosa, o haya sido interpelado a restituirla.

El segundo párrafo del artículo 1211 habla del derecho del locatario a reclamar el pago de
mejoras. No tiene derecho a reclamar el pago de mejoras útiles y de mero lujo o suntuarias,
pero, si son mejoras necesarias, puede reclamar su valor al locador.

Cuando el régimen de mejoras es violado lo que sucede es una violación a la obligación de


conservar la cosa en el estado en que se recibió (artículo 1212) y el locador estará habilitado (si
la gravedad del incumplimiento lo justifica) a resolver el contrato.

Conclusión de la locación y entrega de la cosa

1) Por el cumplimiento del plazo convenido o continuación de una locación concluida.

ARTÍCULO 1218. Si vence el plazo convenido o el plazo mínimo legal en ausencia de


convención, y el locatario continúa en la tenencia de la cosa, no hay tácita reconducción, sino la
continuación de la locación en los mismos términos contratados, hasta que cualquiera de las
partes dé por concluido el contrato mediante comunicación fehaciente.

2) El locatario puede emplear la resolución anticipada (artículo 1221)

a) Si la cosa locada es un inmueble y han transcurrido 6 meses de contrato, debiendo notificar


en forma fehaciente su decisión al locador con al menos 1 mes de anticipación.

Si hace uso de la opción resolutoria en el primer año de vigencia de la relación locativa, debe
abonar al locador, en concepto de indemnización, la suma equivalente a 1 mes y medio de
alquiler al momento de desocupar el inmueble y la de 1 mes si la opción se ejercita
transcurrido dicho lapso.

En los contratos de inmuebles destinados a vivienda, cuando la notificación al locador se


realiza con una anticipación de 3 meses o más, transcurridos al menos 6 meses de contrato, no
corresponde el pago de indemnización alguna por dicho concepto.

b) En los casos del artículo 1.199 que contempla excepciones al plazo mínimo legal, debiendo
el locatario abonar al locador el equivalente a 2 meses de alquiler.

3) Resolución imputable al locatario

El locador puede resolver el contrato:

 por cambio de destino o uso irregular en los términos del artículo 1205;
 por falta de conservación de la cosa locada, o su abandono sin dejar quien haga sus
veces;
 por falta de pago de la prestación dineraria convenida, durante dos períodos
consecutivos.

4) Resolución imputable al locador

El locatario puede resolver el contrato si el locador incumple:

 la obligación de conservar la cosa con aptitud para el uso y goce convenido;


 la garantía de evicción o la de vicios redhibitorios.

Una vez que se extingue o concluye la locación debe restituirse la tenencia de la cosa locada de
forma inmediata en el estado en que la recibió, excepto los deterioros provenientes del mero
transcurso del tiempo y el uso regular.

También debe entregarle las constancias de los pagos que efectuó en razón de la relación
locativa y que resulten atinentes a la cosa o a los servicios que tenga.

Si la cosa no se entrega debe proceder el desalojo, el plazo de ejecución de la sentencia de


desalojo no puede ser menor a 10 días. No se aplica al caso de la extinción del contrato porque
expiró el tiempo o cuando hubo resolución anticipada, tampoco en el caso de por falta de pago
de la prestación dineraria convenida, durante dos períodos consecutivos.

Contrato de obra. Concepto

ARTÍCULO 1251. Hay contrato de obra o de servicios cuando una persona, según el caso el
contratista o el prestador de servicios, actuando independientemente, se obliga a favor de
otra, llamada comitente, a realizar una obra material o intelectual o a proveer un servicio
mediante una retribución.

Características: Consensual, conmutativo, bilateral, de tracto sucesivo, oneroso o gratuito (el


contrato es gratuito si las partes así lo pactan o cuando por las circunstancias del caso puede
presumirse la intención de beneficiar).

Partes

El comitente, dueño de la obra o locatario, es quien encomienda la construcción y está


interesado en su resultado final, debiendo como contraprestación pagar el precio de la misma.
La persona, humana o jurídica, que se compromete a ejecutar la obra se denomina contratista
y si se obliga a prestar un servicio se denomina prestador de servicios. También es usual aludir
al constructor, empresario, contratista o locador de obra material.

Diferencia entre obra y servicio

1. CONTRATO DE OBRA

A. Las partes del contrato de obra son el contratista y el comitente donde el primero se
compromete a lograr un resultado determinado. Ello, sin perjuicio, de que las partes acuerden
la gratuidad (en ambos casos)

B. En el contrato de obra el contratista se obliga a ejecutar una obra material o intelectual


(obligación de resultado). El resultado consistirá siempre en la producción de un objeto,
material o intelectual, con entidad propia, fruto de la actividad desarrollada por el locador,
pero que se separa de él y aparece perfectamente determinado cuando es concluido y
entregado al locatario. Debido al objeto este contrato termina con una obligación de dar
(entrega al locatario la obra).

C. Se considera que el contrato es de obra cuando se promete un resultado eficaz, reproducible


o susceptible de entrega (artículo 1252)

2. CONTRATO DE SERVICIOS

En el contrato de servicios son partes el prestador y el comitente, acá una parte que no tiene
subordinación se compromete a prestar un servicio y el comitente se obliga a pagar un precio
determinado o determinable en dinero.

En el contrato de servicios se obliga a proveer un servicio (obligación de medios) Como no es


un criterio absoluto no se verá afectada la obligación de medios de un contrato de servicios,
por el hecho de que el prestatario deba cierto resultado concreto y específico.

Si hay duda sobre la calificación del contrato, se entiende que hay contrato de servicios cuando
la obligación de hacer consiste en realizar cierta actividad independiente de su eficacia. (art.
1252)

Sistemas de contratación de obras (artículo 1262)

La obra puede ser contratada por ajuste alzado, también denominado retribución global, por
unidad de medida, por coste y costas o por cualquier otro sistema convenido por las partes.

La contratación puede hacerse con o sin provisión de materiales por el comitente. Si se trata de
inmuebles, la obra puede realizarse en terreno del comitente o de un tercero.

Si nada se convino ni surge de los usos, se presume, excepto prueba en contrario, que la obra
fue contratada por ajuste alzado y que es el contratista quien provee los materiales.

AJUSTE ALZADO O RETRIBUCIÓN GLOBAL

En este sistema las partes contratan en función de un precio fijo, determinado e invariable. En
consecuencia, los incrementos de los valores (materiales o mano de obra) perjudicarán al
contratista, pero no alterarán el precio. A esto se llama ajuste alzado absoluto e implica la
invariabilidad del precio.
El contrato de obra por ajuste alzado (absoluto) presupone el encargo de una obra cuyo precio
se fija a un tanto global y requiere una invariabilidad de la obra que corresponda a esa
invariabilidad en el precio. Este sistema es favorable al comitente, quien de antemano conoce
el precio final de la obra, mientras que no lo es para el contratista en períodos inflacionarios.

Ello no obsta, a que el comitente se comprometa a reconocer determinadas modificaciones en


el precio. A esto se llama ajuste alzado relativo y se admite una modificación del precio en el
sentido de que la obra se contrata por un precio determinado, aunque sujeto a un reajuste en
caso de que se alteren los elementos constitutivos del precio.

2. UNIDAD DE MEDIDA

En este caso el precio se determina en relación a ciertas medidas o unidades técnicas y se


presupone la divisibilidad de la obra. En efecto, se fracciona la obra en etapas o unidades
terminadas, a las que se le asigna un valor; pudiendo luego estimarse el precio a pagar por la
simple multiplicación del valor acordado a cada unidad por el número de unidades
efectivamente elaboradas. Permite al comitente poner fin a la relación contractual abonando el
número de unidades trabajadas y caracteriza a la misma por una cierta imprevisibilidad en
relación al número de piezas o unidades que se necesitarán.

3. COSTE Y COSTAS

Implica acordar un valor sujeto a la condición de variabilidad del valor de los materiales y
salarios pudiendo el contratista reajustarlos de acuerdo a sus fluctuaciones, toda vez que "el
precio surge a posteriori de la ejecución".

En este sistema de contratación, el precio se fija en función de los valores correspondientes al


momento del perfeccionamiento del contrato, pero se reconoce al contratista el derecho de
modificarlos si hubiere alteración de los mismos.

Esta modalidad presenta variantes según la mayor o menor amplitud del derecho a reajustar. Si
la obra se contrata por el sistema de ejecución a coste y costas, la retribución se determina
sobre el valor de los materiales, de la mano de obra y de otros gastos directos o indirectos (art.
1263).

 El coste comprende los gastos o costos directos (mano de obra, materiales, etc., que
aumentan en proporción a la magnitud de la obra) e indirectos (son las erogaciones
que permanecen invariables, cualquiera que sea la magnitud o monto de la obra, tales
como los gastos de personal administrativo, etc.) de la obra.
 Costas, en cambio, es la utilidad, ganancia neta o beneficio, que obtendrá el
empresario o constructor por la ejecución de la obra. Éste puede consistir en un monto
fijo o, en la práctica, lo normal es que constituya un porcentaje sobre el monto del
coste. Es por ello que es un sistema que beneficia, cuando se pacta un porcentaje,
mayormente al constructor.

Aceptación de la obra

La obra se considera aceptada cuando concurren las circunstancias del artículo 747, es decir,
cuando cualquiera de las partes requiere la inspección de la cosa en el acto de su entrega.

La recepción de la cosa por el acreedor hace presumir la inexistencia de vicios aparentes y la


calidad adecuada de la cosa, sin perjuicio de los casos de obligación de saneamiento (están
obligados el transmitente de bienes a título oneroso, quien dividió bienes, sus sucesores si se
hizo la transferencia a título oneroso).

Si se conviene o es de uso un plazo de garantía (es aquel en el cual el comitente verifica la obra
o comprueba su funcionamiento) para que el comitente verifique la obra o compruebe su
funcionamiento, la recepción se considera provisional y no hace presumir la aceptación. Si se
trata de vicios que no afectan la solidez ni hacen la obra impropia para su destino, no se pactó
un plazo de garantía ni es de uso otorgarlo, aceptada la obra, el contratista:

a) queda libre de responsabilidad por los vicios aparentes;

b) responde de los vicios o defectos no ostensibles al momento de la recepción, con la


extensión y en los plazos previstos para la garantía por vicios ocultos.

Obligaciones de las partes

1. CONTRATISTA O PRESTADOR DE SERVICIOS – ARTÍCULO 1256

A. Ejecutar el contrato conforme a las previsiones contractuales y a los conocimientos


razonablemente requeridos al tiempo de su realización por el arte, la ciencia y la técnica
correspondientes a la actividad desarrollada.

B. Informar al comitente sobre los aspectos esenciales del cumplimiento de la obligación


comprometida.

C. Proveer los materiales adecuados que son necesarios para la ejecución de la obra o del
servicio, excepto que algo distinto se haya pactado o resulte de los usos

D. Usar diligentemente los materiales provistos por el comitente e informarle inmediatamente


en caso de que esos materiales sean impropios o tengan vicios que el contratista o prestador
debiese conocer.

E. Ejecutar la obra o el servicio en el tiempo convenido o, en su defecto, en el que


razonablemente corresponda según su índole.

2. COMITENTE - ARTÍCULO 1257

A. Pagar la retribución

B. Proporcionar al contratista o al prestador la colaboración necesaria, conforme a las


características de la obra o del servicio.

C. Recibir la obra si fue ejecutada conforme a lo dispuesto en el artículo 1256.

Responsabilidad del contratista

1. Obra en ruina o impropia para su destino (artículo 1273)

El constructor de una obra realizada en inmueble destinada por su naturaleza a tener larga
duración responde al comitente y al adquirente de la obra por los daños que comprometen su
solidez y por los que la hacen impropia para su destino.
 Eximición: El constructor sólo se libera si prueba la incidencia de una causa ajena.

No es causa ajena el vicio del suelo, aunque el terreno pertenezca al comitente o a un tercero,
ni el vicio de los materiales, aunque no sean provistos por el contratista.

 Extensión de la responsabilidad por obra en ruina o impropia (artículo 1274)

A) a toda persona que vende una obra que ella ha construido o ha hecho construir si hace de
esa actividad su profesión habitual;

B) a toda persona que, aunque actuando en calidad de mandatario del dueño de la obra,
cumple una misión semejante a la de un contratista;

C) según la causa del daño, al subcontratista, al proyectista, al director de la obra y a cualquier


otro profesional ligado al comitente por un contrato de obra de construcción referido a la obra
dañada o a cualquiera de sus partes.

 Plazo de caducidad: artículo 1275: el daño debe producirse dentro de los diez años de
aceptada la obra.
 Legitimados activos: comitente y al adquirente, sus sucesores universales y singulares.
 Legitimados pasivos

I. Constructor de la obra

II. Toda persona que vende una obra que ella ha construido o ha hecho construir si hace de esa
actividad su profesión habitual, es decir, el empresario inmobiliario;

III. Toda persona que, aunque actuando en calidad de mandatario del dueño de la obra, cumple
una misión semejante a la de un contratista;

IV. Según la causa del daño, el subcontratista, el proyectista, el director de la obra y cualquier
otro profesional ligado al comitente por un contrato de obra de construcción referido a la obra
dañada o a cualquiera de sus partes.

2. Responsabilidades complementarias

El constructor, los subcontratistas y los profesionales que intervienen en una construcción


están obligados a observar las normas administrativas y son responsables, incluso frente a
terceros, de cualquier daño producido por el incumplimiento de tales disposiciones. (artículo
1277)

ARTICULO 1276.-Nulidad de la cláusula de exclusión o limitación de la responsabilidad.

Toda cláusula que dispensa o limita la responsabilidad prevista para los daños que
comprometen la solidez de una obra realizada en inmueble destinada a larga duración o que la
hacen impropia para su destino, se tiene por no escrita.

Extinción

1. Por la finalización de la obra o cumplimiento del servicio.

2. Por imposibilidad de ejecución de prestación sin culpa.

Si la ejecución de una obra o su continuación se hace imposible por causa no imputable a


ninguna de las partes, el contrato se extingue. El contratista tiene derecho a obtener una
compensación equitativa por la tarea efectuada (artículo 1267).
3. Desestimiento unilateral

El comitente puede desistir del contrato por su sola voluntad, aunque la ejecución haya
comenzado; pero debe indemnizar al prestador todos los gastos y trabajos realizados y la
utilidad que hubiera podido obtener. El juez puede reducir equitativamente la utilidad si la
aplicación estricta de la norma conduce a una notoria injusticia. (artículo 1261)

4. Por destrucción o deterioro de la obra por caso fortuito antes de la entrega

La destrucción o el deterioro de una parte importante de la obra por caso fortuito antes de
haber sido recibida autoriza a cualquiera de las partes a dar por extinguido el contrato, con los
siguientes efectos:

a) si el contratista provee los materiales y la obra se realiza en inmueble del comitente,


el contratista tiene derecho a su valor y a una compensación equitativa por la tarea efectuada;

b) si la causa de la destrucción o del deterioro importante es la mala calidad o


inadecuación de los materiales, no se debe la remuneración pactada, aunque el contratista
haya advertido oportunamente esa circunstancia al comitente;

c) si el comitente está en mora en la recepción al momento de la destrucción o del


deterioro de parte importante de la obra, debe la remuneración pactada.

4. Muerte del contratista o prestador. La muerte del contratista o prestador extingue el


contrato, excepto que el comitente acuerde continuarlo con los herederos de aquél. En caso de
extinción, el comitente debe pagar el costo de los materiales aprovechables y el valor de la
parte realizada en proporción al precio total convenido.

La muerte del comitente no extingue el contrato, excepto que haga imposible o inútil la
ejecución (artículo 1259).

Mandato. Concepto

Hay contrato de mandato cuando una parte se obliga a realizar uno o más actos jurídicos en
interés de otra (artículo 1319).

 El mandato, como contrato, tiene lugar cuando una parte (mandante) da a otra
(mandatario) el poder, que ésta acepta, para representarla, al efecto de ejecutar en su
nombre y de su cuenta un acto jurídico, o una serie de actos de esta naturaleza.
 Son partes del contrato de mandato el MANDANTE (le pide al mandatario que realice
actos jurídicos) y el MANDATARIO (realiza los actos exigidos por el mandante)
 Caracteres: consensual, bilateral, no formal y se presume oneroso (artículo 1322) a
falta de acuerdo sobre la retribución, la remuneración es la que establecen las
disposiciones legales o reglamentarias aplicables, o el uso. A falta de ambos, debe ser
determinada por el juez.
 El mandato puede ser conferido y aceptado expresa o tácitamente (artículo 1319 2°
parte). Es tácito si una persona sabe que alguien está haciendo algo en su interés, y no
lo impide, pudiendo hacerlo (porque). La ejecución del mandato implica su aceptación
aun sin mediar declaración expresa sobre ella.
 ARTÍCULO 1326. Si el mandato se confiere a varias personas sin estipular expresamente
la forma o el orden de su actuación, se entiende que pueden desempeñarse con-junta
o separadamente.
 En cuanto a la capacidad, el ARTÍCULO 1323 dice que el mandato puede ser conferido a
una persona incapaz, pero ésta puede oponer la nulidad del contrato si es demandado
por inejecución de las obligaciones o por rendición de cuentas, excepto la acción de
restitución de lo que se ha convertido en provecho suyo.

Mandato con representación y sin representación

a) CON REPRESENTACIÓN

ARTÍCULO 1320. Si el mandante confiere poder para ser representado, le son aplicables las
disposiciones de los *artículos 362 y siguientes.

* La representación es el acto que permite imputar efectos directos a una persona por la
actuación de otra, el cual puede tener como fuente un origen legal o bien voluntario o
convencional. El art. 1320 es un supuesto especial de representación voluntaria.

Acá hay dos negocios jurídicos que confluyen y relaciones que coexisten. La primera relación es
entre el mandante y mandatario donde hay un deber de cumplir un encargo conferido y
aceptado por medio del contrato; la otra relación es externa y se da entre el mandante y el
tercero, acá el mandante actúa bajo el poder otorgado para actuar en nombre ajeno.

Los actos o hechos que el mandatario ejecuta dentro de los límites de su poder y a nombre del
mandante, así como las obligaciones que en consecuencia hubiere contraído, "son
considerados como hechos por éste personalmente".

La segunda parte del artículo 1320 dice: Aun cuando el mandato no confiera poder de
representación, se aplican las disposiciones citadas a las relaciones entre mandante y
mandatario.

Se refiere a qué relaciones pueden ser objeto de representación. La regla es que puede
actuarse por representante en todos los actos jurídicos patrimoniales y entre vivos. Sin
embargo, no es posible encomendar al representante la realización de actos que el
representado no puede celebrar por sí, así como tampoco encomendar la ejecución de
obligaciones intuitu personae (obligaciones personales, solo las puede hacer el titular).

b) SIN REPRESENTACIÓN

ARTÍCULO 1321. Si el mandante no otorga poder de representación, el mandatario actúa en


nombre propio, pero en interés del mandante, quien no queda obligado directamente respecto
del tercero, ni este respecto del mandante.

El mandante puede subrogarse en las acciones que tiene el mandatario contra el tercero, e
igualmente el tercero en las acciones que pueda ejercer el mandatario contra el mandante.

Diferencias entre mandato, representación y poder

a) PODER: es la autorización que el interesado otorga al mandatario o representante para


habilitarlo frente a terceros a que realice actos jurídicos en su nombre.

b) REPRESENTACIÓN: facultad de celebrar actos jurídicos en nombre de otro, de manera que


los efectos de negocio se produzcan entre el representado y los terceros.
c) MANDATO: cuando una parte se obliga a realizar uno o más actos jurídicos en interés de
otra.

Derechos y obligaciones de las partes

 OBLIGACIONES DEL MANDATARIO – ART. 1324: Se obliga a:

a) cumplir los actos comprendidos en el mandato, conforme a las instrucciones dadas por el
mandante y a la naturaleza del negocio que constituye su objeto, con el cuidado que pondría
en los asuntos propios o, en su caso, el exigido por las reglas de su profesión, o por los usos del
lugar de ejecución;

b) dar aviso inmediato al mandante de cualquier circunstancia sobreviniente que


razonablemente aconseje apartarse de las instrucciones recibidas, requiriendo nuevas
instrucciones o ratificación de las anteriores, y adoptar las medidas indispensables y urgentes;

c) informar sin demora al mandante de todo conflicto de intereses y de toda otra circunstancia
que pueda motivar la modificación o la revocación del mandato;

d) mantener en reserva toda información que adquiera con motivo del mandato que, por su
naturaleza o circunstancias, no está destinada a ser divulgada;

e) dar aviso al mandante de todo valor que haya recibido en razón del mandato, y ponerlo a
disposición de aquél;

f) rendir cuenta de su gestión en las oportunidades convenidas o a la extinción del mandato;

g) entregar al mandante las ganancias derivadas del negocio, con los intereses moratorios, de
las sumas de dinero que haya utilizado en provecho propio;

h) informar en cualquier momento, a requerimiento del mandante, sobre la ejecución del


mandato;

i) exhibir al mandante toda la documentación relacionada con la gestión encomendada, y


entregarle la que corresponde según las circunstancias.

Si el negocio encargado al mandatario fuese de los que, por su oficio o su modo de vivir, acepta
él regularmente, aun cuando se excuse del encargo, debe tomar las providencias
conservatorias urgentes que requiera el negocio que se le encomienda.

