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LEONARDO VILLALVA

Final oral Psicopatología


Antes que nada, te pido por favor no compartas este resumen gratuitamente. Lo comparti
gratis por un año a tode compa que me mando mail pero ahora necesito pagarme un curso
de posgrado que vale 75 mil pesos (400 dolares) y por eso le puse un precio menor a lo que
vale una hora de una particular de Psicopato. Gracias!
Bueno, lo que yo prepare es un recorrido de las distintas estructuras subjetivas desde la
perspectiva de Lacan y lo articule con conceptos elementales como la respuesta del sujeto
frente a la Falta en el Otro (esto determina si sos neurótico, psicótico o perverso), el fantasma
(esto determina como vas hacer para evitar saber algo de la Falta y angustiarte), el síntoma
(cuando hay síntoma es porque el fantasma se cae. Eso que te armaste para no saber nada de
la Falta, falla, y entonces vas al psicólogo a ver que onda) y el goce (en análisis descubris que
hay algo que siempre insiste pero no desde lo simbolico, sino desde lo real. El trabajo del
análisis va ser poder significar eso que no tiene representacion. Eso es el goce.)
Desde la perspectiva freudiana aborde las distintas formas clínicas poniendo en relación el
mecanismo psíquico (represión, desmentida, retorno de lo reprimido), la fantasia, la fijación
libidinal, el síntoma y la causa.
CON ESTE RESUMEN ME PAGO MIS CURSOS POSGRADO. GRACIAS TOTALES.

AHORA SI, MI RESUMEN QUE EXPUSE ORAL.

NEUROSIS FREUD Y LACAN

(Aca tenes que lucirte. Esta todo perfectamente articulado para no te digan ni ah si arrancas
por aca)

La neurosis no se define solamente por la descripción de un grupo de síntomas (como hace el


DSM o la psiquiatria clásica) sino que se compone de un conjunto de variables especificas que
articuladas permiten entender su etiología (la causa). Este conjunto de variables especificas
son los mecanismos de defensa, las situaciones desencadenantes, las fijaciones pulsionales y
fantasias que nos va permitir dar cuenta de la forma clinica con la que nos encontramos en la
neurosis, ya sea Histeria, Neurosis Obsesiva o una Fobia.

Perspectiva freudiana

Freud establece una relación de la neurosis con la represión. Este mecanismo central es una
defensa que aparta de la conciencia las representaciones inconciliables con el Yo que son
displacenteras y que guardan relación con los objetos edipicos censurados.
La represion lo que hace es separar la representacion intolerable del afecto que está ligada a
ella.

En la Histeria el afecto se traslada al cuerpo dando lugar al síntoma de conversión.

En la Neurosis Obsesiva el afecto permanece en lo psíquico y por un falso enlace se desplaza a


otras representaciones que de este modo se transforman en representaciones obsesivas.

En la histeria el monto de afecto trasladado al cuerpo permite que este desaparezca del
psiquismo. Es por eso, que se dice la frase “La bella indiferencia de la histérica”, porque ésta
nunca se entera por qué tiene esa paralisis o esos vomitos, ya que la representacion fue
reprimida pero el monto de afecto fue al cuerpo.

En cambio en la Neurosis Obsesiva, lo que se reprime es una moción, un idea de carácter


hostil hacia una persona amada que tiene como consecuencia una formación reactiva,
alterando al Yo, como escrúpulos de conciencia extremos, moral intensa. No es un síntoma o
una formación sustitutiva como en la histeria. Por ejemplo, el impulso hostil de matar a
alguien, se reprime y retorna como amor intenso de sobrepoteccion. La representación
reprimida se muda en algo indiferente, infimo y consiente. El obsesivo se pone nervioso por
cosas que no tienen valor y esto es por el desplazamiento del verdadero conflicto reprimido
que se muda en esto indiferente. Como la represión falla, porque igual hay displacer y
angustia, se pone en movimiento un segundo tiempo donde el obsesivo se pone restricciones,
prohibiciones, ceremoniales. En el obsesivo no se puede deshacer de estos pensamientos.

La histérica hasta puede negar que ella tenga algo que ver con eso que le pasa en el cuerpo, en
cambio el neurótico obsesivo se angustia mas porque da cuenta de que estas representaciones
vienen de si mismo.

El problema esencial del obsesivo es que algo sádico es dirigido a un objeto amado y que el
sujeto no sabe como regular y le engendra culpa, esto se ve en el historial del hombre de las
ratas, el nombre es tomado de una fantasía sádico-anal: escucha la narración hecha por un
capitán, del tormento de las ratas. Ya ahí hay una fantasía sádico-anal, el sujeto tiene la idea
de que eso le puede ocurrir a dos personas amadas por el, una dama y a su padre que esta
muerto. Esa fantasía sádica queda ligada a dos objetos amados, y para que eso no ocurra él
tiene que realizar ciertas acciones. La formación del síntoma, que viene con el fracaso de la
represión, es lo que llamaba “las representaciones obsesivas”. La formación del síntoma viene
cuando fracasa la defensa.

