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Las normas que regulan la responsabilidad internacional son normas secundarias, ya que
operan frente a la violación de las normas primarias.
Elementos:
Acto ilícito: es aquella conducta contraria a una obligación internacional en vigor, cualquiera
sea su fuente.
Para que el Estado incurra en responsabilidad por la comisión del mismo, se requiere del
cumplimiento de 2 elementos:
Si bien algunos incluyen el daño como uno de los elementos de la responsabilidad, la CDI no lo
ha considerado relevante a la hora de determinar la existencia de un acto ilícito (cuestión
objetiva no necesaria del incumplimiento).
Tampoco la “culpa” o “dolo” del Estado es un elemento necesario del hecho ilícito del Estado,
siendo lo único que cuenta, el acto con independencia de su intención (aunque sí puede ser
exigido en el enunciado de la obligación primaria).
Artículo 1.- Responsabilidad del Estado por sus hechos internacionalmente ilícitos.
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La conducta violatoria de la obligación internacional puede consistir tanto en una acción como
omisión. Caso Velázquez Rodriguez en la CIDH.
El Estado está obligado a prevenir, investigar y sancionar las violaciones de derechos humanos,
y en el caso de no cumplir (habiendo la conducta violatoria sido realizada por un particular),
será responsable el Estado, no por ese hecho mismo, sino por falta de debida diligencia ante
tal situación. Lo mismo en el Caso Ekmedjian con Sofovich, que estableció que la violación de
un tratado puede acaecer por el establecimiento de normas internas que prescriban una
conducta manifiestamente contraria, así como por la omisión de establecer disposiciones que
hagan posible su cumplimiento.
Hay violación de una obligación internacional por un Estado cuando un hecho de ese Estado no
está en conformidad con lo que de él exige esa obligación, sea cual fuere el origen o la
naturaleza de esa obligación.
Un hecho del Estado no constituye violación de una obligación internacional a menos que el
Estado se halle vinculado por dicha obligación en el momento en que se produce el hecho.
1. La violación de una obligación internacional mediante un hecho del Estado que no tenga
carácter continuo tiene lugar en el momento en que se produce el hecho, aunque sus efectos
perduren.
2. La violación de una obligación internacional mediante un hecho del Estado que tiene
carácter continuo se extiende durante todo el período en el cual el hecho continúa y se
mantiene su falta de conformidad con la obligación internacional.
1. La violación por el Estado de una obligación internacional mediante una serie de acciones u
omisiones, definida en su conjunto como ilícita, tiene lugar cuando se produce la acción u
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omisión que, tomada con las demás acciones u omisiones, es suficiente para constituir el
hecho ilícito.
2. En tal caso, la violación se extiende durante todo el período que comienza con la primera de
las acciones u omisiones de la serie y se prolonga mientras esas acciones u omisiones se
repiten y se mantiene su falta de conformidad con la obligación internacional.
Para el que el acto internacionalmente ilícito sea atribuible a un Estado (se considere acto del
Estado), debe darse alguno de estos supuestos:
2. Se entenderá que órgano incluye toda persona o entidad que tenga esa condición según el
derecho interno del Estado.
Artículo 5.- Comportamiento de una persona o entidad que ejerce atribuciones del poder
público
Artículo 6.- Comportamiento de un órgano puesto a disposición de un Estado por otro Estado
El comportamiento de un órgano del Estado o de una persona o entidad facultada para ejercer
atribuciones del poder público se considerará hecho del Estado según el derecho internacional
si tal órgano, persona o entidad actúa en esa condición, aunque se exceda en su competencia
o contravenga sus instrucciones.
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La invocación de una circunstancia que excluye la ilicitud en virtud del presente capítulo se
entenderá sin perjuicio de:
La ilicitud del hecho de un Estado queda excluida si ese hecho constituye una medida lícita de
legítima defensa tomada de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.
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La ilicitud del hecho de un Estado que no esté en conformidad con una obligación
internacional suya para con otro Estado queda excluida en el caso y en la medida en que ese
hecho constituya una contramedida tomada contra ese otro Estado de acuerdo con lo
dispuesto en el capítulo II de la tercera parte.
1. La ilicitud del hecho de un Estado que no esté en conformidad con una obligación
internacional de ese Estado queda excluida si ese hecho se debe a una fuerza mayor, es decir,
a una fuerza irresistible o un acontecimiento imprevisto, ajenos al control del Estado, que
hacen materialmente imposible, en las circunstancias del caso, cumplir con la obligación.
1. La ilicitud del hecho de un Estado que no esté en conformidad con una obligación
internacional de ese Estado queda excluida si el autor de ese hecho no tiene razonablemente
otro modo, en una situación de peligro extremo, de salvar su vida o la vida de otras personas
confiadas a su cuidado.
1. Ningún Estado puede invocar el estado de necesidad como causa de exclusión de la ilicitud
de un hecho que no esté en conformidad con una obligación internacional de ese Estado a
menos que ese hecho:
a) Sea el único modo para el Estado de salvaguardar un interés esencial contra un peligro grave
e inminente; y
b) No afecte gravemente a un interés esencial del Estado o de los Estados con relación a los
cuales existe la obligación, o de la comunidad internacional en su conjunto.
2. En todo caso, ningún Estado puede invocar el estado de necesidad como causa de exclusión
de la ilicitud si:
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Ninguna disposición del presente capítulo excluirá la ilicitud de cualquier hecho de un Estado
que no esté en conformidad con una obligación que emana de una norma imperativa de
derecho internacional general.
Diferencias entre fuerza mayor, peligro extremo y estado de necesidad: si bien son causales
similares, porque funcionan en circunstancias extremas frente a una situación de necesidad, se
diferencian.
La fuerza mayor, implica que el Estado obra involuntariamente o sin intención frente a
una circunstancia que no puede controlar, externa (natural, como terremoto, o
humana, grupo de terroristas).
El estado de necesidad, implica que obra voluntariamente, decide incumplir con una
obligación internacional para salvaguardar intereses esenciales. Se tiene opción, la cual
no está presente en el caso fortuito o de fuerza mayor.
En el peligro extremo, el Estado que la alega también tiene una opción, sin embargo,
actúa de esa forma porque es el único modo razonable de salvaguardar la vida
humana de cualquier persona. En el Estado de necesidad, se intenta salvaguardar en
cambio, un interés esencial del Estado (que puede ser la vida de la población u otro,
como el medio ambiente, instituciones, etc.).
Consecuencias
Las consecuencias jurídicas del hecho internacionalmente ilícito con arreglo a lo dispuesto en
esta parte no afectan la continuidad del deber del Estado responsable de cumplir la obligación
violada.
2. El perjuicio comprende todo daño, tanto material como moral, causado por el hecho
internacionalmente ilícito del Estado.
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Formas de reparación
El Estado responsable está obligado a reparar íntegramente el perjuicio causado por el hecho
internacionalmente ilícito. El perjuicio comprende todo daño, tanto material como moral,
causado por el hecho internacionalmente ilícito del Estado.
La reparación íntegra del perjuicio causado por el hecho internacionalmente ilícito adoptará la
forma de restitución, de indemnización y de satisfacción, ya sea de manera única o combinada,
de conformidad con las disposiciones del presente capítulo.
b) No entrañe una carga totalmente desproporcionada con relación al beneficio que derivaría
de la restitución en vez de la indemnización.
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1. Se debe pagar intereses sobre toda suma principal adeudada en virtud del presente
capítulo, en la medida necesaria para asegurar la reparación íntegra. La tasa de interés y el
modo de cálculo se fijarán de manera que se alcance ese resultado.
2. Los intereses se devengarán desde la fecha en que debería haberse pagado la suma principal
hasta la fecha en que se haya cumplido la obligación de pago.
Consecuencias particulares
Que atañen al resto de los Estados, cuando otro incurre en una violación de una norma
imperativa del derecho internacional, adicionales a las antes mencionadas. Ellas son:
a. Cooperación: los Estados deben cooperar para poner fin, por medios lícitos, a toda
violación grave.
b. No reconocimiento: ningún Estado debe reconocer como lícita una situación creada
por una violación grave de una norma internacional.
c. No prestar ayuda o asistencia al Estado responsable: ningún Estado debe prestar
ayuda para mantener la situación creada por violación grave.
Es la responsabilidad que se genera en casos en los que se causa un daño sin violación a una
obligación internacional. Se ha desarrollado por la responsabilidad por riesgo, y emerge de la
creación de un riesgo acrecido a través del desarrollo de cierta actividad peligrosa.
Surge, aunque se hayan empleado las precauciones debidas para tratar de evitar los
accidentes. No interesa entonces la culpa. Si se produce el daño, y la relación causal entre
incidente y daño queda establecida, el responsable debe reparar.
Así, los avances de la ciencia y el desarrollo de la tecnología pueden causarle daños al ser
humano y a su ambiente (contaminación de agua, aire, intoxicación de personas y animales,
extinción de especies, alteración de los ciclos de vida, etcétera). Como puede ocurrir que todos
estos trastornos se produzcan por actividades riesgosas pero lícitas, por ejemplo: generar
electricidad usando el agua del río, usar transportes que emplean petróleo o gas, lanzar
satélites al espacio o realizar actividades de tipo industrial, entre otras, en vez de prohibir
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dichas actividades, que no violan una obligación, lo que se debe hacer es: ver la
responsabilidad que le cabe a su autor con respecto a las víctimas de los daños ambientales y
ver cuáles son las medidas que pueden aplicarse antes de dichas actividades, para evitar o
minimizar los daños posteriores.
Frente a esto, se ha regulado la situación de las actividades riesgosas y los posibles daños que
estas puedan causar, creando así distintos instrumentos internacionales sobre la materia.
Principio 3. Propósitos
Elementos
No es igual que en el caso de los actos ilícitos. Las conductas que originan el daño no se
atributen al Estado y las obligaciones que a este incumben, sino que nace simplemente porque
dichas actividades se desarrollan bajo su jurisdicción o control.
Daño:
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Su propia existencia marca diferencia con la responsabilidad por hechos ilícitos. En el caso
anterior, no se le asigna al daño ninguna función para determinar la violación de una
obligación internacional. Al ser la responsabilidad solo objetiva, su mero incumplimiento
atribuible al Estado genera responsabilidad. Igualmente, resulta importante para determinar la
reparación del ilícito, ya que se debe reparar el perjuicio causado.
En cambio, en la responsabilidad sine delicto, el daño es condición sine quan non. Sin daño no
existe obligación de reparar. Este hace exigible la obligación de indemnizar. No hay que olvidar
que este daño no es jurídico, sino perjuicio material, en tanto no hay violación de una
obligación internacional.
La reparación:
Hay una tendencia a que en la responsabilidad sine delicto también se llegue a similar
resultado, en realidad en este caso es una reparación, como prestación que pretende
mantener la licitud de la actividad, en tanto el daño se genera a raíz de una actividad lícita.
La cesación: no es aplicable. En tanto es propia de los actos ilícitos. Al ser una actividad lícita,
no es razonable exigir que cese. El objeto de esta responsabilidad no es cesar con la actividad
lícita que genera el daño o el riesgo (como ocurre con las actividades ilícitas) pero sí tratar de
evitarlo o minimizarlo y en última instancia, repararlo.
A tales fines, los principios que deben tener en cuenta los Estados y organismos
internacionales son: cooperar y negociar con buena fe; prevenir, consultar y controlar toda
clase de contaminación; asegurar que no se causen daños a las personas, sus bienes o al
ambiente de otro Estado; y resolver sus diferencias en forma pacífica.
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1. Cada Estado debería adoptar las medidas necesarias a fin de que las víctimas de daños
transfronterizos causados por actividades peligrosas realizadas en su territorio o en otros
lugares bajo su jurisdicción o control reciban una pronta y adecuada indemnización.
3. Estas medidas deberían incluir también la obligación a cargo del explotador o, cuando
proceda, de otra persona o entidad, de constituir y mantener un seguro, fianza u otras
garantías financieras para hacer frente a las demandas de indemnización.
4. En los casos apropiados, tales medidas deberían incluir la obligación de crear en el ámbito
nacional un fondo financiado por la correspondiente rama de actividad.
5. En el caso de que las medidas mencionadas en los párrafos anteriores sean insuficientes
para garantizar una indemnización adecuada, el Estado de origen también debería velar por
que se asignen recursos financieros adicionales.
Cuando sobrevenga un incidente con ocasión de una actividad peligrosa, de resultas del cual se
produzca, o es probable que se produzca, un daño transfronterizo:
a) El Estado de origen tiene la obligación de notificar sin demora a todos los Estados afectados,
o que es probable que lo sean, el incidente y los posibles efectos del daño transfronterizo;
b) El Estado de origen, con la participación del explotador, según proceda, velar porque se
adopten medidas de respuesta apropiadas y, con esta finalidad debería recurrir a los mejores
datos científicos y tecnologías disponibles;
c) El Estado de origen, según proceda, debería también consultar a todos los Estados
afectados, o que es probable que lo sean, y recabar su cooperación para atenuar los efectos
del daño, y si es posible eliminarlos;
d) Los Estados afectados por el daño, o que es probable que lo sean, tomarán todas las
medidas viables para atenuar y, si es posible, eliminar los efectos del daño;
Para que una entidad surja como Estado, es necesario que cuente con los elementos
constitutivos exigidos por el derecho internacional:
1. Población permanente: poseen habitantes dentro de los límites del Estado, la cual es
permanente.
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El fin del feudalismo: en la Edad Media, Europa estaba dominada por el sistema feudal,
en el que los señores feudales tenían un gran poder sobre sus tierras y la población
que las habitaba. Sin embargo, a partir del siglo XIII, el poder de los señores feudales
comenzó a disminuir y se inició un proceso de centralización del poder en las
monarquías.
La Guerra de los Treinta Años: la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) fue un
conflicto religioso y político que involucró a varios países europeos. La guerra terminó
con el Tratado de Westfalia, que reconoció la independencia y la soberanía de los
Estados-nación.
La Ilustración: la Ilustración del siglo XVIII fue un movimiento intelectual que defendía
la razón, la ciencia y el progreso. Los filósofos de la Ilustración creían que los Estados
debían ser gobernados de manera racional y justa, y que los ciudadanos debían tener
derechos y libertades básicas.
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2) Unión o fusión: se produce cuando dos o más Estados forman uno nuevo. Ejemplos: la
Republica Árabe Unida se formó en 1958 por la unión de Siria y Egipto, y
posteriormente, ésta, unida a Yemen, formaron luego los Estados Árabes Unidos.
Reconocimiento de Estados
¿Alcanza decir que hay Estado cuando sus elementos están presentes? ¿Quién determina que
esas condiciones están dadas? ¿Existe una obligación de reconocer a un nuevo Estado? ¿Existe
derecho de un Estado a ser reconocido?
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Este criterio lo podemos observar en la Carta de la OEA: "la existencia política del Estado es
independiente del reconocimiento de los demás Estados" (artículo 13). "El reconocimiento
implica que el Estado que lo otorga acepta la personalidad del nuevo Estado con todos los
derechos y deberes que para uno u otro determina el Derecho internacional".
