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6- La novela de 1939 a 1975. Camilo José Cela y Miguel Delibes.

Narrativa de posguerra

Tras la Guerra Civil, los escritores que permanecieron en España se agrupan en dos
corrientes literarias: la novela idealista y el realismo existencial.

La novela idealista enmarca otras dos corrientes:

Corriente política. Está formada por novelas que ensalzan los valores del
franquismo. Algunos de sus autores son: Rafael García Serrano, José Antonio Giménez
Arnau y Gonzalo Torrente Ballester con la novela Javier Mariño. Historia de una
conversión (1943).

Corriente de evasión. Agrupa novelas que evitan las alusiones a la guerra. Con
autores como Cecilio Benítez de Castro y su Maleni.

Las novelas del realismo existencial reflejan la miseria moral y material de


personajes desarraigados y desilusionados que no encuentran valores a los que
aferrarse. Las obras más importantes son:

- La familia de Pascual Duarte (1942), de Camilo José Cela, con influencia de la


novela picaresca y del naturalismo. El autor emplea la técnica del tremendismo y la
narración en primera persona para describir con crudeza los crímenes del
protagonista.
- Nada (1944), de Carmen Laforet, desarrolla unos personajes dominados por la
resignación y los rencores ocultos.
- La sombra del ciprés es alargada (1948) de Miguel Delibes, describe un ambiente
social regido por la hipocresía.

Gonzalo Torrente Ballester


En los años cuarenta publicó su primera novela, Javier Mariño, que tuvo problemas
con la censura.
En los años cincuenta comenzó su trilogía Los gozos y las sombras (1957-1962), que
relata la decadencia de un antiguo linaje en los momentos de modernización capitalista
antes de la Guerra Civil.
Desarrolló una etapa experimental con La saga/fuga de J.B. (1972), sátira que mezcla
elementos legendarios, míticos y reales de Galicia con gran dominio del lenguaje.

Carmen Laforet. En 1944 gana el Premio Nadal con su primera novela Nada, en la que
describe el ambiente moral degradado que domina tanto la familia como la sociedad.

Narrativa del exilio

Algunos escritores contrarios al régimen se exiliaron para evitar las represalias contra
los detractores de la dictadura. Los más relevantes son:
Francisco Ayala. Comenzó ligado a las vanguardias y evolucionó hacia una
representación crítica de la vida. Su estilo destaca por la ironía, la escasez de trama y
su uso singular de la metáfora. Escribió la novela vanguardista El boxeador y un ángel
(1929). Critica las dictaduras y medita sobre la condición humana en Muertes de perro
(1958) y El fondo del vaso (1962). Otras obras relevantes son Los usurpadores y La
cabeza del cordero.
Max Aub. Comenzó con estética vanguardista en Luis Álvarez Petreña (1934). En el
exilio escribió novela social en la serie El laberinto mágico (1943-1968). También
novela experimental con Juego de cartas (1964) y biografías ficticias como La
verdadera historia de la muerte de Francisco Franco y otros relatos (1960).

Rosa Chacel. Tiene narraciones de carácter intelectual e intimista y un tratamiento


peculiar del tiempo. Sus títulos más representativos son Teresa (1941), La sinrazón
(1960), Barrio de Maravillas (1976).
Ramón J. Sender. Sus obras previas a la Guerra Civil destacan por el realismo directo
y crítico. Tras la guerra comienza Crónica del alba (1942), recreación de su infancia y
El rey y la reina (1949), con la guerra como símbolo. En Réquiem por un campesino
español (1949) reaparece el tema de España. También es relevante La aventura
equinoccial de Lope de Aguirre (1964) y La tesis de Nancy (1962)

Narrativa de los cincuenta

La narrativa de los cincuenta se caracteriza por el contenido social y el enfoque


realista. En las novelas aparecen con frecuencia personajes de clases trabajadoras que
sufren injusticia y explotación.

Las novelas más representativas son Los bravos (1954), de Jesús Fernández Santos; El
Jarama (1955) e Industrias y andanzas de Alfanhuí (1951), de Rafael Sánchez Ferlosio;
Central eléctrica (1958), de Jesús López Pacheco, y La zanja (1960), de Alfonso
Grosso. También es destacable Ignacio Aldecoa, con cuentos e historias breves como
Young Sánchez o Seguir de pobres. Y novelas realistas y críticas como El fulgor y la
sangre (1954) y Con el viento solano. Las características más importantes de estas
novelas son:

─ Influencias literarias de la literatura clásica española, del realismo y naturalismo del


siglo XIX, del objetivismo francés y del neorrealismo italiano.
─ El tema habitual es la situación de España, con personajes tipo o colectivos cuya
función es representar a una clase social.
─ Casi siempre hay un narrador objetivo, en tercera persona; la estructura narrativa
es lineal y el contexto suele mostrar espacios rurales o urbanos, coetáneos al momento
en que se escribe. El estilo es sobrio y claro con diálogos que reproducen el modo de
hablar de las clases sociales representadas.