Perspectiva lacaniana
Para hablar de Neurosis, primero hay que ubicar la posición subjetiva frente al Edipo del
sujeto. Esto significa determinar si el sujeto acepto o no la castración al atravesar el
Complejo de Edipo. Para Lacan esto ocurre de manera distinta a lo que plantea Freud.

En la neurosis, el niño acepta la regulación del goce (la prohibición del goce ilimitado con la
madre) y la ley paterna que anula la ley del deseo materno mediante la metáfora paterna.
Este goce adquiere un borde, un limite y lo que hace el niño es una represión de este goce, de
este pulsional en estas primeras vivencias. Esto es la neurosis, que se caracteriza por el
mecanismo de la represión y que tiene dos modalidades: la modalidad histérica y la
modalidad obsesiva.

Desde la perspectiva Lacaniana, Neurosis, psicosis y perversiones serían posicionamientos del


Sujeto respecto de la castración, respecto de la Falta. Las estructuras clínicas serían, desde
este punto de vista de Lacan, modos de defensa.
La represión como mecanismo de la neurosis, consiste en no querer saber sobre la Falta.
Las formaciones del inconsciente (síntomas, inhibiciones o angustia) indican el fracaso de la
represión (de la defensa) y el retorno de lo reprimido.
Lo reprimido siempre está ahí y se expresa de modo perfectamente articulado en los
síntomas y otros fenómenos. Que lo reprimido se exprese en modo articulado indica que
no fue expulsado de lo simbólico, sino que se articula en una cadena de significantes. Lo
que se inscribió en lo simbólico, lo que tomó el camino de la Bejahung, pudo ser reprimido,
pero como la represión es una operación en el plano de lo simbólico, podrá retornar en ese
campo también, en lo simbólico.
La forclusión o rechazo de la psicosis tiene que ver con la no inscripción de la castración. Así
como en la neurosis podemos decir que lo reprimido retorna en lo Simbólico, podemos decir
que en la psicosis lo forcluido retorna en lo Real.
Lo que cae bajo la acción de la Verwerfung (forclusion) tendrá un destino totalmente
diferente, ya que se trata de una expulsión, de una no admisión al registro simbólico, y por lo
tanto el retorno no se va a producir en lo simbólico. Para Lacan, aquello que ha sido expulsado
de lo simbólico va a retornar en lo real.
El mundo simbólico de un sujeto está constituido, por lo tanto, de los significantes que se
han inscripto originariamente en la Bejahung, mientras que aquellos que han quedado por
fuera de lo simbólico retorna en lo real.
¿Qué consecuencias tiene que la Falta no esté inscripta? ¿Qué implica que el significante del
Nombre del Padre (que ordena la estructura) NO opere?
Para Lacan, la forclusión o rechazo en la psicosis opera sobre un significante primordial,
el significante del Nombre del Padre, a partir del cual se ordena la estructura. Es el
significante fundamental, que otorga identidad al sujeto, lo nombra, lo posiciona en el
orden simbólico. El significante del Nombre del Padre nunca se inscribió.
Además de ser ordenador de la estructura, es también mediador en la relación con el otro
y con la realidad. Este significante permite una operación que se denomina "metáfora
paterna", que articula Edipo y castración. El resultado de la metáfora paterna es un sujeto
afectado por la castración, en tanto no se es el objeto que completa al otro.
Lacan sostiene que la estructura de una neurosis es esencialmente una pregunta que no esta
formulada, y que la diferencia entre histeria y neurosis obsesiva es la naturaleza de esta
pregunta.

En la neurosis obsesiva la pregunta es sobre la existencia del sujeto y la muerte. ¿Ser o no


ser?

En la histeria, la pregunta es sobre la sexualidad. ¿Qué es ser una mujer?

Si el neurótico llevara adelante la pregunta de modo acabado se encontraría con la Falta en el


Otro, con la ausencia de significantes que den respuesta a su pregunta. Por una razón muy
sencilla, porque allí faltan significantes y el encuentro con esa falta genera angustia. Estos
significantes están forcluidos del registro simbolico.

Lacan enseña que el preguntar neurótico se soporta en una respuesta anticipada que puede
ser abordada en términos de identificación o fantasma para taponar ese agujero, esa hiancia,
ese faltar.

Lacan se pregunta: ¿Cuál es la función del fantasma para un sujeto? El rol del fantasma en
cada caso, estará articulado a la forma de confrontarse con el deseo (y con la castración) de
cada estructura. El fantasma entonces, su función general, es dar un orden, armar una
escena, para el deseo del neurótico.

En el campo de las neurosis, podemos encontrar: en la FOBIA, el deseo prevenido; en la


HISTERIA, el deseo insatisfecho, en la NEUROSIS OBSESIVA, el deseo imposible.

