Lacan dice que la Psicosis no es una demencia, y la equiparó a lo que se
llamaba las locuras. Toma los aportes de Clérembault (organicista): aporte que hizo a la psicosis fue de gran importancia en la clínica, entre esos conceptos que toma de él, es el automatismo: sucesión de ideas sin mucho sentido, que Lacan denominó el discurso del amo, a lo que había que otorgarle sentido a la cadena de los fenómenos elementales. Otro concepto que toma es noción de comprensión propuesto por Jaspers, y va a decir que en el discurso de estos pacientes hay cosas que son obvias pero incoherentes, y va a decir que la utilidad de todo discurso es sostenida por la comprensión; pero la misma va a ser evocada como limítrofe, cuando mas nos acercamos es inasible, por lo tanto, proponía que en el psicoanálisis no hay psicogénesis, todo lo que es de orden psicológico está sometido a anomalías, de lo contrario, caeríamos en el reduccionismo del siglo 18 y la personalidad de los síntesis. Desde la propuesta freudiana decimos que la relación analítica se constituye a partir de la confesión que el sujeto hace, advirtiéndose alteraciones que desde lo lacaniano se correspondería con el registro de lo imaginario. Sin embargo, Lacan establece que puede reconocerse en estos sujetos lo simbólico, imaginario y lo real.
Simbólico: Es aquello en que la comprensión se inserta y que puede ejercer una
influencia perturbadora. Imaginario: Formas que constituyen los niveles, por los cuales el individuo es conducido hacia sus objetivos. La imagen tiene un papel capital porque permite la integración de lo simbólico. Real: En relación a lo real va a existir un umbral con sentido de continuidad y lo que Lacan denominó intuición delirante. Lacan va a proponer centrarse en el discurso del alienado y este discurso va a constituir lo simbólico, aunque el material va a ser el propio cuerpo, reducido e irreductible de lo imaginario. Freud propuso que la Psicosis el Icc estaría en la superficie, y Lacan, en cambio, que el Icc está estructurado con el lenguaje, y que este articulado no permite que este reconocido. El psicótico ignora la lengua que habla y el Icc aparece en lo real, y en lo Icc no hay solo cuestiones reprimidas que son desconocidas para el sujeto, sino que a través del proceso de verbalización va a existir una admisión en lo simbólico que en el psicótico puede faltar. No está fuera del lenguaje. Advertimos que se rehúsa al acceso de lo simbólico, que es la castración, y nada quiere saber de ella; pero lo que cae bajo la represión, retorna lo reprimido, siempre está allí y se expresa. En el neurótico, síntomas y otras formaciones del Icc, en cambio, en el psicótico todo lo que se rehúsa en el orden simbólico aparece en lo real, es decir, rechaza la castración y con ella registro de la función simbólica por el Yo; por lo tanto, existe relación entre la renegación y la reaparición con la particularidad de que esta no está integrada por el sujeto. La alucinación verbal (delirio) reaparece en lo real de lo rehusado por el sujeto. El fenómeno alucinatorio tiene la fuente en la historia del sujeto en lo simbólico. En el esquema de la alucinación verbal, Lacan plantea que hay una interrupción de la palabra entre sujeto y Otro, y hay un desvío por los dos Yo y de sus relaciones imaginarias, existe una triplicidad en el sujeto, es decir, el que habla le habla al otro, y le habla al sujeto en tercera persona. El sujeto se habla con su Yo. La alucinación aparece en lo real acompañado de un sentido de realidad cuando el sujeto habla literalmente con su Yo, es como si un tercero, su doble, hablase y comentase. Lacan propone, en relación analítica, el desconocimiento con lo simbólico, va a acarrear confusión en lo imaginario (importa en la identificación narcisista) la relación simbólica no se va a eliminar, sino que se sigue hablando, pero el resultado de ese desconocimiento no es que el sujeto quiera ser reconocido por el terapeuta, sino que es reemplazado y reconocido del fantasma. Hacer análisis es la antecámara de las locuras; pero para ser loco es necesario alguna predisposición, sino una condición (estructura). Significación del delirio (Seminario 3): Para hablar del concepto de delirio vamos a tomar en cuenta la propuesta de Pascal: era una locura necesaria pero que no se corresponde con la locura de todos. Y aportes de Freud, desde el concepto patterns, que diferencio entre lo normal y comprensible y lo paranoico. De Kraepelin tomamos