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Martina Lohidoy

Responsabilidad Internacional del Estado por Actos Ilícitos

Todo hecho internacionalmente ilícito, general su responsabilidad internacional.

El Estado incurre en responsabilidad internacional cuando viola una obligación internacional en


vigor, cualquiera sea su fuente (tratado multilateral o bilateral o norma consuetudinaria).
Además, dicha responsabilidad general una nueva obligación: la de reparar el daño causado
(entre otras consecuencias jurídicas).

Las normas que regulan la responsabilidad internacional son normas secundarias, ya que
operan frente a la violación de las normas primarias.

Existen dos formas de responsabilidad:

1. Responsabilidad por actos ilícitos: cuando sus órganos o funcionarios, y eventualmente


otras personas, incumplen el derecho internacional, ya sea por acción u omisión.
2. Responsabilidad por actos no prohibidos: cuando el Estado ocasiona un daño a otro
Estado o sujeto, y también está obligado a reparar, mediante actividades que, si bien
no están prohibidas, son riesgosas.

La CDI aprobó un documento en 2001, luego de la elaboración de varios artículos, elevado a la


Asamblea General, que refiere a la responsabilidad internacional del Estado por actos ilícitos.
Si bien se trata de un proyecto, no vinculante, los Estados y partes litigantes generalmente
hacen referencia a sus disposiciones y los tribunales lo citan, ya que recoge en la mayoría de
sus artículos, normas consuetudinarias en la materia (aunque muchas consideradas como de
desarrollo progresivo).

Elementos:

Acto ilícito: es aquella conducta contraria a una obligación internacional en vigor, cualquiera
sea su fuente.

Para que el Estado incurra en responsabilidad por la comisión del mismo, se requiere del
cumplimiento de 2 elementos:

a. Elemento objetivo: violación o incumplimiento de una obligación internacional en


vigor, establecida en una norma primaria.
b. Elemento subjetivo: que esa violación sea atribuible al Estado.

Si bien algunos incluyen el daño como uno de los elementos de la responsabilidad, la CDI no lo
ha considerado relevante a la hora de determinar la existencia de un acto ilícito (cuestión
objetiva no necesaria del incumplimiento).

Tampoco la “culpa” o “dolo” del Estado es un elemento necesario del hecho ilícito del Estado,
siendo lo único que cuenta, el acto con independencia de su intención (aunque sí puede ser
exigido en el enunciado de la obligación primaria).

Artículo 1.- Responsabilidad del Estado por sus hechos internacionalmente ilícitos.

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Todo hecho internacionalmente ilícito del Estado genera su responsabilidad internacional.

Artículo 2.- Elementos del hecho internacionalmente ilícito del Estado

Hay hecho internacionalmente ilícito del Estado cuando un comportamiento consistente en


una acción u omisión:

a) Es atribuible al Estado según el derecho internacional; y

b) Constituye una violación de una obligación internacional del Estado

Elemento objetivo: VIOLACIÓN DE UNA OBLIGACIÓN INTERNACIONAL

La conducta violatoria de la obligación internacional puede consistir tanto en una acción como
omisión. Caso Velázquez Rodriguez en la CIDH.

El Estado está obligado a prevenir, investigar y sancionar las violaciones de derechos humanos,
y en el caso de no cumplir (habiendo la conducta violatoria sido realizada por un particular),
será responsable el Estado, no por ese hecho mismo, sino por falta de debida diligencia ante
tal situación. Lo mismo en el Caso Ekmedjian con Sofovich, que estableció que la violación de
un tratado puede acaecer por el establecimiento de normas internas que prescriban una
conducta manifiestamente contraria, así como por la omisión de establecer disposiciones que
hagan posible su cumplimiento.

Artículo 12.- Existencia de violación de una obligación internacional

Hay violación de una obligación internacional por un Estado cuando un hecho de ese Estado no
está en conformidad con lo que de él exige esa obligación, sea cual fuere el origen o la
naturaleza de esa obligación.

Artículo 13.- Obligación internacional en vigencia respecto del Estado

Un hecho del Estado no constituye violación de una obligación internacional a menos que el
Estado se halle vinculado por dicha obligación en el momento en que se produce el hecho.

Artículo 14.- Extensión en el tiempo de la violación de una obligación internacional

1. La violación de una obligación internacional mediante un hecho del Estado que no tenga
carácter continuo tiene lugar en el momento en que se produce el hecho, aunque sus efectos
perduren.

2. La violación de una obligación internacional mediante un hecho del Estado que tiene
carácter continuo se extiende durante todo el período en el cual el hecho continúa y se
mantiene su falta de conformidad con la obligación internacional.

3. La violación de una obligación internacional en virtud de la cual el Estado debe prevenir un


acontecimiento determinado tiene lugar cuando se produce el acontecimiento y se extiende
durante todo el período en el cual ese acontecimiento continúa y se mantiene su falta de
conformidad con esa obligación.

Artículo 15.- Violación consistente en un hecho compuesto

1. La violación por el Estado de una obligación internacional mediante una serie de acciones u
omisiones, definida en su conjunto como ilícita, tiene lugar cuando se produce la acción u

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omisión que, tomada con las demás acciones u omisiones, es suficiente para constituir el
hecho ilícito.

2. En tal caso, la violación se extiende durante todo el período que comienza con la primera de
las acciones u omisiones de la serie y se prolonga mientras esas acciones u omisiones se
repiten y se mantiene su falta de conformidad con la obligación internacional.

Elemento subjetivo: ATRIBUCIÓN DE UN COMPORTAMIENTO AL ESTADO

Para el que el acto internacionalmente ilícito sea atribuible a un Estado (se considere acto del
Estado), debe darse alguno de estos supuestos:

Artículo 4.- Comportamiento de los órganos del Estado

1. Se considerará hecho del Estado según el derecho internacional el comportamiento de todo


órgano del Estado, ya sea que ejerza funciones legislativas, ejecutivas, judiciales o de otra
índole, cualquiera que sea su posición en la organización del Estado y tanto si pertenece al
gobierno central como a una división territorial del Estado.

2. Se entenderá que órgano incluye toda persona o entidad que tenga esa condición según el
derecho interno del Estado.

Artículo 5.- Comportamiento de una persona o entidad que ejerce atribuciones del poder
público

Se considerará hecho del Estado según el derecho internacional el comportamiento de una


persona o entidad que no sea órgano del Estado según el artículo 4 pero esté facultada por el
derecho de ese Estado para ejercer atribuciones del poder público, siempre que, en el caso de
que se trate, la persona o entidad actúe en esa capacidad.

Artículo 6.- Comportamiento de un órgano puesto a disposición de un Estado por otro Estado

Se considerará hecho del Estado según el derecho internacional el comportamiento de un


órgano puesto a su disposición por otro Estado, siempre que ese órgano actúe en el ejercicio
de atribuciones del poder público del Estado a cuya disposición se encuentra.

Artículo 7.- Extralimitación en la competencia o contravención de instrucciones

El comportamiento de un órgano del Estado o de una persona o entidad facultada para ejercer
atribuciones del poder público se considerará hecho del Estado según el derecho internacional
si tal órgano, persona o entidad actúa en esa condición, aunque se exceda en su competencia
o contravenga sus instrucciones.

Artículo 8.- Comportamiento bajo la dirección o control del Estado

Se considerará hecho del Estado según el derecho internacional el comportamiento de una


persona o de un grupo de personas si esa persona o ese grupo de personas actúa de hecho por
instrucciones o bajo la dirección o el control de ese Estado al observar ese comportamiento.

Artículo 9.- Comportamiento en caso de ausencia o defecto de las autoridades oficiales

Se considerará hecho del Estado según el derecho internacional el comportamiento de una


persona o de un grupo de personas si esa persona o ese grupo de personas ejerce de hecho

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atribuciones del poder público en ausencia o en defecto de las autoridades oficiales y en


circunstancias tales que requieren el ejercicio de esas atribuciones.

Artículo 10.- Comportamiento de un movimiento insurreccional o de otra índole

1. Se considerará hecho del Estado según el derecho internacional el comportamiento de un


movimiento insurreccional que se convierta en el nuevo gobierno del Estado.

2. El comportamiento de un movimiento insurreccional o de otra índole que logre establecer


un nuevo Estado en parte del territorio de un Estado preexistente o en un territorio sujeto a su
administración se considerará hecho del nuevo Estado según el derecho internacional.

3. El presente artículo se entenderá sin perjuicio de la atribución al Estado de todo


comportamiento, cualquiera que sea su relación con el del movimiento de que se trate, que
deba considerarse hecho de ese Estado en virtud de los artículos 4 a 9.

Artículo 11.- Comportamiento que el Estado reconoce y adopta como propio

El comportamiento que no sea atribuible al Estado en virtud de los artículos precedentes se


considerará, no obstante, hecho de ese Estado según el derecho internacional en el caso y en
la medida en que el Estado reconozca y adopte ese comportamiento como propio.

Circunstancias que excluyen la ilicitud

El derecho internacional reconoce la existencia de ciertas circunstancias que excluyen la


ilicitud, lo cual funciona como defensas o excusas ante un reclamo por incumplimiento de una
obligación internacional.

Así, la responsabilidad internacional se hará efectiva, en la medida que no existe alguna de


estas circunstancias, en tanto hacen que el acto ya no sea ilícito.

Artículo 27.- Consecuencias de la invocación de una circunstancia que excluye la ilicitud

La invocación de una circunstancia que excluye la ilicitud en virtud del presente capítulo se
entenderá sin perjuicio de:

a) El cumplimiento de la obligación de que se trate, en el caso y en la medida en que la


circunstancia que excluye la ilicitud haya dejado de existir;

b) La cuestión de la indemnización de cualquier pérdida efectiva causada por el hecho en


cuestión.

Artículo 20.- Consentimiento

El consentimiento válido de un Estado a la comisión por otro Estado de un hecho determinado


excluye la ilicitud de tal hecho en relación con el primer Estado en la medida en que el hecho
permanece dentro de los límites de dicho consentimiento.

Artículo 21.- Legítima defensa

La ilicitud del hecho de un Estado queda excluida si ese hecho constituye una medida lícita de
legítima defensa tomada de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.

Artículo 22.- Contramedidas en razón de un hecho internacionalmente ilícito

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La ilicitud del hecho de un Estado que no esté en conformidad con una obligación
internacional suya para con otro Estado queda excluida en el caso y en la medida en que ese
hecho constituya una contramedida tomada contra ese otro Estado de acuerdo con lo
dispuesto en el capítulo II de la tercera parte.

Artículo 23.- Fuerza mayor

1. La ilicitud del hecho de un Estado que no esté en conformidad con una obligación
internacional de ese Estado queda excluida si ese hecho se debe a una fuerza mayor, es decir,
a una fuerza irresistible o un acontecimiento imprevisto, ajenos al control del Estado, que
hacen materialmente imposible, en las circunstancias del caso, cumplir con la obligación.

2. El párrafo 1 no es aplicable si:

a) La situación de fuerza mayor se debe, únicamente o en combinación con otros factores, al


comportamiento del Estado que la invoca; o

b) El Estado ha asumido el riesgo de que se produzca esa situación.

Artículo 24.- Peligro extremo

1. La ilicitud del hecho de un Estado que no esté en conformidad con una obligación
internacional de ese Estado queda excluida si el autor de ese hecho no tiene razonablemente
otro modo, en una situación de peligro extremo, de salvar su vida o la vida de otras personas
confiadas a su cuidado.

2. El párrafo 1 no es aplicable si:

a) La situación de peligro extremo se debe, únicamente o en combinación con otros factores,


al comportamiento del Estado que la invoca; o

b) Es probable que el hecho en cuestión cree un peligro comparable o mayor.

Artículo 25.- Estado de necesidad

1. Ningún Estado puede invocar el estado de necesidad como causa de exclusión de la ilicitud
de un hecho que no esté en conformidad con una obligación internacional de ese Estado a
menos que ese hecho:

a) Sea el único modo para el Estado de salvaguardar un interés esencial contra un peligro grave
e inminente; y

b) No afecte gravemente a un interés esencial del Estado o de los Estados con relación a los
cuales existe la obligación, o de la comunidad internacional en su conjunto.

2. En todo caso, ningún Estado puede invocar el estado de necesidad como causa de exclusión
de la ilicitud si:

a) La obligación internacional de que se trate excluye la posibilidad de invocar el estado de


necesidad; o

b) El Estado ha contribuido a que se produzca el estado de necesidad.

Artículo 26.- Cumplimiento de normas imperativas

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Ninguna disposición del presente capítulo excluirá la ilicitud de cualquier hecho de un Estado
que no esté en conformidad con una obligación que emana de una norma imperativa de
derecho internacional general.

Diferencias entre fuerza mayor, peligro extremo y estado de necesidad: si bien son causales
similares, porque funcionan en circunstancias extremas frente a una situación de necesidad, se
diferencian.

 La fuerza mayor, implica que el Estado obra involuntariamente o sin intención frente a
una circunstancia que no puede controlar, externa (natural, como terremoto, o
humana, grupo de terroristas).
 El estado de necesidad, implica que obra voluntariamente, decide incumplir con una
obligación internacional para salvaguardar intereses esenciales. Se tiene opción, la cual
no está presente en el caso fortuito o de fuerza mayor.
 En el peligro extremo, el Estado que la alega también tiene una opción, sin embargo,
actúa de esa forma porque es el único modo razonable de salvaguardar la vida
humana de cualquier persona. En el Estado de necesidad, se intenta salvaguardar en
cambio, un interés esencial del Estado (que puede ser la vida de la población u otro,
como el medio ambiente, instituciones, etc.).

Consecuencias

Artículo 28.- Consecuencias jurídicas del hecho internacionalmente ilícito

La responsabilidad internacional del Estado que, de conformidad con las disposiciones de la


primera parte, nace de un hecho internacionalmente ilícito produce las consecuencias jurídicas
que se enuncian en la presente parte.

Artículo 29.- Continuidad del deber de cumplir la obligación

Las consecuencias jurídicas del hecho internacionalmente ilícito con arreglo a lo dispuesto en
esta parte no afectan la continuidad del deber del Estado responsable de cumplir la obligación
violada.

Artículo 30.- Cesación y no repetición

El Estado responsable del hecho internacionalmente ilícito está obligado:

a) A ponerle fin si ese hecho continúa;

b) A ofrecer seguridades y garantías adecuadas de no repetición, si las circunstancias lo exigen.

Artículo 31.- Reparación

1. El Estado responsable está obligado a reparar íntegramente el perjuicio causado por el


hecho internacionalmente ilícito.

2. El perjuicio comprende todo daño, tanto material como moral, causado por el hecho
internacionalmente ilícito del Estado.

Artículo 32.- Irrelevancia del derecho interno

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El Estado responsable no puede invocar las disposiciones de su derecho interno como


justificación del incumplimiento de las obligaciones que le incumben en virtud de la presente
parte.

Formas de reparación

El Estado responsable está obligado a reparar íntegramente el perjuicio causado por el hecho
internacionalmente ilícito. El perjuicio comprende todo daño, tanto material como moral,
causado por el hecho internacionalmente ilícito del Estado.

Al estar obligado a reparar íntegramente el perjuicio, independientemente de la clase que sea,


hay diferentes modos de reparar. Puede asumir las siguientes formas:

a. Restitución: restablecer situación a la que existía antes de la comisión del ilícito.


Siempre que sea materialmente posible.
b. Indemnización: pago de una suma de dinero que cubre daños materiales, incluido el
lucro cesante y pago de intereses.
c. Satisfacción: cuando no se puede volver a un estado anterior ni indemnizar. Es el caso
de los daños morales.

Artículo 34.- Formas de reparación

La reparación íntegra del perjuicio causado por el hecho internacionalmente ilícito adoptará la
forma de restitución, de indemnización y de satisfacción, ya sea de manera única o combinada,
de conformidad con las disposiciones del presente capítulo.

Artículo 35.- Restitución

El Estado responsable de un hecho internacionalmente ilícito está obligado a la restitución, es


decir, a restablecer la situación que existía antes de la comisión del hecho ilícito, siempre que y
en la medida en que esa restitución:

a) No sea materialmente imposible;

b) No entrañe una carga totalmente desproporcionada con relación al beneficio que derivaría
de la restitución en vez de la indemnización.

Artículo 36.- Indemnización

1. El Estado responsable de un hecho internacionalmente ilícito está obligado a indemnizar el


daño causado por ese hecho en la medida en que dicho daño no sea reparado por la
restitución.

2. La indemnización cubrirá todo daño susceptible de evaluación financiera, incluido el lucro


cesante en la medida en que éste sea comprobado.

Artículo 37.- Satisfacción

1. El Estado responsable de un hecho internacionalmente ilícito está obligado a dar


satisfacción por el perjuicio causado por ese hecho en la medida en que ese perjuicio no pueda
ser reparado mediante restitución o indemnización.

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2. La satisfacción puede consistir en un reconocimiento de la violación, una expresión de pesar,


una disculpa formal o cualquier otra modalidad adecuada.

3. La satisfacción no será desproporcionada con relación al perjuicio y no podrá adoptar una


forma humillante para el Estado responsable.

Artículo 38.- Intereses

1. Se debe pagar intereses sobre toda suma principal adeudada en virtud del presente
capítulo, en la medida necesaria para asegurar la reparación íntegra. La tasa de interés y el
modo de cálculo se fijarán de manera que se alcance ese resultado.

2. Los intereses se devengarán desde la fecha en que debería haberse pagado la suma principal
hasta la fecha en que se haya cumplido la obligación de pago.

Artículo 39.- Contribución al perjuicio

Para determinar la reparación se tendrá en cuenta la contribución al perjuicio resultante de la


acción o la omisión, intencional o negligente, del Estado lesionado o de toda persona o entidad
en relación con la cual se exija la reparación.

Consecuencias particulares

Que atañen al resto de los Estados, cuando otro incurre en una violación de una norma
imperativa del derecho internacional, adicionales a las antes mencionadas. Ellas son:

a. Cooperación: los Estados deben cooperar para poner fin, por medios lícitos, a toda
violación grave.
b. No reconocimiento: ningún Estado debe reconocer como lícita una situación creada
por una violación grave de una norma internacional.
c. No prestar ayuda o asistencia al Estado responsable: ningún Estado debe prestar
ayuda para mantener la situación creada por violación grave.

Responsabilidad internacional del Estado por Actos No Prohibidos

Es la responsabilidad que se genera en casos en los que se causa un daño sin violación a una
obligación internacional. Se ha desarrollado por la responsabilidad por riesgo, y emerge de la
creación de un riesgo acrecido a través del desarrollo de cierta actividad peligrosa.

Surge, aunque se hayan empleado las precauciones debidas para tratar de evitar los
accidentes. No interesa entonces la culpa. Si se produce el daño, y la relación causal entre
incidente y daño queda establecida, el responsable debe reparar.

Así, los avances de la ciencia y el desarrollo de la tecnología pueden causarle daños al ser
humano y a su ambiente (contaminación de agua, aire, intoxicación de personas y animales,
extinción de especies, alteración de los ciclos de vida, etcétera). Como puede ocurrir que todos
estos trastornos se produzcan por actividades riesgosas pero lícitas, por ejemplo: generar
electricidad usando el agua del río, usar transportes que emplean petróleo o gas, lanzar
satélites al espacio o realizar actividades de tipo industrial, entre otras, en vez de prohibir

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dichas actividades, que no violan una obligación, lo que se debe hacer es: ver la
responsabilidad que le cabe a su autor con respecto a las víctimas de los daños ambientales y
ver cuáles son las medidas que pueden aplicarse antes de dichas actividades, para evitar o
minimizar los daños posteriores.

Frente a esto, se ha regulado la situación de las actividades riesgosas y los posibles daños que
estas puedan causar, creando así distintos instrumentos internacionales sobre la materia.

El Proyecto de Principios sobre Asignación de Perdidas (o Proyecto de Principios sobre la


Asignación de la Pérdida en caso de Daño Transfronterizo Resultante de Actividades
Peligrosas), es el informe resultante de largos tratamientos e investigaciones sobre el tema de
la Comisión. Este finalmente fue adoptado por la CDI en 2006.

Principio 1. Ámbito de aplicación.

El presente proyecto de principios se aplicar a los daños transfronterizos causados por


actividades peligrosas no prohibidas por el derecho internacional.

Principio 3. Propósitos

Los propósitos del presente proyecto de principios son los siguientes:

a) Garantizar una indemnización pronta y adecuada de las víctimas de un daño transfronterizo;


y

b) Preservar y proteger el medio ambiente en caso de que se produzca un daño


transfronterizo, teniendo en cuenta especialmente la atenuación del daño causado al medio
ambiente y la restauración o restablecimiento de éste.

Existen a su vez, tratados que regulan algunas de determinadas actividades riesgosas: la


Convención sobre la RI por daños causados por Objetos Especiales y la Convención sobre el
derecho de uso de curso de aguas internacionales.

Elementos

Propios de la responsabilidad sine delicto:

a. Atribución de la conducta al Estado


b. El daño
c. La reparación

Atribución de la conducta al Estado:

No es igual que en el caso de los actos ilícitos. Las conductas que originan el daño no se
atributen al Estado y las obligaciones que a este incumben, sino que nace simplemente porque
dichas actividades se desarrollan bajo su jurisdicción o control.

Daño:

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Su propia existencia marca diferencia con la responsabilidad por hechos ilícitos. En el caso
anterior, no se le asigna al daño ninguna función para determinar la violación de una
obligación internacional. Al ser la responsabilidad solo objetiva, su mero incumplimiento
atribuible al Estado genera responsabilidad. Igualmente, resulta importante para determinar la
reparación del ilícito, ya que se debe reparar el perjuicio causado.

En cambio, en la responsabilidad sine delicto, el daño es condición sine quan non. Sin daño no
existe obligación de reparar. Este hace exigible la obligación de indemnizar. No hay que olvidar
que este daño no es jurídico, sino perjuicio material, en tanto no hay violación de una
obligación internacional.

La reparación:

El principio dominante de la responsabilidad por hechos ilícitos es el de la restitución: borrar


las consecuencias del hecho ilícito y establecer la situación que hubiera existido si el hecho no
hubiese tenido lugar.

Hay una tendencia a que en la responsabilidad sine delicto también se llegue a similar
resultado, en realidad en este caso es una reparación, como prestación que pretende
mantener la licitud de la actividad, en tanto el daño se genera a raíz de una actividad lícita.

La cesación: no es aplicable. En tanto es propia de los actos ilícitos. Al ser una actividad lícita,
no es razonable exigir que cese. El objeto de esta responsabilidad no es cesar con la actividad
lícita que genera el daño o el riesgo (como ocurre con las actividades ilícitas) pero sí tratar de
evitarlo o minimizarlo y en última instancia, repararlo.

A tales fines, los principios que deben tener en cuenta los Estados y organismos
internacionales son: cooperar y negociar con buena fe; prevenir, consultar y controlar toda
clase de contaminación; asegurar que no se causen daños a las personas, sus bienes o al
ambiente de otro Estado; y resolver sus diferencias en forma pacífica.

HECHOS ILÍCITOS HECHOS LÍCITOS


Violación obligación internacional Acto lícito
Atribución al Estado Actividad riesgosa
Daño no es importante Daño relevante
Sujetos: Estado-Estado. Por lo general se da de Sujetos: inversor + aseguradoras + empresas
forma trasnacional. subsidiarias + Estado. Por lo general se da entre
particulares.

Principio 4. Pronta y adecuada indemnización

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1. Cada Estado debería adoptar las medidas necesarias a fin de que las víctimas de daños
transfronterizos causados por actividades peligrosas realizadas en su territorio o en otros
lugares bajo su jurisdicción o control reciban una pronta y adecuada indemnización.

2. Estas medidas deberían incluir la asignación de la responsabilidad al explotador o, cuando


proceda, a otra persona o entidad. Esta responsabilidad no debería depender de la prueba de
la culpa. Las condiciones, limitaciones o excepciones a que pueda estar sujeta esta
responsabilidad deberán ser compatibles con el proyecto de principio 3.

3. Estas medidas deberían incluir también la obligación a cargo del explotador o, cuando
proceda, de otra persona o entidad, de constituir y mantener un seguro, fianza u otras
garantías financieras para hacer frente a las demandas de indemnización.

4. En los casos apropiados, tales medidas deberían incluir la obligación de crear en el ámbito
nacional un fondo financiado por la correspondiente rama de actividad.

5. En el caso de que las medidas mencionadas en los párrafos anteriores sean insuficientes
para garantizar una indemnización adecuada, el Estado de origen también debería velar por
que se asignen recursos financieros adicionales.

Principio 5. Medidas de respuesta

Cuando sobrevenga un incidente con ocasión de una actividad peligrosa, de resultas del cual se
produzca, o es probable que se produzca, un daño transfronterizo:

a) El Estado de origen tiene la obligación de notificar sin demora a todos los Estados afectados,
o que es probable que lo sean, el incidente y los posibles efectos del daño transfronterizo;

b) El Estado de origen, con la participación del explotador, según proceda, velar porque se
adopten medidas de respuesta apropiadas y, con esta finalidad debería recurrir a los mejores
datos científicos y tecnologías disponibles;

c) El Estado de origen, según proceda, debería también consultar a todos los Estados
afectados, o que es probable que lo sean, y recabar su cooperación para atenuar los efectos
del daño, y si es posible eliminarlos;

d) Los Estados afectados por el daño, o que es probable que lo sean, tomarán todas las
medidas viables para atenuar y, si es posible, eliminar los efectos del daño;

e) Los Estados interesados deberían recabar, cuando proceda, la asistencia de organizaciones


internacionales competentes y otros Estados en términos y condiciones mutuamente
aceptables.

Surgimiento del Estado

Para que una entidad surja como Estado, es necesario que cuente con los elementos
constitutivos exigidos por el derecho internacional:

1. Población permanente: poseen habitantes dentro de los límites del Estado, la cual es
permanente.

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2. Territorio determinado: tienen un territorio definido y reconocido por la comunidad


internacional. Este territorio está protegido por las fuerzas armadas del Estado y sus
fronteras son respetadas por otros Estados.
3. Gobierno: poseen organización política, tienen un gobierno que toma decisiones y
establece políticas para todo el territorio. Este gobierno puede estar formado por una
sola persona, como en el caso de una monarquía absoluta, o por un grupo de personas
elegidas por los ciudadanos.
4. Capacidad de entablar relaciones con otros Estados (sujetos de derecho internacional)
5. Soberanía: significa que tienen el control absoluto sobre su territorio, sus leyes y su
gobierno. No están sujetos a la autoridad de otros Estados o entidades políticas.

Historia del nacimiento de los Estados

El surgimiento de los Estados modernos es un proceso complejo que se desarrolló a lo largo de


varios siglos, principalmente en Europa.

 El fin del feudalismo: en la Edad Media, Europa estaba dominada por el sistema feudal,
en el que los señores feudales tenían un gran poder sobre sus tierras y la población
que las habitaba. Sin embargo, a partir del siglo XIII, el poder de los señores feudales
comenzó a disminuir y se inició un proceso de centralización del poder en las
monarquías.

 El fortalecimiento de las monarquías: los reyes europeos comenzaron a fortalecer sus


poderes y a desarrollar un sistema administrativo más eficiente. En algunos casos, los
reyes crearon ejércitos permanentes y burocracias estatales para consolidar su poder.

 La Reforma Protestante: la Reforma Protestante del siglo XVI fue un movimiento


religioso que tuvo un gran impacto en la política europea. Los monarcas católicos y
protestantes lucharon por el control del territorio y el poder político, lo que llevó a la
creación de Estados nacionales más fuertes y centralizados.

 La Guerra de los Treinta Años: la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) fue un
conflicto religioso y político que involucró a varios países europeos. La guerra terminó
con el Tratado de Westfalia, que reconoció la independencia y la soberanía de los
Estados-nación.

 La Ilustración: la Ilustración del siglo XVIII fue un movimiento intelectual que defendía
la razón, la ciencia y el progreso. Los filósofos de la Ilustración creían que los Estados
debían ser gobernados de manera racional y justa, y que los ciudadanos debían tener
derechos y libertades básicas.

En resumen, el surgimiento de los Estados modernos fue un proceso que se desarrolló a lo


largo de varios siglos y que estuvo influenciado por factores políticos, religiosos y culturales.
Los Estados modernos surgieron como una forma de organización política centralizada y
soberana que reemplazó al sistema feudal de la Edad Media.

Formas de surgimiento del Estado

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1) Fundación: proclamación de un Estado sobre un territorio que no pertenece a nadie.


Que es terra nullius. Ejemplos: Liberia se originó en 1847 cuando un grupo de esclavos
afroamericanos liberados, fundaron este Estado en un territorio en la costa oeste de
África, y el caso de las repúblicas de Transvaal y Orange, fundadas en 1837 por boers
que emigraron de la Colonia del Cabo.

2) Unión o fusión: se produce cuando dos o más Estados forman uno nuevo. Ejemplos: la
Republica Árabe Unida se formó en 1958 por la unión de Siria y Egipto, y
posteriormente, ésta, unida a Yemen, formaron luego los Estados Árabes Unidos.

3) Desmembramiento: cuando un Estado se desintegra y nacen en su lugar varios nuevos


Estados. Ejemplo: antigua Yugoslavia que, en 1991, dio origen a los Estados de Bosnia,
Croacia, Eslovenia, Macedonia, Serbia y Montenegro.

4) Emancipación: cuando un territorio dependiente o colonial rompe los vínculos con la


metrópoli y se independiza, dando lugar a la aparición de un nuevo Estado. Ejemplos:
la mayoría de los Estados actuales latinoamericanos y los africanos, son producto de
un proceso de emancipación.

5) Separación: se produce mediante un proceso pacifico en el cual, un territorio se


desprende del Estado para dar forma a uno nuevo. Ejemplo: cuando Montenegro en
2006 se separó de Serbia luego de un referéndum.

6) Sucesión: es la creación de un nuevo Estado por la amenaza o el uso de la fuerza y sin


consentimiento del antiguo soberano, creándose uno en una porción de un territorio
que pertenece a otro Estado. Ejemplo: es el caso de Panamá, que en 1908 dejó de
formar parte de Colombia, para erigirse en un Estado independiente.

