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TEMA 8.

- LA NARRATIVA ESPAÑOLA POSTERIOR A 1936: Tendencias, rasgos principales y


autores y obras significativos.

Contexto histórico.

Este periodo de la historia coincide en España con la dictadura del general Franco. Tras el golpe de estado
de 1936 se inicia la guerra civil en España que enfrenta a dos bandos: los nacionales, que se alzan contra el
gobierno democrático de la Segunda República, y los republicanos, que la defienden. Con la victoria del
bando nacional en 1939 da comienzo la dictadura de Franco, que se prolonga hasta su muerte en 1975. A nivel
social, tras el trauma de una guerra, la población no exiliada sufre una dura posguerra con escasez de
alimentos y todo tipo de materias primas, acrecentada por el bloqueo de las naciones occidentales, que tras la
Segunda Guerra Mundial (1940-1945), niegan su ayuda al único régimen fascista que ha continuado en pie,
gracias a su posición neutral en la contienda mundial. Estas duras condiciones comienzan a desaparecer en los
años 60 con la llegada del Plan Marshall en la década anterior y los tratados para situar bases militares
estadounidenses en España, lo que produce la apertura del régimen al exterior.

8.1.- La novela de los años cuarenta: novela nacionalista, novela existencial y tremendista (Carmen
Laforet, Camilo José Cela…).
Muchos escritores en activo durante la República tuvieron que abandonar España tras la Guerra Civil.
Algunos eran autores consagrados y otros apenas habían iniciado su carrera literaria. Entre los primeros
sobresalen Max Aub (El Laberinto mágico, Juego de cartas), Francisco Ayala (Muertes de perro, En el fondo
del vaso), Rosa Chacel y Ramón J. Sender. Entre los que empiezan a escribir fuera de su tierra están Manuel
Andujar (Lares y penares, y la trilogía Vísperas sobre el estallido de la guerra civil).
En los primeros años de la posguerra, la vida literaria quedó reducida a la producción propagandística de
los escritores del nuevo régimen que daban una perspectiva triunfalista y se amoldaban al patrón del realismo
decimonónico. La represión y la crisis económica presidieron todas las actividades culturales de estos años de
posguerra. Se instituyó una férrea censura que vigilaba la heterodoxia política y las desviaciones de la moral
nacional-católica.

Tendencias de la novela en los años cuarenta:


Novela nacionalista:
Es la novela escrita desde una perspectiva ideológica por los escritores próximos a las ideas de los
vencedores de la Guerra Civil. Se trata de una narrativa propagandística y triunfalista que exalta la heroicidad
de los combatientes del bando nacional, defiende las nuevas circunstancias políticas del país, así como los
valores tradicionales (Dios, Patria, Familia) y justifica la Guerra Civil y sus consecuencias, culpando de las
mismas al bando perdedor. En estas novelas se exalta el belicismo, se muestra a la familia como soporte de la
sociedad, junto a la religión. Asimismo, presenta al falangismo y a su doctrina, el nacionalsindicalismo, como
el sistema ideal de gobierno. Un ejemplo de este tipo de novela lo constituye el autor falangista Rafael García
Serrano y su novela La fiel infantería.

Novela existencial:
Se trata de novelas que giran en torno a la incertidumbre de los destinos humanos y la ausencia o
dificultad de comunicación personal. Sus temas son la soledad, la inadaptación, la frustración, la muerte...
Las pueblan personajes marginales, desarraigados, desorientados, angustiados.
En cuanto a los aspectos técnicos, tienden a la reducción del espacio; los personajes sufren presiones
insoportables en un ámbito enrarecido, irrespirable. La mayoría de los autores derivan posteriormente hacia un
enfoque social.
Una obra clave es Nada, de Carmen Laforet. Esta es la primera novela que presenta el ambiente real de la
situación degenerada en la inmediata posguerra: En primera persona, cuenta la historia de una muchacha que
ha ido a estudiar a Barcelona, donde vive con sus familiares en un ambiente sórdido de ilusiones fracasadas,
rodeada de personas desquiciadas por la guerra, y que al acabar el curso viaja a Madrid “ sin haber conocido
nada de lo que esperaba: la vida en su plenitud, la alegría, el interés profundo, el amor”. Se constata, a través
de la figura de la protagonista, un estado colectivo de miseria, material y moral, con un tono
desesperadamente triste.
Novela tremendista.
Se puso de moda tras la guerra, impulsada por el favor oficial, la novela tremendista. Relata historias
truculentas, en muchos casos de ambiente bélico. Es el suyo un neorrealismo áspero, de lenguaje bronco,
expresivo, que refleja ambientes miserables. Son historias violentas y desgarradas, que ofrecen una visión
degradante de la vida y el hombre. Decae la corriente al final de la década. Antecedentes de este tipo de
novela son: la picaresca, Quevedo, el Naturalismo decimonónico, el esperpento o las novelas expresionistas
de principios de siglo.
Camilo José Cela irrumpe en ese panorama con un drama humano más hondo y no marcado por el
maniqueísmo partidista: La familia de Pascual Duarte, agria visión de realidades míseras y brutales desde la
perspectiva de un asesino confeso. Pascual es un campesino extremeño que ha nacido en la miseria. Desde la
cárcel, condenado a muerte, relata sus trágicas experiencias vitales. Pascual afirma que hay hombres a los que
el destino pone la vida fácil y otros, como él, a los que arrastra a la desgracia sin que nada puedan hacer por
evitarlo.