la clasificación de lo paranoico dentro de las demencias precoces; y Lacan va a tomar a este autor para criticar en toda la clase. Para Kraepelin la paranoia se diferencia de otros tipos de Psicosis porque se caracteriza por: desarrollo insidioso de causas internas, evolución continua de un sistema delirante duradero, imposible de quebrantarlo, que se instaura con una conservación completa de claridad y en el orden del pensamiento, volición y acción. En cambio, Lacan va a decir que el desarrollo no es insidioso, sino que vamos a identificar brotes, crisis y fases; y tiene un momento fecundo en el inicio de la paranoia, y que no podemos limitarnos en que sea por causas internas (debemos centrar en elementos emocionales, por ejemplo, una crisis vital que tiene que ver con sus relaciones externas). Segundo concepto: según Lacan, el sistema delirante varía por las intervenciones del exterior y va a estar relacionado con el mantenimiento/ perturbación de cierto orden en el mundo externo, podemos hablar de un curso en la evolución del delirio del paciente. Con respecto al tercer concepto (claridad y orden) tenemos que diferenciar con claridad y orden, y esto se hace a partir de la exposición que el sujeto hace de su delirio. Lacan va a criticar las diferentes propuestas entre psicosis paranoicas y psicosis pasionales por Clérembault. Lacan no establece diferenciación de tipos, pero si va a proponer que en estos pacientes paranoicos va a advertir fenómenos elementales, y que tienen que ver con lo que está detrás de la construcción delirante, se definen como elementales, como lo son en relación a una planta, la hoja y su inserción en las nervaduras. No hay delirio, no puedo hablar de paranoia. Lo que si va a advertir en los delirios es que en todos hay una estructura análoga que lo componen, motivación y tematización.
El delirio del psicótico se impone, y para él es perfectamente comprensible
y le da un interés primordial. Decimos que lo comprende a pesar de que no puede articularlo en un contexto, se trata de cosas que en sí mismos se hacen comprender y podemos equipararlo con la ilusión. La significación de la construcción delirante solo puede ser dada por el enfermo. Lo importante en esta deducción delirante que trae el sujeto surgen algunos puntos que constituyen un núcleo complementario, comprensible, pero inaccesible y estancado en relación a toda dialéctica. En la interpretación elemental vamos a tener un elemento de significación repetitivo y que puede ocurrir que el sujeto lo elabore, pero se va a repetir sin que se le de una respuesta, por eso decimos que está cerrada toda dialéctica. En el fenómeno de interpretación podemos pensar en una relación del Yo y del otro, y advertir el discurrir dialéctico de acciones y deseos que se pone de manifiesto en el diálogo y que se sostiene como verdad absoluta. A la pregunta ¿quién habla? Que dice Lacan, se le va a dar un valor central en la paranoia que es lo que denomina alucinación verbal. Lacan plantea que el sujeto articula lo que dice escuchar. Una de las dimensiones esenciales del fenómeno de la palabra es que el otro no es el único que lo escucha, pero no podemos esquematizar el fenómeno de la palabra por la imagen. Si lo pensamos desde la teoría de la comunicación podría pensarse con un intervalo entre el emisor y receptor. El Otro y la Psicosis (Seminario 3/ clase 3): Hace una comparación entre homosexualidad y paranoia, y lo aplica al análisis de Schreber. En el análisis de Schreber advierte una tendencia homosexual y se plantea la cuestión ¿qué es la homosexualidad en este paciente? ¿Cómo interviene en la economía del sujeto? ¿y cómo determina la Psicosis? Se plantea con defensa contra una supuesta irrupción de la tendencia homosexual. Retomando Freud va a decir que está alejado de una prueba y que hay una cuestión de ambigüedad de esa defensa en relación a la causa y se plantea la cuestión si genera equilibrio o provoca la enfermedad. Vamos a encontrar palabras como fases de la enfermedad, lo que pudieron advertir que una ambición no satisfecha en un primer momento se la insatisfacción, y en el segundo momento se ve nuevamente insatisfecha, pero desde lo exterior. Otra palabra clave: lo desencadenante, ambos acontecimientos que le pasaron a Schreber se le otorgan el valor de desencadenante. En este caso que no tuvo hijos se le asigno a la moción de paternidad un papel primordial y se afirma que el temor a la castración renace en él en esta