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Fobias en la infancia

(Benitez y Pernicone)

Para Freud, el eje de la teoría para la constitución de la neurosis es el


complejo de Edipo. Lacan agrega que este estará vertebrado por el complejo
de castración, que comanda la estructuración subjetiva (a partir del cual nos
vamos a posicionar de alguna manera).

La fobia es inherente a la constitución subjetiva, es un pasaje para que


advenga la neurosis infantil. Al precipitarse para el niño que habla el complejo
de castración, la fobia irrumpe, pone en juego una encrucijada en la
estructuración de la subjetividad. La fobia indica un enlace estructural: es
estructurante de la neurosis, en tanto reveladora del drama de la relación del
deseo del sujeto con el deseo del Otro. La fobia en la niñez es la raíz de la
fobia que aparece post-pubertad (puede ser igual o con modificaciones).

El caso Juanito, es clave porque se ve todo lo que tiene que ver con el
complejo de Edipo, de castración y con las fases de la libido (sobre todo la anal
y la fálico genital). Es una referencia fundamental para el psicoanálisis ya que
pone en trabajo las consecuencias subjetivas de la instalación de la castración
como complejo nodular de la neurosis.
En Juanito, hay un sesgo fundamental que es la transferencia de su padre con
Freud, lo que nos habla de que no puede tener lugar sin la “presencia de los
padres”. Siempre necesitamos de la antecedencia lógica de ese Otro que está
en función materna y/o paterna, ese que determina un lugar para el niño en la
estructura, de acuerdo al deseo y el goce de “esos otros” que lo determinan en
la condición de hablante.

Lacan dice que al nivel de la fobia podemos ver una encrucijada, algo que
elucidar en sus relaciones hacia lo cual vira: histeria, neurosis obsesiva, y
también realiza la unión con la estructura de la perversión. En la estructuración
subjetiva es ineludible el pasaje por un momento fóbico que se plantea para el
sujeto en cuestión como una encrucijada, como cruce de una serie de variables
que producen la tensión que es estructural en la subjetividad. No debemos ver
la fobia infantil como una entidad clínica sino como un momento lógico de la
estructuración subjetiva, estructurante de la neurosis. El encuentro con la
castración materna produce efectos en ese momento lógico.

En el caso de Juanito, se va encontrando con la castración poco a poco. Esa


entrada de la castración como amenaza subjetiva cobra su peso a partir de lo
que va construyendo como su realidad psíquica y lo que escucha en los dichos
de los padres, con la ambigüedad que esto lleva. Juanito no era paciente de
Freud, sino que Freud era amigo de la familia. El papa de Juanito le llevaba el
material que escuchaba en los juegos de Juanito a Freud (porque había leído
tres ensayos). Juanito pregunta por el falo, sobre los genitales, lo universaliza.
Rehúsa a creer que a la madre le falta el falo. Cuando le pregunta a la madre
por esto, la madre le dice que todos tienen pene.La madre le dice que se deje
de tocar que le van a cortar el pene (amenaza de castración). No hay afecto ni
angustia. Juanito hace su fobia con un caballo porque se arma sobre una
representación ya conocida. Recién ve a la castración como amenaza cuando
nace su hermanita Hannah. Le dicen que viene de la cigüeña, pero la madre la
tiene a Hannah en su casa y luego lo deja entrar a la habitación. Como cuando
pregunta de dónde salió Hannah le dicen que por la cola, aparece la segunda
teoría sexual, y empieza a decir que su hermana es caca. Cuando ve como la
cambian dice que su pipí es muy chiquito. Ahí empieza a articular con la
amenaza de castración. Renuncia a su placer masturbatorio para conservar a
la madre, para no perderse como sujeto.
Juanito arma la fobia para no quedar consumido por la madre (porque no hay
un padre castrador de la madre. El padre de Juanito está presente pero no en
función paterna). La fobia aparece para salvarse de una psicosis. Su complejo
de castración es primero oído y luego visto.

En el desarrollo de un sujeto, se cuenta con dos posibilidades:


1. la de ofrecerse como el falo de su madre para que a ella no le falte o
2. la de preservar su satisfacción, separándose de su madre. Ahí aparece
la angustia.
Responde a la angustia con los recursos que tiene: pesadillas, sueños,
síntomas. Aparecen las teorías sexuales infantiles sobre la castración que
inundan sus juegos e intentan cierta resolución de la tensión, y la represión
secundaria se va instalando.
Responden con sus síntomas y llegan las neurosis de infancia, que es la
primera solución a la emergencia de lo pulsional, a la irrupción del goce en el
cuerpo del niño, a lo real de la castración.

¿Qué es la fobia?
La fobia introduce en el mundo del niño una estructura, la función de un interior
y un exterior del campo materno. Es una defensa frente a la castración, es una
solución. La fobia del niño NO es patológica. Funda el campo del Gran Otro
como lugar. Sumerge al niño en cuestión, en un momento crítico, atravesado
por la angustia. La angustia y los miedos son los sentimientos fundamentales,
que los expresa a través del juego, de la palabra y los dibujos. Es la entrada a
la neurosis, implica el encuentro con el complejo de castración.

