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Derecho Internacional Privado

Tercera Edición del Libro.

Lecciones de derecho Internacional Privado

Lección 1

I- INTRODUCCION.

1- Noción general y presupuestos del Derecho Internacional Privado.


A- Noción General.

Nuestro ordenamiento jurídico no es el único existente, sino que cada estado posee su propio
ordenamiento por lo que esta multitud d ordenamientos jurídicos cada uno particular son los
que van a justificar la existencia del DIPr.

B- El fraccionamiento del derecho como primer presupuesto jurídico de esta diciplina.

La principal causa de que existan diferentes ordenamientos se debe a la pluralidad de estados


que integran la sociedad.

Y no solo cada estado posee un sistema jurídico distinto, sino que cada estado algunas veces
mantiene dentro de si sistemas diferentes como es el caso por ejemplo de España que en el
derecho civil general coexiste con los de las comunidades autónomas.

Como consecuencia de la diversidad de sistemas jurídicos, los particulares cuya vida jurídica se
ve vinculada a dos o más ordenamientos pueden verse afectados negativamente ya que cada
estado puede dar respuestas y ser contradictorias entre sí.

C- La internacionalidad de la vida jurídica como segundo presupuesto.

Por ello el DIPr tiene razón de ser, porque las personas se interrelacionan mas allá de las
fronteras.

Por ello el segundo presupuesto para la existencia del DIPr lo constituye la actividad jurídica de
los particulares.

2- El objeto del Derecho internacional privado: los supuestos de tráfico jurídico externo.
A- La extranjería de los supuestos.

La diversidad de ordenamientos jurídicos unida a la actividad de las personas que trasciende el


ámbito de aplicación de uno solo de estos ordenamientos, son los elementos que configuran
una particular categoría jurídica de supuestos, los del tráfico jurídico externo.

B- Las relaciones de tráfico jurídico externo.

La conexión del supuesto con un ordenamiento extranjero puede producirse por la presencia
de elementos o circunstancias personales (nacionalidad, domicilio, residencia habitual) como
territoriales (inmueble situado en otro estado, contrato de trabajo en otro país), por el lugar de
producción del hecho (contrato celebrado en el extranjero).
II- CONTENIDO Y PROBLEMAS DEL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO.
1- Introducción.

Una vez establecido el objeto del DIPr, se debe precisar que problemas de los que sucita el
trafico externo son objeto de estudio por esta rama del derecho.

El DIPr debe ofrecer una respuesta global a las situaciones jurídicas de las personas inmersas
en una relación privada internacional.

Cabe distinguir tres grandes grupos de problemas.

Los relativos al estatuto internacional de las personas en las relaciones privadas


internacionales, aquí debemos distinguir entre nacionales y extranjeros respecto a un
determinado estado.

Debemos conocer cuales son los derechos y obligaciones que se derivan de las situaciones o
relaciones jurídicas, y esto dependerá del ordenamiento jurídico desde el que se examinen,
esto es el denominado problema de la determinación del derecho aplicable.

En tercer lugar, el DIPr ha de hacer frente a los problemas relativos a la tutela judicial y el
ejercicio de los derechos de os particulares en las relaciones privadas internacionales.

En primer lugar, ha de determinarse si los tribunales propios tienen o no competencia judicial


internacional para conocer de un determinado supuesto, y ello incluso antes de que este se
materialice en términos litigiosos, ya que de ello dependerá que los particulares puedan
plantearles o no sus pretensiones. En segundo termino la presencia de un elemento de
extranjería en el proceso determinara la necesidad de adaptar algunas de las normas del
proceso en el orden puramente interno, así como articular los medios para entender las
exigencias de la asistencia judicial internacional, también le corresponde a esta diciplina
determinar cual es la eficacia en España de una resolución extranjera a efectos de que el
ejercicio de os derechos reconocidos en ella se hagan efectivo.

2- Contenido y problemas.
A- Los problemas relativos al estatuto internacional de las personas: nacionalidad y
extranjería.
1) Al ser la nacionalidad el vínculo jurídico que establece la pertenencia de una persona a
una determinada comunidad estatal corresponde a cada estado establecer las normas
que regulan su adquisición, conservación, perdida y recuperación, esto determinará
que las normas sobre nacionalidad sean normas directas que se limitan en principio a
disciplinar la nacionalidad del estado que las dicta.
Esta regulación que comprende también las cuestiones relativas a la doble
nacionalidad, que se plantean cuando una persona ostenta no solo la española sino la
de otro estado, ha de aplicarse por os jueces y autoridades españolas tanto en
respuesta a la pretensión directa de un particular sobre uno de los aspectos a que se
refiere, como al tratar de otros problemas, cuando la nacionalidad sea el punto de
conexión de una norma de DIPr que determina el Derecho que ha de aplicarse a una
relación jurídica.
2) Por su parte el que podríamos denominar derecho de extranjería, destinado a regular
el régimen jurídico de los no nacionales, también está integrado por normas directas y
unilaterales, en cuya formulación, el legislador interno suele estar condicionado, como
ocurre en España, por previsiones constitucionales y obligaciones internacionales.
En cuanto a los derechos d los que puede ser titular un extranjero en nuestro país
(políticos, civiles, mercantiles, económicos, laborales etc.) el legislador tiene distintas
opciones. Puede establecer, por ejemplo, la igualdad de trato entre nacionales y
extranjeros en cuanto al disfrute de los derechos civiles, pero también puede
restringirles el goce de ciertos derechos, ejemplo condicionándolo a la reciprocidad de
trato exigiendo una autorización previa para que el extranjero pueda realizar
determinadas actividades en España o incluso excluyendo que el extranjero sea titular
de un determinado derecho.
A pesar de ello la libertad del legislador no es absoluta respecto a los derechos y
libertades fundamentales reconocidos en la constitución, pues su articulo 13.1
reconoce el goce por los extranjeros de tales derechos y libertades. Este precepto se
remite en cuanto al “contenido” del derecho a lo que establezcan los tratados y la ley”
que sin embargo o puede suprimir ninguno ya que se trata, también para los
extranjeros de derechos constitucionales, por otro lado, existen derechos que existen
por igual para nacionales y extranjeros como es el caso de los derechos fundamentales.
Que pertenecen a la persona en cuanto tal y no como ciudadano.