 OBLIGACIONES DEL MANDANTE. ARTÍCULO 1328: Se obliga a:

a) suministrar al mandatario los medios necesarios para la ejecución del mandato y


compensarle, en cualquier momento que le sea requerido, todo gasto razonable en que haya
incurrido para ese fin;

b) indemnizar al mandatario los daños que sufra como consecuencia de la ejecución del
mandato, no imputables al propio mandatario;

c) liberar al mandatario de las obligaciones asumidas con terceros, proveyéndole de los medios
necesarios para ello;

d) abonar al mandatario la retribución convenida. Si el mandato se extingue sin culpa del


mandatario, debe la parte de la retribución proporcionada al servicio cumplido; pero si el
mandatario ha recibido un adelanto mayor de lo que le corresponde, el mandante no puede
exigir su restitución.

 CONFLICTO DE INTERESES – ARTÍCULO 1325: Si media conflicto de intereses entre el


mandante y el mandatario, éste debe posponer los suyos en la ejecución del mandato,
o renunciar. La obtención, en el desempeño del cargo, de un beneficio no autorizado
por el mandante, hace perder al mandatario su derecho a la retribución.

Mandato irrevocable

ARTÍCULO 1330. El mandato puede convenirse expresamente como irrevocable en estos casos
que son una excepción a la extinción del poder (artículo 380 incisos b y c):

1. Normalmente el poder se extingue por la muerte del representante o del representado; sin
embargo, subsiste en caso de muerte del representado siempre que haya sido conferido para
actos especialmente determinados y en razón de un interés legítimo que puede ser solamente
del representante, de un tercero o común a representante y representado, o a representante y
un tercero, o a representado y tercero;

2. También se extinguiría el poder por la revocación efectuada por el representado; sin


embargo, un poder puede ser conferido de modo irrevocable, siempre que lo sea para actos
especialmente determinados, limitado por un plazo cierto, y en razón de un interés legítimo
que puede ser solamente del representante, o de un tercero, o común a representante y
representado, o a representante y un tercero, o a representado y tercero; se extingue llegado el
transcurso del plazo fijado y puede revocarse si media justa causa.

En el segundo párrafo, el artículo 1330 aborda el caso de un mandato que se ejecuta después
que murió el mandante. Sobre esto dice: El mandato destinado a ejecutarse después de la
muerte del mandante es nulo si no puede valer como disposición de última voluntad.

A efectos de su validez debe:

a) haber sido otorgado mediante poder especial, para realizar actos jurídicos específicos y
determinados;

b) manifestarse expresamente la voluntad de subsistencia en caso de muerte del poderdante;

c) puede tratarse de actos de administración o de disposición;

d) la única limitación que impone, en cuanto en interés de quien se otorga el poder, es que no
es válido si ha sido otorgado en el único interés del poderdante o representado.

El mandato irrevocable se extingue si se hubiere previsto su subsistencia por un plazo


determinado, al vencimiento de éste.

Extinción del mandato

a) por el transcurso del plazo por el que fue otorgado, o por el cumplimiento de la condición
resolutoria pactada (artículo 1329)

b) por la ejecución del negocio para el cual fue dado; (artículo 1329)

c) por la revocación del mandante: (artículo 1329)


La revocación sin justa causa del mandato otorgado por tiempo o asunto determinado obliga al
mandante a indemnizar los daños causados; si el mandato fue dado por plazo indeterminado,
el mandante debe dar aviso adecuado a las circunstancias o, en su defecto, indemnizar los
daños que cause su omisión (artículo 1331)

d) por la renuncia del mandatario; (artículo 1329)

La renuncia intempestiva y sin causa justificada del mandatario obliga a indemnizar los daños
que cause al mandante (artículo 1332)

e) por la muerte o incapacidad del mandante o del mandatario. (artículo 1329)

Producida la muerte o incapacidad del mandatario, sus herederos, representantes o asistentes


que tengan conocimiento del mandato deben dar pronto aviso al mandante y tomar en interés
de éste las medidas que sean requeridas por las circunstancias.

Si se produce la muerte o incapacidad del mandante, el mandatario debe ejecutar los actos de
conservación si hay peligro en la demora, excepto instrucciones expresas en contrario de los
herederos o representantes (artículo 1333).

PERSONA HUMANA

DERECHOS PERSONALÍSIMOS

DERECHOS PERSONALÍSIMOS

Los derechos personalísimos, también llamados derechos de la personalidad, son las


prerrogativas de carácter extrapatrimonial, inalienables, perpetuas y oponibles erga omnes,
que corresponden a toda persona por su condición de tal, desde antes de su nacimiento y
hasta después de su muerte.

Las personas no pueden ser privadas de estas prerrogativas por la acción del Estado ni de otros
particulares porque ello implicaría desmedro o menoscabo de la personalidad.

Se puede decir que los derechos personalísimos recaen sobre ciertos aspectos o
manifestaciones de la personalidad para proteger su desenvolvimiento como el derecho al
honor, libertad, intimidad. No solo tienen reconocimiento a través del CCC, sino que derivan
del bloque de constitucionalidad (CN + Tratados de DDHH).

Por otro lado, los actos personalísimos son aquellos que deben realizar los sujetos por sí solos
(y que hacen referencia a este tipo de derechos).

Naturaleza jurídica

Los derechos personales constituyen una categoría de 6derechos subjetivos esenciales, que
pertenecen a la persona por su sola condición humana y que se encuentran respecto de ella en
una relación de íntima conexión, casi orgánica e integral.

Son derechos subjetivos.

Características

 Absolutos: por cuanto son oponibles erga omnes a todos los miembros de la
comunidad y no sólo a los particulares, sino contra quienes los vulnere.
 Extrapatrimoniales: ya que no son susceptibles de apreciación o medición pecuniaria.
 Innatos: en virtud de que nacen con el sujeto mismo, es decir con la concepción del
nasciturus (nacimiento). Son connaturales al hombre y pertenecen a él por su sola
condición de persona humana, siendo indiferente lo que disponga o no al respecto el
derecho objetivo.
 Vitalicios: ya que pertenecen a la persona durante toda su existencia, no faltando en
ningún instante de la vida
 Necesarios: por cuanto no pueden faltarle a la persona, sin perjuicio de que en ciertas
ocasiones su ejercicio pueda ser limitado por la autoridad pública (por ejemplo, en el
caso de una condena penal de prisión se privaría el ejercicio al derecho de libertad
ambulatoria, o en el supuesto de un estado de sitio, situación excepcional y
temporaria)
 Esenciales: ya que no le pertenecen al hombre por una circunstancia ajena o externa,
sino que se trata del mínimo indispensable, básico, para el contenido de la
personalidad humana. La persona sería incompleta sin estos derechos.
 Inherentes: en el sentido de que son intransmisibles por no ser posible escindirlos de la
persona a la que pertenecen.
 Irrenunciables.
 Indisponibles / inalienables: están fuera del comercio y no pueden ser transmitidos.
 Imprescriptibles: no se adquieren ni pierden por su no uso y el transcurso del tiempo.

Atributos de las personas. Concepto. Naturaleza. Caracteres. Nombre. Noción. Régimen legal.
Acciones de protección. Domicilio. Noción. Caracteres. Capacidad. Noción. Clases. Estado civil.

ATRIBUTOS

Los atributos son cualidades inherentes a las personas que le son inseparables sin las cuales no
podemos concebir al sujeto del derecho ni a la persona jurídica. Los atributos que define el CCC
son: nombre, domicilio, capacidad, estado civil.

Naturaleza jurídica

No son derechos ni deberes, sino cualidades inherentes a la calidad de la persona que son
contemporáneos a la persona y lo acompañan durante toda su existencia.

Caracteres

a)-. Inherentes a las personas: nadie carece de ellos porque determinan su individualidad.

b)-. Innatos: el hecho del nacimiento con vida hace que adquieran plenitud.

c)-. Vitalicios: se extinguen con la vida de la persona.

d)-. Indisponibles e inalienables: no pueden transferirse y están fuera del comercio.

e)-. Imprescriptibles: no se adquieren ni pierden por el paso del tiempo.

NOMBRE

El nombre es el medio de identificación de las personas en la sociedad. Está compuesto por el


prenombre o nombre de pila (es la forma de designación de un individuo) y el apellido (es una
designación común a todas las personas pertenecientes a una familia).
Caracteres

a). – Obligatoriedad: ARTÍCULO 62: Derecho y deber. La persona humana tiene el derecho y el
deber de usar el prenombre y el apellido que le corresponden.

b). – Inmutabilidad: por principio ninguna persona se encuentra facultada para cambiar su
nombre excepto en aquellos supuestos contemplados por la ley.

c). – Unidad: Ningún sujeto puede tener más de un nombre

d). – Indisponibilidad: al ser un elemento de la personalidad está fuera del comercio.

e). - Irrenunciabilidad

f). – Imprescriptibilidad

Régimen legal

 Reglas relativas al nombre.

La autonomía de voluntad de los progenitores o su derecho a inventar el prenombre o


prenombres de sus hijos prima en la elección con la salvedad que no pueden ser

extravagantes, ni superar el número de tres, a excepción de los prenombres aborígenes o


derivados. El ARTÍCULO 63 da cuenta de la elección:

a. Corresponde a los padres o a las personas a quienes ellos den su autorización para
tal fin; a falta o impedimento de uno de los padres, corresponde la elección o dar la
autorización al otro; en defecto de todos, debe hacerse por los guardadores, el Ministerio
Público o el funcionario del Registro Civil;

b. No pueden inscribirse más de tres prenombres, apellidos como prenombres,


primeros prenombres idénticos a primeros prenombres de hermanos vivos; tampoco pueden
inscribirse prenombres extravagantes (Limitaciones);

c. Pueden inscribirse nombres aborígenes o derivados de voces aborígenes autóctonas


y latinoamericanas.

 Reglas relativas al apellido.

Es la designación común a todos los miembros de una familia. Como principio general, la
filiación determina el apellido. Debe distinguirse entre doble apellido (agregación del apellido
materno al paterno y varía entre generaciones) y apellido compuesto (se presenta integrado y
si se suprime uno de ellos la denominación queda incompleta, por eso es inalterable).

Respecto del apellido de los hijos, de acuerdo al ARTÍCULO 64 se diferencian estos casos:

1). - El hijo matrimonial lleva el primer apellido de alguno de los cónyuges; en caso de no haber
acuerdo, se determina por sorteo en el Registro Civil. A pedido de los padres, o del interesado
con edad y madurez suficiente, se puede agregar el apellido del otro. (Doble apellido). Todos
los hijos de un mismo matrimonio deben llevar el apellido y la integración compuesta que se
haya decidido para el primero de los hijos.

2). – El hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial lleva el apellido de ese progenitor. Si la
filiación de ambos padres se determina simultáneamente, se aplica la primera parte del
artículo (es decir, la regla de mantener el apellido como se le puso al primero de los hijos). Si la
segunda filiación se determina después, los padres acuerdan el orden; a falta de acuerdo, el
juez dispone el orden de los apellidos, según el interés superior del niño.

Hay tres situaciones específicas que están dentro de las reglas sobre el apellido:

a). – Casos especiales: ARTÍCULO 66. La persona con edad y grado de madurez suficiente que
carezca de apellido inscripto puede pedir la inscripción del que use.

b). – Apellido del cónyuge: ARTÍCULO 67. cualquiera puede optar por usar el apellido del otro,
sea con o sin la preposición “de”. Si es divorciado o el matrimonio se declaró nulo, no puede
usar el apellido del cónyuge salvo que por motivos razonables el juez autorice su conservación.
En el caso de una persona viuda puede seguir usándolo mientras no se case otra vez ni
constituya unión convivencial.

c). – Hijo adoptivo: ARTÍCULO 68. Hay que diferenciar según el tipo de adopción, en la plena
adquiere el apellido del adoptante con la misma modalidad si es doble apellido que el resto de
los hijos.

Cambio de nombre o apellido

El principio general en materia del nombre es la inmutabilidad y ello radica en razones de


seguridad. El ARTÍCULO 69 prevé casos de excepción en que procede según exista justo motivo
en cuyo caso queda a criterio del juez la apreciación o no exista ese justo motivo.

Sólo procede si existen justos motivos a criterio del juez.

 el seudónimo cuando adquirió notoriedad;


 La raigambre cultural, ética o religiosa;
 La afectación de la personalidad de la persona interesada cualquiera sea su causa
siempre que se encuentre acreditada.

Se consideran justos motivos, pero no requieren intervención judicial:

 Los casos de prenombre y apellido por haber sido víctima de desaparición forzada,
apropiación ilegal, alteración o supresión del estado civil o de la identidad.

ARTÍCULO 70. Proceso. Los cambios de prenombre o apellido tramitan por el proceso más
abreviado con intervención del Ministerio Público. El pedido se publica en el diario oficial una
vez por mes durante dos meses. Puede formularse oposición dentro de los 15 días hábiles
contados desde la última publicación. Debe pedirse información sobre medidas precautorias
existentes respecto del interesado. La sentencia es oponible a terceros desde su inscripción en
el Registro Civil. Hecho el cambio deben rectificarse todas las partidas, títulos y asientos
registrales que sean necesarios.

Acciones de protección

El ARTÍCULO 71 organiza tres acciones para proteger el nombre:

a.- acción de reclamación / reconocimiento de nombre;

b.- acción de impugnación, contestación o usurpación de nombre;


c.- acción de supresión de nombre.

En los tres supuestos la acción principal tiene por objeto que se reconozca el nombre de aquel
a quien se le ha desconocido o el cese del uso de un nombre por parte de un tercero que no le
corresponde.

En todos los casos su legítimo portador se encuentra legitimado para reclamar y obtener el
resarcimiento de los daños.

Asimismo, en el caso de la acción de reclamación de nombre la publicación de la sentencia es


obligatoria, en cambio, en las de impugnación y supresión de nombre, la publicación de la
sentencia que resuelve la acción es algo que queda a criterio del juez.

a.- Acción de reclamación o reconocimiento de nombre: es aquella que tiene la persona a


quien se le ha desconocido o negado su nombre para que se le reconozca, prohibiéndose su
ulterior impugnación. Se requiere, que el demandado haya desconocido el nombre de quien lo
porta legalmente. Este desconocimiento implica la necesidad de publicidad (a través de
cualquier medio o de forma verbal).

b.- Acción de impugnación, contestación o usurpación de nombre: mediante ella se habilita a


su portador a accionar contra quien emplea indebidamente su nombre para que cese en esa
conducta o también cuando se usa el nombre ajeno para designar a terceras personas que no
son sus titulares. Se está en presencia de una persona que, sin derecho, esgrime un nombre
que le corresponde a quien acciona o a otro tercero.

c.- Acción de supresión de nombre. En este caso se está en presencia de alguien que utiliza el
nombre de una persona para denominar a alguna cosa, personaje ficticio, marca o producto y
ella – o sus herederos – requieren la supresión del uso con el cual se identifica a una cosa o a
un personaje ficticio porque tal comportamiento provoca al actor daño material o no material.

DOMICILIO

El domicilio es un lugar dentro del ámbito geográfico territorial que la ley atribuye como
asiento jurídico de la persona para la producción de determinados efectos jurídicos. Esta
imposición resulta necesaria para que las personas puedan ser localizadas para el
cumplimiento de sus obligaciones y el ejercicio de los derechos.

Toda persona tiene el deber y derecho de tener un domicilio, para garantizar el funcionamiento
del estado de derecho. El domicilio en cuanto calidad personal que individualiza al sujeto,
implica que es posible ubicar a la persona en el domicilio real o legal, atributos conferidos por
la ley.

El domicilio tiene como efecto que determina la competencia de las autoridades en las
relaciones jurídicas. Además, la elección de un domicilio produce la prórroga de la competencia
(ARTÍCULO 78).

El CCC también contempla la posibilidad del cambio de domicilio de un lugar a otro, una
facultad que no puede ser coartada por contrato, ni por disposición de última voluntad.

Cambio de domicilio. El cambio de domicilio se verifica instantáneamente por el hecho de


trasladar la residencia de un lugar a otro con ánimo de permanecer en ella (ARTÍCULO 77).

Clases de domicilio
1). - Domicilio real: el CCC asigna a la persona su domicilio real en base a la circunstancia de
tratarse del lugar donde ella reside habitualmente.

La característica de esta clase de domicilio está dada por la habitualidad de la residencia, aun
cuando no esté determinado porque la ley refiere al “lugar donde se encuentre o de residencia
actual”.

Otro rasgo es que está sometido a la unicidad porque la persona física no puede tener más que
un solo domicilio real.

ARTÍCULO 73. La persona humana tiene domicilio real en el lugar de su residencia habitual. Si
ejerce actividad profesional o económica, lo tiene en el lugar donde la desempeña para el
cumplimiento de las obligaciones emergentes de dicha actividad.

El domicilio real se conforma por un elemento objetivo que es la residencia habitual y otro
subjetivo que es la intención de permanecer en él.

2). – Domicilio legal. Es el lugar fijado por la ley para el cumplimiento de efectos jurídicos en
general. Se define como el lugar que la persona define para el ejercicio de sus derechos y
cumplimiento de sus obligaciones, aunque de hecho no esté ahí.

En estos casos la ley atiende a situaciones jurídicas especiales, y en virtud de ellas, asigna el
domicilio legal a la persona. Tiene carácter forzoso, lo cual implica que su elección y
modificación no pueden ser realizadas libremente por la persona, y en esto se diferencia del
domicilio real.

El ARTÍCULO 74 indica que el domicilio legal es el lugar donde la ley presume, sin admitir
prueba en contra, que una persona reside de manera permanente para el ejercicio de sus
derechos y el cumplimiento de sus obligaciones.

Hay casos en que sólo la ley puede establecerlo, y sin perjuicio de lo dispuesto en normas
especiales se determina que:

a- Los funcionarios públicos tienen su domicilio en el lugar donde cumplen sus


funciones. Quedan excluidos aquellos con tareas temporarias, periódicas, o de simple
comisión. En este caso la ley tiene en cuenta la habitualidad de las tareas laborales que
desarrolla la persona.

b- Los militares en servicio activo tienen su domicilio en el lugar en que lo están


prestando. La ley sigue el mismo criterio de habitualidad en las tareas para hacer esta
distinción, además también están contemplados en la hipótesis del inciso a) ya que son
funcionarios públicos.

c- Los transeúntes o las personas de ejercicio ambulante, como los que no tienen
domicilio conocido, lo tienen en el lugar de su residencia actual. Esta disposición se origina en
el principio de necesidad de domicilio.

d- Las personas incapaces lo tienen en el domicilio de sus representantes. Esto abarca a


las personas por nacer, las que no cuentan con edad y grado de madurez suficiente y la
persona declarada incapaz por sentencia judicial.

3).- Domicilio especial. Es el lugar que las partes de un contrato pueden elegir un domicilio para
el ejercicio de los derechos y obligaciones que de él emanan.
El domicilio especial es voluntario y facultativo, pude ser múltiple y no está sujeto a formalidad
alguna conforme al principio de libertad de formas que rige en el ámbito contractual; no
obstante, en cuanto a su constitución y modificación debe seguir la forma que se hubiera
establecido para el contrato en particular.

CAPACIDAD

La capacidad es del grado de aptitud que el ordenamiento jurídico reconoce a las personas
para ser titulares de derechos y deberes jurídicos y para el ejercicio de las facultades que
emanan de esos derechos o el cumplimiento de las obligaciones que implican los mencionados
deberes. La capacidad puede ser de derecho o, de hecho.

El reconocimiento de la capacidad y su regulación constituyen en materia de orden público en


un orden jurídico, por lo cual las partes no pueden efectuar pactos o concesiones al respecto
que importen desconocer las normas imperativas.

El CCC sigue el principio general de capacidad y lo hace en relación a los tipos de capacidad de
derecho y, de hecho.

1) Capacidad de derecho

ARTÍCULO 22. Toda persona humana goza de la aptitud para ser titular de derechos y deberes
jurídicos. La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples actos o actos
jurídicos determinados. Por ejemplo: incapacidad de realizarse contratos entre padres e hijos
en ejercicio de la responsabilidad parental, entre tutor y pupilo.

La incapacidad de derecho se instituye en protección de ciertos intereses y nunca de modo


general ya que ello importaría negar el concepto de sujeto de derecho, por lo que en realidad
apunta a la consideración de la persona frente a determinados hechos jurídicos, simples actos
o actos jurídicos.

- Hecho jurídico es un acontecimiento que, conforme el ordenamiento, produce el nacimiento,


modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas. - Simple acto lícito: es una acción
voluntaria no prohibida por la ley de la que resulta alguna adquisición, modificación o extinción
de relaciones o situaciones jurídicas.

- Acto jurídico: es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisición,
modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas.

En cuanto a la ineficacia que ocasiona el acto obrado en contra de una incapacidad de derecho,
será la nulidad que habrá de ser absoluta, de forma tal que el acto no podrá ser confirmado a
fin de preservar de tal manera el fundamento y la finalidad en que se asienta esta incapacidad.

2) Capacidad de hecho o ejercicio

El principio general en esta materia es la capacidad plena, que solo puede estar limitada por las
propias disposiciones del Código. ARTÍCULO 23. Toda persona humana puede ejercer por sí
misma sus derechos excepto las limitaciones expresamente previstas en este Código y en una
sentencia judicial.
Los casos que dispone el Código sobre incapacidad de ejercicio son para los casos de personas
por nacer, que no cuentan con edad y grado de madurez suficiente; la persona declarada
incapaz por sentencia judicial. (ARTÍCULO 24).

Si un acto jurídico es llevado a cabo por una persona encuadrada en estos supuestos el efecto
de ello es de nulidad relativa ya que nada impide que si es un acto beneficioso para el incapaz
éste pueda ser confirmado por su representante legal y goce de validez.

