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Centro Regional de Profesores del Este

Comunicación, lenguaje y escritura

Tarea Idioma español, Educación Social 2022.

Docente Estudiante

Valeria Rosso Bernabide Mónica 4.710.107-7

14 de septiembre de 2022
De manera introductoria se dará lugar a un pasaje desde la importancia de la comunicación
y con qué intención nos comunicamos; qué es lo correcto dentro del lenguaje; cómo nos
ubicamos como hablantes dentro de un contexto social, una ubicación geográfica, factores,
etc; y cómo esto influye en la oralidad. Siguiendo por las diferencias entre la oralidad y la
escritura; y cuán importante es el estudio de la lengua para la carrera de Educador Social.

Si partimos de la base de que el ser humano es un ser social, es más simple comprender la
importancia de la comunicación. La utilidad de ésta dependerá de la intencionalidad con la
que se ejerza. Por ejemplo, desde la primera infancia, el niño o la niña, previo a la
adquisición del lenguaje, ya utiliza una forma de comunicación para con sus referentes, llora
cuando tiene hambre, dolor, y muy tempranamente advierte que esa acción genera una
consecuencia que, normalmente, está ligada a su objetivo principal. Es decir, la intención del
niño o la niña es manifestarse y provocar en el otro una reacción que actúe a favor de dicha
intención.

De la misma manera, la gestualidad se utiliza naturalmente para comunicar, sin palabras, ese
mensaje que queremos expresar. Por ejemplo, el saludo. Es común asociar el movimiento
lateral de una mano levantada con el saludo en muchas partes del mundo, así como en otras
se utilizan otros gestos como inclinarse frente al otro, etc. En esta misma línea podemos
quizás también ver el ejemplo de la Lengua de Señas. Si bien ésta constituye una lengua en sí
misma, (como bien podríamos decir la lengua española o inglesa), toda su estructura se basa
en una serie de gestos específicos que expresan, en algunos casos ideas, palabras o letras, y
que responden a una cultura determinada, de ahí la existencia de Lengua de Señas específica
según idiomas o países. La literatura utiliza la lengua para expresarse con la intención de
hacer arte, así como la música utiliza el lenguaje musical para comunicarse.

Ahora bien, es necesario definir qué es lo correcto en lengua. “Lo correcto” en lengua,
naturalmente está visto como aquello que responde a ciertas reglas y pautas establecidas
dentro del lenguaje, que deben ser respetadas, según el momento histórico y probablemente la
localización geográfica. Suponiendo que estas sanciones provenían de un ámbito académico
selecto que, pensando en esto del carácter normativo que tuvo desde un inicio la gramática,
tenía como consecuencia sancionar a aquellos que no siguieran dichas normas.

Subjetivamente podemos decir que la lengua va evolucionando así como evoluciona el ser
humano en particular y la sociedad en general, y que estas reglas impuestas deberían
flexibilizarse y adaptarse a esta evolución, acompañando los cambios
histórico-socio-culturales que surjan.

En cuanto a cómo nos ubicamos como hablantes partiendo del lugar donde nacemos.
Existen distintos factores incidentes con respecto a esto, tales como: el acceso a la educación
formal que se haya tenido, así como la educación informal y el bagaje léxico de sus
referentes. El contexto ambiental también puede influir en nuestra posición como hablantes,
es probable que se utilice una forma de lenguaje más formal en ámbitos académicos o de
trabajo y una más informal en ambientes más íntimos o de confianza. Así como el contexto
histórico influye en nuestra forma de hablar a lo largo de los años, no se habla igual ahora
como se hablaba en siglos anteriores.

A modo de ejemplo en San Carlos, lugar en el que resido hace ya muchos años. Tiene una
particularidad con respecto al lenguaje que comparte sólamente, si no me equivoco, con el
departamento de Rocha. Tanto en Rocha como en San Carlos se habla de “tú”, no de “vos”, y
esa diferencia se hace notoria especialmente cuando se sale fuera del departamento.

Con respecto al lenguaje y la escritura, existen, también, determinadas patologías tales como
es el caso de los niños con Trastornos del Espectro autista, los cuales adquieren lenguaje oral
(lo que dependerá de su grado de afectación) y no existen grandes dificultades para
comunicarse, pero en otros casos donde el lenguaje no ha sido adquirido, (autismo no verbal)
deben utilizarse otras estrategias alternativas que no responden ni a una ni a otra forma de
comunicación. En casos particulares de avanzado proceso de lectoescritura, ésta se puede
utilizar como medio de comunicación, pero en otros casos más severos, donde ninguna de
estas formas anteriores es viable para el contacto con el otro, las herramientas deben variar.
Así como el caso de las personas no videntes, quienes pueden comunicarse con fluidez
mediante el habla pero, probablemente, hacerlo mediante la escritura les resulte más
complejo, o una persona de baja audición o sordomuda posiblemente se sienta más cómoda
escribiendo que intentando reproducir fonemas o escuchándolos. Así como estos ejemplos,
muchos en cuanto a disfunciones que puedan influir en el habla o en la escritura. Por otra
parte, se debe tener en cuenta la educación a la que el individuo tuvo acceso, porque de ello
dependerá en qué área se desenvuelva mejor. Está claro que una persona que no sabe leer ni
escribir se comunicará únicamente de forma oral.

Otro aspecto importante que diferencia a la oralidad de la escritura es la posibilidad de


corregirnos. Cuando hablamos el proceso cerebral es tan mecánico y rápido que parece que
las palabras salieran solas de nuestra boca, sin esfuerzo alguno. Las acciones “hablar” y
“escribir” involucran distintas zonas del cerebro así como del cuerpo. Si bien ambas pueden
ser utilizadas como herramientas para comunicar, no es lo mismo comunicar hablando más
que escribiendo. Escribir nos da la posibilidad de leer, releer, corregir, pero lo que dijimos ya
se dijo y no se borra aunque inmediatamente digamos otra cosa.

A modo de conclusión y enfocándonos en el camino a Educadores Sociales, resulta


pertinente profundizar, tanto en la oralidad como con la escritura, y así dilucidar su
importancia y su relación con el trabajo en el campo de la Educación Social. Para ello
necesariamente debemos preguntarnos: ¿Para qué nos puede servir un curso de lengua en la
formación profesional en la que estamos?.

Utilizando como referencia el perfil de egreso de la carrera de Educador Social, podemos


observar cómo la lengua se hace indispensable dentro de esta formación: “El Educador Social
es un profesional de la educación con un saber pedagógico y con competencias específicas
para el campo socio-educativo, que desarrolla acciones educativas con individuos, grupos,
familias o colectivos, para garantizar a los ciudadanos: el derecho a la educación durante toda
la vida; el máximo acceso al patrimonio cultural; estrategias para el mejoramiento de la
calidad de vida; herramientas para desarrollar autonomía y el máximo de sus capacidades
para una integración y participación social amplia”.

Teniendo en cuenta este perfil, se puede observar que para brindar estrategias para el
mejoramiento de la calidad de vida y herramientas que desarrollen al máximo las capacidades
del individuo y su autonomía, necesitamos de la lengua. Para “una integración y participación
social amplia”, por ejemplo, cuantas más herramientas tenga el individuo, mejor será su
adaptación, y la lengua es una herramienta de comunicación fundamental que facilita otro
resto de aspectos que tienen que ver con la carrera, como propiciar el acceso al patrimonio
cultural (lengua materna, literatura, música, cine, etc) lo que también provocará un
mejoramiento en la calidad de vida y de su autonomía.

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