Novela experimental. Años 60

La década de los sesenta supuso una nueva actitud creadora, influida por el boom
hispanoamericano y por escritores como Kafka, Proust, Joyce o Faulkner.
Los temas tratados suelen ser el tiempo y la identidad que reconstruyen la memoria
del narrador a través de momentos como la infancia, la adolescencia y la guerra.
Se emplean técnicas narrativas nuevas que requieren un esfuerzo interpretativo por
parte del lector. Algunas técnicas son la cronología desordenada, la fragmentación, el
protagonista individual, el punto de vista múltiple, el estilo indirecto libre y el
monólogo interior. Los autores más importantes son:

─ Luis Martín Santos. Su novela Tiempo de silencio (1951) es representativa de los


rasgos de esta corriente. Su estilo renovado mezcla discursos y registros lingüísticos,
utiliza el monólogo interior, cambios del punto de vista, saltos temporales, metáforas y
comparaciones para diseccionar la realidad, y criticar la sociedad y su miseria moral.
─ Juan Benet. Su obra Volverás a Región (1967) es ejemplo de narrativa experimental.
No hay trama ni caracterización realista de personajes. Todo se desarrolla al hilo del
discurso con largas digresiones y descripciones. El relato es fragmentario y ambiguo, y
Región es un territorio en decadencia y marcado por la guerra, que simboliza España.
─ Juan Marsé. Sus primeras novelas se encuadran en el realismo social, pero su obra
más importante está dentro de la narración experimental, en la que combina suspense
con crítica social y crea tramas en las que se unen diferentes historias. Destacan
Últimas tardes con Teresa (1966) y La oscura historia de la prima Montse (1970). En Si
te dicen que caí (1973) combina planos temporales y temáticos diferentes.
─ Juan Goytisolo. Comenzó a escribir en los años cincuenta, dentro del realismo social
y el compromiso político. Más adelante, destaca Señas de identidad (1966), en la que
indaga sobre la búsqueda de las raíces personales y colectivas, y en Reivindicación
del conde don Julián (1970) o Juan sin Tierra (1975) centró su interés en nuevas
técnicas como la presencia de puntos de vista diferentes, la narración en segunda
persona, la elipsis, la superposición de planos temporales o la ruptura cronológica
normal. Su obra de ficción ha continuado hasta nuestros días, y ha desarrollado también
una extensa obra ensayística con reflexiones sobre literatura, cultura y política.
─ Luis Goytisolo. Al igual que su hermano Juan, comenzó en los años cincuenta con el
realismo social. En los años sesenta comenzó a experimentar con técnicas narrativas y
escribió Antagonía (1973-1981), formada por cuatro libros: con numerosos elementos
autobiográficos.

Camilo José Cela

La obra de Camilo José Cela es muy extensa; principalmente novela, pero también
escribió libros de viaje, como Viaje a la Alcarria (1948), poesía, teatro, cuentos, fábulas,
ensayos, artículos periodísticos, memorias, obras enciclopédicas y traducciones. Recibió
el Premio Nobel en 1989.
Sus principales novelas son las siguientes:
─ La familia de Pascual Duarte (1942), con la que inaugura el tremendismo.
─ Pabellón de reposo (1943) es de corte más tradicional y con poca acción,
emparentada con La montaña mágica de Thomas Mann.
─ La colmena (1951) es su obra más lograda. Los personajes componen un
protagonista colectivo con la vida colectiva como eje temático. La técnica narrativa de
la sucesión de “secuencias cinematográficas” emparenta la obra con Manhattan
Transfer, de John Dos Passos. Refleja las duras condiciones de vida de las clases media
y baja madrileña a través de las estampas de múltiples personajes. El diálogo es muy
importante y aparecen técnicas innovadoras como el monólogo interior y la
desorganización espacio temporal.
─ San Camilo, 1936 (1969) es una novela experimental basada en un angustioso
monólogo interior.
─ Oficio de tinieblas 5 (1973) es una sucesión de fragmentos narrativos y poemáticos
surrealistas.
- Mazurca para dos muertos (1983) engarza anécdotas singulares y personajes
sorprendentes, con algunas similitudes con el realismo mágico.

Miguel Delibes

Miguel Delibes conjugó su labor de novelista con el periodismo. Tiene una obra muy
extensa caracterizada por la sobriedad, la sencillez y la riqueza del lenguaje, y una
gran capacidad para reproducir registros lingüísticos y describir ambientes o personajes.
Sus obras más importantes son:
─ La sombra del ciprés es alargada (1948). Es una novela realista, de las primeras
muestras de narrativa existencial.
─ El camino (1950) y Las ratas (1962). Evocan la idea del paraíso perdido y se narran
a través de la mirada infantil.
─ Mi idolatrado hijo Sisí (1953). Critica la mentalidad de la clase media provinciana.
─ La hoja roja (1959). Es una reflexión sobre el paso del tiempo, la soledad y el
desamparo.
─ Cinco horas con Mario (1966). Extenso monólogo que refleja las dos visiones de la
realidad española, y se enmarca en el relato experimental.
─ Parábola del náufrago (1969). Sigue la tendencia experimental y critica la
deshumanización de la sociedad.
─ El príncipe destronado (1973). Esta novela realista critica la clase media urbana
desde una perspectiva infantil.
─ Los santos inocentes (1981). Fusiona el realismo crítico y la narrativa experimental.
Denuncia la explotación padecida por las clases más humildes y el cinismo y la
violencia de un régimen opresor.
- El hereje (1998): Delibes cierra su obra narrativa con una excepcional novela histórica
en la que rinde homenaje a su ciudad, Valladolid, y explora el tema de la libertad
religiosa.

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