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COLECISTITIS

La colecistitis es una inflamación aguda o crónica de la vesícula biliar. La colelitiasis define la formación o
presencia de cálculos en la vesícula biliar. La coledocolitiasis es la presencia de piedras o cálculos en el
conducto biliar común.

¿En qué consiste la colecistitis?

Colecistitis significa inflamación de la vesícula biliar. La vesícula biliar es un órgano en forma de pera que
se encuentra ubicado por encima del hígado y que acumula bilis. Si la vesícula biliar está inflamada,
puede sentir dolor en la parte superior derecha o en la porción media del abdomen, y esa zona podría
sentirse sensible al tacto.

La bilis se produce en el hígado. La vesícula biliar acumula la bilis y la empuja hacia el interior del
intestino delgado en donde se utiliza para ayudar a digerir la comida. Cuando el camino de drenaje para la
bilis que se almacena en la vesícula biliar (denominado conducto cístico) se bloquea, usualmente debido a
un cálculo biliar, la vesícula se hincha y se puede infectar. Esto resulta en colecistitis. El conducto cístico
drena hacia el conducto biliar común, que lleva la bilis hacia el intestino delgado. El cálculo biliar también
se puede atascar en el conducto biliar común. Esta condición (coledocolitiasis) requiere de un
procedimiento para eliminar o evitar el bloqueo.

¿Cuáles son las causas de la colecistitis?

La causa más frecuente de la colecistitis aguda es la presencia de piedras en la vesícula. Sin embargo, en
un pequeño porcentaje de casos, puede haber colecistitis sin la presencia de piedras (colecistitis alitiásica).
La colecistitis alitiásica puede aparecer en personas con traumatismos o quemaduras graves, tras un parto
laborioso, en pacientes operados de cirugía mayor no relacionada con la vesícula, en personas con
diabetes, cáncer de vesícula u otras enfermedades menos frecuentes.

Fisiopatología. La colecistitis aguda se puede manifestar dentro de un contexto litiásico o alitiásico,


siendo la presentación litiásica la más frecuente. La obstrucción vesicular ocasionada por un cálculo biliar
es el desencadenante principal, llevando en primer lugar, a una contracción intensa y distensión vesicular,
lo cual explica el dolor cólico abdominal característico de este cuadro. Esta obstrucción genera: edema de
la pared vesicular, retención de las secreciones biliares y alteraciones vasculares.

Las secreciones biliares y los mismos cálculos también son irritantes, por lo que su acumulación favorece
este proceso. Las alteraciones vasculares, principalmente isquemia, se explican por la compresión del
conducto cístico por parte del cálculo, que genera trombosis de los vasos císticos, y por el aumento de
presión intraluminal secundaria a la obstrucción, que disminuye el flujo sanguíneo de los vasos císticos.
La combinación dependerá del estado inmunológico del paciente, fármacos asociados y gravedad
del proceso inflamatorio. El síntoma principal en un paciente inmunocompetente es el dolor
abdominal, que suele ser de tipo continuo con exacerbaciones cólicas, ubicado típicamente en el
cuadrante superior derecho del abdomen o el epigastrio, a veces irradiándose a la parte superior
derecha del dorso o la zona interescapular.
ETIOLOGÍA: Una colecistitis es la inflamación de la vesícula, generalmente debida a la
obstrucción de la salida de bilis de su interior por un cálculo (una piedra), lo que se conoce
como colecistitis

¿Qué síntomas produce?

En la colecistitis aguda suele producirse fiebre, en general moderada, náuseas, vómitos y dolor
en la parte superior derecha del abdomen que no cede después de varias horas y que suele
trasladarse a la paletilla (escápula) del lado derecho y hacia el hombro. En la parte superior
derecha del abdomen, la tripa se encuentra dura y muy dolorosa a la presión.

Suele haber un aumento de los glóbulos blancos en sangre, lo que indica la presencia de una
infección, y, en ocasiones, también de la bilirrubina.

La colecistitis enfisematosa es una forma más grave de colecistitis debida a la infección de la


vesícula por gérmenes más agresivos. Aparece en personas de mayor edad, frecuentemente con
diabetes.

La colecistitis crónica es un daño crónico de la vesícula por la presencia de piedras o por


episodios repetidos de colecistitis aguda. Suele no producir síntomas, aunque puede acompañarse
de episodios ocasionales de reagudización, que cursan como si fuera una colecistitis agua o puede
presentarse de golpe con una complicación (por ejemplo una perforación de la vesícula).

