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Esto no es ajeno a la voluntad o a la practica del hombre, por lo que hay que regular el
conocimiento y la creencia en la vida práctica de la sociedad.
¿Qué es conocimiento?
Por lo que este ensayo comienza con una incógnita en relación a la lectura sobre Villoro.
No precisamente, creer es opuesto a saber, por ejemplo que sentido tiene creer cuando
afirmamos.
En sentido peculiar, creer no significa tener un hecho por existente, sino aceptar un hecho
sin conflicto.
Por lo que, en sentido general, creer es tener simplemente un enunciado por verdadero, es
dar un hecho por existente.
Creer
Podemos decir que estamos dispuestos a afirmar una creencia cunado realmente creemos
en ella, siempre y cuando no haya motivos que nos impidan creer.
Pero creer implica tener ventajas, dentro de ellas esta que no toda creencia es un acto,
hay creencias latentes que son inconcientes; también la introspección para determinar las
creencias de una persona es objetivamente comprobable; así como, creer no se usa como
un termino descriptivo de algo dado, sino como un término teórico.
Según Marx, no es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la
conciencia. (Pág. 35).
Una creencia puede determinar una estructura de conducta, la guía y orienta las acciones
del sujeto. Para ello, debe haber una actitud que refiera a esta acción; la actitud es la
dirección a favor o en contra del sujeto hacia un objeto, esto ante circunstancias que
varían las respuestas de la acción del sujeto.
Por ello, la creencia es una actitud adquirida, que causa un conjunto coherente de
respuestas y que esta determinada por un objeto o situación objetiva aprehendida.
La aprehensión puede ser percepción, imaginación o memoria del sujeto que presentara
dicha imagen imaginaria o falseada; pero una situación falseada no suscita expectativas
acerca de mi comportamiento.
El sujeto debe, en una situación objetiva, determinar el objeto o dicha situación, donde las
acciones del sujeto sean congruentes a su disposición.
Claro que para todo ellos hay razones que debemos tomar en cuenta para creer, por
ejemplo, los antecedentes para que el sujeto aprehenda al objeto; los motivos que llevan al
sujeto a aceptar al objeto; y las razones que tiene el sujeto para considerar que el objeto
existe, justificando las creencias del sujeto sobre el objeto.
La justificación son las razones de alguien para afirmar que no le parecen convincentes las
razones de su creencia. Esto se realiza mediante operaciones mentales que dan razón a
un estímulo o a una creencia.
Tomemos en cuenta que hay razones implícitas y explicitas para poder creer; las primeras
son cuando reflexionamos sobre una creencia, la cual podemos justificar; damos una
explicación de la creencia, estas pueden ser de tres clases: 1.- como procesos causales,
2.- cuando adquirimos una creencia y la adoptamos pero que hemos olvidado, o 3.- como
principios generales que aceptamos confusamente y que tratamos de aclarar cuando
ponemos en duda esa creencia. Mientras que en las segundas no podemos expresar con
precisión las razones en que funda una creencia, ya que son complejas y suponen de
otras.
Estas razones de la creencia no son concientes en un momento dado, sino que justifican
ante nosotros y que debemos admitirlas.
Las razones básicas dicen que las creencias pueden tener razones implícitas, pero que se
duda de ellas y se ponen en cuestión, o bien, son razones que ya no son creencias.
Las razones para aducir a una creencia deben sopesar su valor aprobatorio de manera
que puedan acceder a la probabilidad de entrar en su conclusión, que el sujeto las
considere concluyentes. Pero las razones deben ser coherentes con el resto de sus
creencias conscientes y el sujeto considere que las dispone completas para inferir de ellas
con mayor o menor probabilidad su creencia, a esto se le llama deliberación.
Esto es suficiente para creer y que dicha creencia este justificada para ella.
La justificación puede ser el proceso anterior o simultaneo a la adopción de la creencia, lo
que será causa de su adopción. Pero si el proceso de justificación es posterior a la
adopción de la creencia podrá ser causa al mantenimiento de la creencia y rechazará las
dudas posibles que puedan surgir. O bien, podrá ser causa de otra creencia relativa al
mismo hecho creído con una distinta probabilidad.
Si bien hay razones para creer, también hay motivos para creer.
Pero antes definamos lo que es motivo, pues bien, es todo aquello que mueve o induce a
una persona a actuar de cierta manera para lograr un fin. Estos pueden ser deseos,
temores, pasiones, pulsiones, etc., para obtener un estado de satisfacción.