Teoría constitutiva: sostiene que el Estado solo existe cuando otros Estados reconocen que las
condiciones para su existencia están dadas. No sólo este refiere a que los elementos se
alcanzaron, sino a que refiere a la capacidad para asumir derechos y obligaciones entre el
Estado que reconoce y el Estado reconocido. Por eso, el Estado no es tal sino hasta que es
reconocido por otros Estados. El problema: que sucede cuando un Estado es reconocido por
algunos, pero no por otros Estados.
Doctrina Lauterpacht: es como una variante de la teoría constitutiva, en tanto parte de la idea
de que el reconocimiento es un elemento constitutivo del Estado. Sin embargo, supone una
obligación de nos Estados de reconocer al nuevo Estado una vez que están dados sus
elementos, por lo que se le critica que no se condiga con la práctica de los Estados y que, en
última instancia, termine asimilándose a la teoría declarativa por tal obligación de reconocer.
Doctrina Stimson: no compite con las otras teorías, pero es un principio del no reconocimiento
que implica que los Estados no debieran reconocer a un Estado que ha surgido como
consecuencia de la violación de una norma de derecho internacional, como la prohibición del
uso de la fuerza, la no intervención, etc.
Igualmente, cabe aclarar que no hay una obligación internacional de reconocer a otro Estado
cuando ciertos requisitos se presentan; sino que este se encuentra permitido.
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Formas:
Es posible que el reconocimiento de un Estado por otros se haga: en forma expresa, a través
de cualquier manifestación de voluntad que implique la intención de reconocer a un nuevo
Estado, como la celebración de un tratado; o en forma implícita, a través de actos emanados
de órganos competentes, como entablar relaciones diplomáticas con el nuevo Estado, enviar
un mensaje de congratulación al nuevo Estado, o votar en una organización internacional a
favor de la admisión del nuevo Estado.
El reconocimiento también puede ser de jure, cuando se haga con relación a un Estado que
adquirió el estatus de forma definitiva o plena, o de facto, cuando haya dudas sobre la
permanencia o consolidación del nuevo Estado, razón por la cual el reconocimiento sería de
carácter provisorio hasta que se produzca el reconocimiento de jure.
Reconocimiento prematuro: cuando recae sobre un nuevo Estado que aún no ha llenado
todas las condiciones para ser reconocido. En muchas oportunidades, el reconocimiento
prematuro se hace para satisfacer intereses políticos o materiales del país que hace el
reconocimiento.
En los casos en que un Estado se haya desmembrado o emancipado se requiere mucho tacto
político para elegir el momento de hacer su reconocimiento, porque un reconocimiento
prematuro puede llegar a ser considerado como un acto de hostilidad contra el Estado
metrópoli o como un acto de intervención en los asuntos internos de otro Estado. Ejemplo: en
1778 Francia reconoció la independencia de los Estados Unidos cuando aún la lucha por la
emancipación no estaba decidida y este reconocimiento apresurado o prematuro fue
considerado por Inglaterra como un acto de hostilidad.
Reconocimiento tardío: cuando se realiza mucho tiempo después que el nuevo Estado ha
llenado los requisitos para existir o de haber sido reconocido por otros Estados. El
reconocimiento tardío puede ser interpretado como un acto ofensivo hacia la dignidad del
nuevo estado. Ejemplo: la República Argentina recién fue reconocida por España en 1863, a
pesar de que anteriormente ya la habían reconocido los países hispanoamericanos y
numerosos países europeos, tal el caso de Suiza (1834), Cerdeña (1837), Dinamarca (1841),
Bremen (1843), Hamburgo (1844), Prusia (1845) y Suecia y Noruega (1846).
Reconocimiento de Gobiernos
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Doctrina Tobar: ordena no reconocer un gobierno que asumió al poder en contra del orden
constitucional, hasta tanto no sea legitimado a través de algún sistema democrático, por
ejemplo, un plebiscito. Finalidad fue frenar las revoluciones y golpes de Estado en América
Latina y evitar intervenciones europeas en casos de revolución, haciendo hincapié en la
legitimación constitucional de los gobiernos.
Doctrina Wilson: planteada como evolución de la doctrina Jefferson. Propósito: que el proceso
de autogobierno de los Estados latinoamericanos no se interrumpa o abandone.
Doctrina Larreta: postuló la necedad de que los Estados americanos efectuaran consultas
entre sí antes de reconocer un nuevo gobierno establecido por la fuerza. Tomó postura de la
necesidad de adoptar una posición colectica o concertada de los Estados a la hora de
reconocer gobiernos surgidos por vías de hecho.
Doctrina Estrada: surge como reacción a la Doctrina Tobar, y los peligros que generaba el heho
de dejar sujeto a la discreción de gobiernos extranjeros el reconocimiento de los gobiernos.
Según esta, los Estados deben abstenerse de realizar un acto reconocimiento o no
reconocimiento, en tanto hace a la esfera interna de los Estados. De lo contrario, implicaría
una violación al principio de no intervención en los asuntos internos. Objetivo: preservar la
continuidad de las relaciones con el Estado independientemente de su Gobierno, es decir, sin
hacer juicio sobre la legitimidad del gobierno extranjero.
Doctrina Lauterpacht: según la cual existe una obligación de reconocer a los gobiernos que
tiene un control efectivo sobre el territorio y la población, es decir, cuando tienen capacidad
para ejercer en forma continua las funciones políticas propias de un Estado. Diferencia con la
doctrina Estrada: es que debe otorgarse reconocimiento cuando el gobierno es efectivo, en
cambio en la Estrada, se pregona al no pronunciamiento en términos de reconocimiento.
Podestá Costa, considera que los gobiernos de facto deben ser reconocidos, siempre que
reúnan los siguientes requisitos:
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1) que el gobierno de facto tenga una autoridad efectiva, real: que sus decisiones sean
obedecidas por la población.
Para Sorensen, el reconocimiento del estado de beligerancia sólo debe concederse cuando:
a) dentro del Estado haya un conflicto armado de carácter general, en contraposición a otro de
carácter puramente local;
c) ellos lleven a cabo las hostilidades de acuerdo a las reglas de la guerra y a través de grupos
organizados que actúan bajo una autoridad responsable; y
d) existan circunstancias que hacen necesario para el Estado que reconoce definir su actitud
frente al conflicto.
Formas
Efectos
Sin importar la teoría, el reconocimiento permitirá que el Estado cuyo gobierno es reconocido,
pueda ser sometido ante los tribunales internos del Estado que lo reconoce. Contrario sensu,
uno no reconocido no tiene legitimación para actuar ente tribunales internos del Estado que
no lo reconoce. También el reconocimiento implicará el respeto por los privilegios e
inmunidades de sus agentes, así como la habilitación para celebrar tratados.
Sucesión de Estados
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Cuando se habla de sucesión de Estados, hay que tener en cuenta que, por un lado, habrá un
Estado predecesor, y por otro, uno o varios Estados sucesores.
Cuando se produce la sucesión de un Estado por otro, surgen temas muy importantes a
resolver, por ejemplo, qué sucede con la responsabilidad internacional, con los tratados
firmados, con la nacionalidad de los habitantes del territorio, con los bienes, archivos y deudas
del Estado, etcétera.
-Sobre Sucesión de Estados en materia de bienes, archivos y deudas del Estado (1983).
Tipos de sucesión
Términos empleados
a) Se entiende por “tratado” un acuerdo internacional celebrado por escrito entre Estados y
regido por el derecho internacional, ya conste en un instrumento único o en dos o más
instrumentos conexos y cualquiera que sea su denominación particular;
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c) Se entiende por “Estado predecesor” el Estado que ha sido sustituido por otro Estado a raíz
de una sucesión de Estados;
d) Se entiende por “Estado sucesor” el Estado que ha sustituido a otro Estado a raíz de una
sucesión de Estados;
etc.
Artículo 16. Ningún Estado de reciente independencia estará obligado a mantener en vigor un
tratado, o a pasar a ser Parte de él, por el solo hecho de que en la fecha de la sucesión de
Estados el tratado estuviera en vigor respecto del territorio al que se refiera la sucesión de
Estados.
Artículo 17.1. Sin perjuicio de los dispuesto en los párrafos 2 y 3, un Estado de reciente in-
dependencia podrá, mediante una notificación de sucesión, hacer constar su calidad de Parte
en cualquier tratado multilateral que en la fecha de la sucesión de Estados estuviera en vigor
respecto del territorio al que se refiere la sucesión de Estados.
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3. Cuando en virtud de las estipulaciones del tratado o por razón del número re ducido de
Estados negociadores y del objeto y el fin del tratado deba entenderse que la participación de
cualquier otro Estado en el tratado requiere el consentimiento de todas las Partes, el Estado
de reciente independencia podía hacer constar su calidad de Parte en el tratado sólo con tal
consentimiento.
Condiciones requeridas para que un tratado sea considerado en vigor en el caso de una
sucesión de Estados
Artículo 24.1. Un tratado bilateral que en la fecha de una sucesión de Estados estuviera en
vigor respecto del territorio al que se refiera la sucesión de Estados se considerará en vigor
entre un Estado de reciente independencia y el otro Estado Parte cuando esos Estados:
b) Se hayan comportado de tal manera que deba entenderse que han convenido en ello.
2. Un tratado que sea considerado en vigor de conformidad con el párrafo 1 será aplicable
entre el Estado de reciente independencia y el otro Estado Parte desde la fecha de la sucesión
de Estados, salvo que una intención diferente se desprenda de su acuerdo o conste de otro
modo.
Artículo 31.1. Cuando dos o más Estados se unan y formen de ese modo un Estado sucesor,
todo tratado en vigor en la fecha de la sucesión de Estados respecto de cual quiera de ellos
continuará en vigor respecto del Estado sucesor, a menos:
a) Que el Estado sucesor y el otro Estado Parte o los otros Estados Partes con vengan en otra
cosa; o
b) Que se desprenda del tratado o conste de otro modo que la aplicación del tratado respecto
del Estado sucesor sería incompatible con el objeto y el fin del tratado o cambiaría
radicalmente las condiciones de su ejecución.
2. Todo tratado que continúe en vigor de conformidad con el párrafo 1 se aplicará sólo
respecto de la parte del territorio del Estado sucesor respecto de la cual estaba en vigor el
tratado en la fecha de la sucesión de Estados, a menos:
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c) Que, en el caso de un tratado bilateral, el Estado sucesor y el otro Estado Parte convengan
en otra cosa.
Así, en materia de efectos de la sucesión respecto a los tratados, se deriva que existen dos
líneas de solución establecidas en la Convención:
Los tratados celebrados por el Estado predecesor no continúan para el Estado sucesor.
Este aplica en general para los procesos de sucesión de Estados involuntarios. Así, el
nuevo Estado. No está obligado a continuar con los tratados ratificados por el Estados
anterior, pero, en algunos casos, podrá si así lo quisiere, continuar con algunos o
todos.
2) Principio de continuidad:
Este efecto se da en procesos de sucesión voluntaria, en tanto sino, sería fácil vulnerar
el orden internacional.
Caso particular:
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Los tratados que refieren a regímenes de fronteras o establezcan derechos territoriales: no son
afectados por la sucesión de Estados. Esto en función a la seguridad jurídica y a la necesidad de
mantener cierto orden internacional, que hacen imperiosa su continuidad.
Regímenes de frontera
b) A las obligaciones y los derechos establecidos por un tratado y que se refieran al régimen
de una frontera.
b) A los derechos establecidos por un tratado en beneficio de cualquier territo rio y relativos al
uso, o a las restricciones en el uso, de cualquier territorio de un Estado extranjero y que se
consideren vinculados a los territorios de que se trate.
3. Las disposiciones del presente artículo no se aplican a las obligaciones, deriva das de
tratados, del Estado predecesor que prevean el establecimiento de bases militares extranjeras
en el territorio al cual se refiere la sucesión de Estados.
La presente Convención y la soberanía permanente sobre las riquezas y los recursos naturales
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sucesor. Pero puede ocurrir que se conceda a los habitantes del territorio la posibilidad de
elegir, dentro de cierto tiempo, la nacionalidad de uno u otro Estado.
En los casos de unificación: los habitantes adquieren la nacionalidad del nuevo Estado.
Artículo 8. Para los efectos de los artículos de la presente Parte, se entiende por “bienes de
Estado del Estado predecesor” los bienes, derechos e intereses que en la fecha de la sucesión
de Estados y de conformidad con el derecho interno del Estado predecesor pertenecían a éste.
Regla general para inmuebles: siguen la suerte del territorio, ligados a este. Por eso siempre
serán transferidos al sucesor. Excepción: embajadas y otros edificios del estilo, son
negociables.
Regla general para muebles: son libremente negociables por los Estados. Pueden transferirse
al Estado sucesor como no. Excepto: muebles por accesión, que siguen la suerte del principal
(adheridos al inmueble o suelo) y por eso ligados al territorio. Estos siempre se transfieren al
sucesor.
Artículo 9. El paso de los bienes de Estado del Estado predecesor entrañará la extinción de los
derechos de ese Estado y el nacimiento de los del Estado sucesor sobre los bienes de Estado
que pasen al Estado sucesor, con sujeción a lo dispuesto en los artículos de la presente Parte.
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Artículo 10. Salvo que los Estados interesados acuerden o un órgano internacional apropiado
decida otra cosa al respecto, la fecha del paso de los bienes de Estado del Estado predecesor
será la de la sucesión de Estados.
Artículo 11. Salvo lo dispuesto en los artículos de la presente Parte y a menos que los Esta dos
interesados acuerden a un órgano internacional apropiado decida otra cosa al respecto, el
paso de los bienes de Estado del Estado predecesor al Estado sucesor se rea lizará sin
compensación.
Archivos de Estado:
Artículo 20. Para los efectos de los artículos de la presente Parte, se entiende por “archivos de
Estado del Estado predecesor” todos los documentos, sean cuales fueren su fecha y
naturaleza, producidos o recibidos por el Estado predecesor en el ejercicio de sus funciones
que, en la fecha de la sucesión de Estados, pertenecían al Estado predecesor de conformidad
con su derecho interno y eran conservados por él directamente o bajo su control en calidad de
archivos con cualquier fin.
Regla general: libre transferencia de los archivos de un Estado, son negociables. Hoy en día,
ante la posibilidad de hacer copias, ambos Estados, predecesor y sucesor, pueden poseer la
información relevante que les sea necesaria.
Artículo 21. El paso de los archivos de Estado del Estado predecesor entrañará la extinción de
los derechos de ese Estado y el nacimiento de los del Estado sucesor sobre los archivos del
Estado que pasen al Estado sucesor, con sujeción a lo dispuesto en los artículos de la presente
Parte.
Artículo 22. Salvo que los Estados interesados acuerden o un órgano internacional apropiado
decida otra cosa al respecto, la fecha del paso de los archivos de Estado del Estado predecesor
será la de la sucesión de Estados.
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Artículo 23. Salvo lo dispuesto en los artículos de la presente Parte y a menos que los Estados
interesados acuerden o un órgano internacional apropiado decida otra cosa al respecto, el
paso de los archivos de Estado del Estado predecesor al Estado sucesor se realizará sin
compensación.