7) Por decisión de organismos internacionales, por tratados internacionales e, incluso,


por leyes locales. Ejemplo de tratados internacionales: el acuerdo franco-vietnamita
en marzo 1946 dio origen al Estado de Vietnam; el tratado anglo-irlandés en diciembre
de 1921 dio nacimiento al Estado de Irlanda, etcétera. Ejemplo de un organismo
internacional: la resolución de la AG de ONU sobre división de Palestina y la creación
del Estado de Israel (noviembre de 1947). Ejemplo de una ley local (sería el caso de la
serpación): el referéndum constitucional de septiembre de 1958 previsto en una
ordenanza francesa de ese mismo año dio lugar al nacimiento del Estado de Guinea.

Reconocimiento de Estados

¿Alcanza decir que hay Estado cuando sus elementos están presentes? ¿Quién determina que
esas condiciones están dadas? ¿Existe una obligación de reconocer a un nuevo Estado? ¿Existe
derecho de un Estado a ser reconocido?

El reconocimiento de un Estado: es la aceptación de un Estado en relación a otros Estados; la


cual es fundamental en tanto tiene impacto en el plano internacional, podría producir efectos

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de derechos y obligaciones entre Estados, y generar impacto en la capacidad de actuar de los


Estados en el plano nacional de otros Estados.

Teorías sobre el reconocimiento de los Estados

Teoría declarativa: según la cual el reconocimiento de los Estados es un acto de carácter


declarativo. No hace más que constatar la existencia del nuevo Estado. Este existe ipso facto
desde el momento en que cuenta con los elementos constitutivos, sin perjuicio de que sea o
no reconocido por terceros Estados. Así, el reconocimiento es un efecto simbólico que
constata un hecho, no es sino consecuencia de la naturaleza política del acto.

Este criterio lo podemos observar en la Carta de la OEA: "la existencia política del Estado es
independiente del reconocimiento de los demás Estados" (artículo 13). "El reconocimiento
implica que el Estado que lo otorga acepta la personalidad del nuevo Estado con todos los
derechos y deberes que para uno u otro determina el Derecho internacional".

Teoría constitutiva: sostiene que el Estado solo existe cuando otros Estados reconocen que las
condiciones para su existencia están dadas. No sólo este refiere a que los elementos se
alcanzaron, sino a que refiere a la capacidad para asumir derechos y obligaciones entre el
Estado que reconoce y el Estado reconocido. Por eso, el Estado no es tal sino hasta que es
reconocido por otros Estados. El problema: que sucede cuando un Estado es reconocido por
algunos, pero no por otros Estados.

Doctrina Lauterpacht: es como una variante de la teoría constitutiva, en tanto parte de la idea
de que el reconocimiento es un elemento constitutivo del Estado. Sin embargo, supone una
obligación de nos Estados de reconocer al nuevo Estado una vez que están dados sus
elementos, por lo que se le critica que no se condiga con la práctica de los Estados y que, en
última instancia, termine asimilándose a la teoría declarativa por tal obligación de reconocer.

Doctrina Stimson: no compite con las otras teorías, pero es un principio del no reconocimiento
que implica que los Estados no debieran reconocer a un Estado que ha surgido como
consecuencia de la violación de una norma de derecho internacional, como la prohibición del
uso de la fuerza, la no intervención, etc.

Respecto a estas no es posible determinar en forma concluyente cuál es la predominante. Su


bien la declarativa es la que pareciera tener más adeptos, el reconocimiento de un Estado por
parte de los demás es lo que le permite:

a. Ejercer su capacidad de actuar


b. Consolidar su soberanía territorial
c. Contar con respaldo para protegerla de la no intervención extranjera
d. Celebrar tratados de toda índole con otros Estados
e. Participar activamente en las organizaciones internacionales
f. Contar con capacidad para adquirir bienes en el extranjero
g. Presentarse ante tribunales internacionales

Igualmente, cabe aclarar que no hay una obligación internacional de reconocer a otro Estado
cuando ciertos requisitos se presentan; sino que este se encuentra permitido.

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Martina Lohidoy

Formas:

Es posible que el reconocimiento de un Estado por otros se haga: en forma expresa, a través
de cualquier manifestación de voluntad que implique la intención de reconocer a un nuevo
Estado, como la celebración de un tratado; o en forma implícita, a través de actos emanados
de órganos competentes, como entablar relaciones diplomáticas con el nuevo Estado, enviar
un mensaje de congratulación al nuevo Estado, o votar en una organización internacional a
favor de la admisión del nuevo Estado.

El reconocimiento también puede ser de jure, cuando se haga con relación a un Estado que
adquirió el estatus de forma definitiva o plena, o de facto, cuando haya dudas sobre la
permanencia o consolidación del nuevo Estado, razón por la cual el reconocimiento sería de
carácter provisorio hasta que se produzca el reconocimiento de jure.

Reconocimiento condicionado: Podestá Costa claramente se inclina por la negativa al


expresar: "subordinar a condición el reconocimiento de un Estado significa un acto de
intervención”. La realidad, sin embargo, nos muestra que se han dado casos de
reconocimientos subordinados a condición o a cargos. Así, por ejemplo, Estados Unidos
reconoció a Cuba (1901) subordinando el acto a las condiciones de la enmienda Platt, por la
cual Estados Unidos podía intervenir Cuba (entre otros fines) para mantener su independencia
o un gobierno que asegurara la vida, la propiedad y la libertad individual. También en el
reconocimiento a Panamá (1903) Estados Unidos lo condicionó a que si había desórdenes
podía intervenir en las ciudades de Panamá y de Colón.

Reconocimiento prematuro: cuando recae sobre un nuevo Estado que aún no ha llenado
todas las condiciones para ser reconocido. En muchas oportunidades, el reconocimiento
prematuro se hace para satisfacer intereses políticos o materiales del país que hace el
reconocimiento.

En los casos en que un Estado se haya desmembrado o emancipado se requiere mucho tacto
político para elegir el momento de hacer su reconocimiento, porque un reconocimiento
prematuro puede llegar a ser considerado como un acto de hostilidad contra el Estado
metrópoli o como un acto de intervención en los asuntos internos de otro Estado. Ejemplo: en
1778 Francia reconoció la independencia de los Estados Unidos cuando aún la lucha por la
emancipación no estaba decidida y este reconocimiento apresurado o prematuro fue
considerado por Inglaterra como un acto de hostilidad.

Reconocimiento tardío: cuando se realiza mucho tiempo después que el nuevo Estado ha
llenado los requisitos para existir o de haber sido reconocido por otros Estados. El
reconocimiento tardío puede ser interpretado como un acto ofensivo hacia la dignidad del
nuevo estado. Ejemplo: la República Argentina recién fue reconocida por España en 1863, a
pesar de que anteriormente ya la habían reconocido los países hispanoamericanos y
numerosos países europeos, tal el caso de Suiza (1834), Cerdeña (1837), Dinamarca (1841),
Bremen (1843), Hamburgo (1844), Prusia (1845) y Suecia y Noruega (1846).

Reconocimiento de Gobiernos

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Martina Lohidoy

El reconocimiento de gobiernos adquiere importancia ante cambios políticos o de gobierno


que no se producen en forma normal o constitucional o cuando se llevan a cabo de manera
revolucionaria. Los gobiernos surgidos de procedimientos constitucionales normales no
requieren reconocimiento y no presentan problemas, sino que es fundamental el
reconocimiento en los casos de gobiernos de facto, en donde se encuentra la necesidad de
determinar cuál es el gobierno que representa al Estado y podría entonces obligarlo.

El reconocimiento de un gobierno: sería el acto del cual depende un gobierno y da derecho a


este de actuar y hablar en nombre del Estado al cual dice representar.

Doctrinas sobre el reconocimiento de gobiernos

Se suelen agrupar en dos categorías: doctrinas o teorías de la legalidad o doctrinas de la


efectividad, según se reconozcan solo gobiernos de derecho o a aquellos que ejerzan un poder
efectivo sobre la población y territorio, sin importar por qué medios accedieron al poder.

Doctrina Jefferson: la declaración de la voluntad popular, es el factor determinante para el


reconocimiento de un Estado. Se trata de una posición que respeta el principio de no
intervención frente a un cambio de régimen. Las relaciones diplomáticas se mantienen sin
importar la forma por la cual asumió el nuevo régimen de gobierno.

Doctrina Tobar: ordena no reconocer un gobierno que asumió al poder en contra del orden
constitucional, hasta tanto no sea legitimado a través de algún sistema democrático, por
ejemplo, un plebiscito. Finalidad fue frenar las revoluciones y golpes de Estado en América
Latina y evitar intervenciones europeas en casos de revolución, haciendo hincapié en la
legitimación constitucional de los gobiernos.

Doctrina Wilson: planteada como evolución de la doctrina Jefferson. Propósito: que el proceso
de autogobierno de los Estados latinoamericanos no se interrumpa o abandone.

Doctrina Larreta: postuló la necedad de que los Estados americanos efectuaran consultas
entre sí antes de reconocer un nuevo gobierno establecido por la fuerza. Tomó postura de la
necesidad de adoptar una posición colectica o concertada de los Estados a la hora de
reconocer gobiernos surgidos por vías de hecho.

Doctrina Estrada: surge como reacción a la Doctrina Tobar, y los peligros que generaba el heho
de dejar sujeto a la discreción de gobiernos extranjeros el reconocimiento de los gobiernos.
Según esta, los Estados deben abstenerse de realizar un acto reconocimiento o no
reconocimiento, en tanto hace a la esfera interna de los Estados. De lo contrario, implicaría
una violación al principio de no intervención en los asuntos internos. Objetivo: preservar la
continuidad de las relaciones con el Estado independientemente de su Gobierno, es decir, sin
hacer juicio sobre la legitimidad del gobierno extranjero.

Doctrina Lauterpacht: según la cual existe una obligación de reconocer a los gobiernos que
tiene un control efectivo sobre el territorio y la población, es decir, cuando tienen capacidad
para ejercer en forma continua las funciones políticas propias de un Estado. Diferencia con la
doctrina Estrada: es que debe otorgarse reconocimiento cuando el gobierno es efectivo, en
cambio en la Estrada, se pregona al no pronunciamiento en términos de reconocimiento.

Podestá Costa, considera que los gobiernos de facto deben ser reconocidos, siempre que
reúnan los siguientes requisitos:

16
Martina Lohidoy

1) que el gobierno de facto tenga una autoridad efectiva, real: que sus decisiones sean
obedecidas por la población.

2) que tenga aptitud para cumplir las obligaciones internacionales.

Cuando parte de la población de un Estado se subleva contra el gobierno constituido, se


plantea el problema de reconocer o no el estado de beligerante a los rebeldes.

Para Sorensen, el reconocimiento del estado de beligerancia sólo debe concederse cuando:

a) dentro del Estado haya un conflicto armado de carácter general, en contraposición a otro de
carácter puramente local;

b) los rebeldes ocupan una parte importante de territorio nacional;

c) ellos lleven a cabo las hostilidades de acuerdo a las reglas de la guerra y a través de grupos
organizados que actúan bajo una autoridad responsable; y

d) existan circunstancias que hacen necesario para el Estado que reconoce definir su actitud
frente al conflicto.

Formas

Puede hacer en forma expresa, mediante notificaciones o declaraciones que enuncien


intención de reconocer, o en forma implícita, cuando se realizan actos que no refieren de
manera expresa a un reconocimiento del gobierno, pero no dejan duda de que la intención es
reconocerlo, como la acreditación de representantes diplomáticos del nuevo gobierno,
celebración de tratados, etc.

Efectos

Según la doctrina adoptada, el reconocimiento implicara o no el establecimiento,


mantenimiento o reanudación de relaciones diplomáticas.

Sin importar la teoría, el reconocimiento permitirá que el Estado cuyo gobierno es reconocido,
pueda ser sometido ante los tribunales internos del Estado que lo reconoce. Contrario sensu,
uno no reconocido no tiene legitimación para actuar ente tribunales internos del Estado que
no lo reconoce. También el reconocimiento implicará el respeto por los privilegios e
inmunidades de sus agentes, así como la habilitación para celebrar tratados.

El impacto entonces es en las relaciones diplomáticos, pero no en la determinación de la


existencia de un nuevo sujeto de derecho internacional.

Sucesión de Estados

Implica la sustitución de un Estadio por otro en la representación de las relaciones


internaciones de un territorio.

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Martina Lohidoy

Cuando se habla de sucesión de Estados, hay que tener en cuenta que, por un lado, habrá un
Estado predecesor, y por otro, uno o varios Estados sucesores.

Cuando se produce la sucesión de un Estado por otro, surgen temas muy importantes a
resolver, por ejemplo, qué sucede con la responsabilidad internacional, con los tratados
firmados, con la nacionalidad de los habitantes del territorio, con los bienes, archivos y deudas
del Estado, etcétera.

Convenciones de Viena sobre Sucesión de Estados: en general, se aplican normas


consuetudinarias, pero también ya existen, más allá de que hayan o no entrado en vigencia,
normas convencionales, tal el caso de las Convenciones de Viena:

-Sobre Sucesión de Estados en materia de tratados (1978).

-Sobre Sucesión de Estados en materia de bienes, archivos y deudas del Estado (1983).

Sucesión en conformidad con el derecho internacional: lo previsto en las Convenciones: debe


circunscribirse únicamente a los efectos de una sucesión en conformidad con los principios del
derecho internacional incorporados en la Carta de la ONU. Una modificación territorial en
violación al derecho internacional, como la anexión de un Estado por ocupación, agresión,
conquista o uso de la fuerza, no podría lugar a la aplicación de las normas de sucesión de
Estados.

Tipos de sucesión

Puede producirse por:

1. Unificación de Estados por absorción de un Estado por otro


2. Descolonización de un territorio
3. Nacimiento de nuevos Estados a partir de uno solo
4. Transferencia de parte del territorio de un Estado a otro: sucesión parcial.

Así se clasifican en sucesiones según si el Estado predecesor continua o no existiendo, y


conforme a si la modificación territorial da lugar a un nuevo Estado o el territorio se incorpora
a uno ya preexistente.

Sucesión de Estados en materia de tratados

Alcance de la presente Convención

Artículo 1. La presente Convención se aplica a los efectos de la sucesión de Estados en materia


de tratados entre Estados.

Términos empleados

Artículo 2.1. Para los efectos de la presente Convención:

a) Se entiende por “tratado” un acuerdo internacional celebrado por escrito entre Estados y
regido por el derecho internacional, ya conste en un instrumento único o en dos o más
instrumentos conexos y cualquiera que sea su denominación particular;

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Martina Lohidoy

b) Se entiende por “sucesión de Estados” la sustitución de un Estado por otro en la


responsabilidad de las relaciones internacionales de un territorio;

c) Se entiende por “Estado predecesor” el Estado que ha sido sustituido por otro Estado a raíz
de una sucesión de Estados;

d) Se entiende por “Estado sucesor” el Estado que ha sustituido a otro Estado a raíz de una
sucesión de Estados;

e) Se entiende por “fecha de la sucesión de Estados” la fecha en la que el Estado sucesor ha


sustituido al Estado predecesor en la responsabilidad de las relaciones internacionales del
territorio al que se refiere la sucesión de Estados;

f) Se entiende por “Estado de reciente independencia” un Estado sucesor cuyo territorio,


inmediatamente antes de la fecha de la sucesión de Estados, era un territorio dependiente de
cuyas relaciones internacionales era responsable el Estado predecesor,

g) Se entiende por “notificación de sucesión” en relación con un tratado multilateral toda


notificación, cualquiera que sea su enunciado o denominación, hecha por un Estado sucesor en
la cual manifiesta su consentimiento en considerarse obligado por el tratado;

etc.

Casos de sucesión de Estados comprendidos en la presente Convención

Artículo 6. La presente Convención se aplicará únicamente a los efectos de una sucesión de


Estados que se produzca de conformidad con el derecho internacional y, en particular, con los
principios de derecho internacional incorporados en la Carta de las Naciones Unidas.

Parte 3: Estados de reciente independencia Sección 1: Regla general

Posición respecto de los tratados del Estado predecesor

Artículo 16. Ningún Estado de reciente independencia estará obligado a mantener en vigor un
tratado, o a pasar a ser Parte de él, por el solo hecho de que en la fecha de la sucesión de
Estados el tratado estuviera en vigor respecto del territorio al que se refiera la sucesión de
Estados.

Sección 2: Tratados multilaterales

Participación en tratados en vigor en la fecha de la sucesión de Estados

Artículo 17.1. Sin perjuicio de los dispuesto en los párrafos 2 y 3, un Estado de reciente in-
dependencia podrá, mediante una notificación de sucesión, hacer constar su calidad de Parte
en cualquier tratado multilateral que en la fecha de la sucesión de Estados estuviera en vigor
respecto del territorio al que se refiere la sucesión de Estados.

2. El párrafo 1 no se aplicará si se desprende del tratado o consta de otro modo que la


aplicación del tratado respecto del Estado de reciente independencia sería incompatible con el
objeto y el fin del tratado o cambiaría radicalmente las condiciones de su ejecución.

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Martina Lohidoy

3. Cuando en virtud de las estipulaciones del tratado o por razón del número re ducido de
Estados negociadores y del objeto y el fin del tratado deba entenderse que la participación de
cualquier otro Estado en el tratado requiere el consentimiento de todas las Partes, el Estado
de reciente independencia podía hacer constar su calidad de Parte en el tratado sólo con tal
consentimiento.

Sección 3: Tratados bilaterales

Condiciones requeridas para que un tratado sea considerado en vigor en el caso de una
sucesión de Estados

Artículo 24.1. Un tratado bilateral que en la fecha de una sucesión de Estados estuviera en
vigor respecto del territorio al que se refiera la sucesión de Estados se considerará en vigor
entre un Estado de reciente independencia y el otro Estado Parte cuando esos Estados:

a) Hayan convenido en ello expresamente; o

b) Se hayan comportado de tal manera que deba entenderse que han convenido en ello.

2. Un tratado que sea considerado en vigor de conformidad con el párrafo 1 será aplicable
entre el Estado de reciente independencia y el otro Estado Parte desde la fecha de la sucesión
de Estados, salvo que una intención diferente se desprenda de su acuerdo o conste de otro
modo.

Parte 4: Unificación y separación de Estados

Efectos de una unificación de Estados respecto de los tratados en vigor en la fecha de la


sucesión de Estados

Artículo 31.1. Cuando dos o más Estados se unan y formen de ese modo un Estado sucesor,
todo tratado en vigor en la fecha de la sucesión de Estados respecto de cual quiera de ellos
continuará en vigor respecto del Estado sucesor, a menos:

a) Que el Estado sucesor y el otro Estado Parte o los otros Estados Partes con vengan en otra
cosa; o

b) Que se desprenda del tratado o conste de otro modo que la aplicación del tratado respecto
del Estado sucesor sería incompatible con el objeto y el fin del tratado o cambiaría
radicalmente las condiciones de su ejecución.

2. Todo tratado que continúe en vigor de conformidad con el párrafo 1 se aplicará sólo
respecto de la parte del territorio del Estado sucesor respecto de la cual estaba en vigor el
tratado en la fecha de la sucesión de Estados, a menos:

a) Que, en el caso de un tratado multilateral que no corresponda a la catego ría mencionada


en el párrafo 3 del artículo 17, el Estado sucesor haga una notificación de que el tratado se
aplicará respecto de la totalidad de su territorio;

b) Que, en el caso de un tratado multilateral que corresponda a la categoría mencionada en el


párrafo 3 del artículo 17, el Estado sucesor y los otros Estados Partes convengan en otra cosa;
o

20
Martina Lohidoy

c) Que, en el caso de un tratado bilateral, el Estado sucesor y el otro Estado Parte convengan
en otra cosa.

3. El apartado a) del párrafo 2 no se aplicará si se desprende del tratado o consta de otro


modo que la aplicación del tratado respecto de la totalidad del territorio del Estado sucesor
sería incompatible con el objeto y el fin del tratado cambiaría radicalmente las condiciones de
su ejecución.

Así, en materia de efectos de la sucesión respecto a los tratados, se deriva que existen dos
líneas de solución establecidas en la Convención:

1) Principio de Tabla o Tabula Rasa:

Los tratados celebrados por el Estado predecesor no continúan para el Estado sucesor.
Este aplica en general para los procesos de sucesión de Estados involuntarios. Así, el
nuevo Estado. No está obligado a continuar con los tratados ratificados por el Estados
anterior, pero, en algunos casos, podrá si así lo quisiere, continuar con algunos o
todos.

El propósito es promover el comienzo de la vida internacional del nuevo Estado exento


de toda obligación convencional que le impida determinar libremente su condición
política, y procurar su desarrollo económico, social y cultural.

Es así, en tanto se trata de procesos involuntarios. El claro ejemplo y caso particular


que trata la convención, en donde aplica el principio de tabula rasa, es en los Estados
de reciente independencia. Los tratados que hubiese celebrado la metrópoli, eran en
su beneficio. Por eso se otorga la posibilidad al nuevo Estado de decidir si continuar o
no los tratados previamente celebrados por el predecesor. En el caso de tratados
multilaterales, podrá simplemente notificar y convertirse en parte. En cambio, en el
caso de tratados bilaterales, será necesario el consentimiento del otro Estado.

2) Principio de continuidad:

Los tratados celebrados por el Estado predecesor se mantienen y continúan para el


Estado sucesor, que debe asumir las obligaciones y relaciones ya entabladas.

Este efecto se da en procesos de sucesión voluntaria, en tanto sino, sería fácil vulnerar
el orden internacional.

La continuación se prevé en la convención para los casos de separación o unificación


voluntaria de Estados. Los tratados que se encontraban en vigor respecto al Estado o
los Estados anteriores, continuarán en vigor para el o los sucesores.

Caso particular:

Tratados de naturaleza objetiva

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Martina Lohidoy

Los tratados que refieren a regímenes de fronteras o establezcan derechos territoriales: no son
afectados por la sucesión de Estados. Esto en función a la seguridad jurídica y a la necesidad de
mantener cierto orden internacional, que hacen imperiosa su continuidad.

Regímenes de frontera

Artículo 11. Una sucesión de Estados no afectará de por sí:

a) A una frontera establecida por un tratado; ni

b) A las obligaciones y los derechos establecidos por un tratado y que se refieran al régimen
de una frontera.

Otros regímenes territoriales

Artículo 12.1. Una sucesión de Estados no afectará de por sí:

a) A las obligaciones relativas al uso de cualquier territorio, o a las restricciones en su uso,


establecidas por un tratado en beneficio de cualquier territorio de un Estado extranjero y que
se consideren vinculadas a los territorios de que se trate;

b) A los derechos establecidos por un tratado en beneficio de cualquier territo rio y relativos al
uso, o a las restricciones en el uso, de cualquier territorio de un Estado extranjero y que se
consideren vinculados a los territorios de que se trate.

2. Una sucesión de Estados no afectará de por sí:

a) A las obligaciones relativas al uso de cualquier territorio, o a las restricciones en su uso,


establecidas por un tratado en beneficio de un grupo de Estados o de todos los Estados y que
se consideren vinculados a ese territorio;

b) A los derechos establecidos por un tratado en beneficio de un grupo de Estados o de todos


los Estados y relativos al uso de cualquier territorio, o a las restricciones en su uso, y que se
consideren vinculados a ese territorio.

3. Las disposiciones del presente artículo no se aplican a las obligaciones, deriva das de
tratados, del Estado predecesor que prevean el establecimiento de bases militares extranjeras
en el territorio al cual se refiere la sucesión de Estados.

La presente Convención y la soberanía permanente sobre las riquezas y los recursos naturales

Artículo 13. Nada de lo dispuesto en la presente Convención afectará a los principios de


derecho internacional que afirman la soberanía permanente de cada pueblo y de cada Estado
sobre sus riquezas y recursos naturales.

Sucesión de Estados en materia de nacionalidad

En el caso de pasar parte de un territorio a otro Estado, la regla es que se pierde la


nacionalidad del Estado que cedió el territorio y se adquiere la nacionalidad del Estado

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Martina Lohidoy

sucesor. Pero puede ocurrir que se conceda a los habitantes del territorio la posibilidad de
elegir, dentro de cierto tiempo, la nacionalidad de uno u otro Estado.

En los casos de emancipación o independencia, generalmente lo relativo a la nacionalidad se


determina en la Constitución del nuevo Estado. En la práctica, se ha otorgado a los habitantes
una doble nacionalidad (por ejemplo, en las colonias británicas).

En los casos de separación, desmembramiento, etcétera: los habitantes adquieren la


nacionalidad del Estado sucesor.

En los casos de unificación: los habitantes adquieren la nacionalidad del nuevo Estado.

Sucesión de Estados en materia de bienes, archivos y deudas

Parte 1: Disposiciones generales

Alcance de la presente Convención

Artículo 1. La presente Convención se aplica a los efectos de la sucesión de Estados en materia


de bienes, archivos y deudas de Estado.

Casos de sucesión de Estados comprendidos en la presente Convención

Artículo 3. La presente Convención se aplica únicamente a los efectos de una sucesión de Es -


tados que se produzca de conformidad con el derecho internacional y, en particular, con los
principios de derecho internacional incorporados en la Carta de las Naciones Unidas.

Bienes de propiedad pública:

Artículo 8. Para los efectos de los artículos de la presente Parte, se entiende por “bienes de
Estado del Estado predecesor” los bienes, derechos e intereses que en la fecha de la sucesión
de Estados y de conformidad con el derecho interno del Estado predecesor pertenecían a éste.

Regla general para inmuebles: siguen la suerte del territorio, ligados a este. Por eso siempre
serán transferidos al sucesor. Excepción: embajadas y otros edificios del estilo, son
negociables.

Regla general para muebles: son libremente negociables por los Estados. Pueden transferirse
al Estado sucesor como no. Excepto: muebles por accesión, que siguen la suerte del principal
(adheridos al inmueble o suelo) y por eso ligados al territorio. Estos siempre se transfieren al
sucesor.

Efectos del paso de los bienes de Estado

Artículo 9. El paso de los bienes de Estado del Estado predecesor entrañará la extinción de los
derechos de ese Estado y el nacimiento de los del Estado sucesor sobre los bienes de Estado
que pasen al Estado sucesor, con sujeción a lo dispuesto en los artículos de la presente Parte.

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Martina Lohidoy

Fecha del paso de los bienes de Estado

Artículo 10. Salvo que los Estados interesados acuerden o un órgano internacional apropiado
decida otra cosa al respecto, la fecha del paso de los bienes de Estado del Estado predecesor
será la de la sucesión de Estados.

Paso de los bienes de Estado sin compensación

Artículo 11. Salvo lo dispuesto en los artículos de la presente Parte y a menos que los Esta dos
interesados acuerden a un órgano internacional apropiado decida otra cosa al respecto, el
paso de los bienes de Estado del Estado predecesor al Estado sucesor se rea lizará sin
compensación.

Archivos de Estado:

Artículo 20. Para los efectos de los artículos de la presente Parte, se entiende por “archivos de
Estado del Estado predecesor” todos los documentos, sean cuales fueren su fecha y
naturaleza, producidos o recibidos por el Estado predecesor en el ejercicio de sus funciones
que, en la fecha de la sucesión de Estados, pertenecían al Estado predecesor de conformidad
con su derecho interno y eran conservados por él directamente o bajo su control en calidad de
archivos con cualquier fin.

Regla general: libre transferencia de los archivos de un Estado, son negociables. Hoy en día,
ante la posibilidad de hacer copias, ambos Estados, predecesor y sucesor, pueden poseer la
información relevante que les sea necesaria.

Efectos del paso de los archivos de Estado

Artículo 21. El paso de los archivos de Estado del Estado predecesor entrañará la extinción de
los derechos de ese Estado y el nacimiento de los del Estado sucesor sobre los archivos del
Estado que pasen al Estado sucesor, con sujeción a lo dispuesto en los artículos de la presente
Parte.

Fecha del paso de los archivos de Estado

Artículo 22. Salvo que los Estados interesados acuerden o un órgano internacional apropiado
decida otra cosa al respecto, la fecha del paso de los archivos de Estado del Estado predecesor
será la de la sucesión de Estados.

Paso de los archivos de Estado sin compensación

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Martina Lohidoy

Artículo 23. Salvo lo dispuesto en los artículos de la presente Parte y a menos que los Estados
interesados acuerden o un órgano internacional apropiado decida otra cosa al respecto, el
paso de los archivos de Estado del Estado predecesor al Estado sucesor se realizará sin
compensación.

Conservación y seguridad de los archivos de Estado

Artículo 26. A los efectos de la aplicación de las disposiciones de los artículos de la presente
Parte, el Estado predecesor tomará todas las medidas para impedir el daño o la destrucción de
los archivos de Estado que pasen al Estado sucesor de conformidad con esas disposiciones.

Deuda pública:

Artículo 33. Para los efectos de los artículos de la presente Parte, se entiende por “deuda de
Estado” toda obligación financiera de un Estado predecesor para con otro Estado, para con
una organización internacional o para con cualquier otro sujeto de derecho internacional,
nacida de conformidad con el derecho internacional.

Regla general: se aplica el principio de continuidad de las deudas del Estado predecesor por el
sucesor en los casos de procesos de sucesión voluntaria; y el de tabula rasa en los casos de
procesos involuntarios, no existiendo obligación del sucesor de asumir las deudas contraídas
por el predecesor. Excepción: que este se beneficie de la obligación contraída por el
predecesor, en ese caso, el sucesor estará obligado.

Efectos del paso de las deudas de Estado

Artículo 34. El paso de las deudas de Estado entrañará la extinción de las obligaciones del
Estado predecesor y el nacimiento de las del Estado sucesor en lo que respecta a las deudas de
Estado que pasan al Estado sucesor, con sujeción a lo dispuesto en los artículos de la presente
Parte.

Fecha del paso de las deudas de Estado

Artículo 35. Salvo que los Estados interesados acuerden o un órgano internacional apropiado
decida otra cosa al respecto, la fecha del paso de las deudas de Estado del Estado predecesor
será la de la sucesión de Estados.

Falta de efectos de una sucesión de Estados sobre los acreedores

Artículo 36. Una sucesión de Estados no afectará en cuanto tal a los derechos y obligaciones de
los acreedores.

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Martina Lohidoy

Sucesión en materia de organizaciones internacionales

Sobre la pertenencia como miembro de una organización internacional en reemplazo de


predecesor, la regla general es que cada uno de ellos, toda vez que el estatuto constitutivo de
cada organización no contemple la continuación como posibilidad, deberá solicitar su
admisión, cumpliendo los requisitos pertinentes y sometiéndose a los procedimientos de
aceptación.

