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Cada estudiante investigará y seleccionará una estrategia de modificación

conductual, y mediante un video explicará y sistematizará los resultados de su

investigación. Este video debe ser de un mínimo de tres minutos y máximo diez.

Para esto debe considerar:

• Nombre de la estrategia o técnica

• Población meta (edad y cantidad)

• Recursos necesarios

• Tiempo de ejecución

• Descripción amplia de la técnica

• Preguntas generadoras sugeridas

• Fuente (puede ser invención propia con insumos teórico-científicos)

Entrenamiento conductual para


reemplazar conducta desafiante
Entrenamient
por conducta prosocial.
o de 12-17
focalizada pares grupo Componentes de habilidades
reemplazo de años
sociales, control de la ira y
agresión
razonamiento moral. 10 sesiones
de trabajo por componente.

https://psicologiaymente.com/clinica/entrenamiento-reemplazo-agresion

Leyton, C., Mella, C., Salum-Alvarado, S., Saracostti, M., Sotomayor, B., de-Toro, X., & Muñoz, L. L.
(2021). Estrategias de intervención socioeducativas para promover el compromiso escolar. Revista
Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación-e Avaliação Psicológica, 2(59), 191-205.

Entrenamiento de reemplazo de agresión: qué es y fases de esta técnica

¿Qué es el entrenamiento de reemplazo de agresión?

El entrenamiento de reemplazo de agresión o ART, por su nombre en inglés (aggression


replacement training) es una técnica psicológica orientada a la intervención en casos de
adolescentes (principalmente, aunque también adultos o niños) cuyas conductas son
habitualmente violentas. Los creadores de este programa fueron los psicólogos estadounidenses,
Barry Glick y Arnold P. Goldstein.

Para ello se basaron en partes de otros modelos ya existentes, con el objetivo de lograr una técnica
que reuniera los puntos fuertes de todos ellos. Por ejemplo, una de las características que utiliza
proviene nada menos que de Jean Piaget, y es el trabajo por pares, de manera que el adolescente
pueda aprender de un igual, pues los estudios demuestran que prestan más atención cuando es
así.

Se trata de una técnica de corte cognitivo-conductual, pues busca generar cambios en el


pensamiento y la conducta del sujeto, con el objetivo de que este sustituya los comportamientos
agresivos por otros que estén ajustados a las interacciones sociales y que cesen así los conflictos en
los que constantemente se veía envuelto.

El entrenamiento de reemplazo de agresión es un programa especialmente popular en los países


de Norteamérica, Sudamérica y también en varios Estados europeos, además de Australia. En
algunos centros de menores e incluso en centros penitenciarios es habitual recurrir a este modelo
para tratar de que los internos experimenten una mejoría, reduciendo sus conductas violentas y
logren así la reinserción que estas instituciones buscan.

Por ejemplo, en Washington, el entrenamiento de reemplazo de agresión fue uno de los


programas elegidos, junto a otros tres, para utilizar en los proyectos asociados a la ley de
responsabilidad de justicia comunitaria que se promulgó en el año 1997, gracias a la evidencia de
mejora que los datos demostraron.

Aunque no es la técnica utilizada de forma mayoritaria en todos estos centros, sí que es una de las
principales y poco a poco está ganando mayor popularidad, por lo que los profesionales creen que
es un avance prometedor de cara a conseguir que las personas que sufren de comportamientos
agresivos encuentren las herramientas que necesitan para lograr sustituir dichas conductas por
otras.

Partes de esta técnica psicológica

El entrenamiento de reemplazo de agresión se implanta a través de tres fases muy diferenciadas. El


objetivo es ir aprendiendo una serie de habilidades de manera que se puedan utilizar en lugar de
las reacciones agresivas que la persona usualmente muestra. El programa está pensado para
realizarse a lo largo de diez semanas, impartiendo un total de tres sesiones de una hora en cada
una de ellas.

Vamos a ver ahora cada una de las tres fases de manera detallada.