La ley establece en qué casos dichas restricciones son admisibles cuando alude a NNyA que no
presenten edad y madurez suficiente; cuando son mayores de edad las restricciones se
imponen como consecuencia de una sentencia judicial.

Cuando se es incapaz de hecho las personas ejercen por medio de sus representantes los
derechos, ellos difieren según el caso:

- Personas por nacer: son sus padres de manera conjunta.

- Menores no emancipados: son sus padres, si faltan o están privados de responsabilidad


parental es representante el tutor que se les designa.

- Personas con capacidad restringida: son aquellas que padecen adicciones, alteraciones
mentales. Ellos conservan su capacidad, pero la sentencia pude restringirla para determinados
actos designándoseles el apoyo necesario.

La capacidad de hecho se define como la capacidad de obrar, de acto; es por ello que también
es llamada capacidad de ejercicio o de goce. Se refiere a la aptitud para actuar por sí los
derechos reconocidos en el ordenamiento.

La restricción de la capacidad, aparece fundada en la pretensión de protección de la persona


por el ordenamiento, auxiliando la ejecución de los actos a través de mecanismos de asistencia
para su celebración.

Como respuesta a la limitación que importa la incapacidad se establece la figura que


represente a esta persona impedida de obrar; en el caso de los menores sus representantes
legales, padres o tutores y en el de los mayores de edad su curador.

ESTADO CIVIL

Estado alude a una posición o posicionamiento de una persona en la sociedad, por ejemplo, el
estado civil, estado de familia, etc. Se caracteriza por:

a) Las normas que regulan el estado son de orden público

b) Indivisible y oponible erga omnes

c) Recíproco: a cada estado de una persona le corresponde el de otro que es correlativo

d) Inalienable e intransmisible

e) Necesario, indisponible y único.

Efectos

a) Sirve para determinar el número y naturaleza de los derechos y deberes que incumben a las
personas.
b) Influye en la capacidad de ejercicio y nombre de las personas

c) Determina incapacidades de derecho

d) Origina un derecho subjetivo a favor de la persona por la cual puede protegerse mediante
las acciones de estado (reclamación e impugnación). Las acciones de estado son las que se
dirigen a obtener pronunciamiento judicial sobre el estado de familia correspondiente a una
persona.

e) En el derecho procesal es motivo de excusación o recusación y de imposibilidad para


declarar como testigo.

f) En el orden penal puede ser un factor eximente o agravante en determinados delitos.

Prueba

Se acredita con las partidas expedidas por el registro civil que son los asientos en sus registros.
Se los considera instrumentos públicos destinados a suministrar una prueba cierta del estado
de las personas y crean la presunción legal de la verdad de su contenido.

a) Medio de prueba. ARTÍCULO 96. El nacimiento ocurrido en la República, sus


circunstancias de tiempo y lugar, el sexo, el nombre y la filiación de las personas nacidas, se
prueba con las partidas del Registro Civil. Del mismo modo se prueba la muerte de las personas
fallecidas en la República.

b) Rectificación de las partidas. Se hace conforme a lo dispuesto en la legislación


especial. La ley 26.413 establece que registrada una inscripción, la misma no podrá ser
modificada sino en virtud de disposición de autoridad competente.

Excepcionalmente, las inscripciones podrán ser modificadas por vía administrativa, de


oficio o petición de parte, cuando existan errores u omisiones materiales en los libros que
surjan evidentes del propio texto o de su cotejo con otros instrumentos públicos. (artículo 96 in
fine).

c) Nacimiento o muerte ocurridos en el extranjero. ARTÍCULO 97. El nacimiento o la


muerte ocurridos en el extranjero se prueban con los instrumentos otorgados según las leyes
del lugar donde se producen, legalizados o autenticados del modo que disponen las
convenciones internacionales, y a falta de convenciones, por las disposiciones consulares de la
República. Los certificados de los asientos practicados en los registros consulares argentinos
son suficientes para probar el nacimiento de los hijos de argentinos y para acreditar la muerte
de los ciudadanos argentinos.

d) Falta de registro o nulidad del asiento. ARTÍCULO 98 primera parte. Si no hay registro
público o falta o es nulo el asiento, el nacimiento y la muerte pueden acreditarse por otros
medios de prueba.

e) Caso específico de desaparición o destrucción del cadáver. ARTÍCULO 98 segundo


párrafo. Si el cadáver de una persona no es hallado o no puede ser identificado, el juez puede
tener por comprobada la muerte y disponer la pertinente inscripción en el registro, si la
desaparición se produjo en circunstancias tales que la muerte debe ser tenida como cierta.

Personas por nacer. Importancia jurídica de la concepción.


El anteproyecto diferenciaba el inicio de la existencia en el seno materno y en caso de TRHA
cuando se implantara el embrión, pero el ARTÍCULO 19 se modificó y dice que La existencia de
la persona humana comienza con la concepción.

¿Qué se entiende por “concepción” cuando la persona nace de las TRHA? No lo responde
expresamente el CCC, pero su respuesta se deriva de diferentes la legislación y jurisprudencia.

Diferentes voces legislativas como la emanada de la máxima instancia regional en materia de


derechos humanos son coincidentes en entender que la persona humana comienza, en el caso
de TRHA, cuando el embrión se implanta o transfiere a la persona. Por orden de importancia,
se cita:

a). - Caso “Artavia Murillo y otros c/ Costa Rica”, de la Corte IDH.

En esa oportunidad, se entendió que concepción es sinónimo de anidación, siendo que el


término de concepción del art. 4°.1 CADH resultaba acorde con un momento (1969) en el que
no existía la posibilidad estas técnicas.

Al respecto, la Corte IDH admite que, en el marco científico actual, hay dos lecturas sobre el
término “concepción”: - Una corriente entiende por “concepción” el momento de encuentro o
fecundación del óvulo por el espermatozoide; - Otra entiende que es el momento de
implantación del óvulo fecundado en el útero; inclinándose el tribunal por esta última, que es
la misma que sigue el articulado en análisis.

La Corte IDH entiende que la CADH debe ser interpretada de manera dinámica y, en ese
sentido destaca que, surge que el descarte embrionario ocurre tanto en embarazos naturales
como en los de fertilización in vitro (FIV) y sería desproporcionado pretender una protección
absoluta del embrión. En definitiva, para la Corte IDH la existencia de la persona humana
comienza con la implantación del embrión y, por ende, el embrión no implantado no es
persona humana.

b). - CSJN en el caso “F., A. L. s/ medida autosatisfactiva. Mantuvo la noción de concepción que
incorpora Convención sobre los Derechos del Niño (en adelante, CDN) y dice “debe
interpretarse en el sentido que se entiende por niño todo ser humano desde el momento de la
concepción”.

c). - Código Civil y Comercial. Se entiende por concepción el plazo que corre entre el mínimo y
máximo para el embarazo; es decir, se relaciona la noción de concepción con la de embarazo.
Nunca podría haber embarazo sin, como mínimo, la implantación del embrión en la persona.

d). – Ley 26.862 (Acceso integral a los procedimientos y THRA). Entiende que el embrión in
vitro no es persona humana. Se funda en la regulación de tres cuestiones: la donación de
embriones, la criopreservación de embriones y la reafirmación de la revocación del
consentimiento hasta antes de la transferencia del embrión en la persona.

Ausencia de la persona. Definición. Presupuestos.

La existencia de la persona humana termina por su muerte, esta circunstancia deberá ser
probada por un certificado médico que lo acredite. Pero también están los casos de ausencia
sin noticias de una persona por eso el CCC aborda la ausencia simple y ausencia con presunción
de fallecimiento.
a) Ausencia simple (artículo 79)

Es el caso de cuando una persona se ausenta de su domicilio o del lugar habitual de su


residencia o actividades sin que se tenga noticia alguna de ella y no pueda deducirse, prima
facie, que la persona haya fallecido. Supone una situación de incertidumbre.

- En este caso se distingue el caso de estar ausente y haber dejado apoderado, en cuyo
caso puede designarse un curador a sus bienes si el cuidado de éstos lo exige.
- La misma regla se aplica si existe apoderado, pero sus poderes son insuficientes o no
desempeña convenientemente el mandato.

Esta disposición tiene importancia en aquellas relaciones jurídicas pendientes del ausente, en
las demandas que puedan interponerse en su contra y cuando existiesen bienes que necesitan
conservarse.

 Legitimación (artículo 80)

La legitimación consiste en la cualidad que tiene una persona en relación con el ausente y que
le otorga la posibilidad de promover el proceso. El CCC señala que pueden pedir la declaración
de ausencia: el Ministerio Público y toda persona con interés legítimo respecto de los bienes
del ausente. El interés legítimo debe invocarse y verificarse de acuerdo a las circunstancias
particulares de cada caso en concreto y, de mediar urgencia, puede solicitarse la adopción de
medidas conservatorias.

 Juez competente (artículo 81)

La competencia del juez se establece a partir de considerar el domicilio del ausente como
principio general, pero también el CCC define otros supuestos: - Si éste no lo tuvo en el país, o
no es conocido, es competente el juez del lugar en donde existan bienes cuyo cuidado es
necesario - Si existen bienes en distintas jurisdicciones será competente el juez el que haya
prevenido.

 Procedimiento (artículo 82)

El ausente debe ser citado por edictos durante 5 días bajo apercibimiento de que si no lo hace
se declará su ausencia, designará un curador e intervendrá un defensor oficial.

La publicación se ordenará en el BO y otro diario de circulación en la zona del domicilio o


donde razonablemente podría ubicarse. El plazo de citación inicia al día siguiente de la última
publicación.

Si antes de declararse la ausencia se promueven acciones contra el ausente debe representarlo


en defensor. En un caso de urgencia el juez puede designar un administrador provisional o
adoptar las medidas necesarias de acuerdo a las circunstancias. El Ministerio Público es parte
necesaria.

 Sentencia (artículo 83)

Una vez que se escuche al defensor, el juez podrá declarar la ausencia. La sentencia hará
mérito a las circunstancias que surjan de la prueba producida en el expediente y, en su caso,
además de la declaración se designa un curador. De todas maneras, el curador solo puede
realizar los actos de conservación y administración ordinaria de los bienes. Los actos que
exceda la administración ordinaria deben ser autorizados por el juez, esa autorización debe ser
otorgada sólo en caso de necesidad evidente e impostergable.

Los frutos de los bienes administrados deben ser utilizados para el sostenimiento de los
descendientes, cónyuge, conviviente y ascendientes del ausente.

 Fin de la curatela (artículo 84)

La presentación del ausente personalmente o por apoderado, su muerte, declaración judicial


de presunción de fallecimiento, en los últimos dos casos cambia el estado de la persona y se
sujeta a otro régimen legal.

b) Ausencia con presunción de fallecimiento

La ausencia calificada ocurre cuando, en virtud del transcurso prolongado del tiempo (caso
ordinario) o de las circunstancias de la desaparición —como un naufragio o un accidente aéreo
— (caso extraordinario), cabe presumir que la persona ausente se encuentra fallecida.

En estos últimos supuestos no hay certezas de la muerte de la persona ausente, por lo que
puede aparecer posteriormente con vida. Sin embargo, se le atribuye el efecto de la presunción
de fallecimiento por reunir determinados elementos que revisten interés para el orden jurídico.

Las circunstancias invocadas para configurar tanto los casos ordinarios como los extraordinarios
deberán ser acreditadas en un juicio, de conformidad con el procedimiento establecido por el
CCyC. Se trata de un proceso en el que los interesados deberán realizar las diligencias que
ordene el juez para intentar conocer el paradero de la persona ausente. De esa forma, el nuevo
texto civil y comercial incluye aspectos procesales en su regulación.

 Caso ordinario (artículo 85): la ausencia de una persona de su domicilio sin que se
tenga noticia de ella por el término de tres años, causa la presunción de su
fallecimiento, aunque haya dejado apoderado. El plazo debe contarse desde la fecha
de la última noticia del ausente.

Es irrelevante si se dejó o no un apoderado porque el acento no está puesto en determinar con


certeza si la persona está fallecida, sino en establecer si se la puede considerar
presuntivamente fallecida. Los tres presupuestos de procedencia para la declaración de
ausencia con presunción de fallecimiento son:

A. El hecho de que la persona se encuentre ausente de su domicilio. El domicilio debe ser en


Argentina para que el tribunal tenga competencia.

B. La falta de noticias sobre la existencia de esa persona. Debe existir incertidumbre acerca del
estado de vida de la persona, ignorando su suerte.

C. El transcurso del término o plazo de tres años. El cómputo del plazo comienza con la última
noticia del ausente y el término de tres años es el mínimo que debe haber transcurrido.

Estas tres circunstancias deberán ser acreditadas en juicio.

 Caso extraordinario (artículo 86)

Se presume el fallecimiento de un ausente por circunstancias extraordinarias:

A. Si por última vez se encontró en el lugar de un incendio, terremoto, acción de guerra u otro
suceso semejante, susceptible de ocasionar la muerte, o participó de una actividad que
implique el mismo riesgo, y no se tiene noticia de él por el término de dos años, contados
desde el día en que el suceso ocurrió o pudo haber ocurrido;

B. Si encontrándose en un buque o aeronave naufragados o perdidos, no se tuviese noticia de


su existencia por el término de seis meses desde el día en que el suceso ocurrió o pudo haber
ocurrido. En este caso es necesario que se haya probado el naufragio, pérdida del buque o
aeronave si no el caso se juzgará de acuerdo a las disposiciones generales del primer inciso del
artículo 86.

Proceso para la declaración

a). Legitimados (artículo 87)

Cualquiera que tenga algún derecho subordinado a la muerte de que se trate, puede pedir la
declaración de fallecimiento presunto, justificando los extremos legales y la realización de
diligencias tendientes a la averiguación de la existencia del ausente.

El CCC adopta un criterio amplio de legitimidad activa porque puede solicitar la declaración de
presunción de fallecimiento cualquier persona que acredite tener algún derecho derivado de la
muerte de una persona ausente. Por ejemplo: beneficiario de un seguro de vida, progenitor
que comparta responsabilidad parental, condóminos, etc.

b). Juez competente (artículo 87 in fine)

Es competente el juez del domicilio del ausente, se trata del último domicilio que tuvo para lo
cual se siguen las reglas del artículo 76 y ss. El fundamento es que el tribunal de ese lugar es el
mejor situado para indagar en las circunstancias de la desaparición y además es donde están
los bienes de la persona.

c). Curador a los bienes (artículo 88)

El juez debe nombrar defensor al ausente o dar intervención al defensor oficial, y citar a aquél
por edictos una vez por mes durante seis meses. También debe designar un curador a sus
bienes, si no hay mandatario con poderes suficientes, o si por cualquier causa aquél no
desempeña correctamente el mandato.

La declaración de simple ausencia no constituye presupuesto necesario para la declaración de


fallecimiento presunto, ni suple la comprobación de las diligencias realizadas para conocer la
existencia del ausente.

Hay un procedimiento para hallar a la persona ausente. Iniciado el proceso el juez debe
designar un defensor que represente los intereses del ausente hasta la declaración de
fallecimiento.

Debe citarse al ausente por edictos una vez por mes durante seis meses y en la publicación
debe hacerse el apercibimiento de declararse por presunto el fallecimiento si no se presente. A
diferencia de la ausencia simple la designación acá es previa a la citación por edictos, mientras
que en la simple solo se realiza si no hay comparecencia después de la publicación.

La designación del curador procede cuando hay bienes del ausente que deben ser cuidados y el
nombramiento recae en quien fije el juez. La designación aplica cuando hay un apoderado sin
poder suficiente o existiendo no se desempeña correctamente. La petición debe hacerla el
defensor o un tercero con interés en la administración de los bienes.

Nuevamente hay una diferencia con la ausencia simple, en la simple la designación del curador
es facultativa, en cambio es obligatoria cuando el mandatario no se desempeñe correctamente
en la de presunción de fallecimiento.

d). Declaración (artículo 89)

Es necesaria la realización de diligencias conducentes a conocer el paradero del causante y la


acreditación suficiente de esa circunstancia ante el juez, como consecuencia de la
trascendencia de la declaración de ausencia con presunción de fallecimiento de la persona.
Pasados 6 meses, recibida la prueba y oído el defensor el juez debe declarar el fallecimiento
presunto si se acreditaron los extremos legales. También debe fijar el día del presunto
fallecimiento y la hora.

- Día presuntivo del fallecimiento (artículo 90).

 En el caso ordinario se fija el último día del primer año y medio.


 En el caso extraordinario a causa de incendio, terremoto, acción de guerra u otro
suceso semejante: el día del suceso y si no está determinado, el día del término medio
de la época en que ocurrió o pudo haber ocurrido.
 En el caso extraordinario de pérdida o naufragio de buque o aeronave: el último día en
que se tuvo noticias del buque o aeronave perdidos.
- Hora del fallecimiento presunto (artículo 90).

Si es posible, la sentencia debe determinar también la hora presuntiva del fallecimiento; en


caso contrario, se tiene por sucedido a la expiración del día declarado como presuntivo del
fallecimiento.

Por último, el juez también debe una vez resuelto el caso disponer la inscripción de la
sentencia.

 La sentencia no hace cosa juzgada materia


 Es oponible erga omnes
 Tiene efectos retroactivos al día y hora indicados como presuntivos del fallecimiento,
produciendo los efectos personales y patrimoniales desde ese momento.
 A los fines de su publicidad para terceras personas, el juez debe ordenar la inscripción
de la sentencia mediante oficio judicial en el Registro Civil.

Entrega de los bienes, prenotación (artículo 91 y 92)

Los herederos y legatarios deben recibir los bienes del declarado presuntamente fallecido
previo a realizarse un inventario.

- El dominio debe inscribirse registralmente con la prenotación del caso


- Puede hacerse la partición de bienes, pero no enajenarlos o gravarlos sin autorización
judicial.
- La prenotación queda sin efecto cuando pasaron cinco años de la fecha presuntiva de
fallecimiento u 80 años del nacimiento de esa persona. En ese momento se puede
disponer libremente de los bienes.
Si entregados los bienes se presenta el ausente o se tiene noticia cierta de su existencia, queda
sin efecto la declaración del fallecimiento, procediéndose a la devolución de aquéllos a petición
del interesado. Si el ausente aparece puede reclamar:

- la entrega de los bienes que existen en el estado en que se encuentran;

- los adquiridos con el valor de los que faltan;

- el precio adeudado de los enajenados;

- los frutos no consumidos.

LA INCAPACIDAD

La incapacidad. Noción. Clasificación. Incapacidad de ejercicio. Concepto. Caracteres.


Enumeración legal.

Incapacidad: noción, clasificación

La capacidad es uno de los atributos más importantes de la persona. Existen diferentes tipos de
capacidades:

- Capacidad de derecho: aptitud de que goza toda persona para ser titular de derechos
y deberes jurídicos. Esta aptitud se vincula con la personalidad humana, es un atributo y no
puede concebirse una incapacidad de derecho absoluta, porque sería contrario al orden
natural.

- Capacidad de hecho: aptitud o grado de aptitud de las personas físicas para ejercer
los derechos de los que se es titular o para ejercer por sí los actos de la vida civil.”. Es decir que
sí se pudieron adquirir ciertos derechos, pero, por alguna situación en especial, no se los puede
ejercer sino es a través de un representante. Esta capacidad está expresamente prevista en el
ARTÍCULO 23.

Incapacidad de ejercicio o de hecho

Es la falta de aptitud o en la imposibilidad del sujeto para realizar por sí mismo actos jurídicos
válidos, pero esta ineptitud legal puede suplirse a través del instituto de la representación,
previsto en los artículos 100 y 101.

En estos casos la figura legal para suplir la incapacidad de ejercicio es la representación de los
incapaces.

El CCC introduce un giro conceptual: la consideración permanente de la condición de persona


humana de aquel que no puede ejercer por sí los actos jurídicos y, en consecuencia, la
necesidad de respetar el ejercicio de su derecho a ser oído y a participar en la medida de lo
posible en la toma de decisiones.

 Caracteres

La capacidad general de ejercicio de la persona humana se presume, aun cuando la persona se


encuentre internada en un establecimiento asistencial.

1. Las limitaciones a la capacidad son de carácter excepcional y se imponen siempre en


beneficio de la persona.
2. La intervención estatal tiene siempre carácter interdisciplinario, tanto en el tratamiento
como en el proceso judicial.

3. Las personas tienen derecho a recibir información a través de medios y tecnologías


adecuadas para su comprensión.

4. La persona tiene derecho a participar en el proceso judicial con asistencia letrada.

5. Deben priorizarse las alternativas terapéuticas menos restrictivas de los derechos y


libertades.

 Enumeración legal

Se consideran incapaces de ejercicio de acuerdo al ARTÍCULO 24:

a.- La persona por nacer: sus representantes son los padres. Esta representación está
supeditada a un hecho futuro o incierto (nacimiento). La representación termina en el
momento del nacimiento con vida y se reemplaza por la responsabilidad parental para los hijos
menores de edad que recae sobre ambos progenitores.

b.- Menor de edad que no cuenta con edad y grado de madurez suficiente. En esta situación el
requisito normativo es mixto (edad y madurez suficiente). La representación la tienen los
padres y supletoriamente por la figura del tutor. El CCC mantiene el discernimiento como
requisito del acto voluntario siendo de 13 años para los actos lícitos; así se considera acto
involuntario por falta de discernimiento el acto lícito de la persona menor de edad que no ha
cumplido 13 años.

c.- La persona declarada incapaz por sentencia judicial. La incapacidad resulta una respuesta
residual, excepcional y restrictiva. Procede cuando la alternativa menos gravosa de la
“restricción de la incapacidad” es inadecuada frente a la absoluta imposibilidad de la persona
para interactuar y expresar voluntad, al tiempo que el sistema de apoyos previsto como inicial
auxilio en favor del ejercicio de la capacidad aparezca insuficiente.

