El tema de la epistemología

Las cuestiones epistemológicas involucran los conceptos de conocimiento,

evidencia,

razones para creer, justificación, probabilidad, qué se debe creer,

y cualquier otro concepto que sólo pueda entenderse a través de uno o más

de los anteriores. Esta primera afirmación, como la mayoría de las demás en

filosofía, es controvertida. No todos los epistemólogos incluirían, por ejemplo, una

justificación

como concepto epistemológico paradigmático. Y en cualquier caso, necesitamos

restringir mucho más las interpretaciones de términos y frases como

“saber”, “justificación”, “razones para creer” y “lo que uno debe

creer” si queremos localizar el foco principal de la visión del epistemólogo

intereses. Antes de sumergirnos en acaloradas controversias, podríamos

ser capaz de hacer algunos preliminares y relativamente poco controvertidos útiles

distinciones.

Consideremos, por ejemplo, el concepto de conocimiento. Usamos el término

“saber” de diversas maneras. Hablamos de saber hacer ciertas

cosas (cómo jugar tenis, cómo nadar, cómo jugar al golf). También hablamos de

personas y lugares que conocemos (conozco a Richard Foley y París). Pero de la

mayoría

El interés para el epistemólogo son las afirmaciones de tener conocimiento

proposicional.
– conocimiento de que las cosas son tal o cual (por ejemplo, que el espacio es

finito, que hay

es un Dios, que hay una mente distinta de la materia). El conocimiento es

se llama proposicional porque la cláusula “esa” que toma el objeto de la

El verbo "sabe" expresa una proposición, algo que es verdadero o

Falso: es verdadero o falso que el espacio es finito y que existe un Dios.1

Pero ¿por qué el filósofo interesado en el conocimiento debería centrarse en el

conocimiento proposicional?