1. Entrenamiento en habilidades sociales

La primera fase del entrenamiento de reemplazo de agresión tiene que ver con la enseñanza de
habilidades sociales. En este caso, los autores Glick y Goldstein tomaron parte de la teoría de
Albert Bandura para su modelo. La cuestión es que, al trabajar las habilidades sociales, se pretende
modificar la parte más conductual de las personas con carácter agresivo, especialmente los
adolescentes.

Muchas de estas personas carecen de dichas habilidades sociales y por lo tanto su tendencia es a
recurrir a la violencia de manera natural. Por lo tanto, parece lógico pensar que, si les
proporcionamos esas herramientas, su tendencia a la conducta violenta debería verse disminuida.

El programa de habilidades sociales del entrenamiento de reemplazo de agresión contiene muchos


puntos para que el sujeto aprenda a desenvolverse en toda una variedad de situaciones. Por
ejemplo, a la hora de realizar una queja o una crítica, para ponerse en el lugar de otra persona y
comprender las emociones que está teniendo el prójimo e incluso entender el enfado del otro sin
perder la calma.

También le servirá para anticiparse a un diálogo que se prevé tenso por cualquier razón, sin
necesidad de perder los estribos y por supuesto sin llegar a la agresión jamás. Aprenderá a no
dejarse llevar por la presión de su grupo de iguales. Igualmente, adquirirá la capacidad para hacer
valer su posición desde la calma cuando recibe una acusación injusta. Por supuesto, también
comprenderá la importancia de prestar su ayuda a otras personas.

Será especialmente importante el aprendizaje al respecto de la expresión de sus propios


sentimientos hacia las demás personas. Por último, también se trabajará para que la persona
aprenda a aceptar situaciones negativas o de fracaso.

Cada sesión se centra en una de estas habilidades sociales en concreto y analiza los pensamientos
y las acciones que incluyen, enseñándole al adolescente que está participando en el
entrenamiento de reemplazo de agresión cómo debe actuar conforme a esas enseñanzas. Para
hacer más fluido el aprendizaje, se les pide que piensen en situaciones pasadas.

2. Control de la ira

La segunda fase del entrenamiento de reemplazo de agresión es propiamente el aprender a


gestionar la ira. Por lo tanto, se trataría de que los adolescentes aprendieran a controlar la parte
afectiva de la agresividad. En este caso el aprendizaje va a consistir, en primer lugar, en eliminar las
habilidades antisociales que el sujeto ha ido adquiriendo y a continuación sustituirlas por otras de
corte prosocial.

El objetivo es que los jóvenes aprendan a enfrentarse a situaciones que anteriormente les
enfadaban, de una manera nueva, en la que no experimenten esas sensaciones. Para ello, se
trabaja la cadena de control de la ira. La cadena comienza por los estímulos desencadenantes, que
pueden venir del propio sujeto o bien del exterior. A raíz de ellos, se pueden observar señales del
enfado que está por venir, como la activación fisiológica.

Una vez detectadas dichas señales, el sujeto ha de ser consciente y tratar de reducir la ira
mediante tres mecanismos diferentes: en primer lugar, una serie de respiraciones profundas,
después, realizar una cuenta atrás y, por último, visualizar escenarios que resulten agradables para
la persona. Se trata de quitar el foco del estímulo estresor y llevarlo a un lugar mucho más
apacible.
El adolescente seguirá recordándose a sí mismo que es capaz de controlarse y dominarse. Pensará
además qué ocurriría si perdiera el control. Además, se tratará de efectuar una habilidad prosocial
en lugar de la antisocial que hubiera realizado si no hubiera controlado la cadena de la ira gracias al
entrenamiento de reemplazo de agresión. Una vez pasada la situación, evaluará el desarrollo de la
misma.

3. Razonamiento moral

La última de las fases del entrenamiento de reemplazo de agresión trata sobre el razonamiento
moral, es decir, sobre la parte cognitiva. A través de este aprendizaje se pretende que los jóvenes
adquieran una nueva perspectiva moral acerca de sus actos. Para ello se va a trabajar
fundamentalmente sobre cuatro errores de pensamiento que son los que generalmente llevan a
adquirir una dimensión de la moralidad que no encaja con la realidad.