Distinción entre menor de edad y adolescente. El derecho a ser oído. Decisiones en materia de
salud.

El CCC aborda la distinción en el ARTÍCULO 25. Se considera menor de edad a la persona que
no ha cumplido 18 años y adolescente al menor de edad que cumplió trece años (13). Es
diferente a lo que indica la Convención de los Derechos del Niño que indica que niño se
entiende que es “todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de
la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”.

Este piso de los trece años es entonces la pauta de distinción para los dos grupos que
conforman el universo de infancia: niños y adolescentes. La denominación es, claramente, un
avance respecto de la ya obsoleta del CC en lo atinente a la pubertad como condición del
desarrollo personal.

La incorporación de la categoría diferenciada “adolescente” en el CCyC no es una mera


cuestión nominal, sino que provoca concretos efectos jurídicos. En efecto, ubicarse en la franja
adolescente genera una presunción de madurez para determinados actos que habilita su
ejercicio por la persona menor de edad, a pesar de su condición de minoridad.

El derecho a ser oído. Decisiones en materia de salud


ARTÍCULO 26. La persona menor de edad ejerce sus derechos a través de sus representantes
legales.

No obstante, la que cuenta con edad y grado de madurez suficiente puede ejercer por sí los
actos que le son permitidos por el ordenamiento jurídico. En situaciones de conflicto de
intereses con sus representantes legales, puede intervenir con asistencia letrada.

El CCC sigue el criterio de autonomía progresiva en el ejercicio de derechos. Se traslada el eje


desde el concepto rígido de capacidad determinado a partir de la pauta etaria, hacia la noción
más empírica de competencia ya mencionada, derivada del campo bioético.

Este parámetro, independiente de la capacidad civil, habilita la actuación de derechos en forma


directa por su titular.

Los menores conservan dos facultades: el derecho a ser oído y decisiones en materia de salud
en algunas circunstancias.

1.- Derecho a ser oído

La persona menor de edad tiene derecho a ser oída en todo proceso judicial que le concierne,
así como a participar en las decisiones sobre su persona. Implica que siempre que los menores
tengan edad para poder expresar una opinión con fundamento deben ser escuchados y debe
tenerse en cuenta su parecer. El juez tendrá en cuenta el grado de madurez, reconociendo en
forma progresiva su capacidad. Esto se desprende del CCC y la Convención de los Derechos del
Niño.

2.- Decisiones en materia de salud

 Se presume que el adolescente entre trece y dieciséis años tiene aptitud para decidir
por sí respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni comprometen su
estado de salud o provocan un riesgo grave en su vida o integridad física.
 Si se trata de tratamientos invasivos que comprometen su estado de salud o está en
riesgo la integridad o la vida, el adolescente debe prestar su consentimiento con la
asistencia de sus progenitores; el conflicto entre ambos se resuelve teniendo en cuenta
su interés superior, sobre la base de la opinión médica respecto a las consecuencias de
la realización o no del acto médico.
 A partir de los dieciséis años el adolescente es considerado como un adulto para las
decisiones atinentes al cuidado de su propio cuerpo.

Noción de persona con capacidad restringida y con incapacidad. Distinción. Presupuestos


jurídicos y fácticos. Procedimiento para su declaración. Sentencia. Alcances. Revisión.

Capacidad restringida: reglas generales, noción

La capacidad será el principio a partir del cual, eventualmente, podrán disponerse restricciones
puntuales y no interdicciones generales sobre la capacidad. El ARTÍCULO 31 bajo el título reglas
generales, incorpora en rigor los principios generales en la materia.

1.- La capacidad general de ejercicio de la persona humana se presume, aun cuando se


encuentre internada en un establecimiento asistencial.
El hecho que la capacidad de ejercicio “se presuma” exige un proceso en el que debe probarse
rigurosamente la situación contraria a dicha presunción para permitir cualquier restricción a la
capacidad.

2.- Las limitaciones a la capacidad son de carácter excepcional y se imponen siempre en


beneficio de la persona.

La excepcionalidad de la restricción no se fundamenta en una característica de la persona, “su


discapacidad” (criterio subjetivo), sino en una situación que requiere la reunión de dos
presupuestos (criterio objetivo). Es que el concepto de salud mental es más amplio que el de
ausencia de enfermedades mentales; el escenario social exhibe una multiplicidad de
condiciones de las personas. Ya no se habla de personas con enfermad mental sino de personas
con discapacidad intelectual o psicosocial.

Así, la salud mental es entendida como un proceso determinado por componentes históricos,
socio-económicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento
implica una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos
humanos y sociales de toda persona

3.- La intervención estatal tiene siempre carácter interdisciplinario, tanto en el tratamiento


como en el proceso judicial.

El carácter interdisciplinar implica, entre otras cuestiones, como ha afirmado la CSJN, que la
existencia de un historial de tratamiento psiquiátrico no basta, por sí solo, para justificar en el
presente o en el porvenir la determinación de una enfermedad mental.

4.- La persona tiene derecho a recibir información a través de medios y tecnologías adecuadas
para su comprensión.

Este inciso hace referencia a las “barreras” comunicacionales de las que habla la Convención de
los Derechos para Personas con Discapacidad (CDPD). La noción de comunicación abarca “los
lenguajes, la visualización de textos en Braille, la comunicación táctil, los macrotipos, los
dispositivos multimedia de fácil acceso, así como el lenguaje escrito, los sistemas auditivos, el
lenguaje sencillo, los medios de voz digitalizada y otros modos, medios y formatos
aumentativos o alternativos de comunicación, incluida la tecnología de la información y las
comunicaciones de fácil acceso”.

Que el CCC elimine a la sordomudez como causal de restricción a la capacidad, dando cuenta
de que la diversidad en la comunicación no constituye, por el solo hecho de su diferencia, una
causal de afectación a la capacidad civil.

5.- La persona tiene derecho a participar en el proceso judicial con asistencia letrada, que debe
ser proporcionada por el Estado si carece de medios. Se le reconoce a la persona el carácter de
parte en el proceso y el CCC le asegura las garantías de inmediatez con el juez de la causa y la
asistencia letrada.

6.- Deben priorizarse las alternativas terapéuticas menos restrictivas de los derechos y
libertades.

Distinción de capacidad restringida e incapacidad

El CCC establece como regla general la restricción al ejercicio de la capacidad y solo de forma
excepcional y subsidiaria la declaración de incapacidad con el fin de proteger los derechos de la
persona. La condición de restricciones a su capacidad en el CCC no es la del inhábil del anterior
CC.

La restricción a la capacidad es una categoría genérica, que incluye un amplio abanico de


posibilidades relacionadas con la amplitud o estrechez de los actos que han sido limitados a la
persona por sentencia. Además, la restricción a la capacidad apunta a proteger actos
personales y/o patrimoniales. Finalmente, el efecto de la restricción de la capacidad no es la
designación de un curador sino la designación de figuras de apoyo.

El ARTÍCULO 32 dice en la primera parte: El juez puede restringir la capacidad para


determinados actos de una persona mayor de trece años que padece una adicción o una
alteración mental permanente o prolongada, de suficiente gravedad, siempre que estime que
del ejercicio de su plena capacidad puede resultar un daño a su persona o a sus bienes.

Entonces las personas pasibles de restricción de la capacidad de acuerdo al art. 32 son:

a. Mayores de 13 años, con padecimiento de adicción o una alteración mental permanente o


prolongada, de suficiente gravedad.

El “piso” impuesto en los 13 años guarda coherencia con la categoría de adolescente


incorporada en el CCC (art. 25) y la inexistencia de discernimiento para los actos lícitos por
debajo de dicha edad.

Se exige un supuesto material dado por las circunstancias personales y sociales de la persona y
no en base a un diagnóstico pertenencia a un grupo (por ejemplo, sordomudos que no saben
darse a entender por escrito). El CCC hace referencia así a que la persona se encuentre en
situación de daño a sí mismo o a sus bienes consecuencia de sus actos.

 Efectos de la restricción de capacidad: se designan a través del procedimiento una o


varias medidas de apoyo que actuarán en los ámbitos y condiciones establecidos por el
juez, en función de las necesidades y circunstancias de la persona y con los ajustes
razonables que corresponda implementar. El o los apoyos designados deben promover
la autonomía y favorecer las decisiones que respondan a las preferencias de la
persona.

El ARTÍCULO 32 in fine sostiene: Por excepción, cuando la persona se encuentre absolutamente


imposibilitada de interaccionar con su entorno y expresar su voluntad por cualquier modo,
medio o formato adecuado y el sistema de apoyos resulte ineficaz, el juez puede declarar la
incapacidad y designar un curador.

Es un supuesto de aquella persona que se encuentra en situación de ausencia de conciencia de


sí, de su alrededor, carente e imposibilitada de comunicación con el entorno, con otras
personas, y por todo lo cual un sistema de apoyo aparece insuficiente, correspondiendo
entonces la figura de un curador que ejerza representación pura.

Queda así determinado que la incapacidad es el supuesto de excepción y para su procedencia


el CCC exige un criterio objetivo que excede a un diagnóstico de la persona o pertenencia a un
grupo social.

 Efectos de la incapacidad: La declaración de incapacidad apareja la designación de un


curador que representará a la persona y cuya actuación se regirá por las normas de la
curatela. La principal función del curador es cuidar a la persona y sus bienes y procurar
que recupere su salud. La figura se justifica frente a la absoluta imposibilidad de la
persona de interactuar por su medio y expresar voluntad. No reconocer la opción de
un curador como alternativa en estos casos implicaría impedir a la persona el ejercicio
de sus derechos.

Presupuestos jurídicos y fácticos

La persona con capacidad restringida es, por regla, una persona capaz y sólo no podrá ejercer
por sí sola determinados actos que se especifiquen en la sentencia (art. 24 inc. c).

El juez, en la sentencia debe designar el o los apoyos que estime convenientes, siempre
tratando de limitar lo menos posible la autonomía de la persona, favorecer las decisiones que
respondan a las preferencias de la persona tutelada y, de esta manera, garantizar el respeto de
los derechos de la persona protegida.

El o los apoyos que se designen no tienen por misión sustituir la voluntad del sujeto, sino todo
lo contrario; promueven la libertad, la autonomía, “la comunicación, la comprensión y la
manifestación de la voluntad de la persona para el ejercicio de sus derechos”.

Ahora bien, se considerará una persona incapaz de ejercicio absoluta cuando:

a) se encuentre imposibilitada de interaccionar con su entorno y expresar su voluntad


por cualquier modo, medio o formato adecuado y

b) el sistema de apoyos cualquiera que fuere resulte ineficaz. En este supuesto, el juez
deberá designarle un curador para que represente al incapaz, siendo de aplicación los arts. 138
a 140 (curatela).

Si no se dieran estos requisitos esenciales, corresponderá una sentencia de capacidad


restringida y no una declaración de incapacidad absoluta.

Procedimiento para su declaración

1. Legitimación (artículo 33)

Están legitimados para solicitar la declaración de incapacidad y de capacidad restringida: el


propio interesado; el cónyuge no separado de hecho el conviviente mientras la convivencia no
cese; los parientes dentro del cuarto grado; si fueran parientes por afinidad dentro del segundo
grado y el Ministerio Público.

2. Medidas cautelares (artículo 34)

El juez puede ordenarlas durante el proceso para garantizar los derechos personales y
patrimoniales de la persona. Debe determinar qué actos requieren asistencia de uno o varios
apoyos y cuáles la representación de un curador. También puede designar redes de apoyo y
personas que actúen con funciones específicas según el caso.

La ley le otorga al juez amplias facultades para disponer de la medida cautelar más adecuada
para evitar los peligros que pueden amenazar el patrimonio de la persona.

3. Entrevista personal (artículo 35)

 El juez debe garantizar la inmediatez con el interesado durante el proceso y


entrevistarlo personalmente antes de dictar resolución alguna.
Se habla de la inmediatez “durante el proceso” como una acción continuada para la
participación directa de la persona. La inmediación sería el género y la entrevista personal, una
especie.

El conocimiento directo, no solo permite al juez la comprensión de la situación de la persona y


de sus necesidades; también viabiliza el derecho a ser oído.

 Debe asegurar la accesibilidad y los ajustes razonables del procedimiento de acuerdo a


la situación de aquél.

Es función del juez diseñar los ajustes de procedimiento de un modo permeable y amoldable a
la práctica. Los mecanismos clásicos deberían verse adaptados a la necesidad de que la
persona con discapacidad comprenda la información recibida y así pueda asegurarse la eficacia
del acto procesal y la debida tutela del derecho de defensa y participación procesal en igualdad
de condiciones que los demás.

 El Ministerio Público y, al menos, un letrado que preste asistencia al interesado, deben


estar presentes en las audiencias.

La audiencia de contacto con el Magistrado exige la participación del Ministerio Público en


razón de su carácter de representante de los derechos de la persona con discapacidad. La
participación del Ministerio Público y la asistencia letrada constituyen garantías durante todo el
proceso, no obstante, se refuerza su valor en el momento esencial de la audiencia que realiza
el principio de inmediación en su máximo punto.

4. Intervención del interesado en el proceso (artículo 36)

Al ser considerada parte la persona en cuyo interés se hace el proceso puede aportar pruebas
para su defensa.

El CCyC regula en este artículo la actuación concreta de la persona interesada, es decir, aquella
sobre la que se ha interpuesto solicitud de declaración de restricciones a la capacidad.

De igual manera, la persona que solicitó la declaración puede aportar toda clase de pruebas
para acreditar los hechos invocados.

La persona en cuyo interés se lleva adelante el proceso judicial tiene derecho a participar en él
con asistencia letrada, que debe ser proporcionada por el Estado si carece de medios (art. 31,
inc. e) CCyC). Dicho derecho debe ser garantizado por el juez en la primera oportunidad
procesal; por ello, si la persona comparece sin abogado, debe nombrársele uno de inmediato, a
fin de que le represente y preste asistencia durante todo el proceso.

5. Competencia (artículo 36 segunda parte)

A los fines de determinar la competencia en los procesos de determinación de la capacidad, la


norma establece dos pautas: el domicilio o el lugar de internación, según corresponda.

Interpuesta la solicitud de declaración de incapacidad o de restricción de la capacidad ante el


juez correspondiente a su domicilio o del lugar de su internación, si la persona en cuyo interés
se lleva adelante el proceso ha comparecido sin abogado, se le debe nombrar uno para que la
represente y le preste asistencia letrada en el juicio.
6. Sentencia

La sentencia se debe pronunciar sobre los siguientes aspectos vinculados a la persona en cuyo
interés se sigue el proceso:

a. Diagnóstico y pronóstico: a sentencia no debe fundarse en una evaluación médica y su


diagnóstico, sino que el diagnóstico y pronóstico resulta contextual e interdisciplinar.

b. Época en que la situación se manifestó: (situación global, contextual, guarda relación con el
régimen de nulidades de los actos jurídicos ante la eventual nulidad).

c. Recursos personales, familiares y sociales existentes:

d. Régimen para la protección, asistencia y promoción de la mayor autonomía posible.

Para expedirse, es imprescindible el dictamen de un equipo interdisciplinario.

7. Alcances de la sentencia (artículo 38)

La sentencia debe determinar la extensión y alcance de la restricción y especificar las funciones


y actos que se limitan, procurando que la afectación de la autonomía personal sea la menor
posible. Asimismo, debe designar una o más personas de apoyo.

¿Cuál es la consecuencia de la restricción a la capacidad? El nuevo sistema exige que al


momento de la sentencia de restricción el juez designe a la/las persona/s o redes de apoyo que
posibiliten y asistan a la persona en el ejercicio de su capacidad.

Las medidas de apoyo deben recibir revisión periódica. Pueden solicitarse por la propia
persona, su familia y Ministerio Público.

8. Inscripción de la sentencia (artículo 39)

La sentencia debe ser inscripta en el Registro de Estado Civil y se debe dejar constancia al
margen del acta de nacimiento.

Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 45, los actos en este Capítulo producen efectos
contra terceros recién a partir de la fecha de inscripción en el registro.

Desaparecidas las restricciones, se procede a la inmediata cancelación registral.

a) Actos posteriores a la inscripción.

Son nulos los actos de la persona incapaz y con capacidad restringida que contrarían una
sentencia ya inscripta y se hicieron con posterioridad a ello. (artículo 44)

b) Actos anteriores a la inscripción.

Pueden declararse nulos, si perjudican al incapaz o persona con capacidad restringida y se


cumple uno de los siguientes puntos: (artículo 45)

- enfermedad mental era ostensible a la época de celebración del acto;

- quien contrató con él de mala fe;

- el acto es a título gratuito.

c) Persona fallecida.
Luego de la muerte, los actos entre vivos anteriores a la inscripción de la sentencia no pueden
impugnarse, excepto que:

 la enfermedad mental resulte del acto,


 que la muerte acontezca después de promovida la acción para la declaración de
incapacidad o capacidad restringida,
 que el acto sea a título gratuito,
 que se pruebe que quien contrató lo hizo de mala fe. (artículo 46)

9. Revisión de la sentencia (artículo 40)

La revisión de la sentencia declarativa puede tener lugar en cualquier momento, a instancias


del interesado. En el supuesto previsto en el artículo 32 (persona con capacidad restringida y
con incapacidad), la sentencia debe ser revisada por el juez en un plazo no superior a tres años,
sobre la base de nuevos dictámenes interdisciplinarios y mediando la audiencia personal con el
interesado. En caso de que ello no ocurra, será el Ministerio

Público quien deberá instar a que se lleve a cabo la revisión. El plazo de los tres años es un
plazo máximo; es posible instar su revisión con anterioridad si las circunstancias del caso así lo
aconsejan.

10. Cese de incapacidad y capacidad restringida (artículo 47)

El cese de la incapacidad o de la restricción de la capacidad debe decretarse por el juez que la


declaró previo examen de un equipo interdisciplinario integrado según las mismas pautas con
que el juez debió declarar la sentencia, solo que acá se aplican al dictamen sobre
restablecimiento de una persona.

Si el restablecimiento no es total, el juez puede ampliar la nómina de actos que la persona


puede realizar por sí o con la asistencia de un curador o apoyo.

Inhabilitados. Noción. Presupuestos fácticos. Efectos de la declaración.

El pródigo es aquel que disipa su patrimonio exponiendo a su familia a la pérdida del sustento.
El ARTÍCULO 48 primera parte dice que “pueden ser inhabilitados quienes por la prodigalidad
en la gestión de sus bienes expongan a su cónyuge, conviviente o a sus hijos menores de edad
o con discapacidad a la pérdida del patrimonio”.

Cuando habla de persona con discapacidad, el artículo 48 segunda parte dice que se considera
así “a toda persona que padece una alteración funcional permanente o prolongada, física o
mental, que en relación a su edad y medio social implica desventajas considerables para su
integración familiar, social, educacional o laboral”.

La finalidad del instituto es la protección del patrimonio familiar, para que pueda declararse la
inhabilitación deben existir los beneficiarios de la norma.

Presupuesto fáctico

El presupuesto requerido es que la gestión de los negocios del pródigo exponga a las personas
protegidas a la pérdida del patrimonio que constituye su sustento.

El inhabilitado es una persona capaz, que requiere la asistencia de un apoyo para el


otorgamiento de actos de disposición entre vivos y los demás actos que el juez fije en la
sentencia.
En cuanto a la legitimación, la acción sólo corresponde al cónyuge, conviviente y a los
ascendientes y descendientes (artículo 49 in fine).

Efectos (artículo 49 tercera parte)

La declaración de inhabilitación importa la designación de un apoyo, que debe asistir al


inhabilitado en el otorgamiento de actos de disposición entre vivos y en los demás que el juez
fije en la sentencia. Es capaz para todos los actos que no se encuentren limitados por la ley y la
sentencia porque el principio sigue siendo la capacidad.

Cese de la inhabilitación (artículo 50)

El cese de la inhabilitación se decreta por el juez que la declaró, previo examen


interdisciplinario que dictamine sobre el restablecimiento de la persona.

Si el restablecimiento no es total, el juez puede ampliar la nómina de actos que la persona


puede realizar por sí o con apoyo.

PERSONA JURÍDICA

Persona Jurídica. Noción. Naturaleza jurídica. Concepción de la personalidad de las personas


jurídicas. Inoponibilidad de la personalidad jurídica. Clasificación.

Noción de personas jurídicas

Son personas jurídicas todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les confiere aptitud
para adquirir derechos y contraer obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de
su creación (artículo 141).