8.2.- La novela de los cincuenta (Camilo José Cela); novela social y novela neorrealista (Rafael
Sánchez Ferlosio)

Los años cincuenta suponen el renacer de la novela española: aparece una nueva y fructífera generación
de escritores (generación del medio siglo) que, junto a la primera generación de posguerra (generación del
36), desarrollarán una narrativa comprometida.
Estos son los factores externos que favorecieron el cambio de tendencia en la narrativa:
 Aparición de una nueva promoción de escritores que no habían participado en la guerra civil
(generación del medio siglo).
 La censura en la prensa hizo que la crítica social se diera a través de la ficción narrativa.
 La influencia del neorrealismo italiano, del “nouveau roman” francés (nueva novela francesa).

Camilo José Cela (1916-2002). Su obra que recorre todas las etapas de la novela de la posguerra, se
atiene a unas constantes: La innovación en las estructuras novelísticas, la creatividad verbal y la fidelidad a
unos temas (la violencia, el sexo, la anormalidad) nacidos de su concepción negra y pesimista del mundo, que
ofrece una imagen grotesca de la realidad, próxima al esperpento valleinclanesco. Su incursión en el realismo
social la realizó con La Colmena, 1951: retrata, a través de un personaje colectivo, el Madrid de la posguerra,
mediante una técnica objetivista y del contrapunto que le permite entrecruzar varias historias. El autor se
limita a presentar desde fuera lo que sucede, como si se tratara de un testigo imparcial; el tiempo queda
reducido a tres días, y el espacio limitado a una zona de Madrid, que simboliza a toda España. Participó
también en la novela experimental con obras como: San Camilo, 1936 (1969), sobre la Guerra Civil y Oficio
de tinieblas 5 (1973). Etapa final: Mazurca para dos muertos (1983), Cristo versus Arizona, La Cruz de san
Andrés, Madera de Boj (1999).

Características de la novela social


Las novelas reflejan la realidad española y denuncian las injusticias sociales.
El tratamiento formal se caracteriza por las siguientes técnicas narrativas:
 El objetivismo: el narrador se limita a dar cuenta de los hechos, sin emitir juicios de valor; actúa como
una cámara cinematográfica. Es lo que se llama tratamiento “behaviorista o conductista”. Existe un
deseo de transformación social, que a menudo no se exige, sino que se deja entrever: es el lector quien
extrae conclusiones.
 Suele haber un protagonista colectivo: los personajes son representativos de un grupo social.
 Un desarrollo breve de la acción (a menudo, muchas pequeñas acciones sin importancia,
intrascendentes, como un mosaico) y en reducidos espacios (ciudades como Madrid, Barcelona...; a
veces una habitación).
 Concentración temporal: En muchos casos la acción transcurre en poco tiempo.
 Preocupación por acercarse a la realidad para reflejarla fielmente. Precisamente con esa intención
utilizan a menudo la técnica cinematográfica.
Temas
Los temas que trata son sobre todo los relacionados con la sociedad española contemporánea. Así son
frecuentes los libros de viajes que dan cuenta de la verdadera realidad de los lugares que describe: la sociedad
rural, el mundo obrero urbano, la marginación de los suburbios de las grandes ciudades, la vida de la
burguesía… y como telón de fondo la Guerra Civil.

Tendencias del realismo social

Es habitual distinguir dos grandes tendencias:

 El Objetivismo: con técnicas como el objetivismo en las descripciones, la narración en tiempos


simultáneos, la importancia del entorno y los objetos... A estos rasgos hay que sumar la desaparición
del narrador, la técnica cinematográfica, el predominio del diálogo, la condensación espacial y
temporal, el protagonista colectivo y la linealidad narrativa.

