Está en la página 1de 34

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

INSTITUTO DE TEOLOGÍA PARA RELIGIOSOS


FACULTAD DE TEOLOGÍA

ROMA: DE LA REPÚBLICA AL IMPERIO

Narbys Sangronis
C.I.V.- 18.430.091
II año de Filosofía
Cátedra: Historia de la Cultura I
Profa. Mariana Iribarren

Caracas; enero 2018


Índice

CONTENIDO PÁG.

Introducción .......................................... 03
De la República al Imperio .............................. 04
Orígenes de Roma ..................................... 05
Roma Monárquica ..................................... 06
Roma Republicana .................................... 07
Organización Política de la República ............... 08
Organización Social de la República ................ 11
Guerras Púnicas ................................. 11
I Guerra Púnica ............................ 13
II Guerra Púnica ............................ 14
III Guerra Púnica ............................ 18
Crisis de la República ............................ 22
Roma Imperial ........................................ 26
Reflexión Personal .................................... 26
Anexos .............................................. 00
Referencias .......................................... 00

2
Introducción

El hombre, en su afán de conocerse a sí mismo, ha buscado siempre


la forma de entender todo aquello que le rodea; y así, poder sacar sus
conclusiones. Por ello, en esta búsqueda; se hace muy necesario conocer el
origen de muchas de las prácticas que hoy en día realiza la humanidad y
que, son catalogadas como algo cotidianas o comunes.
Todas estas prácticas, que sabemos son heredadas de nuestros
antepasados; pero que sin embargo, a veces no entendemos el porqué de
las cosas o por qué la sociedad se comporta de tal o cual modo. He aquí, la
necesidad de conocer la vida cotidiana de nuestros antepasados; su
cotidianidad y funcionamiento como sociedad, para poder entender o
enrumbar nuestra sociedad y quizá ofrecer otras modalidades o formas de
funcionamiento; partiendo siempre del estudio de aquellas y haciendo un
modo ecléptico, si pudiese llamarse de alguna manera, tomando lo mejor de
cada etapa.
Así, conoceremos entonces, cómo la civilización romana se desarrolló,
en sus tres etapas históricas, las cuales estuvieron bien marcadas y
definidas. Las características de estas etapas y el funcionamiento de la
ciudadanía en cada una de ellas. De igual modo, conoceremos a grandes
rasgos, las formas utilizadas para gobernar, expendir y organizar el Estado y
la ciudad y que hoy en día son referencia en nuestras sociedades modernas.
Y finalmente se hablará acerca de las causas de la caída de estos modelos;
las cuales tuvieron como consecuencia el surgimiento de nuevas formas de
gobierno.

3
ROMA DE LA REPÚBLICA AL IMPERIO

Para conocer el importante paso que da Roma; pasando de un modelo


de gobierno a otro, resulta de suma importancia identificar primero los
factores que obligan, en cierto modo, a tomar estas acciones que permitirán
una mejor relación entre los ciudadanos romanos. Así como también las
causas acerca de una ingobernabilidad de un muy extenso imperio que pudo
controlar todo incluso todo el mediterráneo pero que sus habitantes no
pudieron tener una sana convivencia debido a las marcadas diferencias
existentes. Hace falta, mencionar y conocer acerca de las raíces y de
aquellos acontecimientos que marcaron la vida de esta cultura, de su
surgimiento y aquellos elementos que permiten conocer más a fondo la
historia de esta tan importante civilización, de la cual aún en nuestros días;
hacemos honor a estos grandes hombres, poniendo en práctica diversas
acciones que éstos realizaron, y que hoy en día aún se llevan a cabo, y se
debe reconocer que es herencia de aquellos que legaron sobre nosotros la
tarea de organizar una mejor sociedad.
Durante toda la historia de la civilización romana; ésta pasa por tres
procesos o formas de gobierno. Éstos fueron: la Monarquía, la República y el
Imperio. De las cuales, la primera sólo será desarrollada a grandes rasgos
para conocer acerca del origen de la ciudad y la primera forma de gobierno.
La segunda, será más detallada; etapa en la cual, la civilización alcanza su
mayor esplendor e incluso mayor expansión; y de la cual hemos adoptado
más elementos en cuanto a la organización política y social. Y la tercera
etapa, solo se mencionará brevemente, que es consecuencia de la crisis
social y política originada en la República y por ende surge una nueva forma
de gobierno.

4
Orígenes de Roma

En el primer milenio a.C. la península itálica estaba ocupada por


diferentes pueblos: latinos, sabinos y samnitas en el centro, etruscos en el
norte y griegos en el sur. Pero, a mediados del siglo VIII a.C. algunas tribus
de latinos se agruparon a orillas del río Tíber y se instalaron en el monte
Palatino. Más adelante, en el siglo VII a.C. los latinos ocuparon las siete
colinas próximas al río Tíber. Aquí formaron los primeros poblados que
dieron lugar a la ciudad de Roma. Sin embargo, a raíz de esto; existen dos
vertientes acerca de la historia sobre los orígenes de la gran ciudad, Roma.
Aunque ambas son de estilo mítico, y que, gracias a la tradición; se
mantuvieron y se mantienen como veraces hasta nuestros días.
En primer lugar, en una de estas leyendas; El escritor Virgilio escribió
en el siglo I a.C. "La Eneida" y en esta obra atribuía la fundación de Roma a
la voluntad de los dioses y héroes de la mitología griega. En este sentido, los
orígenes de la ciudad estaban ligados al héroe de Troya Eneas, hijo de la
diosa Venus, el cual huyendo de Troya, se estableció en el Lacio y fundó la
ciudad de Roma.
En segundo lugar, la leyenda más popular que se conoce acerca de la
fundación de Roma; es la de los gemelos Rómulo y Remo. Cuenta la leyenda
que, dos gemelos, Rómulo y Remo, hijos del dios Marte y de una
descendiente de Eneas, Rea Silvia, fueron abandonados en el río Tíber tras
su nacimiento. Milagrosamente fueron salvados y amamantados por una loba
y criados posteriormente por un pastor. Al convertirse en hombres decidieron
fundar una ciudad en el monte Palatino, el lugar donde la loba les había
salvado. Tras esto, los hermanos se pelearon, y Remo fue asesinado por
Rómulo, que fundó la ciudad de Roma en el año 753 a.C., (la ciudad es
llamada así por él mismo, en su honor); siendo este el primer rey de Roma.