Naturaleza jurídica

a. Teoría de la ficción: Las personas jurídicas no existen sino para el cumplimiento de un fin
jurídico, poseen una "capacidad artificial" otorgada por el ordenamiento jurídico. Esto implica
reconocer que para su nacimiento y disolución requieren un acto estatal, sus representantes,
solo pueden recibir mandato para actos lícitos. De ese modo no es posible que una persona
jurídica cometa un delito, ni responda por actos ilícitos salvo enriquecimiento sin causa.

b. Teorías realistas: Dentro de esta postura se enrola la teoría del órgano que concibe a las
personas jurídicas como un ente real y concreto, un organismo. También se ha desarrollado la
teoría de la institución basada en el reconocimiento de una idea fuerza o directriz que al
congregar voluntades para su realización genera una institución.

c. Teorías negatorias: Se basan también en la realidad que detrás de las personas jurídicas hay
solo seres humanos, y sobre ese presupuesto se concibe a las personas jurídicas como
organizaciones patrimoniales especiales. Los derechos del ente pertenecen a sus miembros
quienes son los verdaderos sujetos de derecho frente a terceros.

d. Teorías jurídicas: Ven en los entes colectivos un concepto técnico jurídico, un centro de
imputación de derechos y deberes. La persona jurídica ejerce sus derechos, interviene en las
relaciones jurídicas por intermedio de individuos que integran sus órganos, pero esto no parte
de comparar a la persona ideal con un cuerpo humano, sino de recurrir a un recurso técnico
por el cual en algunos casos será el ente el único responsable y en otros la responsabilidad será
compartida con sus integrantes.

e. Criterio actual: Se ha generalizado la idea del carácter eminentemente técnico del concepto
de persona jurídica. La persona jurídica surge de una interacción de tres elementos: conductas
humanas, valores y normas jurídicas. En otros términos, no es posible prescindir de los seres
humanos que la constituyen, que celebran actos jurídicos y que se benefician de sus
resultados. Tampoco de los valores, que son propios de los fines perseguidos.

Concepción de la personalidad de las personas jurídicas

La existencia de la PJ privada comienza desde su constitución. No necesita autorización legal


para funcional, excepto disposición legal en contrario. En los casos en que se requiere
autorización estatal, la PJ no puede funcionar antes de obtenerla (artículo 142).

El CCC establece, de este modo, el principio de la libre constitución de las personas jurídicas:
nacen desde el acto de su constitución y fruto de la libre voluntad de las partes, sin otro
recaudo, excepto que la ley exija un requisito adicional.

La persona jurídica tiene una personalidad distinta de la de sus miembros. Los miembros

no responden por las obligaciones de la persona jurídica, excepto en los supuestos que
expresamente se prevén en el CCC o ley especial (artículo 143).

Cada entidad es un sujeto de derecho independiente y, por eso, es titular exclusivo de las
relaciones jurídicas en que interviene. Cuando una entidad dotada de personalidad jurídica
contrata y adquiere bienes, resulta obligada o favorecida por las consecuencias del contrato y
propietaria de los bienes que adquiere.

Por aplicación de la regla de la distinta personalidad, dado un conflicto que requiere


intervención judicial, corresponde demandar a la persona jurídica y no a los miembros que la
componen, ni a los integrantes de sus organismos directivos (comisión directiva, directorio,
gerencia, entre otros), aun cuando la notificación de la demanda deba hacerse en la persona
de quien ejerce la representación de la entidad.

La distinción entre la personalidad del ente y la de sus miembros trae como consecuencia:

a. la existencia de distintos patrimonios

b. la distinta titularidad de derechos a que da lugar la actividad de la entidad

c. la diversa responsabilidad que, en principio, solo compromete la de la entidad actuante;

d. la posibilidad de alterar la composición humana del núcleo sin que se modifique la situación
jurídica de la entidad
e. la posibilidad de que la entidad rija su propio orden interno y establezca los derechos y
deberes de los individuos que componen la persona jurídica (corporación) o que se benefician
de su actividad (fundación).

Inoponibilidad de la personalidad jurídica (artículo 144)

La actuación que esté destinada a la consecución de fines ajenos a la persona jurídica,


constituya un recurso para violar la ley, el orden público o la buena fe o para frustrar derechos
de cualquier persona, se imputa a quienes, a título de socios, asociados, miembros o
controlantes directos o indirectos, la hicieron posible quienes responderán solidaria e
ilimitadamente por los perjuicios causados.

Lo dispuesto se aplica sin afectar los derechos de los terceros de buena fe y sin perjuicio de las
responsabilidades personales de que puedan ser pasibles los participantes en los hechos por
los perjuicios causados.

Se trata de la desestimación, prescindencia o inoponibilidad de la personalidad jurídica, como


instituto de excepción al criterio de separación o diferenciación entre la entidad y sus
miembros. La nueva normativa consagra, así, el principio de relatividad de la persona jurídica
cuando es usada con fines contra legem o para perjudicar a terceros.

En efecto, el principio de separación de la personalidad no es absoluto. Cuando la persona


jurídica es usada para obtener finalidades distintas de aquella para la cual ha sido creada, y ello
provoca perjuicio a un tercero, resulta lícito indagar qué hay detrás del ente creado e imputar
la responsabilidad directamente a sus integrantes (socios, asociados, miembros o controlantes
directos o indirectos).

La ley menciona los casos de si se trata de una persona jurídica constituida con causa ilícita o
simulada; si la persona jurídica es un mero recurso para violar la ley o si a través de la persona
jurídica se evita o elude fraudulentamente la aplicación de la norma imperativa
correspondiente.

Clasificación

Artículo 146. Clases. Las PJ son públicas o privadas. Para dividirlas se tienen en cuenta criterios
como:

 el origen estatal,
 finalidad pública o interés público,
 el control del Estado,
 afectación de rentas públicas para el logro de su actividad
 la atribución de potestad de imperio.

 PJ Públicas (artículo 146)

a. El Estado nacional, las Provincias, CABA, los municipios, las entidades autárquicas y las
demás organizaciones constituidas en la República a las que el ordenamiento jurídico atribuya
ese carácter;

b. Los Estados extranjeros, las organizaciones a las que el derecho internacional público
reconozca personalidad jurídica y toda otra persona jurídica constituida en el extranjero cuyo
carácter público resulte de su derecho aplicable;
c. La Iglesia Católica.

Las personas jurídicas públicas se rigen en cuanto a su reconocimiento, comienzo, capacidad,


funcionamiento, organización y fin de su existencia, por las leyes y ordenamientos de su
constitución (artículo 147).

 PJ Privadas (artículo 148)

El Código sigue una enumeración no taxativa:

a. sociedades

b. asociaciones civiles

c. simples asociaciones

d. fundaciones

e. iglesias, confesiones, comunidades o entidades religiosas

f. mutuales

g. cooperativas

h. consorcio de propiedad horizontal

i. Toda otra contemplada en el Código o leyes y cuyo carácter resulta de su finalidad y normas
de funcionamiento.

Artículo 149.- La participación del Estado en PJ privadas no modifica el carácter de éstas.

Sin embargo, la ley o el estatuto pueden prever derechos y obligaciones diferenciados,


considerando el interés público comprometido en dicha participación.

ARTÍCULO 150.- Las PJ privadas que se constituyen en la República, se rigen:

a. por las normas imperativas de la ley especial o, en su defecto, de este Código;

b. por las normas del acto constitutivo con sus modificaciones y de los reglamentos,
prevaleciendo las primeras en caso de divergencia;

c. por las normas supletorias de leyes especiales, o en su defecto, por las de este Título.

Las personas jurídicas privadas que se constituyen en el extranjero se rigen por lo dispuesto en
la ley general de sociedades.

Atributos de las personas jurídicas. Noción. Nombre. Régimen legal. Domicilio y sede social.
Patrimonio. Capacidad de derecho.

Los atributos de las PJ son consecuencia de la distinta personalidad de la entidad que tiene de
los individuos. Así las cosas, la persona jurídica queda obligada cuando quien la representa lo
hace bajo la designación de su nombre social.

Nombre

ARTÍCULO 151.- Nombre. La persona jurídica debe tener un nombre que la identifique como
tal, con el aditamento indicativo de la forma jurídica adoptada.
La persona jurídica en liquidación debe aclarar esta circunstancia en la utilización de su
nombre.

El nombre debe satisfacer recaudos de veracidad, novedad y aptitud distintiva, tanto respecto
de otros nombres, como de marcas, nombres de fantasía u otras formas de referencia a bienes
o servicios, se relacionen o no con el objeto de la persona jurídica.

No puede contener términos o expresiones contrarios a la ley, el orden público o las buenas
costumbres ni inducir a error sobre la clase u objeto de la persona jurídica.

La inclusión en el nombre de la persona jurídica del nombre de personas humanas requiere la


conformidad de éstas, que se presume si son miembros. Sus herederos pueden oponerse a la
continuación del uso, si acreditan perjuicios materiales o morales.

Los criterios para resolver los conflictos de homonimia son:

a. debe priorizarse el interés del tráfico y de los terceros sobre los intereses del opositor;

b. la oposición no debe limitarse a la identidad gráfica o fonética de los nombres de ambas


entidades; basta la existencia de un vocablo dominante susceptible de originar confusión.

El conflicto entre PJ homónimas puede existir, aunque las entidades tengan diferente objeto o
tipo social (si se trata de sociedades).

En efecto, el objeto no tiene exteriorización pública; además, con posterioridad, una persona
jurídica puede cambiar su objeto y, en caso de sociedades, además, transformar su tipo.

Pueden establecerse una serie de diferencias nombre comercial y social:

 El nombre social es un atributo de la personalidad del que la persona jurídica goza por
expresa directiva legal, revela la incorporación de la entidad a la tipología de persona
jurídica de que se trate y a la consecuente regulación positiva que corresponda.
 El nombre comercial es un elemento del fondo de comercio que identifica el
establecimiento comercial en el ámbito del tráfico comercial; es un medio de atracción
de la clientela y, como tal, constituye un derecho patrimonial del empresario.
 Además, el nombre comercial es transmisible con el fondo de comercio, no así el
nombre social. El comercial se adquiere por su uso en relación al ramo en que se usa
de forma pública, el social en cambio es inherente a la PJ.

Domicilio y sede social

ARTÍCULO 152.- Domicilio y sede social.

El domicilio de la persona jurídica es el fijado en sus estatutos o en la autorización que se le dio


para funcionar.

La persona jurídica que posee muchos establecimientos o sucursales tiene su domicilio especial
en el lugar de dichos establecimientos sólo para la ejecución de las obligaciones allí contraídas.

El cambio de domicilio requiere modificación del estatuto. El cambio de sede, si no forma parte
del estatuto, puede ser resuelto por el órgano de administración

Como todo sujeto de derecho, la persona jurídica tiene un domicilio general, que es el fijado en
el lugar indicado por sus estatutos, o subsidiariamente, donde se ubica la sede de su dirección
o administración.
Las sucursales de la casa matriz tienen un domicilio especial, en el lugar del respectivo
establecimiento, solo “para la ejecución de las obligaciones allí contraídas por los agentes
locales”.

En este sentido, debe aclararse que el domicilio social no es la dirección precisa (calle y
número) de una determinada ciudad o población (propiamente domicilio social). Esa dirección
precisa es lo que se conoce como sede social.

ARTÍCULO 153.- Alcance del domicilio. Notificaciones. Se tienen por válidas y vinculantes para
la persona jurídica todas las notificaciones efectuadas en la sede inscripta.

En otras palabras, la ley presume, sin admitir prueba en contrario, que la entidad tiene su
domicilio en ese lugar (aunque no funcione en la misma la administración) y que este subsiste
hasta tanto se modifique y se proceda a la correspondiente inscripción registral.

Patrimonio

ARTÍCULO 154.- Patrimonio. La persona jurídica debe tener un patrimonio. La persona jurídica
en formación puede inscribir preventivamente a su nombre los bienes registrables.

Dado que para el derecho argentino el patrimonio es un atributo de la persona, si la persona


jurídica careciese de todo patrimonio, se le estaría negando su propia personalidad.

El patrimonio de la entidad sirve para el cumplimiento de sus fines y es distinto del de cada uno
de sus miembros, pudiendo soportar sus propias deudas y responsabilidades.

Es una consecuencia, claro está, del principio de personalidad diferenciada. Por consiguiente,
los bienes de la entidad figuran en su propio patrimonio y no en el de los individuos que la
integran. Por aplicación de la dualidad patrimonial comentada, los inmuebles que adquiere una
persona jurídica deben inscribirse a su nombre en el Registro de la Propiedad Inmobiliaria.

Capacidad de derecho

La capacidad vinculada a las personas jurídicas se refiere sólo a la capacidad de derecho o


aptitud para ser titular de derechos y deberes jurídicos y ejercer por sí o por otros los actos
inherentes a los derechos de los que se es titular.

La noción de capacidad de obrar es absolutamente ajena, pues estos sujetos de derechos


siempre actuarán a través de sus órganos o representantes. La regla general en materia de
capacidad de las personas jurídicas es que tienen capacidad de derecho para todos los actos y
todos los derechos que no les estén expresamente prohibidos. Esta capacidad, sin embargo,
tiene sus limitaciones en razón del principio de especialidad y de la naturaleza de las cosas.

 El principio de la especialidad: significa que las personas jurídicas tienen capacidad


para celebrar aquellos actos inherentes a la finalidad para la que ha sido creadas, es
decir en función de su objeto y su fin.

De tal modo, no pueden celebrar actos que nada tengan que ver con su objeto de creación,
pero ello no significa que no puedan ejecutar los que son convenientes o necesarios para la
mejor obtención de aquél.

 De la naturaleza de las cosas: Las PJ no pueden ser titulares de algunos derechos.

3.3 Representación. Noción. Régimen legal


Las personas jurídicas desarrollan su actividad por medio de personas físicas que actúan en su
nombre y por su cuenta, de modo tal que su gestión es atribuida a la misma entidad.

Así, las personas jurídicas actúan a través de sus órganos, es decir aquellas personas
autorizadas a manifestar la voluntad del ente y a desarrollar la actividad jurídica necesaria para
la consecución de sus fines.

Las funciones del administrador abarcan la gestión operativa de los negocios sociales, la
organización y la dirección de la persona jurídica, el cumplimiento del estatuto, la participación
en el funcionamiento interno de la entidad y la representación de la misma frente a terceros.
Esto se explica desde la llamada “teoría del órgano”. Sostener que los administradores de la
persona jurídica son órganos de esta significa que son portadores de la voluntad de la entidad,
como si el ente social obrara por sí, sin el auxilio de la representación. Constituyen el vehículo
de la voluntad única de la persona jurídica.

A diferencia del mandato, no hay dos voluntades —la del representante y representado— sino
una sola: la de la persona jurídica. De esta manera, los administradores son funcionarios de la
entidad y es esta última la que actúa frente a terceros a través de aquellos.

El ordenamiento jurídico argentino sigue la llamada “teoría del órgano”. Para esta teoría, las
personas jurídicas expresan su voluntad a través de sus agentes, y no hay un dualismo entre
estos y la entidad como polos opuestos. Entre la entidad y sus dirigentes no hay un vínculo
contractual sino una relación institucional, que proviene de la constitución y organización de la
persona jurídica. Los administradores no están fuera de la persona jurídica sino dentro de ella,
y actúan como órganos suyos. De esta manera, lo actuado jurídicamente por los
administradores se imputa (o sea, se atribuye) a la persona jurídica.

Las normas constitutivas de la persona jurídica señalan la órbita de funcionamiento de los


órganos, de manera que cuando la actividad de quien se desempeña en aquel carácter se
desorbita, el exceso no es obra del órgano en cuanto tal, sino del individuo que ha
determinado esa irregularidad y, por eso —en principio—, el acto” notoriamente” extraño al
objeto social no puede ponerse a cargo de la entidad.

ARTÍCULO 159.- Los administradores de la persona jurídica deben obrar con lealtad y diligencia.
No pueden perseguir ni favorecer intereses contrarios a los de la persona jurídica. Si en
determinada operación los tuvieran por sí o por interpósita persona, deben hacerlo saber a los
demás miembros del órgano de administración o en su caso al órgano de gobierno y
abstenerse de cualquier intervención relacionada con dicha operación. Les corresponde
implementar sistemas y medios preventivos que reduzcan el riesgo de conflictos de intereses
en sus relaciones con la persona jurídica.

Responsabilidad civil

ARTÍCULO 160.- Responsabilidad de los administradores. Los administradores responden en


forma ilimitada y solidaria frente a la persona jurídica, sus miembros y terceros, por los daños
causados por su culpa en el ejercicio o con ocasión de sus funciones, por acción u omisión.
ARTICULO 1763.-Responsabilidad de la persona jurídica. La persona jurídica responde por los
daños que causen quienes las dirigen o administran en ejercicio o con ocasión de sus
funciones.

Por la teoría del órgano, lo lógico es que los actos ejecutados por aquellos se imputen
directamente a la persona jurídica. Sin embargo, como bien explica la doctrina, la teoría
orgánica no descarta la responsabilidad personal de los directivos frente a la sociedad, sus
socios o terceros.

El elemento psicológico que la persona física aporta al órgano de la sociedad que integra
constituye el fundamento de la responsabilidad personal de los administradores por los
comportamientos dañinos de su actuación funcional. A todo evento, podrá verificarse una
responsabilidad coexistente entre integrantes del órgano de administración y la sociedad
administrada.

Deben verificarse todos los presupuestos del deber de reparar, según la teoría del derecho de
daños:

a. Autoría: el daño debe haber sido causado por acción u omisión del o de los administradores.
Es decir, para que sea responsable un administrador es necesario que su acción u omisión
hayan provocado el daño, en tanto este no se habría producido si aquel no hubiera actuado
como lo hizo, o por el contrario, hubiese actuado en vez de haber omitido la conducta debida.

Aunque parezca obvio, por los actos dañosos de los administradores no existe una
responsabilidad del órgano de administración que integran. Este carece de personalidad
jurídica, no es un sujeto de derecho, por tanto, no es factible que le sea atribuible algún tipo de
responsabilidad como tal. Así las cosas, mal puede ser autor de un daño la “comisión directiva”
de la asociación civil (obviamente que sí lo serán sus “miembros”);

b. Antijuridicidad: proviene de la actuación del administrador contraria a la ley, al estatuto, al


reglamento o a las decisiones del órgano de gobierno que causan un daño a otro, si no está
justificada;

c. Factor de atribución subjetivo: la culpa. Como se trata —fundamentalmente— de una


actividad reglada por el estatuto, la culpa del administrador se configurará normalmente como
consecuencia de la inobservancia de las diligencias prescriptas por la ley o el estatuto para la
actividad reglada desplegada —administración del ente social. La inobservancia de los
reglamentos o deberes a cargo consiste en no observar las diligencias prescriptas por las
normas jurídicas para una actividad reglada.

d. Relación de causalidad: es necesario que —según el curso natural y ordinario de las cosas—
exista cierta vinculación entre la conducta del administrador y el daño. En otras palabras, hay
que acreditar que la acción u omisión del administrador aparece como causa adecuada del
daño según las reglas de la experiencia y razonables criterios de probabilidad y habitualidad.

e. Daño: la conducta del administrador debe haber lesionado un derecho o un interés no


reprobado por el ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el patrimonio o un
derecho de incidencia colectiva (arg. art. 1737 CCyC). El daño, para responsabilizar a los
administradores como administradores y ante la persona jurídica, sus miembros o terceros,
debe haber sido causado en ejercicio o en ocasión de sus funciones (implica el desarrollo de los
actos previstos en el estatuto).
EL OBJETO DE LA RELACIÓN JURÍDICA PRIVADA

Concepto de bienes y cosas. Distintas clasificaciones. Criterios de distinción. Inmuebles y


muebles. Distintas clases. Cosas divisibles y no divisibles. Cosas consumibles y no consumibles.
Frutos y productos.

Bienes y cosas

El objeto de las relaciones jurídicas son las cosas, los bienes y las conductas humanas.

El Código establece que los derechos individuales pueden recaer sobre bienes susceptibles de
valor económico, concepto amplio que comprende tanto a las cosas como a los bienes que no
son cosas.

- Bienes (género)

- Cosas (especie)

Las personas son titulares de los derechos individuales sobre los bienes que integran su
patrimonio (artículo 15). Estos derechos pueden recaer sobre bienes susceptibles de valor
económico, al ser bienes materiales se llaman cosas. Las disposiciones normativas para las
cosas son aplicables a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser puestas al servicio
del hombre. (artículo 16)

En nuestro derecho vigente hay bienes con valor económico que cuando son materiales se
llaman cosas; y bienes sin valor económico que son los que recaen sobre el cuerpo humano y
los derechos de las comunidades indígenas.

Distintas clasificaciones

El Código contiene varias clasificaciones de las cosas: 7muebles e inmuebles; cosas divisibles e
indivisibles; cosas principales y accesorias; cosas consumibles y no consumibles; cosas
fungibles y no fungibles.

1. Cosas inmuebles: Son cosas inmuebles aquellas que están inmovilizadas; eso significa que no
pueden ser movidas de un lugar a otro, por una fuerza exterior o por sí mismas.

1.1. Inmuebles por naturaleza:

En esta clasificación están la naturaleza del suelo, las cosas incorporadas a él de manera
orgánica y las que se encuentran bajo el suelo sin el hecho del hombre. (artículo 225). De modo
pues que, además del suelo mismo, son inmuebles los árboles, los ríos, los minerales que están
bajo tierra.

Una vez separados del suelo los elementos que la ley considera inmuebles por naturaleza,
como los minerales, los árboles o una cosecha, se convierten en muebles, pues a partir de ese
momento pueden ser desplazados de un lugar a otro. En cambio, son muebles las cosas que
están bajo tierra por el hecho del hombre; verbigracia, los tesoros.

1.2. Inmuebles por accesión:

Son inmuebles por accesión las cosas muebles que se encuentran inmovilizadas por su
adhesión física al suelo, con carácter perdurable. En este caso, los muebles forman un todo con
el inmueble y no pueden ser objeto de un derecho separado sin la voluntad del propietario
(artículo 226).

Quedan comprendidos en esta categoría, los edificios y sus cimientos. Salvo que se trate de
construcciones que no tienen finalidad de permanecer indefinidamente. Ese carácter de
inmuebles por accesión se transmite a todas las cosas que, siendo por naturaleza muebles,
contribuyen a formar la unidad definida como "edificio”.