Artículo 26. A los efectos de la aplicación de las disposiciones de los artículos de la presente
Parte, el Estado predecesor tomará todas las medidas para impedir el daño o la destrucción de
los archivos de Estado que pasen al Estado sucesor de conformidad con esas disposiciones.
Deuda pública:
Artículo 33. Para los efectos de los artículos de la presente Parte, se entiende por “deuda de
Estado” toda obligación financiera de un Estado predecesor para con otro Estado, para con
una organización internacional o para con cualquier otro sujeto de derecho internacional,
nacida de conformidad con el derecho internacional.
Regla general: se aplica el principio de continuidad de las deudas del Estado predecesor por el
sucesor en los casos de procesos de sucesión voluntaria; y el de tabula rasa en los casos de
procesos involuntarios, no existiendo obligación del sucesor de asumir las deudas contraídas
por el predecesor. Excepción: que este se beneficie de la obligación contraída por el
predecesor, en ese caso, el sucesor estará obligado.
Artículo 34. El paso de las deudas de Estado entrañará la extinción de las obligaciones del
Estado predecesor y el nacimiento de las del Estado sucesor en lo que respecta a las deudas de
Estado que pasan al Estado sucesor, con sujeción a lo dispuesto en los artículos de la presente
Parte.
Artículo 35. Salvo que los Estados interesados acuerden o un órgano internacional apropiado
decida otra cosa al respecto, la fecha del paso de las deudas de Estado del Estado predecesor
será la de la sucesión de Estados.
Artículo 36. Una sucesión de Estados no afectará en cuanto tal a los derechos y obligaciones de
los acreedores.
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Soberanía territorial: el territorio es uno de los elementos esenciales del Estado. Sobre este
posee soberanía, aunque no es el único ámbito sobre el cual el Estado ejerce derechos de
soberanía o jurisdicción. Desde el momento que el Estado nace, posee territorio terrestre y
aéreo y si tiene costas marítimas, también posee territorio marítimo (y territorio fluvial o
lacustre en caso de poseer ríos o lagos).
La soberanía territorial, fue definida por Max Huber (árbitro) en el caso de la Isla de Palmas de
la siguiente forma:
Éste derecho a ejercitar de forma exclusiva las actividades propias de los estados tiene como
contrapartida un deber: la obligación de proteger dentro de su propio territorio los derechos
de los demás estados, especialmente su derecho a la integridad habilidad tanto en tiempo de
Paz como de guerra, juntamente con los derechos que cada Estado pueda reclamar para que
sus Nacionales que hallen en el territorio extranjero.
Diez de Velasco nos enseña que el territorio es la base física o espacial autoridad y por lo tanto
sus poderes y competencias. Deviene pertinente, entonces, es son los espacios que
comprende el territorio estatal como ámbito de validez espacial donde pondré en práctica a
las normas vigentes.
La importancia que revisten los espacios que detenta el Estado sean de vital importancia para
el desarrollo de las actividades estatales por la inoponibilidad que estas revisten.
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Martina Lohidoy
Los espacios donde él está ejerce su autoridad son: el territorio terrestre, ríos, lagunas, lagos,
subsuelo, espacios marítimos, espacio aéreo suprayacente a las aguas interiores y al mar
territorial.
Fuera de las competencias territoriales de los estados quedan: los fondos oceánicos, el espacio
exterior, los cuerpos celestes, la altamar y su espacio aéreo.
Así como vimos que el Estado mismo puede sufrir transformaciones, el territorio del Estado
también puede alterarse, sea por causas naturales como por decisiones políticas o jurídicas, sin
que cambie el Estado mismo. Éstas transformaciones pueden implicar tanto una adquisición
como una pérdida de territorio.
La doctrina y la jurisprudencia internacionales se refieren a los modos por medio de los cuales
un Estado puede adquirir o perder una porción de territorio, no se habla aquí del supuesto
primera es un territorio para ser considerado por la comunidad internacional. Cuando un
Estado incrementa el territorio que tenía cuándo surgió como tal, lo hace a través de un modo
o título jurídico que podrá hacer valer frente a un reclamo por parte de otro Estado.
Asimismo, cabe aclarar que nos referimos a los modos por los que se adquiere una porción de
territorio terrestre, puesto que son marítimos establecerán como consecuencia del
reconocimiento de la soberanía sobre aquel.
a. Modos originarios: aquellos por los cuales se adquiere un territorio que no pertenece
a nadie. Como el descubrimiento la ocupación efectiva y algunos supuestos de
accesión.
Otra clasificación puede ser teniendo en cuenta la vigencia actual de cada uno de los modos de
adquisición de territorios.
27
Martina Lohidoy
1. El descubrimiento
Hasta el siglo XVI, el descubrimiento de territorio fue uno de los modos más comunes para
adquirir soberanía sobre territorios ignotos. En algunos casos se trata de territorio
deshabitados de sin dueño (terra nullius), mientras que otros estaban habitados por pueblos
indígenas colonizaba.
2. La ocupación efectiva
El objeto de ocupación efectiva es un territorio sin dueño, que no pertenece a nadie, es decir
que no se encuentra bajo la soberanía de ningún estado (terra nullius) o que ha sido
abandonado por quien poseía soberanía.
Así, por ejemplo, adquirieron tierras Portugal en el África y España en América Central.
Para que existe ocupación efectiva, deben darse una serie de requisitos: el ocupante de ser un
Estado, la ocupación debe ser efectiva, es decir, debe haber un despliegue real de soberanía en
dicho territorio durante determinado tiempo y número acto simbólico cómo plantar una
bandera o dejar una placa, y el Estado debe tener la intención de establecer un título soberano
sobre él (animus ocupandi).
Así la ocupación efectiva se caracteriza por tener dos elementos: posesión y administración. La
posición debe ser acompañada de la intención de adquirir soberanía y los actos de
administración deben emanar de una autoridad soberana y corresponderá funciones estatales
tradicionales, como la regulación de actividades económicas, medidas de defensa del territorio
o seguridad de las comunicaciones, etc.
3. La prescripción adquisitiva
La prescripción adquisitiva tiene lugar sobre un territorio descuidado, es decir, que pertenece
un Estado pero que ha descuidado el ejercicio de soberanía sobre él, circunstancia que es
aprovechada por otro Estado, que a su vez procede ocuparlo efectivamente durante
determinado tiempo. El territorio objeto de la prescripción no está jurídicamente abandonado,
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Martina Lohidoy
Los elementos para que se considere configurado este modo de adquisición son: la posesión
de un territorio título de soberano durante un determinado periodo de tiempo, cuando ese
territorio antes pertenecía a otro Estado, y la ausencia de reclamos por parte de terceros
Estados. Así, el ejercicio de la autoridad sobre el territorio debe ser de manera pacífica y
continuada por un largo periodo de tiempo. Si bien puede haber un acto de mala fe inicial al
ocuparse un territorio que pertenece a otro Estado, ese acto se sanea por el paso del tiempo y
la ausencia de reclamos.
Esto se distingue de la ocupación pues se refiere a un territorio que estaba bajo la soberanía
de otro estado, mientras que la ocupación implica la de un territorio Julius. Sin embargo,
ambos modos requieren evidencia de actos soberanos por un Estado durante un periodo de
tiempo.
4. La conquista
Cuándo era un modo legítimo, había tres condiciones para la existencia de una conquista
válida: un elemento material, el control efectivo sobre el territorio luego de terminado el
conflicto armado, una declaración previa de guerra, y un tratado de paz que ponía final
conflicto.
En la actualidad, la conquista dejó de ser un modo legítimo de adquisición del territorio dada la
prohibición del uso de la fuerza para la adquisición de los mismos. Si bien la prohibición del uso
de la fuerza tiene algunas excepciones, como la legítima defensa, esta no es válida para
justificar la elección de un territorio, ya que tiene como propósito repeler un agresor y no
agrandar el territorio.
5. La accesión
Existen dos formas de acrecentamiento del territorio por causas naturales: aluvión, como
proceso lento y gradual, y avulsión, proceso rápido o violento.
Aunque la práctica la accesión puede ser natural o artificial, ningún Estado puede modificar la
condición natural de su territorio de forma tal de causar desventaja a las condiciones naturales
de territorio de Estados vecinos.
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Martina Lohidoy
6. La cesión
Es el acto por el cual un Estado transfiere su soberanía sobre un territorio a otro. Ningún
Estado puede transmitir un derecho más extenso del que posee, por aplicación del principio
general de Derecho. Este modo de adquisición puede asumir distintas modalidades:
compraventa, si es a título oneroso, donación, si es a título gratuito, o permuta, si es a cambio
de otro territorio.
Finalmente, una vez que se transfiere el territorio al nuevo Estado, se transfieren todas las
obligaciones internacionales conectadas al territorio. En realidad, dada la transferencia de
territorio, es un acto de sucesión de estados parcial.
Una venta. Ejemplos: a EEUU, Rusia le vendió Alaska en 1867, España le vendió La Florida en
1819 y Francia le vendió Lousiana en 1803.
Otros. Ejemplos: Italia cedió a Francia los territorios de Saboya y Niza en 1860; Suecia cedió a
Alemania el territorio de Weismar en 1903. Ejemplos de cesiones forzadas: Francia cede
Alsaxia-Lorena a Alemania en 1871 y posteriormente, en 1919, por otro tratado Alemania le
devuelve esos territorios.
7. La adjudicación
Ciertos autores incluyen la adjudicación entre los modos de adquisición de territorios. Consiste
en la determinación efectuada por un órgano jurisdiccional respecto de una porción de
territorio, que hasta ese momento se hallaba en litigio.
Hay juristas que consideran que, en realidad, la adjudicación no es un nuevo título jurídico por
el que un Estado puede adquirir un territorio, puesto que, en todo caso, dicho territorio es
poseído por otro fundamento, que podrá ser ocupación efectiva o la cesión, entre otros. Lo
que hace el tribunal es declarar que el territorio le pertenece a ese estado por haber probado
que poseía ese título al momento de la fecha crítica. La sentencia declarativa no sería un nuevo
título, sino que operaría como el reconocimiento de la existencia de un título anterior. Sin
embargo, es cierto que una vez que un tribunal resuelve la controversia y determina que un
territorio le pertenece a un Estado, en lo sucesivo dicho estado invocada directamente esa
sentencia en tanto es instrumento pone fin a la disputa y reconoce su derecho de soberanía.
8. El abandono
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Martina Lohidoy
Es la renuncia sin beneficiario determinado, con pérdida de dominio oposición sobre cosas que
recobran su condición de bienes nullius. Por medio del abandono, un Estado renuncia su
soberanía territorial en relación con un espacio terrestre, que pasa transformarse en un
territorio sin dueño. Este podrá ser objeto de ocupación efectiva por parte de otro Estado o
permanecer sin dueño.
Para que le abandono produzca sus efectos, se requieren dos elementos que deben ser
probados porque en el alega este modo: corpus, elemento material y objetivo, y animus,
elemento subjetivo. El corpus sería la pérdida de la posesión, soberanía sobre esa zona,
mientras que el animus es la intención de abandonar y no simplemente de descuidar el
ejercicio de la soberanía. En cuanto a las formas, el abandono puede producirse de hecho o
mediante una declaración expresa por parte de un representante del Estado, efectuada
verbalmente o por escrito.
Primer asentamiento: los franceses también realizaron viajes por las islas desde 1700, y las
llamaban Malvinas. Y en 1764, ellos hacen la primera ocupación efectiva, ya que un marino
francés (Luis Boungainville) desembarcó en las islas y fundó un establecimiento llamado “Port
Luis”. España protestó por la ocupación, Francia le reconoció mejores derechos y las
autoridades españolas se establecieron en Port Luis al cual llamaron Puerto Soledad (1767).
No obstante estos hechos (la ocupación de Francia y el reclamo de España) en 1766 los
ingleses envían naves y fundan “Puerto Egmont” en un sector de las islas.
España ordenó al gobernador de Buenos Aires que intimara a los ingleses a desalojar las islas.
A partir de ahí comienzan una serie de reclamos, hasta que finalmente en 1774 Inglaterra
restituyó dicho puerto a España.
Adviértase, que mientras la ocupación de los ingleses fue de 8 años sólo en el Puerto Egmont
(1766-1774), la ocupación española fue anterior (desde 1764 cuando intimó a Francia a
devolver Port Luis) y continuó ejerciendo soberanía permanentemente durante los 8 años en
que los ingleses estuvieron en las islas y, lógicamente, también después de su devolución en
1774.
Así, las Malvinas pertenecían a España y formaban parte del Virreinato del Río de la Plata:
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Martina Lohidoy
En 1833, Inglaterra se apodera por la fuerza de las islas, cuando la corbeta inglesa “Clío” ocupó
y desalojó por la fuerza a las autoridades argentinas establecidas en las islas. Desde ese
momento, la República Argentina reclama año tras año la devolución de las islas y deja
constancia de su reserva de la soberanía.
Las Malvinas en la ONU: lograr la descolonización de los territorios es uno de los propósitos de
Naciones Unidas.
a) El principio de la libre determinación de los pueblos (todos los pueblos tienen derecho a
determinar libremente su condición política, económica, social y cultural); y
En 1961, la delegación argentina, refiriéndose al tema de las Malvinas, aclaró que el principio
de la libre determinación de los pueblos no puede ser utilizado para dar validez a una situación
ilegítima. Es decir que es inaplicable cuando la población de un territorio ha sido desalojada
por la fuerza por otro Estado, y reemplazada por personas de la nacionalidad del estado
agresor (población trasplantada). Por lo tanto, el principio de la libre determinación de los
pueblos no podría aplicarse al caso de las Malvinas.
En 1965 la ONU adoptó la Resolución 2065 (XX), declarando la necesidad de que se aceleren
las negociaciones e invita a dichos gobiernos a proseguir las mismas para lograr una rápida
solución al problema de la soberanía sobre las islas Malvinas (Falkland). En 1975 el Comité
Jurídico Interamericano (órgano de la OEA) preparó un informe apoyando la reivindicación
argentina.
En 1977, ambos gobiernos hacen una reunión en Buenos Aires y convienen en realizar
negociaciones sobre la situación política de las islas.
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Martina Lohidoy
Esta negativa a negociar hizo que el 2 de abril de 1982 la Argentina recurriera a las armas
enviando tropas que desembarcaron en las Islas Malvinas y procedieron a ocuparlas.
Muchos países ofrecieron sus buenos oficios para ayudar a las partes a arribar a una solución
pacífica, pero la guerra continuó.
Finalmente, el Reino Unido (con mejor equipamiento y con el apoyo logístico de EEUU) retomó
las islas logrando que las fuerzas argentinas se rindieran el 14 de junio de 1982.
Desde entonces hasta ahora, si bien se han reanudado tratativas para negociar el tema
Malvinas, las conversaciones están estancadas dado que la Argentina quiere tratar el tema de
la soberanía sobre las islas, mientras que el Reino Unido no quiere hacerlo.
1. Descubrimiento: alega que fueron descubiertas por ellos, aunque dicha posición varía
en el tiempo.
2. Ocupación efectiva: que en su momento habían tomado posesión de las islas, lo cual
nunca sucedió. Era colonia española.