Freud descubre que no es necesaria la medicación para la cura, no es


necesario el fármaco. Si no que se trabaja desde el juego y el dibujo. El
fármaco calla el síntoma y eso tiene consecuencias terribles para un psiquismo
en construcción.

Si hay fobia, la función paterna está debilitada (si el padre es portador del falo
se identifica pero si no es portador del falo de la madre arma la fobia).

La angustia tiene dos caras:


1. Frente a la posibilidad de quedar encerrado en el campo materno
2. Cuando se acepta la castración aparece el deseo y se sabe que hay
algo por fuera de él (angustia de castración). Es aliviadora.
La angustia se aplaca con las palabras, con el juego, con los cuentos, para
apropiarse activamente lo que se padece pasivamente. Está bien que el niño
se angustie. Es un momento constituyente. Que se angustie está bien, el
problema es cuando no se alivia.

Respecto al juego, en la fobia se anula la capacidad lúdica. Un niño cuando


juega debería hacerse de un yo invulnerable porque el cuerpo es seguro
(porque es un juego). El niño puede destruir a un objeto, realizar todas las
fantasías, ser heroico, proveerle al otro el fantasma de su propia desaparición,
perder a la madre a través del juego. En la fobia, todo esto se anula.

Debilidad mental
(Elsa Coriat)

Lacan tomo el significante “débil” de Mannoni y allí simplemente quiere decir


retrasado. Pero para Lacan, según Coriat, no necesariamente un deficiente
mental tiene que ser psicótico.

No es lo mismo un deficiente mental psicótico que otro con una estructura


acorde a la Ley y además, la psicosis no se presentan de la misma manera en
un deficiente mental que en alguien que no lo es.

La debilidad puede estar por dentro o fuera de la ley. Si se dan los pasos
necesarios con respecto a la inscripción del Nombre del Padre y estos son
efectivizados como corresponde, entonces una inteligencia menor no será
obstáculo para que se constituya un sujeto neurótico, menos brillante y menos
rápido, pero sin más diferencias.

Si no se produce la inscripción del significante que es condición para la


separación, y el niño queda pegado al diagnóstico, el deficiente se quedara
pegado a la imagen que le proporciona el otro, cosificado en el espejo,
quedando alienado. El deficiente psicótico queda atrapado en una imagen
cuasi estática, que se aferra para ilusionar su ser, lo cual determina su fijeza y
la inmovilidad de su conducta.
Se apunta a que sea un sujeto (menos inteligente y más lento) pero que sea
sujeto y no objeto. Cada vez hay mayor interés hacia la personalidad del
deficiente mental y a su aspecto relacional, considerándolo como una persona
que estructura un lazo original con su medio.

Laurent dice que, antes de 1969, Lacan aceptaba el término admitido en la


clínica, pero después de 1969 utiliza el término de “debilidad” en otro sentido,
ya que dice que para él, no hay quien se salve del calificativo de débil. Lo utiliza
hablando del punto de tontería de cada uno, allí donde nos dejamos tomar por
la pasión de la ignorancia. El problema no es intentar definir a la debilidad sino
al débil.

Por otro lado, para construir un delirio debe haber un psiquismo y un aparato
neurológico para hacerlo. En la debilidad mental, que pueda construir un delirio
es mucho mejor ya que es propio del sujeto. Es la forma que tiene de acallar
ese goce mortífero.

Autismo
(Ilda Levin)
A partir de 1967, los Mannoni hicieron un coloquio que cambio la forma de
trabajo con niños graves. La puesta fue sobre la escucha del sujeto (ya sea
habla, juego o silencio), además de una negativa profunda a las clasificaciones
que hacen perder la singularidad al sujeto.

Kanner plantea tres condiciones para el tratamiento del autismo:


1. Dar lugar a una elaboración y reducción de goces invalidantes (es decir,
a la pulsión de muerte). La puesta apunta a que surja el deseo y un
analista que también sostenga el deseo, ya que no se es sin un otro
2. Que no se apresure el diagnóstico y que se sostenga la transferencia
3. Elaborar el goce tanatico e incestuoso porque si no los vínculos serán
enajenados y sin salida.

La escucha es a partir de la demanda, de los deseos y de los anhelos en juego.


A través de la entrevista a padre, podemos ver los fantasmas paternos y el
lugar que ocupa ese niño (esto lo vemos a través de las historias que cuentan).
El tratamiento es en familia, es decir, que se lo sigue en la casa para saber que
pasa ahí adentro. La transferencia se despliega (no siempre pasa).
Para el trabajo, podemos contar con el niño, con los padres o con ambos (que
sería lo ideal).
El motivo de consulta es a partir de las insatisfacciones de los padres. Durante
los primeros encuentros se van vislumbrando los hilos inconscientes que van
armando el conflicto que hay: las primeras consultas son fundamentales. Los
niños suelen desplegar sus malestares (que no siempre coinciden con lo que
dicen los padres, apareciendo una contradicción).

El estadio del espejo es importante porque le devuelve al niño la mirada de ese


yo ideal que no tiene todavía.
En el autismo acá fallo porque justamente, no diferencia yo- no yo, adentro-
afuera, hay repliegue y el “me quedo ahí escondido”. No hay un corte, el cuerpo
es fragmentado.