potencia homosexual correlativa porque accede a una posición paterna; y allí plantea si es la cauda de desencadenamiento de una crisis y provoca distorsiones de formaciones, espejismos y evolución del delirio. Durante su internación, los personajes masculinos de la clínica iban a ocupar el centro de la persecución y podría pensarse en una transferencia. Esta elección, de estos médicos, hace referencia al conflicto donde se advierte temor a la lucha y el éxito prematuro. La noción de conflicto se utiliza en modo ambiguo, ubicándose en el mismo plano, lo que es fuente de conflicto y ausencia de conflicto. Esto no hace más que mostrarnos la ambigüedad de la significación del delirio, que llamamos contenido/decir psicótico. En el apartado dos Lacan trae a colación un paciente de la cual costo tener el signo que podría pensarse en el límite del lenguaje, remarca que tienen un lenguaje particular y extraordinario, y donde algunas palabras tienen un énfasis especial que a veces se manifiesta en la misma forma que el significante; lo que llama neologismo (lo que constituye una trampa, donde el significado es diferente, y esa significación puede remitir a otra significación). El lenguaje en estos pacientes jamás culmina en un índice directamente dirigido hacia un punto de la realidad, lo designado en realidad es otro, y esta realidad está cubierta por el conjunto de la red de lenguaje. En los pacientes vamos a advertir originalidad de determinados términos originales en sus discursos, como si hablasen en palabras claves, diferentes de los que se emplean para comunicar la experiencia. Al nivel de significante, el delirio se va a distinguir por esa forma especial de discordancia con el lenguaje común que se llama neologismo. Al nivel de la significación de esas palabras no se agota en la revisión a significación siempre remite a otra. En una significación que fundamentalmente no remite más que a sí misma y permanece irreductible, la palabra pesa. Podemos advertir dos tipos de fenómenos, donde se dibuja el neologismo: Intuición delirante: Fórmula: Fenómeno pleno que tiene Hace referencia a la forma que característica inundante con sello adquiere la significación cuando ya original, donde la palabra no remite a nada. Es la fórmula que aparece como clave. se repite y reitera de manera estereotipada y que puede definirse como el estribillo.
Ambas detienen la significación.
Lacan dice que constituyen una especie de plomada en la red del discurso del sujeto, y a través de lo cual podemos conocer la rúbrica del delirio. En ese lenguaje puede engañarnos en un primer abordaje del sujeto, porque estos enfermos hablan nuestro mismo lenguaje, pero la economía del discurso y la relación de significado a significado y la noción del discurso con el ordenamiento común del discurso nos permite distinguir un delirio. Lacan retoma este concepto que decía que “hablemos su lenguaje” implica hacer del lenguaje, instrumento, porque lo que está en juego es la realidad de la palabra, y propone diferenciar leguaje y palabra Freud y Lacan van a hacer referencia de que estos sujetos se van a referir a una endoscopia de lo que sucede en sus aparatos y en los fenómenos intraorgánicos. Estos sujetos son ecos de un pensamiento sujeto que objeto de un eco de pensamiento significa que llega con retraso con respecto al otro de referencia al lenguaje. El registro de la palabra en estos pacientes va a crear toda la fenomenología de la Psicosis. ¿Qué es la palabra? El sujeto habla ¿sí o no? El habla es ante todo hablar a otros, y es la estructura de la palabra, el sujeto recibe el mensaje del otro en forma invertida. La palabra compromete una estructura y define la posición de ambos sujetos, por ejemplo: tú eres mi mujer, yo soy tú amor. Esta relación de sujeto a sujeto de alguna manera va a indicar la relación del sujeto al objeto y que de alguna manera implica fingimiento/revés que supone haber sido engañado por la palabra. El sujeto siempre está en relación de engaño posible, donde me envía/recibo un mensaje invertido. En esta estructura vamos a diferenciar palabras fundantes y engañosas; por lo tanto, decimos que la palabra es hablar a Otro (está allí en tanto absolutamente es reconocido no conocido). Decimos que con la incógnita en la alteridad del Otro caracteriza la relación de la palabra en el nivel en que es hablada al otro; este otro constituye el objeto común y a quien se habla, es objeto fuente de la dialéctica de celos que se