En el caso de la ONU: ha sido variada.

Soberanía: el territorio y sus límites

Soberanía territorial: el territorio es uno de los elementos esenciales del Estado. Sobre este
posee soberanía, aunque no es el único ámbito sobre el cual el Estado ejerce derechos de
soberanía o jurisdicción. Desde el momento que el Estado nace, posee territorio terrestre y
aéreo y si tiene costas marítimas, también posee territorio marítimo (y territorio fluvial o
lacustre en caso de poseer ríos o lagos).

La soberanía territorial, fue definida por Max Huber (árbitro) en el caso de la Isla de Palmas de
la siguiente forma:

La soberanía referida a una parte de la superficie del globo terrestre es la condición


jurídicamente necesaria para que dicha parte puede hacer adscrita al territorio de un
determinado estado.

La soberanía en las relaciones interestatales equivale independencia. La independencia


respecto a una parte del globo es el derecho ejercer en dicho lugar las funciones estatales, con
exclusión de cualquier otro estado.

Éste derecho a ejercitar de forma exclusiva las actividades propias de los estados tiene como
contrapartida un deber: la obligación de proteger dentro de su propio territorio los derechos
de los demás estados, especialmente su derecho a la integridad habilidad tanto en tiempo de
Paz como de guerra, juntamente con los derechos que cada Estado pueda reclamar para que
sus Nacionales que hallen en el territorio extranjero.

Territorios del Estado y los espacios que lo comprenden

Diez de Velasco nos enseña que el territorio es la base física o espacial autoridad y por lo tanto
sus poderes y competencias. Deviene pertinente, entonces, es son los espacios que
comprende el territorio estatal como ámbito de validez espacial donde pondré en práctica a
las normas vigentes.

La importancia que revisten los espacios que detenta el Estado sean de vital importancia para
el desarrollo de las actividades estatales por la inoponibilidad que estas revisten.

26
Martina Lohidoy

Los espacios donde él está ejerce su autoridad son: el territorio terrestre, ríos, lagunas, lagos,
subsuelo, espacios marítimos, espacio aéreo suprayacente a las aguas interiores y al mar
territorial.

Asimismo, también ejerce competencias especializadas sobre la zona contigua, la plataforma


continental y la zona económica exclusiva, en el derecho del Mar (pero no soberanía: son
derechos de soberanía, o una soberanía funcional).

Fuera de las competencias territoriales de los estados quedan: los fondos oceánicos, el espacio
exterior, los cuerpos celestes, la altamar y su espacio aéreo.

La Antártida, por su parte tiene un régimen jurídico especial consagrado en el tratado


antártico, que dispone la postergación de los reclamos de soberanía y que la Antártida sea
destinada investigaciones científicas.

Adquisición y pérdida de territorios

Así como vimos que el Estado mismo puede sufrir transformaciones, el territorio del Estado
también puede alterarse, sea por causas naturales como por decisiones políticas o jurídicas, sin
que cambie el Estado mismo. Éstas transformaciones pueden implicar tanto una adquisición
como una pérdida de territorio.

La doctrina y la jurisprudencia internacionales se refieren a los modos por medio de los cuales
un Estado puede adquirir o perder una porción de territorio, no se habla aquí del supuesto
primera es un territorio para ser considerado por la comunidad internacional. Cuando un
Estado incrementa el territorio que tenía cuándo surgió como tal, lo hace a través de un modo
o título jurídico que podrá hacer valer frente a un reclamo por parte de otro Estado.

Asimismo, cabe aclarar que nos referimos a los modos por los que se adquiere una porción de
territorio terrestre, puesto que son marítimos establecerán como consecuencia del
reconocimiento de la soberanía sobre aquel.

Tradicionalmente se han clasificado los distintos modos de adquisición de territorios


originarios y derivados.

a. Modos originarios: aquellos por los cuales se adquiere un territorio que no pertenece
a nadie. Como el descubrimiento la ocupación efectiva y algunos supuestos de
accesión.

b. Modos derivados: cuando se adquiere un territorio que previamente se encontraba


bajo la soberanía de otro Estado. Como la prescripción adquisitiva, la cesión y la
conquista.

Otra clasificación puede ser teniendo en cuenta la vigencia actual de cada uno de los modos de
adquisición de territorios.

a. Modo válidos o perfectos: son la ocupación efectiva, la prescripción adquisitiva, la


accesión y la cesión.

b. Modos inválidos, ilícitos o legítimos: la conquista.

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Martina Lohidoy

c. Modos incoados, insuficientes o imperfectos: el descubrimiento la adjudicación papel


o la ocupación simbólica.

1. El descubrimiento

Implica descubrir lo que estaba ignorado o escondido, principalmente tierras o mares


desconocidos, implica registrarlo, alcanzar a ver, venir en conocimiento de algo que se
ignoraba.

Hasta el siglo XVI, el descubrimiento de territorio fue uno de los modos más comunes para
adquirir soberanía sobre territorios ignotos. En algunos casos se trata de territorio
deshabitados de sin dueño (terra nullius), mientras que otros estaban habitados por pueblos
indígenas colonizaba.

Para que el descubrimiento fuera considerado como un modo de adquisición de territorios se


requería que, quien descubría un territorio, no lo hiciera a título privado, sino que actuara por
mandato de un soberano. Sin embargo, con posterioridad, el descubrimiento por sí solo fue
considerado un título insuficiente para adquirir soberanía.

2. La ocupación efectiva

El objeto de ocupación efectiva es un territorio sin dueño, que no pertenece a nadie, es decir
que no se encuentra bajo la soberanía de ningún estado (terra nullius) o que ha sido
abandonado por quien poseía soberanía.

La ocupación efectiva sobre un territorio nullius se considera un modo originario de


adquisición del territorio. Hay algunos autores que sostienen que esté modo ha quedado
relegado a circunstancias históricas, pues ya no hay más territorios nullius.

Así, por ejemplo, adquirieron tierras Portugal en el África y España en América Central.

Para que existe ocupación efectiva, deben darse una serie de requisitos: el ocupante de ser un
Estado, la ocupación debe ser efectiva, es decir, debe haber un despliegue real de soberanía en
dicho territorio durante determinado tiempo y número acto simbólico cómo plantar una
bandera o dejar una placa, y el Estado debe tener la intención de establecer un título soberano
sobre él (animus ocupandi).

Así la ocupación efectiva se caracteriza por tener dos elementos: posesión y administración. La
posición debe ser acompañada de la intención de adquirir soberanía y los actos de
administración deben emanar de una autoridad soberana y corresponderá funciones estatales
tradicionales, como la regulación de actividades económicas, medidas de defensa del territorio
o seguridad de las comunicaciones, etc.

3. La prescripción adquisitiva

La prescripción adquisitiva tiene lugar sobre un territorio descuidado, es decir, que pertenece
un Estado pero que ha descuidado el ejercicio de soberanía sobre él, circunstancia que es
aprovechada por otro Estado, que a su vez procede ocuparlo efectivamente durante
determinado tiempo. El territorio objeto de la prescripción no está jurídicamente abandonado,

28
Martina Lohidoy

si no sería objeto de ocupación efectiva, sino descuidado, ya que no hay intención de


abandono por parte de su dueño.

Los elementos para que se considere configurado este modo de adquisición son: la posesión
de un territorio título de soberano durante un determinado periodo de tiempo, cuando ese
territorio antes pertenecía a otro Estado, y la ausencia de reclamos por parte de terceros
Estados. Así, el ejercicio de la autoridad sobre el territorio debe ser de manera pacífica y
continuada por un largo periodo de tiempo. Si bien puede haber un acto de mala fe inicial al
ocuparse un territorio que pertenece a otro Estado, ese acto se sanea por el paso del tiempo y
la ausencia de reclamos.

Esto se distingue de la ocupación pues se refiere a un territorio que estaba bajo la soberanía
de otro estado, mientras que la ocupación implica la de un territorio Julius. Sin embargo,
ambos modos requieren evidencia de actos soberanos por un Estado durante un periodo de
tiempo.

4. La conquista

Es la adquisición de un territorio luego de un conflicto armado en el que uno de los Estados


toma posesión de una parte del territorio del otro y establece su soberanía, sin que haya un
tratado de paz. Éste modo debía ser reconocido cuando el uso de la fuerza para anexar
territorio no estaba prohibido por el derecho internacional.

Cuándo era un modo legítimo, había tres condiciones para la existencia de una conquista
válida: un elemento material, el control efectivo sobre el territorio luego de terminado el
conflicto armado, una declaración previa de guerra, y un tratado de paz que ponía final
conflicto.

En la actualidad, la conquista dejó de ser un modo legítimo de adquisición del territorio dada la
prohibición del uso de la fuerza para la adquisición de los mismos. Si bien la prohibición del uso
de la fuerza tiene algunas excepciones, como la legítima defensa, esta no es válida para
justificar la elección de un territorio, ya que tiene como propósito repeler un agresor y no
agrandar el territorio.

5. La accesión

Es el incremento del territorio a través vez de deformaciones geológicas. Es el resultado del


depósito, a lo largo del tiempo, de materiales por causas naturales. En la aplicación del
principio general de derecho que dispone que lo accesorio sigue la suerte de lo principal, el
territorio del Estado puede extenderse por la ampliación de la costa como resultado depósitos
del mar o un río, o incluso la aparición de una isla.

Existen dos formas de acrecentamiento del territorio por causas naturales: aluvión, como
proceso lento y gradual, y avulsión, proceso rápido o violento.

Aunque la práctica la accesión puede ser natural o artificial, ningún Estado puede modificar la
condición natural de su territorio de forma tal de causar desventaja a las condiciones naturales
de territorio de Estados vecinos.

29
Martina Lohidoy

6. La cesión

Es el acto por el cual un Estado transfiere su soberanía sobre un territorio a otro. Ningún
Estado puede transmitir un derecho más extenso del que posee, por aplicación del principio
general de Derecho. Este modo de adquisición puede asumir distintas modalidades:
compraventa, si es a título oneroso, donación, si es a título gratuito, o permuta, si es a cambio
de otro territorio.

La cesión debe realizarse con la intención de transferir soberanía, ya que la transferencia de


poderes gubernamentales sin intención de ser soberanía territorial no es suficiente. Además,
requiere el consentimiento de ambos Estados, por lo que puede presumirse que, en la
actualidad, es uno de los modos más relevantes para adquirir o perder territorio.

Las cesiones en general se realizan a través de acuerdo reflejados en tratados, bilaterales o


multilaterales. No obstante, también pueden realizarse a través de una declaración unilateral,
aceptada por el otro Estado.

Finalmente, una vez que se transfiere el territorio al nuevo Estado, se transfieren todas las
obligaciones internacionales conectadas al territorio. En realidad, dada la transferencia de
territorio, es un acto de sucesión de estados parcial.

Una venta. Ejemplos: a EEUU, Rusia le vendió Alaska en 1867, España le vendió La Florida en
1819 y Francia le vendió Lousiana en 1803.

Una permuta. Ejemplos: Suiza y Leichtenstein en 1948 intercambiaron territorios en la región


Rhin-Wurznerhorn; Inglaterra cambió unas islas por un territorio que Alemania tenía en África
en 1890.

Otros. Ejemplos: Italia cedió a Francia los territorios de Saboya y Niza en 1860; Suecia cedió a
Alemania el territorio de Weismar en 1903. Ejemplos de cesiones forzadas: Francia cede
Alsaxia-Lorena a Alemania en 1871 y posteriormente, en 1919, por otro tratado Alemania le
devuelve esos territorios.

7. La adjudicación

Ciertos autores incluyen la adjudicación entre los modos de adquisición de territorios. Consiste
en la determinación efectuada por un órgano jurisdiccional respecto de una porción de
territorio, que hasta ese momento se hallaba en litigio.

Hay juristas que consideran que, en realidad, la adjudicación no es un nuevo título jurídico por
el que un Estado puede adquirir un territorio, puesto que, en todo caso, dicho territorio es
poseído por otro fundamento, que podrá ser ocupación efectiva o la cesión, entre otros. Lo
que hace el tribunal es declarar que el territorio le pertenece a ese estado por haber probado
que poseía ese título al momento de la fecha crítica. La sentencia declarativa no sería un nuevo
título, sino que operaría como el reconocimiento de la existencia de un título anterior. Sin
embargo, es cierto que una vez que un tribunal resuelve la controversia y determina que un
territorio le pertenece a un Estado, en lo sucesivo dicho estado invocada directamente esa
sentencia en tanto es instrumento pone fin a la disputa y reconoce su derecho de soberanía.

8. El abandono

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Martina Lohidoy

Es la renuncia sin beneficiario determinado, con pérdida de dominio oposición sobre cosas que
recobran su condición de bienes nullius. Por medio del abandono, un Estado renuncia su
soberanía territorial en relación con un espacio terrestre, que pasa transformarse en un
territorio sin dueño. Este podrá ser objeto de ocupación efectiva por parte de otro Estado o
permanecer sin dueño.

Para que le abandono produzca sus efectos, se requieren dos elementos que deben ser
probados porque en el alega este modo: corpus, elemento material y objetivo, y animus,
elemento subjetivo. El corpus sería la pérdida de la posesión, soberanía sobre esa zona,
mientras que el animus es la intención de abandonar y no simplemente de descuidar el
ejercicio de la soberanía. En cuanto a las formas, el abandono puede producirse de hecho o
mediante una declaración expresa por parte de un representante del Estado, efectuada
verbalmente o por escrito.

Conflicto sobre las Islas Malvinas

Antecedentes históricos: la cartografía y documentación de la época demuestran que las


Malvinas fueron descubiertas por los españoles, por naves de la expedición de Magallanes,
alrededor del año 1520. Reino Unido también alega el descubrimiento de las islas, por ello su
descubrimiento es un título discutido. Casi 50 años después los ingleses realizaron viajes por
las islas y las llamaron Falkland.

Primer asentamiento: los franceses también realizaron viajes por las islas desde 1700, y las
llamaban Malvinas. Y en 1764, ellos hacen la primera ocupación efectiva, ya que un marino
francés (Luis Boungainville) desembarcó en las islas y fundó un establecimiento llamado “Port
Luis”. España protestó por la ocupación, Francia le reconoció mejores derechos y las
autoridades españolas se establecieron en Port Luis al cual llamaron Puerto Soledad (1767).

No obstante estos hechos (la ocupación de Francia y el reclamo de España) en 1766 los
ingleses envían naves y fundan “Puerto Egmont” en un sector de las islas.

España ordenó al gobernador de Buenos Aires que intimara a los ingleses a desalojar las islas.
A partir de ahí comienzan una serie de reclamos, hasta que finalmente en 1774 Inglaterra
restituyó dicho puerto a España.

Adviértase, que mientras la ocupación de los ingleses fue de 8 años sólo en el Puerto Egmont
(1766-1774), la ocupación española fue anterior (desde 1764 cuando intimó a Francia a
devolver Port Luis) y continuó ejerciendo soberanía permanentemente durante los 8 años en
que los ingleses estuvieron en las islas y, lógicamente, también después de su devolución en
1774.

Así, las Malvinas pertenecían a España y formaban parte del Virreinato del Río de la Plata:

 En consecuencia, en 1810 (por emancipación) Argentina heredó dichos derechos


sobre las islas. En 1820 se izó la bandera argentina por primera vez.
 En 1822 se estableció el reglamento de pesca para la zona, cuando el principio más
general era la libertad de los mares.
 En 1823 se concede el usufructo de la isla Soledad para un emprendimiento
comercial.

31
Martina Lohidoy

 En 1829 ya había 120 habitantes en la isla, y al no haber autoridad legal ni militar


(encima habían descubierto pesca ilegal) se firma un decreto que organizaba un
gobierno civil y militar en las Islas Malvinas y se designa autoridad comandante
político militar a Luis Vernet.
 En 1831, Vernet detiene a 3 personas de EEUU por pesca ilegal y los lleva a BA (ya que
no había tribunales en las islas). En represalia, EEUU deja en ruinas todo lo que había
en las islas. De hecho, Vernet fue demandado en EEUU porque desconocían su
nombramiento.

En 1833, Inglaterra se apodera por la fuerza de las islas, cuando la corbeta inglesa “Clío” ocupó
y desalojó por la fuerza a las autoridades argentinas establecidas en las islas. Desde ese
momento, la República Argentina reclama año tras año la devolución de las islas y deja
constancia de su reserva de la soberanía.

Las Malvinas en la ONU: lograr la descolonización de los territorios es uno de los propósitos de
Naciones Unidas.

En 1960, en la XI Asamblea se presentó un proyecto sobre “Declaración sobre la concesión de


la independencia a los pueblos coloniales”, que habiendo sido aprobado se transformó en la
Resolución 1514 (XV), en la cual se expresa que “los pueblos del mundo desean poner el fin al
colonialismo en todas sus manifestaciones”, y que el proceso de descolonización se debe hacer
en base a dos principios:

a) El principio de la libre determinación de los pueblos (todos los pueblos tienen derecho a
determinar libremente su condición política, económica, social y cultural); y

b) El principio de la unidad nacional e integridad territorial (todo intento para quebrar la


unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y
principios de la Carta de las Naciones Unidas).

En 1961, la delegación argentina, refiriéndose al tema de las Malvinas, aclaró que el principio
de la libre determinación de los pueblos no puede ser utilizado para dar validez a una situación
ilegítima. Es decir que es inaplicable cuando la población de un territorio ha sido desalojada
por la fuerza por otro Estado, y reemplazada por personas de la nacionalidad del estado
agresor (población trasplantada). Por lo tanto, el principio de la libre determinación de los
pueblos no podría aplicarse al caso de las Malvinas.

En 1965 la ONU adoptó la Resolución 2065 (XX), declarando la necesidad de que se aceleren
las negociaciones e invita a dichos gobiernos a proseguir las mismas para lograr una rápida
solución al problema de la soberanía sobre las islas Malvinas (Falkland). En 1975 el Comité
Jurídico Interamericano (órgano de la OEA) preparó un informe apoyando la reivindicación
argentina.

En 1977, ambos gobiernos hacen una reunión en Buenos Aires y convienen en realizar
negociaciones sobre la situación política de las islas.

La guerra de Malvinas: a principios de 1982, la Argentina propone al Reino Unido la


concertación de una agenda con temas u plazos definidos. Los ingleses se negaron.

32
Martina Lohidoy

Esta negativa a negociar hizo que el 2 de abril de 1982 la Argentina recurriera a las armas
enviando tropas que desembarcaron en las Islas Malvinas y procedieron a ocuparlas.

El Reino Unido rompió relaciones diplomáticas, impuso la prohibición de tráfico y envío de


armas e introdujo restricciones de tipo comercial y financiero.

Muchos países ofrecieron sus buenos oficios para ayudar a las partes a arribar a una solución
pacífica, pero la guerra continuó.

Finalmente, el Reino Unido (con mejor equipamiento y con el apoyo logístico de EEUU) retomó
las islas logrando que las fuerzas argentinas se rindieran el 14 de junio de 1982.

Desde entonces hasta ahora, si bien se han reanudado tratativas para negociar el tema
Malvinas, las conversaciones están estancadas dado que la Argentina quiere tratar el tema de
la soberanía sobre las islas, mientras que el Reino Unido no quiere hacerlo.

Decreto 256/2010 de Transporte Marítimo: en febrero de 2010, el gobierno argentino dictó el


Decreto 256 por el cual toda embarcación que navegue entre la Argentina y las Islas Malvinas
deberá solicitar una autorización previa al gobierno argentino. La finalidad del decreto es
reforzar los controles marítimos ante la posible explotación petrolera en las Islas Malvinas. La
nueva norma tiende a defender la soberanía argentina sobre los recursos de su plataforma
marítima.

Títulos que alega Argentina:

1. Descubrimiento; sucesión de España (de la sucesión de Francia); ocupación de la


corona española (control y jurisdicción) sobre las islas; y traspaso luego de la
independencia.
2. Ocupación efectiva de Argentina en las islas; población y gobierno argentino en las
islas.
3. Actos unilaterales de Gran Bretaña: ya había reconocido la independencia de
Argentina con todos sus límites y fronteras. No es revocable, no puede actuar luego en
contra de sus propios actos.
4. Argentina siempre se opuso y protestó. La postura siempre fue la misma: desde la
emancipación de España, las islas eran de Argentina por haber sido descubiertas por
los españoles.
5. No hubo declaración de guerra: la conquista sí permitida, pero no hubo declaración de
guerra previa a la ocupación, requisito que era necesario para considerar válido dicho
modo de adquisición de territorio.

Títulos que alega Reino Unido:

1. Descubrimiento: alega que fueron descubiertas por ellos, aunque dicha posición varía
en el tiempo.
2. Ocupación efectiva: que en su momento habían tomado posesión de las islas, lo cual
nunca sucedió. Era colonia española.
3. Que Argentina luego había reconocido la soberanía de Inglaterra sobre las islas. No es
así: Argentina siempre protestó.

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Martina Lohidoy

4. Autodeterminación de los pueblos: se realizaron plebiscitos y consultas en las islas


para decidir si mantener la soberanía bajo el gobierno inglés. No es un argumento
válido, en tanto la población argentina fue desocupada, reemplazada por ingleses, y
ellos fueron los que votaron. No es un tema de autodeterminación, sino de soberanía.

Derecho del mar

El derecho del mar es la rama del DIP que regula derechos y obligaciones de los Estados en los
distintos espacios marítimos. También se ocupa de definir cada espacio marítimo, establecer
sus límites máximos y los derechos y obligaciones de los Estados ribereños y terceros Estados,
así como fijar reglas para la delimitación de dichos espacios.

Otra cosa es el derecho marítimo es una rama del derecho privado que regula las relaciones
entre particulares derivadas de la realización de actividades en el mar y en otros espacios
acuáticos, por ejemplo: un contrato por transporte de mercaderías. Cabe esta aclaración
porque muchos autores lo tratan como si fuesen lo mismo, son dos ramas distintas.

Los hombres de todas las épocas han utilizado el mar como medio de comunicación, para
comerciar, viajar, etcétera. El 70% de la Tierra está integrada por agua.

Evolución histórica del derecho del mar:

Por muchos siglos, los mares y océanos fueron libres, es decir, cualquiera podía usarlos a los
efectos de la navegación o de la pesca, ya que no pertenecían a nadie.

Durante el Imperio Romano, el mar Mediterráneo se consideró comprendido dentro de los


límites del imperio, era el mare nostrum, por lo que los pueblos ajenos a Roma no podían
hacer uso de él.

En el siglo XVI se generó una discusión doctrinaria en cuanto hacia el mar era libre o podía ser
objeto de apropiación. Se enfrentaron las teorías del holandés Hugo Grocio, considerado como
el padre del derecho internacional, y del inglés John Selden.

1. El primero proclamaba la libertad de los mares: aunque reconocía que eso no impedía
el dominio sobre una pequeña franja de mar adyacente al territorio.
2. El segundo era partidario del principio de qué el mar era susceptible de dominio
privado.

De esta confrontación de posiciones surgió el reconocimiento del derecho de los estados


ribereños a la soberanía sobre una porción de mar adyacente a su territorio, mar territorial,
mientras que el resto del mar permanecía libre, alta mar.

A principios del siglo XVIII, Cornelius Van Bynkershoek sostuvo que la soberanía sobre el mar
territorial debía extenderse hasta la franja de mar donde el Estado ribereño tuviera poderes
efectivos, que para esa época se consideraba que era hasta donde llegará una bala de cañón,
desde la costa. Se origina así la teoría de las tres millas marinas y la idea de un mar territorial
tenía su hace, en la finalidad de defensa del territorio.

34
Martina Lohidoy

La regla de las tres millas marinas que fue adoptada por algunos estados, convenía a las
grandes potencias, ya que permitía a sus flotas la libertad de navegación en la mayor parte de
los mares. En cambio, perjudicaba a los estados que pretendían ejercer una soberanía en un
espacio más amplio de su territorio marítimo por razones de seguridad, o para ejercer
derechos exclusivos sobre sus pesquerías en distancias más extensas, dado que la
preocupación sobre la pesca comenzaba perfilarse. Esta diferencia de criterios impidió que se
generará una práctica uniforme respecto del límite máximo del mar territorial, por lo que la
regla de las tres misas no podía ser considerada como norma consuetudinaria.

A partir del siglo XVIII, se fue generando una práctica respecto de un nuevo espacio marítimo:
la zona contigua, como una franja de mar adyacente al mar territorial qué permite al Estado
ribereño ejercer ciertas competencias para controlar los buques que van a ingresar o salir de
su mar territorial.

En el siglo XX es cuando se produjeron los mayores cambios en el derecho del mar.

En 1930 se celebró la Conferencia de la Haya, bajo los auspicios de la Sociedad de las


Naciones, con el fin de codificar varias materias del derecho internacional, incluso el derecho
del mar.

Para esa época los espacios marítimos que se consolidaron eran las aguas interiores, el mar
territorial, la zona contigua y la alta mar, pero no sé si aún acuerdo respecto de la anchura del
mar territorial. Algunos estados propusieron la adopción de la regla de las tres misas, aunque
no se llegó a la mayoría necesaria para su adopción, mientras que otros sugirieron distancias
más extensas. En conclusión, la conferencia culminó sin que se adoptará ningún acuerdo.

En 1945 el presidente Harry Truman de los Estados Unidos hizo una declaración unilateral por
la que reivindicaba la jurisdicción de ese Estado sobre los recursos naturales del lecho y
subsuelo de la plataforma continental, respondiendo así a presiones de los sectores
energéticos. Éste acto constituye un hito importantísimo en la evolución del derecho del mar,
conocido como la Proclama Truman. A partir de ahí, los Estado ribereños, lejos de protestar,
invitaron estos actos y proclamaron idénticos derechos y hasta más extensos, sobre la base de
un fundamento económico: la soberanía respecto de los recursos naturales.

Sin embargo, previo a la proclama Truman, la República Argentina ya había reivindicado


derechos sobre su plataforma continental y los recursos contenidos en esa. Así, en el decreto
1886/44 se declaró la plataforma continental como zona de reserva minera.

En 1958 se celebró en Ginebra la 1° Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del
Mar, sobre la base de proyectos de artículos elaborados por la Comisión de derecho
internacional (CDI). Pero de las cingle lectura de los informes elaborados, se constata la falta
de uniformidad respecto de la extensión del mar territorial. Se estableció la teoría de las tres
millas marinas, pero se dejó abierta la posibilidad de su extensión a 12, bajo ciertas
condiciones. En el texto final de la CDI que se presentó a la Conferencia, se indicó que la
comisión reconocía que la práctica internacional no era uniforme, pero consideraba que el
derecho internacional no autorizaba a extender el mar territorial más allá de las 12 millas
marinas.

La primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar culminó en abril de
1958 con la adopción de cuatro convenciones y un protocolo facultativo sobre la jurisdicción
obligatoria para la solución de controversias. Las cuatro convenciones son:

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Martina Lohidoy

1. Convención sobre el Mar Territorial y la Zona Contigua


2. Convención sobre la Plataforma Continental
3. Convención sobre la Alta Mar
4. Convención sobre Pesca y Conservación de los Recursos Vivos de la Alta Mar

Así se estableció que la soberanía del Estado fuera de su territorio y de sus aguas interiores se
extiende a una zona de mar adyacente a sus costas: el mar territorial, así como el espacio
aéreo y al lecho y subsuelo de ese mar, estableciendo donde comienza el mar territorial, pero
sin determinar el límite máximo de este espacio marítimo.

Las Convenciones de Ginebra no tuvieron un gran número de ratificaciones o adiciones. Sin


embargo, algunos Estados, si bien no se obligaron por esos tratados, recogieron algunas de sus
disposiciones en su legislación interna.

En 1960 se llevó a cabo la 2° Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar
con el fin de fijar el límite exterior del mar territorial, cuestión que había quedado pendiente
en la primera. Pero en esta oportunidad también quedaría sin definir, ante la falta de acuerdo
entre los estados, quienes no pudieron conciliar sus posiciones.

En noviembre de 1967, el embajador de malta ante la ONU, propuso ante la AG qué se


proclama hacia los fondos marinos y oceánicos fuera de la jurisdicción nacional, como
patrimonio común de la humanidad. Eso debido a que los estados estaban autorizando
unilateralmente a las empresas de su nacionalidad explorar o explotar los fondos marinos más
allá de su plataforma continental, y ante el temor de que los océanos quedaran devastados y
contaminados debido al avance tecnológico y la explotación sin control de los recursos
marinos.

En consecuencia, la Asamblea General decidió crear un comité especial con el fin estudiar la
utilización con fines pacíficos de los fondos marinos y oceánicos fuera de los límites de la
jurisdicción nacional. Dicho comité reconoció que redunda en beneficio de toda la humanidad
favorecer la exploración y la utilización con fines pacíficos de los fondos marinos y oceánicos
subsuelo, fuera de los límites de la jurisdicción nacional, y que esa exploración debe llevarse a
cabo en beneficio de toda la humanidad, independientemente de la ubicación geográfica de
los estados, teniendo en cuenta los intereses y necesidades especiales de los países en
desarrollo. Por lo tanto, estableció una comisión, compuesta de 42 estados, a la que se le
encomendó que estudiarse la elaboración de principios jurídicos y normas para promover la
cooperación internacional en la exploración y utilización de sus fondos marinos y asegurar la
explotación de sus recursos en beneficio de la humanidad.

En 1970, la Asamblea General aprobó una resolución con 108 votos a favor y ninguna en
contra, en la que se declaró solemnemente que los fondos marinos y oceánicos y su subsuelo,
se encuentran fuera de la jurisdicción nacional. Sus recursos, son patrimonio de la humanidad.

En 1970 tuvo lugar otro hito muy importante para el derecho del Mar: la Declaración de
Montevideo. A través de esta se declararon los siguientes principios básicos del derecho del
mar:

a. El derecho de los estados ribereños de disponer de los recursos naturales del mar y del
suelo y su subsuelo, para promover el máximo desarrollo de sus economías y elevar los
niveles de vida de sus pueblos.