 El Realismo crítico: posee una intencionalidad de crítica social más explícita: sus personajes suelen
ser tipos predefinidos que encarnan los valores propios de la clase social o grupo al que representan
(obreros explotados o resignados, campesinos sufridos y esforzados, burgueses frívolos y egoístas).

Rafael Sánchez Ferlosio.

Su principal novela, por la que recibió el Premio Nadal en 1955 y con la que tuvo gran repercusión es El
Jarama. Está considerada el más claro exponente del conductismo dentro de la narrativa española.
El Jarama carece de protagonista. Cuenta un día de ocio de unos jóvenes y su interés argumental es
escaso, pues apenas ocurre nada; el autor se limita a transcribir los momentos de ese día con una precisión
desusada, todo para mostrar la alienación de la vida cotidiana, su vacío y vulgaridad. En la novela domina por
completo el diálogo y se recrea eficazmente el lenguaje coloquial, con una técnica cinematográfica.
Un subgénero narrativo que tuvo gran desarrollo en el realismo social fue el cuento . Pero los temas son
más variados, así como las características de los autores. Destacan Medardo Fraile autor de Con los días
contados (1954) Carmen Martín Gaite con Las ataduras (1960) y Ana María Matute con Caballito
loco (1961), a principios de la siguiente década.

8.3.- La novela de los sesenta y principios de los setenta (Luis Martín-Santos, Miguel Delibes, Juan
Benet, Juan Goytisolo).

Durante los años sesenta se produce de manera paulatina la decadencia del realismo social y su progresiva
sustitución por nuevos modos expresivos: se produce una renovación de estructuras, forma, lenguaje y
estilo. Los novelistas ya no creen –como en el periodo anterior- que sus obras vayan a tener repercusión social
directa. No falta la intención crítica, pero se centra el interés del escritor en la renovación formal y en la
experimentación técnica y lingüística.
Las obras literarias tienden ahora a indagar en la experiencia personal y reflejar estados de conciencia.
Año decisivo es 1962, con la publicación de Tiempo de silencio, de Luis Martín-Santos, que influye
poderosamente en los novelistas españoles de la época. Importante también es el inicio del Boom
hispanoamericano, con la publicación, en el mismo año, de La ciudad y los perros, de Mario Vargas Llosa.
Otros antecedentes son los novelistas extranjeros del XX: Marcel Proust, James Joyce, Franz Kafka, William
Faulkner...; los del Nouveau Roman francés: Natalie Sarraute, A. Robbe-Grillet... De ellos extraen técnicas y
una ruptura con la narrativa tradicional. También influyen en el cambio el desarrollo y la pérdida de valores:
el escritor, decepcionado, critica la alienación consumista y tiende a replegarse hacia sí mismo.

Características: (esta renovación afecta, sobre todo, a procedimientos formales):

 La trama narrativa pierde importancia, el argumento se difumina, la acción es mínima, se mezclan


sucesos verosímiles con otros imaginarios o fantásticos.
 Los personajes sufren profundas transformaciones: normalmente, se reduce el número de los
secundarios. El protagonista vuelve a ser el centro de la novela.

 El espacio tiende a reducirse e incluso se convierte en un marco impreciso. También hay cambios en
el tiempo narrativo: se evita el relato cronológicamente lineal. La temporalidad se fragmenta: saltos
atrás se combinan con anticipaciones prospectivas. El desorden cronológico es el principio rector de la
narración. El caos temporal puede llegar a convertir el texto en un rompecabezas que el lector debe
recomponer.

 La estructura está relacionada con lo anterior. Al no haber progresión lineal de la acción, suele
perderse el habitual desarrollo de exposición, nudo y desenlace.

 Hay un empleo flexible de las personas narrativas, que supone una fluctuación del punto de vista:
Desde el objetivismo, pasando por el narrador omnisciente, el narrador-personaje o el uso de la 2ª
persona, a la combinación de estos métodos en una misma obra. Son habituales las intromisiones del
narrador con digresiones y comentarios.