manifiesta primordial en la comunicación. El mundo va a estar cubierto de objetos que van a dar origen al objeto de interés y que se define como objeto del deseo del otro. Al comienzo el sujeto está cerca del otro, y de alguna manera, es una colección de deseos, se constituye como objeto deseante en torno a un centro que es el otro que le da noción de unidad. En cambio, en relación de la palabra, se debe hacer una distinción entre lo real y lo imaginario, el objeto incluye una alteridad primitiva; y es objeto de rivalidad y competencia. Solo interesa como objeto del deseo del otro. En cambio, en el paranoico, el conocimiento va a indicar rivalidad y celos que va a derivar de la identificación primera del estadio del espejo, el sujeto va a ser superado por la palabra en la medida que concierne al tercero. El paranoico testimonia acerca de su estructura como ser que habla al sujeto y a partir del momento que habla, hay otro. Lacan dice cuál es la parte de este sujeto que habla, es el Icc. Apartado 4 (Seminario 3/clase 3): En la estructura de la palabra del paranoico adquirió forma y le habla a un ser fantasmático. Hay que diferenciar entre lo que es alineación imaginaria o la alienación en la Psicosis, no se trata de una identificación como en el estadio del espejo, que se inclina hacia el otro. El Icc es algo que habla en el sujeto, más allá del sujeto, incluso cuando el sujeto no lo sabe y que dice más de lo que supone. En una neurosis hay tres modos de negar según Freud. Ejemplo: “yo lo amo”, la negación: yo no lo amo a él, en esta primera negación solo obtengo la negación pura. La segunda no seria “yo lo amo”, es más bien, “yo no lo amo, es él quien me ama”, hay inversión. En la tercera “yo no lo amo, yo lo odio” hay proyección; y en la paranoia seria: “yo no lo amo, él me odia”. A partir del mecanismo de la proyección se explica el delirio de persecución. En el paranoico la proyección interviene como un mecanismo adicional, si tomamos el mensaje de inversión “yo no lo amo, es él quien me ama” hace que el mensaje lo lleve otro, y lo podemos encontrar en el delirio de los celos, donde hay una identificación con el otro, pero opera una inversión donde de alguna manera uno puede invertir y proyectar las propias infidelidades al otro. En cambio, el delirio de celos paranoico es indefinidamente repetible, surge en todas las experiencias del sujeto, e implica a todos los sujetos; incluso aquellos que no aparecen. Puede darse el caso de la alienación invertida: implica que el otro, al que se dirige el afecto, no tiene una relación concreta con el sujeto cuando existe vínculo entre ellos, es un objeto que está alejado, ejemplo: amor platónico. La despersonalización del otro se manifiesta en la resistencia a todas las pruebas, ese otro neutralizado puede agrandarse hasta adquirir dimensiones del mundo. En cambio, en la alienación de la Psicosis/ convertida, el amor se transforma en odio y altera todo el sistema del otro, e indica una perturbación imaginaria. Decimos que, en las relaciones con el Otro en los delirios, vamos a distinguir: el sujeto, el que habla y el otro con el que está preso en la relación imaginaria, y con el que no hay palabra. “Vengo del fiambrero” (Seminario 3/clase 4): o En la neurosis podemos encontrar cierta huida/evitación ante un conflicto con la realidad, y de alguna manera, se atribuye a esa realidad el desencadenamiento de una neurosis. Debe comprenderse que “realidad” no es lo mismo que realidad exterior. o En la neurosis, cuando se produce una ruptura con la realidad y decimos que esa realidad psíquica escotomiza en otro lenguaje, es olvidada, pero continúa haciéndose ori de manera simbólica, es decir, en la neurosis; según Freud, el sujeto alude la realidad, pero intenta volver/ hacerla surgir prestándole un significado particular. o En la Psicosis, donde se produce una ruptura/agujero/desgarro es con la realidad exterior. La realidad provista de un agujero que intenta ser colmado no de manera simbólica, sino desde lo fantasmático. Aquello que es rechazado en lo simbólico reaparece en lo real. El enfermo no quiere saber nada de ello en el sentido de la represión, sin embrago, actúa sobre lo reprimido porque la represión y en retorno de lo reprimido son dos caras de la misma moneda. En el caso del psicótico Schreber, el mecanismo de la proyección da cuenta de la reaparición del fantasma en la realidad; decimos que lo rechazado retorna del exterior, por lo tanto, en la