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Objetivo → reparación de los daños causados por un Estado en violación del DI.
Junto a las normas primarias, que establecen las conductas exigibles a los sujetos internacionales, es preciso
que existan normas secundarias, para determinar qué sucede cuando se incumplen las normas primarias. El
régimen de la responsabilidad abarca el conjunto de reglas que regulan las consecuencias de conductas
lesivas a lo prescrito.
Origenes:
Teorías
Teoría de la falta → no alcanza con que el acto (acción u omisión) imputable al Estado sea
contrario al DI, sino que se exige también la culpa o falta del Estado (premeditación o imprudencia);
Teoría del riesgo → no se exige culpa o falta sino que el acto (acción u omisión) imputable al
Estado sea contrario de DI. La jurisprudencia aplica esta teoría;
Teoría ecléctica → aplica la teoría del riesgo, pero excepcionalmente (para delitos de omisión)
aplica la de la falta.
1. La infracción de una obligación internacional que un sujeto tiene para con otro (elemento objetivo
del ilícito) apreciada según normas de DI (sean de costumbre, tratados, ppios grales); y
3. Para algunos autores existe un tercer elemento: el daño, ya que consideran que sin él no habría lesión
para reparar y por ende tampoco responsabilidad.
Se habla así de una responsabilidad objetiva, en la medida en que se deduce de la mera violación de la
obligación internacional atribuida al sujeto, sin que sea relevante al efecto la falta (esto es, el dolo o la culpa)
del sujeto infractor (a menos, claro está, que forme parte de la obligación misma: por ej., el estándar de
diligencia debida en la protección de una misión diplomática extranjera) o la comisión de un daño material
al sujeto lesionado (que interesa al modo y cuantía de la reparación).
Actos judiciales → por ejemplo cuando las sentencia son arbitrarias o injustas, cuando no le
permiten a los extranjeros defenderse ante los tribunales o retardan el dictado de sus sentencias, etc.
Actos ultra-vires → son actos que realiza un funcionario fuera de la competencia que le asignaron, por lo
cual el Estado no responde. En algunos laudos arbitrales se dijo que el Estado tiene responsabilidad
internacional ante estos actos si violan obligaciones del Estado, pero no es responsable si la falta de
autoridad del funcionario fue tan evidente que el damnificado hubiera podido darse cuenta de ella y evitar el
daño.
No son imputables al Estado los actos de personas que no actúen por cuenta del Estado, los actos que realice
en su territorio un órgano de otro Estado, ni los actos que realice en su territorio un órgano de un
movimiento insurreccional.
Se consideran hechos del Estado los comportamientos de particulares en ejercicio efectivo de prerrogativas
del poder público, esto es, cuando el particular actúa de facto como un órgano del Estado.
La CDI regula en su proyecto de 2001 hasta cuatro situaciones que responden a este supuesto:
1. La persona o grupo de personas que sigue instrucciones de los órganos del Estado;
2. La persona o grupo de personas que actúa bajo la dirección o control de los órganos del Estado;
3. La persona o grupo de personas que, por reclamarlo las circunstancias, ejerce de hecho atribuciones
de poder público en ausencia o en defecto de autoridades oficiales; y;
4. El comportamiento de particulares reconocido y adoptado por el Estado como propio.
Crimen internacional → cuando se viola una obligación internacional esencial para mantener la paz
y seguridad internacionales o proteger intereses fundamentales de la comunidad internacional (por
ejemplo, violar el derecho a la libertad de los pueblos, violar normas que prohíben la agresión, la
esclavitud, el genocidio, la contaminación, establecer por la fuerza una dominación colonial). En el
crimen, además de la reparación, se busca el castigo, la sanción, la pena.
Delito internacional → cuando se viola una obligación internacional que no constituye crimen
internacional (es todo ilícito internacional que no sea un crimen internacional).
