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(Apunte final)
El termino religión será utilizado como TOI, como termino objetivo intencional, lo
cual se dividirá en dos estudios centrales, el primero referido a un aspecto
hermenéutico, que estudia la evolución de la palabra de la religión que se
nombrara como Quid Nominis, por otro lado se analizara lo eidético, es decir, el
sentido especifico, la esencia de la religión y su historia que se nombrara como
Quid Reí.
Para que exista una conversación debe existir un cuestionamiento que genere
argumentos, ya que la conversación será el modelo de toda interpretación.
Debemos hablar de la comprensión (aquello singular) para pasar a una
comprensión, es decir, darle un sentido dentro de la conversación con el otro, lo
cual es posible por un cuestionamiento que genere una argumentación. Esta
argumentación es un momento vital dentro de la conversación que aspira a
progresar, estos pueden ser argumentos formales (para discernir entre posiciones
enfrentadas, analizan afirmaciones de coherencia) y argumentos temáticos
(analizan validez de afirmaciones substantivas).
La conversación es un juego con algunas normas estrictas, decir lo que quiere
decir, decirlo de forma precisa como se puede escuchar y respetar, puesto a
corregir o a defender las opiniones propias y si son debatidas con el otro
participante de la conversación. Nos referimos a juego porque toda conversación
solicita salir de si, generar una autoconsciencia, que nos posibilite la
interpretación.
La relación entre psicología y religión refiere a que cuanto más se respeten las
especificidad del propio cuadro de referencias (psique del hombre/relación con
Dios) más se multiplican las oportunidades de un fecundo influjo reciproco, en
donde la psicología de la religión se encuentra en el medio.
Los fenómenos religiosos no suponen una mera sublimación, sino una autentica y
legitima función del psiquismo humano. Esta psique es un factor autónomo y sus
manifestaciones religiosas ponen en manifiesto ciertas confesiones pquicas que
en último término obedecen a procesos inconscientes.
Los fenómenos religiosos no suponen una mera sublimación, sino una auténtica y
legítima función del psiquismo humano. Esta psique es un factor autónomo, y sus
manifestaciones religiosas ponen de manifiesto ciertas confesiones psíquicas que
en último término obedecen a procesos inconscientes. Jung fue siempre un firme
defensor de una psicología “del alma” (que define como una fuerza motriz o vital)
Desde Lacan explicado por el estado del espejo en donde el niño es un sujeto
que tiene amor pasivo ya que lo recibe pero para luego convertirse en activo.
El verdadero amor es un arte que merece ser conocida la teoría para poder
llevarlo a la práctica que es lo verdaderamente importante. Para poder amar se
debe aprender; el amor es un arte y como todo arte va a requerir una teoría y una
práctica ya que el mismo No es espontáneo. La solución está en conseguir la
Unión interpersonal, un amor Maduro que conserve la individualidad y que se basa
en el respeto y en el deseo de conseguir la propia felicidad con la satisfacción del
otro.
El amor fraternal es el principal tipo de amor y del que parten todos los
demás. Es el amor a todos los seres humanos y adquiere su firmeza en el
momento en que se llega a amar a aquél A quién No necesitamos para
conseguir nuestros fines personales.
En el amor materno se encuentran dos factores importantes: es
incondicional e inculca al niño el amor a la vida. En el proceso de evolución
de este amor debe llegar un momento de separación en que desaparezca
la dependencia del niño respecto de su madre. Si esta madre ama a su hijo
debe de ser tal separación para el bien del niño. (Imagen de la Tierra
prometida) leche (cariño-cuidados) y miel (dulzura).
El amor erótico posee las cualidades de exclusividad puesto que el deseo
de unión se traduce en una persona concreta. Sin embargo no debe
desechar el amor fraterno puesto que en tal caso el sentimiento de
Separatidad con el resto de la humanidad no sería superado.
El amor a sí mismo: amarse a sí mismo No es señal de egoísmo ni tampoco
excluye el amor a los demás, ambos están íntimamente ligados. Tiende al
crecimiento y a la felicidad ya que conoce tanto sus capacidades como sus
límites. La persona egoísta además de no amar a los demás es incapaz de
amarse a sí misma.
El amor a Dios: la necesidad de amar recaen la experiencia de la
Separatidad, cuando ocurre esto se busca un amor trascendente. Al hablar
del Amor adiós se puede Establecer un paralelismo entre éste y el amor
entre padres e hijos, que está muy relacionado con el grado de madurez de
la persona. Así, el amor de Dios en su aspecto a matar no se presenta
como una gracia incondicional, sin embargo en su aspecto paterno el
hombre debe hacerse merecedor de tal amor mediante las buenas obras. El
concepto varía según la sociedad en que haya crecido la persona. En las
sociedades orientales, cuya filosofía está basada en la lógica paradójica, el
conocimiento de Dios y de su amor se logra mediante la vida misma. En
cambio en las sociedades occidentales el amor de Dios es la misma fe en
tal amor, es fundamental una experiencia mental.
Vivir con sentido, aplicación práctica de la logoterapia
(Alfried Lange).
En la actualidad la búsqueda de sentido radica en la libertad del ser humano por
su condición de inacabado, en la valoración de las diversas cosas y en el cambio
constante de las situaciones. Como se sabe la falta de sentido genera
desesperación, ya que el sentido tiene que ver con el modo de ver la vida del ser
humano, la cual se haya en un entorno físico y social dotada de disposiciones que
uno no eligió, por ende la libertad es condicionada por los límites del otro,
condicionada por las posibilidades históricas de la persona que amplían o limitan.
Para entender el sentido existencial debemos entender dos variables que son las
condiciones o posibilidades de la situación concreta y también las capacidades,
propiedades y habilidades de la persona, cuando se consideran ambas hablamos
de una decisión realista. Una decisión tiene sentido solo si a uno le significa algo,
lo cual conformaría al 3er componente. Frankl describe a estas tres variables
como las vías principales hacia el sentido, las cuales son:
1. Valores vivenciales: Se convierten en sentido cuando uno encuentra bellas
en si aquello que se encuentra y las acoge participando activamente y
reproduciendo internamente su ser.
2. Valores creativos: Aquellas situaciones en las que el ser humano con su
acción, con su decisión, con su valiente tenacidad, contribuye a la
conservación de un valor o respaldo de una idea.
3. Valores de actitud: Relacionado con el sufrimiento, ya que este conforma la
esfera más íntima del ser humano pero no debe ser utilizado para
posicionarse como héroe, si no de permanecer en uno mismo, adoptar una
actitud frente al destino que puede ser entregarse a él sin luchar o
arrebatarle la influencia determinante.