psicosis la proyección es el mecanismo que hace retornar del exterior lo que fue rechazado simbólicamente o dejado fuera de la simbolización. o El discurso concreto, el habla, es el “lenguaje real” donde lo simbólico e imaginario se articula creando una estructura que está hecha a partir de una significación; la misma corresponde al registro de lo imaginario, y también hay un cierto orden temporal y una sucesión concreta, es decir, hay un discurso diacrónico. Este discurso es ordenado y cronológico, pero en el delirante el significante tiene una existencia sincrónica y algunos de sus elementos se aíslan, se hacen más pesados; adquieren un valor particular, y se cargan de una significación que remite a otra cosa. o Existe la integridad del otro que se corresponde al significante, el gran Otro (A) que no conocemos, que se corresponde con lo simbólico, decimos que este otro al que nos dirigimos, está más allá de lo que vemos. Al nivel del significante hay algo que involucra lo imaginario, el yo y el cuerpo. El psicótico no está fuera del lenguaje, sino del discurso, le habla a su yo como si fuera otro El fenómeno psicótico y su mecanismo (Seminario 3/clase 6): Lacan va a decir que como técnica (en el análisis) se va a desenvolver con la palabra, y propone que existe un cuadrado donde el sujeto se va a relacionar con el otro, donde hace referencia a la relación entre lo simbólico y lo real, implica sujeto, yo y cuerpo. Pero a la inversa, propone una relación del Otro de la intersubjetividad con el sujeto, y se va a proponer que entre ambos está la palabra, la cual tiene tres fases: -En este sistema de relación vamos a encontrar, en el espacio del análisis, que se van a encontrar diferentes fenómenos, ejemplo: nos va a remitir a realidades que todos conocemos, pueden ser amenazantes y donde la certeza es correlativa con una acción. A partir del apartado 1, hace una comparación de la relación con la realidad entre neurosis y Psicosis, y va a tomar del caso Schreber: el no cree en la realidad de su alucinación, lo que está en juego (su delirio) no es la realidad, y el sujeto admite que algunos fenómenos son de un orden diferente a lo real, sabe que su realidad no está asegurada y admite su irrealidad. En cambio, para el neurótico, su realidad está bien ubicada, y en el psicótico tiene certeza que lo que está en juego le concierne, en él no está en juego la realidad, sino la certeza, y es lo que Lacan llama fenómeno elemental/creencia delirante. Decimos que Freud va a hablar de la condensación en Schreber cuando Sistemaanaliza y explica el delirio como fenómeno elemental, que se presenta de relación como enigmático, van a aparecer cuestiones transferenciales hacia la figura del médico, pero que están relacionadas con el delirio inaugural en relación a su padre, hermano y otros familiares. Decimos que se presenta como enigmático cuando se pregunta ¿qué podrá ser asesinar un alma?, y a pesar de la certeza, no puede responderla; el analista debe centrarse en encontrar esa certeza delirante (va ascendiendo en la escala de los delirios, el delirio florece (Lacan) cada vez que está más seguro de lo que plantea y son más reales). Lacan habla de que las producciones discursivas del paranoico florecen, casi siempre en producciones literarias, pero, sin embargo, lo que les falta a las producciones literarias (constituyen hojas de papel cubiertas de escritos) del paranoico, es el carácter completo, cerrado y logrado. En estos testimonios delirantes se propone como esfuerzo ser reconocido y se diferencia desde una posición poeta porque introduce una dimensión de la experiencia, nos introduce a un mundo diferente al nuestro, y esta articulación se vuelve más elaborado a medida que el delirio avanza, cuanto más florecido el delirio más producciones literarias. La cuestión pasa por la significación a la cual remite, se articula de diferentes maneras y ese delirio de significación es todo lo que le rodea. Decimos que a partir del punto dos se plantea al delirio como defensa del sujeto, esa defensa es del orden simbólico, y que puede elucidarse en el sentido de una palabra, implicando significante y significado, en la medida que ambos estén presentes en el discurso. Si no están los dos presentes, decimos que se defiende y distorsiona la realidad. El yo debe enfrentar el Superyó y el mundo exterior. El acting out (equivale en Freud a las acciones sintomáticas) equivale a un fenómeno alucinatorio de tipo delirante que se