Autismo En el DSM IV
Está integrado en el TGD. Se inicia muy temprano, en la primera infancia, y
dura toda la vida, aunque puede cambiar su forma de presentación. En el 2011,
en Estados Unidos, se dijo que uno de cada 88 niños es autista, y que aumentó
mucho entre el 2007 y el 2011.

Se diagnostica como un trastorno del afecto en la comunicación, la interacción


social y las conductas repetitivas (que ellos hacen). No hay afecto en estas
tres. El énfasis esta puesto en la falta del lazo social, y se suele dejar de lado
un poco las conductas repetitivas (que tienen una lógica).
Eric Laurent dice que en DSM IV tiene clasificaciones autoritarias.
El inicio temprano (desde que nace hasta los dos años) es fundamental para
diagnosticar.
Puede ser congénito (nace con eso) o adquirido (se desarrolla hasta los dos
años). Eso es característico del autismo.
Además, es muy diferente de la psicosis infantil:
 El autista tiene una continuidad en el tiempo.
 Tiene características conductuales similares a las de la psicosis infantil,
como llorar mucho, tener problemas en el reflejo de succión (porque hay
una debilidad mental), rigidez corporal en los brazos, evitar la mirada,
pero la diferencia es la evolución.
 El autismo se mantiene en el tiempo y no forma parte de ninguna
estructura. Tiene traumatismo del lenguaje, no hay mucha palabra, son
silenciosos y si pueden hacer sonidos son gritos cuando se sienten en
peligro.
 No hay constitución del cuerpo, el objeto no es exterior ni interior sino
que es un objeto autista y ellos se agarran de eso.
 El autista puede repetir palabras, pero eso no quiere decir que tengan un
significado simbólico.
 El autista no puede simbolizar.

Igualmente, aunque el niño sea autista, no hay que rotularlo y patrocinarle un


futuro.

Elsa Coriat dice que cuando se lo rotula, se lo coloca en un lugar distinto, lo


que implica distintas versiones de cómo debe ser tratado, y cambia la idea que
tengan de lo que le pasa.

Kanner fue el primero en descubrir el autismo infantil. Había trabajado con 11


casos de autismo y le dio una entidad clínica singular (1943).

Maleval (contemporáneo) dice que hay que escuchar al autista. Eso no significa
que hable sino que hay que observar y saber que no lo vamos a curar del
autismo porque es su normalidad. Pero hay que abrir nuevas posibilidades. El
analista debe tolerar la frustración.
Otra preocupación es la búsqueda incesante de la causa: como todavía no se
encontró un gen, se sigue apostando al medio ambiente. Se han ubicado
algunas condiciones como posibles causas del autismo pero todas tienen la
particularidad de que han sido halladas en otros niños que no son autistas, por
ende no nos sirve.

Desde lo cognitivo, tenemos a Jan Hacking, que explica a través de la teoría de


la mente por déficit del lenguaje. Respecto al psicoanálisis, hay muy mala
prensa sobre esta teoría. Lo que busca el psicoanálisis es que el niño se
invente algo desde su propia subjetividad. No le interesa tanto la causa si no
que trabaja para que haya una invención singular, cualquiera sea.

Historia del autismo:

En 1906 empieza a hablar De Santis de psicosis precoz, porque era muy


temprano en el desarrollo, había inaptitud para el aprendizaje y síntomas
catatónicos. Luego, Kanner, a los chicos con esa conducta, les pone el nombre
de autismo.

En 1944, Asperger dice que hay otros síntomas que se diferencian del autismo
y se desarrollan posteriormente. Nombra dos características: la soledad y la
fijeza. Es precoz porque es anterior a los tres años. En el síndrome de
Asperger, no está alterado el lenguaje ni hay cambios en el diagnostico (eso es
lo que lo diferencia del autismo).

Hasta la década del 80 se consideraba que la etiología era puramente


emocional.
En 1980, sale el DSM III. Se empezó a considerar que su etiología es orgánica.
La nosología perdió su finura y se convirtió todo en una bolsa de gatos. Se
empiezan a llamar “trastornos profundos del desarrollo”, donde se habla de
dificultades en lo social, lo motriz, la lingüística, el habla y para aprender. Si
tenías todo, eras autista.

En 1897 se revisa el DSM III y se lo engloba en TGD, donde estaba el autismo


de Kanner y el TGD no especifico (se encontraba todo lo demás). Asperger y
autismo estaban englobados en el TGD.
El DSM IV habla de cinco cuadros en el TGD: Rett, Autismo, Asperger,
trastorno desiderativo infantil y el no especificado. En este diagnóstico, el
autismo tiene tres características: problemas en la comunicación, alteraciones
en las relaciones sociales y comportamientos estereotipados, repetitivos y
anormales. En la interacción social hay comportamientos posturales, los más
pequeños se aíslan (caparazón anti estímulo) mientras que los más grandes
pueden mirar al otro pero no entienden como para hacer interacción social.
En la comunicación, hay retraso o ausencia total del habla. Hay ausencia de
juego, presentan ecolalia (repetición). A veces, tienen algún interés sobre algún
objeto en particular. Todo esto ya se puede observar desde los seis meses.
El DSM IV no tiene en cuenta las alucinaciones y delirios para diferenciarlo de
la psicosis infantil.