3. Que Argentina luego había reconocido la soberanía de Inglaterra sobre las islas. No es
así: Argentina siempre protestó.
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Martina Lohidoy
El derecho del mar es la rama del DIP que regula derechos y obligaciones de los Estados en los
distintos espacios marítimos. También se ocupa de definir cada espacio marítimo, establecer
sus límites máximos y los derechos y obligaciones de los Estados ribereños y terceros Estados,
así como fijar reglas para la delimitación de dichos espacios.
Otra cosa es el derecho marítimo es una rama del derecho privado que regula las relaciones
entre particulares derivadas de la realización de actividades en el mar y en otros espacios
acuáticos, por ejemplo: un contrato por transporte de mercaderías. Cabe esta aclaración
porque muchos autores lo tratan como si fuesen lo mismo, son dos ramas distintas.
Los hombres de todas las épocas han utilizado el mar como medio de comunicación, para
comerciar, viajar, etcétera. El 70% de la Tierra está integrada por agua.
Por muchos siglos, los mares y océanos fueron libres, es decir, cualquiera podía usarlos a los
efectos de la navegación o de la pesca, ya que no pertenecían a nadie.
En el siglo XVI se generó una discusión doctrinaria en cuanto hacia el mar era libre o podía ser
objeto de apropiación. Se enfrentaron las teorías del holandés Hugo Grocio, considerado como
el padre del derecho internacional, y del inglés John Selden.
1. El primero proclamaba la libertad de los mares: aunque reconocía que eso no impedía
el dominio sobre una pequeña franja de mar adyacente al territorio.
2. El segundo era partidario del principio de qué el mar era susceptible de dominio
privado.
A principios del siglo XVIII, Cornelius Van Bynkershoek sostuvo que la soberanía sobre el mar
territorial debía extenderse hasta la franja de mar donde el Estado ribereño tuviera poderes
efectivos, que para esa época se consideraba que era hasta donde llegará una bala de cañón,
desde la costa. Se origina así la teoría de las tres millas marinas y la idea de un mar territorial
tenía su hace, en la finalidad de defensa del territorio.
34
Martina Lohidoy
La regla de las tres millas marinas que fue adoptada por algunos estados, convenía a las
grandes potencias, ya que permitía a sus flotas la libertad de navegación en la mayor parte de
los mares. En cambio, perjudicaba a los estados que pretendían ejercer una soberanía en un
espacio más amplio de su territorio marítimo por razones de seguridad, o para ejercer
derechos exclusivos sobre sus pesquerías en distancias más extensas, dado que la
preocupación sobre la pesca comenzaba perfilarse. Esta diferencia de criterios impidió que se
generará una práctica uniforme respecto del límite máximo del mar territorial, por lo que la
regla de las tres misas no podía ser considerada como norma consuetudinaria.
A partir del siglo XVIII, se fue generando una práctica respecto de un nuevo espacio marítimo:
la zona contigua, como una franja de mar adyacente al mar territorial qué permite al Estado
ribereño ejercer ciertas competencias para controlar los buques que van a ingresar o salir de
su mar territorial.
Para esa época los espacios marítimos que se consolidaron eran las aguas interiores, el mar
territorial, la zona contigua y la alta mar, pero no sé si aún acuerdo respecto de la anchura del
mar territorial. Algunos estados propusieron la adopción de la regla de las tres misas, aunque
no se llegó a la mayoría necesaria para su adopción, mientras que otros sugirieron distancias
más extensas. En conclusión, la conferencia culminó sin que se adoptará ningún acuerdo.
En 1945 el presidente Harry Truman de los Estados Unidos hizo una declaración unilateral por
la que reivindicaba la jurisdicción de ese Estado sobre los recursos naturales del lecho y
subsuelo de la plataforma continental, respondiendo así a presiones de los sectores
energéticos. Éste acto constituye un hito importantísimo en la evolución del derecho del mar,
conocido como la Proclama Truman. A partir de ahí, los Estado ribereños, lejos de protestar,
invitaron estos actos y proclamaron idénticos derechos y hasta más extensos, sobre la base de
un fundamento económico: la soberanía respecto de los recursos naturales.
En 1958 se celebró en Ginebra la 1° Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del
Mar, sobre la base de proyectos de artículos elaborados por la Comisión de derecho
internacional (CDI). Pero de las cingle lectura de los informes elaborados, se constata la falta
de uniformidad respecto de la extensión del mar territorial. Se estableció la teoría de las tres
millas marinas, pero se dejó abierta la posibilidad de su extensión a 12, bajo ciertas
condiciones. En el texto final de la CDI que se presentó a la Conferencia, se indicó que la
comisión reconocía que la práctica internacional no era uniforme, pero consideraba que el
derecho internacional no autorizaba a extender el mar territorial más allá de las 12 millas
marinas.
La primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar culminó en abril de
1958 con la adopción de cuatro convenciones y un protocolo facultativo sobre la jurisdicción
obligatoria para la solución de controversias. Las cuatro convenciones son:
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Martina Lohidoy
Así se estableció que la soberanía del Estado fuera de su territorio y de sus aguas interiores se
extiende a una zona de mar adyacente a sus costas: el mar territorial, así como el espacio
aéreo y al lecho y subsuelo de ese mar, estableciendo donde comienza el mar territorial, pero
sin determinar el límite máximo de este espacio marítimo.
En 1960 se llevó a cabo la 2° Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar
con el fin de fijar el límite exterior del mar territorial, cuestión que había quedado pendiente
en la primera. Pero en esta oportunidad también quedaría sin definir, ante la falta de acuerdo
entre los estados, quienes no pudieron conciliar sus posiciones.
En consecuencia, la Asamblea General decidió crear un comité especial con el fin estudiar la
utilización con fines pacíficos de los fondos marinos y oceánicos fuera de los límites de la
jurisdicción nacional. Dicho comité reconoció que redunda en beneficio de toda la humanidad
favorecer la exploración y la utilización con fines pacíficos de los fondos marinos y oceánicos
subsuelo, fuera de los límites de la jurisdicción nacional, y que esa exploración debe llevarse a
cabo en beneficio de toda la humanidad, independientemente de la ubicación geográfica de
los estados, teniendo en cuenta los intereses y necesidades especiales de los países en
desarrollo. Por lo tanto, estableció una comisión, compuesta de 42 estados, a la que se le
encomendó que estudiarse la elaboración de principios jurídicos y normas para promover la
cooperación internacional en la exploración y utilización de sus fondos marinos y asegurar la
explotación de sus recursos en beneficio de la humanidad.
En 1970, la Asamblea General aprobó una resolución con 108 votos a favor y ninguna en
contra, en la que se declaró solemnemente que los fondos marinos y oceánicos y su subsuelo,
se encuentran fuera de la jurisdicción nacional. Sus recursos, son patrimonio de la humanidad.
En 1970 tuvo lugar otro hito muy importante para el derecho del Mar: la Declaración de
Montevideo. A través de esta se declararon los siguientes principios básicos del derecho del
mar:
a. El derecho de los estados ribereños de disponer de los recursos naturales del mar y del
suelo y su subsuelo, para promover el máximo desarrollo de sus economías y elevar los
niveles de vida de sus pueblos.
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Martina Lohidoy
Finalmente, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, se convocó la 3° Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Comenzó en Nueva York en 1973 y se concluyó en
Montego Bay, Jamaica, en 1982. La misión era adoptar una convención regular a todos los
espacios marítimos y fuera reemplazando las convenciones de Ginebra de 1958.
Aquí no se trabajó sobre la base de un proyecto elaborado por la Comisión. Se aprobó una lista
de temas y cuestiones no exhaustiva sobre la cual empezar a discutir y los estados podrían
presentar nuevas propuestas y proyectos de artículos. En cuanto al sistema de votación, se
estableció que las disposiciones se tratarían de adoptar por consenso. La votación por mayoría
de 2/3 reservaba como recurso de última instancia. Sólo unas pocas disposiciones adoptaron
por votación, por ejemplo, los artículos 74 y 83 sobre la delimitación de la zona económica
exclusiva y de la plataforma continental entre estados con costas enfrentadas.
En esta, finalmente, se adoptó la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar
o la CONVEMAR.
Entró en vigor el 16 de noviembre de 1994, 12 meses después de qué 60 parte se obligaran por
esa, en virtud de lo dispuesto por el tratado. Para todo el que se obligue con posterioridad esa
fecha, entrará en vigor 30 días después de la fecha en que deposite su instrumento de
ratificación o de adhesión. Pueden ser parte de este tratado no sólo Estados sino también
organizaciones internacionales.
La Convención fue optada como un acuerdo global o paquete, es decir, todo Estado que se
obligara por esa, debía hacerlo por la totalidad de la misma, puesto que no se permiten
reservas ni excepciones. Esto resulta justo, ya que costó mucho llegar a un consenso en
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Martina Lohidoy
algunas disposiciones. Así dispone, que no se podrán formular reservas ni excepción a esta
convención, salvo las expresamente autorizadas por otros artículos de la misma. Esta última
salvedad se refiere a unas pocas disposiciones que facultan al Estado a dejar de lado alguna
cuestión regulada por la CONVEMAR.
La CONVEMAR contempla los siguientes espacios marítimos: aguas interiores, mar territorial,
zona contigua, zona económica exclusiva, alta mar, aguas archipiélagicas, plataforma
continental, zona internacional de los fondos marinos.
Aguas interiores: son todas aquellas que se encuentran en el territorio del Estado. Las
relevantes para el derecho del mar son aquellas aguas marítimas ubicadas detrás de las líneas
de base de las cuales se comienza q medir el mar territorial.
Mar territorial: es un espacio adyacente al territorio del Estado, con una anchura máxima de
12 millas marinas desde las líneas de base.
Zona contigua: es un espacio adyacente al mar territorial, que no puede medir más de 24
millas marinas contadas desde las líneas de base.
Zona económica exclusiva: comienza en el mismo lugar que la zona contigua, y normalmente
se extiende más allá de esta. Es adyacente al mar territorial, y puede extenderse hasta las 200
millas marinas, contadas también desde las líneas de base.
Alta mar: son todas las partes del mar no incluidas en la zona económica exclusiva, zona
contigua, mar territorial, en las aguas interiores de un estado, ni en las aguas archipielagicas de
un Estado archipielagico. Se define por exclusión.
Plataforma continental: es la continuación del territorio por debajo del mar y comienza donde
termina el lecho y subsuelo del mar territorial. Su límite exterior varía de acuerdo con la
conformación geomorfológica de cada plataforma y se establece a partir de diversos criterios y
límites máximos determinados en la CONVEMAR.
Fondos Marinos: consisten en el lecho y subsuelo del mar, más allá de la plataforma
continental.
De acuerdo con los derechos o competencias que ejercen los estados sobre estos espacios,
podemos diferenciar a cada uno de ellos y clasificarlos de la siguiente manera:
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Martina Lohidoy
1. Aguas interiores
2. Mar territorial
3. Aguas archipielagicas
El Estado ribereño posee plena soberanía sobre sus aguas interiores: están sometidos a la
jurisdicción del Estado ribereño los buques de terceras banderas que se encuentren en estas
aguas por autorización del Estado ribereño. A excepción de los buques de guerra o del Estado
confines no comerciales que poseen inmunidad de jurisdicción, y están sometidos a la
jurisdicción del Estado del pabellón.
El Estado ribereño posee soberanía sobre su mar territorial: se extiende al espacio aéreo y al
lecho y subsuelo del mar territorial. Sin embargo, el Estado ribereño en su mar territorial debe
permitir el derecho de paz inocente a buques de terceras banderas. Durante su paso, estos
buques quedan sometidos, en principio, a la jurisdicción del Estado de su bandera, salvo
algunas excepciones en materia civil y penal establecidas en los artículos 27 y 28 de la
CONVEMAR, en cuyo caso ejercerá jurisdicción el estado ribereño. Aplica también la excepción
de los buques de guerra del estado confines no comerciales, que poseen inmunidad.
El Estado posee soberanía sobre sus aguas archipielagicas, siempre que cumpla con los
requisitos exigidos: que se extiende al espacio aéreo sobre ellas y al lecho y subsuelo, como a
los recursos contenidos en ellos. La soberanía también se encuentra limitada por el derecho de
paso inocente de buques de terceras banderas, al igual que ocurre en el mar territorial.
b) Espacios marítimos sobre los que el Estado ejerce derechos de soberanía o ciertas
competencias:
1. Zona contigua
2. Zona económica exclusiva
3. Plataforma continental
El Estado ribereño posee ciertas competencias en estas zonas, pero no soberanía plena. Son
derechos de soberanía, como una soberanía funcional, es decir, para determinados fines.
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Martina Lohidoy
1. Alta mar
2. Fondos marinos
Son espacios sustraídos de la soberanía estatal porque sobre esos ningún Estado puede ejercer
soberanía o derechos de soberanía. La alta mar es un espacio marítimo de uso común por
cualquier estado, mientras que los fondos marinos son patrimonio común de la humanidad, lo
que presupone un régimen de administración internacional.
1. Mar territorial
Cuestiones importantes:
Es la franja de mar adyacente al territorio del Estado ribereño sobre cuál este ejerce
soberanía, incluido el espacio aéreo, lecho y subsuelo.
Todo Estado costero tiene derecho a un mar territorial sin necesidad de declararlo
expresamente.
Para poder medir el mar territorial, los Estados ribereños deben trazar líneas de base.
Éstas pueden ser normales o rectas. A lo largo de sus costas, el Estado ribereño puede
combinar estas dos clases de líneas.
Las aguas que quedan hacia tierra de las líneas de base poseen la condición jurídica de
aguas interiores, salvo que constituyan aguas archipielagicas.
Líneas de base recta: existen algunos supuestos, como el caso de costas muy
accidentadas, en los cuales resulta dificultoso el trazado de la línea de base normal.
Los estados pueden recurrir al trazado de líneas de base recta, que consiste en unir los
puntos apropiados de la costa a través de una línea recta. Igualmente, para evitar
abusos debido al trazado de líneas de base a rectas en exceso, en algunas limitaciones.
Artículo 2
Régimen jurídico del mar territorial, del espacio aéreo situado sobre el mar
territorial y de su lecho y subsuelo
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Martina Lohidoy
2. Esta soberanía se extiende al espacio aéreo sobre el mar territorial, así como al
lecho y al subsuelo de ese mar.
Artículo 3
Artículo 4
El límite exterior del mar territorial es la línea cada uno de cuyos puntos está, del
punto más próximo de la línea de base, a una distancia igual a la anchura del mar
territorial.
Artículo 5
Artículo 6
Arrecifes
Artículo 7
41
Martina Lohidoy
Artículo 8
Aguas interiores
Artículo 9
Si un río desemboca directamente en el mar, la línea de base será una línea recta
trazada a través de la desembocadura entre los puntos de la línea de bajamar de
sus orillas.
Artículo 10
Bahías
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Martina Lohidoy
2. Para los efectos de esta Convención, una bahía es toda escotadura bien
determinada cuya penetración tierra adentro, en relación con la anchura de su
boca, es tal que contiene aguas cercadas por la costa y constituye algo más que
una simple inflexión de ésta. Sin embargo, la escotadura no se considerará una
bahía si su superficie no es igual o superior a la de un semicírculo que tenga por
diámetro la boca de dicha escotadura.