produce cuando uno simboliza algo en el registro de la realidad y no en la realidad de lo simbólico. En el punto tres Lacan propone que en la Psicosis algo que fue rechazado en el interior, va a reaparecer en lo exterior. Previo a todo proceso de simbolización puede suceder que esto no se lleve a cabo y las primeras articulaciones simbólicas que son esenciales y estructurantes para el sujeto se van a presentar en el juego (Fort Da) que se constituye en un ejercicio de aprehensión del símbolo que engloba todas las partes del lenguaje y nos introduce en la dimensión simbólica para luego, sumergirnos en ella. Verwerfung (rechazo - forclusión): proceso por el cual lo no simbolizado se manifiesta en lo real. Su opuesto es la Bejahung (afirmación): implica una simbolización primitiva, se afirma lo que es. En su seno se pueden producir accidentes, porque se puede situar más allá de todo mecanismo de simbolización (se rechaza la castración). Decimos que el sujeto ni nada puede escapar del proceso de simbolización, ni al sometimiento de las leyes de la palabra, ejemplo: desde el punto de vista biológico la bisexualidad y las vías de acceso que las regularizan y normalizan, van a estar dadas por complejo de Edipo, y la simbolización de este, a través de Ley, la cual está ahí desde el principio; y la sexualidad humana debe realizarse a través de ella. El Edipo es precisamente una ley de simbolización. Verdichtung (compactación): es la ley del malentendido, gracias a la cual podemos satisfacer tendencias opuestas, ocupando en una relación simbólica una posición femenina o de virilidad, en lo imaginario como en lo real. Verdrängung (represión): se produce cuando algo no encaja a nivel de la cadena simbólica. La ley se torna intolerable y nos implica un sacrificio en el plano de la significación: reprimimos actos, discursos, afectos, pero la cadena sigue circulando y lo hace por medio del síntoma neurótico. Verneinung (negación): corresponde al orden del discurso y le concierne a los que podemos producir por vía articulada, es lo que llamamos principio de realidad que se manifiesta a través del vocabulario. El psicótico intenta aprehenderse de la realidad que va a estar sometida a la condición primordial de la búsqueda de su deseo, nada más lo conduce. La realidad en tanto el deseo, la subtiende es realidad alucinada porque el sujeto queda en suspenso en relación a su objeto fundamental. Esto implica relación pre edípica, donde el sujeto siempre busca satisfacer la relación materna primitiva. En caso Schreber, las relaciones imaginarias conservaban cierta naturaleza simbólica y estable en las relaciones interhumanas, por ejemplo: la figura del médico, en un momento se constituyó dominante, y en otros momentos, aparece la imagen divina que constituyeron esa fantasmagoría; cuyas denominaciones y significaciones, a través de la palabra, no constituyen una palabra aislada, donde se advierte una relación erótica que se niega y ofrece resistencia; y en la otra, una tensión agresiva: esto es lo que en lingüística puede imaginarse como descomposiciones como función del lenguaje, la lengua es fundamental y regula las relaciones. Se distinguen en ella dos categorías: la palabra casi indestructible/autentica/verdadera dada a través de formas verbales que merecen retener la atención; y, por otro lado, lo aprendido de memoria que son repetidos con una total ausencia de sentido, que llamamos estribillo. A esta variedad extraordinaria de la lengua en los que se desarrolla el fenómeno de la frase permiten identificar diferentes dimensiones, pero no de significación, es decir, que la función de la frase no lleva consigo la significación, son frases interrumpidas que dejan en suspenso el sentido, esta interrupción llama a una caída/vacío, que puede ser, indeterminada pero no cualquiera. Hay allí una valorización de la cadena simbólica en su dimensión de continuidad. Decimos que en esta relación del sujeto con el lenguaje y el mundo imaginario se presenta un peligro que es que toda esa fantasmagoría se reduzca a una unidad, la del lenguaje. La palabra se produce/no se produce. Si lo hace es gracias al sujeto como vinculado al otro y como creador, el otro que en tanto que él. La noción del sujeto va a ser correlativa a la existencia de alguien, ese él (alguien) es el que responde de mi ser, sin ese él, mi ser ni siquiera podría ser un yo, ese yo es el lugar de sujeto que habla (ye). La palabra verdadera aparece como enigmática