El síndrome de Rett comienza posteriormente a los 2/3 años (esa es la


diferencia con el autismo), se produce una regresión, se desacelera el
funcionamiento craneal. En general, se da en niños y suele comenzar co un
aleteo (no el del autista). El des aceleramiento se da entre los 5 y 48 meses. Es
neurológico y de base genética. Por otro lado, el trastorno desiderativo infantil
tiene una regresión, que lo lleva a una conducta autista, aunque el desarrollo
es posterior. El Asperger es trastorno del lazo social y comportamiento
repetitivo pero el habla se desarrolla (son autistas de alto rendimiento). El TGD
no especificado comparte alguno de los síntomas de los cuadros anteriores. El
que no se diferencia bien es la psicosis infantil. Además se agrupa lo
psiquiátrico y lo neurológico.
En el DSM V se empieza a hablar de TEA: trastorno del espectro autista, que
puede ser leve, moderado y profundo.

Por todo esto, el diagnostico de autismo es totalmente inestable. Laurent dice


que hay que tener en cuenta la imagen del cuerpo, los objetos autistas, la
forclusión del agujero, si hay delirio, la delimitación del espacio. Tastin agrega
que tienen más desarrollado el tacto.
Los niños autistas tienen un funcionamiento lógico dentro de su autismo y no
es al azar. Es singular y esto es lo que hay que descubrir, no hay que reducirlo
a un objeto de diagnóstico. Hay que rescatar lo poco subjetivo que tienen.

Las psicosis infantil


(Elsa Coriat)

Tanto la medicina como la psiquiatría hicieron sus primeros cuadros en base a


un modelo terminado: el adulto. Los niños quedaron para el final, y eso trajo
consecuencias. Las primeras categorías se recortaron de las del adulto y se lo
hizo entrar ahí al niño. En la psicosis pasa lo mismo. Pero el campo de la
psicosis es tan amplio, tanto en sus materias de presentarse (del lado del
paciente) como en cuanto a los criterios que la define (profesionales) que se
hace necesario ubicar una posición al respecto. Sus formas de presentación
son múltiples (por eso las psicosis).

Lacan en 1956 dicta un seminario sobre las psicosis. A partir de allí, el campo
de las psicosis queda definido en función de la forclusión del Nombre del
Padre, significante primordial. Es decir que entra en juego la ley paterna.
Habla que no hay corte, no hay pérdida.

Freud, por su parte, dice que el diagnóstico de psicosis se da en la pubertad,


cuando hay un brote por la re-edición del Edipo. En el niño pequeño no hay
alucinaciones ni delirio porque no hay recursos (no tiene armado el yo).

Klein dice que se puede revertir porque la estructura no está terminada de


formar. En la salida del Edipo se dan las identificaciones, pero luego, en la
pubertad, hay que validarlas. Las identificaciones son el primer lazo de amor,
pero en la latencia se lo guarda en el bolsillo. Estas vuelven en la pubertad,
donde el chico puede concretar (por es los brotes psicóticos se dan en esta
época).

Lo habitual es considerar que el diagnóstico de psicosis tiene carácter


irreversible. Pero la experiencia nos muestra que la psicosis, en la infancia, es
pasible de remitir, incluso sin dejar consecuencias en la estructura del sujeto.
Esto no quiere decir que sea sencillo, pero a diferencia de los adultos, con
intervenciones se puede conseguir modificar un destino.

Hay que separar la psicosis en: psicosis (la de los adultos) y psicosis infantil. La
infantil es la pasible de ser modificada.

Depende de cuando se manifiesta y cuando se lo trata. Esto no quiere decir


que la psicosis tenga cura. Puede ser modificada pero depende del tiempo. El
tiempo es el factor diferencial. Pasado el tiempo de la pubertad, no hay cambio
de estructura y la posibilidad de transformación de las bases de la estructura es
prácticamente nula. Cuanto más pequeños, más posibilidades de operar una
transformación. Pero esto resulta más difícil pasado el Edipo. La forclusión
Nombre del Padre queda definitivamente instalada con la conclusión de la
infancia, pero no antes.

La función paterna opera la separación entre madre e hijo. Para que la


prohibición simbólica pueda llegar a operar la castración, es condición
necesaria que se haya producido una serie de efectuaciones antes, en los
registros de privación y frustración (Lacan dice que la posición del sujeto frente
a la castración es estructurante, no el Edipo como dice Freud).
Al niño, la Ley que hace corte le llega encarnada en otro. Pero para que un
tercero pueda aparecer, primero tiene que haberse esbozado la experiencia de
que él no es Uno ni con el universo ni con la madre.
El Nombre del Padre es el significante que se va escribiendo en cada una de
estas experiencias de separación. Cada paso previo es condición necesaria
para el siguiente, pero no suficiente.
Los pasos previos están acompañados de otro, encargado del bebe. Ese otro
tiene que estar castrado y ser castrador.