36
Martina Lohidoy

b. El derecho establecer los límites de su soberanía y jurisdicción marítimas de


conformidad con sus características geográficas y geológicas y con los factores que
condicionan la existencia de los recursos marinos y la necesidad de su racional
aprovechamiento.
c. El derecho explorar, conservar y explotar los recursos vivos del mar adyacente a sus
territorios, y a regular el régimen de la pesca y caza acuática.
d. El derecho a explorar, conservar y explotar los recursos naturales de sus respectivas
plataformas continentales, hasta donde la profundidad de las aguas suprayacentes
permita la explotación de dichos recursos.
e. El derecho a explotar, conservar y explorar los recursos naturales del suelo y del
subsuelo de los fondos marinos, hasta el límite donde el Estado ribereño ejerza su
jurisdicción sobre el mar.
f. El derecho a adoptar medidas de reglamentación para los fines precipitados aplicables
en las zonas de su soberanía y jurisdicción marítima, sin perjuicio de la libertad de
navegación y sobre vuelo de las naves y aeronaves de cualquier pabellón.

Finalmente, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, se convocó la 3° Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Comenzó en Nueva York en 1973 y se concluyó en
Montego Bay, Jamaica, en 1982. La misión era adoptar una convención regular a todos los
espacios marítimos y fuera reemplazando las convenciones de Ginebra de 1958.

Aquí no se trabajó sobre la base de un proyecto elaborado por la Comisión. Se aprobó una lista
de temas y cuestiones no exhaustiva sobre la cual empezar a discutir y los estados podrían
presentar nuevas propuestas y proyectos de artículos. En cuanto al sistema de votación, se
estableció que las disposiciones se tratarían de adoptar por consenso. La votación por mayoría
de 2/3 reservaba como recurso de última instancia. Sólo unas pocas disposiciones adoptaron
por votación, por ejemplo, los artículos 74 y 83 sobre la delimitación de la zona económica
exclusiva y de la plataforma continental entre estados con costas enfrentadas.

En esta, finalmente, se adoptó la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar
o la CONVEMAR.

La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar

Entró en vigor el 16 de noviembre de 1994, 12 meses después de qué 60 parte se obligaran por
esa, en virtud de lo dispuesto por el tratado. Para todo el que se obligue con posterioridad esa
fecha, entrará en vigor 30 días después de la fecha en que deposite su instrumento de
ratificación o de adhesión. Pueden ser parte de este tratado no sólo Estados sino también
organizaciones internacionales.

En la actualidad, más de 160 entidades son parte de la CONVEMAR. No obstante, si habiendo


algunas notables ausencias de estados costeros: Estados Unidos, Perú, Colombia, Venezuela, El
Salvador, Turquía, Irán, Libia, etc.

La República Argentina ratificó la convención el 1 de diciembre de 1995, por lo que se


encuentra en vigor para nuestro país desde el 31 de diciembre de este año.

La Convención fue optada como un acuerdo global o paquete, es decir, todo Estado que se
obligara por esa, debía hacerlo por la totalidad de la misma, puesto que no se permiten
reservas ni excepciones. Esto resulta justo, ya que costó mucho llegar a un consenso en

37
Martina Lohidoy

algunas disposiciones. Así dispone, que no se podrán formular reservas ni excepción a esta
convención, salvo las expresamente autorizadas por otros artículos de la misma. Esta última
salvedad se refiere a unas pocas disposiciones que facultan al Estado a dejar de lado alguna
cuestión regulada por la CONVEMAR.

La Convención crea una organización internacional, la Autoridad Internacional de los Fondos


Marinos y dos órganos: uno técnico, la Comisión de Límites de la Plataforma Continental, y
otro jurisdiccional, el Tribunal Internacional del Derecho del Mar.

Los espacios marítimos regulados

La CONVEMAR contempla los siguientes espacios marítimos: aguas interiores, mar territorial,
zona contigua, zona económica exclusiva, alta mar, aguas archipiélagicas, plataforma
continental, zona internacional de los fondos marinos.

Aguas interiores: son todas aquellas que se encuentran en el territorio del Estado. Las
relevantes para el derecho del mar son aquellas aguas marítimas ubicadas detrás de las líneas
de base de las cuales se comienza q medir el mar territorial.

Mar territorial: es un espacio adyacente al territorio del Estado, con una anchura máxima de
12 millas marinas desde las líneas de base.

Zona contigua: es un espacio adyacente al mar territorial, que no puede medir más de 24
millas marinas contadas desde las líneas de base.

Zona económica exclusiva: comienza en el mismo lugar que la zona contigua, y normalmente
se extiende más allá de esta. Es adyacente al mar territorial, y puede extenderse hasta las 200
millas marinas, contadas también desde las líneas de base.

Aguas archipielagicas: son aquellas que se encuentran en el interior de un Estado


archipiélagico, salvo las que califican como aguas interiores del Estado, delimitadas por las
denominadas líneas de base archipielagicas. Son las aguas que rodean a las islas que
conforman el Estado.

Alta mar: son todas las partes del mar no incluidas en la zona económica exclusiva, zona
contigua, mar territorial, en las aguas interiores de un estado, ni en las aguas archipielagicas de
un Estado archipielagico. Se define por exclusión.

Plataforma continental: es la continuación del territorio por debajo del mar y comienza donde
termina el lecho y subsuelo del mar territorial. Su límite exterior varía de acuerdo con la
conformación geomorfológica de cada plataforma y se establece a partir de diversos criterios y
límites máximos determinados en la CONVEMAR.

Fondos Marinos: consisten en el lecho y subsuelo del mar, más allá de la plataforma
continental.

De acuerdo con los derechos o competencias que ejercen los estados sobre estos espacios,
podemos diferenciar a cada uno de ellos y clasificarlos de la siguiente manera:

38
Martina Lohidoy

a) Espacios marítimos sobre los que el Estado ribereño ejerce soberanía:

1. Aguas interiores
2. Mar territorial
3. Aguas archipielagicas

El Estado ribereño posee plena soberanía sobre sus aguas interiores: están sometidos a la
jurisdicción del Estado ribereño los buques de terceras banderas que se encuentren en estas
aguas por autorización del Estado ribereño. A excepción de los buques de guerra o del Estado
confines no comerciales que poseen inmunidad de jurisdicción, y están sometidos a la
jurisdicción del Estado del pabellón.

El Estado ribereño posee soberanía sobre su mar territorial: se extiende al espacio aéreo y al
lecho y subsuelo del mar territorial. Sin embargo, el Estado ribereño en su mar territorial debe
permitir el derecho de paz inocente a buques de terceras banderas. Durante su paso, estos
buques quedan sometidos, en principio, a la jurisdicción del Estado de su bandera, salvo
algunas excepciones en materia civil y penal establecidas en los artículos 27 y 28 de la
CONVEMAR, en cuyo caso ejercerá jurisdicción el estado ribereño. Aplica también la excepción
de los buques de guerra del estado confines no comerciales, que poseen inmunidad.

El Estado posee soberanía sobre sus aguas archipielagicas, siempre que cumpla con los
requisitos exigidos: que se extiende al espacio aéreo sobre ellas y al lecho y subsuelo, como a
los recursos contenidos en ellos. La soberanía también se encuentra limitada por el derecho de
paso inocente de buques de terceras banderas, al igual que ocurre en el mar territorial.

b) Espacios marítimos sobre los que el Estado ejerce derechos de soberanía o ciertas
competencias:

1. Zona contigua
2. Zona económica exclusiva
3. Plataforma continental

El Estado ribereño posee ciertas competencias en estas zonas, pero no soberanía plena. Son
derechos de soberanía, como una soberanía funcional, es decir, para determinados fines.

El Estado posee ciertas competencias en su zona contigua: en materia aduanera, sanitaria,


fiscal y migratoria.

Además, posee derechos de soberanía en su zona económica exclusiva: para el ejercicio de


las mismas requiere dicho Estado, realizar una declaración al respecto, ya que estos espacios
marítimos no vienen automáticamente por el hecho de qué el estado sea costero. La
declaración puede estar contenida, por ejemplo, en una ley o reglamento.

Finalmente, ejerce derechos de soberanía en su plataforma continental: éstos son exclusivos


y excluyentes, independientes desocupación real o ficticia, así como de toda declaración
expresa. Serían inherentes al Estado ribereño, que los posee ipso facto y ab initio en virtud de
una extensión de soberanía que el Estado posee sobre su territorio.

c) Espacios marítimos sustraídos de la soberanía estatal:

39
Martina Lohidoy

1. Alta mar
2. Fondos marinos

Son espacios sustraídos de la soberanía estatal porque sobre esos ningún Estado puede ejercer
soberanía o derechos de soberanía. La alta mar es un espacio marítimo de uso común por
cualquier estado, mientras que los fondos marinos son patrimonio común de la humanidad, lo
que presupone un régimen de administración internacional.

1. Mar territorial

Cuestiones importantes:

 Es la franja de mar adyacente al territorio del Estado ribereño sobre cuál este ejerce
soberanía, incluido el espacio aéreo, lecho y subsuelo. 

 Todo Estado costero tiene derecho a un mar territorial sin necesidad de declararlo
expresamente. 

 Comienza medirse a partir de las líneas de base y se extiende hasta un máximo de 12


millas marinas.

 Trazado de líneas de base:

Para poder medir el mar territorial, los Estados ribereños deben trazar líneas de base.
Éstas pueden ser normales o rectas. A lo largo de sus costas, el Estado ribereño puede
combinar estas dos clases de líneas.

Las aguas que quedan hacia tierra de las líneas de base poseen la condición jurídica de
aguas interiores, salvo que constituyan aguas archipielagicas. 

Línea de base normal: es la línea de bajamar a lo largo de la costa. Igualmente, éstas


pueden cambiar con el tiempo, puesto que la línea de bajamar puede modificarse por
erosión, aluvión, o por mano del hombre al construir estructuras en la costa. Las líneas
de base oficiales han sido y continuarán siendo objetadas por los estados afectados.

Líneas de base recta: existen algunos supuestos, como el caso de costas muy
accidentadas, en los cuales resulta dificultoso el trazado de la línea de base normal.
Los estados pueden recurrir al trazado de líneas de base recta, que consiste en unir los
puntos apropiados de la costa a través de una línea recta. Igualmente, para evitar
abusos debido al trazado de líneas de base a rectas en exceso, en algunas limitaciones.

Artículo 2

Régimen jurídico del mar territorial, del espacio aéreo situado sobre el mar
territorial y de su lecho y subsuelo

1. La soberanía del Estado ribereño se extiende más allá de su territorio y de sus


aguas interiores y, en el caso del Estado archipiélago, de sus aguas
archipielágicas, a la franja de mar adyacente designada con el nombre de mar
territorial.

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Martina Lohidoy

2. Esta soberanía se extiende al espacio aéreo sobre el mar territorial, así como al
lecho y al subsuelo de ese mar.

3. La soberanía sobre el mar territorial se ejerce con arreglo a esta Convención y


otras normas de derecho internacional.

Artículo 3

Anchura del mar territorial

Todo Estado tiene derecho a establecer la anchura de su mar territorial hasta un


límite que no exceda de 12 millas marinas medidas a partir de líneas de base
determinadas de conformidad con esta Convención.

Artículo 4

Límite exterior del mar territorial

El límite exterior del mar territorial es la línea cada uno de cuyos puntos está, del
punto más próximo de la línea de base, a una distancia igual a la anchura del mar
territorial.

Artículo 5

Línea de base normal

Salvo disposición en contrario de esta Convención, la línea de la base normal para


medir la anchura del mar territorial es la línea de bajamar a lo largo de la costa,
tal como aparece marcada mediante el signo apropiado en cartas a gran escala
reconocidas oficialmente por el Estado ribereño.

Artículo 6

Arrecifes

En el caso de islas situadas en atolones o de islas bordeadas por arrecifes, la línea


de base para medir la anchura del mar territorial es la línea de bajamar del lado
del arrecife que da al mar, tal como aparece marcada mediante el signo
apropiado en cartas reconocidas oficialmente por el Estado ribereño.

Artículo 7

Líneas de base rectas

1. En los lugares en que la costa tenga profundas aberturas y escotaduras o en los


que haya una franja de islas a lo largo de la costa situada en su proximidad
inmediata, puede adoptarse, como método para trazar la línea de base desde la
que ha de medirse el mar territorial, el de líneas de base rectas que unan los
puntos apropiados.

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Martina Lohidoy

2. En los casos en que, por la existencia de un delta y de otros accidentes


naturales, la línea de la costa sea muy inestable, los puntos apropiados pueden
elegirse a lo largo de la línea de bajamar más alejada mar afuera y, aunque la
línea de bajamar retroceda ulteriormente, las líneas de base rectas seguirán en
vigor hasta que las modifique el Estado ribereño de conformidad con esta
Convención.

3. El trazado de las líneas de base rectas no debe apartarse de una manera


apreciable de la dirección general de la costa, y las zonas de mar situadas del lado
de tierra de esas líneas han de estar suficientemente vinculadas al dominio
terrestre para estar sometidas al régimen de las aguas interiores.

4. Las líneas de base rectas no se trazarán hacia ni desde elevaciones que


emerjan en bajamar, a menos que se hayan construido sobre ellas faros o
instalaciones análogas que se encuentren constantemente sobre el nivel del
agua, o que el trazado de líneas de base hacia o desde elevaciones que emerjan
en bajamar haya sido objeto de un reconocimiento internacional general.

5. Cuando el método de líneas de base rectas sea aplicable según el párrafo 1, al


trazar determinadas líneas de base podrán tenerse en cuenta los intereses
económicos propios de la región de que se trate cuya realidad e importancia
estén claramente demostradas por un uso prolongado.

6. El sistema de líneas de base rectas no puede ser aplicado por un Estado de


forma que aísle el mar territorial de otro Estado de la altamar o de una zona
económica exclusiva.

Artículo 8

Aguas interiores

1. Salvo lo dispuesto en la Parte IV, las aguas situadas en el interior de la línea de


base del mar territorial forman parte de las aguas interiores del Estado.

2. Cuando el trazado de una línea de base recta, de conformidad con el método


establecido en el artículo 7, produzca el efecto de encerrar como aguas interiores
aguas que anteriormente no se consideraban como tales, existirá en esas aguas
un derecho de paso inocente, tal como se establece en esta Convención.

Artículo 9

Desembocadura de los ríos

Si un río desemboca directamente en el mar, la línea de base será una línea recta
trazada a través de la desembocadura entre los puntos de la línea de bajamar de
sus orillas.

Artículo 10

Bahías

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Martina Lohidoy

1. Este artículo se refiere únicamente a las bahías cuyas costas pertenecen a un


solo Estado.

2. Para los efectos de esta Convención, una bahía es toda escotadura bien
determinada cuya penetración tierra adentro, en relación con la anchura de su
boca, es tal que contiene aguas cercadas por la costa y constituye algo más que
una simple inflexión de ésta. Sin embargo, la escotadura no se considerará una
bahía si su superficie no es igual o superior a la de un semicírculo que tenga por
diámetro la boca de dicha escotadura.

3. Para los efectos de su medición, la superficie de una escotadura es la


comprendida entre la línea de bajamar que sigue la costa de la escotadura y una
línea que una las líneas de bajamar de sus puntos naturales de entrada. Cuando,
debido a la existencia de islas, una escotadura tenga más de una entrada, el
semicírculo se trazará tomando como diámetro la suma de las longitudes de las
líneas que cierran todas las entradas. La superficie de las islas situadas dentro de
una escotadura se considerará comprendida en la superficie total de ésta.

4. Si la distancia entre las líneas de bajamar de los puntos naturales de entrada


de una bahía no excede de 24 millas marinas, se podrá trazar una línea de
demarcación entre las dos líneas de bajamar y las aguas que queden así
encerradas serán consideradas aguas interiores.

5. Cuando la distancia entre las líneas de bajamar de los puntos naturales de


entrada de una bahía exceda de 24 millas marinas, se trazará dentro de la bahía
una línea de base recta de 24 millas marinas de manera que encierre la mayor
superficie de agua que sea posible con una línea de esa longitud.

6. Las disposiciones anteriores no se aplican a las bahías llamadas "históricas", ni


tampoco en los casos en que se aplique el sistema de las líneas de base rectas
previsto en el artículo 7.

Artículo 11

Puertos

Para los efectos de la delimitación del mar territorial, las construcciones


portuarias permanentes más alejadas de la costa que formen parte integrante
del sistema portuario se consideran parte de ésta. Las instalaciones costa afuera
y las islas artificiales no se considerarán construcciones portuarias permanentes.

Artículo 12

Radas

Las radas utilizadas normalmente para la carga, descarga y fondeo de buques,


que de otro modo estarían situadas en todo o en parte fuera del trazado general
del límite exterior del mar territorial, están comprendidas en el mar territorial.

Artículo 13

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Martina Lohidoy

Elevación en bajamar

1. Una elevación que emerge en bajamar es una extensión natural de tierra


rodeada de agua que se encuentra sobre el nivel de ésta en la bajamar, pero
queda sumergida en la pleamar. Cuando una elevación que emerge en bajamar
esté total o parcialmente a una distancia del continente o de una isla que no
exceda de la anchura del mar territorial, la línea de bajamar de esta elevación
podrá ser utilizada como línea de base para medir la anchura del mar territorial.

2. Cuando una elevación que emerge en bajamar esté situada en su totalidad a


una distancia del continente o de una isla que exceda de la anchura del mar
territorial, no tendrá mar territorial propio.

Artículo 14

Combinación de métodos para determinar las líneas de base

Combinación de métodos para determinar las líneas de base El Estado ribereño


podrá determinar las líneas de base combinando cualesquiera de los métodos
establecidos en los artículos precedentes, según las circunstancias.

Artículo 15

Delimitación del mar territorial entre estados con costas adyacentes o situadas
frente a frente

Cuando las costas de dos Estados sean adyacentes o se hallen situadas frente a
frente, ninguno de dichos Estados tendrá derecho, salvo acuerdo en contrario, a
extender su mar territorial más allá de una línea media cuyos puntos sean
equidistantes de los puntos más próximos de las líneas de base a partir de las
cuales se mida la anchura del mar territorial de cada uno de esos Estados. No
obstante, esta disposición no será aplicable cuando, por la existencia de derechos
históricos o por otras circunstancias especiales, sea necesario delimitar el mar
territorial de ambos Estados en otra forma.

Efectos sobre el mar territorial

Derechos y obligaciones del Estado ribereño:

En el mar territorial el Estado ribereño posee, soberanía, que se extiende el espacio


aéreo y el lecho y subsuelo del mar territorial. Dicha soberanía se ejerce de acuerdo a la
CONVEMAR y otras normas de derecho internacional.

Eso supone que el Estado puede ejercer plena jurisdicción, con las limitaciones
estipuladas en lo que respecta a los buques de terceras banderas durante su paso
inocente y a los buques de guerra.

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Martina Lohidoy

El Estado ribereño igualmente, puede adoptar leyes y reglamentos sobre cualquier


materia en relación al mar territorial, por ejemplo, la pesca, y hacerlos ejecutar, tanto
respecto de sus nacionales o busques que enarbolen su bandera como respecto de
buques de terceras banderas, por lo que se sostiene que existe jurisdicción concurrente
en el mar territorial entre el Estado de la bandera y el Estado costero.

Derecho de paso inocente:

Todos los buques tienen derecho de paso inocente en el mar territorial, siempre
respetando las leyes y reglamentaciones dictadas por el Estado ribereño.

Artículo 17

Derecho de paso inocente

Con sujeción a esta Convención, los buques de todos los Estados, sean ribereños
o sin litoral, gozan del derecho de paso inocente a través del mar territorial.

Artículo 18

Significado de paso

1. Se entiende por paso el hecho de navegar por el mar territorial con el fin de:

a) Atravesar dicho mar sin penetrar en las aguas interiores ni hacer escala en una
rada o una instalación portuaria fuera de las aguas interiores; o

b) Dirigirse hacia las aguas interiores o salir de ellas, o hacer escala en una de
esas radas o instalaciones portuarias o salir de ella.

2. El paso será rápido e ininterrumpido. No obstante, el paso comprende la


detención y el fondeo, pero sólo en la medida en que constituyan incidentes
normales de la navegación o sean impuestos al buque por fuerza mayor o
dificultad grave o se realicen con el fin de prestar auxilio a personas, buques o
aeronaves en peligro o en dificultad grave.

Artículo 19

Significado de paso inocente

1. El paso es inocente mientras no sea perjudicial para la paz, el buen orden o la


seguridad del Estado ribereño. Ese paso se efectuará con arreglo a esta
Convención y otras normas de derecho internacional.

2. Se considerará que el paso de un buque extranjero es perjudicial para la paz, el


buen orden o la seguridad del Estado ribereño si ese buque realiza, en el mar
territorial, alguna de las actividades que se indican a continuación:

a) Cualquier amenaza o uso de la fuerza contra la soberanía, la integridad


territorial o la independencia política del Estado ribereño o que de cualquier otra

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Martina Lohidoy

forma viole los principios de derecho internacional incorporados en la Carta de


las Naciones Unidas;

b) Cualquier ejercicio o práctica con armas de cualquier clase;

c) Cualquier acto destinado a obtener información en perjuicio de la defensa o la


seguridad del estado ribereño;

d) Cualquier acto de propaganda destinado a atentar contra la defensa o la


seguridad del Estado ribereño;

e) El lanzamiento, recepción o embarque de aeronaves;

f) El lanzamiento, recepción o embarque de dispositivos militares;

g) El embarco o desembarco de cualquier producto, moneda o persona, en


contravención de las leyes y reglamentos aduaneros, fiscales, de inmigración o
sanitarios del Estado ribereño;

h) Cualquier acto de contaminación intencional y grave contrario a esta


Convención;

i) Cualesquiera actividades de pesca;

j) La realización de actividades de investigación o levantamientos hidrográficos;

k) Cualquier acto dirigido a perturbar los sistemas de comunicaciones o


cualesquiera otros servicios o instalaciones del Estado ribereño;

l) Cualesquiera otras actividades que no estén directamente relacionadas con el


paso.

Artículo 20

Submarinos y otros vehículos sumergibles

En el mar territorial, los submarinos y cualesquiera otros vehículos sumergibles


deberán navegar en la superficie y enarbolar su pabellón.

Artículo 21

Leyes y reglamentos del Estado ribereño relativos al paso inocente

1. El Estado ribereño podrá dictar, de conformidad con las disposiciones de esta


Convención y otras normas de derecho internacional, leyes y reglamentos
relativos al paso inocente por el mar territorial, sobre todas o algunas de las
siguientes materias:

a) La seguridad de la navegación y la reglamentación del tráfico marítimo;

46
Martina Lohidoy

b) La protección de las ayudas a la navegación y de otros servicios e instalaciones;

c) La protección de cables y tuberías;

d) La conservación de los recursos vivos del mar;

e) La prevención de infracciones de sus leyes y reglamentos de pesca;

f) La preservación de su medio ambiente y la prevención, reducción y control de


la contaminación de éste;

g) La investigación científica marina y los levantamientos hidrográficos;

h) La prevención de las infracciones de sus leyes y reglamentos aduaneros


fiscales, de inmigración y sanitarios.

2. Tales leyes y reglamentos no se aplicarán al diseño, construcción, dotación o


equipo de buques extranjeros, a menos que pongan en efecto reglas o normas
internacionales generalmente aceptadas.

3. El Estado ribereño dará la debida publicidad a todas esas leyes y reglamentos.

4. Los buques extranjeros que ejerzan el derecho de paso inocente por el mar
territorial deberán observar tales leyes y reglamentos, así como todas las normas
internacionales generalmente aceptadas relativas a la prevención de abordajes
en el mar.

Artículo 22

Vías marítimas y dispositivos de separación del tráfico en el mar territorial

1. El Estado ribereño podrá, cuando sea necesario habida cuenta de la seguridad


de la navegación, exigir que los buques extranjeros que ejerzan el derecho de
paso inocente a través de su mar territorial utilicen las vías marítimas y los
dispositivos de separación del tráfico que ese Estado haya designado o prescripto
para la regulación del paso de los buques.

2. En particular, el Estado ribereño podrá exigir que los buques cisterna, los de
propulsión nuclear y los que transporten sustancias o materiales nucleares u
otros intrínsecamente peligrosos o nocivos limiten su paso a esas vías marítimas.

3. Al designar vías marítimas y al prescribir dispositivos de separación del tráfico


con arreglo a este artículo, el Estado ribereño tendrá en cuenta:

a) Las recomendaciones de la organización internacional competente;

b) Cualesquiera canales que se utilicen habitualmente para la navegación


internacional;

c) Las características especiales de determinados buques y canales; y

47
Martina Lohidoy

d) La densidad del tráfico.

4. El Estado ribereño indicará claramente tales vías marítimas y dispositivos de


separación del tráfico en cartas a las que dará la debida publicidad.

Artículo 23

Buques extranjeros de propulsión nuclear u buques que transporten sustancias


nucleares u otras sustancias intrínsecamente peligrosas o nocivas

Al ejercer el derecho de paso inocente por el mar territorial, los buques


extranjeros de propulsión nuclear y los buques que transporten sustancias
nucleares u otras sustancias intrínsecamente peligrosas o nocivas deberán tener
a bordo los documentos y observar las medidas especiales de precaución que
para tales buques se hayan establecido en acuerdos internacionales.

Artículo 24

Deberes del Estado ribereño

1. El Estado ribereño no pondrá dificultades al paso inocente de buques


extranjeros por el mar territorial salvo de conformidad con esta Convención. En
especial, en lo que atañe a la aplicación de esta Convención o de cualesquiera
leyes o reglamentos dictados de conformidad con ella, el Estado ribereño se
abstendrá de:

a) Imponer a los buques extranjeros requisitos que produzcan el efecto práctico


de denegar u obstaculizar el derecho de paso inocente; o

b) Discriminar de hecho o de derecho contra los buques de un Estado


determinado o contra los buques que transporten mercancías hacia o desde un
Estado determinado o por cuenta de éste.

2. El Estado ribereño dará a conocer de manera apropiada todos los peligros que,
según su conocimiento, amenacen a la navegación en su mar territorial.

Artículo 25

Derechos de protección del Estado ribereño

1. El Estado ribereño podrá tomar en su mar territorial las medidas necesarias


para impedir todo paso que no sea inocente.

2. En el caso de los buques que se dirijan hacia las aguas interiores o a recalar en
una instalación portuaria situada fuera de esas aguas, el Estado ribereño tendrá
también derecho a tomar las medidas necesarias para impedir cualquier
incumplimiento de las condiciones a que esté sujeta la admisión de dichos
buques en esas aguas o en esa instalación portuaria.

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Martina Lohidoy

3. El Estado ribereño podrá, sin discriminar de hecho o de derecho entre buques


extranjeros, suspender temporalmente, en determinadas áreas de su mar
territorial, el paso inocente de buques extranjeros si dicha suspensión es
indispensable para la protección de su seguridad, incluidos los ejercicios con
armas. Tal suspensión sólo tendrá efecto después de publicada en debida forma.

Artículo 26

Gravámenes que pueden imponerse a los buques extranjeros

1. No podrá imponerse gravamen alguno a los buques extranjeros por el solo


hecho de su paso por el mar territorial.

2. Sólo podrán imponerse gravámenes a un buque extranjero que paso por el


mar territorial como remuneración de servicios determinados prestados a dicho
buque. Estos gravámenes se impondrán sin discriminación.

Jurisdicción sobre los buques durante su paso por el mar territorial:

Regla general: sometidos a la jurisdicción de su bandera.

La CONVEMAR distingue entre la jurisdicción penal y la jurisdicción civil, señalando en


qué circunstancias los buques extranjeros que atraviesan el mar territorial de otro
Estado, deben someterse a la jurisdicción de este último.

Artículo 27

Jurisdicción penal a bordo de un buque extranjero

1. La Jurisdicción penal del Estado ribereño no debería ejercerse a bordo de un


buque extranjero que pase por el mar territorial para detener a ninguna persona
o realizar ninguna investigación en relación con un delito cometido a bordo de
dicho buque durante su paso, salvo en los casos siguientes:

a) Cuando el delito tenga consecuencias en el Estado ribereño;

b) Cuando el delito sea de tal naturaleza que pueda perturbar la paz del país o el
buen orden en el mar territorial;

c) Cuando el capitán del buque o un agente diplomático o funcionario consular


del Estado del pabellón hayan solicitado la asistencia de las autoridades locales; o

d) Cuando tales medidas sean necesarias para la represión del tráfico ilícito de
estupefacientes o de sustancias sicotrópicas.

2. Las disposiciones precedentes no afectan al derecho del Estado ribereño a


tomar cualesquiera medidas autorizadas por sus leyes para proceder a

49
Martina Lohidoy

detenciones e investigaciones a bordo de un buque extranjero que pase por el


mar territorial procedente de aguas interiores.

3. En los casos previstos en los párrafos 1 y 2, el Estado ribereño, a solicitud del


capitán y antes de tomar cualquier medida, la notificará a un agente diplomático
o funcionario consular del Estado del pabellón y facilitará el contacto entre tal
agente o funcionario y la tripulación del buque. En caso de urgencia, la
notificación podrá hacerse mientras se toman las medidas.

4. Las autoridades locales deberán tener debidamente en cuenta los intereses de


la navegación para decidir si han de proceder a la detención o de qué manera
han de llevarla a cabo.

5. Salvo lo dispuesto en la Parte XII o en caso de violación de leyes y reglamentos


dictados de conformidad con la Parte V, el Estado ribereño no podrá tomar
medida alguna, a bordo de un buque extranjero que pase por su mar territorial,
para detener a ninguna persona ni para practicar diligencias con motivo de un
delito cometido antes de que el buque haya entrado en su mar territorial, si tal
buque procede de un puerto extranjero y se encuentra únicamente de paso por
el mar territorial, sin entrar en las aguas interiores.

Artículo 28

Jurisdicción civil en relación con buques extranjeros

1. El Estado ribereño no debería detener ni desviar buques extranjeros que pasen


por el mar territorial, para ejercer su jurisdicción civil sobre personas que se
encuentren a bordo.

2. El Estado ribereño no podrá tomar contra esos buques medidas de ejecución ni


medidas cautelares en materia civil, salvo como consecuencia de obligaciones
contraídas por dichos buques o de responsabilidades en que éstos hayan
incurrido durante su paso por las aguas del Estado ribereño o con motivo de ese
paso.

3. El párrafo precedente no menoscabará el derecho del Estado ribereño a tomar,


de conformidad con sus leyes, medidas de ejecución y medidas cautelares en
materia civil en relación con un buque extranjero que se detenga en su mar
territorial o pase por él procedente de sus aguas interiores.

2. Zona contigua:

Cuestiones importantes:

 Es el espacio adyacente al mar territorial sobre el cual el Estado ribereño posee ciertas
competencias.