Artículo 11
Puertos
Artículo 12
Radas
Artículo 13
43
Martina Lohidoy
Elevación en bajamar
Artículo 14
Artículo 15
Delimitación del mar territorial entre estados con costas adyacentes o situadas
frente a frente
Cuando las costas de dos Estados sean adyacentes o se hallen situadas frente a
frente, ninguno de dichos Estados tendrá derecho, salvo acuerdo en contrario, a
extender su mar territorial más allá de una línea media cuyos puntos sean
equidistantes de los puntos más próximos de las líneas de base a partir de las
cuales se mida la anchura del mar territorial de cada uno de esos Estados. No
obstante, esta disposición no será aplicable cuando, por la existencia de derechos
históricos o por otras circunstancias especiales, sea necesario delimitar el mar
territorial de ambos Estados en otra forma.
Eso supone que el Estado puede ejercer plena jurisdicción, con las limitaciones
estipuladas en lo que respecta a los buques de terceras banderas durante su paso
inocente y a los buques de guerra.
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Martina Lohidoy
Todos los buques tienen derecho de paso inocente en el mar territorial, siempre
respetando las leyes y reglamentaciones dictadas por el Estado ribereño.
Artículo 17
Con sujeción a esta Convención, los buques de todos los Estados, sean ribereños
o sin litoral, gozan del derecho de paso inocente a través del mar territorial.
Artículo 18
Significado de paso
1. Se entiende por paso el hecho de navegar por el mar territorial con el fin de:
a) Atravesar dicho mar sin penetrar en las aguas interiores ni hacer escala en una
rada o una instalación portuaria fuera de las aguas interiores; o
b) Dirigirse hacia las aguas interiores o salir de ellas, o hacer escala en una de
esas radas o instalaciones portuarias o salir de ella.
Artículo 19
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Martina Lohidoy
Artículo 20
Artículo 21
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Martina Lohidoy
4. Los buques extranjeros que ejerzan el derecho de paso inocente por el mar
territorial deberán observar tales leyes y reglamentos, así como todas las normas
internacionales generalmente aceptadas relativas a la prevención de abordajes
en el mar.
Artículo 22
2. En particular, el Estado ribereño podrá exigir que los buques cisterna, los de
propulsión nuclear y los que transporten sustancias o materiales nucleares u
otros intrínsecamente peligrosos o nocivos limiten su paso a esas vías marítimas.
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Martina Lohidoy
Artículo 23
Artículo 24
2. El Estado ribereño dará a conocer de manera apropiada todos los peligros que,
según su conocimiento, amenacen a la navegación en su mar territorial.
Artículo 25
2. En el caso de los buques que se dirijan hacia las aguas interiores o a recalar en
una instalación portuaria situada fuera de esas aguas, el Estado ribereño tendrá
también derecho a tomar las medidas necesarias para impedir cualquier
incumplimiento de las condiciones a que esté sujeta la admisión de dichos
buques en esas aguas o en esa instalación portuaria.
48
Martina Lohidoy
Artículo 26
Artículo 27
b) Cuando el delito sea de tal naturaleza que pueda perturbar la paz del país o el
buen orden en el mar territorial;
d) Cuando tales medidas sean necesarias para la represión del tráfico ilícito de
estupefacientes o de sustancias sicotrópicas.
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Martina Lohidoy
Artículo 28
2. Zona contigua:
Cuestiones importantes:
Es el espacio adyacente al mar territorial sobre el cual el Estado ribereño posee ciertas
competencias.
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Martina Lohidoy
Debe comprenderse, para lograr mensurar importancia de la zona contigua, que luego
el mar territorial, durante muchos siglos, el espacio marítimo siguiente era la altamar,
o más libre. Por lo tanto, el objetivo primordial de los estados ribereños era poder
asegurarse una zona que les permitiera ejercer algún tipo de función o facultad para
prevenir violaciones al territorio.
Las competencias que puede ejercer el Estado ribereño sobre la zona contigua son en
materia aduanera, sanitaria, fiscal y migratoria.
Pero luego veremos que, en la práctica, puede no resultar tan determinante, dado que
ciertas facultades se aplican mutatis mutandi a la zona económica exclusiva.
Comienza en la línea de base a partir de las cuales se mide la anchura del mar
territorial y no puede extenderse más allá de 24 millas marinas.
Artículo 33
Zona contigua
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Martina Lohidoy
Cuestiones importantes:
Es el espacio adyacente al mar territorial que comienza en el mismo lugar que la zona
contigua, pero se extiende más allá, hasta 200 millas marinas contadas desde las líneas
de base a partir de las cuales se mide la anchura territorial.
La existencia de una zona marítima más allá del mar territorial, en la que los Estados
ribereños pudieran ejercer ciertos derechos de soberanía y jurisdicción, especialmente
en referencia a la protección y utilización de los recursos vivos y no vivos, comenzó a
perfilarse a mediados del siglo XX.
Hasta ese momento, los Estados sólo reconocían la existencia de un mar territorial de
reducida extensión y, eventualmente, de una zona contigua superpuesta al mar libre.
Es decir que, más allá del mar territorial, el régimen jurídico de las aguas ir al
correspondiente a la altamar, sobre la que el Estado no tenía derechos especiales o
diferentes de cualquier otro. Sólo recién 40 años después, con el tratamiento de la
zona en la CONVEMAR, se le otorgó un régimen jurídico especial.
El ejercicio de estos derechos es exclusivo, lo que implica, en principio, que tan sólo el
Estado ribereño puede ejercerlos. Igualmente, a diferencia de lo que ocurre con la
plataforma continental, el ejercicio de los derechos en la zona económica exclusiva no
es excluyente de manera absoluta, dado que, si bien la inactividad del Estado ribereño
no otorga derecho a otros Estados a suplir dicha inactividad, siempre deben respetarse
los derechos de los Estados sin litoral.
Además, cabe aclarar que, a pesar del ejercicio de estos derechos de soberanía, todos
los estados, sean ribereños o sin litoral, gozan de las libertades de navegación y
sobrevuelo y de tendido de cables y tuberías submarinos, y de otros usos del mar
internacionalmente legítimo relacionado con dichas libertades, compatibles con las
demás disposiciones de la Convención. Siempre, como dijimos, teniendo en cuenta el
52
Martina Lohidoy
Así, como contrapartida a las competencias que ejerce el Estado ribereño, los
nacionales de otros Estados que pesquen en la zona económica exclusiva, observarán
las medidas de conservación y las demás modalidades y condiciones establecidas en
las leyes y reglamentos del Estado ribereño. Además, la Convención complementa los
derechos al otorgar al Estado ribereño la facultad de aplicar sanciones a los
potenciales incumplimientos.
Artículo 55
La zona económica exclusiva es un área situada más allá del mar territorial y
adyacente a éste, sujeta al régimen jurídico específico establecido en esta Parte,
de acuerdo con el cual los derechos y la jurisdicción del Estado ribereño y los
derechos y libertades de los demás Estados se rigen por las disposiciones
pertinentes de esta Convención.
Artículo 56
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Martina Lohidoy
3. Los derechos enunciados en este artículo con respecto al lecho del mar y su
subsuelo se ejercerán de conformidad con la Parte VI.
Artículo 57
Artículo 58
1. En la zona económica exclusiva, todos los Estados, sean ribereños o sin litoral,
gozan, con sujeción a las disposiciones pertinentes de esta Convención, de las
libertades de navegación y sobrevuelo y de tendido de cables y tuberías
submarinos a que se refiere el artículo 87, y de otros usos del mar
internacionalmente legítimos relacionados con dichas libertades, tales como los
vinculados a la operación de buques, aeronaves y cables y tuberías submarinos, y
que sean compatibles con las demás disposiciones de esta Convención.
Artículo 59
Artículo 60
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Martina Lohidoy
a) Islas artificiales;
6. Todos los buques deberán respetar dichas zonas de seguridad y observarán las
normas internacionales generalmente aceptadas con respecto a la navegación en
la vecindad de las islas artificiales, instalaciones, estructuras y zonas de
seguridad.
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Martina Lohidoy
Artículo 61
4. Al tomar tales medidas, el Estado ribereño tendrá en cuenta sus efectos sobre
las especies asociadas con las especies capturadas o dependientes de ellas, con
miras a preservar o restablecer las poblaciones de tales especies asociadas o
dependientes por encima de los niveles en que su reproducción pueda verse
gravemente amenazada.
Artículo 62
56
Martina Lohidoy
57
Martina Lohidoy
h) La descarga por tales buques de toda la captura, o parte de ella, en los puertos
del Estado ribereño;
Artículo 63
2. Cuando tanto en la zona económica exclusiva como en un área más allá de ésta
y adyacente a ella se encuentren la misma población o poblaciones de especies
asociadas, el Estado ribereño y los Estados que pesquen esas poblaciones en el
área adyacente procurarán, directamente o por conducto de las organizaciones
subregionales o regionales apropiadas, acordar las medidas necesarias para la
conservación de esas poblaciones en el área adyacente.
Artículo 64
58
Martina Lohidoy
Artículo 65
Mamíferos marinos
Artículo 74
Artículo 75
1. Con arreglo a lo dispuesto en esta Parte, las líneas del límite exterior de la zona
económica exclusiva y las líneas de delimitación trazadas de conformidad con el
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Martina Lohidoy
4. Plataforma continental
Cuestiones importantes:
En la zona que comprende las áreas submarinas del lecho y subsuelo del mar, más allá
del mar territorial, a todo lo largo de la prolongación natural del territorio hasta el
borde exterior de margen continental, o hasta las 200 millas marinas cuando el
margen no llegue a esa distancia.
La declaración del presidente Truman, por primera vez estableció claramente la idea
de qué la plataforma continental pertenecía al Estado ribereño. La declaración fue
seguida por reclamos similares de muchos otros estados, y en el lapso de una década
sería desarrollado una práctica consistente y generalizada en este aspecto, no
objetada por otros Estados. Se formó así una norma consuetudinaria.
La CONVEMAR creó tres instituciones, una de ellas, la CLPC, que cumple un rol
fundamental en la determinación de los límites exteriores de la plataforma continental
más allá de las 200 millas marinas.
La CLPC considera los datos y examina si los límites presentados por el Estado ribereño
fueron tratados de conformidad con lo establecido en el artículo 76 y hace
recomendaciones.
Luego, los límites de la plataforma que determine el Estado ribereño tomando como
base tales recomendaciones, serán definitivos y obligatorios. La mayoría de la doctrina
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Martina Lohidoy
está de acuerdo con que sería definitivo para el Estado ribereño que realizó la
presentación y estableció dicho límite, aun cuando la morfología pudiera modificarse,
el limite permanecería igual.
Los derechos sobre la plataforma son independientes de su ocupación real o ficta, así
como de toda declaración expresa. Son derechos exclusivos: si el Estado ribereño no
explora ni explota su plataforma continental, no pierde vitales derechos, ni tiene la
obligación de permitir a otros estados realizar actividades en ese espacio, como si
sucede en la zona económica exclusiva, donde tiene que dar derecho al excedente a
terceros Estados.
Artículo 76
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Martina Lohidoy
i) Una línea trazada, de conformidad con el párrafo 7, en relación con los puntos
fijos más alejados en cada uno de los cuales el espesor de las rocas sedimentarias
sea por lo menos el 1% de la distancia más corta entre ese punto y el pie del
talud continental;
ii) Una línea trazada, de conformidad con el párrafo 7, en relación con puntos
fijos situados a no más de 60 millas marinas del pie del talud continental;
5. Los puntos fijos que constituyen la línea del límite exterior de la plataforma
continental en el lecho del mar, trazada de conformidad con los incisos i) y ii) del
apartado a) del párrafo 4, deberán estar situados a una distancia que no exceda
de 350 millas marinas contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se
mide la anchura del mar territorial o de 100 millas marinas contadas desde la
isóbata de 2.500 metros, que es una línea que une profundidades de 2.500
metros.
62
Martina Lohidoy
Artículo 77
4. Los recursos naturales mencionados en esta Parte son los recursos minerales y
otros recursos no vivos del lecho del mar y su subsuelo, así como los organismos
vivos pertenecientes a especies sedentarias, es decir, aquellos que en el período
de explotación están inmóviles en el lecho del mar o en su subsuelo o sólo
pueden moverse en constante contacto físico con el lecho o el subsuelo.
Artículo 78
Artículo 79
63
Martina Lohidoy
Artículo 80
Artículo 81
Artículo 82
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Martina Lohidoy
Artículo 83
Artículo 84
1. Con sujeción a lo dispuesto en esta Parte, las líneas del límite exterior de la
plataforma continental y las líneas de delimitación trazadas de conformidad con
el artículo 83 se indicarán en cartas a escala o escalas adecuadas para precisar su
ubicación. Cuando proceda, las líneas del límite exterior o las líneas de
delimitación podrán ser sustituidas por listas de coordenadas geográficas de
puntos en cada una de las cuales se indique específicamente el datum geodésico.
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Martina Lohidoy
Artículo 85
Excavación de túneles
5. Alta mar:
Cuestiones fundamentales:
Se encuentra definida por exclusión: son las partes del mar no incluidas en las aguas
interiores de un estado, en el mar territorial, en la zona económica exclusiva, ni en las
aguas archipielagicas de un Estado archipielagico.
La Alta mar se encuentra excluida de toda soberanía por los estados: nadie puede
reclamar soberanía sobre altamar, sino sólo ejercer los derechos que otorga la
Convención. Es una zona libre, pero no para que cada uno reclame porciones de mar,
sino para el ejercicio de determinadas libertades.
En sus comienzos, el mar era Res Nullius, Tierra de nadie. En cambio, hoy en día es Res
Comunitas: pertenece a toda la comunidad internacional, pudiendo cada Estado
ejercer determinados derechos, pero sin nadie hacer nuevas reclamaciones sobre el
mar.
Artículo 86
Las disposiciones de esta Parte se aplican a todas las partes del mar no incluidas
en la zona económica exclusiva, en el mar territorial o en las aguas interiores de
un Estado, ni en las aguas archipelágicas de un Estado archipelágico. Este artículo
no implica limitación alguna de las libertades de que gozan todos los Estados en
la zona económica exclusiva de conformidad con el artículo 58.
Artículo 88
66
Martina Lohidoy
Artículo 89
La CONVEMAR establece una lista de seis libertades que pueden ejercer los estados en
altamar. Así, sobre este espacio no se puede reclamar soberanía, pero si es libre para el
ejercicio de las siguientes libertades:
1. Libertad de navegación
2. Libertad de sobrevuelo
3. Libertad de tender cables y tuberías submarinas
4. Libertad de pesca (muy cuestionado por la magnitud en la que hoy se hace)
5. Libertad de construir islas artificiales y otras instalaciones
6. Libertad de investigación científica marina
Artículo 87
1. La alta mar está abierta a todos los Estados, sean ribereños o sin litoral. La
libertad de la alta mar se ejercerá en las condiciones fijadas por esta Convención
y por las otras normas de derecho internacional. Comprenderá, entre otras, para
los Estados ribereños y los Estados sin litoral:
a) La libertad de navegación;
b) La libertad de sobrevuelo;
2. Estas libertades serán ejercidas por todos los Estados teniendo debidamente
en cuenta los intereses de otros Estados en su ejercicio de la libertad de la alta
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Martina Lohidoy
mar, así como los derechos previstos en esta Convención con respecto a las
actividades en la Zona.