¿Qué complicaciones puede tener una colecistitis?

Las posibles complicaciones de una colecistitis son:

 Empiema. Consiste en la formación de una bolsa de pus en la vesícula. Además de fiebre


alta, el paciente tiene una importante afectación del estado general. El riesgo de infección
de la sangre y de perforación de la vesícula es muy alto por lo que existe indicación de
operar y extirpar la vesícula de forma urgente (colecistectomía).
 Gangrena y perforación. Una gangrena indica la muerte de la vesícula y se acompaña, en
muchas ocasiones, de perforación de la misma. La perforación también puede producirse
en el transcurso de una colecistitis crónica. La gangrena y la perforación precisan una
colecistectomía urgente.

 Fistulización. Consiste en la formación de un trayecto anormal entre la vesícula y otra


víscera, generalmente el duodeno, el colon, el estómago, el riñón o la pared abdominal. No
suele producir síntomas.
 Vesícula de porcelana. Consiste en la calcificación de la pared de la vesícula que se ve
blanca en una radiografía. Dado el mayor riesgo de que aparezca un cáncer de vesícula
existe indicación para realizar una colecistectomía (extirpación quirúrgica de la vesícula).
Diagnostico

El diagnóstico de una colecistitis aguda se realiza mediante ecografía, observándose una


vesícula dilatada, con una pared más gruesa y, muchas veces, piedras en su interior o
taponando la salida hacia el colédoco (cuello de la vesícula). También puede realizarse un
TAC. En el 90% de los casos en la ecografía se observan piedras.

En un 5 o 10% de los casos no se observan piedras y se denomina colecistitis alitiásica (sin


piedras). Clínicamente es idéntica a la colecistitis con piedras (litiásica).

¿Cuál es el pronóstico?

Tres de cada 4 pacientes con colecistitis aguda responden adecuadamente al tratamiento con
antibióticos. El resto requiere una intervención quirúrgica, en general por haber desarrollado
algún tipo de complicación. De los pacientes que responden satisfactoriamente, una cuarta parte
sufrirá un nuevo episodio de colecistitis antes de que pase un año y más de la mitad tendrán antes
de que pasen 5 años. Por ello, tras un primer episodio de colecistitis se recomienda extirpar la
vesícula a la mayor brevedad posible.

¿Tratamiento de la colecistitis?
 El tratamiento de la colecistitis puede ser médico o quirúrgico. En general la mayoría de
pacientes responden satisfactoriamente al tratamiento médico:

 Dieta absoluta y colocación de una sonda nasogástrica para que repose el intestino con
administración de líquidos por vena.
 Administración de anti-inflamatorios para el dolor.
 Antibióticos.

 Cuando aparece alguna complicación suele requerirse cirugía.

Tras la estabilización con tratamiento médico es necesario extirpar la vesícula para


prevenir nuevas complicaciones. Actualmente se recomienda operar de forma temprana
mediante una colecistectomía laparoscópica.

CUIDADOS DE ENFERMERÍA DEL PACIENTE CON COLECISTITIS

VALORACIÓN:

La valoración de enfermería del paciente con colecistitis debe ser minuciosa para diferenciar las
manifestaciones clínicas producidas por los cálculos biliares de las ocasionadas por otras
enfermedades con síntomas similares, como las hepatopatías. El primer paso es obtener la historia
del paciente. El personal de enfermería debe obtener información sobre cuando comenzaron los
síntomas. Hay que averiguar los factores precipitantes, por ejemplo los alimentos ricos en grasa.
Se debe registrar cualquier relación entre intolerancia alimentaria, dolor y la aparición de
anorexia, nauseas, vómitos o flatulencia. La descripción exacta de la calidad e intensidad del
dolor es muy útil en la valoración del paciente con cálculos biliares.