El neurótico también busca completar al Otro pero lo hace a través de la demanda. El


neurótico obsesivo se hace demandar por el otro, mientras que la histérica demanda al otro lo
poco que a ella le toca. Esta es la manera de pararse frente a la falta o el deseo del Otro y lo
que nos permite diferenciar y entender la estructura subjetiva del sujeto.
La psicosis y la neurosis le pone un limite al goce del Otro. Schreber lo hace a través de la
metáfora delirante “no soy la puta de cualquiera, soy la mujer de Dios”. El Hombre de las Ratas
le pone un limite al goce del Capitan Cruel con las acciones obsesivas. Lo rechaza.
La pregunta que estructura la neurosis sobre el deseo del Otro es: ¿Qué vuoi? ¿Qué soy en el
deseo del Otro?
La histérica se sostiene como una deseante insatisfecha. Nada de lo que a ella le toca puede
colmarla pero ¿Por qué? Porque seguramente Otro tiene lo que a ella le falta y no se lo quiere
dar. La histérica resalta lo que le falta de su lado al mismo tiempo que cree que el Otro tiene
eso que a ella le falta, cree que el Otro está completo y no le quiere dar lo que le falta a ella. Se
dice que la histérica es la agente de castración del Otro, su causa. La histérica hace un intento
todo el tiempo por querer castrar al Otro pero esto es porque cree que el Otro esta completo
cosa que no es asi pero de esta manera lo sostiene asi.

En la Neurosis Obsesiva la estrategia es sostener un deseo imposible, reduciendo el deseo a


la demanda, buscando un amo por el cual se hace impedir, que no lo deja vivir y lo hace llevar
su vida de manera mortificada. La imposibilidad de realización del deseo del obsesivo tiene
que ver con alejarse de los lugares, momentos y situaciones donde se pone en juego su deseo.

Por ejemplo, una paciente tenia muchas ganas de tener un hijo pero su deseo chocaba con un
obstáculo: había elegido el nombre para su hijo en la adolescencia y su hermano bautizo a su
sobrino con el. Ya no podía utilizarlo. Pero imaginar a su hijo con un nombre distinto perdia
todo atractivo para ella. Aca se le pone al deseo una condición absoluta y al mismo tiempo
incumplible: desea tener un hijo si, y solo si, lleva tal nombre. Como no puede llevar tal
nombre, entonces es imposible el

Las posiciones que uno encuentra en el fastasma neurótico son la de alguien a quien chupar,
cagar, mirar u oir. El fantasma tiene como función la de transformar ese goce pulsional en uno
limitado. En el fantasma el goce esta moderado.

En el fantasma de Dora, la respuesta anticipada a la pregunta sobre que es ser una mujer,
aparece la respuesta: una mujer es alguien, un objeto a ser chupado. El fantasma además de
responder de manera anticipada también reduce a la mujer, desde el lado hombre, a funcionar
como objeto a, a un goce.

Cuando el fantasma tambalea es que aparece la angustia y los síntomas, mientras tanto se
puede sostener en el fantasma.

Y esto es asi porque el sujeto no quiere saber nada de la Falta en el Otro, pero…¿ Qué es la
Falta en el Otro? Para Lacan, la palabra (y el concepto de) “falta” siempre están
relacionados con el deseo.
Dicho muy sencillamente, la falta causa el surgimiento del deseo. Sin embargo, la
índole de lo que falta fue variando significativamente en el desarrollo de la teoría
lacaniana. El término aparece por primera vez en 1955 y aca la falta designa "una
falta de ser". Lacan va a afirmar que el deseo es la metonimia de la falta de ser. Hay
un anhelo de ser, por lo cual la falta de ser del sujeto sería “el núcleo de la
experiencia analítica” y “el campo mismo en el cual se despliega la pasión del
neurótico”. Aquí se verifica un contraste entre la falta de ser (relacionada, como se
ha dicho, con el deseo) y la falta de tener, que por su parte se relaciona con la
demanda. En 1956, la falta pasa a designar la falta de objeto. Entonces, Lacan va a
diferenciar tres tipos de falta, según sus respectivos objeto y agente: castración
simbólica/falo imaginario/padre real; frustración imaginaria/pecho real/madre
simbólica; privación real/falo simbólico/padre imaginario. De estas tres, la castración
es la falta más importante desde el punto de vista de la experiencia analítica; de
hecho, la palabra “falta” tiende a convertirse prácticamente en sinónimo de
castración. En 1957, cuando Lacan introduce el símbolo algebraico del Otro barrado,
la falta empieza a designar la falta de un significante en el Otro. Por más significantes
que se agreguen a la cadena de significantes, esta siempre será incompleta; siempre
le faltará el significante que podría completarla. Este “significante que falta” es
constitutivo del sujeto.
¿Cuando hay deseo? cuando estamos castrados. La castracion inaugura una falta.
El.psicotico no tiene Falta porque al no operar la metafora paterna (porque esta
forcluido el nombre del padre) entonces no puede estar castrado, no hay
significacion falica. No hay falo. La consecuencia es la falta de Ley de lo prohibido.
No hay interdiccion del incesto. No hay limite. El deseo del psicotico es empobrecido.
En el delirio paranoide, el psicotico busca darle un significado al deseo a travez de la
persecusion: El Otro quiere perseguirme, lastimarme. El psicótico inventa estos
deseos al estar forcluido el nombre del padre. Lo alucina, lo delira. El delirio opera
como sosten del deseo. Joyce encuentra en la escritura si propia significación falica y
con eso no hubo broto. Su delirio de grandeza lo salvo digamos. Ademas, como no
hay falo, no hay ley ni limites, el cuerpo se vive como algo Real, no Imaginario. En vez
de ser un lugar simbolizable, se vive como desfragmentado y eso hace que no
conecte con su deseo sexual, por ejmplo.
Por ultimo, sobre el síntoma neurótico, hay dos caras. La del sentido del síntoma que es
tramitada por el inconsciente, que es simbolico e imaginario donde se articulan los
significantes y le dan un significado. Un sentido coagulado, fijado. Un sentido del que se goza y
a partir del cual un sujeto interpreta y sostiene su realidad. La envoltura formal del síntoma, la
perla. Y por el otro lado, tenemos la cara real, el nucleo, que es la causa del síntoma. El grano
de arena que no comporta ya el orden de interpretación que puede ser levantado.
En la tos de Dora como síntoma, confluyen las satisfacciones provenientes de ambas
vertientes: la autosatisfacción por el chupeteo y la fantasía oral. Se trata de una soldadura de
elementos heterogéneos, tal soldadura no consigue suprimir la heterogeneidad de los 2
elementos. De esta manera no podría decirse que el goce autoerótico se elimina en términos
absolutos cuando la pulsión se enmarca en el fantasma. El goce autoerótico se deja domesticas
por el fantasma... no todo.
Lo que del goce pulsional se enmarca en el fantasma (perverso para Freud) se domestica de
ese modo, incluyéndose en el campo del principio de placer. El fantasma no tendría en último
término otra función que esa: transformar ese goce pulsional (no sujeto al principio de placer)
en un goce enmarcado, limitado, ajustado al principio de placer.
El síntoma neurótico hereda las satisfacciones