5
Roma Monárquica

Durante esta etapa, Roma tuvo siete reyes: los cuatro primeros de
origen latino o de la Dinastía Latina, de los cuales se detalla a continuación
su periodo de gobierno: Rómulo (753 – 716 a.C.); Numa Pompilio (715 –
674 a.C.); Tulio Hostilio (673 – 642 a.C.) y Anco Marcio (642 – 617 a.C.).
Los tres últimos, etruscos o pertenecientes a la Dinastía Etrusca: Tarquino el
Antiguo (616 – 579 a.C.); Servio Tulio (578 – 535 a.C.) y Tarquino el
Soberbio (535 – 509 a.C.). Para ese entonces, el rey tenía los máximos
poderes: administraba justicia, dirigía el ejército y era el sumo sacerdote,
aunque su poder era limitado en el ámbito legislativo, ya que gobernaba con
la ayuda de un Senado (compuesto por los miembros de las grandes familias
aristocráticas) y este Senado o Consejo de Ancianos, tenía el derecho de
veto y sancionar las leyes hechas por el Rey. En esta etapa, la economía se
basaba en la agricultura y la ganadería principalmente.
Fue la primera forma política de gobierno de la ciudad estado de
Roma. Y todos los reyes, excepto Rómulo (por haber sido el fundador de la
ciudad), fueron elegidos por la Gente de Roma para gobernar de Forma
vitalicia, y ninguno de ellos usó la fuerza militar para acceder al trono.
Los historiadores antiguos afirman que el rey era elegido por sus
virtudes y no por su descendencia. El séptimo y último rey fue Tarquino el
Soberbio, que intentó gobernar como un déspota, con su propia voluntad
como única ley. Usó la violencia, el asesinato y el terror para mantener el
control sobre Roma como ningún rey anterior los había utilizado. Según la
leyenda se produjo una revuelta que acabó con la monarquía.
Los reyes etruscos llegan a su fin, por los continuos ataques de los
galos por el norte, y las guerras con los griegos, por el sur. Los plebeyos
aprovechan y se rebelan, logrando derrocar a los reyes etruscos. Así
comienza una nueva etapa: La República.

6
Roma Republicana

Es importante saber, ¿Cómo se cubrió el vacío institucional? En la


etapa de transición de Monarquía a república. La tradición e historiografía
tradicional aluden a que para evitar cualquier intento de regresión, por parte
de los nostálgicos, a la antigua institución; la magistratura suprema se
desdobló. Y por tanto, fueron dos personas las designadas para detentar el
poder: los cónsules. Pero el consulado no se genera, según la investigación
moderna, a partir del final de la monarquía.
La teoría más generalizada es la que plantea la cuestión de la
siguiente manera: al desaparecer la monarquía como forma de gobierno, y
hasta llegar al consulado como magistratura suprema colegiada, hay una
fase intermedia: se encontraría en la cúspide de los magistrados
componentes del aparato institucional de la primitiva República un único
funcionario, el praetor maximus, de nombramiento anual, con poderes
ejecutivos semejantes a los del rey, y sometido al control del Senado. Quien
procedería de la oligarquía patricia.
Este magistrado tendría la cooperación de dos quaestores, así como
la de dos magistrados auxiliares, los duoviri perduellionis. Los quaestores,
fueron desde el principio de la República colaboradores estrechos de los
cónsules, con funciones administrativas y jurídicas. Antes de fines del siglo V
eran dos. Luego su número fue paulatinamente aumentando, hasta llegar, en
tiempos de César, a ser cuarenta.
Los cuestores urbanos residían en Roma y sobre todo administraban
el tesoro público, custodiaban las banderas de guerra y el archivo del Estado.
Completaban el cuadro de gobierno dos asambleas, apenas desarrolladas,
procedentes de la monarquía, con funciones muy difusas y sometidas al
control del Senado: los comitia curiata. Y los comitia centuriata, la asamblea
del pueblo en armas.

7
Organización Territorial
En la etapa de la República, la organización territorial, se llevaba a
cabo de la siguiente manera; los territorios conquistados fueron organizados
en: PROVINCIAS. Al frente de ellas estaba el gobernador o “procónsul”
(después de ser cónsul). Este representante, organizaba el territorio y se
encargaba de explotar económicamente la provincia (extraía el máximo
posible de riquezas de ese territorio para el beneficio propio). El procónsul
tenía a sus órdenes al ejército. También se enriquecía enormemente.
Durante la República, Roma conquista todos los territorios de la península
itálica e inicia la expansión marítima. Para ello se enfrentó a la ciudad de
Cartago, potencia que dominaba el comercio del Mediterráneo.

Organización Política de la República

El modelo político republicano garantizaba a los ciudadanos la


participación y el control de los poderes públicos. La República no fue
democrática, sino oligárquica, es decir, los Nobles o Patricios eran quienes
gobernaban.
Durante la República hubo tres instituciones fundamentales, en las cuales
reposaba el gobierno de la misma. Son las siguientes: El Senado, El
Magistrado y Los Comicios.
Comicios o Asambleas Populares: formadas por ciudadanos que se
reunían para votar las leyes y elegir a los cónsules y demás magistrados.
Existían comicios por curia, compuestos por patricios y los comicios por
centuria, donde participaban plebeyos y patricios. La desigualdad de
derechos entre estos dos grupos dio origen a conflictos, lo que con el tiempo
permitiría la creación de los comicios tributos, donde los plebeyos
intervendrían directamente en la cosa pública. En la Asamblea Popular, que
recibía el nombre de Comicios; participaban todas las clases sociales
(siempre y cuando sean ciudadanos de Roma).

8
El Senado: Era un órgano asesor, ya existente durante la monarquía,
fue modificado al ingresar en él los plebeyos, convirtiéndose en un órgano
fundamental de poder que declaraba la guerra y firmaba la paz, establecía
alianzas con otros estados extranjeros, decidía la fundación de colonias y
gestionaba las finanzas públicas. El senado, debía ser consultado en todos
los asuntos y disponía de las finanzas (el dinero público).
Los Magistrados: eran los encargados de ejercer el gobierno. Los
Magistrados, eran aquellos funcionarios que se encargaban de una
determinada tarea (gobierno de la ciudad, cobro de impuestos, organización
del ejército, representar al pueblo de clase baja para defenderlo, etc.).
El conjunto de la ciudadanía elegía anualmente a dos magistrados,
conocidos como pretores (o jefes militares) que presidían la República y
mandaban el ejército. Estos recibieron más tarde el título de cónsules. La
participación dual en el ejercicio del poder supremo y la limitación a un año
de permanencia en la magistratura evitaban el peligro de la autocracia.
Además, formaban parte de las magistraturas o tareas administrativas:
Los pretores (encargados de administrar justicia), Los censores (realizaban
los censos de población), Los ediles curales (Ejercían una misión de policía
urbana. Tenían a su cargo el cuidado de los edificios públicos) Los cuestores
(quienes administraban las finanzas).

El Derecho Romano

A pesar de haber desaparecido la monarquía, el pueblo romano


continuó dominado por los patricios. La autoridad estaba en manos de los
cónsules y de los senadores que salían de sus filas.
Los plebeyos, que por lo general eran pequeños propietarios y
artesanos, sufrieron las consecuencias de las guerras contra los Tarquinos y
abrumados por las deudas quedaron a merced de los patricios, que los
subestimaban y escarnecían.

9
Esta diferencia de situación social provocó un conflicto que duró dos
siglos, desde el año 496 al 302 a.C., y culminó con el triunfo de los plebeyos
que obtuvieron el reconocimiento de sus derechos y la igualdad con los
patricios.
Fue en el año 496 a.C., cuando los patricios, para amedrentar a los
plebeyos crearon la dictadura, hasta entonces desconocida, por lo cual éstos
resolvieron abandonar la ciudad de Roma y establecerse en una colina
situada a corta distancia de la ciudad: el monte Sacro. Entonces, los patricios
enviaron a un hombre elocuente, el cónsul Menenio Agripa que, según la
tradición, les refirió el apólogo de los miembros y el estómago y logró que
regresaran a Roma, con la promesa previa de la creación de dos nuevos
magistrados, los tribunos de la plebe, que serían los defensores de sus
derechos.
Menenio Agripa les había dicho que los miembros del cuerpo humano,
cansados de alimentar al estómago, que aparentemente no trabajaba,
tramaron una conspiración y se rebelaron, negándose a llevar alimento a la
boca, pero al poco tiempo el cuerpo se debilitó y los miembros cayeron en un
estado de postración. Entonces los miembros comprendieron que el
estómago no permanecía ocioso y mediante la digestión de los alimentos
mantenía a todo el cuerpo en actividad. En consecuencia, Menenio Agripa
les explicó que los plebeyos eran los miembros y el Senado el estómago y
para que toda la sociedad funcionara en armonía, era necesaria la concordia.
La ley de las XII tablas o Ley de Igualdad romana es el reflejo de la
victoria de las rebeliones de plebeyos sobre los patricios. Se trata de la
primera ley escrita de roma. Recogía las normas que regulaban la
convivencia del pueblo romano y las reglas para impartir justicia.
Es el código más antiguo de Derecho Romano.
Para poder gobernar tan amplio territorio de una manera organizada
desarrollaron un conjunto de leyes conocidas como el derecho romano.
Estas leyes perduraron tantos siglos que las actuales se basan en ellas.

10
Organización Social

Durante el período de la República, existían en Roma dos grupos


sociales distintos:
En primer lugar los patricios, miembros de las familias dueñas de
tierras de la antigua Roma que formaban un orden social propio. Clase alta
romana, descendientes de las familias fundadores de la ciudad. Disponían de
muchos privilegios, puesto que eran los únicos que podían ocupar los cargos
públicos, tanto en el senado como en las demás magistraturas
Por otra parte, la plebe o plebeyos componían el otro elemento del
pueblo romano libre, su organización familiar estaba mucho menos
desarrollada que la de los patricios. Pagaban numerosos impuestos eran del
ejército. Apenas tenían derechos políticos, únicamente se les permitía
reunirse en asamblea una vez al año para elegir a los magistrados entre los
candidatos patricios. Todos estos inconvenientes de su situación les llevaron
a emprender diversas revueltas para reclamar más derechos.

Guerras Púnicas

Por guerras púnicas se denomina la serie de tres guerras libradas


entre Roma y Cartago en el período que va desde el año 264 hasta el 146
a.C. Para cuando se produjo el conflicto, este fue el mayor enfrentamiento
bélico que había tenido lugar hasta la fecha.
El término púnico deriva del latín punicus o poenicus e identifica a los
cartaginenses, en referencia a los ancestros fenicios de estos. Por su parte,
los cartagineses denominaron los conflictos como guerras romanas.

11
Causas de las Guerras Púnicas
La principal causa de las guerras púnicas fue el conflicto de intereses
entre el Imperio Cartaginense y la por entonces República de Roma, en
plena expansión y camino de convertirse en el vasto imperio en que se
convirtió.
Inicialmente, los romanos estaban interesados en expandirse vía
Sicilia, parte de cuyo territorio estaba bajo control cartaginés que, al iniciarse
la primera guerra, era el poder dominante al oeste del Mediterráneo con un
gran dominio marítimo. Roma era una fuerza que ascendía rápidamente en
Italia, pero carecía del poder marítimo de Cartago.
Sin embargo, al finalizar la tercera guerra tras más de cien años de
luchas y la consecuente pérdida de cientos de miles de soldados por ambas
partes, Roma logró conquistar el imperio cartaginés, destruyó su ciudad
capital y se convirtió en la civilización más poderosa del Mediterráneo y del
mundo.
Al finalizar las guerras macedonias, que ocurrieron de forma
simultánea a las púnicas, y con la derrota del rey Antíoco III el Grande, en la
guerra entre Roma y Seléucida en el mar oriental, Roma emergió como el
poder más dominante en el Mediterráneo y una de las ciudades más
poderosas en la antigüedad clásica.

Antecedentes

A mediados del siglo III a.C., Cartago era una gran ciudad ubicada en
la costa de lo que hoy conocemos por Túnez. Fundada por los fenicios a
mediados del siglo XIX a.C.. Fue una poderosa ciudad-estado con una
inmensa red comercial y a la que solo Roma, en toda la región, podía emular
en cuanto a población, riquezas y poder.
Aunque Cartago ostentaba el mayor poderío naval del mundo antiguo,
no mantenía un ejército grande permanentemente. Prefería contratar

12
mercenarios, sobre todo indígenas de Numidia, para que libraran sus
batallas. No obstante, la mayoría de los oficiales que comandaban sus tropas
sí eran ciudadanos naturales.
Los cartagineses eran reconocidos por sus habilidades para navegar.
Muchos provenientes de las clases bajas escogían la marina para servir, lo
que les proveía de ingresos estables y les permitía hacer una buena carrera.
En el año 200 a. C. la República Romana había tomado control de la
parte sur de la península itálica. A diferencia de Cartago, la República
Romana no disponía de una flota que le permitiera ser competitiva en
batallas navales contra la armada cartaginesa. Sin embargo, aunque los
comandantes romanos sabían que la batalla marítima estaría perdida incluso
antes de comenzar, también eran conscientes de la superioridad del Ejército
de Roma sobre los mercenarios de Cartago de modo que decidió atacar
Sicilia por tierra.
Tras la victoria en la Primera Guerra Púnica, los romanos comenzaron
a construir navíos similares a los cartagineses que les permitieran plantar
cara a su armada en el Mediterráneo.

Primera Guerra Púnica

La primera guerra estalló en Sicilia, la isla estaba habitada por


colonias griegas de la República Romana, en sus límites orientales, y
asentamientos occidentales de Cartago. La participación directa de Roma en
el conflicto se inició tras la petición de ayuda de la colonia griega de Mesina,
ubicada en el promontorio siciliano más cercano a Italia. El reclamo de los
habitantes de Mesina se desconoce si se debió más al temor por los
cartagineses o por sus vecinos griegos de Siracusa, pero lo cierto es que el
conflicto pronto escaló a un enfrentamiento directo entre Roma y Cartago.
Los romanos rápidamente rescataron Mesina del cerco de Cartago, la
facilidad con la que se produjo este movimiento militar da a entender que los

13
oficiales cartagineses aceptaron los términos romanos sin oponer mucha
resistencia ni trazar una estrategia. Este hecho trajo consigo la crucificción
por incompetencia del comandante de la guarnición de Cartago en Mesina.
Durante los años 262 y 261 a.C., las tropas romanas avanzaron sobre
Sicilia y capturaron Agrigento tras un prolongado sitio. Pero su conquista no
constituyó una ventaja convincente sobre los cartagineses, cuyo dominio
marítimo les permitió recuperar regiones costeras de Sicilia e incluso saquear
asentamientos costeros de Italia.
Como resultado de esto, en el 260 a.C., el Senado de la República
tomó una decisión trascendental: Cartago sería desafiado en su propio
terreno y Roma, hasta ese momento poderosa solamente por tierra,
comenzaría a armar una flota competitiva.
Tras una serie de derrotas en el mar, los romanos obtuvieron una gran
victoria naval el año 242 a.C. en la isla de Sicilia. La guerra acabó en el 241
a.C. con la cesión a Roma de la zona cartaginesa de Sicilia que se convirtió
en una provincia romana, la primera posesión exterior de Roma. Poco
después, Cerdeña y Córcega fueron arrebatadas a Cartago y anexionadas
como provincias. La primera (264-241 a.C.) de las Guerras Púnicas tuvo
como causa principal la posesión de Sicilia y supuso el nacimiento de Roma
como una gran potencia naval.

Segunda Guerra Púnica

Tras la Primera Guerra Púnica, en la que Roma y Cartago se


enfrentaron por el dominio de Sicilia y luego Cerdeña, las tensiones políticas
existentes entre ambas civilizaciones eran permanentes. Fue prácticamente
inevitable que estallara una segunda guerra que enfrentara a las principales
potencias del Mediterráneo puesto que las indemnizaciones que Cartago
tuvo que pagar a Roma eran excesivas, así que el pueblo cartaginés
comenzó su expansión por la península ibérica para ganar dinero. Este

14
proceso expansivo chocó de nuevo con Roma derivando en la Segunda
Guerra Púnica.

Inicio de la Segunda Guerra Púnica


Los cartagineses se expanden por la península ibérica hasta que
llegan al límite marcado por los romanos en el río Ebro, atacan Sagunto,
aliada romana y Roma les declara la guerra que se dividió en dos frentes.
Por un lado la guerra en la península ibérica y por otro la heroica marcha del
general cartaginés Aníbal a través de los Pirineos y los Alpes hasta llegar a
las puertas de Roma.

Marcha de Aníbal sobre Roma


Aníbal Barca forzó el estallido e inició la marcha sobre Roma, una
audaz decisión basada en la idea de que la mejor oportunidad de victoria
consistía en llevar a cabo una larga campaña en tierras itálicas.
En mayo del año 218 a.C., Aníbal marchó al norte desde Cartagena
con un ejército de cerca de 32.000 efectivos de infantería, 8.000 de
caballería y 37 elefantes. A pesar de lo dificultoso de la ruta, en la que tuvo
que cruzar los Alpes bajo el asedio de tribus hostiles, el líder cartaginés y sus
tropas llegaron al norte de Italia en octubre de ese mismo año.
Sin embargo, el enfrentamiento con tribus celtas y las dificultades del
viaje tuvieron un elevado costo. Al suelo de Italia llegaron 20.000 soldados
de infantería, 6.000 de caballería, y el número de elefantes sobrevivientes no
ha sido nunca precisado.
Para Diciembre, dos meses después de su llegada y tras la derrota o
retirada táctica de varias fuerzas romanas, el ejército cartaginés volvió a
incrementarse en número y entonces integró a 28.000 infantes y 10.000
efectivos de caballería. Este incremento en el número de tropas viene
producido por la unión de fuerzas galas y celtas al ejército de Aníbal, que
dejaron de ser leales a Roma ante la debilidad que mostraban sus legiones.

15
Lago Trasimeno – 217 a.C.
Luego de invernar en Bolonia, Aníbal se desplazó al sur en la
primavera del año 217 a.C. En mayo logró atraer fuerzas romanas hacia una
trampa. Era una mañana neblinosa y los romanos se desplazaron hacia una
estrecha llanura, adyacente al lago Trasimeno, desconociendo que en las
colinas que rodeaban el lago se encontraba apostado el ejército cartaginés.
Cuando este último atacó, los romanos estaban desprevenidos y carentes de
defensa alguna.
La emboscada en Trasimeno tiñó el lago de sangre y más de 15 mil
soldados perdieron la vida, con un saldo muy favorable para el ejército de
Cartago. Las mieles del éxito consolidaron la voluntad de Aníbal de continuar
su marcha sobre Roma. Esperaba que sus triunfos militares animaran a
muchos de los aliados romanos, a menudo descontentos, a acompañarlo.

Batalla de Cannas – 216 a.C.


En el año 216 a.C. se produjo la mayor victoria de Aníbal sobre los
romanos, una de las batallas más famosas de la historia. Los ejércitos
enemigos se encontraron cerca de la costa este de Italia, en Cannas, una
llanura abierta que el líder de Cartago había elegido para que su caballería,
que superaba en número a la de esa facción de la romana, operase con
comodidad.
La táctica de Aníbal en esta batalla aún es un clásico de estudio de
cómo concentrar al enemigo en un área, para atacarlo desde distintos puntos
y hacerles perder el sentido del orden y la uniformidad. La caballería
cartaginesa destrozó las legiones romanas y tan solo 10.000 legionarios
lograron escapar del desastre.

Las tácticas de Fabián – 216-203 a.C.


Después de la victoria en Cannas, más aliados de Roma se unieron a
la causa de Aníbal. No obstante, la mayoría se mantuvo firme en su lealtad al

16
gobierno de los césares, lo que supuso a la larga la derrota de Cartago.
Aníbal logró reunir el ejército más poderoso de la península itálica, pero sin
que fuera suficiente para subyugar a Roma.
La República Romana ejecutó una estrategia devastadora, promovida
por Quinto Fabio Máximo. El éxito de la política de este último le mereció el
título de Cunctator (el que retrasa). Su técnica consistió en molestar
continuamente al ejército de Aníbal, cortándole las líneas de suministros e
impidiéndole un tránsito fácil, pero siempre evitando los enfrentamientos
directos y masivos. Gradualmente, en doce años la estrategia romana
fructificó. Las tropas de Aníbal fueron perdiendo su fuerza con los continuos
enfrentamientos.
No obstante, actualmente sigue resultando extraordinario para los
estudiosos del tema la gran cantidad de tiempo que Aníbal permaneció
dentro de Italia como una fuerza extranjera, prácticamente aislada y que
apenas recibió unos pocos refuerzos de Cartago durante el conflicto.
Desde su llegada a través de los Alpes en el 218 a.C., el ejército
cartaginés no abandonaría el suelo romano hasta el año 203 a.C., cuando
debió partir para defender Cartago, amenazada en ese momento por un
ejército romano. En el año 202 a.C. Aníbal, sufrió en Zama la primera gran
derrota de su vida y también la primera derrota cartaginesa en la Segunda
Guerra Púnica.
El líder cartaginés nunca trató de destruir la capital del Imperio
Romano aunque era un movimiento que tenía al alcance de su mano debido
a que consideraba más importante tratar de lograr el apoyo de las tribus y
poblaciones conquistadas en años anteriores por Roma y obligar a esta a
pactar por la paz.

Fin de la Segunda Guerra Púnica – 201-150 a.C.


El tratado que puso fin a la segunda guerra fue más devastador para
Cartago que su predecesor. Debió renunciar a sus posesiones en España y a

17
las islas que le quedaban en el Mediterráneo, además de contraer el
compromiso de pagar durante 50 años una indemnización masiva y elevada.
De igual forma, Cartago accedió a subordinarse a Roma en todas las
materias relacionadas con la guerra y política exterior. Políticamente, esto
representaba el fin para Cartago, pero a nivel comercial, los descendientes
de los fenicios demostraron que no estaban acabados y para mediados del
siglo su esplendor volvió a despertar los celos y temores de Roma.
“Delenda est Carthago” (Cartago debe ser destruido), fue la frase
obsesiva de Cato, un líder orador de Roma por ese entonces. La tercera
guerra entre las dos partes comenzaba a asomar.

Tercera Guerra Púnica

La última de las tres guerras púnicas fue de menor duración que sus
predecesoras (149–146 a.C.). Estuvo enfocada principalmente en el territorio
de lo que hoy conocemos por Túnez y el escenario fundamental fue el cerco
o sitio a Cartago por parte de Roma.
Como resultado de esta guerra, Cartago fue completamente destruida
y sus territorios anexionados por Roma, con lo que su independencia llegaba
a su fin. De igual forma, su población sobreviviente fue sometida a régimen
de esclavitud.

Antecedentes de la Tercera Guerra Púnica


En los años comprendidos entre la Segunda y la Tercera Guerra
Púnica, Roma estuvo enfrascada en la conquista del imperio helenístico
hacia el este y sin misericordia reprimió a los pueblos hispánicos en el oeste,
a pesar de que estos habían sido esenciales para el triunfo romano en la
Segunda Guerra Púnica.
Cartago, despojado de aliados y territorios tras su derrota en los
conflictos anteriores, sufrió durante 50 años el pago de una extensiva

18
indemnización a Roma, contemplada en el tratado de paz de la Segunda
Guerra Púnica.
En el Senado romano, centraba habitualmente acalorados debates
debido a que algunos oradores como Cato el Mayor eran partidarios de
destruirla completamente y otros abogaban por vías diferentes de
coexistencia que no contemplaran su destrucción.
De igual forma, el tratado de paz establecía que todas las disputas
fronterizas que envolviesen a Cartago serían intermediadas y resueltas por el
Senado romano, entidad que además aprobaría si Cartago podía ir a la
guerra o no. Como consecuencia de esto, en los 50 años entre la Segunda y
la Tercera Guerra Púnica, todas las disputas entre Numidia, un aliado de
Roma, y Cartago fueron resueltas en Roma, mayormente en favor de la
primera.
Pero la situación cambió gracias a la eficiencia comercial y económica
de Cartago. Para el año 151 a.C. ya su deuda con Roma estaba saldada y
esto fue interpretado por los cartagineses que los términos del tratado de paz
llegaban a su fin. Sin embargo, para los romanos el tratado era una
declaración permanente de subordinación de Cartago hacia Roma.
Además, la culminación del pago de la indemnización favorecía
intereses hegemónicos y expansivos, pues Roma podía lanzarse a la
conquista de Cartago sin necesidad de interrumpir entradas considerables y
continuas de dinero. Otra arista que explica el interés que se impuso en
Roma por conquistar Cartago es de índole económica. Para mediados del
segundo siglo a.C. la población de la ciudad romana rondaba los 400.000
habitantes e iba en ascenso, lo cual significaba un aumento de la necesidad
de alimentos y mercancías. En ese sentido, las tierras que rodeaban Cartago
eran las más productivas, accesibles y quizás las de mayor rendimiento
agrario, entre todas las que hasta ese momento estaban bajo el control
romano.

19
Transcurso de la Tercera Guerra Púnica
En el año 151 a.C. Numidia emprendió otra disputa fronteriza contra
Cartago y sitió el pueblo cartaginés de Oroscopa. En respuesta Cartago
lanzó una gran expedición militar de 25.000 soldados pero ello no evitó que
sufriese una derrota militar y le fuese impuesta otra indemnización durante
50 años.
De manera inmediata, Roma mostró su desaprobación a la decisión
de Cartago de emprender la guerra con uno de sus aliados sin su
consentimiento y le impuso la condición para evitar una tercera guerra entre
ellos de “satisfacer al pueblo romano”.
Dos años después Roma declaró la guerra contra Cartago. Para tratar
de apaciguarla, los cartagineses hicieron varias gestiones y obtuvieron la
promesa de que si 300 muchachos de la clase alta eran enviados como
rehenes a Roma, podrían mantener los derechos sobre su tierra y su propio
gobierno.
Tras esto, la ciudad de Útica, un aliado púnico, declaró su desafecto
hacia Roma y esta congregó allí un ejército de 80.000 hombres. Entonces los
cónsules demandaron a Cartago que depusiera todas sus armas y luego de
esto le ordenó que moviese sus fronteras 16 kilómetros, mientras la ciudad
principal iba a ser incendiada. Cuando Cartago comprendió las intenciones
romanas decidió abandonar las negociaciones. La ciudad fue sitiada,
iniciándose así la Tercera Guerra Púnica.
Después de que la principal expedición romana se apostase en Útica,
los cónsules Manius Manilius y Lucius Marcius Censorius lanzaron un ataque
por dos flancos a Cartago, que fue eventualmente rechazado por el ejército
de los generales cartagineses Asdrúbal el Boeotarch y Himilco Phameas.
Censorius perdió más de 500 hombres cuando fue sorprendido por la
caballería de Cartago mientras recolectaba madera en las cercanías del lago
Tunis.

20
Un desastre mayor cayó sobre los romanos cuando su flota fue
abrasada por las bolas de fuegos lanzadas desde barcos cartagineses.
Ante los fracasos, Manilius fue reemplazado por el cónsul Calpurniues
Piso en el año 149 a.C. después de una severa derrota del ejército romano
en Nepheris, al sur de la ciudad principal, donde había una fortaleza
cartaginesa.
En el otoño del año siguiente Piso tuvo que retirarse luego de fallar en
su intento por tomar la ciudad de Aspis, cerca de Cape Bon. Esto no le hizo
cesar en su empeño y cargó contra el pueblo de Hippagreta en el norte, pero
su ejército fue incapaz de derrotar a los púnicos allí antes de la llegada del
invierno y tuvieron que retirarse nuevamente. Cuando estas noticias llegaron
a Roma, Piso fue sustituido como cónsul por Scipio Aemilianus conocido
como Escipión el Africano.
Los cartagineses resistieron las embestidas romanas desde inicios del
año 149 a.C. hasta la primavera del 146 a.C., cuando Escipión invadió con
éxito la ciudad. Aunque el pueblo púnico peleó valientemente, fueron de
manera gradual cediendo terreno ante la supremacía de la fuerza militar
romana, hasta ser derrotados completamente.

Final de la Tercera Guerra Púnica


Muchos cartagineses murieron producto del hambre durante la última
parte del conflicto, y muchos otros en los escenarios militares durante los
seis días finales de la guerra. Cuando esta terminó, los 50.000 hijos de
Cartago que permanecieron con vida, una pequeña parte de la población
existente antes del enfrentamiento bélico, fueron esclavizados por los
vencedores.
La ciudad fue consumida por las llamas durante 17 días. Sus muros y
edificaciones fueron completamente destruidos. Los territorios cartagineses
que sobrevivieron a la destrucción, fueron anexados por Roma y
reconstituidos como la provincia romana de África. Un siglo después, Cartago

21
fue reconstruida como una ciudad romana por Julio César, y poco tiempo
después se convirtió en una de las principales poblaciones Imperio en el
continente africano.

Crisis de la República

La victoria en las Guerras Púnicas, hizo que Roma se convirtiera en la


principal potencia mundial, dominaba el Mediterráneo y había conquistado la
mayor parte de poblaciones costeras de este mar, Grecia era una de ellas.
Del país heleno, Roma exportó la política y la cultura, esto afianzó la
República Romana como una nación moderna.
Las conquistas proporcionaron a Roma grandes riquezas pero
originaron enormes desigualdades sociales. Algunas personas se
enriquecieron con los botines de guerra, el cobro de impuestos, pero una
parte de los campesinos se arruinó y ello provocó conflictos sociales, como la
revuelta dirigida por los hermanos Graco en el siglo II a.C. que buscaba un
mejor reparto de la riqueza.
Ante esta situación, el Senado y los magistrados entregaron el poder a
jefes militares que acabaron enfrentándose entre sí y dando lugar a las
guerras civiles. Las guerras civiles que enfrentaron a diversos cónsules que
luchaban por tener el poder en exclusiva, sin compartirlo con el otro cónsul.
Algunas familias plebeyas se aliaron con las viejas familias patricias
para excluir al resto de ciudadanos de las más altas magistraturas y del
Senado. La gradual desaparición de los campesinos, causada por la creación
de grandes propiedades agrarias, de un sistema de producción esclavista y
por la devastación del campo por la guerra, condujo al desarrollo de un
proletariado urbano cuya opinión política no se tenía en consideración.

22
Conflicto de los Gracos
Para cuando Tiberio y Cayo Graco fueron elegidos como tribunos de
la plebe en el año 134 a.C., todo parecía ir bien en la República. El principal
problema eran las enormes diferencias sociales que provenían de un cambio
en el modelo de cultivar las tierras.
Hasta el periodo de conquistas, la agricultura en Roma se basaba en
pequeños cultivadores que trabajaban sus propias tierras y obtenian
beneficios vendiendo sus productos en la ciudad. Con la llegada de las
conquistas, el terreno para cultivar se amplió y los patricios más adinerados
adquirían grandes superficies de cultivo. Contrataban un gerente y a un
grupo de esclavos para que trabajaran gratis sus tierras y así obtener el
máximo beneficio, los patricios se convirtieron en terratenientes y la
agricultura estaba basada en los latifundios.
La situación para los pequeños cultivadores era lamentable, es por
eso que con la llegada de los Gracos al poder, propusieron la realización de
una reforma agraria que acabara con esta injusticia. El objetivo era repartir
mejor las tierras para que los ciudadanos romanos pudieran competir en el
mercado agrario.
En respuesta a la propuesta de los Gracos, que iba tomando forma y
camino de hacerse realidad, un grupo de nobles asesinaron a los hermanos
desatando una serie de guerras civiles y revueltas.

Guerras Civiles
Tras el violento asesinato de los hermanos Graco, comenzó el siglo I
a.C. un siglo de crisis dominado por un gran número de revueltas de
esclavos y guerras civiles que desangraron Roma.
La República Romana se había creado para evitar concentrar el poder
en una sola persona. Sin embargo los generales, con las conquistas de la
República habían conseguido mucho poder gracias a las riquezas de los

23
nuevos territorios y al apoyo de sus legiones. Así, los generales pugnaban
por hacerse con el poder en solitario.
Los primeros en enfrentarse fueron Lucio Cornelio Sila y Cayo Mario,
apoyados por las facciones del senado Optimates y Populares
respectivamente, por el honor de liderar la guerra contra Mitrídates VI rey de
Ponto. Esta fue la Primera Guerra Civil de la República Romana entre 88 y
81 a.C., de la que Sila resultó vencedor y encargado de la guerra contra
Ponto, mandó al exilio a Mario. Cuando volvió de Asia, Sila se estableció
como dictador de Roma.
Entre las revueltas producidas en este siglo, cabe destacar también la
Tercera Guerra Servil o Guerra de los Gladiadores que tuvo lugar entre el 73
y el 71 a.C. Durante estos años un pequeño grupo de 70 gladiadores
liderado por Espartaco se fugó y comenzó a deambular por Italia asaltando
las poblaciones de la península. Este grupo acabó estando formado por
cerca de 120.000 hombres, mujeres y niños en su mayoría esclavos. De
entre ellos los adultos capacitados constituyeron un potente ejército al que
las legiones romanas le costó batir.

Primer Triunvirato
Es la alianza política formada por el caudillo Cneo Pompeyo Magno, el
general Marco Licinio Craso y el general Julio César. El primero había
combatido a los piratas en el mar, el segundo terminó con la revuelta de
Espartaco y el tercero que al comienzo del tirunvirato no tenía mucho
reconocimiento fue más tarde, el gran general que sometió a las Galias.
En el 70 a.C. Pompeyo y Craso eran cónsules y se opusieron a Sila.
Más tarde Julio César es apoyado por los cónsules en su propuesta de
reforma agraria conformándose así el primer triunvirato. Pompeyo se quedó
en Roma, Craso partió a gobernar la provincia romana de Asia Menor donde
murió y Julio César se encargó de la guerra de las Galias.

24
Con Craso muerto, Pompeyo solo en Roma comenzó a temer el poder
que Julio César estaba adquiriendo con sus victorias en la Galia. El Senado
presiona a Pompeyo a que mande volver a Julio César para ajusticiarlo, sin
embargo este se da cuenta de que una vez en Roma sería juzgado y se
dirige con sus tropas a Roma iniciando de este modo la Segunda Guerra
Civil de la República Romana.
La batalla de Farsalia supone la derrota de Pompeyo frente a Julio
César que una vez terminada la guerra se estableció como máximo
mandatario dejando al senado con un papel meramente consultivo.
Finalmente Julio César fue asesinado el 44 a.C. por un cuantioso grupo de
senadores partidarios de Pompeyo en el episodio conocido como los Idus de
Marzo.

Segundo Triunvirato
Tras el asesinato de Julio César, existe un vacío de poder en la
República Romana. Se forma el Segundo Triunvirato, alianza que perduró
desde el 43 a.C. hasta el 27 a.C. La alianza estaba constituida por Marco
Antonio, César Octaviano y Marco Emilio Lépido.
Tras la muerte de Julio César a manos de Casio y Bruto entre otros,
Marco Antonio expulsó a sus asesinos y se hizo con el poder. Sin embargo,
César había nombrado sucesor a su sobrino Octaviano. El senado apoyó al
segundo puesto que estaba en contra de Marco Antonio, pero Octaviano
sabiendo que el senado solo queria utilizarlo se reunió con Marco Antonio y
con Lépido para firmar el Pacto de Bolonia que significaría la constitución del
Segundo Triunvirato

25
Roma Imperial

Fin de la República

Octavio fue el encargado de velar por Roma mientras que Marco


Antonio partió a la provincia de Egipto junto con Cleopatra. Sus vidas eran
muy distintas, el primero debía ocuparse de sofocar los constantes disturbios
en Roma mientras que el segundo se permitía todo tipo de lujos junto con su
amante Cleopatra.
Octavio apoyado por nobleza y proletariado y cansado de las
concesiones que se le hacían a Marco Antonio, decidió hacerse con el poder
absoluto. Se enfrentó primero a Lépido encargado de África y la arrebató en
el año 36 a.C. y posteriormente a Marco Antonio y Cleopatra. El
enfrentamiento principal se produjo en la batalla de Accio en el 31 a.C.
Octavio resultó vencedor y pasó a llamarse Augusto.
Octavio contaba con el apoyo y buena consideración de Senado,
nobleza y proletariado, además era el comandante de un gran número de
legiones que combatían por él sin dudarlo. Todo ello le llevó al Senado a
proclamarlo en el 27 a.C. Emperador Romano o comandante de todos los
ejércitos. Daba comienzo un periodo de transición con una aparente
república pero con todo el poder situado sobre César Augusto Octavio. Daba
comienzo el Imperio Romano.
Con la victoria en la batalla de Accio, Octavio derrota a Marco Antonio
y anexiona los territorios de Egipto ,que hasta ahora habían estado en
propiedad de Cleopatra, a Roma. Comienza entonces un periodo de ficticia
estabilidad en el cual Octavio va construyendo poco a poco una nueva forma
de gobierno, el imperio.
Con su llegada al poder comenzó a realizar reformas lentas y
espaciadas que prometían mejorar el funcionamiento de la República.
Octavio era un hombre astuto e inteligente además de gran orador, fingió una

26
retirada de la vida pública, tras ella el pueblo romano unido (tanto nobleza
como proletariado) cansados de las interminables guerras civiles concedieron
todo su apoyo a Octavio que ofrecía paz a cambio del poder absoluto de
Roma.
Así, en el año 27 a.C. el Senado condecora a Octavio con el título de
Augusto o “divino” y lo nombra Imperator Caesar Augustus que significaba
comandante de todos los ejércitos. Esta es la fecha en la que se suele fijar el
inicio del Imperio Romano sin embargo lo que da comienzo es una lenta pero
magnífica transición llevada a cabo por Octavio a esta nueva forma de
gobierno.

REFLEXIÓN PERSONAL

Para mí, fue muy importante reconocer el legado que hemos heredado
de parte de los romanos. Pudiera decir, que son grandes aportes que
aquéllos han realizado para el enriquecimiento de nuestro ser social. Es
necesario entender, que nuestro funcionamiento como sociedad, lo debemos
en gran parte a estas civilizaciones la romana y la griega; y en cuanto a estos
últimos, quienes sucumbieron finalmente al dominio de Roma. Pero que de
igual forma, contribuyó en gran parte al patrimonio del cual hoy día somos
herederos.
A las civilizaciones griega y romana, debemos lo que somos hoy
realmente. La primera, por idear, pensar y reflexionar acerca de cómo debe
organizarse y cómo debe vivir el hombre. La segunda, por llevar a cabo todo
este cuerpo teórico y ponerlo en práctica; hacerlo vida. Debemos entender
que somos parte de una herencia. Unos nos indicaron o nos invitaron a
reflexionar y pensar acerca de nuestro comportamiento, mientras otros nos
mostraron, como este sí se podía llevar a la vida cotidiana.
También, es necesario hacer mención a la vida de la república de
Roma, ese modelo de república ideal, contrastado con las repúblicas

27
actuales. En aquél entonces, el gran número de soldados en el ejército
romano, hacía de esta república la más formidable. Se observa también, que
el auge de esta república se debió en gran parte al trabajo de su enorme
ejército. En el caso de Venezuela, nuestra actual república, observamos con
dolor cómo unos pocos, valiéndose de la fuerza militar; se sigue
manteniendo en pie.
En pleno siglo XXI, vemos como inconcebible aún la figura de
monarcas; pero ¿qué decir de los dictadores que usen la fuerza militar para
proseguir en el poder?
Nuestra reflexión debe llevarnos, a entender que la fortaleza de una
república, tal y como la concibieron nuestros filósofos griegos radicaba en un
buen ciudadano, y no en la fuerza bruta de un cuerpo militar. Es momento de
dejar de creernos patricios y plebeyos, y comenzar a reflexionar
verdaderamente sobre el rumbo de nuestra república, lo que queremos sus
ciudadanos, los de la vida cotidiana y no dejar que otros decidan sobre
nosotros o que por el hecho de pensar distinto, haya que sucumbir ante una
fuerza, casi inexistente. La verdadera república, es y será construida por
ciudadanos valerosos, honestos e inteligentes, cuya capacidad permita
mantener el rumbo de una sociedad más justa en la que la concordia sea la
máxima de vida.

28
Anexos

29
30
31
32
33
REFERENCIAS

 Bravo, G. (1998). “Historia de la Roma Antigua”.


Madrid-España. Alianza.

 Salazar, G. (2010). “La República Romana”. México.


Universidad Americana.

 Departament D´ História de I´ Antiguitat i la Cultura


Escrita (2010). “Historia Antigua Universal”. Girha.

 www.romaimperial.com/republica-romana/

34

También podría gustarte