No se consideran inmuebles por accesión las cosas afectadas a la explotación del inmueble o a
la actividad del propietario (artículo 226).

2. Cosas muebles (por naturaleza)

Son cosas muebles las que pueden desplazarse por sí mismas o por una fuerza externa (artículo
227).

2.1. Semovientes: Entre las cosas muebles, se encuentran los animales, que se mueven por sí
mismos y por eso son denominados semovientes;

2.2. Locomóviles: expresión con la que se identifica a los vehículos a motor.

Todos los inmuebles son cosas registrables, puesto que necesariamente deben matricularse,
esto es, incorporarse al llamado Registro de la Propiedad Inmueble, salvo que pertenezcan al
dominio público. En cambio, los muebles son por regla general, no registrables. Por excepción,
algunos deben ser inscriptos en registros especiales.

Distintas clases

3. Cosas divisibles e indivisibles

3.1. Son cosas divisibles las que pueden ser divididas en porciones reales sin ser destruidas,
cada una de las cuales forma un todo homogéneo y análogo tanto a las otras partes como a la
cosa misma. (artículo 228) – Se puede dividir tanto material como económicamente. Ejemplo:
todos los inmuebles y el dinero.

3.2. Indivisibles: Las cosas no pueden ser divididas si su fraccionamiento convierte en


antieconómico su uso y aprovechamiento. En materia de inmuebles, la reglamentación del
fraccionamiento parcelario corresponde a las autoridades locales.

4. Consumibles y no consumibles

4.1. Consumibles: Son cosas consumibles aquellas cuya existencia termina con el primer uso.
(artículo 228)

4.2. Son cosas no consumibles las que no dejan de existir por el primer uso que de ellas se
hace, aunque sean susceptibles de consumirse o deteriorarse después de algún tiempo
(artículo 228).

5. Principales y accesorias8

5.1. Principales: Son las que pueden existir por sí mismas. (artículo. 229)
5.2. Accesorias: Son aquellas cuya existencia y naturaleza son determinadas por otra cosa de la
cual dependen o a la cual están adheridas. Su régimen jurídico es el de la cosa principal,
excepto disposición legal en contrario. (artículo 230).

6. Fungibles y no fungibles9

6.1. Fungibles: aquellas en que todo individuo de la especie equivale a otro individuo de la
misma especie, y pueden sustituirse por otras de la misma calidad y en igual cantidad. (artículo
232).

6.2. No fungibles: son aquellas cosas en las que un individuo de la especie no equivale a otro y,
por ende, no pueden sustituirse unos por otros.

7. Frutos y productos

7.1. Frutos: son los objetos que un bien produce, de modo renovable, sin que se altere o
disminuya su sustancia (artículo 233). En definitiva, son los objetos que un bien produce, de
modo renovable, sin que se altere o disminuya su sustancia.

7.1.1. Frutos naturales: son las producciones espontáneas de la naturaleza.

7.1.2. Frutos industriales: son los que se producen por la industria del hombre o la cultura de la
tierra.

Los frutos naturales e industriales forman un todo con la cosa si no son separados, se
transforman en este caso en accesorios.

7.1.3. Frutos civiles: son las rentas que la cosa produce. Las remuneraciones se asimilan a los
frutos civiles.

7.2. Productos: son los objetos no renovables que separados o sacados de la cosa alteran o
disminuyen su sustancia. (artículo 233). son los objetos no renovables que separados o sacados
de la cosa alteran o disminuyen su sustancia.

El patrimonio. Definición. Caracteres. Vivienda. Concepto. Régimen de afectación:


presupuestos fácticos.

Definición patrimonio general

En el Código viejo se definía patrimonio como “conjunto de bienes de una persona”.


Patrimonio es el conjunto de bienes susceptibles de valoración económica del que es titular la
persona, junto con las cargas que lo gravan, responde al concepto de patrimonio general, al
que se contrapone el de los patrimonios especiales, conjunto de bienes afectados a un fin
determinado y sometidos a un régimen especial.

Es una universalidad de bienes, toda persona tiene un patrimonio que es inajenable y opera
como garantía de las obligaciones del titular. Está gravado por las deudas, pero los acreedores
solo pueden ir contra los bienes, excepto en el caso de la quiebra.

Características

a. Único e indivisible: no se puede ser titular de más de un patrimonio general.


b. Inalienable e intransmisible: no puede ser enajenado ni transmitido en su totalidad como
unidad.

c. Idéntico a sí mismo: las variaciones en los elementos singulares que lo componen no alteran
al patrimonio como unidad o universalidad jurídica.

 Patrimonios especiales

Son conjuntos de bienes que están afectados a un fin determinado y sujetos a un especial
régimen legal. Ej.: patrimonio de una sociedad, del fideicomiso, del causante mientras esté
separado del de los herederos.

Son aquellos que por una autorización legal y en virtud de determinada finalidad a la que se
destinan los bienes que lo componen, están excluidos de la regla general de responsabilidad
por todas las deudas del titular, para responder solo a determinadas obligaciones.

Caracteres

a. Para su existencia es necesaria una autorización legal.

b. Son independientes del patrimonio general: porque los bienes que lo integran sólo
responden por determinadas deudas.

c. Responden solo por determinadas deudas y no por otras.

VIVIENDA. CONCEPTO

Se entiende que la vivienda es un derecho fundamental de toda persona con independencia de


la estructura familiar en la que se encuentre inserto. Por tal razón, la vivienda no se protege en
conexión con las relaciones familiares, sino en virtud de que ella es un derecho humano, de
todos.

Vivienda sustituye el concepto anterior de bien de familia que regulaba la ley 14.394. El cambio
de denominación respondía a un paradigma no discriminatorio.

Régimen de afectación: presupuestos fácticos

ARTÍCULO 244. Afectación. Puede afectarse al régimen previsto en este Capítulo, un inmueble
destinado a vivienda, por su totalidad o hasta una parte de su valor. Esta protección no excluye
la concedida por otras disposiciones legales.

 Objeto de protección: cosas inmuebles con destino de vivienda por su totalidad o hasta
una parte de su valor.
 Destino: el nuevo sistema exige que el inmueble tenga “destino de vivienda”.
 Afectación de la totalidad del inmueble (esto se mantuvo en este sistema)
 Afectación de una parte del valor del inmueble: La referencia a “una parte del valor”
debe entenderse en el sentido de “alícuota” o “parte indivisa”. Es decir, que se puede
afectar la alícuota cuando el inmueble se encuentre en condominio.

 Inmueble rural: ARTÍCULO 256. Las disposiciones de este Capítulo son aplicables al
inmueble rural que no exceda de la unidad económica.
El régimen de protección de la vivienda es aplicable a todo inmueble, sin discriminar la zona
donde se ubique. No obstante, el inmueble rural recibe un tratamiento diferencial respecto del
inmueble urbano. Si el predio se ubica en área rural, el régimen de tutela es aplicable en tanto
el inmueble no exceda la unidad económica. No importa el valor del predio, sino que aquí lo
que se tiene en mira es que el fundo “no exceda de la unidad económica, de acuerdo con lo
que establezcan las reglamentaciones locales”. Lo que se pretende evitar es la afectación de
extensas tierras, quizá bajo el entendimiento de que ellas serían incompatibles con la
“habitación efectiva”.

 Pluralidad (tercer párrafo) ARTÍCULO 244.

No puede afectarse más de un inmueble. Si alguien resulta ser propietario único de dos o más
inmuebles afectados, debe optar por la subsistencia de uno solo en ese carácter dentro del
plazo que fije la autoridad de aplicación, bajo apercibimiento de considerarse afectado el
constituido en primer término.

 Inscripción. (segundo párrafo) ARTÍCULO 244.

La afectación se inscribe en el registro de la propiedad inmueble y la prioridad temporal se rige


por las normas contenidas en la ley nacional del registro inmobiliario.

Para incluir el inmueble a este especial régimen de protección se requiere un acto de


afectación por parte del titular registral ante el Registro de la Propiedad Inmueble (lo mismo
acontecía con el bien de familia).

 Legitimación para pedir la afectación (artículo 245)

1) Puede solicitarla el titular registral.

2) En el caso que sea un condominio deben solicitarla todos los titulares conjuntamente.

3) Puede disponerse en acto de última voluntad: el juez ordena la inscripción a pedido de


cualquiera de los beneficiarios, Ministerio Público o de oficio si hay beneficiarios incapaces o
con capacidad restringida.

4) La afectación puede decidirla el juez cuando es a petición de parte en una resolución que
atribuye la vivienda en juicio de divorcio o cuando resuelve cuestiones relativas a la conclusión
de la convivencia si hay beneficiarios incapaces o con capacidad restringida.

 beneficiarios de la afectación (artículo 246)

1. El propietario constituyente, cónyuge, conviviente, ascendientes o descendientes

2. En defecto de ellos: parientes colaterales dentro del tercer grado que convivan con el
constituyente.

Es condición necesaria para la operatividad de la protección la habitación efectiva de alguno de


los beneficiarios en el inmueble. Basta con que uno resida en la vivienda; así, en el caso de ser
solo el titular registral el beneficiado, este deberá forzosamente habitar en el objeto de
protección. (artículo 247)

 Subrogación real (artículo 248)

La afectación se transmite a la vivienda adquirida en sustitución de la afectada y a los importes


que la sustituyen en concepto de indemnización.
La función de este instituto es que para el caso de enajenarse o perderse la cosa (vivienda acá)
se trasladen a lo adquirido en reemplazo los derechos que grababan el bien salido del
patrimonio.

Esto brinda respuestas a situaciones de destrucción o incendio de la vivienda afectada cuando


esos hechos acarreaban el pago del seguro, la expropiación del inmueble o su sustitución por
otro.

 Efectos de la afectación

1. Principal: ARTÍCULO 249.-

La afectación es inoponible a los acreedores de causa anterior a esa afectación. Esto significa
que el especial régimen de protección de la vivienda no perjudica en nada el derecho de
propiedad de los acreedores de fecha anterior a la inscripción de la afectación en el Registro de
la Propiedad del inmueble.

La afectación al régimen de protección de la vivienda ocasiona que el inmueble no sea


susceptible de embargo y ejecución por deudas de causa fuente posterior a la constitución de
la tutela.

Excepciones:

a. Obligaciones por expensas comunes y por impuestos, tasas o contribuciones que gravan
directamente al inmueble;

b. Obligaciones con garantía real sobre el inmueble, constituida de conformidad a lo previsto


en el artículo 250;

c. Obligaciones que tienen origen en construcciones u otras mejoras realizadas en la vivienda;

d. Obligaciones alimentarias a cargo del titular a favor de sus hijos menores de edad, incapaces,
o con capacidad restringida.

Si procede una de las excepciones se prevén las siguientes reglas de ejecución del bien:

a. Los acreedores sin derecho a requerir la ejecución no pueden cobrar sus créditos sobre el
inmueble afectado, ni sobre los importes que la sustituyen en concepto de indemnización o
precio, aunque sea obtenido en subasta judicial, sea ésta ordenada en una ejecución individual
o colectiva.

b. Si el inmueble se subasta y queda remanente, éste se entrega al propietario del inmueble.

c. En el proceso concursal, la ejecución de la vivienda sólo puede ser solicitada por los
acreedores enumerados en este artículo.

2. Otros efectos (Yo los puse en esta categoría para que no se me pierdan)

a. Créditos fiscales: la vivienda está exenta del impuesto a la transmisión gratuita por causa de
muerte en todo el país, si ella opera a favor de los beneficiarios y no es desafectada en los 5
años posteriores a la transmisión. (artículo 252)

b. Los trámites y actos vinculados a la constitución e inscripción de la afectación están exentos


de impuestos y tasas (artículo 252)
c. La autoridad administrativa debe prestar asesoramiento y colaboración gratuitos a los
interesados para hacer los trámites de constitución, inscripción o cancelación de la afectación.
Si por pedido de los interesados interviene un profesional los honorarios no pueden exceder en
conjunto el 1% de la valuación fiscal. En juicios de transmisión hereditaria de la vivienda
afectada, en concursos preventivos y quiebras los honorarios no pueden exceder el 3% de la
valuación fiscal. (artículo 253)

 Desafectación y cancelación de la inscripción: procedencia (artículo 255)

a) a solicitud del constituyente; si está casado o vive en unión convivencial inscripta se requiere
el asentimiento del cónyuge o del conviviente; si éste se opone, falta, es incapaz o tiene
capacidad restringida, la desafectación debe ser autorizada judicialmente;

b) a solicitud de la mayoría de los herederos, si la constitución se dispuso por acto de última


voluntad, excepto que medie disconformidad del cónyuge supérstite, del conviviente inscripto,
o existan beneficiarios incapaces o con capacidad restringida, caso en el cual el juez debe
resolver lo que sea más conveniente para el interés de éstos;

c) a requerimiento de la mayoría de los condóminos computada en proporción a sus


respectivas partes indivisas, con los mismos límites expresados en el inciso anterior;

d) a instancia de cualquier interesado o de oficio, si no subsisten los recaudos previstos en este


Capítulo, o fallecen el constituyente y todos los beneficiarios;

e) en caso de expropiación, reivindicación o ejecución autorizada por este Capítulo, con los
límites indicados en el artículo 249.

LA CAUSA FUENTE DEL ACTO JURÍDICO

Hecho jurídico. Concepto.

El hecho jurídico es un acontecimiento al que el ordenamiento legal asigna o adjudica


determinados efectos. El artículo 257 define al hecho jurídico como el acontecimiento que,
conforme al ordenamiento jurídico, produce el nacimiento, modificación o extinción de
relaciones o situaciones jurídicas.

Son considerados así porque el ordenamiento el que les atribuye aptitud para cambiar o
modificar situaciones preexistentes y para configurar situaciones nuevas. Están previstos de
antemano por la ley para que, según las circunstancias y siempre que se reúnan los requisitos
normativos, produzca efectos jurídicos.

El Código dice que estos hechos producen el nacimiento, modificación o extinción de


relaciones jurídicas.

 Hechos constitutivos: la adquisición puede ser originaria (cuando la atribución del


derecho no se funda en otro derecho antecedente) o derivada (cuando la adquisición
se relaciona con otra que aparece como antecedente y condiciona los alcances de ella).
 Hechos extintivos: son aquellos que, por el contrario, ponen fin a los derechos. Las
causas de extinción son múltiples y puede intervenir la voluntad del titular (venta,
renuncia) o por razones extrañas a su voluntad (muerte, desaparición del objeto).
 Hechos modificativos: son las contingencias que se producen entre el nacimiento y la
extinción de una relación jurídica y que no modifican los elementos de la relación o
situación jurídica.
Clasificación

1. Los hechos jurídicos pueden ser naturales y humanos

a.- Naturales: en los hechos de la naturaleza no interviene el ser humano. Son hechos en los
que no intervino la voluntad del hombre, son jurídicos en tanto producen consecuencias para
el derecho.

b.- Humanos: son aquellos que emanan directamente de un sujeto, siempre y cuando no sea
producto de actos inconscientes o reflejos.

2. Los hechos humanos a su vez pueden ser: voluntarios o involuntarios

a. Son hechos voluntarios los actuados con discernimiento, intención y libertad y manifestados
por un hecho exterior. (artículo 260)

b. Son involuntarios donde se ve afectado el discernimiento. Esto contempla *el acto de quien
al momento de realizarlo está privado de razón; *el acto ilícito de la persona menor de edad
que no cumplió 10 años; *el acto lícito del menor de edad que no cumplió 13 años, sin
perjuicio de lo establecido en disposiciones especiales. (artículo 261).

3. Los hechos voluntarios a su vez pueden dividirse en lícitos e ilícitos

a. Lícitos: El simple acto lícito es la acción voluntaria no prohibida por la ley, de la que resulta
alguna adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas. (artículo
258).

Son aquellos hechos humanos, voluntarios, no prohibidos por el ordenamiento que producen
efectos con independencia de la voluntad de las partes. Es la ley la que deriva los efectos de la
conducta consciente y voluntaria de la persona, aunque sus efectos son producidos
directamente por imposición del ordenamiento jurídico, más allá de si las partes quieren o no
producir tales efectos.

b. Ilícitos: pueden ser: delitos (se supone la intención de causar un daño) o cuasidelitos (se
causa el daño aunque no haya habido intención; es por culpa: imprudencia, negligencia o
impericia).

VOLUNTAD JURÍDICA

La voluntad o la aptitud de voluntad es el presupuesto primario, indispensable de la capacidad


de hecho. Es el factor predominante destinado a reglar las relaciones jurídicas de carácter
privado.

Para ser reputado como voluntario un acto es preciso que se ejecute con discernimiento,
intención y libertad y que al propio tiempo se exteriorice. Los tres primeros elementos son
internos y el último externo. Si uno de ellos falta entonces el acto será nulo.

Cada elemento interno puede verse obstado por determinadas circunstancias como la
minoridad, la declaración de incapacidad o vicios, o el error, dolo o violencia, que afectarán a
uno o varios de esos elementos, ocasionando la involuntariedad del acto.

1. DISCERNIMIENTO
Es una aptitud de la inteligencia que permite distinguir lo verdadero de lo falso, lo justo de lo
injusto, lo conveniente de lo inconveniente de las acciones humanas. Se trata de estados de
conciencia que permiten al sujeto apreciar las consecuencias de sus acciones.

Asimismo, el discernimiento se presume y quien invoca que no existió deberá acreditarlo. Son
causas obstativas del discernimiento la inmadurez de la persona en razón de su edad o por la
alteración de sus facultades mentales, cuando alguna de ellas se configura el acto se reputa
como involuntario. Artículo 261. Es involuntario por falta de discernimiento:

a- El acto de quien al momento de realizarlo está privado de razón. Incluye la pérdida


accidental de razón si incidencia en el momento de la celebración del acto. No es necesario que
el sujeto esté declarado como de capacidad restringida o incapaz, ni que la causa sea una
enfermedad mental. Quedan comprendidos los actos humanos ejecutados sin conciencia como
embriaguez, utilización de drogas u otras enfermedades.

b- El acto ilícito de la persona menor que no cumplió 10 años

c- El acto lícito del menor que no cumplió 13 años.

2. INTENCIÓN

Supone la aptitud para entender el acto concreto que se realiza. Se diferencia del
discernimiento que, si bien importa de un estado de conciencia, se refiere a la aptitud genérica
para llevar a cabo los actos jurídicos. La falta de discernimiento excluye la intención, pero no a
la inversa. Además, los actos humanos se presumen realizados con intención, quien alega lo
contrario debe probarlo, es decir, que debe probar que hubo error o dolo que son los vicios
que afectan la intención.

La intención es afectada por los vicios de error y dolo, en tanto y en cuanto importan que la
facultad de entender ha sido incorrectamente aplicada en el acto en concreto, ya sea por una
causa propia (falta de conocimiento o conocimiento insuficiente: error) o por causa ajena
(error provocado: dolo).

3. LIBERTAD

La libertad es la facultad de elegir entre distintas alternativas espontáneamente, esto es, sin
coacciones. Los actos humanos se presumen libres, de manera que las situaciones de
excepción que obstan a la celebración de un acto libre y sin vicios deben demostrarse.

La supresión del elemento libertad son la fuerza, el temor o intimidación.

La supresión del elemento libertad son la fuerza, el temor o intimidación.

4. EXTERIORIZACIÓN DE LA VOLUNTAD

Para que el acto produzca efectos jurídicos es preciso que se exteriorice, los que permanecen
en la esfera íntima de las personas no son susceptibles de ser conocidos. La manifestación de la
voluntad es una conducta mediante la cual se exterioriza la voluntad del agente. Los actos
pueden exteriorizarse oralmente, por escrito, por signos inequívocos o por la ejecución de un
hecho material (artículo 262).

a) Manifestación verbal. La manifestación de la voluntad por medio de la palabra hablada, si


bien es un medio que traduce exactamente la voluntad interna del emisor, tiene el
inconveniente de que éste puede más tarde negar o alterar lo dicho, haciendo muy difícil
probar su existencia, por lo que sólo se utiliza en actos de menor importancia.

b) Manifestación escrita. Ésta se traduce en la exteriorización de la voluntad en un cuerpo de


escritura que contiene la voluntad de quien la emite. Es la que mayores garantías ofrece, ya
que da certeza plena, pudiendo estar contenida en instrumento público o privado. Es la más
conveniente sin dudas, pues, al quedar consagrada por escrito, adquiere fijeza y por ende
otorga seguridad, ya que facilita la prueba de la declaración de voluntad.

c) Manifestación por signos. Consiste en la utilización de gestos o actitudes dirigidos a otro u


otros respecto de determinados objetos, permitiendo lograr un significado único e
inconfundible. Es decir, hay una actitud física del sujeto que no deja lugar a dudas sobre su
voluntad interna. Por ejemplo, quien levanta la mano en un remate para hacer una postura, o
quien levanta la mano en la votación de una asamblea.

 Manifestación táctica de voluntad (artículo 264).

Resulta de los actos por los cuales se la puede conocer con certidumbre. Carece de eficacia
cuando la ley o la convención exigen que sea una manifestación expresa.

Es el resultado de la conexión de distintos actos de una persona que manifiestan una voluntad
determinada, con prescindencia de la intención que hubiera tenido el sujeto.

No está directamente enderezada a realizar una manifestación de la voluntad, sino que se


infiere del comportamiento del agente.

 Excepción: silencio como manifestación de voluntad (artículo 263).

