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Narrativa de posguerra
Tras la Guerra Civil, los escritores que permanecieron en España se agrupan en dos
corrientes literarias: la novela idealista y el realismo existencial.
Corriente política. Está formada por novelas que ensalzan los valores del
franquismo. Algunos de sus autores son: Rafael García Serrano, José Antonio Giménez
Arnau y Gonzalo Torrente Ballester con la novela Javier Mariño. Historia de una
conversión (1943).
Corriente de evasión. Agrupa novelas que evitan las alusiones a la guerra. Con
autores como Cecilio Benítez de Castro y su Maleni.
Carmen Laforet. En 1944 gana el Premio Nadal con su primera novela Nada, en la que
describe el ambiente moral degradado que domina tanto la familia como la sociedad.
Algunos escritores contrarios al régimen se exiliaron para evitar las represalias contra
los detractores de la dictadura. Los más relevantes son:
Francisco Ayala. Comenzó ligado a las vanguardias y evolucionó hacia una
representación crítica de la vida. Su estilo destaca por la ironía, la escasez de trama y
su uso singular de la metáfora. Escribió la novela vanguardista El boxeador y un ángel
(1929). Critica las dictaduras y medita sobre la condición humana en Muertes de perro
(1958) y El fondo del vaso (1962). Otras obras relevantes son Los usurpadores y La
cabeza del cordero.
Max Aub. Comenzó con estética vanguardista en Luis Álvarez Petreña (1934). En el
exilio escribió novela social en la serie El laberinto mágico (1943-1968). También
novela experimental con Juego de cartas (1964) y biografías ficticias como La
verdadera historia de la muerte de Francisco Franco y otros relatos (1960).
Las novelas más representativas son Los bravos (1954), de Jesús Fernández Santos; El
Jarama (1955) e Industrias y andanzas de Alfanhuí (1951), de Rafael Sánchez Ferlosio;
Central eléctrica (1958), de Jesús López Pacheco, y La zanja (1960), de Alfonso
Grosso. También es destacable Ignacio Aldecoa, con cuentos e historias breves como
Young Sánchez o Seguir de pobres. Y novelas realistas y críticas como El fulgor y la
sangre (1954) y Con el viento solano. Las características más importantes de estas
novelas son:
La década de los sesenta supuso una nueva actitud creadora, influida por el boom
hispanoamericano y por escritores como Kafka, Proust, Joyce o Faulkner.
Los temas tratados suelen ser el tiempo y la identidad que reconstruyen la memoria
del narrador a través de momentos como la infancia, la adolescencia y la guerra.
Se emplean técnicas narrativas nuevas que requieren un esfuerzo interpretativo por
parte del lector. Algunas técnicas son la cronología desordenada, la fragmentación, el
protagonista individual, el punto de vista múltiple, el estilo indirecto libre y el
monólogo interior. Los autores más importantes son:
La obra de Camilo José Cela es muy extensa; principalmente novela, pero también
escribió libros de viaje, como Viaje a la Alcarria (1948), poesía, teatro, cuentos, fábulas,
ensayos, artículos periodísticos, memorias, obras enciclopédicas y traducciones. Recibió
el Premio Nobel en 1989.
Sus principales novelas son las siguientes:
─ La familia de Pascual Duarte (1942), con la que inaugura el tremendismo.
─ Pabellón de reposo (1943) es de corte más tradicional y con poca acción,
emparentada con La montaña mágica de Thomas Mann.
─ La colmena (1951) es su obra más lograda. Los personajes componen un
protagonista colectivo con la vida colectiva como eje temático. La técnica narrativa de
la sucesión de “secuencias cinematográficas” emparenta la obra con Manhattan
Transfer, de John Dos Passos. Refleja las duras condiciones de vida de las clases media
y baja madrileña a través de las estampas de múltiples personajes. El diálogo es muy
importante y aparecen técnicas innovadoras como el monólogo interior y la
desorganización espacio temporal.
─ San Camilo, 1936 (1969) es una novela experimental basada en un angustioso
monólogo interior.
─ Oficio de tinieblas 5 (1973) es una sucesión de fragmentos narrativos y poemáticos
surrealistas.
- Mazurca para dos muertos (1983) engarza anécdotas singulares y personajes
sorprendentes, con algunas similitudes con el realismo mágico.
Miguel Delibes
Miguel Delibes conjugó su labor de novelista con el periodismo. Tiene una obra muy
extensa caracterizada por la sobriedad, la sencillez y la riqueza del lenguaje, y una
gran capacidad para reproducir registros lingüísticos y describir ambientes o personajes.
Sus obras más importantes son:
─ La sombra del ciprés es alargada (1948). Es una novela realista, de las primeras
muestras de narrativa existencial.
─ El camino (1950) y Las ratas (1962). Evocan la idea del paraíso perdido y se narran
a través de la mirada infantil.
─ Mi idolatrado hijo Sisí (1953). Critica la mentalidad de la clase media provinciana.
─ La hoja roja (1959). Es una reflexión sobre el paso del tiempo, la soledad y el
desamparo.
─ Cinco horas con Mario (1966). Extenso monólogo que refleja las dos visiones de la
realidad española, y se enmarca en el relato experimental.
─ Parábola del náufrago (1969). Sigue la tendencia experimental y critica la
deshumanización de la sociedad.
─ El príncipe destronado (1973). Esta novela realista critica la clase media urbana
desde una perspectiva infantil.
─ Los santos inocentes (1981). Fusiona el realismo crítico y la narrativa experimental.
Denuncia la explotación padecida por las clases más humildes y el cinismo y la
violencia de un régimen opresor.
- El hereje (1998): Delibes cierra su obra narrativa con una excepcional novela histórica
en la que rinde homenaje a su ciudad, Valladolid, y explora el tema de la libertad
religiosa.