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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE HONDURAS

“Nuestra Señora Reina De La Paz”

Asignatura: Derecho Internacional Privado

Asignación: Tarea Tercer Parcial

Catedrático: Abog. Renato Lacayo

Alumna: Alexandra Nicolle Diaz Acosta

N° cuenta: 0801200109037

Sección: 1201

Fecha: 17 / 04 / 2023
ELEMENTOS ESENCIALES DE LOS CONFLICTOS DE LEYES EN EL DERECHO
INTERNACIONAL PRIVADO
Como todas las disciplinas jurídicas, el Derecho Internacional Privado ha sido objeto de
múltiples conceptualizaciones. El argentino Ricardo M. Zuccherino lo define como “la rama del
Derecho Internacional que tiene por objeto el estudio y la regulación de todas aquellas
relaciones jurídicas que tienen uno o más elementos extraños a la órbita de la soberanía
legislativa nacional.” Por otro lado, El peruano Jorge Basadre Ayulo dice que el Derecho
Internacional Privado “es la porción del Derecho nacional que estudia la relación jurídica
privada y pública derivada del tráfico internacional”.

Por otra parte, si bien en sus orígenes las normas del Derecho Internacional Privado regularon
especialmente temas de Derecho Privado , tales como asuntos matrimoniales, contractuales o
sucesorios, y tendían a eludir o excluir los relacionados con el Derecho Público, lo cierto es que
muchas de las materias incluidas en esta disciplina se ven inevitablemente afectadas por
normas de Derecho Público. Como consecuencia, diversos autores han objetado el término
Privado en la denominación de esta rama del Derecho.

El objeto de estudio del Derecho Internacional Privado son las normas internas de los estados
en materia civil, los tratados internacionales, los convenios y acuerdos entre las naciones, así
como el papel que desempeñan los organismos internacionales en materia de regulación del
derecho de las personas.

Las normas de derecho internacional privado en sentido estricto (normas de conflicto de leyes)
indican cuál ordenamiento jurídico es el que debe ser aplicado para resolver situaciones
privadas vinculadas con más de un ordenamiento jurídico.

El ordenamiento jurídico aplicable puede ser el ordenamiento jurídico nacional (que, por ser el
del lugar donde se resuelve la situación, se denomina técnicamente en derecho internacional
privado o puede ser un ordenamiento jurídico extranjero. Una norma de conflicto de leyes es
llamada "unilateral" cuando establece que el ordenamiento jurídico nacional es el que debe
aplicarse para resolver las situaciones que entran dentro de su supuesto de hecho. Si el factor
(o los factores) de conexión de una norma de conflicto de leyes permiten la posibilidad de
aplicar un ordenamiento jurídico extranjero, dicha norma se denomina "bilateral".

Las normas de conflicto bilaterales exigen que, si sus factores de conexión remiten a una
circunstancia que se produce en el extranjero, se aplique el ordenamiento jurídico extranjero
del que se trate. Sin embargo, la efectiva aplicación del ordenamiento jurídico extranjero, una
vez que este ha sido establecido, dependerá de la evaluación que ha de realizarse para saber
si es acorde con ciertas circunstancias, entre las que destacan las siguientes: que no vaya en
contra del orden público internacional del país, que no implique fraude a la ley y que no vaya en
contra de normas de aplicación necesaria o imperativa (normas de policía).

Si el derecho extranjero es acorde con dichas circunstancias, este deberá ser aplicado, a pesar
de la resistencia que esto pueda producir entre los operadores jurídicos nacionales.
Es posible tomar en cuenta también otros aspectos, como, por ejemplo, la aplicación de la ley
extranjera de oficio por parte de los jueces o la consideración de derechos adquiridos en el país
extranjero. Algunas leyes de derecho internacional privado contemplan incluso la existencia de
las llamadas "cláusulas de escape", que dejan un importante margen de flexibilidad para la
autoridad que conoce del caso.