La regla es que el silencio opuesto a actos o a una interrogación no es considerado como una
manifestación de voluntad conforme al acto o a la interrogación, excepto en los casos en que
haya un deber de expedirse que puede resultar de la ley, de la voluntad de las partes, de los
usos y prácticas, o de una relación entre el silencio actual y las declaraciones precedentes.

VICIOS DE LOS ACTOS VOLUNTARIOS

ERROR

Se entiende por error el falso conocimiento de la realidad de las cosas. Es un vicio de la


voluntad que afecta la intención del sujeto, como elemento interno del acto voluntario; de no
haber tenido un falso conocimiento de las cosas, la persona jamás hubiera celebrado el acto.

Tipos:

a. Error de derecho: consiste en desconocer la existencia o contenido de una norma jurídica, o


interpretar su significado de una manera distinta a la real, o hacer una aplicación inexacta de
esa norma a una situación jurídica que no la regula, o atribuir a un hecho o una situación
jurídica una calificación jurídica incorrecta, o suponer en vigor una norma inexistente. Recae
sobre el alcance, existencia o vigencia de las normas jurídicas.

Principio de inexcusabilidad: artículo 8. “La ignorancia de las leyes no sirve de excusa para su
cumplimiento, si la excepción no está autorizada por el ordenamiento jurídico”.

b. Error de hecho
Es la falsa noción que recae sobre los elementos o circunstancias fácticas vinculadas al negocio
o a la relación jurídica de que se trate.

Éste puede recaer en el contenido o presupuesto del acto, así como en la identidad de las
personas, en la naturaleza o características de las cosas o los hechos materiales constitutivos
de la conducta.

Se consideran errores de hecho esenciales de acuerdo al artículo 267 cuando recae sobre:

 la naturaleza del acto;


 un bien o hecho diverso o de distinta especie que el que se pretendió designar, o una
calidad, extensión o suma diversa a la querida;
 la cualidad sustancial del bien que haya sido determinante de la voluntad jurídica
según la apreciación común o las circunstancias del caso;
 los motivos personales relevantes que hayan sido incorporados expresa o tácitamente;
 la persona con la cual se celebró o a la cual se refiere el acto si ella fue determinante
para su celebración.

Características:

- Esencial
- Espontáneo
- Reconocible

Efectos

Cuando el error es de hecho y además recae en cualquiera de estas causales tiene como efecto
causar la nulidad del acto jurídico. Artículo 265. El error de hecho esencial vicia la voluntad y
causa la nulidad del acto. Si el acto es bilateral o unilateral recepticio, el error debe, además,
ser reconocible por el destinatario para causar la nulidad.

El error de hecho, esencial también debe ser reconocible, esta circunstancia existe cuando el
destinatario de la declaración lo pudo conocer según la naturaleza del acto, las circunstancias
de persona, tiempo y lugar.

Es decir, el error es reconocible cuando en relación a la naturaleza y circunstancias del negocio


jurídico, el destinatario, usando la normal diligencia, hubiera podido darse cuenta de él. Solo se
exige que el receptor esté en condiciones de advertir el error en abstracto, aunque, de hecho,
no se hubiera dado cuenta, empleándose para advertirlo un criterio de normalidad. Por tanto,
es irrelevante que el destinatario de la declaración haya o no reconocido el error: basta que el
error fuese objetivamente reconocible.

Aclaración: El error de cálculo no da lugar a la nulidad del acto, sino solamente a su


rectificación, excepto que sea determinante del consentimiento (artículo 268).

DOLO

El dolo es uno de los vicios que afecta la voluntad dado que suprime la intensión y consiste en
realizar una maniobra engañosa o incurrir en una omisión que produzca el mismo efecto. La
característica radica en el engaño que se emplea para lograr que otro celebre un acto jurídico.
El ardid, la astucia y la maquinación deben ser idóneos para configurar una maniobra ilícita que
determine la voluntad de otra persona, llevándola a realizar un acto jurídico que de otro modo
no hubiera celebrado.
ARTÍCULO 271.- Acción y omisión dolosa. Acción dolosa es toda aserción de lo falso o
disimulación de lo verdadero, cualquier artificio, astucia o maquinación que se emplee para la
celebración del acto. La omisión dolosa causa los mismos efectos que la acción dolosa, cuando
el acto no se habría realizado sin la reticencia u ocultación.

El CCyC incorpora la omisión dolosa como parte de las maniobras para configurar el dolo,
implica guardar silencio cuando se advierte que la otra parte se encuentra equivocada o
incurre en error respecto de algún elemento esencial del contrato que es determinante de su
consentimiento.

Clasificación del dolo

a. Dolo esencial

El dolo esencial es el que vicia el consentimiento porque fue la causa determinante del acto al
inducir a la víctima a que lo consienta en condiciones desventajosas para ella.

Artículo 272. El dolo es esencial y causa la nulidad del acto si es grave, es determinante de la
voluntad, causa un daño importante y no ha habido dolo por ambas partes.

 Debe ser rave: el ardid, astucia o maquinación deben ser idóneos para provocar
engaño porque este constituye la existencia del dolo. No lo hay cuando es una picardía.
La gravedad debe ser apreciada según las características y condiciones de la víctima
que lleve al engaño, por ej. induciendo a un analfabeto a realizar un negocio que le
sería desventajoso. Lo mismo aplica en la omisión dolosa.
 Haya provocado un daño importante: la víctima tiene que haber experimentado un
perjuicio de cierta magnitud. Si no fuera significativo de igual manera podrían
reclamarse los daños sin que afecte el acto jurídico.
 No haya dolo de ambas partes: es una exigencia de buena fe.

b. Dolo incidental

ARTICULO 273.-Dolo incidental. El dolo incidental no es determinante de la voluntad; en


consecuencia, no afecta la validez del acto.

El dolo incidental no afecta la celebración del acto, sino sus condiciones. Es decir, la parte que
lo sufre lo habría celebrado aun de no haber mediado el engaño, aunque en condiciones
distintas.

Además, el dolo esencial y el dolo incidental pueden ser directos, si es cometido por una de las
partes del acto jurídico, su dependiente o representante; o indirecto, si proviene de la
conducta de un tercero ajeno a la relación de que se trata para beneficiar a alguna de las
partes. Una y otra clase de dolo afectan la validez del acto.

Diferencia

Radica en que el esencial es el engaño que constituye la causa determinante del acto, en tanto
que el dolo incidental es el engaño que, si bien ha logrado que la víctima lleve a cabo el acto
jurídico en condiciones desventajosas, no ha sido la causa determinante o fundamental para
realizar el negocio jurídico.

Efecto
El dolo cuando es esencial tiene por efecto causar la nulidad del acto jurídico, se trata de una
nulidad relativa que por ende es susceptible de confirmación. Puede producirse por acción u
omisión dolosa siempre que concurran los requisitos del artículo 272 (grave, determinante de
la voluntad, causa un daño importante y no hubo dolo de ambas partes).

 Demanda de nulidad: El artículo 274 sostiene que el autor del dolo esencial y dolo
incidental puede ser una de las partes intervinientes en el acto o un tercero. No
obstante, al interponer demanda de nulidad por vicio de dolo esencial debe dirigirse
siempre contra la otra parte del acto, aun cuando el autor del dolo hubiera sido un
tercero. En caso de muerte, deberá dirigirse contra los sucesores universales
 Prueba. Puede rendirse por cualquier medio, pero siempre deberá probarse la
existencia del dolo (o de cualquier otro vicio) porque los actos jurídicos se presumen
válidos.
 Sentencia: declara la nulidad relativa del acto jurídico celebrado con ese vicio.
 Prescripción: 2 años.
 Responsabilidad: el autor del dolo esencial o incidental debe reparar el daño causado.
Responde solidariamente la parte que al tiempo de la celebración del acto tuvo
conocimiento del dolo del tercero.

VIOLENCIA. Noción. Clases. Efectos.

La libertad como elemento del acto jurídico puede verse afectado por el vicio de la violencia.
Se entiende por violencia la coerción que por distintos medios se emplea sobre una persona
para obligarla a ejecutar un acto que no estaba dispuesta realizar.

ARTÍCULO 276.- La fuerza irresistible y las amenazas causan la nulidad cuando generan el temor
de sufrir un mal grave e inminente que no se puedan contrarrestar o evitar en la persona o
bienes de la parte o de un tercero.

La relevancia de las amenazas debe ser juzgada teniendo en cuenta la situación del amenazado
y las demás circunstancias del caso.

Por otro lado, el artículo 277 indica que el autor de la fuerza irresistible y de las amenazas
puede ser una de las partes o un tercero (igual que en el error esencial).

Clases

 Fuerza irresistible: tiene lugar cuando se excluye la voluntad mediante el empleo de


una presión física irresistible o de malos tratamientos corporales.
La fuerza irresistible es la coacción física o material que suprime la libertad
constriñendo al sujeto a obrar en determinado sentido o a dejar de hacerlo. Se trata de
una fuerza suficientemente grave como para impedir a la víctima repelerla.
 Ia intimidación o amenazas: inspiran en la víctima el temor fundado de sufrir un mal
inminente y grave que suprime su libertad en el obrar. Se trata de una acción
psicológica sobre una de las partes del acto jurídico, a la que se le inspira temor de
infligirle o de sufrir un mal inminente y grave si realiza o no realiza —según el caso—
un acto determinado.

La violencia moral o intimidación consiste en inspirar temor por medio de amenazas para
infundir miedo, alterando el ánimo y la libertad de obrar para que el amenazado, ceda en
perjuicio de sus propios intereses. Las amenazas deben ser graves, es decir, tener aptitud para
crear el temor racionalmente fundado, lo que se valorará de acuerdo a la situación del
amenazado y las demás circunstancias del caso. La gravedad se valora según los bienes
jurídicos en juego.

Efectos

Como los demás vicios de la voluntad, la sanción es la nulidad relativa del acto.

La acción de nulidad para obtener la restitución de lo entregado solamente prosperará contra


la parte del acto o sus sucesores universales. Para que proceda la nulidad en este caso será
preciso acreditar también la mala fe de este último, es decir, probar que conocía las
circunstancias del acto precedente y que este fue celebrado con el vicio de violencia; la prueba
del efectivo conocimiento puede rendirse por cualquier medio.

Se engendra también una acción de responsabilidad por los daños y perjuicios, que es
independiente de la acción de nulidad.

Artículo 278.- Responsabilidad por los daños causados. El autor debe reparar los daños.
Responde solidariamente la parte que al tiempo de la celebración del acto tuvo conocimiento
de la fuerza irresistible o de las amenazas del tercero.

Los actos jurídicos

El acto jurídico es el acto voluntario lícito cuya característica esencial o principal es la


deliberada voluntad de producir efectos jurídicos. Precisamente, el fin inmediato de producir
este tipo de efectos es aquello que distingue el acto jurídico de otros hechos voluntarios y aún
del simple acto lícito. Es la base de la autonomía privada.

Artículo 259.- Acto jurídico. El acto jurídico es el acto voluntario lícito que tiene por
fininmediato la adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas.

Características:

a. Se lo llama acto para diferenciarlo del hecho jurídico humano.

b. Voluntario: para configurarse depende de que sea ejecutado con discernimiento, intención y
libertad.

c. Lícito

d. Fin inmediato de producir efectos jurídicos secundado por el ordenamiento legal sea a través
de la adquisición, modificación o extinción de una relación jurídica.

6.2. Elementos esenciales y accidentales

A. Esenciales

 Sujeto

Es la persona física o jurídica que actúa en el negocio la cual debe tener capacidad para ejercer
por sí mismo los actos o en su defecto lo hará por medio del representante. La persona debe
haber actuado con discernimiento, intención y libertad.

 Objeto

El objeto de los actos jurídicos debe ser idóneo, posible, lícito y determinado.
Artículo 279: no debe ser un hecho imposible o prohibido por la ley, contrario a la moral,
buenas costumbres, orden público o lesivo de los derechos ajenos o de la dignidad humana.
Tampoco puede ser un bien que por un motivo especial se haya prohibido que lo sea.

El Código no se refiere a las consecuencias que recaen en actos jurídicos de objeto prohibido,
pero la sanción es la nulidad. Será absoluta cuando el objeto del acto sea contrario al orden
público, a la moral o a las buenas costumbres, mientras que será relativa cuando la sanción se
encuentre establecida en interés individual.

 Causa

El Código, ubica la causa en la teoría general de los hechos y actos. Se refiere a la causa fin
como aquella que ha sido determinante de la voluntad, sin la cual el acto no se hubiera
realizado.

ARTÍCULO 281.- Causa. La causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico
que ha sido determinante de la voluntad.

También integran la causa los motivos exteriorizados cuando sean lícitos y hayan sido
incorporados al acto en forma expresa, o tácitamente si son esenciales para ambas partes.

Significados de causa

 Causa fuente: es el hecho generador del acto, de las obligaciones o de los presupuestos
de hecho de los cuales se derivan las obligaciones legales.
 Causa fin: se vincula con la dirección de la voluntad en la obtención de los efectos
jurídicos. Viene a ser el fin que las partes se propusieron lograr al tiempo de celebrar el
acto, o el fin inmediato propio y característico del negocio jurídico, idéntico en todos y
cada uno de los actos de su especie.

El Código establece como principio general que todos los actos se presumen celebrados con
causa fin, en referencia a la razón que determinó su celebración.

ARTÍCULO 282.- Presunción de causa. Aunque la causa no esté expresada en el acto se presume
que existe mientras no se pruebe lo contrario. El acto es válido, aunque la causa expresada sea
falsa si se funda en otra causa verdadera.

Si hubiera una falsa causa esto causa la nulidad del acto jurídico. No es lo mismo que sucede en
el acto abstracto porque en estos casos el acto tiene causa, pero está oculta, además producen
efectos con independencia de la finalidad que hubieren tenido las partes al celebrarlos.

ARTÍCULO 283.- Acto abstracto. La inexistencia, falsedad o ilicitud de la causa no son discutibles
en el acto abstracto mientras no se haya cumplido, excepto que la ley lo autorice.

 Forma

La forma se toma como la exteriorización de la voluntad, que da al acto validez, vigencia y


eficacia. Rivera enseña que la voluntad pertenece a una esfera del individuo que no trasciende
por sí misma, y Llambías afirma que la forma es la manera como se exterioriza la voluntad del
sujeto respecto del objeto, en orden a la consecución del fin jurídico propuesto. Entonces para
que el acto humano voluntario sea reconocido como tal es preciso que salga del fuero interno,
pues de lo contrario es solamente un propósito que queda reservado en el dominio de la
conciencia.

ARTÍCULO 284.- Libertad de formas. Si la ley no designa una forma determinada para la
exteriorización de la voluntad, las partes pueden utilizar la que estimen conveniente. Las partes
pueden convenir una forma más exigente que la impuesta por la ley.

El Código establece el principio de libertad de formas, es decir, que las partes pueden elegir la
que crean más adecuadas a sus intereses, si la ley indica una forma determinada deben
cumplir con ella o usar una más exigente que la impuesta por el Código, pero nunca por debajo
del umbral indicado. De esta manera queda claro que la voluntad de los interesados no puede
suprimir sino agregar formalidades al acto.

ARTÍCULO 285.- Forma impuesta. El acto que no se otorga en la forma exigida por la ley no
queda concluido como tal mientras no se haya otorgado el instrumento previsto, pero vale
como acto en el que las partes se han obligado a cumplir con la expresada formalidad, excepto
que ella se exija bajo sanción de nulidad.

Según la clasificación adoptada por el CCyC, los actos formales se dividen, a su vez, en:

1. Formales no solemnes: están sujetos al principio de libertad de las formas.

2. Formales solemnes. Los solemnes a su vez pueden ser de solemnidad absoluta o relativa.

2.1. Los actos de solemnidad absoluta: la violación de las formas establecidas trae aparejada la
nulidad como única forma de garantizar la observancia de los preceptos sobre la forma.
Ejemplo: matrimonio, donación de inmueble.

2.2. Los de solemnidad relativa, en cambio, cuando falla la forma impuesta, el acto no puede
producir sus efectos propios, pero vale como acto por el cual las partes se obligan a otorgar el
instrumento indicado (art. 285 CCyC). Ejemplo: boleto de compraventa de inmuebles.

B. Accidentales

Son modalidades o elementos accidentales del acto jurídico a aquellas disposiciones accesorias
introducidas por las partes, que modifican los efectos normales del tipo legal, subordinando a
un acontecimiento futuro la adquisición de un derecho o la resolución de un derecho ya
adquirido, postergando su exigibilidad, o imponiendo un deber jurídico excepcional y accesorio
al adquirente de un derecho.

 CONDICIÓN

La condición es una modalidad de los actos jurídicos por la cual se supedita la adquisición o
pérdida de un derecho a la realización de un hecho futuro e incierto.

Se denomina condición a la cláusula de los actos jurídicos, por la cual las partes subordinan su
plena eficacia o resolución a un hecho futuro e incierto (artículo 343)
Esta especie de modalidad puede importar, por un lado, que el inicio de la producción de los
efectos propios o normales de un negocio jurídico quede sujeto al acaecimiento de un suceso
futuro e incierto (suspensiva); o que la extinción de los efectos propios o normales de un acto
jurídico esté subordinada a la ocurrencia de un hecho futuro e incierto (resolutoria).

A diferencia del plazo, la nota distintiva de la condición está dada por la incertidumbre que
entraña la verificación del acontecimiento futuro.

 PLAZO

El plazo es “la fijación en el tiempo del momento a partir del cual el acto jurídico comenzará a
producir efectos, o dejará de producirlos” (Bustamante Alsina,2005, p. 228).

En este sentido, tanto el plazo como la condición refieren a un hecho futuro, aunque, a
diferencia de la condición, en la que el suceso es contingente (es decir que no se sabe si se va a
producir), en el plazo, el acontecimiento debe fatalmente ocurrir.

 CARGO

El artículo 354 dispone: “El cargo es una obligación accesoria impuesta al adquirente de un
derecho. No impide los efectos del acto, excepto que su cumplimiento se haya previsto como
condición suspensiva, ni los resuelve, excepto que su cumplimiento se haya estipulado como
condición resolutoria”. Un acto jurídico se halla sujeto a plazo cuando su exigibilidad
(suspensivo) o su aniquilación (resolutorio) dependen del acaecimiento de un hecho futuro y
cierto, es decir, que ocurrirá fatal o necesariamente.

VICIOS DE LOS ACTOS JURÍDICOS

 LESIÓN

Consiste en el aprovechamiento que realiza una parte del estado de necesidad, debilidad
psíquica o inexperiencia de la otra y, con motivo de ese aprovechamiento, saca una ventaja
evidentemente desproporcionada y sin justificación.

ARTÍCULO 332 Primer párrafo: Puede demandarse la nulidad o la modificación de los actos
jurídicos cuando una de las partes explotando la necesidad, debilidad síquica o inexperiencia
de la otra, obtuviera por medio de ellos una ventaja patrimonial evidentemente
desproporcionada y sin justificación.

Se presume, excepto prueba en contrario, que existe tal explotación en caso de notable
desproporción de las prestaciones. (Artículo 332 segundo párrafo)

Elementos

1. Objetivo

Es la obtención de una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación.


Una vez verificada, incumbe al demandado probar que se encuentra justificada, esto es, que
tiene un motivo valedero —por ejemplo, la intención de realizar una liberalidad— que descarta
el aprovechamiento que configura la lesión.

2. Subjetivos
Un sujeto que atraviesa por un estado anormal, que se caracteriza por el estado de necesidad,
debilidad psíquica o inexperiencia. Vale decir, la víctima atraviesa un estado de inferioridad que
se traduce en:

 Una situación de necesidad. Se refiere a un estado de peligro que pueda poner en


riesgo la vida, la salud, el honor o la libertad de la persona afectada, o incluso sus
bienes o cosas, siempre y cuando la amenaza tenga aptitud o idoneidad para
determinarla a celebrar el negocio;
 Debilidad psíquica. Se vincula con el estado patológico en que se halle el damnificado,
que le impide tener una dimensión plena de las consecuencias del acto que realiza.
Cualquiera sea su procedencia, tiene que provocar una situación de inferioridad
aprovechada por la parte que lesiona en perjuicio de la otra, es preciso que genere un
estado de inferioridad que incida directamente sobre la voluntad del sujeto;
 Inexperiencia. Se ha definido a la inexperiencia como la falta de conocimientos que
se adquieren con el uso y la práctica. Se asocia este elemento con personas de escasa
cultura o falta de experiencia de vida debido a su corta edad;
 Explotación. El agente, a diferencia de lo que ocurre en caso de dolo, no genera la
situación de inferioridad, sino que se adueña de ella, la explota y se aprovecha de esas
condiciones anormales. Es un obrar contrario a la buena fe, porque aun cuando no
maquina ni oculta el estado de las cosas para que otro incurra en error, maneja las
condiciones del negocio sabiendo que la otra parte no tiene las herramientas o
cualidades personales para protegerse de la desventaja

Presupuestos de procedencia

a) La grave desproporción en las prestaciones que debe existir al momento de la celebración


del negocio jurídico. (elemento objetivo)

Puede ocurrir que, con el transcurso del tiempo y debido a distintas contingencias
socioeconómicas, las prestaciones que comenzaron desproporcionadas equiparen su valor por
circunstancias objetivas, independientes de la voluntad de las partes.

Por aplicación del principio de conservación del acto jurídico, se requiere que la desproporción
se verifique al momento de la celebración del acto y subsista hasta la interposición de la
demanda.