Dentro de la patología, es típica la de una madre que: o no le pone la suficiente


libido, o le pone muchísima (tiene que haber un niño que pierda a la madre y
una madre que se deje perder). El niño psicótico queda como objeto de
necesidad de la madre.

Elsa dice que la psicosis infantil es un monstruo de infinitas caras, de múltiples


posibilidades fenoménicas: desde hiperkinesias hasta inhibidas movilidades,
desde verborragia hasta mutismo, desde brillantes capacidades hasta idioteces
extremas, desde niños maleducados hasta niños prolijitos.

Cualquiera de estos índices conductuales también puede encontrarse en un


niño no psicótico pero lo que determina que sea psicótico es que: real,
imaginario y simbólico no se anudan en articulación borronea por carencia de
inscripción del Nombre del padre. Carencia no es lo mismo que falla.
La vía por la cual accedemos a todo esto es el juego. En el juego psicótico no
hay objeto que juegue como objeto transicional, no hay objeto que desempeñe
el papel de juguete sosteniendo el despliegue de una historia inventada, sino
que el juego es repetitivo. No inventa. Va desde actividades mecánicas y
formales con un objeto hasta no tocar ningún objeto, o chiches que no son
utilizados como tales. Si hay una historia con juguetes, aunque sea mínima, en
ella está el esbozo del sujeto.

La psicosis no es un atributo del ser ni se nace con ella, ni acompañará al


individuo que lo porta para toda la vida, por más que a partir de cierta edad
prácticamente es imposible modificar la estructura. No debemos decir que un
niño “es psicótico” sino que “está psicótico”, sabiendo que podrá dejar de
estarlo si tenemos la habilidad de intervenir adecuadamente. Es clave precisar
un buen diagnóstico para poder saber qué hacer, como ubicarnos frente al niño
y como tratarlo. El niño tiene que poder armar historias, simbolizar, nombrar.

Entonces, dijimos que la forclusión Nombre del Padre es equivalente a decir


que no hay inscripción de tal significante.

Elsa Coriat agrega que el papel donde la mano del Otro escribe los
significantes fundantes es el sistema nervioso central.
Nacemos con un cerebro fabricado por la maquinaria biológica de la especie.
Este cerebro no está concluido si no que las terminaciones se efectúan a mano
del otro que se ocupa de ejercer la función materna. Sobre la página en blanco
se escriben las primeras huellas mnémicas. El cerebro del bebé es plástico;
esas marcas de las primeras experiencias son el armado mismo de una serie
de conexiones neuronales que se van conformando de acuerdo al acontecer.
Los trazos inscriptos mientras la masilla está fresca son fáciles de hacer pero a
medida que el tiempo pasa, se va secando y es cada vez más difícil establecer
alguna marca en ella. A partir de cierto momento, a lo sumo se puede pintar su
superficie pero ya no se puede modificar la textura básica.

Es decir que si el significante del Nombre del Padre no hizo la marca que le
correspondía al año, se lo puede retocar a los tres y un poco menos a los seis,
pero a los veinticinco años ya es imposible. Este significante va haciendo
marca con el “no”.

Y no hace falta encontrarse con un delirio para diagnosticar psicosis en la


infancia, sino que sus actos se sostienen en la mirada y en el goce de un Otro
encarnado en cualquier otro.

Las diversas presentaciones de la psicosis infantil coinciden en el punto de la


ausencia de inscripción del significante Nombre del Padre y de que no hay
institución del corte (Fort-da).

La imagen inconsciente del cuerpo


(Dolto)
El esquema corporal es el cuerpo en sí mismo, es el organismo.
Es el mismo para todos los individuos.
Hay una parte consciente, una inconsciente y una preconsciente.
Es un soporte para la imagen inconsciente del cuerpo.
Es evolutivo en tiempo y espacio.
Se estructura mediante el aprendizaje y la experiencia y refiere al cuerpo
actual.

La imagen inconsciente del cuerpo es la síntesis viva de nuestras experiencias,


que es encarnación simbólica del sujeto deseante.
Es una memoria inconsciente de toda vivencia relacional.
Se camufla o actualiza en cualquier expresión de lenguaje (gestos,
expresiones). Es propia de cada no. Está ligado al sujeto y a su historia.
Es eminentemente inconsciente, vía metáforas y metonimias.
Se estructura mediante las castraciones y la comunicación entre sujetos.

Ambas dos pueden hacer independientemente, no venir de la mano.

Puede ser que haya esquema corporal sano y una imagen del cuerpo afectada,
o también que haya una imagen del cuerpo sana y un cuerpo afecto.
Para que esto no suceda, tiene que haber un entorno flexible, que hable con el
niño de esto, que le ponga palabras, que pueda vía lenguaje expresar sus
deseos.

La evolución depende de la relación emocional con los padres (que los padres
hayan sacado la invalidez del niño).
Gracias al esquema corporal y la imagen del cuerpo entrelazados, va a poder
haber comunicación con los otros.