Se realiza una exploración física. Se toman las constantes vitales, anotando cualquier alteración
de la normalidad, como hipertermia, taquicardia o taquipnea. El personal de enfermería anotará
cualquier signo de ictericia. Deben observar piel, escleras, mucosas, orina y heces, que se alteran
cuando existe bilirrubina. Se inspecciona, ausculta y palpa el abdomen. Se documenta cualquier
hipersensibilidad, hinchazón o dolor, así como la presencia de un signo de Murphy positivo y de
ruidos intestinales

PLANIFICACIÓN:

Los objetivos ante el paciente con colecistitis o colelitiasis son los siguientes:

Que el paciente no tenga dolor ni molestias


Que su equilibrio hidroelectrolitico sea correcto
Que no presente manifestaciones clínicas de ictericia.
Que verbalice las medidas dietéticas correctas para evitar nuevos ataques de colecistitis o
colelitiasis
Que el paciente quirúrgico no presente complicaciones post operatorias
Que el paciente obeso reduzca su peso

EJECUCIÓN:
Se administran analgésicos para aliviar el dolor. Como siempre, debe observar la aparición de
efectos secundarios y reacciones adversas derivados de la medicación. Se anotara la respuesta a la
medicación (alivio del dolor). Se mantendrá al paciente con nutrición NPO. Se inserta una sonda
nasogástrica y se sujeta adecuadamente para evitar irritación o necrosis nasal. La sonda
nasogástrica se conecta a succión suave y se monitoriza la cantidad, color y consistencia del
producto obtenido. Si las nauseas persisten tras insertar la sonda, se pueden administrar
antieméticos

Se establece una vía intravenosa para reponer los líquidos y electrolitos perdidos por los vómitos
y a través de la sonda nasogátrica. La vía intravenosa se utiliza para administrar antibióticos. Se
controlan las ingestas y excretas de líquidos, registrando el color de la orina y las heces.

TRATAMIENTO PRIOPERATORIO:

Los pacientes sometidos a cirugía requieren educación preoperatoria. Se les debe enseñar formas
para prevenir las complicaciones postoperatorias. Se enseñara al paciente cómo emplear un
espirómetro de incentivo. También se le indicara al paciente como darse la vuelta, toser y realizar
inspiraciones profundas al menos cada 2 horas después de la cirugía. Las instrucciones al paciente
sobre cómo proteger el abdomen al toser y posiciones y técnicas de de ambulación que eviten la
sobrecarga de los músculos abdominales, ayudan a evitar molestias postoperatorias
GASTRITIS

La gastritis es la inflamación de la mucosa que recubre las paredes del estómago. El


revestimiento del estómago contiene células que segregan enzimas y ácido que ayudan en la
digestión y que cuando se inflama ocasiona molestias.

Causas

Las causas que pueden provocar la inflamación del revestimiento del estómago son:

 Algunos fármacos, como ácido acetilsalicílico, naproxeno o ibuprofeno.

 Infección del estómago con la bacteria Helicobacter pylori.

 Abuso de alcohol o ingesta de sustancias corrosivas, como algún tipo de veneno.

 Ingesta de alimentos picantes.

 Consumo de cocaína.

 Fumar.

 Reflujo de bilis hacia el estómago o reflujo biliar.

 Trastornos autoinmunes.

 Infección viral, sobre todo en personas con déficits en el sistema inmunológico.

 Estrés excesivo.

Otras causas menos comunes que pueden causar gastritis son el hecho de haberse sometido a una
cirugía mayor o sufrir alguna enfermedad gástrica que pueda inflamar la mucosa del estómago.

Síntomas

Aunque en algunas ocasiones esta patología no presenta síntomas, las personas que la sufren
pueden experimentar las siguientes molestias:

 Dolor abdominal.

 Náuseas y vómitos.

 Acidez de estómago.

 Aerofagia.
 Ausencia de hambre o inapetencia, que en ocasiones puede producir pérdida de peso.

 Heces de color negro y vómitos con sangre, en el caso de que la gastritis cause sangrado
en el revestimiento del estómago.

Prevención

La prevención de la gastritis pasa por evitar el uso de las sustancias que pueden inflamar la
mucosa del estómago. Evitar el uso prolongado de medicamentos como el naproxeno, el
ibuprofeno o el ácido acetilsalicílico, así como reducir o suprimir la ingesta de alcohol y de
comidas que puedan irritar el revestimiento estomacal, evitará que se desarrolle una gastritis
causada por este tipo de agentes.
La mucosa del estómago puede deteroriorarse por el consumo prolongado de fármacos.

Tipos

La gastritis se puede clasificar según la duración de la patología y según sus síntomas y


consecuencias. Según la duración, la gastritis puede ser:

 Gastritis aguda: Una gastritis es aguda cuando dura algunos días y desaparece cuando lo
hace el agente causante. La gastritis aguda suele estar causada por el consumo
prolongado de algunos fármacos, como el ibuprofeno, la ingesta excesiva de alcohol o el
estrés.

