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A. NOVELA NOVENTAYOCHISTA
Estamos ante una época dominada por una sensación de crisis y decadencia cultural. Se
produce un rechazo del realismo y del racionalismo positivista. En la novela se introducen
modificaciones con respecto a la narrativa anterior, la realista. En 1902 publican en España
autores significativos como Azorín, Unamuno, Baroja y Valle-Inclán, los cuales inician un
camino marcado por los siguientes rasgos:
- Denuncia de los males de España: el caciquismo, el hambre y la ignorancia… -
Pesimismo ante la situación histórica (el desastre colonial de 1898) y ante el
desmoronamiento de los valores sociales y espirituales.
- Influencia de la filosofía: los planteamientos existencialistas de Kierkegaard y
Schopenhauer (el escepticismo, la vida como algo absurdo y carente de sentido)
- El dolor de España y Castilla como profundo símbolo de patriotismo casticista.
- Renovación estética o del estilo mediante: el subjetivismo o antirrealismo: no se
persigue, como en la estética realista, la reproducción exacta de la realidad, sino la
expresión de la realidad interior.
Por tanto, los principales novelistas de la primera mitad del siglo XX son:
- Unamuno. Trata temas como la tradición y el concepto de España, la conciencia trágica
de la existencia y la sed de eternidad. Estos temas se plasman en sus «nivolas». Entre
sus obras sobresalen , Niebla y San Manuel Bueno.
- Valle-Inclán. El esperpento, subgénero dramático basado en la burla, la crítica profunda
y la animalización de los caracteres se lleva también a la narrativa. La trayectoria
novelística de Valle comienza por una etapa de modernismo inicial (Sonatas); continúa
con una fase intermedia y, por último, hallamos la etapa del esperpento con el ciclo de
novelas tituladas «El ruedo ibérico»: Tirano Banderas.
- Pío Baroja. Su narrativa es una mezcla de pesimismo y vitalismo; posee también ciertos
tonos moralistas, radicales e individualistas. Sus obras nos presentan el proceso de
aprendizaje de la vida de sus protagonistas a través de la experiencia y el diálogo.
Baroja concibe la novela como «un saco donde cabe todo»; su aspiración es «escribir
con sencillez». El árbol de la ciencia.
- José Martínez Ruiz, «Azorín». Posee un estilo narrativo impresionista, una preferencia
por la frase corta, el tiempo verbal suele ser el presente; las novelas presentan una
estructura fragmentada con predominio de los descriptivo, con tramas argumentales
mínimas; se aprecia asimismo un uso abundante del diálogo y una mínima
acumulación de detalles. Obras: La voluntad, Las confesiones de un pequeño filósofo,
B. NOVELA NOVECENTISTA
Se caracteriza por el anti-realismo, anti-romanticismo y anti-noventayochismo. Los
escritores son cosmopolitas y europeístas. Defienden la pureza formal y estilística de sus
obras. Poseen una sólida formación universitaria. Se decantan por una novela
deshumanizada, alejada del sentimiento; pretenden reflexionar sobre la inteligencia
creadora del hombre.
- Gabriel Miró. En sus novelas se observa la prioridad de la forma sobre el contenido: Las
cerezas del cementerio, El obispo leproso.
- Ramón Pérez de Ayala. Se caracteriza por su intelectualismo, lirismo, reflexión crítica,
estilo retórico y academicista: Tinieblas en las cumbres, La pata de la raposa.
Además, hay una novela humorística cultivada por Wenceslao Fernández Flores (El
bosque encantado) y Ramón Gómez de la Serna cuyas novelas son: El torero
Caracho (1927).
2. La novela desde 1939 hasta los años 70: tendencias [existencial-tremendista, social
y experimental], autores y obras representativos.
NOVELA EXISTENCIAL-TREMENDISTA
La novela de los años 30 había tendido hacia la rehumanización y el compromiso social.
En esta línea se encuentra la literatura de Francisco Ayala, Rosa Chacel, quienes al
acabar la guerra marchan al exilio por su apoyo a la República. Su obra se realiza al
margen de la literatura que se hace en España y, en general, tratan con insistencia sobre el
tema de la guerra.