y debemos comprender que la fenomenología de la Psicosis están en juego el fenómeno del lenguaje, y fenómenos del lenguaje alucinados, extraños y persecutorios. Fenómenos elementales de la palabra: Neologismo y holofrase: constituyen significantes solidificados al cual el psicótico está anclado, por efecto de la forclusión el psicótico se sirve procurándose un nombre/identificación sustitutiva. Esto se descomponen en función de hechos relevantes que tienen que ver con el pasado del paciente. Frases interrumpidas: hacen referencia a frases cortadas y carentes de significación, pero superan al holofrase ya que va poniendo límites al goce. Delirio: es una modalidad intento de curarse, es un lenguaje que remite una significación subjetiva (otra significación). El paranoico está presado en el lenguaje, pero fuera del discurso, es decir, no hay tercero en juego, no el orden simbólico tiene un referente preciso; se ha roto la cadena de relación al significante segundo. Diagnóstico estructural: Los síntomas de estos pacientes se pueden o no expresarse en el cuerpo, por ejemplo: esquizofrenia: cuerpo fragmentado/disgregaciones; en la paranoia: las disgregaciones se dan a nivel del pensamiento. Angustia del otro: No se trata de la angustia del paciente, sino de lo que causa en el terapeuta, se llama angustia del otro. Modalidades clínicas: Para Lacan la estructura psicótica es binaria, hay un tercero forcluido (la función paterna), no hay represión, hay un Icc que no es fruto de la palabra ni de significación, y esto forcluido queda en el organismo (lo real); hay dispersión y disgregación del sujeto, hay solo goce y no existe la posibilidad de un Yo como síntesis. El psicótico es mártir del Icc porque no hay un padre quien cumpla la función paterna, que establezca la ley, lo simbólico esta forcluido y lo que forcluye es la madre; y esta relación dialéctica madre-hijo forcluye la función paterna. El psicótico tiende a infinitación del ser, no hay límites ni acortamientos, queda anclado en el deseo de la madre y no hay diferenciación del Yo, ni con el objeto ni con la imagen, queda fuera del discurso porque no hay un tercero, y lo simbólico no tiene un referente preciso, entonces puede inventar palabras, se ha roto la cadena significante-significado. En la Psicosis no hay lazo social, problemas en la relación en la fantasía, problemas en la relación de objeto, problema en la sexualidad y en el acto sexual y problema con la metáfora paterna. Podemos hablar de: -Psicosis no desencadenada: cuando el sujeto puede pasar toda la vida sin la manifestación de fenómenos elementales. -Pre psicosis: modo de estabilizar que puede sucumbir a una psicosis clínica/desencadenada. -Psicosis clínica/desencadenada: vemos la presencia de fenómenos elementales que aparecen como intento de solución frente a límites, el sujeto es mártir del Icc. -Psicosis estabilizada: desaparecen los fenómenos elementales. Paranoia: desde la propuesta freudiana se establece que en estos pacientes tienen que haberse jugado una relación objetal, el paranoico no se deteriora a diferencia del esquizofrénico, el objeto perseguido/perseguidor está bien delimitado en el orden de las relaciones de objeto, y el delirio paranoico hace que el sujeto se posicione desde el empuje a la mujer (posición femenina). Según Lacan el otro me inviste, por lo tanto, el paranoico se ubica como objeto causa de deseo de este gran Otro, y puede estructurar el delirio como demandado por el gran Otro; a través del delirio constituye un objeto que no es precisamente objeto, sino que viene a reemplazar la metáfora paterna, es un ser tomado en el lenguaje pero no en el discurso, juega con las palabras y es capaz de producir un delirio que no tiene que ver con la realidad; donde tuvo que haber estado la idealización del padre simbólico con algún otro como significante ideal, en la Paranoia la locura se mete en la mente/en el pensamiento, el paranoico delira y se cree grandioso. Esquizofrenia: el vocablo proviene del griego y significa: división del diafragma/ escisión de la mente; el síntoma fundamental de estos pacientes es la disociación entre lo que piensa, lo que actúa y lo que siente. Los síntomas generales de la esquizofrenia se manifiestan en incoherencia y ambivalencia afectiva, disociación en el pensamiento y acción, bipolaridad extrema desde la quietud/ estado catatónico hasta cuadros de excitación psicomotriz, el fenómeno elemental se manifiesta en el cuerpo: en