Dolto dice que el analista no comparte activamente el juego con el niño porque
así, se estarían compartiendo los propios fantasmas inconscientes,
mezclándolos con los del otro sujeto.
Dice que el niño no juega por placer sino para dirigirse al analista. Para ella,
primero los niños tienen que trabajar delante de los padres. Luego, solo. En un
tercer momento, los invita a sesión cuando el niño lo solicita.
Todo lo contrario a Melanie Klein, que trabaja con las imagos parentales y no
con los padres reales.
Dolto dice que el niño es un reactivo del entorno, no es el sujeto a tratar. Pone
mucho hincapié que cuando esto sucede, los padres deben seguir
encargándose de educar al niño.

La imagen inconsciente del cuerpo queda del lado del deseo.


El esquema corporal más del lado de la necesidad.

La pulsión se representa a través de la imagen inconsciente. La imagen


inconsciente solo puede ser constituida en el niño. Cuando hay experiencia
sensorial pero no hay nadie para significar, es esquema corporal puro. Cuando
hay esquema corporal sin imagen, hay un devenir mudo y solitario.
Si la imagen inconsciente del cuerpo se estructura en la comunicación con el
otro, cualquier interrupción en la comunicación va a tener consecuencias.

La imagen inconsciente del cuerpo y el esquema corporal se relacionan en dos


procesos:
1. Tensiones de placer y de dolor en el cuerpo
2. Palabras venidas de otro para humanizar esas tensiones

Las sensaciones que más inviste el niño se dividen en tres grandes grupos:
1. las sensaciones propioceptivas (dan al bebe la sensación de que su
cuerpo es una masa estable),
2. las sensaciones interoceptivas (dan la impresión que su cuerpo es una
masa agitada por el flujo y reflujo de las tensiones orgánicas) y
3. las sensaciones erógenas (dan impresión de que todo su cuerpo es un
orificio que palpita de placer). Todas estas sensaciones investidas
cincelarán la imagen inconsciente.

Dolto va a hablar de tres grandes componentes de la imagen del cuerpo , que son
indisociables y que cuando uno de ellos sufre una perturbación, todo el
conjunto resulta afectado:

- Imagen de base
- Imagen funcional
- Imagen erógena

IMAGEN DE BASE: primer componente que permite al niño experimentarse en


una continuidad. Posibilita la noción de existencia y continuidad. Es la que le da
al pequeño la impresión de que su cuerpo y su ser son una sola cosa. Le da al
niño la convicción de que su cuerpo se asienta sobre un suelo firme que lo
sostiene y lo soporta. Se elabora desde el nacimiento y va teniendo cambios
(hay una imagen propia de base en cada estadio). Es constitutivo del
narcisismo, de la cohesión narcisista.

IMAGEN FUNCIONAL: es estática, tiene movimiento. Da la sensación de un


cuerpo agitado y febril. Es de un sujeto que tiende al cumplimiento de su deseo
y de necesidades, de un cuerpo al acecho de objetos concretos que puedan
saciar sus necesidades y en busca de objetos imaginarios y simbólicos para
satisfacer sus deseos. Va a permitir la utilización adaptada del esquema
corporal, es decir, su uso adecuado

IMAGEN EROGENA: asociada a determinada imagen funcional. Se focaliza en


el placer o displacer en la relación con el otro. Se refiere a círculos, agujeros,
concavidades con intenciones activas o pasivas, agradables o desagradables.
Es la imagen de un cuerpo sentido como un orificio entregado al placer, cuyos
bordes se contraen y dilatan al ritmo alternado de la satisfacción y la carencia.
Abre al sujeto a la vida de un placer compartido, humanizante.

La imagen inconsciente del cuerpo es la síntesis viva, el devenir de estas tres


imágenes enlazadas por la pulsión de vida, las cuales se actualizan para el
sujeto deseante en la imagen dinámica.
La imagen dinámica corresponde al deseo de ser o de perseverar en un
advenir. No tiene representación que le sea propia, ella es la tensión de
intención. Su representación no sería sino la palabra “deseo”, el sujeto con
derecho a desear.

ESQUEMA CORPORAL IMAGEN INCONSCIENTE DEL


CUERPO
Es la representación que cada uno Es la representación inconsciente
se hace de su cuerpo y le sirve de que cada uno se hace de su cuerpo
referencia al espacio de ayer y de hoy vibrante de deseos,
lenguaje y ternura
Es común a todos los seres humanos Es propia de cada individuo
Es un dato neurofisiológico Se forma durante los primeros tres
años de vida
Es una realidad de hecho. Es una Se construye y se organiza siguiendo
instantánea de nuestro cuerpo los estadios del desarrollo del
orgánico, sano o enfermo, tal como pequeño. Cada etapa de la formación
lo vivimos gracias a las sensaciones de la imagen se abre a cambio de
musculares, oseas, etc. sufrir el precio de la castración
Es en parte inconsciente pero en Es fundamentalmente inconsciente
general, es preconsciente o
consciente
Se elabora como resultado del Se estructura en el seno de la
aprendizaje de la experiencia motriz. relacióndeseante, lingüística y
Es independiente de la relación afectiva con el prójimo
afectiva con el prójimo
Procura una estabilidad temporo- Me asegura una estabilidad, una
especial. constancia y una mismidad de base
Las imágenes del cuerpo y sus
destinos: Las Castraciones
(Dolto)

El deseo, obrando en la imagen dinámica, procura cumplirse gracias a la


imagen funcional y a la imagen erógena, donde se focaliza para alcanzar un
placer por capturacion de su objeto.
Pero, en su búsqueda, el deseo encuentra obstáculos para su realización.