El derecho internacional privado suele ser incomprendido. Pero esto no quiere decir, en
absoluto, que no sea importante. El derecho internacional privado acumula siglos de
experiencia en el tratamiento teórico y normativo de las maneras como los diversos
ordenamientos jurídicos se relacionan entre sí, especialmente de la forma como el
ordenamiento jurídico nacional de cada país se relaciona con los ordenamientos jurídicos
extranjeros.

Esto es así porque este campo jurídico se ocupa de las situaciones privadas relacionadas con
más de un ordenamiento jurídico, planteándose la posibilidad de aplicar derecho extranjero
para resolverlas (esto, que desde sus inicios se ha reconocido como posible en relación con los
derechos personales, puede ocurrir en diversas situaciones). Lo dicho, junto con el creciente
relacionamiento entre sujetos, bienes, servicios o capitales más allá de las fronteras estatales,
en el marco de la globalización, justifica que se atienda a la necesidad de que el derecho
internacional privado sea estudiado y comprendido.

Frente a ello, conviene aclarar que, si bien el estudio del derecho público (es decir, el derecho
público en el ámbito nacional) es ciertamente muy importante y fundamental, su arraigo en la
soberanía estatal (lo que se manifiesta claramente, por ejemplo, en el hecho de que
históricamente las normas de derecho público han sido estrictamente territoriales y, en
consecuencia, su aplicación extraterritorial ha sido, por regla general, descartada) impide que
desde él se puedan observar adecuadamente las situaciones vinculadas con varios
ordenamientos jurídicos.

La doctrina costarricense, durante mucho tiempo, se inclinó por la concepción amplia o


francesa, en el sentido de incluir dentro del Derecho Internacional Privado los temas del
Derecho de la nacionalidad, relativo a la pertenencia de una persona a un determinado Estado,
y el Derecho de extranjería, relacionado con el régimen de entrada, permanencia,
establecimiento, salida y expulsión, y el disfrute de los derechos y libertades de los extranjeros
en el Estado de que se trate. Por ejemplo, el tratadista don Gonzalo Ortiz Martín, uno de los
pioneros de esta materia en Costa Rica, dedicó cerca de una cuarta parte de su Curso de
Derecho Internacional Privado.

El conflicto es internacional cuando involucra las leyes de Estados independientes. En doctrina


se ha discutido si un Juez está facultado de aplicar la ley de un Estado que no ha sido
reconocido como tal por el ordenamiento jurídico del foro. Se alega también que el
reconocimiento liga al Juez, lo que no sucede cuando el Estado no es reconocido, y que la
única actitud jurídicamente válida consistía en subordinar la aplicación de la ley por el Juez al
reconocimiento De Jure del Estado extranjero.

Un Estado extranjero o un gobierno extranjero no reconocido es un Estado o un gobierno


jurídicamente inexistente para el país que no lo ha reconocido, y en consecuencia los jueces no
pueden aplicar sus leyes. Por otra parte, el derecho internacional público considera que el
reconocimiento de un Estado por otros Estados es declarativo y no constitutivo.

Según Loussouam y Bourel el dominio de los conflictos de jurisdicciones pueden ser otorgados
a los Estados no reconocidos los beneficios de inmunidad de jurisdicción y de ejecución,
especialmente en la hipótesis en que éste Estado ha sido objeto, a falta de un reconocimiento
de jure de un reconocimiento de facto por parte de Francia por mantener relaciones
comerciales. Paralelamente al ejercicio por el Estado extranjero no reconocido de competencia
efectiva sobre un territorio y una población, justifica que sean reconocidas o ejecutadas en
Francia las decisiones jurisdiccionales dictadas en nombre de éste Estado.

El conflicto internacional no agota el tema del conflicto de leyes, pues el conflicto puede
también oponer leyes que pertenecen a un mismo orden jurídico; denominándose conflicto
interno porque se plantea al interior de un Estado o de una unión de Estados, como es el caso
de los Estados federales. Tanto en el conflicto internacional como en el conflicto interno, el
conflicto es sustancialmente el mismo, pues no sólo participan de la misma naturaleza sino que
utilizan la misma técnica jurídica del método conflictual.

