Está en la página 1de 1

Por.

Alexandra Diaz Acosta

ENSAYO SOBRE LAS DIRECTRICES DE RIAD

La importancia de las Directrices de las Naciones Unidas obedece a varias razones, se

constituyen como uno de los documentos más modernos que existen, en el marco del

derecho penal porque considera a los niños, no como objetos, sino como personas de

pleno derecho, con sus propias capacidades que deben ser valoradas y protegidas. La

exigencia de que se reconozcan los derechos humanos del niño viene a completar

paulatinamente la mera protección del niño. Los derechos humanos constituyen un tema

sumamente espinoso en el dominio de la criminología. La prevención de la delincuencia

no se limita ya a responder a situaciones o comportamientos considerados como

peligrosos; la prevención radica al menos en igual medida en el fomento y la promoción

de los derechos humanos (civiles, políticos, sociales, culturales y económicos) de cada

individuo. Las Directrices constituyen pautas en vista de conseguir que este punto de

partida se convierta en medidas prácticas y políticas concretas. Las Directrices de Riad

forman parte de un fuerte, aunque reciente, movimiento a favor de los derechos humanos

(de los niños); su alcance es mucho mayor que la mera prevención de la delincuencia

juvenil. En cualquier caso, una sociedad justa y equitativa no es la tierra en que mejor se

da la delincuencia. Así es como se Reconoce que es necesario establecer criterios y

estrategias nacionales, regionales e interregionales para prevenir la delincuencia juvenil,

Afirmando que todo niño goza de derechos humanos fundamentales, incluido, en

particular, el derecho al acceso a la educación gratuita, Teniendo presente el gran

número de jóvenes que, estén o no en conflicto con la ley, se encuentran abandonados,

desatendidos, maltratados, expuestos al uso indebido de drogas, en situación marginal

y, en general, expuestos a riesgo social, y teniendo en cuenta los beneficios de las

medidas progresistas para la prevención de la delincuencia y para el bienestar de la

comunidad. Por eso se recalcó que la disposición sobre justicia social para todos los

niños constituye un elemento de prevención. De hecho, se llegó a la conclusión que la

prevención consiste en algo más que solucionar situaciones conflictivas, a saber,

promover el bienestar y la salud. Las Directrices de Riad constituirán un paso adelante.

El artículo 2, por ejemplo, reza: “Para poder prevenir eficazmente la delincuencia juvenil,

es necesario que toda la sociedad procure un desarrollo armonioso de los adolescentes

y respete y cultive su personalidad a partir de la infancia”.

También podría gustarte