 Gastritis crónica: Se produce cuando la enfermedad dura meses o incluso años. La


principal causa de la gastritis crónica es la infección por la bacteria Helicobacter pylori.
También puede deberse a una alcalinización del pH del estómago que se origina por el
reflujo biliar.

Según la sintomatología y las consecuencias que pueda tener, se puede clasificar en:

 Gastritis erosiva: Se produce cuando se origina una ulceración en la mucosa del


estómago, debido a la debilidad de las mucosas que las protegen, que dejan pasar los
ácidos. Tiene una gran relación con el abuso de tabaco y alcohol. Las erosiones pueden
llegar a producir sangrado.

 Gastritis atrófica: En este caso la capa protectora del estómago resulta afectada,
incrementando el riesgo de sufrir cáncer de estómago. La causa más común de
afectación de esta capa es la presencia de la bacteria Helicobacter pylori. La gastritis
atrófica presenta otro tipo de síntomas, como anemia, déficit de alguna vitamina o mala
absorción de los nutrientes durante la digestión.

Diagnóstico

La gravedad de la enfermedad y su duración dependen del agente causante, por lo que en la


mayoría de las ocasiones la gastritis se cura cuando desaparece la sustancia, enfermedad o
afección que la provoca. Las principales complicaciones que se pueden presentar son el sangrado
y el aumento del riesgo de sufrir cáncer de estómago. En ocasiones, si la mucosa que recubre el
estómago permanece demasiado tiempo alterada, los ácidos pueden llegar a causar úlceras.

Entre las pruebas y exámenes que se pueden realizar para detectar una gastritis está el análisis de
sangre, con el objetivo de analizar el nivel de glóbulos rojos y detectar una posible anemia que
puede derivar en un debilitamiento del revestimiento del estómago; una gastroscopia para
comprobar el interior del estómago y el estado de las mucosas; un análisis de heces para
verificar si hay sangrado, que puede ser un signo de hemorragia digestiva causada por gastritis y
también para detectar la presencia de la bacteria Helicobacter pylori.

Tratamientos

La sustancia o afección que causa la inflamación de la mucosa del estómago será el factor del
que dependa el tratamiento. Aunque lo normal es que la gastritis se cure cuando desaparezca el
agente causante, en ocasiones, dependiendo de la incidencia de los síntomas y de la gravedad de
la enfermedad, se utilizan algunos medicamentos, como antiácidos e inhibidores de la bomba
de protones, que reducen la cantidad de ácido gástrico producido por las glándulas que cubren
las paredes del estómago, como omeprazol, pantoprazol o esomeprazol, entre otros. En la
mayoría de los casos el tratamiento con fármacos sólo es necesario cuando hay infección
bacteriana.

¿Cuándo acudir al médico?

Si el dolor abdominal es muy fuerte y no desaparece, las heces son negras o en el vómito
aparece sangre o una sustancia parecida al pozo del café, se debe acudir a un especialista.

Alimentos prohibidos para la gastritis

En el caso de sufrir gastritis, es recomendable evitar una serie de alimentos que pueden agravar
la enfermedad y sus síntomas. Los alimentos prohibidos en estos casos son:

 Algunas verduras y hortalizas: En especial aquellas consideradas flatulentas, es decir, que


pueden provocar gases, como el brócoli, la coliflor o los pimientos.

 Frutas ácidas o poco maduras: Sobre todo los cítricos, como el limón o el pomelo.

 Lácteos enteros: Hay que tratar de evitar en lo posible la leche entera, la nata y el queso
curado.

 Carnes ricas en grasas: Principalmente los embutidos, como el chorizo o el salchichón.

 Bebidas con gas: Las bebidas carbonatadas no están recomendadas en estos casos.

 Bebidas con cafeína: Como el café o el té.


 Salsas y condimentos picantes: La ingesta de alimentos y condimentos picantes es una de
las causas que puede producir gastritis, por lo que su consumo agrava los síntomas de la
enfermedad y puede hacer daño al estómago.

Alimentos recomendados para la gastritis

Los alimentos que no causan ningún perjuicio en el estómago en el caso de sufrir gastritis son:

 Pasta y arroces.
 Pan blanco.
 Verduras cocidas.
 Pescados.
 Productos lácteos desnatados.
 Bebidas sin cafeína.
 Carnes magras, como pollo, pavo o conejo.

PANCREATITIS

El páncreas es una glándula que se encuentra detrás del estómago y cerca de la primera parte
del intestino delgado que se encarga de la segregación de los jugos digestivos en el intestino
delgado a través del conducto pancreático. También se encarga de la liberación de hormonas
como la insulina.