El primero de ellos es el pensamiento egocéntrico. Tiene que ver con todas las rumiaciones del
tipo “todo lo malo me ocurre a mí”, “a los demás solo les pasan cosas buenas”, “soy muy
desgraciado”, “tengo muy mala suerte”, etc.

El segundo pensamiento es aquel en el que se da por hecho que la peor opción es la que va a
suceder siempre, denotando un gran pesimismo.

El tercer error de pensamiento es el que hace que la persona culpe a los demás y por lo tanto
asuma un locus de control externo. La culpa siempre va a ser de los otros, así que, en
contraposición, él va a ser siempre una víctima de las acciones de los demás y de la sociedad, que
le empujan a actuar de esa manera, pues no le dan otra alternativa.

Por último, nos encontraríamos con el etiquetado erróneo o bien la minimización, que le sirve al
individuo para justificar sus acciones. Por ejemplo, robar o ejercer la violencia contra los demás,
amparándose en que mucha gente también lo hace.

Esta fase del entrenamiento de reemplazo de agresión está formada fundamentalmente por los
conocimientos que Lawrence Kohlberg plasmó en su obra acerca de las etapas del desarrollo
moral, otra muestra más del trabajo de recopilación que los creadores de esta técnica realizaron,
para unificar diferentes teorías que les permitiera componer un sistema eficaz para el control de la
agresividad, especialmente durante la adolescencia.

Entrenamiento de reemplazo de agresión

El entrenamiento de reemplazo de agresión ( ART ) es una intervención cognitiva conductual para