50
Martina Lohidoy

 Debe comprenderse, para lograr mensurar importancia de la zona contigua, que luego
el mar territorial, durante muchos siglos, el espacio marítimo siguiente era la altamar,
o más libre. Por lo tanto, el objetivo primordial de los estados ribereños era poder
asegurarse una zona que les permitiera ejercer algún tipo de función o facultad para
prevenir violaciones al territorio.

Luego de la adopción de la CONVEMAR, la zona contigua dejó de ser un área de


control limitada, superpuesta al mar libre, para convertirse en una zona de mayor
supervisión, pero sobre la zona económica exclusiva.  

 Las competencias que puede ejercer el Estado ribereño sobre la zona contigua son en
materia aduanera, sanitaria, fiscal y migratoria.

El Estado podrá tomar medidas necesarias de fiscalización para: prevenir infracciones


de sus leyes y reglamentos aduaneros, fiscales, de migración sanitario se cometan en
su territorio o mar territorial; y sancionar las infracciones de esas leyes y reglamentos
cometidos allí. 

Dicha facultad no es una jurisdicción amplia completa, sino únicamente una


fiscalización para la prevención y sanción con limitaciones importantes referidas a la
materia y el espacio. Materia: la jurisdicción no es únicamente en relación con sus
leyes y reglamentos aduaneros, fiscales, de migración y sanitarios. No se extiende a
otras competencias. Espacial: el alcance de la jurisdicción es dentro de la zona contigua
y la verificación de las violaciones y reglamentos deberán haberse producido en el
territorio o en el mar territorial. Así, las facultades que se otorgan son bastante
limitadas ya que, en principio, no cubre aquellas infracciones cometidas en la propia
zona contigua, y en la zona económica exclusiva.

Pero luego veremos que, en la práctica, puede no resultar tan determinante, dado que
ciertas facultades se aplican mutatis mutandi a la zona económica exclusiva. 

 Comienza en la línea de base a partir de las cuales se mide la anchura del mar
territorial y no puede extenderse más allá de 24 millas marinas.

Artículo 33

Zona contigua

1. En una zona contigua a su mar territorial, designada con el nombre de zona


contigua, el Estado ribereño podrá tomar las medidas de fiscalización necesarias
para:

a) Prevenir las infracciones de sus leyes y reglamentos aduaneros, fiscales, de


inmigración o sanitarios que se cometan en su territorio o en su mar territorial;

b) Sancionar las infracciones de esas leyes y reglamentos cometidas en su


territorio o en su mar territorial.

51
Martina Lohidoy

2. La zona contigua no podrá extenderse más allá de 24 millas marinas contadas


desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del mar
territorial.

3. Zona económica exclusiva:

Cuestiones importantes:

 Es el espacio adyacente al mar territorial que comienza en el mismo lugar que la zona
contigua, pero se extiende más allá, hasta 200 millas marinas contadas desde las líneas
de base a partir de las cuales se mide la anchura territorial.

 La existencia de una zona marítima más allá del mar territorial, en la que los Estados
ribereños pudieran ejercer ciertos derechos de soberanía y jurisdicción, especialmente
en referencia a la protección y utilización de los recursos vivos y no vivos, comenzó a
perfilarse a mediados del siglo XX.

Hasta ese momento, los Estados sólo reconocían la existencia de un mar territorial de
reducida extensión y, eventualmente, de una zona contigua superpuesta al mar libre.
Es decir que, más allá del mar territorial, el régimen jurídico de las aguas ir al
correspondiente a la altamar, sobre la que el Estado no tenía derechos especiales o
diferentes de cualquier otro. Sólo recién 40 años después, con el tratamiento de la
zona en la CONVEMAR, se le otorgó un régimen jurídico especial.

 Sobre esta, el Estado ribereño tiene derechos de soberanía: es una soberanía


funcional, en tanto la ejerce únicamente para determinados fines. Entre ellos:
derechos de soberanía para los fines de exploración y explotación, conservación y
administración de los recursos naturales, vivos y no vivos; y jurisdicción con respecto al
establecimiento y utilización de islas artificiales, instalaciones y estructuras, la
investigación científica marina y la protección y preservación del medio marino.

Son entonces determinados derechos de soberanía y no una soberanía plena sobre la


zona. El Estado ribereño no es dueño del agua de la zona, aunque Sea de los peces que
en esas encuentran, del uso de los vientos y de las fuerzas de las mareas, como de
otros recursos que pudieran encontrarse en el agua o en el lecho. 

El ejercicio de estos derechos es exclusivo, lo que implica, en principio, que tan sólo el
Estado ribereño puede ejercerlos. Igualmente, a diferencia de lo que ocurre con la
plataforma continental, el ejercicio de los derechos en la zona económica exclusiva no
es excluyente de manera absoluta, dado que, si bien la inactividad del Estado ribereño
no otorga derecho a otros Estados a suplir dicha inactividad, siempre deben respetarse
los derechos de los Estados sin litoral.

Además, cabe aclarar que, a pesar del ejercicio de estos derechos de soberanía, todos
los estados, sean ribereños o sin litoral, gozan de las libertades de navegación y
sobrevuelo y de tendido de cables y tuberías submarinos, y de otros usos del mar
internacionalmente legítimo relacionado con dichas libertades, compatibles con las
demás disposiciones de la Convención. Siempre, como dijimos, teniendo en cuenta el

52
Martina Lohidoy

cumplimiento de las leyes y reglamentos dictados por el Estado ribereño de


conformidad con las disposiciones de esta Convención. 

Así, como contrapartida a las competencias que ejerce el Estado ribereño, los
nacionales de otros Estados que pesquen en la zona económica exclusiva, observarán
las medidas de conservación y las demás modalidades y condiciones establecidas en
las leyes y reglamentos del Estado ribereño. Además, la Convención complementa los
derechos al otorgar al Estado ribereño la facultad de aplicar sanciones a los
potenciales incumplimientos. 

Artículo 55

Régimen jurídico específico de la zona económica exclusiva

La zona económica exclusiva es un área situada más allá del mar territorial y
adyacente a éste, sujeta al régimen jurídico específico establecido en esta Parte,
de acuerdo con el cual los derechos y la jurisdicción del Estado ribereño y los
derechos y libertades de los demás Estados se rigen por las disposiciones
pertinentes de esta Convención.

Artículo 56

Derechos, jurisdicción y deberes del Estado ribereño en la zona económica


exclusiva

1. En la zona económica exclusiva, el Estado ribereño tiene:

a) Derechos de soberanía para los fines de exploración y explotación,


conservación y administración de los recursos naturales, tanto vivos como no
vivos, de las aguas suprayacentes al lecho y del lecho y el subsuelo del mar, y con
respecto a otras actividades con miras a la exploración y explotación económicas
de la zona, tal como la producción de energía derivada del agua, de las corrientes
y de los vientos;

b) Jurisdicción, con arreglo a las disposiciones pertinentes de esta Convención,


con respecto a:

i) El establecimiento y la utilización de islas artificiales, instalaciones y


estructuras;

ii) La investigación científica marina;

iii) La protección y preservación del medio marino;

c) Otros derechos y deberes previstos en esta Convención.

2. En el ejercicio de sus derechos y en el cumplimiento de sus deberes en la zona


económica exclusiva en virtud de esta Convención, el Estado ribereño tendrá
debidamente en cuenta los derechos y deberes de los demás Estados y actuará
de manera compatible con las disposiciones de esta Convención.

53
Martina Lohidoy

3. Los derechos enunciados en este artículo con respecto al lecho del mar y su
subsuelo se ejercerán de conformidad con la Parte VI.

Artículo 57

Anchura de la zona económica exclusiva

La zona económica exclusiva no se extenderá más allá de 200 millas marinas


contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del
mar territorial.

Artículo 58

Derechos y deberes de otros Estados en la zona económica exclusiva

1. En la zona económica exclusiva, todos los Estados, sean ribereños o sin litoral,
gozan, con sujeción a las disposiciones pertinentes de esta Convención, de las
libertades de navegación y sobrevuelo y de tendido de cables y tuberías
submarinos a que se refiere el artículo 87, y de otros usos del mar
internacionalmente legítimos relacionados con dichas libertades, tales como los
vinculados a la operación de buques, aeronaves y cables y tuberías submarinos, y
que sean compatibles con las demás disposiciones de esta Convención.

2. Los artículos 88 a115 y otras normas pertinentes de derecho internacional se


aplicarán a la zona económica exclusiva en la medida en que no sean
incompatibles con esta Parte.

3. En el ejercicio de sus derechos y en el cumplimiento de sus deberes en la zona


económica exclusiva en virtud de esta Convección, los Estados tendrán
debidamente en cuenta los derechos y deberes del Estado ribereño y cumplirán
las leyes y reglamentos dictados por el Estado ribereño de conformidad con las
disposiciones de esta Convención y otras normas de derecho internacional en la
medida en que no sean incompatibles con esta Parte.

Artículo 59

Base para la solución de conflictos relativos a la atribución de derechos y


jurisdicción en la zona económica exclusiva

En los casos en que esta Convención no atribuya derechos o jurisdicción al Estado


ribereño o a otros Estados en la zona económica exclusiva, y surja un conflicto
entre los intereses del Estado ribereño y los de cualquier otro Estado o Estados,
el conflicto debería ser resuelto sobre una base de equidad y a la luz de todas las
circunstancias pertinentes, teniendo en cuenta la importancia respectiva que
revistan los intereses de que se trate para las partes, así como para la comunidad
internacional en su conjunto.

Artículo 60

Islas artificiales, instalaciones y estructuras en la zona económica exclusiva

54
Martina Lohidoy

1. En la zona económica exclusiva, el Estado ribereño tendrá el derecho exclusivo


de construir, así como el de autorizar y reglamentar la construcción, operación y
utilización de:

a) Islas artificiales;

b) Instalaciones y estructuras para los fines previstos en el artículo 56 y para otras


finalidades económicas;

c) Instalaciones y estructuras que puedan interferir el ejercicio de los derechos


del Estado ribereño en la zona.

2. El Estado ribereño tendrá jurisdicción exclusiva sobre dichas islas artificiales,


instalaciones y estructuras, incluida la jurisdicción en materia de leyes y
reglamentos aduaneros, fiscales, sanitarios, de seguridad y de inmigración.

3. La construcción de dichas islas artificiales, instalaciones o estructuras deberá


ser debidamente notificada, y deberán mantenerse medios permanentes para
advertir su presencia. Las instalaciones o estructuras abandonadas o en desuso
serán retiradas para garantizar la seguridad de la navegación, teniendo en cuenta
las normas internacionales generalmente aceptadas que haya establecido a este
respecto la organización internacional competente. A los efectos de la remoción,
se tendrán también en cuenta la pesca, la protección del medio marino y los
derechos y obligaciones de otros Estados. Se dará aviso apropiado de la
profundidad, posición y dimensiones de las instalaciones y estructuras que no se
hayan retirado completamente.

4. Cuando sea necesario, el Estado ribereño podrá establecer, alrededor de


dichas islas artificiales, instalaciones y estructuras, zonas de seguridad razonables
en las cuales podrá tomar medidas apropiadas para garantizar tanto la seguridad
de la navegación como de las islas artificiales, instalaciones y estructuras.

5. El Estado ribereño determinará la anchura de las zonas de seguridad, teniendo


en cuenta las normas internacionales aplicables. Dicha zonas guardarán una
relación razonable con la naturaleza y funciones de las islas artificiales,
instalaciones o estructuras, y no se extenderán a una distancia mayor de 500
metros alrededor de éstas, medida a partir de cada punto de su borde exterior,
salvo excepción autorizada por normas internacionales generalmente aceptadas
o salvo recomendación de la organización internacional competente. La
extensión de las zonas de seguridad será debidamente notificada.

6. Todos los buques deberán respetar dichas zonas de seguridad y observarán las
normas internacionales generalmente aceptadas con respecto a la navegación en
la vecindad de las islas artificiales, instalaciones, estructuras y zonas de
seguridad.

7. No podrán establecerse islas artificiales, instalaciones y estructuras, ni zonas


de seguridad alrededor de ellas, cuando puedan interferir la utilización de las vías
marítimas reconocidas que sean esenciales para la navegación internacional.

55
Martina Lohidoy

8. Las islas artificiales, instalaciones y estructuras no poseen la condición jurídica


de islas. No tienen mar territorial propio y su presencia no afecta a la
delimitación del mar territorial, de la zona económica exclusiva o de la
plataforma continental.

Artículo 61

Conservación de los recursos vivos

1. El Estado ribereño determinará la captura permisible de los recursos vivos en


su zona económica exclusiva.

2. El Estado ribereño, teniendo en cuenta los datos científicos más fidedignos de


que disponga, asegurará, mediante medidas adecuadas de conservación y
administración, que la preservación de los recursos vivos de su zona económica
exclusiva no se vea amenazada por un exceso de explotación. El Estado ribereño
y las organizaciones internacionales competentes, sean subregionales, regionales
o mundiales, cooperarán, según proceda, con este fin.

3. Tales medidas tendrán asimismo la finalidad de preservar o restablecer las


poblaciones de las especies capturadas a niveles que puedan producir el máximo
rendimiento sostenible con arreglo a los factores ambientales y económicos
pertinentes, incluidas las necesidades económicas de las comunidades pesqueras
ribereñas y las necesidades especiales de los Estados en desarrollo, y teniendo en
cuenta las modalidades de la pesca, la interdependencia de las poblaciones y
cualesquiera otros estándares mínimos internacionales generalmente
recomendados, sean subregionales, regionales o mundiales.

4. Al tomar tales medidas, el Estado ribereño tendrá en cuenta sus efectos sobre
las especies asociadas con las especies capturadas o dependientes de ellas, con
miras a preservar o restablecer las poblaciones de tales especies asociadas o
dependientes por encima de los niveles en que su reproducción pueda verse
gravemente amenazada.

5. Periódicamente se aportarán o intercambiarán la información científica


disponible, las estadísticas sobre captura y esfuerzos de pesca y otros datos
pertinentes para la conservación de las poblaciones de peces, por conducto de
las organizaciones internacionales competentes, sean subregionales, regionales o
mundiales, según proceda, y con la participación de todos los Estados
interesados, incluidos aquellos cuyos nacionales estén autorizados a pescar en la
zona económica exclusiva.

Artículo 62

Utilización de los recursos vivos

1. El Estado ribereño promoverá el objetivo de la utilización óptima de los


recursos vivos en la zona económica exclusiva, sin perjuicio del artículo 61.

56
Martina Lohidoy

2. El Estado ribereño determinará su capacidad de capturar los recursos vivos de


la zona económica exclusiva. Cuando el Estado ribereño no tenga capacidad para
explotar toda la captura permisible, dará acceso a otros Estados al excedente de
la captura permisible, mediante acuerdos u otros arreglos y de conformidad con
las modalidades, condiciones y leyes y reglamentos a que se refiere el párrafo 4,
teniendo especialmente en cuenta los artículos 69 y 70, sobre todo en relación
con los Estados en desarrollo que en ellos se mencionan.

3. Al dar a otros Estados acceso a su zona económica exclusiva en virtud de este


artículo, el Estado ribereño tendrá en cuenta todos los factores pertinentes,
incluidos, entre otros, la importancia de los recursos vivos de la zona para la
economía del Estado ribereño interesado y para sus demás intereses nacionales,
las disposiciones de los artículos 69 y 70, las necesidades de los Estados en
desarrollo de la subregión o región con respecto a las capturas de parte de los
excedentes, y la necesidad de reducir al mínimo la perturbación económica de los
Estados cuyos nacionales hayan pescado habitualmente en la zona o hayan
hecho esfuerzos sustanciales de investigación e identificación de las poblaciones.

4. Los nacionales de otros Estados que pesquen en la zona económica exclusiva


observarán las medidas de conservación y las demás modalidades y condiciones
establecidas en las leyes y reglamentos del Estado ribereño. Estas leyes y
reglamentos estarán en consonancia con esta Convención y podrán referirse
entre otras, a las siguientes cuestiones:

a) La concesión de licencias a pescadores, buques y equipo de pesca, incluidos el


pago de derechos y otras formas de remuneración que, en el caso de los Estados
ribereños en desarrollo, podrán consistir en una compensación adecuada con
respecto a la financiación, el equipo, y la tecnología de la industria pesquera;

b) La determinación de las especies que puedan capturarse y la fijación de las


cuotas de captura, ya sea en relación con determinadas poblaciones o grupos de
poblaciones, con la captura por buques durante un cierto período o con la
captura por nacionales de cualquier Estado durante un período determinado;

c) La reglamentación de las temporadas y áreas de pesca, el tipo, tamaño y


cantidad de aparejos y los tipos, tamaño y número de buques pesqueros que
puedan utilizarse;

d) La fijación de la edad y el tamaño de os peces y de otra especies que puedan


capturarse;

e) La determinación de la información que deban proporcionar los buques


pesqueros, incluidas estadísticas sobre capturas y esfuerzos de pesca e informes
sobre la posición de los buques;

f) La exigencia de que, bajo la autorización y control del Estado ribereño, se


realicen determinados programas de investigación pesquera y la reglamentación
de la realización de tales investigaciones, incluidos el muestreo de las capturas, el
destino de las muestras y la comunicación de los datos científicos conexos;

57
Martina Lohidoy

g) El embarque, por el Estado ribereño, de observadores o personal en formación


en tales buques;

h) La descarga por tales buques de toda la captura, o parte de ella, en los puertos
del Estado ribereño;

i) Las modalidades y condiciones relativas a las empresas conjuntas o a otros


arreglos de cooperación;

j) Los requisitos en cuanto a la formación de personal y la transmisión de


tecnología pesquera, incluido el aumento de la capacidad del Estado ribereño
para emprender investigaciones pesqueras;

k) Los procedimientos de ejecución.

5. Los Estados ribereños darán a conocer debidamente las leyes y reglamentos en


materia de conservación y administración.

Artículo 63

Poblaciones que se encuentren dentro de las zonas económicas exclusivas de dos


o más Estados ribereños, o tanto dentro de la zona económica exclusiva como en
un área más allá de ésta y adyacente a ella

1. Cuando en las zonas económicas exclusivas de dos o más Estados ribereños se


encuentren la misma población o poblaciones de especies asociadas, estos
Estados procurarán, directamente o por conducto de las organizaciones
subregionales o regionales apropiadas, acordar las medidas necesarias para
coordinar y asegurar la conservación y el desarrollo de dichas poblaciones, sin
perjuicio de las demás disposiciones de esta Parte.

2. Cuando tanto en la zona económica exclusiva como en un área más allá de ésta
y adyacente a ella se encuentren la misma población o poblaciones de especies
asociadas, el Estado ribereño y los Estados que pesquen esas poblaciones en el
área adyacente procurarán, directamente o por conducto de las organizaciones
subregionales o regionales apropiadas, acordar las medidas necesarias para la
conservación de esas poblaciones en el área adyacente.

Artículo 64

Especies altamente migratorias

1. El Estado ribereño y los otros Estados cuyos nacionales pesquen en la región


las especies altamente migratorias enumeradas en el Anexo I cooperarán,
directamente o por conducto de las organizaciones internacionales apropiadas,
con miras a asegurar la conservación y promover el objetivo de la utilización
óptima de dichas especies en toda la región, tanto dentro como fuera de la zona
económica exclusiva. En las regiones en que no exista una organización
internacional apropiada, el Estado ribereño y los otros Estados cuyos nacionales

58
Martina Lohidoy

capturen esas especies en la región cooperarán para establecer una organización


de este tipo y participar en sus trabajos.

2. Lo dispuesto en el párrafo 1 se aplicará conjuntamente con las demás


disposiciones de esta Parte.

Artículo 65

Mamíferos marinos

Nada de lo dispuesto en esta Parte menoscabará el derecho de un Estado


ribereño a prohibir, limitar o reglamentar la explotación de los mamíferos
marinos en forma más estricta que la establecida en esta Parte o, cuando
proceda, la competencia de una organización internacional para hacer lo propio.
Los Estados cooperarán con miras a la conservación de los mamíferos marinos y,
en el caso especial de los cetáceos, realizarán, por conducto de las organizaciones
internacionales apropiadas, actividades encaminadas a su conservación
administración y estudio.

Artículo 74

Delimitación de la zona económica exclusiva entre Estados con costas adyacentes


o situadas frente a frente.

1. La delimitación de la zona económica exclusiva entre Estados con costas


adyacentes o situadas frente a frente se efectuará por acuerdo entre ellos sobre
la base del derecho internacional, a que se hace referencia en el artículo 38 del
Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, a fin de llegar a una solución
equitativa.

2. Si no se llegare a un acuerdo dentro de un plazo razonable, los Estados


interesados recurrirán a los procedimientos previstos en la Parte XV.

3. En tanto que no se haya llegado a un acuerdo conforme a lo previsto en el


párrafo 1, los Estados interesados, con espíritu de comprensión y cooperación,
harán todo lo posible por concertar arreglos provisionales de carácter práctico y,
durante ese período de transición, no harán nada que pueda poner en peligro u
obstaculizar la conclusión del acuerdo definitivo. Tales arreglos no prejuzgarán la
delimitación definitiva.

4. Cuando exista un acuerdo en vigor entre los Estados interesados, las


cuestiones relativas a la delimitación de la zona económica exclusiva se
resolverán de conformidad con las disposiciones de ese acuerdo.

Artículo 75

Cartas y listas de coordenadas geográficas

1. Con arreglo a lo dispuesto en esta Parte, las líneas del límite exterior de la zona
económica exclusiva y las líneas de delimitación trazadas de conformidad con el

59
Martina Lohidoy

artículo 74 se indicarán en cartas a escala o escalas adecuadas para precisar su


ubicación. Cuando proceda, las líneas del límite exterior o las líneas de
delimitación podrán ser sustituidas por listas de coordenadas geográficas de
puntos en cada una de las cuales se indique específicamente el datum geodésico.

2. El Estado ribereño dará la debida publicidad a dichas cartas o listas de


coordenadas geográficas y depositará un ejemplar de cada una de ellas en poder
del Secretario General de las Naciones Unidas.

4. Plataforma continental

Cuestiones importantes:

 En la zona que comprende las áreas submarinas del lecho y subsuelo del mar, más allá
del mar territorial, a todo lo largo de la prolongación natural del territorio hasta el
borde exterior de margen continental, o hasta las 200 millas marinas cuando el
margen no llegue a esa distancia.

 Hasta el siglo XX no se distinguía entre la plataforma continental y el fondo marino,


este última era considerado un área internacional, ya que los Estado ribereños sólo
ejercían derechos soberanos sobre el lecho y subsuelo de su mar territorial hasta una
distancia de tres millas marinas.

La declaración del presidente Truman, por primera vez estableció claramente la idea
de qué la plataforma continental pertenecía al Estado ribereño. La declaración fue
seguida por reclamos similares de muchos otros estados, y en el lapso de una década
sería desarrollado una práctica consistente y generalizada en este aspecto, no
objetada por otros Estados. Se formó así una norma consuetudinaria. 

Finalmente, se definió a la plataforma continental en el texto acordado en la tercera


Conferencia de las Naciones Unidad sobre el Derecho del mar. 

 Comisión de Límites de la Plataforma Continental:  

La CONVEMAR creó tres instituciones, una de ellas, la CLPC, que cumple un rol
fundamental en la determinación de los límites exteriores de la plataforma continental
más allá de las 200 millas marinas.

Es un órgano técnico formado por 21 expertos en geología, geofísica e hidrografía,


elegidos por los Estados parte en la Convención entre sus nacionales, teniendo
debidamente en cuenta la necesidad de asegurar una representación geográfica
equitativa. Éstos prestan sus servicios a título personal.

La CLPC considera los datos y examina si los límites presentados por el Estado ribereño
fueron tratados de conformidad con lo establecido en el artículo 76 y hace
recomendaciones.

Luego, los límites de la plataforma que determine el Estado ribereño tomando como
base tales recomendaciones, serán definitivos y obligatorios. La mayoría de la doctrina

60
Martina Lohidoy

está de acuerdo con que sería definitivo para el Estado ribereño que realizó la
presentación y estableció dicho límite, aun cuando la morfología pudiera modificarse,
el limite permanecería igual.

Además, el límite también definitivo y obligatorio para los Estados parte de la


CONVEMAR, pero no para los estados que no sean parte.

Cabe preguntarse qué sucedería si el Estado ribereño no realiza la presentación de su


límite ante la CLPC: en este caso, no se privaría al Estado de sus derechos sobre la
plataforma continental, sino que el límite que este determinará no gozaría del carácter
de definitivo y obligatorio. Por consiguiente, las actividades que realizara el Estado
ribereño en esa área carecerían de seguridad jurídica. 

Además, la CLPC puede prestar asesoramiento científico y técnico si lo solicita el


Estado ribereño interesado, durante la preparación de los datos mencionados.

 El Estado ribereño goza de derechos soberanos para la explotación y explotación de los


recursos vivos y no vivos en este espacio: es decir, importantes recursos minerales,
como petróleo y gas, además de especies vivas que se conocen como sedentarias y en
el periodo de explotación están inmóviles en el lecho del mar o en su subsuelo. De allí
el interés de establecer el límite exterior de la plataforma, pues le dará seguridad
jurídica de hasta dónde puede ejercer derechos.

Los derechos sobre la plataforma son independientes de su ocupación real o ficta, así
como de toda declaración expresa. Son derechos exclusivos: si el Estado ribereño no
explora ni explota su plataforma continental, no pierde vitales derechos, ni tiene la
obligación de permitir a otros estados realizar actividades en ese espacio, como si
sucede en la zona económica exclusiva, donde tiene que dar derecho al excedente a
terceros Estados. 

Artículo 76

Definición de la Plataforma continental

1. La plataforma continental de un Estado ribereño comprende el lecho y el


subsuelo de las áreas submarinas que se extienden más allá de su mar territorial
y a todo lo largo de la prolongación natural de su territorio hasta el borde
exterior del margen continental, o bien hasta una distancia de 200 millas marinas
contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del
mar territorial, en los casos en que el borde exterior del margen continental no
llegue a esa distancia.

2. La plataforma continental de un Estado ribereño no se extenderá más allá de


los límites previstos en los párrafos 4 a 6.

3. El margen continental comprende la prolongación sumergida de la masa


continental del Estado ribereño y está constituido por el lecho y el subsuelo de la
plataforma, el talud y la emersión continental. No comprende el fondo oceánico
profundo con sus crestas oceánicas ni su subsuelo.

61
Martina Lohidoy

4. a) Para los efectos de esta Convención, el estado ribereño establecerá el borde


exterior del margen continental, dondequiera que el margen se extienda más allá
de 200 millas marinas contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se
mide la anchura del mar territorial, mediante:

i) Una línea trazada, de conformidad con el párrafo 7, en relación con los puntos
fijos más alejados en cada uno de los cuales el espesor de las rocas sedimentarias
sea por lo menos el 1% de la distancia más corta entre ese punto y el pie del
talud continental;

ii) Una línea trazada, de conformidad con el párrafo 7, en relación con puntos
fijos situados a no más de 60 millas marinas del pie del talud continental;

b) Salvo prueba en contrario, el pie del talud continental se determinará como el


punto de máximo cambio de gradiente en su base.

5. Los puntos fijos que constituyen la línea del límite exterior de la plataforma
continental en el lecho del mar, trazada de conformidad con los incisos i) y ii) del
apartado a) del párrafo 4, deberán estar situados a una distancia que no exceda
de 350 millas marinas contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se
mide la anchura del mar territorial o de 100 millas marinas contadas desde la
isóbata de 2.500 metros, que es una línea que une profundidades de 2.500
metros.

6. No obstante lo dispuesto en el párrafo 5, en las crestas submarinas el límite


exterior de la plataforma continental no excederá de 350 millas marinas contadas
desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del mar
territorial. Este párrafo no se aplica a elevaciones submarinas que sean
componentes naturales del margen continental, tales como las mesetas,
emersiones, cimas, bancos y espolones de dicho margen.

7. El Estado ribereño trazará el límite exterior de su plataforma continental,


cuando esa plataforma se extienda más allá de 200 millas marinas contadas
desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura de mar
territorial, mediante líneas rectas, cuya longitud no exceda de 60 millas marinas,
que unan puntos fijos definidos por medio de coordenadas de latitud y longitud.

8. El Estado ribereño presentará información sobre los límites de la plataforma


continental más allá de las 200 millas marinas contadas desde las líneas de base a
partir de las cuales se mide la anchura del mar territorial a la Comisión de Límites
de la Plataforma Continental, establecida de conformidad con el Anexo II sobre la
base de una representación geográfica equitativa. La comisión hará
recomendaciones a los Estados ribereños sobre las cuestiones relacionadas con la
determinación de los límites exteriores de su plataforma continental. Los límites
de la plataforma que determine un Estado ribereño tomando como base tales
recomendaciones serán definitivos y obligatorios.

9. El Estado ribereño depositará en poder del Secretario General de las Naciones


Unidas cartas e información pertinente, incluidos datos geodésicos, que

62
Martina Lohidoy

describan de modo permanente el límite exterior de su plataforma continental. El


Secretario General les dará la debida publicidad.

10. Las disposiciones de este artículo no prejuzgan la cuestión de la delimitación


de la plataforma continental entre Estados con costas adyacentes o situadas
frente a frente.

Artículo 77

Derechos del Estado ribereño sobre la plataforma continental

1. El estado ribereño ejerce derechos de soberanía sobre la plataforma


continental a los efectos de su exploración y de la explotación de sus recursos
naturales.

2. Los derechos a que se refiere el párrafo 1 son exclusivos en el sentido de que,


si el Estado ribereño no explora la plataforma continental o no explota los
recursos naturales de ésta, nadie podrá emprender estas actividades sin expreso
consentimiento de dicho Estado.

3. Los derechos del Estado ribereño sobre la plataforma continental son


independientes de su ocupación real o ficticia, así como de toda declaración
expresa.

4. Los recursos naturales mencionados en esta Parte son los recursos minerales y
otros recursos no vivos del lecho del mar y su subsuelo, así como los organismos
vivos pertenecientes a especies sedentarias, es decir, aquellos que en el período
de explotación están inmóviles en el lecho del mar o en su subsuelo o sólo
pueden moverse en constante contacto físico con el lecho o el subsuelo.

Artículo 78

Condición jurídica de las aguas y del espacio aéreo suprayacentes y derechos y


libertades de otros Estados

1. Los derechos del Estado ribereño sobre la plataforma continental no afectan a


la condición jurídica de las aguas suprayacentes ni a la del espacio aéreo situado
sobre tales aguas.

