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LA NOVELA DE 1939 A 1975.
CAMILO JOSÉ CELA Y MIGUEL DELIBES

1: Novela en el exilio
Conocidos antes del conflicto Desarrollan
su carrera en el extranjero.
2. Novela de los años 40
Novela conformista (triunfalista, realista y de humor) Realismo
existencial (tremendistas y realismo existencial
3. Novela de los años 50, realismo crítico
4. Novela en los años 60-70. La narrativa experimental
5. Camilo José Cela y Miguel Delibes

Tras finalizar la Guerra Civil, e instalarse la dictadura del general Franco, se vivieron años de
retroceso económico y pobreza cultural. Los novelistas tienen miedo de expresarse libremente por lo
que muchos optan por el exilio; los que se quedan no pueden publicar lo que quieren por la censura y
esto les obliga a ellos mismos a autocensurarse.
Podemos dividir la novela de este periodo en cada una de las décadas que lo integran.

1.- La novela en el exilio


Es preciso aludir a la existencia de un buen número de novelistas españoles, que desarrollaron
su labor fuera de España, en el exilio, aunque algunos ya se habían dado a conocer en los años
inmediatamente anteriores a la guerra civil. En los años 30, la novela española había tendido hacia la
rehumanización y el compromiso social, tras abandonar la deshumanización de los años veinte.
La obra de los novelistas españoles exiliados evoluciona, en general, de forma autónoma
respecto a la narrativa que se va desarrollando dentro de España, y, en general, tratan el tema de la
guerra.
De los novelistas exiliados que ya eran conocidos en España antes la guerra civil destacan:
• Ramón J. Sender (1902-1982). Es el autor más representativo de la novela en el exilio.
Antes de la guerra ya le habían publicado algunas novelas. Ya en el exilio escribió decenas de
novelas, en las que destacan tres grandes temas: la evocación autobiográfica en Crónica del alba,
una serie de novelas en las que el autor evoca su infancia y su juventud; la guerra civil española en
Réquiem por un campesino español; y la América española en La aventura equinoccial de
Lope de Aguirre.
• Francisco Ayala (1906). Su obra es muy variada y de difícil clasificación. De su narrativa
de posguerra destacan: Muertes de perro (1958) y El fondo del vaso (1962).
• Max Aub (1903-1972), a quien debemos El laberinto mágico, compuesto por 6 novelas
sobre la guerra.

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• Rosa Chacel (1898-1995), escritora vallisoletana que en el exilio publicó unas cuantas
novelas de estilo muy cuidado y de ritmo lento, como Memorias de Leticia Valle (1946) y la
novela intelectual La sinrazón (1960).
Entre los novelistas que se dieron a conocer ya lejos de España cabe destacar a:
• Manuel Andújar (1913-1994) con su trilogía Las vísperas, ambientada en la España
anterior a la guerra.
• Arturo Barea (1897-1957) quien en La forja de un rebelde, serie de tres novelas escritas
en forma autobiográfica, narra las circunstancias que presiden la vida española desde comienzos de
siglo hasta la guerra.

2. La novela de la primera década de posguerra (1939-1950).


Como ya hemos dicho, la novela española después de la Guerra Civil necesita comenzar de
nuevo. Los novelistas de los primeros años de posguerra, por tanto, tendrán que buscar nuevos
caminos, y ese hecho explica que nos encontremos en la década de los 40 con múltiples tendencias
novelísticas:

2.1. Unos novelistas escriben lo que puede denominarse “novelas conformistas”, pues
defienden la ideología de los vencedores, continúan la novela realista-costumbrista o recurren al
humor.
-Novela triunfalista. Defiende la nueva situación política del país, los valores tradicionales
(Dios, Patria, Familia) y justifica la Guerra Civil. Ejemplo: Agustín de Foxá en Madrid, de corte a
checa.
-Novela realista. Se basa en el análisis del carácter y del comportamiento de los personajes
desde unas técnicas tradicionales, al estilo realista y costumbrista. Ejemplos: Ignacio Agustí con
Mariona Rebull (1944) y José Mª Gironella con una obra de éxito, Los cipreses creen en Dios
(1953).
-Novela de humor. Un ejemplo es El bosque animado de Wenceslao Fernández Flórez.