Artículo 90
Derecho de navegación
Todos los Estados, sean ribereños o sin litoral, tienen el derecho de que los
buques que enarbolan su pabellón naveguen en alta mar.
Artículo 99
Artículo 100
Artículo 101
Definición de la piratería
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Martina Lohidoy
c) Todo acto que tenga por objeto incitar a los actos definidos en el apartado a) o
el apartado b) o facilitarlos intencionalmente.
Artículo 102
Se asimilarán a los actos cometidos por un buque o aeronave privados los actos
de piratería definidos en el artículo 101 perpetrados por un buque de guerra, un
buque de Estado o una aeronave de Estado cuya tripulación se haya amotinado y
apoderado del buque o de la aeronave.
Artículo 103
Se consideran buque o aeronave pirata los destinados por las personas bajo cuyo
mando efectivo se encuentran a cometer cualquiera de los actos a que se refiere
el artículo 101. Se consideran también piratas los buques o aeronaves que hayan
servido para cometer dichos actos mientras se encuentren bajo el mando de las
personas culpables de esos actos.
Artículo 108
2. Todo Estado que tenga motivos razonables para creer que un buque que
enarbola su pabellón se dedica al tráfico ilícito de estupefacientes o sustancias
sicotrópicas podrá solicitar la cooperación de otros Estados para poner fin a tal
tráfico.
Artículo 109
69
Martina Lohidoy
El ejercicio de estas libertades presupone que los estados realizan actividades en alta
mar a través de objetos que están vinculados al estado de alguna manera especial.
Éstos serán los buques y el vínculo estará dado por el pabellón que enarbolen.
Así, los buques deben poseer la nacionalidad del Estado cuyo pabellón estén
autorizados enarbolar. La Convención exige que existe una relación auténtica entre el
Estado y el buque: esta exigencia tiene por objeto evitar el otorgamiento de banderas
de conveniencia. El vínculo genuino sólo se refiere al deber de ejercer jurisdicción
sobre el buque de manera eficaz y no se trata de una condición previa para otorgar la
nacionalidad.
Si el Estado tiene más de una bandera, lo que refleja más de una nacionalidad, o no la
posee, entonces implica una violación a la prohibición establecida para el ejercicio de
las libertades en alta mar. De acuerdo con eso, el mismo puede ser abordado y
detenido en la zona (derecho de persecución).
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Martina Lohidoy
Artículo 91
2. Cada Estado expedirá los documentos pertinentes a los buques a que haya
concedido el derecho a enarbolar su pabellón.
Artículo 93
Artículo 94
3. Todo Estado tomará, en relación con los buques que enarbolen su pabellón, las
medidas necesarias para garantizar la seguridad en el mar en lo que respecta,
entre otras cuestiones, a:
71
Martina Lohidoy
5. Al tomar las medidas a que se refieren los párrafos 3 y 4, todo Estado deberá
actuar de conformidad con los reglamentos, procedimientos y prácticas
internacionales generalmente aceptados, y hará lo necesario para asegurar su
observancia.
6. Todo Estado que tenga motivos fundados para estimar que no se han ejercido
la jurisdicción y el control apropiados en relación con un buque podrá comunicar
los hechos al Estado del pabellón. Al recibir dicha comunicación, el Estado del
pabellón investigará el caso y, de ser procedente, tomará todas las medidas
necesarias para corregir la situación.
7. Todo Estado hará que se efectué una investigación por o ante una persona o
personas debidamente calificadas en relación con cualquier accidente marítimo o
cualquier incidente de navegación en alta mar en el que se haya visto implicado
un buque que enarbole su pabellón y en el que hayan perdido la vida o sufrido
heridas graves nacionales de otro Estado o se hayan ocasionado graves daños a
los buques o a las instalaciones de otro Estado o al medio marino. El Estado del
pabellón y el otro Estado cooperarán en la realización de cualquier investigación
que éste efectué en relación con dicho accidente marítimo o incidente de
navegación.
72
Martina Lohidoy
Dado que en alta mar ningún Estado ejerce soberanía y jurisdicción, cada Estado
tendrá, en principio, el monopolio del ejercicio de la soberanía sobre sus propios
buques y, por lo tanto, tiene derecho a exigir que no es intervención con relación a sus
buques por parte de otros Estados en alta mar. Esta es la esencia de la libertad en alta
mar.
Excepción: para los buques privados, establecen una serie de excepciones a este
principio básico. Éste refiere al derecho de persecución y se relaciona a las
prohibiciones en alta mar. Éste principio no tiene excepción respecto de buques de
guerra y buques de estado que se utilizan para un servicio oficial no comercial, los
cuales siempre se rigen por la jurisdicción de su Estado.
Artículo 92
1. Los buques navegarán bajo el pabellón de un solo Estado y, salvo en los casos
excepcionales previstos de modo expreso en los tratados internacionales o en
esta Convención, estarán sometidos, en alta mar, a la jurisdicción exclusiva de
dicho Estado. Un buque no podrá cambiar de pabellón durante un viaje ni en una
escala, salvo en caso de transferencia efectiva de la propiedad o de cambio de
registro.
2. El buque que navegue bajo los pabellones de dos o más Estados, utilizándolos
a su conveniencia, no podrá ampararse en ninguna de esas nacionalidades frente
a un tercer Estado y podrá ser considerado buque sin nacionalidad.
Artículo 95
Artículo 96
73
Martina Lohidoy
Artículo 97
1. Derecho de visita:
Artículo 110
74
Martina Lohidoy
Derecho de visita
a) Se dedica a la piratería;
d) No tiene nacionalidad; o
2. Derecho de persecución:
Es la potestad de los Estados de perseguir buques que han violado sus leyes o
reglamentos. En este caso sólo el Estado normas son infringidas es titular del
derecho de perseguir un buque extranjero en alta mar y efectuar la captura.
75
Martina Lohidoy
4. Sólo puede comenzar cuando se hace emitido una señal visual o auditiva de
detenerse desde una distancia que permita al buque extranjero verla u oírla.
Llegado el caso, de ser necesario y excepcionalmente, puede disparar. Allí sí,
en caso de no obedecer puede comenzar la persecución.
6. Sólo puede ser ejercido por buques de guerra o aeronaves militares, o por
otros buques o era una vez que se ven signos claros y sean identificados como
al servicio del gobierno y autorizados a tal fin.
Una vez perseguido se lo puede arrestar y llevarlo a un determinado puerto para hacer
las investigaciones pertinentes.
Artículo 111
Derecho de persecución
76
Martina Lohidoy
podrá emprenderse más que por violación de los derechos para cuya protección
fue creada dicha zona.
Para justificar el apresamiento de un buque fuera del mar territorial no basta que
la aeronave lo haya descubierto cometiendo una infracción, o que tenga
sospechas de que la ha cometido, si no le ha dado la orden de detenerse y no ha
emprendido la persecución o no lo han hecho otras aeronaves o buques que
continúen la persecución sin interrupción.
77
Martina Lohidoy
6. Aguas archipielágicas
Cuestiones importantes:
Los espacios marítimos de una isla se determinan de la misma forma que los espacios
marítimos de cualquier continente: poseen un mar territorial, zona contigua, zona
económica exclusiva y plataforma continental, determinados en conformidad con las
disposiciones de la Convención.
Estado archipielagico: es aquel formado por islas. Bajo determinados requisitos, este
Estado puede trazar líneas de base archipielagicas rectas y gozar de soberanía sobre
las aguas archipielagicas que se encuentran en su interior.
Líneas de base archipielagicas: sirven para medir la anchura del mar territorial y los
límites del resto de los espacios marítimos. Además, para encerrar las aguas
archipielagicas.
Igualmente, existe también en estas el derecho de paso inocente, derecho del que
gozan los buques de todos los estados y está sometido a las mismas restricciones y
obligaciones previstas para el derecho de paso inocente por el mar territorial.
Artículo 46
Términos empleados
78
Martina Lohidoy
Artículo 47
79
Martina Lohidoy
Artículo 48
Artículo 49
Condición jurídica de las aguas archipelágicas, del espacio aéreo sobre las aguas
archipelágicas y de su lecho y subsuelo
Artículo 50
Artículo 51
80
Martina Lohidoy
Artículo 52
Artículo 53
1. Los Estados archipelágicos podrán designar vías marítimas y rutas aéreas sobre
ellas, adecuadas para el paso ininterrumpido y rápido de buques y aeronaves
extranjeros por o sobre sus aguas archipelágicas y el mar territorial adyacente.
2. Todos los buques y aeronaves gozan del derecho de paso por las vías
marítimas archipelágicas, en tales vías marítimas y rutas aéreas.
81
Martina Lohidoy
5. Tales vías marítimas y rutas aéreas serán definidas mediante una serie de
líneas axiales continuas desde los puntos de entrada de las rutas de paso hasta
los puntos de salida. En su paso por las vías marítimas archipelágicas, los buques
y las aeronaves no se apartarán más de 25 millas marinas hacia uno u otro lado
de tales líneas axiales, con la salvedad de que dichos buques y aeronaves no
navegarán a una distancia de la costa inferior al 10 % de la distancia entre los
puntos más cercanos situados en islas que bordeen la vía marítima.
6. Los Estados archipelágicos que designen vías marítimas con arreglo a este
artículo podrán también establecer dispositivos de separación del tráfico para el
paso seguro de buques por canales estrechos en tales vías marítimas.
10. Los Estados archipelágicos indicarán claramente los ejes de las vías marítimas
y los dispositivos de separación del tráfico designados o establecidos por ellos en
cartas a las que se dará la debida publicidad.
11. Durante el paso por las vías marítimas archipelágicas, los buques respetarán
las vías marítimas y los dispositivos de separación del tráfico aplicables,
establecidos de conformidad con este artículo.
Artículo 54
Los artículos 39, 40, 42 y 44 se aplican, mutatis mutandis, al paso por las vías
marítimas archipelágicas.
82
Martina Lohidoy
CASO MV SAIGA
Ante el Tribunal de Hamburgo (El Tribunal Internacional del Derecho del Mar es un órgano
judicial establecido en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, firmada
en 1982 en Jamaica. Tiene su sede en Hamburgo, Alemania.)
Su importancia deviene en tanto fue el primer caso decidido ante el Tribunal Internacional
sobre el Derecho del Mar.
Adquiere una particular relevancia para la comprensión del derecho del mar contemporáneo y,
en general, del derecho internacional público, cuyas lecciones continúan vigentes al cumplirse
veinte años en el 2022, de los acontecimientos que le dieron origen, brindando una influencia
e interpretación en cuestiones sustanciales de la Convención de las Naciones Unidas para el
Derecho del Mar de 1982 y sus aspectos procedimentales. Allí se determinó cómo se regula la
soberanía de los Estados sobre los mares y océanos; y hasta dónde pueden llegar sus
potestades sobre estas áreas.
Hechos
En el momento del incidente con respecto al cual se fundamenta la solicitud, el M/V Saiga
sirvió como un buque de abastecimiento de combustible (“bunkering”) para buques pesqueros
y otros buques que operan cerca de la costa de Guinea.
En la madrugada del 27 de octubre de 1.997, el M/V Saiga, tras haber cruzado el límite
marítimo entre Guinea y Guinea Bissau, ingresó a la zona económica exclusiva de Guinea
aproximadamente a 32 millas náuticas de la isla guineana de Alcatraz. El mismo día, entre
aproximadamente las 0400 y las 1400 horas, suministró gasoil a tres buques pesqueros, el
Giuseppe Primo, el Kriti y el Eleni S, los dos primeros con bandera de Senegal y el último con
bandera de Grecia.
El 28 de octubre fue arrestado por las autoridades aduaneras de Guinea, en una zona marítima
situada en la costa de África occidental y próxima a Sierra Leona, bajo el pretexto que el buque
se encontraba involucrado en actividades de contrabando. Durante el arresto 2 personas
resultaron heridas.
El buque fue trasladado a Conakry en donde el cargamento que transportaba fue descargado y
por su parte, Guinea no fijó fianza o garantía alguna que permitiera la liberación del buque, de
su tripulación y de su cargamento.
83
Martina Lohidoy
Fue entonces cuando este último Estado instituyó el presente procedimiento en virtud del
artículo 292 de la Convención, que reza lo siguiente:
Artículo 292
1. Cuando las autoridades de un Estado Parte hayan retenido un buque que enarbole el
pabellón de otro Estado Parte y se alegue que el Estado que procedió a la retención no ha
observado las disposiciones de esta Convención con respecto a la pronta liberación del buque
o de su tripulación una vez constituida fianza razonable u otra garantía financiera, la cuestión
de la liberación del buque o de su tripulación podrá ser sometida a la corte o tribunal que las
partes designen de común acuerdo o, a falta de acuerdo en un plazo de 10 días contado desde
el momento de la retención, a la corte o tribunal que el Estado que haya procedido a la
retención haya aceptado conforme al artículo 287 o al Tribunal Internacional del Derecho del
Mar, a menos que las partes convengan en otra cosa.
2. La solicitud de liberación del buque o de su tripulación sólo podrá ser formulada por el
Estado del pabellón o en su nombre.
3. La corte o tribunal decidirá sin demora acerca de la solicitud de liberación y sólo conocerá
de esa cuestión, sin prejuzgar el fondo de cualquier demanda interpuesta ante el tribunal
nacional apropiado contra el buque, su propietario o su tripulación. Las autoridades del Estado
que haya procedido a la retención seguirán siendo competentes para liberar en cualquier
momento al buque o a su tripulación.
4. Una vez constituida la fianza u otra garantía financiera determinada por la corte o tribunal,
las autoridades del Estado que haya procedido a la retención cumplirán sin demora la decisión
de la corte o tribunal relativa a la liberación del buque o de su tripulación.
84
Martina Lohidoy
Artículo 111
Derecho de persecución
85
Martina Lohidoy
5. El derecho de persecución sólo podrá ser ejercido por buques de guerra o aeronaves
militares, o por otros buques o aeronaves que lleven signos claros y sean identificables como
buques o aeronaves al servicio del gobierno y autorizados a tal fin.
Para justificar el apresamiento de un buque fuera del mar territorial no basta que la aeronave
lo haya descubierto cometiendo una infracción, o que tenga sospechas de que la ha cometido,
si no le ha dado la orden de detenerse y no ha emprendido la persecución o no lo han hecho
otras aeronaves o buques que continúen la persecución sin interrupción.
8. Cuando un buque sea detenido o apresado fuera del mar territorial en circunstancias que no
justifiquen el ejercicio del derecho de persecución, se le resarcirá de todo perjuicio o daño que
haya sufrido por dicha detención o apresamiento.
El Tribunal Internacional de Derecho del Mar se declaró́ competente para conocer del caso
dado que tanto Guinea como San Vicente y Las Granadinas son parte de la Convención de las
Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y además no lograron llegar a un acuerdo sobre
como dirimir dicho conflicto.