La pancreatitis es una inflamación del páncreas y puede ser aguda o crónica. En la primera se
produce una inflamación aguda del páncreas que se resuelve de dos maneras: por un lado, en los
casos más frecuentes, la inflamación cesa y va seguida de un proceso de reparación y
cicatrización, o bien, en los casos menos frecuentes, la inflamación comienza a afectar a otros
sistemas (circulatorio, respiratorio o excretor renal), dando lugar a un fallo orgánico o
incluso el fallecimiento del paciente.

La pancreatitis crónica se produce por la agresión continuada de la glándula, lo que provoca


una lenta destrucción del tejido pancreático funcional y su sustitución por tejido fibroso.

Incidencia

La pancreatitis aguda es una enfermedad relativamente frecuente. Esta patología está


aumentando progresivamente en las últimas décadas “probablemente por el aumento de la
obesidad, que condiciona mayor incidencia de colelitiasis (cálculos biliares)”, que es una de sus
principales causas.

La pancreatitis crónica es mucho menos frecuente, pero se cree que su incidencia real está infra
estimada porque permanece asintomática y sin diagnóstico durante muchos años. “En España
la incidencia de la pancreatitis crónica se estima en 14 nuevos casos por 100.00 habitantes y año
y una prevalencia de unos 18 casos por 100.000 habitantes”, apunta el especialista en digestivo.
Causas

Las causas de la pancreatitis aguda son variadas. Las dos más frecuentes son los cálculos en la
vesícula biliar (colelitiasis) y el consumo excesivo de alcohol. Los cálculos en la vesícula
provocan pancreatitis al moverse hacia el conducto biliar y obstruir la salida del conducto
pancreático hacia el intestino.

El alcohol tiene un efecto tóxico directo y también puede producir pancreatitis crónica. Otras
causas más raras son ciertos medicamentos, el aumento importante de los niveles de lípidos en
sangre (hipertrigliceridemia), el aumento mantenido de calcio en sangre (hipercalcemia), las
obstrucciones de la salida del conducto del páncreas, los golpes en el abdomen, algunas
intervenciones quirúrgicas y la realización de una prueba llamada colangiopancreatografía
retrógrada endoscópica (CPRE).

En aproximadamente un 15-25% de los pacientes no se descubre la causa (pancreatitis aguda


idiopática). De ese 25%, solo sufren nuevos episodios de pancreatitis un pequeño porcentaje del
5%.

En cuanto a las causas de la pancreatitis crónica, además del consumo desmesurado de alcohol
destacan episodios repetitivos de pancreatitis aguda. Pero además de estas, existen otras
afecciones que se encuentran asociadas:

 Patologías de carácter autoinmune: Cuando el sistema inmunitario ataca al cuerpo.


 Obstrucción del conducto pancreático o del conducto colédoco, conductos que drenan
las enzimas del páncreas y la bilis.
 Complicaciones de una fibrosis quística: Provoca acumulación de moco espeso y
adherente en los pulmones, el tubo digestivo y otras áreas del cuerpo.
 Altos niveles de triglicéridos en la sangre.
 Hipertiroidismo: es un trastorno en el cual las glándulas paratiroides del cuello producen
demasiada hormona paratiroidea.
 Uso de ciertos medicamentos, como sulfamidas, diuréticos tiazídicos o azatioprina.

Síntomas

El síntoma principal de la pancreatitis es un dolor en el cuadrante superior izquierdo o medio


del abdomen.

Respecto a este dolor los especialistas señalan que:

 Puede empeorar en cuestión de minutos después de comer o beber, especialmente si los


alimentos tienen un alto contenido de grasa.
 Se vuelve constante o más intenso y dura varios días.
 Puede empeorar al acostarse boca arriba.
 Puede propagarse (irradiarse) a la espalda o por debajo del omóplato izquierdo.
 Las personas con pancreatitis aguda a menudo tienen fiebre, náuseas, vómitos y
sudoración.
Otros síntomas que pueden estar relacionadas con esta enfermedad abarcan:

 Abdomen lleno de gases.


 Hipo.
 Indigestión.
 Leve coloración amarillenta de la piel y la esclerótica de los ojos (ictericia).
 Distensión abdominal.

Síntomas de la pancreatitis crónica:

 Dolor abdominal: Se produce en mayor proporción en el abdomen superior y puede


durar horas e incluso días y se puede incluso convertir en continuo. Este dolor puede
empeorar al comer o al beber y al consumir alcohol y se puede manifestar también en la
espalda.