Como respuesta anticipada a la pregunta que no se despliega también tenemos a la


identificacion .Dora está identificada a la Señora K que está reducida en la fantasía de Dora a
un objeto a ser chupado. Se responde en el fantasma sin llegar al punto en donde esa pregunta
no tiene respuesta.

Posteriormente, en “Psicología de las masas y análisis del yo”, Freud hace de la tos de Dora un
ejemplo de formación de síntoma para el segundo tipo de identificación. Dora se identificaba
a la tos del padre. Identificación con un rasgo del objeto amado. La identificación reemplaza la
elección de objeto, la elección de objeto es regresiva, es decir, ha regresado hasta la
identificación.

Alli también describe la formación de síntomas para el primer tipo de indentificacion al rasgo
de un rival o persona odiada.

Y por ultimo, la identificación tipo C, donde se prescinde de la relación de objeto donde la


funcionalidad es querer ponerse en la misma posición que el otro respecto al deseo. Querer
estar en el mismo lugar y lo logran bajo el sufrimiento. Lo que está en juego acá es una
dimensión de deseo, de falta. Es una identificación en ese punto. Entre Dora y la prima mayor
hay un lazo libidinal previo, pero la identificación tipo c) prescinde de ese lazo. No es que no lo
haya, pero la identificación no está sostenida por ese lazo sino que es la situación en común.
Dora hace “causa común” con la prima mayor, se lamenta tanto como la mayor de que a
ambas le falte ese novio que la menor poseía.

PSICOSIS

(No te asustes sino leíste todo el historial de Schreber. Nadie lo leyó. Lo que importa es que
puedas mencionar en que momento de su vida ocurre cada etapa.)

Por ultimo presento a la psicosis.

Desde la perspectiva de Freud, desde la segunda tópica, plantea a la Psicosis como un conflicto
entre el Yo y el Mundo exterior. Va haber dos tiempos patológicos:

1. El de la desgarradura de la realidad, el desasimiento libidinal.


2. El retorno de lo reprimido. Intento de cura. Delirio y alucinaciones, vuelta a la
realidad.

Para la psicosis Freud ubica en el primer momento que el Yo, al servicio del Ello se retira de la
realidad. El yo se retira de un fragmento de la realidad, hay una pérdida de la realidad. La
represión propiamente dicha realiza un retiro de las investiduras libidinales del objeto que se
vuelven al yo y lo magnifican. Una retracción de la libido. Desasimiento de la libido de
personas y cosas antes amadas. “El fin del mundo” que relata Schreber es la quita de la libido
de su mundo, su sepultamiento. Es un momento mudo.

Luego ocurre el retorno de lo reprimido o fracaso de la represión que es un intento de volver a


investir el mundo. POR ESO EL DELIRIO ES UN INTENTO DE CURACIÓN. Busca reconstruir su
mundo. Reconducir la libido a los objetos del mundo. Es un momento ruidoso, implica
síntomas más llamativos como las alucinaciones y los delirios.

Acá hay que ubicar el fenómeno patológico. Lo patológico en la psicosis, Freud lo ubica en el
primer tiempo inicial de huida de la realidad, la desgarradura. En cambio en el segundo
momento de la psicosis hay un intento de cura, de reestablecimiento.