El Tribunal no estaba llamado a decidir si el arresto del M/V Saiga fue legítimo; sino a
determinar si la detención como consecuencia del arresto violó una disposición de la
Convención «para la pronta liberación del buque o su tripulación tras la publicación de una
fianza razonable u otra seguridad financiera», es decir, decidir si el procedimiento de pronta
liberación del buque se había realizado conforme al artículo 292 de la Convención sin tocar en
esta instancia el fondo del asunto.
a) Para el Tribunal, el alegato de que la infracción cometida por el M/V Saiga tuvo lugar
en la zona contigua y que el buque fue capturado legítimamente después de una
persecución en caliente (hot pursuit) de conformidad con el artículo 111, párrafo 1, de
la convención fue presentada por Guinea solo en la etapa final de su declaración oral.
Esto hizo que la clasificación de las leyes presuntamente violadas en relación con
«aduanas» o «contrabando» fuese bastante dudosa. Desde el punto de vista de los
hechos, la única indicación de que el bunkering de los buques pesqueros tuvo lugar en
la zona contigua es la posición dada en el libro de registro (log book) de M/V Saiga que
86
Martina Lohidoy
Artículo 73
2. Los buques apresados y sus tripulaciones serán liberados con prontitud, previa constitución
de una fianza razonable u otra garantía.
3. Las sanciones establecidas por el Estado ribereño por violaciones de las leyes y los
reglamentos de pesca en la zona económica exclusiva no podrán incluir penas privativas de
libertad, salvo acuerdo en contrario entre los Estados interesados, ni ninguna otra forma de
castigo corporal.
Por las razones anteriores, el Tribunal decidió que la solicitud era admisible, que los alegatos
hechos por San Vicente y las Granadinas estuvieron bien fundados para los propósitos de este
procedimiento y que, en consecuencia, “Guinea debe liberar rápidamente al M/V Saiga y los
miembros de su tripulación actualmente detenida o privada de su libertad. Dicha liberación
deberá realizarse previa constitución de una fianza razonable u otra garantía financiera”
Aproximadamente tres meses después de la sentencia del tribunal, el Saiga fue liberado de la
detención y llegó sano y salvo a Dakar, Senegal.
87
Martina Lohidoy
Este caso es sumamente interesante, puesto que se discuten varios temas de Derecho del Mar,
por lo que resulta una clase magistral sobre esta materia.
San Vicente y las Granadinas demandó a Guinea para ser indemnizado por varios conceptos,
entre ellos: restitución del gasoil descargado en dinero o especie, tratamiento médico de los
tripulantes heridos durante el arresto de la M/V Saiga, daños materiales al buque, perdida
financiera de los armadores, entre otros; producto del arresto del Saiga en la zona económica
exclusiva de Guinea.
Con el objeto de que el Tribunal declarase la inadmisibilidad del caso, Guinea argumentó que
el M/V Saiga no poseía ninguna nacionalidad al momento de su arresto, puesto que esta nave
tenía un Certificado Provisional de Registro emitido el 12 de marzo de 1997, que expiró el 12
de septiembre de 1998; mientras que el arresto del buque tuvo lugar el 28 octubre de 1997 y a
este se le otorgó un Certificado Permanente de Registro un mes después, el 28 de noviembre
de 1997.
San Vicente y las Granadinas sostuvo que cuando un buque está registrado bajo su bandera,
no deja de estarlo hasta que es eliminado del registro. Además, en virtud de su Merchant
Shipping Act, un buque no pierde la nacionalidad sanvicentina debido a la expiración de su
certificado de registro provisional. En apoyo de sus afirmaciones, San Vicente y las Granadinas
se remitió́ a la sección 36(2) de dicha ley, que establece que un certificado provisional «tendrá
el mismo efecto que el certificado de registro ordinario hasta el vencimiento de un año a partir
de la fecha de su emisión». San Vicente y las Granadinas declaró que, de conformidad con esta
disposición, un certificado de registro provisional permanece vigente hasta el vencimiento de
un año a partir de la fecha de su emisión. Por lo tanto, al momento del arresto, el M/V Saiga sí
poseía dicha bandera.
Artículo 91
1. Cada Estado establecerá los requisitos necesarios para conceder su nacionalidad a los
buques, para su inscripción en un registro en su territorio y para que tengan el derecho de
enarbolar su pabellón. Los buques poseerán la nacionalidad del Estado cuyo pabellón estén
autorizados a enarbolar. Ha de existir una relación auténtica entre el Estado y el buque.
2. Cada Estado expedirá los documentos pertinentes a los buques a que haya concedido el
derecho a enarbolar su pabellón.
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Martina Lohidoy
El Tribunal declaró que el artículo 91 deja a cada Estado jurisdicción exclusiva sobre la
concesión de su nacionalidad a los buques. A este respecto, el artículo 91 codifica una norma
bien establecida de derecho internacional general. Según este artículo, corresponde a San
Vicente y las Granadinas fijar las condiciones para la concesión de su nacionalidad a los
buques, el registro de buques en su territorio y el derecho a enarbolar su bandera. Estos
asuntos están regulados por un Estado en su derecho interno.
Probado por San Vicente que el Saiga era un barco con derecho a enarbolar su bandera en el
momento del incidente que dio lugar a la disputa, el Tribunal consideró que San Vicente y las
Granadinas cumplió la carga inicial de establecer que el Saiga tenía la nacionalidad
sanvicentina en el momento en que fue arrestado por Guinea. Por lo tanto, Guinea tenía que
demostrar su afirmación de que el buque no estaba registrado o no tenía la nacionalidad de
San Vicente y las Granadinas en ese momento. El Tribunal determinó que dicha carga
probatoria no se había cumplido y que no se demostró que el Saiga no estaba registrado o no
tenía la nacionalidad de San Vicente y las Granadinas en el momento del arresto.
Guinea cuestionó el hecho de que existiese un vínculo genuino entre San Vicente y las
Granadinas y el M/V Saiga, en un intento de desconocer la nacionalidad sanvicentina de esta
nave.
Guinea argumentó que sin un vínculo genuino o efectivo entre San Vicente y las Granadinas y
el buque M/V Saiga, el reclamo de San Vicente y las Granadinas sobre una violación de su
derecho de navegación y el estado material del buque no es admisible ante el Tribunal, porque
Guinea no está obligada a reconocer la nacionalidad sanvicentina del M/V Saiga, lo que
constituye un requisito previo para el reclamo mencionado en el derecho internacional. Se
fundamentó así en el artículo 91 que reza “Ha de existir una relación auténtica entre el Estado
y el buque.
Guinea alegó además que un Estado no puede cumplir sus obligaciones como Estado del
pabellón en virtud de la Convención con respecto a un buque, a menos que ejerza jurisdicción
prescriptiva y de cumplimiento sobre el propietario o, según el caso, el operador del buque.
Guinea sostuvo que, en ausencia de dicha jurisdicción, no existía un vínculo genuino entre el
buque y su Estado de abanderamiento y que, en consecuencia, no estaba obligado a reconocer
las reclamaciones de este último en relación con el buque.
Hay dos preguntas que el Tribunal abordó a este respecto. La primera fue si la ausencia de un
vínculo genuino entre un Estado del pabellón y un buque da derecho a otro Estado a negarse a
reconocer la nacionalidad del buque. La segunda pregunta fue si existía o no un vínculo
genuino entre el Saiga y San Vicente y las Granadinas en el momento del incidente.
Primera pregunta:
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Martina Lohidoy
El Tribunal observó que la disposición del artículo 91 párrafo 1 de la Convención, que requiere
un vínculo genuino entre el Estado deabanderamiento y el buque, no proporciona la
respuesta. Tampoco los artículos 92 y 94 de la Convención, que junto con el artículo 91
constituyen la regulación sobre la nacionalidad de los buques, dan la respuesta.
Los párrafos 2 a 5 del artículo 94 de la Convención resumen las medidas que un Estado del
pabellón debe tomar para ejercer su jurisdicción efectiva como se prevé en el párrafo 1. Por su
parte, el párrafo 6 expresa que “Todo Estado que tenga motivos fundados para estimar que no
se han ejercido la jurisdicción y el control apropiados en relación con un buque podrá
comunicar los hechos al Estado del pabellón. Al recibir dicha comunicación, el Estado del
pabellón investigará el caso y, de ser procedente, tomará todas las medidas necesarias para
corregir la situación”.
Para el Tribunal, no hay ningún elemento en el artículo 94 que permita a un Estado negarse a
reconocer el derecho de un buque a enarbolar la bandera del Estado de abanderamiento
cuando el primero descubre pruebas de la ausencia de jurisdicción y control adecuados por
parte de ese Estado de abanderamiento.
Segunda pregunta:
El Tribunal encontró que, en cualquier caso, la evidencia aportada por Guinea fue insuficiente
para demostrar este alegato. Por ende, quedó desestimada su objeción a la admisibilidad del
procedimiento basado en la ausencia de vínculo real entre el Saiga y el Estado del pabellón.
Guinea se opuso además a la admisibilidad de las reclamaciones presentadas por San Vicente y
las Granadinas con respecto a los daños sufridos por personas físicas y jurídicas como
resultado de las medidas adoptadas por Guinea contra el M/V Saiga. Sostiene que estas
reclamaciones son inadmisibles porque las personas interesadas no agotaron los recursos
internos, como lo exige el artículo 295 de la Convención.
Artículo 295
Las controversias que surjan entre Estados Partes con respecto a la interpretación o la
aplicación de esta Convención podrán someterse a los procedimientos establecidos en esta
sección sólo después de que se hayan agotado los recursos internos, de conformidad con el
derecho internacional.
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Martina Lohidoy
San Vicente y las Granadinas sostuvo que la norma sobre el agotamiento de los recursos
internos no se aplica en el presente caso, ya que las acciones de Guinea contra el Saiga, al
enarbolar su bandera, violaron sus derechos como Estado del pabellón en virtud de la
Convención, incluido el derecho a que sus buques disfruten de la libertad de navegación yotros
usos del mar internacionalmente legítimos relacionados con dicha libertad, tal como se
establece en los artículos 56 y 58 y otras disposiciones de la Convención.
San Vicente y las Granadinas sostuvo además que la regla de que los recursos internos deben
agotarse se aplica solo cuando existe una conexión jurisdiccional entre el Estado contra el cual
se presenta un reclamo y la persona respecto de la cual se presenta el reclamo. Sostiene que
esta conexión estuvo ausente en el presente caso porque el arresto del barco tuvo lugar fuera
de la jurisdicción territorial de Guinea y el barco fue llevado a la jurisdicción de este último por
la fuerza.
Esto se vio reforzado por el hecho de que el arresto violó la Convención y tuvo lugar después
de una supuesta persecución que no cumplió con los requisitos establecidos en esta. En
consecuencia, la presencia del buque en la zona económica exclusiva no estableció una
conexión jurisdiccional con Guinea.
El Tribunal consideró que los derechos que, según San Vicente y las Granadinas, habían sido
violados por Guinea, son todos derechos en virtud de la Convención (artículos 33, 56, 58, 111 y
292) o en virtud del derecho internacional. Los derechos reclamados por San Vicente y las
Granadinas se pueden enumerar de la siguiente manera:
Afirmó que la regla de que se deben agotar los recursos internos es aplicable cuando «la
conducta de un Estado ha creado una situación que no está en conformidad con el resultado
requerido por una obligación internacional sobre el trato que se otorgará a los extranjeros»
(Artículo 22 del Proyecto sobre la Responsabilidad de los Estados adoptado por la Comisión de
Derecho Internacional).
Pero ninguna de las violaciones de derechos denunciadas por San Vicente y las Granadinas
puede describirse como incumplimiento de las obligaciones relativas al trato que se otorgará a
los extranjeros.
Todas son violaciones directas de los derechos de San Vicente y las Granadinas otorgados por
la Convención. El daño a las personas involucradas en la operación del buque surge de esas
violaciones. En consecuencia, señala el Tribunal, las reclamaciones con respecto a dicho daño
no están sujetas a la regla de que se deben agotar los recursos internos (no conexión
jurisdiccional entre Guinea y las personas humanas y jurídicas sobre las que se reclamaba).
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Martina Lohidoy
Según Guinea, las reclamaciones de San Vicente y las Granadinas con respecto a la pérdida o
daños sufridos por el barco, sus propietarios, el Capitán y otros miembros de la tripulación y
otras personas, incluidos los propietarios de la carga, son claramente reclamaciones de
protección diplomáticas. En su opinión, San Vicente y las Granadinas no tenía competencia
para presentar estas reclamaciones en nombre de las personas interesadas, ya que ninguno de
ellos es ciudadano de ese país.
Al oponerse a esta objeción, San Vicente y las Granadinas afirmó que la norma del derecho
internacional de que un Estado tiene derecho a reclamar protección solo para sus nacionales
no se aplica a las reclamaciones con respecto a personas y cosas a bordo de un buque que
enarbola su bandera. En tales casos, el Estado del pabellón tiene derecho a presentar reclamos
con respecto a las violaciones contra el buque y todas las personas a bordo o interesadas en su
operación.
Artículo 94
a) Mantendrá un registro de buques en el que figuren los nombres y características de los que
enarbolen su pabellón, con excepción de aquellos buques que, por sus reducidas dimensiones,
estén excluidos de las reglamentaciones internacionales generalmente aceptadas; y
b) Ejercerá su jurisdicción de conformidad con su derecho interno sobre todo buque que
enarbole su pabellón y sobre el capitán, oficiales y tripulación, respecto de las cuestiones
3. Todo Estado tomará, en relación con los buques que enarbolen su pabellón, las medidas
necesarias para garantizar la seguridad en el mar en lo que respecta, entre otras cuestiones, a:
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Martina Lohidoy
5. Al tomar las medidas a que se refieren los párrafos 3 y 4, todo Estado deberá actuar de
conformidad con los reglamentos, procedimientos y prácticas internacionales generalmente
aceptados, y hará lo necesario para asegurar su observancia.
6. Todo Estado que tenga motivos fundados para estimar que no se han ejercido la jurisdicción
y el control apropiados en relación con un buque podrá comunicar los hechos al Estado del
pabellón. Al recibir dicha comunicación, el Estado del pabellón investigará el caso y, de ser
procedente, tomará todas las medidas necesarias para corregir la situación.
7. Todo Estado hará que se efectué una investigación por o ante una persona o personas
debidamente calificadas en relación con cualquier accidente marítimo o cualquier incidente de
navegación en alta mar en el que se haya visto implicado un buque que enarbole su pabellón y
en el que hayan perdido la vida o sufrido heridas graves nacionales de otro Estado o se hayan
ocasionado graves daños a los buques o a las instalaciones de otro Estado o al medio marino.
El Estado del pabellón y el otro Estado cooperarán en la realización de cualquier investigación
que éste efectúe en relación con dicho accidente marítimo o incidente de navegación.
Artículo 217
1. Los Estados velarán porque los buques que enarbolen su pabellón o estén matriculados en
su territorio cumplan las reglas y estándares internacionales aplicables, establecidos por
conducto de la organización internacional competente o de una conferencia diplomática
general, así como las leyes y reglamentos que hayan dictado de conformidad con esta
Convención, para prevenir, reducir y controlar la contaminación del medio marino por buques;
asimismo, dictarán leyes y reglamentos y tomarán otras medidas necesarias para su aplicación.