Habla de la importancia primordial de la madre, ya que los intercambios con


ella le permiten tener una relación humana y duradera. La madre es quien, por
medio de la palabra, hablándole a su hijo, le mediatiza la ausencia de objeto.

Para que la imagen inconsciente del cuerpo se consolide, necesita de las


percepciones habituales frente a las cuales descubre nuevos nombres que lo
sorprenden. Estos van apareciendo de manera gradual.
Debe haber un adulto que pueda significar estas percepciones. La presencia
aseguradora de la madre frente a estas percepciones le da una seguridad
existencial y permite el vínculo con ella, vinculo que intenta amortiguar lo
nuevo. El intercambio asegurado con la madre es una prueba de la relación
humana duradera.

El psicoanálisis permitió descubrir que son los intercambios, sutiles soportes


del narcisismo indispensable para el reencuentro de la salud afectiva, los que
fundamentan el pronóstico psicosocial del futuro del niño.

El narcisismo se encuentra desde el nacimiento, entrecruzado con la relación


sutil de lenguaje, creadora de sentido humano, originado en la madre y
mantenido por ella.
El narcisismo asegura una continuidad del ser y va a ir formándose a través de
las pruebas que aparecen en la vida.

Estas pruebas son las castraciones, que ayudan a modelar la imagen del
cuerpo y permiten simbolizar.

Las castraciones son prohibiciones radicales opuestas a una satisfacción


buscada y anteriormente conocida.
La imagen del cuerpo se estructura gracias a las emociones dolorosas
articuladas al deseo erótico, deseo prohibido después de que el goce y el
placer de este han sido conocidos y gustados.
Vía castración, se corta el contacto directo cuerpo a cuerpo (queda
intersectado).
En un segundo tiempo, permite recoger al niño los frutos de la castración.
Tiene carácter sublimatorio porque las pulsiones no quedan satisfechas como
antes, sino que tras un pedido de silencio, entran en un proceso de sublimación
(también lo puede llevar al sujeto a una perversión, o a una neurosis).
Aparecen la soltura, la gracia, la destreza, la comunicación, la inteligencia, el
placer de unirse a otros niños.
En la adolescencia, se reorganizan los conflictos de las castraciones mal
dadas. En este periodo, deben ser dados y aceptados (la aceptación es el
precio que hay que pagar para acceder a la acción creadora, sexual).

Una castración exitosa es una dada a tiempo por alguien que esté castrado.
Debe ser dicha, enunciada y también se la debe poder observar en el que
castra, es decir que debe ser creíble.
Esto tiene un sentido humanizador y es necesaria para que la castración sea
simboligena.
Es decir que la castración es un proceso que sucede en un sujeto cuando otro
le significa que el cumplimiento de su deseo, tal como se lo quiere llevar
adelante, está prohibido por la ley.
Esta significación pasa por el lenguaje, bien sea gestual, mímico o verbal.
La verbalización de la prohibición impuesta a determinada mira de su deseo, a
condición de que el niño sepa a cierta que le adulto está tan marcado como él
por esta prohibición, lo ayuda a soportar la prueba.
Implica algo de la represión, de un recorte de las fuentes pulsionales. La ley es
represiva pero también habilita al sujeto a su actuación en la realidad.
Gracias a la castración, la comunicación deviene creadora.
El circuito corto cuerpo a cuerpo queda interceptado y se transforma en un
circuito largo de la comunicación, que es más sutil y que deviene creadora. Es
una comunicación más extendida en el espacio y en el tiempo, y más sutil de lo
que era la comunicación repetitiva en el contacto corporal de las necesidades
asociadas al deseo.

Además, una castración lleva al individuo a un estado de mayor confianza en sí


mismo, a un mejor manejo del vocabulario y de destreza manual.