Freud utiliza el historial de Schreber y plantea que

1) hay un retiro de las investiduras libidinales del objeto inconciliable al yo mediante la


represión. Esas investiduras vuelven a un punto de fijación predispuesto, que es la
etapa narcisista. El objeto al que le retira la libido es el Doctor Fleschig porque hay
mociones homosexuales. Hay un delirio de persecución. Cree ser la puta de fleshig.
2) Esto trae como consecuencia el desasimiento libidinal, el sepultamiento del mundo.
3) Luego esta la reconstrucción del mundo mediante el delirio de grandeza. La relación
ahora no es con Fleshig sino con Dios. Se va convertir en la mujer de Dios. No es
cualquier mujer. Sino La Mujer.

Freud distingue Paranoia de Demencia Precox según el punto de fijación, la eficacia de la


represión y según el retorno de lo reprimido.

La Paranoia tiene como punto de fijación el narcisismo que esta ligado a la elección de objeto
homosexual.

La demencia precox esta fijada al autoerotismo.

La represión en la Paranoia es pobre mientras que en la Demencia precox el desasimiento


libidinal se impone por sobre el intento de restablecimiento del mundo.

El retorno de lo reprimido en la Paranoia es mediante el delirio y va servir como intento de


curación mientars que en la demencia precox es mediante la alucinación.

Perspectiva lacaniana

(saber esta parte del resumen hace que apruebes de inmediato)

Desde la perspectiva lacaniana podemos distinguir dos ejes: El eje sincronico y el eje
diacrónico.

En el Eje sincrónico encontramos a la forclusion del significante Nombre del Padre como
fenómeno propio de la psicosis en la constitución del sujeto.

Lacan produce este concepto que viene a resolver ese punto de impasse donde había caído
Freud con el mecanismo de proyección y al final decir que “lo cancelado adentro retorna desde
afuera”.

Lacan lo pone en relación con la bejahung, reemplazandolo por ausstossung, ya que esa es la
pérdida de un objeto, y la verferwung es la forclusión de un significante, que no es admitido
en el conjunto de los significantes. La verwerfung tiene un destino totalmente diferente ya que
se trata de una expulsión o no admisión al registro simbólico y por lo tanto el retorno es en el
registro real ¨lo cancelado adentro, retorna desde afuera¨. Todo lo rehusado en el orden
simbólico, reaparece en lo real. El mundo simbólico está constituido por los significantes que
se inscribieron originalmente, que han sido tomados por la behajung, mientras que lo que ha
quedado “fuera”, retornara en lo real.

El problema de que el significante Nombre del Padre este forcluido es que no va poder ser
articulado con la Metáfora Paterna dentro del conjunto de elementos simbólicos por lo que el
sujeto va a carecer de un articulador de los significantes, una ley, una carretera principal diría
Lacan.

La no inscripción del Nombre del Padre es lo que constituye a la psicosis como estructura.
El sujeto psicótico no ocupa el lugar del falo, sino de objeto de goce.
El síntoma psicótico, que no es resultado de un saber no sabido, por lo tanto no es
interpretable, no remite a un saber inconsciente, no hay un sentido por develar; la
interpretación es un recurso fundamental y solo de la neurosis.
Así como la estructura del síntoma neurótico es represión y retorno en lo simbólico, la
estructura del síntoma de la psicosis es forclusión y retorno en lo real. No se trata de un
saber inconsciente que insista y que se pueda articular en significantes.
Si el Nombre del Padre actúa regulando cómo funcionan los significantes, en la psicosis
éstos ya no van a tener esa regulación. El Nombre del Padre regulaba, a su vez, el goce: por
lo tanto, el sujeto psicótico va a experimentar una irrupción del goce no regulado. El sujeto
experimenta estados de excitación en el cuerpo que pueden tornarse insoportables.
Perturbador, desgarrador, puede llevar a intentos de suicidio. Esto nos habla de un goce
que no está regulado en la psicosis.
[Entonces: por la forclusión del significante del nombre del padre, en la estructura psicótica no hay
Edipo sostenido en la metáfora paterna. Que el Edipo falte en lo simbólico no implica que no
se pueda compensar en lo imaginario. La compensación se trata entonces de una
identificación que se da como las llamadas “muletas imaginarias”, compensa esa falta en lo
simbólico que es la forclusión del nombre del padre.
“Compensación imaginaria del Edipo ausente”. El Edipo tiene como resultado la significación
fálica. Como en la psicosis no hay inscripción del nombre del padre, no hay respuesta a la x
del deseo del otro, que es esta significación fálica. Si no tiene esta orientación
fundamental, debe orientarse mediante compensaciones imaginarias. Sustituyen eso que
el Edipo le da al neurótico, que el psicótico no tiene.