En 1939 el panorama cultural es desolador; muchos autores se han exiliado y la literatura
se encuentra determinada por la presión de la censura, que impide que se pueda expresar
una denuncia explícita.
En la década de 1940 sólo hay casos excepcionales y aislados, como Camilo José Cela,
Carmen Laforet y Miguel Delibes. Estos autores encarnan dos tendencias narrativas:
- Novela existencial: lo existencial se convierte en uno de los temas fundamentales de la
narrativa. Paralelamente a lo que ocurre en la poesía desarraigada, la desorientación y la
angustia marcan los motivos de parte de la novela de estos años. Destaca Nada de
Carmen Laforet (Premio Nadal), cuya trama recoge hechos cotidianos de su vida.
También La sombra del ciprés es alargada de Miguel Delibes, novela impregnada de
preocupaciones existencialistas, como la obsesión por la muerte y por la infelicidad.
- El tremendismo: algunas novelas reflejan los aspectos más desagradables y brutales de
la realidad para efectuar una reflexión profunda sobre la condición humana. En 1944 se
publica La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela, novela que narra un cúmulo
de crímenes y de atrocidades que parecen verosímiles por el tipo de protagonista y por el
ambiente.
NOVELA SOCIAL-REALISTA
Con la Guerra Fría, en los años 50, España empieza a salir del aislamiento y se incorpora a
algunos organismos internacionales, en la órbita de EEUU. El incipiente desarrollo del
turismo y la industria trae cierta recuperación económica y cambios en los estilos de vida,
como las migraciones de los campesinos hacia las ciudades. Al mismo tiempo, los jóvenes
que han vivido la guerra como niños o adolescentes empiezan a manifestar actitudes
críticas respecto al poder y a la división social entre vencedores y vencidos.
Para muchos, La colmena de Cela, publicada en 1951, es un precedente de la novela
social. En ella con más o menos realismo aparece reflejada la sociedad del momento (la de
la inmediata posguerra).
Se observan dos grandes tendencias:
- El neorrealismo. Que se centra en los problemas del hombre como ser individual (la
soledad, la frustración...) Carmen Martín Gaite (Entre visillos).
- Novela social (realismo social): se centra en los problemas de los grupos sociales.
Juan García Hortelano (Nuevas amistades, 1959; Tormenta de verano); Armando
López Salinas (La mina).
NOVELA EXPERIMENTAL
Durante la década de los sesenta se detecta un cierto agotamiento del realismo social y una
clara evolución hacia la experimentación y la renovación. Autores como Luis Goytisolo o
Juan Goytisolo constituyen la avanzadilla de las nuevas tendencias.
- Los escritores españoles se dejan influir por los autores europeos (Kafka)
norteamericanos (Faulkner) o latinoamericanos (García Márquez).
- Las novelas pasan a ser más complejas y experimentales, quizás dirigidas a un lector
con mejor preparación intelectual que en los años cincuenta.
- Las novedades no afectan sólo al argumento o la estructura, también a la ortografía, ya
que algunos autores suprimen los signos de puntuación, o los párrafos, y es frecuente
que se mezclen los géneros.
- Ya no se pretende sólo denunciar la situación social, sino que también se persigue el
monólogo interior o los continuos saltos hacia atrás o hacia delante en el argumento.
Dos novelas son consideradas modelos de las nuevas tendencias: Tiempo de silencio
(1962) de Luis Martín Santos y Señas de identidad (1966) de Juan Goytisolo.
NOVELA DE LA DEMOCRACIA
El ambiente de libertad en el que comenzó a desarrollarse la cultura española tras la
muerte del general Franco (1975), permitió un mejor conocimiento de la literatura española
en Europa y de la literatura occidental en España. A ello contribuyó significativamente la
desaparición de la censura (lo que supuso la publicación de novelas españolas prohibidas
en nuestro país y editadas en el extranjero, expurgadas o inéditas), la recuperación de la
obra de los escritores exiliados y un mayor conocimiento de la narrativa de otros países.
En suma, dos son los aspectos más significativos de la novela española en los últimos
treinta años:
- El carácter aglutinador. Acoge prácticamente todas las tendencias, modalidades,
discursos, temas, experiencias y preocupaciones personales.