CASTRACION UMBILICAL
Se da con el nacimiento. El papel simboligeno es elemental e indeleble, aunque
el nacimiento sea natural.
Sella la llegada al mundo del individuo. Habla de la importancia de como los
padres lo reciben y como lo aceptan (vinculado al narcisismo de los padres). La
cesura umbilical origina el esquema corporal y lo separa al niño del cuerpo a
cuerpo de su madre.
Es fundadora, con las modalidades de alegría o de angustia manifestadas al
nacimiento del niño en su relación con el deseo de los otros. Estas
modalidades servirán de matriz a las modalidades de castraciones siguientes.
Es la primera vez que dejamos algo de nosotros, léase, el cordón umbilical y la
placenta, e imposibilita un retorno al estado anterior.
También implica una castración para los padres, que quedan ajenos a la
elección del sexo y además, cuando lo inscriben en el registro civil, el niño pasa
a ser un sujeto con derechos (suceda a los padres lo que le suceda).
Es el lenguaje el que simboliza la castración del nacimiento (a través de su
nombre y de la calificación del sexo).
La simbolización, para el recién nacido como para sus padres, es su adopción
plena y entera, afectiva y social. Su contracara es la adopción reticente.
CASTRACION ORAL
Llega con el destete, que es una privación impuesta al bebé de la satisfacción
cuerpo a cuerpo.
El fruto es el deseo y la posibilidad de hablar, de comunicarse a través de otros
medios. Es decir, de acceder a un lenguaje que no sea entendido solo por la
madre, lo cual le permitirá no seguir dependiendo exclusivamente de ella.
Empieza a abrirse el campo a otro: el niño acepta la asistencia de cualquier
persona.
El destete también implica una aceptación por parte de la madre, es una
castración también para ella, que se empieza a comunicar de otra manera que
dándole de comer: en palabras y gestos.
Esta castración marca una etapa diferente en la comunicación y el placer.
Es fundamental que la madre le abra el campo a otro. Implica también un corte
a una parte de si (el pecho).
Lo que esta castración promueve en el inconsciente y en el psiquismo del niño
son posibilidades de relación simbólica. Es decir que se puede identificar con
su madre en su relación con los demás y con el medio circundante.

CASTRACION ANAL
Hay dos acepciones del término:

 La primera: es el sinónimo de la separación del niño y la asistencia de la


madre para todo lo que constituye el hacer necesario para la vida,
empieza a adquirir autonomía, deja de ser un objeto parcial. Deja de ser
dependiente de la tutela y de la manipulación de la madre, para todo lo
que es acostarse, vestir, blablá. Es la separación del cuerpo a cuerpo
tutelar. Le da seguridad al niño, que empieza a ganar autonomía, y la
distancia es cada vez mayor.

 La segunda aceptación tiene que ver con la prohibición significada al


niño de todo actuar dañoso, que puede ser animado o inanimado. Es
decir, sería un “no hagas lo que no te gustan que te hagan”. Esto valora
el comercio relación con el otro. Implica un cuidado.

Dice que esta castración es condición fundamental para la humanización y


socialización. Supone el placer de la comunicación basada en lenguaje, del
control de la motricidad, del dominio de la fuerza.
Solo es posible de darla si el niño es reconocido como sujeto, no si es
considerado objeto de adiestramiento.
La castración anal es la prohibición de dañar su propio cuerpo, así como el
mundo inanimado y animado que rodea el triángulo inicial padre-madre-hijo,
por acciones motoras peligrosas.
Algunos de los frutos son: autonomía, fin de la dependencia con la madre,
descubrimiento de la relación con el padre o con otro.
Da seguridad al niño para asumirse en el espacio tutelar, para realizar sus
propias experiencias, para adquirir una motriz expresiva, motriz, en lo tocante a
sus necesidades y a muchos de sus deseos.
Abre a la comunicación con todos los niños de su edad y con cualquier prójimo,
al intercambio de palabras, manipulaciones lúdicas o utilitarias compartidas con
su entorno familiar y social.
Es también entrar en el actuar y el hacer del varón o niña en sociedad, saber
controlar sus actos, discriminar el decir del hacer. Puede “colocarse en el lugar
del otro”. El niño imita lo que percibe y luego, se identifica con los seres
humanos que lo rodean.

CASTRACION GENITAL
Es la castración no edípica o primaria.
Es el efecto del descubrimiento de la diferencia de los sexos.
Hace de puente entre la castración anterior y la que le sigue.
Los frutos de esta castración son la vergüenza, el pudor, orgullo, disfraces,
muecas, accesorios.
Dolto dice que hay que dar palabras justas, verdaderas y simples al niño. Esto
lo habilita para su sexualidad futura.
Lo prepara para un porvenir, de una manera o de otra. Aparece el ¿para qué?,
búsqueda de respuestas, y otras preguntas. Pero todavía no estamos en el
terreno del Edipo.

COMPLEJO DE EDIPO Y CASTRACION GENITAL EDIPICA


Viene con la prohibición del incesto.
La imagen del cuerpo cambia para él, ahora se tiene que poner en
concordancia con un cuerpo. Para esto, necesita la verbalización de la
prohibición del incesto. También tiene que ser coherente. La enunciación
corresponde a la iniciación del hijo en la vida humana y en la iniciación genital.
Es importante que el padre este castrado.
La prohibición del incesto saca al niño del Edipo y entra a la niña: la niña solo
entra trasgrediendo esta prohibición, queriendo seducir al padre. Inaugura las
cualidades femeninas de seducción y tratar de gustar, y al varón, irrumpe la
prueba epistemológica de querer saber y comprender. Esto fragiliza al niño
porque haga lo que haga, el adulto tiene otro deseo por fuera del niño.
El fruto de esta castración es su adaptación a todas las situaciones de la
sociedad. Lo lleva al niño a armar amistades auxiliares, libera su deseo para la
realización pero por fuera de la familia.
Las pulsiones que ya fueron castradas en las otras etapas, van a metaforizarse
en la manipulación de esos objetos que son las palabras, las sintaxis, las reglas
de todos los juegos. Al final del Edipo, el niño vive ya no para complacer a
mama y a papa sino para sí mismo y a sus amigos.

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