2. El ejercicio de los derechos del Estado ribereño sobre la plataforma continental


no deberá afectar a la navegación ni a otros derechos y libertades de los demás
Estados, previstos en esta Convención, ni tener como resultado una injerencia
injustificada en ellos.

Artículo 79

Cables y tuberías submarinos en la plataforma continental

1. Todos los Estados tienen derecho a tender en la plataforma continental cables


y tuberías submarinos, de conformidad con las disposiciones de este artículo.

63
Martina Lohidoy

2. El Estado ribereño, a reserva de su derecho a tomar medidas razonables para


la exploración de la plataforma continental, la explotación de sus recursos
naturales y la prevención, reducción y control de la contaminación causada por
tuberías, no podrá impedir el tendido o la conservación de tales cables o
tuberías.

3. El trazado de la línea para el tendido de tales tuberías en la plataforma


continental estará sujeto al consentimiento del Estado ribereño.

4. Ninguna de las disposiciones de esta Parte afectará al derecho del Estado


ribereño a establecer condiciones para la entrada de cables o tuberías en su
territorio o en su mar territorial, ni a su jurisdicción sobre los cables y tuberías
construidos o utilizados en relación con la exploración de su plataforma
continental, la explotación de los recursos de ésta o las operaciones de islas
artificiales, instalaciones y estructuras bajo su jurisdicción.

5. Cuando tiendan cables o tuberías submarinos, los Estados tendrán


debidamente en cuenta los cables o tuberías ya instalados. En particular, no se
entorpecerá la posibilidad de reparar los cables o tuberías existentes.

Artículo 80

Islas artificiales, instalaciones y estructuras sobre la plataforma continental

El artículo 60 se aplica, mutatis mutandis, a las islas artificiales, instalaciones y


estructuras sobre la plataforma continental.

Artículo 81

Perforaciones en la plataforma continental

El Estado ribereño tendrá el derecho exclusivo a autorizar y regular las


perforaciones que con cualquier fin se realicen en la plataforma continental.

Artículo 82

Pagos y contribuciones respecto de la explotación de la plataforma continental


más allá de las 200 millas marinas

1. El Estado ribereño efectuará pagos o contribuciones en especie respecto de la


explotación de los recursos no vivos de la plataforma continental más allá de las
200 millas marinas contadas a partir de las líneas de base desde las cuales se
mide la anchura del mar territorial.

2. Los pagos y contribuciones se efectuarán anualmente respecto de toda la


producción de un sitio minero después de los primeros cinco años de producción
en ese sitio. En el sexto año, la tasa de pagos o contribuciones será del 1% del
valor o volumen de la producción en el sitio minero. La tasa aumentará el 1%
cada año subsiguiente hasta el duodécimo año y se mantendrá en el 7 % en lo

64
Martina Lohidoy

sucesivo. La producción no incluirá los recursos utilizados en relación con la


explotación.

3. Un Estado en desarrollo que sea importador neto de un recurso mineral


producido en su plataforma continental estará exento de tales pagos o
contribuciones respecto de ese recurso mineral.

4. Los pagos o contribuciones se efectuarán por conducto de la autoridad, la cual


los distribuirá entre los Estados Partes en esta Convención sobre la base de
criterios de distribución equitativa, teniendo en cuenta los intereses y
necesidades de los Estados en desarrollo, entre ellos especialmente los menos
adelantados y los que no tienen litoral.

Artículo 83

Delimitación de la plataforma continental entre Estados con costas adyacentes o


situadas frente a frente

1. La delimitación de la plataforma continental entre Estados con costas


adyacentes o situadas frente a frente se efectuará por acuerdo entre ellos sobre
la base del derecho internacional, a que se hace referencia en el artículo 38 del
Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, a fin de llegar a una solución
equitativa.

2. Si no se llegare a un acuerdo dentro de un plazo razonable, los Estados


interesados recurrirán a los procedimientos previstos en la Parte XV.

3. En tanto que no se haya llegado al acuerdo previsto en el párrafo 1, los Estados


interesados, con espíritu de comprensión y cooperación, harán todo lo posible
por concretar arreglos provisionales de carácter práctico y, durante este período
de transición, no harán nada que pueda poner en peligro u obstaculizar la
conclusión del acuerdo definitivo. Tales arreglos no prejuzgarán la delimitación
definitiva.

4. Cuando exista un acuerdo en vigor entre los Estados interesados, las


cuestiones relativas a la delimitación de la plataforma continental se
determinarán de conformidad con las disposiciones de ese acuerdo.

Artículo 84

Cartas y listas de coordenadas geográficas

1. Con sujeción a lo dispuesto en esta Parte, las líneas del límite exterior de la
plataforma continental y las líneas de delimitación trazadas de conformidad con
el artículo 83 se indicarán en cartas a escala o escalas adecuadas para precisar su
ubicación. Cuando proceda, las líneas del límite exterior o las líneas de
delimitación podrán ser sustituidas por listas de coordenadas geográficas de
puntos en cada una de las cuales se indique específicamente el datum geodésico.

65
Martina Lohidoy

2. El Estado ribereño dará la debida publicidad a dichas cartas o listas de


coordenadas geográficas y depositará un ejemplar de cada una de ellas en poder
del Secretario General de las Naciones Unidas y, en el caso de aquellas que
indiquen las líneas del límite exterior de la plataforma continental, también en
poder del Secretario General de la Autoridad.

Artículo 85

Excavación de túneles

Lo dispuesto en esta Parte no menoscabará el derecho del Estado ribereño a


explotar el subsuelo mediante la excavación de túneles, cualquiera que sea la
profundidad de las aguas en el lugar de que se trate.

5. Alta mar:

Cuestiones fundamentales:

 Se encuentra definida por exclusión: son las partes del mar no incluidas en las aguas
interiores de un estado, en el mar territorial, en la zona económica exclusiva, ni en las
aguas archipielagicas de un Estado archipielagico. 

 La Alta mar se encuentra excluida de toda soberanía por los estados: nadie puede
reclamar soberanía sobre altamar, sino sólo ejercer los derechos que otorga la
Convención. Es una zona libre, pero no para que cada uno reclame porciones de mar,
sino para el ejercicio de determinadas libertades. 

 En sus comienzos, el mar era Res Nullius, Tierra de nadie. En cambio, hoy en día es Res
Comunitas: pertenece a toda la comunidad internacional, pudiendo cada Estado
ejercer determinados derechos, pero sin nadie hacer nuevas reclamaciones sobre el
mar. 

Artículo 86

Aplicación de las disposiciones de esta Parte

Las disposiciones de esta Parte se aplican a todas las partes del mar no incluidas
en la zona económica exclusiva, en el mar territorial o en las aguas interiores de
un Estado, ni en las aguas archipelágicas de un Estado archipelágico. Este artículo
no implica limitación alguna de las libertades de que gozan todos los Estados en
la zona económica exclusiva de conformidad con el artículo 58.

Artículo 88

Utilización exclusiva de la alta mar con fines pacíficos

La alta mar será utilizada exclusivamente con fines pacíficos.

66
Martina Lohidoy

Artículo 89

Ilegitimidad de las reivindicaciones de soberanía sobre la alta mar

Ningún estado podrá pretender legítimamente someter cualquier parte de la alta


mar a su soberanía.

Libertades en alta mar:

La CONVEMAR establece una lista de seis libertades que pueden ejercer los estados en
altamar. Así, sobre este espacio no se puede reclamar soberanía, pero si es libre para el
ejercicio de las siguientes libertades: 
1. Libertad de navegación
2. Libertad de sobrevuelo
3. Libertad de tender cables y tuberías submarinas
4. Libertad de pesca (muy cuestionado por la magnitud en la que hoy se hace)
5. Libertad de construir islas artificiales y otras instalaciones
6. Libertad de investigación científica marina

Artículo 87

Libertad de la alta mar

1. La alta mar está abierta a todos los Estados, sean ribereños o sin litoral. La
libertad de la alta mar se ejercerá en las condiciones fijadas por esta Convención
y por las otras normas de derecho internacional. Comprenderá, entre otras, para
los Estados ribereños y los Estados sin litoral:

a) La libertad de navegación;

b) La libertad de sobrevuelo;

c) La libertad de tender cables y tuberías submarinos, con sujeción a las


disposiciones de la Parte VI;

d) La libertad de construir islas artificiales y otras instalaciones permitidas por el


derecho internacional, con sujeción a las disposiciones de la Parte VI;

e) La libertad de pesca, con sujeción a las condiciones establecidas en la sección


2;

f) La libertad de investigación científica, con sujeción a las disposiciones de las


Partes VI y XIII.

2. Estas libertades serán ejercidas por todos los Estados teniendo debidamente
en cuenta los intereses de otros Estados en su ejercicio de la libertad de la alta

67
Martina Lohidoy

mar, así como los derechos previstos en esta Convención con respecto a las
actividades en la Zona.

Artículo 90

Derecho de navegación

Todos los Estados, sean ribereños o sin litoral, tienen el derecho de que los
buques que enarbolan su pabellón naveguen en alta mar.

Prohibiciones en alta mar:

Cómo existen libertades en esta zona, también hay prohibiciones: 


a. Piratería
b. Trata de esclavos
c. Transmisiones no autorizadas
d. Buques navegando sin bandera izada, con bandera diferente a la del pabellón que
enarbolan o con más de una bandera. 
e. Tráfico de estupefacientes

Artículo 99

Prohibición del transporte de esclavos

Todo Estado tomará medidas eficaces para impedir y castigar el transporte de


esclavos en buques autorizados para enarbolar su pabellón y para impedir que
con ese propósito se use ilegalmente su pabellón. Todo esclavo que se refugie en
un buque, sea cual fuere su pabellón, quedará libre ipso facto.

Artículo 100

Deber de cooperar en la represión de la piratería

Todos los Estados cooperarán en toda la medida de lo posible en la represión de


la piratería en la alta mar o en cualquier otro lugar que no se halle bajo la
jurisdicción de ningún Estado.

Artículo 101

Definición de la piratería

Constituye piratería cualquiera de los actos siguientes:

a) Todo acto ilegal de violencia o de detención o todo acto de depredación


cometidos con un propósito personal por la tripulación o los pasajeros de un
buque privado o de una aeronave privada y dirigidos:

68
Martina Lohidoy

i) Contra un buque o una aeronave en alta mar o contra personas o bienes a


bordo de ellos;

ii) Contra un buque o una aeronave, personas o bienes que se encuentren en un


lugar no sometido a la jurisdicción de ningún Estado;

b) Todo acto de participación voluntaria en la utilización de un buque o de una


aeronave, cuando el que lo realice tenga conocimiento de hechos que den a
dicho buque o aeronave el carácter de buque o aeronave pirata;

c) Todo acto que tenga por objeto incitar a los actos definidos en el apartado a) o
el apartado b) o facilitarlos intencionalmente.

Artículo 102

Piratería perpetrada por un buque de guerra, un buque de Estado o una


aeronave de Estado cuya tripulación se haya amotinado

Se asimilarán a los actos cometidos por un buque o aeronave privados los actos
de piratería definidos en el artículo 101 perpetrados por un buque de guerra, un
buque de Estado o una aeronave de Estado cuya tripulación se haya amotinado y
apoderado del buque o de la aeronave.

Artículo 103

Definición de buque o aeronave pirata

Se consideran buque o aeronave pirata los destinados por las personas bajo cuyo
mando efectivo se encuentran a cometer cualquiera de los actos a que se refiere
el artículo 101. Se consideran también piratas los buques o aeronaves que hayan
servido para cometer dichos actos mientras se encuentren bajo el mando de las
personas culpables de esos actos.

Artículo 108

Tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas

1. Todos los Estados cooperarán para reprimir el tráfico ilícito de estupefacientes


y sustancias sicotrópicas realizado por buques en la alta mar en violación de las
convenciones internacionales.

2. Todo Estado que tenga motivos razonables para creer que un buque que
enarbola su pabellón se dedica al tráfico ilícito de estupefacientes o sustancias
sicotrópicas podrá solicitar la cooperación de otros Estados para poner fin a tal
tráfico.

Artículo 109

Transmisiones no autorizadas desde la alta mar

69
Martina Lohidoy

1. Todos los Estados cooperarán en la represión de las transmisiones no


autorizadas efectuadas desde la alta mar.

2. Para los efectos de esta Convención, por "transmisiones no autorizados" se


entiende las transmisiones de radio o televisión difundidas desde un buque o
instalación en alta mar y dirigidas al público en general en violación de los
reglamentos internacionales, con exclusión de la transmisión de llamadas de
socorro.

3. Toda persona que efectúe transmisiones no autorizadas podrá ser procesada


ante los tribunales del:

a) El Estado del pabellón del buque;

b) El Estado en que esté registrada la instalación;

c) El Estado del cual la persona sea nacional;

d) Cualquier Estado en que puedan recibirse las transmisiones; o

e) Cualquier Estado cuyos servicios autorizados de radio comunicación sufran


interferencias.

4. En la alta mar, el Estado que tenga jurisdicción de conformidad con el párrafo 3


podrá, con arreglo al artículo 110, apresar a toda persona o buque que efectúe
transmisiones no autorizadas y confiscar el equipo emisor.

Nacionalidad de los buques:

 El ejercicio de estas libertades presupone que los estados realizan actividades en alta
mar a través de objetos que están vinculados al estado de alguna manera especial.
Éstos serán los buques y el vínculo estará dado por el pabellón que enarbolen. 

 Así, los buques deben poseer la nacionalidad del Estado cuyo pabellón estén
autorizados enarbolar. La Convención exige que existe una relación auténtica entre el
Estado y el buque: esta exigencia tiene por objeto evitar el otorgamiento de banderas
de conveniencia. El vínculo genuino sólo se refiere al deber de ejercer jurisdicción
sobre el buque de manera eficaz y no se trata de una condición previa para otorgar la
nacionalidad.

 El otorgamiento de la nacionalidad será regulado por el derecho interno de cada


Estado.

 Si el Estado tiene más de una bandera, lo que refleja más de una nacionalidad, o no la
posee, entonces implica una violación a la prohibición establecida para el ejercicio de
las libertades en alta mar. De acuerdo con eso, el mismo puede ser abordado y
detenido en la zona (derecho de persecución). 

70
Martina Lohidoy

Artículo 91

Nacionalidad de los buques

1. Cada Estado establecerá los requisitos necesarios para conceder su


nacionalidad a los buques, para su inscripción en un registro en su territorio y
para que tengan el derecho de enarbolar su pabellón. Los buques poseerán la
nacionalidad del Estado cuyo pabellón estén autorizados a enarbolar. Ha de
existir una relación auténtica entre el Estado y el buque.

2. Cada Estado expedirá los documentos pertinentes a los buques a que haya
concedido el derecho a enarbolar su pabellón.

Artículo 93

Buques que enarbolen el pabellón de las Naciones Unidas, sus organismos


especializados y el Organismo Internacional de Energía Atómica

Los artículos precedentes no prejuzgan la cuestión de los buques que estén al


servicio oficial de las Naciones Unidas, de sus organismos especializados o del
Organismo Internacional de Energía Atómica y que enarbolen el pabellón de la
Organización.

Artículo 94

Deberes del Estado del pabellón

1. Todo Estado ejercerá de manera efectiva su jurisdicción y control en


cuestiones administrativas, técnicas y sociales sobre los buques que enarbolen su
pabellón.

2. En particular, todo Estado:

a) Mantendrá un registro de buques en el que figuren los nombres y


características de los que enarbolen su pabellón, con excepción de aquellos
buques que, por sus reducidas dimensiones, estén excluidos de las
reglamentaciones internacionales generalmente aceptadas; y

b) Ejercerá su jurisdicción de conformidad con su derecho interno sobre todo


buque que enarbole su pabellón y sobre el capitán, oficiales y tripulación,
respecto de las cuestiones

administrativas, técnicas y sociales relativas al buque.

3. Todo Estado tomará, en relación con los buques que enarbolen su pabellón, las
medidas necesarias para garantizar la seguridad en el mar en lo que respecta,
entre otras cuestiones, a:

a) La construcción, el equipo y las condiciones de navegabilidad de los buques;

71
Martina Lohidoy

b) La dotación de los buques, las condiciones de trabajo y la capacitación de las


tripulaciones, teniendo en cuenta los instrumentos internacionales aplicables;

c) La utilización de señales, el mantenimiento de comunicaciones y la prevención


de abordajes.

4. Tales medidas incluirán las que sean necesarias para asegurar:

a) Que cada buque, antes de su matriculación en el registro y con posterioridad a


ella en intervalos apropiados, sea examinado por un inspector de buques
calificado y lleve a bordo las cartas, las publicaciones náuticas y el equipo e
instrumentos de navegación que sean apropiados para la seguridad de su
navegación;

b) Que cada buque esté a cargo de un capitán y de oficiales debidamente


calificados, en particular en lo que se refiere a experiencia marinera, navegación,
comunicaciones y maquinaria naval, y que la competencia y el número de los
tripulantes sean los apropiados para el tipo, el tamaño, las máquinas y el equipo
del buque;

c) Que el capitán, los oficiales y, en lo que proceda, la tripulación conozcan


plenamente y cumplan los reglamentos internacionales aplicables que se refieran
a la seguridad de la vida en el mar, la prevención de abordajes, la prevención,
reducción y control de la contaminación marina y el mantenimiento de
comunicaciones por radio.

5. Al tomar las medidas a que se refieren los párrafos 3 y 4, todo Estado deberá
actuar de conformidad con los reglamentos, procedimientos y prácticas
internacionales generalmente aceptados, y hará lo necesario para asegurar su
observancia.

6. Todo Estado que tenga motivos fundados para estimar que no se han ejercido
la jurisdicción y el control apropiados en relación con un buque podrá comunicar
los hechos al Estado del pabellón. Al recibir dicha comunicación, el Estado del
pabellón investigará el caso y, de ser procedente, tomará todas las medidas
necesarias para corregir la situación.

7. Todo Estado hará que se efectué una investigación por o ante una persona o
personas debidamente calificadas en relación con cualquier accidente marítimo o
cualquier incidente de navegación en alta mar en el que se haya visto implicado
un buque que enarbole su pabellón y en el que hayan perdido la vida o sufrido
heridas graves nacionales de otro Estado o se hayan ocasionado graves daños a
los buques o a las instalaciones de otro Estado o al medio marino. El Estado del
pabellón y el otro Estado cooperarán en la realización de cualquier investigación
que éste efectué en relación con dicho accidente marítimo o incidente de
navegación.

Jurisdicción en alta mar:

72
Martina Lohidoy

 Dado que en alta mar ningún Estado ejerce soberanía y jurisdicción, cada Estado
tendrá, en principio, el monopolio del ejercicio de la soberanía sobre sus propios
buques y, por lo tanto, tiene derecho a exigir que no es intervención con relación a sus
buques por parte de otros Estados en alta mar. Esta es la esencia de la libertad en alta
mar.

Principio general: el orden en altamar se apoya en el concepto de nacionalidad del


buque y la consecuente jurisdicción del Estado del pabellón sobre ese buque. El Estado
será quien hará cumplir las normas, no sólo de su derecho interno, sino también la de
derecho internacional. Es decir que el principio, es que en altamar sólo el Estado del
pabellón ejerce jurisdicción sobre un buque. 

 Excepción: para los buques privados, establecen una serie de excepciones a este
principio básico. Éste refiere al derecho de persecución y se relaciona a las
prohibiciones en alta mar. Éste principio no tiene excepción respecto de buques de
guerra y buques de estado que se utilizan para un servicio oficial no comercial, los
cuales siempre se rigen por la jurisdicción de su Estado.

Artículo 92

Condición jurídica de los buques

1. Los buques navegarán bajo el pabellón de un solo Estado y, salvo en los casos
excepcionales previstos de modo expreso en los tratados internacionales o en
esta Convención, estarán sometidos, en alta mar, a la jurisdicción exclusiva de
dicho Estado. Un buque no podrá cambiar de pabellón durante un viaje ni en una
escala, salvo en caso de transferencia efectiva de la propiedad o de cambio de
registro.

2. El buque que navegue bajo los pabellones de dos o más Estados, utilizándolos
a su conveniencia, no podrá ampararse en ninguna de esas nacionalidades frente
a un tercer Estado y podrá ser considerado buque sin nacionalidad.

Artículo 95

Inmunidad de los buques de guerra en alta mar

Los buques de guerra en alta mar gozan de completa inmunidad de jurisdicción


respecto de cualquier Estado que no sea el de su pabellón.

Artículo 96

Inmunidad de los buques utilizados únicamente para un servicio oficial no


comercial

Los buques pertenecientes a un Estado o explotados por él y utilizados


únicamente para un servicio oficial no comercial tendrán, cuando estén en alta
mar, completa inmunidad de jurisdicción respecto de cualquier Estado que no
sea el de su pabellón.

73
Martina Lohidoy

Artículo 97

Jurisdicción penal en caso de abordaje o cualquier otro incidente de navegación

1. En caso de abordaje o cualquier otro incidente de navegación ocurrido a un


buque en alta mar que implique una responsabilidad penal o disciplinaria para el
capitán o para cualquier otra persona al servicio del buque, sólo podrán incoarse
procedimientos penales o disciplinarios contra tales personas ante las
autoridades judiciales o administrativas del Estado del pabellón o ante las del
Estado de que dichas personas sean nacionales.

2. En materia disciplinaria, sólo el Estado que haya expedido un certificado de


capitán o un certificado de competencia o una licencia podrá, siguiendo el
procedimiento legal correspondiente, decretar el retiro de esos títulos, incluso si
el titular no es nacional del Estado que los expidió.

3. No podrá ser ordenado el apresamiento ni la retención del buque, ni siquiera


como medida de instrucción, por otras autoridades que las del Estado del
pabellón.

Derechos fundamentales en alta mar:

1. Derecho de visita:

Es el derecho de los buques militares que navegan en altamar de detener un buque e


inspeccionarlo en caso de sospecha de la violación alguna prohibición, así como
trasladarlo a un determinado puerto.

 Para proceder a verificar el sospechado incumplimiento, el buque de guerra podrá


enviar una lancha, al mando de una oficial, algo que sospechoso. Si aún después de
examinar los documentos persisten las sospechas, podrá proseguir al examen a bordo
del buque, que deberá llevarse afecto con todas las consideraciones posibles.

 Si las sospechas no resultan fundadas, y siempre que el buque visitado no haya


cometido ningún acto que las justifique, dicho buque será indemnizado por todo
perjuicio o daño sufrido.
 Fuera de estas excepciones, ningún buque puede ser objeto de visita por parte de otro
estado, a menos que ello hubiera sido acordado en un tratado. 

 Se permite el derecho de visita sospecha de violación a las prohibiciones excepto para


el caso del narcotráfico.

 En el supuesto de tráfico de esclavos, al ser llevados a un puerto, estos quedan


liberados inmediatamente ipso facto.

Artículo 110

74
Martina Lohidoy

Derecho de visita

1. Salvo cuando los actos de injerencia se ejecuten en ejercicio de facultades


conferidas por un tratado, un buque de guerra que encuentre en alta mar un
buque extranjero que no goce de completa inmunidad de conformidad con los
artículos 95 y 96 no tendrá derecho de visita, a menos que haya motivo razonable
para sospechar que el buque:

a) Se dedica a la piratería;

b) Se dedica a la trata de esclavos;

c) Se utiliza para efectuar transmisiones no autorizadas, siempre que el Estado


del pabellón del buque de guerra tenga jurisdicción con arreglo al artículo 109;

d) No tiene nacionalidad; o

e) Tiene en realidad la misma nacionalidad que el buque de guerra, aunque


enarbole un pabellón extranjero o se niegue a izar su pabellón.

2. En los casos previstos en el párrafo 1, el buque de guerra podrá proceder a


verificar el derecho del buque a enarbolar su pabellón. Para ello podrá enviar una
lancha al mando de un oficial, al buque sospechoso. Si aún después de examinar
los documentos persisten las sospechas, podrá proseguir el examen a bordo del
buque, que deberá llevarse a efecto con todas las consideraciones posibles.

3. Si las sospechas no resultan fundadas, y siempre que el buque visitado no haya


cometido ningún acto que las justifique, dicho buque será indemnizado por todo
perjuicio o daño sufrido.

4. Estas disposiciones se aplicarán, mutatis mutandis, a las aeronaves militares.

5. Estas disposiciones se aplicarán también a cualesquiera otros buques o


aeronaves debidamente autorizados, que lleven signos claros y sean
identificables como buques o aeronaves al servicio de un gobierno.

2. Derecho de persecución:

Es la potestad de los Estados de perseguir buques que han violado sus leyes o
reglamentos. En este caso sólo el Estado normas son infringidas es titular del
derecho de perseguir un buque extranjero en alta mar y efectuar la captura. 

Se podrá emprender la persecución de un buque extranjero cuando las


autoridades competentes del Estado ribereño tengan motivos fundados para
creer que el buque ha cometido una infracción a sus leyes y reglamentos.

Dicha persecución entonces, puede realizarse cumpliendo determinadas


condiciones.

75
Martina Lohidoy

1. Debe comenzar mientras el buque extranjero o una de sus lanchas se


encuentre en las aguas interiores, aguas archipielagicas, mar territorial
o en la zona contigua del Estado perseguidor.
2. Se aplica mutatis mutandi a la zona económica exclusiva o plataforma
continental. Significa que no sólo se otorga el derecho a la persecución por
infracciones en la zona contigua, sino también a la zona económica exclusiva,
cambiando lo que haya que cambiar: adaptando ese derecho a las facultades
que permite la Convención respecto a esta zona y a la plataforma continental.

3. Así, la persecución no podrá emprenderse más que por violación de los


derechos respectivos de acuerdo con cada zona.

4. Sólo puede comenzar cuando se hace emitido una señal visual o auditiva de
detenerse desde una distancia que permita al buque extranjero verla u oírla.
Llegado el caso, de ser necesario y excepcionalmente, puede disparar. Allí sí,
en caso de no obedecer puede comenzar la persecución.

5. Sólo podrá continuar fuera del mar territorial o de la zona contigua de no


haberse interrumpido. 

6. Sólo puede ser ejercido por buques de guerra o aeronaves militares, o por
otros buques o era una vez que se ven signos claros y sean identificados como
al servicio del gobierno y autorizados a tal fin. 

7. Límite de la persecución: podrá perseguirlo hasta que entra en aguas de


territorio de otro Estado.

Una vez perseguido se lo puede arrestar y llevarlo a un determinado puerto para hacer
las investigaciones pertinentes.

Si el arresto o persecución son injustificados: el Estado tiene derecho a una


indemnización por todos los daños provocados por el actuar del Estado ribereño.

Artículo 111

Derecho de persecución

1. Se podrá emprender la persecución de un buque extranjero cuando las


autoridades competentes del Estado ribereño tengan motivos fundados para
creer que el buque ha cometido una infracción de las leyes y reglamentos de ese
Estado. La persecución habrá de empezar mientras el buque extranjero o una de
sus lanchas se encuentre en las aguas interiores, en las aguas archipelágicas, en
el mar territorial o en la zona contigua del Estado perseguidor, y sólo podrá
continuar fuera del mar territorial o de la zona contigua a condición de no
haberse interrumpido. No es necesario que el buque que dé la orden de
detenerse a un buque extranjero que navegue por el mar territorial o por la zona
contigua se encuentre también en el mar territorial o la zona contigua en el
momento en que el buque interesado reciba dicha orden. Si el Buque extranjero
se encuentra en la zona contigua definida en el artículo 33, la persecución no

76
Martina Lohidoy

podrá emprenderse más que por violación de los derechos para cuya protección
fue creada dicha zona.

2. El derecho de persecución se aplicará, mutatis mutandis, a las infracciones que


se cometan en la zona económica exclusiva o sobre la plataforma continental,
incluidas las zonas de seguridad en torno a las instalaciones de la plataforma
continental, respecto de las leyes y reglamentos del Estado ribereño que sean
aplicables de conformidad con esta Convención a la zona económica exclusiva o a
la plataforma continental, incluidas tales zonas de seguridad.

3. El derecho de persecución cesará en el momento en que el buque perseguido


entre en el mar territorial del Estado de su pabellón o en el de un tercer Estado.

4. La persecución no se considerará comenzada hasta que el buque perseguidor


haya comprobado, por los medios prácticos de que disponga, que el buque
perseguido o una de sus lanchas u otras embarcaciones que trabajen en equipo
utilizando el buque perseguido como buque nodriza se encuentran dentro de los
límites del mar territorial o, en su caso, en la zona contigua, en la zona económica
exclusiva o sobre la plataforma continental. No podrá darse comienzo a la
persecución mientras no se haya emitido una señal visual o auditiva de detenerse
desde una distancia que permita al buque extranjero verla u oírla.

5. El derecho de persecución sólo podrá ser ejercido por buques de guerra o


aeronaves militares, o por otros buques o aeronaves que lleven signos claros y
sean identificables como buques o aeronaves al servicio del gobierno y
autorizados a tal fin.

6. Cuando la persecución sea efectuada por una aeronave:

a) Se aplicarán, mutatis mutandis, las disposiciones de los párrafos 1 a 4;

b) La Aeronave que haya dado la orden de detenerse habrá de continuar


activamente la persecución del buque hasta que un buque u otra aeronave del
Estado ribereño, llamado por ella, llegue y la continúe, salvo si la aeronave puede
por sí sola apresar al buque.

Para justificar el apresamiento de un buque fuera del mar territorial no basta que
la aeronave lo haya descubierto cometiendo una infracción, o que tenga
sospechas de que la ha cometido, si no le ha dado la orden de detenerse y no ha
emprendido la persecución o no lo han hecho otras aeronaves o buques que
continúen la persecución sin interrupción.

7. Cuando un buque sea apresado en un lugar sometido a la jurisdicción de un


Estado y escoltado hacia un puerto de ese Estado a los efectos de una
investigación por las autoridades competentes, no se podrá exigir que sea puesto
en libertad por el solo hecho de que el buque y su escolta hayan atravesado una
parte de la zona económica exclusiva o de la alta mar, si las circunstancias han
impuesto dicha travesía.

77
Martina Lohidoy

8. Cuando un buque sea detenido o apresado fuera del mar territorial en


circunstancias que no justifiquen el ejercicio del derecho de persecución, se le
resarcirá de todo perjuicio o daño que haya sufrido por dicha detención o
apresamiento.