- La individualidad. Cada novelista elegirá la orientación que le resulte más adecuada
para encontrar un estilo propio con el que expresar su mundo personal y su particular
visión de la realidad.
De modo que puede decirse que en las últimas décadas conviven:
a) Novelistas importantes de toda la posguerra: Delibes, Cela y Torrente Ballester sobre
todo.5
b) Algunos novelistas de la “Generación del 50”: Juan Goytisolo, Juan Marsé, Carmen
Martín Gaite, etc.
c) Los novelistas de la generación del 75. En los setenta hay autores que siguen
cultivando la novela experimental e intelectual que tiene su origen principal en Tiempo
de silencio de Luis Martín Santos. Suelen prestar más atención a la forma que al
contenido, ya que el argumento llega a casi desaparecer. Abundan las historias
fragmentadas y los monólogos interiores. Es la llamada generación de 1975 o también
generación de 1968 : Eduardo Mendoza, Félix de Azúa.
d) Nuevos escritores dados a conocer ya después del franquismo: Manuel Vicent, Rosa
Montero, etc.
➔ -Novela policíaca y de intriga. Este subgénero resurge con especial fuerza. Entre
sus cultivadores destacan Manuel Vázquez Montalbán.
➔ Novela histórica. Se pueden citar como ejemplos El hereje (1998), de Miguel
Delibes, así como Arturo Pérez-Reverte, ambientada en el Siglo de Oro. En los
últimos años son frecuentes las novelas históricas contextualizadas en épocas
cercanas, especialmente en la Guerra Civil.
➔ Novela culturalista. En los últimos años han aparecido una serie de autores
jóvenes que hacen una novela que se ocupa de analizar y explicar diferentes
aspectos de la cultura occidental desde unas posturas bastante eruditas. Eso es lo
que hace Juan Manuel de Prada con Las máscaras del héroe o La tempestad.
LÍRICA NOVENTAYOCHISTA
Por otra parte, se reservó el término de Generación del 98 para los autores que, si bien
estaban dentro del mismo clima de fin de siglo al que hemos llamado Modernismo,
adoptaron una actitud de reflexión y de crítica ante la situación política, social y económica
de España; pretendían con sus obras calar en la conciencia de sus conciudadanos e influir
en la realidad social española. Se trata, pues, de un movimiento exclusivamente español
que reacciona ante la crisis del 98 reivindicando la necesidad de una regeneración
nacional.
Los temas del 98 son el tema de España y las preocupaciones existenciales: el primero se
observa en cómo recorren y describen España, con respecto al segundo, son constantes
sus reflexiones sobre el sentido de la existencia humana, el paso del tiempo, la muerte.
Un lugar destacado en la poesía ocupa Antonio Machado (1875-1939). En su obra
poética, se observa una evolución desde el modernismo de los primeros libros hacia una
depuración formal en busca de la palabra sencilla y verdadera.
Sus rasgos estéticos más importantes son: el racionalismo, pues se concede gran
importancia al rigor intelectual y a la claridad expositiva; el antirromanticismo, se rechaza lo
sentimental y lo pasional y se prefiere lo clásico y las actitudes equilibradas y serenas;
defensa del “arte puro”, es decir, se considera que el arte solo debe proporcionar placer
estético, sin ser vehículo de preocupaciones religiosas o políticas; aristocratismo
intelectual, al considerar el arte y, en consecuencia, la literatura concebidos para minorías
selectas (para la “inmensa minoría”, en expresión de Juan Ramón Jiménez).
Juan Ramón Jiménez (1881-1958), premio Nobel en 1956, es el máximo representante de
la lírica en esta etapa. Su poesía es, en palabras del propio poeta, una poesía en sucesión,
una obra en marcha. Él mismo establecía, en sus últimos años, tres etapas en su
producción.