2.2. Otros novelistas vieron la guerra y sus consecuencias con dramatismo y cambiaron el
rumbo de la novela e iniciaron una nueva tendencia novelística, llamada “realismo existencial”,
caracterizada por los siguientes rasgos:
• Ofrece un reflejo amargo de la vida cotidiana en la sociedad española de los años cuarenta,
marcada por la pobreza, la incultura, la violencia, la persecución política y la falta de libertades.
• Desarrolla temas como la incomunicación, la frustración, la inadaptación, la soledad, la
muerte o la angustia.
• Crea personajes desarraigados, desorientados, frustrados, angustiados, con vidas sombrías.
Dentro del realismo existencial se puede distinguir una corriente con rasgos específicos:
la novela tremendista, que se corresponde con la sordidez del ambiente de la posguerra y
presenta hechos desagradables y repulsivos; es el suyo un realismo que subraya las tintas negras, la
violencia y el crimen truculento.

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- Novelas tremendistas. Retratan un mundo y unos personajes dominados por la violencia y
por la miseria. Esta tendencia la inició Camilo José Cela con La familia de Pascual Duarte
(1942).
- Novelas de realismo existencial. Estas novelas reflejan el tema de la angustia existencial,
la tristeza y la frustración de las vidas cotidianas. La primera y más representativa es la novela
Nada (1944) de Carmen Laforet, cuya protagonista llega a Barcelona para estudiar y allí se
encuentra fuera de su ambiente. Otra novela es La sombra del ciprés es alargada (1948) de
Miguel Delibes.

3.- La novela en los años cincuenta: el realismo crítico


Hacia 1950 se inicia una tímida liberalización del régimen franquista para lograr el
reconocimiento internacional. Aparece entonces una nueva promoción de novelistas que
encuentra su camino en el realismo crítico. Estos escritores coinciden con J.P. Sartre en la
concepción del arte como un compromiso del escritor en la sociedad en la que vive, y mantienen
la esperanza de que la literatura pueda ser útil para cambiar el mundo. Para ello, la narrativa
adopta nuevos procedimientos narrativos:
- Antepone la eficacia a la belleza. Importa más llegar al mayor número de lectores que
crear una obra bella pero minoritaria.
- El lenguaje será sencillo y directo. Los diálogos se aproximan al habla común, frases
cortas, elipsis y todos los recursos propios de la afectividad.
- En cuanto a la estructura, el capítulo tradicional deja paso a la secuencia. Así se consigue
dar entrada a un mayor número de situaciones y de personajes que conforman la sociedad
española.
- El narrador adopta variadas formas: narrador omnisciente, que se introduce en la voz del
narrador y expone su opinión (autor implícito); narrador múltiple (perspectivismo); ausencia de
narrador, como en la novela conductista o behaviorista, que al pretender mayor objetividad, los
personajes se expresan a través de los diálogos; por ejemplo: El Jarama de Sánchez Ferlosio
- Los personajes son representativos de los distintos grupos sociales, más que individuos
dotados de un carácter singular.
- El espacio se limita y el tiempo se concentra. Así aparecen mayor número de vidas
distintas.
- Los temas se desplazan de lo individual a lo colectivo. La sociedad deja de ser el marco
para convertirse en el tema de la novela. Así aparecen:
Novelas sobre la gran ciudad: La Colmena de Cela sobre Madrid; La Noria de Luis
Romero sobre Barcelona.
Novelas sobre la vida en el campo: El Camino de Delibes; El fulgor y la sangre
de Aldecoa; Los Bravos de Fernández Santos.
Novelas sobre la abulia: El Jarama de Sánchez Ferlosio; Entre visillos de
Carmen Martín Gaite; Encerrados con un solo juguete, de Juan Marsé.

4.- La novela en los años 60 – 70. La narrativa experimental


Además de las circunstancias sociopolíticas, y del evidente agotamiento de la fórmula
realista, hay dos factores de índole literaria que favorecieron la modernización de la novela
española durante los años sesenta:

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El descubrimiento de la literatura hispanoamericana, con títulos como La ciudad y los
perros de Vargas Llosa, Cien años de soledad de García Márquez y Rayuela de Cortázar.La
influencia de los grandes renovadores de la novela universal contemporánea. De este modo se
incorporan procedimientos tomados de los autores:

Del francés Proust las asociaciones subjetivas de recuerdos y los periodos sintácticos
cargados de ramificaciones.
Del checo Kafka la existencia considerada como una pesadilla, afectada por
acontecimientos insólitos o fantásticos que se describen con meticuloso realismo.
Del irlandés J. Joyce el monólogo interior irracional y la parodia de esquemas
literarios
Del estadounidense W. Faulkner la ruptura del orden cronológico normal; y la
supresión del acontecimiento esencial para narrar antecedentes y consecuentes.