6. Aguas archipielágicas

Cuestiones importantes:

 Islas: extensiones naturales de tierra, rodeadas de agua, visible en pleamar. Se


excluyen entonces las islas artificiales, que no sean jurídicamente islas.

Los espacios marítimos de una isla se determinan de la misma forma que los espacios
marítimos de cualquier continente: poseen un mar territorial, zona contigua, zona
económica exclusiva y plataforma continental, determinados en conformidad con las
disposiciones de la Convención. 

 Estado archipielagico: es aquel formado por islas. Bajo determinados requisitos, este
Estado puede trazar líneas de base archipielagicas rectas y gozar de soberanía sobre
las aguas archipielagicas que se encuentran en su interior.

 Líneas de base archipielagicas: sirven para medir la anchura del mar territorial y los
límites del resto de los espacios marítimos. Además, para encerrar las aguas
archipielagicas. 

 Aguas archipielagicas: son las aguas que se encuentran en el interior de un Estado


archipielagico, y sobre las cuales este ejerce soberanía. La misma se extiende al
espacio aéreo situado sobre tales aguas, al lecho y subsuelo y a los recursos allí
contenidos.

Igualmente, existe también en estas el derecho de paso inocente, derecho del que
gozan los buques de todos los estados y está sometido a las mismas restricciones y
obligaciones previstas para el derecho de paso inocente por el mar territorial. 

Artículo 46

Términos empleados

Para los efectos de esta Convención:

a) Por "Estado archipelágico" se entiende un Estado constituido totalmente por


uno o varios archipiélagos y que podrá incluir otras islas;

b) Por "archipiélago" se entiende un grupo de islas, incluidas partes de islas, las


aguas que las conectan y otros elementos naturales, que estén tan
estrechamente relacionados entre sí que tales islas, aguas y elementos naturales
formen una entidad geográfica, económica y política intrínseca o que
históricamente hayan sido considerados como tal.

78
Martina Lohidoy

Artículo 47

Líneas de base archipelágicas

1. Los Estados archipelágicos podrán trazar líneas de base archipelágicas rectas


que unan los puntos extremos de las islas y los arrecifes emergentes más
alejados del archipiélago, a condición de que dentro de tales líneas de base
queden comprendidas las principales islas y un área en la que la relación entre la
superficie marítima y la superficie terrestre, incluidos los atolones, sea entre 1 a 1
y 9 a 1.

2. La longitud de tales líneas de base no excederá de 100 millas marinas; no


obstante, hasta un 3 % del número total de líneas de base que encierren un
archipiélago podrá exceder de esa longitud, hasta un máximo de 125 millas
marinas.

3. El trazado de tales líneas de base no se desviará apreciablemente de la


configuración general del archipiélago.

4. Tales líneas de base no se trazarán hacia elevaciones que emerjan en bajamar,


ni a partir de éstas, a menos que se hayan construido en ellas faros o
instalaciones análogas que estén permanentemente sobre el nivel del mar, o que
la elevación que emerja en bajamar esté situada total o parcialmente a una
distancia de la isla más próxima que no exceda de la anchura del mar territorial.

5. Los Estados archipelágicos no aplicarán el sistema de tales líneas de base de


forma que aísle de la alta mar o de la zona económica exclusiva el mar territorial
de otro Estado.

6. Si una parte de las aguas archipelágicas de un Estado archipelágico estuviere


situada entre dos partes de un Estado vecino inmediatamente adyacente, se
mantendrán y respetarán los derechos existentes y cualesquiera otros intereses
legítimos que este último Estado haya ejercido tradicionalmente en tales aguas y
todos los derechos estipulados en acuerdos entre ambos Estados.

7. A los efectos de calcular la relación entre agua y tierra a que se refiere el


párrafo 1, las superficies terrestres podrán incluir aguas situadas en el interior de
las cadenas de arrecifes de islas y atolones, incluida la parte acantilada de una
plataforma oceánica que esté encerrada o casi encerrada por una cadena de islas
calcáreas y de arrecifes emergentes situados en el perímetro de la plataforma.

8. Las líneas de base trazadas de conformidad con este artículo figurarán en


cartas a escala o escalas adecuadas para precisar su ubicación. Esas cartas podrán
ser sustituidas por listas de coordenadas geográficas de puntos en cada una de
las cuales se indique específicamente el datum geodésico.

9. Los Estados archipelágicos darán la debida publicidad a tales cartas o listas de


coordenadas geográficas y depositarán un ejemplar de cada una de ellas en
poder del Secretario General de las Naciones Unidas.

79
Martina Lohidoy

Artículo 48

Medición de la anchura del mar territorial, de la zona contigua, de la zona


económica exclusiva y de la plataforma continental

La anchura del mar territorial, de la zona contigua, de la zona económica


exclusiva y de la plataforma continental se medirá a partir de las líneas de base
archipelágicas trazadas de conformidad con el artículo 47.

Artículo 49

Condición jurídica de las aguas archipelágicas, del espacio aéreo sobre las aguas
archipelágicas y de su lecho y subsuelo

1. La soberanía de un Estado archipelágico se extiende a las aguas encerradas por


las líneas de base archipelágicas trazadas de conformidad con el artículo 47,
denominadas aguas archipelágicas, independientemente de su profundidad o de
su distancia de la costa.

2. Esa soberanía se extiende al espacio aéreo situado sobre las aguas


archipelágicas, así como al lecho y subsuelo de esas aguas y a los recursos
contenidos en ellos.

3. Esa soberanía se ejerce con sujeción a las disposiciones de esta Parte.

4. El régimen de paso por las vías marítimas archipelágicas establecido en esta


Parte no afectará en otros aspectos a la condición jurídica de las aguas
archipelágicas, incluidas las vías marítimas, ni al ejercicio por el Estado
archipelágico de su soberanía sobre esas aguas, su lecho y subsuelo, el espacio
aéreo situado sobre esas aguas y los recursos contenidos en ellos.

Artículo 50

Delimitación de las aguas interiores

Dentro de sus aguas archipelágicas, el Estado archipelágico podrá trazar líneas de


cierre para la delimitación de las aguas interiores de conformidad con los
artículos 9, 10 y 11.

Artículo 51

Acuerdos existentes, derechos de pesca tradicionales y cables submarinos


existentes

1. Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 49, los Estados archipelágicos


respetarán los acuerdos existentes con otros Estados y reconocerán los derechos
de pesca tradicionales y otras actividades legítimas de los Estados vecinos
inmediatamente adyacentes en ciertas áreas situadas en las aguas archipelágicas.
Las modalidades y condiciones para el ejercicio de tales derechos y actividades,
incluidos su naturaleza, su alcance y las áreas en que se apliquen, serán reguladas

80
Martina Lohidoy

por acuerdos bilaterales entre los Estados interesados, a petición de cualquiera


de ellos. Tales derechos no podrán ser transferidos a terceros Estados o a sus
nacionales, ni compartidos con ellos.

2. Los Estados archipelágicos respetarán los cables submarinos existentes que


hayan sido tendidos por otros Estados y que pasen por sus aguas sin aterrar. Los
Estados archipelágicos permitirán el mantenimiento y el reemplazo de dichos
cables, una vez recibida la debida notificación de su ubicación y de la intención de
repararlos o reemplazarlos.

Artículo 52

Derecho de paso inocente

1. Con sujeción a lo dispuesto en el artículo 53, y sin perjuicio de lo dispuesto en


el artículo 50, los buques de todos los Estados gozan del derecho de paso
inocente a través de las aguas archipelágicas, de conformidad con la sección 3 de
la Parte II.

2. Los Estados archipelágicos podrán, sin discriminar de hecho o de derecho


entre buques extranjeros, suspender temporalmente en determinadas áreas de
sus aguas archipelágicas el paso inocente de buques extranjeros, si dicha
suspensión fuere indispensable para la protección de su seguridad. Tal
suspensión sólo tendrá efecto después de publicada en debida forma.

Artículo 53

Derecho de paso por las vías marítimas archipelágicas

1. Los Estados archipelágicos podrán designar vías marítimas y rutas aéreas sobre
ellas, adecuadas para el paso ininterrumpido y rápido de buques y aeronaves
extranjeros por o sobre sus aguas archipelágicas y el mar territorial adyacente.

2. Todos los buques y aeronaves gozan del derecho de paso por las vías
marítimas archipelágicas, en tales vías marítimas y rutas aéreas.

3. Por "paso por las vías marítimas archipelágicas" se entiende el ejercicio, de


conformidad con esta Convención, de los derechos de navegación y de
sobrevuelo en el modo normal, exclusivamente para los fines de tránsito
ininterrumpido, rápido y sin trabas entre una parte de la alta mar o de una zona
económica exclusiva y otra parte de la alta mar o de una zona económica
exclusiva.

4. Tales vías marítimas y rutas aéreas atravesarán las aguas archipelágicas y el


mar territorial adyacente e incluirán todas las rutas normales de paso utilizadas
como tales en la navegación o sobrevuelo internacionales a través de las aguas
archipelágicas o sobre ellas y dentro de tales rutas, en lo que se refiere a los
buques, todos los canales normales de navegación, con la salvedad de que no
será necesaria la duplicación de rutas de conveniencia similar entre los mismos
puntos de entrada y salida.

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Martina Lohidoy

5. Tales vías marítimas y rutas aéreas serán definidas mediante una serie de
líneas axiales continuas desde los puntos de entrada de las rutas de paso hasta
los puntos de salida. En su paso por las vías marítimas archipelágicas, los buques
y las aeronaves no se apartarán más de 25 millas marinas hacia uno u otro lado
de tales líneas axiales, con la salvedad de que dichos buques y aeronaves no
navegarán a una distancia de la costa inferior al 10 % de la distancia entre los
puntos más cercanos situados en islas que bordeen la vía marítima.

6. Los Estados archipelágicos que designen vías marítimas con arreglo a este
artículo podrán también establecer dispositivos de separación del tráfico para el
paso seguro de buques por canales estrechos en tales vías marítimas.

7. Los Estados archipelágicos podrán, cuando lo requieran las circunstancias y


después de haber dado la debida publicidad, sustituir por otras vías marítimas o
dispositivos de separación del tráfico cualesquiera vías marítimas o dispositivos
de separación del tráfico que hayan designado o establecido previamente.

8. Tales vías marítimas y dispositivos de separación del tráfico se ajustarán a las


reglamentaciones internacionales generalmente aceptadas.

9. Al designar o sustituir vías marítimas o establecer o sustituir dispositivos de


separación del tráfico, el Estado archipelágico someterá las propuestas a la
organización internacional competente para su adopción. La organización sólo
podrá adoptar las vías marítimas y los dispositivos de separación del tráfico
convenidos con el Estado archipelágico, después de lo cual el Estado
archipelágico podrá designarlos, establecerlos o sustituirlos.

10. Los Estados archipelágicos indicarán claramente los ejes de las vías marítimas
y los dispositivos de separación del tráfico designados o establecidos por ellos en
cartas a las que se dará la debida publicidad.

11. Durante el paso por las vías marítimas archipelágicas, los buques respetarán
las vías marítimas y los dispositivos de separación del tráfico aplicables,
establecidos de conformidad con este artículo.

12. Si un Estado archipelágico no designare vías marítimas o rutas aéreas, el


derecho de paso por vías marítimas archipelágicas podrá ser ejercido a través de
las rutas utilizadas normalmente para la navegación internacional.

Artículo 54

Deberes de los buques y aeronaves durante su paso, actividades de investigación


y estudio, deberes del Estado archipelágico y leyes y reglamentos del Estado
archipelágico relativos al paso por las vías marítimas archipelágicas

Los artículos 39, 40, 42 y 44 se aplican, mutatis mutandis, al paso por las vías
marítimas archipelágicas.

82
Martina Lohidoy

CASO MV SAIGA

Ante el Tribunal de Hamburgo (El Tribunal Internacional del Derecho del Mar es un órgano
judicial establecido en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, firmada
en 1982 en Jamaica. Tiene su sede en Hamburgo, Alemania.)

Su importancia deviene en tanto fue el primer caso decidido ante el Tribunal Internacional
sobre el Derecho del Mar.

Adquiere una particular relevancia para la comprensión del derecho del mar contemporáneo y,
en general, del derecho internacional público, cuyas lecciones continúan vigentes al cumplirse
veinte años en el 2022, de los acontecimientos que le dieron origen, brindando una influencia
e interpretación en cuestiones sustanciales de la Convención de las Naciones Unidas para el
Derecho del Mar de 1982 y sus aspectos procedimentales. Allí se determinó cómo se regula la
soberanía de los Estados sobre los mares y océanos; y hasta dónde pueden llegar sus
potestades sobre estas áreas.

Parte demandante: San Vicente y las Granadinas.

Parte demandada: República de Guinea.

Hechos

El M/V Saiga es un buque petrolero. En el momento de su arresto el 28 de octubre de 1997,


era propiedad de Tabona Shipping Company Ltd. de Nicosia, Chipre, y administrada por
Seascot Shipmanagement Ltd. de Glasgow, Escocia. El barco fue fletado a Lemania Shipping
Group Ltd. de Ginebra, Suiza. El Saiga se registró provisionalmente en San Vicente y las
Granadinas el 12 de marzo de 1997. El Capitán y la tripulación del buque eran todos de
nacionalidad ucraniana. También había tres ciudadanos senegaleses.

En el momento del incidente con respecto al cual se fundamenta la solicitud, el M/V Saiga
sirvió como un buque de abastecimiento de combustible (“bunkering”) para buques pesqueros
y otros buques que operan cerca de la costa de Guinea.

En la madrugada del 27 de octubre de 1.997, el M/V Saiga, tras haber cruzado el límite
marítimo entre Guinea y Guinea Bissau, ingresó a la zona económica exclusiva de Guinea
aproximadamente a 32 millas náuticas de la isla guineana de Alcatraz. El mismo día, entre
aproximadamente las 0400 y las 1400 horas, suministró gasoil a tres buques pesqueros, el
Giuseppe Primo, el Kriti y el Eleni S, los dos primeros con bandera de Senegal y el último con
bandera de Grecia.

El 28 de octubre fue arrestado por las autoridades aduaneras de Guinea, en una zona marítima
situada en la costa de África occidental y próxima a Sierra Leona, bajo el pretexto que el buque
se encontraba involucrado en actividades de contrabando. Durante el arresto 2 personas
resultaron heridas.

El buque fue trasladado a Conakry en donde el cargamento que transportaba fue descargado y
por su parte, Guinea no fijó fianza o garantía alguna que permitiera la liberación del buque, de
su tripulación y de su cargamento.

83
Martina Lohidoy

Fue entonces cuando este último Estado instituyó el presente procedimiento en virtud del
artículo 292 de la Convención, que reza lo siguiente:

Artículo 292

Pronta liberación de buques y de sus tripulaciones

1. Cuando las autoridades de un Estado Parte hayan retenido un buque que enarbole el
pabellón de otro Estado Parte y se alegue que el Estado que procedió a la retención no ha
observado las disposiciones de esta Convención con respecto a la pronta liberación del buque
o de su tripulación una vez constituida fianza razonable u otra garantía financiera, la cuestión
de la liberación del buque o de su tripulación podrá ser sometida a la corte o tribunal que las
partes designen de común acuerdo o, a falta de acuerdo en un plazo de 10 días contado desde
el momento de la retención, a la corte o tribunal que el Estado que haya procedido a la
retención haya aceptado conforme al artículo 287 o al Tribunal Internacional del Derecho del
Mar, a menos que las partes convengan en otra cosa.

2. La solicitud de liberación del buque o de su tripulación sólo podrá ser formulada por el
Estado del pabellón o en su nombre.

3. La corte o tribunal decidirá sin demora acerca de la solicitud de liberación y sólo conocerá
de esa cuestión, sin prejuzgar el fondo de cualquier demanda interpuesta ante el tribunal
nacional apropiado contra el buque, su propietario o su tripulación. Las autoridades del Estado
que haya procedido a la retención seguirán siendo competentes para liberar en cualquier
momento al buque o a su tripulación.

4. Una vez constituida la fianza u otra garantía financiera determinada por la corte o tribunal,
las autoridades del Estado que haya procedido a la retención cumplirán sin demora la decisión
de la corte o tribunal relativa a la liberación del buque o de su tripulación.

Cuestiones planteadas por la parte demandante:

1. Saiga no había ingresado en el mar territorial del Estado de Guinea.


2. El Barco tuvo navegación exclusiva en la Sierra Leona.
3. Acusó a Guinea de la ilegal detención del Barco.
4. Guinea detuvo toda tripulación.
5. Todo ello en función al artículo 292 y su violación.

Por su parte, la demandada afirma que:

1. el apresamiento fue realizado por contrabando en violación a sus normas aduaneras y


que su detención habría sido realizada de conformidad con el Art. 111 de la
Convención.
2. Alega que, de acuerdo a los registros hallados en el buque, se puede observar que éste
se encontraba en las aguas costeras de Guinea.

84
Martina Lohidoy

3. Sostuvo que en ningún momento cometió actos ilegales o violatorios del


procedimiento, y que lo único que había buscado con la detención era proteger sus
derechos.
4. Pidió al Tribunal desestimar la acción contenida en la Solicitud de Pronta Liberación.
5. Solo detuvo al Capitán del Saiga, y que 11 miembros de la tripulación se encontraban
fuera de Guinea, mientras que los 13 restantes se encontraban a bordo del Saiga por
voluntad propia.
6. Si no había fijado la fianza, era responsabilidad del solicitante ofrecerla para obtener la
liberación del buque. Tampoco se notificó al solicitante debido a que la identidad de la
embarcación fue escondida al no ondear la bandera del Estado Pabellón.
7. Afirma que el buque fue efectivamente detenido en aguas de Sierra Leona, pero que
dicha detención ocurrió por abastecer (de contrabando) en aguas de Guinea a varios
botes pesqueros, por lo que el actuar del Gobierno de Guinea debe ser considerado
dentro del Art. 111 párrafo primero de la Convención al ejercer su derecho de
persecución “en caliente”.

Artículo 111

Derecho de persecución

1. Se podrá emprender la persecución de un buque extranjero cuando las autoridades


competentes del Estado ribereño tengan motivos fundados para creer que el buque ha
cometido una infracción de las leyes y reglamentos de ese Estado. La persecución habrá de
empezar mientras el buque extranjero o una de sus lanchas se encuentre en las aguas
interiores, en las aguas archipelágicas, en el mar territorial o en la zona contigua del Estado
perseguidor, y sólo podrá continuar fuera del mar territorial o de la zona contigua a condición
de no haberse interrumpido. No es necesario que el buque que dé la orden de detenerse a un
buque extranjero que navegue por el mar territorial o por la zona contigua se encuentre
también en el mar territorial o la zona contigua en el momento en que el buque interesado
reciba dicha orden. Si el Buque extranjero se encuentra en la zona contigua definida en el
artículo 33, la persecución no podrá emprenderse más que por violación de los derechos para
cuya protección fue creada dicha zona.

2. El derecho de persecución se aplicará, mutatis mutandis, a las infracciones que se cometan


en la zona económica exclusiva o sobre la plataforma continental, incluidas las zonas de
seguridad en torno a las instalaciones de la plataforma continental, respecto de las leyes y
reglamentos del Estado ribereño que sean aplicables de conformidad con esta Convención a la
zona económica exclusiva o a la plataforma continental, incluidas tales zonas de seguridad.

3. El derecho de persecución cesará en el momento en que el buque perseguido entre en el


mar territorial del Estado de su pabellón o en el de un tercer Estado.

4. La persecución no se considerará comenzada hasta que el buque perseguidor haya


comprobado, por los medios prácticos de que disponga, que el buque perseguido o una de sus
lanchas u otras embarcaciones que trabajen en equipo utilizando el buque perseguido como
buque nodriza se encuentran dentro de los límites del mar territorial o, en su caso, en la zona
contigua, en la zona económica exclusiva o sobre la plataforma continental. No podrá darse
comienzo a la persecución mientras no se haya emitido una señal visual o auditiva de
detenerse desde una distancia que permita al buque extranjero verla u oírla.

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Martina Lohidoy

5. El derecho de persecución sólo podrá ser ejercido por buques de guerra o aeronaves
militares, o por otros buques o aeronaves que lleven signos claros y sean identificables como
buques o aeronaves al servicio del gobierno y autorizados a tal fin.

6. Cuando la persecución sea efectuada por una aeronave:

a) Se aplicarán, mutatis mutandis, las disposiciones de los párrafos 1 a 4;

b) La Aeronave que haya dado la orden de detenerse habrá de continuar activamente la


persecución del buque hasta que un buque u otra aeronave del Estado ribereño, llamado por
ella, llegue y la continúe, salvo si la aeronave puede por sí sola apresar al buque.

Para justificar el apresamiento de un buque fuera del mar territorial no basta que la aeronave
lo haya descubierto cometiendo una infracción, o que tenga sospechas de que la ha cometido,
si no le ha dado la orden de detenerse y no ha emprendido la persecución o no lo han hecho
otras aeronaves o buques que continúen la persecución sin interrupción.

7. Cuando un buque sea apresado en un lugar sometido a la jurisdicción de un Estado y


escoltado hacia un puerto de ese Estado a los efectos de una investigación por las autoridades
competentes, no se podrá exigir que sea puesto en libertad por el solo hecho de que el buque
y su escolta hayan atravesado una parte de la zona económica exclusiva o de la alta mar, si las
circunstancias han impuesto dicha travesía.

8. Cuando un buque sea detenido o apresado fuera del mar territorial en circunstancias que no
justifiquen el ejercicio del derecho de persecución, se le resarcirá de todo perjuicio o daño que
haya sufrido por dicha detención o apresamiento.

1° procedimiento: PRONTA LIBERACIÓN DEL BUQUE (sin consideración de fondo)

El Tribunal Internacional de Derecho del Mar se declaró́ competente para conocer del caso
dado que tanto Guinea como San Vicente y Las Granadinas son parte de la Convención de las
Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y además no lograron llegar a un acuerdo sobre
como dirimir dicho conflicto.

El Tribunal no estaba llamado a decidir si el arresto del M/V Saiga fue legítimo; sino a
determinar si la detención como consecuencia del arresto violó una disposición de la
Convención «para la pronta liberación del buque o su tripulación tras la publicación de una
fianza razonable u otra seguridad financiera», es decir, decidir si el procedimiento de pronta
liberación del buque se había realizado conforme al artículo 292 de la Convención sin tocar en
esta instancia el fondo del asunto.

a) Para el Tribunal, el alegato de que la infracción cometida por el M/V Saiga tuvo lugar
en la zona contigua y que el buque fue capturado legítimamente después de una
persecución en caliente (hot pursuit) de conformidad con el artículo 111, párrafo 1, de
la convención fue presentada por Guinea solo en la etapa final de su declaración oral.
Esto hizo que la clasificación de las leyes presuntamente violadas en relación con
«aduanas» o «contrabando» fuese bastante dudosa. Desde el punto de vista de los
hechos, la única indicación de que el bunkering de los buques pesqueros tuvo lugar en
la zona contigua es la posición dada en el libro de registro (log book) de M/V Saiga que

86
Martina Lohidoy

se dio a conocer a las autoridades de Guinea después, y no antes, del arresto de la


embarcación.

b) De acuerdo con el artículo 292 de la Convención, la emisión de la fianza o garantía es


un requisito de las disposiciones de la Convención cuya infracción hace aplicable el
procedimiento del artículo 292, y no un requisito para dicha aplicabilidad. Puede haber
una infracción del artículo 73, párrafo 2 de la Convención incluso cuando no se haya
constituido ninguna fianza.

Artículo 73

Ejecución de leyes y reglamentos del Estado ribereño

1. El Estado ribereño, en el ejercicio de sus derechos de soberanía para la exploración,


explotación, conservación y administración de los recursos vivos de la zona económica
exclusiva, podrá tomar las medidas que sean necesarias para garantizar el cumplimiento de las
leyes y reglamentos dictados de conformidad con esta Convención, incluidas la visita, la
inspección, el apresamiento y la iniciación de procedimientos judiciales.

2. Los buques apresados y sus tripulaciones serán liberados con prontitud, previa constitución
de una fianza razonable u otra garantía.

3. Las sanciones establecidas por el Estado ribereño por violaciones de las leyes y los
reglamentos de pesca en la zona económica exclusiva no podrán incluir penas privativas de
libertad, salvo acuerdo en contrario entre los Estados interesados, ni ninguna otra forma de
castigo corporal.

4. En los casos de apresamiento o retención de buques extranjeros, el Estado ribereño


notificará con prontitud al Estado del pabellón, por los conductos apropiados, las medidas
tomadas y cualesquiera sanciones impuestas subsiguientemente.

c) En el presente caso, Guinea no notificó la detención al Estado de abanderamiento


según lo dispuesto en el párrafo 4 del artículo 73 de la Convención. Guinea se había
negado a discutir sobre la fianza y había transcurrido el plazo de diez días pertinente
para la solicitud de liberación inmediata sin que hubiere evidencia de querer
considerar la cuestión de la fianza. Por eso no le pareció posible responsabilizar a San
Vicente por el hecho de que no se haya emitido una fianza.

Por las razones anteriores, el Tribunal decidió que la solicitud era admisible, que los alegatos
hechos por San Vicente y las Granadinas estuvieron bien fundados para los propósitos de este
procedimiento y que, en consecuencia, “Guinea debe liberar rápidamente al M/V Saiga y los
miembros de su tripulación actualmente detenida o privada de su libertad. Dicha liberación
deberá realizarse previa constitución de una fianza razonable u otra garantía financiera”

Aproximadamente tres meses después de la sentencia del tribunal, el Saiga fue liberado de la
detención y llegó sano y salvo a Dakar, Senegal.

87
Martina Lohidoy

2° procedimiento: FONDO DEL ASUNTO

Este caso es sumamente interesante, puesto que se discuten varios temas de Derecho del Mar,
por lo que resulta una clase magistral sobre esta materia.

San Vicente y las Granadinas demandó a Guinea para ser indemnizado por varios conceptos,
entre ellos: restitución del gasoil descargado en dinero o especie, tratamiento médico de los
tripulantes heridos durante el arresto de la M/V Saiga, daños materiales al buque, perdida
financiera de los armadores, entre otros; producto del arresto del Saiga en la zona económica
exclusiva de Guinea.

Temas que se trataron para resolver la cuestión:

1) Nacionalidad del Saiga:

Con el objeto de que el Tribunal declarase la inadmisibilidad del caso, Guinea argumentó que
el M/V Saiga no poseía ninguna nacionalidad al momento de su arresto, puesto que esta nave
tenía un Certificado Provisional de Registro emitido el 12 de marzo de 1997, que expiró el 12
de septiembre de 1998; mientras que el arresto del buque tuvo lugar el 28 octubre de 1997 y a
este se le otorgó un Certificado Permanente de Registro un mes después, el 28 de noviembre
de 1997.

Lo anterior, de ser confirmado por el Tribunal, daría lugar a la inadmisibilidad de la demanda,


puesto que un Estado Parte de la Convención solo puede reclamar por buques que posean su
bandera.

San Vicente y las Granadinas sostuvo que cuando un buque está registrado bajo su bandera,
no deja de estarlo hasta que es eliminado del registro. Además, en virtud de su Merchant
Shipping Act, un buque no pierde la nacionalidad sanvicentina debido a la expiración de su
certificado de registro provisional. En apoyo de sus afirmaciones, San Vicente y las Granadinas
se remitió́ a la sección 36(2) de dicha ley, que establece que un certificado provisional «tendrá
el mismo efecto que el certificado de registro ordinario hasta el vencimiento de un año a partir
de la fecha de su emisión». San Vicente y las Granadinas declaró que, de conformidad con esta
disposición, un certificado de registro provisional permanece vigente hasta el vencimiento de
un año a partir de la fecha de su emisión. Por lo tanto, al momento del arresto, el M/V Saiga sí
poseía dicha bandera.

El Tribunal se remitió al artículo 91 de la Convención.

Artículo 91

Nacionalidad de los buques

1. Cada Estado establecerá los requisitos necesarios para conceder su nacionalidad a los
buques, para su inscripción en un registro en su territorio y para que tengan el derecho de
enarbolar su pabellón. Los buques poseerán la nacionalidad del Estado cuyo pabellón estén
autorizados a enarbolar. Ha de existir una relación auténtica entre el Estado y el buque.

2. Cada Estado expedirá los documentos pertinentes a los buques a que haya concedido el
derecho a enarbolar su pabellón.

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Martina Lohidoy

El Tribunal declaró que el artículo 91 deja a cada Estado jurisdicción exclusiva sobre la
concesión de su nacionalidad a los buques. A este respecto, el artículo 91 codifica una norma
bien establecida de derecho internacional general. Según este artículo, corresponde a San
Vicente y las Granadinas fijar las condiciones para la concesión de su nacionalidad a los
buques, el registro de buques en su territorio y el derecho a enarbolar su bandera. Estos
asuntos están regulados por un Estado en su derecho interno.

Probado por San Vicente que el Saiga era un barco con derecho a enarbolar su bandera en el
momento del incidente que dio lugar a la disputa, el Tribunal consideró que San Vicente y las
Granadinas cumplió la carga inicial de establecer que el Saiga tenía la nacionalidad
sanvicentina en el momento en que fue arrestado por Guinea. Por lo tanto, Guinea tenía que
demostrar su afirmación de que el buque no estaba registrado o no tenía la nacionalidad de
San Vicente y las Granadinas en ese momento. El Tribunal determinó que dicha carga
probatoria no se había cumplido y que no se demostró que el Saiga no estaba registrado o no
tenía la nacionalidad de San Vicente y las Granadinas en el momento del arresto.

Por lo anteriormente expuesto, el Tribunal desestimó la objeción de Guinea con respecto a la


ausencia de nacionalidad del Saiga.

2) Vinculo genuino entre el Saiga y el Estado de abanderamiento:

Guinea cuestionó el hecho de que existiese un vínculo genuino entre San Vicente y las
Granadinas y el M/V Saiga, en un intento de desconocer la nacionalidad sanvicentina de esta
nave.

Guinea argumentó que sin un vínculo genuino o efectivo entre San Vicente y las Granadinas y
el buque M/V Saiga, el reclamo de San Vicente y las Granadinas sobre una violación de su
derecho de navegación y el estado material del buque no es admisible ante el Tribunal, porque
Guinea no está obligada a reconocer la nacionalidad sanvicentina del M/V Saiga, lo que
constituye un requisito previo para el reclamo mencionado en el derecho internacional. Se
fundamentó así en el artículo 91 que reza “Ha de existir una relación auténtica entre el Estado
y el buque.