Reparación art. 34 → todo Estado al que se le impute un acto ilícito (acción u omisión) debe reparar el
daño causado. La reparación debe ser idéntica al prejuicio, ni inferior ni superior, ya que tiene carácter
compensatorio, no punitivo. Entre las formas de reparación encontramos:
Restitución → volver las cosas al estado que estaban antes de que ocurriera el hecho (por ejemplo,
evacuar un territorio ocupado en forma ilegal). No se aplica cuando restituir es imposible
materialmente, o si se violó una norma imperativa del DI, o cuando es excesivamente onerosa;
Reparación por equivalente en dinero o inemnización→ consiste en pagar una indemnización por
el daño sufrido, equivalente al valor que tendría la restitución, cuando ésta no puede hacerse o fue
insuficiente;
Satisfacción art. 37→ puede aplicarse sola o junto con otra forma, ya que su fin es reparar el daño
de tipo moral, al honor o prestigio de un Estado (por ejemplo, rendir honores a la bandera del Estado
dañado, pedir perdón, etc.) Ej: España a BOlivia por la detencion de Evo Morales en el aeropuerto al
volver de Rusia.
Es innegable la aptitud de las OI para ser sujetos activos y pasivos de responsabilidad internacional. Pero no
cabe una traslación automática de las reglas de la responsabilidad de los Estados. Las más les serán
aplicables por serlo indistintamente a cualquier sujeto de DI, como sucede, por ej., con la determinación
genérica de los elementos del ilícito internacional o de las consecuencias — la obligación de reparar— que
acarrea su comisión. Otras requieren especificaciones atendiendo a la diferente subjetividad de las OI, como
las relativas a la atribución del ilícito a la Organización o a sus Estados miembros, y las hay que han
emergido de la propia práctica de las OI, por ej. la que genera el incumplimiento de los llamados acuerdos
mixtos —celebrados conjuntamente por una OI y sus Estados miembros con un tercer Estado (u OI)—. De
ahí la decisión de hacer de la codificación de las reglas sobre responsabilidad internacional de las OI un
proceso aparte. Si un cierto grado de incertidumbre afecta a las normas sobre responsabilidad de los Estados,
mayor es la inseguridad de las relativas a las OI, debido al limitado alcance de la práctica.
La atribución de un ilícito a una OI es una operación similar a la que se sigue al imputarlo a un Estado. Será,
hecho (ilícito) de la Organización cualquier comportamiento de uno de sus órganos, actuando en calidad de
tal, cuando implique una infracción de una obligación internacional asumida con otro sujeto de DI. En
consonancia con este principio a una OI se le atribuirán los comportamientos de sus órganos.
Sin embargo, en la práctica internacional, junto a la mención de los órganos, aparece también con reiteración
la de los agentes de la OI a la hora de establecer qué comportamientos se le atribuyen.
La CDI se ha visto en la necesidad de definir lo que se entiende por agente de la OI, concretando (art. 4.2)
que el término comprende a "funcionarios y a otras personas o entidades por medio de las cuales la
organización actúa".
RESPONSABILIDAD DE PROTEGER
En la Cumbre Mundial 2005, todos los Jefes de Estado y de Gobierno afirmaron la responsabilidad de
proteger a las poblaciones frente al genocidio, los crímenes de guerra, la depuración étnica y los crímenes de
lesa humanidad. La responsabilidad de proteger se basa en tres pilares igual de importantes:
La aprobación de este principio en 2005 constituyó un compromiso firme que despertó grandes expectativas
sobre un futuro libre de este tipo de crímenes.
Habida cuenta de la diversidad y la intensidad de las crisis que se están produciendo en todo el mundo,
muchos son los que se sienten obligados a decir que la responsabilidad de proteger no ha dado resultados.
Sin embargo, se han observado avances importantes en el desarrollo del principio y en el diseño de medidas
prácticas para su aplicación plena que ofrecen una imagen más optimista. Para definir los siguientes pasos
en la aplicación del principio de la responsabilidad de proteger se deben tener en cuenta ambos factores.