En este momento se va a hacer una novela más compleja, que exige la colaboración del
lector para interpretarla. En general, la novela experimental es formalista y opaca, de difícil
lectura. La renovación de las formas narrativas afecta a diversos aspectos. Alguno de ellos ya
habían sido empleados anteriormente, la diferencia es la intensificación y acumulación de
novedades. Destacan entre ellas:
 El punto de vista narrativo puede ser único: así la narración se produce desde la óptica de
uno solo de sus personajes Cinco horas con Mario; o múltiple, novela caleidoscópica, si se
narra la historia desde la mirada de varios personajes que muestran distintas interpretaciones de
un mismo suceso.
 En la nueva novela es habitual narrar una historia a través del pensamiento de uno o
varios personajes. Adquieren protagonismo el monólogo interior y el estilo indirecto libre. A
través del monólogo interior o fluir de la conciencia se ve el debate de personajes conflictivos
 El tiempo del relato no respeta la linealidad tradicional, y frecuentemente se mezclan
diferentes tiempos. El paso del presente al pasado, se convierte en un recurso habitual de la
novela. La técnica cinematográfica influye a través de la analepsis (flashback).
 Respecto a la estructura, desaparece la tradicional división en capítulos; hay novelas que
son un único párrafo. Asimismo, desaparecen los límites entre los géneros, y un relato
experimental puede incluir textos de otro tipo: ensayos, anuncios, etc...
 La técnica narrativa adquiere tanto protagonismo como el argumento.
 El estilo busca innovaciones a través de la invención de palabras, la supresión de
signos de puntuación o el uso arbitrario de la tipografía. Se tiende al enriquecimiento del
lenguaje, y se emplean los más diversos registros.

En 1962 se publica Tiempo de Silencio de Luis Martín Santos, novela que revoluciona el
ambiente literario por sus numerosas innovaciones formales. Sorprende el cambio radical en el
modo de narrar, es una obra intelectual, barroca y difícil, por las alusiones culturales y por el
lenguaje. Otras novelas de esta tendencia son: Volverás a Región de Juan Benet, Últimas
tardes con Teresa de Juan Marsé y La saga fuga de
J.B. de Torrente Ballester.

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5.- Los grandes novelistas de esta etapa. Cela. Delibes

Camilo José Cela


1916 – 2002, nacido en Iria Flavia (La Coruña), empieza a estudiar Medicina y Derecho que
nunca acabó. Durante la guerra combatió en el ejército franquista. Fue funcionario en una oficina
sindical. Un largo reposo por enfermedad le permitió leer a los clásicos. Restablecido, publicó
su primera novela con éxito y se dedicó desde entonces a la literatura. En 1989 recibe el Premio
Nobel.
Trayectoria novelística
Cada novela suya responde a una técnica distinta de novelar.
1ª Etapa. Novelas de las décadas 40 - 50:
La Familia de Pascual Duarte (1942) dio origen al tremendismo. Hunde sus raíces en la
picaresca y en el esperpento valleinclaniano.
Pabellón de reposo (1945) es una novela estática, formada por los monólogos de los
enfermos de un sanatorio de tuberculosos, con sus ilusiones y sus angustias.
La Colmena, que es una de las mejores novelas de esta época, recoge dos días y medio en
la vida de múltiples personajes de Madrid. La ciudad es la verdadera protagonista, aunque Martín
Marco sea el personaje alrededor del cual se articulan los distintos ambientes de la obra. Así
aparecen los cafés, el mundo de los burdeles más refinados, la clase media con sus estrecheces,
para vivir, el proletariado con sus trapicheos para sobrevivir. La novela no tiene argumento lineal,
sino múltiple, y el final no está cerrado. En cuanto al lenguaje combina lo crudo y soez, con lo
delicado, irónico y burlón.
Mrs Caldwell habla con su hijo. Se trata del monólogo de una mujer, que en su locura, se
dirige en sus cartas a un hijo muerto.

2ª Etapa. Novelas de las décadas 60 – 70. Realismo experimental.


En 1969 escribió San Camilo, en la que por medio de un largo monólogo interior sin
puntos y aparte, recrea ambientes sórdidos del Madrid de comienzos de la Guerra Civil.
Oficio de tinieblas 5 (1973) definida por el autor como purga de su corazón. Son
fragmentos narrativos, monólogos, máximas que fluyen sin puntuación.

3ª Etapa. Últimas novelas


En 1983 publica Mazurca para dos muertos. Presenta un complejo mundo rural de su
Galicia natal con vivencias relacionadas con la Guerra Civil. Cinco años más tarde publica
Cristo versus Arizona, donde persisten las audacias experimentales, y vemos a través de un
narrador de mente deforme, una serie de anécdotas enmarcadas en un brutal Oeste Americano,
presidido por una desolada idea del mundo. También cabe señalar La Cruz de San Andrés con
la que obtuvo el Planeta en 1994.