Cada Estado posee dentro de su legislación interna un sistema de normas de conflicto,


aplicable por sus órganos jurisdiccionales. Estos últimos, dado el carácter indirecto y bilateral
de la regla de conflicto, están obligados en ciertos casos a aplicar una ley material extranjera
para resolver el problema que plantea la designación de la ley competente, a no ser que medie
la excepción del orden público.

El estado tiene una obligación de carácter general: la de tener un sistema de normas de


solución de los conflictos de leyes y que sus tribunales no rehúsen aplicar éste sistema en los
juicios en que intervengan extranjeros, pues la conducta contraria sería constitutiva de una
denegación de justicia, determinante de responsabilidad internacional. En consecuencia, lo
único exigible por el derecho internacional es la existencia de reglas conflictuales y su efectiva
aplicación. Respecto al contenido de éste sistema, el Estado tiene ante todo las obligaciones
que convencionalmente haya asumido. Esto significa amoldar su legislación, en esta materia
como en todas, a los tratados suscritos y ratificados.

Los interese que motivan las soluciones de los conflictos de leyes son múltiples; su importancia
varía de acuerdo con las diferentes materias y existe un abanico muy amplio de procedimientos
de localización. Dado que el derecho internacional privado tiene por objeto reglamentar las
relaciones privadas internacionales, debe tomar en cuenta los intereses internacionales y
respetar las exigencias del comercio internacional.

Según Loussouam y Bourel, éstas exigencias encuentran su primera satisfacción en el


reconocimiento de la existencia del conflicto de leyes que supone una cierta tolerancia a la
aplicación de la ley extranjera, así como en el hecho del carácter excepcional de los intereses
políticos en la solución de los conflictos de leyes. De una manera general, la influencia de los
factores internacionales se traduce, de una parte, por una deformación de las categorías de
conexión del derecho interno del foro, y de otra, por la preocupación de localizar las relaciones
de derecho de una manera objetiva, buscando cuál es el país con el cual éstas relaciones
presentan el lazo más estrecho. En la vida social existe una serie de reglas sociales que en
diversos momentos, nos indican como actuar o que conducta debemos adoptar; sin embargo
cuando nos referimos a las normas jurídicas estamos analizando reglas diferentes.

Tal es el caso de normas expedidas de conformidad a criterios y procedimientos previamente


establecidos por otras normas que, a su vez, tienen validez. Estas normas son expedidas por el
legislador o por el juez (leyes o sentencias), o acordadas por las partes (los contratos) o por el
órgano administrativo del Estado (reglamentos, acuerdos, etc.).

Declarar que una norma vale, significa que es obligatoria o, en diferentes palabras, que sus
destinatarios deben hacer u omitir lo que en su contenido se manda. El fundamento de su
validez reside en otras normas de rango más alto. La fuerza obligatoria de las reglas
normativas no debe nunca buscarse en un hecho, por ejemplo, en que tal o cual autoridad las
haya promulgado, ya que las normas válidas sólo puede expedirlas una autoridad competente,
y a su vez, la competencia únicamente puede fundarse en la norma que autoriza a un sujeto a
formular otras normas.

La que constituye el fundamento de otra u otras se encuentra supraordinada a éstas. Pero la


búsqueda de la razón de la fuerza vinculante de cada regla no puede, como la de la causa de
un efecto, prolongarse indefinidamente. Tiene que concluir en esa norma última cuya existencia
presuponemos, y a la que otorgamos el calificativo de suprema, por su mismo carácter, no
puede haber sido establecida por una autoridad a quien otra norma superior hubiera facultado
para crearla. “Su validez no es derivable de ninguna de mayor rango, y el fundamento de su
fuerza obligatoria no puede ya ser puesto en tela de juicio.”