B- La tutela judicial y el ejercicio de los derechos.

La efectividad de los derechos y obligaciones de los particulares generados por las situaciones y
relaciones privadas internacionales se encuentra encomendada básicamente a la organización
judicial de cada Estado. En su regulación son tres los problemas a que ha de entender el DIPr.

1) En primer lugar, son normas de DIPr las que fijan de los límites de la jurisdicción
estatal, es decir las que determinan la competencia judicial internacional de los
órganos jurisdiccionales españoles respecto de los litigios que pueden surgir en las
relaciones de tráfico externo, en el tráfico jurídico externo los supuestos se encuentran
vinculados con dos o mas ordenamientos, lo que hace posible que puedan conocer del
mismo los órganos jurisdiccionales de dos o más estados. En el derecho español el
punto de partida ha de ser el articulo 24.1 CE que declara el derecho a la tutela judicial
efectiva.
2) Para los supuestos en que los tribunales españoles sean competentes, el legislador
introduce peculiaridades en la regulación del proceso que atienden a la presencia en el
mismo de un elemento extranjero. también requieren de una regulación especifica los
actos procesales que deben ser realizados en un estado extranjero. En este aspecto de
la asistencia o cooperación judicial internacional el legislador debe tener presente que
el deber de cooperar es un principio estructural del Derecho internacional público. La
vinculación de estos aspectos con la determinación de los supuestos en que los
tribunales españoles son competentes resulta evidente.
3) Por ultimo el DIPr regula el reconocimiento y ejecución de las resoluciones judiciales y
laudos arbitrales extranjeros. La tutela judicial para ser efectiva requiere que las
resoluciones judiciales se cumplan en sus propios términos, así pues las resoluciones
judiciales dictadas por los órganos jurisdiccionales españoles desplieguen sus efectos
jurídicos en España (cosa juzgada en sentido formal y material y fuerza ejecutiva),
responde a un mandato constitucional. La situación e totalmente distinta cuando se
trata de resoluciones emanadas de una autoridad extranjera, como si lo que se
pretende es la ejecución en otro estado de una resolución procedente de un tribunal
español. En ambos casos estamos ante resoluciones emanadas de un poder publico
ajeno a aquel que ha de ejecutarlas.
C- La determinación del Derecho aplicable.

La determinación del derecho aplicable se conoce como el problema del “conflicto de leyes” .

La aplicación por los Tribunales y Autoridades españolas de un derecho extranjero solo es


posible si media un mandato del legislador español, que así o ha dispuesto en atención a la
extranjería del supuesto.

Por lo demás cuando una ley extranjera resulte aplicable, eta nunca contendrá toda la
respuesta jurídica al tema plantado, ya que normalmente habrá de articularse con el propio
derecho en aspectos como los procesales o registrales indeclinablemente regidos por el
derecho del foro.

3- Planteamiento de los problemas.

Cualquiera que sea la perspectiva que adoptemos (judicial o extrajudicial). La cuestión que ha
de considerarse en primer lugar es la relativa a la competencia judicial internacional para
conocer del litigio o resolver la pretensión. Es esta competencia la que nos permitirá
determinar el ordenamiento desde cuya perspectiva va a analizarse, incluso prospectivamente,
el régimen jurídico del tema debatido, ya que, en la búsqueda de la resolución de cualquier
problema, habrán de aplicarse las normas del DIPr del juez o Autoridad ante el que puede
plantearse un litigio o formular una pretensión.

Por una parte, era ese ordenamiento el que resuelva las interrogantes sobre la nacionalidad o
el régimen de los extranjeros, así como la determinación del o de los derechos aplicables. Y es
que la justificación técnico-jurídica de la existencia del DIPr reside en la imposibilidad de que
los tribunales apliquen siempre su propio Derecho prescindiendo de los posibles elementos
extranjeros presentes en la relación o situación considerada. De este modo la distinción entre
foto (fórum) o tribunal competente y derecho aplicable (ius) constituye una diferente clave de
esta disciplina.

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