Una etapa sensitiva (hasta 1916) marcada por la influencia de Bécquer, el Simbolismo y el
Modernismo. Se trata de una poesía emotiva y sentimental. Una época intelectual
expresión de la experiencia sin ropajes retóricos. La etapa última o verdadera
5. La poesía del grupo poético del 27: etapas, autores y obras representativas.
POETAS DEL 27
Aunque son muchos los poetas, tanto los conocidos como los que no forman parte de la
nómina usual (José María Hinojosa, Rafael Laffón, Alejandro Casona o Pedro Garfias,
entre otros), nos centraremos en los autores andaluces del grupo del 27:
- Vicente Aleixandre. Nacido en Sevilla y criado en Málaga, fue premio Nobel en 1977.
Sus temas son variados: el amor como impulso erótico que lleva a la destrucción; la
naturaleza como fuente de vida. Posee una primera etapa de corte surrealista con
imágenes oníricas e irracionales, versolibrismo; el poeta se funde con la naturaleza.
Pertenecen a esta etapa libros como Espadas como labios, Sombra del paraíso y La
destrucción o el amor. Su segunda etapa supone un abandono del surrealismo y la
naturaleza para centrarse en el hombre. De esta etapa son los libros Historia del
corazón y Poemas para la consumación.
- Federico García Lorca. Sus primeros libros suponen una fusión de lo tradicional con
la vanguardia y la poesía pura. Destaca Poema del cante jondo y Romancero gitano;
son piezas de tema andaluz con elementos oníricos y mezcla de tradición y
surrealismo. Más tarde compone Poeta en Nueva York, obra plenamente surrealista
donde nos habla de personajes marginados a través de versos libres y una estética
vanguardista. Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías y los Sonetos del
amor oscuro son las últimas obras del granadino, donde aúna amor, erotismo,
angustia y trascendencia.
- Rafael Alberti. El gaditano se inicia en la estética neopopularista con métrica
tradicional Marinero en tierra, El alba del alhelí. Le sigue una etapa gongorina (Cal y
canto) y una etapa surrealista: Sobre los ángeles es un libro único en la producción
de Alberti y constituye una de las cumbres españolas del surrealismo de filiación
europea. Con la llegada de la República y la Guerra, Alberti hace poesía más
comprometida social y políticamente. Son libros de esta época Un fantasma recorre
Europa, De un momento a otro, Capital de la gloria. En el exilio no deja de escribir:
Entre el clavel y la espada; Roma, peligro para caminantes; Retornos de lo vivo
lejano.
- Luis Cernuda. El sevillano es el poeta del amor por excelencia. Perfil del aire es su
primer libro, con poesía pura. Escribe a continuación libros surrealistas como Un río,
un amor; Los placeres prohibidos; Donde habite el olvido. Sus grandes obras son La
realidad y el deseo y Ocnos. El primero es el título de su poesía completa: soledad,
angustia, deseo de belleza absoluta; aspira a llegar a la comunicación mediante el
amor. Su poesía del exilio en México está, entre otros, en los libros titulados Con las
horas contadas, Desolación de la quimera. Por las características de su poética
(renuncia a la rima, a los ritmos marcados, al lenguaje ortodoxamente poético) es,
quizás, el poeta del 27 que más ha influido en las generaciones posteriores.
6. La poesía desde 1939 a los años 70: tendencias [testimonial, social y del
conocimiento], autores y obras representativas.
La Guerra Civil española finalizó en 1939, comenzando una dictadura militar que duró hasta
la muerte del general Franco en 1975, lo que supuso la censura, el exilio por razones
políticas de muchos autores y la ruptura del ciclo cultural. En el período que va desde el
final de la guerra hasta los años setenta se sucedieron en España numerosas tendencias
poéticas entre las que destacaremos las siguientes:
1. La poesía testimonial
Esta tendencia se desarrolló al terminar la Guerra Civil. Estos poetas querían reflejar un
mundo caótico y angustioso por medio de un lenguaje desgarrado y violento. Sus
temas fueron la realidad y la vida cotidiana. Entre sus representantes estuvieron
Dámaso Alonso, Quizá la obra más representativa de esta tendencia sea Hijos de la ira
(1942) de Dámaso Alonso.
