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A lo largo de la historia, han sido varios los investigadores que han centrado sus estudios en el Trastorno del
Espectro del Autismo (TEA)
Desde las aportaciones de Leo Kanner (1943) y Hans Asperger (1944), se han propiciado intensos debates sobre
distintas teorías que pudiesen explicar su naturaleza, el tipo de intervenciones, etc. Los profesionales de la salud
utilizan distintos manuales para el diagnóstico de trastornos.
A partir de los años 80, la definición y criterios diagnósticos del TEA se consensuaron e integraron dos manuales:
1. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental
Disorders, DSM -5), que pertenece a la clasificación de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de
Psiquiatría (American Psychiatric Association, APA).
Respecto al Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental
Disorders, DSM -5), en el DSM – 4, la categoría de los Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD) incluía varios
subtipos de autismo. Pero, diversos científicos llegaron a la conclusión de que el TEA representaba una categoría
Por eso, en 2013 se publicó la actualización con el DMS – 5, donde aparece una categoría general de “Trastorno del
Espectro del Autismo”, diferenciándose completamente del TGD, englobándolo dentro de los Trastornos del
neurodesarrollo, incluido en el grupo de las afecciones con inicio en el período del desarrollo.
DSM-5 MANUAL DIAGNÓSTICO Y ESTADÍSTICO DE LOS
TRASTORNOS MENTALES
Este cambio generó diversas modificaciones en la definición y en los criterios diagnósticos. Respecto a la
definición, el cambio más significativo fue la integración del síndrome de Asperger dentro del diagnóstico del TEA.
La etapa en el que el deterioro funcional llega a ser obvio variará según las características del individuo y su entorno,
de la gravedad de la afección autista, el nivel de desarrollo y la edad cronológica; de ahí el término espectro.
DSM-5 MANUAL DIAGNÓSTICO Y ESTADÍSTICO DE LOS
TRASTORNOS MENTALES
En esta nueva clasificación del DSM-5 se realiza un diagnóstico más descriptivo a través del uso de
especificadores de la gravedad en el momento del diagnóstico.
Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha publicado recientemente la 11ª
Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud (CIE-
11), la cual ha entrado en vigor el pasado 1 de enero de 2022.
En esta actualización, también se han modificado los criterios diagnósticos recogidos del TEA y dichas
modificaciones han conducido a un acercamiento del diagnóstico muy similar a la descrita en el DMS -5.
Al igual que el DSM-5, el CIE-11 recoge una única categoría denominada “Trastorno del Espectro del Autismo”,
e incluye dos características nucleares, que son: las dificultades para la interacción y la comunicación
social, y los intereses restringidos y comportamientos repetitivos.
Y, a su vez, destaca las “sensibilidades sensoriales inusuales”. Aunque, a pesar de la unificación de criterios, la
diferencia significativa entre ambos manuales es que en el CIE– 11 se detallan las diferencias entre autismo con
y sin discapacidad intelectual.
MANIFESTACIONES CLINICAS
Los TEA se definen por la presencia de dificultades en la comunicación e interacción social y patrones
restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.
El DSM-5 establece una graduación de la gravedad de los síntomas, siendo el grado 1 si “necesita ayuda”,
grado 2 si “necesita ayuda notable” y el grado 3 si “necesita ayuda muy notable”.
Además, se debe especificar si presenta déficit intelectual, si existe un deterioro del lenguaje acompañante, si
está asociado a una afección médica, genética o factor ambiental conocidos, asociado a otro trastorno
neurológico, mental o de comportamiento, o si presenta catatonia.
Las manifestaciones clínicas pueden cambiar con la edad y no ser evidentes hasta que no aumentan las
demandas del entorno, especialmente en los niños con una buena capacidad intelectual y un lenguaje
conservado.
MANIFESTACIONES CLINICAS
En los niños pequeños, los motivos de derivación pueden ser retraso del desarrollo psicomotor, retraso del
lenguaje, irritabilidad, alteración de conducta o, directamente, por sospecha de TEA. También se puede realizar
una detección precoz durante el seguimiento de recién nacidos de riesgo neurológico o de aquellos que hayan
sufrido una agresión grave del sistema nervioso central
En los niños mayores de 3 años, la sintomatología puede ser más clara, y por tanto la derivación es realizada
con más frecuencia por sospecha de TEA.
Sin embargo, en ocasiones la sintomatología no es tan clara y, por tanto, la derivación puede ser por motivos
diferentes como problemas de conducta, de socialización o de expresión y control emocional, problemas de
aprendizaje, movimientos anormales, trastornos del lenguaje o torpeza motora.
SIGNOS DE ALARMA DE TEA
Discapacidad intelectual
Irregularidades en la ingestión alimentaria, Alteración del sueño, Crisis convulsivas (25% de los casos),
Depresión
Por último es conveniente recalcar la importancia de trabajar en equipo con la familia del alumno. Para ello se han
desarrollado los siguientes programas:
TEACCH (Treatment and Education of Autistic and related Communication hadicappe Children) es un
programa de enseñanza y aprendizaje cuyas actividades tienen como objetivo satisfacer las necesidades
de cada niño y sus padres. Su objetivo es la mejora de habilidades sociales y de generalización y son
procesos de enseñanza muy estructurados.
Análisis conductual aplicado (Applied Behavior Analysis, ABA), fomenta los comportamientos positivos y
desalienta los negativos a fin de mejorar una variedad de destrezas. Es un método para modificar la
conducta que comienza con una evaluación funcional de las habilidades del niño.
Modelo Denver de Inicio Temprano (Early Start Denver model, ESDM). Para niños de 1 a 5 años de edad. Es
un modelo integrador que busca entrenar a niños con TEA para que se conviertan en participantes activo del
mundo social y aumenten la iniciativa de interacciones con otras personas.
TRASTORNOS DE LA COMUNICACIÓN Y EL LENGUAJE
Desde la publicación del DSM-5 en 2013, algunas de las patologías del lenguaje, el habla y la comunicación se
incluyen para su catalogación diagnóstica dentro de los trastornos de la comunicación (TC), que se consideran
trastornos del neurodesarrollo cuando comienzan a una edad temprana, pueden producir limitaciones significativas
Incluyen el trastorno del lenguaje (TL), el trastorno de los sonidos del habla o fonológico (TSH), el trastorno de la
fluidez de inicio en la infancia (TFI), también llamado tartamudez, y el trastorno de la comunicación social o
pragmático (TCS).
TRASTORNO DEL LENGUAJE
TRASTORNO DE LOS SONIDOS DEL HABLA O FONOLÓGICO
TRASTORNO DE LA FLUIDEZ DE INICIO EN LA INFANCIA
(TARTAMUDEO
TRASTORNO DE LA COMUNICACIÓN SOCIAL
El trastorno de comunicación social (TCS) se describe por primera vez en el DSM-5 y se define por “la
presencia de dificultades persistentes en el uso social de la comunicación verbal y no verbal. Se caracteriza por
dificultades en:
Déficits en el uso de la comunicación con objetivos sociales, tales como saludar y compartir información, de
Deficiencia en la aptitud para cambiar la comunicación para ajustarse al contexto o para atender a las
Dificultades para seguir las reglas de la conversación y para narrar, tales como mantener los turnos de
Dificultades para comprender lo que no está explícitamente expresado y significados del lenguaje no literal
o ambiguo
NEE QUE SE DERIVAN DE DIFICULTADES EN EL LENGUAJE
Necesidad de ver reforzadas las áreas en las que se sientan más cómodos
Necesidad de que se les hable mas despacio pero sin romper el tono o la pronunciación