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Clase: Nutrición en el Manejo de los Trastornos Psicológicos

Sección: 679

Docente Lic. Cesar David Sierra Reyes

Asignación: Foro n°2: El cerebro y la selección de alimentos

Nombre estudiante y cuenta: Gennevith Cruz-31751327


El papel del cerebro en la selección de alimentos: Un análisis basado en el

documental del Dr. Claudio Pérez

El proceso de selección de alimentos es mucho más que simplemente satisfacer una necesidad

biológica; es un fenómeno profundamente arraigado en las complejidades del cerebro humano,

influenciado por una variedad de factores que van desde las emociones hasta el entorno

sociocultural. En el documental "¿Qué tiene que ver el cerebro con nuestra selección de

alimentos?", presentado por el Dr. Claudio Pérez, se destaca cómo estas interacciones moldean

nuestras elecciones alimenticias y, en última instancia, nuestra salud. Este ensayo busca

explorar más a fondo las preguntas planteadas en el documental para obtener una comprensión

más completa de esta relación intrincada.

Cuando hablamos de la relación entre nuestras emociones y la comida, estamos adentrándonos

en un territorio vasto y complejo. Las emociones tienen un impacto significativo en nuestras

elecciones alimenticias, y esta influencia se extiende mucho más allá de simplemente satisfacer

antojos momentáneos. Por ejemplo, en momentos de estrés o ansiedad, nuestra tendencia a

buscar alimentos reconfortantes y ricos en carbohidratos o grasas va más allá de la simple

necesidad de nutrirnos; es un intento consciente o inconsciente de encontrar consuelo

emocional. Esta dinámica resalta la profunda interconexión entre nuestra salud mental y nuestra

relación con la comida, lo que destaca la importancia de abordar no solo los aspectos

nutricionales de la alimentación, sino también los aspectos emocionales y psicológicos para

promover una alimentación equilibrada y saludable.

Además de nuestras emociones, el proceso de selección de alimentos está influenciado por una

interacción compleja de factores intrínsecos y extrínsecos. Los factores intrínsecos, como

nuestras preferencias personales y nuestras necesidades nutricionales individuales, juegan un

papel fundamental en nuestras elecciones alimenticias. Sin embargo, estos factores están
constantemente moldeados y mediados por una serie de influencias externas, como la

disponibilidad de alimentos, la publicidad, la cultura alimentaria y las normas sociales

relacionadas con la comida. Esta combinación de factores intrínsecos y extrínsecos crea un

paisaje alimentario complejo que moldea nuestras elecciones alimenticias de maneras que a

menudo no somos conscientes.

Dentro de este contexto, el concepto del sistema de recompensa en la alimentación cobra un

significado aún más profundo. Este sistema, que implica la liberación de neurotransmisores en

el cerebro en respuesta al consumo de ciertos alimentos, juega un papel central en nuestras

elecciones alimenticias y en la formación de nuestros hábitos alimenticios. Los alimentos que

activan intensamente este sistema de recompensa, como aquellos ricos en grasas y azúcares,

tienden a ser preferidos, lo que puede llevar a un consumo excesivo y contribuir al desarrollo

de hábitos alimenticios poco saludables. Este fenómeno es particularmente relevante en los

niños, cuyo sistema de recompensa aún está en desarrollo y es más susceptible a la

sobreestimulación por alimentos altamente procesados.

El placer del comer, en última instancia, se convierte en un factor determinante en nuestras

elecciones alimenticias. Los alimentos con experiencias placenteras tienden a percibirse como

más apetitosos y satisfactorios, lo que puede influir en la frecuencia y cantidad en que los

consumimos. Si bien es natural buscar alimentos que nos brinden placer y satisfacción, es

importante encontrar un equilibrio entre el disfrute de la comida y la adopción de hábitos

alimenticios saludables. Esto implica desarrollar una mayor conciencia emocional en torno a

nuestros hábitos alimenticios, así como promover una cultura alimentaria que valore la

nutrición y el bienestar a largo plazo sobre la gratificación instantánea.

El documental del Dr. Claudio Pérez nos ofrece una ventana hacia la intrincada relación entre

el cerebro humano y la selección de alimentos. A través de una exploración de las emociones,


los factores intrínsecos y extrínsecos, y el sistema de recompensa en la alimentación,

obtenemos una comprensión más completa de cómo se moldean nuestros hábitos alimenticios

y cómo podemos trabajar hacia una relación más saludable con la comida. En última instancia,

esta comprensión es fundamental para abordar los desafíos relacionados con la nutrición y la

salud pública en la sociedad moderna.

La relación entre el cerebro y la selección de alimentos es compleja y multifacética,

influenciada por una interacción de factores emocionales, intrínsecos y extrínsecos. Nuestras

emociones desempeñan un papel significativo en nuestras elecciones alimenticias, ya que

pueden desencadenar antojos específicos de alimentos y afectar nuestra percepción y

preferencias alimenticias. Además, factores intrínsecos como nuestras preferencias personales

y necesidades nutricionales individuales interactúan con factores extrínsecos como la

disponibilidad de alimentos, la publicidad y la cultura alimentaria para moldear nuestras

elecciones alimenticias en un entorno alimentario complejo y en constante cambio.

El sistema de recompensa en la alimentación, mediado por la liberación de neurotransmisores

como la dopamina, juega un papel crucial en nuestras elecciones alimenticias y en la formación

de nuestros hábitos alimenticios. Los alimentos que activan intensamente este sistema tienden

a ser preferidos y pueden contribuir al desarrollo de hábitos alimenticios poco saludables,

especialmente cuando se consumen en exceso. Este fenómeno es particularmente relevante en

los niños, cuyo sistema de recompensa aún está en desarrollo y es más susceptible a la

sobreestimulación por alimentos altamente procesados.

Si bien el placer del comer es natural y deseable, es importante encontrar un equilibrio entre el

disfrute de la comida y la adopción de hábitos alimenticios saludables. Esto implica desarrollar

una mayor conciencia emocional en torno a nuestros hábitos alimenticios y promover una

cultura alimentaria que valore la nutrición y el bienestar a largo plazo sobre la gratificación
instantánea. Al comprender mejor la compleja interacción entre el cerebro y la selección de

alimentos, podemos trabajar hacia una relación más saludable con la comida y abordar los

desafíos relacionados con la nutrición y la salud pública en la sociedad moderna.

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