2. La poesía social
Durante los años cincuenta se produjo una reorganización de las fuerzas de oposición al
régimen, lo que dio lugar a la poesía social. Los poetas salieron de su angustia interior y
denunciaron el autoritarismo exigiendo la justicia e intentando que la poesía fuera un
arma de concienciación política. Por ello, su estilo era directo, sencillo y coloquial. Los
autores y obras más representativos de esta tendencia fueron Gabriel Celaya con Cantos
iberos (1955).
Esta tendencia se desarrolló fundamentalmente durante los años sesenta y sus autores
fueron denominados también Generación del 50. Se trataba de poetas que, partiendo de
la poesía social, cultivaron una poesía más personal e intimista, convencidos de que
emplear la poesía como arma política no había sido eficaz. Sus autores más representativos
fueron Ángel González con Grado elemental (1962).
1. La poesía culturalista
Entre los rasgos más destacados de estos autores está que integran la tradición y la
vanguardia, la influencia que sobre ellos ejercen los medios de comunicación, sus
referencias a la sociedad de consumo (el cine, la música pop, el deporte). Por otra parte,
defienden la ineficacia de la poesía para cambiar el mundo. Por ello cultivan un nuevo
vanguardismo y defienden la libertad absoluta del poeta: utilización de la escritura
automática,el verso libre amplio, la disposición visual o la prosa libre…
José María Castellet Nueve novísimos poetas españoles (1970), Pedro Gimferrer (con su
obra Arde el mar)
2. La poesía de la experiencia
La poesía de la experiencia se da durante los años ochenta y noventa. Sus poetas
propugnan una nueva sentimentalidad que parte de la tradición y la inteligibilidad del texto.
Se recuperan la métrica, la rima y la estrofa. Cultivan una poesía realista, que habla de la
vida y de la realidad cotidiana de carácter urbano, con una expresión coloquial. Dentro de
esta tendencia destacan los poetas Luis García Montero (Diario cómplice) y Felipe Benítez
Reyes (Sombras particulares).
3. La poesía neovanguardista
A partir de los años ochenta y noventa se extiende la estética de la posmodernidad que
asume los presupuestos artísticos transgresores de las vanguardias de inicios del siglo XX,
Destacan poetas que desarrollan elementos surrealistas como Blanca Andreu o Leopoldo
Panero.
8. El teatro desde principios del siglo XX hasta 1939: tendencias [la comedia
burguesa, el esperpento, el teatro poético], autores y obras representativas.
El periodo histórico que transcurre desde comienzos del siglo XX hasta 1939 es muy amplio
y en él se dan diferentes fases históricas (crisis de la Restauración, dictadura de Primo de
Rivera, Segunda República y Guerra Civil). Durante este largo periodo, se dan las
siguientes corrientes principales:
1. La comedia burguesa
2. El teatro poético
Se trata de obras que enlazan con la tradición romántica. El tema fundamental de estas
obras es el amor y en ellas se emplea el verso, el simbolismo y, frecuentemente, la música.
Dentro de esta tendencia podemos destacar la obra de los hermanos Antonio y Manuel
Machado, La Lola se va a los puertos.
2.a Mención aparte merece el teatro poético de Federico García Lorca (1898-1936). Para
Lorca el teatro es un espectáculo en el que se combinan los gestos, la música, lo plástico y
lo poético. Entre los elementos esenciales de su teatro podemos citar los siguientes:
● la temática: el tema constante es la libertad, representada a través de la libertad
amorosa.
● los personajes femeninos ocupan puestos relevantes en todas sus obras. Estas
mujeres se convierten en símbolos de la libertad enfrentadas al principio de
autoridad impuesto por la sociedad.
● ambiente andaluz: sus obras más importantes se desarrollan en el medio rural
andaluz.
● Las obras más importantes de García Lorca son Bodas de sangre (1933), Yerma
(1934) y La casa de Bernarda Alba (1936).
3. El esperpento:
Se trata de un género teatral creado por Ramón del Valle Inclán (1866-1936) con la
intención de reflejar de forma crítica la realidad española de los años veinte, bajo la
dictadura de Primo de Rivera.Se trata de obras dramáticas en las que personajes grotescos
afrontan problemas terribles de forma ridícula o indigna. La obra más importante de este
género es Luces de bohemia (1920).