La forclusión del Nombre del Padre (NP) se lee por sus consecuencias clinicas:

 Trastornos del lenguaje


 Ausencia de significación fálica y Deseo empobrecido
 Irrupción de un goce sin límites

La psicosis supone un trastorno del lenguaje porque aparecen significantes desencadenados,


elementos desconectados. Es el efecto de la cadena rota, son los significantes en lo real.
A estos trastornos del lenguaje Lacan los presenta como Fenómenos Elementales. Un
fenómeno elemental es aquel que nos permiten dar cuenta de la estructura subjetiva del
sujeto mediante un fenómeno observable y en la estructura de la psicosis se caracterizan por
la vivencia de que el sujeto no es dueño de sus pensamientos ni del control de su curso. Se le
presenta como algo autónomo, extraño, independiente. La noción lacaniana de fenómeno
elemental se encuentra en el de fenómeno de automatismo mental (elemento mínimo,
indivisible de una estructura) de Clerembault. Es una intersección de lo simbólico con lo real.

Distingue distintos tipos de fenómenos elementales como los Fenómenos de franja y el


Fenómeno de perplejidad que vemos en la diacronía de la psicosis.

Otro ejemplo de los trastornos del lenguaje son los neologismos. El significante adquiere una
plenitud de significación (intuición delirante) o como un vacio de significación (formula y
estribillo). Ambas detienen la significación porque esta vuelve sobre si misma y esto es efecto
del desencadenamiento del significante. Hay una independencia de la significación en estos
significantes que retornan en lo real y que al vaciarse de significación o ser tan pleno de ello
que ya no significan nada. Un significante asemantico. En Schreber tenemos el neologismo de
“almicidio” que remite a si mismo.

El significante tiene por lo tanto dos estados: Esta encadenado, articulado en lo simbolico o
está solo, suelto en lo real, aislado de la cadena y se presenta como un trastorno del lenguaje.

Sino está conectado con otro significante no es interpretable (en el sentido de interpretación
como formación del inconsciente) como ocurre con las alucinaciones o el delirio.

El fenómeno de alucinación adquiera la forma y la contundencia de una palabra que se


impone, una palabra cargada de un saber acerca del sujeto al que determina en el mismo
momento que lo interpela. A diferencia de un neurótico que podría tranquilamente negar o no
hacerse cargo de una palabra que emerge del inconsciente. En la alucinación la voz siempre
viene de afuera asi sea una voz auditiva o voces interiores. La voz siempre proviene de afuera
del campo del sujeto, siempre es impropia y extraña.

El delirio es un fenómeno elemental que tiene fases que no tienen el mismo valor y no
implican la misma posición del sujeto frente a él. No es igual la posición de Schreber al
comienzo del delirio cuando esta en una posición persecutoria con Fleschig que la de su delirio
al final cuando acepta esta voluntad divina y es La mujer de Dios. Lo que importa es la función
estabilizante que puede llegar a tener ciertas fases del desarrollo del delirio.

Hay que aclarar que no se trata que el psicótico ignore que estos fenómenos son de un orden
de realidad diferente. Se dan cuenta que las voces que escuchan no pueden escucharlas otros
pero el punto no es si esas voces son reales o no, sino que el sujeto tiene la certeza de que eso
significa algo decisivo para él. Tanto las alucinaciones hasta las interpretaciones delirantes le
conciernen al sujeto. Es algo inquebrantable. Hay una certeza.

La psicosis, también, queda por fuera de la lógica edipica a partir de la forclusion del Nombre
del Padre y la no operación de la Metafora Paterna por lo que va tener como consecuencia la
ausencia de significación fálica y el empobrecimiento del deseo, la cual permite que el objeto
se signifique como perdido, como objeto de la castración y se lo busque fantasmaticamente
bajo otras formas que adquieren forma fálica.

Si en el sujeto psicótico no esta la función reguladora del padre del Edipo, no hay un limite,
una regulación al goce. Al no operar la lógica de la castración, como consecuencia aparece la
irrupción de un goce ilimitado. Lo que se constata es que hay un padre pero no es el simbolico,
es Un-Padre-real. Es el padre de la exigencia del goce quien en vez de frenar, encausar y
prohibir, exige sin limites. En Schreber es la “voluptuosidad” y el sujeto lo vive de una manera
tortuosa, sufriente, como un exceso de excitación que lo invade, lo perturba, lo lleva a la
desesperación, lo empuja a esa transformación en mujer.

La solución de Schreber a este goce sin limites la alcanza en la metáfora delirante donde pasa
de ser la puta de Fleshig a ser La mujer de Dios. Le pone un limite al goce respondiendo con
una certeza sobre su ser “soy la mujer de Dios” e instaura una ley de orden cósmico que para
el vale como una ley que suple a la castración y a la legalidad falica.

En el eje diacrónico, es decir, en los distintos momentos de la psicosis, distinguimos tres


momentos:

 psicosis no desencadenada
 desencadenamiento
 modos de estabilización

Tambien esta la noción de pre-psicosis que no hay que confundirla con la psicosis no
desencadenada sino que corresponde más bien al desencadenamiento mismo.

Si hablamos de psicosis no desencandenada es porque en el sujeto puede que esté operando


una compensación imaginaria del Edipo ausente, es decir que la estructura puede estar
sostenida desde lo imaginario, por ejemplo, en la identificación con un semejante. En este
caso, el sujeto psicotico tiene una fuerte relación imaginaria con otro (a-a’). Puede estar
sostenido (Lacan da la imagen de que es como un taburete con tres patas; se sostiene, pero es
endeble). El sujeto actua “como si”, con muletas imaginarias.

