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y el Alma Suprema
El alma como un ser no físico, tiene la capacidad de experimentar y explorar otras dimensiones o
niveles de consciencia diferentes a la del mundo físico material.
El contorno, la forma, la belleza y la fuerza de nuestros cuerpos físicos ahora domina nuestro
pensamiento, bloqueando la consciencia de nuestra belleza y poder espiritual.
⮚ La dimensión o consciencia sutil, se experimenta a través de la meditación. Es entrar en la experiencia
de la energía sutil del alma como un cuerpo de luz. De la misma manera que los alimentos y el agua
nutren al cuerpo físico; los pensamientos puros, espirituales, pensamientos en la forma de amor,
verdad, paz, nutren al alma. En base a estos pensamientos el alma, en su forma de luz, puede
experimentar en una dimensión de luz blanca donde hay movimiento pero no sonido. A esta
experiencia también se le ha llamado angelical, ligera, liviana, por esto se representa las alas y el
estado volador de los ángeles.
El Alma Suprema
La dimensión incorporal u hogar de las almas es el lugar del cual procede el alma y a donde, algún
día, regresará. Ese es el hogar original, pero un hogar indica que existe una familia. Si es así, ¿cuál
sería el parentesco entre las almas? Las almas tienen una relación de hermandad, desde esta
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visión espiritual. Dentro de esta familia universal, debe haber quién es el Creador de todas las
almas, ¿quién es el Padre o Madre de las almas? El Alma Suprema, el Padre Supremo, la más
elevada de todas las almas, llamada Dios.
De todas las cosas en el universo con las que podemos conectar mentalmente, lo más elevado y por lo
tanto beneficioso, con que conectar es con Dios, el Padre Supremo, El Alma Suprema.
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Enfocar nuestra atención en la Fuente de todas las cualidades, en el Ser más puro y benevolente,
despertará en el alma esas mismas cualidades originales que residen, desde siempre y por siempre, en
el interior de cada Ser. “A esto llamamos Raja Yoga, la conexión más elevada”.
Sin embargo esta conexión requiere entendimiento claro del alma y de la Fuente, El alma Suprema.
Para que esa conexión sea precisa y profunda necesitamos alinear las dos partes, sintonizarlas en la
misma frecuencia.
El Alma debe ir más allá de la consciencia física y experimentarse con un ser espiritual para lograr
conectar con la Fuente, con ese Ser que siempre vibra en esa consciencia espiritual. Solo alineados en
esa misma sintonía se puede dar esta conexión, este encuentro.
Algo importante que recordar es que el Alma Suprema no solo es una Fuente de energía espiritual,
también es un Ser, un alma consciente. No solo es algo (Fuente) sino también Alguien. Esto significa
que podemos relacionarnos con Él, podemos comunicarnos y compartir nuestras dudas, inquietudes,
logros y necesidades… Como cualquier relación esto requiere acercarnos, compartir mi tiempo,
desarrollando poco a poco confianza. Así podemos encontrar en este Ser Supremo no solo un Padre
protector, también una Madre amorosa e incondicional, un Amigo fiel, un compañero inseparable, un
guía experto, un profesor sabio etc. Este es el gran regalo de conocer a Dios, al Alma Suprema.
La base del Raja Yoga es lograr un estado estable de consciencia de alma. Para esto nos hacemos
introvertidos y enfocándonos en pensamientos puros relacionados a la identidad del ser, comenzamos
a tomar distancia, a desapegarnos de la forma física y todo lo asociado a ella. Recordándonos que
somos los seres espirituales, energía consciente, incorporal y eterna, poco a poco vamos
experimentándonos libres y livianos, almas conscientes.
Desde ese estado de consciencia de alma dirigimos nuestra atención a la dimensión de luz, al mundo
Incorporal, el Hogar de las almas. Una vez más utilizamos pensamiento puros basado en el
conocimiento espiritual para ir más allá de la experiencia de este mundo físico. Proyectando nuestra
consciencia, viajando con nuestros pensamientos a ese océano de luz. Una vez allí podemos
experimentar un profundo silencio, lleno de paz, de quietud. El alma puede despertar sus memorias
recordar su hogar original, más allá del tiempo.
En esa dimensión de luz, el alma consciente puede percibir e invocar la presencia del Padre Supremo,
de Dios, El Alma Suprema. Puede sentir su presencia, visualizarlo como un Sol espiritual irradiando
luz, energía pura. Como un hijo espiritual, con derecho natural, se produce un encuentro, cercano,
íntimo, entre el alma y el Padre espiritual. Estable y quieta, el alma se abre a ese Ser puro de amor y
comienza a llenarse de su energía divina. El alma se recarga, se nutre en esta conexión directa con la
Fuente.
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Con la práctica regular, esa energía pura va sanando al alma, la va limpia, disolviendo la negatividad,
el dolor, el miedo, todo lo viejo se funde en esa conexión directa, de alma a alma. Las cualidades del
Ser Supremo en forma de vibraciones puras alcanzan al alma despertando su propia luz su propio amor,
su propia paz… sus cualidades originales se activan bajo esta influencia divina del Padre Supremo.
Así el alma una vez más recuerda quien es, recuerda de donde viene y a quien pertenece. El amor puro
por tanto tiempo anhelado, el sentimiento de pertenencia, de cuidado y aceptación sana al alma y le
devuelven su dignidad, su estado de divinidad.
Para reflexionar:
1. ¿Cuál es el beneficio de saber que soy un alma eterna actuando en el mundo físico?
3. ¿Cuáles son las implicaciones de ser un alma eterna actuando en el mundo físico?
ANEXOS: