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Sobre la posibilidad del conocimiento

Conference Paper · November 2009

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Diego Arbelaez
Universidad de Buenos Aires
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Diego Iván Arbeláez
Código 75497
¿Podemos conocer? ¿Es posible el conocimiento?

Es común afirmar cotidianamente que conocemos algo, que sabemos que es así y no de otra
manera, pero nunca nos paramos analizar que implica nuestra aseveración. Nunca nos
llegamos a preguntar ¿qué significa conocer algo o tener conocimiento de algo?, y si es
posible o no que llegásemos a alcanzarlo. ¿Es posible que una persona conozca algo? ¿Es
posible el conocimiento? En torno a estas preguntas fundamentales de la epistemología se
configura la discusión, objeto de estudio de esta ponencia, entre el escepticismo que niega
la posibilidad de conocer y el epistemismo que afirma la posibilidad de conocer. Pero
¿cómo podemos analizar críticamente ambas posiciones teniendo bajo la misma balanza los
argumentos de ambas partes? un epistemista afirmaría que obtenemos conocimiento de las
cosas por medio de nuestros sentidos cuando las vemos, tocamos, olemos etc. Mientras que
un escéptico radical hasta negaría que conocemos las cosas con que cotidianamente
interactuamos y sus cualidades como el color del lapicero, la forma del libro, el sabor de la
cerveza etc.

Esta ponencia pretende llevar a cabo una discusión estructurada lógicamente en torno a la
posibilidad del conocimiento. Asumiendo como conocimiento, la creencia verdadera
justificada o noción tripartita del conocimiento que fue objeto de exposición en la ponencia
del foro pasado y que será retomada en esta.

Así pues, los argumentos, objeciones y replicas deberán ser expuestos en premisas
lógicamente relacionadas, de modo tal que permitan mostrar hacia donde atacan o
defienden sus argumentos, y a su vez, permitan analizar donde se comete algún tipo de
falacia en la argumentación. Argumentos o ataques que estarán dirigidos a la posibilidad o
imposibilidad de que se cumplan las condiciones necesarias para que una creencia sea
tomada por conocimiento

De modo tal que se establecerá una definición de conocimiento como condiciones


necesarias y suficientes para qué se dé el conocimiento; y con base a estas condiciones, se
presentaran los argumentos tanto escépticos como epistémicos que serán expuestos en
forma lógica al igual que sus objeciones que niegan o afirman la posibilidad de que se
cumplan las condiciones establecidas.

I. Análisis del conocimiento

¿Cuáles son las condiciones necesarias que debe cumplir una creencia para que pueda ser
considerada conocimiento? Es decir, ¿qué quiere decir una persona cuando afirma que cree
conocer sobre algo? ¿Qué es conocer? ¿Qué es el conocimiento? Es necesario aclarar que
no nos centraremos en un análisis de todo tipo de saber, ya que la discusión entre
escépticos y epistemistas es sobre el saber proposicional o conocimiento de que p, no un
saber práctico, el cual se caracteriza por un saber hacer como saber nadar; o un
conocimiento por familiaridad como conocer una ciudad o una persona por ejemplo
Gregorio conoce a David Miller. Es un saber teórico calificable de verdadero o falso que en
el análisis tradicional lo define como creencia verdadera justificada o la noción tripartita del
conocimiento. Asi pues, una persona (A) conoce o sabe un juicio (p) si y solo si:

1. A cree que p (que sea una creencia)


2. p es verdadero (que sea verdadera)
3. la creencia de A de que p está justificada (que sea justificada)

1. La primera condición es que sea una creencia (A cree que p)

Tomando la definición de creencia desde la filosofía de la mente en la relación mente-


mundo que nos expone John Searle en su texto sobre la Intencionalidad, partiendo del
supuesto que todos aceptamos que existe un mundo en donde se dan los hechos y que
existe una mente en donde se dan los estados mentales como creencias, deseos etc.
estudiando la creencia como un estado mental que intenta representar un estado de cosas
del mundo ¿cómo es posible que en este auditorio lleno de sillas, rodeado de paredes y
ocupado por unas personas de carne y hueso, se puedan dar pensamientos o creencias
sobre este mismo auditorio, sobre las personas que se encuentran presentes o inclusive
sobre las creencias de estas personas?

¿Qué es una creencia? La creencia es un estado mental que se dirige a un estado de


cosas, el hecho, es decir, es un estado mental que tiene un objeto intencional o un
contenido que representa en el mundo. Por ejemplo, si yo creo que la hoja de papel es
blanca, mi creencia se dirige a una hoja de papel, y por lo tanto, la hoja de papel blanca es
el contenido de mi creencia, su contenido intencional, y el hecho como tal, al que se dirige
mi creencia es la hoja blanca física.

2. La segunda condición es que la creencia debe ser verdadera

La creencia tiene unas condiciones de satisfacción que determinan su veracidad, es decir,


la creencia solo puede ser satisfecha o acertada si los acontecimientos suceden
efectivamente en el mundo como suceden en mi mente. Así pues, si creo que va a llover
lo que hace que mi creencia sea acertada o desacertada es que efectivamente llueva. Una
creencia, que es un estado mental, puede ser verdadera o falsa en la medida que se
corresponda con un hecho que es un acontecimiento en el mundo.

¿Qué es la verdad? Es un calificativo de la creencia que consiste en su adecuación o


correspondencia con el hecho que pretende representar. Por lo tanto, una creencia es
verdadera si designa efectivamente un hecho real. La noción de verdad por adecuación o
verdad por correspondencia.

¿Pero será que estas dos condiciones (creencia, verdadera) son suficientes para que una
creencia sea considerada conocimiento? ¿Habrá casos en los que una creencia verdadera no
sea un conocimiento sobre el mundo? ¿Conocimiento es igual a creencia verdadera?
Contraejemplo (creencia verdadera afortunada)
Una creencia verdadera que es producto de la fortuna, nos proporciona un contraejemplo de
creencia verdadera que no implica un conocimiento del mundo. Por ejemplo, jugar a los
dados, apostar al resultado de un partido de futbol, nunca pueden ser un conocimiento sobre
el número que caerá, el acertar en estos casos es simplemente un producto del azar o de la
suerte, y no un saber que podamos garantizar y tomar así por conocimiento. ¿Qué es lo que
distingue al conocimiento de la mera creencia verdadera? ¿Cuál es la diferencia entre un
conocimiento y una creencia afortunada? ¿Cual otro requisito debe cumplir una creencia
verdadera para que pueda ser considerada conocimiento? incluso los que no creen en un
conocimiento posible (ósea los escépticos) han considerado que el valor cognoscitivo de
una creencia verdadera es su posibilidad de justificación, es decir, qué tantos respaldos
tiene una persona para sustentar lo que cree, aunque esta creencia ya se haya correspondido
con un estado del mundo.

3. La tercera condición es que esta creencia verdadera tiene que estar justificada

Y aquí se resalta una tercera condición del conocimiento, que sea una creencia verdadera
justificada, que vemos aparecer en el primer análisis filosófico sobre el conocimiento, el
cual es uno de los diálogos socráticos de Platón y que se titula el Teéteto. Una persona en
condiciones normales, puede creer que hoy ganara la lotería, y puede efectivamente ganar
la lotería, pero no tiene forma de justificar su creencia aun si efectivamente ganara la
lotería, y por lo tanto no puede asegurar que sabe o que conoce el resultado a su favor de
la lotería.

¿Qué es una justificación? Una justificación es un respaldo que me permite sustentar el


carácter veraz de mi creencia, este respaldo es un sustento de mi creencia que funciona
como indicativo o evaluador de la veracidad de mi creencia. Y es genuina cuando
permiten explicitar patrones o normas a través de los cuales evaluamos las creencias, por
esto, el azar o la suerte no son justificaciones genuinas ya que no obedecen a ningún
patrón, y no permiten juzgar o deducir la relación de correspondencia que se da entre la
creencia y el hecho

¿Y qué tipos de justificación me permiten establecer patrones que hacen que mi creencia
sea verdadera? ¿Qué formas hay para justificar que apoyan genuinamente una creencia
verdadera? Existen dos formas muy comunes de justificación, la evidencia empírica que
nos presentan nuestros sentidos y la coherencia lógica que se determina por la relación
lógica con otras creencias.

La evidencia empírica es la justificaciones de mis creencias sensibles ¿cómo justifico las


creencias sensibles que generamos continuamente? El empirismo clásico responde a esta
pregunta a través de una explicación sensorial, según el empirismo las creencias sensibles
se justifican gracias a los datos sensoriales que captamos a través de nuestros sentidos,
datos sensoriales que no son en sí creencias sino meras sensaciones o impresiones, pero
que justifican mis creencias sensibles. Creo que está lloviendo porque percibo a través de
mis sentidos, ya sea la visión, el tacto o el oído, datos sensoriales, ya sean imágenes de
goteras cayendo, sensaciones en mi piel de gotas que me golpean, o sonidos de la caída de
las gotas sobre la superficie de suelo o sobre las construcciones que hay a mi alrededor, en
fin cualquier dato sensorial que justifice mi creencia sensible.

Otro tipo de justificación genuino es la coherencia lógica, esta se define en relación con
otras creencias. Por ejemplo, puedo creer que voy a morir porque creo que soy un ser vivo
y porque creo que los seres vivos mueren, y por lo tanto siendo coherente con mis otras
creencias, es una creencia verdadera justificada coherentemente creer que voy a morir.

En resumen, vemos pues aparecer las tres condiciones para que una creencia sea
considerada conocimiento en su definición como creencia verdadera justificada o
noción tripartita del conocimiento dadas sus tres condiciones:

1) Que sea una creencia ( que en realidad lo crea la persona que la dice)
2) Que esta creencia sea verdadera (que se corresponda con un hecho)
3) Que esta creencia verdadera este acompañada de una justificación que la
sustente (sustentada en evidencia empírica o coherencia lógica)

Sin embargo es importante mostrar que a pesar de que estas tres condiciones son necesarias
para que una creencia sea considerada conocimiento, son catalogadas por muchos expertos
en el problema como insuficientes. Desde la aparición en la discusión de un tipo de casos
llamados “casos Gettier”, la noción tripartita queda falsada porque muestra creencias
verdaderas y justificadas que no pueden ser tomadas por conocimiento;

Los “casos Gettier” pueden ser representados mediante el siguiente ejemplo: supónganos
que diego ve la final del mundial en la televisión, y ve que gano Brasil, por lo tanto diego
cree justificadamente que gano Brasil. Sin embargo diego ignora que lo que vio fue la
repetición del año pasado aunque Brasil haya vuelto a ganar. Por lo tanto su creencia en que
Brasil gano este año, aunque sea verdadera y esté justificada, no se puede tomar por
conocimiento.

Los contraejemplos de Gettier muestran como una creencia puede ser verdadera y tener
plena justificación sin que pueda ser tomada por conocimiento. Lo que resalta pues que la
discusión en torno a una definición completa del conocimiento queda abierta, estas
condiciones no son suficientes sin embargo no dejan de ser necesarias para estructurar los
argumentos de la discusión en torno a la posibilidad del conocimiento.