Al menos inicialmente resulta tentador suponer que el concepto de conocimiento

proposicional es más fundamental que saber cómo o saber.
personas y lugares. Se podría suponer, por ejemplo, que saber cómo
Jugar al golf es sólo saber ciertas verdades: que uno golpeará la pelota más lejos.
Si uno mantiene el brazo izquierdo recto, esa coherencia requiere mantener el
brazo izquierdo recto.
cabeza abajo, etcétera. De manera similar, se podría suponer que conocer una
ciudad
se reduce a conocer muchas verdades sobre la ciudad: la ubicación de
calles, monumentos, edificios, etc. Ninguna de las dos opiniones es terriblemente
plausible,
sin embargo. Los perros saben nadar, pero es poco probable que sepan la verdad
describiendo sus actividades. Tenía un buen amigo decidido a mejorar su
juego de golf y que adquirió un conocimiento proposicional infinito en ese
buscar. Su capacidad para jugar al golf disminuyó en proporción directa a su
Adquisición de conocimiento proposicional. Y parece al menos posible que
alguien podría estar muy familiarizado con una ciudad, y en ese sentido conocerla,
incluso
aunque esa misma persona se confunde muy fácilmente y sería extremadamente
Es difícil describir de manera informativa esa misma ciudad.
En cualquier caso, hay una respuesta más sencilla a la pregunta de por qué los
filósofos se preocupan más por el conocimiento proposicional. Como filósofos
lo que más nos interesa es llegar a la verdad sobre diversos asuntos. Y
Las cuestiones epistemológicas que tanto nos interesan son aquellas que son el
desafíos inmediatos y naturales planteados por los intelectualmente curiosos en
respuesta a las afirmaciones. Si me dices con confianza que hay un Dios, o
que la CIA asesinó a Kennedy, querría saber cómo lo sabes
Eso es tan. Querré algunas razones o justificación para creer que es así.
verdadero. Querré saber por qué piensas que esto es algo racional.
persona debe creer. Es este hecho sobre nuestra búsqueda de la verdad lo que
hace que
plausible la afirmación de que uno simplemente no puede ignorar la epistemología
y perseguir
otras investigaciones filosóficas. Los filósofos responden a prácticamente todas
afirmaciones controvertidas con solicitudes de evidencia o justificación, y que
deja al filósofo desinteresado por la epistemología en una posición
verdaderamente precaria.
De modo que es el interés por la verdad lo que nos lleva inevitablemente a la
teoría proposicional.
conocimiento. Sigue siendo una pregunta interesante qué conexiones
conceptuales existen entre, por ejemplo, saber cómo y saber aquello. Él
Seguramente no es una coincidencia que se utilice el mismo término para describir
ambos
capacidades (saber cómo) y conocimiento proposicional (saber eso).
También queda por ver si, incluso después de limitar nuestra atención a
conocimiento proposicional podemos descubrir alguna comprensión unívoca de
aquello en lo que estamos interesados.
Si las distinciones preliminares son útiles antes de discutir el conocimiento,
también son fundamentales para la lista de otros candidatos para conceptos que
conciernen
I
el epistemólogo. Consideremos, por ejemplo, la idea de tener una razón para
creer alguna afirmación. Hablar de razones para creer es al menos ambiguo.
entre (1) causas de creencia, (2) razones epistémicas para creer y (3) razones
pragmáticas, morales y posiblemente incluso legales para creer. Publicación
Las razones para creer surgen de manera más natural en respuesta a las
preguntas de "por qué".
Uno podría, por ejemplo, preguntarse por qué Sam cree que Dios existe. De una
sola mano
de distinguir diferentes sentidos de “razón para creer” es pensar
sobre tipos muy diferentes de respuestas que uno podría dar a la pregunta. Uno
podría, por ejemplo, responder la pregunta señalando el hecho de que Sam
fue criado en una comunidad muy religiosa por padres que condicionaron a Sam
creer en Dios desde una edad muy temprana. La respuesta es perfectamente
apropiada.
si estamos interesados en identificar las causas de la creencia de Sam, si estamos
interesado en razones causales. Pero al epistemólogo no le interesa la
causas de creencia, excepto en un sentido que argumentaré en breve tiene sólo
un interés marginal.
Algunos argumentarían que también es posible tratar la creencia como una acción
y
que uno puede tener razones para creer análogas a las razones que tiene
por actuar de cierta manera. Supongamos que quieres verter un poco de leche
tu cereal y sabes que la tienda de la esquina vende leche. eso podría dar
Eres una razón para caminar hasta la tienda de la esquina. La razón parece tener
algo que ver con el hecho de que la acción en cuestión lograría,
es probable que logre, o al menos podría lograr algún objetivo o fin.
A veces se considera que estas razones son pragmáticas. Creer parece también
ser el tipo de cosa que podría lograr algún objetivo o fin del
creyente. Pascal afirmó que tenemos buenas razones para creer en
Dios, en la medida en que exista la posibilidad de que tal creencia nos permita
evitar
condenación eterna. Parecía argumentar que para tener tal razón es necesario
Ni siquiera sería tan probable que se lograra la meta o el fin.
Dado lo que está en juego, una persona razonable intentaría protegerse
de la abrumadora y desastrosa posibilidad de que existan horrores que
Dios tiene reservado para un no creyente. Alguien paralizado por el miedo a
La muerte podría tener poderosas razones para intentar hacer creer en una
vida después de la muerte, una creencia que podría permitir una búsqueda más
efectiva de la felicidad en
esta vida.
No es en modo alguno obvio que uno pueda legítimamente tratar el creer como
algo
una acción para la cual se pueden tener razones pragmáticas. Algunos han
afirmado
que sólo se pueden tener razones pragmáticas para aquello que en algún sentido
es
bajo nuestro control voluntario. Uno no puede decidir creer algo, el
Según el argumento, la forma en que uno puede decidir jugar una partida de golf.
Aún,
Casi todos están de acuerdo en que se pueden hacer cosas para aumentar la
probabilidad de tener
una creencia, y para nuestros propósitos actuales sólo necesitamos señalar que si
puede haber
Introducción
3
Pueden ser razones pragmáticas para creer en alguna proposición, no son las
mismas.
tipos de razones que preocupan a un epistemólogo.
Así como puede haber razones pragmáticas para creer, también las hay
Podrían haber razones morales para creer. Algunos dirían que un padre tiene
una especie de deber (y por tanto una razón moral) para creer en la inocencia de
un niño, incluso frente a alguna evidencia bastante creíble de que el niño es
culpable. Incluso se puede imaginar una sociedad de “1984” en la que los poderes
que
haber legislado ciertas creencias – haber exigido por ley, por ejemplo, que
La gente cree en una sociedad igualitaria. Si podemos darle sentido a lo legal
requisitos para tener creencia también puede tener sentido, tal vez, tener una
razón legal para creer lo que uno hace. Pero repito, ni moral ni legal.
Las razones son materia de epistemología.
Las razones que preocupan al epistemólogo son razones que, si son buenas,
se supone que hacen probable (o al menos aumentan la probabilidad) de la
proposición que se cree verdadera. E incluso aquí debemos tener cuidado. Creer
que me recuperaré de una enfermedad horrible podría aumentar la probabilidad
de hacerlo, pero sólo al causar (o contribuir a una causa de) mi
mejorando. Si tengo buenas razones epistémicas (a veces también me referiré
a estas razones epistémicas simplemente como justificación epistémica) para
creer
que me recuperaré, entonces esas razones (esa justificación) deben hacer
probable
que me pondré bien, donde esa relación no se reduce a una de causar
mi recuperación. Al ofrecer “análisis” de conceptos que tienen una razón
epistémica para creer, los filósofos querrán generalizar a partir de ejemplos como
el que acabamos de dar. Para ello utilizamos marcadores de posición o variables
para
personas y las proposiciones en las que creen, donde la idea detrás del marcador
de posición es que puedes sustituirlo por el nombre o descripción de cualquier
Persona o propuesta que te guste. Entonces la idea sugerida anteriormente
equivale a
esto: S (donde “S” se refiere a cualquier persona que te guste) tiene razones
epistémicas
creer una proposición P (donde “P” se refiere a cualquier proposición que usted
como) cuando S tiene razones que hacen probable

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