Sin embargo, cuando un tercer elemento equis (como puede ser un encuentro sexual o ser
padre) requiere del significante nombre del padre para responder a una pregunta por la falta,
la ausencia de este significante que ordena, que polariza, que encauza el deseo tiene como
consecuencia el inicio de una cascada de significacion que lleva a un desastre en lo imaginario,
hasta que se alcanza un nivel en que el significante y el significado se estabilizan en la
metáfora delirante. Lacan llama Un-padre a ese tercero discordante que estorba la relación
imaginaria entre a-a’ y que llama a eso que no hay.

Hay dos momentos en el desencadenamiento: la prepscosis y la psicosis propiamente dicha

En la prepsicosis, el sujeto es confrontado con ese defecto que existe desde siempre, una falla
en la estructura sincrónica, la forclusion del significante del nombre del padre, que despliega
efectos diacrónicamente a partir de un momento determinado definido como el llamado del
sujeto a que un significante, el nombre del padre, responda pero el problema es que nunca ha
estado y, por lo tanto, esta experiencia de asomarse a un agujero significante provoca el
desencadenamiento.

Esto es posible constatarlo mediante dos fenómenos: El fenómeno de perplejidad y los


fenómenos de franja.

Fenomeno de perplejidad: no se trata de duda ni confusión ni estupor, se trata de la falta de


significado: hay significación pero no se sabe cuál es la significación. Es la significación de
significación. No remite a la ausencia del significado sino del significante. Clerambault lo
llamaba “fenómeno de detención del pensamiento”. Es la confrontación con la ausencia del
significante, con el agujero forclusivo. Es no poder responder, estar tildado, no hay reacción.
Marca el comienzo de la prepsicosis. El sujeto no entiende que pasa, se encuentra más
retraído, enfrenta ese agujero, esa falta.

Fenomenos de franja: la pregunta planteada por la falta del significante se manifiesta en estos
fenómenos. Son caracterizados por la irrupción de alucinaciones verbales elementales. Los
fenómenos de franja resultan para Lacan como el último eslabón que retiene al sujeto en lo
simbólico y no puede ser considerado sin tener en cuenta la experiencia correlativa del
crepúsculo de la realidad que lo amenaza en esos momentos en los que se encuentra
confrontado con la falta del significante que garantiza su posición en el orden simbólico.
Murmullos, fenómenos verbales pero que bordean lo asemantico, comentarios de actos, eco
del pensamiento, a nivel visual son destellos, brillos sutiles, generan una extrañeza del campo
perceptivo, hay extrañamiento de la realidad, no son imágenes visuales pero algo de la
realidad se altera. En Schreber los crujidos que escucha.

Fenómenos de franja: Para Lacan son aquellos fenómenos que aparecen al borde de la
estructura del lenguaje, es una relación directa con lo real. El alarido en Schreber describe un
fenómeno que ocurre en el cuerpo pero que no es registrado como tal sino que es vivido de
otra manera por el sujeto psicótico. Como si viniera de afuera. Es parecido a un pequeño
automatismo por su carácter de anideico, neutral.

Después de la prepsicosis, se ingresa a otra realidad construida por el delirio y las


alucinaciones. La prepsicosis plantea una pregunta que el sujeto no se hace y que además no
puede responder. Cuando no hay respuesta son los fenómenos de franja y perplejidad los que
producen el desencadenamiento propiamente dicho.

Hay una inercia dialéctica. El delirio le permite aportar un significado, un sentido nuevo a esos
significantes sueltos que vienen de lo real. El delirio permite una nueva significación a algo que
no tenia respuesta.

La estabilización es cuando se vuelve a unir el significante y el significado mediante una


metáfora delirante. Lacan la conceptualiza como el tratamiento de ese significante suelto a
través de la elaboración de saber del delirio como metáfora que estabiliza las significaciones e
introduce una fijación y localización del goce.

Como sabemos, el efecto del lenguaje y en especial la función del significante Nombre del
Padre, separa al goce del cuerpo y a partir de ahí el cuerpo se sostiene como construcción en
tanto hecho del discurso. Los modos de retorno de ese goce y de la palabra serán distintos asi
la función paterna hubiera operado.

El desencadenamiento de la psicosis se plantea, en relación al cuerpo, como efecto del


retorno del primer efecto del lenguaje: la fragmentación. Esta irrupción se siente como algo
que destruye el cuerpo, un derrumbe de lo imaginario. No es metaforica sino que se vivencia
como y se relata como tal y afecta tanto al cuerpo como la realidad. Frente a esas palabras
portadoras de goce, el psicótico responde con la desorganización del cuerpo.

Freud va decir que el psicótico responde a la fragmentación con el delirio como un intento de
reconstrucción libidinal del mundo. Lacan habla de un “reordenamiento de lo imaginario” a
partir de un imaginario que ha saltado en pedazos se construye un nuevo orden gracias a los
recursos que toma de lo simbolico que es el lenguaje. La escritura es una herramienta
simbolica que toman algunos psicóticos. La pintura es otra, la música tambien.