 Problemas digestivos: Pérdida de peso, incluso cuando el consumo de alimentos es normal. Se


puede producir además diarrea, náuseas o vómitos y deposiciones blandas

Prevención

Para prevenir esta enfermedad es importante tener en cuenta cuales son los posibles factores
de riesgo. Los pacientes que deben tener un cuidado especial son:

 Las personas con sobrepeso y obesidad.


 Aquellas que consumen excesivo de alcohol y alimentos ricos en grasas.
 Las personas que padecen de cálculos en la vesícula y vías biliares que deben ser
detectados precozmente para poder ser tratados.
 Aquellos que tienen niveles de triglicéridos muy elevados.

Por lo tanto, las recomendaciones para prevenir su desarrollo se resumen en evitar el consumo de
alcohol (o tomarlo en cantidades mínimas), una dieta saludable y equilibrada, evitar la obesidad
y controlar los niveles de triglicéridos en sangre.

Tipos

Existen dos tipos de pancreatitis:

Pancreatitis aguda

Se produce generalmente por los cálculos biliares o a un consumo excesivo de alcohol,


fenómenos que pueden provocar una autodigestión (proceso en el que las enzimas
pancreáticas destruyen su propio tejido y causan la inflamación del mismo) del páncreas por las
enzimas que produce.

Esta afección también puede originarse como consecuencia de los efectos secundarios de
ciertos medicamentos y a veces es idiopática, es decir, que no tiene una causa justificada.
Pancreatitis crónica

Se debe frecuentemente a una repetición de la pancreatitis aguda. La ingesta prolongada y


excesiva de alcohol también puede ser la causa de la pancreatitis crónica.

Entre otras posibles causas de la pancreatitis crónica están en tener una enfermedad genética o
hereditaria (aunque se consideran casos inusuales), padece cálculos de la vesícula biliar o una
hipercalcemia (aumento de nivel de calcio en la sangre).

El tabaquismo también se considera un factor de riesgo de la pancreatitis crónica.

Diagnóstico

El pilar más importante para la detección de esta enfermedad es que los síntomas coincidan con
los descritos, por lo que la experiencia del especialista en este punto es imprescindible para
elaborar un diagnóstico certero.

Por otro lado, es importante que se realicen las pruebas convenientes para detectar un aumento
en la sangre de determinadas enzimas que el páncreas se encarga de segregar, como son la
amilasa o la lipasa.

Es fundamental que el especialista lleve a cabo alguna técnica de imagen, ecografía o escáner
(TC), para demostrar que existen cambios en la forma y/o tamaño del páncreas o alteraciones en
las regiones cercanas.

Tratamientos

La infección suele aparecer en la primera semana, pero habitualmente se manifiesta en la


segunda o siguientes, provocado por una infección de la necrosis pancreática.

El tratamiento de la pancreatitis aguda es el régimen de hospitalización, ajustando el mismo a


cada caso, intentando adelantarse a los acontecimientos que se puedan producir en el desarrollo
de la afección.

Los puntos principales sobre los que se aplica el tratamiento son:

 Un estrecho control del paciente, al que se le realizarán controles habituales de sus


constantes vitales y analíticas de carácter múltiple o seriado.

 El tratamiento del dolor con analgésicos.

 Mantener al paciente hidratado de forma constante y nutrición por vía intravenosa,


evitando la ingesta de los alimentos por la boca.

 Tratamiento específico de las náuseas y los vómitos.


 Bloqueo de la secreción gástrica de ácido con fármacos.

 Administración de antibióticos para evitar infecciones que entorpezcan la evolución.

 En los casos de pancreatitis aguda que se produzca por piedras en la vía biliar, es preciso
extraer los cálculos, lo que en muchas ocasiones se traduce en la extracción de la
vesícula biliar (colecistectomía).

Otros datos

La pancreatitis crónica se presenta con más frecuencia en hombres que en mujeres y, a


menudo, se presenta en personas de edades entre 30 y 40 años.

Este tipo de pancreatitis no se cura o mejora. Empeora con el tiempo y ocasiona un daño
permanente. En este sentido, se relaciona con un cierto riesgo de desarrollar cáncer de
páncreas, que se estima en un 2% por cada 20 años de evolución.

“La pancreatitis crónica no se cura nunca, pero los afectados pueden vivir muchos años si
tienen cuidado con el alcohol y la alimentación

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