II. La posibilidad del conocimiento

Reformulemos el problema dados los elementos del análisis: ¿es posible el conocimiento
como creencia verdadera justificada? En torno a esta pregunta se dan dos posiciones
contrarias entre sí: posición epistemista que defiende o afirma que si podemos conocer,
Posición escéptica que niega o ataca la posibilidad de conocer. Cada una implica la
negación de la otra, y resulta imprudente descartar cualquiera de las dos sin antes analizar
sus argumentos.
La mayoría de los ataques escépticos se dirigen a la posibilidad de la tercera condición del
conocimiento; como veremos a continuación, desde una crítica dirigida a la justificación de
las creencias sensibles que es la experiencia sensorial, y en general a la información que me
otorgan los sentidos. La cuestión que pretenden poner en tela de juicio los escépticos, es si
el tipo justificación basado en la evidencia empírica o estimulación sensorial, es una
genuina justificación para qué una creencia sea tomada por conocimiento.

Los epistemistas por otra parte estarán respaldando la justificación empírica recurriendo al
testimonio de otros y la coherencia mostrando pues como los dos tipos de justificación se
complementan, contraatacando a los escépticos.

Después de las defensas que muestran los epistemistas, los escépticos terminaran atacando
los respaldos de la justificación empírica, inclusive atacando la justificación en la
coherencia, desde las posibilidades lógicas de sus argumentos.

Los epistemistas al final terminan recurriendo a una apelación al sinsentido epistemológico.


Ya que según ellos, el escéptico deja volar la imaginación hasta el punto en que pierde la
noción de la realidad, lo que en el fondo devela la falsedad factual de sus posibilidades
lógicas.

Vamos a analizar estas posiciones más minuciosamente para mirar cual presenta los
argumentos más fuertes y evaluar cual de las dos posiciones se sostiene:

I. Argumento escéptico: argumento del error

Según los elementos que nos ha ofrecido la discusión podemos decir que enunciamos
nuestras creencias sensibles de acuerdo a lo que percibimos o como se aparece algo en
nuestros sentidos en un momento dado, sin embargo, no se ha resaltado que la percepción
es relativa a muchos factores que determinan las condiciones de una percepción correcta
(punto de vista, iluminación, las condiciones del observador etc.) Y dado que la percepción
depende de estos factores, podemos cometer errores al formular nuestras creencias
sensibles. Como todas nuestras creencias sensibles parten de la percepción, siempre que
formulamos una creencia sensible es posible que nos equivoquemos. Y por lo tanto, no
podemos justificar la verdad o falsedad de nuestras creencias sensibles, condición necesaria
para que sea considerada conocimiento, justificándonos en nuestra evidencia empírica.
Podríamos resumir el argumento en tres premisas

1. si a veces nos equivocamos con nuestras creencias sensibles basándonos en nuestra


evidencia empírica
2. entonces siempre es posible que nos equivoquemos basándonos en nuestra
evidencia empírica
3. por lo tanto nunca sabemos si nuestras creencias sensibles son conocimiento

Objeción: falacia de inducción o generalización apresurada


El epistemista dirige una objeción a este argumento escéptico señalando como se comete
una razonamiento lógicamente incorrecto al pasar de la premisa uno a la dos, ya que del
hecho de que algunas veces nos equivoquemos no se puede inferir que siempre es posible
que nos equivoquemos puesto que se tomaría un solo ejemplo para establecer
apresuradamente una generalidad cometiendo la falacia de inducción derivando lo general
de lo particular.

Replica a la objeción: no hay diferencia

El escéptico replica esta objeción indicando que no hay diferencia en el hecho de que no
sea siempre, a pesar de que una persona pudiera tener creencias verdaderas no está en una
mejor posición para saber si su creencia es falsa que si es verdadera, ya que su evidencia es
engañosa, y por lo tanto no puede tomar a ninguna de las dos creencias, ya sean verdaderas
o falsas, como conocimiento.

Supongamos que dos pervertidos miran a través de dos ventanas (una de cristal oscuro y la
otra de cristal trasparente) una chica que se está vistiendo. Un pervertido cree que es blanca
verdaderamente y el otro cree que la chica es morena equivocadamente. Los dos tienen
tanta evidencia para saber si es blanca o morena, por lo tanto la única conclusión razonable
es que ninguna de las creencias puede valer por conocimiento.

II. Argumento escéptico del error generalizado: argumentos de la experiencia


ilusoria

Es una forma generalizada del argumento del error ya que no solo es alterada una cualidad,
sino que percibimos algo que ni siquiera existe, por ejemplo cuando soñamos vemos y
sentimos cosas que son producto de nuestra mente, nuestra experiencia en los sueños se
basa en una percepción de algo que no existe. Así, podríamos decir que dos personas
podrían ver la misma cosa aunque una perciba algo que existe y la otra persona se la este
soñando, y por lo tanto una generar creencias verdaderas y la otra persona creencias falsas.
Y como ambas se justifican en su evidencia empírica nunca podemos distinguir creencias
verdaderas de falsas:

1. Las percepciones de una persona que tiene creencias sensibles verdaderas, pueden
ser duplicadas en percepciones de una persona que tiene creencias sensibles falsas.
2. entonces siempre es posible que nuestras creencias sensibles sean falsas.
3. Por lo tanto nunca podemos saber si nuestras creencias sensibles son verdaderas.

Objeción epistemista: comete la misma falacia de generalización

Un epistemista sostendría que este argumento al poseer la misma forma lógicamente


incorrecta del argumento del error, comete la misma falacia de inducción, del hecho de que
a veces soñamos algo que no existe y nos equivocamos en nuestras creencias basadas en
esto, no se puede generalizar y decir que siempre depende de algo que soñamos.
Replica escéptica: de nuevo no habría diferencia

El escéptico replica que aun si se aceptara que no siempre estamos soñando, no estamos en
mejor posición cuando estamos despiertos si no podemos distinguirlo de estar dormidos
soñando, es por esto que Descartes al respecto nos dice:

Y deteniéndome en este pensamiento, veo tan manifiestamente que no existen


indicios concluyentes ni señales lo bastante ciertas por medio de las cuales pueda
distinguir con nitidez la vigilia del sueño, que me siento realmente asombrado; y mi
asombro es tal que casi me llega a convencer de que duermo1.

III. Argumento epistemista de constatación: el testimonio de otros

El epistemista sostiene que sí hay forma de constatar, si nuestras creencias se basan en un


sueño. Esto es, a través del testimonio de otros que saben que esto no sucedió, que
simplemente fue el producto de un sueño. Muchas personas están en posición de decirnos si
nuestras creencias se basan en un sueño o no, lo que descartaría la posibilidad de que
nuestras creencias sensibles se equivoquen por ser duplicaciones falsas.

Objeción escéptica: petición de principio

El escéptico resaltaría que lo que otros me dicen también puede ser el producto de un
sueño, es decir, inclusive el hecho de percibir el testimonio de otros puede ser producto de
nuestros sueños, y por lo tanto no sería una evidencia fidedigna. Para aceptar el testimonio
de otros, deberíamos tener una experiencia real de lo que el otro dice, y esto precisamente
es lo que está en tela de juicio. El argumento epistemista que se basa en el testimonio de
otros comete una petición de principio ya que presupone o pide de entrada lo que se
pretende demostrar.

IV. Argumento epistemista: la coherencia lógica

Un epistemista podría sostener que otra forma de constatar que su creencia no se basa en
un sueño o una alucinación es a través de la relación coherente con otras creencias.
Imaginémonos a un hombre que a causa de la deshidratación alucina que bebe agua; el
hombre en efecto siente como el agua pasa por su garganta sabe agua, huele a agua, se ve

1
DESCARTES, René. Meditaciones metafísicas. En: obras escogidas. Buenos aires: Charcas, 1986. Pág. 217
como el agua, pero dado que esto es una alucinación el hombre no siente que su sed se haya
calmado y sigue muy deshidratado. Por lo que podría llegar a constatar a través de la
coherencia que se trata de una alucinación y que en efecto no bebió agua. La incoherencia
es un signo de nuestras alucinaciones mientras que la coherencia es un signo de la realidad.