la reducción del comportamiento agresivo y violento, originalmente enfocado en adolescentes. Es
un programa multimodal que tiene tres componentes; Habilidades sociales, entrenamiento de
control de la ira y razonamiento moral. ART fue desarrollado en los Estados Unidos en la década de
1980 por Arnold P. Goldstein y Barry Glick y ahora se usa en Norteamérica, Europa, Sudamérica y
Australia en sistemas de servicios humanos, incluidos los sistemas de justicia juvenil, escuelas de
servicios humanos y correcciones para adultos. ART todavía no se considera un programa modelo,
pero se describe en la mayoría de las encuestas de investigación como un programa prometedor.
ART fue diseñado por Arnold P. Goldstein y Barry Glick en la década de 1980. Tomaron conceptos
de una serie de otras teorías para trabajar con jóvenes y sintetizaron teoría, práctica y técnicas en
un sistema integral. Cada uno de los tres componentes utiliza un proceso para asegurar que los
jóvenes aprendan las habilidades en clase y transfieran dichas habilidades a nuevas situaciones
fuera del grupo. El modelo también se centra en el concepto de aprendizaje entre pares de Jean
Piaget. Se ha demostrado que los jóvenes aprenden mejor de otros jóvenes. ART es un programa
basado en evidencia utilizado en muchas áreas. En Washington, se agregó ART como uno de los
cuatro programas diferentes basados en evidencia implementados debido a la Ley de
Responsabilidad de Justicia Comunitaria de 1997. ART es un programa de 10 semanas, que se
reúne tres veces por semana durante una hora para cada uno de los componentes. Para obtener
los mejores resultados, es facilitado y co-facilitado por facilitadores de grupo capacitados. La
configuración de la sala, la introducción de materiales, el número de participantes y el historial de
los participantes son cuestiones que trabajan para tener un grupo rentable. Habilidades sociales El
Entrenamiento de Aprendizaje Estructurado son los componentes conductuales de ART. Muchos
jóvenes con comportamiento criminal y / o dificultades para controlar su ira carecen de
habilidades sociales. Muchos de los conceptos del componente de habilidades sociales están
tomados del trabajo de Albert Bandura. Hay muchas habilidades sociales diferentes que se cree
que estos jóvenes carecen. La intervención ART se centra en las siguientes habilidades sociales que
son particulares para reducir el comportamiento agresivo: Realizando una queja Comprender los
sentimientos de los demás. Lidiando con la ira de otra persona Preparándose para una
conversación difícil. Mantenerse fuera de las peleas Lidiando con la presión grupal Tratar con una
acusación Ayudando a otros Expresar afecto a los demás. Respondiendo al fracaso Estas
habilidades sociales se dividen en varios pasos (pasos de pensamiento y acción). El facilitador
discute la habilidad del día, sacando ejemplos relevantes. Luego, el facilitador demuestra una
situación para dar al joven una imagen de cómo realizar la habilidad. Se les pide a los jóvenes que
señalen cada uno de los pasos. Luego se le pide a cada uno de los jóvenes que use una situación
relevante que hayan tenido recientemente usando la habilidad. Una vez más, los otros jóvenes
pasan y discuten cada uno de los pasos cada vez. Entrenamiento para el control de la ira El
entrenamiento de control de la ira es el componente afectivo de ART. Esto pasa de la enseñanza de
habilidades sociales a perder habilidades antisociales y reemplazarlas con habilidades pro-sociales.
El entrenamiento de control de ira usa la cadena de control de ira. Este es un proceso que se les
enseña a los jóvenes a lidiar con situaciones que les causan enojo. Una vez más, se enseña un
segmento de la cadena de control de la ira cada semana y tanto los facilitadores como los jóvenes
practican las nuevas habilidades con actividades relevantes de la vida. La cadena de control de la
ira es la siguiente; Desencadenantes (externos e internos): la situación que inicia el deslizamiento
hacia la ira y el diálogo interno que lo perpetúa Señales: signos físicos de enojarse Reductores de
ira: tres (respiración profunda, contar hacia atrás e imágenes agradables) para ayudar a reducir o
distraernos de la situación Recordatorios: declaraciones positivas cortas que nos decimos a
nosotros mismos para reducir aún más los impulsos de enojo Pensando en el futuro: identificando
las consecuencias de nuestros comportamientos Habilidad social: implementar una habilidad pro-
social en la situación Evaluación: repasar el uso de la cadena de control de la ira y evaluar cómo se
implementó Razonamiento moral El razonamiento moral es el componente cognitivo de ART. Este
componente brinda a los adolescentes oportunidades para tomar otras perspectivas distintas a la
suya, y así aprender a ver su mundo de una manera más justa y equitativa. Los facilitadores
grupales también identifican cuatro errores de pensamiento para facilitar la toma de perspectiva y
remediar el retraso del desarrollo moral. Los errores de pensamiento que se identifican son:
Pensamiento egocéntrico: «todo se trata de mí» Suponiendo lo peor: «sucedería de todos modos»
o «me lo harían a mí» Culpar a otros: «es su culpa« Etiquetado incorrecto / minimización: «no es
robar, solo lo tomo prestado…» o «todos los demás lo hacen» El componente de Razonamiento
Moral de ART se basa en las etapas de desarrollo moral de Kohlberg. Según Kolhberg, hay seis
etapas de desarrollo moral que se agrupan en tres niveles. Kolhberg sugiere que el progreso a
través de las etapas es lineal e invariablemente secuencial. Los pensadores de la etapa uno se
suscriben al lema de «la fuerza hace lo correcto». Los pensadores de la etapa dos adoptan la línea
de razonamiento «tienen que obtener el mío, antes de obtener el suyo». Los pensadores de la
etapa tres están dispuestos a participar en la toma de decisiones pro-sociales si hay algo para ellos.
Se alinean con una versión distorsionada de la «regla de oro«. Los pensadores de la cuarta etapa
comienzan a considerar a la comunidad en general en su toma de decisiones. La mayoría de los
miembros de la sociedad permanecen en la etapa cuatro.

Fuente: https://psicologosenlinea.net/9963-entrenamiento-de-reemplazo-de-agresion.html

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