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Miguel Delibes
1920- 2010, nació en Valladolid. Catedrático de Derecho Mercantil y director del periódico
El Norte de Castilla. Inició su andadura literaria con La sombra del ciprés es alargada, con la
que ganó el premio Nadal en 1947, después publicaría cerca de 20 novelas más, libros de viajes, o
sobre sus aficiones predilectas: la caza y la pesca; así como una treintena de relatos. Miembro de
la RAE desde 1973, recibió numerosos galardones literarios, entre ellos el Cervantes en 1993.
Ideológicamente evolucionó desde el catolicismo conservador de su juventud al liberalismo,
y después dio cabida a preocupaciones sociales.
En sus novelas siempre defendió una vuelta a la Naturaleza, rechazando la vida mecánica y
artificial, criticando a la sociedad burguesa. Otra constante en su obra es la defensa de los débiles
y humildes que deriva no del análisis de procesos históricos y sociales, sino de su humanitarismo
y tolerancia.

Trayectoria novelística
Su obra refleja los distintos caminos por los que ha ido transcurriendo la novela durante los
últimos años.

1ª Etapa. Novelas de las décadas (1940-60)


La sombra del ciprés es alargada. Dentro del realismo tradicional, con alguna digresión
moralizante, narra la vida de un joven abulense abocado a la fatalidad del destino. Es una novela
pesimista con visos existenciales: la obsesión por la muerte. En la órbita realista se sitúa Aún es
de día (1949) donde refleja la cruel vida cotidiana de la posguerra.
Más afortunada es su siguiente novela El camino (1950), donde a través de una mirada
infantil retrata la vida de un pueblo y sus gentes. Aparecen aquí las constantes de su obra: la
idealización del mundo rural y su afecto a los humildes; temas que vuelve a plasmar en El diario
de un cazador (1958). En La hoja roja (1959) narra desde una perspectiva irónica y humana,
los últimos años de un hombre al que la jubilación le recuerda la proximidad del fin de su vida.

2ª Etapa. Novelas de realismo experimental (1960-80)


El punto de partida de esta etapa es la publicación de Las ratas (1962), desolado cuadro de
la vida de un misérrimo pueblo castellano. Aquí la acción es prácticamente inexistente. Abandona
el protagonista individual, estructurando la obra en torno a una pluralidad de personajes, con los
que alternativamente va identificándose el narrador.
La obra más representativa de esta etapa es Cinco horas con Mario (1966) es un largo
monólogo en segunda persona de la protagonista, Carmen, ante el cadáver de su marido Mario
que acaba de morir. La protagonista realiza constantes reproches que reflejan no solo sus
frustraciones, sino también su pensamiento, que contrasta con el de su marido. El tiempo objetivo
de la novela se ve reducido a unas doce horas, pero mediante el monólogo, Carmen realiza
constantes saltos temporales y es capaz de recorrer subjetivamente veinte años de su vida. La
utilización de la segunda persona aproxima al lector a lo narrado, y el punto de vista adoptado es
el de la protagonista.

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En Parábola de un náufrago (1969) emplea muchos recursos técnicos innovadores: hay
páginas en que los signos de puntuación llegan a ser sustituidos por los nombres de los mismos.
Por estos años publica también novelas de corte más convencional: La guerra de nuestros
antepasados (1975) y El disputado voto del señor Cayo (1978) historias de protagonistas
humildes y solitarios.
En 1981 se publica otra obra cumbre de Delibes Los santos inocentes que supuso una
importante renovación formal, aunque vuelve al ámbito rural, que tanto le gusta. La historia de
Los santos inocentes se desarrolla en un cortijo donde se observa la clara oposición entre la vida
del señorito y la de los servidores, una familia de trabajadores entre los que se encuentra Azarías,
disminuido psíquico que sustituye a su cuñado como guía en un día de caza. Como no encuentran
ninguna presa, el patrón mata a la milana de Azarías quien en venganza lo asesina. El relato se
construye sin respetar los signos de puntuación, lo que produce sensación de un largo discurrir
aunque en realidad incluye narración, diálogo y descripciones.

Últimas novelas. Novelas de los años 1980 - 90.


Cartas de amor de un sexagenario voluptuoso (1983), sobre el sentimiento de soledad
y la pervivencia de la pulsión erótica en alguien que se aproxima a la ancianidad.
Señora de rojo sobre fondo gris (1991) de evidentes resonancias autobiográficas.
El hereje (1998), donde ensaya por primera vez la novela histórica. A través de las
peripecias de Cipriano Salcedo, Delibes traza un bonito cuadro de las gentes de Valladolid de la
época de Carlos V.

Conclusión

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