Por lo que para comprender el concepto de conflictos de leyes debemos recurrir a su propia
etimología, la cual señala que la palabra conflicto proviene del vocablo “Conflit”; Latín de la
época baja “conflictus”, derivado del verbo “confligere”, chocar, golpear juntos.

El problema llamado ''conflicto de leyes'' se presenta cada vez que una relación jurídica
contiene dos o más elementos que se vinculan con dos o más sistemas jurídicos. Sin embargo,
es importante subrayar el hecho que la terminología ''conflictos de leyes'' por sí misma se
presta a confusión. En efecto, no son las leyes las que entran en conflicto sino los sistemas. En
realidad no existe un verdadero conflicto de leyes en el sentido que las leyes entran realmente
en conflicto, tal colisión de reglas se presenta únicamente en los sistemas territorialistas y en
los sistemas de personalidad de las leyes.

El problema de los conflictos de leyes consiste en la determinación del derecho aplicable para
resolver la relación jurídica en la cual existe por lo menos un elemento extraño.

Existen otras diversas clasificaciones de los conflictos de leyes, como a continuación se


detallan:

A) Nacionales e internacionales.- El conflicto puede plantear a propósito de una relación


jurídica vinculada con sistemas jurídicos de varios países o de sistemas jurídicos de los
Estados de un país de tipo federal. En el primer caso se habla de conflictos de leyes en el
ámbito internacional, en el segundo de conflictos de leyes en el ámbito nacional. Ambos casos
constituyen los conflictos de leyes en el espacio, por oposición a los llamados ''conflictos de
leyes en el tiempo'' o ''conflictos móviles'' que se presentan cuando una misma relación jurídica
se encuentra sometida sucesivamente a varios sistemas jurídicos.

B) Conflictos de leyes en el Derecho Administrativo.- Los conflictos de leyes en el derecho


administrativo es la incidencia procesal que supone el conocimiento de un mismo litigio por dos
tribunales, los cuales divergen en cuanto a la apreciación de su competencia. Se distingue:

B.1.- El conflicto de atribuciones: es el conflicto que se da entre los tribunales judiciales y la


autoridad administrativa, respecto del alcance a darse a la separación entre la autoridad
administrativa y la judicial Puede consistir en un conflicto positivo de atribuciones, planteado
por el prefecto al negar competencia al tribunal judicial que afirma tenerla, respecto de un litigio
deferido previamente a este último; o en un conflicto negativo de atribuciones, resultante de
una doble declaración de incompetencia de la autoridad judicial y la administrativa, respecto de
un determinado litigio que es, no obstante, realmente de la competencia de una de ambas
autoridades. Los conflictos de atribuciones son resueltos por el tribunal de conflictos

B.2.- El conflicto de jurisdicciones, en el que la divergencia sobre la competencia se produce


entre dos tribunales del mismo orden, judicial o administrativo. Puede consistir en un conflicto
positivo de jurisdicciones, en el que ambos tribunales se declaran competentes y que es
resuelto por la excepción de litispendencia o por decisión del tribunal jerárquicamente superior;
o en un conflicto negativo de jurisdicciones, en el que ambos tribunales se declaran
incompetentes y que es resuelto por decisión del tribunal jerárquicamente superior.

C) Conflictos de leyes en el espacio, en el tiempo y personales.

C.1.- Conflicto de leyes en el espacio: Es el conflicto de leyes que se da entre las leyes que se
hallan simultáneamente en vigor en dos lugares distintos.

C.2.- Conflicto de leyes en el tiempo: Es el conflicto de leyes que se presenta entre dos leyes
sucesivas de un mismo país, por ejemplo el conflicto entre la aplicación del antiguo y el nuevo
texto del artículo 43 de la Ley de Adquisiciones para el Distrito Federal.

C.3.- Conflicto de leyes personales: Este conflicto de leyes se da entre las leyes de los diversos
grupos que en un país se encuentran sometidos a la personalidad del derecho.

Los diversos tipos de conflictos de leyes no tienen la misma naturaleza; de allí la utilidad de
distinguir a unos de otros.

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