La voluntad es uno de los motivos por lo que una creencia pueda considerarse falsa, esta
refiere las razones a la totalidad de las creencias; y podemos decidir acelerar, retrazar o
interrumpir el proceso de deliberación hacia dicha creencia.
Ahora bien, dentro de los grados de certeza están la seguridad, firmeza o adhesión de la
creencia y da por suficientes las razones consideradas para creer, de modo que pasa de la
representación de la proposición a la creencia en ella.
Las convicciones son creencias que integran nuestra personalidad, cumplen nuestros
deseos profundos, obedecen a un proyecto vital, satisfacen intereses permanentes, que le
otorgan sentido a la vida.
Saber es una proposición que puede ser verdadera o falsa, o bien, que puede mencionar
una actividad.
Por ejemplo, quien sabe realizar cierta actividad también tiene algún saber proposicional
acerca de ella, sabe que esa actividad tiene tales o cuales características.
Para Platón, saber es tener una creencia verdadera y justificada. (Pág. 127).
Saber en un sentido vago es estar informado, es tener noticia de algo o haberse enterado
de…
Ahora bien, en el momento en que creo tener razones suficientes para afirmar algo, no
puedo afirmar que no lo sé, pues sería afirmar que mis razones no son efectivamente
suficientes, sólo puedo sospechar que podrían mostrarse insuficientes para otra persona o
para mí en otro momento. Este como contraejemplo.
Las razones para saber deben ser concluyentes, completas y coherentes para quien las
sustenta.
Pero esto nos lleva a una nueva incógnita ¿quien restringe nuestro saber, quien lo anula o
lo alienta, quien nos permite explicarlo para que sea un conocimiento colectivo con las
justificaciones necesarias?
Según Kant, la comunidad epistémica busca convertir a todo sujeto empírico en miembro
de una intersubjetividad trascendental de la ciencia. Para ello necesita de loa educación, la
cual es la base para controlar una sociedad epistémica. (Pág. 149).
Si bien nadie puede tener acceso a la totalidad de los sujetos epistémicos de una
comunidad, si puede tenerlo a la totalidad de las razones pertenecientes para su creencia.
La verdad y el saber
El saber es un estado interno de alguien, si nos referimos a una verdad sabida, el sujeto
debe aparecer en los dos términos de la relación de verdad.
De la mayoría de nuestros saberes podemos estar seguros que nunca serán corregidos. Si
para calificar una creencia de “saber” exigiéramos la verdad absoluta de lo sabido, nunca
podríamos afirmar que sabemos, sino sólo que creemos saber.
Conocer
Conocer implica poder contestar múltiples y variadas cuestiones, de la más diversa índole
sobre el objeto.
De hecho, la mayoría de nuestros saberes no hay tenido por base nuestra propia
experiencia, sino el testimonio de la ajena.
Ejemplo:
La cultura es una totalidad que rebasa la vida de una persona, es el contexto en el que se
cumplen sus deseos y se ejercen sus decisiones. Si ética es una disciplina que se ocupa
del deber ser de nuestras disposiciones y acciones, esto formaría parte de la ética de la
cultura.
Una ética de las creencias habría de referirse a las meras maneras, así como la voluntad
debe incidir en la justificación, al adopción y el rechazo de las creencias comunes de una
cultura.
Una ética de las actitudes se preguntaría por los valores a los que debería dar preferencia
una cultura y una ética de las intenciones sobre los fines que debe fijarse para una cultura
y las acciones conformes con esos fines.
CONCLUSIONES
Este es le resultado de una lucha contra los motivos que nos impiden alcanzar la realidad,
puede ser una lucha entre los intereses particulares y los generales.
Por ello, la educación para acceder a esa verdad, no puede consistir en la transmisión de
saberes compartidos, sino en el fomento de hábitos de vida, de virtudes, de maneras de
ver la existencia, de actitudes que permites acrecentar las capacidades y dones
personales.
“conocer” y “saber”.
Los saberes pueden tener un fundamento propio o de alguien más (en la mayoría
de las veces).
La palabra “conocer” se utiliza cuando se tiene relación con algo o alguien, esta
relación debe ser de forma directa y personal. No se puede conocer algo que no
hombre.
Adam Schaff dice que la práctica es la actividad social del hombre, históricamente
intencional.
insostenible.