A continuación tenemos un fragmento de Señas de identidad de Juan Goytisolo en donde apreciamos el


empleo del tú autorreflexivo dentro de un monólogo interior, que permite al autor hacer una introspección
en su pasado para buscar su propia identidad: La novela se desarrolla en tres días. El protagonista, Álvaro
Mendiola, miembro de una buena familia de la burguesía catalana, llega a su finca de Barcelona donde
convalece de un ataque al corazón. A través de una serie de documentos: cartas, fotos familiares, etc.,
rememora todo su pasado y, con él, algunos sucesos de la vida nacional. La reflexión le permite describir
facetas oscuras de vida y de la del pueblo español. La búsqueda de ese pasado, de sus señas de identidad es
angustiosa y caótica, como la vida misma.

Habías amado aquella tierra con el espanto lento, ardoroso del volcán –íncubo tú y sumisa ella, la rica
ofrenda de su miseria, como preciosa dote para ti, unidos, creías, en una misma lucha contra el destino
amargo.

Varios años han trascurrido desde entonces y si, esperanzado y andrajoso Ayer se fue. Mañana no ha
llegado. La tierra sigue allí, sometida a la ley idéntica, inexorable; lejos tú de ella, distraído ya, sin dolor
ni reparo, de tu absorbente amor de antes. La suerte se burló de los dos. El Norte obeso puso los ojos en
ella y una infame turba de especuladores en sol ( agotados sucesivamente el oro, la plata y los ricos
filones de sus entrañas; los bosques, los regadíos, las dehesas; la rebeldía, el orgullo, el amor a la
libertad de los hombres por la usura avariciosa de los siglos) ha caído sobre ti ( oh nueva, abrasada
Alaska) para acumular y enriquecerse a costa de tu último don gratuito ( el celeste chivo enardecedor y
violento), fundar colonias, chalés, snacks, paradores de turismo, tabernas andaluzas, hoteles, afeando el
país sin mejorar al habitante: expertos alemanes, peritos en playas, solitarios cazadores de fortuna,
laureados y canosos combatientes de las Cruzadas y hasta una dama gárrula tocada con un turbante
hindú que lee gravemente Mío Cid sobre la inhóspita giba de un cabello ( una doncella en la otra, la
sustrae del flujo solar con una descolorida sombrilla).

Tierra pobre aún, y profanada; exhausta y compartida; vieja de siglos y todavía huérfana. Mírala,
contémplala. Graba su imagen en tu retina. El amor que os unió sencillamente ha sido. ¿Culpa de ella o
de ti? Las fotografías te bastan, y el recuerdo. Sol, montañas, mar, lagartos, piedra. ¿Nada más? Nada.
Corrosivo dolor. Adiós para siempre, adiós Tu desvío te lleva por nuevos caminos. Lo sabes ya. Jamás
hollarás ese suelo.

 La renovación lingüística y estilística es también significativa: léxico rebuscado, rupturas


sintácticas, oraciones largas y complejas combinadas con frases breves, telegráficas; uso de lenguaje
coloquial y vulgar.
 Recursos técnicos de inusitada variedad: descripciones, diálogos, monólogos, composición,
disposición externa... En ocasiones se suprimen los signos de puntuación, se eliminan los capítulos y
se sustituyen por fragmentos separados por espacios en blanco, o incluso se da la ausencia de
divisiones. Hay innovaciones tipográficas: distintos tipos de letra, páginas en blanco, inclusión de
grabados…

 Técnicas de construcción narrativa: el contrapunto o estructura caleidoscópica (consiste en


representar simultáneamente y sin aviso tiempos, lugares y personajes); el monólogo interior (y su
variante, el flujo de conciencia); la incorporación de otros textos literarios o no literarios
(intertextualidad)… Todo ello exige del lector una sólida preparación cultural para advertir las
estrategias narrativas y una participación activa para desentrañar el sentido de la obra.

Seguidamente tenemos dos fragmentos de la novela Ulysses, de James Joyce, en el primero podemos
observar la técnica del contrapunto y en el segundo la del monólogo interior o fluir de conciencia:

Fragmento I

Corny Kelleher cierra su libro diario; el P. Commee sube a un tranvía; un marinero se desliza por la
esquina; Boody y Ratey toman la sopa en la cocina llena de humo; la chica rubia prepara una cestilla
de flores; la mecanógrafa Dunne escribe y atiende el teléfono…

Fragmento II

… y la noche que perdimos el barco en Algeciras y el guardia de un sitio para otro sereno con su farol y O
aquel abismal torrente O y el mar el mar carmesí a veces como fuego y las puestas de sol gloriosas y las
higueras en los jardines de la Alameda sí y todas aquellas callejuelas extrañas y las casas de rosa y de azul y
de amarillo y las rosaledas y los jazmines y los geranios y las chumberas y el Gibraltar de mi niñez cuando
yo era una Flor de la montaña sí cuando me ponía la rosa en el pelo como hacían las muchachas andaluzas o
me pondré una roja sí y cómo me besaba junto a la muralla mora y yo pensaba bien lo mismo da él que otro y
entonces le pedí con la mirada que me lo pidiera otra vez sí y entonces me preguntó si quería sí decir sí mi
flor de la montaña y al principio le estreché entre mis brazos sí y le apreté contra mí para que sintiera mis
pechos todo perfume sí y su corazón parecía desbocado y sí dije sí quiero Sí.