la vivencia del cuerpo desarrollo del psicoanálisis como disciplina, aparece en 1911 como aporte de Bleuler, que atribuía un origen orgánico a la enfermedad planteando como lo tres síntomas fundamentales: trastorno en la asociación de ideas, autismo y ambivalencia. Anterior a esto, Kraepelin la definió como demencia precoz y habló de tres subtipos: catatonia, hebefrenia y demencia paranoide. Freud utilizó el término parafrenia y proponía que se producía fijación entre el autoerotismo y el amor objetal, y la plantea como un síndrome autista con una sintomatología deteriorante que no se estabiliza y culmina en un embotamiento y pérdida de todo interés hacia todo el mundo exterior. Lacan estableció que era difícil referir a la esquizofrenia/paranoia pura y hacía alusión a fenómenos esquizofrénicos/ paranoicos/ elementales. Proponía la estabilización del esquizofrénico y el cuerpo como lugar que se distorsionaba por las alucinaciones. En la esquizofrenia existe una dispersión de los significantes que representan al sujeto y a los que se les atribuye el lugar de significante primario, existe una dispersión y desaparición de significantes. SINTHOM En la Psicosis no es síntoma, es una repuesta/proceso defensivo que eleva al psicótico a la estabilización. Reanudar/soldar los tres registros: imaginario, simbólico y real. Por ejemplo en Schreber lo estabilizó la escritura. En fragmentado lo estabilizaba con su nombre. Aquello que no está ligado al Icc y que implica el punto de estabilización, puede ser un delirio (en Schreber el empuje de ser mujer), una escritura, un acto, es una estructura sintomatizada que apresa al ser en un hacer. En el hay un intento de apresamiento al ser que se puede dar en los tres niveles: Imaginario: cuando el sujeto convierte su delirio en una realidad. Simbólico: implica el uso de la metáfora delirante. Real: a través del acto. Es un punto de estabilización que permite el anudamiento de los registros a través del apresamiento del ser. Psicosis freudiana Mecanismos defensivos específicos: Negación: es un mecanismo primitivo del cual el sujeto aun formulando sus deseos o pensamientos, que fueron reprimidos, se niega a aceptar que los mismos le pertenecen. Esta posee el mismo valor de confirmación cuando contradice la interpretación del analista, es decir, es un medio para poder conocer lo reprimido. Mediante la negación el pensamiento se libera de las limitaciones de la represión. Proyección: mecanismo primario del que en mayor o menor grado hacemos uso todas las personas, aparece en la formación del síntoma en la paranoia, en donde existe una percepción interna que es reprimida, y como reemplazo de la misma adviene a la consciencia su contenido, como consecuencia de haber experimentado una desconfiguración, como una percepción de afuera. Este mecanismo no es igual en todas las formas de paranoia, y ocurre en la paranoia y en otras constelaciones de la vida anímica; y a su vez, participa en las posturas frente al mundo exterior de las personas. La misma aparece como el medio de defensa originaria frente a excitaciones internas que son displacenteras, el sujeto las proyecta al exterior, lo que le permite huir y defenderse. Muchas veces se las trata como si no fueran internas, sino más bien externas, para poder utilizar contra ellas un medio de defensa. En el caso Schreber la afirmación “yo lo odio” se transforma por proyección en “él me odia (él me persigue), lo cual me dará derecho a odiarlo”; en este caso es el afecto de odio lo que se proyecta. El lugar que ocupa la proyección en esta ocasión es muy distinto, ésta se describe en el tiempo de la “formación del síntoma”, y esto lleva a relacionar el mecanismo de la paranoia con el de las neurosis: en un primer tiempo, el sentimiento intolerable (amor homosexual) sería reprimido: hacia el interior, en el inconsciente, y transformado en su opuesto; en un segundo tiempo, sería proyectado hacia el mundo exterior: la proyección es una forma en que retorna lo que ha sido reprimido en el inconsciente. Conversión: este mecanismo consiste en una alteración de un conflicto psíquico y se intenta dar una resolución del mismo en síntomas ya sean, motores, o sensitivos; es decir, esos síntomas no son voluntarios y expresan representaciones reprimidas. La interpretación económica de la conversión no se separa de la concepción simbólica, ya que en esos signos corporales “habla” lo reprimido que fue deformado por condensación y desplazamiento.