Para que proceda la pretensión el acto jurídico debe ser conmutativo y oneroso; porque la
ventaja que recibe una parte debe encontrar correlato en la que obtiene la otra. Si se

la equivalencia entre las prestaciones porque uno de los sujetos explota el estado de
inferioridad del otro, podrá invocarse la lesión.

b) La explotación por parte del beneficiario de la “necesidad”, “debilidad psíquica” o


“inexperiencia” del lesionado. (elemento subjetivo)

Acciones del lesionado. Efectos

1. Legitimación: Lesionado o sus herederos (art. 332 cuarto párrafo).

2. Acción: Puede demandar la nulidad o un reajuste equitativo del convenio, pero la primera de
estas acciones se debe transformar en acción de reajuste si éste es ofrecido por el demandado
al contestar la demanda. (artículo 332 tercer párrafo).
Los cálculos deben hacerse según valores al tiempo del acto y la desproporción debe subsistir
en el momento de la demanda.

La acción para reclamar la nulidad o el reajuste por vicio de lesión no es susceptible de


renuncia anticipada o realizada en forma simultánea a la celebración del acto. Si en un negocio
jurídico se introduce una cláusula de esta índole, resultaría inválida. Luego de celebrado el
acto, nada impide que la víctima renuncie a promover la acción o confirme la invalidez del acto.

3. Prescripción: La acción para solicitar la nulidad o el reajuste por vicio de lesión prescribe a
los dos años contados desde la fecha en que la obligación a cargo del lesionado debía ser
cumplida

 SIMULACIÓN

La simulación es un defecto contrario a la buena fe. Consiste en un acto o negocio jurídico que,
por acuerdo de partes, se celebra exteriorizando una declaración recepticia no verdadera, que
tienen por finalidad engañar a terceros.

Elementos

a- Contradicción entre la voluntad interna y la declarada

b- El acuerdo de partes que precede y sirve de causa a esa contradicción

c- El propósito de engañar.

Caracterización

ARTÍCULO 333.- La simulación tiene lugar cuando: (la enumeración es ejemplificativa)

a. Se encubre el carácter jurídico de un acto bajo la apariencia de otro,

b. O cuando el acto contiene cláusulas que no son sinceras,

c. O fechas que no son verdaderas,

d. O cuando por él se constituyen o transmiten derechos a personas interpuestas, que no son


aquellas para quienes en realidad se constituyen o transmiten.

Clases

1. Absoluta

Las partes no tienen ninguna intención de celebrar un acto jurídico sino solamente de

generar una apariencia.

2. Relativa

Puede recaer sobre la naturaleza del acto; (ejemplo: compraventa que encubre una donación)
o sobre su contenido y objeto, cuando contiene cláusulas que no son sinceras, o fechas que no
son verdaderas o modalidades inexistentes; supeditando a una condición un hecho puro y
simple o sobre las personas que intervienen en el acto. A diferencia de la simulación absoluta,
en este caso, aunque también existe un acto ficticio detrás de él se esconde otra realidad
distinta de la aparente.

3. Lícita
Cuando el motivo determinante se vincula a un interés justificado y aceptable que o persigue
violar la ley ni causar daño a terceros. El derecho tolera la situación porque forma parte de una
zona de reserva o intimidad que abarca tanto los aspectos personales como
extrapatrimoniales. Si el acto simulado encubre otro real, éste es plenamente eficaz si
concurren los requisitos propios de su categoría y no es ilícito ni perjudica a un tercero (artículo
334 - Conversión del acto).

4. Ilícita

Cuando viola la ley o perjudica los derechos de un tercero. No es necesario en este caso que el
perjuicio se hubiere consumado. La simulación ilícita o que perjudica a un tercero provoca la
nulidad del acto ostensible. (artículo 334).

Acción entre partes y por terceros. Efectos.

El principio es que los simuladores de un acto jurídico carecen de toda acción entre ellos.

1. Acción entre partes (artículo 335)

La ley no reprueba la simulación cuando es lícita y no genera perjuicio para terceros, es


razonable que prevea de qué manera se restablece la verdad en aquellos casos en que una de
las partes se aferra a la apariencia creada y desconozca el acuerdo simulatorio, afirmando que
el acto es real a fin de lograr que se consoliden las consecuencias de aquel y se conviertan en
efectivas.

La admisibilidad de la acción de simulación en este caso se supedita a que el acto sea lícito. Así
lo reconoce el artículo 335 cuando dice: “Los que otorgan un acto simulado ilícito o que
perjudica a terceros no pueden ejercer acción alguna el uno contra el otro sobre la simulación,
excepto que las partes no puedan obtener beneficio alguno de las resultas del ejercicio de la
acción de simulación”.

La simulación alegada por las partes debe probarse mediante el respectivo contradocumento.
Puede prescindirse de él, cuando la parte justifica las razones por las cuales no existe o no
puede ser presentado y median circunstancias que hacen inequívoca la simulación.

El contradocumento es un escrito generalmente secreto destinado a comprobar o reconocer la


simulación total o parcial de un acto aparente. Es la prueba principal del carácter ficticio del
acto simulado y es imprescindible que contenga una explicación sobre cuál es el verdadero
carácter del negocio. La acción de simulación entre las partes prescribe a los dos años, los que
comienzan a correr desde que una de ellas se negó a dejar sin efecto el acto jurídico.

2. Acción por terceros (artículo 336)

Los terceros cuyos derechos o intereses legítimos son afectados por el acto simulado pueden
demandar su nulidad.

Son terceros quienes pueden resultar perjudicados por el acto simulado. En tal caso, pueden
demandar la nulidad del acto aparente ya sea para demostrar que es enteramente ficticio o
para manifestar cuál es el acto oculto a fin de que produzca sus efectos típicos.

Pueden acreditar la simulación por cualquier medio de prueba. La amplitud se justifica porque
no tienen manera de descubrir el contradocumento o encontrar pruebas directas.
En este caso, la acción de simulación busca demostrar la nulidad del acto aparente para que la
realidad oculta produzca todos sus efectos propios. La sentencia que admite la simulación
beneficia a todos los acreedores o terceros interesados, aun cuando no hubieran promovido la
acción.

Por otro lado, la acción de simulación ejercida por terceros prescribe a los dos años, comienza
a computarse desde que conocieron o pudieron conocer el vicio del acto jurídico.

 FRAUDE

Se define el fraude a los acreedores como el que se comete a través de actos o negocios
jurídicos válidos, por regla general positivos o de actuación, unilaterales o bilaterales,
destinados a enajenar derechos o facultades o abdicarlas, en perjuicio de los acreedores,
teniendo conciencia de obstaculizar o impedir la prestación debida.

Acción de inoponibilidad

Artículo 338.- Declaración de inoponibilidad. Todo acreedor puede solicitar la declaración de


inoponibilidad de los actos celebrados por su deudor en fraude de sus derechos, y de las
renuncias al ejercicio de derechos o facultades con los que hubiese podido mejorar o evitado
empeorar su estado de fortuna.

El CCyC confiere acción revocatoria a los acreedores que ven burlados sus derechos por actos
de disposición patrimonial celebrados por el deudor.

La acción se concede a los acreedores contra los deudores que ponen en peligro la garantía
común al realizar actos de disposición patrimonial que provocan o agravan la insolvencia para
sustraer bienes que deberían ser ejecutados.

La demanda tiene por objeto solicitar la declaración de inoponibilidad. Pueden ser objeto de la
acción de fraude no solo los actos de enajenación o desapoderamiento celebrados por el
deudor sino también los que impiden su enriquecimiento, como las renuncias de derechos o
facultades.

De esta forma, queda clara la distinción entre los efectos de la acción de simulación —la
nulidad— y este supuesto, es decir, la acción de fraude, que integra la nómina de actos
ineficaces.

La ineficacia del acto no se extiende erga omnes. El negocio en sí mismo es válido y eficaz,
pero, para algunas personas, concretamente aquellas que resultan perjudicadas, no es
oponible, esto quiere decir que dichos acreedores pueden comportarse como si el acto no se
hubiese efectuado.

En otros términos, esos terceros pueden oponerse a que el acto produzca efectos en su contra.
Por supuesto, la inoponibilidad solamente favorece al acreedor que ha promovido la acción y
hasta el importe de su crédito.

Requisitos de procedencia

ARTÍCULO 339.- Requisitos de procedencia de la acción de declaración de inoponibilidad:

a. que el crédito sea de causa anterior al acto impugnado, excepto que el deudor haya actuado
con el propósito de defraudar a futuros acreedores;
Al momento de contratar o celebrar un acto jurídico, estos han tenido en cuenta la
composición patrimonial de aquel y han procedido en función de ella. De modo que si mientras
se desarrolla una relación jurídica determinada el obligado enajena bienes en forma
fraudulenta, el acreedor puede ver frustrada la expectativa de cumplimiento debido a la
insolvencia sobreviniente del obligado.

Si, en cambio, el deudor estaba arruinado y no tenía bienes al tiempo de la contratación,


circunstancia que era de conocimiento del acreedor, este no podría alegar burla a sus
derechos, porque ya sabía que contrataba con un insolvente.

De todos modos, el CCyC establece una excepción: que el deudor haya actuado con el
propósito de defraudar a futuros acreedores. Se trata de los casos en que el sujeto preordena
un resultado determinado, y se desapodera de sus bienes teniendo en miras el futuro
incumplimiento de la obligación que no está dispuesto a pagar. La prueba de la excepción corre
por cuenta del acreedor, que podrá valerse de cualquier medio.

b. que el acto haya causado o agravado la insolvencia del deudor;

El demandante debe acreditar que la enajenación de bienes atacada, ha provocado o agravado


la insolvencia del deudor. Si dicha insolvencia se produce con posterioridad al acto, no dará
acción para solicitar la declaración de inoponibilidad.

c. que quien contrató con el deudor a título oneroso haya conocido o debido conocer que el
acto provocaba o agravaba la insolvencia.

El acto fraudulento supone que se verifique la intención del deudor y del adquirente de
defraudar o concilio fraudulento. Esta exigencia rige exclusivamente cuando el acto impugnado
es oneroso, porque si fuera gratuito no es necesario acreditar la complicidad del tercero ya que
la ley decididamente se inclina por favorecer al acreedor defraudado por su deudor antes que
al subadquirente que recibió el bien o la cosa sin hacer ningún desembolso.

Se presume la complicidad del tercero si conocía o debía conocer que el acto provocaba o
agravaba la insolvencia (art. 340 CCyC). Se trata de una presunción que admite ser desvirtuada
por prueba en contrario.

Es preciso aclarar que el estado de insolvencia (supone la carencia de bienes patrimoniales


para que los acreedores se cobren sus créditos) no implica necesariamente un estado de
cesación de pagos (acá importa el acreedor, aunque tiene bienes ejecutables, carece de
liquidez para hacer frente a sus deudas), aunque pueden coexistir.

En síntesis, el ánimo de defraudar se presume por el conocimiento de la insolvencia por parte


del tercero, pero no se podría cercenar la posibilidad de probar en contra de esa presunción
porque no todo conocimiento del estado de insolvencia puede importar complicidad. De lo
contrario, se estaría violando el principio de inocencia como así también el ejercicio del
derecho de defensa en juicio.

Efectos

1. Efecto principal de la acción de fraude

El Código señala al respecto que, a pedido del acreedor, podrá declararse la inoponibilidad de
los actos celebrados por su deudor en fraude de sus derechos, y de las renuncias al ejercicio de
derechos o facultades con los que hubiese podido mejorar o evitado empeorar su estado de
fortuna.

La acción revocatoria persigue exclusivamente la declaración de ser – el acto fraudulento –


inoponible al acreedor/es que ejercieron la acción. De acuerdo con ello, la admisión de la
acción solo beneficia a quienes la intentaron y en la medida de sus créditos.

De allí que podrán hacer enajenar forzadamente el bien o los bienes comprendidos en la
acción, para hacer efectivas sus acreencias y si hubiere algún saldo pertenecerá al tercero que
contrató con el deudor, ya que entre ellos el acto sigue siendo válido y eficaz.

2. Efectos frente a terceros (artículo 340)

El fraude no puede oponerse a los acreedores del adquirente que de buena fe hayan ejecutado
los bienes comprendidos en el acto (de fraude).

La acción del acreedor contra el subadquirente de los derechos obtenidos por el acto
impugnado sólo procede si adquirió por título gratuito, o si es cómplice en el fraude; la
complicidad se presume si, al momento de contratar, conocía el estado de insolvencia.

 Deber de indemnizar: El subadquirente de mala fe y quien contrató de mala fe con el


deudor responden solidariamente por los daños causados al acreedor que ejerció la
acción, si los derechos se transmitieron a un adquirente de buena fe y a título oneroso,
o de otro modo se perdieron para el acreedor. El que contrató de buena fe y a título
gratuito con el deudor, responde en la medida de su enriquecimiento.

Ineficacia de los actos jurídicos

La ineficacia tiene lugar cuando el acto jurídico no produce (total o parcialmente) los efectos
que le son propios. El Código adoptó la teoría general de la ineficacia reconociéndose a ella
como el género que puede dividirse en dos especies como son la inoponibilidad y la nulidad.

El artículo 382 habla de dos categorías de ineficacia y dice: “Los actos jurídicos pueden ser
ineficaces en razón de su nulidad o de su inoponibilidad respecto de determinadas personas”.

Estas dos categorías tienen algunas diferencias:

 La nulidad ataca la validez del acto mismo y lo priva de eficacia erga omnes, es decir,
tanto respecto de las partes como de terceros. La nulidad (absoluta y relativa) es una
sanción de orden público que no puede renunciarse anticipadamente.
 La inoponibilidad no ataca la validez del acto, sólo priva de efectos frente a
determinados terceros. Además, puede renunciarse ya que es una sanción de orden
privado, establecida a favor de los terceros.

Categorías de ineficacia

1. Inoponibilidad

La inoponibilidad es una especie de ineficacia que priva a un acto jurídico, válido y eficaz, de
sus efectos respecto de determinados terceros a quienes la ley dirige su protección
permitiéndoles ignorar la existencia del negocio o impidiendo a las partes ejercitar
pretensiones jurídicas dirigidas contra esos terceros protegidos. Los casos de inoponibilidad
deben estar expresamente establecidos en la ley.
2. Nulidad

Es la sanción legal que priva a un acto jurídico de los efectos que le son propios o normales, a
raíz de una causa (vicio o defecto) existente al momento de su creación, que tiene efectos
retroactivos y erga omnes.

Son caracteres de la nulidad: ser una sanción legal, priva al acto jurídico de sus efectos propios,
se produce por un vicio o defecto existente al momento de su celebración, tiene efecto
retroactivo y erga omnes.

En este caso la parte que afirma haberse perjudicado por el vicio decide solicitar la declaración
judicial de nulidad. En tal caso tiene que demandar a todos los que intervinieron en el acto o a
sus sucesores.

Si el bien se transmitió a terceros, también estos deberán ser citados a juicio, porque se trata
de un supuesto de integración obligatoria de la litis a efectos de que la sentencia pueda serle
opuesta a todos los interesados. Si el acto impugnado consta en escritura pública, no será
necesario citar al escribano, a menos que se invoque la falsedad material o ideológica de
aquella.

La nulidad se articula vía excepción, Ello tendrá lugar como reacción frente al intento de la otra
parte de promover judicialmente el cumplimiento. Quien se excepciona es porque se defiende
y pretende —así— impedir el cumplimiento coactivo que procura la otra parte por vía judicial.

La acción de nulidad absoluta es imprescriptible y no es susceptible de confirmación. En


cambio, cuando el acto está viciado de nulidad relativa, la acción prescribe y es confirmable.
Rige, en el caso, el plazo de dos años, el CCyC no regula el comienzo del cómputo de la
prescripción de la nulidad opuesta como excepción.

 Clases de nulidad

Para determinar si la nulidad es absoluta o relativa, será preciso examinar hacia dónde apunta
la potencialidad destructora del vicio congénito y cuál es el bien jurídico que lesiona, hiere o
infringe.

2.1. Nulidad absoluta

Son de nulidad absoluta los actos que contravienen el orden público, la moral o las buenas
costumbres (artículo 386), por ende, solo procede cuando el interés general es vulnerado.

 Consecuencias (artículo 387).

La nulidad absoluta puede declararse por el juez, aun sin mediar petición de parte, si es
manifiesta en el momento de dictar sentencia. Puede alegarse por el Ministerio Público y por
cualquier interesado, excepto por la parte que invoque la propia torpeza para lograr un
provecho. No admite confirmación ni prescribe.

Caracteres: Puede ser declarada de oficio por el juez, puede articularse por el Ministerio
Público y cualquier interesado, no puede sanearse por confirmación, es imprescriptible.

2.2. Nulidad relativa

Son de nulidad relativa los actos a los cuales la ley impone esta sanción sólo en protección del
interés de ciertas personas (artículo 388). En este caso se instituye en beneficio de una de las
partes y por eso solamente la parte perjudicada en el acto puede pedir la nulidad del mismo,
en su defecto pueden hacerlo sus herederos siempre que el acto viciado no sea intransmisible.

 Consecuencias de la nulidad relativa


 Sólo puede declararse a instancia de las personas en cuyo beneficio se establece,
excepcionalmente puede invocarla la otra parte, si es de buena fe y ha experimentado
un perjuicio importante.
 Puede sanearse por la confirmación del acto.

La confirmación existe cuando la parte que puede articular la nulidad relativa manifiesta
expresa o tácitamente su voluntad de tener al acto por válido, después de haber desaparecido
la causa de nulidad. El acto de confirmación no requiere la conformidad de la otra parte
(artículo 393).

La confirmación puede ser expresa o tácita. Si es expresa, el instrumento en que ella conste
debe reunir las formas exigidas para el acto que se sanea y contener la mención precisa de la
causa de la nulidad, de su desaparición y de la voluntad de confirmar el acto.

La confirmación tácita resulta del cumplimiento total o parcial del acto nulo realizado con
conocimiento de la causa de nulidad o de otro acto del que se deriva la voluntad inequívoca de
sanear el vicio del acto (artículo 394).

 Se subsana también por la prescripción de la acción, en este caso la parte que obró con
ausencia de capacidad de ejercicio para el acto no puede alegarla si lo hizo con dolo.
 Caracteres

a) Procede a petición de parte interesada

b) no puede invocarla el Ministerio Público,

c) el acto puede ser confirmado de forma expresa o tácita,

d) la acción es prescriptible

e) tiene efecto retroactivo.

Efectos

1. Efectos de la inoponibilidad

ARTÍCULO 396.- Efectos del acto inoponible frente a terceros. El acto inoponible no tiene
efectos con respecto a terceros, excepto en los casos previstos por la ley.

El acto inoponible es válido entre las partes, y que el tercero protegido no pretende que deje
de serlo, sino simplemente que los efectos no pueden hacerse valer frente a él. La
inoponibilidad se funda en proteger a los terceros ajenos al acto, pero no a cualquier

tercero, sino a los terceros indicados en la ley.

El tercero protegido puede hacer valer la inoponibilidad en cualquier momento, puede hacerlo
por vía de acción o de excepción. La contraparte puede oponer la prescripción de la acción de
oponibilidad y la caducidad del derecho.
ARTÍCULO 397.- Oportunidad para invocarla. La inoponibilidad puede hacerse valer en
cualquier momento, sin perjuicio del derecho de la otra parte a oponer la prescripción o la
caducidad.

2. Efectos de la nulidad

ARTÍCULO 390.- Restitución. La nulidad pronunciada por los jueces vuelve las cosas al mismo
estado en que se hallaban antes del acto declarado nulo y obliga a las partes a restituirse
mutuamente lo que han recibido. Estas restituciones se rigen por las disposiciones relativas a la
buena o mala fe según sea el caso.

Como principio general, la declaración de nulidad vuelve las cosas a su estado anterior, y obliga
a las partes a restituirse lo que han recibido en virtud del acto nulo. El referido postulado se
aplica a las partes y a los terceros.

Sin embargo, cabe distinguir dos situaciones: si el acto que fue declarado nulo tuvo o no
principio de ejecución. En el primer caso, nada habrán de restituirse las partes, porque no se
entregaron nada con anterioridad. En el segundo, la restitución es compleja porque depende
de distintas circunstancias. Entre otras valoraciones habrá que examinar si el poseedor es o no
de buena fe.

La restitución puede solicitarse por vía de acumulación en el mismo juicio en que se solicitó la
invalidez o en juicio por separado.

Nulidad total y parcial

El Código en el artículo 389 da cuenta de la nulidad total y parcial y el principio de integración.

1. Total: es la que se extiende a todo el acto.

2. Parcial: afecta a una o varias disposiciones.

La nulidad de una disposición no afecta a las otras disposiciones válidas, si son separables.

Si no son separables porque el acto no puede subsistir sin cumplir su finalidad, se declara la
nulidad total. Esta es una verificación que hace el juez.

El principio de integración surge del tercer párrafo artículo: En la nulidad parcial, en caso de ser
necesario, el juez debe integrar el acto de acuerdo a su naturaleza y los intereses que
razonablemente puedan considerarse perseguidos por las partes. La integración ha de
proceder cuando la índole del negocio lo requiera para salvar su validez sin romper el equilibrio
interno del acto.

En efecto, las facultades del juez no son discrecionales, sino que tiene el deber de integrar el
acto o contrato si fuere necesario para salvar su subsistencia. Es una manifestación del
principio de conservación.

Para ello, tendrá en cuenta la naturaleza del negocio de que se trata y los intereses que
razonablemente puedan considerarse perseguidos por las partes. Habrá de considerar

especialmente el fin abstracto, el que normalmente el negocio está destinado a producir y no


las circunstancias concretas de alguna de las partes.

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