En un monólogo interior, el texto tiene la forma de secuencia de pensamientos de un personaje, de


manera que, al leerlo, se asiste en vivo y en directo a la actividad mental de ese personaje. En lo que respecta
al contenido, un monólogo interior no es una comunicación más o menos estructurada de unos hechos o de
unas ideas, sino una secuencia caótica de percepciones, reflexiones, emociones, recuerdos y fantasías en la
que, por asociación de ideas o por estímulos exteriores, se salta de un tema a un otro sin ningún orden. En
cuanto al destinatario del discurso, el personaje, en su pensamiento, no se dirige a nadie más que a sí mismo.
En el ejemplo, el texto reproduce lo que pasa por la cabeza de Molly Bloom, el personaje femenino principal
de la novela y se dirige a ella misma.
Monólogo interior y fluir de conciencia se distinguen entre sí porque en este último el escritor no
respeta la gramática, aparecen errores ortográficos, frases cortadas, etc, en un intento de reproducir de
forma fidedigna el modo de pensamiento de una forma lo más cercana a la realidad.

Autores y obras significativas:

Luis Martín Santos: comienza esta corriente con la publicación de Tiempo de silencio (1961). Se trata de
una síntesis de las tres tendencias narrativas: social (denuncia el atraso científico, la incultura) existencial
(frustración de su protagonista) y experimental (se incorporan innovaciones técnicas).

Juan Goytisolo se une a este nuevo rumbo con Señas de Identidad, que alberga todas las innovaciones
posibles: cambios de punto de vista, disertaciones, monólogos interiores, textos periodísticos, de folletos
turísticos, de informes policiales; frases en otros idiomas, ruptura de la línea y escritura en versículos, páginas
enteras sin signos de puntuación, entrecruzamiento y superposición de planos temporales… Todo gracias a la
búsqueda del personaje-narrador de su propia identidad y, a la vez, la revisión del pasado nacional. Continúa
esta indagación en el experimento narrativo con La reivindicación del conde don Julián y Juan sin tierra.

Miguel Delibes Convirtió su obra en una defensa de la dignidad humana contra la opresión, la reducción
materialista y el desarraigo cultural.
Temas: el enfrentamiento entre la cultura rural y la urbana, la infancia, la amistad, la muerte, la alienación
del ser humano. A partir de El camino (1950), su estilo se hizo preciso, de sintaxis escueta y vocabulario
amplio.
Etapas: Primeras obras: la trilogía del campo: El camino, 1950; Las ratas, 1962; Los santos inocentes,
1981, que sitúa a un inocente en una naturaleza con la que se complementa armónicamente. La trilogía de la
ciudad: Mi idolatrado hijo Sisí, (1953); La hoja roja, 1953; El príncipe destronado, 1973 presenta a un
personaje de extracción urbana en una situación que lo sobrepasa. Experimentación de los años 60: Cinco
horas con Mario (1966), a través de un extenso monólogo interior da voz a la clase media española a través de
Carmen. En 1969 publicó Parábola del náufrago.

Período predemocrático 1970-1975.

Cuando se empieza a dejar atrás el interés por la experimentación, los autores se centran más en
la trama y la estructura de la novela es más simple y lineal, más tradicional. Surge una gran variedad de
tendencias: novelas policíacas, de aventuras, de intriga, costumbristas, fantásticas, de amor, novela negra, etc.

Juan Benet: La denuncia del atraso, la violencia y el egoísmo como condicionantes de las relaciones
humanas es una de las constantes temáticas de su producción, en la que manejó innovadoras técnicas
narrativas. Con su primera novela se aleja del realismo imperante en aquel momento, inventando un país
ficticio, Región en el que situará algunas de sus novelas, siguiendo así el modelo creado por William
Faulkner, García Márquez, etc. Sus obras más destacadas son: el relato Nunca llegarás a nada (1959),
Volverás a Región (1968) Una meditación (1970) y Un viaje de invierno (1972).

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