V. Argumento escéptico: ilusión sistemática y coherente

Un escéptico sostendría que la constatación de una creencia basada en la coherencia con


otras creencias funciona muy bien en el caso del hombre deshidratado, pero esto no implica
que todas las creencias basadas en las alucinaciones sean incoherentes con otras creencias.
Un caso muy conocido nos lo muestra el trasfondo de la película Matrix: puede ser que en
realidad todo lo que percibimos sea creado por una computadora, de forma tal que todo lo
que creemos forma parte del mundo, en realidad haga parte de una alucinación sistemática
y coherente “la matriz”. ¿Qué prueba hay de que las experiencias coherentes no puedan
resultar de una alucinación completa? No hay marcas que podamos distinguir en la
experiencia que nos permita distinguir entre la realidad y lo que nos muestra la
computadora.

VI. Argumento epistemista: sinsentido epistemológico

El argumento de la alucinación perfecta, es sin duda el argumento escéptico más fuerte que
brinda la historia de la discusión pero es una incongruencia que se destruye bajo el examen
del sinsentido epistemológico. Existen dos tipos de sinsentido el sinsentido semántico y el
sinsentido epistemológico.

Se dice que carece de sentido semántico a una oración que no dice nada o no se refiere a
nada y por lo tanto no puede ser calificada de verdadera o de falsa. Como lo son las
oraciones que componen el verso que se llama “galimatías” de “Alicia en el país de las
maravillas” donde no se asevera nada y por lo tanto las frases carecen de sentido:
murgiflaban fantas en los bosques, la nada nadea en la casa del ser, etc. No sabemos a qué
se refiere murgiflaban, fantas, nadear, y por lo tanto no podemos calificarlas de verdaderas
o falsas.

El sinsentido epistémico, en cambio, no es porque la oración no asevere nada, sino porque


asevera algo descabelladamente falso que la calificamos de sinsentido. Es algo que tiene
todo un sentido semántico pero que apenas lo pensamos parece evidentemente absurdo, no
deja de ser un juego en donde se desborda la imaginación, pero que sinceramente nunca
llegamos a considerar probable. El hecho de creer que en realidad es posible una
alucinación coherente y sistemática, es como suponer que se puede recrear la coherencia
propia de la realidad totalmente, es como pensar en algo que es igual al mundo pero no es
el mundo, algo que funciona como el mundo y posee sus mismas características pero no es
el mundo, un mundo sin mundo, cuando se resalta el atrevimiento de la imaginación en este
argumento es cuando se devela la incongruencia, en donde parece un argumento absurdo.

III. Conclusiones

La discusión se torna ardua, a medida que se analizan los argumentos a favor y en contra de
la posibilidad del conocimiento, sin embargo el peso de los argumentos nos puede resaltar
que de hecho nuestro pensamiento funciona con la presuposición de que podemos conocer
un mundo exterior y material. El epistemismo es un presupuesto que está en nosotros
cuando empezamos a pensar; por lo que la carga de la prueba cae es en el escepticismo, y al
no tener motivos para renunciar a este presupuesto del pensamiento, el epistemismo o la
posibilidad del conocimiento es la posición más prudente en torno a esta discusión.

Además que si la posibilidad de conocer no se puede defender por ende nada mas podría
justificarse; tendría que despreciarse la ciencia con todas sus ramas, e inclusive el lenguaje
mismo. El epistemismo además de ser una presuposición que todos hacemos, es una
condición de posibilidad de cualquier juicio, por lo tanto, condición sin la cual no sería
posible el lenguaje y sin la cual sería imposible la ciencia. Y tanto el lenguaje como la
ciencia son las que propician precisamente el pensamiento, no podemos llegar a
menospreciarlas a partir de nuestras posiciones filosóficas, esto sería llegar al colmo de la
nocividad y la imprudencia intelectual.

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