El Estado del pabellón velará por la ejecución efectiva de tales reglas, estándares, leyes y
reglamentos dondequiera que se cometa la infracción.
2. Los Estados tomarán, en particular, las medidas apropiadas para asegurar que se impida a
los buques que enarbolen su pabellón o estén matriculados en su territorio zarpar hasta que
cumplan los requisitos de las reglas y estándares internacionales mencionados en el párrafo 1,
incluidos los relativos al diseño, construcción, equipo y dotación de buques.
3. Los Estados cuidarán de que los buques que enarbolen su pabellón o estén matriculados en
su territorio lleven a bordo los certificados requeridos por las reglas y estándares
internacionales mencionados en el párrafo 1 y expedidos de conformidad con ellos. Los
Estados velarán por que se inspeccionen periódicamente los buques que enarbolen su
pabellón para verificar la conformidad de tales certificados con su condición real. Estos
93
Martina Lohidoy
certificados serán aceptados por otros Estados como prueba de la condición del buque y se
considerará que tienen la misma validez que los expedidos por ellos, salvo que existan motivos
fundados para creer que la condición del buque no corresponde en lo esencial a los datos que
figuran en los certificados.
4. Si un buque comete una infracción de las reglas y estándares establecidos por conducto de
la organización internacional competente o de una conferencia diplomática general, el Estado
del pabellón, sin perjuicio de las disposiciones de los artículos 218, 220 y 228 ordenará una
investigación inmediata y, cuando corresponda, iniciará procedimientos respecto de la
presunta infracción independientemente del lugar donde se haya cometido ésta o se haya
producido o detectado la contaminación causada por dicha infracción.
5. El Estado del pabellón que realice la investigación sobre una infracción podrá solicitar la
ayuda de cualquier otro Estado cuya cooperación pueda ser útil para aclarar las circunstancias
del caso. Los Estados procurarán atender las solicitudes apropiadas del Estado del pabellón.
6. A solicitud escrita de cualquier Estado, el Estado del pabellón investigará toda infracción
presuntamente cometida por sus buques. El Estado del pabellón iniciará sin demora un
procedimiento con arreglo a su derecho interno respecto de la presunta infracción cuando
estime que existen pruebas suficientes para ello.
8. Las sanciones previstas en las leyes y reglamentos de los Estados para los buques que
enarbolen su pabellón serán lo suficientemente severas como para desalentar la comisión de
infracciones cualquiera que sea el lugar.
Las disposiciones a las que se hace referencia indican que la Convención considera a un buque
como una unidad, en lo que respecta a las obligaciones del Estado del pabellón con respecto al
buque y el derecho de un Estado del pabellón a buscar reparación por pérdidas o daños
causados al buque por actos de otros Estados y para iniciar procedimientos en virtud del
artículo 292 de la Convención. Por lo tanto, el buque, cada cosa en él y cada persona
involucrada o interesada en sus operaciones son tratados como una entidad vinculada al
Estado del pabellón. Las nacionalidades de estas personas no son relevantes.
Cualquier buque que realice viajes internacionales podría tener una tripulación compuesta por
personas de varias nacionalidades y transportar carga perteneciente a personas de distintos
países. Si cada persona que sufriera daños se viera obligada a buscar protección del Estado del
cual es nacional, se generarían dificultades indebidas, quedando estas en indefensión.
Por lo tanto, el Tribunal no aceptó la afirmación de Guinea de que San Vicente y las Granadinas
no tiene derecho a presentar reclamaciones por daños y perjuicios con respecto a personas
físicas y jurídicas que no sean nacionales del Estado reclamante.
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Martina Lohidoy
Hasta ahora lo que se ha señalado en este artículo ha sido una suerte de “cuestiones previas”
intentadas por Guinea para lograr (sin éxito) la desestimación de la demanda interpuesta por
San Vicente y las Granadinas. A partir de este punto veremos la decisión sobre el asunto
principal, esto es, si el arresto del buque M/V Saiga fue contrario o no a la Convención sobre
Derecho del Mar.
1. El principal cargo contra el Saiga fue que violó el artículo 1 de la Ley L/94/007 al
importar gasoil en el radio aduanero de Guinea. Este último justifica esta acción al
mantener que la prohibición del artículo 1 de la Ley L/94/007 «puede aplicarse con el
propósito de controlar y suprimir la venta de gasoil a buques pesqueros en el radio de
aduanas de acuerdo con el artículo 34 del Código Aduanero de Guinea «. Dicho radio
de aduanas, según esta misma ley, se extiende 250 km desde la costa; en esto se
fundamenta Guinea para alegar que el Saiga realizó actividades de contrabando.
2. San Vicente y las Granadinas sostuvo que Saiga no violó la Ley L/94/007 porque no
transportó gasoil a Guinea, como alegan las autoridades de este Estado. Señala que el
artículo 1 del Código Aduanero define el «territorio aduanero» de Guinea como «todo
el territorio nacional, las islas ubicadas a lo largo de la costa y las aguas territoriales
guineanas». También señala que, de conformidad con los artículos 33 y 34 del Código
Aduanero, el radio aduanero no forma parte del territorio aduanero de Guinea, sino
solo un «área especial de vigilancia» y que Guinea no tiene derecho a hacer cumplir
sus leyes aduaneras en él.
San Vicente y las Granadinas, por lo tanto, argumentó que el buque Saiga no pudo haber
contravenido la Ley L/94/007 ya que en ningún momento ingresó al mar territorial de Guineao
introdujo, directa o indirectamente, gasoil en el territorio aduanero de Guinea, tal como se
define en el Código Aduanero de Guinea.
3. Como alternativa, San Vicente y las Granadinas sostuvo que la extensión de las leyes
aduaneras de Guinea a la zona económica exclusiva es contraria a la Convención.
Señaló que el artículo 56 de la Convención no otorga el derecho a Guinea de extender
la aplicación de sus leyes y reglamentos aduaneros a esa zona. Por lo tanto, sostiene
que las leyes aduaneras de Guinea no pueden aplicarse a los buques que enarbolan su
pabellón en la zona económica exclusiva.
En la zona económica exclusiva, el Estado ribereño tiene jurisdicción para aplicar las leyes y
reglamentos aduaneros solo con respecto a las islas artificiales, instalaciones y estructuras
(artículo 60, párrafo 2).
4. Guinea también alegó que el fundamento jurídico de su ley que prohíbe el suministro
de gasoil a los buques pesqueros en el radio de aduanas se encuentra en el artículo 58
de la Convención; basándose en la referencia contenida en el párrafo 3 de ese artículo,
a las «otras normas de derecho internacional» para justificar la aplicación y la
aplicación de sus leyes aduaneras y de contrabando al radio aduanero. Guinea
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Martina Lohidoy
describe a estas «otras reglas del derecho internacional» como «el derecho inherente
a protegerse contra actividades económicas injustificadas en su zona económica
exclusiva que afectan considerablemente su interés público», o como la «doctrina de
la necesidad», o como «el principio consuetudinario de autoprotección en caso de
peligros graves e inminentes que ponen en peligro aspectos esenciales de su interés
público»
En opinión del Tribunal, la Convención no faculta a un Estado ribereño para aplicar sus leyes
aduaneras con respecto a cualquier otra parte de la zona económica exclusiva no mencionada
anteriormente.
Además, en opinión del Tribunal, el recurso al principio de «interés público», invocado por
Guinea, daría derecho a un Estado ribereño a prohibir cualquier actividad en la zona
económica exclusiva que decida caracterizar como actividades que afectan su «interés público
económico», o “implican pérdidas fiscales». Esto reduciría los derechos de otros Estados en la
zona económica exclusiva. El Tribunal declaró que esto sería incompatible con las disposiciones
de los artículos 56 y 58 de la Convención sobre los derechos del Estado ribereño en la zona
económica exclusiva.
El otro punto a considerar fue si la aplicación de Guinea de sus leyes aduaneras a la zona
económica exclusiva puede justificarse en virtud del derecho internacional general mediante la
apelación de Guinea al «estado de necesidad».
La Corte Internacional de Justicia señaló dos condiciones para la defensa basadas en el «estado
de necesidad» que, bajo el derecho internacional, justifica un acto ilícito. Estas condiciones,
según lo establecido en el artículo 33 párrafo 1 del Proyecto de Artículos de la Comisión de
Derecho Internacional sobre Responsabilidad del Estado son: (a) el acto era elúnico medio para
salvaguardar un interés esencial del Estado contra un peligro grave e inminente; y (b) el acto
no menoscaba gravemente un interés esencial del Estado respecto del cual existía la
obligación.
Guinea no presentó pruebas que demostraran que sus intereses esenciales estaban en grave
peligro inminente. Pero, sin menoscabo del interés esencial de Guinea en maximizar sus
ingresos fiscales por la venta de gasoil a los buques pesqueros, no se puede sugerir que el
único medio de salvaguardar ese interés sea extender sus leyes aduaneras a partes de la zona
económica exclusiva.
Por lo tanto, el Tribunal determinó que, al aplicar sus leyes aduaneras a un radio aduanero que
incluye partes de la zona económica exclusiva, Guinea actuó de manera contraria a la
Convención. En consecuencia, el arresto y la detención del Saiga, el enjuiciamiento y la
condena de su Capitán, la confiscación de la carga y la incautación del barco fueron contrarios
a la Convención.
6) Derecho de persecución:
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Martina Lohidoy
También es de señalar que no se dieron señales visuales ni auditivas al barco antes del
comienzo de la persecución, como lo exige el artículo 111 de la Convención.
Guinea admite que el arresto tuvo lugar fuera de la zona económica exclusiva de Guinea. Sin
embargo, señala que, dado que el lugar de detención no estaba en el mar territorial ni del
Estado del pabellón del buque ni de otro Estado, no se infringió el artículo 111 de la
Convención.
Las condiciones para el ejercicio del derecho de persecución en virtud del artículo 111 de la
Convención son acumulativas; cada una de ellas debe estar satisfecha para que la persecución
sea legítima en virtud de la Convención. En este caso, el Tribunal declaró que varias de estas
condiciones no se cumplieron:
Por estas razones, el Tribunal concluyó que Guinea detuvo y arrestó a Saiga el 28 de octubre
de 1997 en circunstancias que no justificaban el ejercicio del derecho de persecución de
conformidad con la Convención.
7) Uso de la fuerza:
San Vicente y las Granadinas afirmó que Guinea utilizó una fuerza excesiva e irrazonable para
detener y arrestar al Saiga. Señala que el Saiga era un petrolero desarmado casi
completamente cargado de gasoil, con una velocidad máxima de 10 nudos. También señala
que las autoridades de Guinea dispararon contra el barco con munición real, disparando con
armas automáticas de gran calibre.
Guinea negó que la fuerza utilizada para abordar, detener y arrestar al Saiga fuera excesiva o
irrazonable. Sostiene que los oficiales que lo arrestaron no tuvieron otra alternativa que usar
disparos porque el Saiga se negó a detenerse después de repetidos mensajes de radio para
detenerse y a pesar de las señales visuales y auditivas del bote patrullero P35.
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Martina Lohidoy
El Tribunal observó que el Saiga estaba casi completamente cargado y con bajo francobordo en
el momento en que fue abordado por la patrulla. Su velocidad máxima era de 10 nudos. Por lo
tanto, podría haber sido abordado sin mucha dificultad por los oficiales guineanos.
Pero cualesquiera que sean las circunstancias, no hay excusa para el hecho de que los oficiales
dispararon contra el buque con munición real desde un bote patrullero de rápido movimiento
sin emitir ninguna de las señales y advertencias requeridas por derecho y la práctica
internacional.
Los oficiales guineanos también usaron fuerza excesiva a bordo del Saiga. Habiendo abordado
el buque sin resistencia, y aunque no hay evidencia del uso o la amenaza de fuerza por parte
de la tripulación, dispararon indiscriminadamente mientras estaban en la cubierta y utilizaron
disparos para detener el motor de la nave. Al usar armas de fuego de esta manera, los oficiales
guineanos parecían haber dado poca o ninguna importancia a la seguridad del buque y de las
personas a bordo. En el proceso, se causaron daños considerables a la nave y al equipo vital en
las salas de máquinas y radio. Inclusive, el uso indiscriminado de disparos causó heridas graves
a dos de las personas a bordo.
Por estas razones, el Tribunal dictaminó que Guinea utilizó fuerza excesiva y puso en peligro la
vida humana antes y después de abordar el Saiga, y por lo tanto violó los derechos de San
Vicente y las Granadinas en virtud del derecho internacional.
San Vicente y las Granadinas solicitó al Tribunal que declarara a Guinea responsable, en virtud
del artículo 111, párrafo 8 de la Convención y del derecho internacional que se aplica en virtud
del artículo 304 de la Convención, por daños y perjuicios dada la violación de sus derechos en
virtud de dicha Convención. San Vicente y las Granadinas reclamó indemnización por daños
materiales con respecto a personas físicas y jurídicas; por daños al buque; pérdidas financieras
de los armadores, los operadores de Saiga, los propietarios de la carga, el Capitán, miembros
de la tripulación y otras personas a bordo del buque. También se reclamó compensación por la
pérdida de libertad y lesiones personales, incluidos el dolor y el sufrimiento.
El artículo 111, párrafo 8 de la Convención señala: “Cuando un buque sea detenido o apresado
fuera del mar territorial en circunstancias que no justifiquen el ejercicio del derecho de
persecución, se le resarcirá de todo perjuicio o daño que haya sufrido por dicha detención o
apresamiento”.
También es posible estar obligado a indemnizar bajo el derecho internacional como lo señala
el artículo 304 de la Convención que reza: “Las disposiciones de esta Convención relativas a la
responsabilidad por daños se entenderán sin perjuicio de la aplicación de las normas vigentes y
del desarrollo de nuevas normas relativas a la responsabilidad en derecho internacional”.
En consecuencia, el Tribunal decidió otorgar una compensación por un monto total de USD
2,123,357.
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Conclusiones
3. La CONVEMAR exige que exista una relación auténtica entre el buque y su Estado de
abanderamiento. Sin embargo, no establece ninguna consecuencia jurídica en caso de
ausencia de dicho vínculo genuino o efectivo. Además, ningún Estado parte puede
desconocer la nacionalidad de un buque que enarbola la bandera de otro Estado parte
sólo porque considera o tiene pruebas de que no existe un vínculo auténtico.
5. El arresto de un buque en zona económica exclusiva más allá́ de las facultades del
Estado ribereño es contrario a la Convención. En este sentido el arresto del Saiga y
demás acciones subsiguientes, fundamentado en la presunta contravención de las
leyes aduaneras de Guinea, violó la Convención puesto que los Estados partes no están
facultados para aplicar sus leyes aduaneras en la zona económica exclusiva; excepto en
islas artificiales, instalaciones y estructuras ubicadas en dicha zona; el artículo 60
numeral 2 de la Convención faculta a los Estados partes a ejercer su jurisdicción sobre
estas construcciones en diversas materias, incluyendo la aduanera.
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