Esto no me dio el tiempo de desarrollarlo EN EL ORAL pero esta bueno que al menos lo lean

Por ultimo quería mencionar al caso Joyce como otra forma de estabilización de la psicosis.

En este segundo momento, Lacan presenta la Teoría de nudos.

Lacan quiere formalizar la estructura en términos nodales, utilizando la Teoría de los nudos, la
cual le permite formular relaciones entre los registros Real, Simbolico e Imaginario. Ya no
prevalece lo simbólico sobre los otros registros. Los nudos son una forma de graficar la
relación que tiene el sujeto con los tres registros, cómo el sujeto se relaciona con el cuerpo
(Registro Imaginario), el lenguaje (Registro Simbolico) y el goce (Registro Real).

Va dividir las estructuras subjetivas según sean borromeas o no borromeas.

-Nudos borromeos (cadenas): neurosis o perversión

-Nudos no borromeos: psicosis

En la neurosis va decir que hay un anudamiento borromeo. Que este anudado de manera
borronea significa que están enlazados pero no interpenetrados. La neurosis agrega un cuarto
nudo para que estos tres registros no estén sueltos. Este cuarto nudo es el sinthome. El
sinthome puede ser el Complejo de Edipo, el significante Nombre del Padre, realidad psíquica.

Los tres fenómenos que producen la neurosis (La Angustia, La Inhibicion y el Sintoma) puede
operar como cuarto nudo. El nudo se lee en los puntos de cruce. Es una superposición de unos
con otros.

Lapsus del anudamiento: Es el error de anudamiento. Cuando un registro se desconecta, los


dos que quedan no se significan bien, uno queda desanudado. No hay nada que lo trabe, se
desprende. Algo va a venir a reparar el lapsus, a compensar el error del anudamiento, eso es el
sinthome, consiste en un eslabón nuevo que se agrega para remediar, para corregir el fallo del
nudo, para reparar sinthomáticamente el error. No es lo mismo que el síntoma.

Síntoma: aquello que es un problema para el sujeto. Son las palabras impuestas al sujeto quien
lo vive de manera pasiva. Comporta cierto desenganche del Otro.

Sinthome: permite reparar la cadena borromea si en ella se ha cometido lo que Lacan llama un
error. Es una solución, viene a reparar, reencadenar, reanudar, compensar aquello que se
rompió. No es real ni simbólico ni imaginario, es la cuarta consistencia que permite que los tres
registros se enlacen o anuden, de modo borromeo o no borromeo, aunque allí, debido a los
errores, ya ninguno este unido al otro. Es lo que le permite al nudo de tres mantenerse en una
posición tal que parezca constituir un nudo de tres. Cuando hay sinthome, no hay equivalencia
sexual, es decir, hay relación. La no relación depende de la equivalencia, cuando no hay
equivalencia, se estructura la relación. Donde hay relación es en la medida que hay sinthome y
donde el otro sexo es sostenido por el sinthome. El termino sinthome es exclusivamente para
el caso en el que la reparación se produce en el lugar mismo en que sé que produjo el lapsus
del nudo.

Distintos nudos posibles de la psicosis Lapsus del anudamiento → no distinción entre un


registro y otro anudamiento. • Esquizofrenia: Interpenetración entre S y R. Queda I suelto
Psicosis de fragmentación. Se fragmenta el cuerpo. En el Caso Joyce, cuando el imaginario
queda suelto algo se rompe en la relación con el cuerpo.

LOS ARTIFICIOS DE JAMES JOYCE

Nunca desencadena clínicamente, no hay delirio. Problema: “Joyce tiene un síntoma que parte
de que su padre era carente”, “un síntoma que se ubica al nivel de la palabra, que cada vez se
le impone más”. Solución (sinthome): el arte (ser el artista) y la relación con el lenguaje, el cual
lo afecta pero no lo deja pasivo, lo transforma en escritura. Escritura por fuera del sentido,
palabras, frases y letras sueltas. Es el saber hacer con eso que se le impone. En síntesis, para
Joyce: Síntoma: al nivel de la escritura en la que la palabra cada vez se le impone más,
producto del lapsus del anudamiento, y sinthome: como reparación de tal error, lo que el
escritor hace con eso, en su arte, construyéndose un ego.

La compensación imaginaria Edipo ausente, suple con construirse un NOMBRE PROPIO, se


arma un nombre que suple la forclusión del NP. Deseo de ser EL artista que mantenga ocupado
a todo el mundo y que todos hablen de él. La escritura le permite reparar el lapsus del nudo.
NORA (mujer-guante): lo sostiene, le va como guante, lo complementa y lo ajusta. EGO: Lacan
lo denomina como la reparación sinthomática en Joyce, que consigue retener lo imaginario, e
impedir que este se desprenda aunque no vuelve borromeo el anudamiento. El ego como
corrector de la relación faltante, lo que en Joyce no anuda de manera borromea lo imaginario
con lo que encadena lo real y simbólico. Funciona como sinthome, anuda. Implica un lazo al
otro, busca ser descifrado, ser leído.

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