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Un estudio de 2006 a cargo de Harvard Business Review sobre los gerentes de 33 compañías globales
reveló que, en comparación con los estadounidenses, los gerentes en los países en desarrollo tenían lo
doble de probabilidad de tener trabajos extremos.
Para quienes tienen trabajos extremos, es frecuente que su vida personal ocupe un lugar secundario. El
44 por ciento de quienes los desempeñan, toman menos de 10 días de vacaciones por año. Muchos
individuos con trabajos extremos consideran que la sociedad está cambiando a una en que “el ganador
toma todo”, donde aquellos dispuestos a trabajar más se llevarán recompensas intrínsecas y extrínsecas
fuera de toda proporción. ¿Por qué aceptan las personas trabajos extremos? ¿(o permiten que los que
tienen se vuelvan extremos)? Un estudio de 2006 sugiere que tanto para hombres como para mujeres la
razón número 1 de que trabajen mucho no es el pago, sino que su trabajo es tan estimulante o difícil
que los excita. Como dijo un gerente asiático, “desarrollar este negocio en mercados en los que nadie ha
hecho antes nada parecido es demasiado emocionante e importante. Hemos construido centros de
distribución que son vitales para el crecimiento de China: contribuyen al crecimiento general de nuestra
economía”.
Aunque esto suena demasiado bueno, la situación es más complicada cuando se pregunta a quienes
tienen trabajos extremos, pues 66 por ciento de los hombres y 77 por ciento de las mujeres dice que su
trabajo interfiere con su capacidad de llevar un hogar. Para quienes desempeñan trabajos extremos y
tienen hijos, 65 por ciento de hombres y 33 por ciento de mujeres afirman que les impiden tener una
relación con los hijos. Y el 46 por ciento de los hombres y mujeres en empleos extremos dicen que éstos
interfieren con tener una relación fuerte con su cónyuge, y cerca de la mitad afirma que estorba a su
vida sexual. “No puedo siquiera soñar con tener un novio”, dice alguien que trabaja en exceso. Otra
persona que labora demasiado, Chris Cicchinelli, estaba tan preocupada con mantenerse en contacto
Caso 4.2 /Psi.331
con su trabajo durante su luna de miel, que adquirió un teléfono satelital, que, no obstante, no fue de
ayuda, pues tuvo que reducir su viaje de 10 días a 5. “Tenía demasiada ansiedad”, dijo.
Preguntas 1.
1. ¿Piensa que alguna vez tendrá un trabajo extremo? ¿Está seguro? Explique su respuesta.
2. ¿Por qué piensa que ha crecido el número de trabajos extremos? 3. ¿Cree que las organizaciones
deberían estimular los trabajos extremos, combatirlos o dejarlo al criterio del empleado?
4. ¿Cuál es la razón principal por la que piensa que las personas aceptan un trabajo extremo?