Guinea alegó además que un Estado no puede cumplir sus obligaciones como Estado del
pabellón en virtud de la Convención con respecto a un buque, a menos que ejerza jurisdicción
prescriptiva y de cumplimiento sobre el propietario o, según el caso, el operador del buque.
Guinea sostuvo que, en ausencia de dicha jurisdicción, no existía un vínculo genuino entre el
buque y su Estado de abanderamiento y que, en consecuencia, no estaba obligado a reconocer
las reclamaciones de este último en relación con el buque.

Hay dos preguntas que el Tribunal abordó a este respecto. La primera fue si la ausencia de un
vínculo genuino entre un Estado del pabellón y un buque da derecho a otro Estado a negarse a
reconocer la nacionalidad del buque. La segunda pregunta fue si existía o no un vínculo
genuino entre el Saiga y San Vicente y las Granadinas en el momento del incidente.

Primera pregunta:

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Martina Lohidoy

El Tribunal observó que la disposición del artículo 91 párrafo 1 de la Convención, que requiere
un vínculo genuino entre el Estado deabanderamiento y el buque, no proporciona la
respuesta. Tampoco los artículos 92 y 94 de la Convención, que junto con el artículo 91
constituyen la regulación sobre la nacionalidad de los buques, dan la respuesta.

Los párrafos 2 a 5 del artículo 94 de la Convención resumen las medidas que un Estado del
pabellón debe tomar para ejercer su jurisdicción efectiva como se prevé en el párrafo 1. Por su
parte, el párrafo 6 expresa que “Todo Estado que tenga motivos fundados para estimar que no
se han ejercido la jurisdicción y el control apropiados en relación con un buque podrá
comunicar los hechos al Estado del pabellón. Al recibir dicha comunicación, el Estado del
pabellón investigará el caso y, de ser procedente, tomará todas las medidas necesarias para
corregir la situación”.

Para el Tribunal, no hay ningún elemento en el artículo 94 que permita a un Estado negarse a
reconocer el derecho de un buque a enarbolar la bandera del Estado de abanderamiento
cuando el primero descubre pruebas de la ausencia de jurisdicción y control adecuados por
parte de ese Estado de abanderamiento.

La conclusión del Tribunal es que el propósito de las disposiciones de la Convención sobre la


necesidad de un vínculo genuino entre un buque y su Estado de abanderamiento es garantizar
la implementación efectiva de los deberes de dicho Estado, y no establecer criterios de
referencia para que otros Estados puedan cuestionar la validez del registro de buques en un
determinado Estado.

Segunda pregunta:

El Tribunal encontró que, en cualquier caso, la evidencia aportada por Guinea fue insuficiente
para demostrar este alegato. Por ende, quedó desestimada su objeción a la admisibilidad del
procedimiento basado en la ausencia de vínculo real entre el Saiga y el Estado del pabellón.

3) Agotamiento de los recursos internos:

Guinea se opuso además a la admisibilidad de las reclamaciones presentadas por San Vicente y
las Granadinas con respecto a los daños sufridos por personas físicas y jurídicas como
resultado de las medidas adoptadas por Guinea contra el M/V Saiga. Sostiene que estas
reclamaciones son inadmisibles porque las personas interesadas no agotaron los recursos
internos, como lo exige el artículo 295 de la Convención.

Artículo 295

Agotamiento de los recursos internos

Las controversias que surjan entre Estados Partes con respecto a la interpretación o la
aplicación de esta Convención podrán someterse a los procedimientos establecidos en esta
sección sólo después de que se hayan agotado los recursos internos, de conformidad con el
derecho internacional.

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Martina Lohidoy

San Vicente y las Granadinas sostuvo que la norma sobre el agotamiento de los recursos
internos no se aplica en el presente caso, ya que las acciones de Guinea contra el Saiga, al
enarbolar su bandera, violaron sus derechos como Estado del pabellón en virtud de la
Convención, incluido el derecho a que sus buques disfruten de la libertad de navegación yotros
usos del mar internacionalmente legítimos relacionados con dicha libertad, tal como se
establece en los artículos 56 y 58 y otras disposiciones de la Convención.

San Vicente y las Granadinas sostuvo además que la regla de que los recursos internos deben
agotarse se aplica solo cuando existe una conexión jurisdiccional entre el Estado contra el cual
se presenta un reclamo y la persona respecto de la cual se presenta el reclamo. Sostiene que
esta conexión estuvo ausente en el presente caso porque el arresto del barco tuvo lugar fuera
de la jurisdicción territorial de Guinea y el barco fue llevado a la jurisdicción de este último por
la fuerza.

Esto se vio reforzado por el hecho de que el arresto violó la Convención y tuvo lugar después
de una supuesta persecución que no cumplió con los requisitos establecidos en esta. En
consecuencia, la presencia del buque en la zona económica exclusiva no estableció una
conexión jurisdiccional con Guinea.

El Tribunal consideró que los derechos que, según San Vicente y las Granadinas, habían sido
violados por Guinea, son todos derechos en virtud de la Convención (artículos 33, 56, 58, 111 y
292) o en virtud del derecho internacional. Los derechos reclamados por San Vicente y las
Granadinas se pueden enumerar de la siguiente manera:

(a) el derecho a la libertad de navegación y otros usos internacionalmente legítimos de los


mares;

(b) el derecho a no estar sujeto a las leyes de aduanas y contrabando de Guinea;

(c) el derecho a no ser sometido a persecución ilegal;

(d) el derecho a obtener el cumplimiento inmediato de la Sentencia del Tribunal de fecha 4 de


diciembre de 1.997 (sobre la pronta liberación del buque);

(e) el derecho a no ser citado ante los tribunales penales de Guinea.

Afirmó que la regla de que se deben agotar los recursos internos es aplicable cuando «la
conducta de un Estado ha creado una situación que no está en conformidad con el resultado
requerido por una obligación internacional sobre el trato que se otorgará a los extranjeros»
(Artículo 22 del Proyecto sobre la Responsabilidad de los Estados adoptado por la Comisión de
Derecho Internacional).

Pero ninguna de las violaciones de derechos denunciadas por San Vicente y las Granadinas
puede describirse como incumplimiento de las obligaciones relativas al trato que se otorgará a
los extranjeros.

Todas son violaciones directas de los derechos de San Vicente y las Granadinas otorgados por
la Convención. El daño a las personas involucradas en la operación del buque surge de esas
violaciones. En consecuencia, señala el Tribunal, las reclamaciones con respecto a dicho daño
no están sujetas a la regla de que se deben agotar los recursos internos (no conexión
jurisdiccional entre Guinea y las personas humanas y jurídicas sobre las que se reclamaba).

91
Martina Lohidoy

4) Nacionalidad de los reclamos:

Según Guinea, las reclamaciones de San Vicente y las Granadinas con respecto a la pérdida o
daños sufridos por el barco, sus propietarios, el Capitán y otros miembros de la tripulación y
otras personas, incluidos los propietarios de la carga, son claramente reclamaciones de
protección diplomáticas. En su opinión, San Vicente y las Granadinas no tenía competencia
para presentar estas reclamaciones en nombre de las personas interesadas, ya que ninguno de
ellos es ciudadano de ese país.

Al oponerse a esta objeción, San Vicente y las Granadinas afirmó que la norma del derecho
internacional de que un Estado tiene derecho a reclamar protección solo para sus nacionales
no se aplica a las reclamaciones con respecto a personas y cosas a bordo de un buque que
enarbola su bandera. En tales casos, el Estado del pabellón tiene derecho a presentar reclamos
con respecto a las violaciones contra el buque y todas las personas a bordo o interesadas en su
operación.

Conforme al Tribunal, la Convención contiene disposiciones detalladas sobre las obligaciones


de los Estados del pabellón con respecto a los buques que enarbolan su bandera.

Artículo 94

Deberes del Estado del pabellón

1. Todo Estado ejercerá de manera efectiva su jurisdicción y control en cuestiones


administrativas, técnicas y sociales sobre los buques que enarbolen su pabellón.

2. En particular, todo Estado:

a) Mantendrá un registro de buques en el que figuren los nombres y características de los que
enarbolen su pabellón, con excepción de aquellos buques que, por sus reducidas dimensiones,
estén excluidos de las reglamentaciones internacionales generalmente aceptadas; y

b) Ejercerá su jurisdicción de conformidad con su derecho interno sobre todo buque que
enarbole su pabellón y sobre el capitán, oficiales y tripulación, respecto de las cuestiones

administrativas, técnicas y sociales relativas al buque.

3. Todo Estado tomará, en relación con los buques que enarbolen su pabellón, las medidas
necesarias para garantizar la seguridad en el mar en lo que respecta, entre otras cuestiones, a:

a) La construcción, el equipo y las condiciones de navegabilidad de los buques;

b) La dotación de los buques, las condiciones de trabajo y la capacitación de las tripulaciones,


teniendo en cuenta los instrumentos internacionales aplicables;

c) La utilización de señales, el mantenimiento de comunicaciones y la prevención de abordajes.

4. Tales medidas incluirán las que sean necesarias para asegurar:

a) Que cada buque, antes de su matriculación en el registro y con posterioridad a ella en


intervalos apropiados, sea examinado por un inspector de buques calificado y lleve a bordo las
cartas, las publicaciones náuticas y el equipo e instrumentos de navegación que sean
apropiados para la seguridad de su navegación;

92
Martina Lohidoy

b) Que cada buque esté a cargo de un capitán y de oficiales debidamente calificados, en


particular en lo que se refiere a experiencia marinera, navegación, comunicaciones y
maquinaria naval, y que la competencia y el número de los tripulantes sean los apropiados
para el tipo, el tamaño, las máquinas y el equipo del buque;

c) Que el capitán, los oficiales y, en lo que proceda, la tripulación conozcan plenamente y


cumplan los reglamentos internacionales aplicables que se refieran a la seguridad de la vida en
el mar, la prevención de abordajes, la prevención, reducción y control de la contaminación
marina y el mantenimiento de comunicaciones por radio.

5. Al tomar las medidas a que se refieren los párrafos 3 y 4, todo Estado deberá actuar de
conformidad con los reglamentos, procedimientos y prácticas internacionales generalmente
aceptados, y hará lo necesario para asegurar su observancia.

6. Todo Estado que tenga motivos fundados para estimar que no se han ejercido la jurisdicción
y el control apropiados en relación con un buque podrá comunicar los hechos al Estado del
pabellón. Al recibir dicha comunicación, el Estado del pabellón investigará el caso y, de ser
procedente, tomará todas las medidas necesarias para corregir la situación.

7. Todo Estado hará que se efectué una investigación por o ante una persona o personas
debidamente calificadas en relación con cualquier accidente marítimo o cualquier incidente de
navegación en alta mar en el que se haya visto implicado un buque que enarbole su pabellón y
en el que hayan perdido la vida o sufrido heridas graves nacionales de otro Estado o se hayan
ocasionado graves daños a los buques o a las instalaciones de otro Estado o al medio marino.
El Estado del pabellón y el otro Estado cooperarán en la realización de cualquier investigación
que éste efectúe en relación con dicho accidente marítimo o incidente de navegación.

Artículo 217

Ejecución por el Estado del pabellón

1. Los Estados velarán porque los buques que enarbolen su pabellón o estén matriculados en
su territorio cumplan las reglas y estándares internacionales aplicables, establecidos por
conducto de la organización internacional competente o de una conferencia diplomática
general, así como las leyes y reglamentos que hayan dictado de conformidad con esta
Convención, para prevenir, reducir y controlar la contaminación del medio marino por buques;
asimismo, dictarán leyes y reglamentos y tomarán otras medidas necesarias para su aplicación.
El Estado del pabellón velará por la ejecución efectiva de tales reglas, estándares, leyes y
reglamentos dondequiera que se cometa la infracción.

2. Los Estados tomarán, en particular, las medidas apropiadas para asegurar que se impida a
los buques que enarbolen su pabellón o estén matriculados en su territorio zarpar hasta que
cumplan los requisitos de las reglas y estándares internacionales mencionados en el párrafo 1,
incluidos los relativos al diseño, construcción, equipo y dotación de buques.

3. Los Estados cuidarán de que los buques que enarbolen su pabellón o estén matriculados en
su territorio lleven a bordo los certificados requeridos por las reglas y estándares
internacionales mencionados en el párrafo 1 y expedidos de conformidad con ellos. Los
Estados velarán por que se inspeccionen periódicamente los buques que enarbolen su
pabellón para verificar la conformidad de tales certificados con su condición real. Estos

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Martina Lohidoy

certificados serán aceptados por otros Estados como prueba de la condición del buque y se
considerará que tienen la misma validez que los expedidos por ellos, salvo que existan motivos
fundados para creer que la condición del buque no corresponde en lo esencial a los datos que
figuran en los certificados.

4. Si un buque comete una infracción de las reglas y estándares establecidos por conducto de
la organización internacional competente o de una conferencia diplomática general, el Estado
del pabellón, sin perjuicio de las disposiciones de los artículos 218, 220 y 228 ordenará una
investigación inmediata y, cuando corresponda, iniciará procedimientos respecto de la
presunta infracción independientemente del lugar donde se haya cometido ésta o se haya
producido o detectado la contaminación causada por dicha infracción.

5. El Estado del pabellón que realice la investigación sobre una infracción podrá solicitar la
ayuda de cualquier otro Estado cuya cooperación pueda ser útil para aclarar las circunstancias
del caso. Los Estados procurarán atender las solicitudes apropiadas del Estado del pabellón.

6. A solicitud escrita de cualquier Estado, el Estado del pabellón investigará toda infracción
presuntamente cometida por sus buques. El Estado del pabellón iniciará sin demora un
procedimiento con arreglo a su derecho interno respecto de la presunta infracción cuando
estime que existen pruebas suficientes para ello.

7. El Estado del pabellón informará sin dilación al Estado solicitante y a la organización


internacional competente sobre las medidas tomadas y los resultados obtenidos. Tal
información se pondrá a disposición de todos los Estados.

8. Las sanciones previstas en las leyes y reglamentos de los Estados para los buques que
enarbolen su pabellón serán lo suficientemente severas como para desalentar la comisión de
infracciones cualquiera que sea el lugar.

En dichas disposiciones no se hace distinción entre nacionales y no nacionales de un Estado de


abanderamiento. Además, en relación con los procedimientos de pronta liberación en virtud
del artículo 292 de la Convención, no se atribuye importancia a las nacionalidades de las
personas involucradas en las operaciones de un buque arrestado.

Las disposiciones a las que se hace referencia indican que la Convención considera a un buque
como una unidad, en lo que respecta a las obligaciones del Estado del pabellón con respecto al
buque y el derecho de un Estado del pabellón a buscar reparación por pérdidas o daños
causados al buque por actos de otros Estados y para iniciar procedimientos en virtud del
artículo 292 de la Convención. Por lo tanto, el buque, cada cosa en él y cada persona
involucrada o interesada en sus operaciones son tratados como una entidad vinculada al
Estado del pabellón. Las nacionalidades de estas personas no son relevantes.

Cualquier buque que realice viajes internacionales podría tener una tripulación compuesta por
personas de varias nacionalidades y transportar carga perteneciente a personas de distintos
países. Si cada persona que sufriera daños se viera obligada a buscar protección del Estado del
cual es nacional, se generarían dificultades indebidas, quedando estas en indefensión.

Por lo tanto, el Tribunal no aceptó la afirmación de Guinea de que San Vicente y las Granadinas
no tiene derecho a presentar reclamaciones por daños y perjuicios con respecto a personas
físicas y jurídicas que no sean nacionales del Estado reclamante.

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5) Arresto del Saiga:

Hasta ahora lo que se ha señalado en este artículo ha sido una suerte de “cuestiones previas”
intentadas por Guinea para lograr (sin éxito) la desestimación de la demanda interpuesta por
San Vicente y las Granadinas. A partir de este punto veremos la decisión sobre el asunto
principal, esto es, si el arresto del buque M/V Saiga fue contrario o no a la Convención sobre
Derecho del Mar.

1. El principal cargo contra el Saiga fue que violó el artículo 1 de la Ley L/94/007 al
importar gasoil en el radio aduanero de Guinea. Este último justifica esta acción al
mantener que la prohibición del artículo 1 de la Ley L/94/007 «puede aplicarse con el
propósito de controlar y suprimir la venta de gasoil a buques pesqueros en el radio de
aduanas de acuerdo con el artículo 34 del Código Aduanero de Guinea «. Dicho radio
de aduanas, según esta misma ley, se extiende 250 km desde la costa; en esto se
fundamenta Guinea para alegar que el Saiga realizó actividades de contrabando.

2. San Vicente y las Granadinas sostuvo que Saiga no violó la Ley L/94/007 porque no
transportó gasoil a Guinea, como alegan las autoridades de este Estado. Señala que el
artículo 1 del Código Aduanero define el «territorio aduanero» de Guinea como «todo
el territorio nacional, las islas ubicadas a lo largo de la costa y las aguas territoriales
guineanas». También señala que, de conformidad con los artículos 33 y 34 del Código
Aduanero, el radio aduanero no forma parte del territorio aduanero de Guinea, sino
solo un «área especial de vigilancia» y que Guinea no tiene derecho a hacer cumplir
sus leyes aduaneras en él.

San Vicente y las Granadinas, por lo tanto, argumentó que el buque Saiga no pudo haber
contravenido la Ley L/94/007 ya que en ningún momento ingresó al mar territorial de Guineao
introdujo, directa o indirectamente, gasoil en el territorio aduanero de Guinea, tal como se
define en el Código Aduanero de Guinea.

3. Como alternativa, San Vicente y las Granadinas sostuvo que la extensión de las leyes
aduaneras de Guinea a la zona económica exclusiva es contraria a la Convención.
Señaló que el artículo 56 de la Convención no otorga el derecho a Guinea de extender
la aplicación de sus leyes y reglamentos aduaneros a esa zona. Por lo tanto, sostiene
que las leyes aduaneras de Guinea no pueden aplicarse a los buques que enarbolan su
pabellón en la zona económica exclusiva.

En la zona económica exclusiva, el Estado ribereño tiene jurisdicción para aplicar las leyes y
reglamentos aduaneros solo con respecto a las islas artificiales, instalaciones y estructuras
(artículo 60, párrafo 2).

4. Guinea también alegó que el fundamento jurídico de su ley que prohíbe el suministro
de gasoil a los buques pesqueros en el radio de aduanas se encuentra en el artículo 58
de la Convención; basándose en la referencia contenida en el párrafo 3 de ese artículo,
a las «otras normas de derecho internacional» para justificar la aplicación y la
aplicación de sus leyes aduaneras y de contrabando al radio aduanero. Guinea

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describe a estas «otras reglas del derecho internacional» como «el derecho inherente
a protegerse contra actividades económicas injustificadas en su zona económica
exclusiva que afectan considerablemente su interés público», o como la «doctrina de
la necesidad», o como «el principio consuetudinario de autoprotección en caso de
peligros graves e inminentes que ponen en peligro aspectos esenciales de su interés
público»

En opinión del Tribunal, la Convención no faculta a un Estado ribereño para aplicar sus leyes
aduaneras con respecto a cualquier otra parte de la zona económica exclusiva no mencionada
anteriormente.

Además, en opinión del Tribunal, el recurso al principio de «interés público», invocado por
Guinea, daría derecho a un Estado ribereño a prohibir cualquier actividad en la zona
económica exclusiva que decida caracterizar como actividades que afectan su «interés público
económico», o “implican pérdidas fiscales». Esto reduciría los derechos de otros Estados en la
zona económica exclusiva. El Tribunal declaró que esto sería incompatible con las disposiciones
de los artículos 56 y 58 de la Convención sobre los derechos del Estado ribereño en la zona
económica exclusiva.

El otro punto a considerar fue si la aplicación de Guinea de sus leyes aduaneras a la zona
económica exclusiva puede justificarse en virtud del derecho internacional general mediante la
apelación de Guinea al «estado de necesidad».

La Corte Internacional de Justicia señaló dos condiciones para la defensa basadas en el «estado
de necesidad» que, bajo el derecho internacional, justifica un acto ilícito. Estas condiciones,
según lo establecido en el artículo 33 párrafo 1 del Proyecto de Artículos de la Comisión de
Derecho Internacional sobre Responsabilidad del Estado son: (a) el acto era elúnico medio para
salvaguardar un interés esencial del Estado contra un peligro grave e inminente; y (b) el acto
no menoscaba gravemente un interés esencial del Estado respecto del cual existía la
obligación.

Al respaldar estas condiciones, la Corte Internacional de Justicia declaró que ambas


condiciones deben estar satisfechas y que «reflejan el derecho internacional consuetudinario».

Guinea no presentó pruebas que demostraran que sus intereses esenciales estaban en grave
peligro inminente. Pero, sin menoscabo del interés esencial de Guinea en maximizar sus
ingresos fiscales por la venta de gasoil a los buques pesqueros, no se puede sugerir que el
único medio de salvaguardar ese interés sea extender sus leyes aduaneras a partes de la zona
económica exclusiva.

Por lo tanto, el Tribunal determinó que, al aplicar sus leyes aduaneras a un radio aduanero que
incluye partes de la zona económica exclusiva, Guinea actuó de manera contraria a la
Convención. En consecuencia, el arresto y la detención del Saiga, el enjuiciamiento y la
condena de su Capitán, la confiscación de la carga y la incautación del barco fueron contrarios
a la Convención.

6) Derecho de persecución:

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La supuesta persecución comenzó mientras el buque estaba fuera de la zona contigua de


Guinea. El Saiga fue detectado por primera vez (por radar) en la mañana del 28 de octubre de
1997 cuando el buque estaba fuera de la zona económica exclusiva de Guinea o a punto de
abandonar esa zona. El arresto tuvo lugar después de que el barco cruzó la frontera sur de la
zona económica exclusiva de Guinea.

También es de señalar que no se dieron señales visuales ni auditivas al barco antes del
comienzo de la persecución, como lo exige el artículo 111 de la Convención.

Guinea admite que el arresto tuvo lugar fuera de la zona económica exclusiva de Guinea. Sin
embargo, señala que, dado que el lugar de detención no estaba en el mar territorial ni del
Estado del pabellón del buque ni de otro Estado, no se infringió el artículo 111 de la
Convención.

Las condiciones para el ejercicio del derecho de persecución en virtud del artículo 111 de la
Convención son acumulativas; cada una de ellas debe estar satisfecha para que la persecución
sea legítima en virtud de la Convención. En este caso, el Tribunal declaró que varias de estas
condiciones no se cumplieron:

con respecto a la persecución presuntamente iniciada el 27 de octubre de 1997, la evidencia


ante el Tribunal indicó que, en el momento en que se emitió la Orden para la Misión Conjunta
de Aduanas y Armada de Guinea, las autoridades de Guinea, sobre la base de la información
disponible para ellos, no podían haber tenido más que una sospecha de que un buque tanque
había violado las leyes de ese país en la zona económica exclusiva. El Tribunal también señaló
que, en esas circunstancias, no se le pudo haber dado al Saiga señales visuales o auditivas para
detenerse. Además, la supuesta persecución fue interrumpida.

Por estas razones, el Tribunal concluyó que Guinea detuvo y arrestó a Saiga el 28 de octubre
de 1997 en circunstancias que no justificaban el ejercicio del derecho de persecución de
conformidad con la Convención.

7) Uso de la fuerza:

San Vicente y las Granadinas afirmó que Guinea utilizó una fuerza excesiva e irrazonable para
detener y arrestar al Saiga. Señala que el Saiga era un petrolero desarmado casi
completamente cargado de gasoil, con una velocidad máxima de 10 nudos. También señala
que las autoridades de Guinea dispararon contra el barco con munición real, disparando con
armas automáticas de gran calibre.

Guinea negó que la fuerza utilizada para abordar, detener y arrestar al Saiga fuera excesiva o
irrazonable. Sostiene que los oficiales que lo arrestaron no tuvieron otra alternativa que usar
disparos porque el Saiga se negó a detenerse después de repetidos mensajes de radio para
detenerse y a pesar de las señales visuales y auditivas del bote patrullero P35.

Aunque la Convención no contiene disposiciones expresas sobre el uso de la fuerza en el


arresto de buques, el derecho internacional, que es aplicable en virtud del artículo 293 de la
Convención, exige que se evite el uso de la fuerza en la medida de lo posible y, cuando la
fuerza es inevitable, no debe ir más allá de lo razonable y necesario en las circunstancias. Las
consideraciones de humanidad deben aplicarse en el derecho del mar, como se hace en otras
áreas del derecho internacional.

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El Tribunal observó que el Saiga estaba casi completamente cargado y con bajo francobordo en
el momento en que fue abordado por la patrulla. Su velocidad máxima era de 10 nudos. Por lo
tanto, podría haber sido abordado sin mucha dificultad por los oficiales guineanos.

Pero cualesquiera que sean las circunstancias, no hay excusa para el hecho de que los oficiales
dispararon contra el buque con munición real desde un bote patrullero de rápido movimiento
sin emitir ninguna de las señales y advertencias requeridas por derecho y la práctica
internacional.

Los oficiales guineanos también usaron fuerza excesiva a bordo del Saiga. Habiendo abordado
el buque sin resistencia, y aunque no hay evidencia del uso o la amenaza de fuerza por parte
de la tripulación, dispararon indiscriminadamente mientras estaban en la cubierta y utilizaron
disparos para detener el motor de la nave. Al usar armas de fuego de esta manera, los oficiales
guineanos parecían haber dado poca o ninguna importancia a la seguridad del buque y de las
personas a bordo. En el proceso, se causaron daños considerables a la nave y al equipo vital en
las salas de máquinas y radio. Inclusive, el uso indiscriminado de disparos causó heridas graves
a dos de las personas a bordo.

Por estas razones, el Tribunal dictaminó que Guinea utilizó fuerza excesiva y puso en peligro la
vida humana antes y después de abordar el Saiga, y por lo tanto violó los derechos de San
Vicente y las Granadinas en virtud del derecho internacional.

8) Reclamo de indemnización por ejercicio del derecho de persecución injustificado:

San Vicente y las Granadinas solicitó al Tribunal que declarara a Guinea responsable, en virtud
del artículo 111, párrafo 8 de la Convención y del derecho internacional que se aplica en virtud
del artículo 304 de la Convención, por daños y perjuicios dada la violación de sus derechos en
virtud de dicha Convención. San Vicente y las Granadinas reclamó indemnización por daños
materiales con respecto a personas físicas y jurídicas; por daños al buque; pérdidas financieras
de los armadores, los operadores de Saiga, los propietarios de la carga, el Capitán, miembros
de la tripulación y otras personas a bordo del buque. También se reclamó compensación por la
pérdida de libertad y lesiones personales, incluidos el dolor y el sufrimiento.

El artículo 111, párrafo 8 de la Convención señala: “Cuando un buque sea detenido o apresado
fuera del mar territorial en circunstancias que no justifiquen el ejercicio del derecho de
persecución, se le resarcirá de todo perjuicio o daño que haya sufrido por dicha detención o
apresamiento”.

También es posible estar obligado a indemnizar bajo el derecho internacional como lo señala
el artículo 304 de la Convención que reza: “Las disposiciones de esta Convención relativas a la
responsabilidad por daños se entenderán sin perjuicio de la aplicación de las normas vigentes y
del desarrollo de nuevas normas relativas a la responsabilidad en derecho internacional”.

La reparación puede ser en forma de «restitución en especie, compensación, satisfacción y


garantías; y garantías de no repetición, ya sea individualmente o en combinación».

En consecuencia, el Tribunal decidió otorgar una compensación por un monto total de USD
2,123,357.

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Conclusiones

De todo lo visto anteriormente, se pueden hacer las siguientes conclusiones:

1. El procedimiento de pronta liberación del buque conforme al artículo 292 de la


Convención no versará sobre el fondo del conflicto.

2. El otorgamiento o pérdida de la nacionalidad de los buques depende de la legislación


interna de cada Estado. Esto incluye que un buque pierde la nacionalidad si el Estado
de abanderamiento decide cancelar su registro, una vez verificado alguno de los
supuestos para la cancelación del mismo. Es decir, aunque se verifique alguno de
dichos supuestos, el buque no pierde su nacionalidad hasta que el Estado de
abanderamiento decide efectivamente expulsarlo del registro naval mediante acto
administrativo; siendo este el caso de San Vicente y las Granadinas y Venezuela.

3. La CONVEMAR exige que exista una relación auténtica entre el buque y su Estado de
abanderamiento. Sin embargo, no establece ninguna consecuencia jurídica en caso de
ausencia de dicho vínculo genuino o efectivo. Además, ningún Estado parte puede
desconocer la nacionalidad de un buque que enarbola la bandera de otro Estado parte
sólo porque considera o tiene pruebas de que no existe un vínculo auténtico.

4. El requisito de agotar los recursos internos antes de acudir al Tribunal Internacional de


Derecho del Mar no es aplicable cuando no exista un vínculo jurisdiccional entre el
Estado demandado y las personas naturales o jurídicas afectadas por los actos de
dicho estado. A los efectos de presentar reclamos frente a un Estado parte, el buque y
todas las personas y cosas dentro de este, además de los propietarios, operadores y
cualquier otra persona interesada en su operación, se consideran vinculadas al Estado
de abanderamiento, independientemente de la nacionalidad de estas personas y
cosas, por lo que dicho Estado puede demandar ante el Tribunal en nombre de estos.
Admitir lo contrario sería poner en indefensión a los intereses involucrados en ese
buque.

5. El arresto de un buque en zona económica exclusiva más allá́ de las facultades del
Estado ribereño es contrario a la Convención. En este sentido el arresto del Saiga y
demás acciones subsiguientes, fundamentado en la presunta contravención de las
leyes aduaneras de Guinea, violó la Convención puesto que los Estados partes no están
facultados para aplicar sus leyes aduaneras en la zona económica exclusiva; excepto en
islas artificiales, instalaciones y estructuras ubicadas en dicha zona; el artículo 60
numeral 2 de la Convención faculta a los Estados partes a ejercer su jurisdicción sobre
estas construcciones en diversas materias, incluyendo la aduanera.

6. El uso de la fuerza bajo el derecho internacional solo es admisible como último


recurso, debiéndose cumplir el procedimiento didácticamente explicado por el
tribunal.

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